Ihosvanni Cuesta Mola
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Ihosvanni Cuesta Mola
Universidad de la Habana Facultad de Biología Departamento de Microbiología Título: Importancia de la inoculación de Glomus mosseae-Bacillus subtilis y Glomus mosseae-Pseudomonas fluorescens sobre el crecimiento y micorrización de plántulas de Swietenia macrophyla x mahagoni en vivero. Tesis presentada en opción al título de Maestro en Microbiología mención en Microbiología General. Autor: Lic. Ihosvanni Cuesta Mola. Tutor: M. Sc. Luis Casadesus Romero. 2003 TRIBUNAL Autor Tutor Presidente Secretario Vocal Oponente Calificación Indice Páginas Dedicatoria. Agradecimiento. Resumen. Introducción 1 1-Revisión Bibliográfica 4 1.1-Micorriza y sus tipo 4 1.2-Desarrollo de la infección VAM 7 1.3-Taxonomía de los hongos micorrizógenos 10 1.4-Micotrofía obligada y facultativa de las plantas 10 1.5-Funciones de la micorriza 11 1.6-Comunidad bacteriana de la rizosfera y taxonomía bacteriana 13 1.7-MHB (Micorrhization Helper Bacteria) 18 1.8-Género Swietenia. Sus especies e híbrido 19 2-Materiales y Métodos 20 2.1-Influencia de Glomus mosseae-Bacillus subtilis y 20 Glomus mosseae-Pseudomonas fluorescens sobre los indicadores de crecimiento y micorrización de Swietenia macrophyla x mahagoni. 2.1.1-Preparación del suelo y las bolsas 20 2.1.2-Inoculación fúngica 20 2.1.3-Preparación del inóculo micorrizógeno 20 2.1.4-Aislamiento de esporas de Glomus mosseae y 21 examen de pureza del inóculo. 2.1.5-Inoculación bacteriana 22 2.1.6-Preparación del inóculo bacteriano 22 2.1.7-Siembra de Swietenia macrophylla x mahagoni 23 2.1.8-Condiciones experimentales y medición de los 23 indicadores de crecimiento y micotrofía. 2.1.9-Diseño experimental 25 2.2-Influencia de Bacillus subtilis y Pseudomonas 26 fluorescens sobre la efectividad de Glomus mosseae en los indicadores de crecimiento de Swietenia macrophyla x mahagoni. 2.2.1-Tratamientos e indicadores de crecimiento 26 2.2.2-Clasificación de la efectividad del inóculo 27 2.3-Influencia de Bacillus subtilis y Pseudomonas 28 fluorescens sobre la fase de la infección micorrizógena de Swietenia macrophyla x mahagoni con Glomus mosseae. 2.3.1-Tratamientos y construcción de la curva de 28 infección micorrizógena vs días. 3-Resultados y Discusión 29 3.1-Influencia de Glomus mosseae-Bacillus subtilis 29 y Glomus mosseae-Pseudomonas fluorescens sobre los indicadores de crecimiento y micorrización de Swietenia macrophyla x mahagoni. 3.1.1-Altura 29 3.1.2-Peso Seco Foliar 31 3.1.3-Peso Seco Radical 33 3.1.4-Diámetro 34 3.1.5-Infección Micorrizógena 35 3.1.6-Micelio externo 38 3.1.7-Respuesta a la Micorriza 40 3.1.8-Longitud de las Raíces Micorrizadas 41 3.2-Influencia de Bacillus subtilis y Pseudomonas 43 fluorescens sobre la efectividad de Glomus mosseae en los indicadores de crecimiento de Swietenia macrophyla x mahagoni. 3.2.1-Altura 43 3.2.2-Peso Seco Foliar 44 3.2.3-Peso Seco Radical 45 3.2.4-Diámetro 46 3.3-Influencia de Bacillus subtilis y Pseudomonas 47 fluorescens sobre las fases de la infección micorrizógena de Swietenia macrophyla x mahagoni con Glomus mosseae. 4-Discusión General 50 5-Conclusiones 54 6-Recomendaciones 56 7-Bibliografía 57 INTRODUCCION Los trópicos constituyen la zona de mayor potencial para el crecimiento de las plantas, con relación a la disponibilidad de luz y temperatura. Sin embargo, el desarrollo de las plantas a menudo está limitado por estrés hídrico y limitaciones de nutrientes. Se calcula que la extensión del área con situaciones de estrés de nutrientes representa el 30% de la región tropical, con estrés hídrico el 33%, con exceso de agua el 11%, suelos poco profundos el 17% y alarmantemente solo el 9% no presenta limitación para el desarrollo de la planta (Sieverding, 1991). Con frecuencia las situaciones de estrés se combinan, originando un impacto más desfavorable en la planta; se estima que el 43% de la región tropical presenta deficiencia de nutrientes (N, P, K, Ca, Zn y B), toxicidad (Al y Mn) y alta capacidad de fijación del fósforo (pH entre 5.3 y 7.5) (Sánchez y Salinas, 1981). Unido a lo planteado anteriormente se suman las alteraciones provocadas por la actividad humana como: el uso excesivo de fertilizantes químicos y plaguicidas, que conllevan a un mayor deterioro de los suelos. Todo esto ha provocado la necesidad de recurrir a formas biológicas que contribuyan a alcanzar y/o mantener la fertilidad de los suelos. Dentro de estas soluciones biológicas se encuentran los biofertilizantes, con especial atención en los hongos micorrizógenos por su positiva incidencia en la conservación de los suelos al disminuir la aplicación de fertilizantes que habitualmente se añaden con el fin de obtener altos niveles de desarrollo de la planta. La simbiosis micorrizógena aumenta de forma marcada la absorción de nutrientes como nitrógeno, potasio y especialmente fósforo (Merryweather y Fitter, 1996 y Alkaraki y Clark, 1998), mejora el transporte y absorción del agua en el vegetal, así como la resistencia de la planta huésped a la sequía (Rivas-Platero, 1997 y Alkaraki, 1998) y la formación de agregados del suelo (Cuenca y col.,1998). Glomus mosseae (Nicolson & Gerdemann) Gerdemann & Trappe es un hongo micorrizógeno de una amplia gama de hospederos, lo que sumado a su capacidad de infección y producción de beneficios a la planta, desde pastos (Pellet y Sieverding, 1986) hasta especies forestales (Ferreira y col.,1982, y Bouza y col.,1986), aún cuando se encuentra en sitios de alta actividad agronómica (Dehne, 1988) convierte a este microorganismo en uno de los más usados como biofertilizante. La adición conjunta de hongos formadores de micorriza y bacterias que estimulen la simbiosis micorrizógena resulta de gran interés en la esfera agrícola y forestal, sobre todo por los altos niveles de crecimiento obtenidos, incluso al compararlos con la aplicación exclusiva del mismo hongo formador de micorriza. Bacillus y Pseudomonas representan los géneros bacterianos de mayor utilización con el fin de incrementar la simbiosis micorrizógena (Mayo, 1986; Von Alten, 1993 y Garbaye, 1994) y el desarrollo de las plántulas en vivero (Frommel, 1993; Powell y Rhodes, 1994 y Glick, 1995). Siendo Bacillus subtilis y Pseudomonas fluorescens las especies más utilizadas en cada género anteriormente mencionado. La novedad científica de este trabajo está enmarcada en el hecho de que en nuestro país los trabajos relacionados con la aplicación dual hongo-bacteria son muy escasos, presentándose solamente en la actividad agrícola (Hernández, 2001). Debido a lo planteado anteriormente decidimos realizar esta experiencia en la actividad forestal trazándonos los siguientes objetivos: Determinar la influencia de Glomus mosseae-Bacillus subtilis y Glomus mosseae-Pseudomonas fluorescens sobre los indicadores de crecimiento y micotrofía de Swietenia macrophyla x mahagoni en fase de vivero. Determinar la influencia de Bacillus subtilis y Pseudomonas fluorescens sobre la efectividad de Glomus mosseae en los indicadores de crecimiento de Swietenia macrophyla x mahagoni en fase de vivero. Determinar la influencia de Bacillus subtilis y Pseudomonas fluorescens sobre las fases de la infección micorrizógena de Glomus mosseae sobre Swietenia macrophyla x mahagoni en fase de vivero. 1-REVISION BILIOGRAFICA 1.1-Micorriza y sus tipos El término MICORRIZA define la relación simbiótica entre determinados hongos del suelo y plantas superiores. Su denominación se debe al botánico alemán Albert Bernard Frank, quien en 1885 nombró de esta forma la unión de dos especies diferentes en una estructura, donde se nutren la planta y el hongo. MICORRIZA proviene del griego mikes que significa hongo y del vocablo latín rhiza que significa raíz (LePage y col.,1997). Estas asociaciones eran ya conocidas, aproximadamente 50 años antes del pronunciamiento de Frank, pero se consideraban de naturaleza parasítica, debido a esto, las especulaciones de Frank en cuanto al posible papel de esta asociación en la nutrición y crecimiento de las plantas fueron refutadas por los científicos de la época, hasta que pudo demostrar de manera convincente que la colonización de las raíces de los árboles por los hongos producía abundante micelio en la rizosfera aumentando la absorción de nutrientes del suelo y la incapacidad de atacar, dañar o causar disfunción en las raíces, quedando así establecido el carácter mutualista de la asociación. Existen reportes de la presencia de micorrizas, tanto en la región ártica como en fósiles (Taylor y col.,1995), lo que demuestra que los hongos micorrizógenos coevolucionaron junto con las plantas, distribuyéndose dentro de los grupos vegetales y en distintas regiones climáticas del planeta. Las micorrizas se agrupan en tres grupos fundamentales atendiendo a la anatomía de las raíces que colonizan: Ectomicorrizas: Caracterizadas por la penetración intercelular del micelio fúngico en la corteza radicular, formando la red de Hartig y un manto hifal alrededor de segmentos de raíces colonizados, provocando cambios anatómicos evidentes que producen el crecimiento dicotómico de estas raíces (Harley y Smith, 1983; Landis, 1989, y Molina y col., 1992). La importancia de este tipo de micorriza como biofertilizantes radica en que se presenta mayoritariamente en especies arbóreas de interés económico de las familias Fagaceae, Pinaceae y Betulaceae. Sin embargo, se consideran de distribución restringida, principalmente en regiones templadas, presentando una baja frecuencia en los trópicos (Molina y col., 1992). Alrededor de 5000 especies de hongos son responsables de este tipo de micorriza y pertenecen a Basidiomicotina, Ascomicotina y Zigomicotina (Harley y Smith, 1983, y Molina y col., 1992). El establecimiento de la simbiosis ectomicorrizógena se inicia por la activación de los propágulos del hongo que en el caso de las esporas, germinan y forman una red de hifas en la rizosfera, colonizando la superficie de las raíces y finalmente penetrándola a través de las uniones celulares de la zona de infección. Esta zona de infección micorrizógena se localiza detrás de la zona meristemática apical de la raicilla. Posterior a la penetración, las hifas colonizan los espacios intercelulares de la corteza por digestión enzimática de la lámina media, ocupando todo el espacio intercelular, lo que da origen a la red de Hartig, zona de intercambio de nutrientes, agua y fotosintatos entre los simbiontes. Al mismo tiempo que se forma la red de Hartig, las hifas envuelven las raíces formando el manto hifal. Esta estructura es de gran interés, ya que a partir de su color se procede a la clasificación de la micorriza (Dominik, 1969). El micelio extramátrico se forma una vez que las hifas comienzan a crecer hacia la rizosfera, convirtiéndose en la estructura encargada de la absorción de nutrientes y agua. Ectendomicorrizas: Son básicamente ectomicorrizas, pero con penetración intracelular. Existen diferencias anatómicas en función de la planta hospedera, de manera que se diferencian los subgrupos de las Pinaceae y de las Ericales (géneros Arbutus y Monotropa; micorrizas arbutoides) (Warcup, 1988; Landis, 1989, y Molina y col., 1992). Las ectendomicorrizas fueron descubiertas en 