Situación República Democrática del Congo
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Situación República Democrática del Congo
CONSEJO DE SEGURIDAD – Situación República Democrática del Congo 1 - Información del país Capital: Kinshasa, Idiomas: francés (oficial), lingala, kikongo, swahili, tshiluba; Forma de Gobierno: Republica semipresidencialista; Presidente: Joseph Kabila; Superficie: 2.344.860km; Población: 71.712.867 Es miembro de Naciones Unidas (ONU), Unión Africana (UA), y COMESA. Religión: El cristianismo es la religión mayoritaria, seguido por cerca del 80% de la población. En este grupo se incluyen católica 50%, protestante 20%, Kimbanguist del 10%. Economía: La economía de la República Democrática del Congo, una nación provista de grandes recursos naturales, ha decaído drásticamente desde la mitad de la década de 1980. Los dos conflictos recientes (la primera y la segunda Guerra del Congo) que comenzaron en 1996, han reducido la producción del país y sus ingresos estatales. Es considerado según el Índice Humano de Desarrollo del año 2011 como el país más pobre del mundo, ubicándose en el puesto 187, con un índice de apenas 0,286, que contrasta abismalmente con el 0,943 del número 1, Noruega. Situado en la zona de los grandes lagos de África, es el segundo país más extenso del continente, después de Argelia. Limita con la República Centroafricana y Sudan del Sur al norte, Uganda, Ruanda Burundi y Tanzania al este, Zambia y Angola al sur, y la República del Congo al oeste. Tiene acceso al mar a través de una estrecha franja de 40 Km. de costa, siguiendo el río Congo hasta el golfo de Guinea. 1.1 Historia y Cronología del Conflicto hasta el 2006: Ano que se celebran las primeras elecciones democráticas desde su independencia en 1960 Luego de una colonización particularmente brutal por parte de Bélgica, la colonia alcanzo la independencia en 1960, para transformarse en el Zaire (nombre puesto por Mobutu) de la mano del dictador Mobutu Sese Seko. Durante su mandato el país se vio sometido a un gobierno autoritario y violento, que arruinó su economía. Zaire era en ese momento el mayor exportador mundial de cobalto, el cuarto productor de diamantes y se ubicaba entre los diez mayores productores del mundo de uranio, cobre, manganeso y estaño. El cobalto utilizado por la industria aeronáutica y espacial de Estados Unidos provenía en su mayor parte de Zaire. Pero la corrupción imperante en el país llevó a la economía a una situación grave. Mobutu enfrentó, en setiembre de 1991, una importante sublevación popular en diversos puntos del país, desencadenada tras un aumento general de precios y el fracaso de una conferencia convocada para introducir reformas democráticas. En noviembre de 1991, la Unión Sagrada constituyó un "gobierno paralelo" y llamó a las Fuerzas Armadas a derrocar el régimen de Mobutu. A comienzos de 1992 se puso en marcha la Conferencia Nacional, con el fin de realizar reformas a la Constitución y hacer efectiva la transición a la democracia. En febrero del mismo año se suspendió la Conferencia, lo que motivó el levantamiento de una parte del Ejército y miles de manifestantes pedían la renuncia del presidente. El genocidio en Ruanda y la llegada masiva de refugiados de ese país crearon un foco de tensión en el este de Zaire. La tensión aumentó en 1996, después de que milicianos rwandeses, apoyados por soldados zaireños, iniciaron una "purificación étnica" en la región este de Masisi, expulsando y matando a tutsis que vivían desde generaciones en esta zona de Zaire. En noviembre y diciembre de ese año, el conflicto entre grupos armados tutsis y los restos del ejército rwandés (de mayoría hutu) adquirió la magnitud de una guerra civil. En los primeros meses de 1997, las fuerzas opositoras conquistaron con facilidad casi la totalidad del país y una serie de estados, Sudáfrica, Estados Unidos, Francia y Bélgica, intentaron mediar para buscar una solución pacífica al conflicto. El 16 de mayo Mobutu salió del país rumbo a Marruecos y al día siguiente las tropas opositoras entraron en la capital. El nuevo gobierno cambió el nombre de Zaire por el antiguo de República Democrática del Congo y anunció una serie de medidas de recuperación. En agosto de 1998 estalla la guerra civil que enfrenta a los grupos rebeldes apoyados por Uganda, Ruanda y Burundi, con el régimen del nuevo presidente Kabila, apoyado por Angola, Sudán, Zimbabwe, Namibia y Chad. Así el país estaba dividido en dos grandes zonas: una parte del norte y del este estaba controlado por los rebeldes y el resto por el gobierno. El involucramiento de diversos actores regionales y la magnitud del conflicto hacia el año 1998 llevaron a que fuera calificado como la Primera Guerra Mundial Africana En julio de 1999, los países implicados firmaron un acuerdo de alto al fuego con Laurent Kabila, el cual nunca fue respetado por las partes implicadas dado que los rebeldes se negaron en un principio a sumarse a dicho acuerdo. Estaban divididos en dos facciones: por un lado, la RDC (Agrupación Congoleña para la Democracia), apoyada por Ruanda; y por el otro, el MLC (Movimiento para la Liberación del Congo), presidido por Ernesto Wamba y apoyado por Uganda. Laurent Kabila es asesinado en enero del 2001, y asume al poder su hijo, Joseph Kabila. El nuevo presidente rápidamente comenzó negociaciones para finalizar la guerra y firmó el Acuerdo de Pretoria, en Sudáfrica, en 2002. Gran parte del este del país sigue siendo inseguro, principalmente por las continuas actividades de las Fuerzas Democráticas para la liberación de Ruanda en las provincias de Kivu del Norte y del Sur. El 30 de julio de 2006 se celebraron en el país las primeras elecciones multipartidistas y libres desde la independencia en 1960. Joseph Kabila consigue ser reelegido. 1.2 El conflicto La República Democrática del Congo (RDC) es un país con una posición estratégica: situada en el centro de África Subsahariana; tiene fronteras con nueve naciones y posee importantes recursos naturales y minerales. Ha visto frustradas sus esperanzas de avanzar hacia una situación socio económica favorable y una política estable a lo largo de su historia reciente, el escenario es continuo de guerra e inestabilidad que ha azolado al país durante más de 30 años. En el conflicto congolés es muy complejo por la gran cantidad de actores existentes, y los intereses que se mezclan entre estos, además de los internos, han sido protagónicos los regionales y extrarregionales. Las riquezas del país, han estado en el centro de la injerencia extranjera y en la continuación del conflicto en la actualidad, es inaceptable que el país africano más rico en recursos naturales, sea el segundo en la cola del Índice de Desarrollo Humano. 1.3 Los Acuerdos de Paz El Acuerdo de Lusaka constituyó el fundamento jurídico sobre el que se basó inicialmente la creación de la Misión de Naciones Unidas para el Congo (MONUC) en 1999. Las partes beligerantes, con apoyo de representantes de la sociedad civil, decidieron pedir a la Organización de Naciones Unidas (ONU) un plan de acción para la aplicación del alto al fuego. Este plan debía verificar y supervisar el desarme, la desmovilización, el reasentamiento y la reinserción a la vida civil de los grupos armados, así como la retirada de las fuerzas extranjeras del territorio de la RDC. Pero, aún cuando Lusaka preveía una operación coercitiva, el mandato encomendado a MONUC por el Consejo de Seguridad excluyó el uso de la fuerza hasta la primavera de 2005. Este acuerdo firmado en Lusaka no respetado por ninguna de las partes en el conflicto. A partir del 2001, Joseph Kabila el nuevo Presidente de la República se reunió con Paul Kagame, en los Estados Unidos, comprometiéndose ambas partes al cumplimiento, del tratado de Lusaka y de llevar a cabo las recomendaciones de la ONU. Los intentos de poner fin a la violencia en el Congo fracasaron reiteradamente. En abril de 2002, bajo los auspicios del presidente de Sudáfrica Thabo Mbeki se realizaron conversaciones de paz en la ciudad de Sun City con el fin de establecer las bases de un país unificado, con un sistema democrático, multipartidista y de elecciones abiertas. El Acta final de Sun City aprobó la integración del gobierno y los grupos armados de oposición en el gobierno nacional de transición (GNT), en el cual Joseph Kabila mantuvo su cargo de presidente y se establecieron cuatro vicepresidentes, representando respectivamente al gobierno, MLC, al RCD/Goma y a la oposición no armada. El acuerdo establecía una fase de transición de 2 años (hasta el 2006), al término de la cual se debían organizar elecciones generales. El problema del ejército, era una cuestión fundamental para el restablecimiento de la paz, con la creación de nuevas fuerzas armadas congoleñas que debían integrar a los diferentes grupos armados de oposición. El 30 de julio del mismo año se firmó en la ciudad sudafricana de Pretoria, un tratado que puso a término a buena parte de los problemas entre Ruanda y la RDC. Entre los principales puntos del acuerdo estaban la retirada de 20.000 soldados ruandeses del territorio congoleño, y el desarme de las guerrillas hutus interhawes. El mismo se complementó el 17 de diciembre con la firma del Acuerdo Global e inclusivo de Pretoria. Entre los firmantes estaban: el MLC, dos facciones del RCD, representantes de la Sociedad Civil y miembros de las milicias Mai-Mai. Aunque este acuerdo haya puesto fin oficialmente a la guerra, no condujo al cese total de los combates al este de la RDC. Varias reuniones han sido celebradas desde que, supuestamente, el conflicto había llegado a su fin en el 2003, lo que demuestra que la estabilidad en la RDC ha sido difícil de alcanzar y que el conflicto persiste hasta hoy. La Cumbre Africana sobre la Región de los Grandes lagos celebrada en el 2004 en Dar el Salam, en la cual, 15 países de África, firmaron una declaración de paz que incluía acuerdos sobre seguridad, democracia y desarrollo, entre los firmantes se encontraban los líderes de la RDC, Kenia, Sudán, Burundi, Malawi, Mozambique, Sudáfrica, República del Congo y República Centroafricana. Las elecciones democráticas celebradas en el país en el 2006, ganadas por Joseph Kabila con el 58% de los votos, generaron esperanza para poner fin de una vez al conflicto. Sin embargo, la situación se ha mantenido tensa en la región al este del país. El grupo rebelde Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP) liderado por el tutsi Laurent Nkunda, con el apoyo de los tutsis ruandeses fueron acusados de violaciones, matanzas arbitrarias y desplazamientos sistemáticos de civiles. En el año 2008, se firmaron acuerdos en la ciudad de Goma, donde el gobierno del país y más de 20 milicias armadas y rebeldes, entre ellas, la del General Laurent Nkunda trataron de poner fin a los enfrentamientos por vía diplomática. El acuerdo incluía el despliegue de tropas de mantenimiento de paz de la ONU. De nuevo, se firmó un acuerdo, que tuvo su sede en Nairobi, en los primeros días del mes de noviembre, con la mediación del Secretario General de la ONU. Se reunieron 6 jefes de Estados africanos, entre ellos Paul Kagame y Joseph Kabila. Se impuso el “alto al fuego inmediato” y al acceso