El Salario Emocional. “El salario económico atrae talento. El Salario

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El Salario Emocional. “El salario económico atrae talento. El Salario
Junio/2016
ARTÍCULOS
El Salario Emocional. “El salario económico atrae talento. El
Salario Emocional lo vuelve exitoso”.
El salario emocional es un
concepto
asociado
a
la
retribución de un empleado en
la que se incluyen cuestiones de
carácter no económico, cuyo fin
es satisfacer las necesidades
personales,
familiares
y
profesionales del trabajador,
mejorando la calidad de vida del
mismo,
fomentando
la
conciliación familiar y laboral.
Este tipo de retribución puede
actuar como “factor motivador” de los empleados y así mejorar la opinión que los trabajadores tienen de la
empresa. Por lo tanto, no se trata de recibir una mayor cantidad de dinero, sino de recibir prestaciones que
el trabajador entiende como beneficios más valiosos que una subida de sueldo.
En principio evaluamos esos beneficios a partir de las condiciones generales del trabajo. Por ejemplo, la
ubicación del sitio donde vamos a desempeñar la labor; la comodidad de las instalaciones; el horario, los
tiempos de descanso, el equipo físico que tendremos a disposición y las perspectivas de crecimiento dentro
de la empresa.
Más adelante somos sensibles a otros aspectos que no son tan evidentes. Particularmente a lo que se
conoce como el “clima laboral”. Con esta expresión se define la calidad de las relaciones entre los
compañeros de trabajo y entre los directivos y los empleados. Todas las empresas tienen conflictos en su
interior. Donde hay seres humanos, hay conflicto: eso es una realidad. Lo que cambia de un sitio a otro es
la manera como se abordan y se resuelven esos pequeños problemas cotidianos que nunca faltan.
Algunas organizaciones tienen bien calibrado el asunto y por eso implementan mecanismos de diálogo,
que son democráticos y permiten que todos se expresen en condiciones de equidad y con libertad. Esto
va creando una cultura empresarial en donde cada persona se siente más reconocida en su individualidad y
reconoce mejor la de otros. En este caso, el trabajador percibe que está ganando algo más que un salario.
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Factores del salario emocional:
Según algunos estudios, los factores que más inciden en la percepción de un trabajador a la hora de valorar
la organización a la que pertenece, son:
El respeto a las creencias y valores de cada persona.
La sensación de justicia en la remuneración que recibe.
El criterio de equidad en la empresa (que no haya privilegios para un trabajador si está en condiciones
similares a otro).
La percepción de que la empresa hace bien su labor y tiene futuro.
La existencia de condiciones para que el trabajador mejore su posición con el tiempo.
La dotación adecuada de los medios para realizar bien el trabajo.
Cuando estos factores existen, los trabajadores desarrollan un sentido de pertenencia más fuerte en una
organización. Eso lleva a que hagan mejor su tarea y a que logren establecer una identidad entre su
proyecto de vida y su trabajo. Habrá mayor sinergia de voluntades y la empresa contará con mejores
posibilidades para crecer y ser mejor.
Muchas empresas olvidan que los primeros clientes son sus propios trabajadores. Son ellos los que se
encargan de hacer que una marca sea más que un logotipo y un sistema de producción. Son los
trabajadores quienes, en últimas, van a convertir un nombre abstracto en un producto o un servicio
concretos.
Las ventajas para la empresa que incluye la retribución emocional en sus políticas retributivas son:
 Índices de rotación del personal bajos.
 Reducción de gastos en relación con la selección, formación y administración del personal.
 Niveles bajos de absentismo.
 Empleados satisfechos, son empleados con elevados índices de productividad y competitividad.
Las nuevas generaciones buscan empresas que impulsen su desarrollo personal y profesional, por lo que un
salario económico alto no garantiza su permanencia dentro de una compañía ni un óptimo desempeño en
su trabajo, si llegan a sentirse insatisfechos con el ambiente laboral o las oportunidades de crecimiento.
¿Cómo puede una compañía ofrecer a sus colaboradores un salario emocional competitivo?
Los horarios cada vez más extendidos en la oficina hacen complicado que las personas puedan mantener un
equilibrio entre su vida personal y sus actividades laborales, por lo que crear esquemas que faciliten esta
tarea se ha convertido en una misión fundamental para aquellas empresas que buscan ofrecer un mejor
salario emocional a sus trabajadores.
