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¡Pásele, marchanta!
refugios
gourmet
en América del Norte
Texto y fotos: Marck Gutt
En estos mercados, donde la frescura es un principio
incuestionable y las miradas curiosas, cosa de todos los
días, locales y viajeros se dejan consentir entre quesos
artesanales y especias desconocidas.
Take Your Pick!
Three Gourmet Havens This Side of the Atlantic
In these markets, where
freshness is a foregone
conclusion and quizzical
looks an everyday occurrence,
locals and tourists alike get to
indulge in artisanal cheeses
and exotic spices to their
heart’s content.
Their different sections display odd
products and preserve traditional
family recipes. The most emblematic
among them were already well known
long before organic food had become
an acquired taste and gourmet
ingredients were readily available
in the little shop on the corner.
Sus pasillos ofrecen productos insólitos
y resguardan recetas familiares.
Algunos de ellos, los más icónicos, ya
eran referencia antes de que la comida
orgánica fuera un gusto adquirido y
los ingredientes gourmet se encontraran
en la miscelánea de la esquina.
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El edificio donde está alojado este
mercado fue, a principios del siglo
pasado, una elegante estación de tren.
This market is housed in a building
that was an elegant train station
in the early 20th century.
1 Ferry Building
San Francisco, California
ferrybuildingmarketplace.com
Ferry Building Marketplace
Este edificio, que a principios del siglo 20
fue una elegante estación de trenes y ferries,
ahora vive su segundo aire. Luego de 60
años prácticamente abandonado, en 2003 el
emblemático Ferry Building reabrió sus puertas
como un glamoroso mercado gourmet. En
la planta baja del inmueble una cuarentena
de puestos venden productos selectos, en
su mayoría de origen local.
Aunque muchas de las tiendas son
especializadas, como Beekind, que vende
exclusivamente derivados de miel de abeja,
puedes encontrar prácticamente toda la
materia prima que se te ocurra. No es un lugar
muy grande, pero hay que tener precaución:
todo se ve tan tentador que si no opones un
poco de resistencia terminas comprando el
mercado entero.
Para empezar, hay que probar un espresso
acompañado de una trufa de caramelo con sal
de mar. Tanto Blue Bottle –especialistas en café–
como Recchiuti –popular por sus chocolates–
se dieron a conocer aquí y ahora son famosos
en gran parte de San Francisco. Si eso suena
apenas como un aperitivo, entonces tienes que
hacer una parada en Cowgirl Creamery y pedir
un tostado especial: queso artesanal gratinado
sobre la elección de pan del día y una guarnición
de espárragos y betabel en una reducción de
vino tinto. Otras opciones son Farm Fresh To
You, que ofrece sándwiches hechos al momento
y una extensa barra de jugos, y El Porteño,
pequeño puesto con empanadas tradicionales
argentinas. Los más alternativos suelen optar por
Hodo Soy Beanery, que cuenta con una variedad
de productos de soya y tofu artesanales.
An elegant train and ferry station in the early
20th century, this building has been reborn.
After being pretty much abandoned for 60
years, the legendary Ferry Building was
reinstated as a sophisticated gourmet market in
2003. Some 40 different stands on the ground
floor specialize in a variety of choice products,
most of them locally produced.
Although many of these establishments are
specialty stores, like Beekind’s Honey Shop, you
can also find practically any fresh ingredient
you may need. Although it is not that big, be
forewarned: since everything on display is so
appealing, you have to exert some control or you’ll
wind up buying up the entire market.
To begin with, be sure and try an espresso
with a caramel and sea salt-flavored truffle. Blue
Bottle, the coffee shop, and famed chocolatier
Recchiuti earned their well-deserved reputations
here and are now widely known throughout most
of San Francisco. If this sounds like a pre-banquet
appetizer, then you should certainly drop in at the
Cowgirl Creamery and ask for their special toast:
hand-crafted organic cheese grilled over your
choice of bread, garnished with fresh asparagus
and beets in a red wine reduction. Other equally
alluring options are Farm Fresh to You, offering
sandwiches prepared on the spot plus an extensive
juice bar, and El Porteño, a small stand specializing
in empanadas, those traditional Argentinean
turnovers. The more alternative shoppers usually
head straight for Hodo Soy Beanery and its
assortment of artisanal soy and tofu products.
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En este lugar, puestos como el de Malena e Hijas son
famosos por lo novedoso de los productos que ofrecen,
entre ellos, 19 variedades de chiles secos.
Stands like Malena e Hijas, with 19 varieties of dried
chiles, are known for the unusual products they sell.
Mercado de San Juan
Oficialmente recibe el nombre de San Juan
Ernesto Pugibet, pero todos lo conocemos
simplemente como el mercado de San Juan. A
primera vista podría confundirse con cualquier
otro mercado del centenar que hay en México,
pero la selección de productos que ofrece es
muy distinta. En el local 260, de Hermelinda
Guillén, hay más hongos de los que uno pensaría
que existen, y en su puesto de productos
oaxaqueños Ricardo Castañeda convence a los
menos intrépidos de probar los chapulines en
aceite al ajo.