1922 cuando Melin notó la infección intracelular en las micorrizas ectotróficas, llamándolas ectendomicorrizas, ya que combinan características de ambos tipos de micorrizas. Las ectendomicorrizas se presentan en raíces de plantas leñosas y muy raramente en herbáceas, resaltando los géneros Arbutus, Arctous y Arctostaphylos. Los beneficios de esta simbiosis se encuentran netamente restringidos a los pocos géneros hospederos que la forman. Por otra parte, resultan escasos los estudios relacionados con este tipo de micorriza, que por estar relacionados con las ectomicorrizas sus métodos de estudio, inoculación y multiplicación son muy similares (Molina y col., 1992). Endomicorrizas: Caracterizadas por la penetración inter e intracelular, pero sin formación de manto hifal, ni modificaciones morfológicas evidentes en las raíces. Dentro de este tipo de micorriza se encuentran las ericoides, las orquidiodes y las vesículo-arbusculares. Las dos primeras establecidas con los taxones hospederos que le dan nombre y la tercera, las micorrizas vesículo-arbusculares, las de más amplia distribución de todos los microorganismos biofertilizadores, tanto geográfica como florísticamente. (Molina y col., 1992 y Sylvia, 1994). Las micorrizas ericoides son de corta distribución y por tanto poco importantes como biofertilizante. Siendo los hospederos de este tipo de micorriza los miembros de la familia Ericaceae. Como su nombre indica las micorrizas orquidiodes se establecen únicamente con los miembros de la familia Orchidaceae, por lo que encierran una gran importancia económica al no poderse cultivar orquídeas prescindiendo de esta simbiosis. Las micorrizas vesículo-arbuscular representan la simbiosis micorrizógena más extendida sobre el planeta. De acuerdo con Gerdemann (1975) con la excepción de las familias básicamente ectomicorrizógenas (Fagaceae, Betulaceae y Pinaceae), las que forman endomicorrizas ericoides y orquidiodes, y unas pocas familias no reportadas como micorrizógenas (Chenopodiaceae, Cruciferaceae, Fumariaceae, Cyperaceae, Commelinaceae, Urticaceae y Polygonaceae), la vasta mayoría de las especies restantes pertenece el tipo de micorriza vesículoarbuscular. Geográficamente, las micorrizas de este tipo se han reportado desde el ártico hasta los trópicos, lo que unido a su amplio espectro de hospederos, hace que muy pocos ambientes naturales no contengan especies con este tipo de simbiosis, siendo las excepciones las plantas que crecen en ambientes acuáticos y los bosques monoespecíficos densos estrictamente ectomicorrizógenos (Trappe, 1987). 1.2-Desarrollo de la infección VAM Según Bowen (1987) la infección por hongos micorrizógenos consta de 6 pasos principales: Preinfección: Las esporas, hifas o fragmentos de raíz con estructuras fúngicas, constituyen fuentes a partir de los cuales puede iniciarse la formación de micorriza. Excepto las esporas, todas estas fuentes de micorriza más conocidas como propágulos micorrizógenos originan la micorriza al ponerse en contacto con las raíces. En el caso de las esporas se requiere de la germinación y crecimiento del tubo germinativo en el suelo, este evento está influenciado por factores físicos (oxígeno, dióxido de carbono y contenido de agua) y químicos del suelo (pH, nutrientes, fuentes de nutrientes, efecto fungistático). La propiedad infectiva del tubo germinativo se pierde en un periodo que abarca desde días a pocas semanas, por lo que se requiere de su pronta puesta en contacto con la raíz del hospedero potencial Infección primaria (penetración a la raíz): El hongo penetra la raíz del hospedero entre las células de la epidermis y a menudo forma un apresorio en la primera capa de células. A partir de este momento finaliza el crecimiento autotrófico del hongo. Formación de arbúsculos y vesículas: Posterior a la penetración las hifas crecen inter e intracelularmente, sin invadir epidermis, endomermis, xilema, floema y tejidos superiores. Los arbúsculos se forman dentro de las células poco tiempo después de la penetración (2 a 5 días). El arbusculo es una ramificación de una hifa que penetra la pared celular y constituye la estructura de contacto entre el hongo y la planta. La formación del arbúsculo incrementa la actividad metabólica de las células del hospedero, debido a la transferencia bidireccional de metabolitos hacia el hongo y nutrientes para la planta. La vida media del arbúsculo está comprendida entre 4 y 15 días, transcurrido este tiempo esta estructura se degenera y es digerida por la célula hospedera. Al mismo tiempo que ocurre la formación del arbúsculo, o poco tiempo después, los hongos forman vesículas inter y/o intracelularmente. Estas estructuras son ensachamientos apicales o intermedios de la hifa que contienen alta concentración de lípidos, por lo que representan sitios de reserva del hongo. Durante situaciones de estrés (bajo suministro de metabolitos hacia el hongo) el contenido lipídico de las vesículas es metabolizado por el hongo. Sin embargo no todos los géneros de estos hongos producen vesículas como lo son: Gigaspora y Scutellospora. Estos dos géneros producen las células auxiliares como estructura de reserva. Extensión del crecimiento fúngico en las raíces y en la rizosfera: La extensión de la infección en la raíz está dividida en las siguientes fases: 1)fase inicial (fase lag): Ocurre la infección primaria, 2)fase exponencial: Ocurre el crecimiento fúngico en el interior de la raíz, y es el momento donde la velocidad de crecimiento del hongo supera la de la raíz. 3)fase estacionaria (fase plateau): Se igualan las velocidades de crecimiento del hongo y de la raíz. La planta, el hongo y los factores físicos y químicos del suelo influyen en la duración de todas las fases antes mencionadas. La extensión del crecimiento fúngico en las raíces, especialmente en las raíces secundarias, se desarrolla durante la fase exponencial. Las hifas siguen la dirección del crecimiento de las raíces y penetran dentro de las mismas a distancias irregulares. La colonización de las raíces puede ser interna o en la superficie de las raíces (Wilson, 1984). Expansión del crecimiento fúngico en el suelo: Posterior a la infección primaria y una vez que las hifas han colonizado las raíces y la rizosfera comienza la exploración del suelo. Esta función es realizada por el micelio externo, que es el elemento más importante en la obtención y transporte de nutrientes provenientes de la solución del suelo hacia la planta. Este micelio externo no es septado y se ramifica dicotómicamente Formación de esporas de los hongos micorrizógenos: Los hongos micorrizógenos forman esporas en el micelio externo. El diámetro de estas esporas depende de la especie fúngica y oscila entre 15 y 80 m. El tiempo que media entre la infección de las raíces y el proceso de formación de esporas es de 3 a 4 semanas aproximadamente. El hongo, el hospedero y las condiciones ambientales del suelo influyen en el tiempo y la extensión de la esporulación. 1.3-Taxonomía de los hongos micorrizógenos Los hongos micorrizógenos vesículo arbuscular se ubican actualmente en el Orden Glomales de la Clase Zygomicetes. Dentro de este orden existen dos grupos: Glomineae y Gigasporineae. En el primero se encuentran las familias Acaulosporaceae, Glomaceae, Archaesporaceae y Paraglomaceae, las cuales encierran a los géneros Entrophospora y Acaulospora, Glomus, Archaespora y Paraglomus, respectivamente. En el segundo grupo se ubica la familia Gigasporaceae, la cual encierra a los géneros Gigaspora y Scutellospora (INVAM, 2001). Hasta hace muy poco una única familia (Endogonaceae) comprendía todos estos géneros e incluía además, al género Endogone, formador de ectomicorriza y de zigosporas sexuales. Un gran inconveniente para el trabajo con estos hongos radica en su incapacidad para crecer en medios axénicos, por lo que su identificación es estrictamente basada en los siguientes caracteres morfológicos: (1) estructuras de la micorriza dentro de las raíces, (2) modo de formación de las esporas, (3) estructuras de la espora (capas de pared de espora, paredes interiores flexibles), y (4) el modo de germinación de la espora (INVAM, 2001). 1.4-Micotrofia obligada y facultativa de las plantas Las plantas micotróficas se distinguen por su grado de dependencia micorrizógena, el cual se define como: “El grado al cual la planta es dependiente a la micorriza para producir su máximo crecimiento o rendimiento, en un nivel dado de fertilidad del suelo” (Gerdemann, 1975). Las plantas con un sistema radical extenso son altamente dependientes de la micorriza, en este caso se encuentran la cebolla (Allium spp.) y la mayoría de las leguminosas tropicales. Adicionalmente, la dependencia micorrizógena es correlacionada con la morfología de los pelos radicales; las plantas con alta densidad de pelos radicales son menos dependientes de la micorriza que aquellas que presentan pocos o cortos pelos radicales (Sieverding, 1991). La dependencia micorrizógena es una propiedad intrínseca de la planta (Janos, 1988).Las plantas pueden ser dependientes obligadas o facultativas de la micorriza, lo cual está definido por su habilidad de crecer con y sin micorriza en diferentes niveles de fertilidad del suelo (usualmente medido como concentración de fósforo en la solución del suelo, ya que este elemento a menudo limita el crecimiento de las plantas en el trópico y la micorriza tiene su principal efecto en su obtención). Las plantas que no crecen sin micorriza en niveles de fósforo de 100 g/g de suelo (suelo altamente fértil), se consideran dependientes obligadas de la micorriza. La dependencia micorrizógena no debe ser confundida con la respuesta del hospedero a la micorriza (Janos, 1988). La respuesta a la micorriza depende de la fertilidad del suelo y está influenciado por las dos especies envueltas en la micorriza, constituyendo una medida de la efectividad del hongo en la simbiosis, por lo que una planta micotrófica obligada puede mostrar desde una baja hasta una alta respuesta a la micorriza, de igual forma ocurre con una planta micotrófica facultativa 1.5-Funciones de la micorriza La simbiosis micorrizógena se caracteriza por: Incremento de la rizosfera: Una vez establecida la micorrización, los hongos micorrizógenos desarrollan un micelio alrededor de las raíces. El crecimiento de este micelio depende de la especie fúngica (Abbott and Robson, 1985), de la planta y factores del suelo (Kought, 1985). La función de este micelio consiste en incrementar considerablemente la rizosfera, de forma tal que se incrementa el volumen de suelo al cual tiene acceso la planta. Se ha calculado que 1 cm de raíz sin micorriza puede explorar alrededor de 1-2 cm3 volumen de suelo con ayuda de los pelos radicales, este volumen de suelo es potencialmente incrementado de 5-200 veces por el micelio de los hongos micorrizógenos, por lo que 1 cm de raíz micorrizada puede explorar hasta 200 cm3 de volumen de suelo. Aunque lo común es de 12 a 15 cm 3(Sieverding, 1991). Incremento de la absorción de nutrientes a la planta: La obtención de nutrientes por la planta es principalmente determinado por la capacidad de absorción de las raíces (Merryweather y Fitter, 1996) y por la difusión de los nutrientes en la solución