paris en verano - Oscar Caballero
Transcripción
paris en verano - Oscar Caballero
TERRAZAS París en verano todo el año 1 Una terraza parisina puede consistir en tres mesas: así es más fácil entrarlas, cuando la caprichosa lluvia obliga a no perder el norte. Pero basta un rayo de sol para que los parisinos le rindan culto. 2 Texto: Óscar Caballero rimer dato: brasseries, bistrots, restaurantes, muerden espacio de acera y la única indicación de que el verano llegó es que se desnuda la terraza. Pero siempre ojo alerta, por si el chubasco. Más aún, desde que la ley apagó pitillos, las terrazas en París tienen más relación con el tabaco que con la temperatura: el género –humano– fuera, para fumar. Segundo dato: gran parte de los hoteles de charme, en SaintGermain-des-Près, Barrio Latino, Marais, tienen patio ajardinado y algunas mesas (desayuno y/o copa). Tercer dato: cuando Napoleón III reinventó París, con ayuda del barón Haussmann, construyó también ese sucedáneo de naturaleza, los parques. Falsas cascadas como la que da nombre al restaurante La Grande Cascade, en el Bois de Boulogne, con sus mesas en el jardín si el tiempo lo permite, caso contrario, cocina clásica y descomunal carta de vinos. Pavillon MontTradición gastronómica del Parc Montsouris –P souris, pavillon 1900 más interesante que sus platos–, del Buttes Chaumont, con su Pavillon Puebla, hoy trattoria del buen cuoco Vincent Cozzoli, del Saint Cloud con Le Xylo, que este año se pliega a la moda de la plancha, con carne y pescado. Aunque la dirección marina sea siempre la bucólica terraza de La Cagouille. El turista busca menos terrazas que cocina: un cassoulet en plena canícula, en el codo a codo del bistrot. Y de los diez 3*, P 1. La Cour Jardin, en el Plaza Athénée. 2. El Cafe Branly con la Torre Eiffel al fondo. 3. Les Arts, en el Museo des Arts et Métiers. 4. Especialidades a la plancha en Le Xilo. 3 82 4 CLUB DE GOURMETS apenas dos tienen vistas: al jardín privado más vasto de París, el Bristol, a los del Carré des Champs Elysées, Ledoyen. A ese nivel, un 2* se lleva la palma, Laurent, con su coqueto jardín. Consuelo: si al del 2* Apicius sólo un par de mesas asoman, y para el aperitivo, su chef, Jean-Pierre Vigato supervisa las cenas fluviales de Yachts de Paris. Este año, la azotea del hotel Mama Shelter, estrella 2009 por sus asados de altura, fue reservada a los huéspedes. En altura hotelera, dos opciones: el terrado del Raphaël y el del Terrasses, en Montmartre, vistas de todo París. El tout Paris en cambio en La C our Jardin del Plaza Athé née, supervisado por Ducasse. Postres de Michalak, campeón del mundo de pastelería, lo que garantiza los dulces a la hora del té. ¿Una selección? L’Assaggio, del hotel Castille, con su refrescante cortile (patio). Sabores italianos también en Caffé Armani: estrena terraza en el bulevar Saint Germain, con banco (barra en italiano) y mesas. Casi frente por frente, la terraza de siempre, más descubierta en julio y agosto, del Café de Flore. Y, en su mesa, Miroslav Siljegobic, el serbio que llegó a París sin nada en 1975 y que hoy, con su mujer, Colette posee dos símbolos, este café y La Closerie des Lilas, terraza todo el año. Diminuta, con recova, plazoleta y fuente, la del típico La Font aine de Mars, propiedad del matrimonio Boudon desde 1991 (también dueños del vecino Café de l’Alma), célebre en Estados Unidos: el presidente Obama cenó en familia. Bistrot ilustrado también Le Moulin de la Galette con sus dos jardincillos. Y plato con más acidez y especias en la terraza del Chamarré. ¿El manduque culto? Café Branly, del museo de culturas no europeas, o su restaurante Les Ombres; la vasta terraza del Palais de Tokyo (TTokyo Eat); la recoleta de Les Ar ts (M Museo des Arts et Métiers); Le Saut du Loup, de Arts Décoratifs, junto al Louvre; el bar del Odéon, asomado en verano al atrio del teatro; el 51, de la Cinémathèque, con los vinos de Trintignant, Depardieu, Coppola. Y deportivo bajo las sombrillas del Roland Garros, que sólo cierra al público durante el torneo del mismo nombre. Tres mesas apenas pero productos de ensueño ante la tienda de Petrossian, que este año incorpora los helados más sabrosos y naturales de Francia, elaborados por Philippe Faur, cuyo sorbete de caviar ya fue presentado en estas páginas. Nuevos: sorbete de piquillos y de granada; helados de foiegras, de trufa; clásicos como caramelo con mantequilla salada y un maravilloso regaliz. Novedad fresca y urbana, también, el Myberry (por los frutos rojos, cuyo nombre inglés termina por berry), helado a base de yogurt y frutas, sin materia grasa, fórmula secreta, patentada por Franck Albou, tienda en el Marais, diseñada por Claudio Colucci, destinada en principio a los franceses, grandes consumidores de yogurt y de helados, “pero sin esta síntesis, inspirada –grasas aparte– por los helados de yogurt de Asia y Estados Unidos”. En fin, la terraza más disputada, por nueva, ya la conoce el lector de esta revista: la de Ralph’s, el patio (cour) restaurante de la flamante tienda rive gauche de Ralph Lauren. 1 2 4 1. Yogur y frutas en Myberry. 2. L'Assaggio, en el hotel Castille. 3. La terraza más deportiva: Roland Garros. 4. Dos estrellas al sol en Le Laurent. CLUB DE GOURMETS 3 83