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“OTHELLO”
de
William Shakespeare
en
Versión libre
de
STORY LINE
Osmar Othello ha logrado gran respeto de sus
pares en su carrera política y militar, basada
en la rectitud y honestidad, a pesar de haber
llevado una vida cargada de dificultades; pero
su camino se ilumina cuando conoce a
Denisse (Desdémona) y se enamoran
locamente; aunque a la vista de varios, sobre
todo para el villano Yago, es “un mal amor”, al
que lograrán destruir, despertando “la ira de
una pasión” envuelta en el engaño y la
mentira.
SINOPSIS
La historia comienza cuando Osmar Othello, por cuestiones de
Estado, debe viajar a Venecia. Siendo joven capitán y
gobernador de una provincia importante, es convocado por el
Gobierno nacional para integrar una delegación diplomática.
Paralelamente, Denisse Brabancio viaja a Venecia perturbada
por asedios masculinos. En especial de algunos pretendientes
que su padre quiere imponerle como potenciales maridos. Por
otra parte, Denisse aún no ha podido reponerse de la muerte de
su madre. El destino produce el encuentro cuando ambos, en
soledad, deciden pasear en góndola. Osmar Othello no se
detendrá hasta saber sobre esa rubia y bella muchacha que lo
impactó hasta sus fibras más íntimas. Una vez que logra
acercarse a ella, localizándola por medio de un subordinado en el
hotel donde se hospeda, Denisse decide, por primera vez en
libertad, con quién quiere estar. Algo en la mirada triste de
Osmar Othello la cautivó, cuando se cruzaron en las góndolas.
Comparten una comida y algunos paseos, en los que Osmar le
cuenta sus historias de travesías y viajes, la soledad, el
desarraigo temprano de su tierra natal: Venecia, la muerte de su
madre y el modo en que fortaleció su carácter ante la adversidad
para no bajar los brazos y conseguir lo que anhelaba en la vida:
ser “un hombre de honor”. Denisse recibe estas historias con
lágrimas en los ojos. Cada relato suena para ella, a veces, como
la más dulce frase de amor. Y otras, como el eco de su propio
dolor. El corazón de Osmar Othello se asemeja al suyo. Esto
produce un desbordante enamoramiento mutuo, por el que
deciden que ya no pueden vivir el uno sin el otro. Denisse
desbordante de felicidad hace un llamado telefónico a Emilia, sin
saber el error que cometió, ya que Emilia entusiasmada le
contará la feliz noticia al perverso de su esposo Yago. Osmar
Othello guarda como preciado tesoro un pañuelo que perteneció
a su madre y que le había obsequiado su padre como un
“símbolo de amor”. Osmar Othello le cuenta a Denisse que el
pañuelo le fue regalado a su madre por su padre y que fue
diseñado por una adivina griega.
Osmar Othello guarda como preciado tesoro un pañuelo que
perteneció a su madre y que le había obsequiado su padre como
un “símbolo de amor”. Osmar Othello le cuenta a Denisse que el
pañuelo le fue regalado a su madre por su padre y que fue
diseñado por una adivina griega. Que es un “pañuelo mágico”. Y
que su madre, antes de morir, se lo entregó para que se lo diese
a la mujer a la que convertiría en su esposa… Osmar Othello se
lo da a Denisse como prueba de su amor y de su lealtad como
hombre. En él van las promesas de hacerla su esposa cuando
regresen a la Argentina.
Al regresar, Osmar Othello y Denisse Brabancio deciden casarse
en secreto. Lo hacen en la alejada capilla del Padre Gilberto, que
se encuentra en las afueras de la capital. Tienen como testigos a
Miguel Cassio y a Celina, la protegida del padre Gilberto.
Osmar Othello, feliz, le cuenta a su amigo, el teniente coronel
Yago Caprio, de su devoción por su flamante esposa. Yago
simula alegría, pero de aquí en más comienza a urdir su siniestro
“plan” para destruir este gran amor.
En primera instancia, Yago hace alianza con Rodrigo
Campressate Lisboa, un joven aristócrata enamorado de
Denisse. Juntos van a ver al senador Renato Brabancio, padre
de Denisse, para informarle de la infortunada boda.
Cuando el senador Renato Brabancio escucha de boca de Yago
y Rodrigo que su hija se ha casado, estalla en ira. El senador no
puede soportar que Denisse se haya enamorado de un hombre
con ideas políticas opuestas a las suyas. Se siente traicionado
como padre, como hombre, como político. Llega a maldecir
haberla traído al mundo.
Yago, ya en marcha con su plan, logra convencer a Rodrigo de
que hay una manera de conquistar a la muchacha, sin importar
que ya esté casada: le propone agasajar a Denisse con una gran
cantidad de joyas, de incalculable valor, que son posesión de su
familia. Yago le pone como condición para ayudarlo, que las
joyas sean entregadas por él como intermediario y no
directamente por Rodrigo, invocando razones de prudencia. Este
le hace caso, pero Yago guarda las joyas para beneficio propio y
jamás se las entrega a Denisse.
Rodrigo, envalentonado porque entregó las joyas, va a visitar al
senador Brabancio, para bastardear el amor de Osmar Othello y
Denisse. Le expone razones con vehemencia: que jamás tan
bella criatura puede estar con un hombre totalmente opuesto a
sus pensamientos políticos y a su distinción y cuanta cosa más
se le ocurre decir movido por su desesperado corazón y
planteándole a Brabancio que él, Rodrigo, se considera el
candidato ideal para ser su yerno. Brabancio apoya a Rodrigo y
le promete que hará lo imposible, que no va a dejar contacto por
tocar para anular ese maldito matrimonio.
Ahí ocurre el gran enfrentamiento de Osmar Othello con Renato
Brabancio, quien lo va a buscar a su mansión. Osmar Othello
habla con absoluta sinceridad sobre su amor hacia Denisse y
Brabancio no entra en razones hasta no escucharlo de la boca
de su hija, a la que considera una traidora. Osmar Othello manda
a buscar a Denisse y ella enfrenta a su padre. Le enrostra su
felicidad y su padre la maldice y agradece al Cielo haber traído a
este mundo sólo una hija. Porque, de lo contrario, el resto
pagaría por los pecados de ella.
Brabancio se refugia en Rodrigo, ya convencido de que perdió a
su hija. Pero Rodrigo, sin decirle su plan, trata de darle estímulo
al que sueña como su futuro suegro. Ignorando que su plan no
es más que otra traición de Yago.
Por otro lado, Yago le tiende una trampa al teniente Miguel
Cassio, aprovechando su debilidad por la bebida. Yago le afloja
la lengua con unas copas y Cassio confiesa que, a pesar de
estar en amoríos con Bianca, una prostituta a la que le da cierto
trato diferencial, pero a quien jamás haría su esposa, Cassio
reconoce que la ingenuidad y la belleza de Denisse no le son
indiferentes… Es ahí cuando Yago da el puntapié inicial a su
gran plan macabro, ya habiendo traicionado a Rodrigo y ahora
dispuesto a hacer lo mismo con Cassio. Sólo que lo utilizará de
una manera doblemente perversa, haciéndole creer a Osmar
Othello que Cassio no es sólo un mal amigo, sino que, además,
es el amante de Denisse. La debilidad de Miguel Cassio por la
bebida es severa. Cuando comienza, no puede detenerse, hasta
que pierde el control de su lengua.
