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“OTHELLO” de William Shakespeare en Versión libre de STORY LINE Osmar Othello ha logrado gran respeto de sus pares en su carrera política y militar, basada en la rectitud y honestidad, a pesar de haber llevado una vida cargada de dificultades; pero su camino se ilumina cuando conoce a Denisse (Desdémona) y se enamoran locamente; aunque a la vista de varios, sobre todo para el villano Yago, es “un mal amor”, al que lograrán destruir, despertando “la ira de una pasión” envuelta en el engaño y la mentira. SINOPSIS La historia comienza cuando Osmar Othello, por cuestiones de Estado, debe viajar a Venecia. Siendo joven capitán y gobernador de una provincia importante, es convocado por el Gobierno nacional para integrar una delegación diplomática. Paralelamente, Denisse Brabancio viaja a Venecia perturbada por asedios masculinos. En especial de algunos pretendientes que su padre quiere imponerle como potenciales maridos. Por otra parte, Denisse aún no ha podido reponerse de la muerte de su madre. El destino produce el encuentro cuando ambos, en soledad, deciden pasear en góndola. Osmar Othello no se detendrá hasta saber sobre esa rubia y bella muchacha que lo impactó hasta sus fibras más íntimas. Una vez que logra acercarse a ella, localizándola por medio de un subordinado en el hotel donde se hospeda, Denisse decide, por primera vez en libertad, con quién quiere estar. Algo en la mirada triste de Osmar Othello la cautivó, cuando se cruzaron en las góndolas. Comparten una comida y algunos paseos, en los que Osmar le cuenta sus historias de travesías y viajes, la soledad, el desarraigo temprano de su tierra natal: Venecia, la muerte de su madre y el modo en que fortaleció su carácter ante la adversidad para no bajar los brazos y conseguir lo que anhelaba en la vida: ser “un hombre de honor”. Denisse recibe estas historias con lágrimas en los ojos. Cada relato suena para ella, a veces, como la más dulce frase de amor. Y otras, como el eco de su propio dolor. El corazón de Osmar Othello se asemeja al suyo. Esto produce un desbordante enamoramiento mutuo, por el que deciden que ya no pueden vivir el uno sin el otro. Denisse desbordante de felicidad hace un llamado telefónico a Emilia, sin saber el error que cometió, ya que Emilia entusiasmada le contará la feliz noticia al perverso de su esposo Yago. Osmar Othello guarda como preciado tesoro un pañuelo que perteneció a su madre y que le había obsequiado su padre como un “símbolo de amor”. Osmar Othello le cuenta a Denisse que el pañuelo le fue regalado a su madre por su padre y que fue diseñado por una adivina griega. Osmar Othello guarda como preciado tesoro un pañuelo que perteneció a su madre y que le había obsequiado su padre como un “símbolo de amor”. Osmar Othello le cuenta a Denisse que el pañuelo le fue regalado a su madre por su padre y que fue diseñado por una adivina griega. Que es un “pañuelo mágico”. Y que su madre, antes de morir, se lo entregó para que se lo diese a la mujer a la que convertiría en su esposa… Osmar Othello se lo da a Denisse como prueba de su amor y de su lealtad como hombre. En él van las promesas de hacerla su esposa cuando regresen a la Argentina. Al regresar, Osmar Othello y Denisse Brabancio deciden casarse en secreto. Lo hacen en la alejada capilla del Padre Gilberto, que se encuentra en las afueras de la capital. Tienen como testigos a Miguel Cassio y a Celina, la protegida del padre Gilberto. Osmar Othello, feliz, le cuenta a su amigo, el teniente coronel Yago Caprio, de su devoción por su flamante esposa. Yago simula alegría, pero de aquí en más comienza a urdir su siniestro “plan” para destruir este gran amor. En primera instancia, Yago hace alianza con Rodrigo Campressate Lisboa, un joven aristócrata enamorado de Denisse. Juntos van a ver al senador Renato Brabancio, padre de Denisse, para informarle de la infortunada boda. Cuando el senador Renato Brabancio escucha de boca de Yago y Rodrigo que su hija se ha casado, estalla en ira. El senador no puede soportar que Denisse se haya enamorado de un hombre con ideas políticas opuestas a las suyas. Se siente traicionado como padre, como hombre, como político. Llega a maldecir haberla traído al mundo. Yago, ya en marcha con su plan, logra convencer a Rodrigo de que hay una manera de conquistar a la muchacha, sin importar que ya esté casada: le propone agasajar a Denisse con una gran cantidad de joyas, de incalculable valor, que son posesión de su familia. Yago le pone como condición para ayudarlo, que las joyas sean entregadas por él como intermediario y no directamente por Rodrigo, invocando razones de prudencia. Este le hace caso, pero Yago guarda las joyas para beneficio propio y jamás se las entrega a Denisse. Rodrigo, envalentonado porque entregó las joyas, va a visitar al senador Brabancio, para bastardear el amor de Osmar Othello y Denisse. Le expone razones con vehemencia: que jamás tan bella criatura puede estar con un hombre totalmente opuesto a sus pensamientos políticos y a su distinción y cuanta cosa más se le ocurre decir movido por su desesperado corazón y planteándole a Brabancio que él, Rodrigo, se considera el candidato ideal para ser su yerno. Brabancio apoya a Rodrigo y le promete que hará lo imposible, que no va a dejar contacto por tocar para anular ese maldito matrimonio. Ahí ocurre el gran enfrentamiento de Osmar Othello con Renato Brabancio, quien lo va a buscar a su mansión. Osmar Othello habla con absoluta sinceridad sobre su amor hacia Denisse y Brabancio no entra en razones hasta no escucharlo de la boca de su hija, a la que considera una traidora. Osmar Othello manda a buscar a Denisse y ella enfrenta a su padre. Le enrostra su felicidad y su padre la maldice y agradece al Cielo haber traído a este mundo sólo una hija. Porque, de lo contrario, el resto pagaría por los pecados de ella. Brabancio se refugia en Rodrigo, ya convencido de que perdió a su hija. Pero Rodrigo, sin decirle su plan, trata de darle estímulo al que sueña como su futuro suegro. Ignorando que su plan no es más que otra traición de Yago. Por otro lado, Yago le tiende una trampa al teniente Miguel Cassio, aprovechando su debilidad por la bebida. Yago le afloja la lengua con unas copas y Cassio confiesa que, a pesar de estar en amoríos con Bianca, una prostituta a la que le da cierto