Bosquejos - alacenaparaninos

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Bosquejos - alacenaparaninos
PALABRAS DE CONCLUSIÓN AL PRIMER TALLER, CUBRIENDO LA PARTE FINAL DEL CAP. 32 DE MENSAJES PARA CREYENTES NUEVOS I.
Las lecciones de la vida cristiana y la vida matrimonial son lo mismo: a) Las dos cosas son una edificación, como la edificación de una casa. Toma tiempo, toma entrega, toma seriedad absoluta – pues en lo que edificamos viviremos (Mt. 7:24‐27). b) Hay que edificar sobre la Roca sólida del Señor Jesús y Sus Palabras. c) Vendrán pruebas de Dios (como las lluvias), pruebas por el enemigo (como los vientos, y pruebas por los hombres (como los ríos). d) Si hemos edificado sobre la Roca la casa no caerá; perdurará. II.
Unas palabras fundamentales sobre las cuales debemos edificar nuestro matrimonio: a) Mt. 19:6 ‐ Nuestro matrimonio fue planeado por Dios y nuestras vidas fueron unidas por Dios. b) Dios nos unió en un yugo – la meta de nuestro matrimonio es que cooperemos con Él para llevar a cabo Su propósito eterno. Declarar este hecho es como alzar el escudo de la fe en el tiempo de la batalla. Tenemos este mismo espíritu de fe; Creemos esto, por lo cual lo declaramos. c) Debemos creer y entender que la voluntad de Dios es buena, agradable, y perfecta para nosotros (v.2). Esto se refiere a la vida de iglesia, el vivir en el Cuerpo (v.5), y también se puede aplicar a nuestra vida matrimonial, ya que es algo que Dios mismo preparó para nosotros. d) Debemos consagrarnos sin reservas a Dios, espíritu, alma, y cuerpo, para cooperar con Él en Su servicio, que está seriamente relacionado con nuestra relación como marido y mujer – Ro. 12:1 1. Invirtiendo nuestras energías en la edificación de nuestra familia. 2. Pasando tiempo a solas con el Señor a fin de aprender bien todas nuestras lecciones. 3. Practicando a detenernos cuando hay dificultades y problemas para hablar y escuchar el uno con el otro, sinceramente, objetivamente, y cabalmente para entendernos y hallar la base de los problemas, y orar juntos, buscando al Señor, permitiéndole entrar en el barco de nuestra vida matrimonial. 4. Reconociendo y confesando nuestras faltas, y perdonando el uno al otro del corazón, que resulta en olvidar lo que se ha confesado. 5. Si hay problemas que hemos intentado resolver y sin éxito, con mutuo consentimiento debemos buscar la ayuda de la iglesia para ayudarnos encontrar dónde radica el problema. CONTINÚA ABAJO 1 EL CAPÍTULO 32 ‐ EL ESPOSO Y LA ESPOSA I.
