Para empezar (www.saraparetsky.com.2003) - Revistes

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Para empezar (www.saraparetsky.com.2003) - Revistes
Mary E. Farrell
UniversitatJaume I
Castellón
Para empezar
Los derechos de sus libros para el cine pertenecen a Disney. Las reseñas de sus libros
aparecen en la prensa más cotizada: The New York Times, The Washington Post, Publishers
Weekly y The london Times literary Supplement entre otros. Y siempre son reseñas entusiastas.
Por ejemplo, Maureen Corrigan escribe en The Washington Post:
Los deleites garantizados de una novela Warshawski se encuentran aquí [en Blacklist (lista
negra)] en abundancia: diálogo chispeante, la conducta de «niña mala» frente a las autoridades,
escenas de acción tensas, comentario social agudo y la inclusión de los habituales, como Lotty
Herschel y el siempre preocupado Sr. Contreras. Pero el triunfo de Lista Negra es la inteligencia
que aporta sobre los temas la expresión de la disconformidad política y la seguridad nacional.
(www.saraparetsky.com.2003)
Hablamos de Sara Paretsky, quien, con Marcia Muller y Sue Grafton, forman el top
trío de creadoras de la mujer detective, de la investigadora privada tan dura, tan atrevida,
y tan astuta como los famosos detectives de Dashiell Hammett (1 894-1961) y Raymond
Chandler (1 888-1959). Acierta James Kaufman al escribir en Tribune Books en junio de
1987 que Paretsky es una maestra de la caracterización, y con «Bitter Medicine (Medicina
amarga) como en toda buena novela de investigadores privados, lo que nos cautiva es menos
el crimen que [...] el detective» (CA, 335).
Hablamos pues de Sara Paretsky y de su héroe Victoria lphegenia Warshawski.
Y cuanto más sabemos de ellas, más nos fascinan por intrépidas ante la adversidad. Son
modelos en el viejo sentido de la esencia heroica, ese término que se aplica a la persona
que, a pesar de obstáculos portentosos, sigue luchando para salvaguardar las más nobles
posibilidades del ser humano, sobre todo la dignidad, o valor, de la persona.
* las traducciones al espafiol son de M. Farrell
Sara Paretsky
Nuestra héroe creadora (la noción de la heroína pertenece al melodrama decimonónico) es
una mujer que nació en el estado de lowa en el año 1947 y que creció en un pueblo del
Kansas rural. Era la única chica entre cuatro hermanos. En este ambiente de la post-guerra,
la América rural no contemplaba una vida femenina más allá del hogar. En el fondo no
distaba mucho de la idea hitleriana de Kinder, Küche und Kirche (niños, cocina e iglesia).
Así pues, la familia de Sara Paretsky tenía ~ l a n e spara el futuro de sus varones, pero no para
su hija. Y esto a pesar de que el padre era un microbiólogo de renombre y su madre, una
bibliotecaria.
Paretsky entonces tuvo que costear su propia educación superior, cosa que hizo
con esmero. En 1967, a los veinte años, obtuvo de la Universidad de Kansas una doble
licenciatura en ciencias políticas y ruso con la calificación summa cum laude. N o obstante,
su verdadera educación comenzó en Chicago durante el verano de 1966. Mientras hacía
una estancia de servicio comunitario en el South Side (zona sur de la ciudad) se contagió
con la efervescencia esperanzadora de los años sesenta. Durante aquel verano coincidió con
Martin Luther King, que abogaba para conseguir viviendas decentes para la gente menos
favorecida de las ciudades. Desde entonces, Sara Paretsky se comprometió con la iusticia
social, el activismo político y los valores de un feminismo que insistía en igual retribución por
igual trabaio, además de oportunidades para subir el escalafón profesional. Durante aquel
verano, Paretsky también se enamoró de Chicago, una ciudad vibrante, pluricultural, con sus
tres millones de habitantes propios dentro de un enclave metropolitano que suma unos nueve
millones en total. Esta ciudad se convertiría en el escenario de las doce novelas de la autora.
