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PEINANDO CANAS NOTICIAS Y DEPORTES PEINANDO CANAS Dr. Nelson Sica Dell’Isola Presidente de la Academia del Tango de la R.O. del Uruguay Manolo Guardia Su muerte Manuel Guardia Fianchini (8 de enero de 1938, Montevideo 13 de marzo de 2013) fue un pianista, compositor y humorista uruguayo. Cuando aún no habíamos sobrepasado el dolor del fallecimiento de los escritores Ricardo Ostuni (argentino) y Luciano Londoño (colombiano), a que nos hemos referido en notas anteriores, nos llega la igualmente triste noticia de una nueva pérdida, en este caso de un oriental , que enluta a la música en general. Y Uruguay ha perdido uno de sus músicos de real y gran valía. A los nueve años inició sus estudios musicales con Guillermo Kolischer y Baranda Reyes y a los once se presentaba en radio con una orquesta infantil de tango. Comenzó tempranamente su actividad profesional junto a César Zagnoli, Lucio Milena y Guillermo Hoffman. Igualmente atraído por el jazz como por el tango se integra a los All Stars del Hot Club de Montevideo y a comienzos de la década de 1960 influenciado por Horacio Salgán y Astor Piazzolla, forma el Quinteto de la Guardia Nueva junto a Federico García Vigil en bajo, Ariel Martínez, bandoneón, Federico Britos, violín, y Edunio Gelpi en guitarra quien más tarde sería sustituido por Eduardo Mateo. Los tangos Sortilegio y Los inútiles son notables tangos de Guardia de este período. Paralelamente inicia junto a George Roos Candombe de Vanguardia, el primer intento exitoso de fusión candom- be y jazz. De este etapa son recordadas composiciones como Yacumensa, Chicalanga, Cheche, y Palo y tamboril. En 1969 forma Camerata de Tango, conjunto de tango de cámara, que integraba a tres violines, Carlos Vinitzki, Nelson Gobea y Juan José Rodriguez, viola, Moisés Lasca, violonchelo, Vinicio Ascone, contrabajo, Federico García Vigil y Guardia en piano, arreglos y dirección. Con este conjunto realizó varias grabaciones que se editaron en Argentina, Brasil y Japón, al igual que diversas giras por Latinoamérica. El repertorio de la agrupación que en algún momento también fue llmada Camerata Punta del Este, incluia además evergreens de jazz y piezas barrocas. No quedó “anclao” en ese maravilloso ritmo sino que siguió la lógica [re] evolución que había emprendido Piazzolla al final de aquella década gloriosa y que anunció de manera formidable con “Prepárense”. Aquí conviene anotar que a muchos los agarró mal parados y enseguida dijeron que “eso no es tango” y pocos siguieron el “consejo”, uno de ellos fue Manolo Guardia. La labor de Manolo Guardia en Uruguay se vio interrumpida por cinco años de exilio en Venezuela, al cabo de los cuales volvió a Montevideo, iniciando la etapa del café-concert Preludio junto a Cuque Sclavo y Eduardo Useta. Entre 1984 y 1987 compuso varias obras sinfónicas que estrenó la Filarmónica de Montevideo como Cuatro piezas en forme de tango (1985), Sintonía del Medio Mundo (1993), Cameratango (1994), Sweet Tom Suite (1995). En 1997 un accidente quirúrgico lo dejó parapléjico, y sólo luego de grandes esfuerzos y varios años de terapia, recuperó parcialmente el uso de su mano derecha. Utilizando un teclado y un secuenciador y luego de más de un año de trabajo en 2006 hizo público el CD Tangos para la mano derecha. Discografía • Candombe (Fermata LF77 Serie CLASS. 1965) • Candombe! (Chic EPC 54. 1965) • Candombe! (Chic LPCH 84. 1965) • Cantiga por Luciana / Candombecito (simple Sondor 50110) • Bijou (Sondor. 