El ciberperiodismo y los géneros

Transcripción

El ciberperiodismo y los géneros
El ciberperiodismo y la reconfiguración de los géneros en función del hipertexto
0. ESTADO DE LA CUESTIÓN
Lejos de la mitología que inicialmente le caracterizó como mero fenómeno tecnológico, la
World Wide Web se ha coronado como un terreno fértil para la información y la
comunicación, gracias a las diferentes perspectivas y enfoques disciplinarios encargados de
evidenciar las promesas de este entorno virtual, metáfora y metonimia de internet. En este
contexto se enmarcan los progresos experimentados por el Periodismo desde que se situara
a mediados de los noventa en la Web.
Por aquel entonces, los medios de comunicación lanzaban sus primeras ediciones en red,
iniciando un camino sin retorno hacia una realidad tecnológica que ha modificado sus
múltiples facetas. Ya en nuestros días, tras algo más de una década de presencia en el
ciberespacio, la conmoción de este encuentro con el nuevo entorno parece más que
asumida, a la vista del avance cuantitativo y cualitativo experimentado por los cibermedios
españoles 1 . Estos no han alcanzado aún su definitiva madurez, si bien han comenzado a
perfilar una idiosincrasia distintiva respecto de las estructuras precedentes. El empleo del
sistema hipertextual en el discurso no sólo ha resultado ser uno de los primeros rasgos
diferenciadores, sino también uno de los más revolucionarios. El estudio de este uso parece,
por tanto, más que justificado.
La potencialidad advertida en todos estos cambios ha supuesto una auténtica convulsión en
la disciplina, un verdadero acicate para dinamizar el estudio del periodismo. De esta forma,
una vez que el coriáceo paradigma periodístico abanderado por los medios convencionales
(prensa, radio y televisión) ha visto remover sus cimientos, toca avanzar hacia un nuevo
paradigma. Para ello es necesario continuar dando pasos en un camino abonado que
reclama enfoques específicos y presupuestos compartidos en torno a cuáles son las
preguntas relevantes que conviene formular a la nueva realidad periodística que
experimentan los medios.
Así, en respuesta a esta retórica particular que el ciberperiodismo viene desarrollando
desde hace algunos años, han surgido nuevos temas y ámbitos de estudio, muy diferentes y
con características particulares que los diferencian de los asuntos habituales de
investigación en la disciplina. Asimismo, el “nuevo paradigma” que algunos estudiosos
vienen anunciando afectaría directamente a objetos de estudio tradicionales en el
Periodismo. El propósito de estas líneas se dirige precisamente a reflexionar sobre esta
última tendencia de la mano de los géneros y de la rama que se encarga de su estudio, la
Redacción Periodística, por ser este uno de los temas nucleares de su ámbito profesional y
académico. Según esto, el ciberperiodismo ha superado su estado embrionario y aunque
aún no ha alcanzado su definitiva madurez, la evolución demostrada demanda análisis más
1
Este constante desarrollo de los cibermedios ha sido profusamente analizado por la teoría académica de los
últimos años. Precisamente, desde una perspectiva preferentemente empírica, encontramos una de las últimas
aproximaciones a este fenómeno en la investigación encargada del estudio de los cibermedios editados en el
territorio español, llevada a cabo por dieciséis investigadores de cuatro universidades (Universidad de Navarra,
Universidad de Málaga, Universidad de Santiago de Compostela y Universidad del País Vasco), participantes en el
proyecto financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia sobre “El Impacto de internet en los Medios de
Comunicación en España” (2002/2005). Los resultados de este completo estudio vieron la luz en noviembre de
2005, con la publicación del libro de SALAVERRÍA ALIAGA, Ramón (coord.) (2005): Cibermedios. El impacto de
Internet en los medios de comunicación en España. Sevilla: Comunicación Social.
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Ainara Larrondo Ureta (Universidad del País Vasco - UPV/EHU)
profundos. Entre otros motivos, por la importancia de los géneros dentro de la disciplina
actual y su enseñanza, en un momento en el que la academia se afana en crear teoría a
partir de la observancia de las nuevas especies, sus características estilísticas y retóricas.
En síntesis, los cambios que la técnica hipertextual introduce en la esencia del texto
periodístico nos obligan a entender la redacción y los géneros en internet no sólo como un
mero repertorio de técnicas y prácticas expresivas en función del hipertexto −a la manera
de un mero “saber aplicado” −tal y como ha ocurrido tradicionalmente con la Redacción
Periodística− sino también como un “saber teórico” necesario para una eficaz explotación
expresiva y retórica del texto.
De ello deducimos que no se trata de una cuestión formal que se resuelve en unas normas
determinadas; el aprendizaje y la práctica del hipertexto por parte de los estudiantes
requiere una asimilación retórica de su discurso, aprender cómo funciona para conocer los
procesos empíricos de su interpretación por parte de los receptores. La aplicación de la
escritura ciberperiodística a través de los géneros no debería fundamentarse en el knowhow, ni en definiciones normativas que relegan a un segundo plano su conceptualización
más teórica. Así, más que como mero newswriting, la redacción periodística en internet
debe ser transmitida desde perspectivas renovadas que promuevan la enseñanza de los
géneros en Red a partir de un sistema en el que los estilos y los géneros sean contemplados
a la luz de la retórica hipertextual. De ser así, ello vendría a señalar una verdadera
oportunidad de asentar la preceptiva redaccional en postulados teóricos firmes, amparados
en la investigación empírica y guiados por un interés profesional.
