lDBSCBDdBmos dBI mono?

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lDBSCBDdBmos dBI mono?
Biblioteca Contemponinea
lDBSCBDdBmos dBI mono?
J<;R1' UDI O liiSTORI CO N \ Tl'R \ L
SOBRE LA DESCENDENCTA DEL HO:\lBRE
POR
E. DENOY
P rimera. versiOn espanola.
R. Comas Sola
BARCELONA
BU E NOS-AIRES
F· GRANADA Y c.", £ditorea
Calle de Escudllleu,
...
10
SERAFIN PONZiftiBBIO , Editor
B M itre ,
1 1 oo
fNDICE
PJg,
<,Hijo de mono
C APfTULO
"
,.
o hijo
de
re~r ?
7
.
r. ·- Historia del homl>rC'
11ntes
de u
nacimiento . .
n . - Viaje alrededor de un Abismo .
m. - Gcnealog·ia del hombre.
rv. - Es.humncion de uu(' tros nutepnsado::. . .
v. - Los adYenHlrios de l trnnsformi~­
mo ..
lNDH.:H BlBI.JOonA ~· fl 0.
lJ(ijo
d~
mono 6 hljo
d~ r~y?
Cien veces por lo menos has o{do J erir. lector, que el h ombre es el
KE'l DE LA CREACI6:sr,
y este lisonjero epiteto te h;t parecido tan na-
tural, que ni por un momento ha germin ado
en tu cerebro, la idea de romprobn r su e.·artitud.
Los
cumpl!mie~tos
} adulaciones
...,u~ mprr
se acogen de esta manera.
No obstante, una calificac ,6n tan pompo!:>a
reclama y merecc los honoree; de un breve examen. A este objeto, te propo ngo q ue emplees
una ho ra en la contemplacion de tu
~Jajestad.
No es que haya la me nor duda acerca de
Ia realidad de esta soberan i.1. 1::.1 hombre trata
como R ey
a lo!:>
animales. Para que le
::,.t
n
8
DE:-lOY
l
utiles 6 satisfagan sus placeres, los encadena,
los encierra en apriscos, los domestica 6 los
ensilla, les pega y los fustiga; en fin, los despoja, los despluma, los trasquila, los mata.' ..
Procedimiento todos cesarista . Llega ha ... ta
asarlos y comerselos, to cual
e~
el colmo del
absolutismo, pues solo los grandes jefr-- dr
tribus del Sahara se atrevcn a hacer ligurar
la carne humana en su regimen politico-alimenticio.
Pero,
a menos de admitir que en
cuestiones
de cetros, como en muebles, Ia posesi6n equi\ale al titulo de Ia mi .. ma, menester es confesar que estos juegos de prlncipe no dan un
derecho irrecusable al trnperio. 1·1 domtnio
del hombre sobre los animate~, l no <>era otra
cosa que una u urpaci6n? l No . . erlat~. 'os,
Senor, mas que un hombre de fortuna?
Si es preciso creer en cjertas tradiciones, el
hombre serfa rey, no por derelhu clt' conquista, sino por dererho d<." nacimtento. Habria
recibido la suprema inve"tidura en Ia per!!>c.>na de su prugenttor. El .\utor del mundo hi'\-
t>FS( !•XI >FMOS DEL MONO?
9
bda fabricado al jefe de Ia dinastia humana
con una arcilla tan excepcional, que toda comparaci6n resultaria imposible entre los hijos
de Adan y los demas seres vivientes. La humanidad habria nacido soberana, la animalidad dominada.
Pero de muy distinta manera seria el ongen del hombre segun ciertos atrabiliarios e pfritus que no son capaces de contentarse con
tan aristocrftlica teoda. Estos escepticos habrian descubierto, bajo el polvo de las edade
prehtst6ricas, los archivos autenticos de tu
primer estado civil. Habrian forzado y leYantado Ia tapa de Ia caja de Pandora en donde do.·mian los !:>ecretos de tus odgenes.
Y tal seria la Ltltima palabra de sus descubrimientos, que tu trono deberia ser arrinconado en un almacen de trastos de teatro. i La
punta de tu oreja velluda asomaria por enctma
de tu corona de cart6n dorado! Tu augusta
purpura tendria por forro un traje de pelo.
Entre Ia poctica epopeya de las tradtciones
)' las prosatcas en!:>eiianlas de Ia ctent ta, ~.,
10
IWNOY
necesario, lector, decidirse . Revfstete de imparcialidad en esta in sta ncia en busca de Ia
paternidad, insta ncia e n Ia que seras juez y
parte. Aunque tu orgullo de pies de arcilla
debiera caer de su pedestal, es precise que sepas aceptar Ia en tera verdad.
l Que importa, clespues de todo, s i el animal
es en algo tu a nteceso r ? l Que hay de des-
CA PIT ULO PRii\IERO
}(istoria del hombre antes de su nacimiento
honroso en esta filiaci6n? Si no eres mas que
un afortunado enriqueci do, l por que renegar
neciamente de tu s parientes pobrcs? l No serla
mucho mas dig no reconocer estn genealogia
plebeya, si la naturaleza te la astgna?
Basta da entonces
a tu
I
LO QUE l!AY EN UN 6VULO DE liUJI~R
Todos los seres, cualquiera que sea su con-
orgullo el haber con-
formaci6n ulterior, nacen de sencillas celulas
quistado el prim er Iugar e ntre los animates,
microsc6picas, entre las cuales Ia obser'\"aci6n
no sefiala diferencia ese ncia l.
pues, segun la frase de un ilu stre zo61ogo:
«Seria preferibl e descender de un mono perfeccion ado que de un hombre degeneradon.
l Ten<-i!:> cl pri"ilegio de haccr
a favor
nue~
tro una excepci6n a esta regia general? i Ay l
d esde haec mucho tiempo no tenei5 el derecho
de form aros esta ilust6n, sobre todo de pues
d e los trabajos desil usionadores de Graaf, de
Baer y de Pouchet confirmado:::. por lo!i mas
recientes datos de Ia embriolugfa comparada.
DENOY
12
(, f)f:~CF. ' f>I::.MO
DEL MOr-:0?
IJ
----
La mujer, como las demas hembras anima-
vesicula, apenas si alcanza una cincuentava
tes, pone- dispensad,senora-ve rdaderos hue-
parte, y por lo que atafie al nucl eolo es mas
vos (dvulos) y su fecundidad no deja nada que
desear, pues el numero, de otra parte varia-
imperceptible aun.
As!, cada un o de nosotros, cmp · rador 6
ble, de las pequefias bolsas d e tejido conjun-
mendigo, ha debido ocupar, como el rna "ulgaf de los animates, un 6.tomo albumin01deo
tivo que las rodean (vesiculas de Graa/) no e
inferior a cincuenta por cada ovario.
Todos los seres, helmintos, crustaceos, insectos, peces, reptiles, pajaros, monos, hombres, deben
b/astos).
SU
origen
a ceJuJas hem bras
( OVO-
constituido de Ia manera dtcha.
Pero no se limita a esto Ia intima correlaci6n que ex ist ~ entre los orfgene-. del animal
y los del hombre. No s6lo le-; e~ comun el
pun to de partida, si que tambi · n
Del mis mo modo que todas las ce lula ~on
semejantes, de identi ca munera el 6vulo del
cual nacera un Pascal 6 un Pasteur, como
etapas para alcanzar
aquel que producira el mas modesto arenque,
se com pone de una membrana envoi vente (vitelina d coridn) lien a de una materia viscosa
lindados sus organismo .
y amarillenta ( vitelio) en el ~eno de la cual
se nota una especie de nucleo (vesicu la germinativa) conteniendo pequefia-, esferas ( nucl•olos).
El diametro del vitelio no pasa de una noYeRa parte de una linet\: en ruanto at de la
~t de~arrollo.
H ombres y animate" atra' ie...,an Ia
~u
mt m.t
respeLti va orgamza-
ci6n; s6lo al acercar e al termtno de u Jefinitivo perfeccionamiento qucJan claramente des-
; I JE~Ct:l\:1 >E~I OS l>EL :'II 01\:0?
I
5
gunos in sectos, ya e n el fondo del 6rgano que
le contiene, una se rie de m:tr<~Yillosas transfo rmaciones, cad a una de las cuales aiiade u n
rasgo mas {l su figura.
La primera especializari6n que se pucJc Ji-:.-
II
tinguir en un embri6n e<.; el plan
~t·neral qu~-'
s igue su estructura . •\nte todo ~e conoce si d
:\IETAMORFOS IS DE LOS AN IMALES
animal <;era macizo, radiaJo, largo 6 hilall:::-.r ingu n a nima l, en efecto, a p a rece desde un
principia en el 6 vulo con vertido en huevo po r
Ia fecundaci6 n, bajo Ia fo rma peculiar
a
esp ecie. S e cree por la genera l ida d que ,
su
a
excepci6n de los in sectos que s ufre n meta-
rnl.
Por eJemplo, el embn6n de un pulg6n no
indica por Ia dispo ict6n de su lar\'a, que el
futuro ser sera anillado.
Luego, el plan se dtbuja caJa
"·z
m{t , in-
morfosis uni camente hay entre el em bri 6 n y
dicando Ia formn de JonJe proceJe. La larva
el a dul to d ifere ncias de tamaii o, de ma ne ra
en cuesti6n adquiere traqueas: _ern , puc ,
insecto.
que el desa rro llo del ser, a ntes d e s u nacimi ento, cons istirla se nci lla mente e n un Ie nto
aumcnto de volum e n.
N ada de eso . Todo a nima l, d esde s u p rim era apa rici6n e n el huevo, hasta su term inaci6 n,
va ria no solo de ta maii o si que ta mbie n de
forma.
Sufre, ya de una ma nera a pa re nte, co mo a l-
till
La forma se amolda pronto :'t In e tnlltur,
fundamenta l. El insecta se atlurna tun un ptco a r ticu !ado ( rost ro) y ~ c con' i •rt" en u n hemiptero .
Luego, Ia cstructum se complica con "i ·rtos detallt"s. Las alas del hcmiptcro aJquicr•n
consistencia c6rnea; sera un hom6pt ~ru.
16
DENO\'
1, DrSCFNUDIOS DEt :.I0:'W?
------------
C ua ndo tod as las pa rtes e<..ta n fo rrna d as , lao.,
proporcio nes entre eli as revelan e l ge ner o de l
nue vo se r. E n fin,
los d eta ll e
----------
t ituyen Ia clasificaci6n de los sere:; organizados, una analogia singular.
intimo::. de
No hny duda de que esta analogia no e!:>
aqu e llas p~ rtes se te rmin a n y reve la n e n tonces
siempre tan evidente. CiNtos embriones ad-
Ia cspecie de l recie n nac ido: es u n pulg 6 n ( 1) .
quieren tan rapidamente Sll organi?aci6n defi-
Estos p r in c ipi o~ d e a rqui tectura , Ia na t ura-
nitiva que apenas hay tiempo de obsenar las
leza los a pli ca p or ig ua l a todos los e re . To-
fases succ-;ivas de su g-enesis. Pero, en gene-
dos esta n co n stru l d o~ seg{tn e t e p rocedi rnit'n-
ral, ningun animal llega {t su cumpleto de-
to , que co ns ist e e n reali za r a n te todo Ja..., dis-
~
pos ic io nes fundam e nta le::. y en a i1 a di r luego
,i Ins de los animales que le :;on inferinrcs.
trrollo
~tn
haber pasado por formas an{tloga
ca racte res cad a vez m as e pecia les . L a::. dife-
Los jthe nes acalefos son primcra111Cnle sen-
re nc ias qu e l o~ sep a ra n, e n r l estado a d u lto,
rilles p6Jipos; los equinodermus so n acalefo~
va n borra ndose
a tra YeS d e
l1
a m edida
qu e n os re m o ntamo::.
juve ntud e mb r io na ri a ha::.t<l ~U
entr~
los moluscus sufren las
form;~s
de los molu.!:i-
cos i nfuiores. Los art r6podos al pri nci pio ~on
prim e ra e ig tla l m a nifestaci6n e n un hu evo .
Pero a un hay mas . ~ i compa ra mo
transformado::; .:1 su 'ez. Los mas eleva do!) de
::.i
larYas, igual que los gu::.anos. El embrion del
las dive rsas m eta mo rfosis s ufridas p o r lo.., di -
l;\ngrejo, uno de los mas perfel
tintos embriones de va ri os animales, nota m os
pasa por las fases corrcspondiL·ntcs :i.
e ntre elias y los grupos je ra rqui cos qu e co n -
mas de sus inft'r ion:s. Prim et o e:-. L'ntomusLrflt
( •) T al es Ia embriolog ia, muy sum aria, de lo'
pulgon es nacidos de un buevo · en esta original familia, l as bembras son al tern atn·amen te ovlpara:. y
vivi paras.
tOS
c·ru!:>lclCCO::.,
Ia~
for-
co, de...,pUL'.!:i i~opodo, d 'sput~s mar.ruru y pur
fin braquiuro.
La mi~ma ley de desarrollo rigc {t. lo~ embriones de los ani males superion•s ( "-'• ri c lJra2
18
DENOY
GDESCENDEl\IOS DEL MONO?
dos). El pez, hasta el mas hucsoso, al princi-
focas y al de los plantigrades ( osos, etc. ).
Si en vez de examinar Ia sucesi6n de las formas generales, examinamos las transformaciones especiales de tal 6 cual p'lrte del cuerpo,
pio es un pcz blando. El reptil, l]Ue vivira mas
adelante en Ia arena 6 en las quiebras de las
rocas, es en su origen un reptil anfibio. El
embri6n de una salamandra terrestre (s-atra),
arrancada de las entraiias maternales y arrojada a! gua, Yive perfectamente a pesar de es-
19
hallaremos el mismo orden de desarrollo.
La primera forma de Ia extremidad ante-
vi vir en los
rior en los embriones de los vertebrados, es
tosca e indeterminada. Pero, poco a poco,
montes.
Una de las metamorfosis mas conocidas,
sus caracteres se dibujan y se conYierten, seguJ"' la naturaleza del embri6n, en una aleta
por producirse en plena luz en Iugar de verificarse en el scno de un 6vulo 6 de un am-
de pez, una paleta de marsuino, una pata de
pajaro, una ala de murcidago, una mano de
nics, cs Ia del sapo. El embri6n de este batra-
mono 6 una pczuna de pnqllldcrmo. En este
cio es al principia un ictiodrs sin membranas;
ultimo caso, los dcdos, ante todo separados
por la atrofia de Ia membrana intcrdigital, luego se unen total 6 parcinlmente, bajo Ia forma
tar primitivamente destinada
a
despues este renacuajo se acerca poco a poco
a los tritones: adquiere mas tarde Ia forma
propia de las ranas; por fin, las membranas
que unian sus dedos dcsaparccen, sus glandulas se forman: cs un sapo. El embri6n del
elefante, ticne todos los caractcres del mastodunte-.
El embri6n de los digit!grados (perros, gatos, etc.), se parace sucesivamente al de las
de cierto nt'1mero de unas duras: cuatro en el
hipop6tamo, tres en el rinoccronte, dos en los
rumiantes y una en el caballo. La pcr::.i::;tcncia
de los dedos primitives ha sido muchas veces
comprobada en los animalcs mal conformados,
y los rumiantes presentan siempre dos pcquefias pezunas supernumerarias.
t DESCEr\r>L:..t.IOS
DEL MO!'O?
acerca de este fen6meno, trazando
21
a grantles
rasgos, las principales fases por las c uales has
pasado antes de presentarte en este munclo. ( 2)
La materia amarilla, contenida en el
O\
ulo
que debia darte na cimiento, al principia se
III
dividi6 y subdiYidi6 (scgmentacion) en una
mu ltitud de pequenas granulaciones nuclea-
DESV£r\TURAS OEL EMBRI6N IIUMAN O
AI embri~n human a, con ten ido al principio en germen en una celul a ovular, en todo
tgual tl !.1 de los animale::., Je falta aun C'\.pf>rimentar las ::,ucesivas metamorfosis que ara-
'
das ( blastomadres).
Despues estas granulacione~. apnrtando rde su centro, se reunen uniformementc sobrc
las paredes internas, cuyo hemisferi o inferior
se ha repl egado, ahued.ndose por modo concentrico en el hemisferi o superior, de tal suer-
barnos de indicar.
Desde el instante en que el 6vulo de la mu-
dermo) de dos paredes (hlljas) afectando Ia
jer es fecundacfn por Ia con junci6n del nuclen
forma de una copa Yuelta al re\'{os . T e reco-
( ~TOIIIkfc
0) de 1.1 c{Jula macho COn Ja ceJula
hembra, el nuevo ser esta sujeto, hasta su completo desarrollo, :1 transformaciones que le hncen pasar a Sll Yez, segun C:'l plan <.,eguido por
Ia natural eza en la construcci6n de los organismos, por los tipos de los animales colocados debajo de el.
Permiteme, lector, que llame tu ate nci6n
te que forma una capa mcmbrano a ( blasto-
miendo no
oh·i dc~
que estc grupo dl' g-ranu-
laciones, por media de Ia dcpresi6n interior.
f(2) La mayoria
· de esta ~ fa,es estan Dl.Ki1 6 m C'OO)
n tmamente untdas; la gradaci6o seguo Ia cual Ia
presentdmc•
, s aqui , r ~ su1tana sen<:Jblemente lterad
:.1
c) CODJ· unto del organhn
. l en lu(Yar
d abarcaramos
b
e o scn·ar por scparado lo 6rg.mo
c.
1
22
DENOY
se realiza de igual manera en la producci6n
del mas miserable molusco.
Sobre un punto de tu membrana original,
ha aparccido una mancha, rcdonda al principia, como si cstuviera de::,tinada (l ser Ia cuna de una estrclla de mar 6 de algun otro animal radiado. i Esta mnncha eres tu!