1970) • Tangos para la mano derecha (2006) • Candombe! (álbum que recoge la serie de tres discos “Candombe!” en los cuales participaron Manolo Guardia, el Grupo del Plata con dirección musical de Heber Escayola, Daniel Lencina y su conjunto, con Cheche Santos, editado en la década del 60 por Ayui. El amigo sanducero HERNÁN ZUNÍN, ha tenido la amabilidad de enviarme estas líneas de su autoría: “En un pequeño local dentro del Hotel Lancaster solíamos juntarnos cuatro o cinco compañeros de distintos perfiles para escuchar a Manolo Guardia. Luego de la actuación “por contrato” de variada e internacional música, seguía con interpretaciones de jazz y luego, tarde ya en la madrugada, con “tangos a pedido”, todo en una jugosa salsa de historia de música, compositores e intérpretes y con mucho, mucho humor del bueno. ¡Insuperable! Pocas veces disfruté tanto de tangos en solos de piano. Sus arreglos eran sorprendentes y hermosos todos ellos. Después vino el tiempo de la Camerata Punta del Este una de las mejores formaciones orquestales uruguayas de todos los tiempos y que, con nuevos y renovados integrantes continúa…. Camerata de Tango Álbum Completo, Manolo Guardia [El nombre del álbum es “Chau Che” (De la Planta / Sondor)] 01 — El monito. 02 — Debussy.03 — Los inútiles.04 — Milonga triste.05 — Don Juan.06 — Sortilegio. 07 — Yo te bendigo. 08 — Tecleando.09 — Milonga de la noche.10 — Chau che. Adiós a Manolo Guardia El pianista fue uno de los músicos más importantes de su generación –nació en 1938– y protagonista de varios momentos claves de la música uruguaya. Pero también formó parte de esa raza que combina una formación musical académica y seria con un costado menos solemne: fue humorista de sus propios espectáculos en vivo y también parte del ciclo de humor televisivo “Telecataplum”. Estuvo en varias agrupaciones significativas en la historia musical del país, como All Stars, una banda de jazz que era parte del Hot Club Montevideo, en la década de 1960. Pero sobre todo, fue uno de los fundadores del Quinteto de la Guardia Nueva , una agrupación tanguera de vanguardia en ese momento, cuando las composiciones de Astor Piazzolla hacían furor. Ahí compartió tiempo con Federico García Vigil, Ariel Martínez y Eduardo Mateo, entre otros. También fue uno de los impulsores de Camerata de Tango, un grupo de tango de cámara, grupo al que dirigió y para el cual compuso. Estuvo, además, en la agrupación Candombe de Vanguardia junto al tío de Jai- Jueves, 4 de Abril 2013 me Roos, George. Grabó su primer disco “Candombe” en 1965 y el último, “Tangos Para la Mano Derecha” en 2006. El sello Ayuí compiló varias grabaciones encontradas en archivos personales (como el de Jaime Roos) y también de un juzgado montevideano bajo el título de “Candombe!”, que recopila música compuesta e interpretada por Guardia (también Hebert Escayola y Daniel Lencina) de 1965, para un espectáculo que nunca pudo estrenarse. Guardia estuvo exiliado durante cinco años en Venezuela. Una intervención quirúrgica mal hecha lo dejó parapléjico por mucho tiempo, pero él logró volver a usar la mano derecha (de ahí el título de su último disco). Compartió el escenario con algunos de los más reconocidos artistas musicales latinoamericanos, como Dori Caymmi y Mercedes Sosa, por nombrar solo dos. Por su obra –amplia, variada, cuantiosa y valiosa– fue un artista relevante de la música, un pianista clásico que se adentró en las músicas populares uruguayas. La Camerata Punta del Este Escribió Milton Fornaro en marzo de 1999 La Camerata Punta del Este es un ensemble de origen uruguayo, fundado en 1969. Desde entonces, el grupo original fue reorganizado varias veces con nuevos integrantes. Con gran experiencia en música de cámara y sinfónica, sus miembros han actuado en organismos tales como la Filarmónica de