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CAPÍTULO SEGUNDO: DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE 50.-­‐ El hombre puede conocer a Dios a través de la Revelación divina. Dios se ha revelado y se da al hombre libremente. Lo hace enviando a su Hijo Jesucristo y al Espíritu Santo Artículo 1.-­‐ LA REVELACIÓN DE DIOS I.-­‐ DIOS REVELA SU DESIGNIO AMOROSO. Por amor, Dios se ha revelado y se ha entregado al hombre. De este modo da una respuesta definitiva y sobreabundante a las cuestiones que el hombre se plantea sobre el sentido y la finalidad de su vida 51.-­‐ Por medio de la Encarnación de Xtº, Dios nos reveló a sí mismo y nos dio a conocer sus planes. 52.-­‐ Para hacernos hijos en el Hijo, hijos adoptivos. Quiso revelarse para que seamos capaces de responderle, conocerle y amarle más allá de lo que ellos serían capaces por sus propias fuerzas. 53.-­‐ Pedagogía divina de la revelación: Gradual. Por etapas, con la culminación en la Persona y la misión del Verbo encarnado, Jesucristo. Dios se ha revelado al hombre comunicándole gradualmente su propio Misterio mediante obras y palabras. II.-­‐ LAS ETAPAS DE LA REVELACIÓN. Desde el origen, Dios se da a conocer. Más allá del testimonio que Dios da de sí mismo en las cosas creadas, se manifestó a nuestros primeros padres. Les habló y, después de la caída, les prometió la salvación, y les ofreció su alianza. 54.-­‐ Creación del mundo; nuestros primeros padres: Los invitó a una comunión íntima con Él revistiéndolos de una gracia y de una justicia resplandecientes. 55.-­‐ El pecado: Después del pecado, Dios entronizó la esperanza de la salvación con la promesa de la redención, y la providencia divina (incesante cuidado del género humano). Dar la vida eterna a todos los que buscan la salvación con la perseverancia en las buenas obras. La alianza con Noé. Dios selló con Noé una alianza eterna entre Él y todos los seres vivientes. Esta alianza durará tanto como dure el mundo. 56.-­‐ Rota la unidad, da comienzo a las etapas: Alianza con Noé después del diluvio: Pacto con las naciones, hombres agrupados. 57.-­‐ Babel: Politeísmo y la idolatría, como una vuelta al paganismo. 58.-­‐ Abel, Melquisedec, Noé, Job, Daniel… demuestran la altura de santidad que pueden alcanzar quienes viven según la alianza de Noé en la espera de que Cristo reúna en uno a todos los hijos de Dios. Dios elige a Abraham. Dios eligió a Abraham y selló una alianza con él y su descendencia. De él formó a su pueblo, al que reveló su ley por medio de Moisés. Lo preparó por los profetas para acoger la salvación destinada a toda la humanidad. 59.-­‐ La misión de Abraham es reunir a la humanidad dispersa en un solo pueblo, para el que él va a ser el “padre”. 60.-­‐ El futuro Israel será depositario de las promesas de Dios. Es la prefiguración de la unidad de la Iglesia. Será la raíz en la que serán injertados los paganos hechos creyentes. 61.-­‐ Patriarcas, profetas y otros personajes del AT, será considerados siempre santos por la tradición de la Iglesia. Dios forma a su pueblo Israel. 62.-­‐ Moisés: Esclavitud en Egipto, Alianza en el Sinaí. Para que lo reconociese y le sirviera como al único Dios vivo y verdadero, Padre providente y juez justo, y para que esperase al Salvador prometido. 63.-­‐ ¿Israel?: Pueblo sacerdotal, los primeros que oyeron la voz de Dios y nuestros hermanos mayores en la fe de Abraham. 64.-­‐ Los profetas: Son la esperanza del pueblo. Anuncian una redención radical del pueblo de Dios, la purificación de todas sus infidelidades. Serán los pobres y los humildes del Señor quienes mantendrán esta esperanza. (Sara, Rebeca, Raquel, Miriam, Débora, Ana, Judit, Ester…, María) III.-­‐ CRISTO JESÚS, “MEDIADOR Y PLENITUD DE TODA LA REVELACIÓN. Dios se ha revelado plenamente enviando a su propio Hijo, en quien ha establecido su alianza para siempre. El Hijo es la Palabra definitiva del Padre, de manera que no habrá ya otra Revelación después de Él. Dios ha dicho todo en su Verbo. 65.-­‐ Hb. 1, 1-­‐2. Cristo es la Palabra única, perfecta e insuperable del Padre. En él lo dice todo, no habrá otra palabra más que esta. S. Juan de la Cruz: “… todo nos lo habló junto y de una vez en esta sola Palabra… porque lo que hablaba en partes a los profetas ya lo ha hablado todo en Él… el que ahora quisiese preguntar a Dios…, solo haría una necedad, haría agravio a Dios, no poniendo los ojos totalmente en Cristo, sin querer otra alguna cosa o novedad”. No habrá otra revelación. 66.-­‐ La alianza hecha en Cristo es nueva y definitiva. La Revelación está acabada (ya no habrá más), pero no totalmente explicitada. Corresponderá a la fe cristiana comprender gradualmente todo su contenido a lo largo de la historia de la Iglesia. 67.-­‐ Revelaciones privadas: No pertenecen al depósito de la fe. Su función es la de ayudar a vivir más plenamente la vida cristiana en un momento de la historia. Guiado por el Magisterio de la Iglesia, el sentir de los fieles (sensus fidei) sabe discernir y acoger lo que en estas revelaciones constituye una llamada auténtica de Cristo o de sus santos a la Iglesia. 

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