DB 18 - La conversión (2) el arrepentimientopopular!
Transcripción
DB 18 - La conversión (2) el arrepentimientopopular!
Església Evangèlica de Vilassar de Mar Doctrina bíblica 18: La conversión 2ª parte—el arrepentimiento 1 Matt Leighton III. El arrepentimiento 1.) Introducción: ¿Es necesario arrepentirse para ser salvo? De forma mas concreta, ¿Es el arrepentimiento una condición para ser justificado? ¿Tiene que arrepentirse uno para ser perdonado y aceptado por Dios? a. Hemos dicho que la fe es una condición para ser salvo (Jn 1:12). La justificación (Dios perdonándonos, declarándonos justos y aceptándonos como tal) es por la fe sola (Gal 2:16). Somos justificados solamente por medio de confiar en Cristo. Cristo lo ha hecho todo, sufrió en nuestro lugar, obedeció también, no tenemos que añadir nada a su obra, simplemente confiamos en él como nuestro sustituto. b. Si esto es el caso, ¿qué hacemos con textos como Lucas 13:5? Parece que el arrepentimiento es una condición también para estar bien con Dios. c. Otra manera de plantearlo sería la siguiente: ¿qué decimos a las muchas personas que dicen que tienen fe pero viven vidas que no concuerdan en lo mínimo con la Palabra de Dios? ¿Son salvos, o tienen que arrepentirse también? Y si decimos que tienen que arrepentirse también, ¿es la justificación por medio de la fe sola? 2.) ¿Qué es el arrepentimiento? Para poder dar respuestas a estas preguntas, será necesario definir el arrepentimiento. En Hechos 2:38, ¿qué es lo que Pedro pide de sus oyentes cuando dice “arrepentíos”? Como hicimos en la última lección habando del tema de la fe, miraremos de definir el arrepentimiento primero distinguiendo los elementos que lo componen. De nuevo, vemos que podemos distinguir elementos: a. Elemento intelectual. El arrepentimiento requiere el “conocimiento del pecado,” un reconocimiento de la culpa personal acumulada por haber participado en el pecado, y la contaminación que tenemos como consecuencia (Rom 3:20). i. Como el primer elemento de la fe, este elemento del arrepentimiento tiene que ver con el entendimiento. Para arrepentirse, uno tiene que entender su pecado y culpa. Tiene que saber que es pecador antes de poder arrepentirse. 1. ¡Esto es importante! Se suele utilizar la palabra “arrepentirse” para muchas cosas. Podemos “arrepentirnos” de una decisión equivocada. Pero en el sentido bíblico, el arrepentimiento del pecador se basa en el conocimiento de su pecado—no en las consecuencias de una mala decisión. ii. No obstante, el conocimiento del pecado no es suficiente para producir un arrepentimiento autentico. ¿Por qué no? Igual no va acompañado por un odio santo al pecado, y al final no produce nada mas que un “miedo del castigo.” El “arrepentimiento” que se basa en el miedo al castigo no es un arrepentimiento bíblico. 1. Sería como si yo llegara a casa y le dijera a mi esposa que la comida que ha preparado no es buena (después de estar horas en la cocina preparándola, con todo el cariño en el mundo). Como consecuencia, me manda a dormir en el sofá (no sé que es esto por experiencia propia, pero es la historia que se suele contar). Yo puedo “arrepentirme,” y a medianoche irme arriba y decirle a mi esposa: “lo que he dicho era malo. ¿Puedo volver a la cama?” ¿Tal confesión sería Església Evangèlica de Vilassar de Mar Doctrina bíblica 18: La conversión 2ª parte—el arrepentimiento 2 Matt Leighton suficiente para reconciliarme con mi esposa? No—faltan dos cosas, una de ellas es la tristeza. b. Elemento emocional. El mero conocimiento del pecado no es en sí el arrepentimiento. El arrepentimiento verdadero requiere también un cambio de emociones, concretamente una tristeza por haber pecado contra un Dios santo y justo. En el Salmo 51:1-4, por ejemplo, David demuestra una tristeza por su pecado, un dolor emocional por haber ofendido a Dios. i. ¡Ojo! Estamos hablando de una tristeza que resulta de haber ofendido a Dios. No se trata de la tristeza debida a las consecuencias de mi