Morgul - Cronicas de Ayrampo Pinget
Transcripción
Morgul - Cronicas de Ayrampo Pinget
MALA SEMILLA. Saludos, queridos lectores, con esta ya será la quinta obra que escribo sobre el universo de Gacitaia. Los dos primeros y principales libros, “Gacitaia” y “Encrucijadas” están centrados sobre la historia de la compañía. Las otras dos son obras pequeñas en extensión y básicamente son guías sobre las “fatzias”, para completar el panorama. En los dos libros sobre la compañía hemos visto a unos seres protagonistas que eran todos ellos moralmente buenos. Gente con una ética y unos principios. Ahora sin embargo vamos ha centrarnos en otro personaje de naturaleza totalmente distinta. Una criatura que es un hijodeputa con todas las letras, un personaje brutal y despiadado, incluso para los rudos cánones de la cultura de su “fatzia”. Quienes hayan leído mis dos libros sobre la compañía, sobre todo en “Gacitaia” ya habrán oído hablar de el. Me estoy refiriendo a Morgul, el todopoderoso señor oscuro de los Trojolms, el causante de la sangrienta gran guerra Trojolm, el responsable del infame arrasamiento de Kutiara y del aún más sangriento asalto a Kakabad. Quienes quieran saber más sobre el más cabrón personaje de Gacitaia y de la brutal sociedad que lo conformó ahora tiene la oportunidad de saber más. La que ahora escribo pretende ser una relativamente breve biografía sobre Morgul y una somera descripción sobre la cultura, sociedad e historia reciente de la más brutal y militarista “fatzia” o especie inteligente de todo Gacitaia. Espero que les interese. NOTA= Aunque en Gacitaia sus habitantes, incluidos los Trojolms, tienen sus propias unidades de distancia y tiempo, para mayor claridad del relato tanto en este como en todos mis textos anteriores sobre Gacitaia los “tradujo” a las unidades de tiempo y distancia de nuestro mundo. Asimismo, aunque los lenguajes Gacitaianos, incluida la lengua común, son muy diferentes de las lenguas terrestres, pues ni siquiera hay apenas fonemas equivalentes entre los dos conjuntos de lenguas, por un proceso aproximativo he traducido los sonidos de nombres de persona y lugar Gacitaianos por su “equivalente” más próximo en nuestro sistema de fonemas, igual que he hecho en todas las anteriores obras sobre Gacitaia. 1 1. En primer lugar, para los que no hayan leído ni “Gacitaia” ni “Encrucijadas” diré que los Trojolms son criaturas muy parecidas físicamente, tanto en forma como en tamaño, a los Aliens de las películas, aunque los Trojolms se reproducen por huevos y no necesitan pasar por una fase parasitaria como los Aliens. De hecho sus crías al eclosionar son versiones pequeñas pero idénticas físicamente a los Trojolms adultos, incluida su boca llena de dientes afilados como cuchillas. Son criaturas bastante longevas, más que la mayoría de las “fatzias”, pues en tiempos de paz su esperanza de vida es de unos 170 años y algunos afortunados llegan a vivir hasta 220, y aunque solo tengan una cría por vez, eso significa que pueden llegar a tener bastantes hijos a lo largo de su prolongado periodo fértil. Los Trojolms no tienen narices, sino que respiran a través de los grandes sifones respiratorios de la espalda, necesarios para obtener el oxígeno preciso para mantener el elevado metabolismo de sus cuerpos, pues son de sangre caliente y su temperatura media estando sanos es de casi 42 grados. La sangre de los Trojolms es negra y algo ácida, lo suficiente para quemar ligeramente una piel sensible como la Arwandiana si permanece varios minutos expuesta a ella. Otra característica bastante peculiar de los Trojolms es que babean constantemente. Esto se debe a que necesitan tener toda la boca, incluidos los gruesos y negros labios exteriores constantemente húmedos para evitar que se infecten, y dada la morfología de su boca eso significa baba. Sin embargo esta no es ácida, por lo menos no más que el vinagre, por lo que no es ningún peligro. Sus escupitajos, ya son otra cuestión. El caso es que además de la saliva- baba habitual, cuando comen secretan otra mucho más ácida y verdosa para preparar la digestión. Además de cuando comen, también pueden “escupir” deliberadamente con esta sustancia a voluntad para herir al enemigo, pero solo cuando la glándula salivar que la produce esta llena y solo entonces, tardándose después una media hora en volver a llenarse y estar lista para ser utilizada de nuevo. A su contacto las pieles suaves y desprotegidas como las de los Arwandianos se queman, creando feas y dolorosas cicatrices. Los Urlitas, los Unioides y los Uigures son, en cambio, por su tipo de piel, casi invulnerables a este ataque, a no ser que les alcance en los ojos, en cuyo caso quedan ciegos. Los Kigians también están relativamente protegidos por su espesa capa de pelo Tanto por fuerza física, como por velocidad y resistencia los Trojolms son una de las “fatzias” más grandes y mortíferas de todo Gacitaia. Solo los dragones y algunas 2 “fatzias” submarinas les superan en fuerza. Si a eso añadimos el hecho de que poseen una potente y moderna infraestructura industrial y están dotados del más moderno y mortífero armamento se explica que resulten ser una de las “fatzias” más peligrosas y poderosas de todo Gacitaia. Sin embargo, formidables como son, los Trojolms poseen algunas debilidades que disminuyen algo su poderío potencial. En efecto los Trojolms poseen un agudo sentido del oído y del olfato, pero sus pequeños ojos no son muy eficientes en el iluminado mundo superficial. El motivo es que los Trojolms originalmente eran una “fatzia” subterránea, que habitaban en una zona bastante pobre en musgos luminiscentes, por lo que vivían en una profunda penumbra. En dicho ambiente subterráneo poco iluminado los Trojolms son combatientes muy eficientes, como demuestra la larga lista de “fatzias” subterráneas extintas por su causa, como habrá podido comprobar quien haya leído mi guía sobre “fatzias” extintas. Sin embargo hace siglos, de hecho desde hace unos 600 años, que los Trojolms han perdido casi todo interés por el mundo subterráneo, y en el amplio y bien iluminado mundo superficial donde ahora viven y proyectan sus ambiciones expansivas, sus ojos son mucho menos eficientes y su vista, y consiguientemente su puntería, bastante mediocres, desde luego peor que la de cualquiera de sus vecinos, sobre todo a largas distancias. Además, los Trojolms, debido a su alta temperatura corporal sudan bastante más de lo normal entre sus vecinos, y eso sumado a su babeo constante hace que necesiten consumir mucho más liquido en proporción a su peso que cualquiera de sus vecinos y su babeo constante hace que si no toman medidas para evitarlo, por ejemplo, usar una bacía recogedora, el rastro que estas dejan en el suelo los hace fáciles de rastrear aunque se escondan. Un detalle ha tener en cuanta es que entre los Trojolms el dimorfismo sexual es muy reducido, ambos sexos tienen casi el mismo aspecto para un no Trojolm, y tienen la misma inteligencia, fuerza física, velocidad y resistencia y legalmente no hay distinciones entre ellos, uno de los pocos aspectos positivos del sistema social Trojolm. Con esto queda concluida la descripción física de los Trojolms. 2. 3 Morgul, cuyo nombre completo es el de Morgul Zivara Sjerm, actual señor oscuro y gobernante supremo de los Trojolms, nació en el pueblo de Zorh, de unos 1.300 habitantes en la época de su nacimiento, aunque ahora esté abandonado como consecuencia de la política de Morgul desde su llegada al poder de evacuar forzosamente a la población de los pueblos menores para concentrarla en los mayores, de forma que actualmente ya casi no hay población habitada en la Troljmia con menos de unos 5.000 habitantes. Sin embargo, ese pueblo entonces tenía cierto prestigio por el hecho de ser la población más cercana al perímetro sagrado de la ciudad sagrada de Rileh, cuyo límite sur comienza a menos de un kilómetro del límite norte del pueblo. Ya entonces y desde hacía siglos, una línea de estacas de madera con una tupida red de cuerdas por la que nadie podía colarse sin romperla o saltándola deliberadamente, marcaba claramente todos los limites de dicha zona sagrada, donde solo los sacerdotes mayores de su dios único, Chuthulu, los seleccionados peregrinos en fiestas especiales y las victimas seleccionadas para los sacrificios de sangre, podían entrar. Actualmente, el límite sigue estando allí, aunque ahora sea de alambre de espino, en vez de simples estacas con redes de cuerdas. Morgul nació el día de nuestro calendario del 6 de junio de 1946, en una modesta casa de campesinos a las afueras del pueblo. Su padre, Yagar Sogah Sjerm y su madre, Rulith Erith Sjerm, eran ambos campesinos, la clase social más baja de personas “libres” de la jerarquizada sociedad Trojolm. Solo los esclavos están por debajo de ellos. Eso significa que no cuentan prácticamente nada, y no tienen prácticamente más “derechos” que trabajar horas y horas para ganarse una modesta ración de comida. De todas formas su situación es algo mejor que la de los esclavos, que solo comen, beben, duermen y descansan lo que su dueño tuviese a bien, que normalmente suele ser lo imprescindible para mantenerlos en un estado medianamente aceptable, de forma que su rendimiento no disminuya. Se debe constatar también que la inmensa mayoría de los esclavos no son propiedad de individuos particulares, sino del estado que los usa para realizar obras públicas, trabajar en las minas y en la floreciente industria petrolífera o en las industrias estratégicas, sobre todo ahora que la guerra ha producido una alarmante disminución de la mano de obra ciudadana. Ya entonces la Troljmia era una anomalía también en ese respecto, pues para la fecha del nacimiento de Morgul la esclavitud ya había sido abolida hacia tiempo, no solo en 4 todo Eriador, sino también en todo Waalitza y bastantes de las regiones limítrofes de ambas. Sin embargo esa es una aciaga anomalía menor en comparación con la salvaje institución de la “Ytka” , los sangrientos sacrificios de los prisioneros de guerra, fuesen estos Trojolms o de cualquier otra “fatzia”, que son torturados, molidos a palos, quemados, acuchillados y finalmente abiertos en canal, desollados y devorados por los guerreros que los han capturado y por los sacerdotes, en los sacrificios de sangre en honor de su dios único”, Chuthulu. Pocas “Fatzias” han practicado el sacrificio caníbal a lo largo de la historia y los Trojolms son una de las pocas, junto con los Jiaks, que aún ahora siguen practicándola, desde luego la única de las que poseen una organización estatal consolidada, y no como anécdota, sino con verdadera fruición y a gran escala. La excusa religiosa para tal practica es que cuando un guerrero come del cuerpo de un miembro de una “fatzia”, el espíritu del devorado pasará a servirle eternamente en el otro mundo una vez el muera y cuantos más devorase, mayor será el número de tales esclavos de ultratumba, y por tanto más cómoda y agradable la vida en el “paraíso” que espera a los guerreros tras la muerte. Naturalmente eso tiene la contraparte de que si uno era muerto y devorado es su alma la que se convertiría en esclava del devorador para toda la eternidad. Una razón más para hacer todo lo posible por no morir en combate con otros Trojolms. De todas formas el acceso a tal “paraíso” esta solamente reservado a aquellos guerreros que hubiesen matado y devorado a un enemigo, el resto tiene que contentarse con reencarnarse en la misma posición social en que había vivido, hasta que haya devorado a un enemigo, requisito indispensable para acceder al “paraíso eterno”. Para ello no es necesario capturar al enemigo vivo y sacrificarlo siguiendo las ceremonias apropiadas, basta con devorarlo sin más sobre la marcha. Ese es el motivo por el que los Trojolms, cuando están en campaña se alimentan siempre que pueden con los cadáveres de sus enemigos muertos. Como digo, muchas costumbres de los Trojolms son brutales, pero esa es la verdad. Naturalmente, eso no contribuye un ápice a aumentar su “popularidad” entre sus vecinos, sobre todo como en la actual guerra, en que son los suyos los que son devorados de forma, para ellos, tan ignominiosa, aunque para los Trojolms tiene la ventaja de que resuelve gran parte de los problemas de suministros alimenticios de sus ejércitos. De hecho actualmente estos están mejor alimentados que los civiles de su patria. 5 Sin embargo los padres de Morgul no eran guerreros y nunca lo han sido. Ciertamente había antepasados en su familia que habían luchado y comido de sus enemigos, pero de eso ya para entonces hacía bastante tiempo, y ninguno de ellos había destacado lo suficiente como soldado como para lograr ascender en el rígido y hereditario sistema de castas Trojolm. El sistema social Trojolm ha cambiado bastante poco desde que adquirió su forma actual con la formación del primer estado Trojolm unificado por obra de Chuthulu. Debajo de todo, los esclavos, casi siempre condenados a esa condición por algún delito, y también sus descendientes, pues la condición de esclavo, como todas entre los Trojolms, tiende a ser hereditaria. Las únicas formas de salir de dicha condición, en realidad de ascender de cualquier clase social a otra superior, era y es, bien por decreto gubernamental, (que se usa para legalizar cambios espontáneos en la estructura social a los que por un motivo o por otro no se considera oportuno oponerse, por ejemplo la emigración de campesinos para trabajar como obreros a las ciudades ha medida que la Troljmia fue industrializándose) y el otro era y es por méritos de guerra, lo que explica la popularidad que tiene el oficio de guerrero entre ellos. En segundo lugar, esta la clase inferior de los libres, los campesinos, seguidos como una especie de “clase media” por artesanos, comerciantes minoristas y obreros de industrias civiles. Los obreros que trabajan en industrias de armamento constituyen la clase superior y privilegiada de la clase civil. Naturalmente los miembros de determinada clase social solo pueden casarse y adoptar con miembros de su misma clase social. Seguidamente la clase superior esta constituida en su amplia mayoría por miembros del ejército, que ocupan todos los cargos políticos y de poder económico. Los funcionarios también son reclutados siempre que es posible entre miembros o exmiembros de la clase combatiente o militar. Solo en caso de guerra, como es ahora el caso, cuando los soldados están ocupados en el campo de batalla y/o hay que cubrir bajas se permite que puestos funcionariales o de dirección política y económica sean ocupados por miembros del orden civil. Para acceder al sacerdocio también es requisito imprescindible pertenecer al orden o casta militar. En definitiva, la sociedad Trojolm es una verdadera militocracia. Su legalidad también se ajusta a ello meticulosamente. En tiempos de guerra un mando del ejército tiene poder ilimitado sobre sus soldados subordinados, incluido el derecho de vida o muerte sin ser responsable legalmente por sus actos, pero al mismo tiempo debe obediencia absoluta a sus propios superiores que tienen el mismo poder sobre 6 “sus” subordinados. Al mismo tiempo los miembros de la casta militar tienen, tanto en tiempos de guerra como de paz, derecho a una obediencia incondicional por parte de los civiles, incluso el derecho de golpearles o matarles si alega que estos le estaban provocando o desobedeciéndole, y como el parámetro para decidir eso es la palabra del militar no es de extrañar que los civiles se muestren abyectamente serviles ante cualquier militar, por baja que sea su graduación. Si un soldado mata a otro en tiempos de paz el hecho si es juzgable, pues legalmente es un asesinato igual que el mismo hecho entre civiles, pero no lo es si el agresor es militar y la víctima civil, aunque naturalmente si lo es en caso de que sea a la inversa. En la practica el parámetro de relaciones en el ejército, tanto en tiempos de paz como de guerra es de abyecto servilismo hacia los superiores y vía libre para maltratar a los inferiores. Su organización política ha sido casi siempre dictatorial, en manos de todopoderosos señores oscuros en todos los casos de periodos de estado unificado, y casi siempre en periodos de división política, en ese caso en manos de los señores de la guerra tribales y jefes de los diversos estados Trojolms, pues no hay que olvidar que sobre la estructura centralizada, siempre ha subsistido un sustrato de organización y filiación y “patriotismo” tribal, que cuando el estado central se debilita causaba la periódica vuelta a la división política, y pese ha que Morgul ha hecho todo lo posible por borrar las identidades tribales para evitar que eso pueda volver a repetirse, su éxito, en el fondo, como el de todos sus antecesores, es mucho más aparente que real. Para permitir identificar en cualquier momento a que clase social pertenece cada uno se obliga bajo severas penas a usar elementos identificatorios, el oficial actualmente y en los últimos dos siglos es el de medallones colgados del cuello con el signo identificatorio grabado, que se le da a cada niño en cuanto se certifica su viabilidad y cuyos ocultamiento o falsificación es un delito contra el orden social castigado con diez años de trabajos forzados y la esclavización de por vida en caso de reincidencia. Hasta hace unos 200 años, cuando el acero para los medallones no era tan abundante como ahora, se usaban cintas de tela de colores distintivos anudadas al brazo derecho. A todo esto debo añadir que los Trojolms son una de tantas “fatzias” que apenas usan ropa, en civiles casi ninguna, excepto algún cinturón o mochila para transportar objetos más cómodamente. Actualmente, los soldados Trojolms usan un equipo de combate consistente en casco—adaptados a la peculiar morfología de su cráneo--, chalecos y pantalones antimetralla, mochila con armas, munición y avituallamientos y el equipo de protección antiquimica que se ponen cuando lo necesitan o creen que lo van a necesitar. 7 Sin embargo en la época de la niñez de Morgul este equipo era mucho más primitivo e incompleto y no incluía ni pantalones ni chaquetas antimetralla ni traje antiquimico, excepto en algunas unidades de élite. Sin embargo en lo referente a las mencionadas bárbaras costumbres Trojolms las cosas no siempre fueron así, y eso es algo que nunca se debe olvidar. Aunque actualmente los Trojolms sea la “Fatzia” que posee la mayor proporción de hijodeputas de todo Gacitaia, nunca se debe olvidar que no todos, ni mucho menos, son así, y en todo caso esa brutal cultura dominante es precisamente eso, una cultura, no algo que este impreso en los genes, ni que sea inamovible por principio. La prueba de ello es que hasta la época de Chuthulu los Trojolms no eran más agresivos, militaristas o sanguinarios que sus vecinos. De hecho hasta entonces eran notablemente más “civilizados” de lo que son ahora. La diferencia esta en que mientras sus vecinos han cambiado y evolucionado, los Trojolms han quedado enclaustrados en el inmovilismo cultural. Sin embargo, de tanto en tanto, sobre todo en el último periodo de división política, desde el tratado de Uzbél de 1920 hasta la reunificación de la Troljmia por Morgul en 1982 se produjeron ciertos intentos de “civilizarse” desde dentro, por parte de los Trojolms más ilustrados y más abiertos al exterior, incluso de implantar una democracia, cuyo más exitoso intento fue la república Schinistza de Mampang del 1975 al 1982, algo de lo que hablaremos más por extenso cuando llegue el momento. Respecto a su religión hay que decir que es totalmente monoteísta, para ellos Chuthulu es el único y verdadero dios supremo del universo de Gacitaia y todas las demás creencias son abominaciones y errores de inspiración demoníaca. Esa es la doctrina oficial, aunque naturalmente no todos piensan así, pues hay entre ellos ateos o creyentes en otras religiones, pero estos se guardan muy mucho de revelarlo, pues la de Chuthulu es la única religión permitida y el castigo para la apostasía es terminar siendo victima de un sacrificio de sangre o, en el mejor de los casos, el encarcelamiento de por vida como esclavo en los campos de trabajos forzados. 3. Hecha esta explicación sobre la organización social y costumbres Trojolms es hora de que volvamos a nuestra biografía. Como dije antes, Morgul nació en el pueblo de Zorh y era hijo de campesinos. Cuando nació nada hacia presagiar que algún día sería poderoso y temido, pues resultó ser un niño bastante delgado y más bien pequeño, para 8 lo que suele ser la media de los Trojolms al eclosionar. Morgul era el segundo hijo del matrimonio, pues tiene una hermana siete años mayor que el, que se llama Sliva. Toda la familia pertenece a la tribu de los Sjerm (de donde viene su tercer y último apelativo) como todos los miembros del pueblo, pues las tribus Trojolms casi siempre tenían un territorio compacto y normalmente solían casarse entre ellos, aunque desde su llegada al poder, Morgul, con su política de reasentamientos, haya hecho lo posible por mezclar a las tribus territorialmente en un intento de diluir su identidad. El caso es que la enquenclez de su nuevo hijo era una cosa seria, puesto que estaba en el límite de lo permitido, pues la ley Trojolm decía y sigue diciendo hoy, que todo recién nacido debía ser examinado por el médico de pueblo o distrito para determinar si es lo bastante sano y robusto para merecer vivir. En caso contrario era entregado a los sacerdotes para ser sacrificado. Naturalmente eso era lo último que deseaban que pasase con su nuevo hijo, así que acudieron al método más socorrido en esos casos, el soborno. El padre preparó un saco de sus mejores cecinas, carnes y huevos (pues los Trojolms son exclusivamente carnívoros y aunque tienen por ello muchísimo ganado y pastos para ellos, solo cultivan los campos para plantaciones de uso textil o industrial, de forraje para el ganado y un poco para la exportación, para venderla a cambio de más carne) los metió en un saco y se fue a casa del médico por un lado, mientras la madre iba un poco más tarde por otro lado para que examinasen a su nuevo hijo. La habitual treta dio el resultado habitual y su hijo fue declarado apto y devuelto a sus padres. Hoy en día, con un régimen mucho más rígido y vigilante que el de aquella época, ese expediente es mucho más difícil que funcione, pues los castigos a los médicos que se saltan la implacable ley son mucho mayores y el control es mucho más estricto. Entre los Trojolms los periodos de división política suelen ser por ello mismo, más tolerantes y más abiertos que los de rígida centralización. Satisfechos por haber salvado a su hijo, sus padres volvieron a su casa, una sencilla casa de planta circular dividido en tres habitaciones por muretes y todos ellos hechos de irregulares bloques de obsidiana sin labrar, tejado plano de madera y tejas de pizarra, con un amplio patio adosado cubierto de un chamizo de madera para albergar a los Egesos y demás ganado menor a la que se podía acceder por una puerta desde la casa o desde una exterior en la calle, y aparte tenían otra cabaña independiente a unas decenas de metros del pueblo para albergar al ganado de mayor tamaño cuando no estaban pastando. Como pertenecían a una clase social baja sus posesiones personales no eran 9 excesivamente valiosas. Sencillos y austeros jergones de tela para tumbarse a dormir, una amplia mesa de madera, unas sillas de mismo material, todo ello del grosor adecuado para sostener su peso, aparte tenían pegado a la pared curva un horno rectangular curvado de ladrillo cerámico refractario para cocinar con su correspondiente chimenea del mismo material situados cerca de la única puerta que da a la calle, utensilios domésticos de metal, de hierro casi todos, y ventanas muy estrechas, más para aireación que para iluminación, pues los Trojolms prefieren mantener el interior de sus casas en lo que para ellos es una agradable penumbra. El resto de las casas del pueblo eran bastante similares, pues la mayoría de sus habitantes eran simples campesinos. Solo en el centro del pueblo se podían ver edificios, también de planta circular o elipsoidal, más grandes, de piedra de cantería, con amplias azoteas para permitir contemplar el paisaje desde más alto y bastante más lujosos en su interior. Sin embargo ahora todo eso está abandonado y ya la hierba y la maleza empiezan a crecer entre sus calles de tierra y sobre los tejados de teja de pizarra y en los edificios mayores, con tejados-azoteas de piedra de obsidiana. En los alrededores del pueblo entonces se extendían numerosas praderías para el ganado y algunos campos de cultivo mezclados con zonas de bosque y matorral del que se abastecían de leña, aunque ya para entonces el uso de derivados del petróleo refinado para todos los usos de la vida estaba muy extendido. Ahora, tras varios años de abandono, el bosque y el matorral van ganando terreno cada vez más en esos antiguos terrenos de pastos y de cultivo. Al norte las crestas negruzcas de los cercanos montes Yaggol son lo más destacado, pues el pueblo esta junto en la base de dichos montes, y desde las azoteas de las casas se podían ver las partes altas de los edificios más significativos de la antigua capital y ahora ciudad sagrada, de Rileh, encajada en un bastante amplio desfiladero alargado cerrado al oeste por el monte Nuhún y al este por el monte Ungoliath. Como todos los niños Trojolms en cuanto tenían uso de razón, también Morgul participó muchas veces en el juego de acercarse hasta el límite de estacas que señalaba el recinto inviolable. Sin embargo, muy raramente alguno de atrevía a atravesarlo, pues lo primero que se les enseñaba en cuando empezaban a entender el lenguaje hablado es que jamás de los jamás debían intentar atravesar ese límite, pues ese es terreno sagrado y el temerario que desobedecía no tardaba en ser descubierto por los sacerdotes guardianes que patrullan en torno a la muralla y sacrificado en los altares del interior de la ciudad, pues la muerte era el castigo para aquel no sacerdote que penetrase en el 10 recinto sagrado sin autorización, pues solo ellos y quienes ellos decidían tenían permitido peregrinar al interior de la ciudad y adorar a su Dios de la manera adecuada.. De todas formas nada impedía acercarse hasta el límite y ningún niño del pueblo resistía la tentación de hacerlo. Desde allí, a menos de treinta metros más al norte, todos podían ver la aún imponente muralla hecha de grandes bloques de obsidiana de cantería de cuatro metros de altura y con numerosos torreones circulares cinco metros más altos cada cien metros aproximadamente, que antiguamente defendía la ciudad cuando esta era la populosa capital del primer y segundo imperio Trojolm y no las restauradas ruinas, pero ruinas al fin y al cabo, abandonadas forzosamente por todos menos por los sacerdotes, los únicos, fuera de las tres o cuatro peregrinaciones anuales que organizaban los sacerdotes hasta el obelisco de Rileh a peregrinos, todos miembros necesariamente del clan militar, que ahora podían pasarse por sus amplias calles trazadas a cordel y entrar en los edificios, desde los grandes templos y palacios de la nobleza militar Trojolm en el centro hasta las sencillas cabañas de artesanos y campesinos de la periferia, todo ellas construidas en la omnipresente roca de obsidiana que se obtenía de los cercanos montes Yaggol. Pero lo más valioso y reverenciado de la ciudad sagrada no era nada de eso, sino el colosal obelisco negro de obsidiana de una sola pieza y de 55 metros de alto que se alza en el centro de la ciudad. Según el dogma oficial Chuthulu reside en el interior de dicho obelisco desde la destrucción de la ciudad y allí permanecerá hasta que al final de los tiempos saldría para juzgar a todas las criaturas y crear un reino místico donde los Trojolms serían su pueblo elegido y todas las demás “fatzias” estarían a su servicio. Con esas creencias no es extraño que las demás “Fatzias” no vean el menor atractivo a la religión Trojolms y de todas formas esta no admite la conversión, solo se puede pertenecer por nacimiento, por el mero hecho de ser Trojolms, al pueblo elegido de Chuthulu. Incluso desde el pueblo era visible dicho obelisco, mucho más desde el límite de cuerdas, y todos lo miraban de vez en cuando con reverencia y temor y los que no, se cuidaban mucho de disimularlo. Aunque sus padres se cuidaban de alimentarlo y cuidarlo lo mejor posible, Morgul seguía siendo un niño bastante enclenque, al que le gustaba acercarse hasta el límite de cuerdas y permanecer mirando la ciudad sagrada y su aún más sagrado obelisco durante largo tiempo, un niño bastante callado y poco juguetón, que muchas veces se quedaba 11 mirando a los demás niños mientras estos jugaban sin intentar participar y muchas veces negándose abiertamente. El único juego al que le gustaba desde muy niño participar era en las “cacerías”. Consistía en que un grupo de niños con piedras, bastones y tirachinas se dedicaba a buscar insectos, gusanos o pequeños animales para matarlos y llevárselos a casa para que sus padres se los cocinasen como postre. Muchos preferían comérselos allí mismo, crudos, pues aunque los Trojolms suelen cocinar sus alimentos siempre que pueden, no hacen ningún asco a comer carne cruda si no tienen un fuego cerca, y de hecho hay algunos que lo prefieren comer así Sin embargo, ni siquiera en este juego su comportamiento era el mayoritario. La mayoría lo único que buscan es la excitación de la búsqueda y una rica golosina que comer. El prefería torturarlos, antes que matarlos rápidamente de un solo golpe. Al principio cogía insectos o gusanos, lo que más le interesaba cazar a la mayoría, pues es lo más sabroso para los niños Trojolms—es el equivalente de una golosina y además obtenida por ellos mismos—y en vez de comérselos directamente, se dedicaba a trocearlos lentamente o arrancarles patas, cabezas o alas, lentamente mientras se quedaba mirando sonriente como se retorcían. Sin embargo para cuando tenía cuatro años ya se había aburrido de ese juego y empezó a buscar presas mayores, pequeños reptiles, mamíferos o pájaros, a los que en vez de matarlos y comérselos directamente, el se dedicaba a mutilarlos lenta y dolorosamente, mientras se sonreía evidentemente satisfecho. Cuanto más chillasen, se retorciesen y sangrasen tanto más se divertía, y pronto aprendió por prueba y error a mutilarlos de la forma más adecuada para que tardasen lo máximo en morirse y su agonía fuese lo más dolorosa y lenta posible. Para los cinco años ya estaba hecho todo un pequeño pero experto torturados y el placer y la excitación que sentía con el dolor y el sufrimiento ajeno ya nunca le abandonaría. Todo lo contrarió, ese enfermizo placer suyo no dejaría de agradarse y pedir cada vez más. Cuando su madre se enteró por sus compañeros de juegos de sus aficiones, se dirigió a el malhumorada y le reprendió severamente. -- ¡¿Se puede saber a que te estas dedicando, pequeño torturador?!.!¿No creas que no me entero de lo que haces?!. ¡No haces más que perder el tiempo en despedazar animales por diversión, en vez de comértelos sin más como hace todo el mundo. No juegas a otra cosa, ni a la pelota, ni al escondite, ni a las tejas saltarinas, ni a las batallas. ¿Es que no puedes jugar a cosas normales?. Si continuas así vas ha terminar mal, no quiero que mi hijo termine convirtiéndose en un delincuente... o en un asesino. 12 Recuerda que todo lo que hagas te será devuelto y quien se place en abusar de los demás tarde o temprano se encontrará con alguien más fuerte que el y terminará pagándolas todas juntas. Ahora torturas pájaros, no permitiré que mañana tortures personas!. Sin embargo hablaba en balde, pues ninguna palabra de su madre le hizo cambiar de gustos y su padre no parecía darle ninguna importancia al asunto, solo cuando la cosa pasó a mayores empezó a preocuparse. En efecto, cuando Morgul tenía solo cinco años y siete meses, un día que su padre volvía del campo tras reunir el ganado en la cabaña como siempre hacia al final de cada jornada de trabajo, se encontró con un grupo de gente arremolinada a la puerta de su casa. Sintiendo una punzada de angustia temiendo algo malo, corrió rápidamente hacia la puerta. De repente alguien le agarró de un brazo y al volverse reconoció a Stinx, un granjero que vivía al este del pueblo. -- ¡Es que tu hijo a enloquecido, o es que es un miserable de la peor calaña!.—le espetó este lleno de furia. -- ¿Que ha pasado?—preguntó el, confundido, sin comprender nada. -- Tu maldito hijo acaba de meterse en mis campos y le ha sacado los ojos a tres de mis Capacs. Primero les partió las patas, después les arrancó los ojos, los cortó las orejas y le pillé infraganti mientras se dedicaba a desgarrarles el vientre con sus malditos dedos. Tres de mis mejores animales destrozados. --- No puede ser—balbució su padre. -- ¡Claro que es verdad y tu deberás pagarme hasta el último céntimo del valor de esos animales. Eso y un adecuado correctivo para tu salvaje hijo, aparte del que ya ha recibido de mi!. En ese momento apareció su mujer ante la puerta y le dijo que entrase con voz trémula. El procedió a soltarse suavemente del agarre de Stinx y entró cerrando la puerta tras de sí, dejando a medio vecindario cuchicheando fuera. -- ¡Donde está!