LA ACTIVIDAD DEL ENTRENADOR DESDE UNA PERSPECTIVA
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LA ACTIVIDAD DEL ENTRENADOR DESDE UNA PERSPECTIVA
Mayo 2006 (v3) 5/2/07 13:48 Página 57 1 57 LA ACTIVIDAD DEL ENTRENADOR DESDE UNA PERSPECTIVA DIDÁCTICA Amândio Graça e Isabel Mesquita Universidad de Porto RESUMEN: La actividad del entrenador no se circunscribe a un proceso de enseñanza-aprendizaje, pero la competencia instruccional hace parte de la esencia de la competencia profesional del entrenador. Tampoco la instrucción se circunscribe a la presentación de información, mientras se corporiza en una acción conjunta de los entrenadores y atletas sobre un contenido específico en un determinado entorno, al largo del tiempo, persiguiendo objetivos de aprendizaje y de desarrollo personal, en particular la capacidad de rendimiento deportivo. La reconfiguración de los roles de instrucción desde una perspectiva constructivista pasa por la introducción de nuevos escenarios de práctica, que concedan más espacio a la descubierta, a la resolución de problemas, y a la adaptación a los constreñimientos situacionales del deporte. PALABRAS CLAVE: Entrenador. Proceso instruccional. Aprendizaje. Practicante deportivo. Tarea de entrenamiento. LOOKING INTO THE COACHING ACTIVITY FROM A DIDACTICAL PERSPECTIVE ABSTRACT: The coaching activity is not confined to a teaching and learning process, nevertheless the instructional capacity lies at the core of the coach’s professional competence. Rather than limiting instruction to information presentation, it is more useful to envisage it as a result of coaches and athletes working together on specific content within particular contexts, along the time, while pursuing learning goals and developmental objectives, chiefly sportive ones. The reconfiguration of instructional roles in accordance to a constructivist view involves the introduction of new practice scenarios with more space for discovering, problem-solving and adaptation to situational constraints of sport practice. KEY-WORDS: Coach. Instructional process. Learning. Athlete. Training task. Revista Española de Educación Física y Deporte - N.º 4 enero-junio, 2006 Mayo 2006 (v3) 5/2/07 58 13:48 Página 58 AMÂNDIO GRAÇA - ISABEL MESQUITA 2 INTRODUCCIÓN John Wooden, el eminente entrenador de baloncesto norteamericano de la Universidad de California, Los Ángeles1, siempre equiparo el entrenador al maestro y el proceso de entrenamiento a la enseñanza. Además, su práctica correspondía plenamente a su filosofía. Como verificaran Tharp y Gallimore2 en estudio pionero en la observación del entrenador, 50% de los comportamientos observados en 15 sesiones de entrenamiento se plantaban dentro de la categoría instrucción, o mejor dicho, 75% de los comportamientos eran portadores de información sustantiva. La observación de otros distinguidos entrenadores de diversos deportes ha producido resultados similares, haciendo de la instrucción (p.e. información compartida sobre qué hacer y cómo hacerlo) el comportamiento más frecuente en los entrenadores consagrados3. Por el contrario, la necesidad de afirmación de una ciencia del coaching y de demarcación de los tramos conceptuales de la actividad del entrenador hay sugerido la conveniencia de cortar con la subordinación del coaching a la enseñanza. Lyle entiende que entre los factores de retraso en la conceptualización del proceso de coaching figura justamente la asimilación del rol de entrenador al de profesor4. Aunque con muchos elementos en común, por ejemplo las competencias para dirigir el proceso de instrucción, el rol de entrenador no se queda solamente por la acción didáctica en el entrenamiento sino que abarca un conjunto de tareas en el ámbito de la selección y reclutamiento de atletas; orientación de atletas y equipos en la competición; coordinación; orientación del trabajo de sus colaboradores en el preparo técnico, táctico, físico y psicológico de los atletas y equipos; coordinación con los directivos a respecto de los recursos, de las condiciones logísticas y de los requisitos para la optimización del entrenamiento y de la competición; a par de intervenciones estratégicas en el entorno social (los media) para influenciar la performance y el desarrollo de sus atletas, afirmar su autoridad y su imagen, o además para promover el interés, el conocimiento y la calidad de la practica de su deporte. Sin embargo, es justamente sobre lo proceso instruccional que nos detendremos, aunque teniendo siempre presente que él no abarca la totalidad de la actividad del entrenador. 1 2 3 4 Reconocido como el mayor entrenador universitario del siglo veinte por un panel de expertos del ESPN. (Cfr., Gallimore, R. y Tharp, R.: “What a coach can teach a teacher, 1975-2004: Reflections and reanalysis of John Wooden’s teaching practices”, The Sport Psychologist, 18, (2004), pp. 119-137. Tharp, R. y Gallimore, R.: “Basketball’s John Wooden: What a coach can teach a teacher”, Psychology Today, 9 (8), (1976), pp. 74-78. Vid., Bloom, G.; Crumpton, R. y Anderson, J.: “A systematic observation study of the teaching behaviors of an expert basketball coach”, Sport Psychologist, nº 13(2), (1999), pp. 157-170; Langsdorf, E.: A systematic observation of football coaching behavior in a major university environment, Tesis doctoral no publicada, Tempe, Arizona, Arizona State University, 1979. Lyle, J.: Sports coaching concepts: a framework for coaches’ behaviour, London, New York, Routledge, 2002. Revista Española de Educación Física y Deporte - N.