Disfrutando la CienCia CienCia

Transcripción

Disfrutando la CienCia CienCia
Disfrutando
la Ciencia
Reflexiones, ideas y ejemplos
para acercar a los niños
al mundo de la Ciencia
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Disfrutando la Ciencia. Edita Bayard Revistas, S. A. C/ Alcalá, 261-265, edificio 4, 1ª planta, 28027 Madrid. Tel.: 91 405 70 10; fax: 91 405 53 51.
Ha sido realizado por los miembros del grupo “Ciencia” de la Universidad Bayard. Dep. legal: M-53686-2003. NIPO 176-03-045-8.
No está permitida la reproducción total o parcial de esta revista, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier
medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros medios, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright.
PUBLICACIÓN GRATUITA. PROHIBIDA SU VENTA.
2
Queridos/as amigos/as,
Transitar por la vida es una tarea compleja, para la que nos vamos
entrenando diariamente, poco a poco. Y, aunque ese entrenamiento
dure en realidad toda la vida, un período especialmente importante
es aquel en el que vosotros os encontráis ahora.
Tendréis, durante estos años, que estudiar muchas cosas;
todas son necesarias pero, en esta breve carta mía, yo quiero animaros
a que no descuidéis las asignaturas científicas. Sé muy bien que algunas
tienen mala fama, que muchos las consideran pesadas, aburridas,
muy difíciles: no hagáis caso de quienes –ignorantes ellos– os dicen esto.
La Ciencia no es aburrida, todo lo contrario: a través de las Matemáticas,
la Física, la Química o la Biología descubriréis unos mundos fascinantes,
que no olvidaréis jamás. Los conocimientos y modos de pensar
que encontraréis en ellas os servirán, además, para que seáis realmente
conscientes de lo poderoso y único que es el cerebro de nuestra especie,
la del Homo Sapiens. Por último, poseer conocimientos científicos,
estar familiarizado con lo que es la Ciencia, es imprescindible
para que viváis plena, consciente y libremente vuestras vidas,
porque la Ciencia penetra y afecta profundamente nuestras existencias:
está en todas partes. De hecho, inmersos como estamos en una auténtica
revolución científica, que tiene a las ciencias biomédicas en su epicentro,
todo parece indicar que a vosotros, jóvenes hoy, la Ciencia y la Tecnología
os afectarán aún más de lo que lo hicieron a vuestros mayores.
Y es más que posible que tengáis, como ciudadanos, que tomar decisiones
en cuestiones relacionadas con la Ciencia. Si eso sucede, por favor,
no toméis postura en base a prejuicios, sino informadamente.
Sólo es auténticamente libre, recordad, aquel que sabe.
Vuestro amigo
José Manuel Sánchez Ron
José Manuel Sánchez Ron es Académico de la Real Academia Española
y Catedrático de Historia de la Ciencia de la Universidad Autónoma de Madrid.
La Ciencia no es...
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No es necesariamente un montón
de cálculos o de aparatos complicados.
SECRETO
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No está reservada a los eruditos.
No está petrificada. No es la Verdad.
No es una lista de recetas.
La Ciencia es...
Es un juego, una sorpresa
y un enigma por resolver.
Es salir a descubrir.
Es un debate, una confrontación de ideas,
una discusión. ¡Es dinámica!
Es intentar forjarse una idea
del universo.
Hacer Ciencia es tratar de comprender el mundo que nos rodea
para vivir mejor en él. Gracias a la Ciencia, descubrimos las leyes
de la Naturaleza y las utilizamos para anticipar acontecimientos.
4
5
Con los niños
La Ciencia también es oler, ver, tocar
y... reflexionar
El espíritu científico
lleva a interrogarse,
a experimentar,
a deducir y a prever.
Es un proceso
que se vive día a día.
Esto es hacer Ciencia.
Tres formas de mirar la Tierra:
vivimos en un planeta plano
y redondo a la vez...
Saber es necesario,
pero ¿es suficiente?
Uno de los significados de la palabra
ciencia es “conocimiento”: el erudito
y el científico trabajan para que avance
el conocimiento. Pero el interés funda­
mental de la Ciencia está en que nos
permite razonar para comprender el
mundo cotidiano. Cuando aprendemos,
los conocimientos que adquirimos
deben tener un sentido para nosotros.
Generalmente reducimos la Ciencia a
explicaciones llamadas científicas. Y, con
demasiada frecuencia, esas explicacio­
nes entran en conflicto con nuestras
sensaciones. Entonces llegamos a la con­
clusión de que las leyes científicas solo
sirven para el “planeta de la Ciencia”
y no para el “planeta de la vida”.
