Un Corazón Circuncidado

Transcripción

Un Corazón Circuncidado
Un Corazón Circuncidado
Deuteronomio 10.12-16 dice:
“12Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos
sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; 13que guardes
los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad? 14He
aquí, de Jehová tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella. 15
Solamente de tus padres se agradó Jehová para amarlos, y escogió su descendencia después de ellos, a
vosotros, de entre todos los pueblos, como en este día. 16Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón,
y no endurezcáis más vuestra cerviz.”
La circuncisión es una cirugía menor que se hace a los hombres para quitarles una cubierta de piel
(prepucio) que existe sobre su miembro. Bíblicamente, en el AT Dios le ordenó a Abraham que
debían entrar en un pacto y la señal del pacto era, que todos los hombres debían hacerse la
circuncisión.
Medicamente, el hombre que es circuncidado, es menos propenso a enfermedades e infecciones y,
además, a mantener más fácilmente la higiene en su área genital. Por otra parte, en la antigüedad,
cuando el hombre no tenía la circuncisión, muchas mujeres tenían enfermedades graves en el
útero, infecciones, etc.
¿Tiene prepucio el corazón?
Medicamente el prepucio del corazón si tiene un “prepucio”, que se llama pericardio. El pericardio
es una membrana fuerte pero delgada que cubre como una bolsa todo el corazón del ser humano.
Espiritualmente, circuncidar el corazón, quiere decir que Dios tome nuestro corazón y lo circuncide
para evitar enfermedades e infecciones (heridas), para que sea un corazón limpio, para no
contaminar a otros.
Mucha gente en las iglesias, vienen a la casa de Dios adoran, alaban, estudian la palabra, pero no
dejan que Dios circuncide su corazón, para que este sea un corazón limpio, accesible por Dios. El
prepucio en el corazón hace que éste esté encubierto, velado, nos impide ver realmente quienes
somos, como somos, que cosas en nuestro corazón debemos cambiar, etc.
2 Corintios 3:
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“12Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; 13y no como Moisés, que ponía un velo
sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido (El
estilo de culto antiguo-testamentario). 14Pero el entendimiento (ubicado en el corazón) de ellos se embotó (se
endureció); porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no
descubierto, el cual por Cristo es quitado. 15Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está
puesto sobre el corazón de ellos (los judíos). 16Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará (el velo
del corazón). 17Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 18Por tanto,
nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de
gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.”
¿Qué es tener un corazón circuncidado?
Quiere decir que en tu corazón esté la señal del pacto, que vivas de tal manera que tus
pensamientos, tus sentimientos y todo tu vivir estén alienados a la Voluntad de Dios, quiere decir
que tú puedas examinarte y discernir las intenciones de tu corazón.
Hay gente que se sirve del servicio, que su motivación es ganar una posición, gente que sirve para
tener un lugar de mando o de liderazgo, pero no por querer ganar almas, o gente que en su servicio
tiene competencia con otras personas, porque tiene problemas de autoestima, etc. Eso demuestra
un corazón que no ha sido circuncidado. Dios necesita cortar el pericardio de nuestro corazón,
para que podamos examinar y ver la condición real de este y así veremos, oiremos y entenderemos
lo que realmente hay en nuestro corazón, para ser transformados porque sólo podemos limpiar
nuestro corazón de maldad, cuando sabemos que en él hay maldad.
David dijo: “Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado” (Salmo 51:2),
“Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve.” (Salmo 51:2), “Crea
en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.” (Salmo 51:10).
David estaba pidiéndole a Dios que metiera su mano dentro de él y que lo lavar por dentro, que
quitara su pecado, que quitara su maldad. Él le estaba pidiendo a Dios que lo circuncidara, pues en
su corazón había pecado, había envidia, codicia, homicidio, adulterio… David descubrió su corazón
en l Presencia del Señor. Nosotros deberíamos ser como David, pues muchas veces nosotros nos
enfocamos en nuestras necesidades y en las cosas que la gente nos ha hecho, pero no arreglamos
nuestro corazón en la Presencia de Dios. Debemos descubrir nuestras intenciones, nuestras
motivaciones. A Dios le importa más quien tú eres que lo que tú haces. Tú debes hacer por causa
de lo que eres.
Pero no solamente es el porqué hago las cosas, sino que también es, el porqué no las hago.
Un corazón incircunciso es un corazón duro, que no se doblega. Debes examinar tu corazón y
determinar por qué no quieres servir, por qué no abres grupo si estás lanzado, por qué no
compartes del Señor a otros, por qué no discipulas. La Palabra dice en Mateo 28 que prediquemos,
que bauticemos, que discipulemos, etc. No puedes permitir que tu corazón se endurezca, que sea
insensible, para no hacer lo que Dios, el mismo Dios que te salvó, que te restauró, que te casó de
la deuda, que salvó a tu familia, te pide que hagas.
Deuteronomio 30:6 dice:
“6Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu
Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.”
El Señor circuncidará tu corazón y el de tus hijos (tanto naturales como espirituales) para que ames
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a Dios con todo tu ser, lo que producirá en ti vida.
No te enfoques en lo vano, en lo temporal, en las cosas de este mundo, enfócate en tener un
corazón puro, agradable, recto delante de Dios, para que puedas habitar en Su Presencia.
Cuando en el pasaje dice: “no endurezcáis más vuestra cerviz” y eso habla de la gente que no es
mansa, que no es sujeta, que no se deja enseñar. Pero la persona que dobla su cerviz habla de la
persona que depone su orgullo y la altivez, que se humilla.
La palabra dice que al que se humilla, Dios le exalta y al que se exalta, Dios lo humilla. Debes
tener un corazón correcto. Debes ser sensible a Dios y pedirle que tu corazón sea circuncidado
para que puedas examinarte y ser transformado. Debes renunciar a ti mismo, poner tu corazón en
el altar para que Dios sea el Señor de tu vida y para que Él reine en ti.
Pídele al Señor que circuncide tu corazón, que lo renueve, que lo limpie, que quite de tu corazón
todo aquello que a Dios no le agrada, que Jesús esté entronado en tu corazón, que Jesús sea
quien te guíe y dirija tus pasos. Es tiempo de que el pueblo de Dios se vuelva a Él y permita que él
trabaje en los corazones de sus hijos. Ama a Dios, vive para el Señor, deja el pecado, ama la
santidad. Deja que Dios purifique, sane, restaure, moldee tu corazón. El día es hoy!
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