Pronto rstn man cha se hn alargado y un pequeiio conducto formado en su longi tud no hn
tardado en seiinlar el eje segun el cual vas a
ser construfdo. Fste conducto est.! encorvado
sobre sf mismo en una de sus extremidades,
formnndo una especie de hinchnmiento, serial
de tu futura cabeza, rnientras el otro extremo
se adelgnza j como si hubieras de lucir cola!
Esta forma bastante semejante a Ia de una
pistola-pufinl, corrcsponde a todos los ' crtl'brados, por lo que no me atre' eda ~ ascgurar despucs de ha berte observado, si tc converti ras en un salm6n 6 en un hombre.
El ligcro filamento, tendido dcbajo y n lo
largo de canal, no puede di ipar mb dudas,
pues esta pequena varilla ( ctterda dorsal)
l OESCF~DE~fOS
DEL M0;:-\0?
23
existe en todos los peres, incluso los adultos.
La yuxtnposiri6n de una scric de cuerpecitos, descendiendo :1 lo largo de tu cucrda dorsal, a semcj1nw de Ins cuenta!-1 d ... un rosario)
multiplidndose por cncimn de tu futura pelvis, adornandote de una hermosa )' 'crdadern
cola, no me hahrinn dicho nada nue\O accrca
de tu de<;tino ulterior.
1\ingun resultado habria dcducido tampoco
de Ia estructura de tu coraz6n: habria not tdo
una ca,·idad tubular, que lo mismo hub cr~
podido pcrtcncctr a un amfioxo 6 a un hom. bre.
1nt'ttilmcnte habrla oh erv:tdo Ia conform:lcion de tu cucl!o: notnndo bajo Ia ( rna d
henclidu ras ar(ptead.IS las bmnqut por u o
medio rcspiran los nnimalr acujti o , ) ' endo tus arterins enconar e ha ia c tn hendiduras p1r:1 combinar c ron ella , c mo 1
u"ieras de ... t i nado ft res pi rn r en cl a ua, n h bria podido alirmar que drja cs de s r un rodaballo.
En fin, trcinta dins despues de tu ap:1rici6n,
DENOY
i,
DESCENDEMOS DEL MONO?
la presencia en tus rii'iones de ciertas glan-
de cal ificarte como un anfibio; te nias por lo
dulas (cuerpos de TT' off) caracterfsti cas de los
menos el aspecto de un reptil.
La cqnformacion de tu corazon venia, prc-
peces, me hab rlan hecho pensar mas en Ia
creacion de un salmonete, que en Ia de un
hombre.
En este p erfodo de tu existencin, se han veri fica do transformaciones notables
a fa\'or
cisa no olvi da rlo, en apoyo d e esta nueva opinion . Este organa enge ndraba por Ia dilataci6n de una de s us partes, un hin cha mi enlo
tu-
( bttlbo de la aorta) que se enc uentra precisa-
a
mente en los reptil es, incluso en los adultos.
Inutil es, por otra parte, co ns ultar la forma
Cierto es que no tienes at'tn grandes moti-
de tus cuatro extremidades; estaban represen-
ves para esta r orgulloso, pues m uchos ani-
tadas por prominencias in formes, espec ies de
males inferiores poscen pulmones de cste gL·-
munones hrotando a ambos !ados de tu cuer-
yo. D os bolsas se han formado en t u pecho
manera de pulm ones.
nero . P ero, en fin, dabas
a conocer
que nose-
rias nun ra un Yerdadero pez. Dotado a! propi o ti empo de pulmones
r
dl! branquins, part-
po y nada indicaba que estas excrecencias no
se reabsorbiesen en tu tronco
a imitaci6n
de
Jo que acontece en los cmbrio nes de los repti -
a
das destinado a Vi\ir por iguaJ en eJ agua y
les, que p resentan
fu era de ella; es d ecir : augurabns ser u n anfibi o.
ejem plo, un rudim ento de bacinete y vesti-
lo sumo, la boa, por
H a sido necesario para indirar que sedas
gios de los miemhros posteriores .
Afortunadamente, para tu amor propio, el
un animal exclusivamente tcrrestre, que tus
ensanchami ento notado en el nacimiento de tu
branquias se tran::.formascn y se com·irtieran
norta, pronto h1 desaparecido, sintoma de un
en lac; diYersas regiones de tu cara y dC' 1u cue-
destino superior al de lo::, repti les, para los cuale!:> no desap~rcce nunca estc modesto bulbo.
llo. D esde aquel entonces ya no habia derecho
DENOY
Ademas, en los extremes de tu s miembros I
desarrollados por modo notable, aparecen esbozos de articulaciones. l\1as, 1ay! si de tal
suerte te separas de los reptiles, s6Io es para
aproximarte a l<ts aves. Estos dedos, en cfecto, estaban unidos entre s i por una membrana,
igual a Ins que '"es en las pntas de los gansos y
de los patos. Y ademas, ci rcunstancia arrra·~
vante, hac; vivido a expensas de una bolsa ('i.•esicttla umbilical) llcna de matcrias amarillentas. Prerisamente esta es Ia manera de alimentaci6n de las aves; un polio, dentro de In
cascara, no sc alimcnta de otra manera, y tus
comidas, como las que tomabns entonces, se
componen invariablcmente de Ia parte amarilla del huevo que hay en su bolsa.
«Dime lo que comes y tc dlf(~ quien crcsn
escribia Brillat-Sa\arin. Si es asi. confiesa que
te habrian podiuo tomar, sin mala intenci6n,
por un futuro volatil.
Aun este pron6stico habrfa <\ido confirmado
por el aspecto de tu canal vcrt<:bral, que presentaha en el sitio de su cnsanchamiento in-
l
DESCENDEMOS DEL MONO?
ferior ( seno romboidal) una hendidura que
Ia anatomia s61o encuentra en las aves. Sin
embargo, estos slntomas no debian confirmarse. La vesicu la umbilical que te a limentaba, ha cedido el sitio a otra despensa mas confortable (placenta) que Ia naturaleza s61o otorga a sus elegidos. La hendidura de tu canal
vertebral tiende a cerrarse. Este hecho basta
para que en adelante ya no se te pueda confundir con un embri6n de ave . Seguramente
seras un mam ifero.
Sin duda, si se observa que tu orificio anal
y tus 6rganos sexuales tienen una sola salida
(cloaca) nos inclinaremos a calificarte entre
los mamiferos inferiores (monotremos, etc.),
que son Joe;; unicos que ofrccen esta desagradable conformaci6n . Si se C'\amina, de otra
parte, la su perficie de tus hemisferios cerebrates, sc Ia encontrara tan lisa que no se dudara en colocarte en Ia plebe de tu clase. La
vegetaci6n de pclos (lanugo) que te cubre de
los pies a Ia cabeza, ciertamente no tc ele\a
por encima de tus colegas. Pero, otras senales
D£NOY
l D£SCENDEMOS DEL MONO l
abogan a favor tuyo. La forma circular de tu
placenta, indica que no sera!:> un carnh·oro.
rus dedos se convierten en libres por Ia
dcsnp·uici6n de Ia membrana que los unia, lo
flUe tc asegura un Iugar muy distinguido en
clas<>.
Tus pulgares poco dcsarroli ,Hios forman con
los !ados de tus p1es un angulo igual al que
e"iste en los pie!:> del mono. Determinadas modiflcaciones en tus 6rgano!:> st'.·ualcs te dan el
derecho de incluirte entre aquelloc; anima-
tu
lee; (3).
f a forma sallente de tu nariz te diferenCit\
ngradablemcnte di.! lo!:> mnnO!:i de America,
( platirrinos). El desarrollo ere< icntc de tu
cerebra, que sc desborda sobre cl ccrebelo,
impidc cl ronfundirte basta con los mas her-
. ~3) La ht•mbra del mono ~ It mujer, on lo
uuJcos mamifcro cuyo tabiqu c uterino sc atro fia y
dc~ap :uccc. No cs r .uo ha llar .dgunas mu JCr~ cuyn
onducto COD\ ergen, sin teunir C 1 ) CU)'O utero prr·
s•·n ta, por lo tan to, una doblc ta' 1dad igual qu1. lo·
n1amtferos infcriores ~ los mono:..
mosos monos del antiguo rontinente (catarrinos).
Pero, ahora recuerdo : las di versas aberturas por las cuales tus tronco!:> arteriales superiores se com unican con los inferiores, se
han cer rado hace mucho tiempo, y tu cola
flUe ya tenia o!Yidada, se ha atrofiado, en Ia
septima semana, ) rcabsorbido en las ultimas
\'ertebras de tu columna vertebral (coccis) .
j Regodjate I Si no eres hombre eres al menus
un antropomorfo, esto es, un gorila, un chJmpance, un orangutan 6 un jib6n.
i l\Iejor aun que todo esto! los pelos que cubrian la superficie de tu cuerpo han desc.~pa­
recido en el agua del amnios que te banaba.
i Formas parte de Ia humanidad I
j Figurate, lector, las dudas raras que habrfan
amargado lo~ pn meros periodos de tu existencia uterina, si Ia naturaleza hubiera cometido
Ia broma pesada de hacerte tener concienua
de aquellas transformaciones! ~ Resultare hombre 6 un tit{? l Cotorra 6 rana? Felizmente tu
falta de concienci<l durante el periodo embrio-
30
l
DENOY
DESC'ENDEMOS DEL MONO?
31
e m-
lencia-era en un todo semejante al del simio.
certidumbres.
Pero el conocimicnto de ti mismo, manantial de inquietudes crecientes, si se te hubiera
Las caprichosas y originates sinuosidades, cu-
nano te ha evitado todas estas dudas
yo numero, profundidad
e irregularidad estin,
desde el imbccil de 16bulos casi lisos hasta los
otorgado prematuramente, habdas podido
disfrutarlo desde el momento de tu nacimiento.
No es que pudieras pre\'alerte de ninguna
16bulos complicados de un Beethoven, en pro-
superioridad, pues 'enido a! mundo por iguales procedimicntos de parto que los demas
rebro como en el de un orangutan. Tu era-
animales, ofreces, ademas, analogias poco
halagi..ienas en comparac16n al parto de un
mono sin cola. Pn poco m~b tarde, tus dientes,
estos 6rganos tan i prop6!)ito para averiguar
las verdaderas afinidades de los animates, se
dia dos mil dos cientos veintinueve gramos de
con tenia en aqucl entonces muc ho mas que el
presentaban en identica forma a los de los
De todas maneras, e.stas analogfas caractr-
monos superiores.
El sitio destinado ulteriormente a tus fal-
rizaban el perfodo cilgido de tu semejanza con
sos molares, en tu dentadura de leche, estaba
ocupado por verdaderos molares, ~egun se observa en los antropomorfos; y Ia configura·
ci6n de las raices y coronas de aquellos motares era identica .i las de los ind1cados animales. Tu cerebro-6rgano humano, por exce-
porci6n de Ia inteligencia, esas circunvoluciones estahan tan dcbilmente esbozadas en tu cenco, aunC")ue estuviera dcstinado i contener un
materia cerebral, como el de Crom\\ ell, no
de un antropoformo. Tus facultades intelectuales eran idtntlcas
a las de los monos.
el animal. Esta aproximaci6n-Ia mayor de
todas de las que te han impue!)to-iba a ser
Ia ultima. ~I ientras que hasta el presente no
hahias podiuo dejar de pcrtenecer i una especie animal, sino para Ycrte amenazado de entrar en otra, en adelante ibas i separarte de
~2
OENO't
-----------------
estas vecindades poco halagi.ief'ias para ti, y :i
poseer, por fin, una inteligencia ..,uficJcnte para
lOnocer tu~ abuclos y bastante or~ullo
pitril
intentar renegar de ellos.
CAP I T
LO IT
V1aje alrededor de un abismo
AI lleg:tr a este punto, lector, no puedes menos que interrumpirml' :
j
Y bien ! l ) dcspues ? l . \caso to do esto dl'-
muestra que tenga el menor parentesco con rl
animal? \Ie explic.'l.J-; que durante mis primcros dfas d{· mi existencia embrionaria he tenido
no
-.e
qut; aire de familia con los pece">, lo
anfih10s, lo-. reptile ... , las an•<;, lo.., mono..,,
etc. ~ada~<· de ello, pt·ro aloma , en csto- )"
no H'rla mfts que ( oincidencias caprichosas
a
las cuale clnri:1 tanto meno-. importancia cuanto mc~s cfimer:ts fuemn. I o que hallo mucho
DENOY
mas cierto, y esto se armoniza muy poco con
las pretendidas semejanzas para no sospechar
de elias, es que hoy no tengo nada de comun
con los ani males, ni aun con los mas nobles.
Y, en fin, no podreis dejar de reconocer que
tengo el honor de diferenciarme por completo
del mono, por Ia graciosa forma de mi cabeza,
por la est~tica proporci6n de las Hneas de mi
cara, por Ia estructura superior de mi craneo,
por la simetrica colocaci6n de mis dientes, por
el destine de mis pies, por la elegancw de n11
estatura y principalmente por mi.., facultnde.,
intelectuales y morales! ..
y si tales mi inconmensurable "uperiondacl
I
'
..,obre Ia aristocracia de los animate . que sena
insensate atribuirme el parente~co, por remoto
que fuera, con ellos, con mayor raz6n estoy
limpio de toda consanguidad con la burgu~­
sfa y la plebe de los animates. l C6mo querets
· 1 tn
· fe que constenta descender de un amma
rior cuando hatlo entre mi y el mas complicado un abismo, un verdadero a b.tsmo ·'
Examinemos el
abi~mo.
I
HOMBRES \' MONOS
Las formas exteriores de tu cabeza efectivamente son muy distintas de las del mas distinguido garita. La protuberancia de sus areas
ciliares y Ia prominencia de sus mandibula~
bastar!an por ~~ solas, hasta faltando las crestas, para diferenciarte claramente del mono.
Perc todos estos contrastes desaparecen por
modo singular, si te dignas comparar, salvo
tu respeto, a algunos monos cuya cabeza esta
igual moldeada que Ia tuya ( saimiri~) 6 si
parangonas el mismo gorila con un hotcntote. No sabrias decirme entonces cuales defieren
mas: si un frances de un hotentote, 6 un gorila de un saimiri; y te vedas en Ia allernativa
de clasificar al hotentote entre los monos 6 a!
saimiri entre los hombres.
Si es cierto que en determ 1nados monos las
f
IH "i< l·.NI>f:.\IU!:i DEI
MO '0?
.1i
DENO\'
Tendrias, segu n el, Ia 'entaja de poseer, andimens iones de Ia cara so n superiores .\ las
te todo, cterto ucuerno posterior del ventricu lu
del crtmeo, y que lo contrario se prese nta en
hteral u ; desp ues, i sue rte maravi ll osa! uun pe-
ti, de deli cadas facciones, es necesario afiadir
queno hipocampon que caracteriza el 16bulo
- lo que disminuye mucho el \alor de tu privi-
pu~terior de cada hemisfcrio;) por ultim o, pa-
legio, - que ciertos albinos tienen el craneo
ra colmo de felicidad, un verdadero ul6bul o
bastante desarrollado para te ner el ag uj ero
()ccipitaln fo rm ado p ur el eno rme desborda-
occipital colocado como tuc; herm a nos de
.\ustralia, ( 4) mientras qu e no hay punto de
tniento del ce rebra sobre el cerebelo .
En realidad, esto es mas que suficier:tte pa1 .1
comparacio n entre Ia e no rme cara de un ci no-
tralar ron dc<;dt·n al
cefalo y Ia pequefi a de un orangu tan.
\I e autorizas, pues, a sentar Ia conclusion
~uido.
de que algunos monos -.e a treven
usurparte
t''>ti destin<~do {t desaparecer igual que Jo...,
tu prete ndido pri\ilegio, 6 que alg un os hom-
otros . Est ,t dcmostrado ho\ que tu celebre defensor fuc inducido a error por lo incorrecto
1
bres no ti ene n la suerte de di s frut arlo.
l
himpanu~ mas distln-
Pero, por desgrac ia, e~te t riple pri vi legio
uperio-
de una de las figuras que habia tornado comu
k rmin o de comparaci6n . Este c.libujo represen-
ridad sobre el mono.
Owe n, uno de los mas di.;.tinguidos an:tto-
t aha el rerebro de un chtmpance y. sacado dl.'
una memoria publicad.t en .\ msterdam, ha-
mistas ingleses, ha creido , en efccto, dlstin-
bia s1do dibujado a Ia '1sta de un 6rgano
guir en tu encefalo tres caractere . . que sedan
completamente deformado por su permanen-
dP. exclu...,n a propi edad .
cia en el alcohol. ..
E1 implacablt:: Gratiolet, h a heche notar
De hoy e n adelante no busque..., en Ia conformaci6n de tu cerebro un titulo de
(4)
mrsmo.
D ai lly: Orden d~ los primat6l
l ' ~~
transtor-
J<)
Oli:NO Y
(, Ill '-l i· N l>EMOS DeL MONO'?
e:;ta defo rm aci6n, colocando a Ia vista de Ia
figura defectuosa una reproducci6n del natural ; y los autores d e Ia memoria no tuv ieron
otro remedio que co nfesa r su equivocaci6 n.
En un a palabra , el estudio anat6mico de
<]uin ce ge neros de prima tes abarca ndo todo..,
n:nunciado ft Ia defen:sn ue tu s ima ginarios
los tipos de los simios del a nti g uo y del nu evo
mundo, ha revelado qu e los tres celebres cnr.trteres de ta ll ado~ por O wen, po r ig ual cor rt·~ po nde n {\ los monos)' a los h om bres (s) .