del suelo. Esta capacidad de absorción de nutrientes con baja velocidad de difusión como: fósforo, zinc y molibdeno, y en baja concentración como el potasio, el azufre y el ión amoniacal aumenta en plantas micorrizadas (Fabio, 1982). El fósforo constituye el principal elemento absorbido por los hongos micorrizógenos, lo cual es de gran interés en el trópico, donde la concentración de fósforo es baja en la solución del suelo. Las plantas micorrizadas son más eficiente en el uso de fosfatos insolubles, esto se ha relacionado a procesos químicos del suelo (Sieverding and Galvez, 1988). En suelos tropicales ácidos (pH < 5.3) las rocas fosfóricas son solubilizadas constantemente y a alta velocidad, produciendo fuentes más solubles de fósforo. En suelos con pH de 5.5 a 6.5 la solublización de rocas fosfóricas está relacionada, especialmente las apatitas, con la alta acidificación de la rizósfera (pH 3.5-4.5) (Nye and Kirk, 1987). Algunos micronutrientes como el Cu, S y B son activamente absorbidos por los hongos micorrizógenos y transportados a la planta. Otros microelementos como: Fe, Mn y Cl son generalmente encontrados en mayor concentración en plantas micorrizadas que en las no micorrizadas (Buwalda y col., 1983) Reciclaje de nutrientes: Las esporas de los hongos micorrizógenos son una pequeña fuente de nutrientes en ecosistemas naturales capaz de ingresar al suelo 10-60 g N/ha, 1-30 g P/ha, 1-18 g K/ha, 4-50 g Ca/ha y 1-10 g Mg/ha (Sieverding, 1989). En comparación con las esporas la biomasa fúngica es una gran fuente de nutrientes. Considerando que 42 m de hifas fúngicas son equivalentes a 1mg de masa seca fúngica (Herrera y col., 1986) estos hongos pueden aportar al suelo 240-1900 Kg de biomasa seca fúngica/ha. Si asumimos que estos hongos tienen similar concentración que sus esporas ingresarían al suelo 4-32 Kg de N/ha, 0.6-5Kg P/ha, 0.2-1.7 Kg K/ha, 1-7.5 Kg Ca/ha y 0.2-1.7 Kg Mg/ha. Este tipo de hongos participa activamente en el transporte de nutrientes del suelo hacia la planta mediante la explotación intensiva de las capas superiores del suelo, donde existe gran cantidad de materia orgánica y ocurre mayoritariamente el crecimiento radical, por lo que este reciclaje de nutrientes en las capas profundas del suelo prácticamente es nulo (Bowen, 1980). Agregación del suelo: Los hongos micorrizógenos a través de su micelio externo pueden agregar partículas del suelo (Cuenca y col.,1998). Esta formación de agregados pueden mejorar las condiciones físicas del suelo y constituye un control potencial de la erosión del suelo. Esta función de las micorrizas ha sido subestimada, en la actualidad se conoce que las hifas están unidas a las partículas del suelo mediante polisacáridos amorfos (Burns y Davies, 1986) Resistencia de la planta a situaciones climáticas de estrés: Una temperatura del suelo entre 25 y 300c y una capacidad máxima de retención de agua entre 40 y 80 %, son fisiológicamente óptimos para el establecimiento de micorrizas vesículo-arbuscular (Sieverding, 1980). Sin embargo, en muchas regiones tropicales durante el día las temperaturas alcanzan de 40-450c. Cuando esto ocurre el desarrollo de la planta se reduce dramáticamente, dependiendo la planta en gran manera los hongos micorrizógenos, ya que estas temperaturas no se encuentran a una profundidad mayor de 5 cm, por lo que estos hongos no se afectan. La micorriza también representa una gran ayuda contra el estrés hídrico (Rivas-Platero, 1997 y Alkaraki, 1998), el cual es un problema en el trópico. Algunos beneficios de las micorrizas en relación con el agua son: decremento de la resistencia a la conductividad hidráulica de la planta, efectos positivos sobre la regulación de los estomas, sistema radical más ramificado (Nelson, 1987) y mayor absorción de fósforo y potasio por la planta (Mengel y Kirkby, 1982). Las plantas cuando se encuentran en transpiración máxima se les reduce el diámetro radical y la película de agua alrededor de las raíces se pierde (Bernstein y col., 1959). Se ha sugerido que en estos casos que las hifas del hongo pueden funcionar como un puente físico y mantener esta película de agua en contacto con la raíz, de esta forma el flujo de agua a la raíz se mantiene, aún en transpiración máxima (Sieverding, 1980). En muchas regiones tropicales es necesario que las plantas sobrevivan cortos períodos de sequía. Durante este período hay un rápido decremento del contenido de agua en los primeros 15 cm de profundidad, lo cual afecta el crecimiento de las raíces. Bajo estas condiciones las hifas del hongo son más resistentes que las raíces, por lo que realizan más exitosamente la absorción del agua (Ahmadsad, 1985) Incremento de microorganismos beneficiosos del suelo: Existen evidencias de la interacción tripartita Rhizobium-Leguminosa-Micorriza. Las leguminosas micotróficas realizan una simbiosis ineficiente con Rhizobium cuando la planta no está micorrizada (Gianinazzi-Pearson y Diem, 1982). De forma similar ocurre con Frankia (nitrofijador) y especies no leguminosas. Los hongos micorrizógenos incrementan no solo la población de microorganismos nitrofijadores de vida libre como: Azotobacter, Azospirillum, y nitrofijadores simbióticos como: Rhizobium., sino también la población de microorganismos fosfosolubilizadores (Pseudomonas sp, Agrobacterium sp, Bacillus circulans, Aspergillus niger, Penicillium funiculosum).(Sieverding, 1991). Control de microorganismos patógenos: Los hongos micorrizógenos son capaces de incrementar la resistencia de las plantas contra patógenos de la raíz (Dassi y col.,1998), esto ocurre cuando colonizan la raíz antes del patógeno. Una micorrización efectiva reduce la incidencia de nemátodos y los daños causados por los nemátodos se compensan con el desarrollo micelial del hongo. Los mecanismos por los cuales estos hongos controlan a los fitopatógenos se relacionan con los cambios en la morfología o en la fisiología del hospedero. Las alteraciones morfológicas se relacionan con la lignificación de las paredes celulares, la producción de otros polisacáridos e incremento del sistema vascular. Las dos primeras aumentan la dificultad de penetración del patógeno a la planta y la última eleva el flujo de nutrientes y agua en la planta hospedera. Fisiológicamente, la concentración de micro y macroelementos es acrecentada, disminuyendo la susceptibilidad de las plantas a enfermedades (Graham, 1983) 1.6-Comunidad bacteriana de la rizosfera y taxonomía bacteriana El suelo es un desierto nutricional si lo comparamos con la región que se encuentra adyacente a las raíces de las plantas, rizosfera, la cual es rica en nutrientes, debido al suministro de fotosintatos provenientes de la planta, aproximadamente el 40% de los fotosintatos que se encuentran en la raíz (Lynch and Whipps, 1991). No es sorprendente entonces que la rizosfera sea la zona de mayor presencia y actividad microbiana. La población microbiana más abundante en esta región la representan las bacterias con una concentración que oscila entre 1010 y 1012 ufc/g de suelo (Lazarovits and Nowak, 1997). El efecto beneficioso de las rizobacterias se relaciona principalmente con el incremento del crecimiento de las plantas, de ahí que se les denomine PGPR (Plant Growth Promoting Rhizobacteria) (Dileep y Dubet, 1992). Según Kloepper y col. (1989) el efecto beneficioso de las rizobacterias radica en diferentes mecanismos mediante los cuales ellas ejercen su acción. Bashan y Levanony (1990) plantean que los cambios más marcados de la inoculación ocurren en el sistema radical de las plantas, lo que conlleva posteriormente a un incremento en la adquisición de sustancias nutritivas y agua. Según Fendrik y col. (1995) y Martínez y col. (1997) las bacterias rizosféricas son capaces de producir sustancias fisiológicamente activas como vitaminas, giberelinas, citoquininas y ácido indol acético en cantidades importantes, las cuales mediante su acción conjunta estimulan la germinación de la semilla. Por otra parte, Martínez y Dibut (1996) plantean que ciertos géneros bacterianos, fundamentalmente los de vida libre, fijan el nitrógeno atmosférico en proporciones considerables. Goendi y col. (1995) encontraron que los géneros Azospirillum y Azotobacter producen polisacáridos extracelulares durante su crecimiento y proliferación. Estos compuestos son efectivos en la formación de agregados del suelo, lo que trae como consecuencias mejoras en el intercambio gaseoso y en la capacidad hídrica de los suelos. Las PGPR intervienen en el control de patógenos mediante la producción de antibióticos, inducción de resistencia, activación de los mecanismos de defensa y producción de sideróforos; compuestos con una alta afinidad por el hierro que son elaborados por una gran variedad de microorganismos, principalmente por el género Pseudomonas. Estos metabolitos suprimen a los patógenos de la rizosfera del hierro, provocando una limitante en su crecimiento (Miranda y col.,1998). Aunque las propuestas anteriores están basadas en evidencias experimentales, son cuantitativamente insuficientes para soportar el hecho de que alguno de los mecanismos sea por si solo el responsable de los cambios que se producen en el crecimiento de las plantas. Bashan(1993) propone una “Hipótesis Aditiva” donde probablemente más de un mecanismo participa en la asociación, ya sea simultánea o en sucesión. La suma de sus actividades en la condición ambiental específica resulta en los cambios observados en el crecimiento de las plantas. Dentro del grupo de las PGPR se incluyen varios géneros bacterianos: Arthrobacter, Bacillus, Enterobacter, Serratia (Kloepper y col., 1989), Azospirillum, Pseudomonas y Azotobacter (Bashan, 1993) Según Kilbertus y Schwartz (1984) la mayoría de las bacterias aerobias y anaerobias facultativas se distribuyen en los siguientes géneros, de acuerdo a sus características culturales y aspecto de su colonia. GRAM + I-Cocos Micrococcus Cohn II-Bacilos esporulados Bacillus Cohn II-Bacillus asporógenos -Degrada celulosa Cellulomonas Bergey y col -No degrada celulosa Arthrobacter Cohn GRAM – I-Bacterias sin motilidad -Colonias no pigmentadas a)Acumulación de gránulos de phb Oxidasa + Paracoccus Davis b)Sin acumulación de phb Oxidasa - Acinetobacter Brisou y Prévot -Colonias pigmentadas Gelatina + y Almidón + Flavobacterium Bergey y col. II-Bacterias con motilidad -Colonias no pigmentadas a)Flagelos polares -Formación de hipertrofías en plantas Agrobacterium Cohn -No formación de hipertofías en plantas Pseudomonas Migula b) Flagelos peritricos -Oxidasa *Formación de hipertrofías en plantas Cohn Agrobacterium *No Formación de hipertrofías en plantas Alcaligenes Castellani y Chalmers -Oxidasa + *H2S +, Rojo de metilo + (37 0c) Proteus Haliser *H2S -, Rojo de metilo - (37 0c) -Voges Proskauer – (22 0c) Hafnia Høller -Voges Proskauer + (22 0c) Enterobacter Hochmaeche y Edwards -Colonias pigmentadas a) Flagelo(s) polar(es) *Pigmento violeta no fluorescente Chromobacterium Bergonzini *Pigmento fluorescente Pseudomonas Migula b)Flagelo peritrico *Pigmento rojo Serratia Bizio *Pigmento amarillo Flavobacterium Bergey y col. 1.7-MHB (Micorrhization Helper Bacteria) El establecimiento de los hongos micorrizógenos en las raíces de los hospederos es afectado o promovido por los microorganismos de la rizosfera, en especial por las bacterias. A estas bacterias capaces de incrementar la infección micorrizógena se les conoce por MHB (Micorrhization Helper Bacteria)(Garbaye, 1994). Mosse (1962), y Meyer y Linderman (1986) constataron que la infección micorrizógena de plántulas de Trifolium subterraneum L. se favoreció con la introducción de una especie del género Pseudomonas. La coinoculación Micorriza-Azospirillum es un ejemplo de interacción benéfica, ya que la colonización de las raíces por los hongos estimula el flujo de carbohidratos desde el follaje hasta la raíz. Estos carbohidratos pueden constituir fuentes de carbono para el crecimiento de la bacteria, por otra parte, se ha comprobado que las hormonas vegetales que produce Azospirillum en medio de cultivo estimulan la formación y desarrollo de la simbiosis micorrízógena en una gran gama de hospederos (Coscaturca, (1995). Glandfor, (1994) demostró que la inoculación de Pseudomonas fluorescens en tomate estimula la colonización micorrízica en la raíz e incrementa significativamente la producción del cultivo. En 1996 Guerrero planteó que la inoculación con Azotobacter sp y Azospirillum sp incrementa los niveles de colonización micorrízica. 