LA MASONERIA - Universitat per a Majors

Transcripción

LA MASONERIA - Universitat per a Majors
UNIVERSTITAT JAUME I
CASTELLÒ
REPÚBLICA I MAÇONERIA
Projecte del titulat universitari senior:
Estudiant: Mª Rosa Ribés Pastor
Tutora: Imma Badenes-Gasset Ramos
Maig 2005
1
2
En les persones grans,
descansa un tresor,
que la joventut necessita
per madurar la vida.
La edad no ens limita,
ens llibera.
3
Dedicat
a mon pare,
a Bernhard.
4
Gràcies
a la professora Inma Badenes-Gasset
per guiar-me,
a [email protected]
per recolzar-me
a Rosa Iborra
per ajudar-me,
a Pedro Benito
per tecnificar-me,
a la UJI
per acollir-me,
a la UM
per instruir-me .
5
INDICE
Introducción.
1
Capitulo 1.- Orígenes míticos de la masonería.
3
1.1.
Egipto.
4
1.2.
Grecia.
1.3.
Roma. Mitraísmo.
8
1.4.
Cristianismo.
9
Capitulo 2.- Nacimiento y esplendor de las cofradías masónicas
en la Edad Media.
11
2.1. Ordenes monásticas y su influencia en la masonería. 12
2.2. Declive de la antigua masonería.
16
2.3. Nacimiento de la Francmasonería moderna.
17
2.4. Nacimiento de la Francmasonería española.
19
2.5. Masonería y republicanismo en la historia de España. 20
Capitulo 3.- Masonería y republicanismo en la historia de
Castellón.
24
3.1. Economía y sociedad en el Castellón de finales del
25
siglo XIX.
3.2. Gestación de grupos políticos en el Castellón del
siglo XIX.
27
3.3. Doctrina social del partido republicano de Castellón. 29
3.4 Republicanismo y masones.
3.5 Políticos republicanos masones de Castellón.
6
31
35
Conclusión
37
Bibliografía
38
Apéndice documental.
40
Nº 1.- Código moral.
41
Nº 2.- Símbolos masónicos.
42
Nº 3.- Fraseología masónica.
43
Nº 4.- Masones ilustres.
46
Nº 5.- Recortes de prensa local 1889 – 1890.
49
7
8
Introducción
Este trabajo sobre la repercusión que tuvo la masonería entre los políticos
de Castellón durante una determinada época, no tiene ninguna intención de
crear polémica, sencillamente trata de analizar la aventura espiritual en la
que se embarcaron algunos prohombres de la sociedad castellonense
durante la segunda República, divergiendo claramente de la corriente
católica arraigada en aquella comunidad castellonense .
¿Qué les ofrecía la masonería que no encontraran en el catolicismo
imperante?
¿Es tal vez la masonería una religión? ¿Eran estos hombres católicos
y
masones a la vez? Dado que su opción política fue el republicanismo y
masonería a la vez, ¿Estaba la masonería enfrentada con la monarquía?
¿Qué situación socio-económica existía en Castellón antes y durante la II
República para que estos personajes se decantaran abiertamente por la
República y masonería a l mismo tiempo?
Quizá
para responder a estos interrogantes sería necesario hacer un
somero estudio sobre los orígenes de la masonería de la que
verdaderamente se ha hablado
poco abiertamente y mucho sin
conocimiento de causa.
Al comienzo de mis indagaciones advertí claramente que la masonería no se
puede considerar como un bloque inamovible.
La masonería ante todo es una corriente iniciática, que tiene una idea de la
humanidad y del lugar que ocupa el individuo en una comunidad que desea
ser fraterna.
En todas las épocas, la propia masonería se ha autodesignado como “una
Sociedad iniciática”. Esto nos lleva naturalmente a precisar la expresión
“iniciática” y por ende “iniciación” .
Entre los antiguos constructores, ser “iniciado”, significaba entrar en una
Orden
que se consagraba al estudio de los misterios de la vida y proponía al
hombre
9
medios de evolución espiritual.
Si consideramos las estructuras sociales de las antiguas civilizaciones,
veremos que las asociaciones iniciáticas de albañiles y arquitectos formaban
el núcleo del reino. La iniciación era de por sí un verdadero oficio y permitía
al iniciado integrarse en el cuerpo social.
Hablar de la masonería del siglo XX sin abordar aunque sea de una forma
rápida la iniciación egipcia, el pitagorismo y las sectas gnósticas nos
ofrecería una visión sesgada de la misma de sus orígenes y sus ritos pues
aunque como institución quizá sólo consideremos la que nació en 1717
dónde se aunaban eclesiásticos, católicos, protestantes, políticos de
derechas e izquierdas, marxistas y burgueses, lo cierto es que esta corriente
se remonta en sus orígenes, según algunos autores, a
épocas muy
remotas. Todo esto lleva consigo una dificultad añadida a la hora de analizar
sus orígenes, ya que parte de estas enseñanzas se han trasmitido de forma
oral; no obstante, intentaré ceñirme lo más estrictamente posible a mis
fuentes de información escrita.
10
CAPITULO 1
Orígenes míticos de la masonería
11
1. Egipto
El arte faraónico, basado en el anonimato, es la traducción de ideas
simbólicas y no es ciertamente un este ticismo gratuito. Según Daumas “es
fruto de una aplicación interior, de una conciencia profesional que ha
permitido al individuo superarse y alcanzar el reflejo de la belleza y la
perfección absolutas. Este estado de ánimo sólo puede alcanzarse por la
virtud de la iniciación”.
¿Qué prestigio tenían los constructores iniciados en la civilización egipcia?
Podemos decir con toda tranquilidad que era inmenso. Los grandes hombres
de la cultura egipcia eran los reyes y los maestros, los cuales no se
diferenciaban entre ellos,
toda vez que cada rey era antes que nada un
maestro de obras que construía el templo. Keops, Tumosis III y Ramses II
además de otros, fueron prodigiosos constructores cuya fama superó las
fronteras de Egipto; ahora bien los artesanos manuales se diferenciaban
claramente, no se confundían los peones de los dibujantes, los geómetras o
los arquitectos, todos creaban sus obras para gloria del principio divino y su
representante en la tierra, el faraón.
Dios es el Arquitecto soberano : a la gloria del Gran Arquitecto del Universo,
es la expresión masónica. El nacimiento, en las sociedades egipcias
tradicionales, nunca fue un criterio de admisión; varios faraones y maestros
de obras eran de extracción humilde, no obstante, no se toleraba ninguna
imperfección técnica.
En la cofradía de Deir-el-Medineh sus miembros iban vestidos con un
delantal ritual que permitía identificar a los iniciados y a los profanos; tenían
reglas, pagaban una cotización en especias una vez al mes que iba a un
fondo común y seguir
enunciando similitudes entre la masonería y las
antiguas sociedades iniciáticas egipcias que nos llevarían tal vez a la
conclusión de que verdaderamente su origen era el mismo; no obstante, y a
través de las muchas y diferentes lecturas que para realizar este trabajo he
debido hacer, me inclino a pensar que es la propia masonería la que ha
incorporado a sus rituales los diferentes ritos de las culturas antiguas. Así
vemos que también las piedras tenían un valor excepcional en la cultura
egipcia y se convertían al mismo tiempo en ejemplos simbólicos: el ladrillo
12
axial del recinto de Amon en el templo de Karnak llevaba la inscripción
“regir”, simbología que encontraremos en la masonería donde la piedra es el
fundamento de toda su filosofía; tampoco deberíamos olvidar que el hombre
“es un templo” también para la religión cristiana , que nos habla
continuamente de “la piedra angular”.
Los orígenes míticos de la masonería no se deben desdeñar puesto que
sitúan el nacimiento
de la Orden en la más alta antigüedad y es
verdaderamente una enseñanza simbólica y no una rigurosa construcción
histórica.
Ignaz von Born, consejero del rey austríaco Jose II fue Venerable de una
Logia. Con ayuda de una documentación rudimentaria publicó un importante
artículo sobre los orígenes míticos de la masonería; su tesis entusiasmó a
Mozart que escribió la partitura de “La flauta Mágica”, que no es más que el
relato de una iniciación masónica que se desarrollaba en el antiguo Egipto.
Pero esta tesis que ha estado siempre presente, debería naturalmente
fundamentarse con algunas pruebas que nunca fueron presentadas. No
obstante, hoy sería posible retomar esta teoría y completarla gracias a los
progresos de la egiptología.
Dios, dicen los antiguos textos masónicos, fue el primer masón puesto que
creó la luz. No olvidemos que los rituales comparaban la Logia con el
Universo y que los iniciados trabajaban bajo la bóveda cósmica y en
presencia del Sol y la Luna.
Según se puede leer en estos textos, quienes crearon o propagaron una
enseñanza iniciática en la antigüedad sólo podían ser masones; Solón el
legislador, Moisés el profeta, Tales el matemático, Pitágoras el geómetra ,
Zorastro el mago. Estos sabios tenían todos algo en común: el conocimiento
de la Geometría, arte supremo que nos enseña a medir y a construir. Por la
voz de la geometría el Gran Arquitecto se expresa y revela sus secretos.
13
2. Grecia
En Eleusis, ciudad situada a pocos kilómetros de Atenas, se celebraron los
más grandes misterios de la civilización helénica, allí se iniciaron sus
pensadores, sus sabios y sus escritores. Los ritos de Eleusis eran
independientes de los demás ritos griegos. Píndaro, Platón y hasta Sócrates
conocieron estas sociedades secretas.
En sus escritos Christian Jacq confirma la voluntariedad de este secretismo,
a pesar de lo cual nos han llegado algunas informaciones fragmentarias
sobre los ritos que mantenían y que nos dan fe de las semejanzas entre
algunas actuaciones de los primitivos masones
e incluso de de los
modernos. Los neófitos se reunían en un lugar cerrado y eran interrogados
por un cierto número de miembros de la cofradía eleúsica. En la masonería
contemporánea, tras tres “investigaciones” el candidato se presenta en su
futura Logia para ser interrogado sobre sus opiniones e intenciones.