E l cuerno posterior y el pequeno hipocampo existen en los cerebros de todos e... tos a ntmales s in excepci6n, como lo ha b la n reconocido desde mucho ti empo, C u,•icr, erres, etc.
privi lcgios.
Las compli ca ciones de las sinuoc,ida des,
e~trias , circ unvoluciones de tu cerebra, ya no
pueden en adela nte ser consideradas como un
pri vilegio .
Tus herm a nos, los negros, se diferencia n
tn nto de ti, bajo C!:>te a~ pecto, como del orancru ta n I y tu enca ntadora herma na , la celebre
!"I
\ 'enus H ote ntote, tenia segun el referido G rattolet (6) un ve rda dero ce rebra de chim pancf.
Por el co ntrario, el 6 rga no del imbecil es \t!So
\ unido .
De ma nera, que e ntre tu, lector listo , y
demo~t ra­
los monos superi ores, s61o h ay matices insensibles, a nalogos a los q ue te sepa ra n de tus
congeneres del D ah omey y de otras regiones
':>alva jes; mientras que h ay, entre los antropoform os y el imbecil una di ferencia de d is-
Owen inclinandose ante la evidencia , ha
posici6 n tipica.
Oesue este punta de vista, no estas de nin-
En cuanto al desa rrollo de Jo.., hemi sferi o!:>
~obre
el cerebra, no sola mentt• se encuent rn
en todos los monos, s ino q ue hasta e n al g una~
especies ofrece propo rciones m{l~ consi derables que en el hombre, segun lo h.\
do el anatomista Marsh a ll.
(5 )
Lyell
Antigtudad t!d h ombu.
- (6)G;atiolet : Los pliegues a rebrales en el hom bre }' m los primates.
; OESCENDFMOS llEL M0:--.'0 (
DENOY
- - -- - - - -
gun modo separado de los monos y el desgra-
del gorila. Pero, no te ap res ures en regoci-
a
ja rte. E sta diferencia ti ene escasa importancia
ciado imbecil es el unico que tien e de recho
tus desdenes.
La dimensi6n de tu cerebro, lo mismo qu e
su estructura, no te autori1an a man dar como
sobera no al pueblo de los mo nos.
La capacidad de tu c ra neo Jlega qui z<b, no
digo lo contrario, a 1867 centimetres c ubi co~.
sino olvidas que Ia dentadura humana, en sus
multiples variacionr-;, prese nta a menudo anatoga dispos ici6n.
Diferenc ia m ~l.s importa nte es Ia de que el
a sso.
rulumen proporciona l de los molares crece de
dela nte hacia atras en el mo no antropomorfo
y de atras hacia adelan te en tl hombre. Por
P ero todos tus parientes no estan Jgualmcnlt•
desgracia, tu dentadura de leche precisamente
favorecidos, y algunos ejempla res de Ia esp e-
ofrecia esta dispo:,ici6n pecullar a los ::.i mios .
cie human a posee n una cav idad ce rebral de
Por lo demas, mtentra.., que en ti y en el gori-
9iO centlmetros cub icos. Estos compromctedo-
Ja, el num erl) de diente::. es lgual, su clase ana-
mientras que en el gorila no snbrepuj a
rna"
al
loga y Ia lonformact6n de Ia corona identica,
mono que a ti, de tal modo, que qu eda d e>:-.truido el pinaculo de tu orgullo desde el cual
pensabas dominar al a nima l.
.
N o 1gnoras que tan gra nde es la importan-
en una palabra, Ia ana logia general es perfec-
cia del sistema dentario, para Ia clasincaci6n
de los antropomorfo se d1stingue totalment('
zool6gica, que Cuvier pretendia reconstituir
por el s61o estudio de las mand1bula~ de los
del c1nocefalo. Los dientc:, del lemurido :,on
f6siles, el tipo de las especies desaparec1das.
Existen alg unos intervale entre los di ente">
de los monos.
res congeneres se acercan dos 'eces
ta, existe, no obstante una d 1versidad prodig iosa en las dentaduras de las variedades dt>
Ia famil ia de lo:, >:-.im10s. El sistema dentano
mas semeja ntes
{l
los del UHnh OrO que a los
En una palabra, aun desue este punto de
.p
(, D~S( EN DEMOS DF.I. MONO?
llENOV
'i . . ta, es menester que te resignes :t codearte
ton tus Yecinos los antropoformos, con los
cuales formas, no te aOijnc; pur ello, un grupu
doctor Dally,
a crear
un orden de cuadrupa-
ras ( 7).
v~rdad
es que en todos los casos, no tenien-
completamente di<>tinto de lo-. dema., mo-
do ni cuatro pies, ni c uatro manos, ni cuatro
no-...
patas, habdas tenido
onreirlas de compasi6n, lector, st tuYiera
el atreYimiento de establecer Ia mcnor aproximaci6n entre tu pie y Ia extremidad posterior dL' l mono. Y, sin embargo, estos do~ tSrganos no son tan difcrentes como tu amor rropi() desearla.
~ota,
ante todo, las contrauiccioncs en que
han incurrido los sal;lio'-> que han pretendido
a favor
tuyo un hala-
gador con..,uelo a ! compararte con los animale!'..
Pero
c~
el caso, que un . . aj6n que cierta-
mente no se las hecha de sentimental, el profesor Huxl ey, acaba de demostrar por modo
irrefutable, que el mono posee dos pies tan autenticos por lo menos como los tuyos.
Despu~s
de haber sentado que el pie se dis-
tingue de Ia mano:
1•
U nos afirmaban que PI mono ten fa cuat ro
pies, mas 6 menos desttnadus a Ia pren~ion
los huesos del tarso;
0
segun ellos, 1era un cuadrupedo!.
3·0 por la presencia de un l..Jrgu perone, estt"
explicar Ia superioridad esencial de tu pie.
0
0
Otros pretendlan, por el contrario, que ~stc:
animal estaba prm isto de cuatro manos, rna!'.
2,
0
por Ia disposici6n de
porIa existencia de un
musculo flexor corto y de otro extt.nsor corto;
despiadado profesor demuest ra que el miembro posterior de to .... monos presenta:
6 menos aptas para la marcha: 1era un cuadrumano!.
forma que los huesos del tarso de tu pie;
Otros vefan en estas extremidades, s6lo patas, lo que les obligaba como hace notar el
(7) Dailly
formrnno
00
1•
0
el
mismo numero, igual disposici6n e identica
2.
0
un
El orden de los pnmates y tl tram-
44
DE 0 \
l
J .0 un largo peront!-.
Y para que tu desilusi6n sea mayor, s i en-
U.I:.~C.I:.NUEMO~
----
musculo flexor y otro extensor, arn bos cortes;
mo te s ucede
a
IJJ~ L MO
0?
45
ti, no dejan de e mplear estc·
modo de coger los ohjetos.
egun P o uchet,
be, he ahi que estos caracteres se e nc ue ntran
los jinetes abisinios estrecha n perfectamente,
no s6lo en el pi e de los antropoformos, si que
con los dedos del pi e las correas del es tribo.
tambien, y mas sel'ialados qui zas en el de Jo:-.
Los habitantes de N ubt .t con el pulgar del ptl'
monos inferiores. Es as{ que e n los tarserus
.-..e agarran
e1 pie difiere a un mas de Ia mano qu e en el
del buque. L os artesanos del Cairo, trabajan
r himpance.
y construyen con s us pies los mas delica dos
a las cue rdas
pa ra subir
a los palo':>
Por lo tan to, tan cuadruman o es el mon o I
obj etos, y e n Ia ultima Expos tci6n Un iversa l
como cuadrupedo el hombre; ig ua l biman o
de P a d s pudo a dmira rse Ia habi lidad de al-
rs el mono que tu y yo, poseyendo, como po-
g uno de estes obreros. Los peri6dicos, en es-
seen, dos pies y dos manos. S6lo e l gori la
tos ultimos ai'ios, se han ocupado de un manco
presenta, segun Schaaffhause n, Lt rc1rez.1 dt'
que cosia con los dedoc; de los pies, y sabido
un miembro posterior mixto, pi e por Ia p artt:
PS
del tal6n, mano por los dedos, lo que Je dis tin-
hrazos .
g ue igualm ente de s us congene res y del hombre.
;.Jo nega remos qu e el mono ...,e '> trve con fa-
que el diestro plOtor Ducnrnet careda de
En resumen, 1 :-~ mitad al meno de los habi-
ta ntes de Ia tierra utilizan s us pies como 6rganos dt: prensi6n, tgual que
l o~
monos (8).
los objetos. Peru si esta pract tta no te es del
""•· pues. Ia impostbtltdad de m wcjar con 1"1
pte ec; lo que dt _tingue al hombre, cu:ttrocten-
todo familiar, algunas rants cuvo pie no ha
tos 6 qui nicntoc; millonec; de desgrnnados Yan
cilidad de su extremidad pos te n u r p ara coger
"ido dt·formado por el uso del ( a lzado cot8)
Pouchet
Plwaltdnd Je Ins
rtl!!tlS hum'lrtOJ.
l
DENOY
a ser clasificados entre los monos por el unico
delito de ser mas habiles que tu y yo.
At llegar a este punto espero que irguiendote tan alto como eres, me lanzaras en pleno
rostro, cierta cita, de un poeta Iatino, acerca
del privilegio que la divinidad te habra tlado
de andar con dos pies y los ojos mirando al
cielo ! ... Pero esta permitido cl dudar ae la
autoridad de Ovidio en cuesti one~ de fisiologi a
comparada.
La situaci6n de Ia columna vertebral revela ,
al mas ligero examen, que la posici6n recta no
es en nosotros natural, sino adquirida .
Para estar en relaci6n 16gica con s u destino, esta armaz6n huesosa, que sostiene tod?
Ia parte superior de tu organismo, debeda necesariamente ocupar el eje interior. Y muy
al contrario, como todos los cuadrupedos, tu
columna vertebral corre a lo largo de la espal-
..
da, exteriormente al organismo que debeda
atr&vesar para mantenerlo en equilibria est.abl~. Esta disposici6n lanzando a un s61o lado
DESCENDEMOS DEL MO 0?
47
todo el peso del tronco, conv ierte la posici6n
bipeda 6 vertical en artificial.
Prueba de ello es que te has visto en el caso
de ap1ender a andar, es decir, a contra rre~tar
las inclinaciones naturales de tu organismo,
y te has podido convencer, a tu CO!:ita, de que
c'>te aprendizaje no es de Jo mas c6modo. El
arte de mant c ner~e en pie) el de anda r exigen,
basta en 'el adulto, una atenci6n fija: un ligero
cxceso en la bebida basta para destruir este
equilibro ficticio, ) el anciano, agotadas sus
fuerzas, se \e en la prccisi6n de utilizar la resistencia de un bast6n para oponerse a Ia atracci6n del peso que le solicita hacia delante.
El problema plantc.tdo por la Esfinge a
Edipo es mucho mas notable que cl pasaje
tan tas veces ci tado de las Meta morfosis de
Ovidio. Dicho en una palahra, el hombre no
es derecho: se endereza.
a
Lo mismo sucede los demas animate.:; superiores. Sin referirnos a aquellos que merced
a l& influencta de Ia domesticaci6n, se someten , como el perro, a todos los caprichos itna-
l
DENOY
ginables de equilibria, es un heche constante
que Ia actitud del gorila tiene tanto de vertical como de horizo ntal. Lo propio ocurre con
el chimpance, que .anda verticalmente y apoyado en un bast6n, si asi se quiere. La posici6n vertical es aun mas seiialada en el gib6n,
en el ateles y en el lagotrico.
Por el contrario, es facil hall~r muchas regiones para cuyos habitantes la posici6n horizontal no es anormal, como ocurre con Jo . .
nuevas caledonios, los indlgenas de Filipina . .
y los malayos de Ja,a, que anidan con comodidad en las ramas de los arboles ( 9).
En presencia de tales hechos len que se ha
convertido tu pretendido privilegio de Ia cstaci6n vertical ?
Ya ves a que se reducen las famosas dt!c'rencias anat6micas invocadas entre tu y el mono. ~1e seda facil indicar, por modo reconwncional Ia serie de analog{as de conform<~­
ci6n que te acercan a este animal dc . . conocido.
\Ie limitart a recordnrte algunas.
(9)
Buchner
Confcr~ll(ias aurcc1 /11 ttoria d'"
DESCENDEMOS DEL MONO?
Diversos naturalistas han querido ver en la
falta de Ia membrana himen, en la hembra
del mono, una seiial para distinguirla de Ia
mujer. Pero resulta que este heche es inexacto. El himen r:\i!:>te en los 6rganos sexuales
de Ia hembra del mono, igual que en la mujer, y los fen6menos de Ia menstruaci6n tambien se verifican.
La organizaci6n de los sentidos del tacto,
de lavista y del ofdo, es analoga en el hombre
v en el mono.
HExcepto el hombre, ha dicho Schaaffhauen, el mono es el unico animal que tiene corpusculos tactiles por medic de los cuales reroge las mas li'geras impresiones.n
S61o el mono y el hombre tienen Ia fovea
centralis y la mancha amarilla de la retina.
En fin, los monos son los unicos que a semejanza del hombre poseen Ia oreja interna ( laberinto) cuya conformaci6n es ya diferente en
los medic-monos ( 1o).
(10)
winista.
4
Buchne r
Confumcias acuca la
ttortll
dar-
so
DENOY
La nutn..
ct 6 n de los fetes humanos y el del
mono se vert'fi ca por medio de una placenta
. ·a . en cambia en los carnivores la pladtscoz ea,
centa es en zona.
La colocaci6n de las mamas en la parte superior del pecho es la misma en los hombres
II
MONOS Y HOMBRES
y en los monos.
Lo mismo podemos decir, por lo que se refiere a Ia disposici6n de la espalda, que en el
hombre y en los antropomorfos esta colocada
de tal suerte que permite apartar lateralmente
los brazos del cuerpo, mientras que en los
otros monos y los cuadrumanos, Ia extremidad
superior s61o puede moverse de adelante a
atras.
...---...-
Pero si resulta de lo que acabamos de
dicar que no existe un abismo anat6mico
tre el hombre y el mono, sin duda hay
abismo moral. Probablemente en esto tu
guile se desquitara.
inenun
or-
Pues, no. La distancia que te separa del
mono, por considerable que sea, no es menor
entre los individuos de tu propia raza, que entre los animates.
La inteligencia y la conciencia, lector, desde el pez hasta ti, presentan en los diversos
tipos animates y humanos, una progrest6n
regular creciente de las mismas facultades.
Te diferencia!) por igual de los monos que de
las tribus antrop6fagas de Oceania 6 de Afri-
l
DhSCENDEI\IOS D EL MONO?
53
DFNOY
ca: por Ia proporci6n de tu s pote ncias intelectuales y morales, pe ro no por Ia naturaleza
de las mismas . E ntre el mas ele me ntal ins-
bar las saba nas, las mantas y las almohadas
que les hace n fa lta. Se acostumbran co n p 1,clcer a ll eva r vrsti dos ' -y a imitac 1•6 n d e Ios sa lvajes pre fi ere n los colores chill ones .
tinto y el genio mas trascendentc, s6lo exis-
Los grandes monos aprendcn m 'tc; ra pida-
ten grades y ca ntidades en un todo medibl e. .
mente qu e muc hos ho mb res, ft barrer,
y legltimamente comparables. No nega r{t">,
piar los mu eb le"i, {t CO"ier, ence nde r fu ego y
lector, que los mo nos antropoformos esta n dotados de me moria. Cualquiera que haya te-
hasta a guisar un poco. Saben se rvirse del tenedor sin
pin char-..e ' del cuch itlo .1n cortarse,
•
nido la desgracia de disgustarles sabe lu dificil qu e es hacerse perdonar. D e'>tie que Sf'
escancwrse el 'ino c; 10 romper nl el ,aso ni Ia
botella , come r correctamente en Ia m esa,
. o f rc-
les engana, se convierten en tdclturnu'> y d e!->-
cer ~~ brazo y cstrechar Ia m'lno . Son capace~
de JU gar al boliche, de tocar al tambor d
d'
I
C
•sparar un fusil al blanco y de pescar con
confiados. 1\ unca se hieren do-.. 'eces con el
mis mo objeto. Sus facultadcs imitatl\ras son
a lim-
proverbiales . l Pero es a Ia m emoria y al •nstinto de imitaci6 n a \o que dcbemOS a tribuir S ll
ca fia. T odo esto,
facilidad en ejecutar todos los actus d e nues-
arrOJando pi edras )' ramas de los .hbolcs.
tra vida corriente y vulgar?
Los orangutanes, hasta en cl c...,tado sal-
~cn
vaje, todas las noches se arreglan co n ram<-~"
y hojas una cama en Iu gar seguru; -..e echan
encima hojas para resguardarse del frio.
l~n
estado dom estico, saben prepararse un magnifico lecho, y en caso de nece~idad ...,aben ro-
L~s
.1
~
es 6 no intellgCnl ia?
monos se defienden de sus enemigos
a-
organlzar un plan de comb1te, depoc:;itan
las hcmb ras .\'
a los
pequei'io
en SltiO se-
guro, antes de emprender Ia luclw v se comunica n, durante Ia pelea, entre
de gntos.
51
p:lr medio
olocan piedras entre Ia
concha"
abierta" de los rnoJu,ros . \ abren l.l-.. o-..tras
54
DENOY
igual que nuestras vendedoras de ostras.
l No es cierto, como lo ha hecho notar Darwin, que reYela cierta dosis de abstracci6n el
acto de aquel mono que habiendo visto abrir
una tapa con un bast6n, lo utili zaba desde
aquel entonces como palanca para mover y
separar los objetos pesados?