1.8-Género Swietenia. Sus especies e híbridos El género Swietenia está constituido por tres especies: Swietenia mahagoni Jacq., oriunda de las Antillas Mayores, las Bahamas y el sur de la Florida. Swietenia macrophylla King, cuya extensión abarca desde México hasta Bolivia y Swietenia humilis Zucc, que se extiende por la costa del Pacífico desde México hasta Costa Rica (Lamb, 1966). Swietenia macrophyla x mahagoni constituye el híbrido más importante entre estas especies y del que más reportes se han hecho. Surge como resultado de la plantación de ambas especies en proximidad. Se destaca por presentar más resistencia a los plaguicidas (Nobles and Briscoe, 1966), mayor calidad de madera que S. macrophyla, mejor forma que S. mahagoni y crecimiento más rápido que ambos progenitores (Lamb, 1966 y Geary y col., 1972). La identificación de este híbrido se realiza por la medida intermedia del tamaño de la hoja con relación a la de sus parentales. El carácter micotrófico de la mayoría de los miembros de la familia Meliaceae en conjunción con su marcado valor económico, debido a los crecientes precios de su madera en el mercado internacional, conllevaron a la selección de Swietenia macrophyla x mahagoni como planta indicadora de este trabajo. 2-MATERIALES Y METODOS 2.1-Influencia de Glomus mosseae-Bacillus subtilis y Glomus mosseaePseudomonas fluorescens sobre los indicadores de crecimiento y micorrización de Swietenia macrophyla x mahagoni 2.1.1-Preparación del suelo y las bolsas. Este experimento se desarrolló en el Instituto de Investigaciones Forestales, perteneciente al Ministerio de la Agricultura, en el laboratorio del área de micorriza. El suelo usado en este experimento, el cual se clasifica como Pardo con Carbonato, se sometió a esterilización en autoclave durante 45 min. Una semana después de la esterilización, para que desaparezca la toxicidad que surge en el suelo, se procedió al llenado de las bolsas de polietileno (12 cm X 20 cm) con 800 g del suelo esterilizado. 2.1.2-Inoculación fúngica La inoculación de Glomus mosseae se realizó por medio de la adición de 10 g de suelo micorrizado con esta especie micorrizógena en las bolsas de polietileno. Con lo que se establece una proporción de 1:10. En el caso de la variante no inoculada se adiciona 10 g de suelo esteril. 2.1.3-Preparación del inóculo micorrizógeno El suelo micorrizado con Glomus mossea se obtuvo según la técnica de propagación de hongos micorrizógenois de Menge (1984), en un cantero de 106 x 52 x 30 cm de la siguiente manera: Esterilización del suelo, la cual se realizó por adición de 150 ml de formaldehido por m2 de suelo. Adición de 20 esporas de Glomus mosseae en cada sitio de siembra de Sorghum vulgare, especie que se selecciona como hospedero por poseer los requerimientos planteados por Menge (1984): - Micotrofía obligada - Rápido crecimiento. - Adaptación a las condiones climáticas del sitio experimental - Capacidad de establecer simbiosis micorrizógena con un gran número de este tipo de hongos. A los 3 o 4 meses de edad del cultivo se procede a cortar y eliminar la parte aerea de la planta, quedando el suelo con las raices infectadas con Glomus mosseae, además de esporas y micelio externo de este mismo hongo. Aproximadamente tres meses después del desmonte se comprobó la pureza del inóculo obtenido, mediante aiislamiento e identificación de las esporas presentes en el suelo. 2.1.4-Aislamiento de esporas de Glomus mosseae y examen de pureza del inóculo Las esporas de Glomus mosseae mencionadas anteriormente y el aislamiento de esporas, que se realizó en el control de pureza del inóculo siguieron la técnica desarrollada por Gerdemann y Nicolson en 1963 - Tomar de 50 a 100 g de suelo y coloquelos en un beaker plástico de 1 L de capacidad y agregar agua corriente - Agítar durante 15 min aproximadamente. - Verter sobre un tamiz de 100 µm. que permite la captura de las esporas del hongo en cuestión. - Colocar en tubos de centrífuga de 30 ml el material contenido en el tamiz con 5 ml de agua destilada esteril, aproximadamente. - Inyectar con una jeringuilla de 50 ml, alrededor de 20 ml de una solución de sacarosa de 2 M con Tween 80 al 2% de manera que esta quede por debajo de del material suspendido en agua, cuidando no romper interfase agua-sacarosa - Centrifugar a 2000 rpm durante 10 min. - Con ayuda de una jeringuilla de 20 ml, recorra la superficie de la interfase y un poco por debajo y por arriba, para capturar las esporas que atravesaron y no atravesaron la interfase. - Verter el conrenido de la jeringuilla sobre el tamiz de 45 µm y lavar con agua corriente lo más pronto posible para eliminar la sacrosa. que puede plamolisar las esporas. - Recoger el contenido del tamiz en una placa petri y con ayuda del estereomicroscopio aisle las esporas que encuentre en una placa de porcelana excavada de 9 o más plazas. - Separar tantos tipos de esporas como sea posible, colocándolos en las diferentes plazas de la placa de porcelana. Las esporas se toman con pinzas muy finas o capilares 2.1.5- Inoculación bacteriana La inoculación de Bacillus subtilis y Pseudomonas fluorescens se realizó al mismo tiempo que la inoculación fúngica mediante la aplicación de 1 ml de una solución que contenía 108 ufc/ml. En el caso de las variantes no inoculadas con bacterias se adicionó 1 ml de agua destilada esteril. 2.1.6-Preparación del inóculo bacteriano Las especies bacterianas que se aplicaron en el experimento, Bacillus subtilis y Pseudomonas fluorescens, se obtuvieron del Cepario de la Facultad de Biología, Universidad de la Habana. Dichas bacterias se sembraron en medio TSB 3% (Caldo Soya Triptona) y se incubaron a 37 0C por espacio de 48 h. A partir de este medio de cultivo se obtuvo una solución en agua destilada esteril de cada una de dichas bacterias con una concentración de 10 8 ufc/ml. 2.1.7-Siembra de Swietenia macrophylla x mahagoni En cada bolsa se sembraron dos semillas de Swietenia macrophylla x mahagoni, procedencia Atabey, lo cual garantiza al menos una plántula por bolsa. En las bolsas donde se obtuvieron dos plántulas se eliminó la de menor desarrollo. 2.1.8-Condiciones experimentales y medición de los indicadores de crecimiento y micotrofía Este experimento se mantuvo a una temperatura aproximada de 280c, riego diario y un regimen de luz de 9 h diarias. Al concluir el primer y segundo mes de edad de las plántulas se evaluaron los indicadores de crecimiento y micotrofía de dichas plántulas: Altura (cm). Se midió desde el suelo hasta el borde apical de la plántula con ayuda de una regla de 40 cm. PSF: Peso seco foliar (g). PSR: Peso seco radical (g). Tanto el PSF como el PSR resultaron de pesar en una balanza técnica las muestras aereas y radicales de la planta, respectivamente, luego de que las mismas estuvieran en la estufa a 800 c durante 3 días. Diámetro (cm). Utilizando un pie de Rey se midió el diámetro de la plántula a nivel del terreno. Infección micorrizógena (%). La determinación de este indicador micotrófico consta de: la tinción de las raíces infectadas con el hongo micorrizógeno y la cuantificación de la infección micorrizógena.La tinción se efectuó de acuerdo al método creado por Phillips and Hayman en 1970, cuyo basamento es la tinción de las hifas y estructuras del hongo dentro de las raíces micorrizadas. El procedimiento consiste primeramente en: - Obtención de raicillas (diámetro menor de 2mm) y lavarlas cuidadosamente. - Introducirlas en un vial con KOH al 10% a una temperatura de 90 0c, por espacio de 30 a 60 min. Este paso produce la decoloración de las raíces, - Decantar el KOH y lavar las raíces con agua corriente. - Cubrir las raíces con peróxido de hidrógeno durante 20 min. Este paso se obvia cuando las raíces se decoloran en el primer paso. - Decantar el peóxido y lavar las raíces con agua corriente. - Cubrir las raíces con HCl 10% durante 15 min. para permitir la entrada del colorante a las estructuras fúngicas. - Decantar el HCl sin lavar las raíces. - Cubrir las raíces con una solución de Azul de Tripán 0.5% en lactoglicerina (ácido láctico+glicerol+agua) en proporción 1+1+1 durante 3 días - Decantar solución de Azul de Tripán, con el fin de eliminar el exceso de colorante. Posterior a la tinción de las raíces se procede a la cuantificación de la infección micorrizógena, siguiendo la técnica creada por Giovannetti y Mosse en 1980: - Disgregar las raíces con unos ml de agua sobre una placa petri cuadriculada de cuadrículas de 1.27 cm - Usando un estereomicroscopio se cuentan las raíces teñidas (micorrizadas) y las que no lo están (no micorrizadas) que están sobre los lados de las cuadrículas - Repetir el paso anterior al menos 4 veces, pero moviendo las raíces sobre la placa petri. - Promediar los valores obtenidos en las 4 repeticiones -Verificar presencia de arbúsculos o vesículas, que son la evidencia de existencia de micorriza. - Calcular infección micorrizógena mediante la fórmula: IM= (No. de raíces micorrizadas/ total de raíces) X 100. Longitud de las raíces micorrizadas. Se mide teniendo en cuenta lo establecido por Marsh (1971), cuando la cuadrícula es de 1.27 cm la longitud de las raíces micorrizadas, en metros, coincide con el número de intersecciones de las raíces micorrizadas. Respuesta a la micorriza. Se obtiene mediante la fórmula R= (M – NM)/ NM desarrollada por Plenchette y col (1983), donde R es la respuesta a la micorriza, M es el PSF de las plantas micorrizadas y NM es el PSF de las plantas no micorrizadas. Cuantificación indirecta del micelio externo Este indicador se determina a través de la agregación del suelo a la raíz por el método de Graham y col (1982). El cual se basa en en la proporción que existe entre el micelio externo y el suelo adherido a las raíces. Esta técnica se efectúa de la siguiente manera: - Tomar las raíces de la planta y someterlas a secado al aire. - Mover vigorosamente las raíces para remover el suelo que no está firmemente unido a las raíces. - Sumergir las raíces en recipiente con agua y esperar a que el suelo se asiente en el fondo del recipiente - Decantar el agua y separar el suelo precipitado que se encontraba adherido a las raíces. - Secar el suelo precipitado - Determinar el peso seco de las raíces y del suelo adherido a las raíces - Expresar el resultado como cantidad de suelo por gramo seco de raíz. 2.1.9-Diseño experimental El diseño experimental aplicado corresponde a un completamente aleatorizado. El cual está formado por 6 tratamientos, 4 réplicas por tratamiento y 25 plántulas por réplica. Los tratamientos ensayados consistieron en la interacción de los siguientes factores: Factor 1 - Inoculación de Glomus mosseae - Sin inoculación de Glomus mosseae Factor 2 - Bacillus subtilis - Pseudomonas fluorescens - Sin bacteria Los resultados obtenidos de los indicadores de crecimiento y micotrofía, tomando 15 plántulas por réplica en cada tratamiento, fueron sometidos a un ANOVA y un Test de Rangos Múltiples de Duncan (5%) para la comparación de medias, los cuales se realizaron utilizando el procesador estadístico automatizado STATGRAPGHIC PLUS 3. 