Periodismo
Géneros/
modalidades textuales
Redacción Periodística
H
I
P
E
R
T
E
X
T
O
[Ciber]periodismo
[Ciber]géneros/
Modalidades [ciber]textuales
Redacción [ciber]periodística
El cambio del hipertexto sobre la base del texto periodístico ha acentuado la
insostenibilidad de las taxonomías tradicionales de los géneros periodísticos aplicadas a los
cibertextos, porque la complejidad de estos no se refleja en las propuestas taxonómicas
orientadas a la funcionalidad de los contenidos (informar, interpretar, opinar) y se
requieren otras orientadas a la funcionalidad de la estructura hipertextual de los discursos
periodísticos.
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El ciberperiodismo y la reconfiguración de los géneros en función del hipertexto
Este interés por el proceso de creación hipertextual, comparte y cumple uno de los
objetivos prioritarios que han presidido durante más de un cuarto de siglo el examen de los
modelos textuales del periodismo: conocer para qué sirven o qué función cumple estos
(hiper)textos, y de qué manera adquieren sentido para los usuarios. Se trata, en definitiva,
de plantear, a partir del enfoque lingüístico del hipertexto, un estudio del cibertexto
periodístico en sentido amplio, teniendo presente que éste funciona como un principio de
clasificación y reconocimiento que ayuda a situar, comparar y comprender los mensajes
que transmiten los cibermedios.
Con todo, se ha entendido que mientras se desarrolla la investigación ciberperiodística en
torno al lenguaje expresivo, los estilos, los géneros y las propuestas de sistematización
relativas al mensaje periodístico tradicional son válidas también para los cibermedios.
Dicha categorización se fundamenta en criterios como el estilo periodístico (informativo y
editorializante) y la actitud psicológica del periodista encargado de la elaboración del
texto (informar, interpretar u opinar). De la combinación de ambos surgen tres grandes
órdenes de géneros (informativos, interpretativos y de opinión) admitidos y reconocidos
por la teoría académica para su observación en el ciberperiodismo, ante la falta de un
marco de clasificación específico para éstas.
A la espera de esta tipificación discursiva particular, la terminología y sistemática
tradicional de las especies textuales ha sido trasladada a la nueva faceta de la disciplina y
la bibliografía didáctica sobre la materia publicada hasta la fecha recurre al modelo
taxonómico clásico de la prensa escrita, aunque reconoce que las características del medio
promueven una reconfiguración de los géneros. Así, estas sistematizaciones pretenden
reflejar la coexistencia de modalidades periodísticas tradicionales con géneros de marcado
carácter hipertextual y, cada vez más, multimedia e interactivo. Entre estas, destaca la
recogida en el Manual de Redacción Ciberperiodística (Barcelona: Ariel Comunicación,
2003), en el que encontramos una clasificación de los géneros ciberperiodísticos en cuatro
tipologías básicas −géneros informativos, interpretativos, dialógicos y argumentativos− a
las que se incorpora la infografía digital. Con ello, la emergente disciplina de la Redacción
Ciberperiodística asume el conocimiento del sistema tradicional de géneros, pero con la
perspectiva siempre presente de introducir cambios en el mismo de cara a establecer con
carácter descriptivo, más que normativo, una teoría de los géneros ciberperiodísticos.
Todo indica, por tanto, que son necesarios nuevos criterios de ordenación de los cibertextos periodísticos. Y eso es precisamente lo que se pretende desde la teoría
ciberperiodística en nuestros días. En palabras del profesor Javier Díaz Noci (2004: 21),
más que proponer un elenco de géneros que puedan considerarse inmutables, una
clasificación canónica y preceptiva al uso, es preferible discernir cuáles son los elementos
definitorios de los diferentes productos informativos que pueden hallarse en el
ciberespacio, y ver luego en cada caso cuáles son las características que cumplen y en qué
grado. Así, posteriormente, podremos establecer algunas tendencias generales para grupos
de cibertextos que nos den una clasificación, siempre abierta a posibles in corporaciones,
cambios y ajustes de los géneros ciberperiodísticos. Existen algunos estudios planteados en
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esta línea, centrados en el análisis de modalidades ciberperiodísticas concretas como la
noticia hipertextual, la infografía multimedia o el reportaje hipermedia (Larrondo, 2004).
1. HACIA LA REDACCIÓN CIBERPERIODÍSTICA
Tal y como se ha indicado líneas más arriba, el desarrollo del periodismo en internet ha
venido planteando un cambio de paradigma y éste se dejaría sentir de una manera muy
evidente en la diferente configuración de las unidades redaccionales ya conocidas,
obligando a reinventar los principios mismos que rigen el planteamiento tradicional de
estudio y transmisión docente de la Redacción y los géneros.
El conocimiento de los mecanismos expresivos que actúan en el proceso de elaboración de
los mensajes y la disquisición acerca de las habilidades redaccionales necesarias para su
eficaz manejo han sido tradicionalmente objeto de la Redacción Periodística. Desde que
comenzara a definirse de manera científica a finales de los años sesenta y toda la década
de los setenta, esta disciplina ha funcionado como uno de los principales paradigmas
orientadores del estudio y la docencia del periodismo en España y, dentro de ésta, el
análisis de los géneros se ha mantenido como una cuestión nuclear en la pedagogía del
ejercicio profesional. Aunque el paso de los años ha flexibilizado los planes docentes,
matizando la estructura académica y enriqueciendo ésta con nuevas asignaturas, la
Redacción continúa articulándose en torno a estos géneros, concebidos tradicionalmente
como un instrumento didáctico imprescindible para dar a conocer los distintos modos del
periodismo, su lenguaje y aplicación en los medios.