¿Qué se exigía al candidato? Primero una conducta moral irreprochable;
luego un juramento por el que se comprometía a no revelar nada de lo que
se le enseñaba. Finalmente se le pedía que abandonase su fortuna y sus
bienes simbolizado esto por el “despojamiento de los metales”, separándose
al neófito de todo objeto metálico que poseyera. Estos metales al parecer
eran una referencia a los bienes materiales, eran luego devueltos al nuevo
iniciado tras haber conocido éste las primeras letras de la sabiduría ya que
estaba en condiciones de hacer buen uso de ellos.
Los iniciados de Eleusis eran purificados por los cuatro elementos fuego,
aire, agua y tierra. Debían pasar la noche en una tienda para meditar y
prepararse a la iniciación; esta tienda se convierte dentro de la masonería en
el “Gabinete de reflexión” para el postulante.
La purificación por el aire se efectuaba a través de la música pues según
ellos “los sonidos liberan el alma”. Los masones durante “el viaje del alma”
intentan hacer el máximo ruido golpeando con el pie el suelo o estrechando
espadas. Es la iniciación del grado de Aprendiz.
La prueba del agua parece haber sido muy sencilla: se vertía un poco en la
cabeza del neófito para lavarlo de sus imperfecciones y nacer como hombre
nuevo. Como puede verse la materialidad de las formas no ha variado
14
mucho en el devenir de los siglos recordándonos en cierta manera, no tan
sólo el ritual masónico sino incluso el cristiano, manteniéndose idéntico
espíritu.Para los adeptos de Eleusis, quienes accedían a la verdadera
iniciación vivían en compañía de los dioses. Al contrario, los profanos
seguían viviendo en la incoherencia; no obstante ningún eleúsico debía
mostrar nunca
desdén ante aquellos que podría considerar ignorantes;
convencidos de que la administración de la ciudad debía corresponder al
hombre iniciado, estimaban que los iniciados debían ser útiles a la sociedad.
Personajes como Filipo, Cicerón o Augusto pusieron a veces las enseñanzas
eleúsicas recibidas, en práctica. Algunos detalles más precisos nos permiten
descubrir allí en Eleusis uno de los orígenes del grado de Maestro Masón el
más importante de todos, pues el iniciado eleúsico cuando llegaba a lo alto
de la jerarquía recibía una corona que simbolizaba su función al igual que el
Maestro de obras recibe un sombrero, símbolo de su jerarquía.
La evocación mitológica de la masonería se apoya verdaderamente en
hechos indiscutibles. Los masones tuvieron siempre un “catecismo” que
además de su función de identificación contenía lo esencial de los misterios
masónicos bajo la apariencia de fórmulas herméticas.
En la mayor parte de los edificios medievales, por ejemplo, se puede advertir
la influencia de la geometría y de la ciencia de los números creada por
Pitágoras. Un detalle nos puede convencer de la influencia del pitagorismo
en la masonería. En el grado de Compañero, se ve la letra G en el centro de
una estrella llameante. Podría ser una alusión a la palabra God = Dios o tal
vez a la voz “Geometría” no obstante algunos piensan que uno de los
verdaderos orígenes podría ser la gamma griega que tenía la forma de Y,
que para los pitagóricos representaba las dos vías, la del profano y la del
iniciado. Para identificarse los pitagóricos se daban un apretón de manos a
la manera egipcia aunque se desconozca la modalidad exacta, los masones
han conservado este símbolo; había otro método de identificación, era una
especie de catecismo que alternaba preguntas y respuestas.
El acto fundamental de los pitagóricos ere el banquete, asistían como
máximo diez comensales. Esto evoca claramente la presencia de diez
oficiales de la masonería que presiden los destinos de la Logia. Tras la
comida los pitagóricos se entregaban al trabajo y a la lectura, el más anciano
15
elegía un texto ritual leído por el más joven y propuesto a la meditación de
los hermanos. En los “Banquetes de la Orden” de la francmasonería se
procede del mismo modo. Los pitagóricos acogían entre ellos a
constructores. La celebre Basílica de la Porta Maggiore en Roma junto a la
Via Prenestrina es un claro ejemplo de su trabajo. Es un templo-caverna,
análogo al “gabinete de reflexión” de la masonería.
En el caso de los pitagóricos el fin era claro: no utilizar la luz exterior que es
sólo un falso fulgor, sino la claridad procedente del interior de las cosas, del
centro de la tierra; a pesar de su situación, en efecto, la Basílica de Porta
Maggiore no estaba sumida en la oscuridad; aberturas dispuestas
estratégicamente
dispensaban
a
los
adeptos
una
luz
filtrada
que
identificaban con la gracia divina.
3. Roma. Mitraísmo
La antigua civilización romana no brillaba precisamente por sus cualidades
espirituales y religiosas. Roma estaba preocupada, sobre todo, por su
expansión material y económica.
El gran movimiento iniciático que empapó la civilización romana era
indiscutiblemente el mitraismo. Mitra era en realidad un dios iraní. Esta secta
llegó a tener un inmenso éxito en la Roma de los siglos II y III de nuestra era.
Trajano tenía un “mithraeum” en su villa del Aventino y las mas altas
autoridades civiles protegieron esta cofradía.
Juliano el Apóstata, ferozmente anticristiano concederá sus favores al culto
de Mitra; no obstante Ambrosio, arzobispo de Milán, en el año 377 instigó al
prefecto Graco para destruir todos los mihtraeum que hubieran en Roma.
Por lo que conocemos los templos de Mitra eren pequeños, no obstante,
estaban destinados a las multitudes. La bóveda equivalía al firmamento
estrellado y debía presentarse como una gruta relativamente oscura. La
disposición de los templos masónicos actuales es prácticamente igual a la
de los templos de Mitra.
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El dios llevaba un gorro frigio, como el Maestro masón lleva el sombrero de
los Maestros de obra que en la Edad Media se simbolizaba en ocasiones
por el gorro mitraico; también la mitra papal nos lo recuerda.
El “gabinete de reflexión” de la masonería donde el neófito espera su
iniciación, es el “vestíbulo y sala de espera” para el postulante mitraico.
Así mismo encontramos similitudes en la importancia que unos y otros dan al
número siete, y a las largas preiniciaciones o adoctrinamientos que debían
pasar los adeptos de ambas corrientes.
Sobre la ceremonia de iniciación sabemos poco pero su interés para la
masonería es tal, que son retomadas por ésta; la “tendida” en el suelo del
postulante, las pruebas de la tierra, el agua y el fuego que ya han sido
remarcadas en el capítulo anterior.
El mitraísmo fue indiscutiblemente una de las más ricas asociaciones
iniciáticas de la antigüedad, tanto por su fraternidad como por su
organización simbólica. Sus adeptos protegieron la artesanía y la agricultura,
varios arquitectos fueron iniciados y contribuyeron a propagar sus ideas en
las primeras corporaciones de contructores. El mitraísmo legó a la
posteridad un marco ritual muy coherente; mientras el paganismo político se
derrumbaba
el
germen
iniciático
del
mundo
antiguo,
encontraba
naturalmente refugio en los colegios de artesanos.
4. Cristianismo
Este rápido examen de las antiguas iniciaciones, habrá mostrado, por lo
menos esa ha sido mi intención, que sus ideales, sus símbolos y sus ritos,
fueron preservados, en parte por la masonería.
Tras haber evocado las sociedades secretas de Egipto y de Grecia llegamos
ahora a una época decisiva en la historia de Occidente. Con el nacimiento
de Cristo, cierta idea del mundo se disuelve y aparece otra. La iglesia
católica se opone, progresivamente, a todas las religiones antiguas y con la
ayuda del poder político esta intención prevalecerá.
En un principio el cristianismo no quería convertirse en una religión de
masas sino, más bien, engendrar una élite espiritual. Hipólito de Roma da
consejos en este sentido. “Que se examine su estado de vida; que se haga
17
una investigación sobre oficios y profesiones de aquellos a los que se lleva
la instrucción “; por lo tanto no se hace cristiano quien quiere.
La preparación para el bautismo es claramente una iniciación. En el
banquete ritual se encuentra para el cristiano una clara expresión del amor
fraterno, también la masonería conserva en ellos su dimensión iniciática.
La expresión “Hijos de la Luz”, aparece en los textos masones y cristianos.
Esta profunda ascendencia bíblica se ve confirmada también por cierto
número de textos cristianos que insisten en el valor simbólico y espiritual de
la piedra. “Sois las piedras del templo del Padre”, dijo Isaac de Antioquia.
También en los textos de San Agustín podemos muy bien ver la relación que
existe entre el gran Arquitecto y los iniciados en el cristianismo.
Este lenguaje sigue empleándose en las Logias masónicas contemporáneas;
se dice que el Aprendiz masón es una piedra en bruto que debe tallarse a sí
mismo,
para
convertirse
en
piedra
cúbica.
Poco
a
poco
iremos
adentrándonos en ese largo periodo donde la imagen histórica de las
cofradías de constructores en general y de la masonería en particular iran
perfilándose.
18
CAPITULO 2
Nacimiento y esplendor de las cofradías
masónicas en la Edad Media
19
1. Ordenes monásticas y su influencia en la
masonería
Las comunidades monacales estaban constituidas por hombres ávidos de
Dios, entre los que se encontraban algunos albañiles y carpinteros; primero
construían el propio monasterio, en el interior de los cuales se les
reservaban aposentos. Fueron las instituciones monásticas las que
permitieron a los constructores sobrevivir y más tarde desarrollarse. Sin los
monjes, los francmasones de la Edad Media probablemente no habrían
existido o por lo menos no habrían gozado de tanta proyección. Y es en este
punto donde considero apropiado incluir la opinión del historiador José A.
Ferrer Benimeli en cuyos escritos me he apoyado para conseguir hacer este
trabajo lo más veraz y objetivo posible.
Según Benimeli ninguna de las teorías descritas tienen validez, más bien
entran dentro del terreno de lo denominado esotérico, y la masonería debe
considerarse algo más real. En su obra “La Masonería española en el Siglo
XVIII” y apoyándose en escritos del canónigo Grandidier, uno de los mejores
historiadores sobre la catedral de Estrasburgo, da un resumen de los
picapedreros de la Edad Media: “Enfrente de la catedral y del palacio
episcopal, existe un edificio contiguo a la capilla de Santa Catalina. Este
edificio es el Maurer-Hof, el taller de lo masones (albañiles) y picapedreros
de la catedral. Su origen data de una antigua confraternidad de masones
libres de Alemania……..”