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Dedique tiempo a aprender a ser un esposo o una esposa a. Pg. 558 2° párrafo desde abajo hasta el fin. Debemos cerrar nuestros ojos a los defectos del otro Debemos aprender a estar dispuestos a ceder Debemos aprender a valorar las virtudes del otro Seamos corteses: en palabras, el vestido, la conducta, la voz Permitir que el amor crezca No seamos egoístas Dar a nuestro cónyuge la libertad de mantener secreto y de conservar posesiones personales: En un hogar, usted tiene que permitir que la otra persona tenga cierta medida de libertad y confidencialidad. A nadie le gusta perder toda su libertad; esto es propio de la naturaleza humana. Hasta Dios mismo nos da libertad. LA MANERA DE RESOLVER LOS PROBLEMAS FAMILIARES. Hay que conocer: 1) cuál es el problema de la otra persona y 2) en qué no está de acuerdo. Antes de resolver cualquier disputa, ellos primero tienen que descubrir dónde radica el problema. a) Cualquier resolución tiene que justa, o no durará. Si no se tratan de los asuntos “triviales” – se engrandecen y acumulan…..debemos considerar que nada es trivial. b) Debemos hacer que los cónyuges conversan entre sí. 1. No dejen que noticias se difundan fuera de la familia 2. Ambos deben hablar, permitiendo que cada uno termine lo que tiene que decir antes de emitir su opinión. 3. Si tan solo pueden escuchar el uno al otro, los problemas desaparecerán. 4. Una vez que se vuelven subjetivos, la discusión acabará. 5. Ellos deben esforzarse por entender qué es lo que el otro está diciendo. Ambos tienen que hacer esto con objetividad. 6. Siempre deben esforzarse por entender qué es lo que el otro está diciendo. 7. Ambos deben hablar, y después de hablar, deben orar juntos. Siempre debemos buscar una solución por medio de la oración. 8. En cuanto se sienten a conversar y se escuchen con objetividad, la mitad del problema estará resuelto. LA NECESIDAD DE CONFESIÓN Y PERDÓN 1. Nuestros errores necesitan ser confesados, no simplemente ignorados. En cuanto a las faltas del otro, usted tiene que perdonarlas. 2. Cuando tu conyugue erra – no profundice en tal asunto ni trate de vengarse. 3. El amor no toma en cuenta el mal. Esto quiere decir que no recuerda los pecados de otros. Si usted lleva cuentas, no está perdonando. BUSCAR AYUDA DE LA IGLESIA CON EL CONSENTIMIENTO DE AMBOS 2 XII.
XIII.
1. Cuando una familia enfrenta algún problema, tiene que tratar de resolverlo, primero, por medio de convocar una reunión familiar. 2. Las disputas entre dos personas se resuelven mucho más fácilmente entre ellas dos…Las disputas entre dos personas se resuelven más fácilmente cuando no se involucra a una tercera persona. En cuanto se le informa a una tercera persona, el problema se complica. Por tanto,, la pareja debe aprender a resolver sus propios problemas y debe procurar no informar estos asuntos a otros. 3. Sin embargo, a veces uno tiene que referir cierto asunto a la iglesia…pero deber traerlo con el consentimiento de su conyugue – pero solamente después que han agotado sus propios medios de afrontar la situación. Los dos deben acudir a la iglesia, y los deben hablar. Están buscando que la iglesia les indique en donde está el problema. 4. Este tiempo no es para vengarse, ni para exponer los defectos y faltas del otro. Al hablar con la iglesia, ambas partes deben tener como propósito descubrir dónde estriba el problema. DEBEMOS VIVIR JUNTOS EN LA PRESENCIA DEL SEÑOR. 1. Hay que tener influencias positivas en la familia para poder gozar de una buena vida familiar y a fin de resolver los problemas de la familia. 2. Las familias con hijos deben separar un tiempo para orar como familia, un tiempo dedicado a esperar en el Señor y tener comunión acerca de asuntos espirituales. 3. Tanto el esposo como la esposa deben estar abiertos a que la luz del Señor los juzgue en cuanto a muchos asuntos. Ni el esposo ni la esposa deben evitar ser avergonzados. 4. A fin de que una familia pueda avanzar apropiadamente, tanto el esposo como la esposa deben vivir en la presencia del Señor. Si ellos no viven delante del Señor, su famiia tendrá problemas. LA CONCLUSIÓN: LA VIDA DE IGLESIA APROPIADA SE MANTIENE MEDIANTE UNA VIDA FAMILIAR APROPIADA. 1. Si somos descuidados en los asuntos de la familia, y si no aprendemos bien estas 12 lecciones ya mencionadas anteriormente, los problemas familiares pronto se convertirán en los problemas de la iglesia. 2. Uno puede ser un buen hermano en la iglesia sólo cuando es un buen esposo y padre en su hogar. 3. Una vida de iglesia buena se mantiene mediante familias buenas. 3 

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