Conversaciones creativas

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Conversaciones creativas
conversaciones creativas
Conversaciones
creativas
Fotografía Rafael Mayani
Actores de distintas disciplinas creativas han buscado generar un diálogo que desate una
reflexión en torno a la sociedad. En este sentido, arquitectos y diseñadores han intentado
incentivar, desde su trabajo, esa interacción para desarrollar más ideas.
En esta edición, para celebrar nuestro aniversario 2.5, convocamos a familias creativas, quienes
conversaron a partir de un tema en específico. José Castillo y Saidee Springall; Manuel
y Lorenzo Álvarez; Mauricio, Jorge y Arturo Arditti; Fernando Velasco y Paola Morales; Julio Gaeta
y Luby Springall; Christian y Claudio Gantous; Carlos y Gerard Pascal; Félix y Javier Sánchez;
Francisco y Juan Pablo Serrano; Javier Sordo Madaleno Bringas y Javier Sordo Madaleno de
Haro reflexionan sobre su ejercicio arquitectónico y cómo éste contribuye a la sociedad desde
diferentes tópicos.
Agradecemos al Museo Nacional de Arte por brindarnos la locación para la toma fotográfica.
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conversaciones creativas
Arquitectura 911sc
José Castillo
y Saidee Springall
Arquitectura a partir
de la cultura
El concepto de Arquitectura Cultural
refiere a un intento de expresar los
valores humanos particulares de
cada territorio en la creación de
un proyecto arquitectónico. En ese
sentido, el trabajo de Julio Castillo
y Saidee Springall, a través de
Arquitectura 911sc, se concentra
en incluir los diversos procesos
culturales en la producción de
recintos que ayuden a generar una
sociedad más eficiente y reflexiva.
También tiene esa parte académica que ha
permitido vincular la oficina con el ámbito
cultural. Se atreve a tocar temas que se
han presentado en las bienales de Venecia,
Rotterdam, Canarias y Sao Paolo. Y, a través de
eso, nuestro ejercicio se ha ido por otras ramas
un poco fuera de la arquitectura.
¿Qué conceptos comparten para funcionar
como pareja creativa?
José Castillo: Empezamos a trabajar
juntos desde la carrera, en la Universidad
Iberoamericana, de 1988 a 1992. Esto va
vinculado a que muchas de las experiencias
que hemos tenido se han ido entrelazando:
los dos estudiamos una maestría juntos y hemos
trabajado con arquitectos en el extranjero.
Cuando finalmente regresamos a México,
después de maestrías y doctorados, empezamos
a trabajar en despachos distintos. No fue sino
hasta principios de 2003 cuando decidimos
formar nuestra propia oficina. Era una cuestión
casi natural entender que el diálogo que se venía
dando fuera y dentro de la disciplina podía
conformar un despacho.
SS: Nos interesan mucho las conversaciones —
que tienen que ver con los procesos— y en cómo
llegamos a un producto. A lo mejor el resultado
final es menos interesante que el proceso, pero
en éste es donde podemos explorar, conversar
y experimentar. La parte intermedia es la que al
final nos deja una enseñanza muy específica de
cada uno de los proyectos.
Saidee Springall: Ha sido un proceso
muy fácil. Hemos crecido juntos: fuimos
compañeros en la carrera, tuvimos la beca del
fonca, la maestría…, eso ha facilitado nuestro
trabajo. Creamos nuestra profesión juntos.
JC: También tiene que ver nuestra forma
de entender la arquitectura como producción
cultural y eso implica conversación. A partir
de ahí, comprendimos que lo más interesante
en cualquier oficina es establecer diálogos
interesantes, inteligentes, motivadores
y estimulantes.
SS: Tenemos roles específicos en la oficina
y cada uno tiene sus virtudes. El no generar
competencia entre nosotros ayuda; respetamos
las actividades que cada uno hace mejor que
otro. Eso hace que las cosas fluyan.
Texto Redacción Retrato Rafael Mayani Fotografías Cortesía de 911sc
¿Cuáles son las virtudes de José y de Saidee
para que puedan trabajar en equipo?
SS: José es un extraordinario conversador. Sabe
cómo lidiar y tratar con el cliente.
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JC: Saidee es más del día a día, resolviendo el
dibujo en computadora. Yo soy más generalista.
Construimos un despacho relativamente
horizontal: se dan ciertas ideas, lineamientos
y estrategias generales. Después se retoma
todo, se va armando el proyecto.
JC: También hemos colaborado con otros
arquitectos. Somos un despacho cuyo trabajo y
práctica se basa en extender las colaboraciones
con amigos y colegas; hemos trabajado con
Javier Sánchez en el Centro Cultura de España,
con Alejandro Hernández y Fernanda Canales,
Productora y at103. Y lo disfrutamos. Claro
que pierdes control en temas de autoría, pero
en otro sentido nos parece mucho más vital. Se
trata de mostrar tus fragilidades y esperar que
el otro aporte y te haga mejor persona.
La otra parte, que es un componente
fundamental de nuestra práctica, tiene que ver
con la ciudad: entendemos la arquitectura a
partir de su vinculación con la producción de
la ciudad. Gracias a eso tenemos claro que la
ciudad no es perfecta y que la práctica está llena
de contradicciones; sabemos que nuestro trabajo
es producto de esas dificultades y paradojas.
SS: Siempre nos comparamos con un doctor:
cuando hay una cirugía, todos le decimos al
doctor cómo operar, como si también fuéramos
cirujanos. Así pasa con los clientes, porque la
profesión es un vínculo directo con él. Todos
estos factores, de alguna forma, moldean la
arquitectura. Se trata de retroalimentación.
JC: Además, creemos que el talento opera
como uno de los múltiples factores que produce
una arquitectura interesante. En esta profesión
se necesita crear por medio de un análisis y de
intelecto. Ser capaces de generar emociones en
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un espacio. Lo entendimos cuando nos llegaron proyectos
que tenían que ver con la pregunta de cómo producir
espacios culturales para un país que no lee. El primer
proyecto cultural fue la librería Porrúa. Hicimos más de 40.
Gracias a la comunicación y confianza que tuvo el
cliente, Rodrigo Pérez Porrúa, con nosotros, estamos aquí.
Nos permitió experimentar mucho más allá de nuestras
obsesiones o filias culturales. A todo el mundo le gusta
pensar que hace arquitectura vinculada al mundo de la
cultura, pero, cuando te toca hacer un proyecto cultural
específico, te das cuenta de que no es así.
¿Cómo trabajar con todos los ámbitos gubernamentales
en un país que trabaja arquitectura sexenal y con los
clientes que responden a esa parte política. ¿Cómo
logran ese entramado tan complejo?
SS: Con responsabilidad. No podemos abandonar un
proyecto porque no está funcionando como nosotros
queremos. No renunciamos a las responsabilidades que
tomamos desde un inicio; es importante atenderlas y darles
seguimiento. En los proyectos públicos hay que tener
paciencia para entender que no tenemos el control, que a
veces las cuestiones contractuales, operativas y económicas
no están en nuestras manos, ni de nuestra gente.
JC: Una característica que nos pareció fundamental es
desarrollar empatía con el cliente. Ser capaces de ponernos
en sus zapatos y entender cómo ve el mundo. El Centro
Cultural España tenía mucho que ver con las múltiples
conversaciones acerca de hacer la primera intervención a un
edificio en el Centro Histórico en cuarenta años. Tuvimos
conversaciones frustrantes y otras positivas con distintos
actores del inba, de seduvi y de la Delegación.
La virtud de su trabajo es visualizar la arquitectura
como urbanismo. ¿Creen que los proyectos culturales
necesitan crecer de diferentes maneras?
JC: La fortaleza no está en la especialización, sino en un
método de trabajo que entienda la arquitectura como
urbanismo.
SS: El no especializarnos hace que abordemos cada
proyecto como único. Cada uno tiene su propia lógica,
su propio contexto y sus propias necesidades. Eso nos
permite ahondar en temas que de otra forma no podríamos.
Si nos dedicáramos a hacer sólo viviendas de interés social,
no podríamos tocar otras líneas que nos han permitido
formarnos como un despacho capaz de desarrollar
proyectos de pequeña escala, y al tiempo de hacer
arquitectura que tiene que ver con la ciudad, con el entorno
social, político, físico y ambiental.
Fondo Bibliográfico Jaime García Terrés
Fotografía de Jaime Navarro
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JC: Para un arquitecto, el urbanismo y su ejercicio son
formas de hacer política. A nosotros nos interesa entender
las fuerzas que producen la polis; y ésta tiene que ver con
todo, no nada más con un secretario de gabinete. Así lo
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“Entendemos la arquitectura
a partir de su vinculación con
la producción de la ciudad.
Gracias a eso tenemos claro
que la ciudad no es perfecta
y que la práctica está llena de
contradicciones”.
– José Castillo
Remodelación de la Sala de Arte Público Siqueiros
Fotografía de Moritz Bernoulli
entendemos desde la lógica normativa hasta la
lógica presupuestal.
SS: El tema social es algo que nos ha movido.
Siempre nos preguntamos: ¿qué más puede
hacer la arquitectura por su entorno social?
Es algo que nos ha ayudado a desarrollarnos.
Pensar en cómo tocar estos límites
y entrelazar la parte social con la parte
espacial y la ciudad. Hemos tenido trabajos de
intervención social; muchos tienen que ver con
los proyectos de vivienda e interés social, que
más allá de hacer una vivienda digna, se trata
de generar espacios para una convivencia social
más sana.
JC: Seguimos la idea de construir ciudadanía
desde distintas infraestructuras y posibilidades.
Por eso nos entusiasma hacer proyectos
como la Sala de Arte Público Siqueiros. La
intención del proyecto era crear un edificio que
reconectara la galería con la ciudad.
Ustedes ven la arquitectura como
ciudadanos. ¿Cómo logran hacer partícipe
al peatón, que entienda la arquitectura y
sea parte de lo que está sucediendo?
SS: Hoy en día está regresando la importancia
de las ciudades peatonales sobre la
infraestructura de vialidades. Hay que darle un
espacio importante al peatón. Muchos piensan
Centro Cultural Elena Garro
Fotografía de Jaime Navarro
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que si cerramos las calles se colapsa la ciudad,
lo cual es una falacia absoluta.
Reimaginamos estos nuevos espacios, donde
volvamos a retomar el control. Nos metemos a
diseñar una banqueta que puede transformar la
vida de una ciudad.
En ese sentido, la arquitectura genera
posibilidades para el ciudadano más que
límites…
JC: Completamente. La arquitectura se vuelve
esa infraestructura que potencia la vida de
los ciudadanos. Creo que es fundamental
recuperar la discusión sobre el espacio público
en la ciudad de México. Hay que tomar en
cuenta las mejoras que puede aportar, por
ejemplo, una simple banqueta. Si pensamos
en las causas por las cuales el mexicano no
lee, vamos a encontrar razones que tienen que
ver con la forma en que se configura la vida
urbana. Hablar del espacio público también
constituye la forma en la que nos conectamos
con esa cultura; actualmente hay más de 18 mil
viajes en Ecobici todos los días. Por primera
vez una generación de jóvenes piensa que el
coche no es necesariamente un bien necesario,
sino que lo importante es la movilidad. Eso nos
entusiasma y se vincula con la forma en que
hacemos arquitectura.
Arquitectura 911sc nace en 2002.
Conformado por José Castillo, Saidee
Springall y un equipo de arquitectos,
el despacho ejerce una práctica
independiente dedicada a proyectos
de arquitectura, planeación y diseño
urbano. Dentro de sus obras más
reconocidas se encuentran 40 librerías
Porrúa, la ampliación del Centro Cultural
España y la remodelación de la Sala de
Arte Público Siqueiros.
Escanea
para
material
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Hoy en día, las fronteras, excepto
las geográficas, son cada vez más
tenues. La interacción entre diversas
disciplinas creativas ha provocado
el desarrollo de productos (objetos y
edificios) funcionales e innovadores
que ayudan a resolver los problemas
de la vida cotidiana. Es así como
Manuel y Lorenzo Álvarez entienden
su ejercicio creativo. A partir de las
bases heredadas por el Arq. Augusto
Álvarez, la familia ha continuado su
legado desarrollando una reflexión
constante sobre la importancia de
las disciplinas creativas en el mundo
moderno.
¿Qué significó crecer con una figura como
el Arq. Augusto Álvarez?
Manuel Álvarez: El recuerdo de mi papá es casi
permanente. Todavía está presente en muchas
cosas, la herencia de mi infancia fue tremenda.
Mi papá era un obsesivo de la modernidad. No
sólo porque estaba obsesionado con el tema, sino
porque la construía día a día; aprendí que para
esta actividad creativa había que pensar y hacer
lo que él: crear.
Incluso en la vida cotidiana se podía ver esa
herencia: en las vacaciones, construíamos algo,
un cochecito o un avión. Mi papá nos alentaba
no sólo a hacer cosas con las manos, también
a pensar en cómo hacerlas. Esa es la herencia
de Augusto Álvarez, mi padre. Creo que tengo
mucha suerte porque fue uno de los fundadores
de la modernidad en México, de cómo la
entendemos y cómo la vivimos.
Tuve una infancia muy entretenida. Después
empecé a involucrarme en un proyecto de mi
papá: un tren eléctrico que empezó cuando
nació Augusto, mi hermano. Nunca lo terminó.
No quiso terminarlo porque, según él, se le
acababa la diversión. Todavía, tres semanas
antes de morir, estaba sentado frente a una
máquina de ferrocarril, la estaba volviendo a
armar. La había reconstruido; la maqueta misma
estaba ahí junto, en el que era mi “laboratorio
de pruebas”.
Manuel
y Lorenzo
Álvarez
Las fronteras del diseño
industrial y la arquitectura
Lorenzo, ¿qué cosas viviste? ¿Qué
retomaste la arquitectura de tu abuelo?
Lorenzo Álvarez: La herencia siempre estuvo
ahí. Además, mi mamá también es arquitecta.
No me tocó convivir tanto con mi abuelo como
a mi papá. La relación obviamente fue distinta.
