M. Esperanza Godín, cs - Stella Maris Collegue

Transcripción

M. Esperanza Godín, cs - Stella Maris Collegue
Palabras de M. Esperanza Godín, (cs)
Amigos todos:
Este es un día de júbilo. Hoy se materializa en esta primera piedra un largo y
anhelado proyecto educativo de dos Institutos Religiosos que han volcado su
misión dentro de la Iglesia en la educación.
La obra que hoy comienza reaviva el compromiso común de la Compañía del
Salvador y de los Discípulos de los Corazones de Jesús y María con la
sociedad en aras a contribuir a la transmisión de palabras vivas, a enseñar a
mirar el mundo en su triple dimensión de realidades físicas, realidades
intelectuales y realidades trascendentes. De enseñar a pensar, a decidir, a
convivir, a tener confianza en Dios.
Hoy colocamos la primera piedra de un edificio material y visible que quiere ser
imagen de un proyecto grande. Labrar piedras es relativamente fácil. Teniendo
a mano los instrumentos cortantes precisos, la piedra se deja labrar. Pero las
personas no son como las piedras. Por eso la tarea educativa nunca ha sido
fácil, ni mecanizable ni sujeta a fórmulas fijas. Siempre ha sido complejo abrir la
inteligencia y formar el espíritu respetando la libertad y la conciencia de
aquellos a quienes educamos.
Hoy, como dice el apóstol San Pablo en la Epístola a los Corintios (1Cor 3, 911) nos convertimos en colaboradores de Dios, en edificio de Dios porque
Jesucristo es el cimiento de nuestra vida. Y nosotros, como educadores
cristianos, queremos proponer certezas fundamentadas para suscitar
esperanzas y confianzas. Nuestra meta es educar. Nuestra vocación cristiana
educadora, la de los Discípulos y la de la Compañía del Salvador, deriva de la
misión a la que nos entregamos: anunciar a Dios, a Cristo resucitado, al
Espíritu Santo que nos alienta.
Para cumplir esta misión no nos falta entusiasmo ni coraje ni capacidad.
“Entusiasmo”, que en su sentido etimológico significa participar del dinamismo
divino, saberse empujado por Dios a una misión y realizarla confiado en él.
“Coraje” remite a decisión, a voluntad. “Capacidad” añade cualificación para
realizar la misión con garantía de éxito.
Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles, reza el
salmo. A Él, Padre de misericordia, le encomendamos la construcción de este
Colegio Stella Maris que se inicia para mayor gloria suya.
Y a la Santísima Virgen María, como intercesora de todas las gracias, le
pedimos su ayuda para que el edificio vaya creciendo hasta el día de su feliz
culminación.

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