Por ejemplo, todo el mundo sabe que
la Tierra es redonda, ¡hasta los niños!
Y, sin embargo, la vemos plana.
Eres un marinero en el año 1492.
Subido a la cofa del barco, ves
América antes que Cristóbal Colón.
Frente a una llanura, un lago o el mar,
vemos un horizonte recto. Las fotos vía
satélite no han cambiado en absoluto
esta percepción. Y no nos molesta, porque
estamos convencidos de que la Ciencia
y las sensaciones no obedecen a la misma
lógica. Sin embargo, Eratóstenes, hacia
el año 250 a. C., logró calcular el radio
de la Tierra observando simplemente
la sombra de un palo.
La Ciencia empieza cuando intentamos
responder a las preguntas que nos
plantean los sentidos. Es un razonamiento
que debe permitirnos construir
nuestros propios conocimientos y apreciar
todas sus dimensiones. Igual que cuando
cocinamos: no basta con saber la receta
de un plato para conocerlo. Hay que
prepararlo y, sobre todo, ¡comérselo!
“Una acumulación de hechos no constituye una ciencia,
como un montón de piedras no hace una casa”.
Henri Poincaré. Prestigioso matemático, físico y filósofo.
6
7
Estás de vacaciones en el mar.
Desde la playa, parece que algunos
barcos, a lo lejos, no tienen casco.
Observas.
Una moneda de un euro no se sostiene del mismo modo sobre una pelota
de ping-pong que sobre una pelota
de tenis, y se mantiene perfectamente
plana sobre un balón de fútbol.
Con los niños
La Ciencia también es oler, ver, tocar y... reflexionar
¡Buena idea, Pedro! Vamos.
Las islas misteriosas
Abuelo, ¿y si fuésemos a casa
de tía Clara, que vive en la montaña?
Al estar más altos, veremos mejor
esas misteriosas islas.
En la costa, una fría mañana de invierno. Pedro contempla el mar
desde la ventana de la casa de su abuelo. Mira hacia el sudeste.
En lo alto de la montaña, media hora más tarde.
Pedro y su abuelo llegan impacientes a la terraza de Clara.
Mira, abuelo, allá en el horizonte se ven
unas islas. Qué raro, nunca me había fijado
en ellas. Déjame tus prismáticos, ¿vale?
¡Es increíble, abuelo!
¡En dirección sudeste solo hay
una isla! ¡Y es inmensa!
Tienes razón. Pero fíjate
en ella con más atención.
¿No notas nada?
Abuelo, hay varias islas.
¿Habrán aparecido esta noche?
No es posible...
Y tú, tan aficionado a resolver
enigmas, ¿no has sacado
ninguna conclusión?
Toma el atlas, Pedro,
y busca sus nombres.
Sí. Las islas que veíamos desde
la ventana y la que ve­mos
desde aquí son una única
La cima de la derecha
se parece a una de las islas
que vimos desde casa.
Sí. ¿Por qué?
Abuelo, no
lo entiendo, en el
mapa, al sudeste
de nuestro pueblo,
solo hay una isla
muy grande.
A lo mejor no son islas,
sino nubes. ¿Quieres mirarlo
tú por los prismáticos?
No ves visiones, Pedro. Sí que hay nubes,
pero se mueven. En cambio las islas
están siempre en el mismo sitio.
8
En rojo: lo que ve la persona A. En verde: lo que ve la persona B.
9
La Ciencia
cambia la vida
Ayuda a crecer
Los niños y jóvenes tienen ante sí
un auténtico camino experimental:
descubrimientos, pruebas, ensayos,
verificaciones, conclusiones.
Son sus únicas alternativas para
aprehender y descubrir el mundo.
Un niño que deja caer decenas de
veces un objeto aprende que existe
la gravedad. Es vital para él saber que
todo cuerpo que no es sostenido
cae. De este modo, progresivamente,
el niño anticipa cada vez mejor
aquellos fenómenos que le rodean
y se hace cada vez más autónomo.
“De pequeño, veía en las ciencias
un medio para explicar el mundo.
Lo primero que me atrajo fue la Física
y la Química. A los 14 años, ya había
montado mi propio laboratorio
en el sótano de mis padres.
Allí fabricaba productos que tenían tendencia a explotarme en la cara.
Mi interés por la Biología es un poco
posterior. Cuando contaba 15 años,
murió mi abuelo, lentamente,
de cáncer. El descubrimiento de esta
enfermedad misteriosa pesó mucho en
mi orientación. Pensé que la Bio­logía
permitiría conocer las grandes enfermedades, como el cáncer”.