Buenos Aires, Filarmónica de la Universidad de México, Filarmónica de Montevideo y la Orquesta Sinfónica del SODRE. Es un grupo inquieto con un repertorio que va desde lo clásico a lo popular. Interpreta acabadamente toda la literatura clásica, pero la música popular es parte importante de su repertorio. Ha captado los géneros populares de Argentina y Uruguay, especialmente el tango, la milonga y el candombe, y los ha transportado del salón de baile a la sala de conciertos. La Camerata Punta del Este ha dado muchos conciertos en todas partes de América y Europa y ha recibido el reconocimiento de la critica internacional por su maestría instrumental y su singular sensibilidad estilística. Pero, más importante, en todos lados ha recibido el fervoroso aplauso del público. Añorados oficiantes La Camerata Punta del Este surgió a finales de la década de los 60, la década mas fermental, síntesis perfecta de un siglo imperfecto, que se acaba. Surgió en Uruguay, un país del tercer mundo habitado por seres que apostaban a grandes cambios en todo orden. Los Beatles ya habían sido aceptados, la minifalda era 19 vestimenta común, el catalán Joan Manuel Serrat se escuchaba en las principales radios, el mayo francés y las conmociones en el campus de Berkeley de la Universidad de California alentaban a los estudiantes uruguayos, la píldora anticonceptiva daba rienda suelta a los impulsos juveniles, la clase obrera se sabia con un lugar en el Paraíso, y entre muchos – no sigo entre todos para no ser arrogante ni desmentido por la Historia – soñábamos un mundo mejor. Éramos, o pretendíamos serlo, solidarios. La utopía de Tomas Moro estaba a la vuelta de la esquina. Veníamos de triunfos alentadores: la revolución cubana, Vietnam, el tribunal Russell, el compromiso de la Iglesia frente a los desposeídos, bajo Juan XXIII y Pablo VI, la llegada del hombre a la luna. En ese clima de cambios nace la Camerata Punta del Este, por la pasión de siete músicos de formación académica dispuestos a cambiar lo que se venia escuchando y lo que ellos mismos, esclavos de partituras aprendidas, fraseaban hasta el hastío. La Camerata crece y se desarrolla por la voluntad de cambiar – perdón por la reiteración pero fue el verbo mas dulce y conjugado en aquel tiempo – por lo que intuían como un paso adelante. Fue una oxigenación. Un aire renovado invadió los espacios cerrados y los transformó, abriéndolos a lo popular, que gano su lugar. La Camerata Punta del Este no fue una concepción por partenogénesis. Fue fruto de su tiempo, el más hermoso de nuestro pasado reciente, el que recrea la utopía futura donde el hombre, soñábamos, ocuparía su justo lugar en el mundo. Luego vino la noche, la furia contenida se lanzó contra los utópicos, los soñadores fueron perseguidos y prohibidos. La esperanza fue abolida por decreto. El silencio dejo de ser un compás de espera para transformarse en un llanto callado. La persecución, la cárcel y la muerte o el destierro, se instalaron para anunciar el triunfo del orden. Como miles de sus compatriotas, los músicos de la Camerata debieron exiliarse. Y allá afuera, en México, la Camerata Punta del Este siguió sonando y triunfando, con esa música sin dobleces, vanguardista en su propuesta y a la vez autentica, solidaria con quienes aquí, en este pequeño país, nos habíamos quedado. En reuniones casi clandestinas, con amigos que habían podido salvar algunos discos prohibidos, nos reuníamos y escuchábamos la música. Conversábamos poco y disfrutábamos el momento. No éramos felices, sería una mentira decir lo contrario, pero nos sentíamos acompañados, reconfortados por el encuentro convocado por aquellos añorados oficiantes”.