ELECCIONES 2010

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ELECCIONES 2010
Este artículo es una publicación de la Corporación Viva la Ciudadanía
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Piero, cantó por la Paz de Colombia
Maureén Maya S.
Periodista e investigadora social
“Vencer la guerra y ganar la Paz es nuestro compromiso”
Siempre se ha afirmado que los procesos sociales y políticos que precipitan las
grandes transformaciones, incluyendo las luchas armadas e insurreccionales,
tienen un momento histórico determinado; momento en el que se combinan
oportunidades, respuestas sociales, procesos organizativos, sentires o en el
que las estructuras se tornan tan rígidas e inflexibles, que el modelo tiende a
decaer y se precipita el cambio. La paz también tiene su momento, y al
parecer, ese momento se está abriendo paso, por fin, en Colombia.
Este sentir en el país parece ser generalizado; hoy todo el mundo, con
esperanza o sin ella, con firme o tibia convicción, habla del tema.
Si bien la propuesta de Piero, el cantante argentino, nacionalizado en
Colombia, de aportar decididamente a la construcción de caminos de paz en el
país, no surgió tras el anunció público del presidente Juan Manuel de Santos
de iniciar un nuevo proceso de negociación con la guerrilla de las FARC, sino
tiempo atrás, cuando los intensos sucesos de violencia en el Cauca, y la
ejemplar y valiente resistencia de los pueblos indígenas llamaban la atención y
convocaban la solidaridad mundial, si es sintomático de lo que se está
moviendo en el país y se inscribe claramente en ese mismo escenario de
búsqueda de caminos de reconciliación que hoy, más que nunca nos llevan a
concluir que la salida político negociada al conflicto armado, es posible y tal
vez, es la única alternativa que tenemos para lograr que nuestros hijos
conozcan esa paz que durante más de cinco décadas nos ha sido tan esquiva.
La paz no obstante, no es un decreto ni un mandato, ni se logra de un
momento para otro, es una conquista social, un pacto amplio y plural que exige
de la participación audaz y decidida de toda la ciudadanía; y de allí, justamente,
la importancia de propuestas desde la cultura como la que promueve Piero y
como aquellas en las que trabajan diversas organizaciones sociales del país.
El acercamiento de Piero con las Autoridades Tradicionales Indígenas del
Cauca para impulsar la creación del ‘Manifiesto por la Paz en Colombia’ -texto
que recoge propuestas, ideas e iniciativas de diversos sectores sociales, como
pueblos
indígenas,
comunidades
afrodescendientes,
campesinos,
organizaciones sociales, academia, mujeres, estudiantes y ciudadanos- abre
las puertas para que, desde el lenguaje, el arte y los recursos simbólicos, nos
articularnos en pos de este gran objetivo. A partir de la redacción y suscripción
del Manifiesto por la Paz, lanzado en Bogotá el pasado 8 de septiembre en un
conmovedor concierto en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán que contó con la
participación de la Guardia Indígena, Andrea Echeverri, Piero, dos
agrupaciones del Cauca y un grupo de rock local, se organizaron dos nuevos
conciertos de Piero en el Cauca, en el corazón del conflicto armado, territorio
ancestral de resistencia, donde seguramente germinará la semilla de la paz. El
primer concierto se realizó en la ciudad de Popayán y el segundo en el
municipio de Santander de Quilichao.
El 11 de septiembre, Piero y su grupo integrado por 8 personas, partieron
rumbo a Cali. Cargados de ilusión, con la certeza de que podrían a través de la
música y la lectura pública del Manifiesto por la Paz, tocar el alma de las
personas, propiciar la integración y la armonización a fin de crear un clima
favorable para la paz, Piero y su banda emprendieron una memorable gira por
el Cauca.
Visitaron primero el municipio de Santander de Quilichao, donde fueron
recibidos por una comitiva de la Guardia Indígena Nasa y donde pudieron
escuchar el relato pormenorizado sobre las principales problemáticas que
afrontan los habitantes de esta región. Al día siguiente, en horas de la mañana,
Piero, junto al alcalde de este municipio, Luis Eduardo Grijalba Muños y el
reconocido líder indígena Feliciano Valencia convocaron a una rueda de prensa
a la que acudieron diversos medios locales y regionales.