Participando de un evento social en el lujoso Casino CLUB, cuyo
dueño es Gabriel Marabotto, protagoniza un escándalo que no
está acorde con su jerarquía ni a quien responde, que es el
gobernador y capitán Othello. Este episodio es contado por Yago
a Othello, ya que éste sólo vio la última parte del mismo. Othello
decide retirarle el cargo a Cassio, porque siente vergüenza de él
y además de empezar a sentir la presión en su cabeza de las
primeras sospechas sobre la infidelidad de Denisse.
En tanto Denisse, al enterarse de la decisión de su esposo
respecto de Cassio, intercede, exponiendo sus leales razones: lo
bondadoso que ha sido Cassio con ellos y cómo expuso su
posición cuando aceptó ser testigo de la boda secreta. Esta
defensa de Denisse a Cassio irá metiendo en Osmar Othello la
duda y la desconfianza sobre la fidelidad de su esposa, quien en
realidad no hace otra cosa que vivir por y para el amor de Osmar
Othello…Yago sabe que si Othello deja su puesto en la
gobernación, ya sea por matar a Denisse o por terminar
enloquecido por los celos y no poder hacerse cargo de sus
funciones, el sucesor sería Francesco Montano, quien se llevaría
todos los votos.
Por lo tanto trata de hacer buenas migas con Montano, para lo
cual acerca a Emilia, su esposa, a la ambiciosa Catalina Felice,
señora de Montano. Ella lo acepta, porque lo único que le
interesa es poder acercarse a Denisse, la esposa del gobernador
actual, Osmar Othello y no estar, en cambio, junto a la esposa de
un simple teniente coronel como es Emilia a la que sólo ve como
un trampolín para sus fines.
Yago esboza la intención de ocupar un cargo importante en la
gobernación, algún día. A Montano le llama la atención que
Yago, siendo tan amigo de Othello, esté planeando cosas a
futuro en vez de hacer causa común con el actual gobernador.
A todo esto Rodrigo, mientras espera una respuesta de amor de
Denisse que no llega, es asediado por Sofía Marabotto, la
atractiva veinteañera hija de Gabriel Marabotto, el dueño del
Casino, y de Mara Pescara. Lo seduce con absoluto desparpajo,
se le entrega sin tapujos y le habla de amor. Pero Rodrigo sólo
tiene su corazón para Denisse. Y en uno de los varios
encuentros que tiene con Sofía la ve tan mal, porque ella sí se ha
enamorado de él, que le confiesa que él también sufre por un
amor no correspondido, el de Denisse.
Esto sirve a Sofía para usarlo con algún tipo de amenazas, por el
despecho de ser una mujer herida y rechazada por el hombre
que ama.
Sofía, sin saberlo, se vuelve una cómplice de Yago, porque le va
a contar a Othello lo que le pasa a Rodrigo con Denisse. Aquí
Othello, si bien toma con pinzas lo dicho por Sofía, la respeta por
ser hija de un amigo que él cree honorable. Ya no puede
soportar, en su fantasiosa cabeza manipulada por Yago, sumar
un nombre más al lecho de su esposa.
Othello se va enterando, paralelamente al bastardeo que su amor
sufre por las acciones de Yago, de que Mara Pescara, la mujer
de Marabotto, el dueño del Casino CLUB, ha solventado una
campaña en favor de la donación de órganos. “Donar órganos es
dar vida”. Esto atrae a Othello, quien quiere interiorizarse de
cómo es el proceso, ya que puede ayudar a mucha gente, por lo
que le parece un programa muy interesante para incorporar a sus
políticas de estado. Cuando Marabotto se entera, se pone en
alarma y busca al indicado para sabotear la sana intención del
gobernador.
Marabotto está en convivencia con sectores oscuros del tráfico
de órganos y acude a Yago para buscarlo como aliado, ya que
tiene muy claro que éste se dice amigo del que es enemigo y que
tiene influencia sobre Othello. Sin darle demasiados detalles a
Yago, que está muy interesado en negociar las joyas que le sacó
a Rodrigo, le sugiere la inconveniencia de que Othello se meta
en cuestiones que no lo necesitan, dado que ya existe una
institución pública que se ocupa de eso y en la que, justamente,
está Mara, su esposa como voluntaria. Yago percibe que le
conviene negociar con Marabotto y le promete que él se ocupará
de que Othello abandone la iniciativa. Marabotto nota que
realmente Yago quiere hundir a Othello y además sabe que
necesita dinero, ya que no es un hombre de fortuna, pero si con
una ambición sin límites, y le hace una tentadora propuesta para
incorporarlo a su macabro negocio de “tráfico de órganos”. Yago,
sin abandonar su principal objetivo: destruir el amor de Othello y
Denisse, acepta gustoso la propuesta, ya que eso le
proporcionará una gran entrada de dinero que no tiene.
Deberá mentir, como es su costumbre, a Emilia, y contarle una
falsa historia sobre su progreso económico repentino.
Denisse y Emilia, la esposa de Yago, están unidas por un sincero
vínculo de amistad, ajenas a la maldad de Yago. Denisse insiste
en que su esposo debe perdonar a Miguel Cassio. Y Emilia la
apoya, pero además, por primera vez, se confiesa ante Denisse y
habla de los hombres: del uso que los hombres le dan a las
mujeres. Denisse no comprende, ella vive en medio del amor de
su Othello. Es ahí cuando Emilia le confiesa la esterilidad de
Yago, advirtiendo que debe guardar el más absoluto secreto
sobre el tema, ya que por orden de Yago debe ser ella quien
pase por estéril. Denisse le cuenta sobre Celina Cuenca, la joven
que perdió a su familia en un accidente y que recibió un
trasplante. Le describe su dulzura, su inocencia, le dice que tal
vez sería bueno que le propusiera a Yago incorporarla a su
familia, como adoptada. Emilia ve con buenos ojos la idea, pero
teme que Yago no lo aceptará. De todos modos, desea
conocerla.