La existencia de las pasiones en los monos
superiores es eYidente. Sienten compasi6n por
sus semejantes, aman a sus pequenuelos, amparan a los huerfanos y defienden a los debiles. 1\Ianifiestan claramente, por medio de
signos, cuando van bien Yestidos. El famoso
Tuan, citado por Pouchet, hacla muecas y
visajes cuando se le contrariaba, se arrojaba
al suelo, se tendia sobre el 'ientre, daba puiietazos, gritaba y chillaba . Los grandes monos aprenden a fumar, demuestran una afici6n sei1alada por los licores alcoh61icos y se
embriagan como cualquier mortal. Se muestran muy sensibles a los encantos de la belleza femenina, y se recuerda, en contra suya,
muchos rasgos de pasi6n que honran mas su
l
DESC.ENDEMOS DEL MONO?
55
buen gusto que su moralidad; en todo lo cual
nose diferencian mucho de Ia humanidad.
El gorila encolerizado planta cara. El orangutan de de alegda; manifiesta su desesperaci6n por medio de gemidos y gestos patet icos . El chimpance se lamcnta y llora. Todos los cazadores de monos estan acordes en
afirmar en que hay pocas cosas mas conmovedoras y mas penosas que el espectaculo de
uno de estos ani males moribundos; y muchos
renuncian a esta caza cuyo final les impresiona tristemente.
Tambien los monos conocen el sentimiento
del deber. El reparto del botin, Ia asistencia
mutua, hasta Ia abnegaci6n y el sacrificio se
observa entre ellos. uBehm encontr6 en .\bisinia, una gran manada de babulnos atraYesando un valle y una parte de los cuales habian ya subido la montana opuesta, mientras
que los otros estaban aun en Ia parte baja.
uEstos ulttmos fueron atacados por perros;
los machos 'iejos, en Iugar de huir se precipitaron en seguida rocas abajo, con la boca
l
D EN O Y
DES l I·:-. D F.~I OS DE L MONO (
57
abierta y s u aspecto era tan fe roz que lo
salvajes, con temporaneos inclusi ve . H ay qu e
perros a medrentados se retira ron. Se les ani-
l ee r los p reciosos estudi ns de
J.
ra nte esta tregua todos los babu lnos habl a n
L ubbock,
acerca d e los a ntecede n tes de r1Uestra civili zaci6n para hace rse cargo de -hasta que punto
ganado las alturas; s61o un joYe n ba bu ino, de
el ho mbre pnm itivo era sem eja nte al bruto .
m6 y azuz6 para un nu evo ataqu e ; p e ro du-
unos seis meses de edad, se h abia refu g iad o
La idea de Dios ta n desco nocida es pa ra loc,
e ncima de una roca, y vie ndose rodead o, ped ia
habitantes de O cea nia , Ca fre ria, IIotentot ia ,
a g ra ndes g ritos .
U no d e los m achos
como para los gibo nes y orangutanes; ni tan
mas vigo rosos, ve rdad e ro heroe, b aj6 por Ia
s6Io exis te Ia pala bra Di os e n su idi oma . No
montafi8, se diriji 6 a ! s itio e n que se e ncon -
mas ha lla mos e n ellos el Ll mo r a los fen6menos na turales y un terro r 1. loo.; fa ntasmas ,
socorro
t raba el jove n, le t ranq uili z6 y por ultim o, se
lo ll ev6 en triunfo, pues los p e rros e'<t ra ii ados
J espantadOS
00
se atrev iero n
a atacar! e11
(I
I ) •
Verdad es , que las p ru ebas d e inteli g e nria,
de sensibilidad y prin cipa lm ente de moralidad que acabam os de cita r, so n livia nas en
'
analog o al qu e expe rimentan el mono, el caba ll o, el gato }' el pe rro y qu e es e n este ul timo un o d e lo · caractere..., de Ia h tdrofohw .
~ eg un
r..r.
Ba rtol o me St.-Il ilairc. no sc halla
en el budi s mo
Ia mas exte nuida de todas Ia !->
a
relig io nes-el me nor vestig1o d e Ia c rccnc1a
los movimi entos de pas i6n ) <t los ra<;gos de
en Dios. U n te rcio cua ndo me nos de Ia hu-
herolsmo que Ia huma n id ad nos ofrece. P e ro
ma nidad no ti ene mas idea d e Ia d ivi nidad
resisten perfectame nte Ia com paraci6 n con Ia
que el an im a l ( 12 ) .
compa raci6n a las explosio nes del genio,
manifestacio nes intelectua les y morale.., d e los
( r r)
Darwin : Los descendtet~ tes del ltombrr .
Las ma nifestacJone" fu gacu; d e moraltdnd .
( 12) As clmc
iel srgl o XIX ).
Los puebloj ateos. ( Enculoprdtn
ss
DENOY
senaladas en el mono y en gran numero de
vertebrados superiores, no son mas notables
en los salvajes. Los botocudos y otras muchas
tribus carecen de una palabra para expresar
Ia idea de justicia. El apache destroza a los
invalidos, el caledonia enterraba en vida a los
ancianos, los ind{genas de Ia Tiera de Fuego
devoraban a los ancianos y lo propio hacian
los caribes con sus hijos.
La pereza, Ia cobard!a, Ia perfidia, la dureza de coraz6n, el robo, la glotoneria, la bestialidad apareclan con toda su brutal franqueza en los pueblos salvajes. Los vicios mas
innobles, los crfmenes mas odiosos se realizaban sin tener conciencia de ellos y , por consiguiente, sin remordimientos.
Es inutil que busqueis allf el menor rudimento de sociedad.
La mayoria viYe al azar, n6madas, sin Jefes y hasta sin Ia direcci6n que saben darse
las manadas de orangutanes. No encontrareis
alii ni tan s61o un esbozo de Ia familia i el matrimonio para ellos unicamente es Ia uni6n de
l
DESCENDEMOS DEL MONO?
59
los dos sexes. Los ncgros del Sudan se unen
asi de cualquicr manera; el adulterio existe
por igual entre ellos que entre los monos; Ia
madre abandona a sus hijos. Ocioso es recordar que el pudor es desconocido en aquellas
tribus que viven sin otro vestido que los largos pelos que Jes cubren, como los monos. La
polida de las colonias inglesas es el s61o pudor que conoce el australiano.
La mayoda de las tribus salvajes del Brasil, no poseian palabras para expresar los numeros superiores a cuatro, cifra a Ia cual tambien s61o alcanzan los conocimientos matematicos de Ia urraca.
El apache no pesee el verbo ser. El Jenguaje en los Faus, Aschebas, Ajetas y Vedas, se
reduda a gestos y muecas, acompafiados de
gritos guturales, semejantes a los roncos sonidos emitidos por los monos, y manifiestan sus
sensaciones con a) uda de procedimientos im•tativos.
La industria en aquellos pueblos se reduce
a Ia confecci6n de piedras groseramente ta-
Go
OE!'WY
!Iadas y a bastones nudosos 6 puntiagudos.
Los min copios ni saben tallar hachas de s ilice,
ni, como el castor, construir caban as . El bosquimano se cobija en los huecos de las rocas,
el obango bajo las hoja s enlazadas igual que
el orangutan. Gra n num ero de pueblos se alimentan de yerbas, rakes, in sectos, gusanos y
serpientes.
La agricultura les es mas desconocida pa ra
ellos que para las hormigas que sab e n, cuando
menos, sembrar una clase de cesped alimenticio. Los dakos y los andanamitas, desconocen
cl uso del fu ego ( r3).
Los chimpances y los gorila , l esta dan fuera de sitio en sem ejante compaiiia?
Pero, diras, los mon os est{tn petr ificados en
su best ialidad mi e ntras que los hombres hasta
los mas primitives pu eden salir de ella por
medio de Ia educaci6n.
Fsperaba e ta obsernt<.. i6n : ~ Ia dife re ncia
(, DESCI~ :--JnF~I OS
DFL
MONO?
r ntre el mono y el h ombre estriba e n que s6lo
f'l primero es perfectible?
Pues bien, nada tan falso como esto. Ya
Augusto Com pte fue el prim ero e n hacer notar C)U e Ia civilizaci6n no transforma a los salvajes sino que )o') destruye. Los indios en el
Oeste de America, igual que los orangutanes
en Ia Indi a, retroceden y desaparecen delante
de los colonos. En .\ustralia, en Tasmania,
en el Sudan, e n Filipinas, e n Borneo, en Sumatm, las mis iones no ha n producido ningun
res ultado . Dentro de un siglo no c;e hallaran
ni sa lvajes· ni antropomorfos .
Ya Jo ves, lector, los monos supe riores se
ap roximan demasiado A los sah·ajes para permitirte establecer, entre los dos tipos, una pared de separaci6n mas elevada que la que separa a )os sahajeS de lOS CIViJizadoS .
j
reco-
110Cier<l'-, que las dtferenctas sei'ialadas, entre
estas dos fraccione'> de Ia humanidad, son Ia"
que distinguen a las variedades de un mismu
( 13) Estos dctalle-; estan sacados del intcrcsantc
Pst ud io de BUchn er . El lzombr~ segt(n Ia Ctt•ncia
origen, sie ndo annlogas e."tas diferencias entre los monos y los sa lvajes, estas obligado
:.1
•
DENOY
clasificar los unos y los otros en una misma fa
milia, y admitir que los hotentotes, los papues,
los australianos, los mincopios, etc., son monos--6 que los gorilas, los orangutanes, los
·chimpances y los gibones son hombres.
Entonces, ya no existe el abismo l no es
verdad?
CAPITULO III
qenealogfa del hombre
I
EL SECRFTO DE NUESTRAS METAMORFOSIS
Volvamos, si te place, a nuestra odisea embrionaria. Se trata de explicar las inacabables
tribulaciones por las cuales has pasado, antes de tu nacimiento, y deducir de ello Ia prueba de que desciendes prosaicamente de las
formas animates, de las cuales la ultima sensiblemente an!lloga a Ia mas perfecta del tipo
de nuestros monos, ha producido dos ramas
divergentes, el grupo humano y el grupo de
los antropoformos.
DENOY
(.. DESCENDEMOS DEL MONO (
Y, permfteme, caro lector, que te a porte
las siguientes palabras de consuelo: nun ca
ningun transformista ha tenido Ia audacia de
hacerte desce nder de alguno de los grandt'>
monos que en Ia actualidad existen. Solo aquell os que del darw inismo t'1nicamente con oce n
el nombre, tienen Ia ri c.licula pretension de
::ttribuir a una de las famili as contem poran eas
de monos, el origen del hom bre.
Tranquilizate, pues; no desciendes ni de un
gorila, ni de un gibon, ni de un orangutan,
ni de un chimpa nce; provienes de un tipo vecino de estes antropoides, que por lo tanto
no so n tus antecesore.;,, sino solo tus colat erales.
H echa esta recti flea( ion 6 aclaracion, vea-
ha de suceder esto y no otra cosa; pues, en
efecto, las particularidades, por ejemplo, que
presentan los cuern os en el ganad o vacuno,
mos como explican tus transfonnacio nes embrionarias .
Dice Darwin : cualqui era que sea Ia epoca
de Ia vida en que aparezca una particularidad,
tiende a manifestarse en los descendientes, en
Ia edad correspondiente y en algu nas ocasiones m ft~ pronto. En la mayoda de los casos
solo pu ede n ma nifestarse en sus descendien-
tes en Ia edad adulta. Las p articularidades que
presentan los gusanos de seda solo aparecen
en Ia fase correspondiente a Ia evolucion del
gusano. P ero las enfermedadf's hereditarias y
algunos otros hechos me hacen creer que Ia
regia es susceptible de mayor extension y qu e
cuando no hay ninguna razon probable para
que una particularidad se desarrolle en edad
determinada, hay Ia tendencia a mani festarse
en el descendiente y en igual periodo en que
se maniti esta en el a ntecesor ( q.).
Esta sencilla ley, apoyada en gran numero
de ejemplos, nos da, como vas a ver, Ia llave
de tus primeras transformaciones.
Sf, es un heche comprobado, por triste qu e
sea, que en las grandes Juchas por Ia \'ida,
Ia victoria siempre corresponde a los mejor
-----( '4)
5
Darwin : El origm de llls espuus.
DENOY
(. JJESCENDEMOS DEL MONO?
dotados; consecuencia ineludible es que todo
individuo, toda familia, toda raza inferior esta
necesana y fatalmente destinada a desapare-
siglos que nos separan de ellos, caracteres cada vez mas aptos a su supremada sobre el res-
cer.
As! es que vemos extinguirse rapidamente
to de las otras especies, ~I. de Ia Palisse, diria con fundamento que redprocamente cuan-
los pueblos salvajes bajo la influencia de los
civilizados. Cualquier indi vi duo, cualquiera
to mas remontes los grados de tu genealogfa
mas demostrada resultara Ia ausencia de estas
u
especie que por una circunstancia
otra, se
halle dotado de condiciones excepcionalmente
ventajosas, tiende, por el contrario, a multiplicarse a expensas de los demas. De manera,
que la herencia trabaja en suprimir todo lo
perjudicial
a Ia vida y en
aumentar todo aque-
llo que le es favorable.
Este fen6meno que Darwin distingue con
el nombre de scleccidn natural, esta demostrada por millares de hechos. Es el gran factor
del progreso.
Desde entonces, los misterios de tu existencia uterina se explican por sl mismos.
Si los seres de guienes desciendec;;, sean cuales sean las condiciones que les supongamos,
han debido adquirir a traves de los muchos
ventajas en tus ab~clos. Consistiendo el progreso organico en una distribuci6n cada vez
mas determinada entre Ia funci6n y el 6rgano,
a medida que ascendemos por las generaciones que nos han precedido, encontramos en
elias cada vez la mayor confusi6n en las funciones, una escasez creciente de 6rganos, y
Ia serie de formas que se desarrollarian ante
nuestra vista, corresponderian a Ia serie zool6gica de nuestras clasificaciones (15).
i\Ias, como quiera que cada uno de los cam(Is)
Remitimos ~ Ia obra de Darwin, ace rca Ia
Duc~~~d~"c''' d~l ltombn, c1 aquellos d e nuestros lectores que se preguntcn de que manera Ia acumulaci6n, por herencia, de ventaJa indt\' tdualcs , necesaIJamente muy ligeras, ha podtdo producir resultados
tan tmportantes como son Ia formaci6n 6 Ia especializacJ6n de los 6rganos.
68
Df-:NOY
bios experimentaclos por nuestros ascendientes, debe aparecer en nosotros en Ia edad correspondiente, Ins diYersas Yentajas nos seran
dadas siguiendo igual ortlen de aparici6n . Recorremos as{ las diversas etap'1s atrnvesa das
por nuestros antecesores, con la particularidad
de que tendiendo los ventajas adquiridas a
aparecer un poco mnc; pronto en aquellos que
las heredan, estas Yentajas aparecedn en
nosotros tanto mas pronto cuanto mas Iejanas sean las gene1~ciones de que provengan.
Andando el tiempo, fases que han exigido s iglos en nuestros antecesores para pruducirse,
se condensad.n en nosotros en pocos dias. Seremos asi el resume n, la miniatura de nuestra
raza, algo como Ia li sta 6 fndice de sus progresos.
Esta teoda explica, pues, las ventajas, cada
vez mayores, con las cualec; Ia naturnleza nos
ha colmado desde el principia de nuestra existencia. Nos da al mismo ti empo la raz6n parque cl hombre es de entre todos los animales
el que emplea mas tiempo para alcanzar su
l
DESCENOEMOS DEL MONO?
complete desarrollo. Si es necesario mayor
ticmpo para crear un hombre que para crear
un gusano, cs que de igual modo Ia terminaci6n de un ser conscicnte y moral ha exigido una cadena m{ts larga de generaciones
que Ia construcci6 n de un organismo pura y
exclusivamente sensible.
l
II
HERE~CIAS
COl\fPRo:\tETEDORAS
Otro camino nos conducirla a las mismas
conclus iones acerca de Ia animalidad de nuestro origen.
Es un a:x ioma tri,·bl. a fuerza de scr vcrdad,
que todo 6rgano se dcsarrolla en proporci6n
de los ser\'irios que presta. Por ejemplo, cuanto m<is trabaja un mt'rsculo, mas se agranda,
se exagera, se hipertrofia; son los res ultados
que produ cen en los rir1ones el ejercicio del
trapecio y en los brazos Ia mani obra de los
pesos. AI contrario, un musculo inmovilizado
a consecuencia de una luxaci6 n, se anquilosa
6 para li za, enflaquece, se atrofia, sufre una
degeneraci6n y por fin m uere.
En una palabra, y segun una frase que ya
DESCENDEMOS DEL MONO?
7I
ha pasado a ser celebre, Ia funci6n hace el 6rgano.
Se encuentran en los animates innumerables
aplicaciones de esta ley fisiol6gica. Los peces
que habitan los fondos de los mares, los
reptiles y los in sectos que se ocultan en las
rocas, no ejercitan do el sentido de Ia vista,
s6lo poseen rudimentos de ojos ( cangrejos y
peces c..iegos de Ia caverna del ~lamut en
el Kentucky, etc.). Cunosos experimentos no
ha mucho inaugurados en las catacumbas de
Pads, h<~n permrtido seguir, en los roedores
sobre todo, Ia prugresiYa regresi6n de 6rganos convertidos en rnutiles por Ia supresi6n
de sus funciones.
Las aves que por su mucho peso no pueden
volar tienen 1.1!> a las apenas organizadas
(a\'estruce!> etc . ); lo propio acontece con los
insectos que por su gcnero de Yipa estan sujetos a Ia tiera (.ipteros). Los cetaceos que por
su alimentacr6n no estan oblrgados ~ mascar
s6lo poseen rudrmentos de dientes (ballenas,
etcetera) .
i2
l
DENOY
Para concluir, siempre y cuando se encuentra en un animal la miniatura inutil de un 6rgano, el fisi61ogo esta autorizado para asegurar que Ia atrofia precede del uso de dicho
6rgano en los antepasados del individuo que
DESCENDEMOS DEL MONO?
