Dedicatorias - Universidad Pedagógica Nacional
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Dedicatorias - Universidad Pedagógica Nacional
Dedicatorias Quiero dedicar este trabajo a todas las personas que fueron pieza fundamental en el largo proceso de mi formación universitaria inicial. A mi familia y hermanas, por acompañarme en los momentos importantes de mi vida. A mis padres, por su amor, apoyo e impulso; por enseñarme que en esta vida todo es posible si uno se lo propone; por todo lo que me han brindado en la vida; por estar a mi lado a cada momento y, especialmente, por sus sabios consejos. A mis abuelitos, por sus enseñanzas en el largo camino de la vida. A mi esposo, por su cariño, comprensión, constante estímulo y por estar conmigo en aquellos momentos en que el estudio y el trabajo ocuparon mi tiempo y esfuerzos. A mis compañeros y amigos con quienes juntos nos aventuramos en el nuevo proyecto que en ese entonces fuera la Licenciatura en Intervención Educativa. Al Arq. Eduardo Cabral Malanca por su apoyo y colaboración. A la Universidad Pedagógica Nacional que fue y será mi casa de estudios, que me abrió las puertas y me dio la oportunidad de conocer un mundo distinto. A mis maestros por compartir conmigo sus conocimientos, experiencias y amistad. En especial, a la maestra Cristina Malanca, quien además de mi directora de tesis, me dio un apoyo incondicional. Para todos ustedes, con cariño Pau Agradecimientos D esde mi infancia, he venido escuchando las historias de un poblado pero no sabía con certeza si esas historias, narradas por personas que al momento de contarlas nos transportaban a otro mundo, a un lugar de ensueños, eran reales o inventadas. El pueblo del que hablo es Congregación de Canoas, el pueblo del que mis abuelos y sus antepasados, que son los míos, fueran originarios. Los rostros de la gente de Canoas se llenan de alegría y de orgullo cuando se les pregunta acerca del pasado de su comunidad. Pero también se les llenan de tristeza al saber que los ancianos son la única memoria viva que queda, una memoria de la que van desapareciendo los sucesos importantes, las viejas tradiciones, los datos y las fechas relevantes, las simples anécdotas… Por eso, cuando se me presentó la oportunidad de hacer una microhistoria no la que pudiera haber hecho un historiador profesional sino la que le es posible hacer a una interventora educativa como es mi caso-, no dudé en darme a la tarea de intentar recuperar la memoria de Congregación de Canoas, para intentar dejar asentada y sistematizada la información que ya se poseía, la que tienen los canoenses de hoy, la que surgió de las largas pláticas sostenidas con la gente, o la que se encontraba enterrada en los cuadernos de recuerdos, como el de la Tía María Rodríguez. Esas pláticas y esas memorias han sido una parte vital de este trabajo. Por eso quiero agradecer a los descendientes de Tía María Rodríguez que hayan conservado sus memorias y que me las hayan facilitado. A su hijo Francisco Arreguín quien me comentó lo que ella le contaba acerca de ese escrito. A Tía Rosa Arreguín, que afuera de su tienda y junto con su hija Rosalina Álvarez, me dedicaron horas de plática. Mucha información también provino de Tío Carlos Lara quien mientras cortaba leña, me platicaba sus recuerdos. También tengo muy presente el día en que Tío José Mendoza, mientras pastoreaba sus chivas, cantó aquellos dos corridos que él le compusiera a Canoas y que ya sólo él recuerda. En este trabajo están también presentes los recuerdos de Tío Francisco Serrano, del señor José Rodríguez Ramírez o de Tío Ermilo -quienes fungieron en el papel de empresarios de La Pastorela, esa tradición que ha sobrevivido 100 años-, de Tío Hilario Arreguín -que hace 60 años representara a Luzbel-, de Tía Margarita Montoya y sus recuerdos sobre el detalle del préstamo del libro de La Pastorela a Jofre. ¿Y cómo olvidar esos ratos tan agradables cuando Tío Agustín Rodríguez y su hermano Daniel nos contaban lo que su papá platicaba? ¿O aquella canción que Tía María Dolores Ramírez compusiera cuando iba a la primaria en el edificio que hoy ocupa la delegación? También quiero agradecer al señor Martín Arreguín Lara, a su esposa María Concepción Rodríguez Pérez y a la señora Rosalba Poza Zúñiga por haber colaborado conmigo en la tarea de zambullirse en los archivos parroquiales de Rincón de Tamayo buscando datos para ubicar a los hijos de los primeros pobladores españoles de Canoas. Ellos también fueron de gran apoyo durante todo el tiempo que duró la investigación. Este agradecimiento es también extensivo para el señor cura de Tamayo, Manuel Rangel, por las facilidades prestadas y la información proporcionada. También hay que decir que este trabajo no se hubiese podido llevar a cabo sin la ayuda, además de la prestada por todas las personas que con anterioridad se mencionaron, de todos los habitantes de Canoas que nos abrieron las puertas de sus casas para contestarnos los encuestas, de todas las personas que nos ayudaron a levantar el censo, de los canoenses que aunque no habitan en Canoas nos proporcionaron información pues se sienten, al igual que yo, pertenecientes al lugar. Por último, pero no por ello menos importante, es el agradecimiento que quiero darles al maestro Eduardo Cabral por su entusiasmo con la investigación y por todos los archivos y bibliografía que me proporcionara y a la maestra Cristina Malanca por todo su apoyo académico. Su asesoría a lo largo del trabajo fue una guía en esta nueva faceta de mi vida profesional; sin ella quizás no hubiera comprendido lo que se dice fácil pero no se comprende de igual manera: que el conocimiento no se obtiene de manera lineal sino que está en constante construcción. Finalmente quiero señalar que con este trabajo yo también quiero unirme a la celebración de los primeros 100 años de La Pastorela de Canoas y ubicarme como una continuadora de la labor que años atrás realizara el padre fray José Rodríguez, el primero en interesarse por la conservación de la historia de este pequeño pueblo. Es Canoas mi ranchito que está cerca del Rincón. “ Tiene agua, tiene tierra y su escuela para leer. Siembran trigo. En mi parcela se cultiva el garbanzal porque el agua en abundancia la tenemos pa’ regar. Pa’ mis hijos, yo y el maestro los queremos cultivar, como surcos, como plantas que el Señor nos dio a cuidar.“ Sra. Lola Ramírez, canoense Introducción E l documento que el lector tiene en sus manos es una síntesis del trabajo de investigación que se realizó para obtener el grado de Licenciada en Intervención Educativa, carrera profesional que se ofrece en la Universidad Pedagógica Nacional ubicada en Celaya y que forma profesionales que, entre diversas competencias, deben ser capaces de aplicar diversas metodologías para la investigación social. Así, uno de los objetivos centrales de la investigación fue el de utilizar una de las metodologías que se proponen en la propia currícula de la Licenciatura en Intervención Educativa: la metodología de la microhistoria1, importante para el conocimiento de una realidad determinada, especialmente para el de aquellas realidades acotadas, las micro-realidades en las que el interventor educativo ejercerá su práctica profesional. Pero si bien por un lado se trató de aplicar una metodología específica, por otro se quiso realizar una intervención educativa en la comunidad de Congregación de Canoas donde se había apreciado un fenómeno de pérdida de memoria histórica y de tradiciones con su consecuente impacto en el tema de la identidad cultural. En términos generales podría decirse que la microhistoria es una forma de hacer historia que pretende estudiar los procesos históricosociales en sus diversos aspectos -políticos, económicos, sociales, culturales, religiosos, etc.-, que se viven en pequeñas localidades y regiones que tienen sus propios ritmos históricos. Estos procesos, que sí deben importar a la historia, no siempre se presentan de igual forma en todo el territorio de un país y muchas veces son ignorados por la historia general. 1 La intervención se pensó por medio de la difusión del presente cuadernillo que está conformado por dos capítulos. En el primero, llamado Microhistoria de la comunidad Congregación de Canoas, Celaya, Guanajuato, se presenta la historia del pueblo reconstruida desde fuentes orales primarias y desde fuentes escritas. En el segundo, llamado Cien años de una tradición: La Pastorela de Congregación de Canoas, se trata de apoyar el rescate de la memoria histórica a través del estudio de la vieja tradición de La Pastorela, no con el objetivo de incidir para que se reinstale un viejo rito religioso en peligro de extinción sino con el de aportar a la comunidad algunos elementos de análisis para que sean los propios habitantes quienes reconozcan la esencia de sus comportamientos culturales y decidan sobre la conveniencia, gusto o necesidad de preservar o no una práctica sociocultural que ya no es apreciada por las nuevas generaciones pero que constituye la tradición más vieja del pueblo. Sin más preámbulo, dejamos al lector involucrarse con la historia y tradiciones de Congregación de Canoas no sin antes invitarlo a revisar la siguiente idea: …si no se juzga de lo ausente por lo que se tiene a la vista, si no se compara el pasado con el presente, quizá no se estaría seguro de los tropiezos, de la caída en el error y del extravío de la senda de la veracidad. Ibn Jaldun Historiador árabe, siglo XIV ÍNDICE Dedicatorias Agradecimientos Introducción 1. El tiempo 1. Municipio y ciudad de Celaya, 2. Rincón de Tamayo, 3. Congregación de Canoas, El espacio, El mito, Tradiciones y fiestas populares, Sociedad canoense, 2. Cien años de una tradición popular: La Pastorela de Congregación de Canoas, El libro, Trama y estructura, Los roles, El empresario, Los encabezados, Los actores, El librero, El que “hecha la brea,” El vestuario, El escenario, Los costos: administración de fondos y juego de poder, La celebración de la festividad, La difusión de la celebración en el entorno inmediato, La Pastorela de Congregación de Canoas hoy, Conclusiones, Fuentes, Anexos, Anexo 1. Corrido de la brecha de Guapango, Anexo 2. Corrido del camión que se volteó, Anexo 3. Dispensa, El tiempo E l pueblo Congregación de Canoas cuya historia intentamos reconstruir, se ubica en el municipio de Celaya, Estado de Guanajuato. Por ello, comenzaremos presentando un panorama muy general de dicho municipio y de su cabecera municipal, la ciudad de Celaya. Posteriormente, haremos una presentación de Rincón de Tamayo en cuya jurisdicción se fundó Canoas2. 1. Municipio y ciudad de Celaya El municipio de Celaya ubicado en el Estado de Guanajuato, con una extensión de 553.18 kilómetros de pradera semiesteparia y poblado por 468.469 habitantes, se encuentra en el corazón de México, en la vasta región conocida como El Bajío. Su cabecera municipal, la ciudad de Celaya, fundada hace 440 años, se sitúa a 264 kilómetros del Distrito Federal. Paulina Arreguín Rodríguez. Microhistoria de una comunidad y de cien años de una tradición: Congregación de Canoas y su pastorela. Una intervención educativa. Tesis de licenciatura. Universidad Pedagógica Nacional, Unidad 112, Celaya, Gto., México 2012 2 Vista actual de parte del centro histórico de la ciudad de Celaya Hoy, las autoridades han dividido el territorio municipal en cuatro zonas de desarrollo: San Juan de la Vega, Roque, Segunda Fracción de Crespo y Rincón de Tamayo.3 Cada una de estas zonas comprende un conjunto de comunidades y pob4lados vinculados geográfica, histórica, social y económicamente. Los nombres de algunos de esos poblados, aparecen en esta microhistoria porque han estado vinculados a la historia de Congregación de Canoas. 3 http://www.lover-ice.com/celaya/celayahistoria.htm (Consultado el 20 de septiembre de 2011) SAN JUAN DE LA VEGA Capulines Galvanes La Aurora San Antonio Gallardo San José de Mendoza Tenería del Santuario Plancarte San Luis Rey La Trinidad Camargo San Martín de Camargo San Miguel Octopan Jáuregui La Laja San José de la Presa ROQUE San Nicolás de Esquiros Tres Puentes San Antonio Espinosa Presa Blanca Santa Teresa San Elías San Isidro de la Concepción La Concepción San Cayetano Los Aguirre Yustis Gasca Silva (Pelavacas) La Esperanza de Yustis San Rafael de Yustis San Isidro de Elguera SEGUNDA FRACCIÓN DE CRESPO Elguera San José de Guanajuato El Becerro Estrada El Puente La Palmita de San Gabriel 1ª. Frac de Crespo Rancho Seco Jofre Arreguín de Abajo El Puesto Michinelas Santa Anita Santa María del Refugio El Sauz de Villaseñor Ojo Seco RINCÓN DE TAMAYO Los Mancera La Cruz La Luz San José el Nuevo La Machuca Juan Martín San Lorenzo San Isidro de Trojes Los Huesos Los Almanza Santa Rosa de Lima El Nuevo Porvenir San Isidro del Palmar Canoas Municipio de Celaya y sus cuatro polos de desarrollo. En el plano también se aprecian los nombres de los municipios vecinos La Villa de la Purísima Concepción de Zalaya como se llamó originariamente, Celaya que fundada en 1570 por instrucciones del virrey Martín Enriquez Almanza, en el lugar que durante decenios había ocupado una pequeña población otomí de nombre Nat-tha-hí y como villa de carácter defensivo. El objetivo español con fundaciones como ésta era el de congregar indios y el de hacer que la villa sirviera, como el caso de la villa de León, como lugar defensivo o sea como presidio o fortaleza de contención de los ataques de los chichimecas que proliferaban en la zona. Se trataba de proteger la parte media del Valle de los Chichimecas y los caminos de Tierra Adentro que se dirigían a Zacatecas y a las minas de Guanajuato desde el reino de Michoacán. Al ser fundada, Celaya se integró a una región ya constituida por tres pueblos cabecera muy importantes: Acámbaro, Apaseo y Yuriria. Vargas, primer alcalde mayor de Celaya, hace referencia a las relaciones entre estas poblaciones: dice que a partir de 1528, una vez consolidada la conquista de Michoacán, se crearon, por una parte, la encomienda de Yuriria, cedida al conquistador Juan de Tovar y por otra parte, la de Acámbaro, asignada a Gonzalo Riobó de Sotomayor y evangelizada por los franciscanos. Ambas fueron anexadas al presidio o fortaleza de Celaya para formar la denominada provincia de Celaya. Alrededor de 1545, cuando Yuriria pasó a manos de la corona, se fundó allí un corregimiento, pero en 1571 éste fue absorbido por la alcaldía mayor fundada en el presidio de Celaya. Celaya fue alcaldía mayor, situación que ostentó hasta 1786 cuando al crearse la Intendencia de Guanajuato, el municipio pasó a ser subdelegación de la intendencia. En 1658, la villa pasó a la categoría de ciudad con derecho a blasón por disposición del virrey Francisco Fernández De la Cueva. El proceso de fundación de la villa se dio, como se dijo, en medio de la guerra con los chichimecas hostiles aunque en general se ha pensado que fue fácil conseguir que los colonos españoles se animaran a establecerse en los territoriosfrontera de este tipo. Sin embargo esto no era así: para atraer nuevos colonos y mantenerlos “en la nueva puebla”, la Corona tuvo que otorgar grandes incentivos. Los que recibieron los nuevos pobladores de Celaya fueron dos caballerías de tierra, dos lotes para jardín y huerto y una parcela para construir casa. A cambio, el colono debía comprometerse a vivir en la villa de Celaya “durante diez años sin ausencias de más de cuatro meses, a menos que obtuviera una licencia especial; de lo contrario se confiscarían sus tierras.” El Virrey Enríquez también decretó que durante tres estaciones del año se traerían quince indios de cada uno de los poblados de Acámbaro, Ucareo, Zinapécuaro, Cuitzeo y Orirapundaro para que, colocados a disposición de la villa, se los pusiera a construir casas. La fundación de Celaya debe entenderse como parte del proceso de establecimiento de ciudades españolas que se dio en El Bajío donde, como señalan Rosalía Aguilar Zamora y José Tomás Falcón Gutiérrez,5 no había antecedentes de una ocupación previa por parte de grupos sedentarios que desarrollaran culturas avanzadas en lo urbano y lo económico del tipo de las que se dieron en el valle de México. La falta de esas culturas hizo que tampoco hubiera caciques a los que respetar su derechos a la propiedad de tierras, ni tributarios. Estos autores señalan que, igualmente, no hubo -al menos antes de finalizar el siglo XVI- pueblos dispersos cuya congregación hubiese sido dolorosa porque hubiera implicado el alejamiento de los lugares ancestrales o el abandono de iglesias ya construidas. En efecto, en estos territorios de El Bajío, los pueblos originarios que los habitaban no habían instalado los llamados altepetl, ordenamiento espacial, o las cabeceras de linajes (tecalli), que se observan en los antiguos asentamientos indios del valle de México o de la Sierra Norte de Puebla. Por eso, en el Valle de los Chichimecas –a los que pertenecían los actuales territorios celayenses y queretanos habitados, entre otros, por chichimecas guamares y pames-, los españoles casi partieron de cero, improvisando y creando un ordenamiento nuevo, exento de la carga política y 5 Rosalía Aguilar Zamora y José Tomás Falcón Gutiérrez. «‘Andar con el hato a cuestas.’ La fundación de villas y pueblos de indios en el Valle de los Chichimecas.” Takwá / Núm. 9 / Primavera 2006 / pp. 53-73. Centro INAH Guanajuato.http://148.202.18.157/sitios/Publi caciones ite/pperiod/takwa/Takwa9/rosalia_ aguilar.pdf (Consultado el 27 de septiembre de 2011) económica ancestral que arrastraban los pueblos del Valle de México y sus lugares circundantes. La colonización de El Bajío realizada tanto por caciques otomíes locales como por españoles durante los siglos XVI y XVII, hizo que llegaran del exterior muchos indios que, al principio, o se acomodaron donde quisieron o fueron congregados con la finalidad de que ayudaran a la consolidación de las nuevas fundaciones españolas. Pero la colonización y la congregación no se dieron sin contradicciones pues generaron el levantamiento de pueblos indios en las inmediaciones de lugares como la villa de León (San Francisco del Cuisillo y San Miguel de la Corona), en la villa de Santa María de los Lagos (San Francisco del Rincón), en Celaya y, más tardíamente, en Salamanca. Desde su establecimiento en 1571, la jurisdicción de la alcaldía mayor de Celaya era la más densamente poblada del Valle de los Chichimecas. Su extensión territorial era tal que algunas zonas estaban muy alejadas de la cabecera, lo que impedía un control sistemático y eficaz sobre los tributarios. Esto sucedía especialmente sobre la margen norte del río Grande que para entonces sólo era cubierto por las dependencias del pueblo de Yuriria. Pero a pesar de esa extensión, durante el curso del siglo XVII no sólo la cabecera de la alcaldía amplió su entorno inmediato con el establecimiento de cuatro pequeños pueblos de indios (San Juan de la Vega, San Miguel, San José y Santiago Neutla), sino que en la jurisdicción de la alcaldía mayor surgirían nuevas villas de españoles con sus consabidos pueblos de indios aledaños, aunque ya con otras finalidades: no ya la de luchar contra los chichimecas sino la de desarrollar el potencial agropecuario de la región y la de mantener el flujo de estos productos hacia las villas vecinas y hacia las regiones mineras del norte, incluyendo al cada vez más importante real de minas de Santa Fe de Guanajuato. Fue en este contexto en el que se produjeron las fundaciones de la villa española de Salamanca (1603) ubicada entre las villas de León y Celaya, de la de Salvatierra (1644) ubicada entre Yuriria y Acámbaro y de la de Valle de Santiago (1649). Todas ellas contribuyeron, en un primer momento, al desarrollo de la ganadería por la instalación de estancias ganaderas y, ya para fines del siglo XVI, de la agricultura. Con esto se servía al desarrollo de las minas del norte novohispano y a la urbanización del Valle de los Chichimecas donde villas como Santiago de Querétaro, Nuestra Señora de la Concepción de Celaya, San Miguel el Grande, San Sebastián de León, Santa María de los Lagos, Salamanca y San Andrés de Salvatierra, dependieron en sus primeros años de los abastos que les proporcionaron sus pueblos de indios que gravitaban alrededor de estos centros urbanos y, que al menos durante el último tercio del siglo XVI, aportaron gran parte de la fuerza de trabajo y de insumos agrícolas. En la primera mitad del siglo XVII, la importancia demográfica de estos pueblos se había colapsado y fue entonces cuando otras instancias productivas se encargaron del suministro. En 1580, a escasos nueve años de la fundación y ante un cuestionario de 50 preguntas que enviara la Corona Española, Celaya y sus alrededores era así descrita por el alcalde mayor Cristóbal de Vargas Valadés:6 En las Relaciones y memorias de la provincia de Michoacán 1579-1581, rescatado y puesto al día por los investigadores Álvaro Ochoa (Universidad Michoacana) y Gerardo Sánchez (Colegio de Michoacán) y editado por el Ayuntamiento Constitucional de Morelia en 1985, en el capítulo correspondiente a Celaya, aparece el informe que el alcalde mayor Cristóbal de Vargas Valadés envió al Consejo de Indias, en respuesta al cuestionamiento de cincuenta preguntas que la Corona 6 En la villa de Nuestra Señora de la Concepción de Salaya, a quince días del mes de Junio de mil quinientos y ochenta años, yo Cristóbal de Vargas Valadés, alcalde mayor de la dicha villa y corregidor del pueblo de Yuririapúndaro, y justicia del pueblo de Acámbaro por su Majestad, en presencia de Domingo de Silva y de Hernando de Peralta, alcaldes ordinarios de la dicha villa, en cumplimento de la instrucción de su Majestad que me entregó Gordian Cassasano, Contador y Administrador de la Real Alcabala de esta nueva España, hice la relación siguiente de lo tocante a la dicha villa de Salaya. 1.- La villa de Salaya está en términos del pueblo de Acámbaro. 2. 3.- Su temperamento es templado; que algo toca más en caliente que no en frío; es tierra seca y no de muchas aguas y son más desde junio, julio y agosto y septiembre, y reina el viento brisa más que otro ninguno, y no es tempestuoso, y reina la mayor parte del año. 4.- Es tierra llana y montuosa de unos árboles que se llaman "mezquites". Está asentada en un rincón que hace la junta de dos ríos: uno, que viene de la villa que dicen de San Miguel, corre de norte a sur y entra en otro río que llaman de Apaseo, que corre de este a sureste, y de estos dos ríos se aprovechan los vecinos de la dicha villa, en tal manera, que con ellos riegan sus labores y tierras de pan, de manera que con el riego de ellos cosechan diez y siete y diez y ocho mil hanegas de trigo; es abundosa de pastos para ganados y fértil de frutos de España, como son duraznos, membrillos, granadas, uvas, higos y otros frutales, danse todas las semillas de legumbres, es abundosa de mantenimientos, así de trigo como de maíz. 5. 6.- El mes de junio no hecha sombra al punto del medio día. 7.- Está a treinta y cinco leguas de la ciudad de México, al este sudeste con ella. 8.- Está a siete leguas de la villa de San Miguel: es de españoles y está con ella al norte; las leguas son algo grandes y es tierra llana. Española mandó a todas sus colonias bajo el título de “Relaciones histórico-geográficas de Indias.” Él sólo contestó 20 de las 50 preguntas. “Eterno esplendor. Historia de la ciudad de Celaya.” El Sol del Bajío, 21 de agosto de 2011. http://www.oem.com.mx/elsoldelbajio/notas/n2195257.htm (Consultado el 27 de septiembre de 2011) 9.- Poblose el año de setenta por mandado de Don Martín Enríquez, Visorrey que fue de esta Nueva España; comenzose a poblar con tres o cuatro vecinos; tiene hoy sesenta. Llamase Salaya por Juan de Cueva, Secretario de la Gobernación de esta Nueva España y por ser él natural de Salaya, en las montañas, en los reinos de Castilla. 10.- Está asentada en un llano y en traza de calles derechas y anchas que corren al este y sudeste y cruzan norte y sur, con su plaza grande; tiene un monasterio de la orden del Señor San Francisco en que residen de ordinario cuatro religiosos. 11. 12.- Tiene alrededor sus poblaciones de indios, a una legua y a dos y a tres, sujetos de la cabecera de Acámbaro, y las leguas son razonables y caminos llanos. 13. 14. 15. 16. 17.- Es pueblo sano y de buen temple como está dicho. Está a dos leguas de unas serranías llamadas de Juan Martín y de Barajas y sierra de Santa María, las cuales caen a la banda del sur. 18. 19.- Como está dicho, está entre los dichos dos ríos de San Miguel y de Apaseo, y del dicho río estarán las casas a un tiro de piedra, y del de San Miguel está a media legua; y en ellos hay cuatro molinos de pan para el servicio de la dicha villa, y muy cerca de ella; los cuales le son muy provechosos para los trigos de riego, como está dicho. 20. 21. 22.- Los árboles que en su comarca tiene son, en el dicho río de Apaseo, muchos sabinos de que se aprovechan para madera y tablazones de sus casas; hay gran cantidad de unos árboles silvestres que llaman mezquites, que dan una fruta en vainillas como algarrobas de España, que son buenas de comer, así para los hombres como para ganados vacunos, que hay muchos en los términos de la dicha villa; de tal suerte, que a cuatro leguas alrededor de ella se hierran cada año veinte mil becerros. 23.- Dase cualquier árbol de cultura en el dicho término. 24.- Dase mucho trigo y mucho maíz y cualesquiera hortalizas, que sirven de sustento para los dichos vecinos. 25. 26. 27.- Hay lobos y zorros grandes que llaman acá "coyotes", que son dañosos para los ganados. 28. 29. 30.- Proveense de mantenimientos y vestidos necesarios de la ciudad de México: en recuas y en carros la traen. 31.- Las casas son de paredes hechas de adobes y cubiertas con buenas vigas y tablas, y de terrado, que no las pasa el agua. 32. 33.- Y sus contrataciones es vender harina y trajinarlas a otras partes. 34.- Cae en la diócesis del Obispado de Michoacán, que está a diez y siete leguas de la catedral y tiénela a la banda del sur. Caminase por tierra llana. 35. 36.- Hay un monasterio de la orden del Señor San Francisco, donde residen cuatro religiosos. Fundose por mandado del dicho Visorrey Don Martín Enríquez". Mapa orográfico de la Intendencia de Guanajuato levantado en 1817. Aparecen las ciudades, villas y haciendas que entonces había. En color azul oscuro el río Grande de Toluca y los Caminos Reales que cruzaban por la Intendencia7 Así, los sesenta vecinos de la villa española de Celaya, tenían unos alrededores en los que se reproducían las huertas con sus duraznos, membrillos, granadas, uvas, higos y otros frutales, todas las semillas de legumbres, las plantaciones de trigo y maíz, los becerros, en los que se levantaban los mezquites, los sabinos, a los que rodeaban los cerros vecinos de Juan Martín, Barajas y Santa María. Esos sesenta vecinos de la villa estaban rodeados por numerosas poblaciones de indios o por grupos dispersos de indios, situados “a una legua y a dos y a tres, sujetos de la cabecera de Acámbaro…” http://elsenordelhospital.blogspot.com/2011 /09/el-camino-real-su-paso-por-el-bajio-en.html 7 Uno de los grupos dispersos de indios se bicaron en Celaya y en los territorios que la rodeaban, y que terminó siendo el grupo dominante, era el grupo de los otomíes8 que se habían derivado del numeroso conglomerado humano caracterizado por su monolingüismo -por la lengua ñahñu considerada como una de las más antiguas de México-, y que había ocupado desde hacía varios milenios antes de la era cristiana, la zona de la altiplanicie mexicana que abarca parte de los actuales territorios del Estado de México, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Michoacán, Tlaxcala, Puebla y Veracruz. 9 Cuando los españoles llegaron a México, el encuentro con los otomíes fue inevitable. Según el Códice Florentino y tal como lo refiere León Portilla, los otomíes fueron atacados por los españoles con graves consecuencias: 10 Pero a los otomíes de Tecóac muy bien los arruinaron, totalmente los vencieron. Los dividieron en bandas, hubo división de grupos. Los cañonearon, los asediaron con la espada, los flecharon con sus arcos. Y no unos pocos sólo, sino todos perecieron. Y cuando Tecóac fue derrotado, los tlaxcaltecas lo oyeron, lo supieron: se les dijo. Mucho se amedrentaron, sintieron ansias de muerte. Les sobrevino gran miedo, y de temor se llenaron. 8 El término otomí deriva del náhuatl otómitl que significa “cazadores que llevan flechas”, o “quien camina con flechas”, o “flechador de pájaros.” El gentilicio derivaría de Otón, nombre de un caudillo otomí prehispánico. En las concepciones de los aztecas, esto significaba considerarlos como grupo étnico inferior y bárbaro, como pueblo perezoso e indolente. 9 Hacia el quinto milenio antes de la era actual (-5,000), los pueblos llamados de habla otomangueana formaban una gran unidad pero lentamente las lenguas se fueron diversificando y el pueblo se fue expandiendo geográficamente a partir de la domesticación del maíz, el frijol y el chile. Los especialistas han llegado a esta conclusión pues hay una gran cantidad de términos en estas lenguas otomangueanas que hacen referencia a la agricultura. 10 http://webcache.googleusercontent.com/ search?q=cache:aPYp6CrqeSkJ:es.wikipedia.org /wiki/Otom%C3%AD+codice+florentino.+tecoac&cd=1&hl=es&ct=clnk&gl=mx&source=www.go ogle.com.mx. (Consultado el 10 de marzo de 2011). Como pasó con las demás naciones indias, también los otomíes fueron cristianizados después de la conquista de Tenochtitlan. La orden que se encargó primeramente de esta tarea, entre los años de 1530 a 1541, fue la de los franciscanos que se habían concentrado en las actuales Xilotepec y Tula. Después entraron los agustinos. La cristianización implicó someterlos al proceso de adaptación a las formas de organización política europeas, que dieron origen a la estructuración de las comunidades indígenas en mayordomías, y a la aculturación. 