ARDERAS EN EL INFIERNO
Transcripción
ARDERAS EN EL INFIERNO
NARRATIVA , ARDERAS Jaume cero de plata de ley-. De modo que se trata de Satanás. Asintió. Yo miré de nuevo la estatuilla de madera negra EN EL INFIERNO Ribera que le hacía sudar carámbanos. Tenía el tamaño justo para caber en una caja de zapatos. Si te fijabas en la Se llamaba Serratusell y era mi primer cliente en tres meses. Cuando me llamó por teléfono, a las nueve de la mañana, su voz sonaba aterrada; cuando me recibió a las once en su lujoso despacho, estaba medio borracho. Todo su cuerpo se estremecía bajo un traje de doscientas mil pesetas. Jadeaba y vacilaba al hablar. Había fallado al pretender ahogar en alcohol el terror que le dominaba. Arrugó un folio en el que había estado garabateando, lo tiró a la papelera y me miró con ojos de neurótico. -¿Usted cree en Satanás, Chalán? -preguntó susurro ronco. en un -No, a menos que hayan puesto su efigie en los billetes de curso legal -apagué mi último Lucky en un ceni- parte superior, representación podrías pensar que estabas ante la de un orangután cornudo y vociferan- te. De cintura para abajo, la cosa iba de macho cabrío. Medio orangután más medio macho cabrío igual a Satanás. Bueno, cada cual se lo imagina como quiere. -Satanás -repitió como hipnotizado-o Lo crea o no, Satanás tiene la culpa de lo que me está ocurriendo. Me miraba fijamente, tal vez esperando descubrir signos de incredulidad en mi rostro. Permanecí impasible. Ya he mencionado que era mi primer cliente en tres meses; digan lo que digan las novelas, no hay demasiado espacio para los solitarios en el negocio de la investigación privada. General de Detectives, Investigaciones Magenta, Detectives Co. Y otras agen- 5 NARRATIVA cias organizadas y económicamente estaban arrinconando me contra las cuerdas, quitándome clientes y haciéndome que ellos llamaban poderosas perseguir judicialmente intrusismo profesional. por lo En estas que algo -persona, animal o cosa- ardiera para que el incendio se desatara prendido por llamas infernales. Llevado por la curiosidad, Serratusell hizo la prueba; una noche le pidió a la estatuilla que hiciera arder una condiciones, me veía obligado a aceptar lo que saliera ... de sus fábricas aunque se tratara por apetecible. Apenas una hora después, la fábrica ardía, encargo de alguien que parecía tener el cerebro más según los bomberos por causas no aclaradas. Este éxito agujereado que la alcachofa decidió de perseguir al innombrable de la ducha. Con tal de textiles, a Serratusell asegurada en una cantidad a hacer una segunda prueba. que no se me escapara la risa, tendría trabajo al menos Apiló leña en la chimenea de su casa, cerró todas las por unos dias. -De acuerdo -dije-o Vamos con ello. puertas, se montó en su coche con la estatuilla y, a veinte kilómetros de distancia formuló ante ella el Entre tartamudeos deseo de que la leña ardiera. Cuando regresó, un alegre y vacilaciones, procedió a detallar- me su problema con Satanás. La estatuilla se la había fuego crepitaba en el hogar. Convencido regalado una amiga llamada Amanda. Medio en broma encerró la estatuilla en una caja fuerte. Pero, semanas medio en serio, Amanda le dijo al entregársela que era después, en el curso de una noche que sus vecinos de origen jamaicano habían elegido para montar una orgía que le impedía y que en su interior se hallaba apresado el mismísimo Príncipe de las Tinieblas. En teoría, bastaba con formular ante la estatuilla el deseo de 6 y asustado, pegar ojo, abrió la caja y, en un rapto de exasperación, le ordenó al Maligno que se encargara de prender NARRATIVA fuego en la