73
oell6n de Ia oreja, y algunos pobres diablos,
dotados de este privilegio propio de sus antepasados sacan partido de el para e'\hibirse como ((fen6menos, en los barracones de las fe;;as de los pueblos.
Anadire que posees, ademas, en el borde de
estudiamos. La funci6n habiendose dejado de
realizar poco a poco, el 6rgano se ha progresivamente reducido.
Ia oreja un pequeiio tuherculo cuyo uso esta
de<;tinado evidentemcnte a humtllarle, pues cu-
Y bien, lector, llevas en tu cuerpo senates y
rrcspond e exactamente a Ia punta de una o reja
restos de 6rganos desaparecidos de esta manera.
de gato 6 de p erro que tu plegases sabre si
Has notado sin duda con que faci lidad al-
misma. Uno de tus antepasados l habda tentdo Ia oreja mm ible y puntiaguda '?
gunos animates, por ejemplo, los caballos, ha-
Tampoco ignoras que algunos reptiles y al-
cen mover el pabe116n de Ia oreja, convirtiendolo en una verdadera trompet illa acustica
g unas aves estan provi tas de un tercer pirpado. Gracias a esta membrana tran,parente
a. otro
e) aguila y el buitrc puedcn con impunidad
que dirigen sucesivamente de un !ado
<;egun de donde venga el sonido.
Tengo el sentimiento de hacer constar que
rnirar a! sol. Por igual se halla en los mamt
fero::; inferiores, morsa, marsuptales, etc.
el musculo por cuyo media estes movimien-
Y resulta que este parpado que tu no po-
tos '50n ejecutados, existe par igual a cada
ees, y fijate en csta rareza, esta rcpresentad1)
lado de tu cara en estado rudimentario. \lgu-
en el angulo intcrno de tu ojo por un sencillo
nos indi' iduos lo poseen attn sufictentemente
desarrollado pnra imprimir mO\ tmiento .,t) p:.t-
rudim ento, que a
\'CCCS
y en ciet10~ indt \ tdUOS
adquiere dtmensiones mu) pronunciadas.
74
DENOY
En los mamiferos, la mandibula superior
no esta formada de una sola pieza; entre sus
dos maxilares se intercala un par de hu esos,
sosteniendo los cuatro dientes incisivos.
Goethe ha observado que este h ueso intermaxi tar apareda igualmente en el hombre y
muy pronto se soldaba con las pi ezas vecinas.
De suerte que presentas esta clasificaci6n peculiar a los mam{feros.
Los monos antropoformos estan, igual que
muchos otros mamlferos, provistos de un ve116n piloso mas 6 menos abundante; pero ofreciendo Ia pa rticularidad de que sus pelos siguen una direcci6n inversa ala que se observa
en sus propios congl~neres, los monos inferiores.
Este vell6n esta representado en nosotros
por Ia vegetaci6n rudimentaria que cubre ciertas partes de nuestro cuerpo, con Ia expresi va
singularidad de que la direcci6n de nuestros
pelos es la misma que Ia de los monos antropoform os, nuestros mas pr6ximos vecinos entre
los animates. Por otra parte, esta vegetaci6n
l
DESCEKDEMOS DEL MONO?
75
vada por modo singular segt'1n las razas humanas y hay regioncs cuyos habitantes son
tan velludos como los monos.
La cola con que estabas adornado, durante
los primeros tiempos de tu existencia uterina
'
no ha desaparecido tan por completo como tu
dignidad habria deseado. Ha dejado, en Ia
extremidad de la columna vertebral, un testimonio perenne de su efimera aparici6n. Este
testimonio consiste en algunas vertebras extremas, soldadas con las precedentes: es el
co~is . .\demas una disccci6n minuciosa, indica en este mismo sitio de tu pe rso na-y yo
casi me atrevo a preguntar 1por que !-la presencia de un cuerpecito que no es otra cosa
sino el rudimento del musculo con la ayuda
del cual los cuadrupedos hacen mover la cola .. .
La ciencia conoce otros m uchos de estos 6rganos reducidos a su mas sencilla expresi6n;
los encuentra hasta en las regiones mas intimas de nuestro cuerpo, tal es el apendice
vermicular anexo a nuestro sistema intestinal,
tipico recuerdo de una organizaci6n herbivo-
DENOY
ra, y que hoy s61o es ocasi6n de un peligro a
menudo mortal (ape ndicitis) cuando una partk ula de un cuerpo extrano se coloca en
el.
La anatomia comparada, estil destinada si-
Ill
guiendo ese camino a hacer numerosos de!)cubrimientos. Pero ya basta el prese nte nos
ha ensenado lo suficiente para obligarnos a reconocer que nuestros antepasados p oselan 6rganos que hoy estan reservados s6lo para los
ani males.
LAS
'i1.
!~ O~lAS
d~spues
DF LA NATURALEZA
de haber ec;tud1ado at hombre
norm al, ohservamos al hombre disforme, tambien tJegamos a identicas conclusiones.
Al gunas anomalias de organ izaci6n vicne n
en efecto a corroborar to verosimil de nue5tros origenes animates.
El cuerpo humane esta c;ometido
a
innu-
merablec; \ariaciones: huesos, musculos, nervios, vasoc;, tejidos, presentan, segun los individuos,
las
m.is variadas conformaciones.
( 16). y rcsulta que las mas importantes de estas \ClriClCIOnCS tienden
a aproximar
aJ hom-
(16) Rcspecto <i este particular \~anse las curinsas lecciones de M. 1Iare), en el Colegio de Francia,
acerca el lrmzsformismo )' la {ISiolo~:ia upnimt ,tal
l DESCENDEMOS DEL MONO?
79
DENOY
Se encuentran tribus salvajes que disfrutan
bre a los animates. La mayor parte de las anomalias, a menos de ser debidas a circunstancias accidentales, ofrecen, segun ha observado Dan\'in, un caracter cumpletamente bestial.
Las variaciones de los musculos del brazo
van encaminadas a dar i este miembro forma
de pierna y acercar por lo tanto el hombre al
animal. Esta circunstancia esta en un todo
acorde con la teoda de Ch. l\lartins. En efecto, este sabio profesor ha demostrado que el
humero no es mas que el femur torcido sobre
su eje, de modo que Ia rodilla vuelta se convicrte en codo; de manera tal, que nuestras
cuatro extremidades habrfan sido primitivamente hom61ogas, como en los cuadrupedos.
Sobre IOO cadaveres sometidos a la disecci6n, 6o presentaron un musculo elevador de
la clavicula; y ahora bien: este musculo es caracteristico de los monos.
Algunos hombres presentan igualmente un
isquio-pubiano, y es-preciso no olvidar que
este m uscu lo s6lo f u nciona en los machos de
los mamiferos inferiores.
•
de un abductor del dedo pulgar del pie. Este
musculo, tan util para el genera de vida del
mono, es caracteristico en el.
La presencia de un sexto dedo acerca a!
hombre hacia un tipo mucho mas antiguo: el
cetacea. Es precise que esta tendencia haya
echado muy fuertes raices para manifestarse
despues de tantas transformaciones intermedias. Igualmente Ia ohservaci6n demuestra y
que esta anomalia es de aquellas que reaparecen con mas constancia en ciertas familias,
y tal es su obsti naci6n que el sex to dedo se
regenera, una vez amputado, como si fuera
una pata de crustacea.
Los 6rganos genitales de la mujer estan a
menudo dividiclos en dos compartimientos por
un tabique que persiste despues del nacimiento, disposici6n peculiar a las hembras de los
marsu piales.
Algunas mujeres estin proYistas de cuatro
mamas; las dos suplementarias ocupan entonces una posici6n analoga
a las
de las vacas.
~0
Gnrscc:-:nn10s Drt
DENOY
El sistema 6seo que parece debeda cons-
~ro~o?
tituir el plan fijo de todo el cuerpo, por el con-
nera, que bacia la edad adulta, se convierte en
un todo ig-ual a l d el chimpa nce . Esta analog(a
trario, ofrece toda suerte de variaciones poco
no se rl'd uce a las pro porciones del cra neo;
halagUefias para nuestro amor propio.
Razas enteras ti enen el humero perforado
por ig ua l sc a pli ca a la fi sonom ia y a la inteligencia. Las ma ndibulas so n notab lemente
por un pequefio agujero por el cual pasa la
sal ida s, las cejas so n prominentes, los di en-
~rteria del brazo. L a mala suerte h ace que pre-
tes estJ. n ala rga dos ; Ia f rente es pla na, la bar-
cisam ente esta disposici6n sea lo normal en
ba compnmicb; tod<.1 Ia e. presion de Ia ca ra es
anim al. Lils facul tades int electu ales estan en
los monos.
El hueso frontal, esta dividido en algunos
individuos en dos porciones iguales. Lo propic acontece en todos los mamiferos inferiores.
Es frecu ente encontrar en los salvajes y a
veces en las razas civilizadas, que los dientes
canines sobrepasan mucho a los dientes veci-
arme nia con t'>t a estructura;
a
men udo son
tan medinc res qu e el 1ndi\' iduo es 1ncapaz de
habla r. T a l es el caso de los .\ ztecas de los
cuales ha n p odido n~ rse a lgunos ejempla res,
hace pecos Cliios en el h ip6dromo de P a ris .
nos. Los canines del mono prec;entan siempre
uLa mayor p ute de ellos, escribe C . Vogt ,
mani fies ta n su~ necesidades por medio de g n-
este canicter bestial.
En fin, la configuraci6n de la cabeza pre-
tos ag udo:::. cuyo sign ificado cs co noci do de los
g ua rJ ia nes del mismo modo que el cazado r
!enta a veces una semejanza notable con la del
s1be interpretar lo:-. grito
mono. En algunos individuos, el craneo, en
lesu ( 1; ). El ilustre ginl'brino ha dedicndo por
Iugar de d~sa rrollarse con rapidez durante los
entero un gruc:::.o volumen, baj o el titulo de
d1· los anima-
primeros meses de la vida, permanece en estado estacionario, como el dPl mono; de rna-
(17)
6
C
\'ogt
Lucio,us sohrt cl ltomhrt.
t DfSCENDFi\IOS
DENOY
Memoria acerca los microcefalos
u hombres-
monos, al estudio de esta {mica anomaHa, y
no duda ni un momento en ver en los desgraciados aquejados de ella, ejemplos de movimientos regresivos y accidentales
a
una de
las formas revestidas por nuestros antepasados, regresi6n causada por un paro del desarrollo clu ran te la vida uteri na. ((Se parece n
a
los monos, continua diciendo C. Vogt, por la
frente comprimida, los ojos salientes, brillantes y movibles, el hocico prominente, la posici6n dgida, el brazo largo y la pierna corta, lo reducido del muslo, las innume rables
analogias en la configuraci6n del craneo y del
cerebro, la movilidad inquieta, los movimientos convulsivos y de balanceo, la aptitud para
jugar y encaramarse, los sonidos estridentes,
etcetera.. . >>
Los Hsicos han logrado conocer la com posici6n de los astros mediante la luz. El analisis
de un rayo llegado hasta nosotros, a traves de
las profundidades del espacio, nos revela, con
DEL MONO?
senates irrecusables, Ia naturaleza de los ele
mentos que lo han emitido.
De igual mancra Ia anatomfa comparada Jogra conocer la naturnleza de los troncos primitivos por el estudio de sus descendientes.
La disecci6n de un v{t')tago envi ado hasta nos.otros, a tra'e~ de Ia inm ensidad del tiempo,
nos revela, por c;us restos exprec:;ivos, Ia configuraci6n de los antepasados de donde sali6 .
Y asf como cada raya del espectro Juminoso
rep resenta Ia firma del metal 6 del gas de donde procede, e-;tos 6rganos rudi menta rio!:> 6 deformatlos, atrofiados 6 estropeados, aparecen
en el hombre, espectro de sus primitiYOS ascendiente5~ como tantas otras senates autenti cas de los tipo~ tie lo!::> animates de donde
sali6.
l
DESCEr-:DE~IOS
DEL MO~O (
~5
uniformidad en Ia estructura fundamental ..
Su presencia no tiene por fin el cumplimiento
de la funci6n; s6lo obedece a un plan determinado . Nos hace pensar en tal 6 cua l dispo':>i-
1V
PLAN DE DEFENSA
ci6n frecuente en nuestro cdificios, en dondc
el arquitecto, por ejemplo, reproduce exteriormente las mi-,mas combinaciones. en virtud
de la simetrfa y de Ia armonia de las propor-
-\~i es, lector, que no intentes negar tus ad-
genes . La n:'lluraleza, que no quiere ser c6mplice de Ia Yanidad humana, te ha marcado con
el ~clio de Ia an im alidad. Ltevas su marca de
ftibrica, y en despecho de los esfuerzos de tu
orgullo, jama!:l te despojaras del todo del antiguo animal.
Ptwdc·-. at.'n• invocar to sobrenatural, ulti-
ciones, pero sin ningun fin pn'lctico. , ( r8).
i Inutil interpretaci6n I
Ante todo; Que medios poseemos para comprobar semejante afirmaci6n? ;__Que camino
seguiremos para averiguar las znlenciones del
creador? Estoy d1spucsto a creer tus re' elaciones si consientes en demostrarme su autenticidad. Si no, me permtttra-.. que te recuse
mo refugio de los desesperados. Basta uno de
los prlncipes de Ia ciencia vendra. en tu auxi-
y me
ho, sugi• iendote una e"pliraci6n mas halaga-
mi cabeza ante las demostrac10nes de un sabio,
dora acerca del papel destmado i los 6rganos
pero nada me obliga :i escuchar los oraculos
que te han legado tus antepasados.
de un profeta; y es to mai impertinente ha-
11Estos 6rganos, afirma Agassiz, no han sido conservados mas que para retener cierta
reli
atenga
a los
modernos descubrimientos
de Ia experiencta humana. Inclino, con gusto
(18}
Agassia
D1 Itt ' !fucil
traducci6n d~> \ o
8.6
DENOY
(. DESCENDEMOS DEL MONO?
cer hablar a Dios cuando ni siquiera alcanzamos a comprender la naturaleza. U n argumen-
los o rganismos, los mas diferentes, completen
el plan de la naturaleza, es menester que este
ta. Siempre que una opini6n puede defenderse
con argumentos positives, no deja de hacer-
plan exista; para que este plan exista, no es
menos necesario y evidente que los tipos mas
diferentes ofrezcan algunos detalles comunes.
se. S61o cuando las armas de Ia ciencia faltan
.\firmar una de las dos proposiciones, e..,
es cuando se piden prestadas a la imaginaci6n.
afirmar la otra, pero esto no explica que Ia
IIacer intervenir las causas primcras en un de-
una proceda de Ia otra. j Demostradnos, pues,
que Ia armenia general de las formas orga-
to semejante es confesi6n de verdadera derro-
bate acerca de los fen6menos, oponer lo ab o-
a lo
rrene de la discusi6n. La metafisica em pieza
nicas .tiene por objeto responder de la unidad
premeditada de un plan!
alii donde termina Ia ciencia, y c uando ya no
Y el hecho es, que esta afirmaci6n, segun
se descubre la verdad, es cuando se Ia Jnventa.
ha dicho Darwin, es una inconsecuencia:
uLa serpiente boa constrictor, posee rudi-
El recuerdo y el apoyo del famoso 11plan
simetricon no obtiene Ia indulgencia de Ia cri-
mentos de pelvis y de extremidades posteriores; si estos huesos se conservan para compte-
tica. Si, en efecto, olvidando por un in..,tantc
tar el plan de Ia naturaleza, l por que pregun-
el origen metaflsico y por consigui cntc, ::,u
ta el profesor \\reismann, no se hallan igual·
completa nulidad, nos tomamos Ia molcstia
mente en las otras serpientes? l Que pensarfa.
de examinar esle argumento, l que re-;ulta?
mos de un astr6nomo que afirmara que los sa·
C na explicacion del hecho por el hecho mismo; es decir: un circulo vicio<>o.
telites dan vueltas alrededor de los planetas,
..,iguiendo una 6rbita elfptica, con motivo de
a
Ia simetrla y porque los planetas describen se-
luto
relative, equivale a abandonar el te-
Para que las particularidades comunes
88
Dr:--'OY
(, r> ESC EN DEMOS DEL MONO?
mejantes cur\'~S a lrededor d<:l sol ?n ( 19).
y por ultimo, es forjarse una s ingular idea
ras apreciaciones de tu conciencia la pretendida realeza de tus origenes, pidamos a una
de Ia sabidurfa di,·ina el atribuirle estas fan-
nueva ciencia la com probaci6n de las ensefian-
tasias a rqu itect6nicas de tan mal gusto. l lma-
zas que nos ha n faci litado las ciencias ya Jn-
g in'ti s al C reador dando ojos a los p eces que
vocadas.
no ti en en ninguna neces id1d de ver, rudimen-
As! es como el matematico com prueba por
tos d e di entes a las ballenas que jamas tendran
media del Algebra los resultados obtenidos
na da que mascar? l Estais vi en do desde aqui
por la Aritmetica, y como el escolar comprue-
al Supremo ll acedor agraci'tndonos con un
ba sus c<llculo .
pel igroso rudimento de apcndice vermicular
no teniendo Ia mnh costumbre de rumiar, dotandonos de un mLJsculo cnudal estando desprovi stos de cc•la, } todo esto para no olvidar 11la sinh.trfa11, igunl a un arquitccto
que dispone falsas pue rtas 6 falsas ventanas para hacer j uego?
l
Que queda,
pue.,, 1o h rey imaginario de Ia
creaci6n? l a que se reduce tu sJ!emne argumento? i A nada! Tlasta Ia metafbica es impotente para defenderte de los ataques de Ia 16gica.
u nicamente,
antes de de jar a las since-
\
CAPITULO IV
£xhumaci6n de nueslros anlepasados
•
Esta prueba quien va a darnosla es el es
tudio de los f6siles.