del personal humanitario a las personas desplazadas y fueron designados como mediadores los presidentes Obasanjo (Nigeria) y Mpaka (Tanzania). Los participantes en la cumbre coincidieron en que el ejército congolés no era capaz de hacer reinar la paz, ni de actuar para desarmar a los grupos armados que actuaban en el este del país. Por tal motivo se invocó la necesidad de fortalecer el ejército congolés, bajo la MONUC. El papel de la MONUC: La MONUC no era concebida como una misión estática, si bien sus objetivos de construcción y mantenimiento de la paz eran claros, se fue adaptando a las nuevas circunstancia que envolvían al país. Fue una misión muy compleja que debía hacer frente a uno de los conflictos más complejos del siglo XXI; debido a la multiplicidad de actores implicados que luchaban por sus causas particulares, y en una zona estratégica de obtención de recursos naturales, codiciados por las grandes superpotencias como Estados Unidos y China entre otros estados que quieren asegurarse su abastecimiento, y por empresas multinacionales interesadas en su explotación. La misión de la MONUC fue ampliando personal hasta llegar a contar con una dotación de personal de 25.000 miembros entre personal civil y militar en 2010, y una inversión total de 8.730 millones de dólares. En 2010, la situación evidentemente ya no era la misma, se habían conseguido grandes avances, si bien no una total pacificación, por lo que se decidió adaptar de nuevo la misión de Naciones Unidas esta vez cambiando de nombre y cometido y un poco su estructura, así por la resolución S/RES/1925, en julio de 2010 se pasó a denominar Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUSCO). La misión de la MONUSCO, también incluían la celebración de elecciones, eso es importante ya que nunca antes en la RDC había habido elecciones libres con un sistema de partidos. En 2006 hubo los primeros comicios del que salió como presidente de la República Joseph Kabila ganando a su rival Jean-Pierre Bemba, y en diciembre de 2011 otra vez salió ganador Joseph Kabila esta vez frente a Etienne Tshisekedi, no sin un clima de cierta violencia que causó varios muertos los días anteriores a los comicios y posteriores acusaciones de fraude. En marzo de 2009, se llegaron a unos nuevos acuerdos de paz con los grupos armados que permitió el desarme de más de 1.000 combatientes de milicias Mai-mai, y su inclusión en las FARDC(S/2010/134) así como de combatientes de la CNDP, que debía emprender su desaparición como grupo armado integrando sus combatientes en las FARDC y transformarse en un partido político. Estos acuerdos fueron importantes ya que se prevé que se sumen más combatientes a dejar las armas o a integrarse en las FARDC. Sin embargo las milicias de la FDLR siguen activas combatiendo a las FARDC. Los acuerdos de paz también provocaron la creación de un nuevo grupo el Mouvement 23 Mars (M23) formado por tutsis, que tiene el control de zonas estratégicas y ya ha provocado el desplazamiento de una gran parte de la población local en la que se ubican, cerca de la frontera con Uganda. 1.4 Misión de estabilización en la República Democrática del Congo MONUSCO La MONUSCO se hizo cargo de una operación anterior de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, la Misión de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUC) el 1 de julio de 2010. Se hizo con arreglo a la resolución 1925 del Consejo de Seguridad de 28 de mayo para reflejar la nueva fase alcanzada en el país. La nueva misión ha sido autorizada a utilizar todos los medios necesarios para cumplir su mandato relativo, entre otros aspectos, a la protección de los civiles, el personal humanitario y los defensores de los derechos humanos que se encuentren en peligro inminente de sufrir violencia física y apoyar al Gobierno de la República Democrática del Congo en sus iniciativas de estabilización y consolidación de la paz. Mandato de la Misión Al aprobar por unanimidad la resolución 1925 (2010) en virtud del Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad decidió que la MONUSCO se desplegaría hasta el 30 de junio de 2011, autorizándola a que concentrase sus fuerzas militares en la zona oriental de la República Democrática del Congo, al tiempo que mantenía una fuerza de reserva con capacidad para el despliegue rápido en cualquier otra parte del país. El Consejo decidió que la MONUSCO tendría, además de los componentes civil, judicial y penitenciario correspondientes, una dotación máxima de 19.815 efectivos militares, 760 observadores militares, 391 agentes de policía y 1.050 agentes de unidades de policía constituidas. Las reconfiguraciones futuras de la MONUSCO se determinarían teniendo en cuenta la evolución de la situación sobre el terreno, lo que incluye: la conclusión de las operaciones militares que se llevan a cabo en Kivu del Norte y Kivi del Sur y la Provincia Oriental; el aumento de la capacidad del Gobierno para proteger eficazmente a la población; y la consolidación de la autoridad del Estado en todo el territorio. Haciendo énfasis en que debe darse prioridad a la protección de los civiles, el Consejo autorizó a la MONUSCO para que emplee todos los medios necesarios a fin de cumplir su mandato de protección, incluida la protección efectiva de los civiles, el personal humanitario y los defensores de los derechos humanos que se encuentren en peligro inminente de sufrir violencia física, además de proteger al personal, los locales, las instalaciones y el equipo de las Naciones Unidas. La misión también respaldaría los esfuerzos del Gobierno para luchar contra la impunidad y garantizar la protección de los civiles ante las violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario, incluido todo tipo de violencia sexual y basada en el género. En el ámbito de la estabilización y la consolidación de la paz en la República Democrática del Congo, la MONUSCO, entre otros aspectos, prestaría asistencia al Gobierno, junto con los asociados internacionales y bilaterales, para fortalecer su capacidad militar, incluidas la justicia y policía militar; apoyar la reforma de la policía; elaborar y aplicar un programa multianual conjunto de las Naciones Unidas de apoyo a la justicia a fin de desarrollar la cadena de justicia penal, la policía, el poder judicial y el sistema penitenciario en zonas afectadas por el conflicto y prestar apoyo programático estratégico a nivel central en Kinshasa; apoyar los esfuerzos del Gobierno congoleño por consolidar la autoridad del Estado en el territorio libre de grupos armados. Además, el Consejo encomendó a la MONUSCO el control de la aplicación del embargo de armas impuesto con arreglo a la resolución 1896 (2009), y requisar o recoger todas las armas o materiales conexos cuya presencia en el país infrinja la prohibición. El Consejo encomendó también a la MONUSCO prestar apoyo técnico y logístico para la organización de elecciones nacionales y locales, previa solicitud expresa de las autoridades congoleñas y en la medida de sus posibilidades y recursos. Para obtener más información sobre el mandato de la MONUSCO, es necesario la resolución 1925 (2010) del Consejo de Seguridad. El 28 de marzo de 2013, en apoyo de los objetivos del Marco de Paz, Seguridad y Cooperación para la República Democrática del Congo, y en respuesta al llamamiento de los Gobiernos de la región africana de los Grandes Lagos, el Consejo de Seguridad aprobó por unanimidad la resolución 2098 (2013) , por la que se prorrogaba hasta el 31 de marzo de 2014 el mandato de la MONUSCO y se establecía una “brigada de intervención” especializada para reforzar la operación de mantenimiento de la paz. En dicha resolución, el Consejo decide prorrogar el mandato de la MONUSCO por un período inicial de un año y dentro de los límites de la dotación máxima autorizada de 19.815 efectivos, con carácter excepcional y sin que constituya un precedente o sin perjuicio de los principios convenidos del mantenimiento de la paz, será una “Brigada de Intervención” Datos importantes sobre el conflicto: Para las Naciones Unidas este es un conflicto de gran importancia ya que en el mismo se encuentra desplegada la misión más grande del organismo en la actualidad. La misma está compuesta por cerca de 19.000 cascos azules (el contingente más grande desplegado por Naciones Unidas), una misión de asistencia electoral y una multitud de organismos que colaboran política y humanitariamente con el gobierno de transición (entre ellos se encuentran UNICEF, PNUD, ACNUR, ONUSIDA, etc.). RDC es uno de los mayores países de África, con una población de 65 millones de personas, aparece entre los últimos diez puestos del Índice de Desarrollo Humano Mundial 2011. Cuenta con una de las más grandes reservas de minerales en el mundo, entre los que se encuentran los diamantes, cobre, oro y reservas no exploradas de petróleo. Por lo tanto, los intereses económicos de sus vecinos y de las grandes potencias han sido trascendentales en el desarrollo histórico del país. Desde 1998, se estima que 5,4 millones de personas han perdido la vida en el conflicto más mortífero desde la Segunda Guerra Mundial. Uno de cada tres niños del país no puede asistir al colegio, y la mayoría de las personas no llegan a cumplir los 50 años. La violencia ha sido agravada por la explotación ilegal de los recursos minerales, un estado sin ley junto a una débil autoridad estatal y fronteras defectuosas que permitieron el comercio de armas. En 2009, el gobierno de la República Democrática del Congo (con el respaldo la ONU) lanzó una ofensiva militar en el este del país, con el objetivo de desarmar a la milicia de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda. El resultado fue un aumento masivo del número de violaciones y asesinatos de la población civil. Unas 900.000 personas huyeron de sus hogares durante ese año, y miles de casas fueron quemadas. En el norte de la Provincia Oriental, el Ejército de Resistencia del Señor o LRA ha aterrorizado a las comunidades durante años, y los ataques han aumentado durante los dos primeros meses de 2011, con más de 50 saqueos, asesinatos y secuestros. Más de 320.000 personas han huido de sus hogares para escapar de la violencia que ha matado al menos a 1.400 civiles en la RDC desde 2008, y más de 1,7 millones han quedado sin hogar en el país. El Ejército de Liberación del Señor (LRA), que opera en la República Democrática del Congo (RDC), en la República Centroafricana y en Sudán, siguió atacando regularmente a civiles en los tres países, desplazando a decenas de miles de personas. En 2010, 306 ataques del LRA de los que se tuvo noticia sumaron 355 víctimas y 680 secuestros. 