Pere Estupinyà el científico del sexo-28[...]

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Pere Estupinyà el científico del sexo-28[...]
Pere Estupinyà, el científico del sexo
Publicado: 28/05/2014 07:13 CEST Actualizado: 29/05/2014 10:30 CEST
Pere Estupinyà decidió, tras estudiar bioquímica, no terminar el doctorado en genética
para dedicarse directamente a su pasión: la divulgación científica. Gracias a la
prestigiosa beca Knight Science Journalism Fellow cruzó el Atlántico para aprender de
la excelencia periodística en el Massachusetts Institute of Technology (MIT). Ha
trabajado como editor del programa Redes de TVE y en el Instituto Nacional de la Salud
de EEUU, entre otros. Se define a sí mismo como un omnívoro de la ciencia y escribe
para diferentes medios de comunicación. Con tres libros en su haber, su última obra
S=EX², la ciencia del sexo (Debate, 2013) le ha llevado a pasar año y medio visitando y
aprendiendo de científicos, pero también de actores porno y profesores de yoga tántrico,
sobre todas las facetas del sexo, siempre desde un punto de vista científico.
Dice, entre otras muchas cosas, que no hay nada malo en trabajar con amigos, que él es
el primer hombre en haberse masturbado dentro de un escáner de resonancia magnética
y que, después de comer, a los hombres nos atrae un perfil de mujer diferente.
Pere, decidiste abandonar el mundo académico para dedicarte a la divulgación
científica. ¿Crees tal vez, como Randy Olson, que los científicos son los mayores
responsables a la hora de explicar la ciencia, o tu motivación fue otra muy
distinta?
No. Los principales responsables deberían ser los periodistas y comunicadores
científicos profesionales. Sea cual sea su formación inicial. Pero como esta
especialización no está bien valorada, hay un gran hueco que rellenan los científicos de
manera amateur, y generalmente temporal hasta que se cansan. Desde luego que la
aportación es positiva, y algunos se lo toman en serio y lo hacen mejor incluso que
cualquier periodista especializado. Pero lo que realmente falta fomentar es el
periodismo científico profesional y de calidad.
Además los divulgadores científicos suelen ser poco rigurosos, porque sólo hablan de la
ciencia en positivo. La defienden -lo cual está muy bien- pero hay también que
criticarla. He leído muchas quejas sobre los recortes (absolutamente justificadas), pero
no sobre los aspectos internos de la ciencia española que funcionan mal y se deberían
cambiar.
En tu último libro y en las entrevistas hablas abiertamente sobre sexo. Sin
embargo, tú mismo has declarado que incluso los científicos aún tienen pudor a la
hora de estudiar el sexo. ¿Qué condiciones crees que deberían darse para que esta
situación cambie?
Va cambiando poco a poco. La sociedad -y por tanto la ciencia, que forma parte de ellatiene cada vez menos pudor a hablar abiertamente de sexualidad. Una paradoja es que la
gente va al médico si le duele el estómago, si se cansa demasiado, al dermatólogo si se
le cae el cabello... pero le da reparo ir a un especialista si nota que su función sexual no
es la deseada. Pero como te digo, está cambiando. Y en parte creo que es un bonito
ejemplo del impacto de la divulgación. En los últimos años muchas sexólogas han
hablado abiertamente de sexualidad femenina y han contribuido a mejorar la seguridad
y relaciones de muchas mujeres. Con mi libro y algunas intervenciones en medios,
algunos investigadores me han dicho que han visto oportunidades de estudios que nunca
se habían planteado. El tabú -o pudor- se genera cuando algo es tema prohibido de
conversación. Cuando se habla sobre ello, el pudor va desvaneciéndose.
Dices que hombres y mujeres no somos tan diferentes. ¿Por qué invertimos
entonces tanto tiempo en intentar entender al otro sexo?
De verdad, si analizas los metanálisis y estudios rigurosos comparando capacidades,
comportamientos y personalidad de hombres y mujeres, en realidad no somos tan
diferentes como nos han dicho. Existe mucha más diversidad interna dentro del grupo
de hombres y del de mujeres, que genérica entre géneros. Lo que ocurre es que
mediáticamente los estudios que muestran diferencias tienen mucho más impacto, y que
libros poco rigurosos tipo el cerebro femenino hacen cherry-picking de estudios para
mostrar sólo los resultados más extremos y defender erróneamente que un género es de
Venus y el otro de Marte. Obvio que hay diferencias, la inhibición y mecanismos de
freno por ejemplo es una de ellas (mucho mayor en mujeres que hombres). Pero en
muchas otras cosas, no tanto.