º 4 enero-junio, 2006 Mayo 2006 (v3) 3 5/2/07 13:48 Página 59 LA ACTIVIDAD DEL ENTRENADOR DESDE UNA PERSPECTIVA DIDÁCTICA 59 CONTEXTUALIZAR LA CAPACIDAD INSTRUCCIONAL La capacidad instruccional del entrenador no se define en el vacío, sino que se reporta siempre a tiempos y lugares, a contextos históricos, sociales y institucionales determinados, por lo que la primera tarea del entrenador es comprender su situación, lo que espera de él la sociedad, lo que debe hacer para mejorar la situación de los practicantes que orienta y lo que suele hacer en favor del desarrollo de su deporte. La respuesta a esas cuestiones fundamentales le permitirá esclarecer su misión en la institución adonde trabaja y contribuir para que la institución especifique a su vez su propia misión, dentro de un panorama deportivo complejo y multidimensional en lo que dice respecto a propósitos, sentidos y condiciones de las prácticas y de los practicantes. Visar la excelencia deportiva y proporcionar a todos los practicantes una experiencia deportiva agradable son dos objetivos cruciales buscados en la formación deportiva, pero mientras lo primero es más marcadamente elitista y selectivo, el segundo es más accesible e inclusivo. Como nos ha dicho Kretchmar5, el significado y la fruición de la experiencia deportiva son más democráticos ya que están al alcance de todos, no exigiendo elevados rendimientos, al contrario de la excelencia de la performance deportiva que solamente está al alcance de una minoría de candidatos talentosos, aunque no descarte muchos años de dedicación abnegada a un trabajo de preparación especifica bien dirigida. Pues hay que subrayar que el talento no es suficiente para alcanzar la excelencia. En este respecto, los estudios de Ericsson y colaboradores6 en dominio de la expertise sustentan que entre todas las variables estudiadas el mayor discriminador de la diferencia entre los practicantes de elite y los medianos es la cantidad de tiempo de práctica deliberada, lo que otorga autoridad a la “regla de los 10 años”, o de 10 000 horas de una práctica dedicada al desarrollo de las estructuras de la performance, de una práctica sistemática y intensa, como requisito necesario para alcanzar el grado de experto, sea en la música o en el deporte. Lo que resulta evidente es que entre visar la excelencia o proporcionar una experiencia placentera a todos los practicantes hay una tensión que tiende a confundir el enunciado de la misión de entrenadores e instituciones deportivas. Discursos contradictorios y prácticas inconsecuentes son fruto de una cultura deportiva en la cual el sentido de misión no está suficientemente comprendido ni tan poco asumido por los diversos interventores en la práctica deportiva de niños e jóvenes, los entrenadores, los directivos, los practicantes y sus familiares. Ahora, los entrenadores de niños y jóvenes deben intentar aclarar sus objetivos, sus prioridades, las grandes directrices 5 6 Kretchmar, R. S.: Practical Philosophy of Sport, Champaign IL, Human Kinetics, 1994. Como ejemplos de artículos de revisión se señalan: Ericsson, K. A.: Development of Elite Performance and Deliberate Practice: An Update From the Perspective of the Expert Performance Approach, en J. Starkes & K. A. Ericsson (Eds.): Expert Performance in Sports: Advances in Research on Sport Expertise, Champaign, IL, Human Kinetics Publishers, 2003, pp. 49-81. Revista Española de Educación Física y Deporte - N.º 4 enero-junio, 2006 Mayo 2006 (v3) 60 5/2/07 13:48 Página 60 AMÂNDIO GRAÇA - ISABEL MESQUITA 4 que gobiernan su actuación para poder cumplir con coherencia pedagógica su misión formadora, tiendo bien presente que la ruta para el alto rendimiento deportivo es cualitativa y cuantitativamente diferente de los otros posibles itinerarios deportivos, y es radicalmente divergente de la ruta del deporte de participación recreativa. Más allá de los diferentes itinerarios deportivos hay que remarcar, de igual forma, las diferentes etapas de cada itinerario, puesto que la morfología de los respectivos caminos no permanece invariable al paso del tiempo. La evolución de los estadios de desarrollo físico, psicológico y social; los cambios en la capacidad de rendimiento, la disponibilidad y capacidad de entrenamiento de los practicantes sugieren transformaciones de objetivos y acentuaciones didáctico-metodológicas en el proceso de entrenamiento, las cuales suelen ser sistematizadas en etapas. Hay una diversidad de propuestas para el contenido y para la delimitación de las etapas de preparación deportiva que intentan prescribir las prioridades, los objetivos y el carácter dominante de la estructura, de los medios, de los métodos de entrenamiento para cada una de ellas7. Basados en estudios retrospectivos de la actividad deportiva de atletas de elite canadienses y australianos, Coté y colaboradores8 revelaran 3 etapas previas al más alto rendimiento: la etapa de tanteo (sampling years) (5-12 años) - los atletas participan en actividades de un número alargado de deportes, las actividades de entrenamiento