Hoy día la autora sigue enamorada de la ciudad donde vive con su marido Courtenay
Wright, físico de la Universidad de Chicago.
Y Sara Paretsky sigue exponiendo temas de trasfondo social, manteniendo activa su
lucha contra las múltiples experiencias injustas que la gente vive todavía. Porque, a pesar de
la eufórica promesa de cambio social durante los años sesenta, poco ha cambiado desde
entonces. Pero nuestra héroe real, como su héroe ficticia, no se rinde. Fomenta personal y
económicamente programas y becas para mejorar la vida de muieres y niñas. Ofrece talleres
de escritura para rescatar a gente a quién les ha pasado de largo el tren de la alfabetización.
Ha sido voluntaria en clínicas de barrio entre muchas otras actividades dirigidas a liberar de
la pobreza gente que necesita que le echen un cable. Y no es de sorprender que todas estas
vivencias alimenten, tarde o temprano, las historias que nos cuenta la autora.
Hay que felicitar a Paretsky también por su valentía en hablar fuerte y claro,
arriesgándose, contra el Acto Patriótico establecido baio el mandato de George W. Bush
en octubre de 2001. Paretsky desenmascara esta insidiosa ley que, en pose de proteger
a los ciudadanos contra el terrorismo, permite toda clase de invasión de los derechos
constitucionales tan apreciados por los norteamericanos durante siglos. Ella misma podría ser
aprehendida por haber escrito el texto Truth, lies and Duct Tape (la verdad, mentiras y cinta
americana) que aparece en la página www.nicolehollander.com.
Ahora casi tenemos un retrato de la muier detrás de la famosa investigadora privada
V.I. Warshawski. Habría que, quizás, añadir un poco más de su propia historia para apreciar
en qué medida navegó entre escollos para llevar a su personaje al mundo de la publicación.
Mientras trabajaba en una importante compañía de seguros de Chicago, The Continental
National America, y mientras cuidaba de su familia, tres hilos y un marido, escribía de noche.
Como se había doctorado a los treinta años en historia por la Universidad de Chicago en
1977 sin promesa de futuras salidas en las humanidades, se armó de un MBA (máster en
administración de empresas) y se lanzó a trabajar en varios tipos de firmas. Llevaba diez
años en la compañía CNA cuando sus primeros tres libros comenzaron a permitirle el lujo de
escribir como profesión única. Habla con gratitud de la suerte que tuvo en poder vender su
primer libro, especialmente da las gracias a las bibliotecarias que compraron lndemnity Only
(1 982) (Sólo compensación) para sus bibliotecas, así dándole a conocer a un gran público.
Sara Paretsky hoy día tiene en su haber un número sustancioso de premios y honores.
Ha sido cofundadora y presidente de Sisters in Crime, (Hermanas en crimen) que empezó en
1986 y, que cuenta hoy en 2005 con más de 3,600 miembros en cuarenta y ocho sucursales
por todo el mundo. Esto significa heroísmo ante todos los obstáculos que dejaría a cualquiera
a mitad de un camino construido por prohibiciones.
Popularidad
La popularidad de la detective V.I. Warshawski y las expectativas para recibir la
próxima entrega de sus andanzas se han extendido gracias a las traducciones a más de
veinte lenguas, el español entre ellas. Como curiosidad, en la página web de la autora,
vemos los resultados de un concurso sobre V.I. La ganadora ha sido una finlandesa, luego,
una holandesa, y después tres norteamericanos. Participaron en este concurso setecientas
- .
personas de dieciocho países y treinta y seis estados de los Estados Unidos.
De hecho, este personaie ficticio crea adicción. Doce novelas y varias antologías de
cuentos se devoran con afán, deiando ganas para leer más. Hasta los títulos son fascinantes.
Todos encubren al menos un doble sentido, uno que nos parece una expresión corriente en
inglés, y otro que nos resume la clave de la historia. Por ejemplo, Killing Orders (1 985))
implica a la vez la idea de órdenes religiosos y órdenes para matar.