—gritó entonces lleno de ira y vergüenza a la vez. Sin esperar una respuesta se dirigió a la habitación de su hijo y allí le encontró, acurrucado en su jergón, lleno de heridas por todo el cuerpo propinadas por el enfurecido Stinx como castigo por su delito. -- ¡¿Porqué, porqué lo has hecho? -- Solo quería divertirme, esas tontas sin cerebro se me quedaron mirando, una de ellas me escupió y decidí darle un castigo. 13 -- ¡¿Un castigo?!, ¡un castigo es lo que vas ha recibir, saco de carne sin cerebro, tu si que no tienes cerebro!. Sabes como has dejado a tu familia con tus actos, en el barro, ¿Que crees que pensarán de una familia cuya hijo se dedica a matar el ganado de sus vecinos con solo cinco años y medio?! Seguidamente empezó a golpearle, cegado por la ira. Le golpeó por lo menos una docena de veces antes de que su madre interviniese para detenerle. -- Basta, ya ha tenido suficiente castigo, además de la ración de Stinx ha recibido la mía y ahora también la tuya.—eso era verdad, pues ella misma también le había golpeado varias veces al enterarse. De hecho era la primera vez que Morgul recibía una paliza de sus padres, hasta entonces había sido reñido o castigado, pero nunca había hecho nada que justificase una paliza a ojos de sus padres. Pero ahora las cosas eran diferentes. -- Mas valiese que Stinx le hubiese matado a golpes. Este hijo nuestro es un endemoniado, es mala semilla, una semilla podrida que infestará a toda la familia.-En eso tenía razón, pero lo que no podía saber es que era una mala semilla que terminaría infestando no a una simple familia, sino a gran parte de Eriador. -- Deberías aprender de tu hermana, Sliva, ella si que es una hija ejemplar. Buena estudiante, fuerte, inteligente y prudente, jamás se metió en problemas y ahora esta en los cuarteles aprendiendo a ser una ciudadana de provecho. Eso fue lo último que dijo, estaba demasiado dolido, demasiado humillado para decir nada más, se limitó a salir de la habitación y cerrar la puerta tras de el dejando a Morgul en la soledad. Aquel día no habría comida. Cinco días terrestres le tuvo encerrado sin salir, alimentándole solo de agua y algún mendrugo de carne. Finalmente, cuando decidió que no ganaría nada teniéndole encerrado permanentemente, le volvió a permitir volver al colegio, pero esta vez acompañándole personalmente y pidiendo encarecidamente al profesor que no le dejase salir hasta que el volviese a recogerlo. No estaba dispuesto a dejarle suelto para que tuviese oportunidad de cometer otra fechoría. Aunque como hemos dicho la sociedad Trojolm tiene clases hereditarias casi cerradas, el desarrollo de la industrialización hacia tiempo que había convencido a los gobernantes de la necesidad de dar una educación aceptable a toda la población y por ley del 1904 se había instituido una educación obligatoria y gratuita igual para todos que comienza a los cuatro años y termina a los siete, edad en que todos los Trojolms libres, tanto machos como hembras eran y son aún enviados a los cuarteles para 14 desarrollar siete años de un régimen cuartelario, mitad servicio militar a lo bestia, mitad continuación de la educación teórica obligatoria. Ese era el motivo por el que Morgul apenas conocía a su hermana mayor, Sliva. Cuando el había nacido, su hermana estaba a punto de tener la edad de ser enviada a los cuarteles y hasta siete años más tarde no sería licenciada. Solo en los contados permisos podía ella volver al pueblo para visitar a su familia y tratar con su hermano. --Por suerte, ella no ha estado aquí entonces para presenciar tu facinerosa actuación. Ella no se merece este deshonor.—le había comentado su padre mientras le llevaba al colegio. Una vez llegaron al colegio, una casa de piedra sin labrar, que solo se diferencia de las otras por su mayor tamaño y por la bandera Trojolm que ondeaba de un astil situado encima de la amplia puerta principal. La sempiterna bandera negra con la roja rueda central y las dos barra amarillas horizontales a los lados terminadas en las dos llamas rojas de los extremos, la misma que ha guiado a los ejércitos Trojolms y a ondeado en sus edificios públicos desde hace casi 1.700 años, desde los mitificados tiempos del primer imperio Trojolm. El interior consiste en un curioso pasillo central en doble ese con aulas a los dos lados, y al igual que las casas Trojolms, sus ventanas son estrechas para mantener el interior en la penumbra que tan agradable les resulta. Ya desde que se acercaron todos los niños del colegio se le quedaron mirando. Algunos mostraban desagrado o vergüenza y otros una mueca de burla socarrona. Solo unos pocos fingían que no hubiese pasado nada, o no se hubiesen enterado, y le saludaron como siempre. Una vez dentro se dirigieron hacia el despacho del director del centro. Sorj era un Trojolm bastante grande, incluso para lo que es un Trojolm adulto, un poco gordo y algo entrado en años, pues ya tenia casi 100 años. En cuanto entraron el se levantó de su mesa de despacho, dio la vuelta a la mesa y saludó al padre de Morgul. Éste se disculpó por la ausencia de su hijo durante esos días explicándole que había estado castigado encerrado en casa para que aprendiese a no volver una salvajada como aquella. -- Estoy perfectamente enterado de los lamentables sucesos, no es necesario que se disculpe conmigo también. Sé que ayer tuvo una reunión con su profesor para hablar sobre las medidas ha tomar para que esto no vuelva a repetirse. No tiene porque preocuparse, no le perderemos ojo en ningún momento. 15 --Ahora, si usted lo desea, me gustaría tener una pequeña charla con su hijo. -- Por supuesto.—contestó el, y seguidamente se despidió y se marchó cerrando la puerta tras de sí. -- ¿Bien, me puedes dar una explicación medianamente racional de porqué has hecho eso?.—le preguntó entonces Sorj. -- Se estaban burlando de mi. -- No creerás que me voy a creer eso. Los Capacs no son lo suficientemente inteligentes como para burlarse de nadie. Si realmente crees eso es que necesitar ir al psiquiatra. ¿Quieres que diga eso en mi informe? -- No quiero que me encierren -- Entonces dime la verdad. -- Lo hice para pasar el rato. -- Eso ya es más verosímil, sobre todo habiendo oído las historias sobre tu afición a torturar bichos. -- ¿Quien te lo ha contado? -- Son cosas que dicen tus compañeros en los corrillo antes de entrar y salir de clase. No voy a decir nombres, no vaya a ser que también les saques los ojos a ellos. -- Señor, solo eran animales, ¿porqué se enfadaron tanto, porqué eran propiedad de alguien o solo porque eran animales?. -- Porque eran propiedad de alguien me temo. Sé que hay “fatzias” que consideran matar animales por diversión aunque no pertenezcan a nadie como una atrocidad, pero entre nosotros casi nadie piensa así. -- ¿Usted si? -- ¿Y que si es así?. Eso no es delito y lo que tu has hecho sí. -- Le aseguro que no volverá a pasar. -- No sé si creerte, las pulsiones tan obsesivas como las tuyas y ya desde tan joven no son tan fáciles de eliminar. -- ¿Quiere decir que estoy loco? -- Disfrutar con el dolor ajeno es malsano.. y peligroso. Si, creo que hay parte de locura en ti. -- Señor Sorj, ¿dígame?. ¿Acaso en la guerra no se mata y tortura al enemigo? -- Matar y torturar son cosas muy diferentes. No es lo mismo una muerte rápida por una bala en la cabeza, que agonizar lentamente solo para proporcionar satisfacción a un enfermo. 16 -- ¿Usted ha combatido? -- Si, varias veces. Estuve en la batalla de Poporotca, donde se derrumbó nuestro quinto y último imperio y en otras batallas aún más antiguas. Se puede decir que participé en su edificación e igualmente lo vi derrumbarse. De hecho soy capitán en la reserva del ejercito de nuestro reino. -- Del reino de Mantranacor, no de la Troljmia. Nuestros malditos enemigos destrozaron nuestro reino y lo dividieron en cuatro trozos para así controlarnos mejor. -- Si, se podría expresar así. Ahora la Troljmia esta dividida en cuatro reinos, el nuestro, el de Mantranacor y otros tres, el de Mampang, el de Uzbél, y el de Magon. Veo que te has aprendido bien la lección. Por lo menos esa. Sin embargo en un punto te equivocas. No fueron nuestros enemigos quienes fragmentaron la Troljmia, fuimos nosotros mismos con nuestras interminables disputas tribales. Siempre es la misma historia, en cuanto el gobierno central se debilita por el motivo que sea, resurgen las viejas disputas regionales y la Troljmia vuelve a fragmentarse. A pasado cinco veces ya desde nuestra primera unificación. Sin embargo comprobar tus conocimientos históricos no es el motivo de esta conversación, tu problema no es de conocimientos, sino de moral, o de falta de ella mejor dicho. -- No soy un inmoral. -- Lo que hiciste hace cinco días no fue muy ético que digamos, ¿no crees? -- Supongo que tiene usted razón. Sin embargo usted a matado personas. -- Eso fue en una guerra y lo que hiciste tu no fue en el marco de ninguna guerra, creo yo. ¿O es que pretendes declararle la guerra a los Capacs de todos los granjeros del pueblo?. En ese caso te advierto que si sigues dañando las propiedades de tus vecinos, ellos te declararan la guerra a ti y te aseguro que tu llevarías la peor parte. En este caso te has salvado porque eres menor de edad y tu padre, aunque pobre, aún tiene suficiente para pagarle a Stinx el coste de los animales que tu mutilaste. La próxima vez, si llega a ver una próxima vez, no tendrás tanta suerte. Te conviene no olvidarlo jamás, nunca te metas con alguien que sea más fuerte que tu. -- ¿Y si es más débil? -- Ensañarse con los débiles es una muestra de debilidad. Un soldado de verdad, un soldado con honor, no anda torturando ni asesinando a gente indefensa. Si lo haces dejas de ser un guerrero para convertirte en una bestia salvaje sin honor ni conciencia y de eso, desgraciadamente, también he visto mucho durante las guerras en que participé. 17 -- No me gustan los débiles, los débiles mueren y los fuertes viven. ¿no es así?. -- Antes de decir eso tan alegremente deberías tener en cuenta que tu estas entre los débiles. ¿Acaso no te acaba de dar Stinx una paliza y tu no pudiste hacer nada por evitarlo?. Eso te convierte en un débil, no te conviene olvidarlo?. Morgul agachó la cabeza al oír eso y se quedó mirando inexpresivamente a las baldosas del suelo antes de contestar. -- Ahora lo soy, pero cuando sea adulto no lo seré. Entonces seré fuerte y poderoso, ya nadie podrá hacerme daño y entonces me vengaré de ese tonto de Stinx. -- ¿Y como piensas hacerlo?. – contestó Sorj sonriéndose suavemente, con cierto deje de burla bien disimulada. -- Pronto me tocará entrar en el cartel, allí aprenderé a luchar, iré a la guerra, mataré muchos enemigos y me haré famoso. Seré un gran general y ya nadie podrá pegarme nunca más. -- Eres ambicioso, no se puede negar. Pero me temo que tienes una idea muy idealizada sobre lo que son los cuarteles, por no hablar de las guerras. Yo que tu lo primero de que me preocuparía es en sobrevivir a los cuarteles antes de plantearme nada más allá. Desgraciadamente tu eres físicamente enclenque y eso es muy mala cosa. Los enclenques no suelen sobrevivir a los cuarteles, allí recibirás muchas, muchas palizas, y mucho más serias que las que se te dio Stinx, tanto por parte de tus superiores como por parte de los compañeros que sean más fuertes que tu. En los siete años que yo estuve en los cuarteles vi morir, mejor dicho, asesinar, a 16 compañeros y a mi mismo me partieron más de un hueso en más de una ocasión. Los cuarteles están hechos para separar el grano de la paja, a los fuertes de los débiles y hacer sucumbir a estos últimos. Su un hombre libre civil mata a otro civil es un asesinato, un crimen castigado con la muerte, si un recluta del cuartel mata a uno de sus compañeros no se le castigará, hasta puede que se le ascenderá de puesto. Si te queda algo de inocencia infantil al entrar al cuartel, morirá en el mismo momento en que entres. El reino de los cuarteles es el reino del dolor incluso para el más aguerrido, mucho más para los enclenques como tu, que se te meta bien eso en la cabeza. Te voy a dar un consejo como amigo, en cuanto entres allí obedece todo lo que te digan tus superiores sin rechistar, si te insulta un superior, calla, si te pega, calla. Si eso lo hace un compañero que sea de tu tamaño reviéntale los dientes antes de que te los reviente el a ti, y si es más fuerte y como tu eres físicamente débil habrá mucho que lo sean, tendrás que aliarte con otros que sean débiles como tu para protegeros 18 mutuamente. Si puedes lograrlo, ponte bajo la protección de alguien fuerte. Para los débiles una buena alianza es la mejor garantía de supervivencia. Para conseguir eso fíjate en cualquiera que necesite un favor y proporcionárselo, tener gente que te deba favores es sumamente útil si pretendes sobrevivir. Alíate con unos contra otros, no dudes en cambiar de bando si ves que el tuyo va a perder y sobre todo no le muestres a nadie que tienes miedo, si lo notan se lanzarán todos contra ti como carroñeros tras un cadáver para despedazarte. Todo eso sin embargo tiene una ventaja, si logras conservar algo de honor después de todo eso, ya no lo perderás jamás suceda lo que suceda. Tus padres y yo lo logramos, ya veremos que tal te va a ti. Bien, Morgul, creo que no tengo nada más que decirte. Puedes irte. Morgul en efecto se fue por el ondulante pasillo hasta su aula mientras Sorj se volvía a sentar tras su robusta mesa de trabajo y se decía a si mismo con tristeza. -- ¿Como va ha conservar el honor alguien que ya lo ha perdido a los cinco años, si es que alguna vez lo tuvo?. Probablemente muera en los cuarteles, y tal vez sea así mejor, pues si sobrevive, con su sadismo precoz y lo que le añadan en el cuartel va salir hecho una verdadera bestia. 4. Finalmente el momento decisivo había llegado. Sus padres lo sabían pues ellos también lo habían vivido. En el tercer cielo marrón desde su nacimiento, es decir, unos siete años en tiempo terrestre, llegaba el momento en que los niños y niñas Trojolms abandonasen para siempre su niñez e iniciasen su instrucción militar, y si hay algo que explique la tendencia a la brutalidad de los adultos Trojolms son esos siete fatídicos años de instrucción militar. Por lo menos tenían la satisfacción de que aunque su segundo hijo estuviese a punto de enfrentarse a una prueba a la que sabían que podía que no sobreviviese, por lo menos su primera hija acababa de terminar su instrucción y volvía a casa, si no ilesa, por lo menos si viva y en un estado aceptable. Era el día 7 de noviembre de 1953 cuando Sliva regresó. Excepto una semana cada año, el único periodo de asueto que tenían los niños reclutas, hacía siete años que no la veían Y allí estaba, más grande que nunca y con un brazo entablillado y escayolado. Un accidente durante la instrucción, a última hora, como ella les explicó en cuanto llegó. 19 Un tonto había soltado una granada en la dirección equivocada y se le habían clavado unas esquirlas de metralla en el brazo, nada serio. El médico le había dicho que en medio mes podría quitarse la escayola y estaría como nueva. La verdad es que tenía por lo menos una docena de cicatrices por todo el cuerpo, desde la cola hasta el hocico y Sliva les explicó tranquilamente el motivo porque se había, o le habían hecho cada herida. El cuadro que pintaba no era nada halagüeño. Marchas y contramarchas continuas sin apenas agua, comida pésima, generalmente medio podrida, enfrentamientos y peleas continuas entre los reclutas y sangrientos castigos por el menor gesto de desobediencia a los superiores. Incluso había presenciado en dos ocasiones como los propios reclutas mataban a uno de sus compañeros y lo devoraban allí mismo. Por lo menos hasta que vinieron los mandos a poner orden y llevarse lo que quedaba de los cadáveres... no para enterrarlos, sino para comerse ellos lo que quedaba. De hecho Morgul estaba cada vez más intranquilo debido a las alarmantes historias que oía cada vez con más frecuencia sobre como es la vida en los cuarteles realmente. Sus padres que sabían lo que le esperaba habían estado metalizándole desde hacía varios meses contándole viejas historias sobre su estancia en los cuarteles, que no diferían apenas de lo que ahora le contaba su hermana. De hecho solo gracias a las historias de sus padres se había dado cuenta de que muchas de las marcas en las pieles de sus padres no eran normales y naturales como había pensado siempre, sino el resultado de las heridas y lesiones que habían sufrido durante aquellos fatídicos siete años. De hecho la milenaria práctica Trojolms de realizar una instrucción militar obligatoria de todos los ciudadanos no es nada rara entre las “fatzias” de Gacitaia. Lo que si es totalmente anormal es que esta comience a la tierna edad de siete años y dure hasta los catorce, y eso solo para los civiles, pues los hijos de la casta militar además deben hacer cuatro años más de especialización técnica militar. Sin embargo lo peor de todo es la extrema dureza y brutalidad con que se desarrolla la instrucción y toda la vida en los cuarteles. Desde luego la “mili” no es tarea para debiluchos y gente sensible, por lo menos tal como la practican los Trojolms. El caso es que Morgul se dedicó aquel día a bombardear a su apenas conocida hermana para que le contase con pelos y señales como era la vida allí y lo que esta le contó, sencillamente la verdad, le enfrió aún más los ánimos. De todas formas no tenía otro remedio que ir, pues el castigo por eludir el servicio militar es la esclavización de por vida como esclavo de propiedad estatal, los que trabajan en las minas y en los campos de trabajos forzados, y bien mirado las probabilidades de sobrevivir allí son más o 20 menos las mismas que en los cuarteles o incluso aún menores, así que la inmensa mayoría prefieren aceptar la obligación y afanarse en resultar lo menos afectados posible, tanto física como mentalmente, por la experiencia. Sin embargo sus padres notaban con alegría que su hija estaba en mejor estado anímico del que esperaban. De hecho, como ella misma no se cansaba de repetir, había estado contando casi cada minuto esperando terminar con aquello y estaba sumamente aliviada por haber superado la prueba. Cuatro días después, el 11 de noviembre de 1953 finalmente le llegó a Morgul la hora de marcharse, pues ese día recibió la notificación oficial de alistamiento, debía trasladarse antes de tres días al cuartel de Hosgoh, situado a las afueras de Mantranacor. -- ¿Así que voy a ver la capital?—comentó Morgul al saber su destino. -- No exactamente, hijo mío, podrás verla de pasada, nada más.—le aclaró su padre-- He oído hablar de Hosgoh y no es un sitio muy agradable. Es una pequeña islita en medio de los pantanos de Gorgoroth, a unos tres kilómetros al este del límite este de las murallas de Mantranacor. Un cenagal inmundo donde solo se puede acceder por barca y lo único que hay es el cuartel. Hasta hace tres décadas fue un penal muy famoso donde encerraban a los enemigos Trojolms del señor oscuro para trabajar hasta que morían de hambre y agotamiento, se dice que su subsuelo esta lleno de sus huesos acumulados durante siglos. Ahora en teoría es una fortaleza, pero en cierto modo aún sigue siendo una prisión. Allí vivirás durante los próximos siete años... si sobrevives. Solo puedo desearte lo mejor, aunque me temo que no sea lo que obtengas de allí. Con eso y un cariñoso beso de despedida Morgul se despidió de sus padres y salió por primera vez de los alrededores de su pueblo. Sus padres no podían acompañarle hasta allí, pues es tradición, es decir, ley, que los futuros reclutas han de hacer el viaje a sus destinos solos. Por suerte, al ser Zorh el pueblo más cercano a Rileh, es también es punto de estancia de los sacerdotes y los peregrinos en allí acuden y por tanto tenía un servicio de diligencia más o menos regular hasta la capital. La diligencia estaba cubierta, aunque el traqueteo por la irregular y poco cuidada carretera fuese abundante, llegaron hasta Uguh en relativamente poco tiempo. Para ello tuvieron que dar primero un rodeo hacia el oeste hasta llegar al desfiladero de Uliarth, un paso bastante transitado que permite cruzar los montes Yaggol. Actualmente por allí discurre una vía de ferrocarril, pero entonces solo había un estrecho camino de tierra. Seguidamente avanzaron hacia el norte hasta llegar a Uguh. En el camino se encontró con las obras de construcción de un nuevo ferrocarril 21 entre Uguh y Magon. Uguh es una pequeña ciudad fuertemente fortificada, protegida por murallas de bloques de obsidiana y cemento de 5 metros de alto y más de siete de espesor dotada de numerosa artillería, además de una fortaleza cuartel más moderna justo al este de la calzada. Dicha ciudad está situada al sur de los pantanos de Gorgoroth, en el punto de entronque con una de las dos calzadas, la del sudoeste, que conectan la capital isla emplazada en medio de los pantanos con la tierra firme. Actualmente las calzadas son de pontones flotantes de acero, pero entonces aún estaba en uso la versión anterior de pontones de madera ensamblados entre sí, pues las obras de los actuales comenzaron en 1962 y terminaron en 1967. Gracias a estos ahora el tren no tiene que detenerse ante la orilla de los pantanos, sino que puede adentrarse hasta justo la nueva muralla. En Uguh el inexperto Morgul pudo contemplar por vez primera los bloques de apartamentos de varios pisos, algunos hasta seis o siete, hechos de bloques de roca de cantería, generalmente la abundante obsidiana, pues aún no se había puesto de moda la actual costumbre de edificar en acero, práctica que estaba iniciándose precisamente entonces en Uzbel y ciudades vecinas. Entre estos bloques los hay tanto de planta cuadrada, la más clásica en las ciudades de la provincia de Gorgoroth, incluida Mantranacor, como de planta circular o elipsoidal, la más moderna y de moda en las grandes ciudades, excepto en Mantranacor y otras de su región, De hecho las ruinas de Rileh tienen edificios de planta rectangular o cuadrada en la mayoría de los casos, aunque en las pequeñas poblaciones la planta circular o elipsoidal es la más usada con diferencia desde hace siglos. De hecho la comparación entre las ruinas de Rileh, muy interesantes históricamente por haberse mantenido inalterables desde su destrucción hace unos 1.400 años y Mantranacor, demuestra que tanto su planta como el estilo de sus edificios ha cambiado relativamente poco en todo este tiempo. En cambio el resto de las ciudades fuera de Gorgoroth y de los edificios oficiales han cambiado bastante en su estilo arquitectónico. También pudo ver un templo de los grandes y no la diminuta capillita que había en su pueblo natal. Así mismo pudo contemplar los grandes edificios oficiales con sus fachadas profusamente decoradas, sobre todo con grabados no muy resaltados, más que escultura de bulto redondo, bastante más escasa y en comparación con los cuales la escuela y el ayuntamiento de su pueblo parecían enanos y pobretones. Los templos Trojolms es de lo que menos ha cambiado desde la fundación por Chuthulu de su actual religión y son todos muy parecidos entre sí, solo diferenciándose por el 22 tamaño y el lujo de su decoración grabada en sus muros y la altura de su inevitable obelisco, casi siempre liso. Son edificios de planta perfectamente cuadrada, hechos siempre e íntegramente de piedra de obsidiana, por ser este un material “mágico” en la religión Trojolm, no muy altos, lo normal es entre 5 y 15 metros y coronados por una cúpula muy achatada y baja que cubre casi todo el techo y los más modernos cubiertos con losetas de acero de color negro—también material “mágico” y los más clásicos con losas de obsidiana pulida, con ventanas muy estrechas buscando la penumbra interior, como pasa en todos los edificios Trojolms, muros muy gruesos. El único acceso es un gran portalón que mira siempre en dirección a Rileh, con arcos ciegos con columnas estriadas pegadas a la pare, excepto en la central, que tiene un arco mayor que los demás y bajo el cual está la única puerta de entrada y salida al centro. Unos metros delante de esta puerta se alza siempre un obelisco negro, siempre más pequeño que el de Rileh y generalmente liso, aunque algunos hay decorados y que siempre en todos los casos están orientados de forma que una persona en el centro de la única puerta del templo tiene justo enfrente el obelisco y si se prolonga esa línea recta lo suficiente se llegaría al punto donde esta el obelisco de Rileh. Las paredes de los templos suelen estar decoradas con textos del libro de la verdad, la Biblia y el Corán de los Trojolms, o escenas, generalmente esquemáticas y poco naturalistas, representando escenas de dichos textos, aunque la extensión, riqueza y calidad de dichos grabados dependen mucho del templo y de los recursos de quienes lo erigieron. Los más antiguos están en Mampang y en Rileh, sobre todo en la segunda, y los más grandes y monumentales en la más reciente ciudad de Mantranacor. Chuthulu mismo jamás es representado directamente, haciendo referencia a el siempre través de una referencia simbólica, el mismo símbolo que ondea en las banderas Trojolms. Sin embargo Morgul no se detuvo mucho tiempo para admirar todo esto, pues tenía prisa. Debía ir a Mantranacor a pie y encontrar el cuartel de Rugieh, que según el mapa de le habían dado junto con la notificación estaba junto al embarcadero, al sureste de la ciudad. En cuanto empezó a avanzar por el puente de pontones de unos cinco metros de ancho, pudo ver que Mantranacor estaba en obras. En efecto, su muralla de entonces, edificada a principios del siglo XVIII., se había quedado pequeña ante el crecimiento de la ciudad, por lo que estaban construyendo una nueva más amplia y moderna para en cuanto estuviese terminada, derribar la antigua. De hecho primero iban derribando la antigua e inmediatamente usaban esos escombros como núcleo de la construcción de la 23 nueva, así se ahorraba tiempo y material, además de evitar que la ciudad quedase temporalmente desamurallada. Sin embargo Morgul no pudo ver esas obras terminadas hasta quince años después, en 1968. De todas formas la posición de Mantranacor ya es muy fuerte sin necesidad de murallas, estando situada como esta en una isla rocosa más o menos redondeada lo bastante amplia para albergar toda la ciudad y sobrar espacio. De hecho las actuales murallas están en casi todo su perímetro a unos veinte metros de la costa de la isla, de forma que sui las calzadas eran voladas la única vía de acceso a la ciudad es la marítima, pues aunque los pantanos no fuesen muy hondos si eran muy traicioneros, pues como todos los pantanos de Eriador, su fondo esta recubierto de una capa de alquitrán espeso siempre renovada. De hecho ese es el motivo de que las calzadas sean de pontones flotantes y no un puente normal con pilares como sería lo habitual, pues si fuesen lo segundo estos se hundirían rápidamente en el lodoso fondo arrastrando al puente consigo. Sin embargo Morgul ni se planteaba esas cosas y una vez en Mantranacor tampoco se detuvo demasiado, pese ha que lo que veía era totalmente nuevo para el y le impresionaba profundamente. Tenía prisa para llegar con tiempo y evitar que le castigasen por retrasarse nada más llegar. Por tanto avanzó por las calles de la ciudad, todas asfaltadas—no empedradas como es habitual en la mayoría de las ciudades importantes de Gacitaia, pues en la Troljmia si algo sobra es asfalto-- y no de tierra como en su pueblo Y guiándose por el tosco mapa no tardó mucho, pues se orientaba bien, en encontrar el embarcadero de Rugieh. En aquel entonces dicho cartel de transito y embarcadero consistía solo en unas simples barracas de madera de planta rectangular con techo de teja de obsidiana situados junto a la orilla de la ciudad-isla, con unos pantanales flotantes no muy largo y una serie de embarcaciones, la mayoría aún de madera, para conducir a los reclutas a su destino, que se divisaba justo al este a unos tres kilómetros, justo como su padre le había dicho. Actualmente tanto los barcos como el mismo embarcadero es más grande y de construcción mucho más sólida, acero tanto en los barcos, como en las barracas y los pantalanes flotantes. Morgul esperaba una gran fila a la entrada de las barracas, pero para su sorpresa solo vio a dos Trojolms, los dos niños de su edad. Morgul, temiendo haberse equivocado de 24 lugar, se dirigió a uno de ellos, el que parecía mayor y desde luego era bastante más grande y corpulento. -- Perdón, es aquí el centro de transito para Hosgoh. Soy un recluta y tengo que ir allí. -- Igual que nosotros, enano, no te has equivocado, más bien parece que el resto de los cobardes de nuestra promoción prefieren demorar el momento decisivo para empezar hasta el final. Cobardes.—dijo escupiendo un despectivo escupitajo ácido hacia el suelo. -- Gracias, yo me llamo Morgul, ¿y tu? -- Seseljm, Seseljm Vitus Armg. -- ¿De donde eres?. -- De Murgus, al norte de los montes Yaggol. Entonces Morgul le dijo de donde era. -- Vaya, vives junto a la sagrada Rileh, debe ser un gran honor poder verla todos los días. -- Así es, es muy grande e impresionante. -- Cuando sea mayor seré sacerdote y podré entrar allí siempre que quiera.—le confesó Seseljm entonces. -- Para eso hay que ser del ejercito, no basta con ser un recluta, si tus padres no son militares también. -- Claro que lo sé, igual que sé que mis padres son de la clase artesana, carniceros, para ser más exactos. Si vengo es para aprender a combatir para en cuanto estalle la guerra poder participar y lograr hazañas que me hagan merecedor de ascender a la clase superior. -- Yo también tengo la misma intención, solo que yo aún estoy más bajo en la escala social, solo soy un campesino.—confesó Morgul. -- Eso no importa, muchos campesinos han llegado a señor oscuro gracias a sus hazañas como guerreros, solo hace falta valor, astucia y tenacidad, eso y aplastar a todo el que se interponga. -- Parece que fuese yo mismo quien hablase. Yo también opino lo mismo. -- Si, parece que esto va muy bien. El hecho de haber llegado los primeros demuestra que no nos asusta todo lo que nos han contado sobre la mili. Yo sé perfectamente lo que debo hacer, obedecer todas las ordenes de mis superiores y aplastar a todo igual o inferior que se interponga en mi camino. -- Todo eso, pero también buscar aliados, ningún gobernante es nada si no tiene sobre quien gobernar.—añadió Morgul. 25 -- Excelente, veo que estamos hechos de la misma pasta. Si nos aliamos seremos imparables allí dentro. -- Me encanta tu propuesta...entonces somos amigos. -- Si, sangre por sangre y muerte por muerte, hermanos de sangre, unidos venceremos.—contestó Seseljm citando un versículo del libro de la verdad. Esto no es nada sorprendente considerando que el libro de la verdad, como único texto sagrado y tenido por divinamente revelado por los Trojolms, es leído y aprendido te guste o no desde la niñez y muchos, ya desde jóvenes, se lo saben de memoria. Seguidamente hizo el gesto ritual de amistad y Morgul hizo lo mismo sin ocultar su satisfacción. Un aliado grande y fuerte como el era lo que más necesitaba y había tenido la suerte de encontrarlo incluso antes de entrar en el cuartel. Aquello si era tener suerte y era solo el principio.—Morgul estaba seguro de ello. El motivo de su seguridad es que había notado algo especial es la forma de hablar y sobre todo en la mirada de Seseljm, algo en su interior, su instinto animal, le decía que estaba ante un igual, ante un alma afín y la verdad es que esa sensación estaba bien fundada, pues pronto Seseljm demostraría que es un carnicero no solo porque sus padres vendiesen carne. Mientras tanto el otro recluta había permanecido paseando por allí escuchando sin decir nada. -- ¿Tu como te llamas?.—le preguntó Morgul. -- Se llama Stimje y es herrero, pero no es necesario que le hagas demasiado caso, es un blandengue indigno de ser un guerrero.—comentó Seseljm despectivamente. -- ¿Le conocías ya? -- Por supuesto, es de Murgus igual que yo, pero créeme, no merece perder demasiado el tiempo con el. -- Lo mismo digo.—contestó Stimje con un contenido gesto de desdén. -- De hecho me sorprende que haya venido tan pronto. Tal vez sus padres lo han movido hasta aquí a patadas como suelen hacer. -- He venido voluntariamente, listillo, y cuando salga de aquí seré grande y fuerte y mis padres no volverán a pegarme nunca más. -- Si, sobrevives, en todo caso, cosa que dudo. Stimje no dijo nada más, hirviendo de frustración se apartó y se quedó enfurruñado y deliberadamente apartado de ellos. 26 -- Si te digo la verdad, Morgul, si no fuese un personajillo tan insignificante ya lo habría matado yo mismo, pero el no merece la pena ese esfuerzo. Es un esclavo y siempre lo será.—le confesó entonces Seseljm a Morgul en voz baja para que Stimje no pudiese escucharle. -- Es imposible que sea un esclavo, solo movilizan a los libres y el lleva el medallón de artesano. -- Su tío fue esclavizado por realizar practicas contra natura con un amigo y el va por el mismo camino.(en la Troljmia la homosexualidad es uno de los delitos que se castigan con la esclavización). -- ¿Lo es el también?. -- No lo sé ni me importa mientras no se me insinúe a mi, pero si lo hace le destriparé con mis propias manos.