contienen diversos ingredientes de motivación intrínseca ; la etapa de especialización (specializing years) (13-15 años) – reducción del número de actividades deportivas, concentración en uno o dos deportes con un entrenamiento más específico; y la etapa de dedicación plena (investment years) (>16 años) - con un incremento sustancial del tiempo dedicado al entrenamiento e un compromiso absoluto en trabajar hacia el alto rendimiento. En el transcurso de estas etapas no solo se incrementa el tiempo dedicado a la práctica específica del deporte sino que cambia la naturaleza de la actividad al largo del continuo juego-ejercitación, englobando variaciones de proporción asignadas al juego libre, al juego deliberado, a la práctica estructurada y a la práctica deliberada, lo que hace cambiar la naturaleza de la actividad en propósito (placer/ incremento del rendimiento), perspectiva (medio/ fin, o proceso/ producto), supervisión (ninguna/ máxima), corrección (no asistida, asistida inmediata, asistida diferida), gratificación (inmediata/diferida) y fuentes de placer (intrínsecas/extrínsecas)9. 7 8 9 A título de ejemplo: Balyi (2005): FUNdamentos (6-8/9 años); aprender a entrenar (8/9-11/12 años); entrenar para entrenar (11/12-15/16 años); entrenar para competir (15/16-17/18 años); entrenar para ganar >17/18 años); Bompa (2000): fase general [etapa de iniciación (6-10 años); etapa de formación deportiva (10-14 años)]; fase especializada [etapa de especialización (15-18 años); etapa de alto rendimiento (> 19 años)]; Marques (1993): etapa de preparación preliminar; etapa de especialización inicial (10-14 años) y etapa de especialización profunda; Martin (1999): etapa de entrenamiento general básico (primaria); etapa de entrenamiento fundamental (infancia); etapa de entrenamiento de construcción (inicio en la fase de pubertad); etapa de entrenamiento de ligación (categorías júniores). Ver Coté, J.; Baker, J., y Abernethy, B.: From play to practice: A developmental framework for the acquisition of expertise in team sports, en Starkes, Janet y Ericsson, K. Anders (Eds.): Expert Performance in Sports: Advances in Research on Sport Expertise, Champaign, IL, Human Kinetics Publishers, 2003, pp. 89-113. Íbid., ver cuadro, p. 95. Revista Española de Educación Física y Deporte - N.º 4 enero-junio, 2006 Mayo 2006 (v3) 5 5/2/07 13:48 Página 61 LA ACTIVIDAD DEL ENTRENADOR DESDE UNA PERSPECTIVA DIDÁCTICA 61 REDEFINIR EL PROCESO INSTRUCCIONAL Es costumbre circunscribir la definición de instrucción solamente a la actividad comunicativa del profesor o del entrenador concerniente a la transmisión de información. Pero si adoptamos la perspectiva de Cohen y colaboradores10, la instrucción pasa a ser entendida de una manera más amplia como un proceso interactivo entre entrenador, atletas y contenidos en un contexto social concreto. En el proceso de instrucción, los entrenadores: 1) interpretan las necesidades, los intereses y las respuestas de los atletas en el entrenamiento y en la competición; 2) los entrenadores plantean, seleccionan y adaptan ejercicios, organizan y proponen tareas que corporizan el programa de entrenamiento de formación y de preparación para la competición; 3) los entrenadores presentan las tareas, aportan explicaciones, comunican expectativas y exigencias sobre lo qué debe ser hecho y como debe ser hecho en el entrenamiento y en la competición; 4) los entrenadores observan, orientan, regulan y apoyan la actividad de los atletas, el confronto de los atletas con las tareas del entrenamiento y de la competición. Si nos quedáramos aquí en la definición de instrucción, entonces pondríamos los atletas en la posición de objeto de la actividad de los entrenadores, aunque tuviéramos el cuidado de la configurar como una actividad sensible hacia las particularidades de los atletas y de los contenidos. Lo proceso de instrucción no resulta solamente de la acción de los entrenadores, sino que de la acción conjunta de los entrenadores y atletas sobre un contenido específico en un determinado entorno, al largo del tiempo. Los atletas no son elementos pasivos en el direccionamiento o en el desenvolvimiento de las actividades de entrenamiento y de competición. Los atletas llevan con ellos conocimientos, capacidades y disposiciones, expectativas y motivaciones que condicionan necesariamente lo que puede pasarse y lo que efectivamente se pasa en el entrenamiento y en la competición. Los atletas atienden, interpretan y responden a las intervenciones y solicitaciones de los entrenadores, a las exigencias de las tareas que de un modo concreto que va a condicionar tanto el desenvolvimiento de la acción de los entrenadores cuanto al que efectivamente se trabaja el entrenamiento y se realiza en la competición. Queda así bien claro que lo entrenamiento es una construcción conjunta de entrenadores y atletas. Un entrenador que quiera optimizar la capacidad instruccional de su programa de entrenamiento no centra solamente en él mismo los encargos de la enseñanza, da espacio, estimula y realza otras fuentes de enseñanza, como son los atletas, proporcionando actividades de exploración y busca de soluciones productivas, fomentando el trabajo cooperativo de pequeños grupos, el trabajo de parejas, en fin implantando un clima de trabajo responsable en el entrenamiento, en lo cual los atletas asumen los objetivos y las tareas del entrenamiento y comparten experiencias y conocimientos entre ellos, no dependiendo solamente de una única fuente de información, 10 Cohen, D.; Raudenbush, S. y Ball, D.: “Resources, instruction, and research”, Educational Evaluation and Policy Analysis, nº 25(2), (2003), pp. 119-142. Revista Española de Educación Física y Deporte - N.