El alcalde Grijalbo instaló la sesión, dando una calurosa bienvenida a Piero y
resaltando que su presencia en el municipio obedecía al objetivo de realizar un
concierto por la armonía, la reconciliación, la convivencia y la paz de Colombia.
“Todos sabemos que nuestro país afronta graves problemas en temas de
convivencia y paz, y por eso actuaciones como estas, amigo Piero, contribuyen
a que desde lo local, los municipios afectados por la violencia podamos decirle
al país y al mundo que se necesita la paz. […] El pueblo de Santander de
Quilichao y de Colombia sabrá agradecerle un acto como este, a través del
cual buscamos contribuir a la creación de escenarios de paz para Colombia.
[…] Queremos que este llamado trascienda y contribuya a cumplir el anhelo del
pueblo colombiano; llevamos mas de 50 años de guerra que han determinado
la existencia de un Estado lento, paquidérmico, pero sabemos que con paz
podremos despegar y ofrecer mejores condiciones de vida a todos los
ciudadanos”.
Por su parte el líder Feliciano Valencia, quien también agradeció la presencia
de Piero en Santander de Quilichao y su interés en aportar a la paz de
Colombia, recordó los procesos que desde hace más de 40 años han liderado
los pueblos indígenas tratando de construir caminos de paz. “Nos hemos
propuesto la tarea de ambientar el tema de la paz. Desde hace años
empezamos y hemos encontrado voces y respaldos; en el 2011 particípanos en
el evento por la paz, junto a las comunidades afrodescendientes y campesinas,
y ahora conocemos a Piero como una persona comprometida con la paz. Nos
enorgullece tenerlo acá, es un regalo para este pueblo... Esperamos que
comparta con nosotros ese camino de paz que usted ha venido transitando
desde hace muchos años atrás”.
Piero, conmovido con estas palabras de bienvenida, agradeció el recibimiento
dado y afirmó que para él era un honor sentirse amigo y parte de este pueblo.
“Me siento muy orgulloso de poder acompañarlos en este proceso, de ayudar a
llamar la atención dentro y fuera del Cauca, sobre la prioridad que tenemos
todos de alcanzar la paz para Colombia, de unir voluntades y trabajar juntos
por nuestros anhelos, por lo que nos pertenece, por la paz, la tierra y la vida.
Es un proceso largo, pero si permanecemos unidos y firmes en nuestras
convicciones, de seguro lo lograremos. […] Invito a que los habitantes de
Santander (de Quilichao) y del Cauca para que cada día trabajemos por la paz
del país, para que amanezcamos sintiendo gratitud por la vida, proyectando y
visualizando ese país en paz que todos queremos, merecemos y necesitamos.
Somos muchos los ciudadanos en América latina que queremos la paz y que
esperamos que este diálogo, recién iniciado por el Gobierno y la guerrilla, y que
arrancó medio raro, logre concretar el camino hacia la paz”.
Cuando un periodista le preguntó si estaría dispuesto a oficiar como
intermediario en los diálogos de paz a solicitud del Gobierno Nacional, Piero
recordó que durante los diálogos de San Vicente del Caguán ofreció sus
buenos oficios, y que con el apoyo del alcalde de aquel entonces, logró realizar
un concierto por la paz en ese municipio. “Persisto en ello -señalo Piero- en
creer que nuestras armas más contundentes contra la guerra son la unidad, el
consenso, el amor por el país, por la gente, por nosotros y por nuestra tierra.
Hace más de 40 que estamos juntos; ya el próximo mes de octubre cumpliré la
mayoría de edad como ciudadano colombiano…, serían más, pero el día en
que el presidente Gaviria me iba a conceder la nacionalidad, mataron a Pablo
Escobar y se jodió la agenda, entonces fue el presidente Samper quien me
concedió este honor; de manera que este país es mi segunda patria en el
sentido verdadero; para mi somos una misma familia y siempre estoy y estaré
dispuesto a apoyar iniciativas que contribuyan a vencer la guerra y a ganar la
Paz”.