El estudio de los géneros clásicos se ha entendido como un elemento formativo de primer
orden, pues la manera más sencilla que hay de enseñar periodismo es dar a conocer unos
géneros útiles para los profesores que enseñan a escribir y para los estudiantes que
aprenden a hacerlo. Según esto, no resultaría demasiado arriesgado plantear que también
los géneros ciberperiodísticos resultan un recurso didáctico adecuado para la enseñanza
del periodismo en internet, de ahí la importancia de crear teoría y de promover su
consideración como materia docente en los planes de estudio actuales y en los futuros que
planea la reforma de Bolonia (Espacio Europeo de Educación Superior).
Esta observación de los géneros por su utilidad para el estudio del ciberperiodismo en la
Universidad y el aprendizaje de la futura profesión de los alumnos nos obliga a reconocer
igualmente que la contemplación de los géneros (ciber)periodísticos exige años y que el
nivel que consiga la enseñanza de su teoría puede ser un buen indicador del nivel científico
alcanzado por una Facultad.
Asimismo, conviene recordar que la importancia de los géneros va más allá de su validez
para categorizar los textos periodísticos en la teoría y en la práctica, pues todo el sistema
de géneros se asienta en una serie de valores que determinan al periodismo como profesión.
Aunque no es objetivo de estas líneas tratar este asunto, si nos parece reseñable que este
sistema y los presupuestos filosóficos sobre los que se asienta hayan sido cuestionados por
algunos autores, pues también parece que chocan algunos de estos criterios tradicionales
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El ciberperiodismo y la reconfiguración de los géneros en función del hipertexto
con los que se han comenzado tímidamente a perfilar para la ordenación de las
modalidades expresivas del ciberperiodismo.
Dicho de otro modo, la emergente disciplina de la Redacción Ciberperiodística encierra una
propuesta complementaria a la tipificación discursiva clásica de los géneros, amparada en
criterios y presupuestos conceptuales que parecen haber entrado en crisis en los últimos
años. Esta propuesta estaría más cercana a los presupuestos defendidos por aquellos que
defendieron para el aprendizaje de los modos de elaboración de los géneros tradicionales
una aproximación fuertemente teórica, basada en el conocimiento de las Teorías del
Lenguaje (Lingüística del Texto) y de la Retórica (Núñez Ladevéze, 1991; Casado y
Vilarnovo, 1989; Vilarnovo y Sánchez, 1994; López Pan y Sánchez, 1989; Martínez Vallvey,
2002; etc.)
Los nuevos rasgos que demuestran los mensajes en la Red han impulsado, como es sabido,
nuevos géneros y también la adaptación de otros ya conocidos que obligan a replantear las
categorías tradicionales o, en su caso, a establecer tipologías diferentes para los medios
impresos, audiovisuales y virtuales. Se ha ido gestando así un nuevo modo de composición
de los discursos periodísticos condicionado por la naturaleza digital del soporte, cuyo
manejo ha dado lugar a parámetros de escritura renovados que los periodistas han de
conocer.
La Universidad decidió hace ya más de tres décadas abordar en España una construcción
profesional de los periodistas que superaba la capacitación meramente práctica de estos,
considerando la importancia de conjugar los conocimientos más técnicos con otros de corte
más teórico. Atendiendo a su rol, también desde mediados de los noventa, ante la
necesidad de adecuar el perfil profesional del periodista a las demandas de un mercado
cada vez más complejo exigente, la Universidad promovió una capacitación instrumental
de los ciberperiodistas que, con el tiempo, se ha ido perfeccionando en otro tipo de
procesos formativos encaminados a la preparación teórica y práctica de los alumnos en
tareas más cercanas al ejercicio periodístico tradicional. Según esto, la llegada de los
cibermedios no habría alterado algunas de los requerimientos más significativos de la
profesión periodística, aunque sí estaría obligando a plantear cuáles son los conocimientos
que la enseñanza periodística ha de aportar al respecto para el dominio de la nueva
expresión a la que se enfrentan diariamente un buen número de profesionales para
elaborar y dar forma a sus mensajes.
Como decíamos, se trata de una cuestión de primer orden que, sin embargo, se encuentra
aún en fase de estudio e investigación. Ciertamente, la redacción en internet ha
comenzado a tomar carta de naturaleza iniciando un camino que todavía hoy se dirige,
empero, al encuentro de fórmulas aceptadas, pues como expresa el profesor Ramón
Salaverría (2005) “no dispone todavía de reglas fijas ni criterios consensuados”. De este
modo, existen hoy por hoy interrogantes inevitables a los que dar respuesta, entre otras
razones, porque las nuevas herramientas tecnológicas que trae la Red alteran el proceso
informativo en su globalidad, pero no el objetivo último de éste, que se conserva en lo
esencial. Así, resulta ciertamente significativo que un buen número de estudiosos haya
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Ainara Larrondo Ureta (Universidad del País Vasco - UPV/EHU)
comenzado a preguntarse ya sobre las nuevas estructuras prototípicas y las nuevas
modalidades (ciber)textuales a ellas ligadas.
