21.Lc 9,28-36 - concepcionistasaranzazu.es

Transcripción

21.Lc 9,28-36 - concepcionistasaranzazu.es
Universidad P. Comillas
21. Lectura orante de la Biblia
LECTURA ORANTE DEL EVANGELIO DE LUCAS
Lc 9, 28-36
Sucedió que unos ocho días después de estas palabras, tomó consigo a Pedro, Juan y
Santiago, y subió al monte a orar. (Lc.6,12)
Y, mientras oraba,
el aspecto de su rostro cambió, y sus vestidos resplandecían de blancura, (Sl.104,1-2a)
y dos hombres hablaban con él: eran Moisés y Elías que aparecían en gloria, y
hablaban de su éxodo, que tenía que consumar en Jerusalén.
Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y
vieron su gloria (Jn.1,14; 2,11; Is.40,5) y a los dos hombres que estaban con él.
Y sucedió que, al separarse ellos de él, dijo Pedro a Jesús:
«Maestro, que bien estamos aquí. Hagamos tres tiendas: una para ti,
una para Moisés y una para Elías», (no sabía lo que decía).
Apenas lo dijo vino una nube (Ex.13,21-22; 16,10; 19,6) que les hizo sombra. Al entrar en la nube,
se llenaron de temor.
Y vino una voz desde la nube, que decía: «Este es mi Hijo (Sl.2,7), el
Elegido (Is.42,1;Lc.23,35); escuchadle.» (Lc.3,21)
Y al sonar la voz, se encontraba Jesús solo.
Ellos callaron y, por aquellos días, no contaron a nadie nada de lo que habían visto
(Lc.9,21).
Universidad P. Comillas
21. Lectura orante de la Biblia
Cuando leas: Encuadra el texto en su contexto. Nos situamos inmediatamente antes de
empezar la subida de Jesús a Jerusalén. Esa única subida en el evangelio de Lucas, que lo
llevará a su Pascua definitiva. Recuerda que Pedro, en nombre de todos los discípulos, acaba
de confesar a Jesús como el Mesías de Dios. Parece que al fin los suyos han empezado a
comprender. Jesús los ha mandado callar y ha añadido una predicción de su pasión: “el Hijo
del hombre tiene que ser rechazado por sacerdotes y letrados, condenado a muerte y
resucitar al tercer día”. Ha declarado también que éste es el camino del discípulo... “quien
quiera seguirme, niéguese a sí mismo, cargue con su cruz cada día y venga conmigo...” y el
versículo anterior a nuestro texto contiene unas palabras solemnes de Jesús: “Os aseguro que
algunos de los aquí presentes no sufrirán la muerte antes de ver el reinado de Dios”.
Observa el texto: Jesús con tres de sus discípulos, testigos ya privilegiados en este evangelio
de la actividad de Jesús (Lc.5,1-11 y 8,51) sube al monte a orar (9,18) –sólo Lc. sitúa en este
texto la oración de Jesús-. Mira el cambio en el rostro y en los vestidos, percibe el resplandor
que emana y que envuelve también a los dos hombres que aparecen. Dos testigos que en la
Biblia garantizan la verdad de un hecho. Son Moisés y Elías, la ley y los profetas, son
hombres de la montaña los dos, Moisés en el Sinaí, Elías en el Horeb y en el Carmelo. Oye su
conversación: dan a la subida de Jesús a Jerusalén el nombre de éxodo, como interpretando el
sentido de la Pasión de Jesús desde la historia de Israel. Como contraste entre estas tres
personas conversando, el evangelista nos presenta a los discípulos adormecidos pero aún
capaces de ver la gloria de Jesús. Pedro, al ver la retirada de Moisés y Elías, quiere hacer tres
tiendas, como reteniéndolos, para que esta visión de síntesis entre la ley, los profetas y la
persona de Jesús, permanezca. Las palabras de Pedro sirven de prólogo al momento mas
denso de revelación. La síntesis de todo el mensaje de salvación la va a hacer el Padre que
desde una nube, como en el éxodo por el desierto, los acoge y los cubre con su protección.
Como en el Sinaí desde la nube se oye la voz de Dios que se hace eco de la confesión de
Pedro. Declara a Jesús, su Hijo (Lc.1,32-35), el Elegido y pronuncia la palabra
ESCUCHADLE, culminación de todo el episodio. Después de la voz, Jesús queda sólo.
Moisés y Elías han cumplido su misión. Hay una palabra nueva y definitiva. Por el momento
esa palabra, en los discípulos, tiene que ser escucha y silencio. Han visto, han oído, pero ha
sido anticipadamente, la hora todavía no ha llegado.
Cuando medites: Sigue la dinámica del texto y trata de entrar en la experiencia de los
discípulos. Has oído a Jesús predecir su pasión y hablar del discípulo como seguidor en su
mismo camino: “cargue con su cruz y venga conmigo”. Sube con Jesús a la montaña a orar y
allí presencia la visión de Jesús resplandeciente con Moisés y Elías. Mira como el camino de
la pasión se ilumina. Mientras Jesús reza la gloria de Dios lo transfigura como anticipando la
Resurrección, afirmando su victoria sobre la muerte atravesándola. Entra en tu interior:
¿Sientes, como Pedro, que la gloria de Jesús te confirma, te da paz, te fortalece?. Repite en tu
corazón las palabras del Padre sintiéndote acogido bajo su sombra: “Este es mi Hijo, el
elegido, escuchadle”. ¿Qué conoces tu de la palabra de Jesús? ¿Sabes escucharla? ¿Qué quiere
decirte hoy? ¿En qué puede cambiar tu vida la escucha de su palabra?. Calla y escucha.
Responde con la oración: Toma unos momentos para dar gracias por lo que “ha pasado”
en estos momentos de oración. Pide al Señor la perseverancia en la escucha de su Palabra, que
El te enseñe a leer el Evangelio y a reconocer su voz en él. Que El te enseñe a leer la vida y a
reconocer en ella su palabra. Di al Señor que quieres seguirle en su camino porque sabes que
El es el Hijo, el elegido del Padre y que sólo El tiene palabras de vida eterna. Pídele que te
quite los miedos, que te de la valentía de subir a la montaña a orar para desde allí contemplar
transfiguradas las realidades del mundo. Que te ayude después a bajar para, con su fuerza,
hacer tu parte.
Universidad P. Comillas
21. Lectura orante de la Biblia

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