Pero nací en ese ambiente, con una serie de
referencias de cómo hacer las cosas. El ejercicio
de la arquitectura está arraigado en la familia,
así que llega un momento en que decides
abrazarlo o no. Yo lo hice. Mis hermanos se
fueron por otros caminos creativos, ninguno
de ellos es arquitecto o diseñador. Yo me
debatía entre diseño o arquitectura, hasta que
finalmente estudié arquitectura, pero siempre
me he movido entre las dos.
Después de ver las dos generaciones que
me preceden, entiendo que mi abuelo también
hacia diseño industrial. Muchos de sus edificios
están tratados prácticamente a partir de
esta disciplina, desde las soluciones de las
cancelerías, los plafones, los pisos y los muros
falsos hasta las puertas y los muebles. No se
dudaba si el papel del arquitecto era diseñar
el plafón y la fachada o simplemente hacer un
layout general, simplemente se hacía todo.
Creo que, de alguna manera, mi abuelo
también descubre el diseño industrial como un
complemento de su trabajo. La formación de la
escuela de diseño industrial en la Universidad
Iberoamericana (uia) está totalmente
relacionada con él.
MA: Él mismo es quien propicia que se
establezca la escuela de diseño industrial en
la uia. Un grupo de arquitectos y artistas que
estaban cerca de la escuela de arquitectura de
la Universidad empiezan a entender que hay
una disciplina que se llama Diseño Industrial,
presente en Estados Unidos. Cuando mi papá se
entera de esto, entiende que era algo que él hacía
todo el tiempo. A mí me tocó ver ese proceso.
LA: En esa búsqueda de la modernidad, si un
edificio necesitaba algo para ser moderno,
mi abuelo lo diseñaba. Esa siempre fue su
actitud; las soluciones de los edificios se volvían
específicas. Y muchas de ellas eran a través del
diseño industrial.
Texto Redacción Retrato Rafael Mayani Fotografías Cortesía de Manuel Álvarez y Lorenzo Álvarez
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Cajonera Él&Ella por Manuel Álvarez
MA: Yo tenía 10 años cuando mi papá y mi mamá
fueron de viaje a Europa. Uno de los motivos era
comprar unos lentes de contacto, porque era lo
“moderno”. En Ulm, Alemania, mi papá tuvo una
conversación con Tomás Maldonado. Era 1958,
diez años antes de que cerrará la Hochschule
für Gestaltung, periodo que fue inmensamente
influyente en el mundo del diseño. A mi papá y a
mí nos marcó totalmente.
Tomás Maldonado le hizo entrega de dos
ejemplares de la revista Ulm. Tengo desde
el número seis hasta la última edición. Mi
papá y yo nos sentábamos a ver la revista y
entendíamos que las cosas que estaban ahí no
estaban hechas para soñar ni para alimentar el
ego, sino para entregarlas a la gente.
Mi papá decía que esos productos podían
estar en todas partes, igual que la premisa de
globalización. Estaba convencido de inventar
cosas; quería hacer, por ejemplo, estructuras
metálicas cuando en México no existían.
Es muy interesante cómo te transmite una
visión, que se traduce en el interés de crear
cosas. Las tres generaciones compartimos la
idea de experimentación permanente con los
materiales y los conceptos.
La educación es de vital importancia.
Ambos imparten cátedra, ¿qué
es necesario dejarle a las nuevas
generaciones?
MA: Es una gran responsabilidad.
Pienso que lo más relevante es poder
compartir la experiencia. Es un proceso de
retroalimentación entre profesores y alumnos.
Eso siempre ha estado muy claro para mí,
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creo que lo heredé de mi papá. No se trata de
ser el juez de los alumnos, eres el mentor, el
que los acompaña en el proceso y aprendes
conjuntamente.
LA: Yo veo la docencia más como
acompañamiento. Hasta ahora mi experiencia
ha sido en el sentido de acompañar a una
generación, a un grupo de gente muy joven
y ayudarlos a entenderse a ellos mismos.
Como una especie de psicólogo, ayudar a que
clarifiquen sus procesos, a que los enriquezcan
y, sobre todo, a que se cuestionen y especulen;
que vean a las disciplinas creativas como una
puerta que te lleva a un sinfín de posibilidades.
Tiene que ver con el autoconocimiento y la
exploración de posibilidades; así ellos aprenden
a ser los jueces de sus proyectos.
En la docencia, trato de hacer simulacros
para que mis alumnos lleven sus propuestas
a consecuencias más amplias. Quiero que lo
vean más que un simple ejercicio que, por más
pequeño que sea, siempre tiene consecuencias
en el contexto social, cultural, medioambiental,
etc. Más que transmitirles información, hay que
acompañarlos. Es algo experimental porque
formamos creativos, no podemos limitarlos.
MA: Cada quien tiene su propio método y al
final del día es lo que expresas. A veces les digo
a mis alumnos que ya no les doy clase a los más
jóvenes porque me desespero. Sin embargo,
me gusta tratar de entender sus intereses, su
potencial, descubrir para qué son buenos y
explotarlo. No imponerles soluciones sino
indicarles por dónde pueden ir. Que exploren,
experimenten y que aprendan de los errores y
de los aciertos.
¿Cómo trabajan juntos?
LA: Compartimos metodologías y maneras
de entender ciertas cosas. Cada quien con
sus rasgos de personalidad; yo cuestiono
mucho. Es algo que aprendí en Inglaterra, a ser
muy crítico y cuestionar todo por principio.
Funcionamos bien en ese sentido. Dentro de la
dinámica mi papá propone ciertas cosas y yo las
cuestiono; después llegamos a un medio justo
y argumentamos. En términos metodológicos
así es como trabajamos. Hay cosas de las que
no hablamos porque sabemos que son de facto;
en parte es la herencia y en parte es porque
llevamos mucho tiempo conversando.
Hay coincidencias en cuestiones técnicas
de la experiencia de cada uno. Tuvimos un
proyecto muy interesante de señalización
para el Centro Histórico; hicimos un balance
muy efectivo entre su profunda experiencia
del tema, los sistemas que me interesaban y
la capacidad de análisis urbano para entender
cómo se mueve la ciudad y cómo se articula.
Hay una convergencia y, al mismo tiempo,
opiniones encontradas sobre la parte gráfica
y la urbana. Es una conversación cíclica.
Tratamos que los proyectos sean reflejo de esta
conversación.
MA: También hay un orden para trabajar
juntos. Diseñar es un método para ordenar
cosas. Utilizo mucho la intuición. Creo que
los diseñadores tenemos que hacer eso.
Ahora me doy cuenta que la edad, sumada a
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Señalética para el Centro Histórico por Manuel y Lorenzo Álvarez
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“Mi papá estaba convencido
de inventar cosas; crear,
por ejemplo, estructuras
metálicas cuando en México
no existían”.
– Manuel Álvarez
Botaneros Barcos por Manuel Álvarez para Nouvel Studio 2009
Mesa Todó por Lorenzo Álvarez para Grupo DI
Fotografía de Fernando Etulain
“Lo que me empujó a la promoción
no sólo es colocar la disciplina en
otro lado, también colocarla en el
imaginario colectivo de la sociedad
para que vea que el diseño es capaz
de mejorar en el mundo”.
– Lorenzo Álvarez
LA: Debatimos. Así es como jugamos. Funciona
bien y hace que nuestra conversación sea
acalorada. De ahí el nivel de compromiso; si no
le metiéramos pasión, no sería interesante.
¿De qué manera se complementan la
arquitectura y el diseño industrial?
LA: Complementar implica que una sume a la
otra; más bien están integradas.
MA: Se trata de una visión integral y
contemporánea donde son una sola cosa.
Son disciplinas tan integrales que no puedes
decir tan fácilmente, esto es diseño y esto
arquitectura. Ahora vemos al diseño mucho
más relacionado con la tecnología y los nuevos
materiales, y no sólo en términos de soluciones,
también en los métodos de hacer diseño. Esa
relación ha provocado resultados mucho más
integrados.
Salón VIP de la Torre Latinoamericana. Proyecto de Lorenzo Álvarez
Fotografía de Fernando Etulain
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la experiencia, es muy inflamable. Siempre he
sido muy metódico y racional, he estructurado
una manera de ordenar mi proceso. Eso lo
podemos compartir Lorenzo y yo. Queremos
tener un orden de cómo llevar las cosas: que las
decisiones técnicas, creativas o conceptuales,
las podamos alinear con nuestras distintas
visiones; sumarlas. Trabajar con Lorenzo me
hace ser más flexible en lo que yo pienso. Estoy
dispuesto a experimentar.
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LA: Cuando me preguntan qué tipo de
arquitectura o qué tipo de diseño hago, no sé
qué responder. Se vuelve algo muy difícil de
establecer. A la gente le gusta categorizar y
tratar de entender si hago o no interiores. No es
que las cosas no sean tan específicas, haces todo
tipo de proyectos. Mi visión es que no existe
una división tan marcada; no hay frontera entre
el diseño industrial y la arquitectura.
MA: Nos pusimos de acuerdo bastante rápido
en el estilo conceptual y gráfico. Pensamos
que debía ser algo que no estuviera sujeto a la
temporalidad. No se trata de una imagen que
más o menos pueda verse moderna, sino que
sea permanentemente eficiente. En ese sentido,
buscamos cómo es la dinámica del Centro
Histórico; su complejidad es la más interesante
de Latinoamérica.
Hablando de la señalética, son proyectos
que hacen ciudad. Para ustedes, ¿qué
significa ser parte de la iconografía
mexicana?
MA: Es algo que ha sido parte de una reflexión
de mucho tiempo atrás. Cómo llegar a
intervenir en la señalética para aportársela
a la ciudad, a los ciudadanos, a la gente que
necesita referentes de identidad, información y
orientación. Es más lo que la ciudad le aporta a
la señalética que lo que ésta a la ciudad.
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LA: Tratamos de darle a la gente más
herramientas para moverse: navegar en la ciudad
y sentir que la controla; darles libertad. Podría
parecer contradictorio pero es información
que ellos pueden controlar y usar libremente.
Obviamente, hay una intensión gráfica pero su
trascendencia dependerá del tiempo, es el que
dirá si se vuelve en el icono de la ciudad; si eso
pasa, quiere decir que la gente la usa, la reconoce
y permanece en su imaginario.
Manuel y Lorenzo Álvarez son los
herederos de la estética de Augusto
Álvarez. Durante su desarrollo como
arquitectos han buscado operar en
diferentes campos de la arquitectura,
urbanismo de paisaje y diseño. Partiendo
de la experimentación, los arquitectos
crean proyectos por separado, pero
siempre cuidando el proceso para
la correcta obtención de soluciones.
Escanea
para
material
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conversaciones creativas
Concebir la arquitectura como pieza
fundamental que interviene en el
progreso de la sociedad, capaz de
crear conciencia, modificar actitudes
y propiciar la interacción entre los
habitantes y su ciudad, es el eje
central en el trabajo de Mauricio,
Arturo y Jorge Arditti.
¿Cómo decide cada uno involucrarse en la
Arquitectura?
Mauricio Arditti: Siempre me gustó el diseño
arquitectónico. Tengo más de 50 años de
haberme recibido y siempre me llamó mucho
la atención. La arquitectura que estamos
viviendo ahora es totalmente diferente a lo
que viví en el principio. No existían las obras,
ni los desarrolladores, ni la tecnología, ni los
materiales, ni las computadoras de hoy en día.
Empecé a realizar trabajo residencial de alto
acabado, todo esto derivado de una palabra:
honradez —moral, profesional, ética, de
educación, de principios y de respeto—; es la
base que te abre las puertas a todo.
El primero en entrar al despacho fue Arturo,
luego Jorge. Aquí se enfrentan a lo apasionante
de la arquitectura, pero también al reto que es
rechazar lo protagónico. La arquitectura hoy
en día es una labor de equipo; tienes que evitar
volverte pretencioso. El trabajo en equipo es
básico, eso nos ha permitido seguir adelante y
tener éxito. Como padre estoy muy orgulloso
de ellos, pero como arquitecto les tengo un
gran respeto.
Mauricio,
Arturo
y Jorge Arditti
Arturo Arditti: Nunca tuve duda de que
quería ser arquitecto, eso fue gracias a la
presencia de mi papá, y la influencia natural
que recibí conviviendo con él y con su práctica
profesional. Desde niño recuerdo que visitaba
las obras, pero la parte que más me llamaba la
atención era el diseño, no tanto la construcción
o la parte técnica, sino la sensación. Era una
época cuando mi papá hacía casas de alto nivel,
donde había posibilidad de crear y proponer
nuevas ideas. Tuvimos la fortuna de ser
recibidos por mi papá, dábamos por hecho que
todos íbamos a estar juntos, y desde el principio
tuvimos un entendimiento arquitectónico
bastante claro. Los tres aportamos ideas y
compartimos el crédito, hay ideas más sólidas
que comienzan a pesar sobre las otras, pero no
importa quién las aportó, lo que importa es el
proyecto. Y eso ha prevalecido entre nosotros.
Arquitectura como
portavoz social
Texto Redacción Retrato Rafael Mayani
Fotografías Cortesía de Arditti Arquitectos
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Jorge Arditti: A muy temprana edad adquirí
pasión por el dibujo: lo que veía lo copiaba y
captaba perfectamente la tercera dimensión.
De alguna manera he vivido con arquitectura
desde pequeño, pero nunca existió una
imposición por parte de mi familia. Mi papá
que me dijo: “tú eres libre de estudiar lo que
quieras, si tú quieres ser pediatra en la vida, sé
el mejor pediatra”. Me incliné totalmente por
la arquitectura, que en lo personal me generó
un sexto sentido: poder ver la vida de una
forma diferente y aportar a la sociedad.
Siempre han tenido la posibilidad de
desarrollar edificios y corporativos
impresionantes. Luego llega el gran
momento de proyectar el Museo Memoria
y Tolerancia. Tomando en cuenta sus
raíces judías, ¿cuáles fueron los motivos
para hacer este proyecto?
JA: El primer contacto que tuvimos fue hace
casi 13 años, en 1989 fueron los primeros
acercamientos, posteriormente agarró fuerza
en 1991 y de ahí en adelante. Año con año se
realiza la marcha de la vida en AuschwitzBirkenau; es un viaje de remembranza, una
cuestión social y cultural para poder educar a la
gente —sobre todo a las nuevas generaciones—
respecto a lo que pasó en el Holocausto. Años
atrás este viaje era la marcha de la muerte,
la trayectoria era de algunos kilómetros, en
condiciones deplorables donde trasladaban a
los prisioneros. Hoy en día se reúne a jóvenes
de todo el mundo para conmemorar la riqueza
de la virtud del ser humano.