2.2-Influencia de Bacillus subtilis y Pseudomonas fluorescens sobre la efectividad de Glomus mosseae en los indicadores de crecimiento de Swietenia macrophyla x mahagoni 2.2.1-Tratamientos e indicadores de crecimiento Para esta experiencia se tomaron los resultados obtenidos en el experimento anterior para los indicadores de crecimiento: Altura (cm). Peso seco foliar (g) Peso seco radical (g). Diámetro (cm). 2.2.2-Clasificación de la efectividad del inóculo. Al concluir el segundo mes de edad en los tratamientos: Glomus mosseae Glomus mosseae + Bacillus subtilis Glomus mosseae + Pseudomonas fluorescens Testigo A diferencia del experimento anterior en esta experiencia se usa el LSD (1%) como Test de Comparación de Medias, lo cual permite la clasificación de la efectividad del inóculo de acuerdo a Smith y Gianinazzi-Pearson (1988) en: No efectivo: Cuando el hongo micorrizógeno no produce diferencia significativa en comparación con el testigo. Ligeramente efectivo: Cuando el hongo micorrizógeno produce niveles superiores significativamente al alcanzado por el testigo, pero menores que el promedio del experimento. Moderadamente efectivo: Cuando el hongo micorrizógeno produce niveles iguales o mayores, pero no significativamente mayor que el promedio del experimento, Altamente efectivo: Cuando el hongo produce niveles significativamente superiores que el promedio del experimento 2.3-Influencia de Bacillus subtilis y Pseudomonas fluorescens sobre la fase de la infección micorrizógena de Swietenia macrophyla x mahagoni con Glomus mosseae. 2.3.1-Tratamientos y construcción de la curva de infección micorrizógena vs días. Esta experiencia se le aplicó a los tratamientos: Glomus mosseae Glomus mosseae + Bacillus subtilis Glomus mosseae + Pseudomonas fluorescens Al inicio del experimento y al finalizar los: 15, 30, 45 y 60 días se midió la infección micorrizógena de cada tratamiento, tomando 5 plántulas por replica en cada tratamiento, para más tarde construir una curva de Infección micorrizógena de Glomus mosseae vs días y delimitar todas las fases de infección micorrizógena establecidas por Bowen (1987). 3-RESULTADOS Y DISCUSION 3.1-Influencia de Glomus mosseae-Bacillus subtilis y Glomus mosseaePseudomonas fluorescens sobre los indicadores de crecimiento y micotrofía de Swietenia macrophyla x mahagoni durante los 2 meses de edad. 3.1.1-Altura Tabla 1: Incidencia de los factores y sus interacciones sobre la altura de plántulas de Swietenia macrophyla x mahagoni en los meses analizados Fuente de Variación Factor 1 Factor 2 Promedio Promedio (cm) (cm) mes 1 mes 2 Con G. mosseae 20.7 a 23.6 a Sin G. mosseae 16.8 a 17.7 b B. subtilis 21.2 a 23.0 a P. fluorescens 20.7 a 23.5 a Sin Bacteria 14.2 b 15.5 b G. mosseae x B. subtilis 22.0 ab 25.2 a G. mosseae x P. fluorescens 23.1 a 27.1 a 17.0 b 18.5 b Sin G. mosseae x B. subtilis 20.3 ab 20.7 b Sin G. mosseae x P. fluorescens 18.7 ab 19.8 b 11.3 c 12.5 c Factor 1x2 G. mosseae x sin Bacteria Sin G. mosseae x sin Bacteria Letras diferentes en la misma columna representan diferencia significativa para Duncan (5%). Como muestra la tabla 1, el factor 1 tiene incidencia significativa sobre la altura a partir de los 2 meses de edad de las plántulas. Esto significa que los beneficios de esta simbiosis no se reflejan en la altura hasta transcurrir 2 meses, donde las plántulas inoculadas con G. mosseae poseen un valor de altura significativamente mayor que aquellas plántulas sin inoculación fúngica. Este comportamiento coincide con los obtenidos por Linderman (1996) y Jones y col.(1998) al aplicar Glomus intraradices y Glomus mosseae sobre Allium spp y Eucalyptus coccifera, respectivamente. Debido a que este indicador de crecimiento no es muy sensible en vivero a la acción de los hongos micorrizógenos, resulta relevante el hecho de que este hongo produzca un efecto significativo en este indicador de crecimiento en tan corto período de tiempo. Esto podría deberse a la obtención de fósforo (Merryweather y Fitter, 1996 y Alkaraki y Clark, 1998) y a la producción fúngica de auxinas (Sieverding, 1991), los cuales entre otras funciones están relacionados con el crecimiento de la planta La tabla muestra una incidencia significativa del factor 2 sobre la altura en el primer y segundo mes Lo cual nos permite clasificarlas como PGPR. La producción de auxina y el incremento de la disponibilidad de fósforo (Lazarovits y Nowak, 1997), producto de la solubilización y mineralización característica de estos géneros podrían ser las causas de que la adición bacteriana a estas plántulas supere en cada caso, significativamente, a la no aplicación de las mismas desde el primer mes, avalando la utilización de estas bacterias en la fase de vivero. De forma similar Nowak y col., (1995) potenciaron el crecimiento de Solanum tuberosum con bacterias de estos géneros. En los dos meses medidos, la interacción entre el factor 1 y el 2 incide de forma significativa en la altura (tabla 1), lo que demuestra que estos factores no son independientes. En el primer y segundo mes todas las variantes de inoculación de microorganismos superan al testigo absoluto, aunque en el primer mes no existe diferencia significativa entre ellas. A diferencia de lo que ocurre en el primero, en el segundo mes las inoculaciones dual hongo-bacteria se ubican, estadísticamente, en la cima del resto de las interacciones. Estos resultados coinciden con los obtenidos por Meyer y Linderman (1986), Oliveira y col., 1987 y Linderman, 1996 al aplicar un hongo formador de micorriza-Pseudomonas putida sobre Trifolium subterraneum, Glomus manihotis-Pseudomonas putida a Manihot sculenta Crantz y Glomus intraradices-bacteria a Allium spp, respectivamente. El efecto sinérgico de este hongo formador de micorriza y estas bacterias, en el segundo mes podría ser explicado por la producción combinada de auxinas por parte de estos microorganismos . 3.1.2-Peso Seco Foliar Tabla 2: Incidencia de los factores y sus interacciones sobre el peso seco foliar de plántulas de Swietenia macrophyla x mahagoni en los meses analizados Fuente de Variación Factor 1 Factor 2 Promedio Promedio (g) (g) mes 1 mes 2 Con G. mosseae 1.39 a 1.55 a Sin G. mosseae 1.23 a 1.34 a B. subtilis 1.55 a 1.70 a P. fluorescens 1.48 ab 1.64 a Sin Bacteria 0.90 b 1.00 b G. mosseae x B. subtilis 1.64 a 1.80 a G. mosseae x P. fluorescens 1.51 ab 1.74 a 1.01 bc 1.10 bc Sin G. mosseae x B. subtilis 1.46 ab 1.60 ab Sin G. mosseae x P. fluorescens 1.45 ab 1.53 ab 0.78 c 0.90 c Factor 1x2 G. mosseae x sin Bacteria Sin G. mosseae x sin Bacteria Letras diferentes en la misma columna representan diferencia significativa para Duncan (5%). El factor 1 no presenta influencia significativa sobre el peso seco foliar (tabla 2) en ninguno de los meses analizados; por el contrario, el factor 2 sí incide significativamente sobre este indicador en ambos meses. En el primer mes solo la inoculación de Bacillus subtilis alcanzó valores significativamente mayores que los conseguidos sin inoculación bacteriana. Sin embargo, en el segundo mes la adición de cada una de estas bacterias supera significativamente a la ausencia de inoculación bacteriana. Lo citado anteriormente refleja la factibilidad del uso de estas bacterias para incrementar significativamente este indicador de crecimiento en estas plántulas, incluso desde el primer mes sí se inocula Bacillus subtilis. El comportamiento que se obtiene con estas bacterias podría ser la respuesta a un mayor crecimiento de estas plántulas bajo la acción de estos microorganismos y al aumento de la absorción de nitrógeno y otros microelementos por parte de la planta como efecto indirecto de una mayor absorción de fósforo (Sieverding, 1991). La influencia significativa en ambos meses de la interacción de los factores 1 y 2 sobre el peso seco foliar muestra la dependencia entre estos factores e indica que los valores de cada una de las combinaciones hongo-bacteria se sitúan, significativamente, en la cima del resto de las interacciones. Esta posición cimera podría ser el resultado de una mayor absorción fúngica de nutientes como el fósforo y el nitrógeno (George y col.,1994, y Santhanakrishnan y Anandan, 1996), los cuales están muy ligados al desarrollo de la planta al aumentar la disponibilidad de fósforo en la solución del suelo producto de la mineralización y la solubilización de este nutriente por parte de estas bacterias, las que superan significativamente al control absoluto, además de ubicarse estadísticamente en el mismo nivel que la inoculación dual. Todos estos resultados coinciden con los obtenidos con Meyer y Linderman (1986), y Santhanakrishnan y Anandan (1996) con Trifolium subterraneum y Azadiracha indica, respectivamente. 3.1.3-Peso Seco Radical Análogo a lo que ocurre con el peso seco foliar, el factor 1 no produce efecto significativo sobre la biomasa seca radical en ninguno de los meses estudiados (tabla 3); solo el factor 2 incide significativamente sobre este indicador de crecimiento en los dos meses. Siendo la inoculación de Bacillus subtilis, tanto en el primero como en el segundo mes, la única que sobrepasa significativamente a su versión no inoculada (tabla 3),. Tabla 3: Incidencia de los factores y sus interacciones sobre el peso seco radical de plántulas de Swietenia macrophyla x mahagoni en los meses analizados Fuente de Variación Factor 1 Factor 2 Promedio Promedio (g) (g) mes 1 mes 2 Con G. mosseae 0.23 a 0.26 ab Sin G. mosseae 0.17 a 0.21 a B. subtilis 0.24 a 0.28 a P. fluorescens 0.22 ab 0.25 ab Sin Bacteria 0.16 b 0.19 b G. mosseae x B. subtilis 0.26 a 0.30 a G. mosseae x P. fluorescens 0.24 ab 0.26 ab 0.20 ab 0.23 b Sin G. mosseae x B. subtilis 0.22 ab 0.25 b Sin G. mosseae x P. fluorescens 0.19 b 0.23 b Sin G. mosseae x sin Bacteria 0.11 c 0.14 c Factor 1x2 G. mosseae x sin Bacteria Letras diferentes en la misma columna representan diferencia significativa para Duncan (5%).. En los dos meses estudiados la interacción de estos factores también actúa significativamente sobre este indicador de crecimiento (tabla 3), lo que resulta similar a lo mostrado por Meyer y Linderman (1986) y Palenzuela y col., (1996) en Trifolium subterraneum y Medicago sativa, respectivamente. Las plántulas inoculadas con Glomus mosseae y/o bacterias sobrepasan, estadísticamente, al control absoluto. Además de que la combinación hongo-bacteria, donde se involucra a Bacillus subtilis alcanza, significativamente el más alto nivel para este indicador en estos meses (tabla 3), esto podría ser causado por la producción conjunta de fitohormonas por parte de estos microorganismos (Manske, 1996). 