Yago sigue con su plan contra el amor de Osmar Othello y
Denisse. Va atando sutilmente cabos que sólo él sostiene, pero
que le van metiendo cada vez más duda a Othello. Como, por
ejemplo, Yago logra hacerse del pañuelo griego gracias a Emilia,
quien en su inocencia se lo da sin reparar en la gravedad del
daño que va a ocasionar, puesto que Yago utiliza dicho pañuelo
con Miguel Cassio, dejándoselo en su cuarto para que Othello
crea que Denisse estuvo allí. Todo se va enmarañando, ya que el
preciado obsequio cae en manos de Bianca, la prostituta, quien
lo recibe como regalo de Cassio. El matrimonio de Othello y
Denisse comienza a tambalear. Ya hay una prueba tangible
contra Denisse y su conducta de mujer infiel. Pero ella, tranquila
con su conciencia, no comprende qué pasa. Y eso enfurece aún
más a Othello, quien se siente burlado. Yago finge ser su apoyo
incondicional y no se detiene un instante en seguir armando
patrañas en contra de la inocente Denisse, quien de tan inocente
le pide ayuda a Yago, para que convenza a su esposo de que
ella no tiene nada con Miguel Cassio más que gratitud y una
sincera amistad.
Pero Yago, cada vez más obsesionado por hacer parecer una
puta a Denisse delante de Othello, se servirá de mil artilugios
inclusive le solicitará ayuda a Gabriel Marabotto, que no dudará
en dársela, ya que le conviene tenerlo de su lado.
Othello comenzará a darse cuenta de que hay algo oscuro entre
Yago y Marabotto, a pesar de su pesadísima carga emocional
por los celos que lo van carcomiendo. Quiere desentrañar qué
negocio ilícito es el que tiene Marabotto y cómo repentinamente
Yago comienza a enriquecerse.
Queda claro que Osmar Othello sacará a la luz el oscuro negocio
de tráfico de órganos de Marabotto, pero también debe quedar
claro que Yago como siempre saldrá limpio de culpa y cargo ante
los ojos de Othello.
A escondidas de Yago y apañada por Denisse, Emilia comienza
a encontrarse con Celina. Así deposita en ella sus deseos de ser
madre, creando poco a poco un entrañable vínculo. Celina será
capaz de defender a Emilia de Yago, cuando lo considere
necesario.
Othello manda a llamar al padre Gilberto. Intenta obligarlo a que
el buen sacerdote le cuente las confesiones de Denisse. El padre
Gilberto se niega, horrorizado y le propone a Othello que confíe
en su esposa, que ella es pura y limpia. Othello, en medio de su
terrible enfermedad llamada celos, hasta desconfía del padre
Gilberto y llega a amenazarlo que con un solo llamado telefónico
lo sacaría del país y lo mandaría a predicar al lugar más
paupérrimo y alejado del mundo… aún así, el padre Gilberto se
niega y se apiada de Othello, quien finalmente reflexiona ante el
religioso y sabe que hay leyes que no se pueden quebrantar, y
mucho menos un sacramento como es la confesión.
En medio de toda esta crisis muere Renato Brabancio, el padre
de Denisse, quien jamás logró perdonarla por su boda con
Osmar Othello. Ni siquiera antes de morir quiso mirarla por última
vez ni despedirse con una palabra de cariño. Antonia Lantoni, la
amante de Brabancio, se cree con derechos sobre la fortuna del
difunto, aunque obviamente no los tiene. Intenta hacer una
alianza con la menos indicada, Bianca Bertanni, la prostituta y
amante de Miguel Cassio.
Y arman un plan para despojar a Denisse de lo poco que el
padre le ha dejado, o sea lo que le toca por derecho, ya que el
resto ha sido donado por testamento a su partido político y a
Bruna Di Carlo, su secretaria leal, la que es portadora de varios
secretos. Bianca y Antonia se proponen extorsionar a Bruna para
que devuelva su parte de la herencia. De lo contrario van a
mancillar el nombre de Renato, contando sus raras afecciones
sexuales, que pondrían en boca de todos su reputación después
de muerto.
Osmar Othello como hombre de honor que es, lamenta la
muerte del padre de su esposa Denisse, aunque considera que
lo que le ha hecho a su única hija es imperdonable, por no
haberle permitido tener al menos una última conversación de
sinceramiento de sentimientos antes de morir. Aunque Othello
está al tanto de las conductas “extrañas” de Renato Brabancio,
jamás permitirá que lleguen a oídos de Denisse. Bruna será
quien lo alertará, para que Othello pueda desbaratar el plan de
Antonia y Bianca.
En tanto, Denisse se atreverá a confesarle a Othello la corrupta
conducta que llevaba su padre en la vida política y las cosas que
ella fue descubriendo y calló por amor y respeto a él a pesar de
todo.
Llegan de Venecia, para el funeral, Ludovico Brabancio, primo de
Denisse, junto con su padre, Graciano Brabancio, tío de Denisse.
En el funeral, Ludovico conoce a Sofía Marabotto y queda
fascinado con ella. Pero Sofía sigue obsesionada con Rodrigo.
Aún así, Ludovico, poco a poco, irá ganando su corazón.
Como Antonia Lantoni era la amante de Renato Brabancio y
recibía por ello un dinero mensual, ahora pone sus ojos en
Miguel Cassio, aunque sabe que ni por asomo va a cubrir sus
expectativas económicas como lo hacía el difunto Renato. Pero,
de todos modos, le parece un hombre interesante.
Y si bien hizo su alianza con Bianca para despojar a Denisse de
la herencia y extorsionar a Bruna, la secretaria leal, eso no le
impide convertirse en rival de Bianca por el amor de Miguel
Cassio.
Benito Miraldo, el enfermo y fiel criado, encuentra en la mansión,
escondidas, las joyas que Rodrigo le dio a Yago, para Denisse.
Se las entrega a Othello. Y éste, fuera de sí, enfrenta a Yago,
preguntándole qué significan, de dónde salieron. Yago,
mintiendo, le dice que él las escondió por lealtad, para
protegerlo, ya que él se enteró de que Denisse le reclamaba
esas joyas a Rodrigo como muestra de su pasión por ella.
Othello no lo puede creer, pero allí están las joyas, como
testimonio irrefutable…
Yago ahora quiere librarse de Rodrigo, para no tener que
responder a “su trato” con él, ahora que Othello descubrió las
joyas y las cosas se complican aún más. Para ello, Yago
convence a Rodrigo de que Denisse ha optado por dejar a
Othello y quedarse con Miguel Cassio. Su único camino, por lo
tanto, es ir y matar a Cassio. Yago finge estar tan comprometido
en la causa de Rodrigo, que le promete acompañarlo para
ayudarlo en el asesinato.
Cuando los cabos urdidos por Yago hacen conjuro en un solo
nudo, el terrible rompecabezas de mentiras queda perfectamente
armado. A los ojos de Othello, no cabe ninguna duda de que su
esposa es una puta. Y Yago, para reafirmar lo ya afirmado por él,
le dice: “Si engañó a su padre, para irse con vos… ¿por qué no
te iba a engañar a vos?”
Ante la solidez del razonamiento, Othello sabe que la quiere ver
muerta, cosa que para su hombría de bien y para su honestidad
es un insulto. Pero ya Othello ha salido de su eje. Los celos le
han carcomido el cerebro. Y lo único que desea es sentir muy
cerca de su boca el último suspiro de Denisse…
Othello obliga a Benito a ir con él hasta un instituto de
transplantes, en el que Benito se encuentra en lista de espera,
para hacer la prueba de compatibilidad. A Benito le sorprende la
actitud de su jefe, pero acepta porque se lo impone como una
orden y resultan ser compatibles, pero eso es un secreto que
guarda Osmar Othello hasta el momento indicado.