En 1992 Sharon Zaga hizo ese viaje y
coincidí con ella, íbamos en un grupo que
representaba a México. Al final ella se quedó
con una inquietud muy fuerte por el maltrato
que sufre el ser humano. A su regreso, se
juntó con Milly Cohen para ayudar a mujeres
maltratadas, niños de la calle, sobrevivientes de
genocidios y decidieron formar la Fundación
Memoria y Tolerancia, que de alguna manera
integra todo lo que implica la memoria y
el valor de la tolerancia. Empiezan a tener
mucha fuerza y aceptación en la sociedad para
ayudar a la gente, desde personas físicas hasta
empresas importantes, desde entonces nace
la inquietud de generar o aportar un museo
para empezar a educar a la sociedad. Fue un
proyecto muy ambicioso, y aunque al principio
la intención era hacer algo muy pequeño, nunca
se imaginaron que llegaría a semejante escala.
El proyecto implica una cuestión social muy
fuerte y el tema nos conmueve profundamente,
por lo que decidimos donar el proyecto.
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Antes de hacer el proyecto, ¿cuántos y cuáles museos
visitaron para sensibilizarse?
AA: Conocimos varios museos para meternos en el tema,
quisimos averiguar qué se estaba haciendo en otras partes
del mundo, y saber las propuestas que existían en ese
momento: Fuimos a Berlín, Jerusalén, Los Ángeles, Nueva
York, Houston, Washington y Holanda, entre otros países;
por ejemplo, en París está el Museo de Remembranza del
Holocausto en la punta de la Citè.
Para sensibilizarnos, hicimos nuestra búsqueda,
todo eso nos sirvió más como entusiasmo que como
influencia arquitectónica. Lo que dictó nuestro punto
de partida arquitectónico fue que teníamos muy claro
qué ingredientes queríamos lograr. Primero: que la
arquitectura no estuviera por encima de la museografía,
sino que hubiera una integración. Hay museos donde
no te preocupa la museografía, la exhibición pasa a un
segundo término. Como arquitecto tienes que tomar en
cuenta que el museo está hecho para exhibir algo, ya sea
arte o información histórica. Tenía que existir un balance.
Segundo: meter el edificio en un contexto nacional;
estamos en el Centro de la Ciudad por lo que teníamos que
ser coherentes con la modernidad, tener respeto por el
pasado y por el entorno inmediato —los edificios vecinos
como la Secretaría de Relaciones Exteriores. Y tercero:
sentimos que la arquitectura tiene la responsabilidad de
contribuir a la historia. El MMyT cuenta con ésta como
parte de la información espacial que te transmite el edificio,
correspondiendo a su temática. El museo debía tener un
diálogo con lo que expresa.
En el programa arquitectónico que recibimos venían
una serie de elementos. Uno de ellos era el Memorial de los
Niños, no de un Holocausto ni de un genocidio en particular,
sino de niños masacrados en exterminios. Sentimos que
debíamos convertir esta sala en el “corazón” del museo
porque es algo neutro, todos podemos coincidir en que
quitarle la vida a un niño es el acto más atroz que pueda
existir en la raza humana, representa la estupidez máxima
a la que puede llegar el hombre. Colgamos esta sala en el
centro del museo con dos objetivos: recordar a los niños
masacrados y hacer conciencia de que el cambio del mundo
depende de los niños y en la educación que les demos; en
ellos podemos depositar nuestra esperanza.
JA: Hacemos arquitectura para la sociedad y de alguna
manera hacemos arte, combinado con un espacio funcional,
que para muchos puede ser atractivo y funcional, pero
para otros no. Son diferentes percepciones, cada uno
decide cómo lo ve. Pocas veces se te presenta en la vida
una oportunidad de generar un espacio con una sensación
que te puede educar, que te llegue en el alma y que pueda
cambiar tu forma de pensar. Hay espacios en muchos lugares
del mundo donde puedes llegar a sentir apertura, opresión,
libertad, etc.
Sin embargo, no es común encontrar un espacio
arquitectónico que cambie la actitud del visitante; y eso es lo
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Museo Memoria y Tolerancia
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Glocal 15
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Museo Memoria y Tolerancia
Museo Memoria y Tolerancia
“Los tres aportamos ideas
y compartimos el crédito,
hay ideas más sólidas que
comienzan a pesar sobre las
otras, pero no importa quién
las aportó, lo que importa es el
proyecto. Y eso ha prevalecido
entre nosotros”.
– Arturo Arditti
que buscamos: generar una reflexión y después
aplicarla a la sociedad.
Lo que más impresiona del Museo, es
entrar al vagón…
AA: Es como entrar a un ataúd, a la muerte,
y estar en contacto con algo…
MA: En el vagón los metían varios días hasta
llevarlos a los campos de exterminio, ahí la
gente moría. Son cosas tristes que sucedieron.
Está plasmado un abanico impresionante, una
mezcla de ganas de hacer arquitectura y de
diseñar; yo me preguntaba: ¿Cómo puedes
representar tanta maldad de manera “artística”?
Este es un proyecto de vida, pero más que eso,
es un proyecto de corazón.
¿Cómo llevar esa sensibilidad a proyectos
de menor escala?
AA: Es algo que debes de aplicar en todos
tus proyectos, la diferencia del museo es que,
como edificio educativo, tiene un impacto y
una trascendencia social mayor a un edificio
corporativo. La responsabilidad de todos
nosotros debe estar en afrontar cada proyecto
como un reto donde puedas dar millas extras y
puedas contribuir a la ciudad.
Hay una separación entre proyectos de
gran escala o de menor escala; o de mayor o
menor trascendencia social, posiblemente el
Ciudad Gobierno del Estado de Zacatecas
Fotografía de Arturo Arditti
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Glocal 15
reto sea más difícil en un edificio de menor
trascendencia social porque no es tan fácil que
se te ocurran ideas que tengan ese impacto.
Pero con el tiempo lo que trasciende es lo que
fue hecho con talento, eso perdura por sí solo y
envejece con dignidad.
JA: Hay muchos ejemplos en el mundo de
proyectos que han trascendido, y mientras más
los ves, más te admiras de la obra.
Hablando del aspecto humano, ¿cómo
logran que la gente asista al Museo?
MA: Tiene que ver con la integración del espacio
interior hacia el exterior. Nos interesó mucho
que las personas, antes de iniciar el recorrido
museográfico, tuvieran una conexión con el
exterior y con 500 años de historia. Desde
arriba puedes ver Bellas Artes, los Tribunales
de Justicia, la Alameda, la estatua de Juárez o el
Edificio de Correos; hay toda una integración
de espacios históricos que visualizas desde
el interior hacia el exterior. Y ese era nuestro
objetivo, generar esa sensación de libertad
cuando estás parado sobre el cubo, antes de
compenetrarte o enfrentarte a conocer uno de
los episodios más trágicos de la historia humana.
JA: El Museo no es un espacio protagónico,
no hicimos una escultura que sobresale del
contexto de la zona, ni del contexto del México
antiguo y moderno; va acorde con el pasado, el
presente y conlleva al futuro. La conexión con
el peatón se ha dado de forma comunicativa,
cuando la gente sale del Museo y lo comenta
con sus amigos, con su familia y con toda la
sociedad, es ahí cuando se genera el interés de
visitar el museo.
www.ardittiarquitectos.com
Egresado de la unam, el Arq. Mauricio
funda, junto con sus hijos Arturo
y Jorge, Arditti+RDT Arquitectos, han
realizado diversos proyectos corporativos,
habitacionales, residenciales, turísticos,
religiosos, deportivos, comerciales
y culturales, como: Museo Memoria y
Tolerancia, Torre Telefónica Movistar,
Corporativo de Coca Cola femsa en Santa
Fe y el Museo del Holocausto, entre otros.
Han recibido diversos reconocimientos,
entre ellos: el premio Mario Pani a la
trayectoria de Mauricio Arditti.
Escanea
para
material
extra
91
conversaciones creativas
La experimentación es un proceso por el
que se trata de comprobar una hipótesis
relacionada con un fenómeno determinado.
En medio de ese proceso, la prueba y el error
son un factor determinante para llegar al
resultado. En su ejercicio, AS/D Asociación de
Diseño retoma esa idea a la hora de crear un
complejo arquitectónico.
Fernando Velasco
y Paola Morales
¿Cómo surge AS/D Asociación de diseño?
Fernando Velasco: Estudiamos juntos la maestría en
Nueva York y trabajamos allá varios años. Después surgió
una propuesta para hacer una plaza comercial en México
y vimos la oportunidad de fundar un despacho donde
aplicáramos nuestros conocimientos. Así surgió AS/D hace
cuatro años; esa plaza fue nuestro primer proyecto.
Paola Morales: En Nueva York siempre estás en constante
bombardeo de arquitectura, arte y diseño. Toda la
vanguardia está allá. Con Fernando tengo muchas cosas en
común, como la maestría y toda la retroalimentación que
vivimos en NY. Sin duda, fue una las cosas que más nos
impulsó a formar nuestro despacho.
Como pareja creativa, ¿qué puntos en común tienen?
PM: Somos como dos polos opuestos, pero al mismo
tiempo tenemos una obsesión por la calidad y los detalles.
Somos muy perfeccionistas a nuestra manera, pero nos
compaginamos en el resultado final.
FV: Siempre tratamos que cada quien sea líder de un
proyecto. Cada uno asume su responsabilidad y toma la
mayoría de las decisiones. Durante el proceso nos juntamos
para retroalimentarnos. Otras veces nos reunimos en el
taller y opinamos sobre el proyecto que se está haciendo.
Todo se vuelve muy colectivo, todos aportamos.
PM: Eso se dio con el tiempo. Al principio sólo teníamos un
proyecto y los dos nos hacíamos cargo. Cuando empezaron
a llegar más cosas, nos fuimos dividiendo el trabajo, aunque
todas las decisiones son comunicadas.
La mayoría de las veces diferimos conceptualmente,
pero al mismo tiempo nos complementamos. En la parte de
ejecución no tenemos tanto problema, porque se trata de
algo más estético.
AS/D Asociación
de Diseño
En cuanto a materiales y colores, sus proyectos
siempre tienen una constante. ¿Consideran que tienen
una identidad definida?
FV: Somos monocromáticos. Incluso nuestras fotografías y
renders tienen un estilo.
Construcción de la
identidad de espacios
PM: Tratamos de proyectar la personalidad de cada uno.
Puede ser una propuesta muy arriesgada, pero tal vez
tiene un color muy serio. El proyecto habla por sí solo. No
tenemos que ponerle millones de colores, aunque depende
de las necesidades. Si voy a hacer una escuela, por supuesto
que voy a usar colores. En los proyectos que hemos hecho,
Texto Redacción Retrato Rafael Mayani Fotografías Cortesía de AS/D
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Chiquitito Café
no usamos ningún color, pero en algún
momento supongo que lo utilizaremos.
a hacer y con qué material. Es ahí donde
empezamos a experimentar.
FV: Preferimos que las propuestas sean
conceptuales. Por ejemplo, Casa Alta y Casa
Jurica son diferentes pero comparten algo. En
Casa Jurica se buscó dispersar el programa
porque el contexto no era muy interesante,
debíamos generar uno propio; se trata de
una casa más introvertida. Casa Alta busca
concentrar todo en un núcleo y generar vistas
exteriores por el contexto en el que está; es
más extrovertida. Ambas tienen una línea muy
similar, pero tratamos que las propuestas sean
muy fuertes.
Posiblemente los proyectos no tienen una
fachada o un material innovador, pero siempre
van a tener detalles muy particulares que los
harán más interesantes.
PM: Otra cosa que nos gusta mucho es el
diseño gráfico. En los proyectos donde nos dan
la oportunidad de implementarlo, lo hacemos.
¿Y en cuanto a la experimentación de
materiales?
FV: En el proceso de experimentación de
materiales en Casa Alta pudimos probar
cosas diferentes. En otros proyectos como
Plaza Sor Juana también realizamos muchas
opciones de maqueta.
PM: Somos amantes de las maquetas. Desde las
de Foam, hasta las de detalle donde ponemos
la estructura, porque siempre nos damos
cuenta de varias particularidades, y más si los
proyectos son de escala grande.
FV: Nos interesa probar materiales, y si no
funcionan, buscamos otros. De esta forma
conoces las propiedades que tiene cada uno;
sabes qué tipo de climas y temperaturas resiste.
En Casa Alta queríamos poner la imagen de
un árbol y pensamos de qué manera lo íbamos
94
FV: En AS/D creemos en las tres escalas: diseño
industrial, arquitectura y urbanismo. Las tres
parten de la premisa de que todo se diseña
a través de componentes.
En diseño industrial, el reloj es el
componente del mecanismo. En arquitectura
los componentes pueden ser las diferentes áreas
como la sala, comedor y cocina, y cómo se
conjugan esos espacios. En urbanismo se trata
de saber cómo convergen las áreas de vivienda
con las de oficinas, las áreas verdes y las
vialidades. Adolf Loos decía que el arquitecto
debe ser capaz de diseñar desde una cuchara
hasta una ciudad, y eso es algo en lo que
creemos mucho.
“Hay proyectos en los que
podemos experimentar en
ciertas ramas y en otros no.
Al final, de esa forma el
ejercicio de AS/D se va
haciendo multidisciplinario”.
– Paola Morales,
AS/D Asociación de Diseño
Pensando en las herramientas digitales
como el control numérico o impresión en
3D, ¿qué tomarían de esas herramientas
para AS/D y de qué manera podrían
contribuir a su trabajo?
FV: Siempre nos han atraído las máquinas y
la tecnología. En Nueva York teníamos una
cortadora láser en la oficina y armábamos
maquetas muy rápido.
PM: Utilizamos esas herramientas para hacer el
trabajo mucho más eficiente.
FV: O para hacer cosas que no podrías hacer,
porque no es viable que el carpintero corte a
mano 365 piezas diferentes. En la máquina los
podemos cortar más rápido.