trato diferencial, pero a quien jamás haría su esposa, Cassio reconoce que la ingenuidad y la belleza de Denisse no le son indiferentes… Es ahí cuando Yago da el puntapié inicial a su gran plan macabro, ya habiendo traicionado a Rodrigo y ahora dispuesto a hacer lo mismo con Cassio. Sólo que lo utilizará de una manera doblemente perversa, haciéndole creer a Osmar Othello que Cassio no es sólo un mal amigo, sino que, además, es el amante de Denisse. La debilidad de Miguel Cassio por la bebida es severa. Cuando comienza, no puede detenerse, hasta que pierde el control de su lengua. Participando de un evento social en el lujoso Casino CLUB, cuyo dueño es Gabriel Marabotto, protagoniza un escándalo que no está acorde con su jerarquía ni a quien responde, que es el gobernador y capitán Othello. Este episodio es contado por Yago a Othello, ya que éste sólo vio la última parte del mismo. Othello decide retirarle el cargo a Cassio, porque siente vergüenza de él y además de empezar a sentir la presión en su cabeza de las primeras sospechas sobre la infidelidad de Denisse. En tanto Denisse, al enterarse de la decisión de su esposo respecto de Cassio, intercede, exponiendo sus leales razones: lo bondadoso que ha sido Cassio con ellos y cómo expuso su posición cuando aceptó ser testigo de la boda secreta. Esta defensa de Denisse a Cassio irá metiendo en Osmar Othello la duda y la desconfianza sobre la fidelidad de su esposa, quien en realidad no hace otra cosa que vivir por y para el amor de Osmar Othello…Yago sabe que si Othello deja su puesto en la gobernación, ya sea por matar a Denisse o por terminar enloquecido por los celos y no poder hacerse cargo de sus funciones, el sucesor sería Francesco Montano, quien se llevaría todos los votos. Por lo tanto trata de hacer buenas migas con Montano, para lo cual acerca a Emilia, su esposa, a la ambiciosa Catalina Felice, señora de Montano. Ella lo acepta, porque lo único que le interesa es poder acercarse a Denisse, la esposa del gobernador actual, Osmar Othello y no estar, en cambio, junto a la esposa de un simple teniente coronel como es Emilia a la que sólo ve como un trampolín para sus fines. Yago esboza la intención de ocupar un cargo importante en la gobernación, algún día. A Montano le llama la atención que Yago, siendo tan amigo de Othello, esté planeando cosas a futuro en vez de hacer causa común con el actual gobernador. A todo esto Rodrigo, mientras espera una respuesta de amor de Denisse que no llega, es asediado por Sofía Marabotto, la atractiva veinteañera hija de Gabriel Marabotto, el dueño del Casino, y de Mara Pescara. Lo seduce con absoluto desparpajo, se le entrega sin tapujos y le habla de amor. Pero Rodrigo sólo tiene su corazón para Denisse. Y en uno de los varios encuentros que tiene con Sofía la ve tan mal, porque ella sí se ha enamorado de él, que le confiesa que él también sufre por un amor no correspondido, el de Denisse. Esto sirve a Sofía para usarlo con algún tipo de amenazas, por el despecho de ser una mujer herida y rechazada por el hombre que ama. Sofía, sin saberlo, se vuelve una cómplice de Yago, porque le va a contar a Othello lo que le pasa a Rodrigo con Denisse. Aquí Othello, si bien toma con pinzas lo dicho por Sofía, la respeta por ser hija de un amigo que él cree honorable. Ya no puede soportar, en su fantasiosa cabeza manipulada por Yago, sumar un nombre más al lecho de su esposa. Othello se va enterando, paralelamente al bastardeo que su amor sufre por las acciones de Yago, de que Mara Pescara, la mujer de Marabotto, el dueño del Casino CLUB, ha solventado una campaña en favor de la donación de órganos. “Donar órganos es dar vida”. Esto atrae a Othello, quien quiere interiorizarse de cómo es el proceso, ya que puede ayudar a mucha gente, por lo que le parece un programa muy interesante para incorporar a sus políticas de estado. Cuando Marabotto se entera, se pone en alarma y busca al indicado para sabotear la sana intención del gobernador. Marabotto está en convivencia con sectores oscuros del tráfico de órganos y acude a Yago para buscarlo como aliado, ya que tiene muy claro que éste se dice amigo del que es enemigo y que tiene influencia sobre Othello. Sin darle demasiados detalles a Yago, que está muy interesado en negociar las joyas que le sacó a Rodrigo, le sugiere la inconveniencia de que Othello se meta en cuestiones que no lo necesitan, dado que ya existe una institución pública que se ocupa de eso y en la que, justamente, está Mara, su esposa como voluntaria. Yago percibe que le conviene negociar con Marabotto y le promete que él se ocupará de que Othello abandone la iniciativa. Marabotto nota que realmente Yago quiere hundir a Othello y además sabe que necesita dinero, ya que no es un hombre de fortuna, pero si con una ambición sin límites, y le hace una tentadora propuesta para incorporarlo a su macabro negocio de “tráfico de órganos”. Yago, sin abandonar su principal objetivo: destruir el amor de Othello y Denisse, acepta gustoso la propuesta, ya que eso le proporcionará una gran entrada de dinero que no tiene. Deberá mentir, como es su costumbre, a Emilia, y contarle una falsa historia sobre su progreso económico repentino. Denisse y Emilia, la esposa de Yago, están unidas por un sincero vínculo de amistad, ajenas a la maldad de Yago. Denisse insiste en que su esposo debe perdonar a Miguel Cassio. Y Emilia la apoya, pero además, por primera vez, se confiesa ante Denisse y habla de los hombres: del uso que los hombres le dan a las mujeres. Denisse no comprende, ella vive en medio del amor de su Othello. Es ahí cuando Emilia le confiesa la esterilidad de Yago, advirtiendo que debe guardar el más absoluto secreto sobre el tema, ya que por orden de Yago debe ser ella quien pase por estéril. Denisse le cuenta sobre Celina Cuenca, la joven que perdió a su familia en un accidente y que recibió un trasplante. Le describe su dulzura, su inocencia, le dice que tal vez sería bueno que le propusiera a Yago incorporarla a su familia, como adoptada. Emilia ve con buenos ojos la idea, pero teme que Yago no lo aceptará. De todos modos, desea conocerla. Yago sigue con su plan contra el amor de Osmar Othello y Denisse. Va atando sutilmente cabos que sólo él sostiene, pero que le van metiendo cada vez más duda a Othello. Como, por ejemplo, Yago logra hacerse del pañuelo griego gracias a