casa e los juerguistas. Esto ocurría a la una su estado de salud. ¿En qué trabaja esa chica? de la madrugada; a las dos, la casa era pasto de las lla- Me contestó explicándome mas. Dos jóvenes murieron achicharrados. esto, Serratusell empezó a sentirse culpable. familia y que, a menudo, se sentía muy solo. -Ah. Es una ... -Hum -dije. Soltar un "hum" de vez en cuando siempre -¡No, no! -me cortó-o Simplemente, queda bien y no compromete todo? suelo ser generoso con ella. No es exactamente Después de demasiado-o ¿Eso es que era viudo, que no tenía es amiga mía y yo una profesional. Entonces me contó la segunda parte de la historia. Tras -Hum -dije. el último incendio, habia ido en busca de Amanda y se Serratusell me dio la dirección de la chica y una foto lo había explicado todo. Amanda reaccionó lanzándose al estudio de una serie de documentos relacionados go. Me gustó. Ya sé que no viene a cuento, pero siem- con la estatuilla, tras lo cual llegó a la conclusión de pre me han gustado las chicas que enseñan el ombligo. que Serratusell había sellado un pacto con el diablo al Pero estaba sorprendido. de cuerpo entero en la que la chica enseñaba el ombli- Habia esperado encontrarme pedirle que provocara el primer incendio. Ahora ya no con una mujer de mediana edad con una expresión de podía echarse atrás; o seguía proporcionándole vícti- chiflada equiparable a la de mi cliente, y en cambio me mas a las que carbonizar o, en el momento menos pensado, ardería él mismo como una antorcha humana. vi ante aquel ombligo perfecto, que hacía juego con un -Vaya -apunté-o ¿Y no hay forma de conjurar el hechizo? -Sólo una ... matando a la persona que profanó la esta- cuerpo radiante y joven. enfermedad incurable? ¿Aquella chica tenia una Hum. -¿Es reciente, la foto? -pregunté por si acaso. tuilla ... o sea, a Amanda. -La tomé yo mismo, hace unas semanas. -¿Eso se lo dijo ella? -me sorprendí. Serratusell asintió tragando saliva: -De acuerdo. En un par o tres de días tendrá noticias mías. -Dijo más que eso. Dijo que padecía una enfermedad La primera nevada del invierno me recibió en la calle. incurable, que la llevará a la tumba en pocos meses en Creo que me deprimí un poco; pensaba en la Navidad medio de terribles que se acercaba, en lo pelado que estaba, en que me -abrió unos ojos como pelotas de tenis-o Quiere que la dolores. Una cosa degenerativa mate. Ya ha empezado a organizar sacrificio. la ceremonia del iban a cortar la luz del despacho por falta de pago y, sobre todo, en las cosas raras que tenía que hacer para sobrevivir. Avancé unos cien metros, me detuve un ins- Le pregunté de qué tipo de ceremonia se trataba. tante -Una especie de misa negra. Por lo visto, para conse- "Sopla pollas" sobre una valla publicitaria guir conjurar el hechizo hay que ser muy escrupuloso, un anuncio de "General de Detectives" y me fui a casa. debe seguirse un ritual muy concreto, ¿entiende? Quieren celebrarla dentro de diez días en una ermita Pasé los tres días siguientes encerrado en mi despacho, abandonada. Yo... en fin, si no hay más remedio haría ... De vez en cuando, miraba la foto de Amanda, y me lo que hubiera que hacer para conjurar el hechizo. Lo decía que tenía el ombligo más sano que había visto en mi vida. haría, pero sólo si es cierto lo de la enfermedad. ¿Y si parea escribir a rotulador el adjetivo ocupada por esperando en vano la llegada de algún nuevo cliente. me ha mentido porque se siente culpable? Esuna chica muy generosa. Al cuarto día, llamé a Serratusell y, ayudado -En resumen, que debo elaborar un informe acerca de la biblioteca prontuario por un médico que había