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Casa Alta
Fotografía de Rafael Gamo
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“En la construcción de la identidad de
un espacio interviene el programa, el
cliente, la luz, el clima, el contexto, la
ubicación del terreno, el presupuesto y
desde luego, el usuario”.
– Fernando Velasco, AS/D Asociación de
Diseño
Detalle Casa Alta
Fotografía de Rafael Gamo
En diseño de mobiliario, por ejemplo, la
tecnología ha avanzado mucho con el cnc.
Tratamos de utilizarlo, aunque no somos
diseñadores industriales, pero nos llama
mucho la atención aplicarlo a la arquitectura.
Creemos que las herramientas son muy
importantes. Antes el cnc se usaba en muy
pocos talleres, quienes hacían detalles. Pero
ahora se ha abierto un campo muy diferente en
diseño industrial.
PM: Ahora puedes hacer 300 piezas distintas
mucho más rápido y con un costo menor. Todo
se hace más eficiente. Estas herramientas nos
van a ayudar a experimentar, a minimizar
costos y tiempos.
FV: Antes un despacho contrataba un
maquetista y estaba un mes cortando las piezas
a mano. Ahora puedes cortar en una hora todas
las piezas. Estas máquinas han provocado que
todo se vuelva más eficiente.
PM: Y no sólo en el armado de maqueta,
también se aplica en la arquitectura. La idea
es implementar esto en alguna fachada, una
celosía o en un plafón. De esa manera la oficina
puede ir creciendo y experimentando no sólo
en materiales, sino también en una metodología
para lograrlo.
Hablando específicamente de Chiquitito
Café, ¿cómo se hace diseño en espacios
mínimos?
FV: Alguna vez leímos un texto de un
especialista en barras de café donde mecionaba
que primero se debía diseñar la barra y la
Plaza Sor Juana
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Glocal 15
contrabarra, y una vez que eso funcionaba
perfecto, el espacio que restaba era para que
la gente se sentara. Lo empezamos a hacer al
revés, y quedaron zonas muy pequeñas para
que se sentaran cuatro o seis personas.
PM: Lo primero fue diseñar la barra. Por
que entre más eficiente fuera ésta, el café
iba a tener mucho más éxito. La clave de ese
proyecto fue hacer un buen diseño para que
el espacio pudiera funcionar adecuadamente.
Posteriormente buscamos combinar materiales
muy nítidos con opacos, para que tuviera una
apariencia entre viejo y nuevo.
FV: En el café caben alrededor de 18 personas
sentadas en un área que es demasiado pequeña,
pero sirve para que la gente interactúe. Es
algo muy europeo. En cuanto al piso de pasta,
se hizo un molde para que le diera identidad
al espacio; fue hecho especialmente para
Chiquitito Café Condesa. Si se hiciera otra
sede, en cualquier parte de la ciudad, sería
totalmente diferente.
¿Qué elementos intervienen en la
construcción de la identidad de un
espacio?
PM: Tiene que ver con la orientaciones, el
manejo de la luz, el tipo de sistema estructural
que vas a ocupar, porque eso responde mucho a
cómo será la arquitectura en sí. También influye
la vegetación. Hay que preguntarse por qué
vas a emplazar la casa justo en ese punto y no
más arriba o más abajo. Se tiene que estudiar la
condición del terreno.
FV: Interviene el programa, el cliente, la luz,
el clima, el contexto, la ubicación del terreno,
el presupuesto y desde luego, el usuario. No
puedes hacer sólo lo que el cliente te pide.
Hay que saber imponer, pero también ceder. Y
eso nos ha funcionado. En Chiquitito Café, el
cliente estuvo trabajando en nuestra oficina dos
semanas. Él trabajaba en el menú y demás cosas,
mientras nosotros definíamos el espacio.
www.asd-architecture.com
AS/D Asociación de Diseño es un
estudio multidisciplinario enfocado a la
práctica contemporánea de arquitectura,
urbanismo y diseño industrial. La
oficina fue fundada por los arquitectos
Fernando Velasco y Paola Morales. El
despacho aborda cada proyecto a través
de un proceso continuo de investigación;
modelos físicos y digitales; exploraciones
geométricas, materiales y tecnológicas;
participando activamente en concursos
nacionales e internacionales de diseño
urbano, arquitectónico e industrial.
Escanea
para
material
extra
97
conversaciones creativas
Julio Gaeta
y Luby Springall
El concepto de lo público ha sufrido
una resignificación a partir de las
transformaciones sociales. Hablar
de la recuperación de espacios
públicos desde la arquitectura es
una noción que cambia según las
acciones de los usuarios. Dentro
de su ejercicio como arquitectos y
agentes sociales, Julio Gaeta y Luby
Springall convierten el espacio
público en un lugar de expresión
ciudadana.
Arquitectura Ciudadana
¿Qué los unió primero, la arquitectura o
ustedes como individuos?
Julio Gaeta: Primero surgió lo personal
y después la alianza de arquitectos. Cada
uno tenía sus propios proyectos, y en un
determinado momento decidimos unir fuerzas.
Desde entonces empezamos a gestionar una
oficina juntos.
Luby Springall: Yo tenía un despacho —
Springall-Lira— que duró quince años; éramos
dos socios. Sin embargo, en un momento de mi
vida me dediqué mucho a la pintura, aunque
nunca dejé la arquitectura. Posteriormente
llegó Julio de Uruguay, y después de un año de
estar juntos, se dio una situación adecuada para
que empezáramos a trabajar y formáramos este
despacho.
¿Qué conceptos comparten para
consolidarse como pareja creativa?
LS: Ya teníamos ideas similares en torno a la
arquitectura. De hecho, esto es muy anecdótico
y personal, pero, cuando empezamos a salir, lo
primero que hice fue checar su sketchbook, para
ver si era buen arquitecto y dibujaba bien, de
otra forma, no me hubiera interesado.
JG: Compartimos una manera de cómo crecer.
Por ejemplo, somos muy apasionados con los
proyectos, como el de los memoriales, pues
ocupa el 70% de nuestras conversaciones
personales. Para los dos, cada proyecto requiere
de toda nuestra atención y energía.
Nos interesa mucho la teoría y la práctica;
damos clases, escribimos, viajamos e
intercambiamos ideas. Y en la práctica, hacemos
maquetas, reflexionamos los proyectos y los
visualizamos. Nos gusta combinar la teoría
y la práctica, aunque hay veces en que la
práctica es muy intensa y nos quita tiempo de
reflexión. Otras veces disminuye el trabajo y
Texto Redacción Retrato Rafael Mayani Fotografías Cortesía de Gaeta/Springall Arquitectos
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www.glocal.mx
Glocal 15
tenemos más tiempo de teorizar. Por ejemplo,
en 2009, cuando terminé mi doctorado, llegó
el concurso del Memorial a las Víctimas de la
Violencia en México. Fue ahí donde pudimos
aplicar todo lo que teorizamos por mucho
tiempo.
¿Cómo se genera el interés por los
memoriales?
LS: Este interés viene de mucho tiempo atrás.
Cuando comencé a involucrarme con la
pintura, durante siete años pinté la guerra; me
interesaba mucho investigar sobre qué pasaba
con los sentimientos del ser humano en un caso
tan extremo como ese. Estudié y leí mucho
sobre la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
También obtuve información de lo que
pasaba en Kosovo, en ex Yugoslavia y en las
Torres Gemelas. Hice muchos cuadros y
dibujos en torno a estos temas. En el momento
en que decidimos entrar al concurso —
sabiendo que se estaba boicoteando, y que
era polémico y muy controversial— tenía esa
perspectiva desde la pintura, pero nunca lo
había trabajado a partir de la arquitectura.
JG: Vengo de Uruguay, un país que estuvo bajo
una dictadura cívico-militar de 1973 a 1985. Me
tocó todo el proyecto universitario. Los que
fuimos estudiantes en ese periodo vivíamos con
el tema de la violencia y la injusticia. Todos los
buenos profesores eran sustituidos para que la
universidad fuera intervenida. Desde luego, con
la dictadura, existía injusticia, no sólo en el ámbito
universitario, sino también en el social y político.
A mi generación le tocó cambiar el mundo
en ese periodo tan negativo, luchar porque
las cosas volvieran ser como antes; cada uno
lo hizo a su manera. En ese periodo yo dirigí
la revista de los estudiantes. Por supuesto se
divulgaban temas que eran trastocados por
la injusticia. Cuando vuelve la democracia al
país, aparecen dos concursos sobre memoriales
que me marcaron enormemente: uno fue el
Memorial del Holocausto del Pueblo Judío, en
Montevideo. El segundo fue el Memorial de los
Desaparecidos. En ambos ganamos. A partir
de ahí, me di cuenta de que la mayoría de los
memoriales en el mundo tienen que ver con la
injusticia.
Cuando recibimos la convocatoria para el
Memorial a las Víctimas de la Violencia en
México, nos interesó de inmediato. Teníamos el
bagaje que Luby había estado trabajando y mi
experiencia.
Después, surgieron una serie de contras que
se terminaron en cuanto planteamos muchas
99
Memorial a las Víctimas de la Violencia en México
“El memorial era una
oportunidad de recuperar el
espacio público y de abordar,
al mismo tiempo, el tema de
violencia, algo que es muy
vigente en este país. Cualquier
persona que ha vivido en
México durante dos o diez
años, ha sido víctima de la
violencia, ya sea verbal, física
o emocional”.
– Julio Gaeta
cosas: era una oportunidad de recuperar el
espacio público y abordar, al mismo tiempo, el
tema de violencia, algo que es muy vigente en
este país. Cualquier persona que ha vivido en
México durante dos o diez años, ha sido víctima
de la violencia, ya sea verbal, física o emocional.
Eso fue lo que más nos interesó rescatar y lo que
nos motivó, aunado a la pintura de la guerra
y las ganas de hacer memoriales.
confuso. Pero, al final, se trataba de un espacio
recuperado. Nosotros ya habíamos trabajado y
los ciudadanos debían convivir con la obra. Era
lo correcto.
Se trata de un proyecto abierto que se
retroalimenta con la participación urbana. Por
eso decidimos que lo muros funcionaran como
pizarrones donde el usuario pudiera expresar
sus sentimientos, su dolor.
Hacer un memorial significa, entre otras
cosas, tomar conciencia de lo que pasa
en un país tan vulnerado como lo ha sido
México en los últimos años. En este sentido,
y desde su perspectiva, ¿cómo debe el
arquitecto de hoy, actuar como ciudadano?
LS: Nosotros intentamos, a través de la
arquitectura, hacer algo a partir de un tema
político y social. Pocas veces se puede hacer.
Por otro lado está el tema de la recuperación
del espacio público. Nuestra intención al hablar
de recuperación es buscar que se generen y se
promuevan actividades para que la gente utilice
los espacios. Así actuamos como ciudadanos
y arquitectos. Nuestro deber ciudadano no
sólo es hacer arquitectura, sino ser agentes de
cambio y tratar de hacer un México mejor. Al
final, un memorial intenta reconstruir un poco
el tejido social tan lastimado.
LS: Pensamos que el memorial es la
manifestación arquitectónica de las fallas de
una sociedad. Eso es lo que tiene que hacer un
memorial. Nosotros construimos el espacio,
pero la gente es la que escribe el nombre de las
víctimas o alguna reflexión. Les dimos 800 m2
para expresarse.
JG: Cuando tienes la oportunidad de hacer
una obra como esta, que se construyó en
tiempo y forma, y ver que no se abre al
público, es desconcertante. Eventualmente
nos preguntamos si la iban a inaugurar o a
demoler, como en algún momento se dijo. Fue
ahí donde involucramos a la prensa. Muchos
arquitectos, colegas y amigos nos decían que
estábamos equivocados, que no debíamos
hacerlo. Todo lo que rodeó al proyecto fue muy
100
Y más por lo que significa…
LS: Claro. Tienes que buscar significados; cada
uno de esos textos son elementos que conforman
el proyecto. Deben tener un significado, de otra
forma la obra se vuelve estéril.
En cuanto a la interacción del público,
¿hasta qué punto es positivo o negativo?
LS: Hasta ahora el público ha sido muy
respetuoso, pero seguramente alguien escribirá
cosas que no tengan nada que ver con el tema.
Al final, es parte de la expresión social.
JG: También es parte del equilibrio. Esto mismo
se lo preguntaban a Peter Eisenman, el creador
del Memorial para los Judíos Asesinados
en Europa. En ese memorial, se usó pintura
antigrafitti. Él se negaba; decía que si alguien
ponía una esvástica, lo contrario a la intención
del memorial, se crearía un balance. Cada
quien puede poner lo que quiera, es parte de
los espacios públicos. Cuando un individuo
www.glocal.mx
Memorial a las Víctimas de la Violencia en México
Fotografía de Sandra Pereznieto
ponga un elemento ofensivo, alguien dirá que
eso no va y lo borrará, aunque después otro más
insistirá. Así funciona la sociedad.
LS: Siempre pensamos cuál sería el futuro de
los muros. Pero preferimos visualizarlos como
los testigos de las ausencias de las víctimas
que han desaparecido. Cuando la gente llega
y escribe, los muros se cargan de energía.
Guardan un registro que se modifica cuando se
empieza a cubrir con otras historias.
JG: La idea esencial era la paz. El contexto
del proyecto era el bosque y la destrucción
que causa la violencia. Entonces pensamos en
dualidades: construir algo artificial en medio
de lo natural. Y, al mismo tiempo, funcionaba
como un antídoto; frente a la destrucción
vamos a hacer construcción. La pregunta se
concentraba en cuál iba a ser la dosis exacta de
construcción, con la finalidad de mantener el
equilibro entre lo natural y lo artificial, que no
se volviera demasiado intervenido, pero que
tampoco fuera un proyecto tan mínimo que se
perdiera en el bosque.
En algún momento hicimos un recorrido
con una niña, víctima de la trata de personas.
Caminamos por la obra en silencio, hasta
que ella empezó a hablar y nos expuso su
interpretación: “…mientras el camino va
hacia Reforma, la mayoría de los muros siguen
acostados y me siento vulnerable todavía.