º 4 enero-junio, 2006 Mayo 2006 (v3) 62 5/2/07 13:48 Página 62 AMÂNDIO GRAÇA - ISABEL MESQUITA 6 el entrenador. Los atletas de nivel más elevado y más experimentados modelan comportamientos y habilidades y amplían las fuentes de transmisión de feedback y de apoyo a la actividad de aprendizaje de sus compañeros. Los entrenadores y atletas trabajan sobre los contenidos del entrenamiento fundamentalmente por intermedio de los ejercicios y series de ejercitación, donde el éxito del entrenamiento depende de la calidad y de la eficacia del ejercicio11. Escoger y organizar buenos ejercicios es un ingrediente fundamental de la capacidad instruccional del entrenador. De su experiencia como atleta, de la observación del entrenamiento de otros entrenadores, de la consulta de escritos o de conversas con otros entrenadores, de la frecuencia de talleres, clínicas, de libros, de revistas, de fuentes electrónicas, los entrenadores recogen ejercicios o ideas para diseñar nuevos ejercicios y plantear su programa de entrenamiento. Todavía, los ejercicios más adecuados para trabajar determinado contenido y más bien ordenados en conformidad con la lógica del programa de entrenamiento solamente surten el efecto deseado si el entrenador tiene conocimiento y lo usa convenientemente para coordinar la instrucción, apoyar y corregir la ejecución y, por otro lado, si los atletas se movilizan a un nivel adecuado para lograr los objetivos de la tarea. RECONFIGURACIÓN DE LOS ROLES INSTRUCCIONALES DEL ENTRENADOR La teoría constructivista del aprendizaje se basa en el postulado de que debe ser conferida al practicante la oportunidad de construir sus aprendizajes, a través de sus propios modelos, conceptos y estrategias12. La ventaja del constructivismo para el proceso de entrenamiento pasa por la posibilidad del entrenador de introducir y organizar escenarios de práctica de manera a ofrecer al practicante más espacio de exploración, de autonomía, valorizándose los proce- 11 12 13 Queiroz, C.: Estrutura e organização dos exercícios de treino em futebol, Lisboa, Federação Portuguesa de Futebol, 1986. Cfr., Winitzky, N. y Kauchak, D.: Constructivism in Teacher Education: Applying Cognitive Theory to Teacher Learning, en Richardson, Virginia (Ed.): Constructivist Teacher Education: Building a World of New Understandings, London, Falmer Press, 1997, pp. 59.83); Ewald, T.: “Constructivism an teaching: a new paradigm in general didactics? “ Journal of Curriculum Studies, nº 35 (1), (2003), pp. 25-44 Vid., Brooker, R.; Kirk, D.; Braiuka, S. y Bransgrove, A.: “Implementing a game sense approach to teaching junior high school basketball in a naturalistic setting”, European Physical Education Review, 6(1), (2000), pp. 7-25; Gréhaigne, J.F. y Godbout, P.: “Tactical Knowledge in Team Sports from a Constructivist and Cognitivist Perspective”, Quest, 47(4), (1995), pp. 490-505; Putnam, R.; Lampert, M. y Peterson, P.: Alternative perspectives on knowing mathematics in elementary schools, en Cazden, Courtney (Ed.): Review of Research in Education, Washington, DC, American Educational Research Association, 1990, Vol. 16, pp. 57-150; rovegno, I.: “The Development of In-Service Teachers’ Knowledge of a Constructivist Approach to Physical Education: Teaching Beyond Activities”, Research Quarterly for Exercise and Sport, 69(2), (1998), pp. 147-162; Rovegno, I.; Nevett, M. y Babiarz, M.: “Learning and teaching invasion-game tactics in 4th grade: Introduction and theoretical perspective”, Journal of Teaching in Physical Education, 20(4), (2001), pp. 341-351. Revista Española de Educación Física y Deporte - N.º 4 enero-junio, 2006 Mayo 2006 (v3) 7 5/2/07 13:48 Página 63 LA ACTIVIDAD DEL ENTRENADOR DESDE UNA PERSPECTIVA DIDÁCTICA 63 sos cognitivos, la toma de decisión y la comprensión de las situaciones-problema13. Tal presupone que los procesos de enseñanza, de entrenamiento y de competición puedan fomentar la capacidad de juzgar, decidir e actuar libremente, lo que a su vez demanda conocimiento, competencia, responsabilidad individual y respecto por los otros14. La reconfiguración de los roles del entrenador y del practicante, inevitable desde el momento que se considere el practicante como un constructor activo de sus aprendizajes, no va a retirar importancia a las competencias del entrenador, por el contrario, las reconfigurara en una relación contextualmente diferente con los practicantes. Ahora, al paso que al entrenador cabe la preparación del equipo, el planteamiento, la supervisión y monitorización de las actividades, ejerciendo un rol de mediador y facilitador del aprendizaje, a los practicantes es atribuida gran responsabilidad en el desarrollo de las experiencias de aprendizaje. Así, el entrenador va a descentrarse de él mismo para enfocarse en el practicante, en la interpretación de su actividad cognitiva y motora, buscando