Emilia, quien en su inocencia se lo da sin reparar en la gravedad del daño que va a ocasionar, puesto que Yago utiliza dicho pañuelo con Miguel Cassio, dejándoselo en su cuarto para que Othello crea que Denisse estuvo allí. Todo se va enmarañando, ya que el preciado obsequio cae en manos de Bianca, la prostituta, quien lo recibe como regalo de Cassio. El matrimonio de Othello y Denisse comienza a tambalear. Ya hay una prueba tangible contra Denisse y su conducta de mujer infiel. Pero ella, tranquila con su conciencia, no comprende qué pasa. Y eso enfurece aún más a Othello, quien se siente burlado. Yago finge ser su apoyo incondicional y no se detiene un instante en seguir armando patrañas en contra de la inocente Denisse, quien de tan inocente le pide ayuda a Yago, para que convenza a su esposo de que ella no tiene nada con Miguel Cassio más que gratitud y una sincera amistad. Pero Yago, cada vez más obsesionado por hacer parecer una puta a Denisse delante de Othello, se servirá de mil artilugios inclusive le solicitará ayuda a Gabriel Marabotto, que no dudará en dársela, ya que le conviene tenerlo de su lado. Othello comenzará a darse cuenta de que hay algo oscuro entre Yago y Marabotto, a pesar de su pesadísima carga emocional por los celos que lo van carcomiendo. Quiere desentrañar qué negocio ilícito es el que tiene Marabotto y cómo repentinamente Yago comienza a enriquecerse. Queda claro que Osmar Othello sacará a la luz el oscuro negocio de tráfico de órganos de Marabotto, pero también debe quedar claro que Yago como siempre saldrá limpio de culpa y cargo ante los ojos de Othello. A escondidas de Yago y apañada por Denisse, Emilia comienza a encontrarse con Celina. Así deposita en ella sus deseos de ser madre, creando poco a poco un entrañable vínculo. Celina será capaz de defender a Emilia de Yago, cuando lo considere necesario. Othello manda a llamar al padre Gilberto. Intenta obligarlo a que el buen sacerdote le cuente las confesiones de Denisse. El padre Gilberto se niega, horrorizado y le propone a Othello que confíe en su esposa, que ella es pura y limpia. Othello, en medio de su terrible enfermedad llamada celos, hasta desconfía del padre Gilberto y llega a amenazarlo que con un solo llamado telefónico lo sacaría del país y lo mandaría a predicar al lugar más paupérrimo y alejado del mundo… aún así, el padre Gilberto se niega y se apiada de Othello, quien finalmente reflexiona ante el religioso y sabe que hay leyes que no se pueden quebrantar, y mucho menos un sacramento como es la confesión. En medio de toda esta crisis muere Renato Brabancio, el padre de Denisse, quien jamás logró perdonarla por su boda con Osmar Othello. Ni siquiera antes de morir quiso mirarla por última vez ni despedirse con una palabra de cariño. Antonia Lantoni, la amante de Brabancio, se cree con derechos sobre la fortuna del difunto, aunque obviamente no los tiene. Intenta hacer una alianza con la menos indicada, Bianca Bertanni, la prostituta y amante de Miguel Cassio. Y arman un plan para despojar a Denisse de lo poco que el padre le ha dejado, o sea lo que le toca por derecho, ya que el resto ha sido donado por testamento a su partido político y a Bruna Di Carlo, su secretaria leal, la que es portadora de varios secretos. Bianca y Antonia se proponen extorsionar a Bruna para que devuelva su parte de la herencia. De lo contrario van a mancillar el nombre de Renato, contando sus raras afecciones sexuales, que pondrían en boca de todos su reputación después de muerto. Osmar Othello como hombre de honor que es, lamenta la muerte del padre de su esposa Denisse, aunque considera que lo que le ha hecho a su única hija es imperdonable, por no haberle permitido tener al menos una última conversación de sinceramiento de sentimientos antes de morir. Aunque Othello está al tanto de las conductas “extrañas” de Renato Brabancio, jamás permitirá que lleguen a oídos de Denisse. Bruna será quien lo alertará, para que Othello pueda desbaratar el plan de Antonia y Bianca. En tanto, Denisse se atreverá a confesarle a Othello la corrupta conducta que llevaba su padre en la vida política y las cosas que ella fue descubriendo y calló por amor y respeto a él a pesar de todo. Llegan de Venecia, para el funeral, Ludovico Brabancio, primo de Denisse, junto con su padre, Graciano Brabancio, tío de Denisse. En el funeral, Ludovico conoce a Sofía Marabotto y queda fascinado con ella. Pero Sofía sigue obsesionada con Rodrigo. Aún así, Ludovico, poco a poco, irá ganando su corazón. Como Antonia Lantoni era la amante de Renato Brabancio y recibía por ello un dinero mensual, ahora pone sus ojos en Miguel Cassio, aunque sabe que ni por asomo va a cubrir sus expectativas económicas como lo hacía el difunto Renato. Pero, de todos modos, le parece un hombre interesante. Y si bien hizo su alianza con Bianca para despojar a Denisse de la herencia y extorsionar a Bruna, la secretaria leal, eso no le impide convertirse en rival de Bianca por el amor de Miguel Cassio. Benito Miraldo, el enfermo y fiel criado, encuentra en la mansión, escondidas, las joyas que Rodrigo le dio a Yago, para Denisse. Se las entrega a Othello. Y éste, fuera de sí, enfrenta a Yago, preguntándole qué significan, de dónde salieron. Yago, mintiendo, le dice que él las escondió por lealtad, para protegerlo, ya que él se enteró de que Denisse le reclamaba esas joyas a Rodrigo como muestra de su pasión por ella. Othello no lo puede creer, pero allí están las joyas, como testimonio irrefutable… Yago ahora quiere librarse de Rodrigo, para no tener que responder a “su trato” con él, ahora que Othello descubrió las joyas y las cosas se complican aún más. Para ello, Yago convence a Rodrigo de que Denisse ha optado por dejar a Othello y quedarse con Miguel Cassio. Su único camino, por lo tanto, es ir y matar a Cassio. Yago finge estar tan comprometido en la causa de Rodrigo, que le promete acompañarlo para ayudarlo en el asesinato. Cuando los cabos urdidos por Yago hacen conjuro en un solo nudo, el terrible rompecabezas de mentiras queda perfectamente armado. A los ojos de Othello, no cabe ninguna duda de que su esposa es una puta. Y Yago, para reafirmar lo ya afirmado por él, le dice: “Si engañó a su padre, para irse con vos… ¿por qué no te iba a engañar a vos?” Ante la solidez del razonamiento, Othello sabe que la quiere ver muerta, cosa que para