Si es una verdad que las metam6rfosis suf ridas por todo embri6n, antes de alcanzar su
forma adulta, no son mas que un ra.pido re'iUmen de las transformaciones experimentadns por Ia especie a Ia cual perte nece, es evidente, que de igual man era que el embri6n
reviste sucesi vamen te la forma de las especies
cada vez mas elevadas, tambi~n su raza ha
debido pasar por perfeccionamientos espedficos sucesivos. 0 dicho en otras palabras, las
DENOY
especies mas inferiores han debido aparecer
antes que las superiores, de igual modo que
en el embri6n una forma tosca precede a una
..,uperior.
Y tenemos un procedimiento muy sencillo
de comprobar ec;te hecho, interrogando los archiYos de Ja tierra ace rca del orden de aparici6n de los tipos animates.
Millares de seres, desde el zo6fito mas elemental, hasta el mas complicado de los mamfferos, han vivido, sin duda alguna, sobre Ia
Lierra sin dejar Ia mas pequefia senal de su
efimera existencia. Los material.es. que compon1an Ia arquitectura de su organismo, despues
de haberse separado bajo Ia acci6n del calor
y de otros agentes ftsicos, han sido recogidos
por estas mismas fuerzas y han entrado a formar parte de nuevos seres vivientes. La circulaci6n, eterna e incansable obrera, no termlna una labor, por perfecta que sea, sino para
destruirla y formar otra nueva con ~us atomoi
disgregados.
\Jenester es un concurso de c•rcunstancias
l
DESCENDEMOS DEL MOI\'0 I
93
excepcionales para sustraer a este incesante
torbellino algunas moleculas de los organismos disociados por Ia muerte, y para inmovilizarlos en su ultima agregaci6n. En un mi116n
de indi,·iduos, quizcis no haya ni uno s6lo que
pueda enorgullecerse de estar aun representado al cabo de trescientos afios siquiera por
un diente 6 por un pelo.
Sin embargo, tan grande es la acumulaci6n de ~iglos sobre Ia tierra, que estos restos,
a los cuales un azar excepcional concede el privilegio de una inmovilidad relativa, yacen por
millares bajo nuestos pies. La corteza de
nuestro globo terraqueo no es otra cosa sino
un inmenso cementerio, donde las generaciones extinguidas han dejado sucesivamen te atgun rastro de s u paso. Cada una de Ia~ capa
que forman esta corteza encierra en sus Hancos algun miembro olvidado de las famll1aS
que habfa sostenido.
:\sf, pues, la c1encia encuentra en la superposici6n de los terrenos, Ia sucesi6n misma de
los seres. Los cuarenta p1sos que ella ha con-
94
DENOY
tado desde las profundidades laurentinas hasta
la superficie del suelo, so n, a sus ojos, nichos
superpuestos de una tumba de familia, en
donde cada nuevo cadaver ocupa un sitio encima del ultimamente enterrado.
Los animates yacen en el fondo, el hombre
s6lo ocupa las filas superiores.
As{ es que Ia h isto ria de Ia vida est a escri ta
en caracteres de piedra y de h uesos en la inmensa tumba de la naturaleza. La'> fonT\aciones f6siles son en cierto modo las paginas de
esta biografia p6stuma. Tarea propia del hombre es el descifrarlas y distinguir en estas frases que han quedado las fases desaparecidas.
l\Ias de igual manera que no se comprende
un desenlace cuando se ignoran los hechos
que le preceden, de igual modo no sabdamos
explicarnos las ultimas revelaciones de este
gran libro paleontol6gico mientras ignoremas los primeros.
Antes de interrogar este osario universal
acerca los antecedentes de Ia humanidad, averigi.iemos los del ani mal.
I
OSARIO
ANIMAL
El estudio de los animates f6siles descubiertos, despues de millares de anos, en sucesivas
capas de terreno, nos ha dado a conocer el hecho notab le de que su e~tructura es tanto mas
acabada cuanto mas ren ente es el terreno
en que estan enterrado~ . Existe una relaci6n
formal entre el rango que les corresponde por
su clasificaci6n y el piso en que se hallan: su
inferioridad organica l'Sta en raz6n directa de
su antigi.iedad.
Esta jerarqu!a, en e1 orden de aparici6n, se
obser\'a por igual en los invertebrados que en
los \'ertC'b r.ldo · (2o).
(20) Por igual :.ucede entre las planta , de las
cuales Ia:. m~:. :mtiguas on prccisamente Ia:. mi:.
rudtmentaria ~.
l
DENOY
Segun Ia complicaci6n de su estructura, los
crustaceos se dividen en cinco 6rdenes, cuya
jerarqu(a ascendente es: trilobites, entomostraccos, cangrejos, ded.podos, braquiuros. Y los
trilobites y los entomostraceos, se ocultan en
las profundidades de las rocas paleoz6icas: los
cangrejos y los decapodos, se encuentran en
los terrenos intermediaries; en fin, en las capas superiores, aparecen los braquiuros, los
mas complicados entre los crustaceos.
Igual gradaci6n subsiste en el orden de aparici6n de los animales cuyo mecanisme organico es identico y que s6lo difieren por Ia
manera como ha cambiado este mecanisme.
Dicho en otras palabras, no s6lo los 6rdenes que se suceden son mas y mas complicados: tambien en cada orden, las familias que
se sucedcn son mas y mas perfeccionadas.
Asi, los crinoideos se subdividen en cuatro
familias presentando en su forma un progreso
gradual : cistoideos de cabeza redonda; platicrinoideos con facetas, pentacrinoideos con
gargantilla de zarcillos, en fin, crinoideos se-
DESCENDEMOS DEL MONO
?
97
parados de su tallo. Analoga jerarquia se
halla en la superposici6n de los f6siles de este
orden. Los cistoideos, yacen en el fondo de
las capa~ siluricas; los platicrinoideos, un poco mas arriba en los terrenos carbonlferos;
los pentacrinoideo~ mas arriba aun en las formacione~ jurasicas; y por ultimo los crinoideos, lib res en los pisos superiores ( 21).
En cuanto a los vertebrados, su orden de
sucesi6n ya se deja ver desde las primeras modificaciones suf ridas a consecuencia del plan
comun de estructura que les rige.
Sabido es que los vertebrados abarcan cuatro grandes clases, cuyo organismo fundado
en igual plan, se distingue por modificaciones
cada vez mas altas: Ia de los peces, que es Ia
inferior; Iuego Ia de los reptiles, despues Ia de
las aves, y por ultimo Ia clase superior de los
mamfferos.
Estos ti pos se suceden por modo igual en
las capas terrestrec;.
I
g8
DENOY
Los peces yacen sepultados e n los dep6sitos mas antiguos de f6sil es en donde no se
encuentran aun los reptiles. Estos se hallan en
form acio nes menos a nti g uas, en las cuales
faltan las aves. Las aves aparece n e n terrenos
m{ts modern os y desprovistos de mamiferos.
P or fin, estos ltltimos, aparecen e n los pisos
superiores, como Ia forma mas acabada del
tipo general de los vertebrados.
Y tambien aqu i Ia jerarqula no deja de reproducirse hasta en Ia a parici6n de las formas
diversas de cada cia e. A.sl, mientras los peceo;
blan dos aparecen en las capas si luri cas, los peces 6seos se hallan mas arriba en los terrenos devonianos. D e igual man era, los primeres reptiles eran acuaticos muy semeja ntes a
los peces; los reptiles terrest res aparecieron
posteriormente. Igual gradaci6n <>e nota en las
aves, cuyos primeros modelos son pesados Y
en form a de reptil. E n fin, entre los mamlferos, los mas antiguos so n tambien aquello~
que prese nta n Ia organizaci6n mas sencilla :
son, ante todo , los mam!feros co n bolsa (mar-
l
DESCENOEMOS DEL MONO?
99
supiales) y aun son de pequefio tamano. Los
mamiferos cuyo feto se alim enta por medio
de una placenta, han aparecido mas tarde, entre los cua les, los de placenta en forma de zona ( carnlvoros) han precedido a los que Ia
tienen e n fo rma circular : roedores, insectivoros, murcielagos, monos, hombres.
Queda sentado, en lo que se refiere a los
nnimales, que el orden de aparici6n de las especies coin cide con su grado de perfecci6n.
Los tipos eleme nta les ha n aparecido los primeros; los de mas, han aparecido sucesivamente segu n s u grado de perfecci6n. Y las Iagunas muy raras que se cree encontrar en esta
armoniosa sucesi6n de organismos, en el estado incom plete de nuestros conoci mi entos ,
tienden a ll enarse de dfa en dia. Asi es como
el hipari6n ha venido a un ir el orden de los solfpedos con el de los paquidermos. De igual
manera que Leverrier descubriendo por simple inducci6n matematica, Ia rxiste ncia de
Neptune, mas alia de Urano, los zo61ogos pueden, d~sde ahor:>, determinar con exactitu d
100
DENOY
la existencia de tipos sepultados aun en la~
profundidades del suelo, y que iran un d{a a
tomar el lugar que les corresponde, actualn~ente desocupado, en la cadena sin soluci6n
de continuidad que forman las especies.
Pero--coincidencia mas notab le, quizas, y
mas preciosa para demostrar los verdadr:ros
caracteres de nuestras metamorfosis embrionarias- los f6siles de los animates presentan
comparada con las formas fetales de sus descendientes actuates, la mas elocuente analog!a.
No quiero, lector, entrar en detalles tecnicos
que ponddan a ruda prueba tu pacie ncia. Me
timito a remitirte al curiosa estudio de Agassiz, acerca de Ia semejanza de los animates j6venes con los representantes f6siles de su familia. AIH encontraras pruebas palpables de
esta semejanza en la clase de los p6lipos, de
los equinodermos, de los gaster6podos, de
los crustaceos, de los peces, de los anfibios,
de las aves y de los mamHeros.
•<Se puede, termina el celebre zo6logo, con-
( OLSCE!\ DEMOS DEL MONO (
101
siderar como un hecho general, cuya verdad
::.e asegura cada d{a mas s6lidamente, a medida que las investigaciones abarcan un terreno mas am plio, que las fases del desa1Tollo embrionario corresponden, en todos los animales vivientes, al orden de sucesi6n de los seres
que fueron sus repusentantes en epocas geo/ogicas lejanas. Tambien por muy lejos que se
vaya, los representantes primitivos de cada
clase pueden ser considerados como los tipos
embr ionarios de sus familias 6 de su orden
respectivo existente en nuestros dias (22).
(2l)
Agass t7 De l'J
espu~e.
l l>l• 5 l i·N U EM OS DEL MONO?
II
LOS HOMBRES F6S I LES
S i esta demostrado q ue el embri6n de un
an imal rerorre, antes de a lcanza r su perfecci6n, las etap as s ucesivamente p asadas p or su
esp ecie, l es pos ible hacer e n el h omb re igual
!OJ
otras. Los dep6sitos de f6si les son mas caracte rizados cuanto mas d ista ntes so n unos de
ot ros. C ua nto mas a nt ig uas so n las tra ns formacio nes observadas, mas escalonadas enco nt ramus las di versas fases en el terre no; a mayor y mas recien te p erfecciunamiento, los resros se condensa n en un periodo corto y en una
( .tpa de <.leb il espesor.
·
\ s l como es fac il disti ng uir Ia sucesi6n de
f.tu nas sepa radas pur g ra ndes periodos geol<'>gicos, se hace d iffcil precisar esta sucesi6n,
Se comprende, a nte todo, que es ta nto ma!l
facil distinguir el orden d e aparici6n de las
( uando las numerosas etapas s61o estan separadas por b reves intervalos.
P recisamente esto es lo que sucede respecto
:1 Ia hi storia del homb re . T odo lo que tienc
de facil el determinar las evol uciones de un
zo6fi to cuyas s uccsivas formas esta n sobrepuestas en los vei nte 6 vei nticinco p isos que separan t>l fondo cambriano de las superficies
Lretaceas, se convierten en dtficultades al tratar de fijar las u ltimas evol u~iones del homb re,
formas suces ivas cua nto mas alejadas las capas en donde se encuentra n , se ha lla n unas de
atendi do q ue estas e' ol uciones, siendo rela' iva mente recie ntes, no ha n dejado sefiales f6-
co mprobaci6n, y seguir a traves d e las capa!l
terrestres, Ia marcha del pe rfecriona m iento de
los seres prima rios, desde los monos p ri mitivos hasta el actua l h ombre?
E sta tarea ofrece dos dificul tades especiales, ori g inadas por el hecho de ser el hom bre
la mas reciente de las fo rmas orga ni ca!l.
104
DENO'I:
------- ----- -- ----siles mas que en las dos capas superiores del
~melo, en donde ec;tan confundidas por su aproximaci6n.
Ademas, los distintos perfeccionamientos
que diferencian al hombre de los vertebrados
superiores tien en como ha podido verse, por
su paralelismo anat6mico con el mono, una
naturaleza de orden secundario. Alg unos caracteres superficiales, cierta condi ciones accesorias, no estab lece n, entre ~u esqueleto )
el de sus congeneres, mas que una especificaci6n tanto menos clara, a medida que nos remontamos a traves de las fases.
n escola r
distinguiria entre el f6sil de un perro y el de
una sariga. P ero la tarea presenta muchas mas
difi cultades cua ndo nos hallam o~ e n presencia
de esqueletos de hombrec:; 6 de monos, y n o~
exponemos, dada la gran homologfa e n Ia estructura, a consiclera r caracteres de familia;
los sencillos caracteres de eYoluci6n de un mismo tipo.
v
Sin embargo, a pesar de estas dos dificultades, es po iblP E'ncontrar algunos vestigios de
6 DESCENDEMOS
DEL l\IONO (
105
nuestra antigua conformaci6n. Estos vestigios
han respondido a Ia esperanza de aquellos que
admiten una ley de desarrollo comun a todos
los seres organizados, y si no han permitido
basta el presente reconstituir la serie f6s il entre los mamlferos propiamente tales, ni en particular llenar, por un tipo claramente intermediario ( el hombrl! mono) Ia laguna que nos
separa de nuestros veci nos los antropomorfos,
han mani festado al menos, como veremos, las
ultimas etapas q ue Ia humanidad ha atravesdo
antes de alcanzar su actual perfecci6n.
La ciencia posee distintos procedimientos
para determinar aproxi madamente la edad de
los f6siles humanos. C uando estos restos seencuentran asociadas co n huesos de animates, Ia
~dad de estos ultimos puede dar preciosos datos para conocer Ia de los primeros. As{ es,
que Ia edad de los re tos animates es en general facil de determinar, siendo Ia sucesi6n casi
integralmente conocida. La evaluaci6n nos es
mas diHcil cuando los f6siles van acompanados de instrum entos. La materia, la forma
ro6
DENOY
(, DESCENDEMOS DEL MONO?
y el grado de perfecci6n de estos i nstrumentos
y_a esta observaci6n son demasiado numerosos
son otros tantos indicios seguros de Ia epoca
en que vivieron sus autores.
para poder citarlos todos. Bastara indicar los
mas importantes.
Cuando los restos humanos se presentan
Ya en 1833, un incansable explorador, el
aislados, a la geologia incumbe el precisar Ia
Dr. Schmerling, d e Lieja, llamaba Ia aten-
edad, apreciando Ia antigi.iedad de las capa...,
ci6n de los ..,abios acerca de un dep6sito de f6-
de~­
siles humanos, que acababa de descubrir en
Engis, en la orilla izquierda del 1\Iosa. Pero
que los co ntienen. y ademas, el analisis
cubre en la composic i6n quimica de los f6si-
1e", manifestaciones 6 caractercs en proporci6n
{t :,u ecla d; tales son Ia perdidn de las mat<:ria-.
M )adas, la porosidnd } In f ra~ ilidad. P or t'tltimo, los huesos cuyo origen se remont.:.t al
periodo pos-plioceno 6 ft otros aun mas antiguos, estan por com pleto desprovistos de toda materia animal, de tal suerte que ejerrl n
en Ia lengua una sensaci6n caracterfstica cl<
adhe rcnc ia.
Guiados por cstas indicacione , las excttvaciones han revelado el hecho ca pital de que
todos los f6si les humanos pertenecientes :1 lo~
tiem pos prehist6ricos, t1enen su con format ion
en un todo inferio r :1 Ia del humbn::! moderno.
Los descuhrimientos sabre los cuales se apo-
107
en aquella e poca era una verdad intangible
que el homb re no hab{a existido en los tiempos del mamut, el oso de
especies cxtingu•da::,.
Ia~
cavcrnas y otras
in embargo, las exca-
vaciones sc habdan cjecutado con ~uficiente~
precaucio nes para inspirar confianza.
ulmaginese i chmerling, e'5cnbe Lyell, un
dia y otro, deslizanclo!:Je ala brgo de una cuerda sujeta a un arbol basta el pie de la primera abertura de Ia ca' erna de Engis en dond1·
e encontraron lo craneos humanos mejor
con~ervados; representemonoslo habiendo ya
penetrado en la primera galeria subterranen,
luego s1guiendo
a gntas un e::,trccho corred()r
conduti~ndole a las grandes c:lma ras; alii, vi-
OENOY
(, DP.SC~ND~MOS nl!L MONO?
a Ia luz de las antorchas, de semana
~n semana y de aiio en afio a los obreros agu-
dad. Segt'tn C. Vogt, este craneo debe ser inclu!do, atendida la proporci6n de sus diametros (192 mfm por 131 m/ m) entre el tipo esquimal y el austrahano (24). La depresi6n de
las sienes esta muy acentuada.