2- Situación actual del conflicto en la República Democrática del Congo Zona Oriental en Conflicto Kivu Norte y Kivu Sur 2.1 La crisis en la zona este del país Si bien en los últimos 14 años se ha avanzado en la promoción de la estabilidad en la República Democrática del Congo, la crisis causada por la rebelión del M23 ha puesto de relieve la continua fragilidad de la situación en la parte oriental del país, ha destacado las similitudes con crisis anteriores instigadas por rebeliones previas y ha demostrado que todavía no se han abordado adecuadamente las causas subyacentes de la continua inestabilidad en el este del país. La crisis actual en Kivu del Norte, que comenzó en abril de 2012, el este de la República Democrática del Congo sigue sufriendo oleadas recurrentes de conflictos, crisis humanitarias crónicas y graves violaciones de los derechos humanos, como la violencia sexual y por razón de género. Han contribuido a estos ciclos de violencia la presencia prolongada de grupos armados congoleños y extranjeros, que aprovechan los vacíos de poder y la falta de seguridad en la parte oriental del país; la explotación ilegal de los recursos; la injerencia de los países vecinos; la impunidad generalizada; las disputas intercomunales; y la capacidad insuficiente del ejército y la policía nacionales para proteger de manera efectiva a los civiles y el territorio nacional, y asegurar el orden público. La parte oriental de la República Democrática del Congo ha continuado padeciendo ciclos recurrentes de conflicto y violencia persistente por parte de grupos armados, tanto congoleños como extranjeros, entre ellos la Alianza de Patriotas por un Congo Libre y Soberano (APCLS) y las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) en Kivu del Norte, los Mayi-Mayi Gedeon y los Mayi-Mayi Kata-katanga en la provincia de Katanga y el Ejército de Resistencia del Señor (LRA) en la provincia Oriental. La presencia del M23 en las inmediaciones de la ciudad de Goma, representa violación de la resolución 2076 (2012), y una amenaza para la población civil, ya que el M23 y otros grupos armados siguen cometiendo graves violaciones del derecho internacional humanitario y abusos de los derechos humanos. 2.2 ¿Quiénes son los rebeldes del M23 y cuáles son sus objetivos en el este del Congo? El grupo congoleño M23, respaldado por el Gobierno de Ruanda en las últimas semanas de noviembre de 2012, ocuparon durante diez días la ciudad de Goma, estratégica en el país, finalmente se retiraron debido a la presión internacional. Los M23 han centrado sus intereses en la parte este del Congo y están relacionados con asuntos económicos y de seguridad. La rebelión del M23 nació de forma similar a otra que recibió el nombre de CNDP (Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo). Ambas deben entenderse en el contexto de un proceso de paz fallido en el Congo. La idea general es que el Congo estuvo sumido en una guerra intermitente desde 1996 hasta 2003, una guerra en la que participaron nueve países y que fragmentó el país en, al menos, cinco partes. Se llevó a cabo un proceso de paz arbitrado por la comunidad internacional que consiguió poner fin a la guerra, unificar el país en 2003, constituir un Gobierno de transición y convocar elecciones en 2006. Hay muchas causas que provocaron la siguiente rebelión: La primera de ellas tiene relacionada con el proceso de paz, el cual colocaba en una posición de desventaja a los rebeldes de la RDC que recibían el apoyo de Ruanda (Agrupación Congoleña para la Democracia) y que controlaban alrededor de un tercio del país. No contaban con el apoyo de la población y se vieron diezmados en las urnas. De hecho, cuando se celebraron las elecciones del 2006, pasaron de controlar un tercio del país a controlar solo algunos puestos de las instituciones nacionales. Su candidato a la presidencia ganó el 1% del total de los votos. Por este motivo, no ha sorprendido que las élites del este del país y el Gobierno de Ruanda respaldaran una alternativa armada. Este nuevo grupo armado, el CNDP, surgió en las zonas montañosas para proteger los intereses tanto de las élites locales, como del Gobierno ruandés. Dichos intereses comprendían inversiones económicas, aunque también asuntos de seguridad física, que ni la comunidad tutsi ni el Gobierno ruandés vecino (también de etnia tutsi) creyeron que Kinshasa, la capital congoleña, hubiera podido garantizar. Así nació el CNDP, que luchó contra el Gobierno nacional del 2004 al 2009. La rebelión concluyó con el acuerdo de paz entre el Gobierno congoleño y el Gobierno ruandés, que integró al CNDP en las filas de su ejército nacional. Se trató de un acuerdo de paz muy inestable y volátil, ya que permitió que el CNDP mantuviese un ejército propio dentro de un ejército localizado en el este. Solo era cuestión de tiempo que este acuerdo de paz colapsara. El Gobierno congoleño en varias ocasiones trató de desmantelar estas estructuras paralelas y desplegar a los antiguos oficiales del CNDP en otros lugares. Por esa razón, el M23 es, en realidad, el resultado del colapso del acuerdo de 2009 y del fracaso del proceso de paz principal que finalizó en 2006. El M23 surge como una reacción contra Kinshasa, que intentaba dividir las estructuras de mando paralelas del CNDP. Ruanda respalda a los rebeldes Ruanda tiene más o menos controlada o mantiene su influencia sobre zonas del este del Congo desde 1996, concretamente las zonas del área montañosa que rodean el núcleo comercial de Goma. El este del Congo es importante para Ruanda por varias razones. Allí tiene intereses económicos; y los retos de seguridad principales a los que el Gobierno de Ruanda ha tenido que hacer frente desde que llegara al poder hace 18 años provenían del este del Congo. Tras el genocidio de Ruanda en 1994, el ejército y las milicias que protagonizaron las masacres volaron al este del Congo y desde entonces han continuado haciendo campaña contra el Gobierno del país. El partido en el poder del Gobierno de Kigali (la capital de Ruanda), el FPR (Frente Patriótico Ruandés), es un antiguo movimiento rebelde en sí mismo. Sigue existiendo una cultura del control, especialmente en términos de amenazas internas, que a veces llega hasta el Congo. Esta cultura de control ha permitido el desarrollo de una organización muy eficiente y también ha dado como resultado una postura muy agresiva contra su Gobierno vecino congoleño. El Gobierno ruandés no confía en absoluto en el Gobierno congoleño y creen que la única manera de asegurar sus propios intereses es apoyando una rebelión armada. Los recursos en la zona Goma y en el resto del este del Congo El este del Congo es enormemente rico, pero esa riqueza está vinculada a la minería artesanal, excavaciones en el fondo de los ríos y en las laderas de las montañas. Hay grandes cantidades de oro, estaño, tantalio y tungsteno, pero apenas hay explotación industrial. Por lo tanto, la manera en que los grupos se benefician de estos recursos es imponiendo impuestos a estas minas y rutas comerciales. Hay muchos minerales que proceden del Congo y que exportan las empresas locales. Dichas empresas mantienen lazos con el Gobierno de Ruanda a quien pasan de contrabando algunos de estos minerales. Desde aquí, se exportan al mercado global como si se tratara de minerales ruandeses. Esta práctica supone un porcentaje significativo, aunque no muy grande, de la producción total de Ruanda. El factor económico explica parte del problema, en este conflicto la geopolítica y la economía juegan un papel muy imperante. 2.3 Nuevos enfrentamientos cerca de la ciudad de Goma a fines de Mayo Mientras que los disturbios ligados al M23 habían cesado desde diciembre, los enfrentamientos violentos y con armamento pesado, incluidos disparos desde helicópteros y de obús, ha retornado a fines de Mayo cerca de la ciudad de Goma entre los rebeldes y las FARDC. Cada parte ha acusado a la otra de haber iniciado los combates que han provocado un letargo en la ciudad, inducido más de 30.000 desplazados que han venido a inflar el número de refugiados en Goma y provocado la suspensión de la ayuda de MSF en los campos situados en las cercanías. Por otra parte en Kivu Norte, algunas poblaciones en el nordeste de Beni se despoblaron a causa del activismo de las bandas armadas del ADF - NALU. En Masisi, se temen nuevos enfrentamientos entre las FARDC y las milicias FDLR y APCLS, en el territorio de Lubero, bandas Maï-Maï se han reagrupado en varios pueblos desde donde son susceptibles de lanzar ataques. La Monusco considera que las provocaciones vinieron del M23 que finalmente propuso el fin de las hostilidades para permitir la visita del Secretario General de las Naciones Unidas a Goma. La visita ha sido celebrada como una fuerte señal tanto por diputados de la mayoría como de la oposición. El Secretario General ha insistido, como demanda también la Unión Europea, en la urgencia de desplegar “la brigada de intervención” que aprobó el Consejo de Seguridad a finales de marzo; “debería acelerar su despliegue a la vista de la escalada de la tensión en el este del país, este despliegue se va a realizar lo antes posible en la región.” Algunos países como Tanzania y Sudáfrica ya se han comprometido a aportar tropas. La enviada especial de la ONU para la región de los Grandes Lagos, Mary Robinson, expresó su preocupación por la escalada de los enfrentamientos entre el M23 y el ejército y agregó que el sufrimiento de los desplazados, en especial de las mujeres y los niños, en esa zona del país “ha durado demasiado y no puede prolongarse más”. 2.4 La violencia persistente es un obstáculo para la Paz en el Congo La vuelta de tales ciclos de violencia sigue siendo un obstáculo para la paz en la República Democrática del Congo y amenaza la estabilidad y el desarrollo generales de la región de los Grandes Lagos. Con el fin de romper esos ciclos y asegurar que la paz sostenible se instaure en el país y en la región en general, es necesario adoptar un enfoque nuevo y general que apunte a las causas fundamentales del conflicto. Las consecuencias de esa violencia han sido devastadoras., los actos de violencia sexual y las graves violaciones de los derechos humanos se emplean habitualmente casi a diario como instrumentos de guerra. El número de personas desplazadas figura entre los más elevados del mundo y, de manera persistente, oscila en casi dos millones de personas. A pesar de esos problemas, la reciente crisis ha creado una ventana de oportunidad para abordar las causas profundas del conflicto y poner fin a los ciclos recurrentes de violencia. Cada vez se advierte con más claridad que la trayectoria actual es insostenible. A partir del momento en que cesen las hostilidades, es preciso que el Gobierno de la República Democrática del Congo adopte medidas concretas, con el respaldo de sus asociados, los países de la región y la comunidad internacional y sustentado en las iniciativas ya emprendidas por la Conferencia Internacional de la Región de los Grandes Lagos y la Comunidad de África Meridional para el Desarrollo. 