Estudio José Restrepo Jaramillo dic

Transcripción

Estudio José Restrepo Jaramillo dic
José Restrepo Jaramillo, agua de la cordillera
Alejandro Pineda Rincón
Y yo, ante la avidez de este hombre febrático y sediento, que sólo halló en el mundo
abierta la puerta diminuta del agua de la cima de la andina cordillera, me he sentido
conturbado y he querido llorar cuando un trío de gotas, de fiebres y de horas sacudió
el dolorido cuerpo crístico de Bruno, de este hombre que tan fácilmente pudo ser.
José Restrepo Jaramillo1
Sobre el título de este trabajo
El agua es omnipresente en la obra de José Restrepo Jaramillo. No solo es un
elemento esencial de su paisaje, sino que además es fuente de vida, alimento espiritual y
escenario de desesperación y muerte. En ocasiones, representa el destino último de
personajes arrastrados por el influjo arcano y secreto del océano; el infierno para los
náufragos; la salvación para los piadosos o alimento que vivifica como, por ejemplo, para
Bruno Calero, personaje del cuento que inspira este título, a quien “el espíritu del agua le
reanima los huesos, se los junta y vivifica […]” (Restrepo, 1980: 404). El agua, en los
relatos de Restrepo, toma la forma del aguacero que corre por el valle, por el cañón y las
montañas que evocan la tierra natal; toma la forma del río como paisaje y del río como
camino de viajes de personajes; toma la forma del mar y de un océano que devora al
náufrago. También, por supuesto, toma la forma del alimento del espíritu que apacigua la
sed de los desesperados.
Así es la obra de José Restrepo Jaramillo, como el espíritu del agua que primero se
manifestó entre “las piedras y los musgos”, para luego descender de la montaña como “gota
Restrepo Jaramillo, José. (1980). Agua para Bruno Calero. En: Restrepo Jaramillo, José, Obras
completas. Medellín: Editorial Bedout. p. 405
1
saltarina” para legar una obra que refresca la literatura antioqueña y que hoy bebemos como
alimento del espíritu literario.
1896
La fecha de nacimiento de José Restrepo Jaramillo no es, en este caso, un mero dato
biográfico, es un punto de referencia que nos lleva a pensar a este autor inscrito dentro de
un contexto que favoreció la aparición de una generación de hombres de letras jericoanos
destacados por la elaboración de sus obras y por la admiración que despertaron entre sus
lectores. En este caso, sus años coinciden con los de los hermanos Prieto Arango, J.B.
Jaramillo Meza, y los demás miembros de la Gruta Bohemia donde emergieron semanarios,
escritores y artistas. Su educación en lengua y literatura estuvo regida por la rigurosa
enseñanza de éstas a finales del XIX y principios del XX.
José adquirió sus primeros conocimientos literarios en el Colegio de los Hermanos
Cristianos, allí tuvo la oportunidad de plantearse problemas de estilo, de orden y de
estructura narrativa. Valga decir que su obra es un reflejo de la constante problematización
de estos temas, y una obra como La novela de los tres es un ejemplo de esa actitud
renovadora frente a la literatura.
Fue afortunado en cuanto a maestros y compañeros de oficio. En Medellín conoce a
Adel López y juntos asisten a la tertulia de María Cano, y a la del Café Madrid. Además,
por intermedio de Adel conoce a Tomás Carrasquilla, quien ejercerá una importante
influencia sobre su obra y su persona por lo menos hasta el relato Roque. Pero, cuál sería su
determinación que incluso de Carrasquilla toma distancia:
Bien sé que al maestro Carrasquilla, ferviente abanderado del regionalismo en
la novela, no está de acuerdo con esto. Así lo sé y así me lo han dicho algunos
de sus incondicionales admiradores. Pero yo que lo admiro quizá más que éstos,
he resuelto salir del camino del maestro y andar mi propia y honrada senda.2
En Bogotá encuentra un lugar entre “Los Nuevos”, generación de renovadores
de las letras colombianas, donde la compañía de León y Otto de Greiff, Jorge
Zalamea y Rafael Maya encauzan con libertad y absoluta conciencia su labor
artística. Aunque debe destacarse que su obra no pertenece completamente a ninguna
de estas generaciones, sino que más bien, toma elementos de cada uno de ellas y
suma discursos para elaborar una muy particular visión de su literatura.