crear las mejores condiciones de aprendizaje. El cambio del concepto de excelencia en el modo de actuación del entrenador de jóvenes es de hecho un rasgo dominante en las perspectivas didácticas de nuestros tiempos, demandando del entrenador una actitud más abierta, flexible y compartida, concediendo a los jóvenes un rol más activo en la estructuración y organización de las prácticas. Además, los atributos personales y los estilos de actuación profesional del entrenador influyen sobremanera en el modo como los practicantes se dedican al aprendizaje, en el reconocimiento de las dificultades, en el diagnóstico e interpretación de las soluciones para superar las dificultades15. Es, obviamente, del todo imposible definir, de manera objetiva y precisa, los rasgos personales y profesionales del entrenador “constructivista”. Todavía, existen algunos requisitos indispensables, que pasan por ser reflexivo, crítico y observador capaz de analizarse y criticarse a si mismo. Frente a entornos de entrenamiento deseablemente más abiertos, donde se conceda espacio al practicante para percibir y decidir, en función de cada situación, el entrenador necesita ser, fundamentalmente, bueno observador, idóneo a diagnosticar y proyectar tareas y entornos de aprendizaje ajustados. El diagnóstico de los estados y de los estilos personales de aprendizaje de los practicantes es el punto de partida para la configuración de los entornos de aprendizaje, y el planteamiento de las tareas de entrenamiento con respecto a los constreñimientos situacionales de su deporte. 14 15 Graça, A.: Quando se treina bem, en Adelino, Jorge; Vieira, Jorge y Coelho, Olímpio (Eds.):Seminário Internacional Treino de Jovens, “Os caminhos do Sucesso”, Lisboa, Centro de Estudos e Formação Desportiva, 1999, pp. 61-72 Paris, S. y Winograd, P.: The role of self-regulated learning in contextual teaching: Principles and practices for teacher preparation, en Howey, Kenneth R. (Ed): Preparing teachers to use contextual teaching and learning strategies to improve student success in and beyond school, Washington, DC: U. S. Department of Education, 1998, pp. 1-33 Revista Española de Educación Física y Deporte - N.º 4 enero-junio, 2006 Mayo 2006 (v3) 64 5/2/07 13:48 Página 64 AMÂNDIO GRAÇA - ISABEL MESQUITA 8 CUESTIONAR MÁS QUE PRESCRIBIR Ante un nuevo marco de referencia para el entrenamiento, adonde el practicante es al centro de los procesos, como constructor activo de los aprendizajes, una cuestión se levanta: Será que los modelos de enseñanza tradicionales, referentes a la forma de transmitir información, de corregir y de demostrar, se mantienen actuales frente a las características y a las necesidades de los jóvenes de nuestros días? Esos procedimientos mostraron enteramente su validez en el pasado, pero hoy se considera que quedan insuficientes para añadir nuevos objetivos y nuevas atribuciones a los practicantes. Los modelos prescritos facultan un incremento temprano más rápido, pero a largo plazo van a resultar en un desempeño menos eficiente y consistente16. En eso sentido, el entrenador trata de ser menos fuente única y abundante de información para orientar más la percepción de los practicantes para el auto-organización. Mejor que los métodos de instrucción tradicionales (ex. método expositivo, instrucción directa, planteamiento paso a paso de las tareas, etc.), es deseable el uso privilegiado de estrategias de instrucción más desafiadoras que van a dar espacio al interpretación individual del practicante (ex. Observación de vídeos, discusión de casos, cuestionamiento, etc.) y que van a promover el funcionamiento perceptivo, que es requisito para el acción prospectiva, de anticipación y no meramente reactiva. Apelando a la observación y contextualizando la instrucción a través del diseño de escenarios concretos de práctica, los entrenadores promueven el desarrollo de la capacidad perceptiva en el ambiente ecológico de tarea. Mejor que prescribir interesa cuestionar hacia el descubrimiento guiado. Al enfrentar tareas de entrenamiento en forma de situaciones problemáticas el practicante es visto como un auto-regulador de su aprendizaje, por lo que importa no colocarlo en una estricta dependencia de los feedback proporcionados por su entrenador. Si el entrenador intenta que su practicante conceptualice, analice las situaciones y que tenga una intervención activa en las decisiones concernientes al grupo, pero no le proporciona espacio para eso en la práctica, si apela prioritariamente a modelos de instrucción “cerrados”, a tareas con una sola solución, previamente determinada, su instrucción no va a producir las condiciones para que el practicante adquiera autonomía en los procesos de decisión o adaptativos. Cuestionar más que prescribir está presente tanto en el momento de compartir información inicial (tienen que hacer exactamente lo que yo mando, conforme el modelo presentado vs. en tal situación lo que es conveniente hacer); como en el diseño de las tareas (una sola solución vs. diversas posibilidades de solución), como también en la transmisión de feedback (prescritivo, inmediato vs. interrogativo, retrasado), puesto que la intención es involucrar activamente el practicante en la construcción de su aprendizaje. 