Crear esquemas que fomenten la participación de los trabajadores en la toma de decisiones permite que se
sientan más informados sobre el acontecer diario de la empresa y genera un mayor nivel de compromiso
con sus labores cotidianas, ya que perciben con mayor claridad la importancia de su esfuerzo para el
funcionamiento correcto de la compañía.
Reconocer durante alguna junta de trabajo o evento corporativo cuando alguien ha hecho un buen trabajo,
puede ser un excelente incentivo no sólo para que el departamento o persona en cuestión continúe
esforzándose diariamente, sino también para elevar la competitividad y con ella el desempeño de todas las
personas que colaboran en la organización.
Implementar programas que faciliten el crecimiento profesional de los trabajadores de una institución es
esencial para ofrecer un salario emocional competitivo. Al permitirles mantener una actualización
constante de conocimientos, la empresa obtendrá colaboradores mejor capacitados y mucho más felices.
Además de la capacitación, las oportunidades que percibe un trabajador al interior de la empresa para
acceder a un mejor puesto muchas veces funcionan como un factor decisivo de su permanencia en ella, de
su nivel de compromiso, e incluso de su productividad. Cuando un trabajador no percibe posibilidades de
crecimiento puede instalarse fácilmente en una zona de confort en la que realice el mínimo esfuerzo, ya
que sin importar cuanto haga difícilmente podrá aspirar a una promoción.
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La forma en la que se vivan los valores institucionales también juega un papel fundamental en el salario
emocional que las organizaciones ofrecen a sus colaboradores, pues permite que éstos se sientan
identificados con la filosofía, la misión y la cultura organizacional de la empresa en la que laboran, genera
un mejor ambiente de trabajo y permite a los trabajadores entender mucho mejor el rumbo que llevan sus
actividades diarias.
Una de las asignaturas pendientes de los departamentos de Recursos Humanos y dentro de ellos de la
gestión del talento, es sin duda la satisfacción y la motivación de los empleados. Sin motivación no hay
retención de talento y los empleados acabarán marchándose.
Existe la tendencia a pensar que la mejor motivación puede ser un buen salario; obviamente el trabajo
tiene que ser recompensado con un salario digno y que se adecue a las funciones que desempeñamos, y
todos trabajamos por dinero, aparte de otras razones.
Sin embargo, pensar que la mejor motivación y la mejor compensación es siempre el dinero es un gran
error. Existe otro tipo de motivaciones, compensaciones y salario que complementa al económico y que en
muchas ocasiones puede ofrecer más satisfacción para el empleado.
El salario emocional
Las nuevas generaciones de trabajadores, los millennials como ejemplo paradigmático, ya no tienen
suficiente con el salario económico; necesitan además ser recompensados con otro tipo de retribución que
les ayude a conciliar la vida profesional y familiar; y aquellas organizaciones que se han situado en la
vanguardia de la gestión del talento y del cuidado de su capital humano, ofreciendo a sus empleados un
salario emocional, son las empresas preferidas por las nuevas generaciones y se han convertido en las
“best places to work”.
Citemos algunos ejemplos de salario emocional: Horario flexible, el teletrabajo (trabajo a distancia),
ayudas en el desarrollo de la carrera profesional, beneficios sociales, guardería, días, espacios de
distracción en la empresa, ayuda en capacitación y formación que no esté directamente relacionada con
el trabajo diario como idiomas, sesiones de coaching, etc. Y por último, algo tan sencillo de hacer pero a la
vez tan difícil de encontrar en tantas organizaciones actuales como es el reconocimiento al trabajo bien
hecho. Y no me refiero a un reconocimiento monetario sino simplemente a las palabras o a los gestos. A
todas las personas y por ende a todos los trabajadores, nos gusta que nos digan las cosas que hemos hecho
bien y no solamente aquellas que hemos hecho mal. Palabras tan sencillas como “gracias”, “enhorabuena”,
“bien hecho”, “confío en ti”, son parte de un salario emocional que compensa y satisface en ocasiones
mucho más que cualquier retribución económica.
Bibliografía: Juan Carlos Barceló Profesor Máster en Dirección de RR.HH. y MBA de IMF Business School. Jaime Leal.
Preparado por:
Responsable del Área de Recursos Humanos
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