—Morgul al oírle estaba cada vez más seguro de que no hablaba a humo de pajas y eso lo convertía en un aliado aún más conveniente. En ese momento se abrió la puerta de la barraca más cercana y un Trojolm adulto armado con un fusil y cartucheras en los hombros se dirigió a ellos. -- Vaya ardor guerrero que tenéis vosotros, habéis llegado con más de seis horas de adelanto. -- ¿Es usted el encargado?—preguntó Morgul. -- Si, lo soy, pero tendréis que esperar, hasta que no se complete el cupo no puede entrar nadie. Personalmente os recomiendo que os sentéis, comáis y repongáis fuerzas. En cuanto lleguéis a Hosgoh vais a necesitan de todas vuestras fuerzas intactas, os lo aseguro. En efecto eso es lo que hicieron, Morgul y Seseljm se sentaron, se comieron la comida que habían traído para el viaje y hablaron y se contaron cosas mientras poco a poco iban llegando más niños recluta. De tanto en tanto Morgul se dirigía a alguno que le parecía más prometedor, tanteaba el terreno y decidía si valía la pena intentar ganárselo o era mejor ignorarle. Seseljm, menos hablador y también menos astuto, se limitaba a observar sin moverse, a la espera. Cuando el cupo se completó, solo unos minutos después de la hora límite fijada, se agolpaban delante de la puerta del barracón principal exactamente 23 niños, todos de siete años, Morgul y Seseljm en primera fila. Entonces el mismo soldado de antes les ordenó firmemente, pero sin brusquedad que le siguiesen. Ellos así lo hicieron y rodearon los barracones hasta el embarcadero, donde 27 en uno de los pantanales de madera se hallaba una embarcación de madera con más de veinte remos sujetos con cuerdas al borde de la embarcación. -- Bien, que ahora cada uno coja un remo y en cuanto yo de la orden empezad a remar con todas vuestras fuerzas. Hosgoh esta a unos tres kilómetros de aquí y tenemos que llegar en menos de cinco minutos, de lo contrario ninguno de vosotros comerá hasta dentro de 20 horas. Naturalmente era una condición imposible de cumplir, pues aquel buque de cinco metros de eslora y tres de manga no era nada marinero, y por mucho que remasen era imposible recorrer esa distancia en tan poco tiempo, pero eso los niños aún no lo sabían. Así que en cuanto el soldado soltó el amarre y dio la orden todos se pusieron a remar como locos en un vano esfuerzo de salvar su comida con las acuciantes y constantes apremios del soldado azuzándolos. Cuando uno de ellos hizo amago de dejar de remar, el soldado sacó un látigo de cuero de encima del timón que dirigía y le dio un latigazo y así a todo el que mostraba el menor intento de detenerse o aminorar su ritmo de remada. De esa forma en cuanto llegaron a Hosgoh el soldado les dio la orden de desembarcar. Solo entonces Morgul pudo fijarse atentamente en el sitio al que habían llegado. Hosgoh es una isla casi plana y sin vegetación de unos 300 metros de largo por 170 metros de ancho, todo cuyo perímetro esta rodeado por una muralla de piedra de obsidiana bastante delgada, “solo” un metro de espesor, pero bastante alta, unos cuatro metros, con numerosos torreones de vigilancia redondeados cada veinte metros con un guardia en la garita que hay en su cima y una ametralladora pesada instada en cada una apuntando hacia dentro. Dentro hay un edificio de piedra de planta rectangular pegado al embarcadero, pero al otro lado de la única puerta de entrada y salida con puertas de hojas de acero de veinte centímetros de espesor, que cumple la función de residencia de los soldados y oficiales encargados de la instrucción. Pegado a este edificio esta la armería, siempre vigilada por un soldado adulto armado. Al norte de este complejo de unos treinta por treinta metros de lado y junto al lado norte, por supuesto por dentro, había una serie de barracones de madera y tejado de chapa alineados unos detrás de otros, todos pegados junto a la muralla y todo el resto del terreno es una amplia explanada llena de obstáculos de todo tipo, agujeros, trincheras, trozos de muros, dianas para apuntar y practicar puntería, estacas y palos para trepar, redes, cuerdas voladeras y demás. Bordeando el lado sur de la muralla y cerca de la armería había unas mesas de madera larguísimas, sin sillas, que era donde comerían. 28 El que me refiera a las barracas y a las mesas en pasado no es una casualidad, pues resulta que actualmente, en pleno Momento 0, el modo de vida de los reclutas en los cuarteles se ha endurecido aún más por culpa de un decreto del mismo Morgul del 20 de marzo de 1983, por el que se decreta que de entones en adelante debían derribarse todas las barracas y retirarse todas las mesas en todos los cuarteles. A partir de entonces los reclutas deben dormir al raso y en el suelo, incluso aunque llueva, y deben comer sentados en el suelo, todo esto con el propósito de endurecer aún más a los reclutas, privándoles de todas las comodidades aún más que hasta entonces. En cuanto entraron todos les hicieron formar en hileras justo delante de la barraca situada más al oeste. Formados en disposición mucho más perfecta frente a ellos estaban todos los demás reclutas, desde los del reemplazo inmediatamente anterior hasta los de catorce años a punto de volver a casa. Todos eran hijos de civiles y en teoría volverán a serlo al terminar su instrucción, pues los hijos de la clase militar se entrenan en cuarteles aparte, aunque eso no suponga ningún privilegio real, pues las costumbres cuartelarias allí son tan brutales como en las de los reclutas civiles. Apenas formados los novatos, un par de soldados armados con gruesas barras de acero con un haz de púas de cinco centímetros en la punta empezó a revisar la fila y al menor movimiento, incorrección en la posición o gesto, y había mucho de eso, pues era la primera vez que formaban tal como ellos les exigían, los soldados respondían dándoles un contundente golpe con el haz de púas en el tórax o en las brazos, tan fuerte que les hacía sangrar. Apenas el niño golpeado se retorcía de dolor le venia otro golpe aún más fuerte que el anterior y así les sucedió a cuatro de ellos hasta que aprendieron a que no debían moverse por mucho que les doliese. -- Bien, reclutas, primera lección, esto no es como las filas del colegio, aquí no se tolera que se mueva ni una mosca, ni que nadie tenga un pie adelantado, ni se mueva, ni haga nada que rompa la perfecta armonía de la formación. Un soldado ha de realizar una formación perfecta y a partir de ahora el dolor será el precio de la imperfección o la desobediencia, por mínima que sea. Segunda lección, un soldado ha de poder soportar el hambre, la sed, el cansancio y el dolor sin quejarse ni mostrar la menor flaqueza. Eso significa que aunque os claven un puñal en la mano, deberéis ser capaces de resistirlo sin mover un músculo ni emitir el menor quejido. Quien no tenga arrestos para hacerlo así sabrá lo que es el dolor hasta un limite que vuestro amiguito aún no puede ni imaginarse.—obviamente se refería a Stimje, pues era a quien tenía enfrente entonces el 29 soldado que parecía el jefe. Stimje fue uno de los primeros en recibir un par de golpes con el haz de púas que le acababan de producir un par de heridas en el hombro izquierdo que sangraban profusamente, y ahora hacia lo imposible por permanecer firme pese al dolor para evitar recibir otro golpe igual o peor. -- Veamos si lo habéis entendido, tu, recluta, da un paso al frente. Morgul, pues era a el ha quien señalaba, así lo hizo. -- Ahora extiende el brazo rígido como un palo enfrente de ti y apuntándome hacia mí. Morgul así lo hizo. En ese momento el soldado le dio por sorpresa un potente mazazo con el haz de púas en el brazo, a la altura del codo. Morgul, pese a que hizo todo lo posible por contenerse, no pudo evitar proferir un apagado quejido y doblar el brazo y de inmediato recibió otro en la frente, justo encima de los ojos, pero en su duro cráneo. Haciendo un gesto supremo de voluntad, Morgul logró evitar quejarse esta vez ni moverse, pues bien sabía que si lo hacia recibiría un tercer golpe aún peor. -- Bien, veo que vais entendiéndolo. Puede volver a su posición, recluta, y le recomiendo que recuerde lo que acabo de decir sobre su perfección. Morgul lo hizo así, manteniéndose firme en su posición en la fila y con los brazos pegados al cuerpo, pese a que de su frente y uno de sus codos manaba abundante sangre y ambas heridas le dolían horriblemente. Morgul ignoró todo ello y cuando la sangre de su frente le llegó a los ojos no hizo ningún movimiento de limpiarse la sangre, sino que cerró los ojos para evitar que se le metiese en ellos y permaneció firme en su posición hirviendo de odio hacia ese maldito cabrón, pero conteniéndose pues sabia que cualquier gesto de rebeldía podía costarle la vida. -- Bien, ahora tu grandullón.—la referencia era obviamente dirigida a Seseljm, pues el era el más alto y fornido de su promoción. -- Bien, recluta, usted parece un ejemplar fuerte y vigoroso... veamos hasta que punto es cierto. Adelántese. El así lo hizo, ocultando su miedo. En ese momento el soldado sacó un cuchillo de su cinturón y le ordenó a Seseljm que extendiese un brazo. Éste intuía ya lo que le iban a hacer, pero obedeció de inmediato, pues sabía que de lo contrario el castigo sería aún peor. Entonces el soldado le dio un tajo en la muñeca con el cuchillo y un abundante chorro de sangre se vertió al suelo, pese a lo cual, Seseljm, aprendida a lección, no movió un músculo. 30 -- Ahora vuelva a su posición y no se preocupe de su herida ni de intentar detener la pérdida de sangre hasta que yo le de permiso. Si pese a la pérdida de sangre mañana puede tenerse en pie es que realmente era tan fuerte como parecía, si no puede hacerlo es que no era más que fachada. -- Bien, tras esta pequeña toma de contacto, creo que va siendo hora de que me presente. Mi nombre es Skul y soy sargento del ejército de Mantranacor y vuestro jefe instructor. A partir de ahora vuestras vidas me pertenecen. Respecto ha vosotros no voy a tomarme la molestia de aprenderme vuestros nombres, excepto en caso de que tenga que escribir una notificación de baja permanente para vuestras familias junto a vuestro ataúd. Bien, por el momento eso es todo. Dentro de unas horas comenzaremos la instrucción en serio, mientras tanto pueden relacionarse libremente y conocer a vuestros compañeros de cuartel, que ya están más experimentados que vosotros y cuyas enseñanzas sin duda os serán de mucha utilidad. Ah, se me olvidaba, el recluta tan fuerte que ahora se esta desangrando, ya tiene permiso para usar la otra mano e intentar parar así la hemorragia. También le recomiendo que se lama constantemente la herida para evitar que se infecte, pues ese es el único tratamiento que recibirá al respecto y lo mismo vale para todos los demás. Pueden romper filas. Ya nos veremos más tarde, por el momento eso es todo. – y tras decir esto se marchó tranquilamente. Seseljm de inmediato siguió la recomendación de su brutal sargento y empezó a llevarse la muñeca herida a la boca y beberse toda la sangre que salía, aparte los varios litros que ya había derramado por el suelo, pues también su padre le había dicho entre sus recomendaciones que en caso de hemorragia era la mejor forma de evitar debilitarse demasiado y que la herida se infectase. Sin embargo no tuvo demasiado tiempo para dedicarse a ello, pues los veteranos ya estaban encima. Uno de ellos se dirigió hacia Morgul y Seseljm y les dijo: -- Saludos, novatos. Mi nombre es Ulagu, tengo casi 14 años y soy el jefe de los veteranos, en realidad el jefe oficioso de todos los reclutas de Hosgoh. ¿Queréis que os ayude?. -- Tienes vendas, o algo por el estilo.—preguntó Seseljm entre chupada y chupada a su herida. -- Tengo algo mucho mejor que eso, un remedio infalible para curar heridas.—les dijo Ulagu, mientras cuatro reclutas por cuyo tamaño debían estar a punto de licenciarse se adelantaban y se acercaban a ellos. 31 -- Acompáñennos y veremos que podemos hacer para curar vuestros dañados cuerpos. Ni Morgul ni Seseljm se fiaban realmente de sus palabras, pero que elección tenían. están rodeados por seis reclutas grandes y fornidos armados con espadas cortas que les conminaban a acompañarles. Por tanto ninguno de los dos consideró aconsejable negarse. Así que Ulagu y los suyos les guiaron hasta un lugar entre dos de las barracas donde había una pila de agua de piedra. -- Sabéis, el agua es el mejor reconstituyente y con un poco de lejía se convierte en un excelente desinfectante. Desgraciadamente aquí no hay comodidades como el agua corriente, esa pila que veis allí y otras como ella que recogen el agua de lluvia es nuestra única fuente de agua.—les explicó Ulagu. En cuanto Morgul y Seseljm vieron de cerca la pila comprobaron que era un agua estancada, llena de algas y con tierra en el fondo. La verdad es que no parecía lo más recomendable para desinfectar heridas. -- No parece muy limpia.—comentó Morgul. -- Es la única que tenemos, es el agua que usamos para beber y creo que es hora de que bebáis a gusto. En ese momento sus cinco acompañantes los agarraron de improviso y los arrojaron de espaldas a la pila de agua. Como antes expliqué, los Trojolms respiran mediante sifones respiratorios situados en la espalda, por lo que ahora podían hablar y gritar, pero no respirar. Lucharon desesperadamente por salir de allí, ¿pero que podían hacer dos contra seis y nadie hacia caso de sus gritos? De esa forma les tuvieron sin respirar más de un minuto, lo que considerando la elevada necesidad de aire de los Trojolms equivalía a más de uno y medio en un ser humano. Solo entonces permitieron que saliesen testablillantes y medio ahogados de la pila. -- Bien, ahora que ya habéis bebido es hora de que desinfectemos vuestras heridas.— dijo entonces Ulagu sonriéndose sardónicamente. Entonces uno de ellos sacó de su cinturón una botella de lejía pura y le las fue aplicando a chorro sobre todas y cada una de sus heridas. Como también dijimos antes la sangre de los Trojolms es algo ácida, pero la lejía lo es aún más y su aplicación en una herida, aunque ciertamente es desinfectante, lo es al precio de sentir como te arde la sangre o te estuviesen aplicando un hierro candente en las heridas. Entonces y solo entonces los soltaron. 32 Tanto maltrato junto era mas de lo que dos novatos niños de siete años eran capaces de soportar, aunque fuesen Trojolms, así que cayeron agotados al suelo y allí se quedaron tendidos. -- Bien, espero que en el futuro os mostréis debidamente agradecidos por nuestra ayuda y no lo olvides, entre los reclutas de Hosgoh, Ulagu es el amo. Cuento con que lo recordéis cabalmente y así lo demostréis con hechos. Hacedlo así y os irá bien, desobedecedme, y no os ira tan bien. Espero haber sido claro, porque no volveré a repetirlo. Por el momento eso es todo.—y tras decir eso se marcharon dejándolos tendidos ante la curiosa mirada de medio cuartel, que había presenciado toda la escena y no habían hecho nada por ayudarles, bien fuese por desinterés, complacencia o miedo. -- Malditos miserables, juro que llegará el día en que me vengaré de todos ellos. Los mataré a todos.—escupió Morgul lleno de odio. -- Estoy totalmente de acuerdo y cuando llegue ese día quiero que me des una ración de sus tripas para hacerme unas botas con ellas.—contestó Seseljm igualmente amargado y dolorido. -- No permanezcáis allí tendidos, se os infectarán las heridas, eso si el grandullón no se desangra antes.—les dijo una voz femenina. Ambos se incorporaron trabajosamente para ver a una hermosa niña Trojolm con aspecto de ser algo mayor que ellos que se acercaba hacia ellos. Entonces ella sacó unos trapos limpios de la mochila que llevaba en la espalda y las usó como improvisadas vendas para cerrar sus heridas. -- ¿Quien eres tu?—preguntó Morgul. -- Mi nombre es Miljana, mis padres son obreros industriales en Mantranacor y tengo trece años.—contestó ella como breve presentación. Solo entonces Morgul identificó el medallón que llevaba al cuello que acreditaba su posición social, tan dolorido y aturdido estaba en aquellos momentos. La verdad es que pese a alguna que otra cicatriz era una niña francamente guapa para los gustos Trojolms y Morgul no tardó en darse cuanta de ello. De todas formas le dolía demasiado la mayor parte del cuerpo para centrarse en eso mucho tiempo. -- Tomad, bebed.—les dijo Miljana mientras les ponía primero a uno y después al otro una cantimplora en las manos. Ellos bebieron. -- No sabe muy bien.—comentó Seseljm, pese a lo cual siguió bebiendo. -- Claro que no sabe bien, solo es agua cenagosa, la misma en que han estado a punto de ahogaros. Los reclutas es lo único que tenemos al alcance para beber, el agua fresca y 33 las bebidas se las reservan los oficiales y hay de aquel de entre nosotros que intente apropiarse de una de ellas. -- Intentaron matarnos y nadie hizo nada.—balbució Seseljm. -- No pretendían mataros, solo asustaros para que os sometieseis a ellos. Si hubiesen deseado mataros lo habrían hecho, y no les habría pasado nada por ello. Ulagu es un bestia, lo sé, pero no es un asesino, por lo menos aún no, aún no ha matado a nadie. Y respecto a lo de ayudaros no contéis con ello, la mayoría les tienen demasiado miedo a Ulagu y sus matones. -- ¿Y tu? -- No tengo motivo para apreciarle y tampoco le temo. Hace un año me propuso ser su novia y cuando me negué me hizo esto como castigo.—entonces ella les mostró una cicatriz que tenía en el dorso de la mano derecha.—aunque el tampoco se fue de rositas, le taladré la mano izquierda con mi puñal durante la lucha—entonces señaló el que llevaba en el cinto—y desde entonces no puede cerrarla del todo sin que le duela, tan mal le quedaron los tendones. -- Si es el jefe de los reclutas, ¿porqué te negaste a ser su novia?, podías haber sacado provecho de ello. -- Yo no soy el juguete de nadie ni soy la pertenencia de nadie. Ulagu es demasiado bestia para mi gusto, a mi me gusta la gente civilizada. -- Gracias por ayudarnos.—dijo Morgul. -- No ha sido nada, ahora levantaros. Sé donde hay literas libres en mi barracón, allí podréis descansar, por lo menos hasta que nos convoquen de nuevo. -- Dime, ¿todos los días son como este aquí?. -- Más o menos, hay días mejores, pero también días peores. No es la primera vez que veo salir a uno de mis compañeros de camino directo al ataúd. Ahora vamos, moveos, no podéis estar ahí sentados todo el día. Reuniendo todas sus fuerzas ambos se levantaron y siguieron a Miljana hasta dentro de uno de los barracones, donde, en la penumbra que tanto gusta a los Trojolms les guió a través de las hileras de literas unas encima de otra hasta tres pisos y en largas hileras de un extremo a otro de aquel precario edificio de madera con tejado de chapa. Las literas eran simples tablas con una sabana de arpillería torca y rugosa. Tumbaos y descansad, pero recordad, cuando oigáis sonar la corneta levantaos a toda prisa y formad en el mismo lugar que la primera vez. No hay pérdida, siempre se forma 34 en el mismo lugar y por favor, recordad, no os mováis ni estropeéis la formación si no queréis recibir más de lo mismo. Suerte y feliz descanso.—y tras decir eso se marchó. Ambos estaban realmente agotados y pese al dolor que atenazaba sus cuerpos por las heridas, pronto se durmieron profundamente. 5. Pese a ello, tan escarmentados estaban que en cuanto sonó la corneta, ellos la escucharon, se levantaron como un resorte y marcharon a toda prisa a formar como les había aconsejado Miljana. En efecto, pese a que todos los de la barraca se levantaron junto con ellos, y pese a su cansancio y el dolor de sus heridas, fueron de los primeros en colocarse en su lugar y esta vez sin ningún fallo o por lo menos ninguno de su implacable instructor pudiese apreciar en esta ocasión. Tras comprobar la formación pormenorizadamente, el sargento Skul señaló a otro soldado que se acercaba con un saco cuyo contenido depositó en el suelo. Eran grandes puñales, o espadas cortas, como se prefiera, de puño de acero y hoja de cuarenta centímetros de brillante e impecable acero con fundas de cuero. Eran el mismo tipo de armas que habían visto llevar a su llegada a los reclutas más veteranos y también a Miljana. -- A partir de ahora estas serán vuestras armas reglamentarias, con ellas comenzaremos los entrenamientos en técnicas de combate cuerpo a cuerpo. Más tarde aprenderéis a usar armas de fuego y manejar explosivos, pero ese tipo de armas son demasiado peligrosas para permitir su posesión fuera de los entrenamientos. Esas se os serán entregadas justo antes del entrenamiento y retiradas justo después. Si no lo hiciésemos así nos quedaríamos sin reclutas antes de medio año.—les dijo el sargento Skul con un gesto socarrón, no por ello menos exento de verdad. Seguidamente comenzó su entrenamiento. La primera parte, de hecho la mayor parte consistía en dar interminables vuelta tras vuelta al recinto saltando zanjas, trepando palos, deslizándose por las sojas colgantes, arrastrándose por el suelo durante centenares y centenares de metros, corriendo de espaldas otro tanto—intentando no caer en las numerosas zanjas del terreno en el proceso--, trepando muros con y sin cuerdas y así durante horas y horas a un ritmo que destrozaría al más fornido soldado de élite humano de nuestro mundo. 35 Al que se detenía o se quejaba de inmediato le iba dirigido un mazazo con la barra con púas, así que por muy agotador que fuese ese ritmo es preferible seguirlo que enfrentarse al severo castigo por no hacerlo. Después de fortalecer sus cuerpos de esa forma,... o debilitarlos momentáneamente, depende de como se mire, comenzaron los entrenamientos en el uso de las armas. Comenzaron con sus puñales, al principio con las fundas puestas para mayor seguridad y después a hoja desnuda, tarea en que el menor desliz o una acción malintencionada podía terminar fácilmente con un tajo tan serio o peor que los que proporcionan las mazas con púas de sus instructores-guardianes. Solo una vez terminada la jornada, que solía durar unas diez horas de entrenamiento ininterrumpido, excepto breves minutos cada rato para beber, -- ya hemos dicho antes que los Trojolms necesitan beber con frecuencia-- llegaba la ansiada hora de comer, aunque fuese cecina y carne seca, cuando no ya medio podrida, y la sempiterna agua cenagosa. En los cuarteles no hay sillas para comer y también esta prohibido terminantemente sentarse y subirse sobre ellas, por lo que no hay más remedio que comer de pie. Todo ello pensado para endurecerlos—o putearlos, depende de como se mire-- aún más. Durante algo más de dos meses Morgul se entrenó concienzudamente en el manejo de su puñal aguardando el momento secreto que más anhelaba su corazón, la hora de la venganza. Morgul no estaba dispuesto a dejar con vida ni a Ulagu, ni a los cinco matones suyos que habían participado en la torturante sesión del primer día. Su frío corazón e igualmente frío intelecto ansiaban ese día, pero astutamente se abstenía de dar la menor muestra de ello. Cuando se encontraba con Ulagu sonreía y cedía servicialmente a todos sus caprichos para que se confiase sobre la sinceridad de su sumisión, mientras estudiaba disimuladamente a sus objetivos y maduraba sus planes, pues no pensaba revelar sus cartas hasta que estuviese preparado. Ni siquiera compartió sus planes con Seseljm. En parte por prudencia y en parte para ponerlo a prueba. quería comprobar por si mismo cual sería su reacción espontánea cuando llegase el momento decisivo. ¿Lo seguiría aún entonces o se echaría para atrás? Ese sería el momento en que comprobaría si su amistad era verdadera o no, si realmente eran el uno para el otro o todo había sido una ilusión suya. Sin embargo el contaba, o deseaba contar, con que Seseljm haría honor a sus proclamas de amistad. 36 Finalmente, el día 2 de febrero de 1954 decidió que la ocasión era propicia. Ese día, tras la larguísima jornada de entrenamiento, llegó finalmente la ansiada hora de la comida, la única comida hasta unas veinte horas después. Pronto todos se alinearon en torno a la mesa mientras unos reclutas, que se iban turnando de vez en vez entre todos, sacaban la comida de la cocina y llevaban los grandes pucheros metálicos con la carne y la iban repartiendo sobre las largas mesas. La verdad es que la comida en los cuarteles, aunque espaciadas en el tiempo, no eran escasas en cantidad, pero si de pésima calidad. La carne, siempre fría, casi siempre estaba seca, era grasienta, tenía muchos huesos o directamente, estaba medio podrida, cuando no enmohecida del todo, pero aquello era lo que había así que había que aprovecharlo al máximo. Actualmente la situación, con el racionamiento vigente en el Momento 0, es aún peor. Aquel día Morgul se colocó junto a Ulagu en la mesa, pero no era desde luego la primera vez que lo hacía, así que nadie sospechó nada. Como siempre Morgul llevaba su puñal-espada al cinto, pero todos, incluido Ulagu, lo llevaban siempre encima todo el rato, así que nadie se extrañó por ello. Ese día, sin embargo, solo uno de los cinco matones-guardaespaldas de Ulagu estaba junto a el y justo al otro lado respecto a Morgul, pues los demás, como normalmente, se habían ido a revisar por todas las mesas en busca de las piezas de comida menos deterioradas, para requisarlas y llevárselas para su jefe. Pero lo que era aún más importante ese día Seseljm también estaba junto a el, de forma que pudiese contar—esperaba—con su rápido apoyo. -- Espero que esta vez traigan mejor comida que la bazofia de ayer. Estoy harto de comer carne rancia.—exigió en voz alta Ulagu en un determinado momento del reparto. En ese momento, estudiado desde hacía tiempo, Morgul sacó rápida y subrepticiamente su puñal y lo colocó debajo de su propio plato, para seguidamente decirle a Ulagu: -- Si quieres yo puedo proporcionarte carne fresca.—dijo, mientras extendía su plato ofreciéndole que cogiese de el lo que quisiese. Esa tampoco era la primera vez que Morgul hacía eso, así que Ulagu tampoco sospechó por ello. Entonces, mientras Ulagu extendía su mano para coger el plato, Morgul se lanzó hacía delante de improviso, abalanzándose sobre el con toda su fuerza en un gesto mil veces entrenado. Antes de que el sorprendido Ulagu pudiese reaccionar, Morgul le había clavado el puñal de través en su garganta y siguió apretando y apretando mientras ambos caían al suelo. En cuanto antes terminaron de caer, Morgul escuchó un chasquido sordo y la cabeza de Ulagu, ya inexpresiva, se separó del cuerpo, decapitada. 37 Entonces, Morgul, lanzando un salvaje chillido de triunfo se levantó a toda velocidad sosteniendo la cabeza de su enemigo en su mano derecha. Tan sorpresivo y rápido sucedió todo que nadie alcanzó a reaccionar. Solo cuando Morgul se llevó la cabeza de Ulagu a la boca y le dio un mordisco para partirle el cráneo y comerse su cerebro, el amigo de Ulagu que había estado a su lado, sacó su puñalespada y se abalanzó sobre el. Demasiado tarde, pues para entonces también Seseljm había reaccionado. Lanzando un salvaje grito de guerra Seseljm dio un mandoble sobre el amigo de Ulagu, que estaba centrado en atacar a Morgul, y le cortó la mano en que llevaba su arma de un solo tajo. Inmediatamente después, Seseljm se lanzó sobre el y lo remató degollándolo con un solo y potente tajo con su arma. -- Bien, Ulagu, ya tienes carne fresca como querías, la tuya.—gritó Morgul exultante, en un frenesí salvaje, mientras comenzaba a devorar el cerebro de su victima, mientras Seseljm le imitaba prestamente lanzándose a devorar el cadáver de su victima. Con ese acto ambos se aseguraban su primer esclavo de ultratumba para el día de ingresar en el paraíso. Con menos de ocho años ya habían matado y comido de su primer enemigo y eso los convertía, según las brutales reglas Trojolms, en guerreros de pleno derecho. Ante ese salvaje derroche de brutalidad y canibalismo nadie acabo de reaccionar para detenerlos, mucho menos castigarlos. Ni siquiera los “fieles” seguidores de Ulagu, los mismos que los habían maltratado el primer día, por lo menos los cuatro que quedaban con vida, se atrevieron a hacer nada, aterrados ante el hecho consumado. Pasado el momento de conmoción un estribillo empezó a salir de algunas gargantas, cada vez más numerosas a medida que pasaba el tiempo. -- ¡Larga vida al jefe Morgul, larga vida al jefe Morgul!.-- gritaban rítmicamente los que antaño habían sido serviles y “fieles” seguidores de Ulagu, que ahora, ante el repentino cambio de fortuna, se cambiaban rápidamente de chaqueta para ponerse al amparo del nuevo amo. El resto, permanecían silenciosos, sin reaccionar, algunos bajaban la cabeza con vergüenza y asco. Entonces, mientras el triunfante Morgul, junto a su fiel Seseljm—ahora estaba seguro de ello—saboreaba su triunfo y miraba de uno en uno de sus compañeros, su mirada se cruzó con la de Miljana, su querida amiga, que había charlado animadamente con el, que le había ayudado y comprendido y había estado junto a el durante esos casi tres meses, le miraba fija y desafiantemente con una mirada, ahora dura y fría como el hielo, 38 una mirada y un gesto mitad de asco, mitad de desprecio y mucho, sobre todo, de profunda decepción. Incluso en aquel exultante momento de triunfo, Morgul no pudo sostener la mirada de quien casi había llegado a considerar en su fuero interno como su “novia”, y pasó rápidamente a seguir su triunfante revista a sus nuevos súbditos. Ya desde entonces supo que su breve romance había terminado para siempre. La sensible y civilizada Miljana jamás olvidaría ni perdonaría aquel acto brutal y sanguinario, su sádico regodeo en su sangrienta victoria, pues eso era, ante todo y sobre todo, de lo que se trataba. Morgul, por primera vez en su vida había probado las mieles de la victoria, de la sangre de un semejante, pero considerado por el como enemigo, derribado y sin vida a sus pies. Aquello y las aclamaciones de sus nuevos “súbditos” le extasiaban como un brebaje embriagador. Aquel era el sabor del poder, del verdadero poder, y a partir de entonces Morgul no tendría otro objetivo en su vida que rememorar aquellos momentos con todo aquel, ya no que le que dañase directamente, sino que osase desafiarle o simplemente, mostrase disgusto o discrepancia con el. El poder, el poder absoluto, el poder para destruir a sus enemigos y escuchar las aclamaciones de sus súbditos, a partir de entonces el conseguir y conservar el poder sería el motivo director, total e irreversiblemente, de sus actos hasta el día del Momento 0. Lo mismo podía decirse de Seseljm, pero ya entonces había quedado claro quien era el miembro dominante de la pareja, quien tomaría las decisiones y quien las haría cumplir con mano de hierro. Después de todo había sido Morgul quien había actuado primero, mientras Seseljm se había limitado ha seguirle. De todas formas el también tenía su porción considerable de placer por aquello exhibición de poder y violencia por su parte. El también se sentía un exultante triunfador. Pero mientras tanto, Morgul tenía bastante con su atracón de aclamaciones... y de carne Trojolm, por lo menos hasta que los mandos finalmente hicieron acto de presencia. El sargento Skul se quedó mirando unos segundo los restos de los cadáveres medio devorados ya y dijo: -- Supongo que vosotros sois los responsables por esto, ¿me equivoco?. -- No, así es.—contestó Morgul con toda tranquilidad y frialdad, como si todo hubiese sido un incidente sin importancia, totalmente insensible ante la inmoralidad de lo que acababa de hacer, y ocultando hábilmente que el mismo Skul también estaba en su lista, 39 igual que los cuatro aliados de Ulagu que habían participado en la novatada del primer día y que aún seguían con vida. -- ¿Cual es el motivo?. Morgul se limitó a contarle brevemente lo que le habían hecho el día y contestó que había decidido vengarse para que nunca más pudiesen hacerle daño. -- He de reconocer que estoy impresionado, nunca hubiese pensado que tu y tu grandullón amiguito tendríais el coraje de hacer esto con tan pocos años. Solo hace menos de tres meses que estáis aquí y ya habéis matado y comido de vuestro primer enemigo. Bien, reclutas, contemplad esto y aprended. Un verdadero guerrero Trojolm no perdona la ofensa de un inferior y con la victoria de este día estos dos han demostrado quien era el fuerte y quien el débil, quien el amo y quien el esclavo. Porque esta escrito en el libro de la verdad, “ un verdadero poder no necesita justificarse con nada fuera de su mismo, ni con nada fuera de su mismo acto de presencia, pues un poder que necesita justificarse en palabras como justicia y derecho, que solo son baluartes de los débiles e incapaces, de los que son y merecen ser esclavos del fuerte y victorioso, no es un verdadero poder. El poder solo se sustenta y se justifica en si mismo y si no es así, es que no es poder”, así lo dice la palabra de Dios y así se ha demostrado hoy. Así como ellos han aplastado a su enemigo, así vosotros deberéis aprender a aplastar al vuestro. Que ellos sean vuestro ejemplo ha partir de ahora. Eso es todo.