De todos modos, a pesar de su forma prolongada por modo muy notable, Ia mayorfa de
los anat6micos juzgan que se aproxima at eu-
108
----------------------
gilando,
Jereando Ia crosta estalagmftica, tan dura como el marmot, para extraer de abajo pieza a
pieza, Ia brecha huesosa, casi de igual dureza;
permaneciendo horas enteras con los pies en
el barro, Ia cabeza mojada por el agua que se
tiltraba de las paredes, a fin de anotar Ia posici6n y prevenir Ia perdida del mas pequefio
hueso aislac.loH (23).
U n cuarto de siglo transcurri6 sin que se hiciera justicia a este heroic.o sabio. Fue menester que el numero creciente de los descubrimientos, en lodos los pabes de Europa, llamara Ia atenci6n de los indiferentes y venciera Ia
resistencia de los escepticos. En la actualidad
'
el craneo de Engis, expuesto en el museo de
Lieja, moldeado, copiado, examinado por todos los sabios del mundo, ha conquistado un
Iugar importante en los anales de Ia paleontolog{a, por su includable y excepcional antigi.ie-
I
I
ropeo inferior.
Francia ha tenido su Schmerling en Ia persona de Boucher de Perthes. La constancia de
este c;abio, prosiguiendo, por esp3ci o de treinta aiios, Ia demostraci6n de Ia antigtiedad del
hombre, a pesar de los desdenes del publico
y de la hostilida'd de los sabios oficiales, se ha
conYertido y quedara como legendaria. Igual
que el profesor helga, le correspondera el honor, mu} merectdo por cierto, de tener su nombre esculpido en los cimientos de la paleontologla. La mandibula humana que descubri6
el 28 de \farzo de 1862 en las can teras de Mou-
-----(l3)
Lyell : Antigrieda4 i•l laom/lt~.
- \..--:-~
J IO
l
DENOY
lin Quign6n, entre dep6sitos de silice tallada,
Je han dado mas gloria que veintc aiios de
trabajo incesante.
Hasta entonces, ningun f6sil humane habfa sido encontrado entre estos agregados superficiales que se hallan, por dec i rlo asf, casi
al aire libre, en el !echo de los rios: reuniones
de instrumentos groseros de piedra r huesos
de especies extinguidas. El dogm atismo academico convertfa en arma Ia circunstancia de
que los restos human os fu eran s iempre encontrado en las obscuras pro fundidndcs de las
cavernas.
Esta mandfbula, que tan poco a prop6sito
,·en{a a protestar contra e) argumento negative
de Ia rutina, fue, como es de suponer, muy mal
acogida. Su autenticidad no s6lo fue puesta
en duda en I nglatcrra y en Ale mania, si que
tam bien en Ia patria del explorador. Fue necesario que un congreso internacional, formado por sabios competentes, Ia examinara, y
reconociera qu~ su origen se remontaba a la
edad de piedra. En la actualidad esta expuesta
DESCENDF.l\IOS DEL MONO
7
Ill
en el Museo del Jardin de Plantas de Paris
en donde todo el mundo puede comprobar su
grosera con formaci6n.
((La mandibula esta coloreada de azul obscure, igual que la arena que Ia circunda y las
hachas que se encuentran. Su conliguraci6n
ofrece muchas singularidades. El angulo que
forma l<1 rama vertical con Ia horizontal es
lllll) ahierto; la rama perpendicular es larga y
baja; Ia cabeza articular excesivame nte redonda; y el borde posterior un poco encorvado hacia dentro, como en los marsupiales.)) (25).
Los huesos examinados en 1864, en las cercanfas de Namur, por la real comisi6n belga,
e remontaban a Ia edad del reno. Habian pertenec ido a una raza muy pr6xima de Ia lapona.
La estatura baja no es menos evidente en
los hombres de Ia edad de bronce. La empur'ladura de las armas grosrras cuyos rrstos han
si do encontrados en dtversos patses, indican
una mano tan pequena, que hoy s6Io mujerec;;
y ninos podrian manejarlas.
(.z5)
C Vogt : Lucionrs stJbrr rl lto1ffhrr
II2
En Ia gruta de Chauvaux, cerca de Namur,
-.e han encontrado por el Dr. Spring craneos
humano~, a~oc iad os a hachas talla das en ~ili ce.
Estos craneos presentaban un angulo facial
muy cerrado, un gran espesor de las paredes,
Ia prominencia de las mandlbulas, la oblicuidad de los dientes, el aplastamiento de Ia
nariz, en una palabra, todas las senates peculiares a los tipos de Ia raza negra .
El craneo f6sil, encontrado por Smart, en
Ia isla de Portland, y que esta hoy dfa expuesto en Ia colecci6n antropol6gica de Londres,
casi no presenta Ia caracterlstica del craneo del
negro, tan g rosera es la configuraci6n del
mismo.
Los esqueletos f6siles encontrados en los tumulos de Caitnness ( E scocia), se aproxim an
al ti po africa no, por Ia depresi6n de su frente aplastada y sobre todo por la forma puntiaguda del vertice. Los esqueletos de las tumbas de Coltwald ( Escocia), recuerdan, basta
el punto de confundirlos, el c ran eo angulosn
de los australianos
l
DENOY
contemporaneo~;,.
DKSCENlJEMOS DEL MONO?
II 3
En 1866, se realiz6 un nuevo descubrimiento en las minas de Chaleux ( Belgica), por el
Dr. Dupon t. Se trataba de un fragmento de
rnandlbula sepultado a una enorme profundidnu, en un !echo ,.j rgen de cieno flu viati l, recub ierto de esl,tl.,gmi tas. Fste f6s il, co nocido
uespues con el nombre de "mandfbula de Ia
.\aulettell ofrec.e caracteres que le colocan si n
duda entre Ia mandibula del ch impance y Ia
del tipo ilum,1no mft~ degradado . As!, micntras qu~ b hnrb.t del mono nntropoide es entrantc y Ia del hombre es por el contrario saliente, el mnxilar de Ia ~aulette ofrece una disposici6n 't·rti< al y por c.onsiguiente, intern-: •·dia.
Los du:ntes de este f6sil, simianos por la
dinwn~i6n de sus ra!ces y por el aum ento de
volumen de los molares de delante para at ras,
~on humano~ por Ia c.ont1gi.iidad de los cani!ltls con los in i iYos y ll)~ molares. En fin,
mientras que en el europeo, Ia mandfbula es
ddgada y de forma parab6!Jca, el espeior y
sabre to~io I ~ furma oblunga del hueso de Ia
8
DENOY
GDESCENDEMOS DEL MONO?
Naulette indica una conformaci6n tan vecina
del mono como del malayo, ya que precisamente presentan esta particularidad bestial d€
vian el oso de las ca\erna-; y otros animates
desap.treudos hace ya millares de alios.
« Este craneo, dice Schaaffhausen, demuestra, teniendo en cuenta el debil desarrollo del
I
14
un arco dental eHptico.
Pero uno de los descubrimientos que han
arrojado mas luz acerca de la estructura animal
del hombre antiguo, es sin duda alguna el
que hizo el Dr. Fi.ihlrott, en una anfractuosidad situada a\ !ado del ribazo que bordea
el Dussel y forma el valle de Neanderthal, cerca de Duseldorf. Las investigaciones pusieron al descubierto un esqueleto f6sil ofreciendo las caractedsticas peculiares a los monos.
Por mas que las proporciones relativas de los
miembros esten precisamente representadas
por las mismas cifras que da Ia mcdida de un
europeo de igual altura, tal es el grander de
las ap6fisis y la curva de las costi llas, que cas1
to considerarlamos como un gorila.
El examen del craneo por Fi.ilhrott, Schaaffhausen, Huxley, etc., ha dado por resultado,
notables observaciones ace rca de la con formaci6n del hombre en la remota epoca en que vi-
cerebro, la mayor de las analogias con el de un
australiano, con el cual ha sido comparado.u
Vogt, hace notar que los arcos ciliares tienen un tamafio monstruoso, fiUe los 16bulos
frontales <;on extraordinariamente pequefios,
las circtlll\ ulucionc:s son anchas y profundas
t omo en l.t \ ·enu de IlutcntocJ t, y que los
16bulos kmporales infcriures pn:sentan igual
tn lo!::i urangutanes dus capas de phegues.
Huxley, afirma de estc craneo que se indina en ~ierto modo hacia e1 tipo mono como
una paloma-pa'o 6 una paloma voladora vuelve 6. tomar el plumaje de su raza ongi nal, la
fiUC
zon ta ( 26) .
El craneo de Neanderthal, por otra parte no
es el un1 co. Segun Freiherrn de Bibra, la rna·
) oda de los craneos descubiertos .en los alre(26)
Huxley : Lugar dtl hombu m l'l naturaleaa.
l
OENOY
116
dedores del Iago Titicaca (Peru), son mas semejantes a el de los mot o~ que .tl del hombre. Uno de e1los, e nr0ntrado en una tumba
de Algadon-Bay, ha sido trasladado a Europa .
Esta tan deprimida Ia parte anterior, que falta
la frente. Ademas es notable por un,t
analoga {t Ia del gorila ( 27).
Seda tarea pesada detallar todu:-.
lo~
l
resta
<iescu-
brimientos del mismo genero, hechos durante
estos ultimos anos, y que demuestran el ca1
racter bestial del hombre prehi'->Ll )f(CO (28) .
Esto5 ha11azgos han sido tan numeru<:us que
han dado Iugar en Francia, Inglaterra, Alemania, Belgica, etc.,
a Ia
creaci6n de revis-
tas y hojas casi exclusintmente destinadas
:t
insertarlos.
Si existe un hecho indubitable, es que el
hombre no ha aparccido sobrc Ia tierra con Ia
forma complicada y superior que hoy posec en
los pueblos ci>ilizados. Ha debido subir, antes
de alcanzar
(27)
(28)
SU
actual perfecci6n, Ctt:rto numt>-
Buchner. El ltombte segtin Ia cirnci,l.
C. Yogt: LucrontJ Jobre cl hom/Jre.
OESCENDEMOS DEL MONO?
117
ro de pcldanos, nbandonando y dejando detras
de el, no s61o {t su-; colaterales de Ia familia de
los simioc:;, si que l1mbien a gran parte de los
cong,'·nercs de su propia familia humana. El
australiano, el hotentote, el esquimal, el bosquim ,tno, etc., lo mi smo que el gorila, el orangut<1n, el ch impance y el gib6n, parecen petrificados en su primitiva bestialidad, para recordarle su origen y ser testimonio de formas
groseras de las cuales se ha separado lenta y
penosamente.
(. DESC'ENDEMOS DEL MONO?
'
119
I
ejemplar f6sil del jefe de estas dos familias, el
i hombre mono I
P ero pcnsad que las cuatro quintas partes
111
EL HOMBRE- MONO
Sin embargo, objetaras, estc rudo anteccsor del cual sedamos, el mono y yo, f rate malmente descendicntes, no lo has e ncontrado jamas en los terrenos fos iliferos, en do nde pululan no obstante, segun propia confesi6n, los
restos de tantas especies desaparecidas.
Lector incredu lo, nada demostrarfa mejor
tus dudas que este argumento negativo.
Serla menester, en efecto, para acudir a refutaciones tan pobres, hallarse desprovisto del
todo de argumentos 16gicos. i Que I no creeras en Ia consanguinidad del hombre y del
m0no porque no hemos, hasta el presente, exhumado de las profundidades del terreno un
de Ia su perficie de la tierra escapan a nuestras
investigaciones a consecuencia de las aguas
que las cubren. Que los dos tercios de Ia unica quinta parte accesible, es decir, los continentes, nos son inaccesibles por las cordi lleras de montafias, los mares de arena, los rigores d el clima. Que terrenos propicios para
estos desc ubrimientos no han sido au n escudrifiados, ya por las Iagunas de Ia civilizaci6n,
ya por Ia ignorancia de los indigenas, ora por
Ia escasez de exploradores 6 porIa indiferencia
de los gobiernos. Que las investigacione se
han concentrado casi por exclusivo, debido a
la distribuci6n de Ia ciencia, sobre algunos
puntos de Europa, y que Ia superficie total de
los terrenos remO\ idos no llega a Ia cien milesima parte de Ia superfiL ie del globo terraqueo.
Recordad, que el campo de nu estras invesliO'aciones
no 56lo e.,ta cirrunscrito en profuno
didad, s{ que tambien en superficie. Si las ca-
OENOY
(.DE<;( umt-::-.!OS DEL M ONO ?
pas formadas, desde Ia aparici6n d e los prime-
sado de los reptiles, desp ues d e no haber sido
res organismos, hasta la d e los monos, son
durante la rgo tiempo mas qu e una hip6tesis,
u ~;b itlo
a que
nacida d e la inducci6n, cs en Ia actualidad una
1::1~
forma-
ciones producidns dcstle Ia n pan cil>n de los
realidad represe ntada por ciertos anfibios (protero saun.ts) . Que el reptil, antepasado de
monos hasta In del hombre, 'o n t 111 pobre ,
nu cstras aves esta pe rfectamente person ifi cado
120
tan fecundas en hallazgos, es
son in mensas : s i, por el contrarin,
es que son
illll)
lim itadas .
las primeras sedan
es
a las
~egt.'tn
Ilc.ecke l,
segundas , como 53
12 1
po r el lagarto a lado del terren e jurasico ( ar-
c1t reop te ryx).
a o's.
Que el ascendiente inmcdiato de los mami-
Pensad, pues, que csta lagun a, d e Ia c ual
feros infe riores tiene muchos puntos de con-
quereis hacer u n argumento, no est.\ d islada I
tacto con cie rtas especies aun vi vas ( ornitho-
que ciertos a nim a tes, d e los cunles
rinco, etc.).
ya
na di c
En presencia de los documentos limitados
comprueba el pare ntc co, estan separatlos por
qu e po ee Ia pal eontologia, todo argumento
distancias.
olvideis, pu es, qu e- cada db nueYos des-
ncgatt\o carece d e valor, y s61o esta autori-
c ubrimientos Yienen ft ll enar las soluc ion es de
zada Ia inducci6n. Asi pues , segun Ia indu c-
co ntinuidad e-.:istentes con !:1 in trotlucLi6n de
ci6n, nu estros prim cros antepasados reYestlan
formas intermediac;. Que e ntre el mamut ( ele-
{t
~o
phas primigenus) ) cl mastodonte, habiendo-
Ia vez Ia forma de hombre y de mono.
i se acepta, s iguiendo a Gratiolet, que el
tiseis especies, Ia consanguinidad esta ahora
orangutan d esciende del gib6n, el chimpance
del macac.o y el gorila del cinocefalo, el ante-
establecida entre el mamut de Ia epoca pliocena
ce or simt a no del hombre ha bria
y nuestro actua l
d I oraniutan, del chimpance y d el gorila, a l
se intercalado, desde hace algunos anos vein-
cl ef:-~n te .
Que cl pc.l antepa-
ido primo
l
DENOY
122
DESCENDEMOS DEL MONO?
123
mismo tiempo que sob rino del gib6n, del nn-
en el Africa ecuatorial y en algunas islas del
caco y del cinocefnlo. El hombre habra teniuo
archipielago indio oriental en donde debemos
por abuelo un monv de nariz recta y dotado
esperar encontrar mas tarde los tipos desapa-
cola (catininos-IIH'110ccrcos); por bisabuclo,
recidos de los p r imitive<, an tropoides vecinos
a un
medio mono con ufias (hn1u'trido); por
del gorila,
tatarabuelo, a un mamifero co n bolsa ( mars1t
ta n. ,, (29).
piales); en fin, por cuatriabuclo
{t
un mami-
del chimpan< (:
~
del orangu-
El zo6logo \Yallace manifiesta analogas indicaciones. II~ckcl insiste accrca del Asia me-
ferocon cloaca (moHotremo).
La comprobaci6n material de estos datos
ridional. Todo hare creer que los dos tipos de
1. sera algun dia p osi ble? Lfcito es esperarlo,
hombres-monos han existido, u no en .\sia, el
cuando menos por lo que se re fi e re a Ia auten-
vtro en ..\frica, y que el primero di6 origen a
ticidad del hombre mono.
ln raza blanca y el segundo produjo Ia negra.
La atenci6n de los exploradores esta desde
hoy en adelante fij a e n este punto.
Ch. Lyell, ha determinado los pa{sc" que parecen ser mas
a prop6sito para
Yestigaciones.
u
El porvenir, pr6ximo sin duda, arrancara de
las profundidadcs desconocidas en donde aun
hoy dia yace sepullado, el fantasma f6sil de
semejantes in-
nu estro ultimo abuelo de Ia strie an tm.:d , p<H.I
Las patrias de los monos an-
que aprendamo-. de su boca, callada despues
tropoides, escribe, son las regiones tropica-
de tantos siglo , la revelaci6n directa de nues-
les del .\frica y las islas de Borneo y de Suma-
tro origen;
tra, paises de todo punto desco n ociclo~ por lo
gun opina Ch. Royer, ''t1n diferente de todo
a ~us mamiferos de Ia epoca plio-
lo que conocemo<> de los primitiYos monos y
que se refiere
a mcnos
que este f6sil fuera, sc-
ccna y p os-p lioce na . El hombre es un tipo que
corresponde al antiguo continente ... Es, pues,
(29)
Lyell Autigu~dad dd lt ombr( .
DE~O Y
del hombre que le vi e ra m os vi voc; sin podcr dec ir con seguridad :- j Its el ! i he a hi nuestro
padreln (30).
(Jo) Cl. Royer:
socudades.
O rig~11
del hombre y de
{,B
C \ P IT l ' LO \ '
.fos adversarios del lransformismo
F':>o t:'> sulicientt', lec lor, para e~ta r en co ndi-
cio nes de poder juzgar si Ia doct rina evolucionist 1
ro111u insintl.\11 algu nos de ~u
t"
acl-
\ersarius-s61o una fantasia indigna de examen .