3.1.4-Diámetro Contrario a lo acontecido con el indicador de crecimiento anterior, solo el factor 1 tiene influencia significativa sobre el diámetro de las plántulas en ambos meses. El aumento significativo logrado con la inoculación de Glomus mosseae con respecto a su variante no inoculada puede estar relacionado con la obtención de nitrógeno (Hurtado y Sieverding, 1986). Tabla 4: Incidencia de los factores y sus interacciones sobre el diámetro de plántulas de Swietenia macrophyla x mahagoni en los meses analizados Fuente de Variación Factor 1 Factor 2 Promedio Promedio (cm) (cm) mes 1 mes 2 Con G. mosseae 0.57 a 0.63 a Sin G. mosseae 0.44 b 0.48 b B. subtilis 0.53 a 0.57 a P. fluorescens 0.53 a 0.59 a Sin Bacteria 0.47 a 0.52 a G. mosseae x B. subtilis 0.61 a 0.65 a G. mosseae x P. fluorescens 0.58 ab 0.68 a 0.51 bc 0.56 b Sin G. mosseae x B. subtilis 0.44 cd 0.48 c Sin G. mosseae x P. fluorescens 0.47 cd 0.50 bc Sin G. mosseae x sin Bacteria 0.42 d 0.47 c Factor 1x2 G. mosseae x sin Bacteria Letras diferentes en la misma columna representan diferencia significativa para Duncan (5%). Como consecuencia de la influencia significativa de la interacción de los factores 1 y 2, la inoculación fungica simple y sus combinaciones con las bacterias exceden, desde el punto de vista estadístico, al testigo absoluto en los dos meses analizados. Incluso hasta las simples inoculaciones bacterianas se encuentran en un nivel significativamente inferior con relación a las combinaciones hongobacteria en ambos meses. 3.1.5-Infección micorrizógena La tabla 5 nuestra como en los dos meses a diferencia del factor 2, el cual no tiene incidencia significativa sobre la infección micorrizógena; el factor 1 incide de manera significativa sobre este indicador micotrófico, lo cual reafirma a este tipo de hongo como único responsable de esta simbiosis. Cono resultado de la interacción significativa de estos factores sobre la infección micorrizógena (tabla 5). En ambos meses las inoculaciones fúngicas representan un nivel más elevado significativamente que sus versiones no inoculadas. En el primer mes las inoculaciones hongo-bacteria superan significativamente a todas las interacciones, incluyendo a la inoculación simple de Glomus mosseae, lo que se traduce en un efecto estimulador de la infección micorrizógena por parte de estas bacterias, de ahí que podamos clasificarlas como MHB. Tabla 5: Incidencia de los factores y sus interacciones sobre la infección micorrizógena de plántulas de Swietenia macrophyla x mahagoni en los meses analizados Fuente de Variación Factor 1 Factor 2 Promedio Promedio (%) (%) mes 1 mes 2 Con G. mosseae 72.3 a 100 a Sin G. mosseae 0b 0b B. subtilis 40.1 a 50 a P. fluorescens 38.2 a 50 a Sin Bacteria 30.2 a 50 a G. mosseae x B. subtilis 80.2 a 100 a G. mosseae x P. fluorescens 76.4 a 100 a 60.4 b 100 a Sin G. mosseae x B. subtilis 0b 0b Sin G. mosseae x P. fluorescens 0b 0b Sin G. mosseae x sin Bacteria 0b 0b Factor 1x2 G. mosseae x sin Bacteria Letras diferentes en la misma columna representan diferencia significativa para Duncan (5%). El incremento en la infección micorrizógena puede resultar de uno o más de los siguientes efectos (Garbaye, 1994): Efecto de MHB en el reconocimiento hongo-raíz: En este mecanismo la bacteria interfiere en el reconocimiento hongo-planta, el cual constituye el primer paso de esta simbiosis, el cual se encuentra mediado por compuestos fenólicos, enzimas, fibrillas de naturaleza glicoproteica o polisacarida y fitohormonas (Anderson, 1988). La MHB puede intervenir entre los simbiontes mediante la transformación de las sustancias mediadoras o contribución a la producción de compuestos claves en la micorriza, tales como auxinas y enzimas líticas. La unón de la bacteria al hongo o la planta, o a ambos puede modificar las propiedades de la pared celular y facilitar el establecimiento de la simbiosis a través de un puente químico (Duponnois, 1992) Efecto de la MHB sobre la receptividad de las raíces: De acuerdo a este mecanismo, la bacteria prolifera en la rizosfera y promueve el desarrollo de las raíces antes que el hongo se ponga en contacto con el hospedero. De esta forma la planta desarrolla más raíces cortas en el mismo volumen de suelo, por lo que la probabilidad de ponerse en contacto hongo y raíz aumenta. Este mecanismo se sustenta en la frecuente producción de ácido indol acético por parte de muchas rizobacterias. Como otra forma de aumentar la receptividad de las raíces se ha planteado que las MHBs pudieran hacer menos rígidas las paredes celulares entre las células de la corteza de las raíces y favorecer la penetración del hongo (Duponnis, 1992). Efecto de MHB sobre el crecimiento fúngico: Este mecanismo se basa en la estimulación bacteriana del crecimiento del hongo en el estado presimbiótico. Dentro de este modo de acción se encuentran la producción de metabolitos que son usados directamente por el hongo, potenciando su anabolismo. Dentro de estos metabolitos resaltan los ácidos orgánicos, predominantemente ácido málico y cítrico, los cuales representan una fuente de carbono tan importante como la glucosa para el crecimiento fúngico. La detoxificación del medio donde crece el hongo también se encuentra dentro de este mecanismo de acción de MHB, cuyo basamento consiste en retardar por parte de la bacteria el fenómeno de autotoxificación de la rizosfera por parte del hongo (Garbaye, 1994). Efecto de MHB sobre la germinación de propágulos fúngicos: En este mecanismo se centra la atención en la capacidad bacteriana de acelerar la germinación de las esporas. Aunque se desconocen los compuestos involucrados, la adición de rizobacterias ha potenciado la germinación de clamidiosporas de Glomus mosseae (Azcon, 1987 y Mosse, 1962) y Glomus versiforme (Mayo, Davis and Motta, 1986 y Linderman and Paulitz, 1990). El comportamiento observado en el primer mes se modifica en el segundo, ya que todas las inoculaciones que involucran a Glomus mosseae llegan al máximo nivel de infección micorrizógena y por ende no se apreciar diferencia significativa entre estas inoculaciones, mostrándose únicamente diferencia significativa entre las inoculaciones que involucran a Glomus mosseae y las que no. Todo esto se asemeja a lo exhibido en trabajos anteriores (Rovira, 1965, Meyer y Linderman, 1986 Manske y col., 1996 y Palenzuela, Toro y Barea, 1996). 3.1.6-Micelio externo En la tabla 6 se puede observar como ambos factores, en los dos meses, inciden significativamente sobre este indicador, resaltando el aumento significativo de la inoculación fúngica y la inoculación bacteriana, con respecto a sus respectivas contrapartes. Todo esto indica el papel que juegan bacterias y hongos en la agregación del suelo (Andrade,1998). La tabla expone la incidencia significativa de la interacción de los factores 1 y 2 sobre la agregación del suelo, lo que trae consigo dos hechos relevanteses: el primero se refiere a la ubicación de las combinaciones hongo-bacteria en el nivel más alto, desde el punto de vista estadístico cn relación al resto de las interacciones (Andrade, 1998), y la posición secundaria, estadíticamente, que ocupa la inoculación simple de Glomus mosseae al superar a las inoculaciones bacterianas y al control absoluto. Concordando con lo obtenido por Andrade (1998) con Sorghum bicolor al estudiar el efecto de Glomus mosseae y rizobacterias sobre este mismo indicador de micotrofía. Tabla 6: Incidencia de los factores y sus interacciones sobre el suelo adherido a la raíz en plántulas de Swietenia macrophyla x mahagoni en los meses analizados Fuente de Variación Factor 1 Factor 2 Promedio Promedio g suelo/g raíz g suelo/g raíz mes 1 mes 2 Con G. mosseae 2.2 a 2.5 a Sin G. mosseae 0.3 b 0.4 b B. subtilis 1.5 a 1.6 a P. fluorescens 1.6 a 1.9 a Sin Bacteria 0.8 b 1.0 b G. mosseae x B. subtilis 2.5 a 2.8 a G. mosseae x P. fluorescens 2.9 a 3.2 a 1.2 b 1.5 b Sin G. mosseae x B. subtilis 0.4 c 0.4 c Sin G. mosseae x P. fluorescens 0.3 c 0.3 c Sin G. mosseae x sin Bacteria 0.3 c 0.4 c Factor 1x2 G. mosseae x sin Bacteria Letras diferentes en la misma columna representan diferencia significativa para Duncan (5%). De lo planteado anteriormente se puede afirmar que estas bacterias desempeñan un importante papel en el desarrollo del micelio externo, que es la estructura que se encarga de agregar las partículas del suelo, ya que comparativamente la agregación del suelo por parte de las bacterias es menos eficiente que la fúngica (Harris y col., 1966, Tisdall y Oades, 1982 y Thomas, 1993), debido a que las hifas de los hongos micorrizógenos penetran en el suelo hasta distancias de 90 mm más alla de las raíces del hospedero (Camel y col., 1991) La acción bacteriana en la estimulación de la agregación del suelo pudo ser directa e/o indirecta. De forma directa porque las bacterias contribuyen a la agregación del suelo e indirecta porque la bacteria puede estimular la exudación en la planta de compuestos que acrecentan el desarrollo del micelio fúngico (Paula, 1989). 3.1.7-Respuesta a la Micorriza Tanto en el primero como en el segundo mes, los factores 1 y 2 generan diferencia significativa en la respuesta de la planta a la micorriza (tabla 7). Obteniéndose en cada factor que las variantes inoculadas generan valores de respuesta de la planta a la micorriza, estadísticamente, superiores en comparación con sus respectivas variantes no inoculadas, de ahí la relevancia de la aplicación de estos microorganismos a la planta. Del efecto significativo de la interacción de estos factores sobre este indicador, puesto de manifiesto en los meses 1 y 2 (tabla 7) se deriva la necesidad de aplicar Glomus mosseae a estas plántulas, tratamiento que supera significativamente al resto de los tratamientos analizados; con excepción de los tratamientos que involucran a ambos microorganismos, quienes se alzan con las respuestas a la micorriza más altas desde el punto de vista estadístico, llegando en el caso de Glomus mosseae-Bacillus subtilis a niveles superiores al 100 %. La fórmula de la respuesta de la planta a la micorriza, constituye una forma de expresar en base al peso seco foliar de la planta cuando no está micorrizada del exceso que se obtiene en este parámetro en plantas micorrizadas; por lo que este incremento en la respuesta de la planta a la micorriza, en inoculaciones hongobacteria parece ser la consecuencia del aumento en los niveles de peso seco foliar cuando se inoculan a ambos microorganismos. Tabla 7: Incidencia de los factores y sus interacciones sobre la respuesta a la micorriza en de plántulas de Swietenia macrophyla x mahagoni los meses analizados Fuente de Variación Factor 1 Factor 2 Promedio Promedio (%) (%) mes 1 mes 2 Con G. mosseae 78 a 72 a Sin G. mosseae 0b 0b B. subtilis 55 a 50 a P. fluorescens 47 a 47 a Sin Bacteria 15 b 11 b G. mosseae x B. subtilis 110 a 100 a G. mosseae x P. fluorescens 94 a 93 a 29 b 22 b Sin G. mosseae x B. subtilis 0c 0c Sin G. mosseae x P. fluorescens 0c 0c Sin G. mosseae x sin Bacteria 0c 0c Factor 1x2 G. mosseae x sin Bacteria Letras diferentes en la misma columna representan diferencia significativa para Duncan (5%). 