Y todo esto de un género que se vende en la estación de tren, en el aeropuerto, e,
incluso, en los supermercados. Pero, esta categoría de literatura de evasión, Ase puede, en el
caso de un buen escritor o una buena escritora, considerarse de segunda clase? Cuando una
maestra de la pluma, con múltiples registros, con toques de dialectos locales, con un léxico
extenso y rico, con una sólida documentación detrás de cada historia, con chispas de humor,
con críticas sociales contra un fondo de crimen sno se podría considerar la escritura de esta
mujer literatura a secas?
Hay en esta literatura algo para todos. Tenemos en nuestra detective un amor al
béisbol, amor a los Cubs, eternos perdedores. Tenemos música. V.I. Warshawski conserva el
piano de su madre y canta arias para distraerse o concentrase. Destrona el lenguaje machista
con respuestas rápidas como esta de Guardian Angel 1992 (Ángel de la guarda) un hombre
le acusa: «No aprendes, sverdad, pollita?» y V.1 contesta: <<iYqué? chuleta de cerdo.»
(136) Los libros tienen dosis de violencia criminal y de sexo tierno, tienen acción y tienen
momentos de reflexión, incluso hay lugar para dudas. Y estos libros hacen especial alarde de
las amistades. Total, tienen motivos para ser populares y buenos al mismo tiempo.
V. 1. Warshawski
Esta criatura nacida de la pluma de Paretsky ha cobrado vida propia. En realidad
parece que la conocemos, y más con cada libro. N o es estática. Crece con cada experiencia,
y con ella crece nuestra familiaridad con su vida y las de sus amigos y familia. De hecho
estamos ante una especie de roman-fleuve, o "novela-río", una secuencia de novelas en
donde seguimos las fortunas de los mismos personajes. Esperamos volver a encontrarnos con
Victoria lphegenia Warshawski, hija de Gabriella, inmigrante Italo-Judía, soprano de carrera
frustrada por los Nazis, e hija de Tony, inmigrante polaco, católico, y policía. Nos gusta
seguir la vida del vecino iubilado Sr. Contreras, y co-proprietario de los perros Peppy y Mitch,
Golden Retrievers. Queremos saber más sobre Dr. Lotty Hertchel, Austro-Judía, médico y
intima amiga de V.I., y su amigo Max Loewenthal. Nos alegramos al presenciar los sarcasmos
lanzados entre el reportero Murray Ryerson y Vic. Escuchamos la voz de su padre fallecido
vez tras vez por medio del amigo de éste, el Teniente Bobby Mallory. Luego llegamos a
conocer Sal Barthelme, alta, negra y segura dueña de un bar frecuentado por V.I. Tenemos
toda una colección de personajes que esperamos encontrar en esta serie de novelas saga.
V. l. Warshawski es heredera también de los detectives duros de los años treinta
con la excepción de que es mujer y es la agente de la acción, ni la víctima, ni la fuente de
todos los males. Es independiente, aunque no solitaria como ellos. Se mueve en todos los
ambientes sórdidos de Chicago, tanto en los bajos fondos como en las altas esferas. Es una
detective urbana. Se mueve con decisión, con rapidez y con perspicacia como los clásicos
duros. Planta cara a las avaricias basadas en el engaño al próiimo. Es una héroe admirable
ante presiones que nosotros no sabríamos aguantar: secuestros, golpes, navajazos, palizas
y destrozos de su piso modesto. Leemos, admiramos y nos escapamos de lo cotidiano, de lo
que es a lo que debe ser. Las hazañas de V. l. nos alimentan la curiosidad. Como humanos,
queremos saber qué pasó y por qué. Con estas dos preguntas avanza el arte y la ciencia.
V. I Warshawski lleva sus operaciones a cabo en Chicago. Toma su coche, y ¡qué
importancia tiene el coche1 en todas estas historias. Domina las calles de Chicago sin temor.