Construye la inteligencia
Para hacer Ciencia hay que elaborar
un razonamiento, imaginar soluciones,
extraer generalizaciones y confrontar­
las con la realidad para validarlas.
Así la Ciencia asocia la imaginación
con la realidad, lo abstracto con
lo concreto, las manos con la cabeza.
Profesor Luc Montagnier
Descubridor del virus del SIDA.
10
¿?
¿?
Enseña a plantear
preguntas
¡!
Los niños se hacen montones
de preguntas espontáneamente.
Es un mecanismo que corresponde
a la necesidad esencial de compren­
der el entorno para sobrevivir en él.
El razonamiento científico responde
a esa necesidad ofreciendo no solo
respuestas, sino también, y sobre
todo, generalizaciones. Son estas
generalizaciones, por pequeñas
que parezcan, las que otorgan
un dominio sobre el mundo, porque
permiten anticipar. Y cuando la previ­
sión no concuerda con la realidad,
surgen nuevas preguntas. De este
modo, se construye un verdadero espí­
ritu crítico que permite al niño libe­
rarse del pensamiento irracional.
Enseña a aprender
El aprendizaje no es una simple adqui­
sición de saberes. Aprender requiere
una verdadera construcción del pensa­
miento. En la Ciencia, los errores nos
obligan a analizar los razonamientos
de los que proceden. En otras palabras,
llevar a cabo un razonamiento científi­
co es una ocasión de tomar conciencia
de los propios modos de aprendizaje
y de pensamiento.
11
“Siempre me gustaron los vuelos
espaciales y siempre contesté que
sí cuando me preguntaban si quería
ser astronauta. Fui el más joven
–35 años– de los siete tripulantes de
la NASA y el único de ellos que volaba
por primera vez a esa región oscura de
la microgravedad.
Yo, como ingeniero aeronáutico, me
encargué del laboratorio, de 20 ordenadores portátiles con los que realizamos 80 experimentos diferentes.
La preparación, las dosis intensivas de
lecciones científicas que recibimos y el
contacto permanente con los investigadores más brillantes fueron un gran
aliciente para mí, pero, sobre todo, el
poder salir de
la atmósfera terrestre y ver países
enteros desde la ventana del transbordador o ver amanecer cada 90
minutos. Fue una experiencia única”.
Pedro Duque
Primer astronauta español, que viajó al espacio
en 1998.
La Ciencia
empieza en la cocina
Nos hace sociables
No hacemos Ciencia solos.
Los conocimientos evolucionan
gracias a los debates dentro de la
comunidad científica. Para progresar
en su reflexión, el niño, como
el “sabio”, necesita otras miradas.
Y esta indispensable confrontación
de opiniones constituye una escuela
de atención y respeto a los demás.
La vida cotidiana ofrece numerosas ocasiones para emprender
un verdadero proceso científico. Estas son algunas sugerencias
para acercar a los niños a la Ciencia.
¿Quién está en condiciones, hoy
en día, de opinar sobre los OGM
(Organismos Genéticamente
Modificados) y las nuevas tecnologías
agroalimentarias? Todo ciudadano
debe poder comprender
lo que está en juego
y participar en los debates
que orientan sobre las opciones
que tiene la sociedad.
Nos hace ciudadanos
No es necesario conocer los fenó­
menos electromagnéticos para utili­
zar un teléfono móvil, por supuesto.
Nuestra sociedad ha sabido formar
expertos en todos los campos. Pero,
sin cultura científica, ¿cómo podemos
ser ciudadanos de pleno derecho?
Es como un juego
Cada nuevo paso en el conocimiento
científico hace surgir un enigma
que habrá que resolver. Es un juego
sin fin, un placer intelectual continuo.
Porque no se trata tanto de acumu­
lar saberes como de hacer evolucio­
nar el engranaje del razonamiento.
La Ciencia es un instrumento
muy sensible que nunca acaba
de afinarse. Cuanto más practicamos
este juego, más puntos de referencia
universales obtenemos, lo que
se traduce en otros tantos factores
de confianza en nosotros mismos.
¡Chin
chin!
12
un tema con el
•∑queElige
te sientas cómodo
y que te interese. ¡Seguramente
no es algo tan trivial como crees!
•∑ N∑ o merece la pena buscar
temas complicados
o respuestas complejas: la cocina,
el cuarto de baño o el jardín son
también lugares de descubrimientos
científicos. El mundo actual es rico
en tecnologías avanzadas, pero ello
no impide “que las manzanas caigan”.