Sus publicaciones
Su obra aparece a partir de 1922. La mayoría de sus relatos se encuentran en
diferentes revistas literarias y culturales de Medellín, Barranquilla, Bogotá y Cartagena. El
semanario Sábado, el diario El espectador, el periódico El Tiempo, la revista El gráfico, la
revista El bodegón y la revista Claridad albergan el mayor número de sus publicaciones. El
veintiséis es un año inolvidable para José Restrepo. En Bogotá, Germán Arciniegas publica
en su Editorial Colombia, el ya mencionado “novelín” Roque, que ganó la admiración del
maestro Carrasquilla. A partir de allí, desde finales de 1925, se dedica a escribir una serie
de relatos que aparecerán publicados bajo el título Novela de los tres y varios cuentos, obra
que causó gran polémica y su distanciamiento con el mismísimo Tomás Carrasquilla. El
resto del año de 1926 se dedica a escribir una serie de relatos que aparecen publicados en su
gran mayoría en el periódico El Espectador, algunos de ellos de temáticas sombrías, otro
sobre la mente del criminal, y otro sobre el recuerdo de la infancia. De 1930 a 1931 será
Restrepo Jaramillo, J. (1926). Figuras intelectuales de hoy. (R. Vásquez, Entrevistador). En: EL
Gráfico, No 802.
2
uno de sus años más prolíficos. Escribe una novela que permanece inédita, salvo un
capitulo que publica con el título de Gilberto: novela en la revista Claridad en 1930,
además cuatro relatos, una semblanza poética sobre Tomás Carrasquilla y termina el año
con la escritura de David, hijo de Palestina que se publica en Medellín en 1931 a cargo de
la Imprenta de F. Alfaro Ibagon. En 1939 la imprenta oficial de Medellín publica su libro 20
cuentos de José Restrepo Jaramillo. Una tercera novela, Dinero para los peces, la publica
Darío Achury Valenzuela cuando dirigía la Biblioteca Popular de Cultura Colombiana en
1945. En 1976, entre febrero y octubre, El Colombiano publica cinco relatos del escritor de
Jericó. En 1980 el IDEA patrocina la edición de sus obras completas, la cual no recoge
completamente su obra literaria, ni mucho menos, su trabajo periodístico. Su obra dejó de
publicarse en 1984, cuando apareció su novela Ventarrón, publicada por la Colección de
Autores Antioqueños, donde además aparece una entrevista que le concedió a Darío Pérez
de EL Tiempo en 1926, y una nota biográfica escrita por Eduardo Pachón Padilla.
En general, su obra carece de prólogos, de notas introductorias, o de algún tipo de
edición crítica que oriente o contextualice a los lectores de José Restrepo Jaramillo. La
edición de la Novela de los tres es descuidada, hay errores orto-tipográficos y el índice está
incompleto, claro que no sobra decir que la labor de la Editorial Colombia es una empresa
enorme dadas las dificultades que atraviesa una editorial sin ningún apoyo estatal o
particular y debido al hecho de que las ediciones se hacían prácticamente de bolsillo de
Germán Arciniegas, a quién solo le debemos una enorme gratitud por la nobleza y el interés
de su gesto. En el Fondo José Restrepo Jaramillo de la Sala Antioquia de la Biblioteca
Pública Piloto, se encuentran mecanuscritos de relatos suyos del tiempo de su estadía en
Colón, Panamá, cuando oficiaba como cónsul de Colombia, algunos fechados entre 1942 y
1945, otros sin fecha, pero suponemos, por las huellas y las marcas en el papel, del mismo
periodo. De estos, en buenas condiciones hay aproximadamente quince relatos. El proyecto
de la Sala Antioquia es digitalizar estos archivos para protegerlos del deterioro y acercarlos
a un número mayor de lectores interesados en la obra de José. En el Centro de Historia de
Jericó hay un folder con artículos periodísticos escritos por José, algunos de ellos
colaboraciones suyas desde Europa, y de otros autores acerca de su obra. El problema con
este archivo es que muy pocos de estos documentos tienen una adecuada nota editorial
sobre el lugar, la fecha y el medio de publicación.