pecado, sino una tristeza por haber dañado mi relación con Dios. No es tristeza por lo que el pecado significa para mí, sino por lo que significa para él. 1. Volvemos al ejemplo del sofá. Estoy durmiendo en el sofá. Voy arriba y le digo a mi esposa: “¡lo siento! Lo que he dicho es malo. ¿Puedo volver a la cama? Ahora he dicho “lo siento”, lo cual significa que hay tristeza. ¿Cuenta esto como arrepentimiento verdadero? No necesariamente. Igual lo que siento es dolor de espalda, vergüenza, tristeza y culpabilidad, pero aun así puede que no tenga la actitud correcta. ii. Hay diferentes tipos de tristeza que resultan del pecado. Hay lo que Pablo llama la “tristeza del mundo” y también la “tristeza según Dios” (2 Cor 7:9-10). Son dos cosas diferentes. ¿Cómo distinguimos entre ellos? 1. Mateo 27:3. Leemos en este pasaje sobre la persona de Judas, quien tuvo remordimientos y tristeza. El texto usa una de las palabras que a veces se traduce como “arrepentirse.” Pero, ¿se arrepintió Judas, en el sentido de Hechos 2:38? 2. Mt 26:75. Pedro también estuvo triste por haber negado a su Señor, y incluso “lloró amargamente.” Luego se arrepintió—y diríamos que el arrepentimiento de Pedro sí fue autentico. ¿Cuál es la diferencia entre estos dos casos? c. Elemento de volición. El arrepentimiento requiere una decisión—una decisión de dejar atrás el pecado y volverse a Dios buscando perdón y renovación. Hechos 2:38 y otros textos nos llaman a tomar una decisión. i. Judas sabía que había hecho lo malo, y incluso tuvo remordimientos y sentimientos de culpa por lo que hizo. Sin embargo, esta tristeza no le llevó a Dios. Pedro, en cambio, sabía que había hecho lo malo, tuvo sentimientos de culpa y tristeza, pero, a diferencia de Judas, ¡Pedro volvió a Jesús! ii. El arrepentimiento verdadero desea la reconciliación con Dios. El arrepentimiento de Pedro fue autentico porque decidió buscar el perdón, la purificación y la restauración. El arrepentimiento verdadero es mas que estar triste por haber pecado. Si es la clase de arrepentimiento que la Biblia pide, lleva a la reconciliación porque realmente le preocupa la relación con Dios (Salmo 51:10-11). Dicho de otra manera, el arrepentimiento verdadero incluye la clase de tristeza “correcta”—tristeza por haber hecho algo que no agrada a Dios, no solamente por las consecuencias del pecado. 1. Volvemos una vez más al ejemplo del sofá. Voy a la habitación y le digo a mi esposa: “lo siento por lo que he hecho, era malo. Quiero arreglar las cosas entre nosotros, quiero estar bien contigo, ¿me perdonas?” Si lo que digo es sincero, no estoy motivado por la falta de comodidad en el sofá, sino por un deseo de estar bien con mi mujer de nuevo, entonces me arrepiento verdaderamente. Església Evangèlica de Vilassar de Mar Doctrina bíblica 18: La conversión 2ª parte—el arrepentimiento 3 Matt Leighton d. Resumen: El arrepentimiento autentico es saber que has hecho lo malo, es tener tristeza por haber ofendido a Dios por tu pecado (no solamente por las consecuencias), y un deseo de tener la relación con Dios restaurada. i. Punto de aclaración: No confundamos el arrepentimiento con sus frutos. Como la fe, el arrepentimiento es una actitud interior que se manifiesta exteriormente por sus frutos. Conlleva un deseo o un propósito de obedecer (si realmente odias tu pecado, no querrás continuar en ello), pero no es lo mismo que la confesión, la restitución, etc. Estas cosas vienen como consecuencias del arrepentimiento verdadero (Hechos 26:20). 