su hombría de bien y para su honestidad es un insulto. Pero ya Othello ha salido de su eje. Los celos le han carcomido el cerebro. Y lo único que desea es sentir muy cerca de su boca el último suspiro de Denisse… Othello obliga a Benito a ir con él hasta un instituto de transplantes, en el que Benito se encuentra en lista de espera, para hacer la prueba de compatibilidad. A Benito le sorprende la actitud de su jefe, pero acepta porque se lo impone como una orden y resultan ser compatibles, pero eso es un secreto que guarda Osmar Othello hasta el momento indicado. Una vez convencido Rodrigo por Yago, éste se encuentra con Miguel Cassio y le advierte que Rodrigo quiere ir a matarlo, porque –miente- Rodrigo se enteró de que Denisse confesó que está enamorada de Cassio. Y Rodrigo, despechado, hierve de odio y lo quiere asesinar. Yago urde el encuentro en la mansión entre Cassio y Rodrigo. Todo confluye hacia una noche trágica en la mansión de Othello, en la que también viven Yago y Emilia en un apartado, un cómodo lugar dentro de dicha mansión. Cuando Rodrigo y Cassio se encuentran frente a frente, en una de las salas de la mansión, Rodrigo lo apunta con una pistola pero Cassio le gana de mano con su puñal y lo hiere de muerte. Ludovico y Graciano, que están hospedados en la Mansión oyen las voces de Cassio pidiendo auxilio, pero no se atreven a acercarse por miedo a que se trate de una trampa. En cambio Yago, que sabe lo que pasa, aunque finge sorpresa y coraje, se apresura a correr hacia la sala. Se acerca a Cassio, quien está de pie con el puñal en su mano, pretendiendo socorrerlo, ya que fue atacado por Rodrigo. Pero cuando Yago está encima de Cassio, le clava un puñal en la pierna, casi cortándosela. Todo es muy confuso y siempre hasta ahora Yago quedando limpio de toda culpa. Othello desolado y destrozado por los celos en soledad escucha la música que alguna vez escuchó cuando fue feliz con Denisse, frente a todos los elementos de prueba de infidelidad, desparramados sobre una mesa, los que impunemente le ha proporcionado Yago. Recuerda Venecia y el primer encuentro, llora el amor que inevitablemente cree que ha perdido y debe ponerle un final contundente y definitivo. No tiene consuelo, recuerda la dulzura de su madre, sus caricias cuando niño y llega a escupir sus propias manos porque sabe que se van a convertir inevitablemente en el arma mortal de su gran amor, al que sólo ahora puede ver con la ira de una gran pasión, que ya no lo deja vivir si no toma una medida definitiva. Othello va a la alcoba matrimonial, allí encuentra a Denisse y le pide que rece, hasta le ruega. Que si aún tiene pecados que no confesó, tiene la oportunidad de rezar y pedirle perdón al Santísimo. Denisse, ajena a toda maldad, no comprende, pero sí comienza a temerle. Y aún así decide entregarse a la voluntad de Othello, que es matarla. Demasiado terrible, esas manos que acariciaron tanto ese cuello, ahora lo toman para quebrarlo y aprovecharse de su fragilidad. ¿Cómo luchar por el amor, cuando los celos ya le envenenaron la sangre? En el salón donde yacen Rodrigo muerto y Cassio herido, entra Bianca alarmada por los gritos, y a continuación Emilia. Yago quiere hacerla pasar a Bianca por sospechosa del apuñalamiento de Cassio, quien se ha desmayado desangrado, delante de Emilia y Bianca. Yago ordena a Emilia que vaya a enterar a Othello de lo sucedido. Cuando Othello está terminando de estrangular a Denisse, con todo el dolor de su alma y el odio de su corazón, llega Emilia, que le grita la injusticia que está cometiendo. Y Othello, que no le cree, le explica entonces a Emilia que “el honrado “de Yago fue quien le abrió los ojos, quien le mostró la verdad… Emilia no puede creerlo. Denisse es la más dulce y fiel mujer que ella conoció. Revela a Othello que todo fue un invento de Yago, que la crueldad de su marido no tiene límites, hasta se atreve a contar sobre la esterilidad de Yago y el odio que Yago sentía pensando que en cualquier momento Othello podía tener la bendición de ser padre. Paralelamente, en la sala, Yago ha herido sin reparo con un puñal en la pierna a Miguel Cassio. Yago aprovecha para echarle la culpa a Bianca del apuñalamiento en la pierna destrozada de Cassio, utilizando razones como que ella fue la última que estuvo con él esa noche comiendo juntos y, además, usando como excusa que ella es una puta y sabía que tarde o temprano Cassio la iba dejar por una mujer decente y por lo tanto prefería verlo muerto a que la abandonase. Bianca sería incapaz de hacer algo así, ella lo ama sinceramente. Ante los gritos y ruidos, que provienen de ambos cuartos, se arma un gran descalabro en la mansión. Othello sigue sin creerle a Emilia. En el pasillo, se encuentran Yago, que sale de apuñalar a Cassio y culpar a Bianca, con Montano y Graciano, que llegan alarmados. Ingresan al cuarto donde están Othello, Denisse que yace y Emilia que enfrenta a su marido Yago y le reprocha lo que ha hecho y revela a Othello que fue ella quien encontró el pañuelo griego y se lo dio a Yago. Othello empieza a comprender en medio de su estado de shock, que ha cometido un error trágico e imperdonable. Va contra Yago para matarlo, pero antes éste va contra Emilia, la hiere de muerte y huye. Graciano y Montano van tras él. Quedan solos Othello y Denisse ya muerta sobre el lecho y Emilia muy malherida. En medio del horror llega Ludovico Brabancio y le entrega a Othello dos cartas que ha encontrado en el saco de Rodrigo. Una, dirigida a Yago, reprochándole la entrega de sus joyas en vano, porque jamás pudo tener a Denisse y otra, contándole a Othello, que Denisse y él eran víctimas de Yago. Othello queda con todas las certezas de que yace en su cama un ángel. Y que algo debe hacer para limpiar su oscuro proceder. Recuerda una charla que tuvo con una persona perteneciente a la institución de donación de órganos. Es por eso es que hace un llamado, antes de matarse, para donar sus órganos. Y ordena que los vengan a buscar a la mansión, calculando el tiempo exacto que la medicina necesita para que los órganos puedan ser de utilidad a otras personas. En su caso, él sabe perfectamente que sus órganos prolongarán la vida de Benito, su fiel criado. El sabe que de tanto odio y de tanta mentira, puede haber “un brote de amor”, aún es posible dar vida. IMPORTANTE: Este final lo puse para darle un ribete bien de