La nueva cultura del agua

Transcripción

La nueva cultura del agua
La nueva cultura del agua: el compromiso de los fabricantes de riego españoles
Tales de Mileto (624 a.C–546 a.C), ya afirmaba “El agua es el principio de todas las cosas”.
Efectivamente, el agua puede contribuir a la erradicación de la pobreza, a la mejora de las
condiciones de salud, y por supuesto, ha sido fundamental en el progreso de la agricultura y de
la alimentación humana. Si bien la importancia vital del agua no ha sido y no es objeto de duda,
la conciencia social sobre el agua, si que ha evolucionado e influido de forma determinante a lo
largo de la historia. En este sentido, a partir de la Conferencia de Mar de Plata, Argentina,
celebrada en 1977, se inició un proceso de concienciación mundial sobre la grave y creciente
problemática o “crisis del agua”. El aumento espectacular de la demanda y las consecuencias
del cambio climático, entre otras causas, lo justifican y hacen esencial la creación entre todos de
una nueva cultura del agua, más responsable, sostenible y global.
Patrimonio de todos los ciudadanos y con un valor económico, social, cultural y ambiental
creciente, el agua es, por consiguiente, un bien cada vez más limitado. La Sociedad tiene el
deber de definir formas de gestión sostenible de estos recursos para cada uno de sus diferentes
usos y destinos. Sin embargo, si tuviéramos que establecer líneas ó campos prioritarios de
actuación para el ahorro y uso racional del agua, bien considerando factores cuantitativos como
cualitativos, nuestra atención y esfuerzos recalarían, en primer lugar, en la búsqueda de
soluciones prácticas en el uso agrícola de este preciado elemento. Que la superficie mundial del
regadío sea de 220 millones de hectáreas y que se estime, según la FAO, que el regadío
consume un 69% de los recursos hídricos dulces son datos elocuentes que certifican esta
aseveración. No por ello, podemos cuestionar la necesidad de consolidar y mejorar la
agricultura de regadío. Considerada como un elemento básico para el desarrollo de los
territorios rurales, su importancia socioeconómica y ambiental, está fuera de duda, valga de
ejemplo, su importancia en España, aún ocupando menos del 15 % de la superficie agraria útil,
supone más del 55% de la producción final agraria.
Centrándonos en la situación actual del regadío en España, podemos afirmar que aún habiendo
alcanzado una gran importancia, su viabilidad futura pasa por lograr la máxima eficiencia
energética y en el uso del agua. Su transformación histórica del regadío hasta la actualidad,
favorecida por unas condiciones agronómicas específicas, ha estado motivada también por los
cambios en nuestra propia conciencia social o visión sobre el agua. De un recurso local que
afectaba a zonas reducidas, en sus inicios, al aumento espectacular de la extensión y
rendimientos del regadío gracias a una visión más amplia y solidaria, y por último, fruto de una
conciencia ambiental más responsable, la modernización y las buenas prácticas de riego. La
aplicación de la idea de “sostenibilidad” implica a su vez el empleo de las últimas tecnologías
dirigidas al ahorro de agua. Ello, ha impulsado, en las últimas décadas, el crecimiento de la
fabricación española de materiales y equipos para el riego. El compromiso permanente de este
sector en la investigación, desarrollo y calidad de sus productos ha permitido un avance
importante, que sitúa actualmente a España en la vanguardia tecnológica mundial.
En consecuencia, si los objetivos del regadío español son conseguir el máximo ahorro de agua y
energía, conservar el medio ambiente y obtener producciones de calidad, significa entre otras
cosas, que tenemos que trabajar por la modernización de las redes de distribución, eliminar
pérdidas, aumentar la eficacia y eficiencia en la aplicación, emplear técnicas modernas de
fertirrigación, de aplicación de tratamientos fitosanitarios, así como equipos resistentes a aguas
procedentes de desalación o de depuración de aguas residuales. Significa también, que el
control, telegestión y la aplicación de las últimas tecnologías, debe ser una prioridad. Todo ello,
sin haber mencionado, el riego o uso del agua en áreas verdes, sector que en España está
experimentando un espectacular crecimiento, tanto en superficie como volumen de agua
conseguida. La búsqueda de soluciones específicas y el empleo de las últimas tecnologías
adaptadas, también, al riego de parques, jardines y otras áreas verdes, como las deportivas,
constituye, en estos momentos, otra prioridad añadida.
Por todo esto, en unos momentos decisivos para el futuro de la agricultura en el mundo y con
vistas a lograr, gradualmente, el tan deseado desarrollo sostenible, es esencial, más que nunca,
la cooperación público-privada entre los agentes del sector del agua y del riego, así como, el
liderazgo de los países con mayor tradición y con las tecnologías más avanzadas. Dicha
cooperación y liderazgo ha de plasmarse en proyectos y medidas concretas, que contribuyan a
nuestros objetivos. En este sentido, hay que felicitar la iniciativa de la Universidad Estatal de
California, Fresno, para la creación de un centro de la tecnología del agua en el que las
empresas americanas podrán obtener todo el apoyo técnico necesario para el desarrollo de
negocios y proyectos. España, en este campo, posee vocación de líder y puede convertirse en el
“Silicon Walley” de la tecnología del riego. Precisamente, la Asociación de Fabricantes de
Riego Españoles -AFRE-, el pasado 4 de julio, en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros
Agrónomos de Madrid, presentó un ambicioso Plan Estratégico 2006/2010, con el objeto de
promover e impulsar actividades, proyectos y servicios que dinamicen el sector de las
tecnologías del riego y contribuyan, de manera especial, al ahorro de agua y energía, en la
agricultura y en el riego de áreas verdes. AFRE propone, en su Plan Estratégico, la creación de
un Observatorio en Tecnologías del Agua y Riego, que se constituiría en una plataforma de
cooperación público-privada para la investigación, desarrollo e innovación, así como, para la
formación de todos los agentes y colectivos implicados y para la difusión de las buenas
prácticas en el riego.
Dada la importancia crítica y global del agua para lograr un desarrollo sostenible, y en
reconocimiento al prestigio alcanzado por la tecnología española del riego, ofrecemos la
colaboración de AFRE para hacer realidad este proyecto, a la vez que demandamos, un apoyo
decidido de las administraciones competentes, sin olvidar, el impulso necesario de otros planes
sectoriales de I+D+i, de formación profesional y de educación ambiental o el apoyo a la
transferencia de nuestra tecnología y experiencia a otros países en vías de desarrollo en
situaciones mucho más desfavorables que la nuestra.
El compromiso de innovación de la administración, de fabricantes, ingenierías, paisajistas,
instaladores, empresarios del sector, así como, de los propios regantes, usuarios y ciudadanos en
general, puede consolidar nuestro regadío, mejorar nuestro medio ambiente y permitir que
España se convierta en referente mundial en el uso eficaz del agua, pasando a formar parte de la
nueva y necesaria cultura del agua, con la que la Asociación de Fabricantes de Riego Españoles
– AFRE – y sus asociados, están plenamente identificados.
Santos Gómez – Carreño Tapial
Presidente de la Asociación de Fabricantes de Riego Españoles - AFRE

Documentos relacionados