Pero cuando llego al espejo de agua y escucho
su movimiento, ya no percibo el ruido del
tráfico. Veo que estas columnas se paran para
cuidarme; son gigantes que me protegen”.
LS: Sin duda, es un proyecto que la gente
entiende, no es algo intelectual que sólo está
dirigido a arquitectos o artistas. No hay que
buscar un libro para leer las instrucciones, es
un proyecto que se siente. Hace dos años, en
el marco de la Bienal de Venecia, se pensaba
llevar un proyecto sobre el conflicto que se vive
en Ciudad Juárez, pero el gobierno no quería
presentar esa problemática en Venecia. Para
esa propuesta hicimos toda una investigación
Memorial a las Víctimas de la Violencia en México
Fotografía de Sandra Pereznieto
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www.glocal.mx
Glocal 15
sobre Juárez; no sabíamos cómo intervenir, si
valía la pena hacer un proyecto o si debíamos
intervenirlo desde el punto de vista urbano.
No estábamos seguros porque se trata de
una ciudad con un tejido social totalmente
destrozado y que, además, no tiene espacios
públicos. Así que lo abordamos desde una
perspectiva más utópica: pensamos en cuáles
eran los problemas que se viven en ciudad
Juárez. Sin duda, la frontera es uno de ellos. La
gente está en esa región temporalmente y luego
se va al otro lado, por lo tanto no hay tejido
social. A eso hay que sumar el narcotráfico.
Llegamos a la conclusión que la frontera es
una gran herida que sangraba y mucho. ¿Qué
hacer con ella? Curarla. Decidimos quitarla y
coserla con arquitectura, con memoriales que
representaran esperanza.
www.gaeta-springall.com
Julio Gaeta y Luby Springall son una pareja
de arquitectos que en 2001 fundaron el
despacho Gaeta-Springall Arquitectos.
Gracias al ejercicio y experiencias
individuales, su obra busca la cercanía con
temas sociales. La firma ha sido invitada
a participar en importantes concursos
nacionales e internacionales. Actualmente
desarrollan más de veinte proyectos
de diversos programas y escala, desde
viviendas unifamiliares hasta Planes
Maestros.
Escanea
para
material
extra
103
conversaciones creativas
Claudio
y Christian
Gantous
Los límites entre el interior
y el exterior de un complejo
arquitectónico están dictados según
las necesidades de la construcción.
Existen despachos que abordan
la obra arquitectónica como una
unidad integral en la que interior
y exterior conforman un todo. Es
el caso de Gantous Arquitectos,
quienes, a partir de su trabajo, han
inscrito su ejercicio en diferentes
disciplinas sin abandonar el nicho
de la arquitectura.
Relación entre
interior y exterior
¿Cómo definen la relación entre el interior
y exterior de un espacio?
Christian Gantous: La arquitectura es
interior y exterior. Cuando diseñamos una casa,
hacemos toda la distribución espacial porque la
dimensión interior es el modo en que funciona
una casa.
Claudio Gantous: Eso depende totalmente del
acercamiento del arquitecto hacia la relación de
cómo trabaja los interiores con los exteriores.
Nos gusta perder los límites, que fluya el
espacio interior hacia el exterior y viceversa.
Eso es un sello del trabajo que hacemos.
ChG: Muchas veces el arquitecto hace énfasis
en el objeto arquitectónico, por lo que se pierde
un poco esta relación.
CG: Hay ejemplos muy claros, el espacio
interior de una sala de conciertos no tiene
ningun nexo con el exterior. Solamente se
puede traducir en una forma arquitectónica que
refleja algo del espacio hacia el exterior, pero
no hay un vínculo directo.
¿Cómo empieza el proceso para establecer
una arquitectura de interiores? ¿Cómo
leen al cliente?
ChG: Los clientes se acercan a nosotros por
recomendación o porque han visto nuestro
trabajo, en ese momento se establece un
lenguaje y un diálogo con ellos para saber sus
necesidades. Debe existir una empatía y un
gusto similar. Si no existe eso, no hay relación
y preferimos no forzar nada. Cuando el
cliente sabe que quiere trabajar con nosotros,
le pedimos una lista de requerimientos,
visitamos el terreno donde quieren hacer la
obra y empezamos a vislumbrar hacia dónde
va el proyecto.
CG: También es entender las expectativas
y qué es lo que están buscando. Debemos
tener claros todos los elementos extraprogramáticos, porque la arquitectura no se
hace nada más de un planteamiento establecido.
Hay cosas que nos transmiten los clientes que
tienen que ver con anhelos; esa es la parte final
de la arquitectura: poder entender al cliente y
luego transmitirlo en el proyecto.
¿Cuáles son las condiciones para que
la relación con el cliente sea de manera
natural?
CG: Nosotros trabajamos de manera sutil con
los clientes; primero escuchamos y desciframos
cómo adaptar sus necesidades. Es un trabajo de
convencimiento.
Muchas veces las ideas de los clientes
surgieron de una revista, porque alguien
les platicó algo o porque visitaron una casa
y se quedaron con una imagen en la cabeza
que a veces no saben traducir. Por ejemplo,
probablemente no fue tanto el material o el
espacio lo que les gustó, sino cómo estaba
entrando la luz. Cualquier detalle tiene que ver
más con una atmósfera que con una manera
exacta de traducir un espacio.
ChG: Con los clientes se crea un diálogo.
El éxito de nuestro trabajo no es solamente
nuestra experiencia y capacidad, también
interviene la forma de relacionarnos con ellos.
Vamos de la mano durante todo el proceso,
cuando empiezas un proyecto habitacional,
te casas con ellos algunos años, se genera una
relación muy cercana que buscamos que sea lo
más amena posible.
Los diseños maduran conforme entiendes
al cliente y encuentras la mejor manera de
plasmar sus anhelos en el proyecto. El resultado
Texto Redacción Retrato Rafael Mayani Fotografías Cortesía de Gantous Arquitectos
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Glocal 15
105
por lo general es bueno porque finalmente es
un trabajo de mucha dedicación, de tiempo
y de psicología; tienes que usar mucho tacto
para poder llevar todo a un buen término y que
todos terminen contentos.
¿Cómo se establece el diálogo entre ustedes?
ChG: Tenemos 22 años trabajando juntos. Nos
hemos conocido tanto durante este tiempo. Hay
una comunicación muy clara
y gráfica, pero también perceptual. Sabemos muy
bien cómo medirnos, en qué momentos discutir
y cuáles son las cosas que importan.
Ya en la práctica, por lo general, nos
sentamos para solucionar proyectos
conjuntamente. Alguien trabaja una primera
idea y después la rebotamos para que madure.
Una de las ventajas de tener un socio es que
siempre tienes un ojo fresco.
CG: Lo bueno es que, además de ser un
socio creativo con tus mismos intereses, es
tu hermano, lo conoces de toda la vida. Si
tenemos una buena relación no se debe sólo a
que seamos hermanos, sino que también somos
socios que saben trabajar en equipo.
ChG: Nos damos cuenta bastante rápido qué
clientes atiende él y cuáles yo. Incluso ellos
mismos se sienten más cómodos con uno que
con otro. Funciona muy bien.
¿Sus conceptos respecto a la arquitectura
son similares o diferentes?
CG: Concordamos mucho, tenemos la misma
visión de la arquitectura. No podríamos
trabajar juntos si uno tuviera una idea
completamente distinta de cómo entender
el espacio, las formas y los materiales. De
repente podemos diferir en la selección de un
material, o de cómo resolver un espacio, pero
casi siempre acabamos tomando una decisión
correcta hacia a ese punto.
ChG: Cada proyecto adquiere vida propia.
Desde el principio cada uno te va llevando; te
metes tanto en el lenguaje, en el cliente y en los
requerimientos que de repente también tienes
que hacerte a un lado.
Retablo Mayor y Presbiterio de la Catedral de Zacatecas
Fotografía de Erick Verdier
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Glocal 15
Es muy importante observar y dejar que las
cosas caminen.
CG: Después de tantos años de trabajar juntos
hemos establecido un vocabulario en común;
hay muchas cosas que no se deben solucionar
siempre en cada uno de los proyectos, sino que
esa información se puede trasladar de uno a otro.
Algunos proyectos traen nuevas ideas,
nuevos desarrollos y, como dice Christian,
generan su propio vocabulario y lenguaje.
Entonces se da un momento de transición
y de cambio.
En cuanto a materiales, ¿tienen alguno que
les haya aportado algo valioso?
ChG: Hemos desarrollado un buen
conocimiento de materiales. No sólo somos
arquitectos creativos que sueltan una idea
para que la resuelva alguien más; nos interesa
mucho la forma en la que se ejecutan. Somos
arquitectos de detalle, nos gusta cómo se
construyen las cosas. Es muy importante
especificar todo, para que se construya la obra
con la calidad correcta.
Cuando hicimos la rehabilitación de la sala
principal del Palacio de Bellas Artes, fue un
acercamiento al mundo del teatro. Trabajamos
con especialistas de sonido, isóptica,
iluminación, mecánica teatral y acústica. Fue
una curva de aprendizaje vertical, porque todo
fue muy rápido, lo tuvimos que aprender todo
en cuestión de meses.
Los arquitectos somos orquestadores, no
somos especialistas en nada, pero sabemos un
poco de todo. Esa es nuestra labor. Nosotros
coordinamos el proyecto estructural, de
instalaciones, de iluminación y de fuentes.
“Concordamos mucho, tenemos
una misma visión hacia la
arquitectura. No podríamos
trabajar juntos si uno tuviera
una idea completamente
distinta de cómo entender
el espacio, las formas y los
materiales”.
– Claudio Gantous
CG: Precisamente porque tenemos una
meta y una idea más clara que todas las otras
partes, con la finalidad de direccionarlo a un
objetivo, por ello, llevamos a cabo un trabajo de
coordinación y orquestación.
En Zacatecas, además de intervenir en
un edificio histórico y eclesiástico, le dimos
arquitectura moderna al interior y resolvimos
una problemática que tenía la catedral: la falta
del retablo mayor y de un presbiterio digno
107
para oficiar las misas y las ceremonias que requería, lo cual no se había
hecho en América Latina; inclusive en Europa no hay intervenciones de
este tipo donde entra una arquitectura moderna para resolver un retablo
en un edificio del siglo xvii-xviii. Fue muy interesante, y después explorar
con los materiales, una de las cosas que quisimos hacer era trabajar con los
cánones establecidos de lo que es un retablo clásico, aunque hicimos una
obra moderna, usamos madera y hoja de oro, como se solía hacer antes.
Fue muy enriquecedor trabajar con materiales que nunca habíamos
utilizado. Aprender de toda la historia que tenían e incorporarlos dentro
de una modernidad.
ChG: Fue divertido descubrir que somos versátiles, no sólo somos
técnicos o creativos, tenemos la versatilidad de entrar en un proyecto así
y sacarlo adelante en buenos términos. Fue un reto controvertido, pero
de mucho aprendizaje.
Hablando de la relación que tiene la arquitectura con las artes
plásticas, ¿cuál es su experiencia con Javier Marín?
CG: Con Javier Marín ya tenemos una historia. Javier es amigo desde
hace muchos años. Hicimos su taller. Trabajamos con él de una manera
muy fluida para hacer su espacio de trabajo y ayudarlo a que desarrollara
su quehacer en un espacio idóneo. El reto fue crear un espacio que
tuviera suficiente calidad para dialogar con las esculturas que él quería
hacer. Buscamos cómo hacer que sus piezas no se volvieran elementos
que estuvieran solamente pegados o apoyados sino que se fundieran con
la parte arquitectónica.
ChG: Nosotros respetamos su trabajo, es un artista plástico muy
talentoso y exitoso. Es alguien que sabe respetar el trabajo de otros; en
ese sentido hicimos buena mancuerna. Logramos un buen equilibrio
entre la pieza del retablo y sus esculturas.
Gantous Arquitectos es una firma conformada por los hermanos
Claudio y Christian Gantous que se dedica a crear espacios con
identidades únicas y de gran expresión plástica. Dentro de los
proyectos más destacados del despacho se encuentra la Embajada
del Reino de los Paises Bajos en México, la Casa/Estudio de Javier
Marín, la rehabilitación de la sala de conciertos del Palacio de
Bellas Artes y el Retablo Mayor y Presbiterio de la Catedral de
Zacatecas. En todos sus proyectos se ha tomado en cuenta el
clima del contexto para crear arquitectura inteligente y acorde a
su contexto.
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Casa ML
Fotografía de Michel Calderwood
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109
conversaciones creativas
La evolución de las relaciones humanas está
dictada a partir de los cambios vertiginosos
de las comunicaciones. Las nuevas conductas
dieron paso al replanteamiento de varios
conceptos, reclamando una reinvención
constante. Sin embargo, esa exigencia ha
provocado que la vigencia de los nuevos
modelos de creación y producción sea
cada vez más corta. Desde su experiencia,
Pascal Aquitectos ha visto ese cambio y ha
adaptado esos cambios a su ejercicio que ha
incluido demoler y construir de nuevo sus
propios edificios.
¿De dónde nace el interés por la arquitectura?
Carlos Pascal: Nosotros no somos arquitectos, somos
artesanos. Nuestro papá era carpintero. De niños, hacíamos
nuestros juguetes en el taller de papá, de ahí se nos
quedó gran parte del oficio. Después, mi padre se volvió
constructor y visitábamos las obras. En las vacaciones
cargábamos tabiques y hacíamos como que trabajábamos. De
ahí salió el interés.
Gerard Pascal: Cada quien tuvo un acercamiento diferente.
Yo siempre tuve mucha facilidad para el dibujo, de hecho
era lo único que se me facilitaba. Fui un desastre académico.
Pero creo que cuando tienes una mente creativa es muy
fácil perderte en el mundo que tú creas. Siempre me gustó
mucho dibujar, fui bueno. Supe, desde que tenía seis años,
que iba a ser arquitecto. Nunca hubo otro camino.
¿Cómo llega La Casa de Meditación?
GP: La Casa de Meditación fue un caso curioso. Todo
empezó por un concurso para hacer un templo. Ya habíamos
hecho una obra del mismo carácter: unos baños rituales para
las comunidades judías. Sin embargo, una de las condiciones
para estar en el concurso era pertenecer a esa congregación,
por lo que no pudimos entrar. Entonces, recordamos que
alguna vez hicimos un proyecto con un arquitecto que sí
era integrante y le propusimos juntarnos para concursar.