“……..esta
confraternidad,
compuesta
de
Maestros,
Compañeros
y
Aprendices poseía una jurisdicción particular…….”.
……..Su principal trabajo consistía en el diseño de edificios y en la talla de
las piedras, lo que consideraban como un arte superior al de otros masones.
La escuadra, el nivel y el compás se convirtieron en los atributos y símbolos
característicos. Resueltos a formar un cuerpo independiente de la masa de
obreros, imaginaron entre ellos palabras de contraseña y toques para
distinguirse…….. Los Aprendices, los Compañeros y los Maestros eran
recibidos con ceremonias particulares y secretas. El Aprendiz elevado al
grado de Compañero prestaba juramento de no divulgar jamás de palabra o
por escrito las palabras secretas del saludo (art.55)……..
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Después de muchas más consideraciones de este tipo que el canónigo
Grandidier resume en sus escritos realizados con los documentos que él
mismo había consultado en los archivos de los picapedreros de Estrasburgo,
añade: “¿No reconocéis en estos rasgos de los masones venerables, de los
masones perfectos, iniciados en los misterios de los nombres sagrados, a
los francmasones modernos?........” y siguiendo los escritos de Benimeli
concluyo apoyándome en los datos aportados por dos escritores que el
mismo Benimeli cita, A.Fallou y J.Wincer que consiguieron probar que los
canteros constituía n hermandades en las que se enseñaba y practicaba una
doctrina secreta de sus respectivos artes y oficios. Ambos autores dejaron
fuera de duda que los actuales masones no habían inventado la liturgia y sus
símbolos, ni los habían tomado de otras sociedades secretas, sino que éstos
les fueron transmitidos por sucesión directa de los organismos obreros
mencionados.
En el siglo VI se produce la gran epopeya del monje Benito. En 529 funda el
gran Monasterio de Monte Casino cuyo vigor espiritual influirá en toda
Europa. Curiosamente ese oppidum había sido antes uno de los lugares de
culto de Mitra; la tradición iniciática de Occidente va afirmando una
coherencia inalterable. En este monasterio nace verdaderamente el
personaje del abad, ese Maestro que se ocupa de cada Hermano y le
proporciona alimentos espirituales y materiales. Es el primer “Maestro de
obras”, pues considera la herramienta como una fuerza sagrada y convierte
el trabajo e n alegría.
A finales del siglo VI, favorable a las cofradías, los monjes se convierten en
copistas y reproducen los grandes textos de la cultura antigua que tan
abundantemente utilizarán después los albañiles de las catedrales de la
Edad Media.
En el siglo VII, los albañiles edificaron la catedral de Canterbury y muchas
otras obras maestras.
Hacia principios del siglo VIII, según dice una leyenda bastante extendida, la
masonería nace en Alemania; allí se habrían aceptado a “especulativos”, o
sea iniciados que no trabajaban con sus manos, sino que aportaban
materiales puramente intelectuales a la obra colectiva.
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En Francia, Irlanda, Italia, Alemania, poco a poco una masonería organizada
apunta como fuerza emergente; por todas partes las agrupaciones de
constructores se hacen más coherentes. Durante este siglo se habla de un
“Maestro de obras” que se encarga de iniciar a los artesanos franceses en la
albañilería o “masonería”.
Los artesanos se van agrupando poco a poco en las ciudades.
En la Francia del siglo IX se produce la expansión de las abadías
benedictinas cuyos monjes protegen a los artesanos sin restricción alguna.
En sus bibliotecas reúnen una gran cantidad de textos antiguos que se
refieren a la arquitectura, astrología y medicina y las más diversas ciencias.
Los maestros de obras, educados en este clima, son cada vez más
instruidos y abren su espíritu en contacto con los monjes que dirigen su vida
espiritual. En el siglo X se funda Cluny; cuando las obras de la abadía
comienzan, sus constructores se referirán a las enseñanzas pitagóricas que
conocen perfectamente y construirán los edificios con medidas simbólicas.
Durante este siglo en Inglaterra, reinando Atheltan, su hijo Eduino se hace
Geómetra y Maestro de Obras, tras haber superado todas las etapas de
iniciación masónica; elegido Gran Maestro, funda en York la primera Gran
Logia en 925 ó 926 durante una
Asamblea plenaria - actualmente la
masonería contemporánea convoca una reunión semejante regularmente -,
los símbolos que eligió eran tres: una escuadra de oro, un compás de plata y
una llana de plata; estos símbolos se utilizan aún en la masonería actual
aunque no se respeten los materiales prescritos. ¿Realidad o ficción? No se
tienen pruebas concretas sobre esta historia, tal vez los nombres sean
ilusorios, pero una cosa es cierta: en el siglo X los masones se dieron un
alma y algunas leyes, pusieron fin a la dispersión y a la diseminación de sus
fuerzas, crearon una Cofradía que sería la guardiana de sus ritos y de la
rectitud de la Orden.
Las Cofradías de artesanos durante la Edad Media no eran sindicatos; sólo
agrupaban artesanos muy cualificados que habían dado pruebas de sus
virtudes espirituales, morales y técnicas; ellos buscaban la obra maestra.
Durante los siglos XII y XIII la Masonería europea goza de un considerable
prestigio. Los constructores son la punta de lanza de la civilización.
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En 1275 se inicia el Gran Congreso Masónico de Estrasburgo, allí se decide
construir una de las catedrales más hermosas de la Edad Media; la ciudad
es entonces el centro principal de la francmasonería, entre las esculturas de
esta catedral se puede descubrir una muy densa enseñanza masónica.
Los constructores reciben protección oficial y Benedicto XII en 1334 les
concede franquicias por los que son liberados de numerosas obligaciones
materiales. Las abadías cistercienses albergaban a veces talleres secretos
donde los canteros aprendían sus oficios.
La Iglesia era el único poder capaz de asegurar la financiación de las obras,
sin el dinero eclesiástico pocas catedrales habrían visto la luz, esta
financiación la podemos ver avalada en el blasón de los carpinteros a donde
se ve a Jesús llevando el compás.
A pesar de algunas criticas referentes al carácter secreto de las
asociaciones masónicas, la Iglesia se veía obligada a glorificar a los
masones que levantaban sus templos; el arte en la Edad Media es, gracias a
los masones, internacional.
Las Logias se levantan a menudo a lo largo de las numerosas catedrales, allí
se enseñan los secretos de la Geometría pitagórica, allí los maestros
instalados forman a los jóvenes arquitectos que les van a suceder.
“Masón” es un término corriente que no sorprende hoy a nadie, significa
“albañil”. ”Francmasón” es una expresión más curiosa que tal vez sea mejor
explicar. El masón es el escultor de la piedra “franca”, es decir, la piedra que
puede tallarse y esculpirse; otros piensan que el “franc” alude a las
franquicias locales y municipales de las que gozaban los albañiles
aceptando que el “albañil franco” ó “francmasón” es sobretodo el hombre
libre de espíritu que se libera de la materia por su arte.
El albañil masón de la Edad Media tiene como oficio principal la construcción
de un Templo -Universo, la obra gigantesca dónde se pueden encontrar
todos los materiales para esta construcción, física y espiritual. ”Todos los
ritos de la Masonería, según escribe Jules Romaíns , giran en torno a la idea
de la construcción. Si habéis entendido esto, lo habéis entendido todo”.
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2. Declive de la antigua masonería
El siglo XIV , que ve el nacimiento de la burguesía reconocida como valor
social, inicia una gran crisis religiosa. ¿Cómo encontrar una nueva moral en
un mundo donde el dinero y la ambición comienzan a ocupar un lugar? Esta
vez la amenaza es seria; la sociedad medieval se descompone
progresivamente y la Iglesia no tiene ya confianza, al parecer, en las
cofradías que habían ataviado tan magníficamente sus catedrales, abadías y
monasterios.
Los maestros de este siglo empiezan a tener conciencia de la inestabilidad
de esta época y estimaron que “revelando” algunas leyes propias de su
organización podían atenuar la “peligrosidad” del secreto.
Cada vez más aislada, después del Concilio de Avignon, la masonería se
rebaja al rango de corporación y predica la disciplina de sus adeptos que no
tiene n la menor intención de dedicarse a la política. Definen nuevamente sus
bases y concretan varios puntos de la regla de vida de los iniciados.
Enrique VIII intenta quebrar la Orden y prohíbe el uso de los signos de
reconocimiento. Por aquel ento nces y durante el siglo XVI la masonería
introduce un cambio al aceptar en sus Logias a no profesionales. Este
cambio nunca se sabrá si fue beneficioso o perjudicial.
Durante este siglo termina la Edad Media y la masonería acoge en sus
Logias a burgueses, gentilhombres, sacerdotes… El medio social que
componía la masonería queda trastocado y los auténticos masones la
abandonan.
El comercio se levanta contra la masonería, pero cosa curiosa, es entonces
cuando los masones levantan en Francia la mayoría de los más hermosos
castillos del Loira.
Durante este siglo se funda la Orden de los Jesuitas por Ignacio de Loyola.
Los masones no sospechan todavía la importancia que va a tener en su
propia historia este hecho y los conflictos que surgirán posteriormente entre
las dos órdenes.
En España y siendo rey Carlos III, el conde de Aranda, masón según
algunos historiadores, consigue expulsar en 1759 a la Compañía de Jesús
24
como también lo hicieran en Francia y Portugal, aduciendo motivos políticos
y no religiosos. Los motines de Esquilache pudieran estar dentro de estos
pretendidos motivos políticos aunque debieron ser problemas políticos y
religiosos de más calado.
El catolicismo, poderoso aún, empieza a perder terreno en Europa,
especialmente en Inglaterra.
A partir del siglo XVII se puede afirmar que la antigua masonería es
claramente minoritaria con respecto a los intelectuales que proporcionan
ahora los mayores contingentes de masones; la antigua cofradía se
convierte en una
“sociedad de pensamiento”. Con toda naturalidad las
Logias Masónicas comienzan a interesarse por todas las doctrinas nuevas
que atraviesan todo el siglo XVII.