~ i nu admites aun que esta teorla
ea la ex-
prcsi<'>n de Ia verdad, conYendris al me nos qu e
()frect> tuda:s las apanent i.1s de ella , y q ue tiene derecho .'1 algo rn.\s q ue
buen
(
:1
bruma~ de dudoso
gu~to.
u
P'>r otr,\ parte, u na senal de Ju-.
ticmpu:s <u 1u lc~. h rapidez cun que c ta concc·pcit'>n ontol6gica i n\·ad1· m.b l~a da dra las rel'
I
DENOY
126
giones del estudio? Se introduce,
a viva
fuer-
za, en Ia::. academias y en las cscuelas y sus
mas ilustres adn•rsarios se adhicren sucesivamen te ella.
a
En
'ta
I
indole de las ultimas objecion es
opuestas, surge una seiial evidente de su pr6ximo y definitivo triunfo.
lO ~ DF:FENSORE"S DE LA L6GICA
Fs que Ia rna} oda de sus detractores abandonan poco a poco el terreno cientffico, en
don de ::.u resistencia se hace inaguantablc.
El transformismo, aseguran algunos formalistas, s6lo es una hip6tesis. No descansa
sobre ninguna demostraci6n directa y no pue-
Ya no discuten los hechos, sino el metodo 6
de demostrarse con argumentos inmediatos.
las consecucncias y trasladan de esta manera
la lucha al dominio de Ia 16gica, de Ia moral
Esto es \'erdad. in embargo, 1 no es precisamente cuando lo::. elementos de conocimiento
y hasta al relig10so. De manera que los adver-
son insullctentes, cuando Ia inducci6n pasa
sarios del transformismo se encuentran hoy,
ser un protedtmicnto no s6lo legltimo, sino in-
no en Ia ciencia, sino en Ia filosofia y teologia.
d ispensable p<lra descubrir Ia \erdad? l Que es
el transfotmismo m.ls que Ia aplicaci6n
a Ia
zoologla de Ia f6rmula inductiva que revel6
~e\\ ton
a
a
la armon{a de los mundos!
Dentro de Ia mi rna variedad todos los tndividuos son identicos; no hay, pues, duda
posible acerca de su comun origen. Dentro de
Ia 1 specie, nunque los individuos puedan dife-
'
DENOY
(. DESCENDE.MOS DEL MONO?
renciar e algun poco, su consanguinido.d estc't
a consecuencia de Ia inducci6n, los tipos que
fu era de dudn, pues se reproducen entre sl.
s61o habian parecido separados por las Iagu-
D entro del genero en donde los indi viduos cli-
nas de nucstros conocim ientos y no por los de-
fieren por detalles de co nfo rmaci6n, Ia ide nt i-
sig ni os de la naturaleza . (.Hay en esto algo
dad d e origen no es tan faci lm e nte aceptada;
Yer qtw
co ntrario fl Ia 16gica? l La hip6tesis no es Ia
base de la s{ntcsis, es dec ir, el mas fccundo de
el ayuntamiento puede ser fccundo entre indi-
los procedimt cntos rientfficos? De igual ma-
viduos de especies difere ntes ( hibridos), y qut>
las especies difi eren a menudo, much o menus
n cra que algunos planetas han sido hallados
por el mero calculo sin ayuda de instrumentos,
entre elias que el macho y Ia h embra (insec-
de igual mancra que solo porIa potencia 'de las
tos) 6 los padres y s u-; productos (g( neraciones alte'rnas). A medida que las diferencias
analog{as, un metal-el amonio-ha podido
128
s in emba rgo, aun es diffcil
negarl<~, <~ I
ta man caracter mas marcaclu, Ia con..,anguinidad original es en gene ral menos marcada.
Algunos zo6logos de Ia antigua escuela nun nu
admiten qu e los miembros de una familia haya n podido te ner, en Ia noche de los t icmpos,
un punta de partida com un.
129
ser descubierto sin que ningun qulmico hubiese \'isto jamas Ia menor partfcula, de identica manera, Ia organizaci6n primitiva del
hombre ha podido ser reconstitufda por las pote ntes s{ntesis de Ia antropologia .
Por otra parte, Ia teorla de las creaciones sucesivas, unica en contraposici6n
a Ia del trans-
l A qu e se limita el a trevimiento del evolu-
formismo, no h<'l tenido hasta el presente Ia
cionismo? .\ extender-; natura non facit sal-
pretensi6n de ser demostrada por A..+ B. Por
u parte, tambten, s6Jo constituye una mera c;u-
tum!- ho.sta las grandes diYisiones del reino
ani mal el parentesco universalmente a d mitido
entre In.., subdivi ione:-. inferiores; en n< er< cH,
posict6n, y es sumamente extraiio oir a los que
Ia sustentan reclamar tantas pruebas materia-
9
DENOY
lcs a sus adversaries, no pudiendo ellos aducir
ninguna, exigiendo lo que son incapaces de
dar.
Sea lo que fuere, lector, lo cierto es que tu
II
juicio oscila entre dos h ip6tcsis. Pero Ia una
!::>e apoya sobre las tradiciones; Ia otra sob re
LOS VENGADORES DE LA MORAL
los razonamientos . Una hace intervenir una
serie complicada de milagros; Ia otra no recu-
El transformismo ha sufrido, en nombre de
rre mas que a! senci llo encadenamiento de las
!eyes naturales. Una esta en contradicci6n con
Ia moral, una acusaci6n mas injusta aun.: Ia
de materialismo.
todos los fen6menos de la vida; Ia otra se ar-
Bajo esta palabra trivial y vaga se cobija
moniza co n todas las cnseiia nzas de la anato-
la confusi6n mas 6 menos invo!untaria de dos
mia comparada, de Ia fisiologla experimental,
ideas que no tienen nada de comun sino en Ia
imaginaci6n de aquellos que Ia explotan.
Si por materialismo se entiende Ia investi-
de Ia fisiologla comparada, de Ia teratologia,
de Ia
embriogeni~
de Ia paleontologia, de Ia
arq ueologfa preh ist6rica, de Ia etnograHa y
de Ia lin gi.Hsti ca.
cia y de la observaci6n, el transformismo es,
El transformismo, en efecto, no es mas que
en efecto, esencialmente materialista, lo que
gaci6n de Ia verdad por medio de Ia experien-
a mucha gloria, igual que las demas cien-
Ia smtesi.s de todas las ciencias qtte tienc11 por
tiene
objeto el estudio dt?l hontbre.
cias. Pero si se quiere designar con esta pala-
; E legid, pues!
bra la depravaci6n que no reconoce otra ley
que el poder ffsico, es imposible aplicarla
doctrina de las metamorfosis.
a Ia
132
DP'NOY
l Que hay en esta doctrin a que autorice ta
inmoralidad? Sin duda, parece hasta cierto
punto inconciliable con el caracter dogmatico
de una moral sobrenatural; pero en nada afecta a la autoridad de una moral positiva. La
bestiatidad del hombre primitivo no justifica
en manera alguna, el cinismo del hombre actual. l Que importa que hayamos tenido en
otro tiempo, el instinto como unico gu{a si hoy
tenemos conciencia? l Por que, de~cendientes
de un antecesor mono, estadamos mas autorlzados para conducirnos como monos, que el
hijo de un ladr6n para el robo, el hijo de un
asesino para el asesinato 6 el hijo de Adan
para el pecado? La indole de n uestros or!genes no modifica Ia de nuestros deberes.
Como ha hecho notar muy acertadamente
M. C. Flammari6n, lejos de tener un a tendencia materialista, Ia hip6tesis de la introducci6n
sobre Ia tierra, en sucesivas epocas geol6gicas
-ante todo Ia vida, despues la sensaci6n, mas
tarde el instinto, en seguida Ia intcligencia de
los mamHeros superiores, tan vecina de la ra-
l
DESCENDEMOS DEL MONO?
133
z6n, y, por ultimo, la raz6n perfectible del
hombre misma-nos parece por el contrario
el desarrollo de un plan grandioso y nos presenta el cuadro conmovedor y profundamente
moralizador, del predominio siempre creciente del espfritu sobre Ia materia (31).
Afiadamos que si algo debfa abogar en favor de Ia teoda espiritualista, serfa precisamente este hecho funda mental del transformismo: la identidad constitucional de los organismos, ya sea en estado de embri6n, ya en
el estado perfecto.
Tenemos dos 6\ ulos, entre los cuales tus
mas potentes instrumcntos de investigaci6n
no descubren ninguna diferencia molecular,
y !in embargo, uno de ellos engendrara un
avestruz, el otru un hombre ...
l De que procedc, que germenes materialmente ident1cos, produzcan seres tan distintos por Ia inteligencia?
Tencmos dos mamlfcros entre los cuales la~
(31)
C. Flammari6n : Dios m ill
natur;,zl~•a.
1
34
DENOY
mas delicadas investigaciones de la anatom{a
comparada s61o nos dan a conocer diferencias
superficiales e insignificantes j
j
y a pesar de
ello, uno de estos mamlferos es un hombre, el
III
otro un chimpance! l De que procede, que organismos casi identicos engendran facultades
intelectuales tan diferentes? l Las mismas combinaciones molec ulares no deberian engendrar
identicos fenomenos intelectuales, si e1 espiritu no fuera mas que una funci6n de la materia?
Tal es el problema planteado
En tiempo de Santo Tomas de Aquino,
aquellos que creian en los antipodas eran acusado'> de atelsmo. ~~E J mayor descubrimiento
a Ia
biologia
positi va por la doctrina transformista; 1y se
ve acusada de materialista I
LOS C \MPEONES DE L\ FE
que ha hccho el hombre, dice Dan\ in, la teoda
de Ia g-r~l\·itnci6n, h:t sido ~1tacaua por I eihnitz
como subversiva de Ia religi6n natural. Sabido e-, como fuernn n,cibidas las teorias de Galtleo acerca clt.:l mu,·im iento de Ia tt erra y las
ideas de Jenner acen~a de Ia \'acuna .
El tr1nsfurmismo no podia librarse de la
anatema que snluda
a toda
mente nue\'a pdra conmover
ta
~us
iden lo suficiente1
1
una ciencia has-
bases. El catolit ismo, guardian se\'ero
de las tradiciones que hasta cterto punto han
constituidu Ia poetica infancia de sus dogmas,
(. DBSCENDEMOS Dl!:L MONO?
ba rehusado, hasta el presente
a codearse
137
con
este sistema resulta perfectamente compatible
Ia doctrina evolucionista. La ortodoxia angli-
con la creencia de un Creador. Cualquiera que
cana y elluteranismo aleman han entreabierto,
admire en el universo Ia obra de un divino ar-
y aun con visibles repugnancias, una puerta
tista puede sin faltar a su fe, interrogar esta
que sin embargo, tienen abierta de par en par
obra sublime acerca de los procedimientos de
para las interp retnciones bfblicas.
Esta hos tilidad confesional, se explica prin-
s u Au tor. Ahora bien, es precisamente lo que
tie ne la teo ria de Ia evol uci6n : i nve<>tiga c6mo,
cipalmente por una confusi6n injusta a todas
y no por quien, se ha n producido los se res; se
luces entre el transformismo y el ate{smo .
remonta a l origen de su estrw tura y no al de
El transformi smo no involucra de ningun
modo la negaci6n de Dios. Fiel
a su
caracter
su existencia.
a quienes mece Ia dulconsoladores, vosotros a
T,ibres quedais, fieles,
de ciencia positiva, ni siquiera aborda Ia cues-
zura de los dogmas
ti6n religiosa. Ensena que los seres que pue-
quienes anonadan y aterrorizan, el admitir que
blan el mundo han sal ido los unos de los otros,
Ia materia no es un efecto sin causa, sino Ia
y que no teni endo esta regia excepci6n, el
realizac i6n de una voluntad soberana . Y libres
hombre tambien desciende de una forma me-
sois de nu admitir, al mismo tiempo, que
nos perfecta. Semejante sistema estada . en
cada organismo no es Ia e.:-.presi6n de un acto
abierta contradicci6n con las narraciones del
Genesis, si, en yez de interpretarse simb6lica-
particular de esta \'oluntad, sino pura y exclusi\amentc el produ(to e-,pont:1neo de !eyes
mente (como los siete dias de la creac i6n) de-
generales dtctadas por Ella a Ia materia ...
biesen ser comprendidas en el re<.tringido sen -
H aced "ibrar una placa de mctnl sembrada
tide j udaico, } fi~u rarnos cada ti pu como el
de part{cu\a de po\vo, YereiS todOS lOS atomos
producto de una creact6n independicnte. Pen•
e ntra r en mo\ tmiento y formar, por yuxtapo-
DENOY
(. DESCENDEMOS DEL MONO?
sici6n los unos con los otros, los mas varia-
Semejante concepci6n de Ia divinidad es sin
duda mas grandiosa que Ia de un creador siempre dedicado al trabajo, para recomenzar perpetuamente sus obras precedentes. Es Ia unica,
de otra parte, que se concilia con nuestro conacimiento de los fen6menos naturales. Es
tambien Ia t'mica que concede a Dios un Iugar
verdaderamente digno de su Soberania.
Se ha poclido achacar a la rnetafisica que retrocede poco a poco delante de los progresos
de Ia experimentaci6n; pero Dios no retrocede delante de Ia ciencia, se eleva. Se remonta a inconcebibles alturas donde s6lo Ia fe pue-
des y simetricos dibujos.
l No deducirias de Ia armoniosa construcci6n de estas cruces y estrellas, efectos y consecuencias de meras leyes dinamicas, en virtud
de las cuales cada molecula ha ocu pado su 1ugar en Ia figura aparecida? l Seda razonabl e
acusarte de ateismo, porque no has hecho intcrvenir Ia acci6n divina en el transpoi-te de
cada una de eslas moleculas en el Iugar que
debe ocupar?
De igual modo, creer que Ia producci6n de
los seres ha sido el resultado, no de una manipulaci6n sobrenatural de cada uno de ellos,
sino la acci6n lenta de leyes transformadoras,
inherentes a Ia materia, esto no tiene nada de
incompatible co n Ia creencia en Dios. El
Creador, en vez de manejar Ia arcilla original, se habrfa servido de agentes fisicos, como
si fueran otros tantos obreros maravillosos,
sometidos a sus ordenes. Siempre seda el autor, pero el autor indirecto de todas las cosas:
serfa en una palabra Ia LEY de las leyes.
de siempre seguirle.. . sin encontrarle.
__
...
_.
__
139
l DESCENDEMOS DEL MONO ?
INDICE
BIBLIOGRAFICO
E l lector que desee mas detalles accrca del
problema del origen del hombre, los hallara
en las siguientes obras, a cuyos autores el autor de estc modesto resumen se complace en
hacerlcs justicia y devolver a cada uno le que
le correspondc.
.\G•\SSiz .- De la especie y sus clasificaciollCS en zoologla.
B~oc.t..-Mcmorias de antropologia.-1\tle,nonas acerca del cercbro humano y de los
pnmates.
BLCII-.:l:.R.-E/ hombre segtl n La ciencia.
(Esta obra forma parte de Ia BmLIOTHA CoN11. \IPOR \NEA) .- Ftt er::;a y materia.-Cunfcrencws acerca de la tcoria darwinista. ( V ease esta
obr.? en Ia BmuoncA Co-..:TEMPOR\"'r\).
C.\RTAILH \C.-La Francia prehist6rica.
( Ot'LO • • )'intcsis del transformismo.
D \.1.1.\'. -h. I orden de los primates y el transfor,llsmo .
. D~~WIN.-El origcn de las especles.-l'anaet~n de los animales y plantas .-Dcscendencw d el hombre y la selecci6n natural.
DELAGE.-EstTuctuTa del protoplasma y teoTias acerca de la herencia.
DoDEL.-~ Moises 6 Darwin?
Dt RA>.JD ~F G~os.-Origenes animales del
hombre .-Genests natuTal de las formas animales.
EvANS .-Las edades de bronce.
F AIVRE.-De Ia variabilidad de las especies.
FosTER Y BALFOUR.-Elementos de embriologla.
GADEAu DE HERVILLE.-Conversaciones sobu el transformismo.
GAL DRY .-Encadenamientos del mundo animal.-Ensayos de paleontologia filos6fica.
GRATIOLET.-Los plieguts cerebrales en el
hombre y en los primates.
HA\f\. -Paleontologia hmnana.
H .r:CKEL. Hisloria de la crcaciun de los
seres organizados segun las lcyes naturales.El monismo, la3o entre la religion y la ciencia.-( Esta obra forma parte de Ia BmuoTLC.\
CoNTF\fPOR \:-.~n).
HARTM SN .-Los
monos antropoideos.
HARTMA'~• (E. de) .-El dar·winismo.
IG.-Historia del desarrollo del hombre y de los vertebrados.
H uxLn .-Lugar del hombre en la naturaleza. ( Fsta obra forma tam bien parte de la
HERT\\
O:>:TE~IPOrtb~'E.\).
LA~ARCK .-Filosofia zoolri~ica.
BtBLIOTEC\
LEDOUBLE.-
Trtttado
de las variacion.es iel
(. m SCENDEMOS DEL MONO?
qz
DENOY
1 43
VANDEN-BERGHE.-
sistema mttscular del hombre desde el ptmto
de vista de Ia antropologia :woldgica.
LEHON .-El hombre fdsil en Europa.
Lt'BBOC'K, (Sir John) .-El hombre prehistdrico.-El origen de La civilizacidn.-Los senlidos y el instinto en los animalcs .-Origen y
metamorfosis de los inscctos.
LYELL.-A ntigiiedad del hombre.
~1AREY .-El transformisnw y la fisiologla
experimental .-Fisiologfa experimental.
~lORriLLET, (G. de).-Materiales para Ia
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FIN
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