Si bien las ediciones no han tenido la mejor suerte, se han dado esfuerzos por
rescatar y valorar la obra de este autor, como los trabajos de Jairo Morales Henao, quien
publica en 1990 José Restrepo Jaramillo: un devenir estético contra la retórica3 y organiza
una exposición documental de la vida y obra del autor con el fin de conmemorar un siglo de
su nacimiento en la Sala Mundo de la Biblioteca Pública Piloto en marzo de 1997. También
se encuentran acercamientos y notas de Mario Escobar Velásquez, José Manuel Escobar,
Álvaro Pineda Botero y Antonio Curcio Altamar.
El novelista moderno
Una de las preocupaciones más acuciantes de José Restrepo Jaramillo era la
profesionalización de su oficio de escritor; hasta ese momento, quienes se dedicaban a la
escritura literaria contaban con el poco tiempo que les permitían sus profesiones; primero
eran médicos, abogados, políticos y militares antes que personas dedicadas enteramente al
arte o a las letras. Para José Restrepo, solo el ejercicio constante4sobre la escritura es lo que
conduce la obra de un novel a la de un maestro; para Restrepo Jaramillo, en 19265, la
tradición literaria colombiana cuenta con algunas interesantes novelas aisladas, ninguna
como parte de un completo y continuo proyecto que defina al novelista de largo aliento,
dedicado exclusivamente a la tarea artística. Incluso ha habido algunos buenos “novelines”,
pero de tan corta extensión, dice Restrepo, que no dan ocasión para apreciar la capacidad
Morales Henao, Jairo. (1990). José Restrepo Jaramillo: un devenir estético contra la retórica.
Medellín: Editorial el Propio Bolsillo.
3
Restrepo Jaramillo, José. (1929). Una ojeada a la novela y al cuento colombiano. En: Sábado:
revista semanal. (Medellín). Vol. 5, No 124, May. p. 1777-1789
4
Entrevista en EL Gráfico. No 802. 1926. Rafael Vásquez. 84-85. Figuras intelectuales de hoy con
José Restrepo Jaramillo.
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“retentora y constructiva” de la obra literaria, incluso, continúa José, los personajes de la
novela se mueren en la décima o undécima página, indicación de la incapacidad de los
autores de crear su personaje, “de sostenerle la vida por todo el tiempo que se propuso, de
lograr la integridad moral y física como ocurre en la vida o como debe ocurrir en una
imaginación lógica y artística”6.
Su búsqueda estética se desarrolla en un contexto literario de intensa tensión entre el
Romanticismo, el Realismo y la influencia de la novela contemporánea europea. En medio
de todo esto se encuentra él con esta idea que tiene de la tradición literaria y cultural del
país y la manera en que estos han afectado la producción artística de su época.
A José se le ha llamado el padre de la novela sicológica en Colombia, no sin razón,
pero esto no lo define completamente. La psicología de sus personajes, el estudio de su
conducta, sus paisajes interiores, sus climas emocionales, las atmósferas cargadas de locura
o delirio hacen parte de un conjunto de instrumentos literarios y estéticos que juntos
componen su gran proyecto de renovación estética literaria. La conciencia de los personajes
y su autonomía con respecto al narrador es una idea sobre la multiplicidad de voces que
constituyen la novela; pero, además experimentó con las estructuras narrativas como en La
novela de los tres, una obra destacada por su atrevimiento de entre las creadas hasta ese
momento; trabajó intensamente sobre la naturalidad y la cadencia de los diálogos; depuró
su estilo con el fin de evitar los excesos retóricos o la ampulosidad de las frases y
oraciones; evitó el lugar común a toda costa; entendió que la única manera de hacer
literatura era la entrega absoluta a ésta. Aun así tuvo que dividir su tiempo entre la vida de
funcionario público y su oficio de escritor.