—y tras decir esto, se marchó, eso si, no sin antes dar la orden de retirar ambos cadáveres y llevarlos a la cocina. Aquel día Skul y sus colegas también comería carne Trojolm. Las familias de los muertos ya recibirían más tarde el ataúd con sus huesos mondos y lirondos. Tal es la doctrina oficial entre los Trojolms, sométete ante los que son más fuertes que tu y aplasta a los que son más débiles. Afortunadamente muchos no la siguen, aunque por desgracia otros muchos, sí. 6. -- ¡¿Como pudiste hacerlo?!, eres un asesino y un miserable. Como pude estar tan ciega como para no verlo antes. Tras tus suaves palabras y tus buenas maneras solo se 40 escondía un monstruo aún peor que el sargento. Eres mala semilla, peor aún, pésima semilla. Y pensar que te preferí a ti antes que a Ulagu. El era un bestia, pero no un asesino, tu eres ambas cosas y lo peor es que te regodeas en ello. Lo vi en tus ojos, vi como gozabas y te vanagloriabas de tu crimen. A partir de ahora no quiero saber nada de ti, no quiero que vuelvas a hablar conmigo, mucho menos tocarme. Si lo intentas te cortaré esas inmundas manazas de un solo tajo. No olvides que no eres el único que tiene un arma aquí. Vigila tu espalda, pues igual que has matado a traición, puedes tu terminar también así.—esa catarata de invectivas por parte de Miljana fue lo siguiente que escuchó en cuanto se retiró a meditar y descansar junto con Seseljm. Seguidamente ella se marchó y para su propia extrañeza Morgul no se sentía tan afectado como creía que lo iba a estar por ello. -- ¿Quien era ella después de todo?. Seseljm había demostrado ser un verdadero amigo, además de un verdadero guerrero. En cambio, Miljana, con su infantil actitud demostraba ser una débil indigna de un guerrero como el. ¿Que se fuese pues y se arrimase a cualquier debilucho sin valor? Que los débiles se juntasen con los débiles.— se dijo a si mismo con desdén. Eso jamás lo había visto tan claro como hasta entonces. Su crimen lo había cambiado, igual que a Seseljm. Externamente siguieron mostrándose como disciplinados y obedientes reclutas ante sus superiores y de trato normal y hasta, a veces, afable, con sus compañeros, pero en el fondo de sus corazones habían dejado fuera todo resto de escrúpulos morales y de ética. Ahora si, Morgul, le confió a Seseljm sin ambiciosos planes de no detenerse ante nada ni nadie hasta ser el señor oscuro, el amo indiscutido de todos los Trojolms y a ponerle a el, como su fiel lugarteniente y brazo ejecutor. También le habló de sus planes a largo plazo para ajustar cuentas con el sargento Skul y más a corto plazo para liquidar a los cuatro “enemigos” que quedaban aún con vida. Seseljm no solo no le contradijo, sino que se mostró de acuerdo en todo con el, e incluso iba desgranando sus propias sugerencias sobre como lograrlo. Naturalmente todo esto lo trataban siempre bien lejos de cualquiera que pudiese escucharlos y por suerte para ellos, no lo fueron. Durante los meses y los años siguientes siguieron las duras jornadas de entrenamiento... y de venganza. A los seis meses de entrar allí, durante un despiste del instructor a Seseljm se le disparó el fusil con el que se entrenaban, alcanzando, “accidentalmente” en la cabeza a uno de sus “enemigos” y dejándolo muerto en el acto. Otro de ellos apareció un día del séptimo mes, durante un día de densa niebla, ahogado en una de las 41 pilas de agua con signos de estrangulamiento. Todo el mundo sospechó, con razón, de Morgul y Seseljm como los autores, pero nadie se molestó tampoco esta vez en investigar el tema. Al tercero le estalló el décimo mes una granada con temporizador cuando se acostaba en su litera, granada que nadie sabía como demonios había llegado hasta allí y que “casualmente” coincidía con el modelo que Morgul estaba aprendiendo a construir en las prácticas de uso y montaje de explosivos y bombas. Naturalmente, sin embargo, Morgul no era tan insensato como para no saber que la advertencia- amenaza de Miljana no era una amenaza vana, pues aunque sabía que ella era demasiado blanda para hacerlo personalmente, o siquiera que participar en algo parecido, no ignoraba en absoluto que otros si podían intentarlo, sobre todo sus “enemigos”. Por ello, a partir del asesinato de Ulagu y su compañero Rixij, Morgul y Seseljm no se separaban jamás, iban siempre con la mano lista para repeler cualquier ataque y aún más importante, crearon mediante promesas y dádivas, por ejemplo, repartir entre sus “seguidores” más atentos las mejores raciones de comida, una guardia de corps como la que había tenido Ulagu en sus tiempos, y aún más numerosa y cerrada que la suya, pues el, a diferencia de Ulagu, no permitía que le dejasen desguarnecido por nada y bajo ningún concepto. Sin embargo pese a ello se produjo un intento. Era el onceavo mes de su llegada al cuartel, concretamente el 18 de octubre de 1954. En Gacitaia no hay sol, ni luna, ni estrellas, sino que reina una luminosidad ambiente eterna, por lo que en la superficie jamás hace de noche. Sin embargo todas las “fatzias” necesitan dormir y sueñan, y a pesar de que siempre hace de “día” en la superficie, duermen en periodos más o menos sincronizados que varían en tiempo de una “fatzia” a otra, es decir, que los miembros de una misma “Fatzia” suelen dormir, la mayoría, a la vez. Como siempre dos de los “seguidores” de Morgul y Seseljm revisaron la cama, pues el ahora siempre receloso Morgul veía trampas potenciales en todas partes y en efecto esta vez la cosa no iba muy desencaminada, pues apenas removieron el colchón explotó un petardo bastante potente escondido justo debajo, destrozándole las manos al que movió la cama. Morgul y Seseljm no estaban, afortunadamente para ellos, lo bastante cerca como para recibir más que unas pequeñas esquirlas, pero el objetivo buscado, desconcertar y conmocionar a la “guardia” de Morgul se había logrado. En ese momento cuatro de los Trojolms que ya estaban en sus camas, saltaron de improviso 42 desempuñando sus puñales y se lanzaron contra los temporalmente desprotegidos Morgul y Seseljm. Pese a ellos ambos sacaron sus armas y se dispusieron a defenderse, sobre todo cuando entre los atacantes reconocieron a Riut, el último de sus “enemigos” aún con vida. Éste fue el primero en atacar dándole una puñalada en el hombro a Morgul, mientras este se lanzaba ciegamente hacia delante y le clavaba su arma en el vientre a Riut. Riut cayó pesadamente al suelo con el puñal de Morgul clavado en el estómago, pero el también había caído al suelo en su gesto de lanzarse sobre el, lo que aprovechó otro de sus asaltantes para propinarle otras dos puñaladas en la espalda. Guiado por una furia ciega Morgul se levantó reuniendo todas sus fuerzas e ignorando el dolor le asestó una puñalada en el brazo a uno de sus asaltantes, lo que le hizo soltar el arma e inmediatamente Morgul aprovechó la ocasión para lanzarse sobre el y clavarle su puñal en la base de su garganta, para después caer agotado al suelo el mismo. Muy mal le habría ido las cosas entonces a Morgul si no fuese por que el fornido y veloz Seseljm ya había liquidado a sus dos atacantes habiendo encajado solo un tajo relativamente superficial en el pecho. También para entonces los “guardias” de Morgul se habían rehecho de la sorpresa y se lanzaron sobre el atacante que aún quedaba en pie, acuchillándolo hasta la muerte. Entonces Seseljm se dio cuenta de que Riut aún seguía con vida, aunque bastante malherido y se dispuso a rematarlo, cuando la perentoria orden de Morgul le detuvo. -- ¡Quieto ahí, Riut es mío!. Seseljm se quedó sorprendido al ver a su relativamente enclenque jefe, levantarse sosteniendo desafiantemente su puñal pese a sus tres heridas que manaban abundante sangre. Su implacable sed de venganza aún podía más que ellas. -- ¡¿Quien más esta implicado en esto, quiero saber todos los nombres?!—exigió Morgul, mientras su puñal empezó a recorrer la piel del brazo derecho de Riut despellejándole metódicamente su gruesa piel a tiras, literalmente. -- Nadie más, aquí estamos todos los que somos.—contestó Riut, Entonces Morgul hizo amago de lanzarle un escupitajo ácido en su herida del estómago, pero no pudo ser. Todos acababan de comer y sus glándulas de ácido aún no se habían recargado, motivo por el que ninguno de los contendientes había podido hacer uso de dicho recurso. -- Morgul, que viene el sargento.—le advirtió entonces uno de sus “guardias”. 43 Deseoso ante todo de evitar que ninguno de sus enemigos escapase o peor aún, muriese a manos de alguien que no fuese el, terminó con el asunto degollándolo con tanta fuerza que le decapitó. Nuevamente nadie le castigó. No desde luego el sargento Skul, aunque tampoco hizo gran cosa para ayudarle. Por ejemplo se negó a llevarlo a la enfermería para que le curasen. -- La ley del cuartel es irrevocable al respecto, los heridos por disputas internas entre reclutas no tienen derecho a asistencia médica, pues sus heridas no han sido accidentales, sino causadas por culpa de sus propios actos y por tanto el es culpable de su situación. Quien aspira a la jefatura debe estar dispuesto a correr con los riesgos. Si quiere curarse tendrá que arreglárselas con lo que esté dispuesto a proporcionarle un compañero con sus propios recursos.—fue la fría e impasible respuesta del sargento antes de marcharse y dejarle allí tirado. Entonces Seseljm le siguió fuera de la barraca y le dijo: -- ¿Y que hay del articulo 12?. El artículo 12 del régimen de disciplina interna en los cuarteles recomienda que en caso de que un recluta fuese herido en una disputa interna dejándole disminuido para defenderse y hubiese peligro de que el ataque se repitiese, el recluta tenía derecho a ser recluido en un lugar aislado y vigilado (léase, el calabozo) hasta que se recuperase de sus heridas y estuviese por tanto, en condiciones de defenderse por si mismo. -- Vaya, no sabia que te hubieses leído el régimen de disciplina interna. La cuestión, es, ¿te has leído el artículo primero? Seseljm en efecto lo había hecho y sabía que ese era el gran riesgo de su apelación. El régimen de disciplina interna al que apelaba es solo una guía de acciones recomendables, no una ley que obligase a los instructores, pues dicho artículo primero especificaba que los instructores tenían autoridad para decidir libremente en caso de cualquier caso de indisciplina con “autoridad plena e ilimitada, incluso para aplicar la pena de muerte sin derecho a apelación ante ninguna instancia superior”. Por tanto todo dependía de su libre decisión. ¿Seguiría la recomendación oficial o decidiría otra cosa? Skul calló seguidamente unos segundos antes de responder. -- De acuerdo, en cuanto arregléis sus heridas, lo llevaremos al calabozo hasta que se recupere. 44 Por suerte para Morgul no le faltaban seguidores que le debían suficientes favores como para proporcionarle unas vendas limpias y desinfectante para tratar las heridas, para después coserlas con hilo quirúrgico, aunque eso sí, sin anestesia alguna, aunque solo fuese para ser acreedores a más beneficios posteriormente. Que hubiese tanto material médico circulando por los cuarteles no es ninguna novedad, pues sabiendo lo rácanos que son en los cuarteles proporcionando asistencia médica todo padre responsable se asegura de enviar un buen equipo médico a sus hijos en su equipaje. También Morgul y Seseljm lo habían llevado, pero desgraciadamente tras el forzoso zambullido en la pila de agua cenagosa del primer día la mayor parte de su material había quedado inutilizado. Sus heridas, afortunadamente para el, eran profundas pero no mortales, pues no habían afectado a ningún órgano vital, aunque eso sí, eran profundas y había perdido mucha sangre por ellas. Mientras se recuperaba en el interior de una húmeda y fría celda subterránea, en realidad, un calabozo, Seseljm fue a visitarle siempre que le fue posible, es decir, cuando no estaban entrenando, y le traía personalmente su comida y bebida, que el mismo había seleccionado entre lo menos malo disponible. En todo caso, en un par de semanas ya estaba lo suficientemente recuperado como para reincorporarse a los entrenamientos. Eso, en realidad, no significaba en absoluto que estuviese totalmente recuperado, pues igual que el médico del cuartel suele ser rácano proporcionando asistencia médica y bajas por heridas o enfermedad (uno tiene que prácticamente no poder mantenerse en pie para obtenerla), era diligente en dar el alta, para ello bastaba que estuviesen lo bastante bien para correr una carrerita y después naturalmente, cuando te enfrentabas al durísimo entrenamiento de cada día, debes aguantar sin quejarte ni pararte como cualquier otro, so pena de recibir el inevitable castigo con la maza de púas. Aquel día y los siguientes, por tanto, Morgul recibió en cuatro ocasiones el implacable mazazo con la maza de púas como castigo por no poder seguir el ritmo requerido, y el no olvidaría tampoco aquella ofensa.—Morgul jamás perdona ni olvida una ofensa— pero de momento no pudo hacer más que callar y seguir sus ordenes, pues los militares instructores tienen derecho de vida o muerte sobre sus reclutas y todo el mundo, incluido el, lo sabía. Julix, el “guardaespaldas” de Morgul a quien le había estallado la bomba casera en las manos no tuvo tanta suerte, pues tuvieron que amputarle ambas y como evidentemente 45 eso lo hacía inútil para la milicia lo enviaran a casa con una baja definitiva, y en el duro mundo Trojolms el porvenir de un lisiado como el era francamente difícil. Pese a ello Morgul no sintió agradecimiento por su sacrificio, ni siquiera el menor remordimiento ni simpatía por su ex-ayudante, sencillamente lo olvidó, pues desde el asesinato de Ulagu, para el los demás se estaban convirtiendo rápidamente en meros instrumentos para sus propósitos, que convenía conservar y cuidar mientras fuesen útiles y que se tiraban a un lado cuando dejaban de serlo. Respecto a sus frustrados asesinos, pronto se enteró por Seseljm, que aparte del mismo Riut, que lo había organizado todo como contramedida para evitar su propio asesinato, los otros tres eran antiguos seguidores de Ulagu resentidos por la muerte de su jefe que se habían unido a Riut a instancias de propio interesado, deseosos de que Riut asumiese aquel cargo oficioso para recuperar su preeminencia de antaño. Por lo que había podido averiguar nadie más sabía nada sobre aquel complot ni había otros implicados. Y en efecto esa conclusión suya era correcta, aunque Morgul no quedó nunca muy convencido de ello, receloso como se había vuelto. 7. El fracaso de aquella conspiración pareció desanimar decisivamente a los que aún quedaban descontentos de la posición de facto alcanzada por Morgul y de hecho ya no se producirían más ataques contra el. Hubo murmuraciones y maldiciones, desde luego, pero siempre dichas entre gente de confianza para evitar a los espías y los delatores que Morgul alentaba cada vez más abiertamente. Tras el primer año de entrenamiento en Hosgoh, en el que tras los primeros cuatro meses de entrenamiento en ejercicio físico de fortalecimiento... o desfallecimiento, depende de como se vea, y del uso de armas blancas en combate cuerpo a cuerpo, se había pasado al uso de armas de fuego ligeras como pistolas y fusiles, a partir del quinto mes se les comenzó a enseñar a fabricar bombas y a desactivarlas, incluidas las mortales o mutilantes, dependiendo de la potencia, minas terrestres A partir del décimo mes empezaron a usar lanzagranadas y a apuntar y disparar con los morteros ligeros. Con ese terminó la primera etapa de instrucción, un año y dos meses después de su comienzo. Entonces llegó el deseado permiso, una escuálida semana para ir a casa, ponerse al día y regresar al cuartel, y que Morgul y Seseljm aprovecharon al 46 máximo, al igual que todos los demás, pues como a diferencia de los soldados profesionales a los reclutas civiles no les esta permitido cartearse con sus familias, que solo reciben en caso necesario las notificaciones oficiales de importancia como defunciones o incapacitaciones permanentes, tanto ellos como estas estaban ansiosos de saber la suerte del otro. Sus padres naturalmente lo recibieron con alegría, pero como Morgul no veía nada malo en todo lo que había hecho en el año no tuvo reparos en contárselo todo. De inmediato la alegría de sus padres y su hermana se enfriaron considerablemente. Por lo visto los tres consideraban poco honorable su comportamiento, pero pese a sus amargas recriminaciones, Morgul no hizo ningún caso a sus padres, más bien consideró, aunque no se atrevió a decírselo en voz alta, que eran una muestra de debilidad que explicaba la baja posición social de su familia. Por lo que a el respecta—se dijo a si mismo—el no estaba dispuesto a ser un simple campesino fracasado como sus padres, el ansiaba el poder y la gloria, ahora ya lo tenía totalmente claro, y no cejaría hasta obtenerlo. Respecto a su hermana, ella también compartía la opinión de sus padres y se jactó abiertamente ante el de que ciertamente había devuelto siempre que había podido todo ataque que recibió, pero que nunca había matado a nadie, y mucho menos a traición como había hecho el y ella también uso el mismo apelativo para describirle que antaño habían usado sus padres y Miljana, era una “mala semilla”, apelativo que designa a quien tiene malas inclinaciones desde la niñez, cuasi innatas. Esto terminó por enfriar definitivamente la relación entre Sliva y Morgul, que nunca había sido muy fluida, la verdad. En primer lugar apenas habían convivido juntos, pues cuando Morgul nació a Sliva le tocó ir al cuartel y cuando ella regresó fue Morgul quien tuvo que ir allí. Tras estas recriminaciones Morgul decidió que su hermana era otra débil apocada como sus padres que nunca sería nada más que una insignificante campesina, y a partir de entonces pasó a ignorarla totalmente. Tras el breve y algo conflictivo reencuentro con la familia tocó volver al cuartel. Sin embargo ha partir de entonces ya no permanecieron acantonados allí todo el tiempo, sino que frecuentemente les trasladaban a la fortaleza de Uguh este, la misma que había visto justo al lado de la calzada que había usado para llegar a Mantranacor la primera vez. El motivo del traslado es que allí disponen de mucho más espacio, imprescindible para practicar en el uso de la artillería y los morteros más pesados. También pudieron ver allí por primera vez en su vida una bastante nueva novedad bélica, el tanque o carro de combate, aunque estos eran entonces tan escasos que su uso estaba reservado a los 47 soldados de casta, al igual que los aviones de guerra, algo más abundantes, pero tampoco demasiado. De todas formas ambas armas eran francamente primitivas y poco eficientes comparadas con sus versiones actuales, en el Momento 0. A partir de entonces también se hizo mucho más notorio el adoctrinamiento ideológicoreligioso, con constantes lecturas y relecturas obligatorias del libro de la verdad. En verdad este comenzaba desde el colegio, cuyo programa educativo esta controlado estrechamente por los sacerdotes, aunque muchos de los maestros no lo sean, pero ahora es cuando se hace verdaderamente omnipresente. De hecho las doctrinas y “revelaciones” del libro de la verdad habían influido decisivamente en su forma de pensar, no en vano la brutal doctrina religiosa Trojolm le iba como anillo al dedo a sus querencias sádicas y autoritarias, pues el libro de la verdad esta lleno de pasajes, como el ya citado, dedicados a exaltar el poder por si mismo y en si mismo, un poder fundado en el temor y la violencia, que exalta la fuerza, el coraje y la decisión y anima a ser despiadado con los enemigos y con los débiles e incapaces de la propia comunidad. Fue durante estos años de adoctrinamiento en el cuartel, sobre todo a partir del tercer año, cuando concibió la que había de ser una de las grandes obsesiones de Morgul, el odio total e incondicional y el deseo de exterminar a los Kigians en general y a la ciudad de Kakabad más en particular. De hecho el libro de la verdad Trojolm trata a los Kigians de la misma forma que el “Mein Kamp” de Hitler a los judíos. Como basuras bárbaras y degeneradas que reúnen todo lo que es sucio y vil y esta lleno de invectivas contra ellos, pues fue un ejercito Kigian quien destruyó Rileh poniendo fin al segundo imperio Trojolm en el siglo VIII d.c., concretamente el año 782 de nuestra era. Desde entonces el “leit movit” de los sectores Trojolms más tradicionalistas y religiosos. Los que de hecho casi siempre han dominado, ha sido la venganza contra los Kigians por aquel ultraje. De hecho la ciudad de Kakabad es llamada continuamente en el libro de la verdad con el apelativo de capital de la inmundicia y Morgul hizo suyo ese odio. Desde entonces su objetivo no se limitó a reunificar la Troljmia bajo su mando, ese solo sería un paso intermedio para invadir y arrasar Kakabad. Por ello prestaba mucha atención al capítulo final del libro de la verdad en el que se profetiza la destrucción de Kakabad, sobre todo la recomendación que hacía a la mitad de dicho texto. -- Para derrocar a la ciudad de la inmundicia deberás primero arrancar todas sus hojas y podar todas sus ramas, solo entonces podrás atacar y cortar su tronco y no antes, si no quieres fracasar, y así se hará porque es la voluntad de Dios, pues Kakabad es como un 48 árbol, el pilar de la inmunda raza de los Kigians, igual que la sede de Dios en Rileh es la nuestra. Ese texto le llamó especialmente la atención, sobre todo la explicación que le dio el capitán y sacerdote Ugur durante sus estancias en la fortaleza de Uguh este, de que el pilar Kigian al que se refería ese pasaje era la torre de Arengún, que sería la contrapartida malvada del obelisco negro de Rileh y que primero había que aniquilar a todos los Kigians de Kakabad y solo después a proceder a la destrucción de dicha construcción si no se quería perder la batalla, pues esa era la voluntad de Dios. En realidad esa interpretación suya no puede ser cierta, pues el libro de la verdad alcanzó su forma actual, incluido ese pasaje, hacia el año mil, cuando la torre de Arengún no fue edificada hasta varios siglos después, pero lo que cuenta es que Morgul creyó en su interpretación y actuaría en consecuencia durante el asalto a Kakabad, ordenando respetar escrupulosamente en sus bombardeos dicho monumento y para evitar dañarlo accidentalmente, también sus alrededores. Así transcurrieron entre durísimos entrenamientos, algún que otro golpe con la barra con púas cuando flaqueaba o se despistaba, y su recelosa vigilancia para evitar nuevos atentados contra su persona, que no se produjeron, transcurrió lo que quedaba de sus algo más de siete años de estancia en los cuarteles, hasta su licenciamiento, junto con toda su promoción, el 5 de enero de 1961. Durante ese tiempo Morgul logró mantener sin discusión su puesto como “jefe” oficioso de los reclutas y su amistad con Seseljm no hizo más que afianzarse. Respecto a Miljana hacía tiempo que había perdido todo interés por ella, de ello su situación le resultaba indiferente. El hecho de que poco después de romper con el empezase a relacionarse intensamente con Stimje, el despreciado conocido de Seseljm, le resultaba hasta gracioso. Eran tal para cual, dos débiles apocados pegaditos el uno al otro siempre que podían. De hecho para el tercer año de estancia Miljana ya se había convertido en la “novia” oficiosa de Stimje y así siguieron su relación sin apenas fricciones de importancia hasta que llegó la hora de licenciarse y Morgul los perdió de vista por mucho tiempo. Desde luego no les echó de menos. Cuando finalmente regresó a casa, era un potencial soldado entrenado en todas las lides de la guerra, excepto el manejo de tanques y aviones. Su problema es que una vez licenciado seguía siendo un civil de la clase de los campesinos, exactamente igual que sus padres y su hermana Sliva y hasta perdía su “posición” ganada en el cuartel. De 49 hecho sus padres habían logrado ahorrar para ofrecer a Sliva una posibilidad de obtener una educación superior, concretamente una carrera de cuatro años como administrativa logista, con la esperanza de que si por una buena suerte hubiese una vacante en el bajo funcionariado que ningún miembro de la casta militar pudiese o quisiese ocupar, ella estuviese preparada para intentar ocuparla. La verdad es que las posibilidades no eran muchas, realmente escasas para ser sinceros, pero Sliva se mostraba muy segura de si misma e insistió en intentarlo y sus padres, que decepcionados por la brutal conducta de su hijo habían pasado a poner todas sus esperanzas en ella, se sacrificaron económicamente para darle la oportunidad. De esa forma para cuando Morgul regresó a casa tras su licenciamiento se encontró con que su hermana estaba a punto de marcharse a Mantranacor para iniciar sus estudios superiores allí. Morgul en realidad se alegró por ello, no por ella, sino porque así no tendría que soportar a aquella debilucha apocada a su lado. Sin embargo pronto se dejó de sentir feliz por regresar a casa e incluso empezó a añorar el cuartel y su durísimo tren de vida. Allí por lo menos era respetado y temido por los reclutas, en cambio en su pueblo no era nadie, solo un campesino más al que nadie prestaba mucha atención. Incluso sus padres no se mostraban demasiado esperanzados con el, pues no habían olvidado su comportamiento, para ellos deshonroso, en el cuartel. Aunque no lo mencionasen más, estaban convencidos de que seguía siendo una mala semilla. Morgul sabía que solo había una esperanza para el, que estallase una guerra a la que presentarse como recluta voluntario y ganarse el ascenso a la clase militar por sus hazañas en combate. Morgul no dudaba de que podía lograrlo si se le daba la oportunidad. Su problema era, que para desgracia y lamento suyo, el reino de Mantranacor estaba en paz con todos sus vecinos desde el 1948. Solo alguna que otra disputa tribal de escasa importancia turbaban desde entonces la paz general y para esas el ejército regular permanente, es decir, la clase militar, se bastaba y sobraba para resolverlas sin necesidad de tener que reclutar civiles como refuerzo. También los otros tres reinos Trojolms estaban en paz desde entonces y de todas formas ponerse al servicio de otro reino suponía ser considerado un traidor y perseguido como tal en el suyo. La otra alternativa, marcharse de la Troljmia y enrolarse en alguna de las numerosas compañías de mercenarios que pululan por Gacitaia y vagan de un lugar a otro en busca de guerras en que participar y ganarse un sueldo con ello tampoco le 50 atraía. El quería ganar gloria como soldado Trojolm de su reino, para poder aspirar a gobernarlo más tarde, no vivir en una errante compañía mercenaria poblada de especies inferiores, pues gradualmente su odio hacia los Kigians se había ido extendiendo en desprecio hacia todas las demás “fatzias” o especies inteligentes que no fuese la suya propia. Decididamente no estaba dispuesto a marcharse de la Troljmia. Durante un tiempo sondeó la idea de pedir a Seseljm que le ayudase a conseguir trabajo junto a el, y así poder optar al ascenso a la clase de artesano, pero eso era un magrísimo ascenso, despreciable, para quien aspiraba al poder absoluto. Por tanto rechazó la idea, y tampoco quería estudiar para intentar ser un funcionarillo de tercera como su hermana. Por tanto, para su infinita frustración, Morgul no tuvo otro remedio que pasar por la infinita humillación de pedir dinero a sus padres para comprar una parcela de pastos y algo de ganado con que poder ganarse la vida. Mientras no estallase una guerra de verdad no le quedaría otro remedio que resignarse a trabajar como un simple e “irrelevante” campesino para ganarse la vida. Eso fue un golpe durísimo para su orgullo, ¿pero que otro remedio le quedaba?. Así que durante años tuvo que tragarse su gigantesco orgullo y aires de grandeza y fingir humildad y obediencia a todo superior que se cruzase con el, además de trabajar durante horas y horas cuidando ganado, segando hierba, limpiando y reparando el establo, quitando maleza o vendiendo su ganado en el mercado. Respecto a Seseljm, del que tenía nutridas noticias gracias al abundante carteo que se intercambiaban y de las frecuentes visitas que se hacían, no le iba mejor que a el. El también tuvo que resignarse a trabajar como ayudante de sus padres en la carnicería y tragarse sus propios aires de grandeza. Naturalmente ni Morgul ni Seseljm hablaban de sus planes de futuro en sus cartas, pues hubiese sido sumamente arriesgado hacerlo. En un reino donde el estado controla activamente las creencias de sus súbditos y la correspondencia privada es rutinariamente espiada, eso solo podría atraer la indeseada atención de las autoridades. Solo cuando se veían personalmente y lejos de cualquier posible fisgón se atrevían a hacerlo. Ni Morgul ni Seseljm tuvieron en todo ese tiempo ni novia formal, ni mucho menos se casaron, pues lo consideraban como una rémora para sus grandiosos planes. De hecho ha medida que pasaba el tiempo las ideas de Morgul fueron evolucionando... a peor. Para 1970 había decidido que no le bastaba con aniquilar a los Kigians, había que exterminar a todas las otras “fatzias” de Gacitaia sin excepción alguna. 51 Basándose en el hecho de que decenas de “fatzias” habían sido extinguidas por sus vecinos durante los numerosos milenios de historia escrita, deducía de ello que era inevitable que el proceso continuase en el futuro y el número de “fatzias” continuase disminuyendo, las débiles exterminadas irremisiblemente a manos de las fuertes, hasta que solo quedase una, y esa una, naturalmente, era voluntad de Dios que fuese la Trojolm. Sin embargo para lograr ese objetivo no se podía ir proclamándolo abiertamente, pues si las futuras victimas sabían lo que les preparaban se defenderían a muerte y se unirían todos contra ellos y los exterminarían por el simple peso del número. Por tanto ese objetivo debía ser ocultado sobre todas las cosas y consiguientemente debía ser conocido por el menor número de personas posible y todas ellas totalmente convencidas de su necesidad. Lo preferible por tanto era que ese objetivo final solo lo conociesen ellos dos y nadie más. Eso tendría además la ventaja de que si sus vecinos creían que “su” guerra de conquista, era una más de las que habían sufrido a lo largo de la historia, se les podría inducir a rendirse y desarmarse a cambio de una rendición “razonable”, para una vez indefensos proceder a exterminarlos sin problemas y colonizar sus tierras con nuevas generaciones de Trojolms Además, para enfrentarse, derrotar y exterminar a sus vecinos, no era prudente intentar hacerlo solos. Preferentemente se debía intentar conseguir aliados adecuadamente alejados, al otro lado de los vecinos a batir, para que colaborasen en la tarea, repartirse los despojos con ellos, estimularlos a luchar y exterminar otras “fatzias” fuera de nuestra esfera de influencia—dejar que hagan parte del trabajo de limpieza en nuestro lugar—como el decía, hasta que el crecimiento de la esfera de dominio y colonización Trojolm fuese creciendo y dichos aliados de conveniencia se convirtiesen en sus nuevos vecinos, y por tanto, en las siguientes víctimas. Así debían ir acabando por separado, o a lo sumo en pequeños grupos, con todas las “fatzias” hasta que solo quedasen ellos. En todo caso Morgul no se hacía ilusiones sobre el tiempo que requeriría completar el proceso. Calculaba por lo menos un siglo y medio o incluso dos. Por tanto si querían vivir lo suficiente para ver y disfrutar del final del proceso debían comenzar ya. No había tiempo que perder. Todo eso naturalmente hacia del mantenimiento de su humilde posición algo aún más preocupante y humillante. Lo que sin embargo resultaba muchísimo más humillante a corto plazo para Morgul era que su hermana Sliva completó sus estudios con la máxima puntuación posible y gracias 52 a ello pronto logró un trabajo en Mantranacor como secretaria-ayudante de una coronel del ejercito Trojolm y junto con el trabajo su ascenso a adjunta de la clase militar, es decir, la subclase más bien escasa en número en aquel entonces, de funcionarios no militares que trabajan de ayudantes o sustitutos de un miembro de la clase militar. Una subclase asociada y englobada en la de obreros de la industria militar, la más elevada y prestigiosa de las clases civiles. Y el mientras tanto seguía siendo un “rastrero” campesino que tenía que soportar las comparaciones de sus “fracasados” padres respecto a su ahora ascendida hija, que desde entonces a ojos de los padres de Morgul se convirtió en el orgullo de la familia. Además, eso suponía que ahora Sliva podría—tendría, en realidad—que casarse con un miembro de su nueva clase, y sus hijos heredarían por nacimiento su elevada posición social, lo que henchía de orgullo a sus padres y enfurecía sordamente a Morgul. ¿Acaso aquella blandengue remilgada ascendía socialmente de esa forma, mientras el, que era un consumado guerrero y un líder nato, predestinado por Dios a alzar a su especie al dominio de todo Gacitaia, se enmohecía en una paz que le condenaba al campesinado?. Morgul por tanto deseaba sobre todas las cosas que su reino entrase en guerra con alguien para tener su oportunidad de cumplir sus sueños, postergados, pero en su fuero interno nunca abandonados. Sin embargo pasaban los años y los años sin que la paz del reino se rompiese, por suerte para su pueblo y para desgracia de Morgul y Seseljm. 