Fire To The Prisons

Transcripción

Fire To The Prisons
Fire To The Prisons
Fuego a las prisiones
Dora García
Lost & Found (Drawings) 37, 2004-2006
Marcador y lápiz sobre papel, 26.5 x 39 cm
Cortesía del artista y Kurimanzutto
Ciudad de México
(página I)
En mayo de 2010 realicé, en colaboración con la joven
artista Lisa Duroux, la exposición Derniers Jours / Last
Days: A Dystopian Shop. La exposición ocurría en Le Parvis,
centro de arte de las ciudades francesas de Pau y Tarbes.
La siuación del centro de arte Le Parvis es, cuando menos,
curiosa, al encontrarse embedded o «insertado» en el centro
comercial Leclerc. Este centro comercial, para sensibilidades
como la mía, no puede ser más espantoso: megafonía,
muzak, seguridad por todas partes, neones rosas, puertas
automáticas, restaurantes self-service, luz artificial. Lo único
que puede hacerse en un lugar así es lo que paulatinamente
se está convirtiendo en la única opción que nos queda para
distinguir a los vivos de los muertos: comprar. Comprar es
ya casi la única actividad vital que puede llevarse a cabo sin
que el vecino te mire mal. Y quien dice vecino, dice guardia
de seguridad. Los guardias de seguridad, auténticos sabuesos
completamente imbuidos de una fidelidad incomprensible
a la compañía... En fin, como digo, cualquier otra actividad
que no sea comprar es sospechosa. En Leclerc, al menos.
Y sin embargo, en Leclerc hay un centro de arte. Le
Parvis.
¿Cómo aceptar la invitación de la directora, Magali
Gentet, persona encantadora, y soportar a la vez un entorno
que es, cuando menos, hostil, seguramente nocivo para
cualquier tipo de... pensamiento?
L u vin a
/
in viern o
III
/
2010
Inaugurar un espacio comercial distópico (lo contrario
de utópico: la literatura distópica imagina —o retrata—
sociedades inhumanas, en las que ninguna libertad es
posible, donde todo pensamiento es subversivo: 1984,
Fahrenheit 451, Un mundo feliz), que utiliza un título tan
equívoco como «Last Days» (¿Anuncio de rebajas? ¿Profecía
apocalíptica de iglesia pentecostal? ¿O la película sobre la
muerte de Kurt Cobain realizada por Gus Van Sant?), me
pareció, nos pareció, la única opción posible.
Pareció, también, necesario vender (u ofrecer por un
«precio libre», como mandan los cánones libertarios) no solo
parefernalia apocalíptica, libros, música y películas sobre los
últimos días de la Humanidad y otros infiernos, sino también
brindar al público del Parvis y de Leclerc la posibilidad de
conocer la muy rica tradición de materia impresa libertaria.
Me refiero a las publicaciones independientes sin ánimo
de lucro y sin problemas de copyright que incitan a la
resistencia, a la revolución, al rechazo del sistema único, al
consumo, a la globalización, a la normalidad, al mainstream.
Al contactar a una serie de publicaciones para poder
disponer de sus revistas y material impreso en nuestro
espacio comercial distópico, una de ellas resultó ser
especial: Fire To The Prisons (fttp, www.firetotheprisons.com),
«an insurrectionary quarterly» de Nueva York.
En estas páginas se ofrece una selección de páginas de esta
revista, especialmente de su número 7 (otoño de 2009) y su
número 9 (verano de 2010).
Fuego a las prisiones. Este título demuestra no sólo una
gran radicalidad, sino también un agudo sentido del humor.
Fuego a las prisiones es, sin embargo, más que un título: la
revista incluye regularmente contribuciones de ciudadanos
estadounidenses (principalmente, pero no sólo) en prisión
—como el artículo que aparece en estas páginas, escrito por
Coyote Sheff—, y publica una «cronología de la resistencia de
ciudadanos americanos en prisión» —lo que la conecta con otra
tradición, las cartas de profundis o cartas desde prisión, desde
Oscar Wilde a Aldo Moro.
Luv i na
/
i nv i e r no
IV
/
2 0 1 0
L u vin a
/
in viern o
V
/
2010
Luv i na
/
i nv i e r no
VI
/
2 0 1 0
L u vin a
/
in viern o
VII
/
2010
Su radicalidad no se reduce al nombre de la revista, sino
que en su número siete sorprende con la portada: «For Nothing,