3.) La necesidad de arrepentirnos. Volvemos a la pregunta que hice al principio: ¿Somos justificados por la fe sola? ¡Sí! (Rom 3:28) ¿Es necesario el arrepentimiento para la salvación? ¡Sí! (Lucas 13:5) ¿Cómo puede la justificación ser por medio de la fe sola, y a la vez el arrepentimiento ser necesario? Hemos de reconocer que estas actitudes humanas sostienen relaciones diferentes respecto a la justificación. a. La fe es el único instrumento de la justificación. Ninguna otra actitud sostiene esta relación instrumental con la justificación. Lo único que depende de y descansa en Cristo para la salvación es la fe. Solamente por medio de la fe nos fluyen las bendiciones de la salvación (Ef 2:8,9 – “por medio de”). i. La única base de la justificación es Cristo, el único instrumento que nos conecta a él es la fe. ¿Por qué? Porque solamente la fe dice: “Dios, no tengo nada para darte, necesito que tu me salves. Dependo totalmente en la provisión de Cristo. Confío que él es suficiente para mi salvación.” b. El arrepentimiento, en cambio, no es ni la base de nuestra aceptación con Dios (no te da merito, no te hace merecer la salvación), ni tampoco es un instrumento para conseguirla (la Biblia no dice que somos justificados por medio del arrepentimiento). No obstante, es necesario. ¿En que sentido? i. El arrepentimiento es una evidencia necesaria de la presencia de fe en la vida de un creyente. Si realmente crees, te arrepentirás. Si no te arrepientes, no crees de verdad, y no estás salvo. Otra manera de decir lo mismo es los siguiente: la justificación es solamente por la fe, sin embargo, no por una fe que está sola. La fe verdadera siempre va acompañada con evidencias, entre ellas el arrepentimiento. ii. ¿Qué tipo de fe podría tener una persona que no está triste por haber ofendido a Dios? ¿Qué tipo de fe podría tener una persona que no busca la reconciliación con Dios? ¿Qué tipo de fe podría tener una persona que no desea dejar atrás el pecado? Una fe falsa, una profesión de fe vacía. No sería más que un “seguro de incendios”, es decir, alguna red de seguridad para evitar el infierno. Una fe verdadera, en cambio, irá siempre acompañada por el arrepentimiento porque desea la buena relación con Dios, no solamente desea evitar las malas consecuencias del pecado. 4.) La relación entre la fe y el arrepentimiento (Hechos 20:21). Esto nos lleva a otra pregunta interesante. ¿Qué viene primero, la fe o el arrepentimiento? Por un lado he dicho que el arrepentimiento es un fruto de la fe, como algo posterior a ella. Sin embargo, parece ser imposible confiar en Cristo para la salvación sin haber dado la vuelta primero, dejando atrás el pecado. ¿Tal vez viene el arrepentimiento primero? ¿Cuál es la relación entre ellos? Tres opciones: Església Evangèlica de Vilassar de Mar Doctrina bíblica 18: La conversión 2ª parte—el arrepentimiento 4 Matt Leighton a. El arrepentimiento precede la fe. Muchos dicen que tienes que arrepentirte antes de poder creer. Tienes que estar convencido de tu pecado, tienes que estar triste por ello antes, porque si no, no buscarías nunca el perdón que hay en Cristo. La ley revela y expone tu pecado, y a partir de allí te sientes la necesidad de creer el evangelio. La teología luterana suele hablar en estos términos. b. El arrepentimiento viene después de la fe como un fruto. No hay nada entre el pecador y Cristo, nada que el pecador tenga que hacer antes de acudir a Cristo para recibir el perdón. La fe es seguida por las obras, incluyendo obras de arrepentimiento. Por lo tanto, el arrepentimiento es un fruto de la fe, fluye de una vida de fe. Esta postura se encuentra en algunas presentaciones reformadas. c. Son simultáneos. No puedes proponer ningún orden entre los dos, porque el primer acto de fe implica algo de arrepentimiento. Crees en Cristo porque estás arrepentido por tu pecado y quieres ser perdonado y restaurado. Sin embargo, el arrepentimiento tampoco es anterior. Te arrepientes porque crees en la misericordia y bondad de Dios—no puedes arrepentirte antes—no puedes volver a Dios si no dependes de su misericordia. No puedes tener el uno sin el otro. No hay un momento en la vida del creyente cuando la fe exista sin el arrepentimiento, ni visa versa. ¡Son como dos lados de la misma moneda! i. Una frase que resume esta cuestión es la siguiente: la fe que salva es penitente, el arrepentimiento bíblico es creyente. d. ¿En qué quedamos? La primera opción parece lógica a primera vista, pero