El último Gran Maestro de ésta antigua Masonería, Christopher Wren, debe
abandonar su puesto e 1702. El gran cisma que impera separa a los
“artesanos-operativos” de los “pensadores-especulativos” y abre un profundo
foso entre hermanos. A partir de aquí, la masonería que conserva sus
símbolos y rituales ancestrales, cambia de naturaleza.
3. Nacimiento de la Francmasonería moderna
La palabra “francmasón” ó “freestone -mason”, es decir “albañil-libre” que
trabaja la piedra de adorno , según Ferrer Benimeli, se constata en Inglaterra
por primera vez en un Acta del Parlamento correspondiente al año 25 del
reinado de Eduardo III.
Estos grupos de hombres que eran técnicos constructores itinerantes,
algunas veces extranjeros, no querían depender en modo alguno de las
corporaciones locales, dependiendo solamente del poder papal; se
colocaban así bajo la protección de la Iglesia, por encima de los poderes
temporales; las fronteras para ellos no existían y las podían franquear
libremente, tanto en tiempo de paz como en plena guerra.
El paso de la masonería medieval de los constructores de catedrales
(masonería operativa) a la masonería moderna (masonería especulativa) se
puede seguir de forma fehaciente leyendo los documentos que se
encuentran en la Gran Logia de Edimburgo, donde están completos los
25
archivos desde 1599. Allí podemos ver como poco a poco aparecen durante
el siglo XVII al lado de los verdaderos operarios que trabajan la piedra, otros
personajes que ejercían una profesión diferente.
Con el tiempo los especulativos se impusieron a los operativos, de ahí que
aquella organización profesional de los constructores de Catedrales derivara
hacia esta otra masonería ya no tan operativa; el mismo hecho de la falta de
trabajo, debido a la escasez de catedrales nuevas que se dejaron de
construir en este tiempo, provocó este cambio, que tomó cuerpo a partir de
1717 y en especial con las Constituciones de Anderson en 1723.
A partir de este período la masonería se transformó en una institución cuya
característica era la consecución de una finalidad ética, susceptible de
propagarse por todos los pueblos civilizados.
Así y de forma simbólica no será ya la catedral a construir un templo del
trabajo, símbolo de piedra, sino que será la Catedral del Universo la que se
levantará en honor y gloria del Gran Arquitecto Universal, es decir, la misma
Humanidad.
La piedra bruta, como símbolo representará al hombre, quien habrá de irse
puliendo en contacto con sus semejantes. Los útiles del picapedrero
recibirán un sentido simbólico: la escuadra, para regular las acciones; el
compás para mantenerse en los límites con todos los hombres, en especial
con los hermanos masones; el delantal, símbolo del trabajo, que con su
blancura indica el candor de las costumbres y la igualdad; los guantes
blancos recuerdan al francmasón que no debe jamás mancharse las manos
con la i niquidad, la Biblia como reguladora de la fe.
Estos francmasones buscaron en la Logia el lugar de encuentro del hombre
de “cierta cultura”, con inquietudes intelectuales interesados por el
humanismo y la fraternidad. El espíritu que les aunaba era el de la
tolerancia.
En su Constitución el articulo fundamental dice “Todo masón, está obligado,
en virtud de su título a obedecer la ley moral……..no será jamás un estúpido
ateo……..
……..En el presente nos parece a propósito no obligar más que a aquella
religión en la que todos los hombres estén de acuerdo, dejando a cada uno
26
su opinión particular…….. consistente en ser hombres buenos y verdaderos,
hombres de honor y probidad, cualquiera que sea la denominación o las
creencias con que puedan ser distinguidos.…….”
Así concebida, la masonería, desde sus orígenes, quiso ser una reunión por
encima de las divisiones políticas y religiosas del momento de hombres que
creían en Dios, respetaban la moral natural y querían conocerse y trabajar
juntos, a pesar de la diversidad de sus opiniones religiosas y de su
aplicación a confesiones o partidos más o menos opuestos .
Además de la solidaridad y tolerancia, en la masonería existe también una
tercera y muy importante característica, la de la igualdad.
“Los miembros de esta sociedad son todos hermanos que no se distinguen,
ni por la dignidad, ni por la fortuna que poseen, ni por la lengua que hablan,
ni por el hábito que llevan, ni por las opciones que tienen. La igualdad es su
primera Ley…..…( Secretos de los Liberi-Muratori, revelado al público 1.786)
“Tienen el deber de amarse, de socorrerse recíprocamente conducirse con
probidad y honestidad con los otros hombres y ser buenos y fieles
ciudadanos”.
4. Nacimiento de la Francmasonería española
El fundador de la primera Logia española (la Matritense) fue el inglés duque
de Wharton, quien la erigió bajo su responsabilidad y fue registrada más
tarde por la Gran Logia de Inglaterra el 17 de Abril de 1728.
El siglo XVIII fue para la masonería en general un siglo de zozobra. Fueron
pocos los gobiernos o estados que no se ocuparan de los francmasones y
prohibieran sus reuniones.
La condena de la masonería por parte de Clemente XII en la Constitución “In
eminenti” del 28 de Abril de 1738 tuvo su repercusión en España, si bien no
de una forma inmediata. Restaurada la Inquisición y siendo este asunto de
jurisdicción del Santo Oficio, el Inquisidor Mayor de España D. Andrés de
Orbe y Larreategui, después de recibir un despacho del cardenal Secretario
de Estado en términos como: “Su Santidad me ha ordenado enviarle, como
lo hago, el adjunto ejemplar ( la Bula )……..y procure que tal Asamblea (la
27
masonería )……..la cual en varias partes ha dado tan mal olor de sí, sea
abolida y expulsada donde se encuentre ya introducida y no se permita que
se extienda donde todavía no ha penetrado..……”, procede a ordenar la
persecución y castigo de los seguidores de la Orden.
En Octubre de 1738 el Inquisidor General de España dio la providencia para
que se publicase la Bula In eminenti contra las Juntas o Coventículos
llamados “Liberi Muratori” o Francamasón condenando a sus miembros a la
excomunión ipso facto. No obstante los autores de la Constitución Apostólica
de Clemente XII no sabían a ciencia cierta la naturaleza y el fin de la
Sociedad anatematizada, o dicho en otras palabras, se había excomulgado
algo que se desconocía, no se sabía que era ni lo que pretendía.
A partir del anuncio comenzaron a publicarse escritos antimasónicos y se
obligó a todos aquellos que desearan ejercer un empleo público -fueran
militares ó civiles- a realizar bajo juramento, una declaración de no haber
pertenecido a Logia ninguna o Asociación secreta.
Esta situación de ilegalidad y persecución que duraría durante el reinado de
Fernando VII, salvo el breve periodo del trienio liberal, (1820 - 1823), hace
que resulte bastante difícil reconstruir la historia de la masonería de la
época.
Tras la Revolución de Septiembre de 1868 y la consiguiente transformación
social, los francmasones españoles cesan de ser perseguidos y su doctrina
resurge. Habría que esperar a la revolución de Septiembre, para que, con
los nuevos vientos de libertad, la masonería pudiera desarrollarse libremente
en España.
5. Masonería y republicanismo en la historia de
España
La vinculación entre Masonería y Republicanismo constituye en la Historia
de España un fenómeno cuyos orígenes se remontan cuando menos a los
años del Sexenio Democrático. Se inauguró entonces una etapa donde
convergieron y pugnaron por imponerse diversos proyectos y programas
28
políticos de alternativas difundiéndose un ambiente propicio para el debate
de las ideas y la discusión pública.
Fue en estos años de agitados vaivenes, de alternativas y cambios en la
trayectoria y rumbo político del país, cuando realmente la masonería
española comenzó a crecer pues la ausencia de trabas legales para la
creación de todo tipo de asociaciones ofreció ocasiones propicias para el
desarrollo las Logias y de las Obediencias Masónicas.
Este proceso de crecimiento de la Institución se prolongó hasta finales del
siglo XIX y tras la interrupción motivada por lo que ha dado en denominarse
la crisis masónica finisecular en torno al 98, aún conoció una nueva fase de
desarrollo a partir de 1917, prolongándose hasta el estallido de la guerra civil
en 1936.
Durante todo este periodo de aproximadamente setenta años (1868/1936),
los cientos de Logias masónicas fundadas entre esas fechas, al igual que
otras entidades o asociaciones de tipo cultural, mutualista, recreativo o
cooperativo, fueron erigiéndose en uno de los principales ámbitos o espacios
de sociabilidad “republicana” o, si se prefiere, de sociabilidad “jacobina”,
lugares de refugio o de encuentro al que acudieron un número considerable
de personas de ideales “avanzados” que, desencantados por el asfixiante
caciquismo, por la manipulación sistemática del voto, por el control que la
iglesia ejercía sobre las conciencias y por la corrupción y fraude que
imperaba en muchos ámbitos de la vida pública, pretendieron difundir sus
ideas en pro de la secularización, el librepensamiento, la necesidad de la
formación de una verdadera ciudadanía responsable, etc., no tan sólo a
través de los cauces normalizados e instituidos -es decir, a través de los
partidos y en especial los republicanos- sino también a través de otros
canales uno de los cuales fue la masonería. Es en ese sentido en el que
creo que habría que contemplar y estudiar las Logias como un espacio
privilegiado de lo que quizás, de manera muy genérica, podríamos
denominar valores, cultura y sociabilidad republicana .
En opinión de muchos autores este proceso condujo, sobre todo a partir de
la implantación en 1923 de la primera dictadura española del siglo XX, a un
proceso de politización de la masonería española, de unos masones
procedentes ideológicamente de partidos y organizaciones diferentes pero
29
que iban a coincidir durante los años
veinte en una idea elemental: la
necesidad de hacer todo lo posible para acabar con la Monarquía, una
institución que -desde su punto de vista- no sólo habría entronizado en
España desde
hacía más de medio siglo un sistema corrupto y
despreciable, sino que había condenado a los españoles al atraso, la
barbarie, la incultura y el oscurantismo en todos los órdenes de la vida
ciudadana, entregándolo a la tutela omnipresente de los frailes y los curas, a
un poder clerical, sostén ideológico de los poderosos y que los masones
identificarían sin más con el “jesuitísmo”, su bestia negra particular, al igual
que la masonería acabaría convirtiéndose en el enemigo público número uno
de la España católica, tradicional y ultra conservadora.