8. Pasarían más de una década de humillación y frustración tanto para Morgul como para Seseljm antes de que se les presentase su oportunidad y el motivo estuvo en el reino del este, el reino vecino de Mampang, que ya era una ciudad antigua más de mil años antes de que Mantranacor se fundase y que en realidad era aún más antigua que la sagrada y reverenciada Rileh. Eso hacía que sus habitantes mostrasen un sentimiento de orgullo y diferencia respecto al resto de su “fatzia” y siempre que el poder central de Mantranacor se debilitaba aprovechaban la oportunidad para recuperar su independencia, como había pasado inmediatamente después del derrumbe del quinto imperio Trojolm en 1910 y el fracaso de su breve intento de restauración en la batalla de Poporotca de 1919 en el que murió su señor oscuro, Májin. 53 Aunque desde su nueva independización el 9 de abril de 1920, Mampang estuvo gobernado dictatorialmente, al igual que los otros tres reinos Trojolms, el caso es que desde mediados de siglo empezaron a crecer subrepticia y clandestinamente las agrupaciones “modernistas” que promovían la reforma y modernización cultural de la Troljmia para equipararlas al elevado grado de civilización en el sentido moral y de democratización de sus vecinos. Eso también estaba pasando en los otros tres reinos, pero en ningún lugar estos demócratas eran más fuertes y numerosos que en Mampang. De hecho durante el largo y relativamente poco represivo gobierno del señor oscuro de Mampang, Rugieh, de 1943 a 1972, este naciente movimiento terminó siendo en sus últimos años de gobierno siendo tolerado oficiosamente e incluso éste intentó hacer suyas y aplicar algunas de sus propuestas. Por ejemplo, por ley del 2 de mayo de 1972, se abolió el derecho de vida o muerte de los patrones sobre sus esclavos y se procedió a regular para ellos una serie de derechos mínimos. Esto sin embargo provocó la violenta reacción de los poderosos conservadores y tradicionalistas, que organizaron un golpe de estado el 6 de junio de 1972 en el que Rugieh fue depuesto y ejecutado sumariamente, siendo puesto en su lugar el gobernador de Ozagog y jefe de la conspiración, Ugieh. Éste procedió de inmediato a una campaña de represión contra los demócratas. Sin embargo casi tres años después un grupo de oficiales de simpatías demócratas comandados por el general Schinn, dieron su propio golpe de estado el 8 de septiembre de 1975, abolieron el cargo de señor oscuro y convirtieron a Mampang en una republica con Schinn como presidente el 22 de septiembre de 1975. Tras afianzar su poder cuidadosamente nombrando en todos los cargos militares y civiles de importancia a gente con simpatías demócratas comenzó una amplia y profunda serie de reformas. En primer lugar la abolida ley sobre los esclavos de Rugieh fue vuelta a poner en vigor el 3 de febrero de 1976. Seguidamente se convocó a toda la población libre del reino de Mampang a unas elecciones generales para elegir un gobierno y estas elecciones celebradas el 8 de agosto de 1976 concluyeron con una amplia victoria de Schinn y sus candidatos, aunque eso fue mucho más el resultado del tradicional servilismo Trojolm hacia la autoridad política, fuese esta cual fuese, que a entusiasmo amplio y mayoritaria por el hecho de poder elegir libremente a sus gobernantes. Una vez fortalecido por esta muestra de apoyo popular y tras aplastar un intento de golpe de estado el 16 de agosto de 1976 a la que siguió una amplia campaña de 54 represión de los conservadores, sobre todo a los sacerdotes y procedió a aplicar su programa de reformas hasta el final. El 19 de septiembre de 1976 fue abolida la esclavitud y prohibida la “Ytka” o sacrificio caníbal, además de todo tipo de sacrificio de sangre. El 8 de octubre de 1976 fue abolida toda la jerarquización en clases sociales, proclamándose la igualdad de todos los Trojolms de Mampang ante la ley y se abolieron las diferenciaciones en los castigos dependiendo de la clase social. El 9 de enero de 1977 se proclamó una constitución democrática que garantizaba una serie de derechos civiles equiparables a los de los democráticos reinos vecinos. También se dictaron normas vinculantes para humanizar la situación de los reclutas en los cuarteles el 7 de febrero de 1977 y se abolió de pena de muerte en tiempos de paz, excepto para los casos de traición el 12 de febrero de 1977. Todo esto no se hizo, naturalmente, sin dura oposición por parte de los tradicionalistas, sobre todo la clase sacerdotal, que organizaron numerosas algaradas y varios intentos de golpe de estado. Schinn reaccionó a esto persiguiéndolos duramente, movilizando y armando milicias civiles armadas para garantizar la seguridad, encarcelando o forzando al exilio a los rebeldes o incluso ejecutando a algunos de los más peligrosos. En todo esto la mayoría del ejercito y de la población no se opuso al gobierno de Schinn, fuese porque era el gobierno, bien fuese porque compartían sus propósitos modernizadores democratizadores. Todo esto naturalmente produjo un escalofrío de terror a los gobernantes y élites de los demás reinos, que veían amenazado su poder, por lo que visto que todos los intentos de fomentar revueltas y golpes de estado estaban fracasando y eran aplastados uno tras otro, procedieron a intervenir directamente declarando conjuntamente la guerra contra la república democrática de Mampang el 6 de marzo de 1977. Así se les presentó a Morgul y Seseljm su oportunidad tras más de una década de frustración. En cuanto se decretó el estado de guerra, ambos de común acuerdo y llenos de horror por la revolución Schinitza de Mampang, se presentaron voluntariamente en sus circunscripciones militares para combatir la herejía Schinitza. Pronto, por lo tanto, ambos se vieron para su regocijo avanzando con sus columnas armadas, aunque en ejércitos diferentes, hacia la frontera del estado hereje de Mampang. La lucha pronto se inició y al principio el avance de los coaligados fue rápido y fácil, pues más de una guarnición fronteriza se pasó a su lado por decisión de sus mandos sin lucha, o tras una resistencia simbólica. Sin embargo las cosas pronto se complicaron 55 cuando entraron en lucha las unidades mandadas por jefes leales al nuevo régimen y las milicias ciudadanas de simpatías demócratas armadas y movilizadas desde hacía meses en previsión de esta eventualidad. Por tanto, pronto tanto Seseljm como Morgul tuvieron la oportunidad tantas veces esperada de combatir en serio y para ser justos es necesario decir que combatieron con gran valentía, aunque también con una gran brutalidad, fuera de lo normal incluso para la norma entre los soldados Trojolms en campaña. En cuanto hacían un prisionero enemigo, se lanzaban sobre el, se lo llevaban y se dedicaban a divertirse torturándolo lenta y dolorosamente hasta que morían, no de resultas de un golpe de gracia, sino sencillamente por efecto de sus brutales torturas. Pronto ambos fueron conocidos entre sus unidades como los “desolladores” y los “arranca ojos” por su preferencia, pericia y habilidad en arrancarles lentamente la piel a tiras de forma que no muriesen desangrados hasta que tenían la carne al aire en la mayor parte del cuerpo, y por su afición a arrancarles los ojos con sus propios dedos y comérselos. Naturalmente una vez el prisionero se les moría, procedían a devorar todo lo más que podían de el. Esas eran y son sus torturas preferidas, pero desde luego no eran ni son las únicas. Arrancar los dedos y las uñas a mordiscos, arrancarles los dientes uno a uno con unas tenazas, hacerles beber agua o aceite hirviendo, etc, también eran y son aplicados por ambos con profusión. De hecho estos casos de barbarie eran bastante frecuentes entre los Trojolms en campaña, pero nunca, ni siquiera en la presente guerra, son mayoritarias. La mayoría eluden participar en torturas, a no ser que se les ordene hacerlo expresamente y aún entonces lo hacen con poco entusiasmo, centrándose en cambio en avanzar y combatir con el enemigo según las normas “civilizadas” de la guerra. En cambio Morgul y Seseljm eran de los que disfrutaban torturando a sus prisioneros y tal era el entusiasmo y salvaje placer que experimentaban con tan repugnante actividad, que llegaban a comprar a los presos de otros para que se los entregasen para torturarlos ellos. Lo peor era que no solo torturaban a los presos capturados en combate, sino que cuando entraban en una población del reino de Mampang, independientemente de que hubiese habido resistencia o no en ella, se lanzaban a capturar a cualquiera que pasase por allí para torturarle hasta la muerte. Sus preferidas para ello eran las hembras, pues así podían violarlas repetidamente antes de comenzar la sesión de tortura propiamente dicha, que siempre terminaba y termina con la muerte de su victima, pues ninguno de los dos perdona jamás le vida de una de sus víctimas. En definitiva, no hubo durante 56 esta guerra infamia y sevicia que no cometiesen, y lo peor de todo es que todo eso solo era el comienzo de sus criminales carreras. Tanto ardor en el combate, tanto celo en liquidar a todo hereje rebelde o sospechoso de serlo, junto a la necesidad de cubrir bajas en la oficialidad debido a la dureza de los combates, hizo que pronto lograsen su objetivo de hacer que les nombrasen oficiales y con ello entrar con todo derecho como miembros de la casta militar. Sus carreras finalmente empezaban a avanzar hacia arriba. Desde luego aquello no fue el fácil y triunfal avance que los coaligados se esperaban, pues Schinn era un general de notable capacidad y aunque sus ejércitos eran superados en número y potencia de fuego en la mayoría de las batallas, su superior capacidad táctica y estratégica le solía dar la victoria, o por lo menos causar más bajar al enemigo que las que sus ejércitos sufrían. Sus embargo los dictadores coaligados de los tres reinos no estaban dispuestos a cejar, pues sabían que una derrota en esa guerra supondría su derrocamiento y el fin del brutal, pero tradicional modo de vida Trojolm, del que ellos se beneficiaban. Lentamente, pese a la pericia de Schinn, por simple superioridad de número y poderío industrial, no en vano se trataba de tres estados contra uno, los coaligados fueron ganando lentamente terreno, aunque a un gran coste, contra el estado hereje de Mampang. Y al compás de dicha lucha, gracias a sus “méritos” de guerra tanto en legitimo combate como en sus cotidianas practicas como consumados torturadores de todo sospechoso de simpatizar con la herejía, fueron ascendiendo para su complacencia bastante rápidamente en el escalafón, de forma que para cuando se inició el asedio de Ozagog, importante centro industrial y nudo estratégico de comunicaciones, en febrero de 1979, Morgul ya tenía el cargo de capitán de compañía y Seseljm el de cabo jefe de una decena de combatientes. Pese al hecho de que en abril de 1979 los ejércitos de Schinn lograron levantar en una rápida y sorpresiva ofensiva el asedio de los coaligados contra Ozagog, para seguidamente cercar y obligar a rendirse al quinto ejercito de Uzbél en Sterokol, a 10 kilómetros al sur de Ozagog, con sus 8.000 soldados y todo su equipo y material de guerra, el 8 de mayo de 1979, Morgul y Seseljm prosiguieron con su ininterrumpida carrera de ascensos. Eso sucedió de esta forma. Cuando el día 12 de mayo de 1979, Schinn dirigió su ofensiva hacia los ejércitos situados al oeste de la ciudad y los obligaron a retirarse, las 57 tropas mandadas por Morgul se atrincheraron en la colina de Kimnik, situada justo al sur de la vía férrea Ozagog-Geniber a 15 kilómetros al oeste de Ozagog. Mientras el resto de la línea de batalla coaligada seguía retrocediendo hacia el oeste y la posición de Kimnik se quedaba cada vez más rodeada por las fuerzas del enemigo, Morgul ordenó proseguir la lucha y amenazó con fusilar personalmente a cualquiera que intentase rendirse. Sus soldados sabían que hablaba en serio, pues no era la primera vez que torturaba personalmente hasta la muerte a un desertor, así que siguieron luchando sin flaquear, pues le temían más a el que al enemigo. Incluso cuando perdieron el contacto con el resto del ejército y quedaron totalmente cercados, siguieron luchando y debido a que esa colina ocupa una posición estratégica que no podían permitirse dejar a su retaguardia, Schinn ordenó tomarla al asalto. Durante 47 infernales horas las andanadas de la artillería pesada Mampamgita y los sucesivos y cada vez más intensos asaltos de la infantería de un enemigo que les quintuplicaba en número se abatieron sobre la posición infructuosamente. Cuando finalmente a principios del 15 de mayo de 1979, las tropas coaligadas recuperaron la iniciativa y lograron enlazar con los sitiados, de los 320 soldados que defendían la posición al principio, solo quedaban 47 con vida y Morgul estaba entre ellos y sorprendentemente con solo ligeras heridas de metralla en el pecho como único recuerdo de la infernal lucha, pese a no haber rehuido el peligro en ningún momento Aquella hazaña pronto resonó por todos los ejércitos coaligados y le convirtieron en un soldado famoso y admirado, sobre todo por quienes no tenían que convivir con el, e incluso estos debían admitir que había combatido como una fiera. 9. Esta hazaña le significó una recepción oficial por parte del señor oscuro de Mantranacor, Margontah en persona celebrada en la sede del comando central de campaña en Osijaka, un pueblo al sur de los pantanos de Member el 16 de mayo de 1979. Allí y visto que el anterior comandante en jefe de los ejércitos de Mantranacor había muerto en combate el día 12 de mayo durante un bombardeo aéreo enemigo, decidió nombrar a Morgul para el puesto. Pocas veces se había visto en la historia de la Troljmia un caso de un ascenso tan fulgurante e inesperado y si no hubiese coincidido 58 su hazaña con la vacante forzada en el puesto de comandante en jefe, probablemente no se hubiese producido. El caso es que ahora tenía un puesto de enorme poder... pero aún no el que ansiaba y llegaba la hora de demostrar que estaba a la altura de las circunstancias. La muerte de su antecesor en el cargo había sido decisivo en el retroceso casi desastroso del ejercito de Mantranacor, que solo la intervención de los ejércitos de los otros dos reinos había podido evitar e invertir en parte. El hecho, sin embargo, es que solo lo habían invertido en parte, pues ahora el frente pasaba a casi 20 kilómetros al oeste de Ozagog, cuando antes de la ofensiva de Schinn, estaban antes sus murallas. Lo primero que hizo Morgul una vez ratificado oficialmente su nuevo cargo fue nombrar a Seseljm su ayudante de campo. Inmediatamente después se puso a estudiar la situación en el campo de batalla y tras meditar unos quince minutos en solitario tomó una decisión y reunió al resto de los altos mandos, ahora subordinados suyos, para hacérsela saber. Hasta entonces todas las ofensivas coaligadas se habían desarrollado aprovechando las principales vías de comunicación, pues por allí era mucho más fácil avanzar con todo el armamento y equipo, pero también era donde el enemigo sabía que le iban a atacar y por tanto donde sus fuerzas se concentraban. Morgul había decidido que intentar lanzar otro asalto frontal hacia Ozagog desde el oeste supondría una sangría enorme, aún en caso de resultar victoriosa, y una ofensiva desde el sur era obviamente imposible, por lo menos de momento, ahora que el quinto ejercito de Uzbél había sido eliminado del tablero, además de enfrentarse al mismo problema que un avance desde el oeste. En cambio decidió atacar desde una dirección inesperada. Hay abundantes bosques en la ribera sur de los pantanos de Member, más que suficientes para construir una flota de barcazas con que trasladar un ejercito con todos su equipo pesado a través de los pantanos de Member y desembarcar al noreste de estos para desde allí avanzar por sorpresa hacía el este y cortar el ferrocarril Ozagog—Mampang. Eso y un posterior avance hacia el sur provocaría, esperaba Morgul, el cerco y destrucción del grueso de los ejércitos de Schinn en torno a Ozagog. Naturalmente preparar todos esas barcazas llevaría un tiempo y sobre todo era vital mantener sus preparativos en absoluto secreto, pues si la aviación enemiga les sorprendía mientras cruzaban los pantanos en sus lentas barcazas, serían una presa fácil. Desechando altaneramente los temores de sus consejeros, Morgul procedió a poner manos a la obra. Los mismos bosques que proporcionarían la madera servirían de 59 escondite al ejercito expedicionario y los manglares costeros ocultarían a las barcazas hasta que saliesen. Finalmente el 27 de julio de 1979 se ejercito zarpó con el al mando personal del ejercito desde los manglares ribereños al sur de los pantanos de Member para navegar sin incidentes reseñables a través de estos y desembarcar en el valle de Sciagah, al noreste de los pantanos. Schinn solo se enteró de la presencia de dicho ejercito por los informes de uno de sus puestos de vigía fronterizos con el reino de Geniber cuando el ejercito de Morgul ya estaba a medio desembarcar. Intuyendo las intenciones de su adversario, Schinn ordenó enviar toda su aviación a bombardear al enemigo que desembargaba, mientras el sacaba abundantes tropas de las líneas defensivas de Ozagog para dirigirse al norte, al encuentro de su adversario. Aprovechando la ocasión los ejércitos coaligados al oeste y sur de Ozagog avanzaron contra las posiciones de la ciudad, en una maniobra envolvente. aquí hay algo que destacar y que explica cabalmente los resultados de la guerra. Los coaligados disponían de casi el triple de soldados que los ejércitos de la republica de Mampang y la duplicaban ampliamente en capacidad industrial, por lo que eran netamente superiores tanto en número de combatientes como en número de tanques, cañones y aviones, además de poder reponer sus perdidas más deprisa que su adversario. En esas condiciones no es de sorprender que la republica de Mampang terminase sucumbiendo ante sus enemigos, sino que tardase cinco años en derrumbarse y eso solo puede atribuirse a la superioridad de Schinn como táctico y estratega. Sin embargo su tarea estaba a la larga condenada al fracaso ante la abrumadora superioridad enemiga. Su tarea era como tapar una fisura mientras se abrían tres en otra parte. El hecho de que Morgul hubiese retirado casi 20.000 soldados del frente de Ozagog no significaba una disminución apreciable de su poderío en dicho sector, mientras que los 13.000 soldados enviados por Schinn al norte para interceptar a Morgul si suponían una importante merma en la capacidad defensiva de la ciudad. Schinn en realidad sabía eso desde antes de que comenzase la guerra y sabía desde que comenzó sus reformas que esta guerra se produciría. Su esperanza, su única esperanza de éxito a la larga, era que el ejemplo de sus reformas “contagiasen” a la población de los otros reinos y produjese una sublevación popular a gran escala o un golpe de estado que instaurase regímenes afines en los demás reinos. Con ese fin había creado y organizado con sus partidarios clandestinos, el ejercito secreto en el interior de los tres 60 reinos como brazo armado y clandestino del partido democrático Trojolm en los tres reinos, para que sirviesen de catalizador a dicha rebelión o golpe de estado. En efecto el mismo día de la declaración de guerra contra el y su estado, Schinn hizo pública la existencia de dicho ejercito secreto y les dio orden de comenzar las operaciones militares. De inmediato el reparto de propaganda “subversiva” por los caminos, los golpes de mano contra guarniciones y grupos de soldados tanto en el campo como en las ciudades y los atentados con bomba o francotiradores contra dirigentes del régimen tradicional se hicieron algo bastante corriente. Pese a ello no se produjo la tan ansiada rebelión o golpe de estado, pues en los tres reinos los demócratas eran menos numerosos que en Mampang y sobre todo, no tenían el poder. Eso fue decisivo, pues por una férrea tradición de servilismo de casi 2.000 años la gran mayoría de los Trojolms obedecen ciegamente a quien este en el poder, sea este quien sea. En Mampang la población se movilizó en masa a la orden de su gobierno, pero la mayoría lo hizo porque era su gobierno y al gobierno hay que obedecerle, y no porque hubiesen hecho suya la doctrina democrática, y lo mismo hicieron los ciudadanos de los tres reinos a la orden de sus gobernantes. Solo la relativamente pequeña minoría de simpatías demócratas lo bastante convencidos de sus ideas para arriesgar la vida por ellas se alzaron en armas. Ciertamente hubo algaradas y revueltas y combates aislados en todos los tres reinos, incluida la misma ciudad de Mantranacor, o en las de Uzbél o Magon, pero fueron solo eso, movimientos minoritarios que no lograron sacudir el milenario servilismo de la mayoría de la población. En esas condiciones, la republica de Mampang no tenía salvación posible, excepto que sus vecinos de otras “fatzias” interviniesen activamente en su favor, pero excepto algún voluntario aislado, no lo hicieron, pues el recelo y la pésima popularidad de los Trojolms eran demasiado fuertes y los costes de una intervención militar juzgados demasiado elevados. Realmente esa inhibición resultó ser un error fatal para ellos, aunque eso, naturalmente, en ese momento no podían saberlo. En realidad, también Morgul era consciente de la gran superioridad de su bando sobre el enemigo, pero el quería intervenir en dicha victoria, pues ese era su único y exclusivo portal hacia el poder absoluto, y en ese camino era vital que su prestigio y popularidad tan recientemente ganadas se mantuviesen intactos, o a ser posible aumentase aún más, lo que significaba que el ejercito bajo “su” mando resultase victorioso contra Schinn, independientemente de que la ofensiva contra Ozagog del resto de los ejércitos 61 coaligados tuviese éxito o fracasase. De hecho el prefería que fracasasen, pues así su victoria sería aún más esplendorosa en contraste. Tampoco resulta tan sorprendente que Morgul demostrase saber manejar con habilidad su ejército, pues aunque no se dan lecciones sobre estrategia general a los reclutas civiles (solo se dan a los del pertenecientes a la casta militar y entre los 14 y 18 años, es decir, una vez terminado el entrenamiento básico en los cuarteles) el se había estado cultivando al respecto en plan autodidacta durante más de una década en espera de este Momento y hay que reconocer que aprendió bastante bien, aunque desde luego como estratega y táctico era claramente inferior a Schinn. Sin embargo para compensar eso disponía de un ejército mayor y mejor armado y eso compensó con creces el factor anterior. En efecto, Morgul avanzó hacia el sudeste en busca de la vía férrea y unos kilómetros antes de llegar a ella se encontró con el ejército de Schinn en Molkodor, a fines del 29 de julio prolongándose la batalla buena parte del día 30 de julio. Schinn, sabiéndose inferior en numero se atrincheró rápidamente a lo largo de la vía férrea, mientras Morgul deseoso de acabar lo más rápidamente posible atacó sin dilación. Primero intentó desbordar el flanco izquierdo de Schinn, pero la maniobra fue rápidamente neutralizada por este y cuando Morgul decidió aprovechar su superioridad numérica para intentar desbordar el flanco derecho al mismo tiempo que repetía la maniobra anterior por el izquierdo. Schinn decidió que ante la imposibilidad de defenderse adecuadamente de dicha maniobra decidió decidirlo todo con un ataque frontal a su centro intentando hendirlo antes de que su propio ejército terminase embolsado. Su maniobra tuvo éxito a medias, pues al ver que su centro cedía y amenazaba con derrumbarse Morgul no quiso arriesgarse a que su centro fuese hendido por completo antes de culminar su propia maniobra de cerco y ordenó la retirada general hacia el oeste, hacía las colinas de Ulambor. Con esto ciertamente Schinn había ganado la batalla táctica, pues Morgul se había tenido que retirar de la vía férrea y había sufrido algo más de bajas que el mismo, pero estratégicamente el hecho es que Morgul seguía con su ejercito relativamente intacto y seguía cerca y rondando junto a el. Peor aún, en ese momento llegó la noticia de que el enemigo en el sur, en torno a Ozagog lanzaba una ofensiva general con una superioridad numérica y de fuego aplastante. Ante esto Schinn tomó una decisión rápidamente. Ciertamente Ozagog era muy valioso para el, pero conservar su ejército era algo aún más importante y ante la imposibilidad 62 de mantener sus fuerzas divididas en la forma actual considerando la superioridad numérica del enemigo, solo tenía dos alternativas. O se retiraba hacía el sur quedándose condenado a quedar cercado en Ozagog, o retiraba todos sus efectivos y avanzaba rápidamente hacía el norte, barría al ejercito de Morgul y se atrincheraba en la ciudad de Mampang. En ambos casos iba a quedar cercado en una ciudad, pero considerando que Mampang es una posición mucho más fuerte que Ozagog, decidió reunir todas sus fuerzas allí y prepararse para el asedio, con la esperanza de ganar tiempo a la espera de la ansiada rebelión popular o el golpe de estado en los tres reinos, o por lo menos en alguno de ellos. Por lo tanto dio la orden de evacuación general de la posición de Ozagog y las que aún conservaba en el sur y centro del reino para concentrar todas sus fuerzas en el norte, en torno a Mampang. Sin embargo antes de hacer eso quería despachar primero por lo menos a uno más de los ejércitos enemigos, el de Morgul. Con el refuerzo de las tropas evacuadas en Ozagog, dispondría de amplia superioridad numérica ante el ejercito de Morgul. Naturalmente tenía que hacerlo rápido, antes de que los ejércitos coaligados llegasen hasta sus actuales posiciones y les atrapasen en una pinza. Por ello el 2 de agosto, apenas realizada la conjunción de sus fuerzas procedentes del sur, atacó de inmediato a Morgul en las colinas de Ulambor. Morgul que sabía por los informes de los ejércitos coaligados del sur que los ejércitos Schinitzas avanzaban hacía el norte, se había atrincherado rápidamente y resistió a pie firme el asalto del ejercito de Schinn. En una rápida maniobra aprovechándose de su superioridad numérica mientras durase, procedió a embolsar al ejercito de Morgul sin que este lograse impedirlo y una vez hecho esto procedió a cerrar el cerco. Durante 40 horas el ejercito de Morgul resistió la embestida guiado por su fanático e inflexible jefe. Sin embargo, pese a ello, si los ejércitos del sur coaligados hubiesen tardado diez horas más en llegar, el ejército de Morgul hubiese terminado siendo destruido. Sin embargo, cuando el ejército de Morgul ya había perdido la mitad de sus efectivos le llegó la noticia de que los ejércitos coaligas del sur estaban a menos de 15 kilómetros de sus líneas, supo que no podía dedicar más tiempo a la tarea, así que dejando a su pesar, a medio hacer, se retiró rápidamente hacía el norte. Pese a las bajas sufridas el ejército de Morgul había sobrevivido y todo el mundo sabía que había sido su maniobra sorpresa a través de los pantanos de Member la que había 63 forzado al ejercito hereje a abandonar la inmensa mayoría de su estado y atrincherarse en el macizo de Mampang y en la ciudad que esta en el centro de su antigua y apagada hoya volcánica, la propia ciudad de Mampang. Con ello la popularidad de Morgul entre el ejército y el pueblo de los tres reinos se elevó aún más, de hecho se había convertido en el líder más popular de los tres reinos. Mientras los tres señores oscuros habían perdido dos años en conquistar unas zonas fronterizas del oeste y sur del reino, Morgul, con su audaz maniobra, había conquistado en un par de meses la inmensa mayoría del reino y encerrado al líder hereje y a su ejército de renegados y traidores en lo que la hábilmente manejada propaganda proMorgul llamaba la “ratonera” de Mampang. La verdad es que Mampang era entonces tanto una fortaleza como una ratonera. Por un lado Mampang esta rodeada por el macizo de Mampang casi por todos lados. Este macizo de forma de elipsoide irregular, antiguo domo volcánico apagado, no es muy elevado, pues su punto más alto solo esta 420 metros sobre su base, de hecho prácticamente ninguna de las sierras de Eriador tiene alturas mayores que esta respecto a su propia base, pero tiene una orografía infernal formado por aguzadas e irregulares rocas de obsidiana en su mayor parte y de otras duras rocas volcánicas en el resto, donde todo desplazamiento de equipo pesado es totalmente imposible, e incluso las maniobras de infantería, incluso para una tan fuerte y resistente físicamente como la Trojolm, están prácticamente también vedadas, por escasas que fuesen las fuerzas defensoras, tan fuertes son las posiciones defensivas naturales que el macizo proporciona. Solo al sur de la ciudad existe un paso de unos tres kilómetros de anchura, llamado Ilushivka, que constituye la única vía de salida y entrada en la ciudad, el paso que aprovecha su carretera y su vía férrea y que constituye su único contacto practicable con el mundo exterior, su exceptuamos la poco usada y cara vía aérea. Ese es su punto vulnerable y precisamente por ello por allí es donde se alza el único trozo de muralla que rodea la ciudad. Además, Schinn previsoramente había estado entreteniendo a la población civil de la ciudad en construir trincheras, fosas antitanque, campos minados y búnkeres para hacer aún más resistente esa única posible vía de penetración en la ciudad, y en ese momento, con todas las tropas de Mampang atrincheradas junto y en las fortalezas que cubren el paso ni siquiera toda la superioridad numérica de los coaligados garantizaba una victoria en caso de intento de ruptura por la fuerza. 64 Sin embargo, Mampang era también una “ratonera”, pues sus no muy amplios terrenos llanos de la cuenca interior donde se asienta la ciudad y sus numerosas industrias, apenas dejan espacio libre para campos de cultivo. Por tanto ahora estaban encerrados en una concha en la que difícilmente se podía entrar, pero de la que tampoco podían salir para buscar alimentos. El agua no es problema, pues un río subterráneo discurre justo por debajo proporcionando abundante agua a sus numerosos pozos. Morgul sabía eso y no veía motivo para intentar lanzarse a un sangrientísimo asalto frontal contra las defensas de Mampang con una alta posibilidad de fracaso, y por tanto de pérdida de prestigio, cuando solo tenía que sentarse a esperar que el hambre hiciese su tarea. Morgul estaba seguro de que cuando el hambre les apretase lo suficiente no tendrían otro remedio que capitular o morirían todos de hambre allí dentro y la verdad es que tenía toda la razón. Schinn también lo sabia, por supuesto, pero no podía hacer nada, un intento de ruptura del cerco estaba condenado al fracaso dada la abrumadora superioridad de sus enemigos. Solo le quedaba la cada vez más débil oportunidad de que finalmente algo se moviese lo suficiente en los tres reinos como para proporcionarle un alivia, pues la dispersa guerra de guerrillas del ejército secreto no era, obviamente, suficiente. Sin embargo ha medida que pasaban los meses y las reservas de alimentas cuidadosamente acumuladas se iban agotando, las esperanzas de Schinn se iban desvaneciendo irremisiblemente. Morgul, ignorando las peticiones de sus consejeros más exaltados se negó a dar la orden de asalto y la verdad es que la mayoría de sus consejeros y su superior, el señor oscuro de Mantranacor estaban de acuerdo con el, pues sus argumentos eran sólidos. El hambre ganaría la guerra por ellos con solo esperar lo suficiente, no había necesidad de sacrificar más soldados y material en esa empresa, solo esperar y la verdad, después de más de dos años de sangrientos combates que habían costado la vida a varias decenas de miles de soldados y civiles entre ambos bandos, el pueblo de los tres reinos estaba mayoritariamente de acuerdo con esa táctica que ahorraba sangre y sufrimientos... por lo menos en su bando, y eso hizo que la popularidad de Morgul aumentase aún más. Además de el genio militar que había decidido la guerra, era un líder sabio, paciente y preocupado por el bienestar de su pueblo, al que ahora más sangre y muerte con su meticulosa y paciente política de asedio sin lucha. Eso es lo que divulgaban sus cada vez más numerosos partidarios y la mayoría del pueblo lo creía. 