tomado en préstamo de pública, le describí con pelos y señales la 7 NARRATIVA horrible enfermedad que padecía Amanda. Previamente, le habia enviado un fax con un informe Tiritando médico que me consiguió una enfermera amiga mía a Amanda cambio de dejar que me contara por enésima vez la hístoria de su traumático divorcio. Cambié el nombre Llevaba una túnica blanca casi transparente de la paciente, claro, pero teniendo en cuenta la letra dió sobre el altar, entre una cruz invertida y la estatui- del médico que lo habia escrito, tal vez no hubiera hecho falta. de luz y sombras fluctuantes Poco después, recibí un cheque de Serratusell y una nota en la que me ordenaba que olvidadara por siempre el asunto. -había empezado a nevar a las seis de la tarde-, agucé la vista, dispuesto a no perderme detalle. estaba espectacular. Mejor que en la foto. y el pelo negro suelto sobre los hombros. De esta guisa, se tenlla satánica. Nueve cirios negros formaban un círculo a su alrededor. Al pie del altar esperaba un ataúd que ella misma había ayudado a entrar unas horas antes. También había colaborado Sólo entonces empecé a trabajar. Conocía la fecha de en la fatigosa tarea de cavar un hoyo en el cementerio anexo. la ceremonia, pero no el lugar en el que íba a celebrar- Amanda era la víctima. se; me bastó con seguir un par de veces a mi cliente que respondía al nombre de Eduardo y con pinta de canalla de estar por casa, ejercía de oficiante. Lucía para averiguarlo: una ermita abandonada en un para- je desolado, a unos sesenta quilómetros de la ciudad. El edificio se alzaba en lo alto de una colina barrida por el viento, enmarcado entre los esqueletos de árboles agonizantes y las cruces oxidadas de un cementerio Un fulano alto y desgarbado una llamativa casulla negra. El feligrés era Serratusell. Iba de penitente: hábito pardo, capuchón, los pies descalzos y la mira extraviada. Hubo cánticos en latín invertido, invocaciones al adosado. La nave se mantenía en pie, pero la puerta Príncipe de las Tinieblas y lecturas de párrafos blasfe- estaba rota y el lugar olía a mierda de vaca. La piedra mos, sacados de un libro con pinta de incunable. del altar había servido para más de un picnic de intrépidos excursionistas. tarde, Serratusell, parodiando el acto Más de comulgar, cáliz que le ofreció el Escondido entre unas matas, observé cómo Serratusell, apuró de rodillas el humeante maestro de ceremonias. que se desplazaba al lugar en un todoterreno, -Esperma de obispos -recitaba el tal Eduardo con voz hacía lo que podía para adecentar el lugar de la ceremonia. Ésta iba a tener lugar la noche del 24 de Diciembre; me bastaria con llegar allí a primera hora de la mañana y bus- truculenta-. iAgua corrupta de pila bautismal! iSangre de vírgenes y de recién nacidos! car un escondite para asistir a ella en calidad de testi- nLSD o algo parecidon,corregí escondite. mentalmente desde mi go privilegiado. La droga le enloqueció. Serratusell empezó a saltar y a Era cuestión de esperar. Esperar a que llegara el día y bailar frenéticamente, esperar a que llegara algún nuevo cliente. obscenas de lo que yo habría podido imaginar. Nada. Al aullando palabras mucho más parecer, mientras existieran agencias con despachos de Sobre el altar, Amanda se arremangó la túnica hasta el diseño, secretarías desvergonzadas y equipos de detectíves, nadie se molestaba en contratar los servicios de Jr solitario. ombligo. Serratusell hizo lo mismo con su hábito; tam~ bién él iba desnudo como un monstruo bajo las ropas. Tambaleándose de película, la punta de su pene erecto hasta la congestión precediéndole quínce centíL<i cererlOnia empezó a medianoche. Para entonces yo e .3~a eíez rioras agazapado en una especie de altillo J .