María, Madre de la Misericordia La primavera trae muchas señales
Transcripción
María, Madre de la Misericordia La primavera trae muchas señales
María, Madre de la Misericordia La primavera trae muchas señales de nueva vida. El mes de mayo es tiempo oportuno para celebrar a nuestras madres y también a María, madre de todos. Entre sus muchos títulos de honor, se conoce a María como Madre de Misericordia. En su diario, Santa Faustina Kowalska recordó escuchar a María misma decir “Soy la Reyna del Cielo, pero también soy la Madre de Misericordia y madre de todos.” La Madre de la Misericordia es la intercesora perfecta para las madres de hoy, en el mundo tan complejo. Su amor, tierno y constante nos forma conduciéndonos a Cristo. Cuando erramos es paciente y compasiva, ofreciéndonos el amor de siempre. Así es el amor de madre, un amor para siempre. Papa Francisco dice que “María es la que sabe transformar una cueva de animales en casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura. Ella es la esclavita del Padre que se estremece en la alabanza. Ella es la amiga atenta que no falte el vino en nuestras vidas. Ella es la del corazón abierto por la espada, que comprende todas las penas.” (286 Evangelii Gaudium) ¿Qué transforma un lugar ordinario en hogar? Es el amor de madre. ¿Qué convierte la escasez en abundancia? Es el amor. ¿Qué hace que el sufrimiento se convierta en compasión? Es su manta de amor y protección maternal que comparte con todos. Durante su viaje a la Tierra Santa en mayo del 2009, Papa Benedicto XVI habló de Nuestra Señora reiterando sus títulos, “Madre de la Misericordia y Reyna de la Paz”. En la misa que celebró en el Estadio Internacional de Ammán, habló del “carisma profético de las mujeres como portadoras del amor, maestras de misericordia y artesanas de la paz.” La Madre de la Misericordia es un gran ejemplo de las virtudes a las que debemos aspirar. De hecho, el contexto familiar provee tierra fértil para practicar la paciencia, la compasión y el amor. María es Madre del perdón en el amor, y del amor en el perdón. María está al servicio de la Misericordia de Cristo desde el misterio de la Encarnación por obra del Espíritu Santo. Proyecta su amor sobre Cristo en la cruz con ternura de madre. Lo sigue proyectando sobre la Iglesia; el Cuerpo de Cristo, es decir nosotros. María nos ofrece la Misericordia de Cristo y nos orienta hacia Él, hacia la Eucaristía. Es por eso que también es obra de amor cuando las madres, orientan a sus hijos hacia Cristo. Con el amor de madre, ese amor para siempre, encomendamos los hijos de cualquier edad, a Nuestra Señora, orientándoles también al amor de Cristo. Las madres dan vida, claro está; pero es en Cristo y con Cristo la nueva vida - la vida eterna. Rebecca M. Piña