3.1.8-Longitud de las raíces micorrizadas En la tabla 8 se constata la acción significativa que tiene el factor 1 sobre la longitud de las raíces micorrizadas en los dos meses analizados, lo que se corresponde con la necesidad de la aplicación de este hongo formador de micorriza para elevar los valores de este indicador desde el punto de vista estadístico. A diferencia del factor 1, el factor 2 no logra actuar de forma significativa sobre dicho indicador. Tabla 8: Incidencia de los factores y sus interacciones sobre la longitud de las raíces micorrizadas de plántulas de Swietenia macrophyla x mahagoni en los meses analizados Fuente de Variación Factor 1 Factor 2 Promedio Promedio (m) (m) mes 1 mes 2 Con G. mosseae 0.9 a 1.3 a Sin G. mosseae 0b 0b B. subtilis 0.5 a 0.7 a P. fluorescens 0.6 a 0.8 a Sin Bacteria 0.4 a 0.5 a G. mosseae x B. subtilis 1.0 a 1.5 a G. mosseae x P. fluorescens 1.1 a 1.4 a 0.7 b 0.9 b Sin G. mosseae x B. subtilis 0c 0c Sin G. mosseae x P. fluorescens 0c 0c Sin G. mosseae x sin Bacteria 0c 0c Factor 1x2 G. mosseae x sin Bacteria Letras diferentes en la misma columna representan diferencia significativa para Duncan (5%). Como resultado de la incidencia significativa de la interacción de estos factores (tabla 8) se obtuvo en ambos meses diferencia significativa entre las formas de inoculacion dual y la simple de Glomus mosseae, a favor de las primeras y a su vez ambas inoculaciones superan significativamente al testigo absoluto, quien también fue superado por la inoculación simple de Glomus mosseae. Similares resultados fueron obtenidos por Palenzuela y col., (1996) al adicionar Glomus deserticola-Enterobacter sp a Medicago sativa. Adquiere gran significación la incidencia significativa de la interacción de estos factores (tabla 8), ya que demuestra el papel que juegan estas bacterias en el proceso de establecimiento de esta simbiosis. El incremento en longitud de las raíces micorrizadas en presencia de estas bacterias podría ser el resultado de una mayor producción de raíces por parte de la planta, debido a la producción bacteriana de auxina, trayendo consigo mayor receptividad de la planta al establecimiento de la simbiosis (Duponnois, 1992 y Garbaye,1994). 3.2-Influencia de Bacillus subtilis y Pseudomonas fluorescens sobre la efectividad de Glomus mosseae en los indicadores de crecimiento de Swietenia macrophyla x mahagoni a los 2 meses de edad. 3.2.1-Altura Tabla 9:Efectividad sobre la altura de Swietenia macrophyla x mahagoni a los 2 meses de edad. Tratamientos Altura (cm) Efectividad Glomus+Bacillus subtilis 25.2 a Moderada Glomus +Pseudomonas fluorescens 27.1 a Moderada Glomus mosseae 18.5 bc Ninguna Testigo 12.5 c Promedio 20.8 ab Letras diferentes en la misma columna representan diferencia significativa para LSD(1%). La tabla 9 exhibe los resultados de la prueba de efectividad en estado no competitivo, es decir, suelo estéril. Como se puede apreciar la inoculación con Glomus mosseae no genera diferencia significativa en la altura con respecto al testigo de absoluto, de ahí su clasificación como no efectivo. Esta clasificación lo invalidaría para su uso como inóculo micorrizógeno en un estado competitivo (Sieverding, 1991). Sin embargo las combinaciones de este hongo con cada una de estas bacterias, logran convertirlo en moderadamente efectivo para este indicador de crecimiento, por lo que su clasificación de efectividad bajo estas condiciones le permite su utilización en condiciones competitivas (Sieverding, 1991). Este resultado coincide con el obtenido por Sieverding (1991) con Pueraria phaseoloides al aplicar la combinación Entrophospora colombiana-Rhizobium. 3.2.2-Peso Seco Foliar Tabla 10: Efectividad sobre el peso seco foliar de Swietenia macrophyla x mahagoni a los 2 meses de edad. Tratamientos PSF (g) Efectividad Glomus+Bacillus subtilis 1.80 a Moderada Glomus +Pseudomonas fluorescens 1.74 a Moderada Glomus mosseae 1.10 b Ninguna Testigo 0.90 b Promedio 1.39 ab Letras diferentes en la misma columna representan diferencia significativa para LSD(1%). La tabla 10 refleja el mismo comportamiento presentado por la altura. La inoculación exclusiva del hongo es incapaz de sobrepasar, estadísticamente, los niveles de biomasa seca foliar del testigo absoluto. Esta inefectividad mostrada por este hongo se convierte en efectividad moderada cuando se aplica cualquiera de las interacciones hongo-bacteria, lo que coincide con lo obtenido con Sieverding (1991) con Pueraria phaseoloides al aplicar la combinación Entrophospora colombiana-Rhizobium. Al igual que en la altura, estas bacterias garantizan la utilización de este hongo en pruebas de efectividad en estado competitivo, lo que implica su posible selección como inóculo para la formación de biofertilizante. 3.2.3-Peso Seco Radical La tabla 11 muestra la efectividad moderada que generan la inoculación simple de Glomus mosseae y cada una de sus interacciones con Bacillus subtilis y Pseudomonas fluorescens, al acrecentar significativamente al testigo absoluto e igualar y superar al promedio del experimento, respectivamente. Esto coincide con lo obtenido por Sieverding (1991) con Pueraria phaseoloides al combinar Glomus fasciculatum-Rhizobium. Tabla 11: Efectividad sobre el peso seco radical de Swietenia macrophyla x mahagoni a los 2 meses de edad. Tratamientos P S R (g) Efectividad Glomus+Bacillus subtilis 0.30 a Moderada Glomus +Pseudomonas fluorescens 0.26 a Moderada Glomus mosseae 0.23 a Moderada Testigo 0.14 b Promedio 0.23 a Letras diferentes en la misma columna representan diferencia significativa para LSD (1%). No obstante a lo planteado anteriormente, cabe destacar que las interacciones hongo-bacteria; además de mantener la categoría de moderada son las únicas que exceden al promedio del experimento, lo que las hace más promisorias de conseguir mejores resultados en el estado competitivo. 3.2.4-Diámetro En la tabla 12 se exponen las categorías efectivas dentro de las que se encuentran ambos tipos de inoculación después de realizar una prueba de efectividad en estado no competitivo. Como exhibe dicha tabla la inoculación exclusiva de este hongo se ubica dentro de la efectividad ligera, al encontrase estadísticamente por encima del testigo absoluto y numéricamente por debajo del promedio del experimento. La clasificación alcanzada por Glomus mosseae, al igual que en los casos anteriores no le permite su utilización en estado competitivo. Sin embargo su interacción con Bacillus subtilis y Pseudomonas fluorescens eleva esta clasificación a moderada y altamente efectivo, respectivamente. Estoe resultado resulta similar al reportado por Sieverding (1991) con Pueraria phaseoloides al combinar Gigaspora margarita-Rhizobium y Glomus manihotis-Rhizobium, respectivamente. Tabla 12: Efectividad sobre el diámetro de Swietenia macrophyla x mahagoni a los 2 meses de edad. Tratamientos D(cm) Efectividad Glomus+Bacillus subtilis 0.65 ab Moderada Glomus+Pseudomonas fluorescens 0.68 a Alta Glomus mosseae 0.56 c Ligera Testigo 0.47 d Promedio 0.59 bc Letras diferentes en la misma columna representan diferencia significativa para LSD(1%). Las dos clasificaciones conseguidas con las interacciones hongo-bacteria, no solo permite su aplicación en estado competitivo, sino que en el caso de Glomus mosseae-Pseudomonas fluorescens al clasificarse como altamente efectivo se convierte automáticamente en un inóculo micorrizógeno de uso en condiciones competitivas.(Buckkhardt y Howeler, 1985) 3.3-Influencia de Bacillus subtilis y Pseudomonas fluorescens aobre las fases de la infección micorrizógena de Glomus mosseae sobre Swietenia macrophyla x mahagoni En la figura 1 se puede apreciar como la fase inicial en las combinaciones hongobacteria y en la inoculación simple fúngica comienza aproximadamente a los 10 días, de lo que se infiere que estas bacterias no influyen en la infectividad de los propágulos micorrizógenos. Sin embargo, la fase exponencial, que se corresponde con un crecimiento fúngico más rápido que el de las raíces y un aumento de la infección micorrizógena de las inoculaciones hongo-bacteria, resulta ser más corta que en la de la inoculación simple. Esto indica la influencia bacteriana sobre esta fase, lo cual podría deberse a un mayor desarrollo del micelio fúngico, de manera tal que se coloniza más rápido el sistema radical. Este desarrollo micelial fue mostrado con anterioridad en el desarrollo del micelio externo. Este incremento en la infección micorrizógena fue encontrado por Meyer y Linderman (1986) con Trifolium subterraneum con la adición de un hongo micorrizógeno y Pseudomonas putida. De igual forma Santhanakrishnan (1996) elevó la infección de Azadirachta indica cuando se aplicó Glomus constrictumPseudomonas striata. La temprana colonización fúngica del sistema radical de estas plantulas se pone de manifiesto en la fase plateau, que es el momento en que la planta alcanza su máxima infección micorrizógena. Esta fase se alcanza en la inoculación dual y en Infección micorrizógena (%) la simple a los 35 y 45 días, respectivamente 120 Fase Fase Exponencial Fase Plateau Inicial 100 80 Gm + Bs Gm + Pf Gm 60 40 20 0 0 10 20 30 40 50 60 70 días Figura 1: Fases de la infección micorrizógena sobre Swietenia macrophyla x mahagoni durante los 2 meses de edad. Esta conducta de estas bacterias puede ser explicada a través de los siguientes mecanismos: Efecto de MHB sobre el crecimiento fúngico: Este mecanismo se basa en la estimulación bacteriana del crecimiento del hongo en el estado presimbiótico. Dentro de este modo de acción se encuentran la producción de metabolitos que son usados directamente por el hongo, potenciando su anabolismo. Dentro de estos metabolitos resaltan: ácidos orgánicos, predominantemente ácido málico y cítrico, los cuales representan una fuente de carbono tan importante como la glucosa para el crecimiento fúngico. Un compuesto volátil como el dióxido de carbono, ha mostrado su efecto inhibitorio o estimulante, según su concentración, del crecimiento de diferentes hongos (Imolehin and Grogan, 1980 y Le Tacon, Skinner and Mosse, 1983). La detoxificación del medio donde crece el hongo también se encuentra dentro de este mecanismo de acción de MHB, cuyo basamento consiste en retardar por parte de la bacteria, el fenómeno de autotoxificación de la rizosfera por parte del hongo (Garbaye, 1994). Modificación de la rizosfera: En este mecanismo se vincula la actividad bacteriana con el cambio en las propiedades físico-químicas del suelo, de modo que se facilite la formación de micorriza. El cambio de pH o la producción de sideróforos ejemplifican este mecanismo. El gran potencial de los sideróforos en futuras investigaciones sobre este mecanismo se sustenta en la producción por parte del hongo de hidroxiamato sideróforo, por lo que la producción bacteriana de este compuesto modificaría el equilibrio hongo-planta. 