2. DE LOS GÉNEROS PERIODÍSTICOS A LOS GÉNEROS CIBERPERIODÍSTOS
2.1. Origen y concepto básico de los géneros periodísticos
Del mismo modo que la Retórica clásica dispuso una clasificación de los géneros,
posteriormente la Literatura hizo lo propio planteando también sus especies textuales
particulares. Más adelante, será la preceptiva periodística la que formule la existencia de
distintos prototipos a partir del análisis de las unidades redaccionales que venían
publicándose en prensa escrita. Una aplicación en la que podemos observar los
precedentes provenientes del campo de la Literatura, a los que haremos mención en las
próximas líneas, al entender que de la misma manera que el tema del género ha planteado
cuestiones centrales en la historia y crítica literarias, también el asunto de las distintas
especies textuales ha resultado medular en la doctrina periodística.
Así, existe una herencia doctrinal de la teoría literaria en la elaboración de la teoría de los
géneros periodísticos y la tipificación de la práctica discursiva del periodismo encuentra su
origen en la de otras anteriores como la Literatura, de ahí que los géneros periodísticos
hayan sido comparados a los géneros literarios, y muchas de las premisas apuntadas para
estos últimos puedan ser aplicadas al caso de las especies particulares del periodismo.
Entre otros aspectos, el establecimiento del sistema de géneros en el Periodismo
encuentra muchas concomitancias con los procesos que han orientado esta construcción en
literatura. Asimismo, al igual que en estos estudios, también en el contexto teórico del
periodismo la actividad de las distintas modalidades textuales y su problemática está
presente como objeto de discusión, si bien en el Periodismo los géneros han conseguido
desasirse de la mala fama de las preceptivas, en tanto que no se cuestiona tanto su validez
como la idoneidad de las clasificaciones propuestas.
Desde la perspectiva del comparativismo periodístico literario, y reivindicando a Mijaíl
Bajtín y su concepto de “enunciado”, cabe centrarse en la idea de que tanto los géneros
periodísticos como los literarios son tipos relativamente estables de enunciados con una
naturaleza lingüística común, por lo que han de ser considerados variantes discursivas
susceptibles de ser examinadas mediante un mismo utillaje metodológico. No obstante, el
pensamiento periodístico no ha alcanzado en este terreno un desarrollo ni remotamente
comparable al conseguido en Literatura. De este modo, la teoría periodística de los
géneros ha sido deudora de las disciplinas lingüísticas y literarias, pero los trasvases de
éstas a aquélla han sido a menudo hechos deprisa y con escaso rigor (Chillón, 1999: 426).
El conocimiento del género se ha destinado, por tanto, a múltiples discursos, entre los que
se encuentra el del periodismo y del mismo modo que ésta se ha utilizado en el discurso de
la Literatura para establecer distinciones entre las obras literarias, también el género en el
periodismo sirve para diferenciar los productos que ofrecen los medios y brindar una
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El ciberperiodismo y la reconfiguración de los géneros en función del hipertexto
información añadida a la audiencia sobre los mensajes que le transmiten −según la idea de
Piglia (1995: 30) sobre el género como “marco” y “máquina” narrativa al mismo tiempo−.
A partir de esto, el género puede ser entendido como una categoría útil desde la que
acercarse al texto, por lo que cabe entender que representa un principio de clasificación y
de reconocimiento de los mismos que se deduce del análisis de sus contenidos. De esta
forma, como clasificación, los géneros nos ayudan a situar y comparar, pero también nos
ayudan a ver cómo está hecha una obra. Los géneros nos ayudan, por tanto, a
comprenderla.
Fundamentalmente, queremos subrayar su cualidad heterogénea 2 , pues se trata de una
categoría que admite diferentes clases, compleja y sometida a mutaciones, aunque
siempre permanece. Esta doble tensión encerrada en el concepto mismo de género ha sido
reconocida por Todorov (1988: 34), al revelar que todo texto forma parte de alguna
combinación ya existente y es, a la vez, una transformación de esa combinación: “¿De
dónde viene un género?. De otro género”.
Esta reflexión nos conduce directamente al complejo asunto de la evolución de los géneros,
para cuya explicación nos fijamos en lo expuesto por el francés Karl Canvat (1999), quien
propone definir cada género en base a diferentes componentes (socioinstitucionales,
enunciativos, receptivos, funcionales y textuales) dominantes. Esta jerarquía sirve para
asumir la transformación de los géneros a lo largo del tiempo, así como el surgimiento de
variantes individuales en la lógica de cada uno de estos, en tanto que la evolución histórica
de los géneros dependerá de un cambio de rasgo dominante. Evidentemente, esta
posibilidad de cambio en la ordenación de los géneros supone una de las cuestiones
medulares en torno a los géneros, tanto en Literatura como en Periodismo, donde participa
del discurso teórico y crítico sobre ambas disciplinas.
En este sentido, nos interesan también las aportaciones de Krauss (1971), autor que ha
defendido la historicidad de los géneros, la cual encierra tres principios fundamentales en
torno a estos. Tales principios nos han resultado ciertamente reveladores para apoyar
nuestras ideas sobre los géneros ciberperiodísticos: cada obra nueva cabe ser considerada
como un elemento nuevo de su género; los géneros se mezclan y se transforman
continuamente; los géneros tienen su destino, sometidos al cambio continuo de tiempos y
épocas.