Una vez convencido Rodrigo por Yago, éste se encuentra con
Miguel Cassio y le advierte que Rodrigo quiere ir a matarlo,
porque –miente- Rodrigo se enteró de que Denisse confesó que
está enamorada de Cassio. Y Rodrigo, despechado, hierve de
odio y lo quiere asesinar.
Yago urde el encuentro en la mansión entre Cassio y Rodrigo.
Todo confluye hacia una noche trágica en la mansión de Othello,
en la que también viven Yago y Emilia en un apartado, un
cómodo lugar dentro de dicha mansión.
Cuando Rodrigo y Cassio se encuentran frente a frente, en una
de las salas de la mansión, Rodrigo lo apunta con una pistola
pero Cassio le gana de mano con su puñal y lo hiere de muerte.
Ludovico y Graciano, que están hospedados en la Mansión oyen
las voces de Cassio pidiendo auxilio, pero no se atreven a
acercarse por miedo a que se trate de una trampa. En cambio
Yago, que sabe lo que pasa, aunque finge sorpresa y coraje, se
apresura a correr hacia la sala.
Se acerca a Cassio, quien está de pie con el puñal en su mano,
pretendiendo socorrerlo, ya que fue atacado por Rodrigo. Pero
cuando Yago está encima de Cassio, le clava un puñal en la
pierna, casi cortándosela. Todo es muy confuso y siempre hasta
ahora Yago quedando limpio de toda culpa.
Othello desolado y destrozado por los celos en soledad escucha
la música que alguna vez escuchó cuando fue feliz con Denisse,
frente a todos los elementos de prueba de infidelidad,
desparramados sobre una mesa, los que impunemente le ha
proporcionado Yago. Recuerda Venecia y el primer encuentro,
llora el amor que inevitablemente cree que ha perdido y debe
ponerle un final contundente y definitivo. No tiene consuelo,
recuerda la dulzura de su madre, sus caricias cuando niño y llega
a escupir sus propias manos porque sabe que se van a convertir
inevitablemente en el arma mortal de su gran amor, al que sólo
ahora puede ver con la ira de una gran pasión, que ya no lo deja
vivir si no toma una medida definitiva.
Othello va a la alcoba matrimonial, allí encuentra a Denisse y le
pide que rece, hasta le ruega. Que si aún tiene pecados que no
confesó, tiene la oportunidad de rezar y pedirle perdón al
Santísimo. Denisse, ajena a toda maldad, no comprende, pero sí
comienza a temerle. Y aún así decide entregarse a la voluntad de
Othello, que es matarla.
Demasiado terrible, esas manos que acariciaron tanto ese cuello,
ahora lo toman para quebrarlo y aprovecharse de su fragilidad.
¿Cómo luchar por el amor, cuando los celos ya le envenenaron
la sangre?
En el salón donde yacen Rodrigo muerto y Cassio herido, entra
Bianca alarmada por los gritos, y a continuación Emilia. Yago
quiere hacerla pasar a Bianca por sospechosa del apuñalamiento
de Cassio, quien se ha desmayado desangrado, delante de
Emilia y Bianca. Yago ordena a Emilia que vaya a enterar a
Othello de lo sucedido.
Cuando Othello está terminando de estrangular a Denisse, con
todo el dolor de su alma y el odio de su corazón, llega Emilia, que
le grita la injusticia que está cometiendo.
Y Othello, que no le cree, le explica entonces a Emilia que “el
honrado “de Yago fue quien le abrió los ojos, quien le mostró la
verdad…
Emilia no puede creerlo. Denisse es la más dulce y fiel mujer que
ella conoció. Revela a Othello que todo fue un invento de Yago,
que la crueldad de su marido no tiene límites, hasta se atreve a
contar sobre la esterilidad de Yago y el odio que Yago sentía
pensando que en cualquier momento Othello podía tener la
bendición de ser padre.
Paralelamente, en la sala, Yago ha herido sin reparo con un
puñal en la pierna a Miguel Cassio. Yago aprovecha para echarle
la culpa a Bianca del apuñalamiento en la pierna destrozada de
Cassio, utilizando razones como que ella fue la última que estuvo
con él esa noche comiendo juntos y, además, usando como
excusa que ella es una puta y sabía que tarde o temprano Cassio
la iba dejar por una mujer decente y por lo tanto prefería verlo
muerto a que la abandonase. Bianca sería incapaz de hacer algo
así, ella lo ama sinceramente.
Ante los gritos y ruidos, que provienen de ambos cuartos, se
arma un gran descalabro en la mansión.
Othello sigue sin creerle a Emilia.
En el pasillo, se encuentran Yago, que sale de apuñalar a Cassio
y culpar a Bianca, con Montano y Graciano, que llegan
alarmados.
Ingresan al cuarto donde están Othello, Denisse que yace y
Emilia que enfrenta a su marido Yago y le reprocha lo que ha
hecho y revela a Othello que fue ella quien encontró el pañuelo
griego y se lo dio a Yago.
Othello empieza a comprender en medio de su estado de shock,
que ha cometido un error trágico e imperdonable. Va contra Yago
para matarlo, pero antes éste va contra Emilia, la hiere de muerte
y huye.
Graciano y Montano van tras él.
Quedan solos Othello y Denisse ya muerta sobre el lecho y
Emilia muy malherida.
En medio del horror llega Ludovico Brabancio y le entrega a
Othello dos cartas que ha encontrado en el saco de Rodrigo.
Una, dirigida a Yago, reprochándole la entrega de sus joyas en
vano, porque jamás pudo tener a Denisse y otra, contándole a
Othello, que Denisse y él eran víctimas de Yago.
Othello queda con todas las certezas de que yace en su cama un
ángel. Y que algo debe hacer para limpiar su oscuro proceder.
Recuerda una charla que tuvo con una persona perteneciente a
la institución de donación de órganos. Es por eso es que hace un
llamado, antes de matarse, para donar sus órganos. Y ordena
que los vengan a buscar a la mansión, calculando el tiempo
exacto que la medicina necesita para que los órganos puedan
ser de utilidad a otras personas. En su caso, él sabe
perfectamente que sus órganos prolongarán la vida de Benito, su
fiel criado.
El sabe que de tanto odio y de tanta mentira, puede haber “un
brote de amor”, aún es posible dar vida.
IMPORTANTE: Este final lo puse para darle un ribete bien de
telenovela redimiendo al protagonista con un gesto loable hacia
su sirviente querido, pero sería “espectacular” que el final fuese
como en el clásico Othello, en donde él la mata y luego también
se quita la vida por haber cometido terrible injusticia. Aún así hay
dos posibles finales más: uno si es que se desea que no mueran
los protagonistas y que solo mueran los malvados, o siguiendo el
final inicial hacer un encuentro onírico súper romántico de la
pareja protagónica en el sitio en donde dicen que vamos cuando
morimos.