3- Acontecimientos relevantes en el ámbito político y de seguridad de los últimos seis meses en el país En los primeros meses de este año han tenido lugar acontecimientos que podrían marcar un camino de esperanza para la estabilidad y la seguridad en la región. En el ámbito de seguridad, es la creación de “la brigada de intervención”, el Consejo de Seguridad aprobó una resolución en la que se crea una “brigada de intervención” que apoyara las operaciones de la MONUSCO y al ejército congoleño, esta brigada incluye tropas de Tanzania, Malawi y Sudáfrica; se estableció para neutralizar a los grupos rebeldes armados. En el ámbito político es la firma del Acuerdo de Paz, Seguridad y Cooperación para la región (MPS) firmado por 11 estados africanos, junto con el nombramiento de una enviada especial de las Naciones Unidas Mary Robinson para la región de los Grandes Lagos, representan un gran avance en el largo camino hacia la estabilidad política de la región. Con respecto al Acuerdo de Paz para la República Democrática del Congo, firmado en febrero pasado por once líderes africanos. Ban Ki Moon sostuvo ante la prensa que el acuerdo constituye la esperanza de paz más sólida en una generación, no obstante, agregó que ese pacto debe traducirse en acciones concretas. Otro avance importante tiene que ver con los diálogos de paz entre el gobierno congoleño y el grupo rebelde M23; estos fueron suspendidos en el mes de Abril del 2012 pero podrían retomar su curso en este momento, este acontecimiento es de suma importancia debido al contexto político actual, teniendo en cuenta el Acuerdo de Paz firmado por estados de la región y el nombramiento de la enviada especial de las Naciones Unidas para la región. Estos avances constituyen una buena ocasión que hay que aprovechar para lograr que el plan de estabilización política y de seguridad pueda ser concretado con un apoyo y cooperación entre los distintos actores que están implicados en este largo proceso. 3.1 Diálogos de Paz entre el gobierno congoleño y el grupo M23 El grupo M23, formado por las tropas desertoras de las fuerzas armadas anunció que enviará una delegación a Kampala, Uganda, a fin de reanudar el diálogo con el Gobierno congoleño. El M23 “confirma que su delegación viajará a Kampala para continuar con el diálogo", dijo Bertrand Bisimwa, líder político del grupo armado opositor, en un comunicado fechado el 5 de junio. El diálogo de paz comenzó en diciembre de 2012 pero se encontraba en un punto muerto desde la división del movimiento M23 en febrero. El M23 justifica esta decisión de retomar las conversaciones en las declaraciones del Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, y su Representante Especial para la región de los Grandes Lagos, Mary Robinson, durante una gira a finales de mayo que les llevó a la República Democrática del Congo, Ruanda y Uganda. En ese viaje, Ban Ki-Moon y Mary Robinson pidieron una "solución política para abordar las causas profundas de la crisis en el este de República Democrática del Congo" manifestó Bisimwa. En marzo, después de que se votara la Resolución 2098 del Consejo de Seguridad que establece la intervención de la brigada de la MONUSCO destinada a combatir los grupos armados en el este del país, Kinshasa pidió al M23 "que se disuelva". Un tercio de las tropas de esta brigada ya han llegado a Goma, capital de Kivu Norte, y han comenzado a patrullar esta estratégica ciudad que estuvo ocupada por el M23 durante diez días a finales de noviembre. El pasado 28 de mayo, fue consultado el coordinador del Mecanismo Nacional de Supervisión del Acuerdo Marco de Addis Ababa, François Mwamba por el bloqueo de las conversaciones entre el Gobierno congoleño y el M23 en Kampala, este consideró que el bloqueo no podía atribuirse a Kinshasa. "Si existe un bloqueo, no es a causa de que la República Democrática del Congo", ha asegurado, explicando que el Gobierno espera que la propuesta final de la mediación para poner fin a las conversaciones. 3.2 El Acuerdo Marco y el Consejo de Seguridad La preocupación del Consejo de Seguridad sobre el deterioro de la seguridad y la situación humanitaria en el este de la RDC ha aumentado en los últimos años. En noviembre de 2012, el Consejo de Seguridad adoptó la resolución 2076, que solicitaba que el secretario general ampliase las opciones para un diálogo de alto nivel entre las partes en el conflicto, incluido un posible encuentro con el enviado especial de la ONU para la región. El Consejo de Seguridad reconoce la importancia del acuerdo marco y su potencial al traer consigo un proceso que proporcionará estabilidad en la región. El 28 de marzo de 2013, el Consejo de Seguridad adoptó la resolución 2098, que acogió la adopción del acuerdo marco y el encuentro con Mary Robinson, enviada especial del secretario general para los Grandes Lagos. 3.3 La enviada especial del Secretario General para la región de los Grandes Lagos El 18 de marzo de 2013, el Secretario General nombró a Mary Robinson como su enviada especial para la región de los Grandes Lagos de África. El mandato de Robinson hace hincapié en estimular a las partes del acuerdo marco a cumplir sus compromisos y a apoyar los esfuerzos para, así, alcanzar soluciones duraderas para la región. Para poner en marcha su mandato, la enviada usará su capacidad para fortalecer las relaciones entre los países y fomentar medidas alentadoras para acabar con el conflicto. También revitalizará la implementación de los acuerdos existentes para promover la integración regional y profundizará en el desarrollo de los parámetros de referencia, que prevén medidas cuantificables para estimular la implementación completa del acuerdo marco. Además, abordará desafíos comunes en materia de economía, reducirá la vulnerabilidad económica y mejorará los indicadores de desarrollo humano, como parte de los parámetros de parámetros de referencia que ayudarán a fomentar la integración regional como vía para promover la confianza entre vecinos. Robinson expresó su confianza en el éxito del acuerdo para la paz y seguridad en la República Democrática del Congo. Mary Robinson pidió a los líderes de la región a mantener una “voluntad política y un sentido de urgencia para la paz”, sostuvo que existen razones para pensar que el Marco de Trabajo para la Paz, la Seguridad y la Cooperación para el este congoleño, firmado en febrero, saldrá adelante. No obstante, advirtió que si este nuevo esfuerzo no prospera las consecuencias serán muy graves tanto para la República Democrática del Congo como para los países vecinos. En este contexto, Robinson instó a aprovechar el momento para resolver las causas de fondo del conflicto y no limitarse a mitigar las consecuencias del mismo, señaló que en el pasado se han alcanzado acuerdos en la búsqueda de la paz que no se han concretado pero esta vez tiene que ser diferente y deben implementarse de inmediato todos los planes de paz de la región Para apoyar el proceso de paz el presidente del Banco mundial anuncio una ayuda de mil millones de dólares a tipo de interés nulo para África de los Grandes Lagos: estará destinado a energía, agricultura, comercio transfronterizo, salud y empleo. 3.4 Marco para la Paz, la Seguridad y la Cooperación en la República Democrática del Congo y la región (MPS): S/2013/131 Con el fin de hacer frente a las causas subyacentes del conflicto y asegurar que la paz sostenible arraigue en el país y en la región, representantes de 11 países de la región, los presidentes de la Unión Africana, la Conferencia Internacional de la Región de los Grandes Lagos, la Comunidad de África Meridional para el Desarrollo y el Secretario General de las Naciones Unidas suscribieron el Marco de Paz, Seguridad y Cooperación para la República Democrática del Congo y la Región el 24 de febrero de 2013, en Addis Ababa, Etiopía. El marco establece un mecanismo nacional de supervisión, dirigido por el Presidente de la República Democrática del Congo, Joseph Kabila, que acompañará la ejecución de las medidas a nivel nacional. Establecido en el Gobierno de la República Democrática del Congo, contará con el apoyo de las Naciones Unidas, la Unión Africana, el Banco Mundial, el Banco Africano de Desarrollo y otros asociados bilaterales o multilaterales de la República Democrática del Congo cuya participación se ha acordado. El marco también establece un mecanismo de supervisión regional, conocido como el mecanismo “11+4”, en el que participan los dirigentes de la República Democrática del Congo, Angola, Burundi, la República Centroafricana, el Congo, la República Unida de Tanzania, Ruanda, Sudáfrica, Sudán del Sur, Uganda y Zambia, y la actuación de las Naciones Unidas, la Unión Africana, la Comunidad del África Meridional para el Desarrollo (SADC) y la Conferencia Internacional sobre la Región de los Grandes Lagos como garantes. Estará estrechamente vinculado con las medidas regionales que aplican la Unión Africana, la Conferencia Internacional sobre la Región de los Grandes Lagos, la SADC, y otros asociados internacionales, incluidos la Unión Europea, Bélgica, Francia, los Estados Unidos de América y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, que también le brindarán su apoyo Este nuevo enfoque general implicará la adopción de medidas a nivel nacional para hacer frente a las tareas pendientes de la construcción del Estado, consolidar las instituciones democráticas en beneficio de la población congoleña y crear condiciones para el desarrollo sostenible. Exigirá la adopción de medidas a nivel regional para atender las preocupaciones y los intereses legítimos de todos los países de la región de los Grandes Lagos; y la adopción de medidas a nivel regional en apoyo a esas iniciativas. Los principios que se enuncian en cada uno de estos niveles constituirán compromisos en los siguientes ámbitos: Para el Gobierno de la República Democrática del Congo, un compromiso renovado de: • Continuar y profundizar la reforma del sector de la seguridad, en particular respecto del Ejército y la Policía; • Consolidar la autoridad del Estado, particularmente en la parte oriental de la República Democrática del Congo, incluso para impedir que los grupos armados desestabilicen a los países limítrofes; • Hacer avances en materia de descentralización; • Fomentar el desarrollo económico, incluida la expansión de la infraestructura y la prestación de los servicios sociales básicos; • Promover la reforma estructural de las instituciones del Estado, incluida la reforma financiera; • Impulsar el programa de reconciliación, tolerancia y democratización; Para la región un compromiso renovado de: • No injerirse en los asuntos internos de los países limítrofes; • Abstenerse de tolerar o prestar asistencia o apoyo a cualquier tipo de grupo armado; • Respetar la soberanía y la integridad territorial de los países limítrofes; • Fortalecer la cooperación regional incluso mediante una profundización de la integración económica, prestando especial atención a la cuestión de la explotación de los recursos naturales; • Respetar las inquietudes e intereses legítimos de los países limítrofes, en especial respecto de las cuestiones relacionadas con la seguridad; • Abstenerse de dar refugio o brindar protección de cualquier tipo a los acusados de crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad, actos de genocidio o crímenes de agresión o a las personas comprendidas en el régimen de sanciones de las Naciones Unidas; • Facilitar la administración de justicia mediante la cooperación judicial dentro de la región; Para la comunidad internacional: • El Consejo de Seguridad seguirá ocupándose de la importancia de brindar apoyo a la estabilidad de la República Democrática del Congo y de la región de los Grandes Lagos; • Un compromiso renovado de los asociados bilaterales de continuar brindando apoyo a la República Democrática del Congo y a la región, incluso con medios apropiados para asegurar la sostenibilidad a largo plazo; y de apoyar la aplicación de los Protocolos y los proyectos prioritarios del Pacto sobre la seguridad, la estabilidad y el desarrollo en la región de los Grandes Lagos; • Un compromiso renovado de promover la revitalización de la Comunidad Económica de los Países de los Grandes Lagos (CEPGL) y de apoyar la ejecución de su programa de desarrollo económico e integración regional; • Un examen estratégico de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUSCO), con objeto de fortalecer el apoyo al Gobierno a fin de que este pueda hacer frente a los problemas de seguridad y hacer valer la autoridad del Estado; • El nombramiento de un Enviado Especial de las Naciones Unidas para apoyar los esfuerzos encaminados a lograr soluciones duraderas en un plan de varias líneas que propicie la convergencia de todas las iniciativas en curso. Con el fin de promover estos principios, el Consejo exigió que todos los Estados signatarios cumplieran sus compromisos de buena fe y alentó el establecimiento de un mecanismo de supervisión en el que participaran los dirigentes de la región, así como de un mecanismo nacional encargado de supervisar el cumplimiento de los compromisos de reforma acordados por la República Democrática del Congo. 