•é ::;e,)'3 Oé naber servido de coro de la ermita. metros, avanzó hasta la chica, y, de rodillas sobre ella, la poseyó entre alaridos. Apenas había acabado, cuando Eduardo puso una daga NARRATIVA 9 NARRATIVA en sus manos. -¿Fuego? -dije, mostrándole -iOh, Príncipe de las Tinieblas, Señor de la Oscuridad, Negó con un sonido gutural. dígnate a aceptar el sacrificio que tus humildes siervos estatuilla y le sonreí cálidamente. mi encendedor. Recuperé la daga y la te ofrecemos! iQue la sangre inocente derramada lave -Pues si no te apetece fumar, tendrás que contestarme la maldición a un par de preguntas. que pesa sobre este hombre! iA ti te lo imploramos, Satanás! Serratusell alzó el brazo. La daga temblaba en su mano. Al día siguiente visité a Serratusell. Cuando me hizo -iHiende su corazón! ¡Él la está esperando en su Reino! pasar a su despacho y me vio con la daga y la estatui- La daga describió un círculo en el aire y desapareció de lla por poco le da un síncope. mi campo visual al quedar tapada por el cuerpo de mi cliente. Cuando la alzó, las llamas de los cirios arranca- -Tranquilo -traté de calmarle-. sana como un melocotón. Amanda está viva. Y ban destellos rojo y plata de su hoja. Aún la hundió dos Serratusell boqueba en el aire, sin que ningún sonido veces más en el cuerpo de la chica antes de darse por satisfecho. -Pero usted me dijo ... -farfulló Tras esto, todo pareció acabar. Los dos hombres trasla- - ... que estaba desahuciada -le ayudé-o Bueno, tenía daron el cuerpo de Amanda, la daga y la estatuilla ataúd y luego lo arrastraron trabajosamente al al exte- lograra atravesar la barrera de su garganta. por fin. que hacerla, para poder llevar la investigación hasta el final. Se lo dije, pero estaba seguro de que no era así. rior. Desde mi escondite pude oír el sonido de la tierra -así la daga y golpeé con ella la superficie cayendo a paletadas sobre el féretro. la hoja se hundió en el mango y reapareció cuando de la mesa; Esperé hasta que el rugido del motor del todoterreno dejé de hacer presión-o ¿Lo ve? Un truco de cine, y de en el que habían los más sencillitos. Igual que la sangre; estaba bajo la llegado los tres me indicó que Serratusell y Eduardo partían. Entonces salí al cementerio. tetas, para ser exactos. Usted estaba demasiado droga- Soplaba un viento do como para darse cuenta de nada. nieve del tamaño helado que hacia bailar copos de de nueces. Resultó fácil averiguar dónde habían enterrado a Amanda porque la nieve túnica de la chica, en bolsas de plástico. Entre las dos -Pero ... ¿Por qué ...? ¿Con qué motivo ...? -Chantaje. Usted hubiera creído que el cadáver apuña- estaba removida. Encendí mi linterna y proyecté el haz lado de la chica seguía en el cementerio, junto de luz hacia el rectángulo de tierra desnuda. Temblaba. estatuilla La tierra, no yo. huellas dactilares. Amanda habría desaparecido Hubo una brusca sacudida y la tapa del ataúd se abrió circulación paso hacia la noche. Enfoqué al interior: Amanda, lívi- pedirle dinero a cambio de no denunciarle. da, con un par de moratones en el pecho y la túnica todo, usted está forrado perdida de sangre, casi completamente ellos son un macarra y su pupila y tenían mucho que luz, me miraba cegada por la como si después de mucho tiempo jugando con Satanás éste hubiera decidido aparecérsele lOmand con la y una daga en la que estaban impresas sus de la y Eduardo se hubiera ido encargando de Después de y tiene mucho que perder; ganar. Serratusell me miraba como hubiera mirado el hombre