U
∑ tiliza documentación,
•∑libros,
revistas, vídeos... Estimulan
la curiosidad, transmiten el punto
de vista de los expertos, fomentan
el interés por investigar y animan
a la búsqueda documental. Pero
no pueden sustituir a la experiencia.
No basta con acumular conocimientos.
Por eso no hay que dudar en realizar
los experimentos propuestos.
13
¿? ¿?
•∑no hagas en su lugar ni los experi­
D
∑ eja trabajar a los niños,
mentos (salvo si son peligrosos) ni los
razonamientos y aún menos adelantes
las conclusiones. Tómate el proceso de
investigación como un enigma policiaco
por resolver: todo el placer está
en el suspense, en seguir las pistas,
y no en la explicación final, sobre todo
si llega antes de que la hayan buscado.
scucha las preguntas
•∑deE∑ los
niños,
pero no con oídos de adulto.
Capta su verdadera preocupación.
¿?
¡Mamá,
he inventado
el helicóptero!
N
∑ o saques conclusiones
•∑“científicas”
en contradicción
•∑sobreHazlaspreguntas
observaciones de la vida
con tus propias sensaciones. Tus sentidos
no te engañan, pero te dan informacio­
nes que luego hay que interpretar.
cotidiana. Busca con ellos la respuesta.
Déjate sorprender. Disfruta con
las averiguaciones. ¡No es necesario
tener siempre respuesta para todo!
¿Por qué
está tan
enfadado
el mar?
xperimenta cada día.
•∑La E∑experiencia
ayuda a los niños
a aprehender lo real y a distinguirlo
de lo virtual. Pero no te detengas
en el experimento, intenta deducir
una generalización reutilizable,
por pequeña que sea.
•∑
E∑ vita contestar al “¿por
qué...?” con el “porque...”.
Dile al niño: “¿Tú qué crees? ¿Cómo
imaginas que ocurre?”. Seguro que
tiene una opinión formada sobre
el asunto. Luego pregúntale: “¿Cómo
puedes averiguarlo?”. Y después de
hacer el experimento: “¿Te has fijado
bien? ¿Qué conclusión sacas?”.
14
¿Qué es
el ECOO..
COOOO..
COO..?
madurar la curiosidad
•∑y elD∑ eja
razonamiento del niño.
No es una pérdida de tiempo.
Saborea los rodeos de su investigación.
No vayas más rápido que él,
no respondas a preguntas que aún
no se ha planteado, porque no
te seguirá. Acompaña a los niños en
sus descubrimientos, no los adelantes.
Hacer Ciencia es un proceso que
se construye a lo largo del tiempo.
¿Ves?
En primavera
el árbol se compra
hojas
nuevas...
Sentir la Ciencia cerca de nosotros contribuye
a desarrollar la curiosidad, a ver el mundo con otros ojos.
15
Con los niños
¿Cómo se forma un fósil?
¡Bidón! ¡Deja en
paz a mis amigos
los caracoles!
Tranquila,
Miss Naturaleza.
Solo es una
concha vacía.
1 hora
Fácil
Al día siguiente,
mete la concha en el vaso. Llena el vaso
de vinagre. Observa lo que ocurre.
Sumerge la concha media hora en el tazón de agua
caliente. Aclárala bajo el grifo y déjala secar.
al
yeso
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Li
Coloca el trozo de plastilina en el platito.
Pon la concha sobre la plastilina. Espera 24 horas.
Zoe, parece
que te gusta,
¿no?
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Duración
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1 vaso
Calla, Bidón,
que desconcentras
a la artista.
Unas 6 horas
después, ¡la concha ha desaparecido!
El vaso contiene un bonito caracol de yeso.
Enjuágalo y déjalo secar.
Prepara el yeso. Echa
tres cucharadas soperas de yeso
en el fondo de la botella de plástico. Añade
una cucharada sopera de agua. Remueve con la cerilla
hasta obtener una masa lisa y no muy espesa.
¿Qué ha pasado?
Una larga transformación
El yeso que llena la concha
de caracol representa el papel
de la tierra en la naturaleza.
● La acidez del vinagre ha
provocado la descomposición
química de la concha, igual
que la acidez del suelo
produce, a lo largo del tiempo,
la descomposición
de un animal muerto.
●
Echa un poco
de yeso en la concha. Muévela
de modo que el yeso penetre hasta el fondo
de la espiral de la concha de caracol.
Rellena
la concha
casi hasta arriba.
Dale unos golpecitos
sobre la mesa
para que salgan
las burbujas de aire
atrapadas en el yeso.
Y en la realidad
● Generalmente, las bacterias, organismos
microscópicos que viven en el suelo,
se comen la carne del animal muerto.