6
Restrepo Jaramillo, José. (24 de ocutubre de 1926). Una hora con José Restepo Jaramillo. (D.
Pérez, Entrevistador), En: El Tiempo
En un artículo suyo publicado en Sábado en 19297 titulado “Una ojeada a la novela
y al cuento colombiano”, puede verse, a la vez que una valoración de la literatura del país,
una idea implícita sobre los principios que rigen su propia obra literaria. Su valoración
empieza en María de Jorge Isaacs, prototipo de las novelas del romanticismo, “hechas
todas a base de crepúsculos, rayos de luna y lágrimas de penas y amor”8; sobre Pax y Entre
primos escribe José que “cumplieron con la misión de entretener a algunos cuantos […]
lectores y volvieron al rincón de donde habían salido […]”.
En cambio, parte de los elementos que Restrepo Jaramillo considera relevantes para
el ejercicio de su oficio, se encuentran en un pasaje sobre Adel López Gómez a quién
conoce desde hace algunos años y con quien ha compartido en tertulias sus preocupaciones
literarias y el resultado de su tarea:
Adel conoce el espíritu justo y a veces extraño de las palabras, sus personajes
guardan siempre la vertical humana, sabe disponer bien los decorados de sus
obras y posee el don de los oportunos e inteligentes toques pasionales. De todo
ello ha usado hasta ahora para hacer variaciones de un mismo tipo, que es el
incorregible y el sentimental […] a veces busca los caminos del buen humor y
de sarcasmo de las leyes. Y por sus cuentos desfilan aterradoras y silenciosas
tragedias de jueces y magistrados, en los que el buen humor y el espinado
recuerdo dan admirables toques de ironía, que termina en lágrimas […]. (1929:
1778).
Podría preguntarse, entonces, con todos los caminos que recorre, qué es lo que tanto
busca José, cuál es finalmente esa gran pregunta que se plantea incesantemente. Frente al
alma humana José se ve al borde de un profundo y desconocido abismo,
Restrepo Jaramillo, José. (1929). Una ojeada a la novela y al cuento colombiano. En: Sábado:
revista semanal. (Medellín). Vol. 5, No 124, May. p. 1777-1789
7
8
Ibídem
[que] no se le ha encontrado fondo, y sí se ha visto que frente a vicios y
virtudes, tiempo y espacio distintos, reacciona, brilla o se apaga como un
racimo de caras enfocadas desde cuatro rincones. En Colombia y en toda
América debíamos recordar que de la sicología –muerto el verbalismo inútil –
se ve nacer la novela perfecta como nace el fruto del cadáver de la flor (1778).
Para José Restrepo, uno de los mayores logros de la novelística hispanoamericana es
La vorágine, admirada por el escritor de Jericó como la novela naturalista de mayor aliento
cuya gran repercusión tiene por causa el vasto y cruel escenario donde se desarrolla,
contrapuesto, en sus términos, al “reducido espacio aldeano donde viven y mueren las
criaturas del maestro Carrasquilla” (1779); sobre la vorágine, escribe:
La certera colocación poética frente al estallido de la selva logró la oportunidad
de dar a unos la visión terrible de aquella lucha del hombre contra la vida y la
muerte y […] la musical trabazón de poema, donde el espíritu se desenvuelve
con la bravura de las enredaderas en aquella poderosa vegetación.