Ludovico Brabancio
(Primo de Denisse y
enamorado de Sofía)
Benito Miraldo
(fiel servidor de Othello)
Osmar Othello
Denisse Brabancio
(gobernador y capitán enamorado de Denisse)
(Desdémona)
Es el gran amor de Othello
Miguel Cassio
(Es amigo de Othello y trabaja
para él)
Bianca Bertanni
(amante de Cassio y prostituta)
Sofía Marabotto
(Enamorada de Rodrigo,
pero se casará con Ludovico)
Yago Caprio
Rodrigo Campresatto
Lisboa
(aristócrata, amigo de
Othello
y enamorado de
Denisse)
Gabriel Marabotto
(Dueño del Casino CLUB
y
traficante de órganos)
Mara Pescara
(Esposa de Marabotto,es
voluntaria
en institución pública de
donación
de órganos)
(Teniente Coronel, amigo y al
servicio de Othello)
Villano
Emilia Monjes
(Esposa de Yago y
amiga de Denisse y
Othello)
Francesco Montana
(candidato a
gobernador)
Catalina Felice
(Esposa de Montana)
Renato Brabancio
(Padre de Denisse y
Senador)
Bruna Di Carlo
(Secretaria de Renato
Brabancio)
Celina Cuenca
(Protegida del Padre
Gilberto
y amiga de Denisse)
Graciano Brabancio
(Hermano de
)
Renato
Antonia Lantoni
(amante de Renato y
amiga de Bianca)
Padre Gilberto de la Cruz
(Confesor y migo
de Denisse)
OSMAR OTHELLO
Tiene alrededor de 40 años. Es apuesto, morocho. Es capitán, pero ejerce
como civil en su cargo como gobernador en la provincia. Para algunos
eventos especiales usa su traje de capitán. Incorruptible, sumamente honesto,
por lo tanto desea rodearse de personas que posean la misma virtud. Su
origen es humilde por parte de madre, pero de su padre heredó la vocación
militar, claro que tomada como un servicio y no como un abuso de poder.
Posee claras convicciones de lo que anhela para su vida. Ha hecho amigos a
lo largo de su ascendente carrera política, algunos sinceros y otros por mero
interés. Siente a Yago Caprio como su hermano, confía plenamente en él y lo
considera un hombre “honrado”, palabra que Osmar Othello no usa con
facilidad, si realmente no tiene absoluta convicción de la conducta de la
persona. Pero su gran error será considerar “honrado” al más ruin y vil de los
hombres: Yago, que empezará a salir a la luz cuando Othello se enamore de
Denisse Brabancio. Si bien tiene un pasado de historias amorosas, nunca una
mujer caló tan hondo en su corazón como Denisse. Quizás en el transcurso de
la historia llegue, en medio del caos sentimental que empieza a vivir Othello,
un amor del pasado, Bárbara Dominica, morocha, sensual y sexual,
avasallante, todo lo contrario a la candidez de Denisse. Bárbara, obviamente,
viene en busca de su antiguo amor, al que encuentra casado y en plena crisis
matrimonial.
Si hay algo más alejado de la mente de Othello es pecar de lo mismo que él
juzga, ser infiel. Pero este personaje femenino le traerá algunas
complicaciones cuando aparezca como enviada desde el mismo infierno.
Othello es un hombre confiado, pero esa confianza se basa en su propia
honestidad, ya que él nunca lleva segundas intenciones. Su frontalidad a
veces puede resultar irritante para aquel que no lo conoce.
Ama la música, sobre todo la italiana, su madre le cantaba de niño y el
descubrir la bella voz de Denisse para cantar y además tocar el piano lo
transporta al mundo que siempre soñó. Si bien vive en medio del lujo, no hace
ostentación, ni de poder ni de riqueza.
Es de espíritu solidario y se va a involucrar con causas de bien común. La que
lo va sensibilizar mucho será el tema de la donación de órganos, “el cómo de
la muerte se puede sacar vida.”
Tiene un profundo cariño por Benito, su fiel servidor, que sufre graves
problemas de salud desde pequeño, pero que no le impiden estar siempre
dispuesto. Othello tiene un gran dominio de embarcaciones marítimas, como
capitán que es, y de vez en cuando le divierte competir en alguna regata.
Aunque a Denisse le asusta un poco suele acompañarlo para sentir el vértigo
y la adrenalina del deporte.
Adora fumar en pipa un buen tabaco acompañado con un buen licor italiano.
Detesta los excesos, es metódico.
Mira de frente y está orgulloso con lo que logró: ser” un hombre de honor”,
tener una mujer a quien amar y con la cual poder formar una gran familia,
sueña con tener muchos hijos, deseo que le transmitirá a Yago el cual oculta
que es estéril y eso lo cargará aún más de envidia.
Pero todo lo maravilloso de su gran amor por Denisse se derrumbará cuando”
el veneno de los celos “se apodere de su sangre.
SI FUERA UNA FRUTA SERÍA UN RAMILLETE DE UVAS MORAS.
SI FUERA UN METAL SERÍA DE ORO PURO.
SI FUERA UNA PIEDRA PRECIOSA SERÍA UN RUBI.
SI FUERA UN LUGAR SERÍA EL MAR AL ATARDECER.
SI FUERA UN RECUERDO SERÍA EL MOMENTO EN QUE CONOCIÓ A
DENISSE EN VENECIA.
DENISSE BRABANCIO (DESDÉMONA)
Tiene entre 23 y 25 años. Rubia, de belleza inmaculada, frágil de aspecto, pero
con un carácter y temperamento bien definido Nunca se llevó bien con su
padre y mucho menos luego de la muerte de su madre: Luciana, ya que vio
con muy malos ojos que su padre tuviera una amante: Antonia, y que la
llevase varias veces al lecho que compartió con su madre.
Adora cantar y tocar el piano. Es de risa fácil y de mirada transparente Es
sumamente bondadosa y caritativa.
Es muy femenina, adora las sedas, las texturas suaves y los perfumes
frutales. Colecciona cajitas musicales.
No le gusta el modo en que ha encarado la política su padre, se fue enterando
de actos de corrupción que no van con ella, pero lo calla y sufre en silencio.
El que escucha sus confesiones es el padre Gilberto, entre ellas su anhelo de
un gran amor. Sueña con conocer a un hombre y entregarse a él para toda la
vida, un hombre que sienta al ritmo de su corazón y tenga la pureza de su
alma, y es ahí cuando, ya cansada de ser perseguida por pretendientes
frívolos carentes de vida interior y sólo abocados a la figuración, aparece en
su vida Osmar Othello. Es el que la hace vivir por primera vez el “fuego de su
pasión” y una ternura casi de niño. Denisse ya no podría imaginar la vida sin
este hombre, lleno de virtudes, que comparte sus sueños y les basta una
mirada para saber qué quiere el uno del otro. Nada en la vida la hizo más feliz
que convertirse en su esposa.