Luego señaló que aunque las conversaciones exploratorias, iniciadas en Cuba,
empezaron desconociendo la realidad evidente del narcotráfico, haciendo
referencia a la negativa sobre el tema por parte de la guerrilla, afirmó que lo
esencial es garantizar que la sociedad civil permanezca activa, presente en el
proceso y que entienda que la paz la construimos todos. “La paz somos
nosotros, la hacemos nosotros, y depende de nosotros hacerla realidad y
revertir esta situación. Hoy más que nunca necesitamos decirle a los armados
que aseguran estar ayudando al pueblo colombiano con su lucha, que no nos
ayuden mas, que cambien las armas de la guerra por armas de trabajo, por
propuestas y que respondan con hidalguía al clamor de un pueblo que quiere
ver a Colombia renacer”.
Terminada la rueda de Prensa, Piero y su grupo, acompañados por la Guardia
Indígena, partieron hacia Caloto y al Resguardo de López Adentro, donde
fueron recibidos con una sentida celebración cultural en la que niños y adultos
con banderas blancas formaron un espiral e invitaron a Piero a bailar con ellos
la ‘Venia’, danza tradicional de bienvenida. Varios estudiantes del colegio DXI’
PHADEN, que en Nasaywe significa ‘abriendo el camino’, bailaron, silbaron y
cantaron la clásica canción de Piero “Llegando, llegaste”, y le compartieron
otras composiciones tradicionales de la comunidad como el Himno de la
Guardia Indígena y el tema ‘Me urge un país’ del grupo Damagua de Pasto.
En agradecimiento por su presencia, los niños le obsequiaron una planta de
coca, considerada sagrada para los pueblos Nasa, un CXWA, sombrero
tradicional de estas comunidades, fabricado por los estudiantes del plantel
educativo y la pañoleta de la guardia, símbolo de resistencia.
El artista y sus músicos siguieron su recorrido y al atardecer llegaron a
Popayán: la ciudad blanca, donde fueron recibidos por un grupo de
admiradores y seguidores de la música de Piero. En la mañana del jueves, el
CRIC y la ACIN, organizaciones indígenas convocantes a estos eventos1,
realizaron una rueda de prensa en la que nuevamente, tanto las autoridades
indígenas, como el diputado Amadeo Cerón, quien contribuyó
significativamente a la realización del Concierto por la Paz, ratificaron su firme
compromiso de trabajar por una cultura de paz en el Cauca.
Piero aprovechó la rueda de prensa para pedirle a los gobernantes y a quienes
desean aportar a la construcción de la paz en Colombia, que dejen de lado las
vanidades, los egos y los pequeños protagonismos. “La única estrella acá es la
paz”, puntualizó y luego cantó: “Vamos chicos, vamos pibes, vamos locos y
gamines, vamos que la paz está en nosotros, vamos todos a quererla, a
trabajarla, vamos juntos que la paz somos nosotros”. El diputado Cerón señaló
que la integración de símbolos y valores culturales, como la música y las
tradiciones indígenas constituyen un mensaje fundamental para el rencuentro
de saberes y propuestas de diversos sectores nacionales que trabajan por la
paz y la armonía en el territorio y en Colombia.
En la tarde de ese viernes soleado se realizó el concierto por la Paz en la Plaza
de la Salud de Popayán. Ovaciones, gritos histéricos, llanto y mucha emoción
acompañaron los cantos de Piero, así como la oportuna presencia del profesor
Gustavo Moncayo, quien se sumó al Manifiesto por la Paz de Colombia: Un
mandato continental, y con la humildad que lo caracteriza, agradeció al pueblo
payanés su apoyo y se comprometió a seguir trabajando por un país con
justicia, equidad, sin violencia, sin secuestros, sin falsos positivos, sin
desaparecidos y sin tantas derrotas.
Mientras el público de Popayán cantaba en éxtasis los clásicos de Piero y
escuchaba sus nuevas composiciones, al mismo tiempo, no muy lejos de allí,
en el municipio de Caloto, Cauca, caía acribillado el líder y médico indígena
Jaime Mestizo, alcalde mayor del resguardo de Huellas. Sólo al día siguiente
cuando Lucho Acosta, asumía su responsabilidad de transportar a Piero y su
comitiva de regreso a Santander de Quilichao, para protagonizar otro emotivo
1
La gira por el Cauca y la realización de los conciertos “Piero y el Cauca cantan por la Paz”,
fueron convocados por la Alta Consejera para las Víctimas, la paz y la Reconciliación, la
dirección de Derechos Humanos y apoyo a la Justicia, Redepaz, la Asociación Minga, la
Corporación Viva la Ciudadanía, Indepaz, Planeta Paz y la Fundación para la Reconciliación.