La literatura en la literatura
La reflexión sobre la literatura es central dentro de sus propias narraciones. Cuando
no es un diálogo donde se pregunta por la pertinencia de escribir9 es un cuento sobre el
cuento que se está escribiendo, como “El cuento de la mañana”, también de 1926, donde un
hombre que regresa a casa tras una noche de bohemia se encuentra en su habitación con una
especie de fantasma; ambos sostienen una conversación hasta que son interrumpidos por un
hipotético lector que exclama “¿pero qué es todo esto?”, la respuesta del narrador es que
Restrepo Jaramillo, José. (1926). Anoche. En R. Jaramillo. Novela de los tres y varios cuentos p.
87-89. Bogotá: Ediciones Colombia.
9
todo esto es un cuento que se está escribiendo hoy para que el día de mañana pueda comer.
Todavía más, en tono de confidencia, el narrador de este cuento se declara amargado por la
incapacidad de darle un cierre a su narración. En otros cuentos existen personajes
extrañamente literarios, como aquel que escribía cartas de amor con su sangre cuando se le
acababan los astros nocturnos y las estrellas, hasta morir desangrado. El mismo narrador
interviene para decir “qué gesto más gastado”, haciendo una alusión crítica a la imagen
romántica que tanto desdeña. En “Psicopatía” de 1923 uno de los personajes sufre por la
falta de elocuencia de la carta que dejó un amigo suyo suicida, e influido de una manera un
tanto extraña por esa carta, también toma la decisión de suicidarse, pero cuidándose de
dejar esta vez una despedida literaria, su cabeza cae sobre una mesa llena de libros y estos
absorben la sangre del cadáver. En “Viaje de una noche de verano”, el personaje principal
recibe la invitación de Edgar Allan Poe para que hagan un viaje por el mundo, pagado por
el mismo Poe, poseedor de un tesoro inconmensurable.
Finalmente, es en La Novela de los tres donde se juega con la literatura a un nivel en
el cual es difícil, para el lector, no sentirse completamente involucrado en un juego un tanto
desconcertante y sobre todo, cuestionado por las consideraciones formales e ideológicas
que subyacen a la obra de José Restrepo. En este caso, se trata de una novela que cuenta la
manera cómo esa misma novela se está escribiendo. El título es completamente pertinente,
pues de hecho, es una novela hecha por tres personas, lo cual relativiza el papel del
narrador como propietario único de la obra narrativa. El relato se va desarrollando mientras
un joven escritor está interesado en un conocido suyo con el fin de convertirlo en personaje
de una obra literaria. Las notas que toma acerca de este personaje las guarda para
mostrárselas a un tercero, compañero suyo de habitación, quien oficiará como primer lector
y editor de la obra. Un día, este joven escritor encuentra sus notas llenas de comentarios y
correcciones lo que le genera un terrible disgusto. En un principio cree que se trata del
compañero de cuarto el que ha anotado su texto, pero finalmente se descubre que quien ha
hecho estas anotaciones es el mismo personaje, que parece haber saltado de su propia
narración hasta esa realidad para cambiar la dirección del relato; personaje y narrador
discuten acerca de la conveniencia de determinados pasajes y de la veracidad de algunos
datos; todavía más, la idea que queda después de este pasaje es que la novela que se acaba
de leer en realidad no existe, el texto nunca vuelve a retomar la narración con el fin de
seguir adelante con ella, se queda dando vueltas sobre las correcciones y tachaduras que se
le hicieron, como si el fin fuera, precisamente, una novela que se devora a sí misma, en un
claro lenguaje sobre la necesidad de superar las ideas convencionales que rigen la
linealidad de las narraciones.