Nos dijo que no. Ese tipo de concursos, según él, estaban
arreglados. En lugar de eso, nos propuso hacer otro
proyecto que iba a donar su familia a la comunidad. Así fue
como llegó la invitación para hacer La Casa de Meditación.
Ése fue uno de los proyectos que salieron de repente.
No esperábamos todo lo que sucedió después, es la obra
más pequeña que hemos hecho, pero también la más
reconocida y la más premiada. La connotación propia de lo
que implica el acontecimiento, es una oportunidad para dar
un discurso especial.
Gerard y Carlos
Pascal
Arquitectura
a través del tiempo
CP: No es que sea minimalista, es una obra mínima.
Nosotros no creemos en una sola manera de hacer las cosas
porque todos los proyectos que hacemos son resultado de
un proceso de lo que no pueden ser. Eso hace nuestro trabajo
más divertido porque no sabemos dónde va a acabar.
Texto Redacción Retrato Rafael Mayani Fotografías Cortesía Pascal Arquitectos
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GP: Y así tenemos la oportunidad de
sorprendernos en cada obra porque no sabemos
lo que podemos descubrir. No queremos
volvernos arquitectos de estilo o de marca.
Después, en los baños rituales, evoluciona el
uso del espacio. Cuando hicimos la construcción
no sabíamos cómo iba a funcionar ni cómo iban
a ser las consecuencias de su uso. Cambiaron
muchas cosas y muchas comunidades
empezaron a hacer este tipo de lugares. Sobre el
mismo lugar, se hizo una propuesta que va en la
misma línea. Obviamente se reutilizó parte del
esquema que había, porque funcionaba bien. Y
se rehízo todo.
CP: Y como ya llevamos muchos años, nos está
tocando rehacer muchas obras, por ejemplo, en
el Hotel Hilton, antes Sheraton. Hace diez años
no funcionaba el lobby bar. Pero nos dieron
oportunidad de hacer una obra nueva. Eso es
lo que pasa con el tiempo y con los ciclos de las
obras: son cada vez más cortos.
Ustedes hacen desde el interior de una
residencia un templo, que son dos cosas
muy diferentes. ¿Cuál es la premisa para
trabajar el templo que no tiene nada que
ver con el interior de una residencia?
GP: Es algo que podemos hacer al mismo
tiempo. Es la versatilidad del ejercicio. Así
hicimos Nisha, un “antro” que debía tener todas
las implicaciones a nivel arquitectónico para
producir un acontecimiento.
Todos vivimos dentro de un espacio creado
artificialmente; nuestra vida se da dentro de
estos espacios. Y todos tenemos esa capacidad de
entenderlo. Cuando tengo que diseñar un espacio,
lo primero que pienso es: ¿Qué va a suceder ahí
adentro? ¿Cómo me voy a sentir? ¿Qué quiero
sentir y de qué forma pretendo lograrlo?
CP: O te das cuenta de todo lo que no es.
Vimos otros lugares y decidimos que no iba a
ser de esa forma. Y también está la consigna de
no repetirnos. Ninguna obra va a ser lo mismo
que ya hemos hecho.
GP: Aunque siempre estamos influenciados por
imágenes.
CP: Pero la búsqueda es que no sean lo que ya
fueron. Partimos de que cada obra tiene que
ser única y no sabemos cuál será el resultado.
El proceso de diseño es simultáneo. Me gusta
hacer una analogía de cómo se conocía todo
Casa de Meditación
Fotografía de Víctor Benítez
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antes y después de internet. Antes, para
conocer algo, tenías que leer un libro; ganabas
experiencia en el transcurso de la lectura. Era
tabú saber el final antes de leer todo el libro.
Con internet, el hipertexto y esas relaciones
simultáneas, esa secuencia lineal entre el tiempo
y espacio se rompe. Hoy día todos queremos ser
más eficientes y no queremos perder tiempo,
por lo tanto el conocimiento se ha vuelto
puntual. No tenemos que leer todo un libro
para saber de un tema. La experiencia puede
no ser la misma, porque cuando adquiero el
conocimiento puntual no sé qué pasa alrededor
de eso, pero puedo llegar al final antes de
empezar y eso me permite saber si es a donde
quiero llegar o no. Hay muchos principios y
muchos finales; en el hipertexto todo empieza
por cualquier lugar y no termina nunca.
Todo eso es un proceso de retroalimentación,
porque al final tu conclusión debe materializarse.
Y puedes ser muy eficiente pero muy poco
efectivo en el resultado. Estar saltando de
principio a fin y ver todo desde diferentes puntos
de vista hace todo mucho más enriquecedor. Y
hace que lo más importante sea la experiencia
de hacerlo. Porque, al final, lo que a nosotros nos
queda es el proceso. Para el arquitecto, construir
una obra es la muerte de ese proceso.
GP: Es como concebir un hijo y dejarlo ir.
Aunque suene romántico es así: vemos cómo
es el proceso, cómo evoluciona el proyecto y
cómo llega a su punto máximo.
“Siempre tuve facilidad para
el dibujo. De hecho era lo único
que se me facilitaba. Creo
que cuando tienes una mente
creativa es muy fácil perderte
en el mundo que tú creas (...)
Supe, desde que tenía seis
años, que iba a ser arquitecto.
Nunca hubo otro camino”.
– Gerard Pascal
“Yo no creo en la inspiración.
Yo hago arquitectura a partir
de la eliminación. Para mí
la creación es un acto de
destrucción. La única manera
de crear es destruyendo”.
– Carlos Pascal
Hablando de los templos, ¿cómo ‘crean’
tranquilidad en la obra?
CP: Es la suma de muchas cosas. Un día nos
llegó un concurso de una iglesia que tenía
criptas y un patio. Fue un manejo perverso/
tiránico, porque te vuelves una especie de
dictador conductista. Es como el cine de
Hollywood, el director sabe qué reacciones va a
provocar, sabe cuándo te va a sacar las lágrimas.
GP: Se trata de un manejo de emociones.
En los templos buscamos esa sensación de
acercamiento.
CP: Exacto. La expresión de cualquier religión.
GP: En las obras que hemos hecho bajo esta
temática no hay simbología religiosa, más
bien es una simbología espacial. En lugar de
imágenes de decoración, tratamos de que afecte
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Hilton Lobby Bar
el volumen, la iluminación, largos pasillos que
crean imágenes oníricas…
CP: Al final, todo acto litúrgico es una obra
teatral. Entonces imaginamos el escenario
pensando en cómo se va a construir esta obra.
ahí adentro. Esto es debido a que la significación
anterior era mucho más universal que hoy.
Ahora es diferente, porque la información
está al alcance de todos. Se ha vuelto más
complejo.
www.pascalarquitectos.com
GP: Y esa tranquilidad se da cuando hay un
acto introspectivo de pensar en una forma
positiva, en que te vaya mejor, en que exista el
paraíso o algo por el estilo.
CP: Pero es un asunto nuestro, porque no
todo signo significa lo mismo para todo el
mundo. Mientras más neutralidad exista en la
arquitectura, mientras menos cuente, da lugar
a que tengas tu propia historia, tu versión del
espacio. Porque, en el momento en que empiezas a
meter esas simbologías tan obvias y redundantes,
puedes provocar una crisis. La arquitectura de
un templo debe estar abierta para que cualquier
persona ponga el significado que quiera.
GP: Por ejemplo, si yo entro a una catedral gótica,
aunque no sea cristiano, siento que Dios vive
114
Casa El Secreto
Fotografía de Víctor Benítez
Pascal Arquitectos tiene 34 años de
existencia. La firma fue conformada
por hermanos Carlos y Gerard Pascal
en 1979. El dúo desarrolla su ejercicio en
el diseño arquitectónico, de interiores,
paisaje, iluminación y mobiliario. Pascal
Arquitectos ha sido ganador de varios
premios, entre los que se encuentra el
Marble Architecture Award de 2008 por la
Casa de Meditación.
“Mientras más neutralidad exista
en la arquitectura, mientras
menos cuente, da lugar a tengas
tu propia historia, tu versión del
espacio”.
– Carlos Pascal
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conversaciones creativas
Dentro del panorama de la
arquitectura actual, la falta de
discusión sobre la vivienda social,
y el creciente desinterés en la
serie de problemas implícitos,
como los espacios reducidos y el
uso materiales de poca calidad,
inciden en la forma de vivir
de los habitantes. Siguiendo
esta problemática, el trabajo
arquitectónico de Félix Sánchez
y Javier Sánchez se centra en la
formulación de nuevas propuestas
para la vivienda social.
¿Cómo generan un diálogo con las
autoridades para tener una vivienda de
calidad y dignidad?
Félix Sánchez: Para mí toda la vivienda
es social, pero estamos en un momento de
crisis porque el Estado simplemente quitó las
manos y dejó que la iniciativa privada hiciera
lo que quisiera. De 1990 a la actualidad se han
hecho 16 millones de casas, pero no hogares.
La vivienda es la parte esencial de una ciudad,
por lo que el producto de esta mala política
de “no intervención”, son las reservas urbanas
de la ciudad que han crecido salvajemente;
han tenido muy buenos momentos pero
actualmente estamos en una situación de crisis.
Félix y Javier
Sánchez
Javier Sánchez: El paradigma del modelo
opuesto, que tenía que ver con la intervención del
gobierno, fue debido al control de la producción
de la vivienda y con el involucramiento de
los arquitectos. Ese modelo generó crisis
aproximadamente a principios de los años 80 y se
abandonó. Quizá un primer indicio es Tlatelolco,
un prototipo muy efectivo pero que fue llegando
a un límite. El nuevo paradigma está en un nuevo
momento y en una coyuntura; hace cinco años
presentamos una propuesta en la Bienal de
Venecia: “Vivir adentro”, que consistió en un
fenómeno social incluyente.
En algunos años se estará rompiendo un
paradigma y con esto, vendrá la oportunidad de
construir uno nuevo; es un buen momento para
Vivienda para
la sociedad moderna
la arquitectura y para la sociedad en general de
pensar cómo queremos vivir.
Como arquitectos, ¿qué quieren ofrecer a
la vivienda?
JS: En estas críticas frontales hay oídos sordos,
pero ahora siento que habrá más apertura para
escuchar, y lo que nos toca es proponer.
FS: Y los arquitectos se cansaron de sojuzgar
por cuestiones financieras y mejor dejaron el
problema de lado, pero, hablando de Tlatelolco,
es muy impresionante que ahí no haya ni una
sola vivienda que se venda o que esté vacía.
La vivienda se repite muchas veces y hace
ciudad. Es importante, porque en los años 50, en el
Banco Nacional de Hipoteca y Obras Públicas se
hicieron unos estudios: “Herradura de tugurios”,
donde hablaba de viviendas que no tenían calidad
pero que estaban insertadas en el tejido urbano;
un resultado del estudio es Nonoalco.
Esto es una lección para ver en retrospectiva,
porque lo que sigue es hacer ciudad, no
sólo pensar en hacer un conjunto de tres mil
viviendas idénticas. La tecnología, la tolerancia y
el cambio de vida son cosas actuales y la vivienda
no lo es: no se hacía vivienda para renta, tenía
que ser una sola unidad.
JS: Lo que necesitas es una vivienda, no
importa si es propia o rentada. Te produce
posibilidades de arraigo, de movimiento y de
localización. Es difícil pensar que vas a estar
anclado a un espacio.
FS: Siempre será mejor una buena ciudad
que una mejor vivienda. En este barrio donde
estamos —la colonia Hipódromo Condesa,
en la ciudad de México— hay ricos, medianos
y pobres, esa es la ciudad: heterogénea,
diversa, abierta, y si intentamos hacer algunos
proyectos pilotos con esa visión, podría
gestarse ahí el nuevo paradigma. Hoy en día la
vivienda no es para la gente.
JS: Incluso debe haber mil ideas y existir
cinco o seis restricciones de cosas que no
tienen que ver con el tema de la arquitectura,
sino que son temas sociales; por ejemplo, la
vivienda tiene que ser mezclada, no deberían
Texto Redacción Retrato Rafael Mayani Fotografías Cortesía de Sánchez Arquitectos y Jsa Arquitectura
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restringirte a hacer sólo un segmento de éstas,
y quien quiera hacerlo se le desincentiva, y
al que tenga la iniciativa, todo lo contrario.
Hay mecanismos que pueden ser buenos para
atraer a los inversionistas y ofrecer beneficios
a cambio. Tampoco puede delimitarse ni
amurallarse, eso también es restricción. Que
haya una densidad mínima porque se estará
dilapidando el suelo; debe mezclarse con
servicios y crear espacio público. Estas son las
nuevas reglas de urbanidad.
FS: Son reglas muy claras, lineamientos muy
generales. Obviamente, por mucha imaginación
que tenga el arquitecto, ni el más talentoso
podrá resolver ese problema. Mala y buena
arquitectura siempre habrá. La nueva ciudad
se irá ganando calle por calle, lote por lote.
La vivienda es el monumento del siglo xx y hay
que hacerla con la piedra de este siglo que es el
concreto, la piedra pobre.
Debemos intentar que la ciudad sea un
monumento, porque el arquitecto debe servir
a la sociedad y tiene que reflejar el momento
histórico que le está tocando vivir.
Por ejemplo, en Inglaterra, hay un proyecto
que se llama Park Hill, fue un proyecto de
mil viviendas en cuatro hectáreas, 10 años
después de lo que hizo el Arq. Mario Pani en
el multifamiliar Miguel Alemán. ¿Qué han
hecho 60 años después? El Estado —o algún
promotor vio posibilidades—, decidió invertir
ahí e identificar lo que hacía falta. Se realizaron
departamentos pequeños, medianos, grandes y
se mezclaron.
JS: Los proyectos mexicanos tienen esas
mezclas, si vas a la Avenida Independencia,
verás casas y departamentos. Creo que
sin duda estuvimos en la vanguardia pero
desafortunadamente retrocedimos mucho.
No hay arquitectura, ni premios para la
vivienda; se habla de sustentabilidad y de
ponerle calentadores al agua, pero lo primero
que se debe hacer es sustentabilidad social.