3.5 Informe del SG sobre la situación en la República Democrática del Congo y la región de los Grandes Lagos S/2013/119: 27 de febrero de 2013 El Secretario General emitió recomendaciones en el Informe del mes de Febrero último con respecto a la situación en la región. El principal punto de este documento es su propuesta para establecer un nuevo enfoque para determinar el papel de la Misión en la República Democrática del Congo (MONUSCO) Primero: debido a la débil situación de seguridad y política, en apoyo de los objetivos del marco para la paz, la seguridad y la cooperación en la República Democrática del Congo y la región, tras celebrar consultas con la Unión Africana, la SADC y la Conferencia Internacional sobre la Región de los Grandes Lagos, que inicialmente concibieron la idea de desplegar una fuerza de imposición de la paz para hacer frente a la amenaza de los grupos armados, propongo establecer en la MONUSCO una “brigada de intervención” Su misión consistirá en neutralizar a los grupos armados y su objetivo, reducir la amenaza que plantean los grupos armados a la autoridad estatal y la seguridad civil en el este de la República Democrática del Congo y propiciar actividades de estabilización. El Secretario General encomendó a la nueva brigada realizar operaciones ofensivas, unilateral o conjuntamente con las fuerzas armadas congoleñas, “de manera robusta, sumamente móvil y versátil” para desbaratar las actividades de dichos grupos. 3.6 Resolución 2098 (2013) Nuevo Mandato de la MONUSCO “Brigada de Intervención” El 28 de marzo de 2013, en apoyo de los objetivos del Marco de Paz, Seguridad y Cooperación para la República Democrática del Congo, y en respuesta al llamamiento de los Gobiernos de la región africana de los Grandes Lagos, el Consejo de Seguridad aprobó por unanimidad la resolución 2098 (2013), por la que se prorrogaba hasta el 31 de marzo de 2014 el mandato de la MONUSCO y se establecía una “brigada de intervención” especializada para reforzar la operación de mantenimiento de la paz. El Secretario General Ban Ki Moon, recibió con beneplácito la aprobación por parte del Consejo de Seguridad de esta resolución, en un comunicado, sostuvo que ese documento ha establecido las bases para abordar de manera más amplia las raíces de la inestabilidad en el este de ese país africano. Confió en que la resolución permita implementar mejor el Marco de Paz, Seguridad y Cooperación para la República Democrática del Congo (Marco PSC), en ese sentido, Ban indicó que su enviada especial para la región de los Grandes Lagos, Mary Robinson, trabajará de cerca con todas las partes para el avance de la implementación de los acuerdos. En dicha resolución, el Consejo decide prorrogar el mandato de la MONUSCO por un período inicial de un año y dentro de los límites de la dotación máxima autorizada de 19.815 efectivos, con carácter excepcional y sin que constituya un precedente o sin perjuicio de los principios convenidos del mantenimiento de la paz, será una “Brigada de Intervención” El Consejo solicita al Secretario General que examine y actualice el concepto de misión, el concepto de operaciones, las reglas de enfrentamiento y todos los demás documentos pertinentes de las Naciones Unidas que se refieren a la planificación a fin de reflejar las tareas del componente militar de la MONUSCO, para asegurar que la misión cumpla sus objetivos de forma coordinada y coherente en consonancia con su mandato. La resolución 2098 (2013) además destaca la importancia de la aplicación plena y urgente del Marco PSC para reducir las amenazas contra los civiles a largo plazo. En este sentido, exhorta a la recién designada Enviada Especial para la Región de los Grandes Lagos, en coordinación con el Representante Especial para la República Democrática del Congo a dirigir, coordinar y evaluar el cumplimiento de los compromisos nacionales y regionales con arreglo al Marco. Alienta a la Enviada Especial a dirigir un proceso político amplio que incluya a todas las entidades pertinentes a fin de abordar las causas fundamentales del conflicto. Condena enérgicamente la permanencia del M23 en las inmediaciones de Goma y sus intentos de establecer una administración paralela ilegítima en Kivu del Norte, exige que el M23 ponga fin de inmediato a todas las formas de violencia y actividades desestabilizadoras y que sus miembros se desmovilicen y depongan las armas de inmediato y con carácter permanente, y pide que se restablezca la autoridad estatal del Gobierno de la República Democrática del Congo en Goma y en Kivu del Norte. Condena al M23, las FDLR, la ADF, la APCLS, el LRA, la Fuerza Nacional de Liberación (FNL) y los diversos grupos Mayi Mayi y todos los demás grupos armados y los actos de violencia y abusos de los derechos humanos que siguen perpetrando, que comprenden ejecuciones sumarias, violencia sexual y por razón de género y reclutamiento y utilización de niños a gran escala, exige que todos los grupos armados pongan fin de inmediato a todas las formas de violencia 4- Situación Humanitaria La situación humanitaria en los Kivus es alarmante e insostenible. A pesar de las diversas iniciativas políticas que se están llevando adelante en la región de los Grandes Lagos en relación con la situación en la zona oriental de la República Democrática del Congo (RDC), la suerte de miles de habitantes y desplazados en las provincias de Kivi Norte y Kivu Sur continúa siendo preocupante Los habitantes del este de República Democrática del Congo ha sufrido durante demasiado tiempo, y su situación no puede seguir ignorándose por más tiempo. La Unión Africana, las instituciones regionales, los gobiernos y la comunidad internacional deben coordinar una respuesta duradera. La operación de ACNUR en la extensa República Democrática del Congo (RDC) es una de las más grandes y diversas que se está llevando a cabo en el mundo. Las oleadas de enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y los militares rebeldes del M23 han desencadenado desplazamientos masivos durante el año pasado en las provincias orientales de Kivu Norte y Kivu Sur. Después de tres años de relativa calma entre el gobierno y numerosos grupos armados en el este del país, en marzo y abril estallaron los combates en Kivu Norte entre el ejército y el movimiento rebelde M23, estos grupos sistemáticamente violan, matan, raptan, torturan y abusan de la población civil. La escisión entre las facciones militar y política del M23 desató nuevos combates durante el mes de marzo y aun continúan. La nueva incertidumbre en la región hace que este llamamiento sea aún más importante y demuestra lo frágil e inestable que es la situación y la importancia de que la comunidad internacional ayude a aquellos que más sufren, los civiles, muchos de los cuales han sido desplazados en varias ocasiones. Sin duda, la situación humanitaria en la República Democrática del Congo se ha deteriorado durante los últimos seis meses y hay un grave riesgo de epidemias a gran escala como el cólera o el sarampión. Desde 1998, se estima que 5,4 millones de personas han perdido la vida en la República Democrática del Congo (RDC), en el conflicto más mortífero desde la Segunda Guerra Mundial. En total, más de 2 millones 500 mil personas se encuentran desplazadas en otras zonas del país. En 2012 más de 767.000 personas tuvieron que huir de sus hogares en las provincias de los Kivus, la cifra total es de 900.000 según el ACNUR. La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA por sus siglas en inglés) estima que actualmente hay unos 914.000 desplazados internos en Kivu Norte y 912.000 en Kivu Sur. La mayoría viven con comunidades de acogida, pero unas 114.000 personas viven en campo. Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la Secretaría de las Naciones Unidas, el número de desplazados internos pasó de 1,7 millones en diciembre de 2011 a 2 millones en marzo de 2012. Esa cifra incluía a unos 856.000 desplazados internos en Kivu del Sur, lo que constituía un aumento del 35% durante dicho período. Hay actualmente unos 547.000 desplazados internos registrados en Kivu del Norte, 67.000 en Manama, 71.000 en Katanga septentrional y 467.000 en la provincia Oriental. Otras 20.000 personas, aproximadamente, habían sido desplazadas dentro del país como consecuencia de los enfrentamientos que comenzaron el 27 de abril en Kivu del Norte. Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), aproximadamente 5.500 nuevos refugiados de la República Democrática del Congo han sido registrados en Uganda en 2012, procedentes fundamentalmente del territorio de Rushuru, Kivu del Norte, y otras 5.600 personas huyeron a Ruanda a causa de los enfrentamientos motivados por los alquileres en Kivu del Norte. De los 131.435 congoleños que huyeron a la República Democrática del Congo en 2009, según el ACNUR unos 92.126 han confirmado su voluntad de regresar a la República Democrática del Congo. A principios de mayo comenzó la repatriación de los primeros 49.000 refugiados de la República del Congo. De enero a marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) registró 8.053 casos de sarampión, con 162 defunciones, y 7.748 casos de cólera con 114 muertes. Con recursos del Fondo central para la acción en casos de emergencia, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la OMS, organizaciones no gubernamentales internacionales y locales y asociados gubernamentales intervinieron en nueve provincias para limitar la propagación de la epidemia de cólera y dispensar tratamiento. Con todo, la propagación del cólera sigue siendo motivo de preocupación. “La población necesita ayuda para sobrevivir” La violencia está alcanzando niveles sin precedentes en el este de la República Democrática del Congo, a medida que se intensifican los enfrentamientos entre el ejército, grupos rebeldes y tensiones entre comunidades étnicas. La situación humanitaria es alarmante, manifestó el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja Peter Maurer a mediados del mes de Mayo. Proliferan los abusos sexuales, el reclutamiento de menores por parte de grupos armados y la destrucción de bienes. Lo que la gente necesita más es acceso a cuidados médicos, al agua y a comida. “Enfatizo la necesidad de poner fin al sufrimiento inmenso de la gente de los Kivus y otras partes de la República Democrática del Congo donde la violencia se ha extendido demasiado tiempo”. Los primeros días del mes de Junio, la subtitular de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) indicó que las condiciones de vida de la población del este de la República Democrática del Congo se deterioran gravemente día tras días y llamo a todas las partes implicadas en el conflicto a respetar a cabalidad la ley humanitaria internacional y a proteger a los civiles”, dijo Kyung. Por otra parte, advirtió sobre el aumento de la violencia sexual e informó que el número de mujeres y niñas que buscan atención médica por este tipo de atrocidad se ha incrementado desde 2012 en Kivu del Sur. Detalló que en la actualidad unas 300 sobrevivientes de violación acuden cada mes a los centros de salud en ese estado. 