no satisface porque interpone algo entre el pecador y Cristo, a saber, el arrepentimiento. Personalmente pienso que hay elementos de verdad tanto en el 2 como en el 3, y se tiene que sostener las posturas dos juntas. El 2 es importante porque la fe es la única actitud pasiva que mira completamente fuera de si hacia otro, y en este sentido es el único receptor de la gracia de Dios (vamos con la mano vacía para recibir). Ni nuestra obediencia ni el deseo de obedecer (parte del arrepentimiento) tienen lugar en la recepción de las promesas de Dios. Son posteriores, cosas que brotan de la nueva vida. No obstante, no debemos decir que haya un momento cuando una persona puede tener fe sin arrepentimiento. Es paradójico, pero hemos de afirmar que la fe y el arrepentimiento están ligados de forma inseparable, y a la vez mantener la prioridad de la fe en cuanto a la recepción de las bendiciones de Cristo. 5.) Conclusión y aplicación: a. ¿Has arrepentido? El arrepentimiento es necesario para la salvación como una evidencia de la fe (la fe verdadera produce el arrepentimiento verdadero). i. Esta verdad se tiene que recuperar hoy en día. Hay mucha gente en las iglesias que no tienen una conciencia profunda de su pecado, no tienen una tristeza piadosa, no han vuelto a Dios buscando el perdón. ¡Hay mucha gente en las iglesias que no esta arrepentida! ¿Por qué? 1. Esta claro que depende al final en la voluntad de Dios y su obra sobrenatural de la regeneración. Si hace falta ser nacido de nuevo para ver el reino de Dios, hace falta esta misma iniciativa para poder arrepentirse. Hace falta que Dios cambie los corazones de las personas, dándoles odio de su pecado y amor para Él. Tanto la fe como el arrepentimiento son dones (Ef 2:8; Hch 11:18). 2. Sin embargo, Dios usa medios, y espera fidelidad en la predicación de su Palabra. Església Evangèlica de Vilassar de Mar Doctrina bíblica 18: La conversión 2ª parte—el arrepentimiento 5 Matt Leighton a. ¿Has escuchado muchos sermones sobre el arrepentimiento? Supongo que algunos predicadores no quieren liar sus oyentes. Quieren enfatizar la gracia de Dios en la salvación, y temen que si predican sobre el arrepentimiento no entenderán y les será una tentación de intentar ganar merito delante de Dios. El resultado final son mas personas que “hacen una decisión para Cristo” en algún momento de sus vidas sin tener el propósito firme de dejar su vieja manera de vivir. b. Otro tema relacionado: el pecado es un tema que muchos predicadores cotidianos no quieran enfatizar mucho. Y si no recibe el énfasis necesario en la predicación cristiana, los oyentes no sientan la necesidad de arrepentirse. Tenemos que recordar que las buenas noticias no son buenas si no entendemos las malas noticias primero. Es necesario que un medico diga a su paciente que tiene cáncer antes de recetar la quimioterapia. Hay que conocer la enfermedad antes de aceptar el remedio. ii. Tu personalmente, ¿te has arrepentido? 1. ¿Has sentido tristeza por tu pecado? Si no, seguramente lo que buscas es eliminar las consecuencias de tu mal actuar, no la restauración de una relación personal. No te has dado cuenta de la realidad y el significado de tu pecado. 2. ¿Has decidido dejar atrás la vida del pecado para caminar con Dios? Si no deseas dejar atrás tu vida de desobediencia, no has vuelto a Dios ni confías en Cristo. Tal vez querrás intentar conseguir la ayuda de Dios para seguir adelante con tus planes, pero en realidad si no deseas dejar el pecado es porque todavía lo amas, y no amas a Dios. b. ¿Estas arrepentido? El arrepentimiento no es una cosa puntual. De la misma manera que tenemos que perseverar en nuestra fe, tenemos que continuamente arrepentirnos del pecado que continuamente cometemos. La fe y el arrepentimiento son “gracias” gemelas. No puedes tener el uno sin el otro. El que vence es el que continua confiando en el salvador. Tal persona a la vez reconoce su necesidad constante para el perdón, no deja de arrepentirse.