4-DISCUSION GENERAL Las plantas necesitan fósforo, especialmente, durante las primeras fases de su desarrollo, el cual se acumula en los órganos jóvenes para activar el desarrollo radical y el crecimiento de las plantas (Guerrero, 1990 y Fuentes, 1992). Este macroelemento se encuentra en dos formas fundamentales: una orgánica y otra inorgánica que representan, aproximadamente un 85% y un 15% del fósforo total del suelo, respectivamente (Awan, 1964). Solo un por ciento ínfimo del fósforo total se encuentra en la solución del suelo a disposición de la planta (Borie y Barea, 1981). Dentro de los procesos de mineralización y solubilización del fósforo, encargados de incorporar fósforo a la solución del suelo, se ubican ambos géneros bacterianos, por lo que los compuestos organo-fosforados presentes en el suelo y los liberados por la planta pueden ser sometidos a hidrólisis enzimática por estas bacterias y liberar fósforo disponible a las plántulas (Borie y Barea, 1981). De forma similar los compuestos inorgánicos del fósforo liberan a éste cuando se encuentren en presencia de ácidos orgánicos como: el tartárico, el málico, el cítrico, que son producidos por ambas bacterias en condiciones de anaerobiosis. Además de que estos mismos microorganismos producen dióxido de carbono en condiciones de aerobiosis que también logra liberar fósforo de los compuestos inorgánicos (Jones y Darrah, 1994).. A lo planteado anteriormente, se le suma el incremento en el volumen de suelo explorado con ayuda del micelio externo. La tabla 13 expone de forma convincente esta característica, al mostrar que desde el primer mes el volumen de suelo explorado por cada gramo de raíz de las plántulas inoculadas, exclusivamente, con Glomus mosseae se corresponde con 4 veces lo explorado por gramo de raíz de las plántulas sin iinoculación fúngica, lo cual se eleva a 8 y 9 veces cuando se inocula la combinación hongo-bacteria. Esta relación se mantiene de forma similar durante el segundo mes. lo que traería consigo una mayor obtención de agua y nutrientes e incluso un aumento de la velocidad de absorción de estos elementos, permitiendo que el fósforo liberado lejos de las raíces llegue a estas. Tabla 13: Volumen y masa de suelo adherido por gramo seco de raíz. Inoculación G. mosseae x B. subtilis Promedio (mes 1) Promedio (mes 2) SAR SAR VAR VAR 2.5 2.3 2.8 2.5 P. 2.9 2.6 3.2 2.9 1.2 1.1 1.5 1.4 Sin G. mosseae x sin 0.3 0.3 0.4 0.4 G. mosseae x fluorescens G. mosseae Bacteria Leyenda: SAR= Suelo adherido a la raíz, expresado en g de suelo /g de raíz VAR= Volumen de suelo adherido a la raíz (SAR*0.9), expresado en cm3 de suelo /g de raíz Los incrementos obtenidos en los indicadores de crecimiento con la inoculación dual hongo-bacteria podrían ser causados, no solo por el efecto combinado del hongo y las bacterias, sino por un establecimiento más temprano de la simbiosis micorrizógena. Como se observa en la fig 1 las interacciones hongo-bacteria producen una fase exponencial más corta que la producida con la inoculación exclusiva de Glomus mosseae, de forma tal que alcanza la fase de equilibrio 10 días antes. Este rápido establecimiento del hongo en el sistema radical de su hospedero producirá entonces, que los beneficios de esta simbiosis se reflejen tempranamente. La inoculación hongo-bacteria reporta ventajas desde el punto de vista económico, ecológico y fisiológico. Económicamente se obtiene aproximadamente un ahorro de un mes de salario y recursos, ya que los 25 cm de altura requeridos para el transplante a plantación se alcanzan en las plántulas inoculadas con la combinación hongo-bacteria a los 2 meses, lo cual representa aproximadamente un mes antes de lo que normalmente se demora en vivero. Fisiológicamente se obtiene un aumento significativo, con respecto a la ausencia de inoculación y a veces a la inoculación simple del hongo, en los indicadores de crecimiento y micorrización cuando se aplica la combinación hongo-bacteria y ecológicamente se garantiza una mayor supervivencia en plantación al tener un 100% de infección micorrizógena . Es obvio que la efectividad fúngica sobre los indicadores de crecimiento es el resultado de la interacción fisiológica entre los simbiontes bajo un determinado entorno ambiental. De acuerdo a Smith y Gianinazzi-Pearson (1988) la eficiencia simbiótica está relacionada con el hongo (velocidad de crecimiento, obtención de nutrientes, translocación de fósforo del micelio externo, velocidad de infección y producción de arbúsculos) y el hospedero (morfología de la raíz, velocidad de crecimiento de la raíz, requerimiento nutricional y actividad fotosintética). Es en esta interacción hongo-planta que las bacterias juegan un papel importante, logrando elevar la efectividad de Glomus mosseae en los indicadores de crecimiento. La base de esta efectividad acrecentada con la combinación hongobacteria pudiera atribuirse a la acción de estas bacterias en la nutrición fosfórica y a un aumento en la absorción de nutrientes por parte del hongo y por consiguiente de la planta. La elevación de los niveles de nitrógeno produce mayor cantidad del contenido de clorofila en las hojas (Devlin, 1982), lo que se traduce en una mayor tasa fotosintética. La efectividad medida bajo condiciones controladas, constituye el primer paso en la selección de los aislamientos fúngicos que luego son sometidos a condiciones no controladas, donde se presentan relaciones de competencia con otros microorganismos, principalmente la comunidad nativa de hongos micorrizógenos y microorganismos patógenos. La elevación de la clasificación de la efectividad de no efectivo o ligeramente efectivo a moderada o altamente efectivo, respectivamente, alcanzada por Glomus mosseae-bacteria le permite a este hongo no solo poder competir con otros microorganismos, sino que se incluya en el banco de germoplasma. Este incremento de efectividad es de gran importancia, ya que aproximadamente el 60% de los aislamientos fóngicos son no efectivos y ligeramente efectivos en estado no competitivo (Burchhardt y Howeler, 1985 y Sieverding, 1991). 5-CONCLUSIONES La inoculación de Glomus mosseae no influye significativamente, en el primer mes, sobre ningún indicador de crecimiento de Swietenia macrophyla x mahagoni, excepto el diámetro. La inoculación de Glomus mosseae influye significativamente, en el segundo mes, sobre la altura y el diámetro de Swietenia macrophyla x mahagoni. La inoculación de Glomus mosseae influye significativamente, en los 2 meses evaluados, sobre todos los indicadores micotróficos de Swietenia macrophyla x mahagoni. La inoculación de ninguna de las especies bacterianas aplicadas, Bacillus subtilis y Pseudomonas fluorescens, logra influir significativamente, en el primer mes, sobre ningún indicador de crecimiento de Swietenia macrophyla x mahagoni, excepto la altura. Ambas inoculaciones de las especies bacterianas aplicadas, Bacillus subtilis y Pseudomonas fluorescens influyen significativamente, en el segundo mes, sobre todos los indicadores de crecimiento de Swietenia macrophyla x mahagoni, excepto el diámetro. En todos los indicadores de crecimiento de de Swietenia macrophyla x mahagoni ambas inoculaciones dual hongo-bacteria sobrepasan significativamente al testigo absoluto en los dos meses de análisis. Las dos combinaciones hongo-bacteria sobrepasan estadísticamente a la inoculación exclusiva de Glomus mosseae en la altura, peso seco foliar y el diámetro de Swietenia macrophyla x mahagoni, en el segundo mes de análisis. En todos los indicadores de micotrofía de Swietenia macrophyla x mahagoni, las inoculaciones dual hongo-bacteria sobrepasan significativamente al testigo absoluto y a la inoculación exclusiva de Glomus mosseae, en el primer y segundo mes de análisis. Las inoculaciones dual hongo-bacteria consiguen convertir la inefectividad de Glomus mosseae en efectividad moderada en determinados indicadores de crecimiento como: altura y peso seco foliar de Swietenia macrophyla x mahagoni. En el diámetro de Swietenia macrophyla x mahagoni, la inoculación dual Glomus mosseae-Bacillus subtilis y Glomus-mosseae-Pseudomonas fluorescens elevan la efectividad de Glomus mosseae de ligera a moderada y alta, respectivamente. Las inoculaciones dual hongo-bacteria influyen en la fase exponencial de la infección micorrizógena, haciéndola más corta, con lo cual provocan un establecimiento más temprano de la simbiosis con relación a Glomus mosseae. 6-RECOMENDACIONES Realizar este experimento con varios hongos formadores de micorriza y esras mismas bacterias en estado no competitivo y competitvo, además de un análisis foliar y de suelo. 7-BIBLIOGRAFIA Abbott, L. K. and A.D. 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AGRADECIMIENTOS Quiero agradecer a todos los compañeros del Departamento de Genética y Protección, especialmente a Valle, Nati, a mi padre estadístico (Montalvo), a mi tutor Luis Casadesus y a mis micorrizógenas madres, Anairad y Emelina; sin los cuales no hubiera sido posible la realización de esta tesis. Aprovecho para agradecer una vez más a Anairad y Emelina por todo lo que me han enseñado, a mis inmensas madre y hermana por no parar de quererme y a mi mejor y eterno amigo JOSE. RESUMEN Se analizó la importancia de la aplicación dual de Glomus mosseae-Bacillus subtilis y Glomus mosseae-Pseudomonas fluorescens sobre los indicadores de crecimiento (altura, peso seco foliar, peso seco radical y diámetro) y micotrofía (Infección micorrizógena, longitud de las raíces micorrizadas, micelio externo y respuesta a la micorriza) de posturas de Swietenia macrophylla x mahagoni en fase de vivero, así como la influencia de estas combinaciones sobre la efectividad de Glomus mosseae sobre los indicadores de crecimiento y las fases de la infección micorrizógena de dichas plántulas por parte de este hongo micorrizógeno. Con este fin se probaron los siguientes tratamientos: Glomus mosseae, Bacillus subtilis, Pseudomonas fluorescens, Glomus mosseae + Bacillus subtilis, Glomus mosseae + Pseudomonas fluorescens y el testigo. Obteniéndose que las dos combinaciones hongo-bacteria sobrepasan estadísticamente a la inoculación simple de Glomus mosseae en la altura, peso seco foliar y el diámetro de Swietenia macrophyla x mahagoni, en el segundo mes de análisis. Para todos los indicadores de micotrofía de Swietenia macrophyla x mahagoni, las inoculaciones dual hongo-bacteria sobrepasan significativamente al testigo absoluto y a la inoculación exclusiva de Glomus mosseae durante el primer y segundo mes de análisis. Las inoculaciones dual hongo-bacteria consiguen convertir la inefectividad de Glomus mosseae en efectividad moderada en determinados indicadores de crecimiento como: altura y peso seco foliar de Swietenia macrophyla x mahagoni y en el diámetro de Swietenia macrophyla x mahagoni, la inoculación dual Glomus mosseae-Bacillus subtilis y Glomus mosseae-Pseudomonas fluorescens elevan la efectividad de Glomus mosseae de ligera a moderada y alta, respectivamente. Como último las inoculaciones dual hongo-bacteria influyen en la fase exponencial de la infección micorrizógena, haciéndola más corta, con lo cual provocan un establecimiento más temprano de la simbiosis con relación a Glomus mosseae.