11 A medida que los españoles fueron ocupando los antiguos asentamientos indígenas, entre ellos los territorios otomíes, algunas familias otomíes fueron obligadas a acompañar a los conquistadores en la dominación de las regiones ubicadas al norte de Mesoamérica por lo cual fueron colonizadores otomíes los que se asentaron en actuales ciudades guanajuatenses como San Miguel el Grande (hoy San Miguel de Allende) y otras ciudades de El Bajío. O sea que el proceso de colonización de estos territorios fue esencialmente obra de los otomíes quienes, teniendo como punta de lanza el señorío de Xilotepec en el actual Estado de México, formaron un ejército auxiliar del español, se asentaron en San Juan del Río y en Acámbaro en 1526 y después, en los territorios donde se fundarían Celaya, Santa Cruz y Salamanca. A fines del siglo XVI, algunos poblaron en León el barrio de San Miguel. Al llegar a estos lugares, los otomíes aprovecharon su habilidad para comunicarse con los pueblos nómadas de la zona, se fueron estableciendo a lo Se entiende por aculturación al resultado de un proceso en el cual una persona o un grupo de ellas adquiere una nueva cultura (o aspectos de la misma), generalmente a expensas de la cultura propia y de forma involuntaria. Una de las causas externas tradicionales ha sido la colonización. 11 largo de los ríos Querétaro y Laja y lograron evadir por años el dominio de los españoles y con ello el pago de tributo a los encomenderos y la imposición de la religión católica que hacían los frailes. Estos grupos humanos de artesanos estaban conformados por agricultores que cultivaban principalmente maíz, chile, frijol y nopal, productos base de su alimentación. Para completar su dieta cazaban conejos, venados y pájaros. Existían entre ellos los denominados mandones o señores que eran quienes daban las órdenes. Los principales, denominados calpixques, regían a los demás, los otontlamacazque. Existían también los adivinos, tlaciuhque, que podían conocer lo que su Dios les ordenaba y a los que se les conocía como “allegados y semejantes a su Dios “pues podían hablar con el dios Yocipa. El xacal dedicado al dios era diferente a los demás; en él habitaban los sacerdotes o tlamacasques que adoctrinaban y criaban ahí mismo a muchachos y hacían las penitencias por todos los de la etnia. 12 Ahora bien, antes de la llegada de los españoles la mayoría de las comunidades indígenas se ubicaba en el espacio de una manera que luego causó problemas a los conquistadores13 porque la relación entre el espacio y el tejido social era muy particular. Entre los pueblos de la meseta central mexicana, no en El Bajío, existía el altepetl que en lengua náhuatl designaba tanto a la ciudad como al pueblo rural. Estaba organizado en grupos denominados calpultin, familias Fray Bernandino de Sahagún. Los otomíes en las fuentes. http://www.arqueomex.com/S2N3n PALABRA73.html. (Consultado el 3 de octubre de 2010). 13 Federico Fernández Christlieb y Pedro S. Urquijo. “Los espacios del pueblo de indios tras el proceso de Congregación, 1550-1625.” Investigaciones Geográficas. UNAM, número 60, México, agosto 2006, redalyc.uaemex.mx/pdf/569/56906012.pdf (Consultado el 25 de junio de 2010). 12 emparentadas entre sí y que compartían un mismo oficio, un mismo origen y un mismo dios protector. Al interior del altepetl podía haber calpultin pertenecientes a etnias diferentes. Cada altepetl tenía como gobernante un tlatoani que podía salir de cualquier calputin. También cada uno tenía un tianquitztli, mercado. Al interior del altepetl, cada calpultin tenía su nombre distintivo que se conservaba aún después de la migración y ocupaba un espacio al interior del grupo urbano -que los españoles llamaron “barrios”- aunque participaba de espacios comunes: el templo, la plaza, el temazcal. El altepetl (ciudad o pueblo) y el calputin (barrios) no ofrecían inconveniente alguno a los españoles porque así eran los conglomerados medievales europeos. Pero el problema se les presentaba cuando encontraban un altepetl sin aglomeración, ni vinculaciones aparentes entre calpultin o entre familias del mismo oficio. Cuando eso sucedía, ellos sólo veían “casas desparramadas”, sin “orden ni concierto”, viviendo “como las bestias”. En otras palabras, el que una vivienda estuviera separada 200 metros de la otra y que aun así pertenecieran al mismo barrio, era incomprensible para los europeos. Y por eso decidieron modificar la geografía a partir del argumento de que si se quería civilizar a los naturales había que sacarlos de sus barrancas y reagruparlos en pueblos nuevos ubicados en lugares planos, lejos de cerros de difícil acceso. Para reagrupar a los indígenas en nuevos lugares los españoles siguieron criterios diferentes de los que habían seguido los pueblos indios. El criterio prehispánico, por ejemplo, era el de seleccionar un sitio después de años de observación del comportamiento ambiental (estabilidad de laderas, abastecimiento de agua, etc.) y de la provisión de recursos que tuviera el área (madera, piedras, tierras, vegetales, animales para caza, hierbas medicinales, llanuras para sembrar, etc.). El sitio del altepetl debía ser el de una “rinconada” (xomulli): herradura de cerros en cuyas laderas ubicar las casas, una olla que acumula agua y los recursos ubicados a una altitud determinada (mientras más arriba más recursos). Desde estos criterios, resulta natural encontrarse con que los nombres de los pueblos indios describían algún rasgo del paisaje. En el criterio español, la selección del sitio dependía de que el mismo fuera apto para el cultvo de las tierras (llanuras) y para hacer pastar al ganado. Reflexionando sobre lo anterior, podemos observar que el espacio geográfico donde se levanta Rincón de Tamayo, responde perfectamente a las características de los asentamientos prehispánicos aunque el asentamiento se haya dado después de la llegada de los españoles a México y como consecuencia del desplazamiento de los otomíes. Allí, los otomíes habrían seleccionado el sitio en el cual se plantarían analizando el comportamiento ambiental, la ubicación de recursos, etc. Tamayo se llama Rincón precisamente porque fue fundado en una rinconada de cerros, lugar privilegiado para las tomas de agua y protección de los vientos y en una zona donde abundaban los manantiales (había dos arroyos cercanos y tierras fértiles para el cultivo). El territorio tambien era muy estratégico para la defensa en caso de ataque: el poblado otomí se colocó en una posición desde la cual se observaba el horizonte montañoso lo cual permite el establecimiento de un calendario astronómico y agrícola. Un elemento como el calpultin es también bastante claro de distinguir en el actual Rincón de Tamayo pueblo que se divide en diferentes barrios. Imagen de la vida cotidiana prehispánica14 Ahora bien, en estos territorios de El Bajío, los pueblos originarios no habían instalado estrictamente los llamados altepetl, ordenamiento espacial, o las cabeceras de linajes (tecalli) que se observan en los antiguos asentamientos indios del valle de México o de la Sierra Norte de Puebla. Por eso, cuando los españoles conquistaron el Valle de los Chichimecas, al tener que decidir sobre la ubicación y asentamiento de los pueblos indígenas, casi partieron de cero, improvisando y creando un ordenamiento nuevo exento de la carga política y económica ancestral que arrastraban los pueblos del Valle de México y sus lugares circundantes. Luis Alberto López Wario, Francisco Javier Ortuño Cos. Una vida en el preclásico. http://www.arqueomex.com/S2N3nFORMATIVO73.html. (Consultado el 4 de octubre de 2010). 14 En el caso de la región que nos interesa, Celaya y sus alrededores, la conquista española tuvo características muy particulares porque a ella contribuyeron los propios indios otomíes que se sometieron a los españoles para lograr la derrota del pueblo originario que más se oponía a la conquista: los chichimecas. ¿Cómo pasó esto? En la región de Querétaro y Guanajuato hubo, según Wright,15 cuatro etapas colonizadoras. 1) La etapa clandestina (1521-1540). En esta primera época el cacique otomí Conín fundó Querétaro y se sometió luego a Bocanegra, primer encomendero de la región, tras ver que toda resistencia contra los españoles era infructuosa. Esto provocó la rebelión de los grupos chichimecas que quisieron matar a Conín y a los otomíes por haber tenido tratos con los españoles. Conín tuvo una larga historia –parece haber sido el descubridor del valle de Apaseo donde también fue encomendero Bocanegra- pero no es la suya la que nos interesa de manera más particular sino la de Nicolás de San Luis Montañez, según su nombre como bautizado, indio cacique autoproclamado descendiente de los emperadores de Tula. Este otomí, que probablemente también participó de la fundación de Querétaro, acompañó a Francisco Montaño a Michoacán, recibió el cacicazgo y gobernación de Tula como premio y ordenó, en 1526, el trazado del pueblo de Acámbaro donde se concentraron tarascos, otomíes y guamares. También se le ha atribuido la fundación de numerosas congregaciones y de muchos otros pueblos -como el de Celaya-. San Luis Cfr. Yolanda Lastra de Suárez. Los otomíes: su lengua y su historia. UNAM/Instituto de Investigaciones Antropológicas. México, 2006, p. 131. 15 repartió a sus capitanes otomíes para que fueran a poblar Acámbaro, San Pedro Puruaga, Jerécuaro, Santiago Tarandacuan, Tarimoro, Salvatierra y… el Rincón (más adelante, Rincón de Tamayo). Cuando los españoles llegaron a Tula, ya habían salido de allí numerosos grupos de otomíes que siguieron estableciendo poblaciones como la de San Juan del Río. Los conquistadores otomíes siguieron operando por mucho tiempo. 2) La etapa de la integración de los otomíes al sistema novohispano (15411550). En esta etapa empezaron a llegar ganaderos españoles y misioneros franciscanos y los otomíes perdieron su autonomía. Tuvieron que pagar tributos a los encomenderos, someterse a las acciones evangelizadoras y prestar su mano de obra dentro del sistema de repartimientos. Cada pueblo de indios tenía su consejo, que administraba la tierra comunal y cobraba los tributos. 3) La etapa armada (1551-1590). Para los años 60 y 70 se fundaron Pénjamo, Celaya, León e Irapuato que tenían habitantes otomíes. En el caso de Celaya, - que era un poblado otomí (Na-ta-hí) sobre el que se fundó la ciudad española como presidio, como frontera contra el territorio chichimeca y que comenzó como alcaldía mayor dependiente- la villa se subordinó a la provincia de Michoacán y particularmente a la villa de Yuririapúndaro, cabecera de multitud de poblados otomíes. 4) La etapa de la posguerra (1591-1650). Se produjo una fuerte migración de españoles hacia El Bajío. También habría habido una segunda migración otomí principalmente en el corredor Celaya-Acámbaro. O sea que en la región, Querétaro, Acámbaro, San Pedro Puruaga, Jerécuaro, Santiago Tarandacuan, Tarimoro, Celaya, Salvatierra, Rincón de Tamayo, San Juan del Río… fueron fundados entre 1521-1540 por otomíes cuando ya se había producido la conquista española de México. En la etapa de la integración de los otomíes al sistema novohispano (15411550) en que empezaron a llegar los ganaderos españoles y los misioneros franciscanos, los otomíes perdieron su autonomía y en la alcaldía mayor de Celaya, ahora refundada como ciudad española (1570), se impuso el despojo de las tierras. Tras la fundación, sobre el antiguo poblado otomí Natahí, los españoles trataron de que los naturales vivieran fuera de la ciudad, en las llamadas repúblicas de indios, donde tenían parcelas y cultivaban legumbres que vendían en el mercado local. Esos lugares son los viejos barrios celayenses de El Zapote, Resurrección, Santiago y San Antonio. Estos indios, que participaban activamente en las fiestas de la Santa Cruz, tenían mejores condiciones de vida que los que vivían diseminados en los campos y regiones cercanas como la de Rincón de Tamayo. En cuanto al despojo de las tierras indígenas, éste se hizo a partir de cuatro instituciones centrales: la encomienda, el reparto de indios, la estancia y la hacienda. La encomienda. Fue establecida en la Nueva España a principios del siglo XVI. Los indígenas, como súbditos de la Corona, debían pagar una retribución al encomendero español, ya fuera en especie o por otro medio, por el disfrute de un bien o por una prestación que hubiese recibido. Los tributos indígenas en especie (que podían ser metales, ropa o bien alimentos como el maíz, trigo, pescado o gallinas) eran recogidos por el cacique de la comunidad indígena, quien era el encargado de llevarlo al encomendero. El encomendero estaba en contacto con la encomienda, aunque su lugar de residencia era la ciudad, y debía cuidar del bienestar de los indígenas en lo espiritual y en lo terrenal, asegurando su mantenimiento y su protección, así como su adoctrinamiento cristiano. La encomienda permitió organizar a la población indígena como mano de obra forzada que beneficiara a la Corona y a los españoles. Los abusos cometidos hicieron que desde 1570 en adelante los encomenderos ya no pudieran gozar del servicio personal de sus encomendados y que en el siglo XVII la encomienda se encontrara en total decadencia aunque su abolición legal y definitiva recién se dio en el siglo XVIII. Hacia 1530-40, todas las comunidades otomíes del Valle del Mezquital y la Barranca de Meztitlán habían sido repartidas en encomiendas. Posteriormente, cuando la Corona modificó la legislación y aparecieron las llamadas repúblicas de indios, las comunidades otomíes alcanzaron cierta autonomía con respecto a las poblaciones hispano-mestizas. Las políticas de la Corona, que con la creación de las repúblicas de indios, permitieron el fortalecimiento de los cabildos indígenas y el reconocimiento de la posesión de las tierras comunales por parte del Estado español, fueron los elementos clave para que los otomíes conservaran su lengua y, hasta cierto punto, su cultura indígena. Sin embargo, especialmente en lo que respecta a la posesión de la tierra, éstas, como las demás comunidades indígenas, padecieron despojos a lo largo de los tres siglos de colonización española. En el caso de Celaya, el reparto de encomiendas continuó más fuertemente después de fundada (1570) y hasta el siglo XVII.16 En El Bajío en general, desde 1570 hasta 1630 el rápido crecimiento de esta forma de propiedad aseguraría el futuro desarrollo de una gran sociedad agraria. La riqueza acumulada por los encomenderos es visible si se observan los restos materiales de su poderío que han subsistido hasta nuestros días. Tal es el caso de la Casa del Diezmo de Celaya (así llamada porque allí se hacía la recaudación del diezmo que se le pagaba a la Iglesia), construida por el soldado que viniera con Hernán Cortes, Hernán Pérez Bocanegra, que fue también escribano al terminar la conquista. En 1543 Pérez Bocanegra se convirtió en el primer encomendero de la región y construyó una casa granero en lo que era Natahí, habitando en Celaya antes de su fundación oficial. En la siguiente fotografía se muestra el estado actual de esta propiedad. En 1570 el virrey don Martín Enríquez de Almanza estudia la autorización de la fundación de Celaya a partir de los argumentos que le presenta el grupo de españoles interesados: ahí existían tierras cómodas y con disposición para fundar en ella una villa que, además, serviría para proveer de abastecimientos a las minas de Guanajuato, Zacatecas y a otras villas, además de ya ser una tierra segura sin levantamientos por parte de indios. Con base en estos argumentos, el virrey nombra en 1571 a las primeras autoridades. Ya dijimos que Celaya surgiría como uno de los fuertes de defensa contra los ataques indígenas. 