Casi no le dio ~iempo ni a asustarse. Vertí sobre ella el de Cromagnon a una máquina tragaperras. -¿Usted estaba en la ermita? comenido -Escondido. Cuando se fueron, tuve una conversación de Jnc .ala de gasolina que tenia preparada para ló occs·ór. rre cgócré. la boca. la e me;:i un Luckv Strike en con la presunta muerta. Y allí se aclaró todo. -Olvida una cosa -djo. Miraba con aprensión la esta- NARRATIVA tuillla. micrófono -Ah, ya. Los maléficos poderes del amigo cornudo. Esto a visitarle. Si hubo otro alguna vez, lo ignoro. Cuando es lo más divertido de todo. ¿Tiene unas pinzas? lo puse yo mismo en la estatuilla antes de ir conversamos amablemente entre vapores de gasolina, Las encontró. Me observaba sin parpadear mientras yo Amanda no mencionó micrófono las introducía su momento, no dio la más mínima importancia en la vociferante boca del maligno. Hurgué un poco y, al cabo, extraje un diminuto metálico. -jUn micrófono! -aulló -Un micrófono y un emisor -puntualicé, objeto Serratusell. alguno. Dijo que, en supuestos poderes de la estatuilla. y el falso asesinato se le había a los Lo de la maldición ocurrido cuando Serratusell, neura perdido, fue a contarle la historia de didáctico-o los incendios. En cuanto a estos, la chica no sabía si Hoy en día los hacen asi de pequeños. ¿Lo va captan- atribuirlos do? Cuando usted formulaba bre, provocados por su personalidad neurótica yobsesiva. rias ante la estatuilla, directamente sus peticiones incendia- el micrófono las trasladaba hasta el aparato de escucha de la pareja, y ellos se encargaban de pegar. fuego donde hiciera a casualidades o a simples delirios del hom- y es por esto que queda en pie la pregunta final. ¿Tiene verdaderos poderes la estatuilla? Personalmente, me falta. Sabían que tarde o temprano se pondria nervio- siento inclinado so y acudiría ¿cómo se explica que en el curso de las siete últimas a Amanda. Entonces venía la segunda parte del plan; lo de la maldición, lo de la enfermedad incurable y la parodia de asesinato. a pensar que sí. En caso contrario, noches hayan ardido siete de las principales agencias de detectives de la ciudad -entre ellas General de Le faltó poco para besuquearme. Entre un recital de Detectives, Investigaciones suspiros de alivio, me estuvo dando las gracias duran- Según los períódicos, la policía opina que se trata de la Magenta y Detectives Co.? te un cuarto de hora. Finalmente, se emperró en fir- obra de un maníaco incendiario, y no descarta la posi- marme otro cheque. bilidad de que el pirómano sea algún detective -No es necesario -dije-o Recuerde que ya me pagó. quecido por la falta de clientes, tratando Insistió tercamente. la competencia. Esteba en deuda conmigo, decía. Para él, el dinero no tenía importancia. oportunidad de demostrarme Debía darle la mi agradecimiento. -Bueno, bueno, por no ofenderle -accedí. Guardé el enlo- de eliminar a Es posíble que un día de estos vengan a interrogarme. Pero yo estoy tranquilo. Puedo demostrarles una semana sin salir de casa. que llevo talón, le di la mano y di dos pasos hacia la puerta. Una vez alli, me detuve y me di la vuelta. La estatuilla del cornudo seguía sobre la mesa-o Ahora que lo pienso ... si no necesitara la estatuilla, me gustaría guardármela como recuerdo. A menos que usted quiera conservarla, por supuesto ... Se apresuró a ponerla en mis manos. -Por favor, Ilévesela. Sáquela de mi vista. Essuya. Salí a la calle perdido en ensoñaciones ¿Hasta qué punto es líci~3 :3 rrer:ira conseguir filosóficas. como medio para un fin noble? POíC-ie Serra~usell se había quedado tranquilo gracias 3 que le 'labia mentido. El 11