¿En qué momento deciden aportar
dignidad en la construcción de las
viviendas? Supongo que deben tener un
momento de sensibilidad.
FS: Mi padre nos inculcó el tema de la
arquitectura social. Tenía 10 o 12 años que
no hacía vivienda porque aparentemente me
maté yo mismo. Hicimos un proyecto con
una densidad maravillosa que daba 23 metros
cuadrados de suelo, cuatro pisos; el sol entraba
118
a las viviendas. El desarrollador nos propuso
tres pisos y un elevador. Nosotros nos matamos
porque produjimos un proyecto muy bueno, en
ese momento decides ya no seguir, como dicen:
“mataron la gallina de los huevos de oro”. Las
cosas son cíclicas, todo cambia.
JS: Aunque había comentarios en contra del
modelo actual, no se veía una caída pronta.
Si esta entrevista se realizara en 10 años, sería
curioso escuchar de la época de la vivienda
hecha por el gobierno, los arquitectos y de los
promotores privados; sería muy bueno estar en
el tiempo donde este modelo ya no existiera.
“Debemos intentar que la
ciudad sea un monumento,
porque el arquitecto debe
funcionar sirviendo a la
sociedad y tiene que reflejar el
momento histórico que le está
tocando vivir”.
– Félix Sánchez
FS: Hay que tener una codicia moderada y el
que puede dar el ejemplo es el Estado, porque
tiene los instrumentos para hacerlo. La sociedad
ya evolucionó y si quieren seguir siendo
políticos, cuando menos tienen que cumplir
con ciertos preceptos porque el ciudadano está
por encima. Es el gran fenómeno de este siglo:
la migración a las ciudades, porque es más fácil
que tengas trabajo y limites la pobreza. ¿Qué
atraen las grandes ciudades? Talento. La visión
de un lugar tolerante.
JS: Hay un fenómeno muy interesante en
la autoconstrucción que también es digno
de valorarse e incorporarse al proceso de
producción de la vivienda. La gente con la
aspiración de mejorar su vida va construyendo
continuamente, por lo que las cosas se conciben
de manera distinta. Las obras de vivienda
abandonadas deben tener proyectos mezclados,
como modificar el uso del suelo, permitir
fusiones o divisiones y disminuir el tamaño
de las calles. La cuestión es meter nuevos
proyectos dentro de los vacíos que dejó el
anterior, ese es un buen reto.
FS: Hace días, alguien presentó una idea: un
carrito verde con juegos de niños, una plancha
que se mueve y se estaciona. Imagina que en
una calle, eliminas un carril de estacionamiento,
ahí ya tienes un parque lineal. La finalidad es
que haya una voluntad política de cambiar.
JS: Alguien tiene que decir que no se puede
seguir pensando en construir 30 viviendas
por hectárea en ningún lugar del suelo de
la República Mexicana, es decir, hay que
desechar esa regla. Es suelo es muy valioso y
tenemos mucho, pero no por ello lo vamos a
echar a perder.
Conjunto de vivienda Sara de Sánchez Arquitectos Asociados
www.glocal.mx
Glocal 15
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Ampliación del Centro Cultural España de JSa Arquitectura
Veracruz 60 de JSa Arquitectura
Fotografía de Paúl Rivera - archphoto
Biblioteca Personal Carlos Monsiváis de JSa Arquitectura
Fotografía Jaime Navarro
FS: Por ejemplo, la reserva urbana de
Querétaro ha crecido 17 veces en los últimos
30 años, la población se ha triplicado, es un
crecimiento de tres contra 17; esa ciudad será
inhabitable. Tiene que haber un cambio de
cultura urbana, tenemos que aprender a vivir en
la ciudad con otros requerimientos.
“Quizá las obras de vivienda
abandonadas deben tener proyectos
mezclados, como modificar el uso del
suelo, permitir fusiones o divisiones,
disminuir el tamaño de las calles. La
cuestión es meter nuevos proyectos
dentro de los vacíos que dejó el anterior,
ese es un buen reto”.
– Javier Sánchez
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JS: Se trata de tomar decisiones y de eliminar
reglas absurdas que construimos en el siglo
pasado, y que simplemente ya no juegan.
FS: En los años 50, decían: “Fuera de México,
todo es Cuautitlán”. Era un término despectivo,
pero esos malos ejemplos se siguen repitiendo,
cuando debería aprenderse de los errores.
Tengo una estadística: de los 17 millones de
personas que visitan Chapultepec, el 60 por
ciento corresponde a gente de la ciudad,
mientras que el 35 por ciento son del área
metropolitana. Esto demuestra la falta de
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Glocal 15
parques en esa zona. Esta parte policéntrica de
la ciudad, es lo que hay que impulsar, y en lo
personal, pienso que los mil barrios de la ciudad
deben tener sus respectivos parques. Y al igual
que las tallas de ropa interior, extra grande,
grande, mediana, chica y extra chica, así tienen
que ser los espacios abiertos, porque no hay
por dónde caminar. Ahora, por cada plaza
comercial hay también un parque, o una plaza
de espacio abierto donde no tengas que entrar.
Insisto, se necesita voluntad política.
www.sanchezarquitectos.com
www.jsa.com.mx
Félix y Javier Sánchez, ambos egresados
de la Universidad Autónoma de México.
Félix, hijo del prestigioso arquitecto Félix
Sánchez Baylon, es socio fundador de
Sánchez Arquitectos, despacho que ha
desarrollado arquitectura y urbanismo en
México, Europa, Medio Oriente y China.
Entre sus trabajos pueden mencionarse:
Plan de Desarrollo Urbano de la Ciudad
de Tlaxcala; Plan de Desarrollo Urbano
de la Ciudad de Campeche y la Torre de
Ingeniería de la unam. Por su parte, Javier
es Director del despacho JSa, donde se
desarrollan proyectos de diversa índole
como vivienda social, escuelas, oficinas,
edificios mixtos, espacios públicos y otros.
Entre sus trabajos se encuentra la Casa
de las Ajaracas, en el Centro Histórico
de la Ciudad de México y el Museo del
Estanquillo.
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extra
121
conversaciones creativas
La identidad de una nación se crea a
partir diversas características, rasgos de
cosmovisión y costumbres de interacción,
organización social y política. La estampa
nacional identifica ciertos edificios icónicos
de una ciudad que hablan de su ejercicio
cotidiano. El legado y trabajo de Francisco
y Juan Pablo Serrano los ha llevado a ser
parte de la historia mexicana a partir de su
producción arquitectónica.
¿Qué significa para los Serrano ser parte de la historia
de la arquitectura mexicana?
Francisco Serrano: Hemos tenido la suerte de que
nuestros proyectos trasciendan y sean testimonio de un
tiempo. Mi papá fue testigo de las obras del cine mexicano,
aunque muchas ya no existen. El cine, un gran evento
familiar, era lo que la sociedad demandaba en ese momento.
Pasa con el tiempo, había cine mudo y por otra parte estaba
la música, entonces tenían el foso y a los músicos. Eso es dar
testimonio a lo que se hace en ese momento.
A nosotros nos ha tocado hacer eso; por ejemplo, la
Universidad Iberoamericana se construyó después de
una tragedia horrible, se hicieron grandes cambios en las
viviendas, o lo que hizo el Infonavit en los 70’s, tuvimos la
suerte de que nos invitaran a participar en eso. En ese sentido,
hemos sido testigos y actores de cambios que se han dado en
el país: vas dejando testimonio de lo que te toca participar.
Juan Pablo Serrano: A cada quien le tocó lo que tenía que
hacer. Yo ya no tengo nada que ver con mi bisabuelo, abuelo,
ni con mi papá. Está muy bien que hayan hecho
en su momento algo bueno y lo que yo hago, ojalá también
sea bueno.
Francisco
y Juan Pablo
Serrano
FS: Y si nos toca hacer cosas juntos, ¡qué bueno!
¿Cómo descifran la identidad nacional para plasmarla
en su arquitectura? Hablando precisamente de los
proyectos que son pequeños.
JS: Cuando hacemos obra pública, pagada por el gobierno,
siempre decimos que debemos estar orgullosos, de nuestra
arquitectura y de lo que estamos pagando con nuestros
impuestos para que sea una obra clásica de su temporalidad
y que dure. Casos de este tipo, son las obras de tiempos de
Porfirio Díaz, de mi bisabuelo, mi abuelo y de mi papá, que
son de orgullo nacional.
FS: Claro, tiene que haber orgullo en lo que haces y que
los demás también lo sientan. Y eso es algo que preocupa
cuando tienes un trabajo de este tipo. Todo mundo cree
que somos una especie de ‘pensadores’, que en las noches
soñamos en qué dejaremos como testimonio histórico en
México y no es así, pensamos en cómo hacer mejor lo que
hacemos y que después sea gratificante para todos.
Yo pregunto: ¿cuánta gente no está orgullosa del Zócalo
de la Ciudad de México? Lo que te forma imagen no es
Arquitectura en diálogo
con la identidad nacional
Texto Redacción Retrato Rafael Mayani
Fotografías Cortesía de Francisco Serrano Arquitecto y Serrano Monjaraz Arquitectos
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Glocal 15
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Arcos Bosques Corporativo
Fotografía de Jaime Navarro
Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de México Benito Juárez
Fotografía de Pedro Hiriart
algo que necesariamente conozcas a fondo,
sino que esas obras son las que componen el
espacio urbano y ese es el espacio de todos,
el que crea una memoria de la ciudad. Y no es
lo mismo caminar por Madero que por una
calle de Bosques de la Lomas, no se parecen
en nada. Sin embargo, las dos ofrecen un
testimonio de un modo de vida, sin necesidad
de meterte a las obras.
JS: Siempre que haces una cosa, más bien estás
agobiado, tenso, pensando en cómo hacer para
que alcance el dinero y convencer a mucha
gente, porque cuesta trabajo hacer las cosas. En
estos procesos siempre se sufre, te preocupa
mucho hacer las cosas bien y no tanto en cómo
podrás representar al país; la preocupación
mayor es el día a día.
FS: Es angustioso, porque en el fondo sabes que
harás algo trascendental, que no se parezca a
otra cosa y tenga características propias. Por
ejemplo, cuando te invitan a hacer una obra,
empiezas a transformar todo ese terreno en
una imagen, un espacio y en una forma, pasa el
tiempo y ya está construida. ¿Quién la disfruta
y quién la sufre? Esa oportunidad de que la idea
se convierta en algo, es fantástica.
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JS: O la primera vez que vas a la obra, observas
el tamaño que tiene y después te das cuenta que
la realidad en escala va acorde a tu croquis y a
tus planos, es de las partes más interesantes.
FS: Todos empezamos haciendo la escalera
o el baño de la tía, aunque digan que no.
Después, haces una casa, posteriormente
un edificio pequeño a otro conocido, y de
repente, ya estás haciendo diversas obras
¡para quien sabe quién! Eso a mis inicios me
impresionaba mucho; hacer siete mil viviendas
resultaba acalambrante. Mi papá me decía que
imaginara sobrevivir a un proyecto mío por un
año, si lo lograba, después podría proyectar
cualquier cosa.
JS: O también decía: haz la obra para que
puedas pasar por ahí después de cinco años
y no te arrepientas de alguna cosa que no
planteaste. En esto, también debe existir la
autocrítica.
FS: Gusto y angustia, todo al mismo tiempo.
La arquitectura es una disciplina de prueba y
error, que no siempre lo mejor es lo bueno y
que muchas veces una idea muy mala, al darle la
vuelta, se convierte en una idea genial.
“Cuando haces algo de obra pública siempre
decimos que nos debemos sentir orgullosos
de ser mexicanos, de nuestra arquitectura
y de lo que estamos pagando con nuestros
impuestos para que sea una obra clásica de
su temporalidad y que dure. Casos de este
tipo, son las obras de tiempos de Porfirio
Díaz, de mi bisabuelo, mi abuelo y mi papá,
que son de orgullo nacional”.
– Juan Pablo Serrano
En su arquitectura detectamos ciertos
materiales recurrentes. ¿En qué momento
empiezan a experimentar con ese tipo de
materiales?
FS: Casi siempre se habla del concreto
cincelado, el primero que yo vi en mi vida,
fue en Ciudad Universitaria, en las columnas
que mi hizo papá en la Facultad de Ingeniería,
pero no lo concibió con el objetivo de crear un
material maravilloso.
Este proceso es totalmente mexicano.
En Alemania, (para la Embajada de México,
realizada en colaboración con el arquitecto
Teodoro González de León) decidimos hacerlo,
pero primeramente se tuvieron que cumplir
con ciertas reglas y requisitos. Posteriormente
pensaron: ¡cómo iban a hacer eso en Alemania!
Porque costaría el triple. Nosotros queríamos
llevar a gente de México a cincelar. Regresamos
a Europa con un maestro polaco y a los tres días
se encargó de cincelarlo con su gente, y como
son también ingeniosos, diseñaron una pistola
pequeña que facilitó el trabajo y con el tiempo
se fue perfeccionando ese invento.
JS: Este es un buen ejemplo, porque el
concreto que nosotros hacemos tiene la misma
estructura que la fachada y al ser un proceso
www.glocal.mx
Edificio Basurto del Arq. e Ing. Francisco José Serrano y Álvarez de la Rosa
Glocal 15
125
Casa L
Fotografía de Jaime Navarro
muy barato por consiguiente todo lo demás lo
será. Ese es el atractivo del concreto.
En cuanto al concreto blanco, después de
todo el proceso, es mármol. En la historia de
la piedra del siglo xx, lo que es atractivo es que
la arena y la grava de mármol, y eso unido con
el cemento, tiene como resultado una nueva
piedra. Es notoria la diferencia con el cemento y
las gravas de tonalidades grisáceas.
Algo importante de la arquitectura es que
ustedes hacen ciudad. ¿Cómo establecen
un diálogo con los habitantes?
JS: Cada obra tiene su contacto con la ciudad al
ser una pieza más; es hablar de la regeneración
de las ciudades en lugar de construir una sobre
otra. Tiene toques particulares para el dueño,
para el uso y para su tiempo, pero siempre
será un análisis de lo que pasa alrededor, y te
empiezas a enfrentar a eso de la misma forma
que también juegas con tu proyecto por dentro
y por fuera. También te ligas al contexto para
mejorar las condiciones de vida de esa zona.