16 Casa del Diezmo de Celaya, propiedad del encomendero Hernán Pérez Bocanegra El repartimiento de indios. Era un servicio retribuido con un salario, surgido a partir de la decadencia de la encomienda. En el repartimiento: todos los indígenas de entre 14 y 60 años (a excepción de los nobles de cada comunidad) debían realizar trabajos forzosos a favor de los empleadores españoles. Las comunidades enviaban cada seis meses sus cuadrillas y las labores no debían durar más de dos semanas. A los indígenas se les empleaba en trabajos agrícolas, mineros, de obras públicas y hasta de servicio doméstico. A cambio, cada uno de los trabajadores recibía una paga proporcional al tipo y tiempo de trabajo realizado. En cada repartimiento estaban los oficiales reales cuya labor era la de evitar que los empleadores españoles abusaran de los indígenas. A inicios del siglo XVIII la Corona suprimió los repartimientos por la presión de los sacerdotes protectores de los indígenas y por considerar que se trataba de un trabajo forzoso. En su lugar, se dio el trabajo libre asalariado en el que los trabajadores agrícolas, industriales, ganaderos y mineros se ponían de acuerdo con el empleador para recibir un salario por su quehacer.17 Íñigo Fernández Fernández. Historia de México para principiantes. 4www.liceus.com/cgibin/ac/pu/2503.Asp (Consultado el 25 de noviembrede 2010). 17 Los hacendados optaron en muchas ocasiones por pagar el tributo al encomendero alegando que los indios preferían estar en la hacienda y no en los pueblos sujetos a encomienda. La estancia. La ocupación española básica se estableció a partir de las 25.000.000 de varas cuadradas (1.755 hectáreas) que se entregaban al español que había prestado servicios a su Majestad para que criara en ellas el ganado mayor: ésa era la estancia. Frecuentemente esa extensión se ampliaba y el conquistador obtenía, además, tierras destinadas a la labor con lo que se conformaba una unidad agropecuaria. Con el correr del tiempo muchas de esas tierras se convirtieron en congregaciones, pueblos, villas y ciudades. Las primeras estancias de los alrededores de Celaya, se otorgaron a los primeros encomenderos españoles que obtuvieron mercedes de las autoridades novohispanas y que se establecieron en Guanajuato. En Acámbaro, Apaseo, y Cuerámaro figuran Juan de Villaseñor y Cervantes (1529) y Hernán Pérez de Bocanegra. Pero también figura el indígena Conín bautizado como Fernando de Tapia. El citado Villaseñor obtuvo luego, en 1544, una nueva merced desde la cual se constituyó un enorme latifundio situado en Cuerámaro (estancia de Tarimoro). Esto demuestra que las mercedes originales podían luego ser ampliadas. Estos repartos involucraron, seguramente, al territorio que hoy ocupan Rincón de Tamayo y sus alrededores. La hacienda. La voracidad española sobre las tierras indígenas se relacionó con la cada vez más creciente demanda interna y externa de productos agrícolas y ganaderos. Esa demanda propició la expansión territorial y económica de las labores y estancias de ganado y dio lugar al surgimiento la hacienda, palabra que aparece usada por primera vez en Nueva España, en la segunda mitad del siglo XVI, en los planos de algunas propiedades de este tipo.18 La hacienda o latifundio, dirigida a abastecer el mercado local, regional o nacional, fue el resultado de la fusión de la encomienda, de la estancia de ganado y de la estancia de labor o “de pan llevar.” Pero no fue hasta el siglo XVII cuando la hacienda se constituyó, según Terán Bonilla19, en la principal unidad productiva de la colonia con una organización compleja y unas características estructurales muy concretas: Dominio sobre los recursos naturales de una zona (tierra y agua) Dominio sobre la fuerza de trabajo Dominio sobre los mercados regionales y locales La estructura general de una hacienda era la siguiente: Un “casco” en el que se ubicaban la “casa grande” (vivienda del hacendado y su familia), las oficinas, la cárcel, los establos, las huerta y, en ocasiones, una escuela. Un conjunto de viviendas modestas (del tenedor de libros, del mayordomo, de los capataces, etc.) Una capilla. Las trojes para almacener y moler los granos y semillas. Gisela Von Wobeser. La formación de la hacienda en la época colonial. El uso del agua y la tierra. Instituto de Investigaciones Históricas, UNAM, México, 1983, pp. 14 y 66. 19 José Antonio Terán Bonilla. “Arquitectura rural en México. Las haciendas de una región”. Estudios sobre arquitectura iberoamericana. Ed. Junta de Andalucía, Consejería de Cultura y Medio Ambiente, Sevilla, 1990, p. 21. 18 Las chozas para los peones acasillados. Hacienda de San Diego del Jaral de Berrio, Guanajuato 20 Las haciendas de El Bajío fueron agrícolas, ganaderas y obrajes (manufactura textil y elaboración de productos derivados de la cría de ganado y de la curtiduría). Todas ellas estaban estrechamente vinculadas a las haciendas de beneficio minero de Guanajuato. En la intendencia de Guanajuato existían, para el siglo XVIII, 448 haciendas, que con mucha frecuencia se encontraban a cargo de administradores -los dueños vivían en la ciudad de México- que controlaban el trabajo de jornaleros o peones retenidos por deudas, más que de aparceros o rancheros.21 Los peones de las haciendas eran indios y negros que podían desempeñar un trabajo temporal o el denominado “encasillados.” Los primeros eran contratados para trabajar por temporada, de acuerdo a las tareas propias del campo o producción. Los segundos tenían el consentimiento de los hacendados para poder vivir comunitaria y pobremente en la hacienda y con la ventaja de contar con trabajo permanente. 20http://vamonosalbable.blogspot.com/2009/08/los-propietarios-de-la-hacienda-de-san.html Eric R. Wolf. “El Bajío en el siglo XVIII. Un análisis de integración cultural.” D. Barkin (coord.) Los Beneficiarios del Desarrollo Regional. México, SEP/Setentas, 1972, p. 80. 21 De las 448 haciendas guanajuatenses, 58 se encontraban en Celaya.22 Ex - Hacienda de Roque, Celaya, Gto. Enero de 2007 Capilla de la ex - Hacienda de Trojes, Celaya, Gto. Enero de 2007 Rafael Soldara Luna. “Haciendas de Celaya. Su historia, arte y belleza.” Suplemento especial N° 2, Celaya, Gto., pp. 5,9,11,12. 22 El Sol del Bajío. 2. Rincón de Tamayo Rincón de Tamayo se encuentra ubicado a 13 km. de la ciudad de Celaya. Para intentar reconstruir la historia de este poblado, muy cercano y correlacionado con Canoas, hay que recurrir tanto a la historia general como a las investigaciones locales que se han realizado23 y a la memoria recuperada por los habitantes aunque esa memoria es insuficiente cuando se trata de recrear el pasado más lejano. Del mundo prehispánico sabemos que Rincón de Tamayo y sus alrededores estuvo habitado por grupos purépechas, chichimecas y probablemente teotihuacanos. Todos estos pueblos se dedicaban a la caza, recolección y agricultura, con menor desarrollo cultural que los del altiplano aunque participaban de las pautas de sus vecinos más desarrollados: la cultura Chupícuaro y la purépecha. La población estaba diseminada: en la zona no se han observado ni grandes asentamientos urbanos ni construcciones monumentales. Eran pueblos que tenían una visión politeista con fiestas rituales vinculadas con los ciclos agrícolas y sentimientos religiosos fuertemente acendrados. Posteriormente, en la primera mitad del siglo XVI, se estableció en Rincón de Tamayo un grupo de otomíes que vivía disperso como se aprecia en las ruinas sobrevivientes en la zona. Se dice que fue en el lugar denominado “ El Peñero” donde se asentaron los fundadores otomíes de Rincón de Tamayo.24 La presencia CeCYTEC. Rincón de Tamayo: el municipio perdido. Series monográficas V. Códice reproducciones Gráficas S.A de C.V., 23 de agosto de 2004. 24 Muchos años después, en ese mismo lugar se establecería la familia de origen vasco y de apellido Tamayo, que fundaría la hacienda del lugar. 23 de estos grupos en el área ha quedado atestiguada en las ruinas piramidales de La Cruz de la Peña, Los Tepetates, Arroyo del Varal y especialmente en El Peñero,25 asentamientos en los que se han encontrado figurillas -excavadas en el camino al rancho Los Huesos-, vasijas prehispánicas, piedras, cráneos, cuchillos de obsidiana y cuentas de collar con figuras prehispánicas. Toda esta riqueza cultural se encuentra en manos de particulares. 26 2.1 La hacienda de San Antonio del Rincón Cuando se fundó el presidio de Celaya, el territorio de Tamayo quedó incorporado a esa alcaldía donde también, puesto que era parte del orden colonial, se establecieron encomiendas, estancias y haciendas. De todas las haciendas de la zona y de los pueblos que de ellas se fundaron, nos interesa particularmente la de Rincón de Tamayo pues fue de allí de de donde derivaría el pueblo de Canoas. La hacienda referida se llamaba hacienda de San Antonio del Rincón. Dependiente de la alcaldía mayor de Celaya, se fundó entre mediados y fines del siglo XVII y tuvo como vecinas a las haciendas de Santa María del Refugio, El Sauz, Ojo Seco, Jofre, Juan Martín y San Nicolás de Parra. Fue su fundador el vasco don Antonio Tamayo, que se estableció con su familia en Los Tajos y El Peñero, manantiales de agua azul y cristalina donde se ubicaba el asentamiento otomí. La propiedad fue conocida o como Hacienda de San Antonio de Rincón de Tamayo, por el apellido del propietario, o como Hacienda de San Bartolomé del Rincón, por su santo patrono. 25 26 CeCYTECc. Rincón de Tamayo: el municipio perdido. Series monográficas, op.cit., p.22. Idem, p. 23. No nos ha sido posible identificar cuál fue el medio por el cual Tamayo obtuvo las seis mil hectáreas de tierras que se extendían desde los Huesos hasta El Salto y desde la hacienda de San Lorenzo hasta la hacienda de El Sauz:27 ¿obtuvo una merced real, compró las tierras en un remate, despojó a los naturales, tenía algún pariente con cargo público importante –en el ayuntamiento, en la audiencia, en la universidad, en el cabildo eclesiástico? Tampoco sabemos con exactitud en qué fecha fundó su hacienda Antonio Tamayo. Pero tenemos dos datos de principios del siglo XVIII que nos han permitido afirmar que la fundación fue en el siglo XVII: 1. En 1700 se reconstruye el casco de la hacienda de temporal de San Antonio28 lo que indica que el mismo había sido construido bastante antes de esa fecha como para que ya ameritara reconstrucción. 2. En 1711 y 1718 Antonio Tamayo ya aparece en las crónicas de la alcaldía mayor de Celaya como propietario de la hacienda de San Bartolomé del Rincón, antiguo nombre de Rincón de Tamayo. En el caso particular del territorio que ocupó la hacienda de San Bartolomé del Rincón, de los datos que hemos encontrado hemos deducido lo siguiente: Tras la conquista española los asentamientos otomíes de la zona fueron reducidos al régimen de encomienda (el reparto de encomiendas en El Bajío Id, p. 24. http://rincondtamayo.blogspot.com/2009/ 08/la-fundacion-de-rincon-de-tamayo.html. (Consultado el 1 de octubre de 2010). 27 28 se extendió entre 1570 y 1630) o bien sus tierras se convirtieron en una estancia ganadera. La hacienda se funda entre 1630 y 1652-1659. ¿Por qué? En 1630 se pone fin al reparto de encomiendas y entre 1653 y 1660, el virrey Francisco Fernández de la Cueva recibe una petición de unos naturales: independizar sus pueblos de sus haciendas. Entre estos naturales están los de los pueblos de El Aguaje (Villagrán), Amoles (Cortazar), San Bartolomé del Rincón (Rincón de Tamayo) y Comontuosso (Juventino Rosas). No obtienen respuesta positiva. En ese mismo siglo XVII, no sabemos en qué año, las tierras fueron entregadas a Antonio Tamayo o compradas por él para fundar en ellas una hacienda siendo él su primer propietario. Unos años después el mismo don Antonio Tamayo habría recibido en su hacienda a unos sacerdotes franciscanos que llegaron de Apaseo el Alto el 24 de agosto de 1715, día de San Bartolomé Apóstol, y que serían quienes comenzaron con la evangelización de los indígenas del lugar. No hemos podido confirmar este dato en los archivos franciscanos de Celaya. Si esto fuera así, obsérvese el tardío proceso de evangelización que se dio en la zona. En 1711, nuevamente los naturales de los cuatro poblados mencionados (El Aguaje, Amoles, San Bartolomé del Rincón y Comontuosso) apoyados por los curas franciscanos interesados en fundar sus parroquias donde brindar los sacramentos y donde recaudar mejor sus ingresos, piden a las autoridades de la alcaldía mayor de Celaya que acepten la independencia de sus pueblos. Los hacendados se niegan rotundamente porque las tierras en donde se establecerían los pueblos, serían tomadas de sus propiedades. Tras la negativa de los hacendados, apoyados por el alcalde mayor de Celaya, el virrey Baltasar de Zúñiga y Guzmán ordena al alcalde de León se encargue de la división de esas tierras. Éste lo hace y finalmente, tras ochenta años de gestiones, en 1718 fueron autorizadas las fundaciones de los pueblos que durante la época colonial y tomando los nombres de los santos patronos de las casas grandes de sus haciendas, fueron llamados por el propio virrey, La Purísima Concepción Conquistadora del Guaxe (hoy Villagrán); San Joseph de los Amoles (hoy Cortazar), San Bartolomé del Rincón (hoy Rincón de Tamayo)29 y Santa Cruz de Comontuosso ( Santa Cruz de Galeana o Santa Cruz de Juventino Rosas o simplemente Juventino Rosas).30 Lo anterior nos explica por qué se habla de una hermandad entre las cuatro ex – haciendas, tres ahora municipios y el “municipio perdido” como es llamado Rincón de Tamayo que no ha podido independizarse del municipio de Celaya. En el caso particular de la fundación de la hacienda de San Bartolomé del Rincón, de los datos que hemos encontrado hemos deducido que la misma, que antes pudiera haber sido una encomienda -el reparto de encomiendas en El Bajío se extendió entre 1570 y 1630- o una estancia ganadera, se habría fundado en el siglo XVII entre 1630 (fin del reparto de encomiendas) y 1653 (fecha de la primera petición de los naturales que piden independizarse de sus haciendas). Pero ¿habrá sido, entonces, su primer propietario Antonio Tamayo? Es probable que no, aunque la hacienda lleve su nombre, porque entre 1653 y 1711 (en esa fecha ya se Inmediatamente después de fundado el pueblo de Rincón de Tamayo (1718) los franciscanos comenzaron, en 1721, la construcción del templo. 30 Manuel Serrano Carrillo. Manuscritos inéditos para la fundación de los pueblos-doctrina El Guaxe, Amoles, El Montuosso y San Bartolomé del Rincón. Septiembre del 2000, Celaya, Gto., p. 9. 