Con todo ello además lo que resucitó fue un viejo debate, siempre presente
en la historia de la masonería española. Esto es ¿dónde situar el límite entre
el compromiso y la militancia política? O lo que venía a ser lo mismo:
¿dónde terminaba la defensa de los ideales democráticos y progresistas, la
defensa de un orden basado en los principios de LIBERTAD, IGUALDAD y
FRATERNIDAD, y dónde comenzaban las actividades políticas y partidistas?
¿Era posible en realidad establecer una clara y diáfana línea divisoria….?
En 1931 la Masonería española recibió la llegada de ese supuesto nuevo
orden con una declaración que dejaba pocos resquicios para la duda: “la
República es nuestro patrimonio”. A partir de Abril de 1931 y hasta Julio de
1936 cientos de masones pasaron a desempeñar importantes cargos
públicos.
Muchos llegaron a ser ministros, diputados, alcaldes o concejales, pero no
por el hecho de que la masonería los hubiera colocado ahí (como aseguró y
posiblemente llegó a creer la derecha de la época), sino por su militancia y
su protagonismo de muchos años al frente de sus respectivos partidos y
organizaciones. No obstante, en aquella coyuntura, muchos miembros de la
Orden del “Gran Arquitecto del Universo” pensaron que ya había pasado el
tiempo de filosofar, de debatir en sus Logias sobre lo divino y lo humano, y
que había llegado la hora de intentar hacer cosas, de introducir reformas
desde unas instancias de poder nacional o local al que habían sido aupados
por la fuerza de los votos de sus conciudadanos. Y fue aquí donde entraron
en colisión las ideas y los posicionamientos de unos individuos que, a título
30
personal, eran masones, pero que pertenecían a partidos u organizaciones
con proyectos diferentes y en algunos aspectos, radicalmente antitéticos.
Todo ello, como veremos daría lugar a una crisis en el seno de la misma
institución que contrasta vivamente con esa imagen de la Segunda
República como la etapa de máximo esplendor de la masonería en la
Historia de España.
Llegado este punto , mi trabajo debe tomar otro rumbo; si todo lo expuesto
hasta el momento, después de haber leído de forma exhaustiva a muchos
especialistas en la materia que me han hecho entender algunos aspectos
para mí absolutamente nuevos sobre esta organización, y porqué no decirlo,
hasta percibir un cierto “síndrome de Estocolmo” por la citada organización,
debo abordar a partir de ahora y de forma directa el verdadero motivo que
me ha llevado a realizar este trabajo, que no es otro que analizar las razones
que indujeron a algunos personajes del mundo político de Castellón durante
la II República a abrazar decididamente los postulados de esta Orden y a la
vez los del republicanismo, para lo cual debo abordar y ahí se va a dirigir la
última parte de este trabajo, el momento económico-político-social-religioso
que estaba atravesando Castellón y su provincia para que estos hombres
cultos, liberales y progresistas encontraran en la masonería quizá lo que el
catolicismo de la época no les ofrecía.
31
CAPITULO 3
Masonería y Republicanismo en la Historia de
Castellón
32
1. Sociedad y economía en el Castellón de finales del
siglo XIX
La política, en las instituciones locales y en la calle, era en la última década
del siglo XIX castellonense todo menos tranquila y suscitaba un interés
masivo.
Los protagonistas del enfrentamiento eran también los actores principales
que habían de marcar el primer tercio de siglo.
Al radicalismo liberal, representado por el republicanismo se oponía ya una
movilización derechista de contenido confesional y de signo católico.
En ningún período de su historia –exceptuando la etapa de crecimiento
económico
más
cercana
a
nosotros–
experimentó
Castellón
transformaciones de tal envergadura. Pasó de villa a ciudad duplicando su
población. Adquirió también la condición de capital de provincia. Desbordó el
perímetro de las últimas murallas. Vio llegar el ferrocarril y nacer la primera
carretera hacia el Grau, donde comenzó a construirse el puerto . La
capitalidad provincial había proporcionado también muchos beneficios.
Castellón cambió su fisonomía con nuevas calles, plazas, edificios, jardines,
y monumentos
y experimentó al mismo tiempo
notable crecimiento
económico; pero estos progresos, estas trasformaciones radicales surgen en
un marco de conflictos, de enfrentamientos y en ocasiones de violencia.
En el ámbito económico se había ampliado la capacidad del mercado local y
éste había intensificado su papel central en toda la comarca dentro de los
ámbitos mercantil, artesanal y administrativo.
La sociedad urbana castellonense estaba en franca transformación; con todo
el Castellón de los años 189…. no era sino un gran pueblo de 25.000
habitantes en fase de crecimiento poblacional interrumpido sólo por
mortalidades extraordinarias como la epidemia del cólera de 1885.
Republicanos y católicos encarnaban en el Castellón de hacía más de cien
años las alternativas potencialmente democráticas.
Los castellonenses de la época seguían pensando que su ciudad era
relativamente atrasada. Esta sensación se debía seguramente, al carácter
agrario que seguía teniendo la estructura socio- profesional de la ciudad.
33
Casi la mitad de sus habitantes dependía del sector primario. Una cuarta
parte de la población activa estaba formada por jornaleros del campo,
aunque gran número de los ocupados en los trabajos del campo, aparecían
censados bajo el epígrafe de labrador (propietario o arrendatario).
Los terratenientes rentistas constituían el grueso de los grupos acomodados.
El sector terciario era muy reducido; en realidad
gran parte del sector
servicios estaba compuesto por aquellas personas, generalmente mujeres,
que atendía las labores domésticas en las casas de los grupos sociales de
nivel medio-alto. Había ya algunas fábricas de tejidos y azulejos pero el
grueso de las actividades de transformación tenía lugar aún en pequeños
talleres artesanales, que por término medio no empleaban a más de dos o
tres asalariados.
Los
diversos
oficios
artesanos
(producción
textil,
construcción, sectores de piel, alimentación y madera) agrupaban al 15% de
la población activa. El resto se dedicaba a las distintas ocupaciones
relacionadas con la elaboración del cáñamo.
Repasando detenidamente la estructura socio-profesional no debemos de
olvidar y remarcar de forma explícita el trabajo infantil y femenino.
La
precariedad
económica
existente
entre
los
grupos
populares
castellonenses nos hace ver que las condiciones de escolarización no eran
precisamente las mejores. Sólo uno de cada cinco habitantes de la ciudad
sabía leer y escribir a finales del siglo XIX por lo que Castellón figuraba en
los primeros lugares, entre las capitales de provincia españolas, ante el
problema del analfabetismo, que se agravaba mucho más entre la población
femenina.
Esta falta de instrucción derivaba de la desigualdad social: mientras tres de
cada cuatro personas de los grupos acomodados sabían leer y escribir, sólo
uno de cada diez asalariados y uno de cada veinte jornaleros del campo,
sabían leer.
La expansión urbana había hecho crecer los arrabales en los extremos del
casco urbano. El derribo de la última muralla, a partir de los años ochenta,
hizo que creciera la ciudad hacia el oeste. La mitad norte del casco urbano
era predominantemente agraria, con un porcentaje bajo de artesanos y
comerciantes que sí abundaban en el resto sur de la ciudad.
34
La vida urbana quedaba marcada por el contraste entre villa, lugar de
residencia de propietarios, comerciantes y funcionarios y rabales donde
vivían jornaleros, labradores y artesanos. A su vez los dos rabales eran dos
mundos totalmente contrapuestos. El de la Trinidad era jornalero, menestral
y republicano y el de San Félix era labrador y católico.
El analfabetismo era mucho más grave en los arrabales que en el centro
histórico y más elevado aún en la mitad norte del casco urbano.
2. Gestación de grupos políticos en el Castellón del
siglo XIX
Políticamente las diferencias eran también lógicas: en el barrio de San Félix
residían los labradores con medianas propiedad próximos al catolicismo
político, por el contrario, el voto de oposición, o sea republicano, era
abrumador en los arrabales de población jornalera y artesana. En los barrios
céntricos, o sea en la villa, las candidaturas del liberalismo no republicano,
solían triunfar.
Desde los años centrales del siglo XIX, la mayoría de prohombres liberales
de la ciudad, que habían monopolizado el poder municipal, abandonaron el
espacio político del progresismo para sumarse a la Unión Liberal de
O’donell. Desde entonces la estructura del poder provincial apenas varió y
éste nuevo núcleo dirigente recibió la despectiva denominación de Cossi,
barreño en el que se efectuaba la colada de la ropa sucia de la política
provincial.
Estos, los cossieros, practicaron una política basada en el reparto de favores
e influencias oficiales, a través, sobre todo del manejo de la Administración y
de los mecanismos clientelares de control social y político.
Victorino Fabra Gil, dirigió este grupo desde 1868 con el apoyo de las
principales familias de la capital, estrechamente unidas por lazos familiares y
de intereses políticos y económicos. Cossieros fueron entre otros: Vicente
Ruiz Vila, Carlos Ferrer, Domingo Herreros, José Tárrega.
No obstante y aún usando los resortes caciquiles habituales, el ascenso del
republicanismo era imparable. No fueron capaces de frenar la maquinaria
35
partidista relativamente moderna que pusieron en marcha los republicanos.
Su forma de hacer política, reducida a un pequeño círculo de notables, no
tenía cabida ante el reto de la política moderna ejercida por los republicanos,
basada en la movilización electoral masiva, en una palabra, en la
democracia.
El republicanismo castellonense apareció en la década de 1860 como un
movimiento de artesanos, comerciantes y labradores modestos que
acabaron contando con el apoyo de determinados grupos de los sectores
acomodados en la petición de un régimen basado en el sufragio universal
masculino. Francisco Gonzalez Chermá fue su primer alcalde.
Sin embargo, su acceso al poder municipal provocó una acelerada
descomposición del movimiento, que se volvió a recuperar a partir de 1890
en la política municipal, desde la recuperación del sufragio universal.