Nos guía por esta ciudad creando a lo largo de su camino toda clase de barrios, de sabores
y olores, de caras, de acentos. Pinta los cambios históricos que sufre la ciudad y el rol
que juegan estos cambios en sus personajes. Describe toda clase de actividad comercial,
industrial y artesanal que dan vida, y muerte, a esta ciudad tan extensa, tan variada.
V. l. tiene amantes, sin excusas ni lamentaciones como ellos, los duros de los años
treinta, pero con una diferencia: ella respeta a sus amantes. Para ella el sexo es amable,
personal. N o es peligroso, ni un arma empleada para dominar al otro. En esto se aleja de sus
modelos masculinos. En estas novelas ser mujer es estar en poder de la propia vida. La misma
Paretsky, en una entrevista recogida por Jean W. Ross en ContemporaryAuthors(1990:336),
explica que: «Lo principal era mi deseo de combatir algunos de los típicos estereotipos de las
mujeres en la literatura.))
Y no sólo en la literatura. Paretsky cuenta en la Introducción a la antología A Womanís
Eye (1 999) (Ojo de mujer) que cuando ella empezaba a escribir su primer libro en 1982:
[...] las mujeres de Chicago luchaban por el derecho de ser detectives en la división de
homicidios, y para ser policía de patrulla, no sólo matronas en las cárceles de muieres. Hoy
el diez por ciento de la fuerza en activo se compone de muieres. Ya no nos sorprende ver a
mujeres patrullando, en los tribunales, en las salas de operaciones, o en cualquier otra área
más interesante.
Por otro lado, el rol tradicional de la mujer sufre ligeros cambios en el personaje
de V. l. Warshawshi. Se permite la queja, la autocrítica, pero sigue sin hacer la cama, ni
colgar la ropa, ni lavar los platos con mucha frecuencia. Si, que guisa, pero sólo de vez en
cuando, y su frigorífico ofrece poco en líneas generales. Su mayor placer es un baño caliente
acompañado por unos sorbos de Scotch Etiqueta Negra.
Es más, tiene sus nostalgias, los pendientes de diamantes y las copas de cristal de
Venecia de su madre. Siempre lleva unos zapatos finos italianos porque a su madre le parecía
un escándalo ponerse otra cosa en los pies. Y para correr, Nike. La ropa es importante para
los lectores y para ella. La seda habla. El azul marino también. A medida que seguimos
los pasos de V. l., nos convertimos en testigos de los actuales cambios tecnológicos. Vemos
como pasa de la vieia máquina de escribir Olivetti, otro legado de madre, al mundo de
los ordenadores. Pasamos de la angustia al buscar un teléfono público a la comodidad de
móvil. Además seguimos su disciplinado plan de entrenamiento. Cada día corre cinco millas
(aproximadamente ocho kilómetros) en Chicago a pesar de sus fríos tan extremos y sus
calores tan agobiantes.
V. l. es el modelo de la nueva muier dinámica preparada para asumir sus propias
responsabilidades, sus fallos y sus éxitos. A menudo se llama al orden en la palabras de su
madre. En Deadlock ( 1 984), (Punto muerto) escuchamos a Vic: «En mi mente oía a mi madre
riñéndome por mi autocompasión. Cualquier cosa menos esto, Victoria. Mejor romper los
platos que quedarte enfrascada sintiendo lástima de ti misma.» ( 1 36) Esta madre murió cuando
V. l. tenía dieciséis años, sin embargo sus enseñanzas son constantes en la vida y rectitud de
principios de la detective. Como explica Margaret H. Kinsman en su artículo sobre Paretsky,
V. l. proviene de un barrio de trabaiadores, y ella cumple los sueños de muchos inmigrantes
de la segunda generación en Chicago. Se asimila, se agarra a las oportunidades educativas
disponibles, y se mueve hacia un nivel socio-económico más alto que él de sus padres. Según
Kinsman, V. l. representa un modelo más flexible de la familia de descendencia. Ensancha su
familia de hecho con relaciones varias entre amigas, amigos, amantes, vecinos y animales.