telenovela redimiendo al protagonista con un gesto loable hacia su sirviente querido, pero sería “espectacular” que el final fuese como en el clásico Othello, en donde él la mata y luego también se quita la vida por haber cometido terrible injusticia. Aún así hay dos posibles finales más: uno si es que se desea que no mueran los protagonistas y que solo mueran los malvados, o siguiendo el final inicial hacer un encuentro onírico súper romántico de la pareja protagónica en el sitio en donde dicen que vamos cuando morimos. Ludovico Brabancio (Primo de Denisse y enamorado de Sofía) Benito Miraldo (fiel servidor de Othello) Osmar Othello Denisse Brabancio (gobernador y capitán enamorado de Denisse) (Desdémona) Es el gran amor de Othello Miguel Cassio (Es amigo de Othello y trabaja para él) Bianca Bertanni (amante de Cassio y prostituta) Sofía Marabotto (Enamorada de Rodrigo, pero se casará con Ludovico) Yago Caprio Rodrigo Campresatto Lisboa (aristócrata, amigo de Othello y enamorado de Denisse) Gabriel Marabotto (Dueño del Casino CLUB y traficante de órganos) Mara Pescara (Esposa de Marabotto,es voluntaria en institución pública de donación de órganos) (Teniente Coronel, amigo y al servicio de Othello) Villano Emilia Monjes (Esposa de Yago y amiga de Denisse y Othello) Francesco Montana (candidato a gobernador) Catalina Felice (Esposa de Montana) Renato Brabancio (Padre de Denisse y Senador) Bruna Di Carlo (Secretaria de Renato Brabancio) Celina Cuenca (Protegida del Padre Gilberto y amiga de Denisse) Graciano Brabancio (Hermano de ) Renato Antonia Lantoni (amante de Renato y amiga de Bianca) Padre Gilberto de la Cruz (Confesor y migo de Denisse) OSMAR OTHELLO Tiene alrededor de 40 años. Es apuesto, morocho. Es capitán, pero ejerce como civil en su cargo como gobernador en la provincia. Para algunos eventos especiales usa su traje de capitán. Incorruptible, sumamente honesto, por lo tanto desea rodearse de personas que posean la misma virtud. Su origen es humilde por parte de madre, pero de su padre heredó la vocación militar, claro que tomada como un servicio y no como un abuso de poder. Posee claras convicciones de lo que anhela para su vida. Ha hecho amigos a lo largo de su ascendente carrera política, algunos sinceros y otros por mero interés. Siente a Yago Caprio como su hermano, confía plenamente en él y lo considera un hombre “honrado”, palabra que Osmar Othello no usa con facilidad, si realmente no tiene absoluta convicción de la conducta de la persona. Pero su gran error será considerar “honrado” al más ruin y vil de los hombres: Yago, que empezará a salir a la luz cuando Othello se enamore de Denisse Brabancio. Si bien tiene un pasado de historias amorosas, nunca una mujer caló tan hondo en su corazón como Denisse. Quizás en el transcurso de la historia llegue, en medio del caos sentimental que empieza a vivir Othello, un amor del pasado, Bárbara Dominica, morocha, sensual y sexual, avasallante, todo lo contrario a la candidez de Denisse. Bárbara, obviamente, viene en busca de su antiguo amor, al que encuentra casado y en plena crisis matrimonial. Si hay algo más alejado de la mente de Othello es pecar de lo mismo que él juzga, ser infiel. Pero este personaje femenino le traerá algunas complicaciones cuando aparezca como enviada desde el mismo infierno. Othello es un hombre confiado, pero esa confianza se basa en su propia honestidad, ya que él nunca lleva segundas intenciones. Su frontalidad a veces puede resultar irritante para aquel que no lo conoce. Ama la música, sobre todo la italiana, su madre le cantaba de niño y el descubrir la bella voz de Denisse para cantar y además tocar el piano lo transporta al mundo que siempre soñó. Si bien vive en medio del lujo, no hace ostentación, ni de poder ni de riqueza. Es de espíritu solidario y se va a involucrar con causas de bien común. La que lo va sensibilizar mucho será el tema de la donación de órganos, “el cómo de la muerte se puede sacar vida.” Tiene un profundo cariño por Benito, su fiel servidor, que sufre graves problemas de salud desde pequeño, pero que no le impiden estar siempre dispuesto. Othello tiene un gran dominio de embarcaciones marítimas, como capitán que es, y de vez en cuando le divierte competir en alguna regata. Aunque a Denisse le asusta un poco suele acompañarlo para sentir el vértigo y la adrenalina del deporte. Adora fumar en pipa un buen tabaco acompañado con un buen licor italiano. Detesta los excesos, es metódico. Mira de frente y está orgulloso con lo que logró: ser” un hombre de honor”, tener una mujer a quien amar y con la cual poder formar una gran familia, sueña con tener muchos hijos, deseo que le transmitirá a Yago el cual oculta que es estéril y eso lo cargará aún más de envidia. Pero todo lo maravilloso de su gran amor por Denisse se derrumbará cuando” el veneno de los celos “se apodere de su sangre. SI FUERA UNA FRUTA SERÍA UN RAMILLETE DE UVAS MORAS. SI FUERA UN METAL SERÍA DE ORO PURO. SI FUERA UNA PIEDRA PRECIOSA SERÍA UN RUBI. SI FUERA UN LUGAR SERÍA EL MAR AL ATARDECER. SI FUERA UN RECUERDO SERÍA EL MOMENTO EN QUE CONOCIÓ A DENISSE EN VENECIA. DENISSE BRABANCIO (DESDÉMONA) Tiene entre 23 y 25 años. Rubia, de belleza inmaculada, frágil de aspecto, pero con un carácter y temperamento bien definido Nunca se llevó bien con su padre y mucho menos luego de la muerte de su madre: Luciana, ya que vio con muy malos ojos que su padre tuviera una amante: Antonia, y que la llevase varias veces al lecho que compartió con su madre. Adora cantar y tocar el piano. Es de risa fácil y de mirada transparente Es sumamente bondadosa y caritativa. Es muy femenina, adora las sedas, las texturas suaves y los perfumes frutales. Colecciona cajitas musicales. No le gusta el modo en que ha encarado la política su padre, se fue enterando de actos de corrupción que no van con ella, pero lo calla y sufre en silencio. El que escucha sus confesiones es el padre Gilberto, entre ellas su anhelo de un gran amor. Sueña con conocer a un hombre y entregarse a él para toda la vida, un hombre que sienta al ritmo de su corazón y tenga la pureza de su alma, y es ahí cuando, ya cansada de ser perseguida por pretendientes frívolos carentes de vida interior y sólo abocados a la figuración, aparece en su vida Osmar Othello. Es el que la hace vivir por primera vez el “fuego de su pasión” y una ternura casi de