Tejos de Dunkeld _3ARB_

Transcripción

Tejos de Dunkeld _3ARB_
Tejos de Dunkeld (Taxus baccata)
Jardines de la iglesia de Dunkeld,
Perthshire, Escocía
La naturaleza de los tejos, suele pasar desapercibida para el ciudadano, ya que
posiblemente sea la única especie autóctona que debido a sus condiciones de
crecimiento, no pueda o deba ser plantada en las ciudades. Necesita ambientes umbríos,
silenciosos, húmedos y por que no, yo diría, que incluso místicos.
Aunque parezca increíble, se han empezado a plantar en las medianas de las calles
anchas de la ciudad donde resido, Majadahonda. Alguien debería dar un curso técnico a
esta gente para que no tirase nuestro dinero y sobre todo para no maltratar a unos seres
míticos y misteriosos.
Su futuro a pesar de incorporar riegos automáticos es un futuro de muerte, sequía y
contaminación, justo lo contrario que necesitan e inspiran. Vida (incluso más allá de la
muerte, como símbolo de unión entre el cielo y la tierra de las almas bendecidas),
humedad y limpieza del aire y de la tierra.
He plantado dos tejos en mi jardín. Aún son muy pequeños y no los veré grandes por su
ritmo de crecimiento, pero lo he realizado con gran carga emocional. Los he ubicado en
el extremo más húmedo, protegido del calor por un olivo y donde el sol solo llega en
tímidos rayos y de modo muy sutil.
Así viven en la naturaleza, junto a ríos y arroyos limpios y límpidos, escondidos entre
robles, pinos, acebos y abedules, buscando la sombra como aburrido perro cansado en el
estío.
Por ello en otros maravillosos sitios, se engrandecen hasta máximos poco imaginables.
Lugares como Escocia, Asturias, Galicia, Cantabria, Irlanda o en definitiva todo el área
gaélica, poseen las condiciones perfectas para su ubicación natural sin necesidad de
buscar, como en Madrid, lugares recónditos, como escondidos para poder sobrevivir,
como son las áreas de los arroyos de montaña en Rascafría o en Canencia
De Dunkeld ya he hablado anteriormente. Tiene todo lo que más me ha llenado en mi
vida. Arte, religión, botánica, aguas fluviales, amor, naturaleza.
Pero el encanto lo da la armonía en la que se encuentra todo. La iglesia es perfecta, a
pesar de estar en ruinas. Nadie, ningún arquitecto habría podido colocar y maniobrar
para conseguir el armónico estado de la iglesia. Ningún jardinero habría plantado tanta
belleza junta salvo el azar natural. Nada, salvo el clima, habría horadado de esa manera
el maravilloso río Tay junto al conjunto.
Nada, excepto un clima excepcional para ciertas especies y la perfección de la
naturaleza habría conseguido esculpir el conjunto de abetos de Douglas y sobre todo los
tejos casi milenarios que circunvalan esta mítica iglesia. Tres ejemplos se pueden ver en
las fotografías, aunque más de quince la rodean.
He visitado muchos tejos centenarios en España, sobre todo en Asturias, y puedo certificar que
no existe ni la décima parte de amor y respeto que en el Reino Unido. Muchos de nuestros
tejos centenarios han sucumbido ante la incesante, irrespetuosa, hortera, vanidosa y
machacona idea de solar y mejorar cualquier iglesia, cualquier construcción antigua, pasando
por encima de lo que no se entiende como cultura, la cultura de los tejos. Estos han muerto en
cantidades importantes al verse destrozadas sus raíces por asfaltados, acerados, o
simplemente limpiezas de cauces o de caminos rurales. Incluso se han intentado replantar. ¡ Y
se llaman técnicos!
Alguna vez alguien se dará cuenta que la cultura engloba todo lo que rodea a lo
supuestamente importante. Por eso se habla de la cultura de los tejos, árboles que han sido
centros de reunión de pueblos, donde se cuidaba y se decidía las acciones a tomar por el
pueblo. No estaría de más que los políticos actuales pudieran leer estas secuencias
ancestrales e imitar sus estilos y estatus.
Normalmente estos tejos maltratados lo son por decisión de políticos y gestores que no
conocen los pueblos, las tradiciones, la cultura que ha pasado por ellos. Son gestores
"modernos", pero "modernos" de vacío mental y de inoperancia.
Además, incluso a pesar de la contraria opinión de estos pueblos ellos lo deciden y ejecutan
por el llamado bien común, que suele ser bien para unos pocos y mal para muchos.
Dunkeld es ejemplo de respeto, futuro, vida y arte. Solo justificaría un viaje de estos políticos
pagado con nuestros impuestos a esta bella población del centro de Escocia, pero con la
condición de documentarse en estos sencillos parámetros. Respeto, ancestros y vida. Bueno, y
por que no, que se queden allí para siempre, pero por favor que no vuelvan, que jamás les den
de nuevo un cargo, sobre todo en la maravillosa ciudad de Dunkeld.

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