El republicanismo se convirtió en la expresión política mayoritaria entre los
sectores populares castellonenses. Los republicanos se preocupaban por
sus condiciones de vida y de trabajo, se oponían al injusto sistema tributario
existente y coincidían con los trabajadores en la misma tradición ideológica
del radicalismo democrático; pero el republicanismo no era sólo un
movimiento de jornaleros y artesanos. Poco a poco los republicanos
captaron la confianza de algunos sectores más dinámicos de la burguesía
local. Lo consiguieron, instrumentando las clases dominantes deseosas de
crecimiento económico. Buena parte de estos sectores acomodados
terminaron aceptando la gestión política local del republicanismo en todos
sus aspectos.
Lo que interesa resaltar durante la última década del siglo XIX castellonense
son lo continuos enfrentamientos existentes entre los radical-liberales
(representados por el republicanismo al que se adherirían más tarde los
diferentes obrerismos) y la movilización derechista existente, de contenido
fundamentalmente confesional, de signo católico. Desde finales de este siglo
y hasta la guerra civil posterior en 1936 la política castellonense iba a pivotar
sobre estas dos tradiciones claramente enfrentadas.
Estos enfrentamientos se podían seguir en las diferentes publicaciones que
de uno u otro signo aparecían periódicamente en Castellón, así leemos en
“La Razón” la línea de pensamiento masón y en “La Verdad” su
36
“contrincante” la línea de pensamiento católico; al mismo tiempo son de
observar los verdaderos descalificativos con que se obsequiaban unos y
otros.
En el Anexo de este trabajo presento un e jemplo de cada publicación.
Y siguiendo con la actitud que mantuvo el catolicismo político-social durante
todo el siglo XIX que fue una actitud teórica y práctica de condena global
respecto del liberalismo y subordinación al conservadurismo general.
León XIII acababa de publicar la encíclica Rerum Novarum dando un gran
impulso y orientando al mismo tiempo el movimiento católico-social al que se
adhirió la sociedad conservadora castellonense guiada y alentada por los
progresos evidentes de las asociaciones agrarias, dirigidas por el Padre
Vicent, figura emblemática en la creación del cooperativismo, siguiendo el
espíritu de la doctrina social de la Iglesia y que trataba de evitar en lo
posible la entrada de los asalariados en estas sociedades, creadas en
España tras la celebración del primer Congreso Internacional; no obstante el
espíritu de confesionalidad que regía en estas organizaciones de tipo social,
excluía a un sector que estando también necesitado, quedaba al margen de
todas las evidentes ventajas, contraviniendo clarísimamente el principio
cristiano de la caridad universal. Realmente el catolicismo político tuvo solo
como principal objetivo frenar el republicanismo.
3.
Doctrina
social
del
partido
republicano
de
Castellón
El partido republicano de Castellón PR-CS, al que pertenecían la mayoría de
hombres masones, asumió desde su fundación el reformismo social que
ignoraba al mismo tiempo otra forma de propiedad -la privada- reivindicando
igualmente la función social de la misma y ejerciendo claramente oposición
política ante la Monarquía.
En este sentido, quizá sea conveniente repasar las bases de la Federación
Provincial Republicana de Castellón de 17 de Mayo de 1908 y que el
excelente jurista D. Fernando Gasset resumió con estas palabras “Las
vicisitudes por que ha pasado el partido republicano español no han tenido
37
eco en Castellón, porque aquí de hecho hemos estado todos unidos, en
defensa de nuestras ideas progresistas, federales y unionistas……..
…….. La obra de los comités no ha podido ser más perfecta, si se tiene en
cuenta que en las bases se hallan compendiados todas las aspiraciones
sanas…..…” (el Clamor 28-3-1908), y estas son algunas de las bases de la
Federación Provincial Republicana de Castellón:
A) Libertades individuales y políticas, según se declararon en la
Constitución de 1869
B) Sufragio Universal como base de la legitimidad de los poderes
constituidos.
C) Cámara legislativa única.
D) Presidente de la República amovible, responsable y elegido por el
pueblo.
E) Poder Judicial independiente, ampliando la competencia del Jurado.
Supresión de las jurisdicciones especiales.
F) Autonomía Local en su doble aspecto de municipal y provincial o
regional.
G) Reducción del presupuesto del Culto y Clero hasta llegar a la
separación de la Iglesia del Estado. Inmediata disolución y prohibición
de las Ordenes monacales.
H) Enseñanza no confesional. Instrucción primaria obligatoria y gratuita.
I) Economía en los presupuestos, proporcionalidad en los tribunales e
inmediata supresión de impuesto de consumos.
J) Servicio militar e instrucción adecuada obligatorios para la guerra y
voluntarios en tiempo de paz.
K) Protección al trabajo. Auxilios a los ancianos e inválidos del mismo.
Auxilios a los ancianos e inválidos del mismo. Arbitraje obligatorio en
los conflictos entre el capital y el trabajo.
38
4. Republicanismo y masones
El anticlericalismo era una de las facetas más destacadas de este partido
“primero anticlericales que republicanos” era su máxima, dando de esta
forma razón a su condición de ilustrados.
El término clericalismo fue acuñado por los liberales para evitar que en sus
confrontaciones con la Iglesia Católica pudiera imputárseles móviles
antirreligiosos ya que de esta manera no herían la sensibilidad religiosa de
otros grupos.
Los republicanos de Castellón no se aventuraron por los
terrenos esenciales de la fe, exceptuando sus discrepancias con el derecho
público de la Iglesia. La figura de Jesús estaba tratada siempre con respeto
y aunque se realzaba el mensaje social del Evangelio, éste solo se
contraponía como reproche a la falta de preocupación social de la propia
Iglesia y desde esta perspectiva la posible interrelación entre algunos
miembros dirigentes de este partido con la masonería quizá se pudiera
encontrar dentro de la visión social de estas personas y su preocupación
por ampliar el terreno de las libertades en todas las facetas de la vida
castellonense sobre todo en temas tan importantes como la enseñanza que
ellos pretendían libre universal y laica.
La pregunta que naturalmente surge es: ¿actuaron los dirigentes del PR-CS
más influidos por su partido que por su filiación a la orden? Según la
profesora Mª Dolores Gómez Molleda en un valiosísimo estudio hecho sobre
la masonería , cree que es muy difícil la contestación a este interrogante y si
preguntamos
si
determinado en
ambas
instituciones
confluyeron
en
un
momento
sus posiciones anticlericales la respuesta siempre será
incierta.
También Ferrer Benimeli, objetivo conocedor de la organización, dice que
“es cierto que la masonería no es una religión, sin embargo exige de sus
miembros la creencia en un ser superior y el respeto y cumplimiento de la ley
moral que une a todos los hombres como hermanos. Tampoco es un partido;
no obstante, la masonería tiene una ideología inspirada en la libertad y en
los derechos del hombre. Tampoco es un sindicato a pesar de que el eje de
la masonería es la fraternidad entre todos los hombres”. En su opinión
resulta muy difícil saber si la masonería influye en el ambiente socio-político
o más bien es el ambiente el que influye en la masonería. La masonería está
39
o debiera estar si nos atenemos a sus constituciones “por encima de las
ideologías de partido.”
En cualquier caso la politización de la Orden no ofrece dudas y poco a poco
las Logias se convertirán progresivamente en refugio de dirigentes políticos
ya que aunque la masonería es una institución de carácter universal,
filantrópica y filosófica, sus postulados tienden a hacer reales y prácticos en
la vida de los hombres, los principios de igualdad, libertad y fraternidad que
constituyen su divisa, y releyendo los principios generales de la
francmasonería vemos que proclaman la inviolabilidad del derecho humano
en todas sus manifestaciones, y consiguientemente:
-
El derecho a la vida y a la dignidad y seguridad de la vida.
-
El derecho a la libre emisión y difusión del pensamiento.
-
El derecho a la libre expresión de la conciencia y al libre ejercicio de
los cultos.
-
La libertad de enseñanza.
-
El derecho a la instrucción primaria, gratuita y obligatoria.
-
La libertad del trabajo y, como consecuencia, la de profesiones.
-
La libertad de locomoción, de la elección de domicilio y la
inviolabilidad del mismo.
-
La inviolabilidad de la correspondencia epistolar y telegráfica, y la de
cualquier otra que en lo sucesivo se invente.
-
El derecho de propiedad sin vinculación ni amortización perpetuas.
-
El derecho de petición.
-
El ejercicio de acciones públicas por denuncia o querella.
-
La igualdad ante la ley.
-
El establecimiento del Jurado para toda clase de delitos.
-
La libertad de reunión, asociación y manifestación pacíficas.
-
La participación del pueblo en el gobierno por medio del sufragio
universal.
-
La separación de la Iglesia y el Estado.
40
-
El matrimonio y registro civiles.
-
La secularización de los cementerios.
-
La secularización de la enseñanza y de la beneficencia.
-
La abolición de los títulos de nobleza.
-
La abolición de la pena de muerte y de todas las perpetuas.
-
El derecho de todas las entidades naturales a jurídicas, como
Municipios y Regiones, a gobernarse por sí mismas en todo lo que
atañe a su vida anterior, en virtud de las leyes que ellas mismas se
den.
-
La unión fraternal, libre y espontánea de las Regiones en grupos
nacionales; la de éstos en un gran grupo internacional; cada uno de
los cuales cuida, respectivamente, de todo lo referente a la vida de la
relación de sus componentes, en virtud de las facultades que éstos
hayan, al efecto, delegado expresamente.
5. Políticos republicanos masones de Castellón
Parece lógico que hombres republicanos castellonense de la talla humana y
política como
Francisco Gonzalez Cherma, D. Fernando Gasset, Emilio
Santacruz, Jose Forcada, Francisco Fletcher, Vicente Gea Mariño, Alvaro
Pascual Leone entre otros de los mas cualificados dirigentes del PR-CS
encontraran en la Masonería su lugar espiritual y en el Partido Republicano
de Castellón su acomodo político.
Los militantes del PR-CS identificados como masones parece ser que no
eran muchos pero sí muy valiosos como personas y como políticos. La lista
que sigue es una muestra absolutamente comprobada de militantes
republicanos pertenecientes a la Orden.
•
Francisco Gonzá lez Chermá, nacido el 26 de Septiembre de 1832.
Hijo de un industrial zapatero, ingresó muy joven en el partido
progresista de Castellón. Contrajo matrimonio con Maria Sales.