16 Williams, A. M. y Hodges, N.: “Practice, instruction and skill acquisition in soccer: Challenging tradition”, Journal of Sports Sciences, nº 23 (6), (2005), pp. 637-650. Revista Española de Educación Física y Deporte - N.º 4 enero-junio, 2006 Mayo 2006 (v3) 9 5/2/07 13:48 Página 65 LA ACTIVIDAD DEL ENTRENADOR DESDE UNA PERSPECTIVA DIDÁCTICA 65 ADAPTAR EL ENTRENAMIENTO A LOS CONSTREÑIMIENTOS SITUACIONALES Y A LAS DIFERENCIAS INDIVIDUALES DE LOS PRACTICANTES Entre todas las cualidades del entrenador la capacidad de adaptación es, sin duda, la determinante, exigiendo la aplicación de aproximaciones flexibles y diversificadas. El plan de una sesión de entrenamiento no es un dogma que hay que seguir ciegamente ocurra lo que ocurra. Mientras que la necesidad de su elaboración no es cuestionada, la aplicación concreta de un plan debe plasmar los problemas que la práctica plantea. El hecho de haberse planteado un determinado ejercicio, con un número definido de practicantes en un determinado entorno, no impide que, ante el fracaso, el entrenador no lo cambie y no intente otra vía para lograr el mismo objetivo. No es raro que los entrenadores o los profesores se aburran con las tomas de decisión desacertadas de sus pupilos, cuando ellos disponen de gran libertad de actuación, pero los entrenadores inteligentes saben como organizar el entorno de manera que las decisiones vayan a mejorar significativamente17. De hecho, muchas veces, las malas decisiones son consecuencia de una mala organización del entorno de práctica, pero no es menos verdad que los entornos más abiertos son más complejos y dificultosos para regir la disciplina o para regular las respuestas en las tareas. Todavía, no queda justificado que se elija procedimientos cerrados, donde el practicante se restrinja a una repetición mecánica de lo que se le prescribe sin implicación cognitiva relevante en la realización del acción. Si esos procedimientos, suelen propiciar a espacios, algún éxito, lo que pasa es que ante circunstancias mutables, como sucede en competición, ellos impiden la ocurrencia sistemática del éxito, una vez que el practicante no ha sido apropiadamente preparado para la libertad de decisión y adaptación a las circunstancias. El entrenador no puede delinear objetivos para un grupo de practicantes sin previamente identificar los conocimientos, experiencias y expectativas a respecto de la participación de practicantes en el deporte. Pero, no es raro ver omisiones en la identificación de los objetivos y motivaciones particulares de los jóvenes, planteándose objetivos para el equipo o grupo, independientemente de las características, motivos e intereses que llevan a cada joven a practicar deporte. Ante tales incongruencias, el proceso de entrenamiento no va a ser lo más adecuado, y va a dar buenas razones para el abandono precoz de muchos jóvenes que practican deporte. Además cada joven revela singularidades propias; en la misma edad, los jóvenes revelan diferentes grados de desarrollo, tanto en aspectos físicos, como psicológicos o sociales. Ellos poseen trayectos personales y experiencias deportivas desiguales, estilos de aprendizaje y orientaciones motivacionales distintas, por lo que la única manera de proporcionar verdaderas oportunidades a todos los 17 Paris, S. y Winograd, P.: The role of self-regulated learning in contextual teaching: Principles and practices for teacher preparation, en Howey, Kenneth R. (Ed): Preparing teachers to use contextual teaching and learning strategies to improve student success in and beyond school, Washington, DC: U. S. Department of Education, 1998, pp. 1-33. Revista Española de Educación Física y Deporte - N.º 4 enero-junio, 2006 Mayo 2006 (v3) 66 5/2/07 13:48 Página 66 AMÂNDIO GRAÇA - ISABEL MESQUITA 10 practicantes es atender a las diferencias, a las posibilidades y necesidades de cada uno. EL ERROR COMO MATERIA PARA EL APRENDIZAJE La forma como el error es encarado por entrenador y practicantes es crucial en el efecto que va a producir en el aprendizaje. Entendido como amenaza al valor propio o fuente de punición social, cuando se canaliza directamente la atención en las consecuencias indeseables, el error es un generador de bloqueo del desarrollo. Pero entendido como materia para el aprendizaje el error no inhibe el practicante de correr ciertos riesgos o de intentar percibir las informaciones disponibles y evaluar lo sucedido. Acentuar la atención de los jóvenes en el cuestionamiento y la comprensión del error, posibilíta el acceso a la construcción de respuestas, basadas en una interpretación de las acciones, donde son las experiencias de aprendizaje son interpretadas y comprendidas y no la reprobación pública del resultado producido. Por lo tanto, más allá que los errores valen las experiencias de aprendizaje necesitadas de ser interpretadas por los practicantes a fin de sacar lo que hay a mejorar. Además es necesario saber diagnosticar las causas de los errores para ser capaz de modificar los parámetros de las tareas, apoyar los practicantes en sus estrategias de búsqueda de soluciones y más que todo evitar la exposición al fracaso sistemático. El practicante entra en estado de overtry18 desde el momento que insiste desesperadamente en las mismas estrategias ineficaces a través de movimientos robotizados, sin fluidez y de cara