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Reportaje
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cermi.es El periódico de la discapacidad
NOVIEMBRE 2008
Programa de Vida Independiente de la Comunidad de Madrid
La autonomía personal,
del proyecto
a la realidad
Un proyecto piloto subvencionado por la
Comunidad de Madrid y gestionado por
ASPAyM Madrid ofrece, desde 2006,
asistencia personal a quienes anhelan una
vida independiente. Éstos son los testimonios
de las personas acogidas al programa
Leonor PØrez
G
racias a la Oficina de
Vida Independiente de
la Comunidad de Madrid tengo actualmente una vida digna”, así concluye
Cristina Agulló su testimonio. A
consecuencia de la evolución de
una grave enfermedad neuro-
muscular, su cuerpo ha experimentado cambios irreversibles,
que se traducen, fundamentalmente, en la necesidad de un
asistente personal las 24 horas
del día. Desde hace más de dos
años, Cristina _en las fotos_ recibe las prestaciones de la Oficina
de Vida Independiente y asegura que su vida ha dado un giro
de 180 grados.
La OVI nacía en julio de 2006,
concebida como un proyecto piloto subvencionado por la
Comunidad de Madrid y gestionado por ASPAyM Madrid, con
el objetivo de satisfacer las necesidades de un sector de personas
que demandaban tener una vida
autónoma y plena. Los requisitos que se pedían a los usuarios
consistían en que tuviesen más
de 18 años, que presentaran una
discapacidad física severa, que
residieran en esta Comunidad y
lo solicitaran mediante un proyecto de vida independiente
constatable. En principio, la partida presupuestaria asignada alcanzaba a 35 personas, pero gracias a la buena gestión de la organización el número ha ascendido hasta los 62 beneficiarios.
Cristina destaca que uno de los
aspectos más interesantes de
esta iniciativa es que los propios
usuarios tengan la posibilidad de
buscar a sus asistentes persona-
les: “deben ser personas con las
que tengas mucha confianza y
complicidad porque, además de
compartir con ellos mucho tiempo, también están presentes en
actividades muy personales”.
Las tareas en las que es asistida
por las cuatro personas que trabajan para ella son cambios posturales, traslados, el aseo diario
o el apoyo en los momentos de
ocio: “La oficina se encarga del
papeleo de los contratos y yo voy
coordinando sus horarios para
que estén conmigo en los momentos en los que les necesito”.
Tiene asignada la mayor cuantía
de horas diarias que permite el
proyecto, dieciséis, y el resto del
tiempo en el que también necesita asistencia se lo sufraga ella.
Al tratarse de una experiencia
piloto, el tiempo inicial en el que
se estimó conveniente desarrollar este programa fue dos años
y medio y diciembre de 2008
será el momento en el que finalizará esta iniciativa. Sin embargo, muchos de los usuarios ya
han diseñado sus vidas de forma
Reportaje
autónoma e independiente y,
económicamente, les resultaría
imposible continuar pagando a
sus asistentes personales: “soy
pedagoga e imparto clases en diferentes centros, pero con mi
sueldo no podría asumir estos
gastos sobre todo si tenemos en
cuenta que a éstos se suman los
que tiene cualquier persona sin
discapacidad”.
Cristina ahora puede expresar
por sí misma lo que significa la
igualdad de oportunidades real
y no quiere dejarla escapar de
nuevo: “Creo que estos servicios
son imprescindibles para equipararnos con el resto de la sociedad
y una oportunidad inmejorable
para crear puestos de trabajo, no
sólo para las personas que trabajan como asistentes sino también
para mí porque, gracias a este
servicio, puedo desarrollarme laboralmente”.
RESULTADOS INMEDIATOS
Javier Arroyo se enteró de que
existía la OVI cuando asistía a
rehabilitación en ASPAyM Madrid debido a una lesión medular. Decidió presentar su candidatura al proyecto, hizo la entre-
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cermi.es El periódico de la discapacidad
vista y tuvo la suerte de resultar
adjudicatario del programa.
“Soy licenciado en ciencias físicas y encontré trabajo de gestor
de proyectos informáticos en
una compañía multinacional
gracias a la asistencia personal”.
