El alcohol en la dieta del diabético

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El alcohol en la dieta del diabético
saber comer
El alcohol en la dieta
del diabético
El alcohol siempre hay que beberlo con moderación, por los efectos nocivos
que puede producir en el organismo. El Dr. Clapés nos aclara en este artículo
la repercusión de su consumo en las personas con diabetes, teniendo en
cuenta la proximidad de las fiestas navideñas, en que los brindis con
familiares y amigos forman parte de la tradición
J. Clapés Estapà
Especialista en Endocrinología y Nutrición
L
as bebidas alcohólicas, el vino principalmente, forman parte de los hábitos de una
gran parte de la población. Existen diferentes bebidas alcohólicas, pero todas ellas tienen en común contener un porcentaje –muy variable– de alcohol etílico, al que se le atribuye
una serie de problemas de salud cuando su ingesta es excesiva. Las bebidas alcohólicas pueden aportar algunos beneficios para la salud,
como el vino y la cerveza, aunque siempre consumidos en cantidades moderadas y teniendo
en cuenta que algunas personas no deben ni
probarlo. Más adelante veremos si una persona
con diabetes puede tomar bebidas alcohólicas,
en función de sus circunstancias y situación clínica o si, por el contrario, no debe tomarlas.
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Algunas consideraciones
sobre el alcohol
El alcohol se produce, en general, por la fermentación de distintos azúcares. Así, para la elaboración del vino se produce alcohol tras la fermentación de la sacarosa, la glucosa y la fructosa que
contiene el mosto de la uva.
El alcohol ingerido se absorbe con mucha rapidez si se está en ayunas, ya que circula por la
sangre y se va metabolizando en el hígado, aunque con cierta lentitud. El alcohol dificulta la
normal y deseable oxidación de las grasas. Aporta 7 kilocalorías (kcal) por gramo. Recordemos
que un gramo de grasa proporciona 9 kcal, un
gramo de hidratos de carbono 4, y uno de proteínas otras 4. A partir de ciertos niveles en sangre, los efectos del alcohol pasan de provocar un
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N.º 79 • 2011
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El alcohol en la dieta del diabético
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Concentración de alcohol
Los envases que contienen las bebidas alcohólicas (botellas, latas, etc.)
indican su concentración de alcohol
en una de las formas siguientes: tanto por ciento (%) o volumen (vol).
Cualquiera de estas formas indican
lo mismo: los centímetros cúbicos
(cc) de alcohol en 100 centímetros
cúbicos de la bebida en cuestión. Por
ejemplo, un vino con la indicación
del 13,5%, significa que en 100 cc de
este vino hay 13,5 cc de alcohol. Para convertir los cc en gramos hay
que multiplicar estos centímetros
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estado de euforia y vasodilatación
facial a ocasionar somnolencia más
o menos acusada.
Asimismo, el alcohol puede contribuir al aumento de peso. Y en ninguno de los pasos de su metabolismo necesita insulina.
Tomar alcohol en cantidades excesivas y regularmente suele provocar
complicaciones en varios órganos
del cuerpo humano, así como conducir a una verdadera drogoadicción (alcoholismo), por desgracia
relativamente frecuente en muchos
países.
«Tomar alcohol en cantidades excesivas
y regularmente suele provocar complicaciones
en varios órganos del cuerpo humano»
cúbicos por la densidad del alcohol
(0,8). Así, los 13,5 cc de alcohol del
vino del ejemplo se convierten en
13,5 x 0,8= 10,8 gramos de alcohol.
Y en el caso de la cerveza, para saber los gramos de alcohol que hay
en una lata de cerveza de 330 cc,
con la indicación de alcohol 5 vol,
se calculan los cc de alcohol que
contiene la lata: 3,30 x 5= 16,5 cc.
Para convertir estos 16,5 cc de alco-
hol a gramos, se multiplica por 0,8,
resultando 13,2 gramos de alcohol
en una lata de 330 cc.
Tipos de bebidas alcohólicas
Existen diversos tipos de bebidas alcohólicas: las fermentadas (vino,
cerveza, sidra, cava), las destiladas
(brandy, whisky) y los licores. Los
vinos suelen tener una graduación
alcohólica que oscila entre 11 y 14
vol; el brandy y el whisky de 39 a 40
vol; en los licores suele ser muy variable. Una copa de brandy o de
whisky (60 cc) puede contener unos
19-20 gramos de alcohol y apenas
1 gramo de azúcares.
Estas bebidas contienen, además de
alcohol, otras sustancias como azúcares, colorantes, saborizantes, antioxidantes, etc. Los azúcares (sacarosa, glucosa, fructosa, maltosa)
están presentes en cantidades variables. Son hidratos de carbono y, como tales, precisan ser tenidos en
cuenta en la dieta del diabético. Una
lata de cerveza de 330 cc, sea con o
sin alcohol, suele contener de unos
8 a 10 gramos de hidratos de carbo-
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Tabla 1. Ejemplos de la cantidad total de alcohol en las bebidas consumidas
a lo largo de un día
2 vasos de vino de 13,5% (150 cc + 150 cc)
32,4 g de alcohol
2 vasos de vino + 2 cervezas de 4,5% (330 cc + 330 cc)
32,4 + 23,76= 56,16 g de alcohol
2 vasos de vino + 2 cervezas + 1 copa de brandy de 38% (50 cc) 32,4 + 23,76 + 16= 72,16 g de alcohol
no. Un vino o cava dulce, unos 5 gramos en 150 cc; si son secos, 1 gramo.