4.1 Presupuesto del ACNUR para ayudar a la población civil ACNUR ha pedido 69,6 millones de dólares adicionales para ayudar durante 2013 a miles de civiles desplazados en la región de los Grandes Lagos. Estos fondos se destinarán a atender a las personas desarraigadas el año pasado por el conflicto en las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur, en la República Democrática del Congo, así como a los posibles desplazamientos que tengan lugar durante este año, y a asistir a los desplazados internos (IDPs por sus siglas en inglés) que deseen retornar. Dado que se espera que la situación siga siendo inestable en el este de la RDC en 2013, el llamamiento también prevé cubrir las necesidades de 50.000 personas que podrían verse forzadas a desplazarse durante el año, 50.000 desplazados internos que podrían retornar a zonas más tranquilas, así como de 5.400 nuevos refugiados en Burundi, 11.000 en Ruanda y 40.000 en Uganda. En la República Democrática del Congo, entre las actividades específicas se incluyen la distribución de 16.600 refugios temporales, el aumento del seguimiento de la protección, la construcción de 16.000 letrinas en asentamientos y aldeas de retorno, la perforación de 35 nuevos pozos y la instalación de sistemas de distribución de agua. Esta solicitud de fondos suplementarios se produce en un contexto de incertidumbre política y de crecientes tensiones, así como de nuevos desplazamientos en el este de la República Democrática del Congo tras las luchas de poder entre facciones rivales del movimiento rebelde M23. Miles de personas han sido desplazadas en la provincia de Kivu Norte, entre ellas unas 3.000-4.000 personas que buscaron refugio en los alrededores de la base de la MONUSCO en Kitchanga, mientras que más de 4.000 congoleños huyeron a Uganda durante los últimos días del mes de Mayo. 5- Situación de los Derechos Humanos 5.1 La violencia y las violaciones en el conflicto congoleño “Un arma de destrucción social masiva” La violación se ha convertido en una estrategia de Guerra y la impunidad es la tónica dominante en la RDC, manifestó un miembro de la ONG “Acción contra la impunidad para los Derechos Humanos”, creada en 2004. Las violaciones suponen para las mujeres una vida en continuo terror, una esquizofrenia diaria que impulsa a muchas de ellas a dejar de trabajar los campos más alejados de sus hogares o a cerrar sus puestos en los mercados, limitando así sus movimientos. La violencia forma parte de la historia del país desde su colonización en manos de los belgas, luego durante los años de Mobutu, especialmente en la década de los 90 continuando esta lamentable situación en la actualidad. Según el Relator Especial de Naciones Unidas sobre la Violencia, Yakin Ertürk, quien recorrió la zona este del Congo en julio de 2008 la violencia contra la mujer en Kivu del Norte y Kivu del Sur es descrita como "brutalidad inimaginable. Los grupos armados atacan a las comunidades locales, saquean, violan, secuestran a mujeres y niños y hacen que trabajen como esclavas sexuales", dijo Ertürk El último estudio publicado por el American Journal of Public Health (AJPH) en 2011 señala la cifra de 2.000.000 de mujeres violadas en la República Democrática del Congo (RDC) en los últimos años. Solo en el último año se registraron 433.785 casos de mujeres y niñas violadas, lo que se traduce en una violación por cada minuto. El problema se extiende más allá del este del país, la zona de mayor conflicto, con altos niveles de violencia sexual ocurriendo también en la capital y en otras provincias. 5.2 Algunos factores claves e importantes que ayudan a comprender la persistente violencia en el conflicto iembros de la etnia hutu), finalizo con la intervención internacional y la Operación Turquesa: un corredor seguro que facilitó la evacuación de muchos de los responsables hutus de las matanzas, que pasaron al Congo (entonces Zaire), donde fueron acogidos de buen grado por Mobutu. -2003), también llamada Guerra Mundial Africana por el número de países que intervinieron en la misma y el número de muertos: casi 4 millones de personas, supuso la llegada de miles de combatientes de Ruanda, Uganda, Angola, Namibia y Zimbabwe, además de la creación de decenas de grupos rebeldes. continúa financiando la actividad y la compra de armas de decenas de guerrillas. las comunidades a las que se enfrentan. La violación debilita a la comunidad entera, porque las mujeres son repudiadas, si han perdido la virginidad no se podrán casar y sus hijos serán humillados o llevarán la vergüenza a cuestas. La deshumanización de las mujeres: su utilización de la mujer como “recompensa” para los guerrilleros. d, que permite que las violaciones continúen a su antojo. militarizada donde los hombres deben demostrar continuamente su masculinidad. La violación se considera como algo normal. 5.3 Human Rights Watch expone algunas recomendaciones al presidente Kabila relativas a la situación de los derechos humanos en el este de la RDC El Gobierno congoleño no debería llegar a ningún acuerdo con ningún jefe de Estado que haya cometido cualquier tipo de exacción, ya sea política, étnica o de otra clase. Para acabar con la impunidad, el Gobierno debería adoptar una actitud coherente y equitativa en relación con todos los grupos armados responsables de graves exacciones y abstenerse de promover una justicia unidireccional o un sistema parcial. Kinshasa, 7 de mayo de 2013. Excelentísimo Don Joseph Kabila Kabange Presidente de la República Democrática del Congo Gombe, Kinshasa Asunto: Acabar con la impunidad de los autores de violaciones graves de los derechos humanos Su Excelencia, Sr. Presidente: Nos dirigimos a usted con el fin de hacerle partícipe de nuestras preocupaciones y presentarle una serie de recomendaciones concernientes a la situación de los derechos humanos en el este de la República Democrática del Congo. Además, queremos destacar la importancia de acabar con la impunidad de los autores de violaciones graves de estos derechos. Somos conscientes de que la violencia y las exacciones siguen presentes, pero tenemos la esperanza de que el Gobierno congoleño, con el apoyo internacional, sea capaz de conseguir progresos de verdad a lo largo de los próximos meses, encaminados a conseguir un mayor respeto de los derechos humanos y una justicia más eficiente. El nuevo acuerdo marco firmado en Adís Abeba el 24 de febrero de 2013, el nombramiento de Mary Robinson como enviada especial del secretario general de las Naciones Unidas para la región de los Grandes Lagos, así como el inminente despliegue de la brigada de intervención (una fuerza bajo dirección africana creada dentro del marco de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo, la MONUSCO) constituyen una muy buena ocasión que hay que aprovechar para hacer que las cosas avancen. Human Rights Watch hace un llamamiento a los agentes internacionales para que ejerzan una presión continua y así asegurar el cese inmediato de cualquier apoyo militar por parte de Ruanda o Uganda al M23 o a otros grupos armados activos en la RDC. Se debería sancionar a los responsables de semejante apoyo y obligarles a rendir cuentas. El éxito de los compromisos regionales e internacionales recogidos en el acuerdo marco no podrán garantizarse si el Gobierno congoleño no se implica ni se compromete por completo. Debe haber, por su parte, una puesta en marcha de las reformas esenciales a escala nacional. Consideramos alentadoras las declaraciones que ha realizado a lo largo de este último año, en las que claramente ha afirmado que el Gobierno congoleño no concedería ninguna amnistía a los dirigentes del M23 que están sujetos a sanciones por parte de la ONU o sobre los que pesa una orden de detención por cargos de crímenes de guerra o de lesa humanidad, y que rechazaría su reinserción en el ejército congoleño. Durante mucho tiempo, el hecho de que la política consistiera en integrar a jefes de guerra, autores de diferentes exacciones, en las filas del ejército y en otorgarles altos cargos y poder solo ha servido para perpetuar la impunidad en la RDC, lo que ha favorecido de nuevo el recurrir a la violencia. La rendición de Bosco Ntaganda y su traslado al tribunal de La Haya han constituido unas etapas vitales en la lucha contra la impunidad para los crímenes más graves que se han cometido en el este de la RDC. Human Rights Watch estima que la presión que ha ejercido estos últimos doce meses para que Ntaganda respondiera ante la ley ha sido determinante en esta evolución. Esperamos que otros sospechosos de haber cometido graves violaciones contra los derechos humanos - entre ellos, dirigentes del M23 como Baudouin Ngaruye e Innocent Zimurinda (actualmente se encuentran en Ruanda), Sultani Makenga e Inocente Kayna - sean detenidos y llevados ante la ley. Todos ellos figuran en las listas de sancionados establecidas por las Naciones Unidas y los Estados Unidos. Sin embargo, para que estas medidas tengan un efecto permanente, el Gobierno congoleño no debería llegar a ningún acuerdo con ningún jefe de Estado que haya cometido cualquier tipo de exacción, ya sea política, étnica o de otra clase. En efecto, el M23 no es el único grupo que cumple estas características. Para acabar con la impunidad, el Gobierno debería adoptar una actitud coherente y equitativa en relación con todos los grupos armados responsables de graves exacciones y abstenerse de promover una justicia unidireccional o un sistema parcial. Del mismo modo, ciertas milicias, así como miembros del ejército nacional congoleño han perpetrado ataques atroces contra la población civil durante este último año. Entre estas milicias figuran el grupo armado Raia Mutomboki, las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), los Nyatura, los Mai Mai Cheka, la Alianza de Patriotas por un Congo Libre y Soberano (APCLS), los Mai Mai Yakutumba, las Fuerzas de Resistencia Patriótica en Ituri (FRPI) y los combatientes Mai Mai en Katanga. Cientos de civiles han sido asesinados y decenas de pueblos arrasados por estos grupos. Los responsables de estos actos no deberían ser