En el periodismo, los géneros han sido caracterizados como modalidades lingüísticas con
propósito informativo, interpretativo u opinativo. Como una forma de actuar ante el lector
según una finalidad semántica y retórica, como formas de ordenar el trabajo profesional de
los periodistas y como pautas para el lector, tanto éticas como funcionales. En cualquier
caso, nos quedamos con la noción de género ofrecida por Jaime Barroso García (1996: 191),
autor que se ha dedicado a analizar en profundidad los géneros en televisión. Según sus
propias palabras, un género es un molde poético (retórico) que se configura mediante
ciertas marcas o estilemas y que es, a la vez, fijado y definido a lo largo de la historia y
2
Este carácter se acentúa en la noción bajtiniana de “género discursivo” (Bajtín, 1989). Nos interesa con el
objeto de señalar la variabilidad que el discurso hipertextual del ciberperiodismo puede introducir en los
géneros tradicionales y en su concepto. Esto es importante, si tenemos en cuenta que el ciberperiodismo está a
la espera de definir y distinguir sus propias especies con rigor científico.
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evolución del mismo sirviendo, además, de referencia voluntaria y consciente del autor.
Por tanto, el género se convierte en el horizonte del texto desde el cual se canaliza su
percepción (decodificación) predisponiendo la actitud del receptor. Por todo ello, continúa
este autor, presumiblemente, la más fecunda aproximación a la noción de género estaría
en la intersección de lo sintáctico, de lo semántico y lo pragmático.
2.2. Los géneros en la Redacción Periodística
La historia de la Redacción Periodística en España da buena cuenta de las fuentes
anglosajonas de las que bebió ésta desde sus inicios, así como de las reivindicaciones que
se han dado en el seno de la doctrina sobre sus orígenes retóricos y literarios, apoyadas por
aquellos que reclaman su enfoque multidisciplinar. Se trataría de la respuesta que ofrecen
quienes han observado importantes carencias en el paradigma de la Redacción Periodística
a lo largo de toda su tradición 3 , lo que cabría entenderse como una auténtica crisis sobre
la que está pendiente un debate constantemente promovido por estas posturas disidentes y
por el propio avance de periodismo.
Algunos autores han puesto el acento en el desconocimiento o escaso valor que la joven
disciplina redaccional española, influenciada por una tradición académica anglosajona
−cuyo cuerpo doctrinal en ningún caso se manifiesta expresamente continuador de la
tradición de la Retórica−. Se ha reconocido, en definitiva, cierta ignorancia tradicional
respecto a las viejas raíces de las fórmulas de estructuración externas e internas de los
textos periodísticos. Ello explicaría el interés que desde sus comienzos ha mostrado la
Redacción Periodística por enseñar a los estudiantes los mecanismos expresivos que actúan
en el proceso de elaboración de los escritos periodísticos y las habilidades redaccionales
necesarias para su eficaz manejo.
Los primeros manuales de redacción en España datan de la década de los cincuenta y
demuestran una gran influencia doctrinal anglosajona, de corte pragmático. Ya en los
sesenta, el profesor José Luis Martínez Albertos sienta la bases de la normativa sobre
géneros a través de su teoría de los géneros en tres grandes grupos (géneros informativos,
interpretativos y de opinión), la cual se ha mantenido hasta nuestros días.
Ya en los setenta, comienzan a desarrollarse los primeros enfoques interdisciplinarios de la
mano de quienes defendieron las posturas semióticas y sociológicas o las perspectivas
lingüísticas textuales. Concretamente, fue a partir de los setenta, cuando se promovió una
mayor preocupación por los aspectos teóricos relacionados con el análisis del mensaje
periodístico, de la mano de las nuevas perspectivas retóricas, lingüísticas, pragmáticas y
sociológicas de estudio redaccional que comienzan a desarrollarse por aquel entonces.
Desde esa fecha, la ciencia de la Redacción Periodística ha ido ofreciendo al Periodismo
3
Éstas derivarían del hecho de entender la redacción periodística preferentemente como un mero recetario de
técnicas y prácticas cerradas para la construcción de los textos periodísticos, no tanto como un método
descriptivo y analítico encaminado a entender el fundamento que rige la puesta en práctica de cada uno de
estos modos.
Algunas de estas carencias afectan directamente al problema de los géneros o, más
concretamente, a las dificultades del Periodismo para responder a los estilos y géneros cambiantes, así como al
surgimiento de nuevos estilos y géneros, como veremos en un epígrafe posterior dedicado a la crisis de su
paradigma categorial.
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El ciberperiodismo y la reconfiguración de los géneros en función del hipertexto
una base teórica clara y útil para avanzar en el conocimiento de la profesión que, hasta
entonces, había estado escorado fundamentalmente hacia la enseñanza práctica 4 .
En torno a este asunto, la academia también ha venido defendiendo recientemente la
necesidad de añadir nuevos enfoques a los estudios de redacción periodística y a su papel
como disciplina universitaria centrada en la enseñanza de los géneros; nuevos caminos para
la enseñanza del periodismo que se dirijan a un mayor conocimiento retórico y lingüísticotextual de los textos que se producen en los medios de comunicación, no sólo
argumentativos, sino también informativos.