Con el apoyo de Idartes, PCS, PNUD, Corporación Nuevo Arco Iris, la Alcaldía de Santander
de Quilichao y la Gobernación del Cauca. Este proyecto fue diseñado por Piero de Benedictis,
Sergio Parata, Adriana Quiñonez y Maureén Maya.
concierto, se supo la noticia. Hacia tan sólo un mes atrás se había instalado el
Comité de negociaciones ‘Tierra y Territorio’ durante una visita que el
presidente Juan Manuel Santos realizó a la región y el día del asesinato de
Mestizo se había producido un nuevo encuentro con el mandatario en
Popayán; desde entonces 20 asesinatos han estremecido la vida de los
pueblos indígenas del norte del Cauca. Feliciano Valencia declaró que la
muerte de Mestizo, quien además de ser autoridad política era autoridad
espiritual, es un duro golpe para el pueblo Nasa porque es equivalente a matar
la sabiduría ancestral de los pueblos. “Es matar la historia, la memoria y la
energía que sostiene todo este proceso. Eso le hemos reclamado al Gobierno
Nacional en las conversaciones que estamos realizando en la ciudad de
Popayán; hablamos de paz pero nos siguen matando los indios, construimos
paz pero tenemos que poner muertos tan importantes como los sabios
indígenas; más no obstante, le seguimos apostando a la paz y no vamos a
descansar hasta detener la guerra. Nosotros hemos tenido una posición muy
férrea contra todo actor armado que desarmoniza el territorio y la vida y por
eso nos han amenazado, por eso han circulado panfletos de los grupos
paramilitares que operan en la región, de la guerrilla de las FARC, pero lo que
más nos preocupa es que de estos muertos recientes, incluyendo a Jaime, al
Mayor Lisandro, a tres niños, es que los asesinatos se están dando en la zona
más militarizada de la región, sobre la vía donde patrullan todos los días, día y
noche, las fuerzas militares. Es una queja que le hicimos al viceministro de
Defensa en Popayán, porque estamos muy tristes y preocupados porque están
atacando el corazón del movimiento indígena y el gobierno debe prestarle
atención, no es suficiente con declaraciones políticas, sino con acciones reales
que sirvan para proteger a los pueblos indígenas del Cauca”.
Valencia informó que ante la denuncia presentada por este homicidio, se
acordó con el Gobierno Nacional crear una comisión especial de investigación
en el norte del Cauca, dar inicio inmediato a un proceso de reparación y
asignación de medidas cautelares para garantizar la vida de los líderes
espirituales que son los principales objetivos de esta ofensiva violenta contra
los pueblos indígenas del Cauca.
Pese a esta crítica situación, Feliciano Valencia afirmó que permanecerán en la
mesa de negociación. “No vamos a dejarnos ganar por los violentos, pero si
estamos dispuestos a que si esto no prospera, a tomar cartas en el asunto con
medidas de autoprotección; no vamos a renunciar a los diálogos porque nos
urge detener esta guerra y garantizar nuestra pervivencia en el tiempo”.
Las medidas de seguridad prometidas, así como el compromiso del Gobierno
de proteger y salvaguardar la integridad de las comunidades, siguen siendo
insuficientes.
Terminado el concierto de Popayán, Piero y su delegación partieron hacia
Santander de Quilichao, y cuatro días después de este Concierto por la Paz,
fue asesinado, en inmediaciones de Caloto, el indígena Alexander Opocué; con
esta muerte asciende a veinte el número de indígenas asesinatos en un mes y
38 durante el 2012.