65 De todas formas el asedio fue largo, pues Mampang disponía de abundantes reservas, pero eso al pueblo de fuera de Mampang no le importaba, lo importante es que no había combates, fuera de alguna andanada aislada, pues ni los cercados ni los cercadores hacían ya esfuerzos por intentar variar la situación. Ni siquiera había bombardeos aéreos, pues la aviación Mampamgita no podía ni despegar, lo que quedaba de ella, ante el constante patrullaje de la mucho más numerosa fuerza aérea coaligada y estos tampoco se molestaban ya en bombardear Mampang, excepto con hojas de propaganda, pues Morgul tampoco quería destruir su valiosa industria. Después de todo sus fábricas no podían fabricar comida y eso sería, a fin de cuentas, lo que decidiría lo que quedaba de guerra. Unos dos años y medio duró el asedio, pues Schinn aguantó todo lo que pudo, con la esperanza cada vez más tenue de un cambio de la fortuna, pero para enero de 1982, finalmente las ultimas raciones de comida se acabaron y todos sabían ya en la ciudad que, o se rendían y se enfrentaban a las represalias de los coaligados, fuesen estas cuales fuesen y todos sabían que serían severísimas, o seguían aguantando y morirían todos de hambre en un par de meses más. El fin se presentía cada vez más cercano, pues ni siquiera los soldados que defendían las fortificaciones nunca atacadas de la ciudad recibían ya ni una migaja de carne, aunque fuese podrida. Schinn sabía que aún podría aguantar un mes o poco más, pero a diferencia de Morgul, Schinn era una persona noble, que se preocupaba por su pueblo y no estaba dispuesto a ver morir de hambre a su ciudad cuando ya no había ninguna esperanza y el fin de todos modos era inevitable. Por tanto el 3 de enero de 1982 envió a un par de delegados oficiales para negociar las condiciones de la rendición. Morgul fue implacable al respecto y exigió la rendición incondicional. Se negó a tratar de una amnistía, aunque fuese limitada, todos los miembros del hereje partido democrático Trojolm, además de los funcionarios y oficiales que hubiesen servido a sus ordenes serían castigados como se merecían. -- ¿Que pasará con el resto?.—preguntó entonces uno de los delegados. -- Los que no han estado implicados directamente en la herejía Schinitza no tienen nada que temer.—contestó -- ¿Y los soldados que han luchado en sus filas?. -- Los que han servido a la herejía por miedo u obligados contra su voluntad por ese indigno usurpador serán perdonados. Solo los miembros del partido hereje y quienes se unieron a sus filas voluntariamente serán castigados. 66 También exijo que vuestro jefe de la orden al llamado ejercito secreto de deponer sus armas y entregarse voluntariamente ante las autoridades legítimas para ser castigados. Cuando los delegados volvieron a Mampang con ese mensaje Schinn supo que todo estaba decidido. Schinn no creía que Morgul mantuviese su promesa, pero como de todas formas no tenían ya alternativa, optó por darla por buena y unas horas después, a las 4.56 horas del día 4 de enero de 1982 se presentó ante la multitud famélica congregada en la gran plaza situada delante del palacio presidencial, la antigua sede del señor oscuro de Mampang y les dijo. -- Compañeros, ciudadanos de Mampang, no es necesario que hable más de nuestra situación sin salida, pues todos la sabemos y la sufrimos en nuestros estómagos. El hecho es que solo nos quedan dos alternativas, o rendirnos o morir de hambre. Tras parlamentar con el general en jefe del ejercito de Mantranacor, este me ha prometido que solo los miembros del partido, los funcionarios que han servido a la voluntad del pueblo y su libertad y los oficiales que han luchado por el serán eliminados. Los soldados rasos que hayan acudido a sus puesto convocados por mi sin acudir previamente como voluntarios y todos los demás ciudadanos de Mampang no serán dañados en ninguna forma. Dentro de poco averiguaremos si su palabra vale alto o es una mentira más de la tiránica dictadura que se vuelve a señorear sobre nosotros. Yo, por mi parte he hecho todo lo posible por defender a mi pueblo y su libertad tan recientemente ganada y tan pronto perdida, por tanto he decidido aceptar nuestra rendición incondicional y la disolución de la republica democrática de Mampang.—en este punto Schinn ya no pudo contener las lágrimas, algo extremadamente inusual en público en un Trojolm. También, como parte de las condiciones de rendición he de solicitar a nuestros amigos del resto de la Troljmia, que han luchado y apoyado a nuestro ejercito secreto en los reinos de la tiranía que depongan las armas y se entreguen incondicionalmente a sus verdugos para ser sacrificados. Que cada cual haga lo que crea conveniente según su conciencia, tanto allí como aquí. Os libero de toda fidelidad y obediencia hacia mi y hacia todos vuestros demás representantes libremente elegidos por vosotros. Eso es todo. Adiós para siempre.—y tras esto se retiró de la balconada del palacio y una vez en sus habitaciones privadas sacó una pistola y se pegó un tiro, pues sabía perfectamente cual sería su destino si era capturado vivo. Muchos de sus seguidores, sabedores también de lo que les esperaba, hicieron lo mismo en las horas siguientes. Otro decidieron esconderse o destruir las pruebas de su filiación 67 política en la esperanza de que podrían escapar a la escabechina que se avecinaba. Otros, los más aguerridos, se marcharon con sus armas a través de los pedregales sin camino para unirse al ejército secreto y proseguir la lucha, y otros, los menos, para buscar la salvación en un incierto exilio. Los que hicieron esto último fueron solo un par de centenares, de hecho, de entre todos los fugitivos y desplazados que provocó la guerra, solo un millar de Trojolms se exiliaron entre las “fatzias” vecinas, tal era la desconfianza que sentían hacia ellos y sus intenciones. La mayoría creía que si se exiliaban sus vengativos vecinos los ejecutarían de inmediato. En realidad no lo hicieron, pero casi en ningún caso se fiaron enteramente de ellos y normalmente los mantuvieron discretamente bajo custodia en alguna base militar, temerosos de que hubiese espías entre ellos. Finalmente, a las 13.34 horas de ese mismo día, a la hora en que terminaba el ultimátum emitido por Morgul, sus tropas avanzaron hacia las fortificaciones enemigas y estas de fueron rindiendo prácticamente sin encontrar apenas resistencia. Una hora después las tropas de Morgul ocupaban toda la ciudad sin más resistencia que algún francotirador aislado. 10. Morgul realmente tenía motivos para sentirse satisfecho. No solo había logrado que los señores de los tres reinos dieron su aprobación para que ostentase plenos poderos en las negociaciones de rendición de la ciudad, sino que además, había conseguida que aceptasen que fuesen sus propias tropas las primeras que entrasen en la ciudad. Sin embargo Morgul aún no estaba satisfecho. Nunca lo estaba, pues su sed de poder solo es superada por su sadismo sanguinario. Tan pronto había logrado este gran objetivo, ya se olvidaba de el para pasar al siguiente paso en su escalada hacia el sueño de ostentar el poder absoluto sobre todo Gacitaia. El que palacio presidencial de Mampang y ahora sede de su gobernador provincial, es un gran edificio de planta elipsoidal de unos 50 metros de radio desde el centro del amplio patio interior porticado circular con una recargada fuente en su centro hasta los muros exteriores, todo el de sólidos muros de obsidiana, como todos los edificios oficiales de la Troljmia, de tres pisos a los que se asciende por amplias escalinatas de 68 siete metros de ancho, con amplios salones decorados con tapices de tejidos de Onera bordado en hilo de oro, usadas para recepciones las de la planta baja y para usos administrativos las dos superiores, pero además tiene numerosas dependencias más pequeñas de uso personal. Todas las ventanas son estrechas, excepto el gran mirador que da hacia la plaza central de Mampang, donde se halla la amplia balconada desde donde los líderes, gobernadores y señores de Mampang habían arengado a las masas durante más de 1.300 años, el tiempo pasado desde que el palacio había sido construido. Y ahora el paseaba victorioso por aquellos salones vacíos. Sus guardias personales le guiaron hasta la estancia donde habían encontrado el cuerpo de Schinn abandonado por sus seguidores en la desbandada que siguió a su muerte. En algunas otras habitaciones podían verse por lo menos una treintena de cadáveres de seguidores y guardias de Schinn suicidados hacía pocas horas, entre ellos casi todos los miembros de su gobierno. -- ¿Que hacemos con todos estos cadáveres de herejes?—le preguntó Seseljm entonces, que acababa de llegar mientras el observaba el cadáver de Schinn. -- Respecto a su jefe sacadlo de aquí y colgad su cadáver de la punta del obelisco del templo principal de la ciudad y dejadlo ahí hasta que las aves carroñeras dejen su piel desnuda y aún más... tenedlo allí hasta que yo ordene lo contrario, para que eso sirva de adecuada ofrenda a Dios y escarmiento para los habitantes de esta ciudad. De hecho Morgul en el Momento 0 aún no ha dado esa orden, así que los huesos hace tiempo pelados de su cadáver aún siguen colgados allí. -- Respecto a los demás, dádselos de comer a nuestros soldados, que bien merecido se lo tienen. -- A propósito, señor, sé que hizo determinadas promesas respecto a quien de esta impía ciudad sería castigado y quien no, pero ahora que esta totalmente en nuestro poder no veo motivo por el que todos los demás que han empuñado armas sean dejados en libertad. Mi opinión es que deberíamos matarlos a todos y esclavizar a sus familias. -- Yo también me siento tentado de hacerlo así, pero un estadista, como ahora lo somos ambos, ha de saber anteponer sus intereses a largo plazo a los arrebatos del Momento. Si hiciese ejecutar a todos los habitantes de reino de Mampang que han sostenido un arma contra nuestros ejércitos, el reino quería prácticamente despoblado y no habría guardias suficientes en toda la Troljmia para vigilar a toda la gente masa de esclavos que pretender crear. No olvides que necesitaremos a todos los soldados disponibles para 69 nuestra futura campaña de conquistas y por tanto no puedo permitirme el lujo de desperdiciar tanto potencial inútilmente. -- Pero son nuestros enemigos. -- No exactamente, eran servidores de Schinn y ahora pasaran a serlo de nosotros. Esa es una de las principales cosas que aprendí en el cuartel, solo una minoría numéricamente insignificante se posicionan activamente en contra o a favor del líder. La inmensa mayoría simplemente servirán a ciegas a quienquiera que ostente el mando, sea este quien sea y si ese líder cambia su lealtad cambiará también para adaptarse al nuevo amo. Recuerda, cuando llegamos todos eran leales a Ulagu, solo yo y unos pocos eran sus enemigos, solo unos pocos lo eran suyos. Cuando maté a Ulagu todos excepto cinco pasaron a ser súbditos míos y ninguno de ellos excepto esos cinco se atrevieron a hacer nada para desafiar mi poder. La inmensa mayoría de los que sirvieron a Schinn lo hicieron solo porque era su gobernante, ahora que el gobernante ha cambiado, también cambiará su lealtad y solo una pequeña minoría hará esfuerzos para cambiar eso. Solo tenemos que preocuparnos de ellos, ahora que Mampang es nuestra, es hora de aniquilar al ejercito secreto y al resto de nuestros obstáculos. Seseljm sabía perfectamente a lo que se refería. Y en efecto así se lo hizo saber, aunque solo lo que se refería al ejército secreto, a su señor oscuro cuando este fue a visitarle en vuelo directo desde Mantranacor unas horas después. Morgul le recibió en el antiguo palacio presidencial con todos los honores y allí le habló de sus opiniones al respecto. Allí le dijo que lo que había que hacer ahora que la guerra regular había terminado era dedicar más atención a acabar con el ejercito secreto, que seguía incursionando con sus características tácticas guerrilleras, intermitente, pero fastidiosamente, por todos los tres reinos, y seguidamente le hizo una propuesta concreta al respecto. Según Morgul el principal problema para combatirlos era que estos actuaban indistintamente en todos los tres reinos y también en los territorios conquistados del reino de Mampang y a que debido a esa división política muchos de ellos se aprovechaban de la división en tres reinos de sus ejércitos y sus territorios cruzando de una frontera a otra para eludir la persecución. Por tanto se necesitaba un mando unificado para la tarea, una tropa de elite obtenida sacando unos pocos miles de tropas de las hasta ahora movilizadas en el asedio a Mampang, donde ahora obviamente ya 70 eran innecesarias, y enviarlas contra los terroristas herejes, ya que las tropas que quedaban de guarnición en los tres reinos eran, a la vista estaba, insuficientes para la tarea. Para ello era necesario que estas tropas tuviesen jurisdicción y libertad de movimientos por todos los tres reinos y también se propuso el mismo como candidato para dirigir la operación, ya que su misión de tomar Mampang había sido cumplida. Naturalmente había que aclarar más los detalles técnicos por lo que proponía una conferencia en la cumbre de los señores oscuros de los tres reinos en el mismo lugar donde estaban entonces. Las reformas necesarias para dotar a esas fuerzas de represión comunes y transfronterizas requerían, por supuesto, la autorización de los tres señores oscuros y también de asesores jurídicos y ministros que determinen los cambios legislativos necesarios para combatir eficazmente a los terroristas herejes en toda la Troljmia de forma coordinada. -- Además hay que decidir que hacemos ahora con el reino de Mampang, ¿nos lo repartimos entre los tres y en que proporciones, o lo dejamos territorialmente intacto bajo un señor oscuro temeroso de Dios. También sería un buen lugar para decidir y así evitar posteriores disputas entre nosotros que solo pueden beneficiar a los terroristas herejes, y cuanta mayor cantidad de gente de autoridad se reúna en esa conferencia cumbre y ratifique las decisiones más fuerza efectiva tendrían.—le expuso Morgul con toda tranquilidad y su señor se mostró de acuerdo. Por tanto poco después quedo convocada una conferencia en la cumbre para tratar del combate coordinado contra los terroristas herejes del ejercito secreto, que como era de esperar debido a su traicionera naturaleza, habían hecho caso omiso de la orden de rendición de su líder y no solo eso, sino que el día 23 de enero de 1982 habían repartido pasquines por los caminos de toda la Troljmia proclamando la continuación de la lucha bajo el mando de un misterioso nuevo líder que se hacia llamar comandante flecha y se proclamaba el legítimo sucesor de Schinn. De hecho los ataques terroristas del ejercito secreto no solo no habían disminuido, sino que parecían redoblarse desde aquella proclama. Además el tema de que hacer con el antiguo reino de Mampang también resultaba claramente importante. Por ello la amplia mayoría de los jerarcas Trojolms estuvo de acuerdo en la pertinencia de aquella conferencia y procedió a acudir para hacer valer su punto de vista, siempre, naturalmente, dentro de la más estricta ortodoxia, no en vano lo primero que se había hecho tras la toma de Mampang había sido abolir 71 todas las leyes y constituciones malditas ante Dios dictadas por Schinn y el resto de su gobierno hereje. 11. Por lo tanto cuando el 6 de febrero de 1982 se celebró la ya anticipadamente famosa conferencia contra la herejía en el interior del antiguo palacio presidencial de Mampang, acudieron no solo los tres señores oscuros de los tres reinos, sino también todos sus gabinetes al completo, expertos juristas, generales y demás altos oficiales del ejército de los tres reinos y los gobernadores provinciales de todas las provincias. Para entonces la inmensa mayoría de las tropas movilizadas durante la guerra habían sido licenciadas y vuelto a regresar a sus hogares, pero naturalmente había tropas controlando la ciudad, aún bastante numerosas para evitar atentados del ejercito secreto y participando en la sangrienta purga en marcha de todos los miembros y simpatizantes activos del Schinismo en la ciudad, pero siempre con los límites impuestos por las claras condiciones impuestas en la rendición. Además, como las tropas de Morgul eran las primeras que habían entrado en la ciudad, los tres señores oscuros no vieron inconveniente en que el grueso de esas tropas fuesen parte de las que Morgul había mandado durante la guerra que era, por tanto, donde se concentraban sus principales y más decididos partidarios. Naturalmente los jerarcas que participaban en la conferencia se habían traído sus propias escoltas personales, pero en total estas no superaban los 300 soldados y carecían de armamento pesado. También Morgul asistió, por supuesto, pero permaneció discretamente en una esquina de la sala de recepciones, con una pequeña habitación habilitada como oficina con la puerta abierta. Por ello cuando apenas se había inaugurado oficialmente la conferencia y los señores de los tres reinos habían empezado a leer sus discursos, las tropas de Morgul guiadas por Seseljm se pusieron en movimiento siguiendo los planes meticulosamente preparados entre el y Morgul desde poco después de la caída de la ciudad. Rápidamente las tropas de Morgul confluyeron hacia el centro de la ciudad mientras otra parte procedía a cerrar los accesos a la ciudad, el único que había, por el paso del sur ya mencionado y desarmar o reducir por la fuerza a las tropas no complicadas en la conspiración allí situadas. 72 En cuanto las tropas de infantería de Morgul procedieron a asaltar por completo el palacio y empezaron a abrir fuego contra los guardaespaldas de los allí reunidos, Morgul cruzó la puerta de la habitación que tenía detrás y se encerró en ella para evitar ser herido por una bala perdida durante la corta pero intensa lucha que entonces se inició. Al oír los disparos cundió el pánico entre los asistentes. Algunos, los más estúpidos, intentaron huir por la puerta principal para ser acribillados por los asaltantes, otros se tumbaban al suelo o se ocultaban en las habitaciones vecinas o subían por la amplísima escalinata a los pisos superiores. A ninguno de ellos les sirvió de nada, pues las tropas de Morgul pronto vencieron la resistencia de los guardias y entraron a saco y mataron disparándoles a quemarropa a todos los asistentes, incluidos los tres señores de los reinos Trojolms, sus gobiernos al completo y casi todos los jerarcas que dependían y habían sido nombrados por ellos. Con ese crimen, Morgul había eliminado de un plumazo a toda la élite dirigente de la Troljmia, todos los que podían intentar disputarle u obstaculizar su ascenso al poder absoluto. Completada la carnicería, Morgul salió tranquilamente de su habitación y se presentó brazo en alto a sus tropas, que lo saludaron enfervorizados y Morgul tras contemplar la matanza se dirigió a sus soldados y les dijo:. -- Bien hecho, estas han sido vuestras legítimas presas y por tanto son legítimamente vuestras. Podéis coméroslos. Buen provecho. Aquel día las tropas de Morgul comieron carne Trojolm fresca hasta hartarse, y de la más exquisita y elevada crema de la sociedad, por añadidura. Poco después, toda resistencia a sus tropas en la ciudad y en sur afueras, pues sus sorprendidas tropas ya carecían de sus jefes principales. A ellos en cambio, Morgul había ordenado respetarles la vida y no hacerles ningún daño, limitándose a desarmarlos. Seguidamente sus soldados recorrieron las calles con altavoces ordenando a toda la gente concentrarse en la plaza mayor para recibir a su nuevo señor. Mientras tanto oficiales escogidos del ejército de Morgul partieron en avión hacia las principales ciudades Trojolms para hacerse cargo de la administración, mientras al recibir la consigna simpatizantes suyos se lanzaban a las calles para desarmar a todo el que intentase resistirse y proclamar la buena nueva de que la Troljmia volvía a estar unida de nuevo para un legítimo y verdadero señor oscuro que volvería a convertir a su patria en una gran potencia. 73 Cuando toda la gente se hubo reunido en la plaza, Morgul salió a la balconada y les dijo: -- Ciudadanos de Mampang, ciudadanos de toda la Troljmia, Trojolms todos, una nueva era ha comenzado. La era de nuestra lamentable división impuesta por nuestros rencorosos vecinos ha terminado para siempre. A partir de ahora ya no habrá más reinos de Mantranacor, ni de Mampang, ni de Uzbél, ni de Magon, ya no habrá más divisiones ni herejías entre nosotros, a partir de ahora un solo estado y una sola patria os acogerá a todos. ¡La nueva Troljmia reunificada para siempre!.!Una patria y un estado unidos que volverá a ser poderoso y respetado por todo el mundo. La Troljmia será grande y unida de nuevo. Eso no significará ninguna amenaza para la integridad territorial de nuestros vecinos, la nueva Troljmia estará saciada por su propia reunificación y no reclamará nunca más los territorios de otros. Os ofrezco una nueva era de prosperidad, paz y orgullo nacional. A partir de ahora la Troljmia será un estado unido, para un pueblo unido, con un único líder. Saludar a vuestro nuevo y legítimo señor oscuro, porque esta escrito en el libro de la verdad que solo quien gobierne por derecho propio en toda la Troljmia puede ostentar con verdad el titulo de señor oscuro, señor de las profundidades, señor de toda la Troljmia, señor de la totalidad y vicario de Dios, infalible y todopoderoso. En su santo nombre en el cual os hablo saludad a vuestro nuevo señor, el nuevo, legítimo y verdadero señor de toda la Troljmia. Saludad a vuestro señor, a la boca de Dios. -- Te saludamos señor nuestro todopoderoso y a su vicario en este mundo, Morgul, señor oscuro, señor de toda la Troljmia.—repitió la multitud a voz en grito una y otra vez, y muchos con vistosos gestos de entusiasmo, y entre ellos no faltaban quienes habían escuchado con similares muestras de entusiasmo las palabras de democracia, igualdad y libertad personal, de conciencia y de culto, que Schinn había proclamado repetidas veces desde ese mismo lugar hasta hacía poco más de un mes. Tras aquel su primer bajo de masas como señor absoluto de la Troljmia se encerró en uno de los despacho del palacio y empezó a firmar decreto tras decreto por los que procedía a unificar administrativamente a toda la Troljmia, eliminando los controles fronterizos y la mayoría de las guarniciones emplazadas en las fronteras internas entre los cuatro reinos, disolviendo estos y todas sus instituciones o integrándolas en las del nuevo estado, nombrando un nuevo gobierno común y disolviendo los de los cuatro reinos. También creó una administración única y para todos esos puestos que la reciente 74 matanza había dejado vacantes nombró a gente salida del ejército bajo su mando y todos, naturalmente, partidarios suyos. Después esperó y tras confirmarse que no había resistencia organizada contra su golpe de estado en ninguna parte, exceptuando al incordiante ejercito secreto, que le declaro la guerra de inmediato, procedió a coger el avión hacia Mantranacor, donde volvería a estar la capital de la nueva Troljmia reunificada y una vez instalado en el palacio, antigua sede del gobierno del reino de Mantranacor y ahora sede del gobierno unido de la Troljmia, es un edificio bastante parecido al de Mampang, solo que de planta cuadrada en vez de circular, de unos 45 metros de lado y cuatro pisos, además de mucho más reciente, apenas un siglo, y procedió a ocuparse de sus asuntos personales. Morgul, en efecto, no estaba dispuesto a dejar sin castigo a nadie que le hubiese dañado, insultado, golpeado o simplemente le hubiese llamado “mala semilla”. En primer lugar procedió a informarse sobre el destino presente de todos sus “objetivos”, y en primer lugar de la lista estaban los instructores que le habían mortificado durante la instrucción en el cuartel, al igual que a todos los demás, en realidad, pero los demás a Morgul no le importaban un comino. Pronto descubrió que varios de ellos, para su infinita frustración, ya habían muerto en combate durante la guerra civil, pero entre los que aún estaban vivos se encontraba su viejo conocido el sargento Skul, que para entonces ya no era sargento, sino que había ascendido hasta capitán de brigada. Morgul, sonriéndose torvamente, ordenó de inmediato arrestar a Skul y al resto de los instructores que quedaban con vida, además de al campesino que le había pegado la primera paliza de su vida a cuenta de unos Capacs mutilados, como ya se ha contado, con la orden estricta de no hacerles ningún daño físico (pues Morgul no estaba dispuesto a que le arruinasen la diversión) y encerrarlos encadenados en los sótanos del edificio, en la sala de interrogatorios, para más señas, donde se halla el centro de la policía político-religiosa del reino de Mantranacor y ahora de la nueva Troljmia, (en realidad una sección integrada en el ejército) y también conocido desde su construcción como afamado centro de tortura. Una vez le confirmaron que todos estaban allí descendió solo hasta el sótano y entró en aquella sala por primera vez en su vida, algo que haría con mucha asiduidad a partir de entonces. Aquel lugar es un salón grande de planta cuadrada de unos nueve metros de lado, sin ventanas, pero lo que necesita iluminación eléctrica y en efecto es esencialmente un 75 equipadísimo centro de torturas, dotado de una gran variedad de instrumentos de uso a cada cual más doloroso. Sin embargo no tenía intención de usar más que unos pocos, pues prefería hacer estas cosas “artesanalmente” y con calma. Skul y el resto de los instructores detenidos entonces estaban encadenado con sólidos grilletes a la pared izquierda de pies y manos y con bacías antiescupitajos ácidos en la boca, aunque no eso no les impedía hablar, ni chillar, pues a Morgul le encantaba escuchar los gritos de agonía de sus víctimas, cuanto más altos y horripilantes mejor. -- Vaya, hacía cuanto tiempo no nos veíamos, ¿verdad?. Yo la verdad es que me moría de ganas de volver a verte, lo he ansiado todos estos años.—le dijo Morgul mirando a Skul de arriba abajo. -- ¿Que quieres de mi?—preguntó Skul. -- Vengarme, nada más y nada menos. Ahora me vas a pagar con creces todo lo que me hiciste sufrir en el cuartel. Puedes despedirte mentalmente de tus seres queridos si quieres, pues nunca volverás a verlos. No saldrás vivo de aquí y tu muerte será lenta y dolorosa. Entonces Morgul cogió una gruesa tenaza y se acercó a el. Skul no dijo nada, sabía perfectamente que sería inútil y tenía la entereza suficiente como para no rebajarse a suplicar en vano. -- Esto va a serte muy doloroso, la verdad, por lo que primero voy a aliviar algo tu final ahorrándote la visión de tu final.—y tras decir esto le arrancó los dos ojos con sus dedos y se los comió entre los gritos de su victima. -- Están deliciosos, la verdad, espero que el resto de tu cuerpo este igual de sabroso. Seguidamente le fue arrancando los dientes uno a uno con las tenazas y cuando terminó, a clavarle agujas en el interior de la boca hasta que quedó destrozada y de paso introdujo agua hirviendo en su boca para aumentar su dolor. Inmediatamente después comenzó a desollarlo vivo, lenta y dolorosamente, de forma que tardase lo máximo posible en morir. Tardó unas dos horas y seguidamente repitió en proceso con todos los otros, uno por uno, de forma de la tarea le llevó más de medio día y como tanto trabajo le había dado mucho hambre, después se dio un atracón con sus cerebros. Seguidamente dio ordenes de aprovechar lo que quedaba intacto de la piel del cadáver de Skul para hacerle con ellas unas botas militares, un cinturón y aparte se guardó su cráneo descarnado como trofeo en su despacho, colocado en una vitrina justo enfrente de su mesa de trabajo, para poder verlo en cualquier momento mientras trabajase, y de hecho el cráneo aún sigue allí ahora, en el Momento 0. 76 Cuando Seseljm se enteró de esto se sintió molesto porque Morgul no le había avisado para poder participar en la tarea de torturarlos, pero Morgul zanjó el asunto dándole suculentas porciones de sus cuerpos como premio por su lealtad, y prometiéndole que la próxima vez les dejaría algunos para el solo. Al día siguiente, tras las prosaicas tareas administrativas de cada día volvió a dedicarse a ajustar cuentas. Esta vez revisó junto con Seseljm, pues este no estaba dispuesto a volver a perderse la diversión , el expediente de Miljana. Ciertamente Miljana no le había hecho jamás ningún daño físico, antes al contrario ella había sido la única que le había ayudado tras sufrir la rudísima novatada del primer día de cuartel y durante un par de meses había sido su amiga, casi su novia, la única amiga o amigo que había tenido en toda su vida, aparte Seseljm. Sin embargo todo eso era el pasado y a Morgul le importaba un pimiento, pues con su primer asesinato había perdido totalmente su ya escasa capacidad de sentir agradecimiento por algo o alguien. Entonces solo recordaba que ella finalmente le había rechazado, insultado y amenazado veladamente y eso Morgul no lo perdonaba, pues también había perdido la capacidad de perdonar, por nimia que hubiese sido la ofensa, y por tanto decidió que eso solo ya merecía un severo castigo. Para su sorpresa descubrió que Miljana se había casado con Stimje, solo cinco años después de salir del cuartel, pues apenas alcanzada la mayoría de edad Stimje se había trasladado a Mantranacor y gracias a las gestiones de Miljana (y a un relativamente cuantioso soborno, aunque eso no lo decía el informe), logró la concesión del ascenso a la clase de obrero industrial y trabajo en la siderurgia donde trabajaba Miljana. Poco después se casaron y por lo visto desde entonces habían formado una pacifica familia con un hijo que entonces tenía cinco años y por tanto, estaba entonces entrenándose ya en el cuartel. También supo que durante la guerra ambos fueron movilizados para trabajar en la industria de armamento, pero sin el consiguiente ascenso social oficial, pues el contrato era solo hasta que terminase la guerra. Para cuando Morgul leía sus informes ya habían vuelto a su trabajo habitual en la siderurgia civil. -- Así que esa parejita de apocados remilgados llegaron hasta el final con su relación. Bueno, es una lastima que tan bien avenida familia vaya a encontrar su fin tan pronto. Recuerdo que cuando te conocí dijiste que si no fuese tan insignificante lo matarías tu mismo. Si has cambiado de idea te lo ofrezco pese a su insignificancia como regalo para que te encargues de el, mientras yo me encargo de su esposa.—dijo Morgul. 77 -- No es que sea un objetivo que valga gran cosa, pero será un placer para mí divertirme con el un rato.—contestó Seseljm sonriendo torvamente. Por lo tanto Morgul ordenó de inmediato el arresto de ambos y su envío a la sala de interrogatorios con la máxima diligencia. Sin embargo para su sorpresa poco después recibió junto con la noticia del cumplimiento de su orden la de que durante el habitual registro a su casa habían encontrado una pared falsa en cuyo interior había material propagandístico y libros de consulta herejes, Schinitzas para más señas, además de varias armas y cartuchos de dinamita y tras su arresto ambos habían reconocido que eran miembros del ejército secreto. - Vaya, Vaya, eso sí que no me lo esperaba, esos blandengues jugando a los terroristas. Bueno, en realidad es mejor así, pues ahora ya tenemos una excusa perfectamente valida para hacer lo que de todas formas ya teníamos planeado.—le dijo Morgul a Seseljm tras leer el informe y pasárselo, para que también el pudiese leerlo. En cuanto terminaron con eso se dirigieron ambos hacia la sala de interrogatorios, en cuya pared izquierda estaban encadenados firmemente Miljana y Stimje. Ni Morgul ni Seseljm les habían visto desde que sus caminos se separaron al salir del cuartel, por lo que les costó un poco convencerse de que eran ellos. Sin embargo lo eran, tras fijarse un poco el parecido se hacía notorio. Miljana se había convertido en una hermosa hembra, según los patrones Trojolms por lo menos. En comparación Stimje, más bien bajito, aunque no tanto como Morgul, que sigue siendo bastante enclenque de tamaño para el patrón Trojolm, llamaba mucho menos la atención físicamente. -- Vaya, Vaya, ¿quien lo iba a decir, nada menos que el arrancaojos y el desollador en persona?. ¿Me podéis explicar cual de las dos cosas va a ser primero?—les preguntó Miljana burlonamente en cuanto les vio, la cual, pese a su indefensa posición mostraba un chocante humor negro. . Morgul la miró fijamente a los ojos sin decir nada durante un segundos, pero por mucho que buscó no encontró el menor atisbo de miedo en ellos, aunque evidentemente sabía lo que les esperaba. Stimje en cambio se notaba que estaba más nervioso. -- He oído muchas cosas sobre vosotros últimamente, y la verdad, ninguna buena. He oído que os divertíais torturando a todo el que caía en vuestras manos, fuesen soldados o civiles, machos o hembras, adultos o niños. ¿Es verdad, Morgul, que tu violaste a una niña de tres años durante la guerra, después la arrancaste los ojos y la desollaste viva 78 antes de rematarla degollándola?—siguió preguntando Miljana burlona y desafiantemente. -- Es todo verdad y ese es precisamente el destino que te espera a ti y a tu marido. Esa maldita niña era la hija del alcalde hereje de Miljaranka y esta escrito en el libro de la verdad, “No dejarás con vida a los hijos de un hereje, pues ellos heredarán la maldición de sus padres” -- ¿Y tu naturalmente te crees a pies juntillas toda esa basura, y además apuesto que encima te considerarás alguien justo?. ¿Como pudiste hacer semejante monstruosidad? -- La justicia no es algo que me preocupe, sobre todo la supuesta justicia de un par de herejes. Solo me interesa saber que cuento con la bendición de Dios. Si no fuese así ahora no sería el señor supremo de la Troljmia. -- Detestamos a tu maldito dios sanguinario.