Victoria Woodhull, la primera candidata a la presidencia de los EE.UU.

Transcripción

Victoria Woodhull, la primera candidata a la presidencia de los EE.UU.
¿Sabías que?
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Victoria Woodhull, la
primera candidata a la
presidencia de los EE.UU.
Ángela Paloma Martín
A
ntes que Hillary Clinton, Victoria Wodhull.
Antes que Shyrley Chisholm, también.
La primera fue Victoria Woodhull. La
primera mujer en presentar su candidatura para
la presidencia de los Estados Unidos. En un
primer momento, fue conocida como Victoria
Claflin Woodhull. Más tarde se la conocería como
Victoria Woodhull Martin. Pero… ¿quién es ella?
Algunos históricos debaten sobre la veracidad
de algunas de sus referencias. Pero su biografía
se la debemos a la biógrafa Mary L. Shearer,
investigadora de su propia vida. La falta de
reconocimiento es aún el precio que tienen que
pagar algunas figuras destacadas de la historia,
especialmente las mujeres.
Nació el 23 de septiembre de 1838 en Ohio, y
falleció el 9 de junio de 1927 en Bredon, Reino
Unido. Fue una líder del movimiento por el
sufragio femenino en los Estados Unidos, y pudo
ver cómo uno de sus sueños se convertía en
realidad, ya que las mujeres en Norteamérica
consiguieron el derecho a ir a las urnas el 26 de
agosto de 1920 cuando gobernaba el demócrata
Woodrow Wilson. El sufragio no se regaló, se
peleó. Y Woodhull fue una de las mujeres que lo
hizo posible. También Woodhull fue una activista
por las reformas laborales y apoyaba, lo que
llamó, el amor libre. Para ella el amor libre era
algo que pudiese ser obvio en nuestro tiempo:
Ángela Paloma Martín, es periodista. Consultora de comunicación en Ideograma Latam y articulista en diversos medios. @
anpamar
tener la libertad para casarse, divorciarse y tener
hijos sin que el Gobierno intervenga.
E
sta mujer cosechó fortunas hasta en dos
ocasiones: una de ellas gracias a su trabajo
con la terapia magnética; la segunda,
como corredora de la bolsa de Nueva York ya
que, con su hermana, fue la primera mujer que
ejecutó una financiera en Wall Street. Y también
se convirtieron en las primeras mujeres en fundar
un periódico, Woodhull & Claflin’s Weekly, que
empezó a publicarse en 1870. En la época, el
que mujeres destacaran en las finanzas y en el
mundo de los negocios, no era algo convencional.
Pronto empezaron a catalogar su actividad con la
prostitución, porque la palabra prostitución era
un concepto que estaba íntimamente relacionado
con la independencia y la determinación. Pero,
¿saben? ¿Quién no lo era en esa época que
quisiera destacar por su trabajo y su talento que
fuera mujer?
La Woodhull presentó su candidatura a la
presidencia de los Estados Unidos en 1872 por
el partido Equal Rights, concretamente el 10 de
mayo. Sin embargo, su intento por ser presidenta
de los Estados Unidos siempre fue un camino
demasiado tortuoso. Si hay algo en común entre
Hillary Clinton, Shyrley Chirsholm y ella es la
determinación y la insistencia, el creer, además, que
puede ser posible. En 1872 no pudo ser. Además,
la arrestaron cuando faltaba poco tiempo para
las elecciones acusada de publicar un “periódico
obsceno”. La propia cabecera de su periódico tenía
como objetivo
¿Sabías que?
apoyar su candidatura, pero siempre destacaban
los contenidos por aquellas cosas que defendía: la
educación sexual y la prostitución legal, el voto
femenino y el amor libre. Y fue el primer medio de
habla inglesa en publicar el Manifiesto Comunista
de Karl Marx. También la culparon de que su
candidatura no fue del todo “legal” porque no
llegaba a la edad mínima permitida: los 35 años.
Pero no se han encontrado referentes ni artículos
que cuestionen la “legalidad” de su candidatura por
su edad. Victoria Woodhull fue puesta en libertad
seis meses después, junto a su segundo marido
y su hermana, quienes también fueron arrestados
acusados por el mismo motivo. No obstante, ya
fue demasiado tarde como para poder participar
de esos primeros comicios soñados.
A
hora bien, ella no se rindió nunca: volvió
a postularse en las elecciones de 1884 y
1892 sin éxito. ¿La causa? Podríamos decir
que la traición, o el apoyo irreal cuando crees
que las tienes todas contigo. En la última ocasión,
aunque la Convención Nacional de Mujeres
Sufragistas confirmó su postulación, después
repudiaron su nominación. Su defensa a favor del
voto femenino le permitió infiltrarse en las filas
del poder masculino gracias a sus argumentos y
ella sostenía que las mujeres ya tenían derecho a
votar, sólo tenían que ejercerlo. Pero aún creyendo
tener la razón por defender sus argumentos, fue
catalogada de oportunista e impredecible.
Victoria se casó tres veces. La primera a los 15 años,
con un médico de Ohio, Canning Woodhull, que
la atendió puntualmente como consecuencia de
una enfermedad y a petición de sus padres. De
su primer matrimonio tuvo dos hijos Byron y Zulu
Maude. Pero descubrió que su marido era un
mujeriego y un alcohólico y se divorció al poco del
nacimiento de sus hijos. Su segundo esposo fue
el coronel James Blood, con quien fue arrestado
en 1872 en su primera apuesta por ser presidenta
de los Estados Unidos. Su tercer marido fue con
el banquero John Biddulph Martin, quien asistió
a unas de sus conferencias cuando ella decidió
partir a Inglaterra a iniciar una nueva vida. Allí se
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convirtió definitivamente en Victoria Martin.
P
osiblemente, entendiendo su vida y quienes
la acompañaron a lo largo de ella, podamos
entender el por qué de su motivo de defensa
continua. En 1871 en un discurso en Nueva York, la
Woodhull dijo claramente lo que opinaba sobre el
amor libre:
“Sí, creo en el amor libre. Tengo un derecho
inalienable, constitucional y natural a amar a
quien yo quiera, por el tiempo que pueda; a
cambiar ese amor todos los días si así lo deseo,
y ninguna persona ni ley está autorizada a
interferir en ese derecho”.
N
os faltan datos para saber qué la llevó a
tomar la determinación de casarse con su
primer marido y a mantener su apellido.
Pero lo que sí se puede descifrar es que, a partir de
aquel episodio, Victoria tuvo una tarea mucho más
social y justa en pos de los derechos que la de ser
madre y ama de casa. El mismo partido por el que
se presentó tenía la gran esperanza de conciliar a
los sufragistas con los activistas de los derechos
civiles afroamericanos.
Woodhull defendía la igualdad de derechos y
creía que estaba “destinada” por “profecías” a ser
presidenta de los Estados Unidos. Chisholm fue
la primera mujer, y negra, que se presentó a unas
primarias por el partido demócrata en 1969: había
muchos derechos sociales que defender, “y la
gente me quería”, dijo. Y Clinton ha empezado su
carrera, también por el partido demócrata, porque
está convencida de que Estados Unidos necesita
un defensor, en este caso defensora. Y ella cree ser
esa defensora. Quizás, esta vez, gane la defensa,
esa palabra movilizadora que han protagonizado
las tres mujeres que han querido ser Presidentas
de los Estados Unidos. A la tercera… ¿la vencida?

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