Se trata de una corriente en la que se inserta la producción de los últimos años de
docentes que han apreciado en la práctica redaccional del periodismo propósitos y
funciones semejantes a aquellas que pretendía ordenar y regular, en orden a la eficacia, la
pedagogía de la vieja Retórica. Estos estudiosos de la Redacción Periodística han dirigido
preferentemente su atención a las diferentes vías dispuestas por la neorretórica desde
mediados del siglo XX para la reactivación de la Retórica. De ello se han ocupado
fundamentalmente las escuelas de Lieja (Grupo μ) (1982) y de Bruselas, con Perelman y
Olbrech-Tyteca (1958) como principales representantes. La contribución de la primera de
éstas orbita en torno a la Retórica estructuralista, una corriente que vincula la Retórica a
la Lingüística, la Semiótica y la Poética. Por su parte, Perelman y Olbrech-Tyteca
promueven la conocida como Nueva Retórica (Nouvelle Rethorique) o Teoría de la
Argumentación, una de las más destacadas tendencias responsables de la recuperación de
la tradición aristotélica y de la renovación de los planteamientos de la Retórica clásica.
Pero además de la Retórica de base estructuralista y la Nueva Retórica, existe una tercera
neorretórica como es la Retórica General Textual (Albaladejo, 1991: 39; Pozuelo, 1988:
182) propuesta por García Berrio (1984; 1994: 140 y ss.), vía que ha promovido la
reactivación de todas las operaciones retóricas, especialmente de la inventio y la
dispositio (García Berrio, 1984: 26-34; Pozuelo, 1988: 206-221).
Este enfoque interdisciplinar ha sido propuesto como método de encuentro entre teoría y
práctica en la enseñanza universitaria del periodista. Con ello pretende una fórmula válida
que permita encontrar la relación entre el examen, la representación y la práctica de una
actividad, un método que suponga una vía de conciliación entre la exigencia práctica y
teórica que conlleva la formación periodística. Se comprueba, por tanto, que la Redacción
Periodística ha venido admitiendo otras perspectivas “no exentas de tensiones teóricas
entre lingüistas, comunicólogos y sociólogos, filósofos y profesionales de la información”
(Casals, 2004: 478).
Todas estas posturas han tenido como consecuencia el cuestionamiento del sistema
tradicional de los géneros en tres grandes macrogéneros, por entender que se asienta sobre
presupuestos conceptuales que parecen haber entrado en crisis en los últimos años, siendo
además insuficiente para dar cabida a la variedad de modalidades textuales que se han ido
desarrollando. El desarrollo de las especies hipertextuales vendría a contribuir a este
cuestionamiento.
4
Se entiende así que sobre su corpus epistemológico siga planeando una dicotomía alternativa entre escuelas
profesionales y enseñanza crítica que no parece manifestarse con esa intensidad en otros estudios, como los de
Medicina y Derecho, por ejemplo (Casals, 2004: 473).
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Ainara Larrondo Ureta (Universidad del País Vasco - UPV/EHU)
3. EL HIPERTEXTO PERIODÍSTICO
La reflexión teórica sobre lo que se ha dado en llamar ‘hipertexto periodístico’ ha venido
dando sus frutos en forma de nuevas pautas de estructuración para los textos informativos.
De la misma manera que hemos visto que el Periodismo se sirvió de los aportes teóricos de
la Literatura para el desarrollo y conceptualización de su sistema de géneros, también el
ciberperiodismo se ha fijado en las propuestas teóricas que la Literatura –también la
Retórica, la semiótica y la Lingüística textual- han llevado a cabo en torno al hipertexto.
La teoría sobre hipertexto periodístico, base de una hipotética teoría sobre los géneros
ciberperiodísticos, dirige su mirada al hipertexto literario y otras disciplinas afines del
ámbito de las ciencias sociales.
En relación al estudio de las nuevas formas expresivas, quizás lo más destacable sea que el
ciberperiodismo aparece como una disciplina susceptible de aplicar la retórica. De hecho,
existen ya trabajos centrados en su aplicación para el hipertexto. Esta retórica capaz de
remozar los estudios de comunicación periodística ha sido entendida como una ciencia
preocupada no tanto por los aspectos formales del texto −a la manera de la Retórica
decimonónica−, sino como una técnica renovada, susceptible de ser aprovechada en la
disciplina para la consecución de textos y discursos eficaces. La retórica periodística actual,
la construcción del discurso periodístico, tiene sus raíces en la clásica, pero ahora la
ordenación de los contenidos, el ejercicio periodístico, tiene en el hipertexto una opción
para otra estructura de la información y para otra estrategia narrativa.
Derivado de ello, están ocurriendo profundas transformaciones en la disciplina que
permiten barruntar algunos cambios en la significación misma de la Redacción Periodística
como mero newswriting. Una consideración que habría favorecido tradicionalmente la
visión empirista del Periodismo, amparado en la búsqueda know-how y en definiciones
normativas que relegan a un segundo plano la escritura periodística y su conceptualización
más teórica. Por el contrario, los estudios de prospección sobre el nuevo fenómeno
periodístico realizados hasta la fecha dejan entrever una nueva oportunidad para recuperar
el protagonismo de los fundamentos teóricos de la disciplina, comenzando por sustentar las
bases de la escritura ciberperiodística en la retórica de los cibertextos, dependiente del
hipertexto y de su lógica particular.
La práctica del hipertexto requiere una asimilación retórica de su discurso, aprender cómo
funciona para conocer los procesos empíricos de su interpretación por parte de los
receptores. Entender este discurso particular es comprender su proceso de estructuración
y su función. En esta línea se enmarcan las investigaciones recomendadas y planteadas en
este trabajo desde una perspectiva totalmente renovada como la que desarrolla el
hipertexto. Éstas plantean una aproximación lingüística enfocada a su estudio como
superación del texto, al igual que los procedimientos teórico-metodológicos de las teorías
del texto (retórica, pragmática, lingüística, etc.) han sido aplicados al estudio de las
modalidades textuales tradicionales del periodismo 5 .