Las temáticas
Además de la literatura, la música, y sobre todo la música clásica, tendrán un lugar
en la obra de José. Un relato suyo se abre “Escuchando la pasión de San Mateo”. En otro, la
música es la imagen perfecta de cómo una idea se queda en la cabeza como una tonada; sin
ser autobiográfica las temáticas de la obra de Restrepo Jaramillo son alimentadas por su
experiencia de vida. También escribió sobre lo que más cerca vivió que es sobre las
vicisitudes y los dramas económicos del funcionario público, quien ha entregado su vida a
un trabajo que no corresponde ni recompensa el esfuerzo y la dedicación. Uno de los
primeros que escribe sobre la vida de los funcionarios es “Otro de tantos”, que relata la vida
de un joven campesino que llega desde un pueblo en el Suroeste antioqueño a la ciudad,
donde luego de mucho intrigar con políticos, es nombrado en un cargo oficial. En un
principio todo marcha muy bien, pero lo que él no sabe es que su prosperidad depende
exclusivamente de los vaivenes políticos y no de su capacidad de trabajo, lo cual ocasiona
su despedido y su posterior decadencia. En otros casos, el funcionario que para sobrevivir
entrega su alma al usurero se despide de la felicidad, la tranquilidad y la armonía de su
vida. En “Bajo el signo fatal” recorre el descenso escalón por escalón de un empleado
público que ocupó los más altos cargos en el gobierno, hasta llegar a ser un viejo olvidado e
invisible portero de la gobernación. Pero es en “Buenas recomendaciones” cuando hace
gala de su más fino humor, y logra crear un personaje que colecciona en un álbum de
recortes todas las recomendaciones que le han dado en diferentes dependencias oficiales,
con lo que finalmente no se puede saber a ciencia cierta si el funcionario sale en busca de
trabajo o de otra recomendación para coleccionarla entre las muchas que tiene ahora.
Otro de los temas centrales de la obra de José Restrepo son los viajes, los
irrealizables, los recorridos fantásticos, los viajes por los paisajes colombianos y
antioqueños y, especialmente, el viaje del campo a la ciudad. De allí que la obra central de
su producción con respecto a esta temática sea David, hijo de Palestina, en la cual huir del
pueblo que lo asfixia con la mezquindad de sus aspiraciones sea el imperativo que impulsa
y desencadena esta narración. También en Dinero para los peces el personaje principal
acaba de llegar desde una región periférica panameña hasta Colón, puerto enclavado en la
boca del Canal de Panamá, lugar descrito como multitudinario y cosmopolita, y donde se
espera que las aspiraciones del personaje puedan realizarse. En Ventarrón se asiste al viaje
del personaje principal por todo Colombia en busca del hombre que afrentó a su madre.
También “Sabas Pocahontas”, un “desenfadado” atraviesa las cordilleras, dejando a su paso
bambucos, hijos y anécdotas. Entre los relatos más representativos sobre esta temática está
“Viaje de una noche de verano”, uno de los más bellos cuentos de José, una historia en la
que el personaje principal está sentado en el Café la Estrella tomando cerveza pensando
frustrado en su deseo de recorrer el mundo, cuando se sumerge en una fantasía que lo lleva
a viajar en tren y en barco por los lugares de sus ensueños, pero con tan mala fortuna, que
cuando está esperando para abordar el barco que lo llevará a su destino final, es despertado
de su ensueño para que abandone el lugar.
Sin embargo, José no escribía solo para recrear “sus viajes del alma”, también hacía
crítica a las injusticias sociales y del uso del poder que no conlleve a la democratización de
los recursos. Detesta a los usureros y a los tacaños, la mezquindad de los gerentes y de las
multinacionales y las intrigas políticas que dan y quitan injustamente. Pero, aunque el foco
de las narraciones sean los desposeídos, estos no serán rescatados por el autor, seguirán un
curso fatal o vivirán en la oscuridad desprovistos de dios.
En otras temáticas aparecen los paisajes de su niñez, esas montañas vividas y
brillantes, sus árboles favoritos, las mascotas más queridas, las familias del campo y de los
pueblos, y sobre todo las madres siempre aconsejando, siempre esperando y aguardando
por el hijo; las estaciones de sus recorridos, siempre en bares, rodeado de multitudes; las
ciudades de sus destinos y el agua de la cordillera, el agua de la cordillera, el agua de la
cordillera.

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