Un paralelismo sería decir que los hombres son más altos que las mujeres. ¡Claro que de
media sí lo son! Pero si alguien nos dice que ellos son gigantes y ellas menudas
veremos que está haciendo una generalización exagerada y absurda.
¿Cuál ha sido la situación más divertida que has vivido mientras preparabas
S=EX2, la ciencia del sexo?
En un congreso conocí a una sexóloga que utilizaba hipnosis para tratar traumas. A mí
nunca me habían hipnotizado, y le pedí si podía hacer una prueba conmigo. Subimos a
la habitación del hotel, empezó a hipnotizarme, dice que se adueñó de mi subconsciente,
y me empezó a decir en voz baja que subiera el brazo derecho. Mi brazo efectivamente
empezó a levantarse. Pero yo estaba semiconsciente, y en realidad no sabía si lo estaba
levantando de manera involuntaria o lo hacía por sugestión. Me quedé pensando y le
dije que, como investigadora sexóloga y experta en hipnosis, debería elegir una tarea
que no dependiera de mi voluntad, y lograr levantar otra parte de mi cuerpo sobre la que
yo no tuviera tanto control. El resultado fue muy divertido. Toda la escena parecía una
película cómica.
Pero tengo infinidad de otras anécdotas, en clubs de sadomaso cuando me preguntaron
si era dominante o sumiso, en un taller donde debía aprender a tener orgasmos con la
mente, los preparativos para el estudio donde debía estimularme bajo el escáner
cerebral, la vez en un taller de estimulación clitoriana que una chica me pidió hacer
prácticas y no pude porque debía tomar un avión, la actriz porno que a media entrevista
se dio cuenta que estaba leyendo mi primer libro El ladrón de cerebros, cuando en un
laboratorio estimulé genitalmente ratas con un pincel... muy interesante y divertido
todo.
Un mensaje importante de tu último libro es que la normalidad sexual es algo
relativo...
En ocasiones confundimos normal con habitual. Lo habitual es una media estadística, y
lo normal una valoración subjetiva más compleja. No tienen por qué coincidir. Lo
habitual es estar casado por largos años y esforzarse en ser fiel a tu pareja. Para muchas
personas eso no es normal, como tampoco lo es el celibato. La ciencia es la mejor
herramienta que tenemos para informar sobre lo que es habitual, pero por sí sola no se
basta para decidir qué es lo normal.
Para mí, por ejemplo, es absolutamente normal que haya personas bisexuales. No es lo
habitual (3-5% en mujeres, 1-2% hombres), pero sería extrañísimo -y más teniendo en
cuenta el desarrollo de nuestro cerebro- que sólo existieran heterosexuales,
homosexuales, y no bisexuales. La bisexualidad, o los bigéneros, son normales, aunque
no habituales.
Afirmas que la sexualidad es básicamente irracional y que si intentamos tener una
sexualidad racional vamos a equivocarnos. El filósofo de la ciencia Paul Karl
Feyerabend decía que no hay ningún método científico universal, de algún modo,
que no existe ninguna racionalidad absoluta. ¿Crees que la irracionalidad tiene
también cabida en la ciencia?
¡Absolutamente! Los psicólogos que analizan nuestra toma de decisiones ven que las
emociones y las percepciones iniciales condicionan nuestro razonamiento, y no a la
inversa. La decisión está más fuertemente condicionada por la emoción que por la
razón. Es en este sentido que hablamos de "irracionalidad". Es obvio que tenemos
autocontrol, condicionantes... y todo esto es muy bonito de analizar científicamente,
porque nos muestra que de verdad somos seres más emocionales y menos racionales de
lo que pensamos.
Pero una cosa: yo no digo que teniendo sexualidad racional vayamos a equivocarnos. El
instinto es irracional, y dejarnos llevar locamente por él es fabuloso. Pero siempre
debemos ser capaces de ejercer un control racional sobre él. No somos trogloditas.
Un artículo recientemente publicado en Nature concluye que el sudor masculino
tiene un efecto estresante y analgésico en ratas de laboratorio. ¿Qué papel crees
que juega el olfato en la atracción sexual?
En la atracción, muchísimo menor que en la mayoría de otros mamíferos. De hecho se
dice que el beso es una manera de olfatearnos químicamente más efectiva, derivada de
haber perdido un poco esta capacidad.
Dentro del encuentro sexual, sí es cierto que los olores que desprendemos pueden
aumentar más la libido, o darnos bajón inconsciente. Pero en la atracción inicial otros
sentidos -sobre todo la vista- juegan un papel más importante en nuestra especie.
Según el vicepresidente del MIT el futuro de las innovaciones van a ser la
nanotecnología, el e-learning y la medicina. ¿Cuál es tu visión sobre esto?