niño. Denisse ya no podría imaginar la vida sin este hombre, lleno de virtudes, que comparte sus sueños y les basta una mirada para saber qué quiere el uno del otro. Nada en la vida la hizo más feliz que convertirse en su esposa. Toma a los amigos de Othello como si fueran suyos, tratándolos con cariño y respeto, incluyendo al perverso Yago que se ensañará con ella hasta acabar con su vida. Tiene un gran cariño por Emilia, la esposa de Yago, con ella comparten muchas cosas, ya que dentro de la mansión en que vive Othello, hay una confortable casa en donde viven Yago y Emilia. Es la confidente de Emilia, sabe que sufre en su matrimonio con Yago y quiere ayudarla. Siente un gran cariño y gratitud por Miguel Cassio, ya que se jugó por Othello y ella para que se casasen en secreto y nadie impidiese esa boda. Posee un entrañable vínculo con el padre Gilberto de La Cruz, al cual le pide a veces que le cuente cosas de su madre muerta: Luciana. También siente un gran cariño por Celina Cuenca. Estuvo a su lado cuando sufrió la tragedia de perder a su familia y cuando necesitó un transplante de pulmón el que se le destruyó en el accidente en que perdió a sus padres. Denisse se entusiasmará con la propuesta en el gobierno de su amado Osmar Othello, de hacer que la gente tome conciencia de lo importante que es la donación de órganos. Será el único proyecto en la gobernación de Othello en el cual Denisse le ruegue participar. SI FUERA UNA FRUTA SERÍA UNA FRESA SI FUERA UN METAL SERÍA PLATINO SI FUERA UNA PIEDRA PRECIOSA SERÍA UN BRILLANTE DE ELEVADOS KILATES. SI FUERA UN LUGAR SERÍA EL REGAZO DE SU MADRE. SI FUERA UN RECUERDO SERÍA EL INSTANTE EN QUE OTHELLO LE REGALA EL PAÑUELO DE SEDA QUE ERA DE SU MADRE. YAGO CAPRIO Tiene alrededor de 55 años. Es teniente coronel. Se nota que en su juventud ha sido un hombre muy buen mozo. De todos modos le queda un gran atractivo y el poder de conseguir todo lo que quiere, es como “un encantador de serpientes”. De modales refinados. Si bien está económicamente cómodo, su ambición no tiene límites, al igual que su macabra cabeza experta en urdir los más prefectos y repugnantes planes. Desata su furia y maltrato psicológico con su esposa Emilia. Para el resto, y sobre todo para Othello, es un hombre “honrado” y bondadoso, aunque dentro de él esté enquistada la bestia de la maldad, que saldrá a la luz en todo su esplendor cuando llegue a sus oídos la noticia de que Othello ha encontrado a Denisse, el amor de su vida. Desde ese momento va a vivir para destrozar ese amor y armar intrigas y patrañas, para dejar a Denisse ante Othello como una puta. Ama a Emilia, sin embargo no se lo demuestra y oculta un secreto: él es estéril, pero ha obligado a Emilia a decirle a todos que la estéril es ella. No tendrá límites en su plan de separar a Othello de Denisse y de llevarlo muy lentamente a creer en conclusiones falsas que su gran inteligencia le hacen planear hasta que Othello, enloquecido por lo que cree la verdad de este “hombre honrado”, lo lleve a matar a su amor. Algunas veces desaparece misteriosamente, nadie sabe adónde va: es a un orfanato, donde él es padrino de un niño al que llama “el pequeño Yago” y que es el único en el que deposita una dosis de ternura. En alguna oportunidad Othello descubrirá la devoción de Yago por el niño, el mismo Yago le dará las pistas cuando sienta que empieza a caber alguna desconfianza en Othello sobre su “honradez”, especulando con que al saber de esto Othello ya no sentirá ninguna duda de que su amigo es un gran ser humano y ese hombre honrado al que él valora y respeta. EMILIA MONJES, SEÑORA DE CAPRIO: Tiene 37 años, es atractiva pero muy poco coqueta. De modales refinados, viene de una familia encumbrada, pero que ha perdido toda su fortuna. Tiene la mirada profunda y triste. Ama a Yago, pero también le teme. Desea profundamente ser madre y su cuerpo está apto para serlo, pero Yago es estéril y la obligó a hacerse pasar ella por una mujer incapaz de llevar un hijo en su vientre. Es una excelente cocinera, cocinando a veces calma sus pesares. Tiene carácter fuerte, pero lo contiene, Yago la quiere sumisa y de pocas palabras. Siente una gran devoción por Denisse, le habría gustado encontrar un amor “tan dulce” como el que ella posee en su Othello. Admira profundamente a Othello y sabe que Yago jamás podría parecérsele en su honestidad y honor, pero lo calla. A veces consume barbitúricos, sobre todo luego de un maltrato psicológico de Yago. Que ya tiene tan hecho carne que “ella es la estéril”, que suele torturarla con eso y Emilia es incapaz de defenderse y de decir que las cosas son al revés. Sabe de “ese extraño sentimiento” que Yago tiene por Othello y se lo manifiesta en privado de diversas maneras, pero jamás imagina hasta dónde va a llegar Yago. RODRIGO CAMPRESATTE LISBOA Tiene alrededor de 33 años. Es de clase alta, es atractivo, de ojos claros, de mirada escondedora. Vive solo en un espectacular loft. Si bien tiene un amor que dejó en Francia, Camille Pontua, a la que prometió matrimonio, está obnubilado con Denisse, sería capaz de hacer cualquier cosa por conseguir su amor o al menos una noche de pasión, sin importarle que sea la esposa de su amigo Osmar Othello. Se dedica a la cría de caballos de polo, de hecho juega muy bien ese deporte. Ha hecho una carrera militar a la que dejó relegada. Le gusta el juego y apostar fuerte, por lo tanto pasará muchas horas en el Casino CLUB de Marabotto. Sofía la hija del dueño de dicho Casino CLUB se enamorará perdidamente de él, y al no ser correspondida se obsesionará y tratará de destruirlo. Es leal, pero el juego y las mujeres lo pierden. Él no se enamorará de Sofía, pero vivirán una fuerte relación de cama. Será otra víctima de Yago, quien le prometerá el amor de Denisse a cambio de unas joyas valiosísimas. Es un personaje que está dispuesto a todo para obtener el amor de Denisse, inclusive intentar matar a Miguel Cassio, otra víctima de Yago, quien le hará creer a Rodrigo que ella eligió a Cassio. Su proceso interno es complejo porque quiere sinceramente a Othello, pero se ha enamorado de Denisse y aún así no lo considera su enemigo, por lo tanto, cuando ya se siente traicionado por Yago, dejará en unas cartas la verdad para Othello como un gesto de grandeza, sin saberlo, en antesala de su muerte. MIGUEL CASSIO Tiene alrededor de 42 años. Es exitoso con