Amor de papel

AM O R DE PAP E L
Todas las mañanas, al despertar; él se encontra ba con esos precios os ojos verdes que lo
observa ba n fija m e n te, un verde turq uesa hipn ot i z a nte, mágic o y marav i l l os o.
Esa im p o n e n te mirada le otorgaba la energía necesaria para empezar el día con buen
áni m o.
A l pararse frente a ella sentía una emoc i ó n indescri pt i b l e, algo que no se podía explicar
con palabras, siem p re quedaba fascina d o con su escultural cuerpo, sentía una devoc i ó n
infi n i t a hacia esa obra maestra de la naturaleza.
Así, transcur r ía n sus días con la celosa mirada de su amada al despertarse y al acostarse,
pero una mañana de dicie m b r e, ella ya no quiso mirar l o, le negó sus her m os os ojos
verdes y él sintió que el mun d o se le venía enci m a, se levant ó de un salto buscand o su
mi ra da, pero todo fue inútil su amada ya no lo conte m p l a r í a al despertar.
A n g u s t i a d o, con los ojos aguados y la garganta hecha un nudo abando n ó su habitac i ó n,
no podía concebi r que ella, de la noche a la mañana le dem uestre su letal indi fe re n c ia.
Cuan d o cayó la noche y regresó a su dor m i t o r i o, estaba decidi d o a ter m i n a r con su
penar, se armó de coraje y arranc ó de su pared el gigante póster de Helen Hu nt que
amanec i ó doblad o hacia abajo por la mitad pues una de sus esquinas se había
despren d i d o de la pared en frente de su cama.
Ub i c ó en su lugar un póster de las mis m as di me ns i o n es en el cual; una bellísi m a y
curv i l í n e a pelirr o ja lucia un atrev i d o escote y una ínfi m a min i f a l d a que dejaba desnudas
unas esplénd i d as piernas, ya no serían los ojos verdes de Helen los que lo conte m p l a r í a n
al amanecer, ahora; los precios os azules ojos de Nic o le K i d m a n le darían los buenos
días.
Seudóni mo: “139 Lexatins”