Forma una familia de consentimiento (1998:704). Paretsky misma recalca la importancia
de la amistad en una conferencia que pronunció en Mundelein College/Loyola University
de Chicago en 2004: «La amistad y los cuidados son tan esenciales para la vida como la
comida. Esto es la verdad para todos, pero sobre todo para los que están en los márgenes,
quienes tanto necesitan a alguien que refleja su propia experiencia)) (4).
Y, precisamente es de esta red de conexiones, que surgen los casos que resuelve la
detective. Porque V. l. es una profesional autónoma que investiga casos de fraudes financieros
e industriales. Siempre tiene sus tarjetas a mano, y un contrato para sus servicios preparado.
Habla de sus investigaciones en archivos, de sus facturas y de sus gastos. Los casos de
crímenes son asumidos casi siempre como favores a alguien apreciado o a algún familiar
quién encaja dentro de su concepto de obligaciones filiales. Estos crímenes ocurren contra
telones de fondo que nos revelan unos escenarios sumamente variados. Así pues, la muy
hábil Sara Paretsky con su experiencia comercial, sabe incitarnos a comprar el próximo
libro para seguir las aventurgs y las vivencias de su héroe. En este roman-fleuve, o "novelaríos, volveremos a encontrar los personajes conocidos de novelas anteriores, sabremos más
sobre ellos, y viajaremos otra vez por las calles de Chicago. Volveremos a ver como se porta
nuestra detective que envejece, que, quizás, si, decidirá casarse como desea el vieio Bobby
Mallory, amigo de su padre. Esperemos que no pierda sus atributos de una mente rápida, de
una lengua avispada y de una mujer agente de sus propias acciones.
Conclusión
Aquí hemos destacado dos modelos de héroe en femenino. Hemos esbozado dos
modelos de mujer valiente segura de si misma a pesar de dudas ocasionales o deslices
del oficio. La primera la llamaríamos real, la segunda, ficticia. Las dos luchan contra las
injusticias y las dos luchan para que la mujer sea agente de cambio de su propia vida sin
esperar que los demás tomen sus decisiones. Vemos cuan importante es definir una voz
pública mientras se cuida también la voz privada. Pero los libros de estas dos mujeres no son
tratados sobre el mal ni sobre la iusticia; son libros para disfrutar en el tren, en el avión o en
el sofá. Sara Paretsky nos dice en un artículo para la serie los escritores sobre la escritura
(New York Times on the Web): «Yo soy narradora. Mi obietivo es entretener, sin embargo, las
historias que se me presentan son casi siempre las de las personas sin voz, no las historias
de los poderosos».
Bibliografía
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Las novelas con sinopsis en orden de publicación.
Indernnify Only, 1 982 (Estafa hospitalaria)
Deadlock, 1984 (Estafa entre compañías navieras en los Grandes Lagos)
Killing Orders, 1985 (Lavado de dinero dentro de una organización católica)
Biffer Medicine, 1987 (Negligencia médica en hospitales con afán de lucro)
Blood Shot, 19 8 8 (Fraude en una compañía de seguros)
Burn Marks, 1990 (Incendio provocado en casas de ancianos)
Guardian Angel, 1 992 (Estafa de ahorros de gente mayor)
Tunnel Vision, 1994 (los sin techo, los túneles de Chicago, trabaiadores ilegales de la
construcción)
Windy Cify Blues, 1995 (Colección de relatos cortos en clave de crimen)
Ghost Country, 1998 (Novela sin detective sobre las muieres que viven en la calle)
Hard Time, 1999 (Crimen en los medios de entretenimiento y ocio)
Total Recall, 2001 (Memorias del Shoah, fraude de la memoria suprimida)
Blacklist, 2003 (Terrorismo, y amenazas)
Fire Sale, (2005) (Talleres clandestinos, sabotaie)
Película
Detective in High Heels, 199 1 (Hollywood Pictures)

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