Discurso del Director General

Transcripción

Discurso del Director General
Acto de entrega de Diplomas del CXLIII Curso de
Motoristas y el XI Curso de cambio
de Atestados a Motoristas
Quiero comenzar mis palabras mostrando mi satisfacción personal como
Director General de la Guardia Civil, por poder estar presente por primera vez en
esta Escuela de Mérida, donde se forjan los hombres y las mujeres de la Agrupación
de Tráfico de la Guardia Civil.
Hoy celebramos el solemne acto formal de entrega de diplomas a la 143
promoción de motoristas y a la 11 de cambio de modalidad de atestados a
motoristas, lo que os habilita para poder ser destinados o continuar, en su caso, a
una de las Especialidades más importantes y de mayor prestigio y proyección pública
de nuestro Cuerpo, de la que formáis parte casi 10.000 personas.
A todos, mi más cordial y sincera enhorabuena, y mucha suerte en vuestra
nueva vida.
Enhorabuena porque teníais una ilusión, tomasteis una decisión y tras superar
la selección y una intensa, dura y completa formación, hoy oficialmente sois aptos
para desempeñar vuestra nueva especialidad.
Pero también quiero recordaros, como llamada de atención personal, que es
la Especialidad del Cuerpo que mayor riesgo asume en su servicio diario. Una larga y
dolorosa nómina de 322 fallecidos en acto de servicio desde su creación en el año
1959, así lo testimonia.
Es por ello que, reconociendo expresamente el mérito que conlleva pertenecer
a la Especialidad de Tráfico, y ser por tanto garantes y responsables de la Seguridad
Vial de todos cuantos circulan por nuestras carreteras, tenéis el deber y la obligación
de velar también por vuestra propia seguridad. Tened siempre muy presente, que la
Seguridad empieza por vosotros mismos, ¡cuidaros para poder cuidar¡ que esta es
vuestra noble y preciada tarea.
Habéis venido voluntariamente y sabéis bajo que condiciones ingresasteis en
este Benemérito y Glorioso Instituto, siendo por lo tanto depositarios y herederos del
legado histórico que forjaron los que os precedieron: Sois herederos de una tradición
y un comportamiento ejemplar de quienes un día con educación, eficacia, cortesía y
buenas maneras dieron el prestigio bien ganado que hoy tienen todos los motoristas,
y tenéis la obligación de no manchar esa memoria, antes al contrario, acrecentarlo
con vuestro trabajo y los medios mejores y más modernos que aquellos de la
Comandancia Móvil 1953.
La Guardia Civil comenzó en 1844 recorriendo los caminos de España, a pie y
a caballo, para garantizar la seguridad de cuantos transitaban por ellos. Hoy, 168
años después, en motocicleta y vehículos de cuatro ruedas, lo sigue haciendo la
Guardia Civil por sus carreteras. ¡Esa es vuestra responsabilidad y ese debe ser
vuestro orgullo!.
Hoy comienza la Operación Salida de Semana Santa, lo que supone que
tendremos más de 14 millones de automóviles circulando por nuestras carreteras,
que en materia de seguridad, están en vuestras manos.
Todos vosotros sabéis que la Agrupación de Tráfico es al mismo tiempo
respetada, a veces temida y sin duda, querida. Ambos sentimientos tienen un mismo
y único origen: El cumplimiento ejemplar del servicio de todos vosotros, de los que
salís hoy también.
Somos respetados y sobre todo queridos por nuestra forma y manera de
cumplir con el servicio, que es el trabajo bien hecho, el resultado de nuestra forma
de ser y entender nuestro servicio.
Y, ¿cuál es nuestra forma de ser y entender el servicio?. La respuesta es
sencilla pero no fácil: ser Guardia Civil. Ser Guardia Civil es mucho más que
pertenecer a un determinado colectivo laboral.
Tenemos la responsabilidad de ejercer una función pública trascendental y
realmente especial y singular. Esa especialidad y esa singularidad se han basado
desde los tiempos fundacionales, y deben seguir basándose, en el culto a unos
principios y unos valores que junto a nuestro carácter benemérito, constituyen los
pilares esenciales de nuestro Cuerpo: el honor, la honradez, la disciplina, la
abnegación, la lealtad, la cortesía, el compañerismo y la capacidad de sacrificio.