29 lo cita en los documentos oficiales como hacendado de San Antonio del Rincón), pasaron 58 años a los que habría que sumar los que tuviera Tamayo en 1653 fecha en que ya era, aparentemente, un hacendado. Con los índices de longevidad de la época podríamos dudar de que en la primera petición de independencia de esos pueblos el hacendado fuera Antonio Tamayo pues entonces él debía tener al menos 80 u 85 años. Aún más: para 1718, todavía figura como el hacendado de San Antonio del Rincón y con esos cálculos, entonces ya frisaría los 90. Estado actual de la Hacienda San Antonio del Rincón Rincón de Tamayo, Gto., agosto 2011 San Antonio era una hacienda muy grande. Para años después de su fundación no tenemos datos de si conservaba sus 6.000 hectáreas originales pero sí tenemos datos que indican que albergaba a muchos trabajadores. conservado los padrones (especie de Se han nóminas o listas de las poblaciones por medio de las cuales se controlaban los pagos de los tributos reales y eclesiásticos) que son una riquísima fuente de información para los historiadores. Soldara Luna reproduce el de 1761. En el padrón nos damos cuenta cómo se clasificaban los habitantes: estaban los españoles y “gente de razón” y los indios sirvientes y arrimados. Para el año 1761, el padrón dice que la hacienda de San Antonio tenía una familia del primer tipo con dos individuos y 46 familias del segundo tipo con 102 individuos.31 Para entonces, en la hacienda se pagaba a los peones no con dinero sino por medio de cuarterones de maíz. La que hoy es una vieja finca rústica, prácticamente abandonada, pasó por muchas manos tal como podemos apreciar en el siguiente cuadro que arranca desde la fundación y termina con datos de la actualidad. FECHA 1653 y 1660 PROPIETARIO DATOS DISPONIBLES ¿? El virrey Francisco Fernández de la Cueva recibe la petición de unos naturales de: independizar sus pueblos de sus haciendas. Entre estos naturales están los de los pueblos de El Aguaje (Villagrán), Amoles (Cortazar), San Bartolomé del Rincón (Rincón de Tamayo) y Comontuosso (Juventino Rosas). No obtienen respuesta positiva. Siglo XVII ¿Año? Antonio Tamayo Fundador de la hacienda. 1700 Antonio Tamayo 1711 Antonio Tamayo 1718 Antonio Tamayo Se reconstruye el casco de la hacienda de temporal de San Antonio. Naturales de los actuales pueblos de Villagrán, Cortazar, Rincón de Tamayo y Juventino Rosas piden independizar sus pueblos de las haciendas a las que pertenecen. Antonio Tamayo se opone a la fundación de San Bartolomé del Rincón. Después de más de ochenta años de peticiones, se funda el pueblo de San Bartolomé del Rincón, hoy Rincón de Tamayo. Rafael Soldara Luna. “Haciendas de Celaya. Suplemento especial N° 3, Celaya, Gto., p. 6. 31 Su historia, arte y belleza.” El Sol del Bajío. Don Antonio Tamayo dueño de la hacienda de San Bartolomé del Rincón y otros hacendados locales se habían negado siempre a que se realizaran fundaciones de nuevos pueblos aduciendo que las tierras estaban rentadas y que con ello perderían parte de sus propiedades y los beneficios que de ellas obtenían. El alcalde celayense Juan Oregón de la Lama y Medrano los apoya e impide el trabajo de los agrimensores y vicarios pero el virrey Baltasar de Zúñiga y Guzmán ordena la ejecución del decreto de fundación. La hacienda debe ceder las tierras necesarias para la fundación. 1741 Lorenzo Rodríguez ¿? Juan de Dios Castro y Ochoa Herederos de Juan de Dios Castro y Ochoa 1787 1850 Antonio Septién 1853 Antonio Septién 1855 Trinidad Rivera 1865 Jerónimo Morales ¿? Carlos Caballero 1905 ¿? 1908 Joaquín Velásquez de León Se distingue por proteger a sus arrendatarios. Durante su época, el matrimonio español conformado por Miguel Arreguín y Rosalía Pérez y procedente de la Hacienda de Huapango, Rancho de Guadalupe, se convierte en arrendatario del hacendado y se ubica en las tierras que hoy conforman Canoas. Les siguen otros arrendatarios también procedentes del Rancho de Guadalupe. Se funda el Rancho de Canoas en tierras pertenecientes a la hacienda. Continúa protegiendo a los arrendatarios. En 1859, establece en Canoas, en terrenos que pertenecían a la hacienda, una fábrica de alcohol y una paila de jabón. Los productos se vendían en ciudades vecinas. El negocio fue destruido por los bandidos. Aparece como primer fraccionador de las tierras de la hacienda. Continúa protegiendo a los arrendatarios a los que finalmente ofrece en venta las tierras rentadas.32 El gobierno civil de Celaya confiere al Rancho de Canoas el título de Congregación. Ingeniero originario de la ciudad de México que sólo venía de vacaciones pero que era muy apreciado por los trabajadores porque les regalaba de 3 a 9 prendas de vestir cuando asistía, “Historia del pueblo de Canoas, comunidad del Municipio de Celaya, desde su fundación hasta 1945”. Los ojos del Tiempo. El Sol del Bajío. Suplemento Especial, N° 11, Celaya, 15 de noviembre de 2009, p. 6. 32 organizaba posadas para los niños en navidad y clases para aprender a leer y a coser. El también mandó a construir el pozo artesiano con bomba lo que trajo como consecuencia la aparición de la energía eléctrica.33 ? Carlos Malagón ? Petronilo Martínez,34 ¿Antes de 1915? 1912 José Guadalupe Montoya Militar también dueño de Cañones, El Sauz, Santa María del Carmen, Cerano, San Antonio y Santa María del Refugio. Con Martínez había trabajado desde niño Guadalupe Montoya. A él el terrateniente le vendió el casco de San Antonio por 200 pesos oro antes de la repartición para conformar los ejidos. Si consideramos que los procesos de reforma agraria que siguieron a la revolución mexicana empezaron con el decreto de Carranza de 1915, inferiríamos que Montoya adquirió la propiedad antes de esa fecha. Las tropas carrancistas se apropian de la hacienda El gobernador Antonio Madrazo expropia el terreno junto con el pozo y dona el tinaco y el equipo de bombeo. A un lado del pozo existía una atarjea en donde los animales y las personas de la comunidad iban por agua para satisfacer sus necesidades. Posteriormente este gobernador también expropia los terrenos de la hacienda. Las tierras se hacen ejidos pero no son aceptadas porque los sacerdotes dijeron que quien aceptara esas tierras se condenaría, por tomar algo que no era suyo. 35 1921 1979 Sarita Montoya Por gestiones de los pobladores, Congregación de Canoas obtiene la categoría de pueblo. La hija de Guadalupe Montoya, heredera del casco de San 33http://rincondtamayo.blogspot.com/2009/08/breve-resena-de-la-hacienda-de-san.html (Consultado el 25 de noviembre de 2010). 34 En un sitio de internet (rincondtamayo.blogspot.com/2009_08_01_archive.html -) que recoge los recuerdos de gente de Rincón de Tamayo que nació a principios del siglo XX, un informante clave recuerda que “en 1905 el señor más rico de Rincón de Tamayo fue don Petronilo Martínez, tenía un mozo que se llamaba Pedrito Vale Cuarta.” 35 http://rincondtamayo.blogspot.com/2009/08/breve-resena-de-la-hacienda-de-san.html. Hoy Jorge Suárez Inda Antonio, lo dona al primer obispo de Celaya, Victorino Álvarez Tena. Los problemas de tenencia de propiedades por parte del clero hacen que la diócesis de Celaya no pueda conservar el casco. El casco se sigue destruyendo y perdiéndose un gran patrimonio histórico de la región. Hacienda de San Antonio del Rincón Rincón de Tamayo, Gto., agosto 2011 3. Congregación de Canoas Los datos históricos más lejanos que hemos encontrado con relación a este pueblo datan del siglo XVIII y son recuperados en una monografía local: la realizada por fray José Rodríguez,36 también publicada en un artículo del periódico celayense El Sol del Bajío.37 Igualmente hemos encontrado datos muy valiosos en los archivos Fray José Rodríguez Andrade. Datos históricos del Pueblo de Canoas. México, 1945. Fray José Rodríguez Andrade. “Los ojos del tiempo # 11. HISTORIA DEL PUEBLO DE CANOAS, COMUNIDAD DEL MUNICIPIO DE CELAYA, DESDE SU FUNDACION HASTA 1945.” El Sol del Bajío, Celaya, 15 de noviembre de 2009. 36 37 parroquiales de Rincón de Tamayo custodiados actualmente por el párroco Manuel Rangel.38 A estos datos nos referiremos más adelante. El nombre oficial del pueblo no es Canoas sino Congregación de Canoas. En alguna ocasión se intentó cambiarle el nombre por el de Rancho de Guadalupe, en honor a la Virgen de Guadalupe, patrona del lugar; en otra ocasión, por el de Vistahermosa. Pero las propuestas no tuvieron éxito y siguió prevaleciendo el nombre histórico: Congregación de Canoas. Congregación se les llamaba a los “pueblos de indios.” Entonces hay tres preguntas básicas que hacerse: 1) ¿qué era una congregación?; 2) ¿fue el pueblo de Canoas una verdadera congregación?; 3) si no fue una verdadera congregación, ¿por qué ese nombre? Para contestarnos la primera pregunta, seguimos a Federico Fernández Christlieb y Pedro S. Urquijo.39 Cuando los españoles comenzaron a organizar el territorio conquistado, el cobro de tributos y la evangelización, la tarea se les facilitó en el altiplano central donde había grandes concentraciones urbanas (Tenochtitlan, Tlacopan y Texcoco) pero se les dificultó en las áreas rurales donde la población indígena estaba muy dispersa por lo cual había poca densidad poblacional. Fue entonces cuando decidieron que para poder controlar y adoctrinar a las familias de indios rurales había que agruparlos en puntos precisos, En la búsqueda de datos para ubicar a los hijos de los primeros pobladores de Canoas en esos archivos, colaboraron el señor Martín Arreguín Lara, la señora María Concepción Rodríguez Pérez y la señora Rosalba Poza Zúñiga. 39 Federico Fernández Christlieb y Pedro S. Urquijo. Los espacios del pueblo de indios tras el proceso de Congregación, 1550-1625. Op.cit. 38 había que hacer un reordenamiento territorial. A esas agrupaciones se les llamó “congregaciones” que eran los llamados “pueblos de indios.” En territorio guanajuatense estas congregaciones, que surgieron a partir del siglo XVI, se tuvieron que haber instalado no antes de fines de ese siglo considerando que la conquista inició en la década de los 30 y que la guerra contra los chichimecas, que se dio entre 1550 y 90 aproximadamente, no sería muy favorable para llevar adelante estas empresas. Enfocándonos a Congregación de Canoas en la zona no hay evidencia alguna de que allí haya habido un poblado prehispánico. Por ello creemos que Canoas no fue una congregación según lo que esto significó para los españoles, sino más bien un “pueblo de visita” nombre que se le daba a los lugares lejanos y de difícil acceso, a donde los misioneros eran mandados a establecer una capilla –cosa que aquí tampoco sucedió- que era atendida por los frailes de las cabeceras de doctrina. Además, el término Congregación no se le da al pueblo sino hasta el año de 1905, 52 años después de la fundación, y por el gobierno civil. No es sino hasta 1921 cuando se le da el título de delegación o pueblo por el gobierno de la ciudad de Celaya. Entonces, al ser fundado, este pueblo fue habitado por población española y mestiza -lo que implicó la manutención de ciertas pautas culturales, entre ellas la de extrema religiosidad católica que lo ha caracterizado-40 que se ubicó en 40 Un ejemplo de la adhesión a esas pautas culturales es la introducción, en 1910, de una pastorela, un arma de colonización que en Canoas no fue impuesta por los religiosos sino por los propios canoenses quienes trajeron a su comunidad dicha representación. territorios en los que vivían, desde mucho tiempo antes, indígenas otomíes dispersos en jacales. Ahora bien, ¿cuáles fueron los pueblos indígenas que vivían dispersos por la región y que pudieran haber sido congregados por los españoles antes de la fundación ofical de Canoas? La falta de documentación no nos permite hablar con certeza de cuáles comunidades indígenas habitaron en el preciso sitio donde está Canoas pero si se infiere de lo que se conoce del poblamiento indígena en esta zona, puede sostenerse que Canoas estuvo habitado en la época prehispánica por chichimecas y purépechas y, desde el siglo XVI, por otomíes que no eran una cultura originaria del lugar. Esos pueblos podrían haber sido congregados por los españoles y sometidos al régimen de encomienda. Posteriormente, se convertirían en peones de la hacienda del lugar. La encomienda, forma en que fue repartida la zona del Bajío a fin de ser evangelizada y de utilizar la fuerza de trabajo indígena. Las fértiles tierras y la abundancia de mano de obra fueron objeto de disputa entre los propios encomenderos. Los trescientos años de colonialismo español terminan en 1821 cuando una serie de hechos nacionales se van concatenando con los internacionales para generar las condiciones de la independencia de la Nueva España. El triunfo del movimiento criollo, tras la lucha en diferentes regiones, con diferentes dirigentes y con el apoyo de indios y mestizos, se concreta recién en el citado año 1821, fecha en que se declara la independencia de México. No hemos encontrado registro alguno de lo que pudiera haber vivido la gente de Canoas en esos momentos históricos –recordemos que el pueblo recién se fundaría en 1853 pero que allí había asentamientos desde la época prehispánica- pero sí hay referentes de Rincón de Tamayo:41 según la tradición oral, en 1810 el cura Hidalgo, después de su estancia en Celaya, pasa por la localidad por el Camino Real, única vía de comunicación entre Morelia y Celaya, deteniéndose en las cercanías, en un rancho que hoy no existe y que a fines del siglo XIX se llamaba La Venta, ubicado a un kilómetro de Tamayo y habitado por gente de Tamayo y de Canoas. Por entonces, el propietario de la Hacienda de San Antonio del Rincón parece haber sido alguno de los herederos de Juan de Dios Castro y Ochoa. No hemos encontrado datos sobre la relación entre la hacienda y las necesidades de aprovisionamiento del ejército de Hidalgo. Canoas no se fundaba todavía. 41 CeCYTEC. Rincón de Tamayo: el municipio perdido. Op. cit., p. 30. Caballerizas de la hacienda de San Antonio en Rincón de Tamayo, Celaya Gto. Arturo Elías Islas Acuarela sobre papel, 2008 Como ya señalamos el poblado recién se fundaría en 1853 cuando, a nivel nacional, Antonio López de Santa Anna ocupaba la presidencia de México por onceava ocasión. Sobre el poblamiento y fundación, existen varias versiones. La más aceptada sostiene que la Canoas actual se estableció a raíz de la llegada de un gran número de españoles arrendatarios que vivían en grandes haciendas de la región, como la de Rancho de Guadalupe -cuyos vestigios todavía son visibles-, de donde fueron desalojados por el propietario. Estos españoles se fueron mezclando con los habitantes de los ranchos vecinos y las nuevas familias se fueron a vivir a otros ranchos, entre ellos el Rancho de Canoas donde desarrollaron formas de vida confortable y con un nivel económico atípico para la región. Pero los españoles no fueron, quizás, los únicos europeos que se establecieron en Canoas. Un mito celayense habla de que hacia fines de la década de los sesenta del siglo XIX, en épocas de la intervención francesa y siendo propietario de la hacienda Jerónimo Morales quien se caracterizó por ofrecer en venta las tierras que tenía rentadas a sus arrendatarios, el rancho de Canoas se vio revolucionado por la llegada de algunos soldados franceses acantonados en el convento de San Agustín en Celaya. Éstos, que no quisieron seguir a su ejército tras la retirada, se habrían refugiado en pueblos vecinos, particularmente en Canoas, donde terminaron mezclándose con sus habitantes. De esa mezcla de razas resultaron unos habitantes atípicos, si consideramos los tipos étnicos mexicanos: gente con ojos claros, tez muy blanca y pelo castaño claro. En nuestra investigación, no hemos encontrado ni un solo apellido francés que pudiera validar este mito. La versión más aceptada, sobre la fundación, y que se menciona en la bibliografía analizada, sostiene que al actual territorio de Canoas llegó entre 1850 a 1852 el matrimonio español conformado por Miguel Arreguín y Rosalía Pérez. Este matrimonio trabajaba en las tierras del hacendado Pío Revilla de Rancho de Guadalupe en el cultivo, la cría de ganado mayor y menor y la comercialización de sus productos. Con el tiempo, al ver que al matrimonio le comenzaba a ir bien, el hacendado les exigió un pago extra, además de la renta que ya pagaban por las tierras y por habitar en el lugar, con la indicación de que si no estaban de acuerdo deberían abandonarlo. Los Arreguín se negaron a pagar el extra y el hacendado Revilla ordenó a un señor Gómez, encargado del rancho, que los perjudicara. Gómez quemó y tiró sus casas y los Arreguín abandonaron la hacienda. Siendo entonces propietario de la hacienda de San Antonio de Tamayo, el señor Antonio Septién, el matrimonio Arreguín-Pérez le pidió ayuda y Septién se las dio al permitirles escoger un lugar para vivir y trabajar como arrendatarios de su hacienda. Se dice que les impuso una renta justa por lo que la pareja pudo pagar por los terrenos arrendados. Estos gestos hicieron que este hacendado fuera muy respetado y querido en la región.42 En el terreno que eligieron, que ya se llamaba Las Canoas, los Arreguín tendrían por vecinos, aunque un poco retirados, por el lado oriente de la hacienda del Rincón, a los señores Peña y Ramírez que ocupaban dos viviendas que el hacendado les tenía destinadas para habitación. 