FS: Lo que cuesta mucho trabajo es cuando
eres más joven, porque siempre quieres gritar
“Yo hice esta obra”, pero debes aprender
a discernir cuándo una obra es un “codo”
y cuándo es la actriz o el actor principal de esa
zona de la ciudad.
Casa Tierra
Fotografía de Sandra Pereznieto
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www.glocal.mx
JS: Es distinto cuando llegas a un lugar y no hay
nada, ahí debes tener mucho análisis de cómo
son las mejores zonas de la ciudad y cuál es el
porcentaje de área vendible que tienes en el
Glocal 15
espacio público. Por ejemplo, a nosotros nos
tocó en el Parque México, o en el Parque de los
Espejos en Polanco, las secciones de las buenas
vialidades, daban pie para hacer banquetas y
hacer espacio para los árboles; todo eso deja de
ser una obra para ser parte de la ciudad. Aquí si
entra algo de nuestro legado en la arquitectura,
las obras que hizo mi abuelo las tomo como
pautas, porque así como en muchas plazas en
Coyoacán, Satélite o San Ángel, vas detectando
esos espacios urbanos que tienen calidad e
intentas trasladar ciertas experiencias de vida a
esos espacios abiertos.
www.franciscoserranoarquitecto.com
www.serranomonjaraz.com
Francisco y Juan Pablo Serrano egresaron
de la Universidad Iberoamericana en
diferentes años. Por su parte, Francisco
Serrano ha colaborado con arquitectos
como Teodoro González de León, Carlos
Tejeda y Susana García Fuentes. Ganador
del Premio Nacional de las Artes en 2003,
es considerado maestro de la transición
del racionalismo a la modernidad. Juan
Pablo Serrano fundó la firma Serrano
Monjaraz Arquitectos en 1992, en donde
realiza proyectos hasta la actualidad.
Francisco Serrano y Juan Pablo trabajaron
juntos en el proyecto la Terminal 2 del
Aeropuerto de la Ciudad de México, entre
otros proyectos.
Escanea
para
material
extra
127
conversaciones creativas
Los centros comerciales tienen
como principal función poner
al alcance diferentes opciones
de tiendas para cubrir nuestras
necesidades, sin embargo, también
fungen como escenario de diversas
actividades sociales y contribuyen
al desarrollo urbano de la ciudad.
Esto se logró a partir de proyectos
desarrollados por Grupo Sordo
Madaleno, precursor en el diseño de
centros comerciales en nuestro país.
¿Cuál es el legado que te dejó tu papá
Juan Sordo Madaleno en el ejercicio
profesional?
Javier Sordo Madaleno Bringas:
Muchísimas cosas: experiencia, aprendizaje,
conocimiento, y sobre todo, su gusto por
el espacio. Con el tiempo vas forjando tu
personalidad, pero siempre conservas esas
bases esenciales que te dieron.
Grupo
Sordo
Madaleno
Cuando eras niño e ibas con tu papá a
alguna obra, ¿qué te decía?
JSMB: Recorríamos la obra y yo escuchaba lo
que decían. Cuando nos íbamos me preguntaba
sobre lo que había visto, para cerciorarse si
me había dado cuenta de las cosas o no, y
era muy interesante. Además, como le pasa a
todos los padres, en el fondo, nuestros hijos
son los mejores críticos porque nos conocen
más íntimamente; por ejemplo, a mi papá le
decía muchas cosas que nadie se atrevía, y le
gustaba, por eso creo que mis comentarios
enriquecieron mucho su trabajo.
Arquitectura de
gran escala
Tu papá se enfocó a la arquitectura
modernista. Cuando creciste y empezaste
tu carrera, ¿qué querías retomar de su
trabajo y qué querías experimentar?
JSMB: En realidad eran ideas que quería
realizar como arquitecto. Trabajé fuera
del despacho tres años y aprendí a ver la
arquitectura desde otro ángulo; colaboré
con Pedro Ramírez Vázquez y con Augusto
Álvarez, y después de estos acontecimientos
sabía que debía crear una compañía con un
equipo muy profesional que generara nuevos
proyectos con base en mi experiencia.
Entre mi papá y yo había una gran amistad,
platicábamos mucho, incluso sólo con la mirada
ya sabía si algo le gustaba o no y con eso
nos retroalimentábamos. Las circunstancias
cambiaron porque mi papá se enfermó de
Texto Redacción Retrato Rafael Mayani Fotografías Cortesía de Grupo Sordo Madaleno
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www.glocal.mx
Glocal 15
cáncer en el 81; dos años antes empecé a trabajar
en la oficina, desafortunadamente trabajé muy
poco con él.
¿En qué momento Grupo Sordo
Madaleno se convierte en una empresa
arquitectónica?
JSMB: La empresa siempre fue de mi papá.
Cuando yo estaba en la escuela era un pecado
pensar en otra cosa que no fuera diseñar y
desarrollar. Mi papá siempre vio la parte
empresarial de la arquitectura. Cuando se
hicieron los primeros centros comerciales, entre
ellos Perisur y Plaza Satélite, no había difusión.
Tras su muerte, empecé a cuestionar sobre
cómo me darían la construcción de centros
comerciales siendo yo muy joven —tenía 27
años—, y mi idea fue promover mi trabajo y
hacer arquitectura, que es lo que más me gusta.
Aprendí de mi padre que siempre se tienen
que superar los retos. Él siempre visualizó a
Perisur como algo mejor de lo que podía ser,
pero como en todo había limitantes, una de ellas
era la demanda que le hacían las tiendas con
respecto a su colocación; en cambio, cuando
tú eres el promotor y no sólo el arquitecto,
tienes más poder de decisión y de ubicación
de los espacios. La arquitectura es más que un
diseño bonito y eficiente, es todo lo que sucede
alrededor de un lugar, llámese la Iglesia de Santa
Fe o un centro comercial, desde la parte de
comercialización, señalización, construcción
y distribución. Eso se aprende con el tiempo,
antes me interesaba lo arquitectónico, ahora me
interesa el diseño como una obra subtotal, es
decir, desde su planeación.
¿Qué experiencia le quieres dar al usuario
de los centros comerciales?
JSMB: Quiero que se vuelva un paseo
agradable, no forzosamente para que la
gente quiera comprar, sino porque tiene una
necesidad que resolver. Implementamos áreas
verdes, pasillos más anchos y fuentes que son
parte fundamental de la arquitectura
y del paseo; esto nace a partir de la creación
de Antara. Evaluamos los componentes que
tenía Polanco, entre ellos, los elementos
revueltos (casas, parques, edificios). Antes de su
construcción, me pregunté: ¿Qué quería hacer
un sábado por la mañana? Y mi idea era caminar
en un lugar confortable o tomar un café.
La construcción siempre viene de la mano de
la cultura, y creo que es importante acercar a las
personas a un entorno que los identifique; hay
que hacer una mezcla con la cultura para que un
centro comercial no sólo sea un tema de compras.
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Antara Polanco
Fotografía de Fernando Cordero, Paul Czitrom, Sófocles Hernández
¿Decides ser arquitecto por tradición o por
convicción?
Javier Sordo Madaleno de Haro: Cuando
empiezas a elegir, casi siempre te dejas llevar por
lo que dice la gente. Yo sabía más de arquitectura
por la profesión de mi papá. Finalmente lo escogí
porque toda la vida lo viví, lo aprendí, y es una
decisión de la cual no me arrepiento, a pesar
de ser una elección complicada. De joven, no
te das cuenta de los problemas en los que te
estás metiendo. La arquitectura ha sido un tema
familiar desde mi abuelo, y piensas: sé dibujar
bien, voy a ser arquitecto, pero no sabes la
responsabilidad que adquieres.
Como nueva generación, ¿qué quieres
aportar al despacho?
JSMH: Yo veo que las nuevas generaciones hacen
una arquitectura más abierta. El tema de los
estilos en México, como se vivió durante muchas
épocas, marcó tendencia en los despachos. Creo
que la arquitectura en la actualidad está más
globalizada y más abierta, no hay manera de hacer
los edificios de una manera efectiva, cada uno de
éstos debe tener su personalidad, dependiendo la
zona en la que esté.
Me gusta hablar de arquitectura mexicana,
pero eso no implica que se tenga que hacer
Iglesia San Josémaría Escrivá
Fotografía de Timothy Hursley
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www.glocal.mx
Glocal 15
un edificio de esa forma en Brasil, se tiene
que hacer un edificio acorde al país. Mi visión
es más abierta, no tanto repetitiva, y que el
proyecto esté en armonía con el lugar.
¿Cómo fue tu experimentación con el color?
JSMB: El color venía de Chucho Reyes, que
era muy amigo de mi padre. Él influyó a varios
de sus amigos, como Luis Barragán –quien
más lo desarrolla. Mi padre trabajaba con él y
lo aterrizaba en muchos aspectos, porque en
ocasiones era muy creativo pero de repente no
le resultaba tan fácil hacer algunas cosas.
Mi padre va tomando el color a su manera,
lo va aplicando y va llegando a él; por ejemplo,
el hotel de Cozumel tenía unos pequeños
destellos de color. Nosotros hemos trabajado
con el color; en el tema de los CRITs, la idea
es formar un juguete y dar alegría a los niños
cuando llegan, cambiarles la perspectiva. El
color juega un papel importante, es la parte
psicológica que les ayuda. Trabajar con el color,
a veces, puede significar sentido.
¿Después de San Ignacio de Loyola, la
iglesia diseñada por el arquitecto Juan
Sordo Madaleno, era un reto hacer la
iglesia de San José María Escrivá?
JSMB: Sí. Considero que San Ignacio es una
de las Iglesias más bonitas. Respecto a la de
San José María Escrivá, disfrutamos mucho su
elaboración, sobre todo después de trabajar
con tantos centros comerciales, fue gratificante
tener la oportunidad de diseñar algo que tiene
que ver más con el espíritu.
Estamos construyendo otra iglesia en
Lomas Anáhuac, la verdad es un reto porque
son espacios que se perciben y te transmiten
algo; son un reto porque están hechos para la
sensibilidad humana.
¿Cómo abordar tanta diversidad de
tipologías arquitectónicas, por ejemplo, la
residencial?
JSMB: Hemos hecho cosas muy interesantes.
Nos gusta hacer muchas casas porque
juegas con los espacios y con las luces, y sí,
nos divertimos al crear cosas que requieren
proporción para darles arquitectura y, a través
de eso, darles una personalidad.
JSMH: La escala de la majestuosidad ha
cambiado. Las casas que estamos haciendo
nacen a través de un concepto. Nos gusta dar
una personalidad muy fuerte a las casas, y no
quedarnos en la típica distribución de espacios.
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Iglesia San Ignacio de Loyola por Juan Sordo Madaleno
Fotografía Archivo SMA
“Es importante arreglar
pequeños puntos de la ciudad
con proyectos que le aporten a
la sociedad un valor agregado.
No hay que demeritar el valor
de los terrenos, sino subir el
valor de la zona”.
– Javier Sordo Madaleno de Haro
Creo que es algo que nos diferencia mucho
como firma.
¿Cómo es el método creativo de Sordo
Madaleno Arquitectos?
JSMH: Somos muy abiertos a recibir ideas,
desde mi papá o mi hermano, o cualquier gente
que esté dentro. Somos una empresa que sabe
recibir opiniones y eso nos hace una oficina
muy dinámica.
Las juntas también nos enriquecen mucho
en el tema de diseño, y después de eso se lleva
a cabo el proceso tradicional de construcción;
nos reunimos 3 o 4 personas para sacar
direcciones.
¿Qué queda por hacer para que la ciudad
sea un lugar equilibrado?
JSMH: Nos estamos arriesgando a construir
nuevos proyectos en zonas como depósitos
de basura, pero si lo platicas con el gobierno,
aportan a la vialidad de la ciudad. Es importante
arreglar pequeños puntos de la ciudad con
proyectos que le den a la sociedad un valor
agregado. No hay que demeritar el valor de los
terrenos, sino subir el valor de la zona.
JSMB: Es importante destacar que cuando
pones árboles, áreas verdes, buenas entradas,
beneficias a la ciudad y la misma ciudad te lo
regresa con creces, es decir, es una relación
positiva. Como decía Javier, ya no encuentras
buenos espacios en la ciudad, todo surge a partir
de reciclar los mismos espacios. Se tiene que
trabajar de manera cercana con el gobierno y que
no sólo los proyectos sean de promotores, sino
que se dé una regeneración de áreas completas;
por ejemplo, Tepito y Vallejo pueden ser grandes
zonas de la ciudad que están ubicadas en puntos
colindados y que podrían ser un éxito.
¿Qué significa para ustedes poder trabajar
en equipo?
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JSMB: Yo disfruto que, a partir de una línea
familiar, he juntado a mi familia en un mismo
lugar de trabajo; desde mi papá, Javier,
Juan Pablo y próximamente Fernando –que
está estudiando. Yo tengo la oportunidad
de gozarlos a diario. Es una forma de vida,
una transmisión de padre a hijos que vas
modificando a través del tiempo. Estoy feliz de
verlos crecer.
JSMH: Trabajar en conjunto es muy bueno.
Siempre me han preguntado por qué trabajo
con mi papá, pero es gratificante, nos
complementamos. Entre más nos apoyemos es
mejor. Trabajamos muy a gusto y esperamos
que dure mucho más tiempo.
www.sordomadaleno.com
Grupo Sordo Madaleno fue creado en
1985. Tras una larga tradición familiar,
encabezada por Javier Sordo Madaleno,
hijo de Don Juan Sordo Madaleno,
ha construido una empresa que se
expande en el desarrollo de los centros
comerciales. Desde hace seis años, Javier
Sordo Madaleno de Haro, ha aportado
una visión global a la firma. A través
de su experiencia en la promoción
inmobiliaria y arquitectónica, agrupan las
Direcciones de Proyectos y Desarrollo,
Comercialización, Operación y Finanzas
Patrimonial de su sello arquitectónico.
Entre sus diseños sobresalen los centros
comerciales Perisur, Plaza Satélite
y Antara Polanco.
Escanea
para
material
extra
www.glocal.mx
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