Hay quien puede pensar que hoy día todo ello está en desuso, hay quien dice
que tenemos una juventud que no los practica, pero miraros a la cara y los ojos
llenos de ilusión, demuestra que sois una nueva generación que los tiene y que
puede fomentarlos, cultivarlos y transmitirlos, tal y como habéis podido aprenderlos
y os han sido inculcados por vuestros antiguos. Sois un orgullo para vuestras
familias, para vuestro padres que desde la cuna os han cuidado para ser personas de
bien, sois un orgullo para el Cuerpo y para vuestros mandos, pero sobre todo sois u
seréis un orgullo para nuestra patria común: España.
Estos valores, junto a nuestra naturaleza militar, son nuestra esencia, son
nuestras
raíces,
son
nuestros
pilares,
cultivarlos,
engrandeceros y engrandecer a la Guardia Civil.
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defenderlos
y
con
ello
El servicio, en la Guardia Civil, y por lo tanto en la Agrupación de Tráfico, no
es solo una palabra, sino que tiene una connotación especial. Y es precisamente la
grandeza, la responsabilidad, la abnegación y el sacrificio que en ella se encierra, lo
que hace que la Sociedad nos reconozca y nos compense, eligiéndonos, año tras año,
como una de las instituciones más valoradas.
Conozcamos bien nuestra profesión y actualicémosla continuamente. La
inmoralidad y la traición más grande, es prostituir el desempeño de nuestro
fundamental trabajo, destruyendo con ello la meritoria labor de quienes cumplen con
orgullo y puntualidad sus obligaciones.
Pronto, en vuestros próximos destinos, como componentes de la Agrupación
de Tráfico de la Guardia Civil, tendréis la oportunidad de profundizar en los
conocimientos adquiridos en esta Escuela, y ponerlos en práctica en vuestro servicio
diario.
Estáis perfectamente formados y entrenados, por vuestros profesores e
instructores, a quien quiero agradecer su labor impagable por la sociedad española,
aunque a veces parezca que nadie se acuerda de vosotros, pero sabemos que estáis
siempre hay para cumplir con vuestras obligaciones sin ningún problema. Disfrutad
del cumplimiento de vuestro preciado deber, pensando siempre en vuestro servicio a
la Patria, ¡a España!.
Ser corteses con los ciudadanos, tratarlos con respeto, con educación, con
afabilidad y con amabilidad, porque todo ello es perfectamente compatible con la
firmeza en el servicio y con el cumplimiento de nuestro deber. Nuestra recompensa
no debe ser sólo la importante y muy necesaria disminución de las estadísticas de
siniestralidad sino también el agradecimiento y reconocimiento de los ciudadanos por
el trato que les damos y el servicio que les prestamos.
En la vida tendréis momentos buenos pero también duros, no amilanaros, ni
desanimaros porque, al final, todo formará parte del ser humano preparado con
creces para supera la adversidad y mucho más si como vosotros formáis parte de un
gran colectivo, la Guardia Civil, cargado de compañerismo y valores que os animo a
practicar.
Reitero a vuestros profesores e instructores, agradeciéndoles la magnífica
labor que han hecho con vosotros, al compartir su veterana experiencia e inculcaros
sus enseñanzas. Coronel, te felicito por ello en tu condición de director de la Escuela.
Y por otro lado, también quiero dirigirme a vuestros familiares, que con
orgullo hoy nos acompañan, agradeciéndoles de antemano el apoyo y comprensión
que bien seguro os prestarán en vuestros nuevos cometidos en la Agrupación de
Tráfico de la Guardia Civil. Velar por vuestra propia seguridad es la mejor forma con
que podéis y debéis corresponderles.
Por último, quiero terminar mis palabras, con un emocionado recuerdo de
todos los Guardias Civiles que entregaron su vida en el cumplimiento del deber, y
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muy especialmente de esos 322 miembros de la Agrupación de Tráfico, que fieles a
su benemérito compromiso de servicio y sacrificio, inscribieron su nombre en nuestro
Libro de Honor.
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