Against Everything». O en su número 9: «For Us Revolt Needs No
Other Justification». Semejantes titulares podrían resultar en
la perplejidad del lector libertario al uso: ¿una resistencia sin
objetivos?
Fuego a las prisiones. Y es que Fire To The Prisons no es
una revista libertaria al uso; es una revista cuidadosamente
diseñada (¡con magnífico uso de la Helvética!), con una
sofisticación argumental que encontramos muy raramente no ya
en la materia impresa libertaria, sino en el pensamiento general.
Un artículo sorprende, de nuevo con el título «Accept
Nothing, Demand Nothing» (No aceptes nada, no pidas nada).
La tesis del artículo es la siguiente: cuando un movimiento
social intenta conseguir un progreso o una mejora de una
situación dada, cuando negocia con la parte contraria, está ya
claudicando, está admitiendo de algún modo que ese progreso
es posible y que una situación intolerable puede mejorar. Pedir
algo implica dos cosas: una, que alguien te escucha; dos, que
puede existir una respuesta satisfactoria. Ambos presupuestos
son falsos, e impiden un cuestionamiento absoluto y sin
concesiones del estado de las cosas. Concluye el artículo:
«Los derechos son demandas para la concesión de una mayor
capacidad de decisión, en un mundo que regula absolutamente
todas las decisiones».
En la sección de libros recomendados, Fire To The Prisons
invariablemente recomienda La societé du spectacle, de Guy
Debord. Situacionismo es el adjetivo que mejor podría definir a
Fire To The Prisons. Fire To The Prisons aboga por una forma de
resistencia total, poética y liberada de objetivos. Este rechazo
casi dandístico a la idea de «resultado» es a la vez ascético
(«For Nothing, Against Everything»), antiinstitucional («Accept
Nothing, Demand Nothing»), y bello («For Us, Revolt Needs No
Other Justification»).
Luv i na
/
i nv i e r no
VIII
/
2 0 1 0
L u vin a
/
in viern o
IX
/
2010
Luv i na
/
i nv i e r no
X
/
2 0 1 0
L u vin a
/
in viern o
XI
/
2010
Esta postura antiinstitucional, antiheroica y antiobjeto,
junto con sus hermosísimos slogans, tan situacionista todo
ello, acerca a Fire To The Prisons muy a su pesar a la esfera de
lo artístico. En un delicioso artículo, que es traducción de un
original francés publicado en la revista Non Fides y que lleva
por título «Escapism Has Its Price, The Artist Has His Income” (El
escapismo tiene un precio, el artista su salario), fttp junto con nf
se lamenta de que los artistas consiguen no sólo salir indemnes
de actos que llevarían a un activista «normal» a la cárcel o al
manicomio, sino que hacen dinero con ello.
Haciendo abstracción de los muchos artistas que han
acabado en la cárcel o en el manicomio, el artista insider no
puede evitar sonreír al leer el artículo, máxime cuando a ratos
parece hablar más de «artistas de variedades» que de artistas
contemporáneos, cuando a ratos también las expresiones a
menudo rezuman el rencor del outsider. Sin embargo, hay una
frase que corta la sonrisa condescendiente de cuajo: «Politically
committed art is an anti-rebellion anesthetic, the good left-wing
citizen’s chloroform which removes guilty feelings» («El arte
comprometido políticamente es una anestesia antirrebelión, el
cloroformo del buen ciudadano izquierdista que le permite dejar
de sentir cualquier culpabilidad»). ¿Quién puede decir, insider o
outsider, que esto no es cierto?
Luv i na
/
i nv i e r no
XII
/
2 0 1 0
L u vin a
/
in viern o
XIII
/
2010
Luv i na
/
i nv i e r no
XIV
/
2 0 1 0
L u vin a
/
in viern o
XV
/
2010
Fire To The Prisons/ Fuego a las prisiones, de Dora García, aparece en Luvina por cortesía de la
artista. Este proyecto se realiza con motivo
de la exposición For Nothing, Against Everything / Por
nada, contra todo de Dora García en opa,
Oficina para Proyectos de Arte de Guadalajara, Jalisco,
México, organizada por el, Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León
(musac), de León, España.
Luv i na
/
i nv i e r no
XVI
/
2 0 1 0

Documentos relacionados