las mujeres, ya que siempre hace un pobrecito y les despierta un instinto maternal, sobre todo a las putas ávidas de cariño. En este caso Bianca Bertanni es su elegida, entre el ramillete de mujeres fáciles que se le ofrecen a cambio de una noche de pasión. Pero él va por más y ha puesto los ojos en Denisse, pero lo guarda en secreto, ya que respeta y quiere a Othello y fue Cassio quien los apañó para que lograsen concretar la boda. Pero la belleza y la fragilidad de Denisse pueden más que cualquier “código de honor” y Yago sabrá sacar tajada de esto para hundir a Denisse frente a Othello, o sea que éste personaje será otra víctima de Yago en perjuicio de la enamorada pareja. GABRIEL MARABOTTO Tiene 70 años. Se mantiene muy bien a pesar de su edad y de los continuos desvelos a los que lo somete su Casino CLUB, es dueño de él hace ya más de 20 años y lo hizo a su medida, con un gran salón VIP para eventos importantes, otro sitio para encuentros tramposos y el Casino a la vista de todos los que desean jugar. Está casado hace 30 años con Mara Pescara, cubren apariencias, pero la relación como pareja está terminada. Fruto de este matrimonio es Sofía, la debilidad de Gabriel. La trata como una muñeca de porcelana a punto de romperse, la complace en todos sus deseos, cosa que no hace con Mara. Adora el champagne, es un hombre que ha viajado por todo el mundo, siempre tiene una anécdota divertida a flor de labios. Se ha ganado la estima y respeto de políticos encumbrados, militares, deportistas, estrellas de cine. Pero el vínculo más estrecho lo ha hecho con Othello, que ve un poco en él al padre que no tiene. Hasta le pide consejos, sin sospechar que este hombre es un monstruo que se dedica al “tráfico de órganos”. El que se enterará primero de ello será Yago, cuando Francesco sienta que Othello está por descubrirlo. Pero, en definitiva, si bien Yago hará una alianza con él, a la larga Othello descubrirá el terrible negocio y hará cerrar el Casino y lo mandará a la cárcel, tal vez domiciliaria por la edad. En tanto, el ruin Yago ejercerá un fuerte chantaje a Francesco y conseguirá no ser delatado ni descubierto en primera instancia. Othello se sentirá sumamente decepcionada de este hombre en el cual depositó un gran cariño. MARA PESCARA, SEÑORA DE MARABOTTO Tiene alrededor de 50 años. No es gorda, pero tampoco flaca, vive haciendo dietas. Es fanática de los modelos exclusivos, más de una vez ha tenido alguna aventurita amorosa con algún joven apuesto que visitó el Casino, o con alguno que allí trabaja. Necesita destacarse socialmente y por haber vivido de cerca un caso de trasplante de órganos en su familia, decidió hacer varias campañas de toma de conciencia “que donar órganos es dar vida”. Este episodio en la familia de Mara también fue un disparador para Francesco, que vio de cerca cómo se puede hacer para conseguir un órgano con más rapidez, obviamente estando el dinero de por medio, pero jamás le dijo a Mara el macabro negocio que iba a armar y que lo está convirtiendo en archimillonario, se diría más que el Casino. Othello admira esta actitud de Mara, que lo instruye a fondo con el tema. Ella se siente halagada al ser escuchada por el gobernador, eso le da “chapa”. Othello siente que es algo que realmente” no se ha metido en la cultura de la gente”, como debería ser, porque muchas personas temen donar sus órganos, por lo tanto la apoya en las campañas y le da un buen lugar. Eso enfurece a Francesco, ya que su negocio es la venta y no la donación, pero solapadamente mete a Yago para que interceda y arruine las campañas, pero están armadas con tanta fuerza y con tanto testimonio real que ya resulta imposible. Logran abrir cientos de puestos en las esquinas de las calles más importantes en donde la gente puede donar sus órganos llenando un pequeño y simple formulario. Mara, a pesar de su gran frivolidad, al descubrir la monstruosidad en que está su marido ya no le importa cubrir ningún tipo de de apariencias y desea que se haga justicia con él. Lo mismo opinará Sofía, destrozada por la caída de su mayor ídolo: su padre. SOFÍA MARABOTTO Tiene 20 años. Dueña de un cuerpo escultural y de una belleza salvaje. Se divierte con el mundo que su padre, Francesco le ha creado. Un mundo de princesa. Es sumamente caprichosa y siempre obtiene todo lo que quiere, por eso cuando Rodrigo se niegue a amarla, sacará sus garras de mujercita herida y no tendrá medida en sus maldades para con Rodrigo y sin darse cuenta se convertirá en aliada de Yago, cuando vaya con el cuento a Othello de que Rodrigo ama a Denisse. Se cruzará en su vida Ludovico, al que en principio odiará sólo por ser primo de Denisse, la mujer que le roba el amor y la pasión de Rodrigo en la fantasía, ya que jamás él ha puesto un dedo sobre Denisse. Pero Ludovico, poco a poco, la irá domesticando. Denisse verá con buenos ojos a la pareja, pero Sofía la odia, de todos modos. Denisse le rogará a Othello que ayude a su primo a estar con Sofía, ya que nunca lo había visto tan enamorado. Othello hará lo propio por pedido de Denisse. Sofía posee un desparpajo absoluto, es capaz de aparecérsele desnuda a Rodrigo entre los caballos o quitarse la ropa mientras baila en un evento del Casino CLUB simplemente porque siente calor o porque quiere divertirse, adora ser el centro de atención. LUDOVICO BRABANCIO Tiene 28 años. Es abogado. De aspecto intelectual. Quedará maravillado con Sofía y no descansará hasta casarse con ella. Si bien vino al país por el funeral de su tío Renato Brabancio, no dudará en convencer a su padre para quedarse, aunque sea un tiempo en la mansión de Othello y Denisse, sin sospechar que se van a convertir en testigos de una gran tragedia. Cuando Sofía lo acepte le pondrá como condición un cambio de look y lo someterá a pruebas cruentas de destreza para saber si realmente es merecedor de su amor. Pero Ludovico pasará finalmente airoso todas las pruebas de la engreída Sofía. RENATO BRABANCIO Tiene alrededor de 60 años. Es de aspecto distinguido. Es Senador de la Nación y padre de Denisse. Quedó viudo el mismo día en que Denisse festejaba sus 15 años, un golpe muy fuerte para él ya que amaba a su esposa. A partir de la muerte de su esposa Luciana, que no se despegaba de él en cada actividad que emprendía su vida dio un gran giro. Tanto en su carrera política, en la que comenzó a frecuentar pares corruptos