Toma a los amigos de Othello como si fueran suyos, tratándolos con cariño y
respeto, incluyendo al perverso Yago que se ensañará con ella hasta acabar
con su vida.
Tiene un gran cariño por Emilia, la esposa de Yago, con ella comparten
muchas cosas, ya que dentro de la mansión en que vive Othello, hay una
confortable casa en donde viven Yago y Emilia.
Es la confidente de Emilia, sabe que sufre en su matrimonio con Yago y quiere
ayudarla.
Siente un gran cariño y gratitud por Miguel Cassio, ya que se jugó por Othello
y ella para que se casasen en secreto y nadie impidiese esa boda.
Posee un entrañable vínculo con el padre Gilberto de La Cruz, al cual le pide a
veces que le cuente cosas de su madre muerta: Luciana. También siente un
gran cariño por Celina Cuenca. Estuvo a su lado cuando sufrió la tragedia de
perder a su familia y cuando necesitó un transplante de pulmón el que se le
destruyó en el accidente en que perdió a sus padres.
Denisse se entusiasmará con la propuesta en el gobierno de su amado Osmar
Othello, de hacer que la gente tome conciencia de lo importante que es la
donación de órganos. Será el único proyecto en la gobernación de Othello en
el cual Denisse le ruegue participar.
SI FUERA UNA FRUTA SERÍA UNA FRESA
SI FUERA UN METAL SERÍA PLATINO
SI FUERA UNA PIEDRA PRECIOSA SERÍA UN BRILLANTE DE ELEVADOS
KILATES.
SI FUERA UN LUGAR SERÍA EL REGAZO DE SU MADRE.
SI FUERA UN RECUERDO SERÍA EL INSTANTE EN QUE OTHELLO LE
REGALA EL PAÑUELO DE SEDA QUE ERA DE SU MADRE.
YAGO CAPRIO
Tiene alrededor de 55 años. Es teniente coronel. Se nota que en su juventud
ha sido un hombre muy buen mozo. De todos modos le queda un gran
atractivo y el poder de conseguir todo lo que quiere, es como “un encantador
de serpientes”. De modales refinados. Si bien está económicamente cómodo,
su ambición no tiene límites, al igual que su macabra cabeza experta en urdir
los más prefectos y repugnantes planes. Desata su furia y maltrato
psicológico con su esposa Emilia. Para el resto, y sobre todo para Othello, es
un hombre “honrado” y bondadoso, aunque dentro de él esté enquistada la
bestia de la maldad, que saldrá a la luz en todo su esplendor cuando llegue a
sus oídos la noticia de que Othello ha encontrado a Denisse, el amor de su
vida. Desde ese momento va a vivir para destrozar ese amor y armar intrigas y
patrañas, para dejar a Denisse ante Othello como una puta. Ama a Emilia, sin
embargo no se lo demuestra y oculta un secreto: él es estéril, pero ha
obligado a Emilia a decirle a todos que la estéril es ella.
No tendrá límites en su plan de separar a Othello de Denisse y de llevarlo muy
lentamente a creer en conclusiones falsas que su gran inteligencia le hacen
planear hasta que Othello, enloquecido por lo que cree la verdad de este
“hombre honrado”, lo lleve a matar a su amor.
Algunas veces desaparece misteriosamente, nadie sabe adónde va: es a un
orfanato, donde él es padrino de un niño al que llama “el pequeño Yago” y que
es el único en el que deposita una dosis de ternura. En alguna oportunidad
Othello descubrirá la devoción de Yago por el niño, el mismo Yago le dará las
pistas cuando sienta que empieza a caber alguna desconfianza en Othello
sobre su “honradez”, especulando con que al saber de esto Othello ya no
sentirá ninguna duda de que su amigo es un gran ser humano y ese hombre
honrado al que él valora y respeta.
EMILIA MONJES, SEÑORA DE CAPRIO:
Tiene 37 años, es atractiva pero muy poco coqueta. De modales refinados,
viene de una familia encumbrada, pero que ha perdido toda su fortuna. Tiene
la mirada profunda y triste. Ama a Yago, pero también le teme. Desea
profundamente ser madre y su cuerpo está apto para serlo, pero Yago es
estéril y la obligó a hacerse pasar ella por una mujer incapaz de llevar un hijo
en su vientre. Es una excelente cocinera, cocinando a veces calma sus
pesares. Tiene carácter fuerte, pero lo contiene, Yago la quiere sumisa y de
pocas palabras.
Siente una gran devoción por Denisse, le habría gustado encontrar un amor
“tan dulce” como el que ella posee en su Othello.
Admira profundamente a Othello y sabe que Yago jamás podría parecérsele en
su honestidad y honor, pero lo calla.
A veces consume barbitúricos, sobre todo luego de un maltrato psicológico
de Yago. Que ya tiene tan hecho carne que “ella es la estéril”, que suele
torturarla con eso y Emilia es incapaz de defenderse y de decir que las cosas
son al revés.
Sabe de “ese extraño sentimiento” que Yago tiene por Othello y se lo
manifiesta en privado de diversas maneras, pero jamás imagina hasta dónde
va a llegar Yago.
RODRIGO CAMPRESATTE LISBOA
Tiene alrededor de 33 años. Es de clase alta, es atractivo, de ojos claros, de
mirada escondedora. Vive solo en un espectacular loft. Si bien tiene un amor
que dejó en Francia, Camille Pontua, a la que prometió matrimonio, está
obnubilado con Denisse, sería capaz de hacer cualquier cosa por conseguir
su amor o al menos una noche de pasión, sin importarle que sea la esposa de
su amigo Osmar Othello.
Se dedica a la cría de caballos de polo, de hecho juega muy bien ese deporte.
Ha hecho una carrera militar a la que dejó relegada. Le gusta el juego y
apostar fuerte, por lo tanto pasará muchas horas en el Casino CLUB de
Marabotto. Sofía la hija del dueño de dicho Casino CLUB se enamorará
perdidamente de él, y al no ser correspondida se obsesionará y tratará de
destruirlo. Es leal, pero el juego y las mujeres lo pierden. Él no se enamorará
de Sofía, pero vivirán una fuerte relación de cama. Será otra víctima de Yago,
quien le prometerá el amor de Denisse a cambio de unas joyas valiosísimas.
Es un personaje que está dispuesto a todo para obtener el amor de Denisse,
inclusive intentar matar a Miguel Cassio, otra víctima de Yago, quien le hará
creer a Rodrigo que ella eligió a Cassio.
Su proceso interno es complejo porque quiere sinceramente a Othello, pero se
ha enamorado de Denisse y aún así no lo considera su enemigo, por lo tanto,
cuando ya se siente traicionado por Yago, dejará en unas cartas la verdad
para Othello como un gesto de grandeza, sin saberlo, en antesala de su
muerte.