recompensados, sino detenidos y llevados ante la ley. El despliegue de la brigada de intervención conlleva una serie de riesgos; sin embargo, también representa una ocasión única para detener a los jefes rebeldes, responsables de las peores atrocidades. La brigada debería concentrar sus esfuerzos, por un lado, en operaciones con objetivos específicos y bien preparadas encaminadas a la detención de estas personas y, por otro lado, en tomar todas las precauciones posibles con el fin de minimizar los daños en la población civil. Daños como los ocasionados en anteriores operaciones militares, de tal envergadura que desencadenaron el desplazamiento de la población y violaciones de los derechos humanos a gran escala. En las regiones en las que la brigada de intervención consiga el control, será esencial que el Gobierno congoleño desempeñe su papel desde el principio e inicie, coordinado con la MONUSCO, los preparativos para mantener y garantizar la seguridad en estas zonas y restablecer las instituciones y servicios públicos en ellas. La protección de los civiles debería ser una prioridad. Se debería crear una política que se aplicara a los combatientes de los grupos armados que aceptasen dejar las armas y que se aplicase incluso antes del inicio de las operaciones militares. Esta política, debería servir, además, para evitar los fracasos de antiguos programas de desarme. En el marco de un programa nacional de reforma del Gobierno y para asegurar el seguimiento de otros compromisos del acuerdo marco, le rogamos encarecidamente que tome las siguientes medidas: Relevar de sus funciones, someter a investigación y llevar a juicio , de acuerdo con los procedimientos adecuados, a los miembros de las fuerzas de seguridad congoleñas implicadas en los crímenes de guerra, de lesa humanidad y de otras violaciones graves de los derechos humanos, sea cual sea su nivel; Asegurarse de que el Gobierno congoleño se abstiene de proporcionar apoyo militar a las milicias o a los grupos armados extranjeros o congoleños, responsables de violaciones generalizadas o sistemáticas. Los responsables civiles y los militares que han proporcionado su apoyo a semejantes grupos deberían ser relevados de sus funciones, investigados y llevados a juicio. • Iniciar un mecanismo de investigación, o de control de los miembros del ejército y de la policía, con el fin de excluir a los individuos que se han dedicado a perpetrar graves violaciones de los derechos humanos; Crear salas especializadas mixtas o un tribunal especializado mixto en el sistema judicial congoleño, con la participación de fiscales, jueces y otro personal internacional, para iniciar procesos por crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos en la RDC desde 1990, de conformidad con el derecho internacional; Con el apoyo de las Naciones Unidas y los socios capitalistas, elaborar e iniciar con rapidez un nuevo programa y una estrategia de desarme, desmovilización y reinserción (DDR) en relación a los miembros de los grupos armados. Una estrategia como esta debería garantizar que los responsables de las violaciones de los derechos humanos no solo sean excluidos del ejército, sino que también sean investigados y llevados ante la ley y que se separe de inmediato a los niños de estos grupos y sean tutelados por agencias de protección de la infancia; También debería garantizar que los antiguos combatientes integrados en el ejército o la policía sigan una formación adecuada con el fin de comportarse conforme al derecho internacional y a las normas internacionales en materia de derechos humanos, antes de que se vean afectados en las regiones del país que no sean en las que han operado como milicianos y de que se les ofrezcan a los excombatientes alternativas realistas a una carrera en el ejército, así como posibilidades de trabajar a largo plazo en la sociedad civil;• Velar por que tanto a los excombatientes reinsertados en el ejército o la policía o que han vuelto a la vida civil no sean víctimas de discriminaciones, torturas u otros maltratos debido a su anterior condición. Se podría desarrollar un sistema de control para asegurar que todos en las fuerzas de seguridad reciben un trato equitativo y para animar a denunciar los casos de discriminación o de maltrato. Los responsables de tales actos deberían ser investigados y sancionados o llevados ante la ley, de acuerdo a los procedimientos adecuados; Por último, le rogamos encarecidamente que cuente con las organizaciones de la sociedad civil, en particular con los grupos de defensa de los derechos humanos y los derechos de la mujer, a la hora de elaborar los programas de reforma nacional y los mecanismos de seguimiento. Todas nuestras preocupaciones y recomendaciones expuestas en esta carta se explican de forma más detallada en el anexo adjunto. Le transmito el testimonio de mi mayor consideración. Kenneth Roth Director ejecutivo -- Human Rights Watch 5.4 Un informe de la ONU revelo hoy que en la ciudad congolesa de Goma se cometieron abusos graves de los derechos humanos, incluida la violencia sexual, durante los enfrentamientos entre las fuerzas del gobierno y el grupo rebelde M23 El documento, elaborado por la Oficina Conjunta de la ONU de Derechos Humanos (UNJHRO), detalla que los atropellos tuvieron lugar en noviembre de 2012 en la capital del estado de Kivu del Norte. El informe recoge denuncias de víctimas y testigos que dan cuenta de violaciones masivas, asesinatos y ejecuciones arbitrarias, además de saqueos generalizados en la ciudad. Según los testimonios, los abusos sistemáticos fueron cometidos por elementos de las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo, cuando se retiraban de Goma para reagruparse en la localidad de Minova, en el estado vecino de Kivu del Sur. La investigación de la ONU documenta 135 casos de violencia sexual y entre las víctimas se encuentran 33 menores de entre seis y 17 años. Los hallazgos indicaron que durante el periodo de ocupación de Goma por el M23, los integrantes de ese grupo también perpetraron atrocidades que incluyen al menos 59 casos de violencia sexual, once ejecuciones arbitrarias y el reclutamiento de niños, además de tratos crueles y degradantes, trabajo forzado y saqueo. Al conocer el informe, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, pugna por llevar ante la justicia a los responsables de los crímenes. La gente de la República Democrática del Congo ha sufrido un nivel intolerable de violencia en los últimos anos. La violencia sexual reportada en el informe es terrible tanto por su escala como por la manera sistemática en que se comete, subrayo. Agrego que los recientes esfuerzos de las autoridades congolesas por investigar esas violaciones en Kivu del Norte y del Sur son un paso importante hacia un sistema de rendición de cuentas, pero advirtió que aún queda mucho que hacer para garantizar justicia a las víctimas y recuperar la confianza de la población civil en el sistema de justicia del país. 5.5 Justicia en el conflicto de la RDC En la RDC, a diferencia de otros países como la ex Yugoslavia o Ruanda, no se ha llegado a establecer un tribunal internacional Ad Hoc para poder juzgar las posibles violaciones del derecho humanitario, y crímenes de guerra. Tampoco se ha instaurado ningún tribunal mixto, como en Camboya, BosniaHerzegovina, Sierra Leona o Timor Oriental. Alguno de los actores que participaron y participan en la guerra, están en orden de búsqueda y captura, e incluso algunos están siendo ya juzgados por la Corte Penal Internacional (CPI), sin embargo la CPI tiene un grave problema y es que no tiene jurisdicción para juzgar los actos cometidos antes de la entrada en vigor del Estatuto de Roma, eso es el 1 de julio de 2002; hay que tener en cuenta que una gran parte de los crímenes de guerra cometidos en la RDC tuvieron lugar en el periodo anterior a 2002, crímenes que se teme quedarán impunes si no se establece ningún tribunal especial, o se constituyen unos tribunales mixtos. Por ahora no se ha constituido ningún tribunal especial. Eso provoca una grave situación de impunidad de los causantes de violaciones masivas de Derechos Humanos y crímenes de guerra, a la vez que deja a las víctimas sin el derecho a conocer la verdad, ni a que sea reparado los daños causados. Las violaciones de derechos humanos y del derecho internacional humanitario, especialmente hacia la población civil, en el conflicto del Congo han sido muchas. Así, los homicidios, saqueos y secuestros, el trabajo infantil, o las preocupantes violaciones masivas de mujeres y el hecho de usar esas violaciones como arma de guerra, o usar niñas y mujeres como esclavas sexuales ha sido reiteradamente denunciado por las organizaciones de Derechos Humanos locales como la ASADHO, e internacionales como Human Rights Watch o Amnistía Internacional, quienes alertan que las violaciones a mujeres se han establecido como práctica habitual tanto por los grupos armados como por las fuerzas de seguridad, incluida la Policía Nacional, y el hecho que en la mayoría de los casos queden impunes, deviene alarmante. También es conocido el reclutamiento de niños soldado de menores de 15 años, se estima que en el conflicto más de 50.000 niños han sido reclutados como soldados, tanto por los grupos armados rebeldes como por parte de las fuerzas armadas congolesas, en este aspecto UNICEF trabaja para la desmovilización y reintegración de los niños soldado, ya que si bien el gobierno logró que oficialmente las FARDC dejaran de reclutar niños soldado, no estableció ningún plan para recuperar esos niños de las fuerzas armadas. El conflicto sigue latente, y se siguen cometiendo violaciones de Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario, donde los mayores perjudicados son la población civil. Es necesario pues, que la comunidad internacional reclame, pero que el gobierno de Kinshasa acceda, al establecimiento de mecanismos eficaces como tribunales mixtos en el país, para ayudar al sistema deficitario tanto nacional como internacional, y así impartir la necesaria justicia en ese país tan desgastado, con independencia de las presiones políticas y con mecanismos eficaces de protección de víctimas y testigos, acceso a la verdad, y una reparación con garantías de no repetición, y hacer frente a la impunidad existente. 