Falta mucho camino por recorrer, como señalaba Piero, quizás muchos
muertos por sembrar, como afirman los hermanos del Cauca, pero si logramos
asumir, con la entereza, el decoro y el valor que ello exige, que Colombia, en
efecto, se encuentra ante una oportunidad histórica, quizás la última, para
vencer la guerra y ganar la Paz, es posible escribir, entonces, una nueva
historia para Colombia. Si bien es cierto que una negociación hoy en día es
mucho más exigente y compleja a las que se realizaron en los años noventas,
que los llamados “factores objetivos” de la violencia, tales como la pobreza, la
exclusión social y política, la persecución ideológica, la criminalidad estatal,
siguen latentes en medio de un conflicto multipolar nutrido por el narcotráfico,
no podemos claudicar a nuestro anhelo; hoy es indispensable que toda la
nación acompañé este proceso de paz; que las voces y propuestas de las
víctimas de la guerra, de los históricamente excluidos y de todos los sectores
sociales del país, en especial aquellos más duramente golpeados por la
violencia, sean convocados y reconocidos en las mesas de negociación. Ya no
es admisible, ni siquiera posible, un proceso de paz que desconozca a la
ciudadanía y sus clamores; un Estado democrático, social de derecho, con
justicia social y con capacidad para dirimir los conflictos desde la acción civil y
respetuosa de las normas que nos rigen, se construye con la participación de
todos sus ciudadanos. Sesenta años de guerra y treinta de procesos de paz,
algunos fallidos, otros superados, obligan a redefinir y a ampliar el rumbo de las
negociaciones y a trabajar de manera mancomunada por una cultura de paz y
de respeto en el país.
Hoy al repasar el registro fotográfico de la gira, al ver tantos rostros de niños
ilusionados con la paz, alzando pequeñas banderitas blancas, cantando junto a
Piero ‘La creación’, compartiendo sus propios cantos y valores culturales, al ver
los jóvenes del Cauca saludando a Piero y reconociendo en él, una promesa de
paz, la pregunta sobre su incierto futuro sacude el alma. ¿Cuántos de estos
pequeños, sobrevivirán a lo que queda de esta cruenta guerra? ¿Cuántos de
ellos llegarán a conocer y a vivir en un país en paz y podrán contar otras
historias; historia menos dolorosas y tenebrosas, que por fin den cuenta de un
país humano, solidario y justo? Ahora, ¿Cuánto estaremos nosotros dispuestos
a entregar y a ofrecer para realizar ese nuevo país que también soñaron
nuestros abuelos?
Piero partió a Argentina el pasado 17 de septiembre con la promesa de seguir
acompañando a los pueblos indígenas del Cauca y de Colombia, de seguir
trabajando por la paz del país y de fortalecer la iniciativa del ‘Manifiesto por la
paz de Colombia: un mandato continental’ para que los principales líderes de
América latina, artistas, académicos, defensores de derechos humanos,
intelectuales, gremios, políticos, activistas y organizaciones sociales se sumen
a esta causa, reconociendo que la guerra en Colombia no es un hecho
marginal y que si tiene fuerte incidencia en las dinámicas regionales; que los
conflictos internos de una nación pueden desestabilizar a los países vecinos e,
incluso a toda una región. La paz en Colombia debe ser, por tanto, tema
prioritario en la agenda internacional. De allí la necesidad de que escenarios en
los que se debaten temas cruciales para el continente, tales como la Unión de
Naciones Suramericanas (Unasur), el Parlamento Andino, la Comunidad
Andina de Naciones (CAN), la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL), entre otras, se conviertan en espacios para el análisis y la
construcción de propuestas de paz para Colombia.
Velar por el cumplimiento de los compromisos adquiridos por las partes en la
mesa de negociación, democratizar el proceso de paz y su desarrollo, evitar
que quienes asumen este desafío histórico de negociar la paz a nombre de
todo un país se levanten de la mesa y lograr que perseveren en su compromiso
de evitar a toda costa que se frustre una nueva esperanza para el país, exige
de un masivo y permanente respaldo y del acompañamiento ciudadano y
continental.
El armario de las ideas ya no parece estar tan vacío, como se afirmaba a
finales de la década de los setentas cuando los más destacados pensadores
del mundo, admitían su impotencia para procurar las grandes transformaciones
sociales y políticas que la humanidad requería. Siguiendo las premisas del
historiador Arnold Toynbee, parecería que Colombia, hastiada de su violencia y
de su propia voracidad, está pasando a una actividad dinámica que responde
claramente al estimulo que nos ofrece la creciente convicción de que la paz en
Colombia es posible. Nuevas propuestas sacuden la vida social del país,
muchas manos se suman a este empeño de pactar una paz real en Colombia y
hoy, desde la acción civil, desde el arte, la cultura, la política y también, el
activismo ciudadano, somos muchos los que empezamos a visualizar y a
proyectar un país en paz.
Lograrlo, depende de todos nosotros. “La Paz la hacemos todos”.
Edición N° 00320 – Semana del 14 al 20 de Septiembre de 2012

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