crispada. Siendo importante desarrollar una actitud perseverante hacia el error y su corrección, no es menos importante garantizar un estado emocional favorable para confrontarlo con tareas desafiantes, lo que implica tener voluntad de progresar, al mismo tiempo que no se está paralizado por el miedo de cometer errores. SER ESTRATEGA ES MÁS IMPORTANTE QUE POSEER UNA ESTRATEGIA Involucrado en una situación que reclama decisiones y actuaciones estratégicas, el practicante necesita desarrollar conocimientos y competencias en esos dominios. Tradicionalmente se ha entendido la estrategia como territorio exclusivo del entrenador, o excepcionalmente accesible a practicantes dotados de una inteligencia creativa. Frecuentemente equipos y practicantes adoptaban estrategias rígidas preestablecidas que no eran difíciles de descubrir y contrariar en la práctica. Dada la naturaleza imprevisible de los eventos competitivos, las estrategias se tornaran crecientemente más flexibles y la participación cognitiva de los practicantes más decisiva. 18 Csikszentmihalyi, M.: “A response to the Kimiecik & Stein and Jackson papers”, Journal of Applied Sport Psychology, nº 4, (1992), pp.181-183. Revista Española de Educación Física y Deporte - N.º 4 enero-junio, 2006 Mayo 2006 (v3) 11 5/2/07 13:48 Página 67 LA ACTIVIDAD DEL ENTRENADOR DESDE UNA PERSPECTIVA DIDÁCTICA 67 Paris y Winograd19 enfatizan la importancia de la implicación de los procesos cognitivos en la toma de decisión, al referir que ser estratega es más importante que poseer una estrategia. El hecho de tener una estrategia no significa que se consiga aplicarla adecuada y oportunamente, puesto que ella existe aislada de la configuración del entorno situacional; al contrario, ser un estratega, significa que previamente a decidir el practicante analiza la situación-problema, pondera las alternativas de solución y adopta la solución percibida como la más ajustada a las particularidades contextuales. Es posible desarrollar el conocimiento y la competencia estratégica de anticipación y de toma de decisión a través de una instrucción estructurada y específica20 dirigida al reconocimiento de los signos pertinentes de las situaciones críticas, o a la identificación pronta de padrones de acción con respecto a principios y reglas de acción, o basadas en conocimiento previo de ciertas características de los oponentes. Como refieren Williams y Ericsson21: “En los deportes de equipo como el fútbol, la capacidad para detectar patrones de juego y de usar probabilidades situacionales para optimizar la búsqueda de información contextual relevante es una evidencia más de la plasticidad y de la adaptabilidad de los procesos perceptivo-cognitivos subyacentes”. En suma, los procesos cognitivos involucrados en la anticipación y toma de decisión, carecen de situaciones-problema e instrucción enriquecida para poder desarrollar la competencia estratégica, p.e. la capacidad de analizar, percibir y actuar pesando las particularidades de las situaciones y las posibilidades de acción que ellas ofrecen. El mismo es afirmar que debe ser conferida al practicante libertad procesual, fomentadora de una acción intencionada, basada en la percepción de indicadores críticos disponibles en el entorno situacional. MÁS QUE ACUMULAR CONOCIMIENTO IMPORTA SABER APLICARLO En el proceso de entrenamiento interesa que los practicantes logren dominar los conocimientos y habilidades aplicables en la práctica deportiva. Las progresiones didácticas, las situaciones de ejercitación simplificada, las tareas de consolidación no deben olvidar su finalidad última que es la de cualificar la práctica deportiva y, por lo tanto, su valor reside en los aportes para los diversos factores de rendimiento subyacentes al deporte considerado. Importa pues estimar en que medida las situaciones de entrenamiento son transferibles para la participación en competición, en que medida 19 20 21 Paris, S. y Winograd, P.: The role of self-regulated learning in contextual teaching: Principles and practices for teacher preparation, en Howey, Kenneth R. (Ed): Preparing teachers to use contextual teaching and learning strategies to improve student success in and beyond school, Washington, DC: U. S. Department of Education, 1998, pp. 1-33. Williams, A. M. y Hodges, N.: “Practice, instruction and skill acquisition in soccer: Challenging tradition”, Journal of Sports Sciences, nº 23 (6), (2005), pp. 637-650. Williams, A. 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La competencia de acción presupone el acceso al conocimiento condicional o estratégico (cuando y bajo que circunstancias aplicar ciertos procedimientos); erigido sobre el conocimiento declarativo (información factual sobre lo que hacer) y el conocimiento procesual (como hacerlo). Para que el practicante tenga oportunidad de aplicar el conocimiento adecuado a las particularidades del entorno situacional, p.e. para que haya espacio de interpretación personal, el entrenador no debe restringir la acción de los procesos mediadores cuando se trata de la estabilización de la consecución de los objetivos de la tarea.22 La estabilización del objetivo de la tarea comprende la comunicación de criterios de éxito de manera que de al practicante un referencial para evaluar su esfuerzo y su progreso, al