Francisco Gonzalez Chermá “Chales” era también músico violinista y
perteneció a la antigua Milicia Ciudadana con el grado de comandante
41
en el batallón “dels blanquets”. Escribió polémicos artículos en el
periódico “La Democracia” de Madrid. Fue el primer alcalde popular
de Castellón, director y fundador de varios periódicos “El Centinela”,
“El Clamor de Castellón”, “El Centinela Federal” durante los años
1873 hasta 1896.Sus detractores lo consideraban un hombre sin
instrucción y por lo tanto “despreciable” pero era innegable su
atracción personal para contactar con los más humildes. Por supuesto
que “Quico Chales” carecía de técnicas forenses y parlamentarias de
las que hacían gala muchos de sus correligionarios; su arma más
valiosa como político de masas era el entusiasmo, la vehemencia y su
capacidad de comunicación con las gentes del pueblo. Francisco
Gonzalez Chermá murió en su casita de campo del paseo de Morella
el 24 de Julio de 1896. “Fue un hombre recto y bienintencionado que
no convirtió la política en profesión lucrativa”.
•
Don Fernando Gasset Lacasaña, nació en Castellón el 2 de Junio de
1861. Su infancia coincide con momentos políticamente difíciles de
España. Estudió el bachiller en Castellón. Hizo la carrera de leyes en
Valencia. En el año 1882, con 22 años se doctoró en esa Universidad
en Derecho Administrativo, su tesís, publicada en 1883, versó sobre
el “Concepto de Nación”, fue leída en la Universidad Central y tuvo
como ponente a D. Gumersindo Azcárate. Hombre inteligente , como
abogado llegó a alcanzar un merecido renombre dado el rigor con que
ejercía sus trabajos jurídicos. Si Francisco Gonzalez Chermá fue
corazón y vehemencia D.Fernando Gasset era el cerebro, la razón y
la moderación. Fue alcalde de Castellón, diputado y presidente del
tribunal de Garantías Constitucionales. Asumió el liderazgo del P R-CS
después de la muerte de Fco. González Chermá. Su prestigio
traspasó el ámbito local. Nombre simbólico “Velarde”. Miembro de la
Logia “Esperanza 5ª”. Pasó al capítulo “Integridad”, el taller masónico
que publicaba la revista masónica “La Razón” desde 1889 a 1891.
•
Mateo
Asensi
Jiménez.
Nombre
simbólico
“Mario”.
“Capitulo
Integridad”. 3er. y 2º teniente de alcalde. Abogado, hombre
controvertido dentro del partido PR-CS,alguna vez adoptó una postura
hostil ante Francisco Gonzalez, el fundador del partido en su
42
controversia con algunos militantes republicanos, más tarde también
se enfrentó políticamente con D.Fernando Gasset. No obstante
superadas en 1891 todas estas diferencias llegaría a formar parte de
la candidatura del partido en las elecciones municipales hasta llegar a
apoyar a este último como candidato al Congreso
•
Manuel Bueso Segarra. Comerciante. Nombre simbólico “Prim”,
concejal del Ayuntamiento de Castellón y diputado provincial. Según
D. Vicente Sos Baynat decía que Manuel Bueso hablaba siempre en
valenciano “a la pata la llana”. Falleció en el verano de 1917.
•
Joaquin Carpi Marmaneu. Nombre simbólico “Pinzón”. Comerciante.
Logia “Tres Estrellas”.
•
José Cortés Pachés. Maestro de obras. Nombre simbólico “Rafael”.
Logia “Perfecta Razón”. Concejal y 3er. Teniente de alcalde.
•
Matias Ferrer Porcar. Nombre simbólico “Gambetta”. Herrero. Hombre
de confianza de Francisco González Chermá. Concejal en tres
corporaciones y 2º teniente de Alcalde.
•
Enrique Dávalos Pascual. Nombre simbólico “Darwin”. Farmaceutico.
Logia “Tres Estrellas”. Concejal.
•
Sebastián Esparducer Vilar. Nombre simbólico “Hermandad”. Logia
“Integridad”, 4º teniente de alcalde.
•
José Forcada Peris. Impresor. Nombre simbólico “Gutemberg”.
Director de “El Clamor” en algunas épocas. En su juventud militó en
las agrupaciones obreras. Concejal y cuarto alcalde democrático.
Falleció en enero de 1928.
•
Vicente Gea Mariño. Médico. Según contaba Don Jose Maria
Guinot,era el médico más prestigiado en medicina general. Nombre
simbólico “Haeckel”. En alguna ocasión mantuvo alguna divergencia
con Don Fernando Gasset, por ser partidario junto con Mateo Asensi
de la vía revolucionaria, no obstante apoyó la candidatura de este al
Congreso. Hablaba siempre en valenciano y fue de los más fieles
colaboradores que tuvo Don Fernando Gasset en todo momento.
43
•
Francisco
Fletcher
Puerto.
Nombre
simbólico
“Anibal”.
Logia
“Integridad”.
•
Carlos Llinás Breva. Nombre simbólico “Justiniano”. Logia “Verdad
182”. Abogado.
•
José Martinez Borrajón. Nombre simbólico “Floridablanca”. Logia
“Perfecta Razón”. Periodista. Simultaneó la dirección de la revista
masónica “La Razón” y “El Clamor”.
•
Ramón
Marzo
Saracíbar. Nombre
simbólico
“Voltaire”.
Logia
“Integridad”. Fue zapatero y concejal.
•
Francisco Masip Pascual.Carpintero, 5º teniente de Alcalde.
•
Enrique Perales Vilar. Nombre simbólico “Daoiz”. Logia “Tres
Estrellas”, posteriormente perteneció a “La Perfecta Razón” y
“Castalia”, procurador de Tribunales.Redactor de la “Revista de
Castellón y “El Clamor de la Democracia”.
•
José Sales Fabregat. Nombre simbólico “Orotava”. Platero ,4º
teniente de Alcalde.
•
Vicente Sos Ferrando. Nombre simbólico “Platón”. Logia “Integridad”,
empleado. Colaboró en la organización del Banco de Castellón
•
Alfonso Gil Maties. Abogado. Hijo político de Don Fernando Gasset.
Colaboró eficazmente en campañas electorales del PR-CS durante la
segunda Republica. Sufrió la persecución del frente popular en 1936 y
fue incluso expulsado del Colegio de Abogados.
No se acaban naturalmente aquí los nombres de los militantes del PR-CS
integrantes de la masonería. El hecho de que un buen número de los
representantes políticos del momento fueran universitarios y con profesiones
socialmente estimables nos indica el nivel cualitati vo de estos personajes
44
CONCLUSION
Llegado el momento de finalizar este trabajo y elaborar la conclusión no
puedo dejar de considerar que quizá el estudio sobre la masonería pueda
resultar por sus características siempre polémico pero no por eso deja de ser
interesante.
Tal vez lo expuesto anteriormente haya permitido acercarnos y, al mismo
tiempo, nos haya hecho entender mejor los orígenes, la ideología y hasta
las actuaciones.
Las ceremonias complicadas, su gusto por lo simbólico y litúrgico, el culto al
secreto (que procede de la necesidad de conservar cuidadosamente las
formulas arquitectó nicas de la Edad Media) ejercen siempre un poderoso
atractivo.
Tras varios siglos, durante los cuales esta Orden provocó pasiones, parece
haber llegado ahora a un periodo más sereno y, analizándola bajo todos sus
aspectos, no dejamos de ver en ella una expresión del deseo inherente al
hombre por alcanzar la espiritualidad.
Actualmente se puede decir que estamos ante varias corrientes masónicas,
aunque de hecho exista una Orden iniciática fundamental. Si en la antigua
masonería se afirmaba un ideal de perfección basado en el simbolismo, en
la actual esta visión también la encontramos aunque de modo algo más
fragmentario; los símbolos y rituales iniciáticos han conservado una fuerza
que en este mundo moderno cada vez se anhela más.
Los posibles desgarrones históricos de la masonería moderna tienen en
realidad hoy un puro interés anecdótico frente a la prodigiosa arquitectura
real y simbólica de la antigua Orden de los Albañiles Libres que ha superado
el paso del tiempo.
Los antiguos constructores no erigían edificios para su placer, sino para
celebrar la Obra que no está sometida ni al tiempo ni al espacio.
Siempre que los ritos masónicos sean una de las vías hacia esa Obra oculta
en el corazón del hombre, merece nuestro respeto y nuestra atención.
45
BIBLIOGRAFIA
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Desde 1868 hasta nuestros días. Madrid. Siglo veintiuno de españa editores
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46
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Vidal, C. (2005) Los Masones. Barcelona. Editoria Planeta S.A.
47
APENDICE DOCUMENTAL
48
Nº 1. CODIGO MORAL MASONICO
Ama al Gran Arquitecto del Universo.
Ama a tu prójimo.
Haz bien y deja hablar a los hombres.
Ama a los buenos y compadece a los débiles, huye de los malvados; más
no odies a nadie.
Habla respetuosamente a los grandes, profundamente a tus iguales,
sinceramente a tus amigos y con ternura a los pobres.
No adules jamás a tu hermano porque es una traición y si tu hermano te
adula, desconfía, que no te corrompa.
Escucha siempre a la voz de tu conciencia.
Sé el Padre de los pobres: cada suspiro que tu dureza les arranque, será
una maldición que caerá sobre tu cabeza.
Respeta al extranjero y al viajero porque su posición los hace sagrados
para ti.
Evita las disputas, prevé los insultos poniendo la razón de por medio.
Respeta a las mujeres, jamás abuses de su debilidad y muere antes que
deshonrarlas.
Si el Gran Arquitecto del Universo te da un hijo, dale gracias pero
tiembla por el depósito que te confía porque en lo adelante, tú serás para
ese niño la imagen de la divinidad.
Haz que hasta lo diez años te tema, hasta los veinte te ame y hasta la
muerte te respete; hasta los diez años sé su maestro, hasta los veinte su
padre y hasta la muerte su amigo.
Enseña a tus hijos buenos principios antes que bella maneras, que te
deban antes una doctrina esclarecida, mejor que una frívola elegancia. Que
sean mejor hombres honrados que hombres hábiles.
Lee y aprovecha. Ve e imita. Reflexiona y trabaja , y que todo redunde en
beneficio de tus hermanos para tu propia utilidad.