Coincido plenamente con la visión de Israel sobre el e-learning. Del resto de áreas,
quién sabe. La nanotecnología no es tanto una disciplina en sí sino una herramienta, que
influye en áreas como la medicina, las telecomunicaciones o la energía. A nivel práctico
el tema energético es un reto enorme. Y a nivel de conocimiento, para mí, entender el
funcionamiento del cerebro es la gran aventura intelectual de este siglo. Yo
particularmente espero también algunas sorpresas en biología sintética. Es de los
campos de la ciencia que está avanzando más rápidamente.
Hace poco, Pat Casbas y yo escribíamos que la ciencia se percibe muchas veces
como algo aburrido, sobre todo entre los jóvenes. ¿Cuál crees que son las claves
para suscitar un mayor interés por la ciencia?
La principal culpa es de la escuela y del lamentable programa educativo sobre ciencia
que nos impartieron. Si te fijas, la única referencia sobre ciencia que tienen la mayoría
de personas adultas es lo que les enseñaron en la escuela. Allí aprendieron que la ciencia
es un palo. Si les preguntas por el cine alemán de mitad de siglo XX te dirán "ni idea",
porque no tienen ninguna referencia. Pero si preguntas sobre ciencia responden
"aburrida" o "pesada" porque así ha sido su única exposición.
Yo soy muy crítico con la educación convencional. Hay mucho que transformar, y las
reformas que hacen los diferentes gobiernos no son reformas ni son nada. Matices.
Ojalá las nuevas tecnologías y conceptos como las flipped classrooms empiecen a
implantarse. En centros punteros como el MIT, que conozco bien, lo hacen con gran
éxito. Hay mucho por hacer, pero está lleno de dinosaurios y estructuras inamovibles.
Hoy en día se habla mucho en ciencia sobre multidisciplinaridad. ¿En qué áreas
científicas, aparte de la sexología, crees que esto puede revolucionar nuestro
conocimiento?
En absolutamente todas. La naturaleza es multidisciplinar. La ciencia básica sí puede
avanzar a base de enfocarse y profundizar mucho, mucho, mucho en un tema concreto.
Esa especificidad es buena para avanzar en conocimiento. Pero cuando se trata de
transformar ese conocimiento en aplicaciones, trasladarlo a la sociedad, innovar, o
simplemente abrir nuevas áreas de conocimiento, la interacción entre disciplinas es
imprescindible.
Y es verdad que a mí, el estudio del comportamiento sexual me parece el área más
multidisciplinar que he encontrado, pues intervienen clarísimos factores bioquímicos (el
instinto de reproducción es algo codificado genética y hormonalmente en todos los seres
vivos de la tierra), psicológicos (el sexo lo aprendemos y nuestras experiencias van
modelando nuestro comportamiento futuro), y sociológicos (el entorno y cultura en que
estemos ejerce una poderosa fuerza que nos condiciona). Todo influye. Cuando están
ovulando el inconsciente de las mujeres les hace aumentar la preferencia de penetración
versus sexo oral, pero es obvio que terminan haciendo una cosa u otra en función de
más factores. Para analizar el comportamiento sexual de alguien se debe tener un
enfoque biopsicosociológico.
Pere, en los dos últimos años has dado un sinfín de entrevistas. Cuéntanos algo
sobre esta experiencia.
Mira, ha habido de todo. Justo ayer me enviaron preguntas de la Cosmopolitan alemana,
y me quedé dudando de si trataban a sus lectoras como idiotas. Lo más interesante, la
verdad, ha sido comparar América Latina y España. En eso sí he visto algunas
diferencias, que denotan una notable diversidad cultural sobre el sexo. Es realmente un
tema apasionante. Y yo insisto: nos informamos a base de mitos y pseudoexpertos, pero
hay académicos e investigadores haciendo estudios sobre el comportamiento sexual que
son infinitamente más interesantes.
¿Nos puedes revelar cuál va a ser tu próximo proyecto?
Tengo en manos un proyecto audiovisual sobre ciencia, pero las televisiones no pagan y
las empresas españolas prefieren patrocinar a clubes de fútbol. Veremos.
También estamos arrancando con el consultorio de S=EX², y se está definiendo un
proyecto muy bonito en México, que me encantaría que saliera.
Nota del autor: infinitos agradecimientos a Pere Estupinyà por su trato amable, abierto
y divertido, por acceder a dar esta entrevista y permitirnos utilizar sus fotos.
Agradecimientos también para Laia Prat y Aleix Ruiz Falqués por las correcciones.
Pere Estupinyà agradece a Tatiana López la foto principal de este artículo.

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