5
Esta perspectiva interdisciplinaria ha estado presente en el planteamiento docente e investigador de la
Redacción Periodística en España desde la década de los setenta, cuando se esgrimió para aportar un punto de
vista diferente y complementario del que venía priorizando la disciplina, amparándose en los presupuestos
10
El ciberperiodismo y la reconfiguración de los géneros en función del hipertexto
Se deduce, por tanto, la importancia de atender a los estudios tradicionales de Redacción
Periodística, sobre todo aquellos que se han escorado hacia su vertiente más teórica y
desde perspectivas renovadas en las que el estudio del hipertexto periodístico puede
encontrar su encaje. Nos referimos concretamente a la teoría que contempla los estilos y
los géneros a la luz de la retórica. Precisamente, por su aplicación en el conocimiento de
las estrategias que rigen la creación y composición de los textos, la Teoría del Texto ha
demostrado gran habilidad para rescatar la expresión retórica de la información
periodística 6 .
Partiendo de la consideración de que el hipertexto periodístico se sitúa en el punto de
partida de los cambios discursivos que dotan de una nueva dimensión al concepto de texto
periodístico, cabe entender que su análisis empírico demanda un método adecuado y
operativo. Éste debería servir para descubrir los procesos que rigen la construcción de las
modalidades textuales periodísticas en internet, su superestructura coherente, y cómo ésta,
armada mediante nodos de contenido y enlaces, consigue garantizar el cumplimiento de las
funciones básicas tradicionales de estas modalidades, su sentido y eficacia comunicativa.
A la medida de estos aspectos, conviene plantear procedimientos basados en la integración
de enfoques inductivos, dirigidos al análisis de las estructuras hipertextuales que presentan
actualmente los prototipos de los cibermedios, y deductivos, apoyados en la reflexión de
un modelo ideal de estructuración para internet. Por ello, diseñar métodos de observación
centrados en la funcionalidad del hipertexto como estructura organizativa de contenidos
parece ser lo más adecuado. A la hora de plantear estos estudios, conviene recordar
también que los modelos hipertextuales cuentan con una base teórica y formal que señala
cuáles son los elementos básicos a analizar dentro del sistema hipertextual que encierra
cada prototipo. Así, es posible focalizar el análisis en sus dimensiones simples, a partir de
dos categorías conceptuales de análisis como son la composición y la estructura del
hipertexto.
La composición hace referencia al nivel de uso de enlaces y nodos; representa un
parámetro evaluable del hipertexto a través del análisis cuantitativo y cualitativo de estos
elementos clásicos. El nodo ha sido definido como “toda parte informativa susceptible de
ser asociada mediante un enlace o vínculo” y el enlace como aquella “asociación creada
entre distintas partes de información”. El nodo, sea del tipo que sea −textual, sonoro,
visual, audiovisual o gráfico− representa una unidad de información que se muestra en la
pantalla al activar un enlace, mientras que éste es identificable a través de palabras,
positivistas y funcionalistas de influencia anglosajona. Entonces resultó una fórmula de encuentro entre teoría y
práctica susceptible de conciliar ambas exigencias y compensar el peso de la formación práctica en la enseñanza
universitaria del periodista, si bien este método de análisis discursivo no ha perdido actualidad ni eficacia, como
nos demuestran las investigaciones sobre hipertexto informativo de los últimos años. Con ello, se nos recuerda
también que el asunto de las modalidades textuales conserva intacta su vigencia e importancia en el contexto
teórico actual, tanto en el ámbito del ciberperiodismo, como en el tradicional del periodismo impreso, donde su
actividad y preceptiva están presentes como objeto de importantes debates e invectivas.
6
En este ámbito concreto, cabe dirigir la atención a obras fundacionales como Teoría del texto (Madrid: Cátedra,
1980), de Siegfried J. Schmidt, y especialmente a aquellas que se afanan en la aplicación de la Lingüística del
Texto a los estudios de periodismo. A este respecto destaca la extensa bibliografía Teun Van Dijk y, en España,
las obras de aquellos que han procurado un nuevo enfoque a la preceptiva redaccional como Luis Núñez
Ladevéze, Manuel Casado y Antonio Vilarnovo o Vilarnovo y José Francisco Sánchez.
11
Ainara Larrondo Ureta (Universidad del País Vasco - UPV/EHU)
grupos de palabras o iconos que, al ser pulsados, conducen a otro contenido diferente
(nodo). Gracias a esta capacidad para crear estructuras de nodos, los enlaces se convierten
en el núcleo fundamental de los sistemas hipertextuales.
En los trabajos del autor noruego Martin Engebretsen, de la Universidad de Adger, podemos
encontrar una verdadera aproximación empírica a la construcción del discurso periodístico
hipertextual o, mejor aún, del discurso informativo. Este investigador se ha preocupado
por las pautas que rigen la estructuración informativa hipertextual y en su trabajo de tesis
doctoral −Nyheten som hyperteskst. Tekstuelle aspekter ved møtet mellom en gammel
sjanger og ny teknologi (Oslo: Norwegian Academic Press, 2001)− desarrolla una teoría del
hipertexto sustentada en la teoría de la coherencia y la relevancia −“Hypernews and
coherence” (1999)−.
