Triduo final: 5 al 8 de diciembre

Transcripción

Triduo final: 5 al 8 de diciembre
Triduo final: 5 al 8 de diciembre
LUNES 5 DE DICIEMBRE
Santa Ada y san Anastasio
María, Madre de Misericordia
Acogida
- Bienvenida y saludo inicial
- Se anuncia el tema del día :
Hoy meditaremos sobre:
“La Virgen María, Madre de Misericordia”
- Canto mariano: “Venid y vamos todos”.
Palabra
- Oración inicial: “Oh María, durante el bello mes…”
- Lectura del profeta Isaías 35, 1-10
“Esto dice el Señor:
Fortalezcan las manos cansadas,
afiancen las rodillas vacilantes.
Digan a los de corazón apocado:
‘¡Ánimo! No teman.
He aquí que vuestro Dios,
vengador y justiciero,
viene ya para salvarlos’.
Habrá allí una calzada ancha,
que se llamará ‘Camino Santo’;[…]
Por ella caminarán los redimidos.
Volverán a casa los rescatados por el Señor,
vendrán a Sión con cánticos de júbilo,
coronados de perpetua alegría;
serán su escolta el gozo y la dicha,
porque la pena y la aflicción habrán
terminado”.
Se iluminarán entonces los ojos de los ciegos
y los oídos de los sordos se abrirán.
Saltará como un venado el cojo
y la lengua del mudo cantará.
Brotarán aguas en el desierto
y correrán torrentes en la estepa.
El páramo se convertirá en estanque
y la tierra sedienta, en manantial.
En la guarida donde moran los chacales,
verdearán la caña y el papiro.
- Aclamación o canto (responsorial) meditativo:
“La misericordia del Señor cada día cantaré”
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Testimonio o comentario
En estos días de gracia, en que nos preparamos a recibir el sacramento del perdón, escuchemos lo que
el Papa nos dice sobre nuestra Madre misericordiosa:
“El pensamiento se dirige ahora a la Madre de la Misericordia. Que la dulzura de su mirada nos
acompañe en este Año Santo, para que todos podamos redescubrir la alegría de la ternura de Dios.
Nadie como María ha conocido la profundidad del misterio de Dios hecho hombre. Toda su vida
estuvo plasmada por la presencia de la misericordia hecha carne. La Madre del Crucificado Resucitado
entró en el santuario de la misericordia divina porque participó íntimamente en el misterio de su
amor.
Elegida para ser la Madre del Hijo de Dios, María estuvo preparada desde siempre para ser Arca de la
Alianza entre Dios y los hombres. Custodió en su corazón la divina misericordia en perfecta sintonía
con su Hijo Jesús. Su canto de alabanza, en el umbral de la casa de Isabel, estuvo dedicado a la
misericordia que se extiende « de generación en generación » (Lc 1, 50). También nosotros estábamos
presentes en aquellas palabras proféticas de la Virgen María. […]
Al pie de la cruz, María junto con Juan, el discípulo del amor, es testigo de las palabras de perdón que
salen de la boca de Jesús. El perdón supremo ofrecido a quien lo ha crucificado nos muestra hasta dónde
puede llegar la misericordia de Dios. María atestigua que la misericordia del Hijo de Dios no conoce
límites y alcanza a todos sin excluir a ninguno. Dirijamos a ella la antigua y siempre nueva oración del
Salve Regina, para que nunca se canse de volver a nosotros sus ojos misericordiosos y nos haga dignos de
contemplar el rostro de la misericordia, su Hijo Jesús”. (“El rostro de la misericordia” 24).
- Oración de los fieles en torno a lo que ha sido meditado:
Con María, oremos al Señor.
R./ Escúchanos, Señor, te rogamos.
1) Pidamos que la dulzura de la mirada de nuestra Madre de la Misericordia, nos acompañe para que
todos podamos redescubrir la alegría de la ternura de Dios. Oremos.
2) Pidamos que nuestra Madre de la Misericordia, custodie en nuestro corazón, la divina Misericordia.
Oremos.
O bien, en silencio, se pide la gracia que se desea recibir, seguido de:
Padre nuestro
Bendición y envío
- Oración final, “Oh María, madre de Jesús…”
- Bendición: “El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal
y nos lleve a la vida eterna,
en el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo
- Canto final
¡María, Madre de misericordia, ruega por nosotros!
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