MIGUEL CASSIO
Tiene alrededor de 42 años. Es exitoso con las mujeres, ya que
siempre hace un pobrecito y les despierta un instinto maternal,
sobre todo a las putas ávidas de cariño. En este caso Bianca
Bertanni es su elegida, entre el ramillete de mujeres fáciles que se le
ofrecen a cambio de una noche de pasión. Pero él va por más y ha
puesto los ojos en Denisse, pero lo guarda en secreto, ya que
respeta y quiere a Othello y fue Cassio quien los apañó para que
lograsen concretar la boda. Pero la belleza y la fragilidad de Denisse
pueden más que cualquier “código de honor” y Yago sabrá sacar
tajada de esto para hundir a Denisse frente a Othello, o sea que éste
personaje será otra víctima de Yago en perjuicio de la enamorada
pareja.
GABRIEL MARABOTTO
Tiene 70 años. Se mantiene muy bien a pesar de su edad y de los continuos
desvelos a los que lo somete su Casino CLUB, es dueño de él hace ya más de
20 años y lo hizo a su medida, con un gran salón VIP para eventos
importantes, otro sitio para encuentros tramposos y el Casino a la vista de
todos los que desean jugar. Está casado hace 30 años con Mara Pescara,
cubren apariencias, pero la relación como pareja está terminada. Fruto de este
matrimonio es Sofía, la debilidad de Gabriel. La trata como una muñeca de
porcelana a punto de romperse, la complace en todos sus deseos, cosa que
no hace con Mara.
Adora el champagne, es un hombre que ha viajado por todo el mundo,
siempre tiene una anécdota divertida a flor de labios.
Se ha ganado la estima y respeto de políticos encumbrados, militares,
deportistas, estrellas de cine.
Pero el vínculo más estrecho lo ha hecho con Othello, que ve un poco en él al
padre que no tiene. Hasta le pide consejos, sin sospechar que este hombre es
un monstruo que se dedica al “tráfico de órganos”. El que se enterará primero
de ello será Yago, cuando Francesco sienta que Othello está por descubrirlo.
Pero, en definitiva, si bien Yago hará una alianza con él, a la larga Othello
descubrirá el terrible negocio y hará cerrar el Casino y lo mandará a la cárcel,
tal vez domiciliaria por la edad. En tanto, el ruin Yago ejercerá un fuerte
chantaje a Francesco y conseguirá no ser delatado ni descubierto en primera
instancia. Othello se sentirá sumamente decepcionada de este hombre en el
cual depositó un gran cariño.
MARA PESCARA, SEÑORA DE MARABOTTO
Tiene alrededor de 50 años. No es gorda, pero tampoco flaca, vive haciendo dietas.
Es fanática de los modelos exclusivos, más de una vez ha tenido alguna aventurita
amorosa con algún joven apuesto que visitó el Casino, o con alguno que allí trabaja.
Necesita destacarse socialmente y por haber vivido de cerca un caso de trasplante
de órganos en su familia, decidió hacer varias campañas de toma de conciencia
“que donar órganos es dar vida”. Este episodio en la familia de Mara también fue un
disparador para Francesco, que vio de cerca cómo se puede hacer para conseguir
un órgano con más rapidez, obviamente estando el dinero de por medio, pero jamás
le dijo a Mara el macabro negocio que iba a armar y que lo está convirtiendo en
archimillonario, se diría más que el Casino. Othello admira esta actitud de Mara, que
lo instruye a fondo con el tema. Ella se siente halagada al ser escuchada por el
gobernador, eso le da “chapa”. Othello siente que es algo que realmente” no se ha
metido en la cultura de la gente”, como debería ser, porque muchas personas temen
donar sus órganos, por lo tanto la apoya en las campañas y le da un buen lugar. Eso
enfurece a Francesco, ya que su negocio es la venta y no la donación, pero
solapadamente mete a Yago para que interceda y arruine las campañas, pero están
armadas con tanta fuerza y con tanto testimonio real que ya resulta imposible.
Logran abrir cientos de puestos en las esquinas de las calles más importantes en
donde la gente puede donar sus órganos llenando un pequeño y simple formulario.
Mara, a pesar de su gran frivolidad, al descubrir la monstruosidad en que está su
marido ya no le importa cubrir ningún tipo de de apariencias y desea que se haga
justicia con él. Lo mismo opinará Sofía, destrozada por la caída de su mayor ídolo:
su padre.
SOFÍA MARABOTTO
Tiene 20 años. Dueña de un cuerpo escultural y de una belleza
salvaje. Se divierte con el mundo que su padre, Francesco le ha
creado. Un mundo de princesa. Es sumamente caprichosa y siempre
obtiene todo lo que quiere, por eso cuando Rodrigo se niegue a
amarla, sacará sus garras de mujercita herida y no tendrá medida en
sus maldades para con Rodrigo y sin darse cuenta se convertirá en
aliada de Yago, cuando vaya con el cuento a Othello de que Rodrigo
ama a Denisse. Se cruzará en su vida Ludovico, al que en principio
odiará sólo por ser primo de Denisse, la mujer que le roba el amor y
la pasión de Rodrigo en la fantasía, ya que jamás él ha puesto un
dedo sobre Denisse. Pero Ludovico, poco a poco, la irá
domesticando. Denisse verá con buenos ojos a la pareja, pero Sofía
la odia, de todos modos. Denisse le rogará a Othello que ayude a su
primo a estar con Sofía, ya que nunca lo había visto tan enamorado.
Othello hará lo propio por pedido de Denisse.
Sofía posee un desparpajo absoluto, es capaz de aparecérsele
desnuda a Rodrigo entre los caballos o quitarse la ropa mientras
baila en un evento del Casino CLUB simplemente porque siente
calor o porque quiere divertirse, adora ser el centro de atención.
LUDOVICO BRABANCIO
Tiene 28 años. Es abogado. De aspecto intelectual. Quedará
maravillado con Sofía y no descansará hasta casarse con
ella. Si bien vino al país por el funeral de su tío Renato
Brabancio, no dudará en convencer a su padre para
quedarse, aunque sea un tiempo en la mansión de Othello y
Denisse, sin sospechar que se van a convertir en testigos de
una gran tragedia. Cuando Sofía lo acepte le pondrá como
condición un cambio de look y lo someterá a pruebas
cruentas de destreza para saber si realmente es merecedor
de su amor. Pero Ludovico pasará finalmente airoso todas
las pruebas de la engreída Sofía.
RENATO BRABANCIO
Tiene alrededor de 60 años. Es de aspecto distinguido. Es Senador de la
Nación y padre de Denisse. Quedó viudo el mismo día en que Denisse
festejaba sus 15 años, un golpe muy fuerte para él ya que amaba a su esposa.