1) La del señor don Trinidad Peña, portero de la hacienda y encargado de los ganados, se ubicaba a 989.5 metros de distancia del árbol del sabino que caracteriza a Canoas en el lugar que se llamaba “Puerta de Carmona.” 2) La del hortelano don Juan Ramírez, cuya tarea era la de cuidar y cultivar la huerta de la cual el señor Septién obtenía muy buena ganancia, se localizaba a 800 metros del sabino. Establecido en su nuevo hogar, según la tradición oral, el matrimonio concibió 24 hijos de los cuales cuatro murieron a temprana edad y veinte se casaron. De ellos es de donde el folclore local hace provenir el tronco genealógico de Canoas que se fundará recién en 1853. Cuando el matrimonio empezó a trabajar las tierras y los otros agricultores del Rancho de Guadalupe vieron que eran fructíferas, algunos de ellos se trasladaron para habitarlas, seguramente también como arrendatarios del hacendado de San Antonio del Rincón. Pero todavía no Fray José Rodríguez Andrade. “Los ojos del tiempo # 11. HISTORIA DEL PUEBLO DE CANOAS, COMUNIDAD DEL MUNICIPIO DE CELAYA, DESDE SU FUNDACION HASTA 1945.” Op. cit., p 4. 42 había poblado. Como este matrimonio español fue el primero en llegar, la comunidad los comenzó a llamar papá Miguel y mamá Rosalía. Poco tiempo después, en enero de 1854, llegaron los primeros fundadores: los señores Pedro Guerrero y Francisco Jiménez. El primero puso su casa en el terreno llamado El Parejo y el segundo frente a la de don Pedro, al lado sur de Las Peñitas, junto a la Puerta de Carmona donde habitaba, según vimos, el portero de la hacienda. A ellos les siguieron otros pobladores originarios de Guadalupe, los señores Agapito Arreguín, Luciano Serrano, Cayetano Rodríguez, Manuel Basurto, quienes ubicaron sus casas cerca del territorio de El Sabino, uno de los dos lugares en que se divide la actual Canoas y al que describiremos más adelante. Por el mes de abril del mismo año el señor Jacinto Ramírez, también procedente de Guadalupe, puso su casa cerca de la huerta, antes del arroyo, quedando como vecino del hortelano. Bartolomé Montoya hizo su casa en el terreno llamado La Higuera que se ubica junto a un pozo. Él y su familia formaron un rancho chiquito que hasta hoy en día se llama La Higuerita. Cerca del arroyo, junto a la huerta construyeron sus casas los señores José Andrade, José de la Luz Cervantes, Bernardo Guzmán y Guadalupe Montoya. Este último ubicó su casa debajo de El Sabino, como a 400 metros cerca de un pozo que después se llamaría Pozo del tío Juan José.43 Ya dijimos que cuando esta gente llegó al lugar, éste ya se llamaba Canoas. ¿Por qué el nombre de Canoas? Al respecto hay tres teorías. La primera sostiene que el nombre deriva del hecho de que en el lugar había muchas canoas pues existían ocho manantiales que en un tiempo fueron utilizados como abrevaderos 43 Idem, p. 5. de los ganados de la hacienda. Otra versión es la de que el nombre se debe a que los recipientes de madera que fungían como piletas eran denominados precisamente “canoas”. Una tercera versión dice que las “canoas” eran las que servían para echar a los animales agua del pozo. Según los testimonios, los fundadores fueron hombres muy honrados, sencillos y de grandes sentimientos humanos, muy apegados a sus lugares de origen en el Rancho de Guadalupe. Cuentan las crónicas que su amor por la tierra donde nacieron era tal que por las noches regresaban a dormir a las ruinas que quedaban de sus antiguos hogares acompañados por los perros y gatos que seguían a sus amos. A la mañana siguiente regresaban a sus nuevos hogares otra vez con sus animales. Con el tiempo, se fueron olvidando de sus antiguas casas y se instalaron definitivamente en el nuevo rancho de Canoas Ahora bien, ¿qué fue de los 24 hijos del matrimonio Arreguín? En la lista de primeros propietarios sólo figuran dos Arreguín, pero no sabemos si eran hijos o descendientes del matrimonio fundador. Lo que sí sabemos es que en la actualidad, en Canoas y otras comunidades vecinas (Michinelas, Arreguín de Arriba, Arreguín de Abajo, etc.) hay muchas familias de apellido Arreguín. Para investigar sobre las vidas del matrimonio Arreguín y de su descendencia, revisamos los archivos parroquiales de Rincón de Tamayo donde están asentados los matrimonios y bautismos realizados en ese entonces. Los primeros registros de los matrimonios y bautismos se encuentran en el Libro 1. El primer registro de los bautismos se hizo en el año 1731 y el primero de los matrimonios en 1752. Las actas están hechas a mano, en letra cursiva y por el transcurrir de los años no son del todo legibles, pero son una pieza fundamental para la reconstrucción de la historia. En esos documentos no hay vestigios de la familia a la que se le atribuyen los orígenes de Canoas: los Arreguín y sus 24 hijos no aparecen. Pero sí aparecen otros datos muy interesantes que reproducimos a continuación y que modifican parte de la historia que se ha narrado en las dos monografías de referencia y las conservadas en el imaginario popular. El primer bautizo de un niño del pueblo de Canoas registrado en la parroquia de Tamayo, se dio en 1731 y fue el del niño Francisco, hijo de Marcos de la Cruz y de Gertrudis. Se anota, como en todos los registros, la etnia: el niño Francisco era indio. La clasificación étnica de sus padres está ilegible, pero deducimos que si el hijo aparece como indio también lo eran los padres aunque los apellidos ya son españoles y producto de los bautizos realizados por los conquistadores desde su llegada. Pero el dato más interesante es que el niño Francisco aparece como procedente del rancho de Canoas donde nació en 173144, o sea mucho antes de que allí llegara el matrimonio Arreguín lo que indica que desde antes de que ellos llegaran a Canoas, allí ya había pobladores indios. Es decir que mucho antes de 1853 y mucho antes de que llegaran papá Miguel Arreguín y mamá Rosalía Pérez, 44 Recordemos que el proceso evangelizador recién habría comenzado en 1715. ciento veinte años antes, en Canoas ya había habitantes que se registraban en la parroquia de Tamayo, circunscripción a la que pertenecía el rancho.45 Otros niños anotados y procedentes de Canoas, no fue posible capturar los apellidos y nombres de todos los papás debido al deterioro del manuscrito, fueron la niña Luisa registrada el 30 de agosto de 1731 por sus padres Juan Antonio Mancera y Rosa María Almanza, el niño Martín Diego registrado el 14 de noviembre de 1731, el niño Dionisio Valentín y la niña Rosalía en 1732, la niña Ana en el año 1733. Algunos matrimonios son los de Nicolás Kiticcio Montoya (originario de Canoas) con María Trinidad (originaria de Guadalupe) en el año de 1752, Joseph Antonio (indio de Canoas) con María Rosalía de las Barajas el 6 de noviembre de 1752, Manuel Aguilar (español) con María Severiano (mestiza de Canoas) en 1733. Probablemente los Arreguín no hayan sido ni los primeros españoles en asentarse en el lugar ni los primeros pobladores. Vemos, por ejemplo, que el español Manuel Aguilar registró su casamiento con una mestiza de Canoas en 1733. Pensemos que Canoas pudiera haber sido establecida como una Congregación siendo la época del establecimiento de las congregaciones, según se ha señalado, entre 1550 y 1564 la primera oleada y entre 1595 y 1625 la segunda. Después de eso, en el siglo XVII, aparecerían las haciendas y entre ellas, la hacienda de Rincón de Tamayo cuyas tierras abarcaban lo que hoy es el pueblo de Canoas. En esas tierras nacían, trabajaban y morían indígenas otomíes Recordemos que antes de las Leyes de Reforma (Constitución de 1857), la iglesia controlaba el registro civil y por lo tanto era la que registraba nacimientos, defunciones, casamientos. 45 evangelizados a partir de 1715, que se registraban en la parroquia de Tamayo. Por todo ello, creemos que el crédito de primeros pobladores que se le ha dado a este matrimonio español ha sido o porque eran españoles o por haber sido “excelentes personas” tal como se menciona en la obra del fray José Rodríguez quien reflexiona en torno al hecho de que si el pueblo los reconoció como papás debió haber sido por tenerles gran aprecio. Esta mitología de la fundación se fue transmitiendo de generación en generación sin fundamentarse en ninguna investigación histórica sino más bien en la tradición popular oral. Al poco tiempo de fundado el Rancho de Canoas, Septién vendió la hacienda a Trinidad Rivera quien continuó con el sistema de arrendamientos y fundó una fábrica de alcohol y de jabón en el lugar llamado El Chorro. Ésta dio empleo a algunos vecinos y posibilidad de comerciar a otros que vendían estos productos en otras poblaciones, fundamentalmente de los estados de México, Michoacán y Morelos, de donde traían azúcar, piloncillo, etc. Tiempo después la fábrica fue asaltada y destruida. Imagen tomada en las instalaciones de lo que fuera la antigua fábrica. Lo que queda de la construcción, está en manos de un particular. Entre 1854-1857 el país vivió otro conflicto armado que duraría tres años: la Guerra de Reforma. Pero para la historia local, sólo se registra el cambio de dueño de la hacienda de Rincón de Tamayo que pasó a manos del señor Jerónimo Morales. El siguiente dato se fecha en 1867, año en que los liberales derrotan al Segundo Imperio y se disponen a hacer cumplir la Constitución de 1857 en todo el país. Eso significaba que se establecería una reforma agraria. Entonces, el señor Jerónimo Morales propuso a los habitantes de Canoas fraccionar la hacienda de Tamayo para que pudieran convertirse en dueños de las tierras que cada uno habitaba, en lugar de pagar renta como hasta ese entonces se hacía. Todos habrán querido comprar sus tierras pero no todos tuvieron la posibilidad de convertirse en propietarios. Algunos sólo pudieron adquirir un pequeño terreno donde levantaron sus casas. Señor Vicente Montoya y su esposa. Quienes formaran parte de los primeros compradores de terrenos Canoenses. Se desconoce la fecha en que fue tomada la foto, pero fue tomada en un estudio fotográfico De quienes fueron los primeros compradores de los terrenos, se conserva la siguiente lista:46 TERRENOS COMPRADORES José Rodríguez Al lado norte de Canoas: El Mezquital o Potrero Nuevo. Agapito Arreguín Parte sur: Barranquita de las Ánimas, hasta el Camino Real que va de Guadalupe a Tamayo, La Salitrera y Llano Quemado. Parte poniente: Los Huertos, Tabla Grande, El Parejo y Peñitas hasta la puerta de Carmona. José (Joselito) Rodríguez Parte de El Picacho y El Potrero. Cayetano Rodríguez Juan Rodríguez Pantaleón Ramírez Rafael Martínez Dolores Ramírez Juan José Montoya Juan Nepomuceno Serrano Cristóbal Pérez Jesús Carreño Simón Arreguín Rafael Serrano José María Pérez León Francisco Pérez 46 Dos partes de El Picacho: una parte de El Huerto y Barranquita junto a El Chorro, las Tierras Coloradas o Paredes, las Tierras Negras, Pechera, Puerta de Carmona, Charco Largo al lado de La Tortuga. Parte de El Picacho junto a la Barranca del Beato, el huerto de la fábrica, parte de Tierras Negras, Bosque de San Lorenzo, Charco Largo. La parte baja de El Picacho (en cuyo terreno existía una pirámide antigua de piedra), la cuarta parte de la Loma de San Lorenzo. Parte baja de El Picacho (Carreta) y un huerto cerca de El Sabino. Huertos que dividían el pueblo, La Panza o Pinzan, la Joyita junto al Ojo de Agüita y terrenos entre el Arroyo Grande, el de Zanjillas y el terreno donde estuvo el árbol de la Santa Cruz. Huertos que están junto al pueblo, La Panza junto a El Cerrito, Tierras Negras, la Loma de la Tortuga, El Sombrerete, Los Corrales parte sur y norte. Peñas del sur, otro lado que linda con El Chorro, la Panza donde se unen los arroyos de las Ánimas y Charco Largo. Loma del Sombrerito, El Sitio, Cérnico, Caballitos, Echadero, Tinaja de Tío Reyes y Salbiarito. Parte de Llano Quemado, Los Corales junto a La Nopalera camino de Tamayo. Parte del cerro entre El Sombrerito y La Nopalera, huerto junto al pueblo con un manantial. Mogote Prieto, parte de Las Lajitas, parte de La Nopalera, parte del Salbiarito junto al Arroyo Grande. Parte de El Potrero Nuevo y un huerto junto al pueblo con un manantial. Parte de Tierras Negras, Ojo de Agüita y un huerto cerca de El Sabino. Fray José Rodríguez Andrade. Datos históricos… Op. cit., pp. 10-16. Refugio Rodríguez Vicente Montoya Tomas Montoya Refugio Carreño Eligio Rodríguez Esteban Montoya Tablita junto al camino de Tamayo. Parte de Tierras Negras junto a Lajitas, un huerto cerca del pueblo, tercera parte de Loma de San Lorenzo. Nopalera desde El Garambullo hasta La Pechera y segunda parte de la Loma de San Lorenzo. Cerro de la Peña entre la Barranca Grande y el Llano, los Corrales junto al Camino Real de Tamayo a Guadalupe. Cuevas de los Arboles y La Colorada, junto a Las Lajitas, Paredes junto al Arroyo del Charco Largo. La primera parte de la Loma de San Lorenzo, un huerto en La Higuerita, huerto junto a La Tinaja del Tío Reyes, otro en La Tortuga. José Maldonado Quinta parte de la Loma de San Lorenzo. Rafael Rodríguez Sexta parte de la Loma de San Lorenzo. Guadalupe Melesio Terrenos de El Pitayo hasta La Presita y junto a Las Paredes. Joaquín Melesio Cueva de Margarita junto a Charco Largo. Miguel Pérez Parte de la Loma del Sombrerito y Peñas del Chorro, el Potrero de la Huerta, parte de El Potrero Nuevo, Huerto de los Zapotes junto al pueblo. Gil Pérez El Capulín, del Arroyo Grande al camino de San Lorenzo. José Gómez Ladera hasta Las Peñas, lado sur (vivían en una cueva). Pablo Rodríguez Parte de la Barranca Grande o de Juanillo. Guadalupe y Juan Pérez Parte de la Barranca Grande. Canoense sembrando maíz en el predio Tierra Negra Marzo 2009 Si observamos con atención veremos que muchos de los apellidos de los primeros pobladores no figuran entre los primeros propietarios y que no hay una sola propietaria mujer. Es decir que las mujeres quedaron fuera y no todos los hombres pudieron participar. Sin embargo, quienes no pudieron comprar terrenos siguieron habitando el lugar ya que los nuevos propietarios los dejaron vivir ahí. Por otra parte, en los fraccionamientos beneficiados con manantiales, los nuevos dueños permitieron que los canoenses hicieran uso de éstos e introdujeron el sistema de medieros con lo que muchos vecinos pudieron trabajar las tierras a medias y obtener pasto gratuito para sus animales. Alrededor de 1870 se estableció, a la orilla del Camino Real, un conjunto de comerciantes de Tamayo y de Canoas que vendía comida y administraba mesones para hospedar a los viajeros hambrientos que transitaban por ese camino. El lugar, que se empezó a llamar Rancho de la Venta, mostraba a los canoenses dedicados a otro rubro diferente del de la explotación agrícola: el rubro del comercio. Para 1873, el pueblo construyó la Santa Cruz, objeto de veneración religiosa y que se utilizaba para invocar las lluvias. Para entonces, a tres años del inicio del porfiriato, Congregación de Canoas ya tenía 20 años de fundada. Como dijimos, algunos de sus habitantes ya habían comprado tierras al hacendado de Rincón de Tamayo y eran propietarios. Pero no todo era alegría porque en el contexto de violencia que caracterizaba al país, llegaron al pueblo grupos de bandidos que quisieron someter a los canoenses, pero éstos los enfrentaron. Desde esa fecha, un cierto número de hombres decidió realizar rondas para cuidar el pueblo por las noches.47 Esto nos habla de la situación de inseguridad que vivía el campo bajiense a mediados del siglo XIX pero también de la capacidad de organización y de autodefensa de las pequeñas comunidades rurales. En medio de inviernos gélidos (febrero de 1881) con nevadas muy fuertes (“los techos de las casas y los campos se veían muy bonitos”) que durante ocho días cubrieron los cerros inmediatos, apareció en el cielo (septiembre de 1882) un cometa de cauda muy grande y luminosa a quien los “antepasados citaban como punto de referencia en sus fechas y recuerdos.” Paralelamente, la población presenció el proceso de industrialización que introdujo el porfiriato: en 1887 don Refugio Rodríguez compró en Salamanca al señor Trinidad Figueroa la primera máquina de coser de marca americana y en 1892, el mismo señor Rodríguez llevó al pueblo el primer molino de nixtamal que se movía con la mano. Después, los vecinos fueron comprando los suyos y es así como luego hubo muchos molinos así como máquinas de escribir y de coser de diferentes marcas y precios. La característica religiosidad que acompaña las vidas cotidianas de los canoenses, se demostró en 1895 cuando en el Tepeyac fue coronada y proclamada reina de México, la Virgen de Guadalupe. La gente de la comunidad celebró el evento barriendo las calles, adornando las casas, quemando cohetes. Muchos se trasladaron a Rincón de Tamayo, Celaya y México para participar de las grandes celebraciones que se realizaron en esos lugares. Al terminar el convulsionado siglo XIX, los diferentes intereses habían provocado la generación de proyectos de nación incompatibles entre sí por lo que 47 Idem, p. 42. finalmente habría un permanente enfrentamiento armado entre los diferentes grupos. En este contexto y como hemos reseñado muy sucintamente, el país y sus poblaciones se vieron envueltos en las constantes luchas de los diferentes grupos que aspiraban a tomar el poder. Para fines del siglo, tras la época porfirista, México presenciaría una nueva guerra civil cuyos triunfadores intentarían cambiar ciertos rumbos económicos, políticos y sociales. Unos años antes del estallido de la Revolución Mexicana, exactamente en 1890, a casi cuarenta años de su fundación, el Rancho de Canoas estaba conformado de la siguiente manera, según los datos proporcionados en la multicitada monografía de fray José Rodríguez. Señor Jesús Melesio y su esposa Zenaida Pérez. Habitantes de Canoas en 1890. La fecha de la foto se desconoce, se sabe que fue tomada en el interior de su casa Nombre de los habitantes de Canoas en el año de 1890 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. 30. 31. 32. 33. 34. 35. 36. 37. 38. 39. 40. 41. Rafael Martínez Antonio Gómez Dolores Gómez Juan Martínez José Martínez Chemalio J. Guadalupe Rdz. Francisco Montoya Filomeno Carreño Juan José Montoya Francisco Martínez Simón Arreguín Francisco Chávez Pafnuncio Ramírez Dolores Ramírez Benito Pérez Benito Galván Antonio Guerrero Inés León Pablo Carreño Agapito Carreño Vicente Melesio Guadalupe Melesio Joaquín Melesio Francisco Pérez José Gómez Jesús Carreño Julio Carreño Refugio Carreño Agapito Arreguín Antonio Rodríguez Francisco Alba Guadalupe Melesio Juan Núñez Miguel Núñez Jesús Melesio José Aguado Marcial Arreguín Rito Melesio Anastasio Ramírez Jesús Aguado José Rodríguez 42. 43. 44. 45. 46. 47. 48. 49. 50. 51. 52. 53. 54. 55. 56. 57. 58. 59. 60. 61. 62. 63. 64. 65. 66. 67. 68. 69. 70. 71. 72. 73. 74. 75. 76. 77. 78. 79. 80. 81. 82. 83. 84. 85. Pedro Rodríguez Eugenio Rico Bernandino Rodríguez Fernando Rodríguez Octaviano Rodríguez Florencio Enríquez Antonio Galván Cayetano Rodríguez Refugio Rodríguez Juan Rodríguez Rito Rodríguez José Rodríguez Salome Rodríguez Julián Montoya Ramón Montoya Vicente Trejo Román Ramírez Dolores Pérez Justo Centeno José María Chávez Francisco Pérez Árbol José Jiménez Dolores Carreño Francisco Arreguín Filomeno Aguado Rito Pérez José María Pérez Miguel Pérez Silverio Gómez Gil Pérez Rafael Serrano Luciano Serrano Juan Nepomuceno Serrano Dolores Maldonado Eligio Rodríguez José María Rodríguez Pablo Rodríguez Bernardo Jiménez Guadalupe Pérez Petronilo Pérez Felipe Pérez Juan Pérez Gregorio y Aguado Francisco Jiménez Lucas Jiménez 86. Maximiliano Rodríguez 87. Prisciliano Serrano 88. Pantaleón Ramírez 89. Brijido Ramírez 90. Atilano Ramírez 91. José María Ramírez 92. José María Rodríguez 93. Juan clemente Rodríguez 94. Rafael Rodríguez 95. Fernando Rodríguez 96. José Maldonado 97. Othon Pérez 98. José María León Pérez 99. Víctor León Pérez 100. Antonio León Pérez 101. Benigno Pérez 102. Francisco Serrano 103. Martin Serrano 104. Justo Serrano 105. Cristóbal Pérez 106. Anselmo Lara 107. Juan Lara 108. Francisco Carreño 109. Albino Carreño 110. Serapio Lara 111. Francisco Arreguín También unos años antes, en 1905, en Canoas hubo dos sucesos significativos para la población: el gobierno civil de Celaya otorgó al pueblo el nombre oficial de Congregación de Canoas y se colocó la primera piedra de la iglesia local. Fue precisamente en 1910, cuando Madero lanzó el Plan de San Luis Potosí, cuando un maestro michoacano introdujo en el pueblo la celebración anual de La Pastorela que se ha convertido en la tradición más antigua de la comunidad. Por entonces, la intranquilidad subsistía y el rancho se vio revolucionado por los acontecimientos nacionales: en 1916 llegaron a Canoas soldados del gobierno, en ese momento, soldados carrancistas. Es muy probable que la idea de los habitantes de que la tropa llegaba a robar, fuera cierta. Los canoenses estaban preparados para defenderse pero los soldados, al ver el mal estado del pueblo, se entendieron con la gente y se retiraron pacíficamente. A partir de entonces, en el pueblo se restablecieron las guardias armadas para resguardarlo. Pero esto no evitó que la inseguridad del país golpeara a los canoenses: en 1920 los habitantes del Rancho de la Venta fueron asesinados por ladrones y por revolucionarios que saquearon sus casas. Los pocos sobrevivientes tuvieron que recogerse en Tamayo o en otros lugares. En la actualidad sólo quedan algunas ruinas de lo que fue ese próspero rancho. Ese fue el año en que también sería asesinado Carranza. En el país, se organizaron unas elecciones en las que salió triunfante Álvaro Obregón quien sería presidente de México entre 1920 y 1924. Entre 1924 y 1928 le siguió Plutarco Elías Calles en cuyo gobierno, se desató la guerra cristera (1926-1929). Mientras, en Canoas, en el año 1921, los señores Florentino, Plácido y Carmen Montoya, Pedro Melesio, Encarnación Carreño, Mateo Mendoza, Juan Lara, Vicente Montoya y Jesús Melesio hicieron una nueva petición al gobierno de Celaya, presidido por Juan Sepúlveda, para que se concediera a Canoas el título de pueblo o delegación. La petición fue atendida en el mismo momento en que llegaba al pueblo el primer molino de nixtamal movido con gasolina. Lo trajo el señor Juan Lara. Después instaló otro el señor Encarnación Carreño. Ambos se alternaban para dar el servicio: una semana de trabajo y otra de descanso. Cuando estalló la guerra cristera (1926-1929), en Canoas, un pueblo tradicionalista y profundamente religioso, también se dieron enfrentamientos entre sinarquistas y agraristas y algunos canoenses participaron activamente tanto en uno como en otro grupo. Por el lado de los hacendados los cabecillas fueron Carmen, Florentino y Juan Montoya y por el de los agraristas José Chema y Antonio Martínez. En los combates entre ambos grupos también participó gente de los pueblos aledaños. La historia oral recupera que en el seno de esa lucha social, operaba en Canoas el grupo denominado “Los rebeldes” conformado por bandoleros que vivían en los cerros y que sólo bajaban para robar y matar. De este grupo se recuerda a Jesús Sáenz Noria del Rancho de los Huesos -de quien dicen que fue colgado de los pies para poder columpiarlo y darle puñaladas-, a Antonio Vargas del Rancho San José Agua Azul -muerto en Huapango-, a José Pérez de Tamayo, ahorcado ahí mismo. También recuerdan que para protegerse y combatir a estos “rebeldes”, en Canoas se hacían grupos de defensa. Jesús Sáenz Noria también aparece en el relato de don Fidel, otro informante clave, pero no como rebelde o bandolero sino como cristero. Por ello aventuramos la hipótesis, debido a la escasez de datos, de que quizá los rebeldes eran en realidad o sinarquistas o agraristas. Unido a esto se suman las razones que da López Amezcua48 en su investigación: en las zonas rodeadas de cerros como Salamanca (o como Canoas, decimos nosotros) cada cerro significaba un valioso refugio. Sobre todo teniendo en cuenta que El Bajío es una zona plana con pocas cumbres, sin muchos lugares para refugiarse. Tal fue el caso particular del Cerro de los Agustinos, cercano a Salvatierra, lugar donde los cristeros se ocultaban y organizaban. El otro testimonio sobre el impacto de la cristiada al que nos referíamos es el de don Fidel Guerrero Escogido,49 vecino de Rincón de Tamayo, quien dice haber sido miembro del Partido Sinarquista y militante activo de la lucha a favor de los intereses del clero. Este hombre recordaba que él había estado a punto de perder la vida por formar parte de los cristeros. De su testimonio, que aparece en el sitio citado, transcribimos lo siguiente. “Tengo muchos recuerdos, pero hay dos pasajes que recuerdo porque estuve a punto de morir”, señaló con los ojos llorosos y el rostro enrojecido. En ese tiempo don Fidel fungía como mensajero: recibía y entregaba informes. “Me mandaron a la Hacienda de Santa Anita a buscar a los del cerro, como no había numeraciones pregunté razón de ellos a dos muchachos cristeros” platicó. “¿Dónde están los del cerro?, les pregunté y la respuesta fue: usted va a caer aquí “, continuó. La insinuación era clara, él iba a morir en ese lugar, pero su vida siguió corriendo porque en ese momento don Refugio Martínez -buen conocido de don Fidel-, le gritó: “Don Fidel pase”. 48 Luz Paola López Amezcua. Voces desde el pasado: la guerra cristera en el estado de Guanajuato 19261929, el caso del municipio de Salvatierra. http://wmu.coaprendo.cl/elgg/metinvesti09/ files/2347/4809/ejemplo2.pdf.( consultado 10 de diciembre 2010). http://rincondtamayo.blogspot.com/2009/08/ personajes-representativos-de-rincon-de.html-(Consultadoel 12 de noviembre de 2010). 49 El cargamento era una caja de madera llena de armas para los cristeros y la cargó en su burro para llevarla de Santa Anita a Tamayo. “En ese día había llovido ‘reteharto’ y el río iba crecido y crucé por el puente del tren con mi burro”, continuó. Llegó a su casa en donde lo esperaban Jesús Sáenz y Refugio Rico. Al llegar escarbaron para enterrar el parque. En aquel entonces no se utilizaba mosaico y en su lugar eran unos ladrillos sentados sobre arena. En cuanto terminaron de tapar, pasaron unos soldados que ocuparon el curato y sacaron a los que estaban dentro amarrados, como si fueran delincuentes El parque después sería utilizado para la guerra y los tiroteos en el cerro. En otra ocasión Don Fidel bajaba del cerro con Juan Mendoza, cargaba en su guangoche (un costal que se utilizaba a principios del siglo para cargar objetos) algunas cartas y un manto de la Virgen de Guadalupe, que en ese entonces era mortal cargar consigo. Don Fidel acompañaba a Juan porque éste se iba a entregar a la Liga de Católicos porque había matado a un hombre. Al cruzar por el puente del tren encontraron a Aristeo González quien era agrarista. Era bien sabido por ambos que Aristeo quería deshacerse de ellos por ser cristeros. Cuando le vieron, don Fidel exclamó a su compañero “aquí vamos a acabar” mientras el tono de piel de ambos se ponía amarillo del susto. Aristeo González les vio y siguió su camino sin hacerles ningún daño. Si don Aristeo, que venía acompañado de algunos soldados, hubiera revisado aquel guangoche encontraría las cartas y el manto de la Virgen de Guadalupe, suficientes pruebas para fusilarlos. De soltero, don Fidel cargaba consigo una pistola 38 que siempre le acompañaba. “Aristeo murió y sus hijos también, y mire yo aquí ando por providencia de Dios”, platicó con una sonrisa de oreja a oreja por la felicidad de estar vivo aún. Para 1933 don Fidel contrajo matrimonio con la señora Leovigilda Pérez Lara y de su unión resultaron 9 hijos. Como miembro del Partido Sinarquista don Fidel vivió momentos que serían históricos para Celaya. El Partido Sinarquista fue un movimiento Político-Social-Católico que llegó a tener trascendencia nacional a finales de los 30’s y la década de los 40’s. “Teníamos muchos triunfos antes, como nació en Gto., pero no aparecen en la historia”, dijo don Fidel. En una reunión que hubo en Juan Martín los agraristas balacearon a los sinarquistas resultando 6 muertos. Don Fidel solo recuerda el nombre de Gonzalo Aguilar, pero la señora Luz Núñez viuda de Aguilar (que aún vive) recordó el nombre de las otras 5 personas que se escriben en su memoria: Eufemio Cano, J. Trinidad Camacho, J. Guadalupe Durán, Régulo Chiquito y Juan Jamaica. “Yo en ese tiempo era vocal de los sinarquistas de Tamayo y me mandaron a avisar a Celaya lo ocurrido en Juan Martín”, platicó Don Fidel. “Por unas veredas nos fuimos varias personas y llegamos al Hospital de Celaya (que se encontraba en la actual primaria Benito Juárez)”. Durante