el pintor juan rodríguez garcía tahonero hijo

Transcripción

el pintor juan rodríguez garcía tahonero hijo
EL PINTOR JUAN RODRÍGUEZ GARCÍA “TAHONERO HIJO”
Es uno de esos grandes artistas olvidados que desarrolló una enorme labor docente y pictórica
en el Jerez del siglo XIX. Sin duda, ha quedado eclipsado por su padre, Juan Rodríguez Jiménez,
“el gran Tahonero”, “el Goya andaluz”, aquel pintor que pasó de trabajar en una humilde
tahona de pan a convertirse en uno de los padres de la pintura romántica, de aquella hermosa
pintura de costumbres que reflejaba con tintes nacionalistas la diversidad cultural de los
pueblos.
“Tahonero hijo” nació en Cádiz el marzo de 1816. Se formó con su padre y completó estudios
en la Academia de Bellas Artes de Cádiz. Terminado sus estudios, se estableció en Jerez en
1836 con la intención de dedicarse a la enseñanza del arte. Destacó, sobre todo, por su labor
docente y su afanado impulso a las enseñanzas artísticas. Se le consideró el padre de la
llamada “Escuela Jerezana”, por la cantidad de artistas que reunió en su entorno.
En 1838 formó parte del primer claustro de profesores del Colegio de Humanidades San Juan
Bautista como profesor de dibujo y adornos. Este centro escolar, fruto de la fundación creada
por su patrón, el montañés D. Juan Sánchez de la Torre, terminaría siendo el primer Instituto
de Segunda Enseñanza de la ciudad. A partir de 1842 formó parte durante varios años del
claustro de profesores del Instituto Local de Segunda enseñanza como profesor de dibujo.
En 1844, junto a otros profesores, presentó al Ayuntamiento jerezano un proyecto para
fundar una academia de bellas artes en Jerez. En este proyecto participaron también el
arquitecto Balbino Marrón, y los profesores Juan Esteban Navarro, Juan Miró Salgado, Agustín
de Mendoza y Giovanni Alesandri. El proyecto pretendía establecer la academia en el Palacio
de
Justicia y los profesores se prestaban a trabajar gratis el primer año. Aun así, el
Ayuntamiento jerezano desechó el proyecto por falta de fondos para su mantenimiento.
En 1868 vuelve a participar en un nuevo proyecto para la creación, otra vez, de una academia
de bellas artes en nuestra ciudad, lo que demuestra su serio compromiso por impulsar la
enseñanza del arte en Jerez. El proyecto estaba presentado por la Junta Local de Instrucción
Pública, a la que pertenecía. Estaba avalado, entre otros, por personalidades como el
arquitecto José Esteve y López, el maestro de obras Lutgardo Ruiz, el escultor italiano Augusto
Franzi, los pintores locales Severino López Rearán y Manuel Berruti, el erudito y empresario
Diego de Agreda y Dominé, el médico y alcalde progresista Francisco Revueltas Montel y otras
personalidades políticas como Modesto de Castro y Pedro López Ruiz, ambos también
coleccionistas de obras de arte.
Las revolucionarias circunstancias del momento en que se presentó el proyecto, y de nuevo, la
falta de fondos para financiarlo, desembocaron en que Jerez no contase nunca con una
academia de bellas artes.
Aparte de su faceta docente, Juan Rodríguez García fue un gran pintor. En mi opinión, muy
superior a su padre, “EL Tahonero”, que es sin embargo quien más fama ha recibido. La
mayoría de sus pinturas se han atribuido erróneamente a su padre, a pesar de que su estilo es
más académico, más colorista y más definido.
Cultivó con notable éxito la pintura mitológica, religiosa y el retrato. En 1852 fue nombrado
pintor de cámara real tras realizar un cuadro para la reina Isabel II. En 1873, realizó también
para la reina el cuadro “Santa Isabel”. Fue el encargado en 1844 de decorar el salón alto del
Ayuntamiento jerezano. En los fondos del Museo de Bellas Artes de Cádiz se conserva un
cuadro que representa a “San Servando y San Germán”, patrones de Cádiz y un “Retrato en
miniatura de hombre con frac”.
Repetto Betes le atribuye en la Catedral de Jerez “El Martirio de San Caralampio” y “Santa
Catalina”, copias de su padre y “San Jerónimo”, presentado en la exposición de la sociedad
económica jerezana de 1856. El cuadro “Descanso en la Huida a Egipto”, presentado en la
misma exposición, se encuentra actualmente en una de las salas del museo de la Catedral de
Jerez, tras haber estado muchos años en la escalera del antiguo obispado en la calle Eguiluz.
Existe también un retrato de “San Juan Grande” pintado por él en la capilla de dicho santo
jerezano en el Sanatorio de Santa Rosalía (Jerez).
Descanso en la Huida a Egipto. Catedral de Jerez.
Fue uno de los impulsores de la exposición de productos agrícolas, industriales y artísticos
organizada en 1856 por la sociedad económica jerezana, entidad de la que era miembro de
número. Pintó para esta exposición dos cuadros de asuntos mitológicos y cinco cuadros
religiosos. Por el titulado “Muerte del Centauro Neso” recibió premio extraordinario y único.
De gran mérito es “El primer martirio de San Sebastián”, obra presentada en dicha exposición,
que se conserva en muy buen estado en una colección particular de Jerez. También fue
miembro de la comisión de policía urbana del ayuntamiento, velando por la estética de los
edificios.
Martirio de San Caralampio, Catedral de Jerez.
Estuvo unido en matrimonio con la escultora María del Carmen Ponce de León, de familia
aristocrática, quien falleció tempranamente en 1866. Tuvo una posición económica
desahogada, poseyendo una majestuosa casa en la calle Doña Blanca y una bodega en la calle
“Bodegas”. No sabemos bien el año de su fallecimiento, pero por una nota aparecida en la
Revista Religiosa de 17 de mayo de 1880 nos consta que en esa fecha había ya fallecido y se le
pretendía hacer un monumento en Jerez, un mausoleo en donde reposaran sus cenizas dentro
del cementerio jerezano.
Juan Rodríguez García, “Tahonero hijo”, fue una de esas personalidades que contribuyeron a
hacer de Jerez una importante ciudad durante el siglo XIX. Espero con este artículo haberle
rendido el homenaje que se merece.
Jesús Caballero Ragel

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