Las bebidas alcohólicas dulces suelen contener cantidades mayores de
azúcar.
Consumo responsable
Las personas adultas, sanas y bien
alimentadas, podrían tomar hasta
unos 41 gramos de alcohol al día
(hombres) y 21 gramos al día (mujeres). Algunos autores proponen o
creen que se toleran cantidades algo
más elevadas, hasta un 50% más.
En la tabla 1 se puede observar la
facilidad con que se puede tomar
una cantidad elevada de alcohol.
Existen situaciones en las que no se
debe consumir alcohol tanto si se es
como no diabético:
• Enfermedades del hígado o hepatopatías (hepatitis, hígado graso, cirrosis hepática).
• Enfermedades del páncreas.
• Enfermedades de los nervios periféricos (polineuritis).
• Niveles elevados de triglicéridos
en sangre.
• Antiguos alcohólicos, rehabilitados.
Tampoco los conductores deben
consumir alcohol en las horas anteriores a la conducción ni durante la
misma.
En caso de diabetes, merece un comentario especial la asociación del alcohol con las hipoglucemias, ya que el
alcohol inhibe la neoglucogénesis hepática (capacidad del hígado de formar glucosa en caso de ser necesario).
Por otra parte, los efectos del alcohol se
pueden confundir con los de una hipoglucemia, ocasionando un estado
confusional. Asimismo, puede producirse algún tipo de interacción entre el
alcohol y los hipoglucemiantes orales.
Debe tenerse en cuenta que la hipoglucemia producida por el alcohol
no se soluciona con glucagón, ya
que las reservas hepáticas de glucógeno no responden.
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«Las bebidas alcohólicas contienen hidratos
de carbono y, como tales, precisan ser
tenidos en cuenta en la dieta del diabético»
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Por todo lo expuesto, a una persona
con diabetes podemos aconsejarle:
• No tomar bebidas alcohólicas en
ayunas, es decir, con el estómago
vacío.
• No consumir bebidas alcohólicas
estando solo, ya que puede sufrir
una hipoglucemia y no tener conciencia de ello ni poder o ser capaz de practicarse un autocontrol
y tomar una bebida azucarada.
• Si va a realizar algún ejercicio físico
de cierta intensidad, la posibilidad
de presentar una hipoglucemia es
claramente mayor si se medica con
insulina o con antidiabéticos orales. No se debe tomar alcohol antes
ni durante la práctica de ejercicio.
Además, se tomarán medidas como el autocontrol glucémico, la toma de suplementos de hidratos de
carbono, etc.
• No beber alcohol si la diabetes no
está bien controlada, si se va a conducir o si presenta algunas de las
situaciones patológicas que hemos
mencionado (enfermedades del hígado, del páncreas, polineuritis, exceso de triglicéridos...).
¿Puedo tomar bebidas
alcohólicas siendo diabético?
Sí. En el curso de una comida o después del primer plato, pequeñas
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El alcohol en la dieta del diabético
«Solo beba si tiene una diabetes bien controlada
y no presenta ninguna de las anomalías
o enfermedades que lo contraindican»
cantidades y varias veces en el curso
de la ingesta, no de una vez. Se
aconseja no beber con el estómago
vacío: puede sufrir, por aumento rápido de la alcoholemia (nivel de alcohol en sangre), un cierto grado
confusional o de euforia, que se
puede confundir o coexistir con una
hipoglucemia, como ya se ha comentado. Un vaso de vino o una copa de cava en el almuerzo y otro vaso de vino o una cerveza en la cena
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«Se aconseja no beber
con el estómago vacío:
puede sufrir, por
aumento rápido de la
alcoholemia, un cierto
grado confusional o
de euforia, que se puede
confundir o puede
coexistir con una
hipoglucemia»
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proporcionan una cantidad razonable de alcohol al día.
Es una buena idea elegir cervezas o
aperitivos tipo vermut sin alcohol;
preferir las bebidas secas a las dulces,
por su baja concentración de azúcar.
De todos modos, se deberá tener
presente la cantidad de hidratos de
carbono, sea con o sin alcohol.
Y recuerde: solo beba si tiene una
diabetes bien controlada y no presenta ninguna de las anomalías o
enfermedades que lo contraindican.
Una persona acostumbrada a beber tolera mejor el alcohol que un
bebedor esporádico, siempre refiriéndonos a cantidades moderadas. De hecho, forma parte de la
educación diabetológica saber
cuánto, cuándo y cómo se pueden
o no consumir bebidas alcohólicas.
Siguiendo las normas expuestas,
bastantes personas con diabetes
pueden tomar cantidades moderadas de bebidas alcohólicas aunque,
eso sí, no hacerlo puede ser una
buena opción. l
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