—fue la respuesta de Stimje. -- Vaya, así que al final has tenido el valor de abrir la boca. Lástima que pronto te la vaya a arrancar de cuajo, asqueroso e insignificante hereje. Acabemos con ellos de una vez. —fue la dura contestación de Seseljm, seguida de aquella clara petición de vía libre dirigida a Morgul. -- Normalmente suelo arrancar los ojos de mis enemigos para ahorrarles la vista de lo que les espera, pero ya que eres tan insolente, pequeña Miljana, a ti te los dejaré intactos para que puedas contemplar tu final.—fue la contestación de Morgul, mientras con un gesto indicaba a Seseljm que esperase. -- Sin embargo, antes de empezar quiero que me contestes a unas preguntas. ¿Sabes quien es el comandante flecha, vuestro líder hereje?. -- No lo sabemos, y aunque lo supiésemos no te lo diríamos.—fue la respuesta de Stimje. -- ¿Seguro que no lo sabéis?. -- Se dice que solo un par de sus lugartenientes más allegados saben quien es y nosotros no conocemos ni a nuestro comandante ni a sus lugartenientes. De hecho no conocemos a prácticamente nadie en la organización y lo mismo pasa con el resto de los miembros de base, simples soldados como nosotros. De ese modo, aunque nos capturen no podemos denunciarles aunque nuestra voluntad flaquease, que no va ha ser el caso.— contestó Miljana suave, pero desafiantemente. -- ¿Desde hace cuanto renegasteis de Dios para servir a la herejía Schinitza?. -- Hace diez años.—fue la respuesta de Miljana. -- ¿Porque lo hicisteis? 79 -- Porque nuestro sanguinario Dios no tiene nada bueno que ofrecernos, solo crueldad y sumisión. Ansiábamos algo mejor y cuando lo encontramos nos pusimos de su lado, aunque sabíamos perfectamente cual sería el precio si nos capturaban. -- En eso también te equivocas, Miljana, no tienes ni idea de lo que te espera, ni tu marido tampoco, pero pronto lo sabréis. Puedes comenzar, Seseljm. Y seguidamente Morgul se acercó a Miljana y la violó repetidas veces antes de comenzar el grueso de la sesión de tortura. Con ella comenzó directamente con el desollamiento, pero esta vez de una forma aún más lenta y dolorosa de lo que solía ser habitual en el, que ya es mucho decir, pues Morgul estaba torvamente decidido a hacerla sufrir lo máximo posible antes de morir, aunque eso le llevase más tiempo de lo habitual. Por ello, ha medida que la iba despellejando viva, iba mojando sus heridas con ácido lento, para aumentar aún más el dolor de la agonía. Mientras tanto Seseljm se encargaba de torturar a Stimje. En primer lugar le había arrancado los ojos para comérselos y después le cortó la lengua en trocitos pequeñitos, poco a poco, antes de arrancarle los dientes uno a uno y pasar seguidamente al desollamiento. De hecho, Stimje murió más de media hora antes que Miljana, pues Seseljm no suele ser tan “cuidadoso” en sus torturas como Morgul y sus victimas tienden por ello a “morírsele” antes que a Morgul. La lenta agonía de Miljana duró más de tres interminables horas, pero Morgul logró arrancarle un decepcionante número de gestos de dolor, pese a todo el celo que puso para conseguirlo. Miljana aguantó desafiante hasta el final y también Stimje, aunque en alguna menor medida, resistió con una entereza que les sorprendió. Tras acabar con ellos, o mejor dicho, “morírseles” a causa de sus sanguinarias torturas, Morgul y Seseljm se dieron una buena comilona con sus carnes para reponer fuerzas, antes de dedicarse a su, en comparación, aburrida e insulsa labor de gobierno. Respecto al hijo de Miljana y Stimje ordenó que lo sacasen discretamente del cuartel donde estaba y lo entregasen a los sacerdotes de Rileh, para ser sacrificado allí y que su sangre sirviese así de expiación ante Dios por los pecados de sus padres. Naturalmente su orden fue cumplida rápidamente, no en vano ahora era el amo de toda la Troljmia. En los días siguientes Morgul y Seseljm se dedicaron a traer para torturarlos hasta la muerte a todo aquel que, en su opinión, les hubiese faltado al respeto alguna vez. En 80 total, en una semana, torturaron personalmente hasta la muerte a más de veinte Trojolms de todo sexo, edad y condición. Con ello Seseljm terminó dándose por satisfecho, por lo que respecta a la venganza, pues ni siquiera entonces su sádica ansia sanguinaria se apagó y una vez agotada la excusa de la venganza, pasaron a la de la eliminación de terroristas, pues hasta el Momento 0 raro ha sido el día que no se han “divertido” un par de horas torturando hasta la muerte a algún miembro capturado del ejercito secreto o por lo menos, sospechoso de serlo. Sin embargo, Morgul aún ahora, en el Momento 0, tiene cuentas personales que ajustar, en su opinión, pero para su gran frustración no se atreve, pese a su poder absoluto, a proceder contra ellos. Se trata de sus padres y de su hermana. Sus padres seguían y siguen siendo simples campesinos, y su hermana, que durante la guerra sirvió de ayudante de campo de su patrona hasta su muerte en combate y seguidamente fue enviada de vuelta a la retaguardia el resto de la guerra para servir como funcionaria de bajo rango del departamento de administración de suministros alimenticios de Mantranacor. De hecho aún actualmente conserva ese puesto, pues Morgul no se atrevió a deponerla por temor a que Dios interpretase eso como una violación de su mandato, como enseguida explicaré. Morgul también ha “olvidado” todos los cariños y atenciones que sus padres le dedicaron y solo recordaba sus críticas y amargas recriminaciones. Hacía tiempo que se había hartado de ellos y de sus censuras constantes a su proceder. De hecho, desde que empezó la guerra y se despidió de ellos para marchar al frente, nunca más a vuelto hasta el Momento 0 ha visitar a sus padres ni a su hermana, y desde que accedió al poder ni siquiera se molesta en escribirles, y cuando recibía una carta suya la destruía despectivamente de inmediato sin leerla, por lo que ante la ausencia de respuesta hace tiempo que desistieron de intentar comunicarse con el. Sus padres y su hermana, en verdad estaban y están avergonzados de su bárbaro proceder, aunque desde su acceso al poder se han cuidado muy mucho de no mencionar la menor crítica hacía el, excepto entre ellos y en privado. De hecho desde la brutal tortura de Morgul a aquellos Capacs hacía tantos años, sus padres se habían dado cuenta de que su hijo era un sádico enfermizo y temieron haber caído en desagrado ante Dios por alguna razón, y por tanto decidieron no arriesgarse a tener más hijos, por temor a que saliesen como el, o aún peor. Ese es el motivo por el que Morgul solo tiene una hermana, cuando una pareja normal de la edad de los padres 81 de Morgul ya suelen haber tenido unos cuatro o cinco hijos. Afortunadamente Morgul no sabe eso, pues sus padres nunca se lo dijeron a nadie, ni siquiera a Sliva. El problema que Morgul encontraba es que en el libro de la verdad sabía que hay un pasaje que dice: -- Que nadie dañe a sus padres y a sus hermanos en ninguna forma y por ningún motivo, pues son sangre de su sangre y alma de su alma y quien los dañase deliberadamente en forma alguna será maldito ante Dios por siempre y toda su obra será deshecha y baldía por siempre jamás”. Aquel texto constituía un obstáculo formidable, pues Morgul, que es profundamente creyente, temía que si tocaba a sus padres o a su hermana en forma alguna Dios le abandonaría y todos sus grandiosos planes se derrumbarían, tal como advertía aquel texto. Por ello, Morgul se abstuvo de tocarlos o perjudicarlos en modo alguno, pese a su enfermizo deseo de venganza, pues decidió que amaba más a sus planes de poder absoluto más que a la venganza, por lo menos en este caso. De todas formas Morgul, aunque no se atrevió a tocarlos tampoco estaba dispuesto en absoluto a hacer nada por ayudarles, así que ninguno de los tres obtuvo la menor ventaja de que su tan cercano pariente fuese el amo de la Troljmia. El hecho, muy afortunado para ellos de no haber sido llamados a filas ninguno de los tres, se debe solamente al hecho de que el funcionario del departamento de distribución de recursos personales se encontró con que los informes que detallan su rendimiento laboral, anónimos, con el nombre sustituido por números, precisamente para evitar el favoritismo, son tan favorables que decidió que serían más útiles para el estado continuado con sus trabajos de funcionaria y productores de alimentos, que marchando al frente. después de todo alguien debía quedarse para hacerse cargo de la administración y de producir comida. Eso y solo eso salvó a sus padres y a su hermana hasta el Momento 0. 12. Una vez ajustadas todas sus cuentas hasta donde se atrevió, y salvando los habituales “divertimentos” torturando junto a Seseljm a algún desgraciado, tal como acabo de decir, se dedicó a centrarse en sus planes de expansión territorial y en aniquilar a todos 82 los que aún se oponían a su poder en el interior de la Troljmia, es decir, al fastidioso ejército secreto. Para ello procedió rápidamente a iniciar una frenética carrera de rearme, con el objetivo en mente de convertir a la Troljmia en la mayor potencia militar de todo Gacitaia. Para ello procedió a poner por sucesivos decretos del 1982 y 1983, centralizando toda la economía bajo un férreo control estatal, acabando con el amplio margen de autonomía que los cuatro reinos habían concedido en el campo de la economía y el comercio exterior a su población, lo que junto a su laxitud a la hora de autorizar ascensos en cantidad de una clase social a otra, explica en gran medida el gran crecimiento que tuvo la industria de todo tipo durante sus, la gran mayoría del tiempo, pacíficos gobiernos. A partir del ascenso al poder de Morgul la atención y los recursos fluirían y fluyen hasta el Momento 0 preferentemente hacia la industria de armamento, en detrimento de la de bienes de consumo. Eso sin embargo no supuso penurias importantes ni restricción de los bienes de consumo básicos, por lo menos hasta poco después de que empezase la guerra. Entonces, por decreto del 3 de marzo de 1988 ordenó establecer un rígido y estricto sistema de racionamiento en el que los soldados en el frente tienen prioridad y a medida que se alargaba y se hacía cada vez más costosa tanto en soldados como en material las raciones reservadas a la población civil de la Troljmia se fueron haciendo cada vez más escuálidas y actualmente, en el Momento 0, equivalen a solo unas tres cuartas partes de la ración mínima nutricionalmente necesaria para un trabajador con jornada de ocho horas, es decir, el hambre, aunque aún no muy aguda, empieza a hacerse sentir. Esa es, naturalmente, la situación de los ciudadanos, pues las raciones de los esclavos, tanto Trojolms como importados de los territorios conquistados, es aún más pequeña y aunque aún es lo bastante grande como para impedir las muertes por inanición, ya está muy cerca de ese límite dado el infernal ritmo de trabajo al que suelen estar sometidos habitualmente. Además de incrementar en varios miles de personas la casta militar por decreto de 2 de diciembre de 1983, seguidamente y por decreto del 14 de enero de 1984 procedió a un notable endurecimiento de las condiciones para ascender de clase social. Se aumentaron notablemente las penas a quien usase el soborno o contactos familiares para lograr el ascenso socias, dejo de admitirse de facto el que lograr un nuevo trabajo por vacante sirviese para lograr el cambio de clase social, prohibiendo toda clase de cambio de 83 trabajo sin autorización gubernamental y por tanto haciendo aún más rígido e inamovible el sistema de castas. Ya no se permitiría que las fuerzas del mercado impusiesen de facto cambios en los efectivos de las respectivas clases sociales, sino que ha partir de entonces el estado, con Morgul a su cabeza, dictaría donde trabajaría cada uno y cuando podía cambiar de trabajo y eventualmente de clase social. Posteriormente, por decreto de 26 de septiembre de 1987 se decretó que ha partir de entonces todo ascenso de clase social quedaría ligado ineludiblemente a méritos de guerra, incluso para ascender de una clase social civil a otra también civil y no solo para ascender a la clase militar como era norma en su caso. Ésta ley tenía como objetivo militarizar aún más a la sociedad y estimular la combatividad de los soldados en la ya inminente guerra. En cambio los casos de concesión gubernamental de cambio de clase social en ausencia de mérito militar se redujeron notablemente tanto legalmente como en la práctica. La guerra se convirtió, por tanto, más que nunca antes, en la única llave del ascenso social. Una de las primeras medidas estrictamente militares de Morgul fue la creación por decreto de 12 de marzo de 1983 de los “spetznaz” o comandos de aniquilación, una unidad de élite de 10.000 soldados dotado del más moderno armamento y sacado de entre los más sanguinarios soldados de los ejércitos Trojolms con la misión de dirigir la proyectada campaña de exterminio contra el ejército secreto y una vez iniciada la guerra, también como unidades de élite en combate y brazo ejecutor del exterminio de las “fatzias” conquistadas, una vez llegase el momento apropiado para ello. Estas unidades están asociadas a los ejércitos regulares, pero contando con mandos y organización propia. -- Quiero un cuerpo de elite del que solo puedan formar parte soldados entrenados meticulosamente en todas las tácticas de combate y aniquilación del enemigo. Gente capaz de violar a la hija de tres años de un enemigo, arrancarle los ojos, desollarla viva durante una hora y después degollarla para rematarla sin que en todo el proceso se les mueva un solo músculo de la cara como no sea para sonreírse.—le había dicho Morgul aquel mismo día en su reunión diaria con Seseljm en que trataron del tema. Es decir, Morgul se ponía a si mismo como ejemplo a seguir. Seguidamente, cuando le preguntó a Seseljm si sería capaz de encontrar 10.000 soldados con la dureza requerida, Seseljm contestó sonriéndose que si era necesario 84 podría reclutar cuatro veces más soldados de los que pedía con la condición requerida y la verdad es que no andaba muy desencaminado en su apreciación. -- No, por el momento con 10.000 es suficiente, pues es un número lo bastante grande para ser decisivo en los combates que nos esperan y lo bastante pequeño como para no tener que recurrir a combatientes de calidad técnica inferior para nutrir sus filas. Además, como justa recompensa por tu vital apoyo y tu demostrada fidelidad, quiero que seas tu quien los dirija personalmente en todos los aspectos tanto disciplinarios como organizativos. Tendrás plena autoridad sobre todos ellos y serán, por tanto, hechuras tuyas, no me inmiscuiré en su funcionamiento, te dejaré vía libre para que los formes y gobiernes como mejor entiendas que sea para nuestro beneficio—fue la respuesta y la oferta de Morgul, a lo que Seseljm naturalmente, acepto encantado, y pocos minutos después, tanto Morgul como Seseljm firmaban su orden de formación. Seguidamente, una vez formados y entrenados los lanzaron contra el ejercito secreto. Unos 7.000 Trojolms fueron exterminados desde la fundación de los “spetznaz” hasta el comienzo de la guerra en el marco de la guerra contra el ejército secreto y como consecuencia de ello sus actividades antigubernamentales se redujeron considerablemente. Sin embargo, pese a todos sus esfuerzos, no lograron extirpar al ejercito secreto de forma decisiva ni destruir a sus líderes principales, incluido el misterioso comandante flecha. De hecho Morgul como reconocimiento adicional a la amistad y probada lealtad de Seseljm le nombró oficialmente como su sucesor en caso de muerte o incapacidad suya por decreto de 24 de octubre de 1983, además del cargo que ya tenía desde el acceso al poder de Morgul de jefe del directorio general-militar o jefe del alto mando Trojolm, que ya le convertía en el segundo en la cadena de mando, cargo que conservó también hasta el Momento 0. Sin embargo, pese a los 17.000 muertos de la guerra de Schinn y a los más de 15.000 muertos en la represión política y militar posterior entre la toma de Mampang y el comienzo de la gran guerra Trojolm, el fuerte crecimiento de la natalidad impulsado por la prosperidad relativa, la paz y las medidas de apoyo a la familia de Morgul logró compensar durante los años de paz casi todas esas pérdidas, de forma que al comenzar la gran guerra Trojolm la población Trojolm era solo 4.000 personas menor que al comienzo de la guerra de Schinn. Es decir, unos 325.000 habitantes. Sin embargo una vez comenzada la guerra y sobre todo a medida que esta fue absorbiendo más personas 85 y recursos el índice de natalidad se desplomó casi hasta cero, de forma tan espectacular como había crecido durante los años de paz. Morgul tampoco descuidó desde luego las medidas para acabar con el arraigado espíritu de clan y tribu que había dado tarde o temprano al traste con todos los estados Trojolms unificados anteriores. Para ello procedió a desplazamientos masivos de población de un lugar a otro para dispersar territorialmente a las tribus y a prohibir los matrimonios dentro de una misma tribu, como era habitual hasta entonces, a partir del 7 de noviembre de 1983 se hizo obligatorio casarse con alguien de otra tribu distinta a la propia, para así favorecer su mezcla y anular su influencia sobre la sociedad Y mientras La Troljmia se fortalecía cada vez más, sus vecinos Arwandianos se veían inmersos en una cada vez más profunda y crónica crisis económica con sus secuelas de descenso de la producción, inflación galopante, aumento notable del paro y como consecuencia de todo ello aumento de popularidad de los movimientos políticos antidemocráticos, liderados por el “fascista” partido del poder nacional de Ular Besek. El levantamiento militar de Ular Besek el 5 de diciembre de 1986 y el consiguiente estallido de la guerra civil en Arwandia fue recibido, naturalmente, con alborozo por Morgul, pues significaba que su gran vecino del oeste se desangraría a si mismo, debilitándose y facilitando así su posterior conquista por sus ejércitos y el posterior exterminio de todos sus habitantes. casi de inmediato Morgul entró en tratos con Ular Besek, ofreciéndole proporcionarle armamento de todo tipo en gran cantidad y éste, que sabía que sin esa ayuda tenía todas las de perder, aceptó y en efecto pronto la ayuda militar Trojolm, siempre indirecta, se hizo cada vez más importante. Morgul deseaba que la guerra civil se prolongase el mayor tiempo posible y fuese lo más sangrienta y destructiva posible para así debilitar al máximo de su vecino y moduló la intensidad de su apoyo militar con ese objetivo, como se narra en el apartado de la guerra civil Arwandiana del libro “Gacitaia”. De hecho, aunque Ular Besek finalmente logró conquistar la capital, Galar Nirth y la mayor parte de Arwandia, la guerra civil aún prosigue en el Momento 0 en las montañas y zonas aledañas del noroeste del país, para mayor beneficio de Morgul. Con ello Morgul había dejado fuera de juego a uno de sus vecinos sin apenas coste en pérdida de soldados, aún antes de iniciar su gran campaña en el este. Así fue, pues finalmente, el gigantesco esfuerzo de rearme y modernización del ejército y la industria de armamento, dotándose con ello del más potente y moderno armamento, 86 le dio a Morgul la confianza suficiente para intentar hacer realidad sus ambiciones de agresión y conquista. El 7 de febrero de 1988 convocó a todos sus generales en una conferencia en Mantranacor para notificarles que había decidido lanzar su ofensiva general contra Urlitas y Unioides el 26 de febrero de ese mismo año y les mostró su intención de iniciar inmediatamente después la invasión y destrucción total del odiado reino de Kakabad. En esta conferencia, llevado de su confianza en su nuevo y potente ejército y de su enfermizo odio contra los Trojolms les reveló que el objetivo de la ofensiva contra Kakabad era el exterminio total de todos sus habitantes y en esto cometió un error fatal, pues uno de los ayudantes del general Nejen era miembro del ejército secreto y logró hacerse con un original de la directiva que reconocía sus propósitos de exterminio sobre los Kigians. rápidamente el comandante flecha, que había estado informando puntualmente pero en vano a sus vecinos de los objetivos belicosos y agresivos de Morgul, dio orden de enviar dicho documento a Kakabad y entregárselo a sus servicios secretos. La arriesgada misión fue llevada a cabo con éxito y el 3 de marzo de 1988, apenas iniciada la guerra contra Urlitas y Unioides, el contenido de la directiva fue hecha pública en todos los periódicos de Kakabad. Su población y sus gobernantes, al enterarse del destino que les preparaban, decidieron torvamente que si iban a ser exterminados, por lo menos se llevarían con ellos al mayor número posible de Trojolms en el proceso y se prepararon febrilmente a aumentar sus ya formidables defensas y prepararse para una guerra a muerte, hasta la última bala y el último soldado. Tras esto, toda posibilidad de una rendición “razonable” de Kakabad se hizo imposible, solo quedaría una lucha hasta el fin. Ese fue el mayor éxito propagandístico del ejército secreto, el que tuvo más consecuencias en el posterior curso de la guerra. Por lo que respecta a la guerra propiamente dicha, la campaña contra el ejército Urlita de Geniber se desarrolló en general, pese a algún retraso en el calendario previsto y la intervención en su ayuda del vecino reino Urlita de Sajoo, a pleno gusto de Morgul y su estado mayor. A partir de entonces Morgul perdió gran parte de su interés por ese frente, que pasó a considerar secundario en comparación con su gran sueño, la conquista y destrucción del reino de Kakabad, para después poder extender su campaña de exterminio en las carnes de la población Kigian del reino de Tirgu Mures, aún más al este, y para hacer todo ello, que era y es su máxima prioridad, era imprescindible conquistar primero la Unioidia, pues esta en medio de su camino. Ciertamente solo 87 algún duro revés sufrido en el frente Urlita llamó temporalmente su atención sobre el, como el revés de la batalla de Geter, castigado duramente en las carnes de los ya indefensos prisioneros de guerra, como la ejecución ordenada por un Morgul furioso, de unos 8.000 soldados Urlitas recién capturados para vengarse de la humillante derrota del paso de Geter el 22 de agosto de 1988 y con el propósito adicional de quebrar su voluntad de resistencia mediante aquel castigo ejemplar, aunque naturalmente los resultados fueron los opuestos. Los Urlitas de Sajoo endurecieron aún más su voluntad de resistencia. Sin embargo pese a su dureza la guerra en el frente Urlita fue y es una guerra con reglas. Ninguno de los contendientes uso armas químicas en dicho frente y los prisioneros Urlitas, salvo excepciones espectaculares como la ya mencionada, generalmente veían respetadas sus vidas, algunos para ser enviados como esclavos a la Troljmia para servir como mano de obra barata que contribuyese a la economía y al esfuerzo de guerra Trojolm en las minas o en el campo, pero nunca en industrias por el temor de Morgul a sabotajes o a connivencias con el ejército secreto, o bien, opción preferida, “liberados” oficialmente, pero obligados extraoficialmente a trabajar con el mismo propósito en las fábricas de armamento de los territorios conquistados. El mismo esquema se sigue también con los prisioneros Unioides, aunque allí después del asedio y destrucción de Kutiara las ejecuciones de prisioneros aumentaron bastante en número. Los futuros planes de exterminio de Morgul sobre ambas “fatzias” y a la lago plazo de todas las demás, solo son conocidos por el mismo y por Seseljm. Fue por tanto, el frente Unioide el que más atención y también frustraciones produjo en Morgul y su estado mayor y por tanto su dirección fue encomendada a Seseljm en persona. Allí la lucha fue mucho más dura que en la Urlitia, pues los Unoiodes se defendían con gran fuerza y los Trojolms tenían que conquistar sus numerosas y potentes fortalezas en costosos y sangrientos asaltos cuerpo a cuerpo. Sin embargo al principio Morgul se contuvo con la esperanza y ordenó a sus tropas respetar las reglas de la guerra con la esperanza de que se produjese un colapso del frente enemigo. Ante esta situación y cuando la capital Unioide de Kutiara ya había sido cercada, Morgul ordenó a Seseljm por orden del 13 de septiembre de 1988 no intentar tomarla al asalto ni tampoco al resto de las fortalezas Unioides que seguían resistiendo, sino mediante bombardeos en masa con su armamento más destructivo, incluidas las armas químicas. 88 El despiadado bombardeo a Kutiara que siguió hasta su caída concluyó con el exterminio del 70 % de su población. Sin embargo tampoco eso quebró la resistencia de los ejércitos Unioides hasta que finalmente sus posiciones fueron conquistadas y lo que quedó del ejercito Unioide se retiró a Kakabad, los cuales les habían estado apoyando tanto en soldados como en armamento, aunque sin entrar oficialmente en guerra. Solo entonces pudo Morgul centrarse en su gran sueño, la aniquilación de la “fatzia” de los Kigians, cuyo primer e imprescindible paso era la conquista de su gran ciudad fortificada de Kakabad. Para entonces, para gran satisfacción de Morgul hacía tiempo que su política de alianzas de retaguardia había comenzado a dar sus frutos. Ahora Morgul disponía de decenas de miles de soldados Jiaks para contribuir a sus campañas como carne de cañón y sucesivamente con la alianza, aunque sin colaboración efectiva dada la distancia entre ellos, de los Shelks, de la facción de “los señores de los Dragones” de la península de Kerm y por el último, la de los Titelles. Ante la enorme potencia de las fortificaciones que rodean y defienden Kakabad algunos de sus consejeros le recomendaron a Morgul repetir la táctica que tan buenos resultados le había proporcionado en Mampang, limitarse a cercar la ciudad herméticamente y, en este caso, también bombardearla por aire y esperar a que muriesen todos de hambre. La táctica, naturalmente, sería lenta, pero segura, argüían estos. Sin embargo Morgul no quiso saber nada de eso, estaba ansioso, terriblemente ansioso de cumplir finalmente la profecía final del libro de la verdad y para ello lo más rápido y en su opinión lo más “glorioso” y “apropiado” era tomarla al asalto sin importar las pérdidas que sufriesen en el proceso y esas fueron las ordenes que dio a Seseljm, que nuevamente sería el encargado de dirigir personalmente la campaña, bautizada confiada y pomposamente, como “omnipotencia divina”. Los Kakabadianos, sin dejarse amedrentar por el enorme ejercito movilizado contra ellos, les amenazaron por boca de su comandante de estado mayor, general Gorog, con que las murallas de Kakabad serían la tumba de todos ellos y la verdad es que, aunque exagerada la expresión, los hechos demostraron que sería la tumba, sino de todos, si la de decenas de miles de ellos. Para Morgul si la campaña Unioide ya le había arruinado mas de una noche de sueño, la de Kakabad resultó ser una verdadera pesadilla. Ante la potencia de las fortificaciones Kakabadianas y su fanática resistencia los avances de sus ejércitos fueron desesperadamente lentos y las bajas alarmantemente altas y hubiesen sido muchísimas 89 más si no fuese por el hecho de disponer ahora de decenas de miles de soldados Jiaks para usarlos como carne de cañón enviándolos en vanguardia a los frentes más peligrosos. Con el tiempo estas se hicieron más abultadas que en batalla alguna librada con anterioridad en cualquier parte de Gacitaia. El recurso de los Trojolms a las armas químicas tampoco produjo apenas efectos, ni entre los defensores ni entre su población civil, pues ya se lo esperaban y los refugios de los civiles en el interior de la ciudad están meticulosamente sellados herméticamente para impedir entrar al gas venenoso y sus soldados están dotados todos de trajes anteguerra química y de hecho combatían con ellos puestos desde el comienzo de la batalla, mucho antes de que los Trojolms las usasen efectivamente. A medida que pasaban los meses con avances lentísimos y a un coste enorme empezaron a circular todo tipo de chistes macabros entre los soldados Trojolms, signo seguro de que la moral y la confianza en la victoria empezaban a declinar. Por ejemplo se hizo habitual que cuando un soldado del frente regalaba o prestaba algo a un compañero este respondiese: -- Se práctico, regálame un ataúd. También se burlan acremente del nombre oficial de la campaña, dicen que es un nombre muy apropiado, pues participar en dicha campaña era la forma más rápida de reunirse rápidamente con Dios en el paraíso. También decían que Gorog, el general en jefe de los Kakabadianos, era una persona de palabra, en referencia a su amenaza de que morirían todos ante las murallas de Kakabad. Seseljm sabía todo esto, pero no podía hacer nada, pues si procedía a castigar adecuadamente a quienes hacían esas gracias de mal gusto, por no decir, abiertamente derrotistas, tendría que prescindir de más de la mitad de su ejército. Respecto a una posible ayuda por parte de los Kigians de Tirgu Mures, Morgul no estaba muy preocupado por esa posibilidad, pues contaba con que los Uigures que compartían la ciudad y el poder en el reino con ellos no se avendrían a permitirlo. De hecho Morgul contaba con los Uigures de Tirgu Mures como posibles aliados y colaboradores en el exterminio de los Kigians de dicho reino y para aumentar las posibilidades de que eso sucediese procedió a financiar generosamente con dinero a los Uigures contrarios a la convivencia pacifica con los Kigians, agrupados en el partido nacional Uigur intransigente de Baztog, ya desde antes de lanzar su ofensiva sobre Kakabad. 90 Por desgracia para el los espías del ejército secreto se enteraron de esta maniobra e informaron de ella a las autoridades tanto Uigures como Kigians del reino y eso supuso un gran golpe propagandístico para los seguidores de Baztog, que pasaron a ser llamados popularmente, “los comprados” y los “mercenarios”. Naturalmente los Kigians de Tirgu Mures deseaban casi unánimemente ayudar a los Kakabadianos, pero no se atrevían a hacerlo sin el apoyo de sus convecinos Uigures, por temor a romper el tan costosa y recientemente logrado acuerdo de convivencia y reparto pacifico y democrático del poder entre ellos. Por su parte, la mayoría de los Uigures temía cada vez más la presencia de un ejército Trojolm en sus fronteras y admiraba cada vez más la heroica resistencia ofrecida por los Kakabadianos, por lo que la popularidad entre ellos de intervenir al lado de estos contra los Trojolms fue ganando cada vez más terreno, hasta terminar decidiendo finalmente a sus autoridades por dicha opción. No contentos con ello solicitaron la ayuda del reino Uigur vecino de Ka-Lin y tras algunas dudas por su parte la obtuvieron. En el consejo secreto celebrado en Tirgu Mures el 28 de julio de 1990 se tomó la decisión final de entrar aliados en guerra contra los Trojolms y dar el mando como comandante en jefe del ejército expedicionario al general Uigur de Tirgu Mures, Yvar Tomanza, que pronto demostraría estar a la altura de la tarea. Durante todo el mes de agosto los ejércitos aliados fueron concentrándose con el mayor sigilo posible en los bosques y colinas situadas al este del paso de Bej. Para ello avanzaban por caminos rurales apenas transitados y ocultaban a sus soldados y su gran concentración de material, pues la sorpresa en el ataque era vital para su éxito. Finalmente, el 8 de septiembre de 1990 se produjo la gran ofensiva, 40.000 soldados aliados contra los más de 60.000 Trojolms concentrados para entonces en el cerco de Kakabad. Pese a su desventaja numérica los aliados contaban con el factor sorpresa, con el apoyo de los sitiados Kakabadianos, con que eran tropas frescas mientras los Trojolms están cansados por más de un año de asedio y que contaban con un nuevo arma, los Tuviej, 60 lanzacohetes múltiples autopropulsados capaces de lanzar 20 cohetes en una sola salva con un alcance de 20 kilómetros, una potencia de fuego superior a la de cualquier arma Trojolm. Con todos esos factores de su lado los aliados lograron conquistar rápidamente y por sorpresa el paso de Bej e irrumpir en el valle de Kakabad. Cuando Morgul se enteró de la noticia se puso lívido y estalló en un inaudito ataque de furia en medio de todo el consejo de guerra. 91 -- ¡¿Como es posible, como es que nadie me advirtió de esto?!. ¡Y encima me informan de que nuestras tropas retroceden ante el nuevo enemigo! ¡¿Que es esto, que ha sido del vigor y valor Trojolms?!. ¡¿He de creer acaso que mis tropas ya no están a la altura de la tarea, pues hasta los “Spetznaz” retroceden?!. ¡¿Es que mis soldados se han confabulado para ponerme en ridículo ante todo el mundo?!—y entonces se puso a llorar de amargura delante de todo el estado mayor. Hasta entonces en ocasiones había estallado en cólera o mostrado su amargura por los reveses de la guerra, pero nunca le habían visto ponerse de esta forma. Sin embargo tras menos de medio minuto de expectante silencio se sobrepuso y empezó a tomar decisiones. -- Que envíen todas las tropas de reserva hacia Kakabad, todas las tropas de Arwandia, toda la primera división, la mitad de las tropas que asedian Sajoo y todas las guarniciones de los territorios conquistados y en la propia Troljmia que no sean totalmente imprescindibles.