Puestos como el de Malena e Hijas, que vende
especias y frutos deshidratados, cuenta con 19
variedades de chiles secos, mientras que en la
frutería El Paraíso resaltan, por su gran tamaño,
las yacas o frutas del pan, traídas de Yucatán y
originarias de Indonesia.
Frente a sus anaqueles es común encontrar
a los chefs más reconocidos de la ciudad y
entre sus columnas desfilan, como en el clímax
de una película de Buñuel, pollos, cabras y
señoras elegantes en vestidos que no siempre
son blancos. Nunca está de más pasar, aunque
sea de entrada por salida, por una baguette
de La Jersey, la cremería y salchichonería más
famosa del mercado.
Ernesto Pugibet 21,
Colonia Centro
Ciudad de México
Although its official name is San Juan Ernesto Pugibet, everyone just
calls it the San Juan Market. At first glance, it resembles any other of
Mexico City’s hundred or so markets. However, its select variety
of products is quite different. For example, Hermelinda Guillén’s
stall no. 260 features more varieties of mushrooms than you can
imagine, while at his stand selling products from the state of Oaxaca,
Ricardo Castañeda can persuade even the most timid visitor to
sample the grasshoppers in garlic-flavored oil.
These specialty stands also include Malena and Hijas, with spices
and dehydrated fruits plus 19 different varieties of dried chiles,
while your eyes might pop out when you catch sight of the huge
Indonesian jackfruit and breadfruit brought in from Yucatán, at El
Paraíso fruit stand.
Among the displays, it is common to spot the city’s most renowned
chefs, as well as a procession of chickens, goats and elegant ladies in
dresses that may not all be white, a spectacle reminiscent of a Buñuel
film. You would be well advised to make one last stop–even if it’s
a quick one–at La Jersey, the market’s most popular creamery and
delicatessen, for one of their delicious baguettes.
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Aquí hay más de cien locales que
ofrecen pan horneado, frutas exóticas,
ruguelaj, crepas, tacos, pierogis,
sushi, curry y muffins de plátano.
The more than 100 stands in this market
sell freshly baked bread, exotic fruit,
rugelach, crêpes, tacos, pierogis, sushi,
curry, banana muffins and lots more.
Granville Island Public Market
Cuenta con más de cien locales, así que perderse
entre pan recién horneado y frutas exóticas, no
resulta difícil. En cualquier caso, recorrerlo sin
rumbo fijo parece una estrategia prometedora
cuando degustar muestras se antoja como una
actividad incansable.
En la parte central del edificio se encuentran
los ingredientes frescos. Puestos que ofrecen
más de 12 variedades de jitomates y sandías
con forma de serpiente comparten el espacio
con salmones gigantes y carnes sazonadas
listas para la parrilla. También hay uno que otro
colado, como Siegel’s Bagels, una panadería que
ha hecho de los ruguelaj –galletitas de pasta de
hojaldre rellenas– una experiencia sublime. ¡Los
de chocolate son una verdadera delicia!
Hacia los extremos del edificio se localiza
la comida preparada, donde puedes encontrar
panes artesanales en Terra Bread, pestos
y sopas en Stock Market y una docena de
pequeñas cocinas que venden platillos
regionales. Entre tacos, pierogi, sushi, crepas,
curry y ensaladas, decidir no es cosa fácil. Para
terminar la visita con broche de oro hay que
probar un postre que es considerado un clásico:
el pan de plátano de Muffin Granny.
1689 Johnston Street,
Vancouver, British Columbia
granvilleisland.com/public-market
With over a hundred miniature stalls, it’s easy to get lost among
freshly baked bread and exotic fruits. In any case, wandering
aimlessly through this food haven seems like a sensible strategy
when nibbling all kinds of free samples turns into a tireless,
delightful pastime.
The central part of the building houses the fresh ingredients:
stands offering over 12 varieties of tomatoes and snake-shaped
watermelons share the spotlight with gigantic salmon and spiced
meats, duly seasoned and ready for the grill. A few odd ones have
snuck in there, too, like Siegel’s Bagels, a bakery that has turned
rugelach, cream-cheese dough pastries with assorted fillings
–especially the chocolate–into a sublime experience.
Around the periphery are the bulk of the prepared foods, like
hand-crafted bread at Terra Bread, pesto sauces and soups at
Stock Market and a dozen kitchens serving regional specialties.
It is difficult to make up your mind among tacos, pierogi, sushi,
crêpes, curries and salads. As your visit winds down, the cherry
on the cake, so to speak, is a taste of the classic banana bread
at Muffin Granny’s.
translation by Elena C. Murray

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