Por eso es muy raro encontrar su “huella”.
● Los huesos, las plumas, los cuernos,
los caparazones y las conchas, que son
más duros, se transforman químicamente
a lo largo de millones de años.
Su “huella” queda marcada en la piedra.
17
¿Cómo se forma
una montaña?
Con los niños
Construye
una U con
piezas de Duplo.
Intercala las piezas
para que la U quede sólida.
La abertura de la U es igual a la anchu­
ra del bloque de plastilina.
Duración
del
30
Fácil
nto
experime
tos
minu
Parte en dos la barra de plastilina azul. Une las dos
barras de plastilina roja en una sola. Amasa
las barras blanca, amarilla y verde por separado
para que se ablanden. Estira cada una de las 6 barras
hasta que midan 10 cm de longitud: ya tienes
las capas de la montaña.
¡Uf!
¡Cómo cuesta
desplazar
montañas!
Coloca el bloque dentro de la “montaña”
de modo que toque el fondo
de la U. Luego coloca las dos piezas
de Duplo delante de la montaña.
Mira, Bidón,
¡he excavado
un valle!
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Piezas
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1 bolsa
Aplana cada barra
con el rodillo hasta
formar una lámina. Apila
las seis láminas en el centro
de la tabla de trinchar.
Introduce las dos piezas por la abertura
hasta que toquen el bloque de plastilina.
Luego presiona hasta que penetren unos 4 cm
en el interior de la U. Retira la montaña y observa.
Que me guste
el aceite lubricante
no significa que
me coma cualquier
cosa.
¿Qué ha pasado?
• Las capas de plastilina representan
Qué receta
tan rara.
¡No sabía que te
gustaba comer
plastilina!
las capas de roca de una placa con­
tinental que, como en la realidad, no
son todas del mismo grosor (dibujo 3).
Las dos piezas de Duplo represen­
tan las capas de roca de otra placa
continental (dibujo 6).
Esas piezas se deslizan por la tabla
como una placa continental por la as­­­
tenosfera (parte del manto terráqueo
externo). La fuerza de la colisión crea
pliegues como los que forman las pla­
cas continentales al chocar (dibujo 7).
•
•
Pasa el rodillo por la pila de láminas
para comprimirlas. El conjunto se estira un
poco. No despegues las láminas de la tabla.
Une dos piezas de Duplo y colócalas delante
del bloque de plastilina. Con el cuchillo
corta el bloque de plastilina de modo que
este tenga la misma anchura que las piezas.
Y en la realidad
50 millones de años
para formar una montaña
En la Tierra, cuando dos continentes
chocan, se forma una cordillera.
Esa colisión dura millones
de años. Su energía
es tan grande que incluso
las capas de roca
más duras se pliegan
como plastilina
y pueden ascender
a gran altura.
19
[...] es necesario que los niños adquieran sólidos fundamentos
de una cultura científica, que les permitan conocer y comprender
el papel de la Ciencia y de los conocimientos científicos
en el progreso de la humanidad, y entender así en el futuro
los debates y las decisiones que deben adoptar los científicos
y los gobiernos para preservar la salud de las personas,
así como los recursos naturales.
Desarrollo de la L.O.C.E., Real Decreto 830/2003, de 27 de junio, por el que se establecen las Enseñanzas Comunes
de la Educación Primaria, Anexo I Elementos Básicos del Currículo de Educación Primaria.
“Para mí no hay emoción o satisfacción comparable a la que produce la actividad
creadora, tanto en Ciencia como en Arte, Literatura u otras ocupaciones del intelecto
humano. Mi mensaje, dirigido sobre todo a la juventud, es que, si sienten inclinación
por la Ciencia, la sigan, pues no dejará de proporcionarles satisfacciones inigualables”.
Severo Ochoa (1905-1993)
Bioquímico español. Premio Nobel de Fisiología o Medicina 1959, compartido con Arthur Kornberg.
“Lo más bello que podemos experimentar es el lado misterioso de la vida. Es
el sentimiento profundo que se encuentra en la cuna del Arte y de la Ciencia verdadera”.
“La mayoría de las ideas fundamentales de la Ciencia son esencialmente sencillas
y por regla general pueden ser expresadas en un lenguaje comprensible para todos”.
Albert Einstein (1879-1955)
Físico estadounidense de origen alemán. Premio Nobel de Física 1921.
“Investigar es ver lo que todo el mundo ha visto y pensar lo que nadie más ha pensado”.
Glenn Theodore Seaborg (1912-1999)
Químico estadounidense. Compartió con Edwin McMillan el Premio Nobel de Química 1951.
NIPO 176-03-045-8.

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