—seguidamente Morgul menciono el monto de las tropas que consideraba imprescindibles en cada sector. La guerra de Kakabad debe tener la máxima prioridad. Debemos reunir y enviar un numero de tropas similar, o a ser posible superior al que se ha unido al enemigo en Kakabad. Espero que todos sean conscientes de que si no logramos destruir a este nuevo ejército, y dijo destruir, no solamente rechazar momentáneamente, deberemos dar por perdida la guerra. Señores, soy consciente de que con esta ultima leva que estoy ordenando, nuestra posición en el resto de los frentes, en todos los territorios ocupados y en nuestra propia patria se vuelve sumamente comprometida. Sencillamente estas que envió ahora a Kakabad son nuestras últimas reservas. Si los refuerzos que enviamos a Kakabad no logran la victoria sobre nuestros nuevos enemigos rápidamente, todos los pueblos sometidos y el mismo ejército secreto en nuestro propio corazón se crecerán contra nosotros. El general Magín movió la cabeza visiblemente preocupado. -- Estas medidas suponen dejar en toda la frontera sur con la Rulia menos de 5.000 soldados en más de 200 kilómetros de frontera. ¿Que sucederá entonces si deciden entrar en guerra contra nosotros, con que los detendríamos?. Esas medidas suponen dejar menos de 15.000 soldados en toda la Troljmia para combatir al ejército secreto, que cuenta con varios miles de rebeldes en las montañas y traidores emboscados en nuestras ciudades, incluso aquí, en Mantranacor. -- Soy tan consciente de ello como usted, pero desgraciadamente no tenemos otra opción. En Kakabad tenemos ahora unos 60.000 soldados y aún así retroceden contra un 92 enemigo inferior en número. Si ese ejército es destruido o forzado a retirarse será el fin de toda esperanza de ganar la guerra. La decisión de quien se alzará con la victoria se decide exclusivamente allí. Por tanto no nos queda otra opción que enviar todas nuestras reservas hacia allí para evitar nuestra derrota allí. envió otros 30.000 soldados, casi tantos como el nuevo ejército enemigo, confío en que eso sea suficiente para destruir rápidamente a nuestro enemigo. Si vencemos allí rápidamente, podremos enviar de vuelta a donde sea necesario las tropas que ahora enviamos para combatir al resto de nuestros enemigos. Si no vencemos rápidamente, o aún peor, perdemos esta batalla, nos saldrán enemigos por todas partes y ya no nos quedaran fuerzas para evitar nuestra derrota. A llegado el momento decisivo y espero que todos ustedes y el pueblo Trojolm al completo sean conscientes de ello. Necesito una victoria rápida contra el nuevo ejército, pues ese ejército es la ultima esperanza de los Kigians y del resto de nuestros enemigos. Con eso Morgul dio por concluida la conferencia de urgencia y seguidamente se retiró a su despacho para telefonear y enviarle las instrucciones adecuadas a Seseljm, su único amigo, el que había estado aguantando todas las amarguras de aquella campaña sobre el mismo terreno, el único capaz, estaba seguro de ello, de dar la vuelta a su comprometida situación. 13. ¿Pero mientras tanto, cual era la situación en la sitiada Kakabad?. En el momento en que los aliados lanzaron su ofensiva la casi totalidad de la ciudad, excepto los alrededores de la torre de Arengún estaba ya en ruinas por los continuos bombardeos, pero pese a que los Kigians de Kakabad habían perdido mas de 70.000 personas entre militares y civiles, aún queda dentro una población de unos 190.000 habitantes, es decir, pese a las pesadas pérdidas sufridas aún les quedaban reservas tanto personales como materiales. Pese a ello entre sus soldados podían oírse el mismo tipo de chistes macabros sobre su futuro que entre sus enemigos. Sin embargo, tal vez para sorpresa del lector, el número de defensores nunca fue abrumadoramente alto. Al comienzo de la guerra “solo” unos 45.000 soldados protegían las fortificaciones de la ciudad, aparte de algunos millares más de soldados Unioides allí refugiados, en los llamados anillos exteriores, dos de los cuales ya habían sido completamente conquistados para el 8 de septiembre de 1990 por los Trojolms, tras más de un año de sangrienta lucha casi 93 incesante en la que los Trojolms no hacían prisioneros y los Kigians luchaban sin cuartel hasta la muerte por muy malheridos que estuviesen. En el momento de la ofensiva aliada el número de defensores seguía siendo de casi 44.000 soldados. Además, si alguien relee ahora la descripción de la “fatzia” de los Trojolms en mi libro “Gacitaia” verá allí que digo que los Trojolms poseen el ejército más numeroso de Gacitaia tanto en números absolutos como en proporción a su población total. Estando luchando los Kakabadianos por su supervivencia, ¿como es posible todo eso?, se preguntará tal vez algún lector avisado. ¿No sería de esperar que en esas condiciones luchasen absolutamente todos los capaces de portar un arma desde los niños a los ancianos, en vez de solo el ejército regular?. El motivo de esto obedece a la hábil estrategia diseñada por Gorog, jefe de estado mayor de los ejércitos Kakabadianos junto con el general, Peske representando al ejército Unioide en el exilio de Kakabad. Gorog sencillamente no estaba dispuesto a quemar todos sus recursos en la batalla inicial, pues sabía que esta batalla sería y es en gran parte un duelo de resistencia, una guerra de desgaste. Por ello solo movilizo a los soldados del ejército regular necesario para defender apropiadamente los tres anillos exteriores, cuya función era la de desgastar al enemigo y ganar tiempo, pues las defensas realmente fuertes y donde se libraría la batalla decisiva sería en el anillo interno, en y bajo la muralla de Kakabad, y aún más allá, en la enorme red de galerías subterráneas que perforan el subsuelo bajo la ciudad y donde han trasladado toda su población, sus reservas de agua y alimentos, su industria y todos sus tesoros artísticos transportables, e incluso así les sobra espacio para albergar verdaderos aeródromos y aparcamientos de tanques profundamente bajo tierra, más allá del alcance de la mayoría de los proyectiles enemigos, y desde donde salen a través de grandes puertas correderas blindadas en incursiones sorpresivas para volver a refugiarse nuevamente cuando llega el contragolpe Trojolm. Esta es una verdadera batalla en todos los frentes, pues no solo se lucha en el aire y en tierra, sino también bajo tierra, pues los Trojolms intentan avanzar por la red de galerías subterráneas naturales intentando llegar hasta Kakabad por esa vía, aunque la verdad no con más éxito ni facilidades que por la superficie. Por ello en la lucha en los anillos exteriores solo había ido enviando las fuerzas imprescindibles para mantener el número de combatientes fijado, y por tanto el vigor de 94 la defensa. Todos ellos eran adultos hembras y machos perfectamente entrenados y motivados para la lucha. El resto de la población no armada, la amplia mayoría, colabora en la lucha trabajando en las fábricas subterráneas de armamento o curando a los heridos. Por tanto el grado de militarización entre los Trojolms es mayor que entre los Kakabadianos, pero con la importantísima diferencia de que estos están concentrados en un espacio bastante reducido y bien protegidos, mientras los Trojolms tienen que mantener el control de un extenso territorio, lo que les obliga a dispersar sus fuerzas. La movilización total para la lucha de todos los capaces de portar armas la dejaba para cuando llegase la batalla decisiva en su principal baluarte de resistencia, momento que nunca llegó, pues la ofensiva aliada les obligó a cesar su presión sobre la ciudad cuando se combatía en el tercero y más interno de los anillos exteriores. Precisamente justo dos días antes de la ofensiva aliada los Trojolms recién lograron abrir brecha en esa última línea exterior de defensa y establecer una cabeza de puente que llegaba hasta la muralla, pero no era más que eso, una cabeza de puente delgada y demasiado precaria para plantearse aún atacar desde ella la línea principal interna de defensa. Primero tendrían que conquistar toda, o por lo menor, una porción importante de la última línea externa de defensa, pero ya no tendrían ocasión de hacerlo. La ofensiva aliada les sorprendió gratamente, pues no se la esperaban, ya que los aliados no habían intentado advertirles por miedo a que el mensaje fuese interceptado y descifrado por los Trojolms. Tras la primera y sorpresiva embestida aliada, los Jiaks que cubrían ese flanco huyeron en desbandada y las tropas Trojolms de la zona se vieron también obligadas a retroceder. Sin embargo Seseljm reaccionó rápidamente y con habilidad, tapando las brechas y estabilizando un nuevo frente provisional a unos tres kilómetros al oeste del paso de Bej. El caso es que entre los días 8 a al 15 de septiembre de 1990 en el este del valle de Kakabad se mantenía una intensa lucha indecisa en la que los aliados intentaban romper el cerco sobre Kakabad y los sorprendidos pero bien dirigidos Trojolms intentaban rechazarlos al otro lado del paso de Bej. Aprovechando esa situación entre los días 14 y 15 de septiembre los Kakabadianos cercados lanzan una contraofensiva y proceden a acabar con la cabeza de puente ya mencionada y a recuperar las escasas posiciones perdidas en el último anillo externo de defensa. Operación llevada a cabo con éxito, pues las fuerzas Trojolms ya estaban 95 suficientemente ocupadas en la lucha contra los aliados, que a partir de entonces pasó a tener prioridad. Morgul prohibió a Seseljm realizar cualquier retirada que no fuese motivada por pura necesidad, nada pues, de retiradas tácticas y de todas formas Seseljm tampoco es partidaria de ellas. El mismo día 15 de septiembre los aliados, tras estar algunos días a la defensiva consolidando posiciones, se lanzan a una nueva ofensiva contra las líneas Trojolms y lentamente los van expulsando del este del valle hasta que finalmente el 3 de octubre de 1990 el cerco a Kakabad queda momentáneamente roto. Sin embargo, no pudieron mantenerse allí, pues las tropas Trojolms, reforzadas por todos los refuerzos recibidos en el último mes y reorganizado por el enérgico mando de Seseljm, que no es precisamente mal general, aunque tampoco sea precisamente genial, los Trojolms se lanzan a la contraofensiva el 8 de octubre. Tomanza, el general en jefe aliado prefirió no arriesgarse, pues juzgaba que dada la potencia del contraataque sus tropas estaban ya demasiado dispersas. Por ello procedió prudente, pero sabiamente a un repliegue táctico para atrincherarse ordenadamente en el noreste del valle de Kakabad, desde el paso de Bej hasta el cerro Urim, operación completada el día 9 de octubre de 1990, solo nueve días antes del Momento 0. Animado notablemente por la retirada aliada, Seseljm procedió a continuar con su ofensiva general con el propósito de tomar el paso de Bej y así embolsar a los aliados entre las montañas y sus tropas. Con ese propósito procedió a lanzar en una gran oleada todas sus fuerzas blindadas seguidos por un masivo desligue de infantería. Si lo lograba el ejército aliado estaría condenado a la destrucción. Con ese propósito procedió a lanzar en una masiva oleada todas sus fuerzas blindadas, más de 800 carros de combate, seguido de un masivo ataque con su infantería, con los “spetznaz” supervivientes en vanguardia. Sin embargo, Tomanza, previendo eso, había concentrado todos sus lanzacohetes Tuviej justo enfrente del paso, al igual que todos sus carros de combate y el grueso de su artillería e infantería. Del 8 al 11 de enero sus fuerzas se lanzaron contra sus enemigos, para ser diezmadas por las devastadoras salvas de los Tuviej, mientras los Kakabadianos de nuevo cercados completamente se lanzaron a realizar sucesivas ofensivas en torno a sus sitiadores con el propósito de aliviar la presión sobre sus nuevos aliados, poniendo en juego sus cerca de 400 tanques y millares de piezas de artillería. 96 Tras una pausa para tomar aliento, Seseljm volvió a intentarlo de nuevo el 13 de octubre, pero esta vez por el sector del monte Urim, que contaba con que estaría peor defendido. Se equivocaba, y tras casi cinco días de intensísimos combates se vio obligado a suspender la ofensiva a las 3 horas de Tiempo Universal del 18 de octubre del 1990, ante las pérdidas sufridas y el agotamiento de sus soldados, incluidos los refuerzos traídos recientemente. En la batalla había perdido casi 200 carros de combate y 7.000 muertos contra 84 carros de combate y 4.900 muertos del enemigo, sin haber logrado avanzar ni un solo metro. Es decir, había sufrido una grave derrota, en definitiva Durante todo ese tiempo Morgul había permanecido expectante a la espera de los sucesivos informes de su único amigo y su humor naturalmente iba oscilando conforme fuesen los vaivenes de los combates. Por ello cuando aquel 18 de octubre recibió una hora antes del Momento 0 el informe manuscrito de puño y letra de Seseljm traído a toda velocidad por el mensajero habitual y junto con el las noticias por la central lumicon de la ciudad justo antes de cortarse toda comunicación, de un asalto a gran escala del ejército secreto a la ciudad de Starvad, sintió que el suelo vacilaba bajo sus pies. ¿podría su respetado amigo, el único a quien respetaba realmente, volver la vuelta a la situación en una nueva y fulgurante ofensiva?. ¿Cuando lograrían acabar de una vez con ese cada vez más irritante ejército secreto y su misterioso comandante flecha?. Morgul ya no estaba seguro y esas dudas le carcomían por dentro. Ya no se sentía seguro de si mismo como al principio de la guerra, cuando creía que bastarían tres meses de combates para conquistar Kakabad por completo. Pues bien, los hechos son que en lo que va de guerra su ejército había sufrido unas 52.000 muertes y raro es el soldado en todos sus ejércitos que no hubiese sido herido, no una, sino varias veces, y de todos esos muertos que socavan decisivamente la demografía y la economía de la Troljmia, unos 28.000, es decir, más de la mitad del total, habían muerto en los campos de batalla de Kakabad. Desde el comienzo de la lucha por Kakabad su salud y su vigor emocional se habían debilitado visiblemente. Pese a su juventud según patrones Trojolms ya le había salido una úlcera en el estomago y tenía constantes insomnios y ataques de ansiedad que le obligan a tomar fuertes dosis de sedantes y todo por culpa del estrés asociado a las frustraciones de la campaña Kakabadiana. Ni siquiera las casi diarias practicas de 97 tortura le distraían ya más que en el tiempo que las estaba realizando, en cuanto terminaba la ansiedad volvía a invadirle. Por ello, tras recibir esas noticias, agotado, como tantos días últimamente por la tensión de la espera y las malas noticias, decidió irse a dormir. Pese a lo que temía estaba tan agotado que se durmió en seguida y el Momento 0 le sorprendió en pleno sueño. Tomanza, decidió, sonriendo con satisfacción al observar ese día el campo de batalla que había llegado la hora de pasar a la contraofensiva. El objetivo es penetrar en cuña hasta romper el cerco de Kakabad nuevamente y en conjunción con los Kakabadianos nuevamente sitiados pero con la moral más alta que nunca, continuar la penetración hasta llegar al paso de Angerime, al sudoeste del valle de Kakabad. Si lo lograba, los embolsados y condenados a la destrucción serían los agotados y relativamente desmoralizados 80.000 soldados Trojolms supervivientes de las batallas de más de un año. Sin embargo nos hemos quedado sin ver el resultado, pues el Momento 0 llegó deteniéndolo todo durante aquella pausa en el combate, unas cinco horas antes de la fecha fijada por Tomanza para su gran ofensiva. Para enterarnos del resultado tendremos que esperar al 8 de agosto del 2070 cuando Hanigalbat y los suyos logren volver a poner en marcha en tiempo en Gacitaia. En fin, que se le va a hacer. En ese preciso y decisivo momento Tomanza estaba reunido con su estado mayor estudiando la situación con vistas a la inminente ofensiva en una pequeña cabaña de campesinos abandonada hecha de piedra sin desbastar y tejado de madera situada en la ladera noreste del monte Urim, que usa de improvisada sede de comando. Mientras tanto, Seseljm, que pese a haber estado desde el comienzo del asedio a Kakabad hace casi año y medio en el teatro de los acontecimientos sin abandonarlo ni un solo momento, esta bastante mejor física y emocionalmente que su señor, aunque el cansancio y el estrés también han hecho mella en el. En el Momento 0 esta también echando una siesta en su tienda de campaña, pues es la hora de dormir, según el patrón típico de sueño-vigilia que poseen los Trojolms. 14. 98 Sliva, la única hermana de Morgul, mientras tanto esta despierta en su apartamento cerca del centro de Mantranacor, con vistas algo lejanas a parte del palacio de Mantranacor donde esta durmiendo su hermano. Sin embargo ella aún no se ha echado a dormir, pues espera noticias urgentes, no por telégrafo o teléfono como se hacía de un lado a otro de Eriador hasta que empezó la guerra, pues desde entonces los constantes ataques guerrilleros de la resistencia anti-Morgul tanto en los territorios ocupados como en la misma Troljmia hacen que ese medio de comunicación este interrumpiéndose constantemente y los mismo pasa con los “lumicones”, las estaciones repetidoras de señales luminosas que son el único medio de comunicación rápida inalámbrica. De todas formas ella no podría usar esos medios de comunicación aunque funcionasen bien para recibir esas noticias que tanto espera y dar las ordenes correspondientes, pues todos ellos están habitualmente “pinchados” por los espías y agentes del régimen. En apariencia Sliva es solo una modesta funcionaria del departamento de asignación de recursos de la sección de la capital, es decir, de Mantranacor, donde vive y trabaja habitualmente. Esta felizmente casada desde hace tres años con Uliargah, de 32 años y director de la fabrica Stazan, una pequeña fábrica de metalurgia situado a las afueras de Mantranacor que fabricaba componentes para motores en tiempos de paz y que ahora se dedica en exclusiva a fabricar componentes mecánicos para los motores de los carros de combate y otros vehículos militares de transporte pesado. El también estas en casa, pues en teoría a esa hora la mayor parte de los civiles están durmiendo. Ellos no, se limitan a esperar sentados en torno a una mesa las noticias que les ha de traer en persona un viejo amigo de Uliargah, que les suele visitar con frecuencia. En realidad ambos esperan noticias de una operación de gran envergadura decidida hacía varias semanas antes, en una reunión en la casa de otro viejo amigo, concretamente desde el 23 de septiembre de 1990, cuando las noticias sobre la irrupción en el valle de Kakabad de un nuevo ejército enemigo y la declaración de guerra a la Troljmia por parte de los reinos democráticos de Tirgu Mures y Ka-Lin ya era sabida por todos, por mucho que la propaganda oficial hiciese lo posible por endulzar la situación. Tampoco ellos habían sido avisados con antelación de aquella intervención y comprendían y compartían los motivos de seguridad que les habían llevado a ello, a pesar de que su organización les hubiese proporcionado numerosa información valiosa, 99 por no decir vital, a ellos y al resto de las ya víctimas consumadas de la brutal agresión del régimen de Morgul. En cuanto se confirmó la noticia de la entrada de Tirgu Mures y Ka-.Lin en guerra contra el régimen de Morgul, Sliva supo que había llegado la hora de dar un cambio cualitativo a su estrategia, pues sabía que si los ejércitos Trojolms eran derrotados en Kakabad sería el principio de la cuesta de la derrota para el régimen dictatorial de Morgul. Esa expectativa la alegraba y la preocupaba a la vez. La alegraba que aquel pueblo que tanto había sufrido y las demás “fatzias” sometidas al yugo de Morgul pudiesen librarse de sus cadenas y colaborar con ellos en la aniquilación del brutal régimen del sádico enloquecido de su hermano. Por otro lado temía las consecuencias que la derrota de la Troljmia en esta guerra podía traer en el sentido de matanzas de represalia, brutal bombardeo de ciudades, arrasamiento de las industrias y finalmente una dura y humillante ocupación militar por unos vecinos ansiosos de venganza. Toda su vida la había dedicado al servicio de su “Fatzia”, a intentar evitarle sufrimientos. Desde que se convirtió al ideal democrático a los 17 años, hasta su ingreso en el ejército secreto desde el mismo momento de su fundación, ascendiendo puestos gracias a su carisma y abnegada labor, hasta su ascenso a la suprema responsabilidad de dirigir la resistencia tras la desgraciada muerte de Schinn y hasta el mismo Momento 0. Quería ahorrar todo ese sufrimiento a su pueblo y la única forma de lograrlo era acabar con el régimen de Morgul antes de que la derrota de los ejércitos Trojolms se hiciese evidente e irreversible y los airados aliados liberados del yugo de Morgul exigiesen venganza y no quisiesen saber nada de negociar con un nuevo gobierno demócrata un tratado de paz razonable. Sin embargo, siendo realistas, sabía que sus posibilidades de lograr tan derrocamiento del régimen en un futuro cercano eran prácticamente nulas. Aunque las privaciones de la guerra y la abultada cuota de muertos había aumentado mucho la impopularidad del régimen de Morgul y les había permitido casi triplicar con los nuevos descontentos los efectivos de sus filas del justo antes del comienzo de la guerra, Sliva y su marido saben que aún son demasiado débiles para derrocar al régimen. Por el momento todo lo que habían podido hacer era hostigar a aquel régimen implacable. Era hora, por tanto, ahora que la marea de la guerra parecía que empezaba a cambiar, de que el ejército secreto que ella lidera bajo el nombre supuesto de comandante flecha diese un paso más en su hostigamiento al régimen. 100 Era vital que su ejército realizase una operación espectacular, algo que llamase la atención de los aliados y las “fatzias” sometidas por Morgul sobre ellos, que señalase claramente que son más que nunca una fuerza a tener en cuenta, y les mostrase por tanto la conveniencia de negociar y establecer con ellos desde ya un tratado de paz jurídicamente vinculante que garantizase un futuro lo más llevadero posible para su pueblo para después de que el régimen—pero también su “fatzia”—perdiesen la guerra. En realidad ya llevaban negociando, o por lo menos intentándolo, desde hacía meses, pero no habían recibido aún ninguna respuesta clara sobre su disposición o no de negociar con ellos dicho tratado de paz, solo evasivas y eso es preocupante. El medio de comunicación con ellos, al igual que con las dispersas unidades guerrileras de su ejército, es simple pero eficaz, aunque tampoco exento de riesgos. Usan Gosgares, una pequeña ave de color blanquecino, entrenadas para hacer de mensajeras, con los mensajes en clave atados a sus patas y envueltos en un pequeño estuche impermeable para evitar su deterioro. Por tanto, aunque en su categoría de comandante suprema podía tomar la decisión sola, su espíritu democrático le llevó a consultar el tema con sus consejeros y “generales” más relevantes, pese al riesgo que suponía cada una de esas reuniones cara a cara. Sin embargo la fecha ya mencionada se habían reunido sin novedad y tomado la decisión. La operación “espectacular” decidida consiste en reunir una fuerza de 500 guerrilleros. del total de 2.000 de que disponen, aparte de otro millar de colaboradores clandestinos en las ciudades, y lanzar un ataque sorpresa sobre la ciudad fabril de Starvad y sus cercanas minas de hierro. Starvad es una pequeña ciudad de algo más de 5.000 habitantes, que ahora que todas las poblaciones pequeñas habían sido evacuadas forzosamente, para evitar precisamente que los aldeanos les prestasen apoyo, es la población más cercana a la ciudad de Rileh, solo 17 kilómetros al sur de esta y sobre la estratégica vía férrea que antes de la guerra unía Galar Nirth con Geniber. Ahora, tras la última leva y envió de tropas al frente de Kakabad la ciudad disponía de solo 130 soldados para proteger sus accesos y la totalidad de su muralla. Dentro de ella hay una importante siderurgia, especializada ahora en la fabricación de la aleación usada en el blindaje de los carros de combate, además de una fábrica de explosivos y un polvorín y justo a un kilómetro al este de la muralla de la ciudad están las minas de hierro homónimas de Starvad, las terceras por producción de mineral de hierro de toda la Troljmia y donde trabajaban más de 3.000 101 esclavos, tanto Trojolms como de las “Fatzias” sometidas y con la nueva leva para Kakabad solo quedaban 250 soldados de guarnición para proteger aquel punto vital para la economía de guerra del régimen. Además las tropas de refuerzo del régimen más cercanas están en la propia Rileh y no superan ahora los 200 soldados. Por lo tanto la ocasión la pintaban calva, como quien dice, por lo que procedieron a realizar la operación. Su objetivo es que dos comandos de 250 soldados cada uno tomasen la ciudad y la mina, en la ciudad destruir la siderurgia, la fábrica de explosivos, llevarse todo el armamento y explosivo que pudiesen del arsenal y después volarlo todo, además de pasearse lo más ruidosamente posible por la ciudad para que todo el mundo pudiese verles, y en las minas liberar a todos los esclavos para que pasasen a reforzar sus fuerzas y después de evacuar la mina proceder a volar el túnel de acceso a dicha mina. Tras cumplir la doble misión debían huir todos a las montañas antes de que las tropas del régimen pudiesen responder. Esa, sin embargo, no es la única operación espectacular planeada, pues si tiene éxito procederían a repetirla en una serie de objetivos ya designados. Lenta y cautelosamente fueron reuniendo sus fuerzas en los cercanos montes Yaggol sin ser descubiertos y el día 18 de octubre de 1990, solo una hora y quince minutos antes del Momento 0 lanzaron su doble ataque. Este consiguió una sorpresa total en ambos frentes. Ya antes de atacar habían roto la vía férrea por ambos extremos a varios kilómetros de la ciudad y las minas y los cableados telegráficos y telefónicos todo alrededor de la ciudad y como el sistema de lumicones, la red de estaciones de señales luminosas antes mencionada necesita que cada de los emisores tenga contacto visual directo con alguna otra para que la señal pudiese propagarse basta con inutilizar todos los repetidores que tienen contacto visual con el objetivo para aislar informativamente esa zona. En la ciudad rápidamente lograron silenciar a golpe de fuego de mortero la torre de comunicaciones de lumicones, aunque no antes de que pudiese enviar una señal de socorro que a través de un lumicon situado al sur no inutilizado a tiempo pudo llegar hasta Mantranacor, aunque dando un amplio rodeo para ello, con la consiguiente pérdida de tiempo. Es decir, llegó a Mantranacor, pero no a Rileh ni a Yurugeth, 25 kilómetros al este de Starvad y donde están acantonadas las tropas más cercanas. Mientras tanto otro grupo más numeroso procedió 102 a forzar la entrada volando los goznes de la puerta principal a la ciudad y a reducir a sus defensores, que se rindieron tras media hora de lucha. Tras apoderarse de la ciudad procedieron a evacuar las fábricas que son sus objetivos y las volaron solo entre quince y ocho minutos antes de Momento 0. Para el Momento 0 las densas columnas de humo de las fábricas y el polvorín destruidos se alzan altas al cielo en medio de un espectacular incendio, mientras las tropas victoriosas del ejército secreto se pasean por las calles disparando profusamente al aire mientras la gente les observa curiosa desde la calle o, la mayoría, pues es hora de dormir, desde las ventanas de sus casas y algunos incluso se atreven a vitorearles, hecho significativo teniendo en cuenta que tras hacer ese gesto se verán obligados a unírseles de inmediato con lo puesto y abandonar la ciudad con ellos, pues quedarse supondría un doloroso y lento suicidio cuando entrasen las tropas gubernamentales tras su manifestación pública de repulsa al régimen. Entre los que observaban sin decir nada están los padres de Morgul y Sliva, que ahora viven en una casa a las afueras de esta ciudad tras la forzada despoblación de su pueblo natal. Sliva conoce ese hecho, naturalmente, pero sabiendo que su casa esta lejos de todos los objetivos fijados, había decidido que el riesgo para ellos era lo bastante pequeño como para correr el riesgo de llevar sus incursiones hasta la ciudad donde viven. Mientras tanto la simultánea operación sorpresa contra la mina tuvo un éxito parecido, pues tras tres cuartos de hora de combate lograron la rendición de la guarnición, acaban ahora de terminar de liberar y sacar fuera de la mina a todos los esclavos y a los soldados prisioneros y están en el Momento 0 colocando las cargas explosivas necesarias para volar el túnel de entrada a la mina. ¿Y que pasa mientras tanto con la respuesta armada lógica del régimen. Pues bien, aún no se ha puesto en marcha. En realidad, Morgul, justo antes de irse a dormir había dado orden de aplastar a los atacantes de Starvad, pero sin especificar que tropas exactamente debían encargarse de la tarea. Y ahí esta el problema, pues los 200 soldados que defienden Rileh están totalmente incomunicados y no se enteraron del ataque a Starvad hasta que oyeron las lejanas explosiones y vieron elevarse las columnas de humo correspondientes en el cielo, es decir, solo unos minutos antes del Momento 0. Respecto a las de Yurugeth, pues para defender aquella ciudad de unos 9.000 habitantes y sus importante complejo industrial aledaño su gobernador provincial no dispone de 103 más de 400 soldados y cuando recibió la orden por la deteriorada por los constantes sabotajes, red de comunicaciones de la Troljmia, envió de inmediato una pregunta dirigida a Mantranacor. -- ¿Que tropas envió allí?. Y allí esta su problema precisamente, pues si envía sus 400 soldados a acabar con los rebeldes deja su propia ciudad totalmente desguarnecida ante un posible ataque del ejército secreto y si envía solo parte de las tropas acantonadas corre el grave riesgo de que resultasen demasiado pocos para acabar con los rebeldes y al mismo tiempo las pocas que se quedan en la ciudad insuficientes a su vez para repeler un posible ataque. Y esa es precisamente la situación en casi toda la Troljmia, ante la necesidad de enviar todas las tropas disponibles a Kakabad, Morgul ha dejado tan pocas tropas para controlar la propia Troljmia, solo 15.000 soldados en total, 5.000 de ellas concentradas para más inri en la amplia frontera con la Rulia y el resto desperdigados por todo punto que tuviese alguna instalación de valor, por lo que muchos de esos 10.000 soldados restantes están dispersos en docenas de guarniciones de pocos centenares e incluso solo decenas de soldados controlando cada una, de forma que cada una de ellas es muy vulnerable a un ataque medianamente nutrido, como Sliva y su marido habían captado perfectamente. Solo las antiguas capitales de los cuatro reinos poseen guarniciones de más de 1.000 soldados y no muchos más. Con tan pocas tropas y tan dispersas es totalmente imposible proteger las vías de comunicaciones y estas han sido rotas y cortadas en muchos puntos debido a la masiva campaña de sabotajes del ejército secreto, por lo que de muchos lugares hay que desplazar mensajeros para comunicar las noticias de un lado a otro. De hecho Morgul y Seseljm solo usan los lumicones y los teléfonos para los mensajes más breves y urgentes y para los informes detallados, dada la constante interrupción de la señal por los sabotajes de la resistencia, es más seguro y “rápido” enviar un mensajero en avión desde el aeródromo Kakabadiano de Alemsted hasta el de Mantranacor. Por todo ello, ante la disyuntiva, el gobernador Usgurh, decidió no moverse hasta recibir órdenes directas de Mantranacor, a ser posible del mismo Morgul. Cuando esa respuesta llegó a Mantranacor varias decenas de minutos más tarde resultó que nadie encontró respuesta por si mismo, pues nadie quería correr el riesgo de que su elección resultase desastrosa y como Morgul esta dormido y sabían que se levantaba de un pésimo humor cuando es para darle malas noticias, nadie se atrevió a despertarle. 104 Finalmente, tras media hora de discusiones, el general Magín, que es el de más alto rango que esta en el palacio decidió, pues algo había que hacer a fin de cuentas si no querían que Morgul se cabrease de verdad cuando se enterase de lo sucedido, dar la orden a Usgurh de que enviase 200 de sus soldados a Starvad a toda velocidad. El caso es que la orden se emitió quince minutos antes del Momento 0 y Usgurh acaba de recibirla hace solo un minuto, por lo que ahora acaba de comunicar la orden a las tropas para que se pongan en marcha. Esa es la situación allí en el Momento 0. Con todo esto doy por terminada esta sucinta biografía de Morgul y descripción de la sociedad e historia recientes de la Troljmia. Si el lector aún no ha leído el libro “Gacitaia”, allí encontrará mucha más información sobre los detalles de las campañas de la gran guerra Trojolm y de la guerra civil Arwandiana. Por el momento esto es todo. 105