5.6 Corte Penal Internacional La Corte Penal Internacional, a través de la iniciativa de su fiscal Luis Moreno Ocampo, y con el apoyo en ocasiones del gobierno de Kinshasa, ha dictaminado varias órdenes de búsqueda y captura para presuntos criminales de guerra en la República Democrática del Congo. La función de la Corte Penal Internacional La RDC forma parte de la CPI des de 2000 cuando signó el Estatuto de Roma, y en 2002 lo ratificó, así pues la CPI tiene jurisdicción para investigar los posibles crímenes de guerra ocurridos en ese país. La situación de la RDC fue asignada a la Sala de Cuestiones Preliminares I, para evaluar las acusaciones a los posibles crímenes de guerra. Las investigaciones por parte de la CPI en la RDC empezaron en junio de 2003, cuando se establecieron dos oficinas en RDC, una en Bunia y otra en Kinshasa para investigar los posibles crímenes de guerra llevados a cabo. Hasta ahora se han imputado a cinco militares: Thomas Lubanga Dyilo, líder de la Unión Patriótica Congolesa, arrestado en 2006; Germain Katanga, supuesto comandante de la Force de Résistance Patriotique en Ituri FRPI, arrestado en 2007; Mathieu Ngudjolo Chui, ex líder del Frente de Nacionalistas e Integracionistas FNI, y posteriormente coronel de la FARDC, arrestado en 2008; Bosco Ntaganda, subjefe de la Fuerza Patriótica por la Liberación del Congo FPLC, y presunto actual jefe del Nuevo movimiento M23 y Callitxe Mbarushimana, presunto secretario ejecutivo de la FDLR, puesto en libertad sin cargos en diciembre de 2011. En el caso contra Lubanga: El juicio que se inició en 2009, se le imputaron los cargos de alistar, reclutar, y usar niños menores de 15 años para participar activamente en las hostilidades. En marzo de 2012 se dio a conocer el veredicto, en el que fue hallado culpable de cometer los crímenes de guerra de alistar y reclutar niños menores de 15 años y utilizarlos para participar activamente en los enfrentamientos en la RDC entre septiembre de 2002 y agosto de 2003. Los jueces todavía no han emitido la sentencia. El caso de Lubanga ha sido celebre debido a que fue el primer detenido de la CPI, pero sobretodo porque es el primer veredicto que ha emitido la CPI en los 10 años de su existencia. El antiguo señor de la guerra Thomas Lubanga Dyilo, fue declarado culpable de crímenes de guerra en relación con el reclutamiento de niños soldados en la región de Ituri, en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC). Se trata de la primera sentencia en los diez años de historia del Tribunal de La Haya. Por unanimidad, los tres jueces de la sala primera dictaminaron el pasado 14 de marzo que había pruebas suficientes para establecer que la Unión de Patriotas Congoleños (UPC) y su brazo armado, las Fuerzas Patrióticas para la Liberación de Congo (FPLC), ambos fundados y comandados por Lubanga, habían reclutado a niños soldados "menores de quince años" para obligarlos a "participar activamente en las hostilidades" entre el 1 de septiembre de 2002 y el 13 de agosto de 2003. El caso de Lubanga, nacido en 1960, había sido denunciado y remitido al TPI en abril de 2004 por el propio Gobierno de la RDC. En agosto de 2006 fue acusado de crímenes de guerra. El proceso comenzó en enero de 2009 y concluyó en agosto de 2011 con la exposición de las conclusiones orales de las dos partes. Lubanga se había declarado inocente y había asegurado que era un político y no un señor de la guerra Thomas Lubanga ha sido la primera persona acusada en relación con los conflictos en la República Democrática del Congo y el primer detenido en cumplimiento de una orden del TPI. Su caso también ha sido el primero en llegar a juicio en el Tribunal de La Haya. "Lubanga está acusado de reclutar a menores de quince años para participar activamente en hostilidades entre septiembre de 2002 y el 13 de agosto de 2003". Los fiscales le acusaban también de reclutar a niños de hasta nueve años de edad para ejercer como escoltas o como esclavos sexuales. Los hechos juzgados se remiten al conflicto que sufrió la región de Ituri entre 2002 y 2003, que enfrentó a las milicias del FPLC, próximos a la comunidad étnica Hema, con el Ejército Popular Congoleño (APC, brazo armado del Reagrupamiento Congoleño para la Democracia-Movimiento de Liberación, RCD-ML), y con las milicias de la Fuerza de Resistencia Patriótica en Ituri, comandadas por miembros de la comunidad Lendu. En este contexto, Lubanga, un comerciante de la etnia Hema, se convirtió en líder supremo de los suyos. Tras un breve periodo de participación en el Gobierno de concentración de Kinshasa, Thomas Lubanga se alzó de nuevo en armas en agosto 2002 contra la comunidad Lendu y contra los extranjeros al frente de la recién creada UPC, que en esta primera fase contaba con claro apoyo militar de Uganda. Fue por entonces cuando empezó el reclutamiento masivo de niños en las filas de la UPC, cuyos milicianos exigían la implicación de todos los miembros de la etnia Hema, sin importar sexo ni edad. Según los jueces, Lubanga Dylo y sus correligionarios elaboraron "un plan conjunto" para "formar un ejército con el propósito de establecer y mantener el control político y militar de Ituri", para lo cual "reclutaron a niños y niñas menores de quince años" con el objetivo de hacerles "participar activamente en las hostilidades". Caso Katanga y Ngudjolo Chui: Los dos casos se unificaron en 2008 debido a que ambos estaban imputados de los mismos crímenes, y el juicio comenzó en 2009. Se les acusa de siete crímenes de guerra y tres crímenes contra la humanidad: asesinato, esclavismo sexual, violaciones, uso de niños a participar activamente en las hostilidades, ataque intencionado contra la población civil, saqueo, y destrucción de la propiedad; y homicidio, violación y esclavitud sexual como crímenes de lesa humanidad. Este caso está siendo tratado en la Sala de Cuestiones Preliminares II de la CPI, y todavía no hay veredicto. El caso de Bosco Ntaganda: Está abierto actualmente, se le acusa de tres crímenes de guerra: alistamiento, reclutamiento y uso de niños menores de 15 años a participar activamente en las hostilidades. Los cargos contra Ntaganda se refieren a la época en que fue jefe del grupo FPLC. Posteriormente ha sido integrado en la FARDC como general, dentro de los planes de DDRR. Se considera su detención como esencial para avanzar hacia la Paz en el país, pero Kinshasa se ha resistido durante mucho tiempo a ordenar su detención, alegando que esa orden desestabilizaría todavía más la situación y supondría un perjuicio contra el proceso de paz, a lo que prefería primero asentar la paz antes de impartir justica. Ntaganda se integró en las FARDC a partir del proceso de integración, aún mientras pesaba el orden de arresto de la CPI, y en consecuencia a esa integración vivió protegido por las propias autoridades de la RDC, lo que se considera una violación del Estatuto de Roma al dar refugio a un criminal buscado por la CPI. Finalmente en abril de 2012 Kabila ha ordenado su detención atendiendo a las llamadas internacionales de la necesidad de detener a Ntaganda, como paso necesario para impartir justicia y así poder asentar la paz. Esa ha sido considerada una muy buena noticia, Amnistía Internacional junto a otras organizaciones como Human Rights Watch piden ahora que se haga efectivo el arresto de Bosco Ntaganda, quien está en fuga y se teme que sea el responsable de la creación de un nuevo grupo armado, con ayuda de Ruanda, el Mouvement M23, junto con miembros del antiguo CNDP. Caso Callitxe Mbarushimana: Fue arrestado en 2010, Callitxe fue secretario ejecutivo de las FDLR, acusado de crímenes de Guerra y de lesa humanidad: asesinato, tortura, violación, actos inhumanos, persecución, ataques contra la población civil, destrucción de propiedad y tratos inhumanos. Pero fue finalmente puesto en libertad sin cargos en diciembre de 2011. El 31 de mayo de 2012, la Sala Preliminar II de la CPI, rechazó por unanimidad la solicitud de la fiscalía de emitir una orden de arresto contra Sylvestre Mudacumura, quien fue comandante de las FDLR. 6- Documentos de consulta para el análisis del conflicto en República Democrática del Congo 6.1 Resoluciones adoptadas por las Naciones Unidas relativas a la situación en la República Democrática del Congo S/RES/2086 (2013): Resolución del Consejo de Seguridad, aprobada en la sesión del 21 de enero de 2013; Cuestiones relacionadas con las funciones y responsabilidades de las operaciones de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz. Destaca la contribución de las operaciones de mantenimiento en el logro de la paz y la seguridad, como así también el papel fundamental que ejercen estas operaciones de mantenimiento en los países en conflicto. Resolución S/2013/131 Marco de Paz Acuerdo Marco sobre la paz, la seguridad y la cooperación para la República Democrática del Congo y la región. Resolución S/RES/2098 (2013): Aprobada por el Consejo de Seguridad en su 6943ª sesión, celebrada el 28 de marzo de 2013. 2078 (2012): Aprobada por el Consejo de Seguridad en su 6873ª sesión, celebrada el 28 de noviembre de 2012. 2076 (2012): Aprobada por el Consejo de Seguridad en su 6866a sesión, celebrada el 20 de noviembre de 2012. 2053 (2012): Aprobada por el Consejo de Seguridad en su 6792ª sesión, celebrada el 27 de junio de 2012 1991 (2011) 1925 (2011) MONUSCO la MONUSCO, reafirmando su prioridad de protección de los civiles e instando a las autoridades congoleñas para reformar su sector de la seguridad y poner fin a la insurgencia armada y el abuso de los derechos humanos en la República Democrática del Congo, 27 de junio de 2012 armas impuestas por el párrafo 1 de la resolución 1807 (2008) de 29 de noviembre de 2011 de 28 de junio de 2011 decide también que, en vista de la nueva fase a que se ha llegado en la República Democrática del Congo, la misión de las Naciones Unidas en ese país, MONUC, pasará a denominarse, a partir del 1 de julio de 2010, Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUSCO) de 28 de mayo de 2010 6.2 Informes del Secretario General S/2013/119: Informe del SG sobre la situación en la República Democrática del Congo los Grandes Lagos, 27 de febrero de 2013 Informe del Secretario General sobre la Misión de Estabilización de las Naciones República Democrática del Congo [S/2012/355] de 23 de mayo de 2012 Informe del Secretario General sobre la Misión de Estabilización de las Naciones República Democrática del Congo [S/2012/65] de 26 de enero de 2012 Informe del Secretario General sobre la Misión de Estabilización de las Naciones República Democrática del Congo [S/2011/656] de 24 de octubre de 2011 Informe del Secretario General sobre la Misión de Estabilización de las Naciones República Democrática del Congo [S/2011/298] de 12 de mayo de 2011 Informe del Secretario General sobre la Misión de Estabilización de las Naciones República Democrática del Congo [S/2011/20] de 17 de enero de 2011 y la región de Unidas en la Unidas en la Unidas en la Unidas en la Unidas en la Informe del Secretario General sobre la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo [S/2010/512] de 8 de octubre de 2010 Trigésimo primer informe del Secretario General sobre la Misión de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo [S/2010/164] de 30 de marzo de 2010. Informe del Secretario General sobre la situación de los niños afectados por las actividades del Ejército de Resistencia del Señor en el conflicto armado [S/2012/365] de 25 de mayo de 2012 Informe de la misión del Consejo de Seguridad a la República Democrática del Congo (13 a 16 de mayo de 2010) [S/2010/288] de 30 de junio de 2010 6.3 Sitios Web de consulta: * Sitio Web Comité Internacional de la Cruz Roja: http://www.icrc.org/spa/index.jsp evista Migraciones Forzadas República Democrática del Congo, 2010 Numero 36 Sitio Web Oxam Internacional: http://www.oxfam.org/es Sitio Web World Affairs: http://www.worldaffairsjournal.org/issue/julyaugust-2012 Sitio Web Human Rights Watch: http://www.hrw.org/home -cpi.int/Menus/ICC *Sitio Web Corte Penal Internacional: http://www.icc-cpi.int/Pages/default.aspx * Sitio Web Human Wrights watch: http://www.hrw.org/es