Coordina a sus tres asistentes
para que le ayuden en las tareas
básicas de la vida diaria, así
como en trasladarle hasta su
puesto de trabajo o apoyarle
cuando queda con amigos o va
de vacaciones: “Uno viene por la
mañana para levantarme, asear-
me y vestirme. Luego desayunamos juntos, me lleva al trabajo
en coche y me ayuda a colocarme en mi sitio frente al ordenador”. Otro, se encarga de recogerlo en la oficina, trasladarlo
hasta casa y, un tercero, le asiste por la noche en aquello que
pudiera necesitar.
Javier coincide con Cristina en
que es imprescindible tener empatía con las personas que trabajan para ti: “Ninguna de las dos
partes debemos perder la perspectiva de que para ellos esto es
un empleo en el que deben realizar una serie de tareas, estés en
la oficina o en la playa, pero llevarse bien es imprescindible”.
Cada semana el beneficiario de
este programa cumplimenta con
su asistente personal un documento acreditativo del número
de horas que ha trabajado, lo firman ambas partes y lo entregan
en la OVI para que haga el cómputo mensual y efectúe el pago
correspondiente.
“Me gustaría que este servicio
continuase como un programa
consolidado a partir de enero de
2009 y que se pudiera extender
a todas las personas que lo necesitasen. Es, sin duda, una herramienta de presente y de futuro y
la forma de que las personas con
diversidad funcional podamos
llevar la vida que queremos”.
SATISFACCIÓN GENERAL
La Coordinadora de la Oficina
de Vida Independiente, Soledad
Arnau, realiza un balance muy
positivo de la ejecución de este
proyecto experimental: “Algu-
nos usuarios de la OVI han tomado incluso la decisión de independizarse, de vivir en pareja o de asumir una maternidad
o paternidad, y lo lógico sería
que esos proyectos de vida que
se han iniciado tuvieran continuidad y que se desarrollasen
de la mejor manera posible”. La
propia Arnau confiesa que, gracias a este proyecto y la ayuda
de sus asistentes personales, ha
podido acceder a un trabajo y a
vivir de forma independiente:
“Hemos demostrado que aunque tengamos una gran dependencia física podemos compatibilizarla con una vida activa y
plena”.
ASISTENTES PERSONALES
Como se ha dicho, el tiempo máximo de asistencia que se presta
a un beneficiario son 16 horas al
día, de lunes a domingo, los 365
días del año. El usuario, como
responsable de sí mismo y con
interés de querer llevar una vida
activa, ejerce como jefe de los
asistentes personales, que el
NOVIEMBRE 2008
mismo ha elegido, a través de la
bolsa de empleo de la OVI o los
mecanismos que entienda más
apropiados, hasta cubrir las
horas concedidas. Hoy, para los
62 usuarios que reciben los servicios de la OVI trabajan alrededor de 120 asistentes personales,
muchos de ellos a tiempo parcial
en función de su disponibilidad:
“El perfil de las personas que trabajan para nosotros es muy variado, pero tenemos por ejemplo
muchos estudiantes que aprovechan su tiempo libre para ganarse un dinero”. Arnau explica que
en la bolsa de empleo de la OVI
están inscritos desde cantantes
a amas de casa. Un requisito solicitado para desempeñar este
trabajo es que el asistente tenga
carné de conducir, puesto que
será en coche el medio de transporte habitual que se utilizará
para acompañar a los usuarios
al trabajo o a cualquier otro
lugar. Sin embargo, en la OVI se
insiste en que hay muchas tareas por realizar y muy diferentes, así que realmente el trabajo
puede responder a las expectativas de un gran número de personas: “Por el momento tenemos
muchas mujeres con nosotros,
pero los hombres también se
están animando”.
Por su parte, Carmen Pérez Anchuela, directora general de la
Consejería de Servicios Sociales
de la Comunidad de Madrid,
hace un balance “cien por cien
positivo” de la OVI: “creo que
este proyecto les ha supuesto
vivir ‘primeras veces’, es decir,
acceder a un trabajo por primera vez, ir de vacaciones de forma
autónoma por primera vez o ponerse a estudiar con todos los
apoyos por primera vez. Me quedo con algo que me dijo uno de
los beneficiarios de este programa: que gracias a esto habíamos
conseguido que sus sueños se
convirtieran en meta”.
Este proyecto, dice Pérez Anchuela, ha permitido poner en
marcha la Oficina de Vida Independiente de la Comunidad de
Madrid como centro gestor de
todos los asistentes personales.
Los resultados de esta oficina
han superado todas las previsiones y “cabe señalar que tanto los
familiares como los propios beneficiarios del programa nos
han manifestado su satisfacción
y eso es lo más importante”.

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