que lo fueron llevando a lo mismo, como en su vida sexual-amorosa, que dejó de ser algo normal, para tomar diversos ribetes poco convencionales para el común de la gente. Nunca fue muy demostrativo con el cariño hacia Denisse, pero a su modo la amó siempre y soñaba para ella un futuro a su elección. Su mundo se desmorona y su salud empieza a quebrantarse cuando Denisse se convierte en la esposa de Othello, al que en el fondo Brabancio envidia con todas sus fuerzas, pero como coraza despliega un odio desmedido. Es amante de Antonia Lantoni, que a su manera la quiere y se quieren, pero a la que le paga un sueldo para no sentirse comprometido. La depositaria de todos sus secretos es Bruna Di Carlo, su fiel secretaria, que lo ama en silencio y sufre por los turbios procederes de Renato. El corazón de Renato le jugará una mala pasada luego de que rechazó por centésima vez ver a su hija Denisse y morirá en los brazos de Bruna. Deja un testamento favoreciendo a su partido político, a Bruna y en menor escala a Denisse. BRUNA DI CARLO Tiene alrededor de 40 años. Es discreta y elegante en su vestimenta. Usa el cabello recogido. Es la secretaria incondicional de Renato Brabancio, lo ama locamente en silencio, sabe todos sus secretos y sufre cada vez que el Senador le hace ordenar a la servidumbre una noche perfecta cuando va a recibir a Antonia o a alguien más. Desprecia a Antonia, la odia y envidia, alguna vez tratará de imitar su estilo de ropa para conquistar a Renato y quedará ridícula. Adora a Denisse, pero hace causa común con Renato y le manifiesta indiferencia aunque por dentro quisiera abrazarla por ser la hija del hombre que ama. BENITO MIRALDO Tiene 32 años. Hace más de 15 años que sirve a Othello. Sumamente fiel y discreto. De salud muy frágil, necesitará un transplante de órganos y Othello tendrá mucho que ver en ayudarlo. Es incorruptible, más de una vez intentó insinuar a Othello ciertas actitudes de Yago que no le parecieron correctas, pero se calló para no crear discordia en tan entrañable amistad en apariencias, real desde Othello y una gran farsa desde Yago GRACIANO BRABANCIO Tiene alrededor de 60 años, es hermano de Renato, tío de Denisse y padre de Ludovico. Hizo causa común con su hermano Renato sobre la boda entre Othello y Denisse, considerándola un despropósito absoluto. Casi como una herencia familiar también le gustan las putas, pero tiene a su esposa engañada con una conducta intachable en apariencia. No le gusta la política, es dueño de un anticuario en Venecia que atiende junto con su esposa Ernestina. Ni se imagina que no sólo ha venido por el funeral de su único hermano, sino que también, con el tiempo, presenciará la muerte de su sobrina, a la que desprecia como la despreció Renato, intentando inculcarle a su hijo Ludovico el mismo desprecio, sin lograrlo, ya que Ludovico adora a Denisse y respeta y valora a Othello. ANTONIA LANTONI Tiene 44 años. Es atractiva, pero vulgar. De modales por momentos irritantes. Es la amante oficial de Renato Brabancio y cobra un muy buen sueldo por serlo. Pero todo se le derrumba cuando Renato muere. Vive con Bianca en un departamento de varios ambientes, decorado con una mezcla de burdel y de salita infantil. A pesar de ser amiga de Bianca no dudará en poner los ojos en su amante, Miguel Cassio, e intentar seducirlo y robarle alguna noche de cama, trayendo gran escándalo entre las dos mujeres. BIANCA BERTANNI Tiene alrededor de 35 años. Es exuberante y tiene como único objetivo en la vida casarse con Miguel Cassio. Ya que como prostituta a esta altura ya ha juntado bastante dinero, ahora selecciona mucho a sus clientes, pero Cassio no la toma en serio, se llenará de furia cuando se entere que Antonia se metió en la cama con su Cassio. Bianca quedará embarazada de Cassio y así piensa que lo podrá retener, pero perderá el embarazo. Además se pondrá en contra de Denisse cuando se entere que su Miguel Cassio la mira con ojos de enamorado. Podrá ser usada por Yago para sus fines de destruir el amor entre Othello y Denisse. PADRE GILBERTO DE LA CRUZ Tiene 56 años. Es de aspecto agradable y jovial. Colabora con Mara en la campaña para la donación de órganos. Tiene como protegida a Celina Cuenca, una chica menor de edad que perdió su familia en un accidente y debió recibir un trasplante de pulmón por la misma causa. Es el confesor de Denisse, como también lo fue de su madre. Apoya el matrimonio de Othello y Denisse, sabe que se aman sinceramente, pero ni por asomo presiente la tragedia que se avecina. Es muy hábil haciendo juguetes de madera que luego distribuye entre los chicos carenciados. FRANCESCO MONTANO Tiene alrededor de 42 años. Es ambicioso, quiere ser el gobernador que suceda en el cargo a Othello, sin imaginar que lo será mucho antes de lo previsto. Estudió Ciencias Políticas, es un gran orador. Está muy enamorado de su esposa, con la que lleva apenas dos años de casado. Le da todos los gustos y la deja soñar en convertirse en otra Eva Perón. Yago intentará hacer alianza con él, pero Montano se mantendrá al margen. Quiere que las cosas sigan su curso normal. Le cae muy bien Othello, a pesar de que está en el cargo que él quisiera ocupar. CATALINA FELICE, SEÑORA DE MONTANO Tiene 30 años. Es un personaje desopilante. Adicta a las películas de Eva Perón y su historia, se viste como ella, hace que su diseñador imite los modelos que la Primera Dama usó. Tanto ella como Montano, por el momento, no quieren tener hijos, quieren disfrutar la vida. Se hará amiga de Emilia para poder llegar a Denisse y se divertirá junto a Mara ya que ambas comparten gustos en común. CELINA CUENCA Tiene 16 años. Es bonita y muy dulce. De pocas palabras. Reza mucho, siente el llamado de Dios en su corazón, hasta que casualmente conoce a Ludovico Brabancio. Pero todo lo que intente será inútil, porque él ama a Sofía. Tiene que tomar medicación de por vida por el trasplante al que fue sometida en el que la donante fue su madre: Ángela, eso a veces la hace sentir inferior ante las otras chicas. Pero Emilia, gracias a Denisse, traerá alegría y consuelo a su corazón, encontrando en ella un pedacito de la madre que perdió, y que no está dispuesta a volver a perder, así que hasta será capaz de enfrentar a Yago para defenderla. Quiere mucho a Othello, que más de una vez le pedirá que de testimonio en las campañas de donación de órganos.