Your Well-being matters us Conciliar el tabaquismo

Transcripción

Your Well-being matters us Conciliar el tabaquismo
Your Well-being matters us
Conciliar el tabaquismo con la jornada laboral
Mayo 2010
La entrada en vigor de la llamada popularmente Ley Antitabaco en
enero de 2006 supuso un cambio importante en los hábitos diarios de los
fumadores y parece que las restricciones seguirán creciendo para los
fumadores.
Ni que decir cabe que la mejor respuesta para su salud y la de su
entorno es responder a esta situación abandonando el hábito de fumar.
Son muchos los programas a su disposición para intentar este reto
personal. Sin embargo, es ingenuo pensar que todos nos convirtamos en
exfumadores de un plumazo. Por este motivo queremos ofrecerle
algunas pautas para reducir el consumo de tabaco y adaptarlo a su
entorno laboral:
Delimitar horas o situaciones de la jornada laboral en las que fume.
Si se acostumbra a fumar sólamente en ciertas horas o situaciones, su
organismo se habituará a no fumar en el resto del tiempo. Antes de la
Ley Antitabaco el cine era uno de los pocos lugares donde no estaba
permitido fumar. Normalmente un fumador prácticamente no se
acordaba del tabaco hasta que no terminaba la película. ¿Por qué?
Porque su cerebro ya estaba educado a que en esa situación no se fuma.
De la misma forma, si no delimitamos horarios o situaciones para fumar
en el trabajo nuestro organismo lo echará en falta cada pocos minutos.
Pero si le delimitamos los tiempos para fumar, educaremos el deseo de fumar.
Delimitar lugares. De la misma forma, es importante delimitar lugares específicos en los que fumamos. Si
acostumbramos a nuestro organismo a fumar sólo en dos lugares (ej. cafetería y puerta de entrada),
condicionaremos el deseo de fumar únicamente a estos dos lugares.
Control de estímulos. No tenga a la vista objetos que le puedan provocar la conducta de fumar: paquete
de tabaco, mecheros, ceniceros…
“Estableced el orden:
el hábito se encargará
de mantenerlo.”
Prevención de respuesta. Puede dejar el tabaco en un lugar poco
accesible: en un armario cerca del lugar que haya delimitado para fumar o
en el coche si no es su herramienta de trabajo.
No fume cuando tenga ansiedad. Si fumamos cuando nos encontramos
con poca concentración para redactar un informe o cuando tenemos una
Duque de Levis
reunión importante, el organismo irá asociando el alivio de la tensión con la
(1755-1830)
conducta de fumar. Se tenderá a repetir la misma conducta cada vez que
nos sintamos inquietos. Trate de esperar a que la ansiedad disminuya: beba agua, mastique un chicle,
converse con alguien... pero espere a que pase la sensación de ansiedad antes de fumar.
Espere unos minutos antes de fumar cuando salga del trabajo. Lo dicho anteriormente: no asocie dejar
el trabajo con el alivio de fumar. Espere unos minutos tras salir del trabajo para hacerlo.
Por último, un consejo general: no negocie consigo mismo el acto de fumar. Se encontrará en una
indecisión y desasosiego constantes. Márquese estas pautas y sígalas de forma metódica. Con cierta práctica
observará como su organismo, una vez educado, se acostumbrará a fumar sólo en ciertos momentos y
lugares.
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