A torno a este asunto, en castellano contamos con la investigación llevada a cabo por Sonia
Pérez Marco en su tesis doctoral El concepto de hipertexto en el periodismo digital.
Análisis de la aplicación del hipertexto en la estructuración de las noticias en las ediciones
digitales
de
tres
periódicos
españoles
(www.elpais.es,
www.elmundo.es,
www.lavanguardia.es (Madrid: Universidad Complutense, 2004). Este trabajo pone de
manifiesto de qué manera los hipertextos en red reflejan otro esquema de elaborar las
noticias, de la misma manera que el investigador de la Universidad de Navarra Rafael Cores
(2004) ha empleado el término hipertexto en un sentido particular como infografía, género
de complejidad hiperestructural asimilable a la de algunas modalidades concretas de
reportaje estudiadas por quien escribe estas líneas.
Partiendo de la consideración de que el hipertexto periodístico se sitúa en el punto de
partida de los cambios discursivos que dotan de una nueva dimensión al concepto de texto
periodístico, cabe entender que su análisis empírico demanda un método adecuado y
operativo. Éste debería servir para descubrir los procesos que rigen la construcción de las
modalidades textuales periodísticas en internet, su superestructura coherente, y cómo ésta,
armada mediante nodos de contenido y enlaces, consigue garantizar el cumplimiento de las
funciones básicas tradicionales de estas modalidades, su sentido y eficacia comunicativa.
A la medida de estos aspectos, conviene plantear procedimientos basados en la integración
de enfoques inductivos, dirigidos al análisis de las estructuras hipertextuales que presentan
actualmente los prototipos de los cibermedios, y deductivos, apoyados en la reflexión de
un modelo ideal de estructuración para internet. Por ello, diseñar métodos de observación
centrados en la funcionalidad del hipertexto como estructura organizativa de contenidos
parece ser lo más adecuado. A la hora de plantear estos estudios, conviene recordar
también que los modelos hipertextuales cuentan con una base teórica y formal que señala
cuáles son los elementos básicos a analizar dentro del sistema hipertextual que encierra
cada prototipo.
12
El ciberperiodismo y la reconfiguración de los géneros en función del hipertexto
CONCLUSIONES
ƒ
Sin ánimo de efectuar vaticinios y predicciones gratuitas ante un escenario que
evoluciona incesantemente, creemos que es posible apuntar cambios profundos en
los que la investigación académica ha comenzado a sumergirse. Nos referimos,
concretamente, a la redacción de los textos ciberperiodísticos −o a las técnicas de
construcción discursiva hipertextual− sobre la que ciertos estudiosos han empezado
a preguntarse, demostrando la viabilidad de una revolución en la disciplina que
alcanza sin excepción a todos sus ámbitos, inclusive aquellos de mayor raigambre
como la Redacción.
ƒ
El estudio de la hipertextualidad se ha considerado como una de las prioridades de
la investigación actual, preocupada por dar a conocer, con fines académicos y
profesionales, las técnicas de construcción discursiva hipertextual, al igual que en
su día el estudio el análisis y la clasificación del texto periodístico representó uno
de los principales objetivos de estudio de la disciplina. Esta necesidad cobra
máxima relevancia en nuestros días, en los que la significativa mejora
experimentada por las construcciones hipertextuales hace prever mayores grados
de complejidad estructural para las informaciones contenidas en soporte digital.
Por ello, aunque resulta difícil hoy por hoy hablar de superestructuras aceptadas y
definidas, parece demostrada la conveniencia de plantear nuevas estructuras
prototípicas y nuevas modalidades (ciber)textuales a ellas ligadas, en la línea de las
aportaciones de Engebretsen para la noticia (reportaje hipertextual, infografía
hipertextual, etc.).
ƒ
Surgen nuevos géneros y también se adaptan otros ya conocidos que obligan a
replantear las categorías tradicionales de los géneros periodísticos o, en su caso, a
establecer tipologías diferentes para los medios impresos y electrónicos. La llegada
de la técnica hipertextual y de los recursos multimedia a la redacción periodística
no justifica la desaparición de los géneros, sino más bien un cambio en los mismos
tal y como los identificamos hoy. Existen precedentes que amparan esta
pervivencia de las especies periodísticas con algunos cambios en su concepción
tradicional. Sólo hay que echar la vista atrás para reconocer la influencia que sobre
ellos han ejercido antes la llegada de otros procedimientos y recursos (sonoros,
audiovisuales) de la mano de la radio y la televisión.
ƒ
El Ciberperiodismo es un fenómeno en auge y viene exigiendo una visión que vaya
más allá de la tradicional descripción de los procesos en curso. Todavía más, cabría
pensar que es precisamente ahora cuando esta nueva faceta de la disciplina
demanda una mayor atención a los retos que plantea, una vez demostrada su
capacidad para constituirse autónomamente como ámbito académico y profesional.
Desde la perspectiva que nos ofrece algo más de una década de periodismo en
internet, observamos estas demandas como un síntoma más de los cambios que el
nuevo entorno ha traído a la teoría y práctica del periodismo.
13
Ainara Larrondo Ureta (Universidad del País Vasco - UPV/EHU)
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información. Barcelona: Paidós. [Ed. or.: VAN DIJK, Teun A. (1980). News as discourse. New
Jersey: Lawrence Erlbraum Associates].
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