A partir de la muerte de su esposa Luciana, que no se despegaba de él en
cada actividad que emprendía su vida dio un gran giro. Tanto en su carrera
política, en la que comenzó a frecuentar pares corruptos que lo fueron
llevando a lo mismo, como en su vida sexual-amorosa, que dejó de ser algo
normal, para tomar diversos ribetes poco convencionales para el común de la
gente. Nunca fue muy demostrativo con el cariño hacia Denisse, pero a su
modo la amó siempre y soñaba para ella un futuro a su elección. Su mundo se
desmorona y su salud empieza a quebrantarse cuando Denisse se convierte
en la esposa de Othello, al que en el fondo Brabancio envidia con todas sus
fuerzas, pero como coraza despliega un odio desmedido.
Es amante de Antonia Lantoni, que a su manera la quiere y se quieren, pero a
la que le paga un sueldo para no sentirse comprometido.
La depositaria de todos sus secretos es Bruna Di Carlo, su fiel secretaria, que
lo ama en silencio y sufre por los turbios procederes de Renato.
El corazón de Renato le jugará una mala pasada luego de que rechazó por
centésima vez ver a su hija Denisse y morirá en los brazos de Bruna.
Deja un testamento favoreciendo a su partido político, a Bruna y en menor
escala a Denisse.
BRUNA DI CARLO
Tiene alrededor de 40 años. Es discreta y elegante en su
vestimenta. Usa el cabello recogido. Es la secretaria
incondicional de Renato Brabancio, lo ama locamente en
silencio, sabe todos sus secretos y sufre cada vez que el
Senador le hace ordenar a la servidumbre una noche
perfecta cuando va a recibir a Antonia o a alguien más.
Desprecia a Antonia, la odia y envidia, alguna vez tratará de
imitar su estilo de ropa para conquistar a Renato y quedará
ridícula. Adora a Denisse, pero hace causa común con
Renato y le manifiesta indiferencia aunque por dentro
quisiera abrazarla por ser la hija del hombre que ama.
BENITO MIRALDO
Tiene 32 años. Hace más de 15 años que sirve a Othello.
Sumamente fiel y discreto. De salud muy frágil, necesitará
un transplante de órganos y Othello tendrá mucho que ver
en ayudarlo. Es incorruptible, más de una vez intentó
insinuar a Othello ciertas actitudes de Yago que no le
parecieron correctas, pero se calló para no crear discordia
en tan entrañable amistad en apariencias, real desde Othello
y una gran farsa desde Yago
GRACIANO BRABANCIO
Tiene alrededor de 60 años, es hermano de Renato, tío de
Denisse y padre de Ludovico. Hizo causa común con su
hermano Renato sobre la boda entre Othello y Denisse,
considerándola un despropósito absoluto. Casi como una
herencia familiar también le gustan las putas, pero tiene a su
esposa engañada con una conducta intachable en
apariencia. No le gusta la política, es dueño de un anticuario
en Venecia que atiende junto con su esposa Ernestina. Ni se
imagina que no sólo ha venido por el funeral de su único
hermano, sino que también, con el tiempo, presenciará la
muerte de su sobrina, a la que desprecia como la despreció
Renato, intentando inculcarle a su hijo Ludovico el mismo
desprecio, sin lograrlo, ya que Ludovico adora a Denisse y
respeta y valora a Othello.
ANTONIA LANTONI
Tiene 44 años. Es atractiva, pero vulgar. De modales por
momentos irritantes. Es la amante oficial de Renato
Brabancio y cobra un muy buen sueldo por serlo. Pero todo
se le derrumba cuando Renato muere. Vive con Bianca en un
departamento de varios ambientes, decorado con una
mezcla de burdel y de salita infantil. A pesar de ser amiga de
Bianca no dudará en poner los ojos en su amante, Miguel
Cassio, e intentar seducirlo y robarle alguna noche de cama,
trayendo gran escándalo entre las dos mujeres.
BIANCA BERTANNI
Tiene alrededor de 35 años. Es exuberante y tiene como
único objetivo en la vida casarse con Miguel Cassio. Ya que
como prostituta a esta altura ya ha juntado bastante dinero,
ahora selecciona mucho a sus clientes, pero Cassio no la
toma en serio, se llenará de furia cuando se entere que
Antonia se metió en la cama con su Cassio.
Bianca quedará embarazada de Cassio y así piensa que lo
podrá retener, pero perderá el embarazo. Además se pondrá
en contra de Denisse cuando se entere que su Miguel Cassio
la mira con ojos de enamorado. Podrá ser usada por Yago
para sus fines de destruir el amor entre Othello y Denisse.
PADRE GILBERTO DE LA CRUZ
Tiene 56 años. Es de aspecto agradable y jovial. Colabora
con Mara en la campaña para la donación de órganos. Tiene
como protegida a Celina Cuenca, una chica menor de edad
que perdió su familia en un accidente y debió recibir un
trasplante de pulmón por la misma causa.
Es el confesor de Denisse, como también lo fue de su madre.
Apoya el matrimonio de Othello y Denisse, sabe que se
aman sinceramente, pero ni por asomo presiente la tragedia
que se avecina.
Es muy hábil haciendo juguetes de madera que luego
distribuye entre los chicos carenciados.
FRANCESCO MONTANO
Tiene alrededor de 42 años. Es ambicioso, quiere ser el
gobernador que suceda en el cargo a Othello, sin imaginar
que lo será mucho antes de lo previsto. Estudió Ciencias
Políticas, es un gran orador. Está muy enamorado de su
esposa, con la que lleva apenas dos años de casado. Le da
todos los gustos y la deja soñar en convertirse en otra Eva
Perón. Yago intentará hacer alianza con él, pero Montano se
mantendrá al margen. Quiere que las cosas sigan su curso
normal. Le cae muy bien Othello, a pesar de que está en el
cargo que él quisiera ocupar.
CATALINA FELICE, SEÑORA DE MONTANO
Tiene 30 años. Es un personaje desopilante. Adicta a las
películas de Eva Perón y su historia, se viste como ella, hace
que su diseñador imite los modelos que la Primera Dama
usó. Tanto ella como Montano, por el momento, no quieren
tener hijos, quieren disfrutar la vida. Se hará amiga de Emilia
para poder llegar a Denisse y se divertirá junto a Mara ya que
ambas comparten gustos en común.
CELINA CUENCA
Tiene 16 años. Es bonita y muy dulce. De pocas palabras.
Reza mucho, siente el llamado de Dios en su corazón, hasta
que casualmente conoce a Ludovico Brabancio. Pero todo lo
que intente será inútil, porque él ama a Sofía. Tiene que
tomar medicación de por vida por el trasplante al que fue
sometida en el que la donante fue su madre: Ángela, eso a
veces la hace sentir inferior ante las otras chicas. Pero
Emilia, gracias a Denisse, traerá alegría y consuelo a su
corazón, encontrando en ella un pedacito de la madre que
perdió, y que no está dispuesta a volver a perder, así que
hasta será capaz de enfrentar a Yago para defenderla. Quiere
mucho a Othello, que más de una vez le pedirá que de
testimonio en las campañas de donación de órganos.

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