mismo tiempo que la liberta para escoger las soluciones más adecuadas. En el entrenamiento de la recepción del saque en voleibol establecer un criterio de éxito de 8 en cada 10 recepciones para la zona de colocación prescribe una meta pero ninguna solución o forma de lograrla. Todavía, no raramente, los entrenadores adelantan la solución, prescribiendo una ligación cerrada entre la mancheta y la recepción del servicio (como si fuera la única habilidad técnica disponible); lo que hace que los practicantes se restrínjan a esta técnica, y no busquen otras formas más ajustadas a la situación para contactar el balón. La consecuencia es que la ejercitación artificial de la técnica va a limitar las opciones decisionales y el incremento de la plasticidad técnica, requisitos de un juego avanzado. INCREMENTAR LAS RUTINAS ALTERNATIVAS EN LA RESOLUCIÓN DE LOS PROBLEMAS La consolidación de los fundamentos de base de un deporte permite la automatización de los procesos de su ejecución motora. Eso confiere eficiencia, p.e. fluidez, economía, consistencia a la realización de los movimientos sin ninguna perturbación de la atención para lo que es necesario hacer. La adquisición de rutinas es por eso algo esencial en el deporte. Sin embargo ni todas las rutinas son provechosas, como es el caso cuando su formación no atiende convenientemente a las características ecológicas del deporte en cuestión, no respecta los contextos en que van a ser aplicadas. Por ejemplo, la variabilidad, la aleatoriedad y la imprevisiblidad, rasgos distintivos de los juegos deportivos, demandan un entrenamiento sistemático de rutinas que aseguren una eficiencia de ejecución de los movimientos en condiciones siempre diferentes y cambiantes, o sea rutinas alternativas. 22 Balan, C. y Davis, W.: “Ecological Task analysis: an approach to teaching physical education”, JOPERD, nº 64 (99, (1993), pp. 54-61. Revista Española de Educación Física y Deporte - N.º 4 enero-junio, 2006 Mayo 2006 (v3) 13 5/2/07 13:48 Página 69 LA ACTIVIDAD DEL ENTRENADOR DESDE UNA PERSPECTIVA DIDÁCTICA 69 La formación de tales rutinas alternativas solo puede a ser buscada a través de condiciones de práctica que integran la variabilidad congruente con las exigencias colocadas por las situaciones de aplicación. Lo mismo será decir que, en el aprendizaje, la repetición debe ser sujeta a variación, o, en otras palabras, a repetir sin repetir23. Algunas ideas emergentes de los estudios en el ámbito del aprendizaje motor sugieren que es más beneficioso dirigir la atención del practicante hacia el efecto del movimiento que hacia el transito o ubicación de los segmentos corporales. Así como a largo plazo es preferible la ejercitación en condiciones de práctica variable y de interferencia contextual24. Repetir una sola habilidad motora de forma constante una serie de veces consecutivas produce de inmediato un incremento más grande del rendimiento que una práctica aleatoria de esa misma habilidad, pero a largo plazo la práctica aleatoria se muestra más beneficiosa para la retención del aprendizaje. Además se sugiere aún la ventaja de proponer situaciones de práctica envolviendo no una sino varias habilidades. El planteamiento de semejantes tareas, con un grado incrementado de complejidad obliga el practicante a adaptarse a las informaciones cambiantes, ejercitando así su sistema perceptivo25, su capacidad de adaptación y de resolución de problemas. CONSIDERACIONES FINALES En nuestros días, la formación deportiva obliga a colocar los niños y jóvenes en posición de sujetos activos en la construcción de sus aprendizajes. El desarrollo de la motivación, de la autonomía y de la responsabilidad se presenta como la base esencial para una vinculación duradera y positiva al deporte. Además la motivación para progresar y la dedicación a la práctica son los ingredientes clave del éxito en el deporte. La cuantidad y la cualidad de la práctica hacen toda la diferencia. A su vez, ellas son dependientes de la cualidad de la instrucción y de la capacidad instruccional del entrenador y del entrenamiento. El diseño de las tareas de entrenamiento, el planteamiento de objetivos, la transmisión de información, el apoyo del entrenador al practicante a través de demostraciones, explicaciones, palabras-clave o feedback al deben estimular la exploración, las operaciones de búsqueda de soluciones, la adaptación a los constreñimientos situacionales del deporte. De igual manera las tareas de consolidación y automatización de movimientos de formación de rutinas podrán ser más productivas cuando incorporen elementos de variabilidad congruentes con las exigencias de aplicación en las situaciones deportivas. La capacidad estratégica revelada en la toma de decisión y en la capacidad de anticipar y sorprender al oponente es facilitada por la pericia técnica, pero se edifica 23 24 25 Vereijken, B. y Whiting, H.: “In defence of discovery learning”, Canadian Journal of Sport Sciences, nº 15, (1990), pp. 99-106. Williams, A.M. y Hodges, N.: “Practice, instruction and skill acquisition in soccer: Challenging tradition”, Journal of Sports Sciences, nº 23 (6), (2005), pp. 637-650. Rink, J.: Teaching physical education for learning (2nd ed.), St. Louis, Mosby, 1993. 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