Se siempre contento para todo, en todo y por todo.
Jamás juzgues ligeramente las acciones de los hombres, perdonándolas o
condenándolas, Dios es el único que puede valorar sus obras.
49
Nº 2. SIMBOLOS MASONICOS
50
51
Nº 3. FRASEOLOGÍA MASÓNICA
Atributo, el delantal, cordón y demás emblemas que cambian según el
grado o la función ejercida en la logia o en la obediencia.
Banquete blanco, banquete masónico al que son admitidos los profanos.
Bóveda de acero, homenaje rendido en el templo masónico a un dignatario
o a un visitante eminente por los hermanos alineados con las espadas en
alto entrecruzadas.
Cátedra del Rey Salomón, sede ocupada en la logia por el Venerable.
Columnas, designa en primer lugar las dos columnas simbólicas J y B
(Jakin y Boaz) situadas a la entrada de la logia, a imitación de las que Irma
colocó ante el vestíbulo del templo de Jerusalén (Jakin a la derecha, y Boaz
a la izquierda) según consta en la Biblia (1 Reyes 7, 21-22). También
significa el lugar que ocupan lo masones en la logia, según que estén al lado
de una u otra columna.
Contraseña, modo de reconocimiento manual entre francmasones.
Despertar, vuelta a la actividad masónica de unfrancmasón o de una logia
en sueño.
Despojar de los metales, rito practicado en todas las obediencias
masónicas del mundo. Simboliza el estado de desnudez del candidato
profano. En el primer grado del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, los
metales simbolizan las pasiones del mundo profano, que no deben penetrar
en la logia. En el 2º grado, el Rito Rectificado, los metales simbolizan los
vicios. Finalmente en el lenguaje masónico, los metales han acabado por
designar el dinero.
Escuadra, la segunda de las tres grandes “Luces” que iluminan la logia.
Simboliza la rigurosa equidad y constante conciliación entre las oposiciones
necesarias que existen en la logia.
Espada flamígera, espada entrega al Venerable de la logia el día de su
instalación. La hoja es sinuosa y representa el fuego del cielo. En las manos
del Venerable representa la potencia espiritual.
G, para los masones es la letra sagrada inscrita en el centro de la escuadra.
Para algunos masones es la primera letra de la palabra inglesa God (Dios);
para otros proviene de la palabra geometría, siendo el símbolo del arte de la
arquitectura. La gnosis, el genio y la gravitación suelen ser tambien
interpretaciones de este símbolo.
Gabinete de reflexión, gabinete en el que se encierra al profano, para
meditar ante un cierto número de símbolos. Es allí donde debe también
redactar su testamento filosófico.
52
Gran Arquitecto del Universo, símbolo de Dios para algunos masones; el
principio para otros; para todos la Ley.
Gran Maestre, suprema autoridad en una obediencia.
Grabar, en lenguaje masónico significa escribir.
Guantes blancos, símbolo de la pureza. En numerosas logias los hermanos
deben llevarlos obligatoriamente en el templo.
Hijos de la Luz, forma frecuente de designar a los masones.
Hiram, de los tres personajes que con este nombre son evocados en la
Biblia, el que los masones de todas las épocas y de todos los Ritos
consideran como el Maestro de los maestros era un hombre de Tyro, hijo de
una viuda de la tribu de Neftalí, que su rey había enviado a Salomón para la
construcción del templo de Jerusalén. De este orfebre famoso, la leyenda
simbólica de la masonería ha hecho un arquitecto. Esta leyenda inspira
sobre todo una de las ceremonias rituales más hermosa de la masonería , a
saber, el paso de un compañero a maestro. Verdadero psicodrama, esta
ceremonia reconstruye el asesinato del maestro Hiram en el templo de
Jerusalén por tres compañeros descontentos; la búsqueda de su cuerpo por
los maestros desconsolados; el descubrimiento de la acacia plantada en el
lugar en que había sido enterrado; y finalmente su resurrección en cada uno
de los hermanos elevado a la dignidad de maestro: Parece ser que esta
leyenda proviene de algún misterio representado en las ghildes de la Edad
Media.
Iniciación, ceremonia ritual por medio de la cual el profano es admitido en la
masonería.
Landmarks, un Landmark no es un símbolo, ni una alegoría, sino una regla.
Se les define como reglas de conducta que han existido desde tiempo
inmemorial – ya sea en forma de ley escrita o de tradición oral- y que son
coesenciales con la sociedad masónica, de forma tal que, en la opinión de la
mayoría, son inmutables, y todo masón está obligado a conservar intactas,
en virtud de sus compromiso más solemnes e inviolables.
Logia, lugar donde se reúnen los masones. A imitación de las logias
operativas de los constructores de catedrales están orientadas como las
mismas catedrales. La puerta se encuentra a occidente; el Venerable se
sitúa en el oriente, y los compañeros en el sur, con los maestros. Una logia,
presidida por un Venerable, debe contar al menos con siete maestros para
ser regular. Se reúne siempre en un templo cubierto y cerrado.
Mandil, delantal usado por los masones en la logia. Su decoración varía
según el grado.
Metales, signos exteriores de riqueza y las pasiones humanas.
Obediencia, Federación de logias que aceptan una misma autoridad.
53
Palabra de Semestre, especie de palabra de pase transmitida cada seis
meses por la obediencia a todas sus logias.
Pasar la paleta, expresión masónica que significa perdonar a un hermano la
ofensa que le ha hecho.
Plancha, significa el trabajo escrito, bien se trate de un discurso, de
correspondencia, etc.
Recibir la Luz, ser iniciado.
Salario, grado detentado en la masonería.
Serenísimo, título dado al Gran Maestre.
Señal de reconocimiento, señal que permite a un masón hacerse
reconocer como tal.
Supremo consejo, potencia masónica que dispone de la jurisdicción sobre
los talleres del 4º al 33º grado (por lo tanto no en las logias azules).
Sinagoga de Satán, expresión frecuente utilizada por los adversarios
católicos de la masonería, para designarla.
Taller, nombre dado en masonería a todos los cuerpo iniciáticos, ya se trate
de las logias que trabajan en los tres primeros grados, o de entidades por lor
los grados superiores.
Templo, para el masón, en primer lugar es el ideal a realizar: el templo de
Salomón que jamás se acabará de construir. También es el local en el que
se reúne la logia.
Tenida, reunión de trabajo de una logia.
Tenida blanca abierta, tenida masónica en la que son admitidos oyentes
profanos.
54
Nº 4. MASONES ILUSTRES
MASONES ILUSTRES ESPAÑOLES
Alvaro de Albornoz. Ministro de Obras Públicas de la II Republica.
Aranda Mata, Antonio. Militar.
Azaña Díaz, Manuel. 1880-1940. Presidente de la II Republica.
Blas Infante, - 1936. Escritor.
Blasco Ibáñez, Vicente. 1867-1928. Escritor.
Bretón Fernández, Tomás. 1850-1923. Compositor.
Arrieta y de Chapí. Compositor.
Casares Quiroga, Santiago. 1884-1950. Político Gallego.
Castelar y Ruoll, Emilio. 1832-1899. Político.
Cierva y Codorniu, Juan de la. 1896 -1837. Político.
Company Jover, Lluis.1880-1940. Político.
De los Rios Orruti, Fernando. 1879-1949. Ministro de Justicia de la II
Republica.
Echegaray y Eizaguirre, José. 1833-1916. Escritor.
Espronceda y Delgado, José. 1808-1892. Poeta romántico.
Fernández de Moratín, Leandro. 1760-1820. Poeta y autor dramático.
Franco Bahamonde, Ramón. 1896-1938. Político y militar.
Gabriel y Galán, José Mª. 1870-1905. Poeta de la Generación del 98.
Gómez de la Serna, Ramón.1888-1963. Escritor.
Gris, Juan. 1887-1927. Pintor cubista.
Jovellanos y Ramírez, Melchor Gaspar.1744-1811. Ministro de Justicia.
Lerroux García, Alejandro. 1864-1949. Político. Presidente de gobierno de la
II República.
Macia y LLusà, Francesc. 1859-1933. Presidente de la Generalitat Catalana
durante la II República.
Machado Ruiz, Antonio. 1875-1939. Poeta.
Martínez Barrio, Diego. 1883-1962. Ministro de de comunicaciones de la II
República.
Mesoneros Romanos, Ramón. 1803-1882. Escritor.
Milán del Bosch, Francisco. 1770-1830. Militar.
Morayta y Sagrario, Miguel. 1834-1917. Gran Maestro, Grado 33.
55
Ortega y Gasset, José. 1883-1955. Filósofo.
Peral y Caballero, Isaac, 1851-1895. Inventor del submarino.
Pi y Margall, Francesc. 1824-1901. Presidente de la I República
Ramón y Cajal, Santiago. 1852-1934. Médico, investigador y Premio Nobel
de Medicina.
Ruiz Zorrilla, Manuel. 1833-1895. Jefe de gobierno con Amadeo I.
Sagasta Práxedes, Mateo. 1825-1903. Ministro de Estado en la II República.
Salmerón y Alfonso, Nicolás. Político y catedrático.
Samaniego, Felix. 1743-1801. Escritor y fabulista.
Sorolla Bastida, Joaquin. 1863-1923. Pintor
MASONES ILUSTRES INTERNACIONALES
Douglas Fairbanks
Clark Gable
Bob Hope
Peter Sellers
John Wayne
Mario Moreno” Cantinflas”
Edwin Aldrin
John Glenn
Neil Armstrog
Alexander Fleming
Nat King Cole
Duke Ellington
Franz Joseph Haydin
Wolfgang Amadeus Mozart
Rudyard Kipilng
Umberto Eco
Mark Twain
Victor Hugo
Julio Verne
Oscar Wilde
Leo Tolstoi
Isaac Newton
Douglas Macarthur
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Henry Ford
Benjamin Frankiln
Thomas Edison
Simón Bolívar
Louis Armstrog
Beethoven
Berliotz
Franz Listz
Lord Bayron
Wolfgang Goethe
Schiller
Voltaire
Montesquieu
J.Mitterrand
Gerald Ford
Harry S. Truman
Felipe de Edimburgo
Cecil.B. de Mille
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Nº 5. RECORTES DE PRENSA LOCAL 1889 – 1890
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