la marcha para enterrar a los fallecidos Don Fidel estuvo al frente del grupo de Apaseo el Grande y después se unió al grupo que venía de Tamayo. Al frente de este grupo se llevaba una bandera bordada por la señora Isidra Mancera; dicha bandera aún existe y la conserva Don Fidel como una parte de su propia vida. “En la esquina de Benito Juárez por donde había una tienda que le decían Las Dos Naciones había un cerco y no nos dejaron pasar por Benito Juárez” siguió con su charla. Sobre la calle Galeana, a la altura de una tienda llamada La indita sucedió otra masacre. “Francisco Ruiz Alfaro, entonces jefe de la hacienda traía una metralladora y zumbaban los balazos. La gente corría para atrás. Todo fue un desastre,” platicó con tartamudeos provocados por la emoción. “Ya sólo nos tocaba esperar el balazo, pero éste no se dio”, añadió Don Fidel. Terminada a guerra cristera y durante el gobierno de Cárdenas (1934-1940), algunos habitantes de Canoas salieron de su comunidad para recibir sus tierras, por la reforma agraria, en la comunidad de La Lagunilla. Fue en ese periodo (1938) cuando entró en Canoas el primer camión de pasajeros, de propiedad del señor Vicente Lara, que corría de Canoas a Celaya todos los días y que lo sigue haciendo hasta la fecha. En el mismo año, se construyó la plaza de toros del pueblo a un costo de $300 que se financió entre todos los vecinos. No pasó mucho tiempo (1945) para que el fraile canoense José Rodríguez Andrade diera término a su obra Datos históricos del pueblo de Canoas. Fotografía tomada a las afueras del mercado Morelos de Celaya en el año 1945. El que aparece marcado con una X es Fray José Rodríguez Andrade. Se presume que la foto fue tomada con motivo de la impresión del libro. Para 1947, se da otro esfuerzo de comunicación del pueblo con sus vecinos: se abrió la carretera que lleva al rancho de Guapango hecho celebrado por el señor José Mendoza Martínez quien compuso un corrido con motivo del suceso (Anexo 1). Señor José Mendoza cantando los dos corridos compuestos por él a las afueras de lo que antes era la fábrica 10 de septiembre de 2010 Aproximadamente en 1961, ese camión se volteó en una curva del camino. En la ocasión el mismo señor José Mendoza Martínez haciendo referencia al hecho ocurrido (Anexo 2). compuso otro corrido Curva en la que se volteara el camión en el trayecto Canoas-Guapango 11 de septiembre de 2011 Para 1968 los gobiernos emanados de la revolución no habían podido modificar a fondo los problemas estructurales del país y los mexicanos volvieron a contemplar nuevos actos de insatisfacción social. Canoas no se revolucionó con los sucesos del 68 y el pueblo se mantuvo ajeno a dicho acontecimiento y a los nacionales que le siguieron. Centrados fundamentalmente en la resolución de sus problemáticas locales, en la década de los 90 los canoenses construyeron su panteón en 1996 (la decisión se toma porque el de Tamayo donde siempre se había sepultado a la población, ya resultaba insuficiente para el rancho) y lograron que se asfaltara la carretera de acceso al rancho (1999). También siguieron con la construcción de otras obras de cartácter religioso como El Cerrito (2005) que, ubicado a un lado del templo dentro del atrio, representa el ayate de Juan Diego e incluye un monumento en honor a la virgen de Guadalupe. Entrado el tercer milenio, aparecieron en el pueblo nuevas ideas económicas como la del señor Gaxiola quien, después del año 2000 y como dueño del fraccionamiento Los Pocitos que alguna vez sirviera como criador de avestruces, construyó un centro recreativo y turístico con renta de cabañas para el público. Su iniciativa sería seguida en el año 2010, por un empresario dueño de un balneario que, cerca de Canoas, construye el fraccionamiento El Chupadero. Panteón de Congregación de Canoas 11de septiembre de 2011 Los Pocitos: imagen de una de las cabañas de renta del lugar 11 de septiembre de 2011 También aparecieron los síntomas del impacto social que ha traído aparejada la migración a los Estados Unidos. La comunidad recuerda tres hechos destacados: 1. en el año 2004 un joven migrante del pueblo, Rogelio Mendoza, obtiene el segundo lugar como cantante en el concurso de televisión “Sábado Gigante”50; 2. en el año 2005, el pueblo presencia un suceso nunca antes visto cuando el joven de 15 años Gustavo Mandujano se quita la vida, según se comenta, porque el muchacho, que vivía con sus abuelitos, no aguantó el hecho de que sus padres hubieran emigrado a los Estados Unidos; 51 3. en el año 2007, se levanta en la ciudad de Joliet, Illinois, Estados Unidos, la estatua del señor Nabor Rodríguez52 migrante canoense que desarrolló en EEUU una gran labor en beneficio de los hispanos. Con ese motivo la televisora le hace un pequeño reportaje sobre su lugar de origen. El programa fue transmitido en Estados Unidos y fue un motivo de orgullo para Canoas. 51 A eso parece haberse sumado la presión social que el joven recibió por parte de un grupo de personas externas y de la misma comunidad, lo orillaron a cometer esta acción por su prepotencia. 52 Nabor Rodríguez fue un veterano de guerra residente en Joliet, Illinois, desde 1919. Fue un líder comunitario dinámico y un dedicado hombre de familia. El 12 de junio de 1905 y, a la edad de 14 años, viajó a los EE.UU. Trabajó 42 años para la industria del acero en Joliet y sirvió en la 501 Artillería de Costa y como veterano del Ejército de EE.UU. Nabor Rodríguez fue el fundador de la Celebración de la Independencia de México que en 1948 se convirtió en un acontecimiento de carácter oficial en la ciudad de Joliet. También fundó la iglesia católica de Nuestra Señora del Carmen donde en 1939 se celebró la primera misa. 50 El espacio ¿Cómo es Canoas hoy? Congregación de Canoas es un pequeño pueblo rural de 184 habitantes que, se localiza a unos cuarenta minutos de la ciudad de Celaya, Gto., en uno de los tantos cerros que rodean a la ciudad. Para los que conocen la región se podría decir que se localiza “arriba” del poblado de Rincón de Tamayo, a cinco kilómetros de esta localidad. Tiene como vecinos a Rancho de Guadalupe, Los Huesos, Huapango, Santa Rosa. Según sus pobladores, desde sus inicios se ha distinguido de los otros pueblos vecinos porque sus casas de teja, adobes y puertas de palos, fueron construidas en pleno cerro. En esos cerros hay una gran variedad de nopaleras y por consiguiente de tunas: la hartona, la zotoleña, la puerquera, la jocotuna y el xoconostle entre otras. También se dan los garambullos y los mezquites con sus vainas dulces. Hay también gran variedad de magueyes de los cuales se extrae el aguamiel que se procesa para obtener pulque. Hoy en día, las construcciones del pueblo han cambiado mucho y de aquellas casas tradicionales ya sólo quedan pocas. Las actuales son, en su mayoría, de tabique y cemento con una estructura y estilo que intenta parecerse al estilo arquitectónico estadounidense, en especial en las casas que se ubican en las calles principales de la comunidad como lo es la que da al templo. Construcciones actuales del pueblo enero 2010 Calle que va al templo Conocida anteriormente como Camino Nuevo 15 junio 2010 Imagen de una de las casas más antiguas del lugar. 15 junio del 2010 Hoy, las calles del pueblo son todavía más bien caminos muy estrechos pues se trazaron sólo para que se pasara a caballo o en carretas jaladas por mulas o burros. O sea que todavía hay caminos que resultan inaccesibles para los automóviles. Camino de los más antiguos. Sin modificaciones. 17 junio 2010 El Sabino Canoas se dividía en dos: una parte llamada El Sabino y la otra Canoas. Estos lugares poco a poco se fueron uniendo hasta hacerse uno solo que prevaleció con el nombre de Canoas. El sabino en tiempos de lluvias 17 junio 2010. El lugar llamado El Sabino es el sitio donde todavía se levanta un histórico y hermoso árbol que, según la población, es uno de los primeros en la República. Al pie del sabino brota un manantial que produce agua en abundancia. Las autoridades y vecinos del lugar lo rodearon con una barda, para seguridad. Para asegurar la limpieza del preciado líquido le pusieron tres llaves proveedoras: una al oriente para surtir dos pilas donde les daban de beber a los animales, otra al norte para el uso del pueblo y otra al poniente para surtir una pila de cemento que abastece a ocho lavaderos donde las señoras lavaban su ropa y tomaban su baño, todo eso bajo la abundante sombra del árbol. El tronco de este sabino es de 13 metros de diámetro por 40 metros de alto. Su follaje proyecta una sombra de 54 metros de circunferencia El Chorro El Chorro es el nombre actual del sitio antiguamente conocido como La Fábrica, lugar donde en 1859 se construyera una casa. Dentro de El Chorro se levantaba la fábrica de alcohol y de jabón que fundara Trinidad Rivera, dueño de la hacienda de Rincón de Tamayo, según ya señaláramos. El Chorro En el lugar se encuentra el más grande manantial de un agua más bien turbia, muy fría y pesada, según dicen los expertos. Las aguas de este manantial, era transportada por las mujeres en “chondos” o tinajas. Con el tiempo, los hombres idearon otra forma tradicional de transportarla: amarraron dos botes, uno de cada extremo de un palo que luego se cargaban sobre los hombros, al igual que las tinajas. Esto requería de gran fuerza y equilibrio. Al igual que en El Sabino, a El Chorro también acudían los habitantes de Canoas y de los ranchos vecinos a lavar y a bañarse. Técnica tradicional de acarreo de agua, ya muy poco utilizada, para transportarla desde El Chorro o El Sabino José Melesio, dueño de El Chorro lo cierra aproximadamente en 1900. Más tarde su hija Trini y su esposo José Montoya, permiten el acceso al pueblo a cambio de una cuota de 3 centavos. Pero los habitantes del lugar, José Martínez, José María Arreguín y Antonio Martínez asentados en La Lagunilla piden al delegado David Melesio que se otorgue El Chorro al pueblo. No se soluciona nada y solicitan a la hija Trini que cumpla lo que el hacendado Antonio Septién pidiera desde un principio: que el agua de El Chorro fuera siempre para el pueblo. Trini Melesio accede y en 1934 El Chorro vuelve a ser nuevamente patrimonio de los canoenses. Actualmente la mayoría de las casas cuenta con agua potable y la lucha por El Chorro ya no existe pero a la gente le sigue gustando ir por agua ya sea a El Chorro o a El Sabino. El Chorro sigue siendo uno de los lugares más visitados pues hay quienes aseguran que su agua es medicinal y curativa y porque está rodeado de una huerta donde hay gran variedad de árboles frutales lo que genera, como en El Sabino, un hermoso paisaje. La Santa Cruz Hay un lugar del rancho llamado La Joyita. Seguramente el nombre hace referencia a las características de los terrenos de labor que hay allí. Éstos son muy planos y en épocas de lluvia se inundan con las crecientes del arroyo vecino. La lama los abona y los hace muy fértiles. Es en este lugar donde creció un mezquite muy alto y grande del cual hicieron, el 20 de enero de 1873, la Santa Cruz. La Santa Cruz se localizó en las peñas de enfrente del rancho y todos los días la gente del pueblo iba a visitarla. En los años en que el pueblo quería que lloviera sacaban en procesión la Santa Cruz y “luego la lluvia se hacía presente. Ella es el amparo y protección del pueblo, en todas las necesidades se recurre a ella y luego se experimenta su auxilio.” La Iglesia u oratorio El catolicismo popular contiene un profundo sentido sacro y un misticismo que genera una espiritualidad adaptada a las necesidades. Por eso, donde la devoción popular considera que existió una manifestación de la divinidad al hombre (teofanía) procede a la consagración del sitio mediante el levantamiento de un templo o de un monumento conmemorativo. Los devotos concurren a esa gran variedad de lugares santos, movidos por su fe y por motivaciones peticionales.53 En un pueblo tan católico y tan devoto de la Virgen de Guadalupe y de la Santa Cruz, no podía faltar la iglesia del lugar. Esta se llama Templo de la Virgen de Guadalupe y fue construida por iniciativa de los señores Amador Galván, Florentino y Vicente Montoya, Octaviano y Encarnación Carreño, José Melesio y José María Rodríguez. La iglesia se encuentra ubicada en un terreno situado al centro del rancho y que fue donado por la señora Javiera Serrano, esposa de Pafnuncio Ramírez, hijo de quienes, por años, fueron los encargados de organizar la fiesta celebrada en honor de la Santa Cruz. La obra se comenzó el 12 de octubre de 1905 colocando la primera piedra Jesús Ramírez, párroco de Tamayo, y Odorico Peñaflor, Guardián del Convento de San Francisco de Celaya. El edificio se terminó el 24 de mayo de 1906; su bendición y la primera misa oficiada por el cura de Rincón de Tamayo fue el 3 de junio del mismo año. José Velasco Toro. Catolicismo popular en México: líneas temáticas para el estudio de los ámbitos de influencia ritual y devocional. Instituto de Investigaciones Histório-Sociales, Universidad Veracruzana, Veracruz, p.125 53 Imagen de la entrada de la iglesia, tomada desde afuera del atrio. 17 junio 2010 Para su construcción cooperó con material y mano de obra la gente de ese entonces. Los pobladores también cooperaron con la aportación de las imágenes, el cáliz y los manteles que todavía existen en la iglesia. Muchos donativos provinieron de los vecinos de otros ranchos que se hacían presentes para las celebraciones que hasta la fecha se realizan, año tras año. El oratorio tiene 12 metros de largo por 6 de ancho, sus paredes son de cal, sus techos de vigas de madera y ladrillo, de estilo moderno. Tiene un atrio de 8 por 6 metros. Contaba con un cuarto para la sacristía y otro para el padre que celebraba la misa. En tiempo reciente desapareció este último y se amplió un poco más la iglesia. El Cerrito Construcción ubicada en el atrio del templo donde se guarda la imagen de la virgen de Guadalupe. Se comenzó en el año del 2002 y se terminó en el 2004. Para poder llevar a cabo la obra se utilizaron los fondos existentes en la mesa directiva de la iglesia, junto con lo recaudado por la realización de quermeses y cooperación del pueblo que aportó. Los aportes de la gente fueron tanto en dinero como en mano de obra. La obra se inició siendo presidente de la mesa directiva de la Iglesia de Canoas, Jaime Ramírez Rivera y sacristán, la señora Gloria y se terminó siendo presidente el señor Belio. La señorita Rosalina Álvarez Arreguín y los integrantes del coro fueron parte de los organizadores. El Cerrito 17 junio del 2010 Arroyos Hemos visto que la comunidad es rica en manantiales y arroyos. El principal arroyo es el del Charco Largo que se encuentra en el Cerro del Chotoral y que pasa por el Alazán, donde hay un manantial abundante que baja de las Peñas Altas. Del lado poniente baja otro arroyo que nace en el Acebuche y se junta con el primero en el mismo lugar. Al lado oriente nace otro arroyo en el lugar llamado El Pajarito. El agua toma el lado sur de Loma Larga, pasa por Las Casitas y se une con los otros dos. En El Llano Quemado nace el arroyo de La Barranquita que pasa por El Sombrerito. Más adelante se le junta otro arroyo que nace enfrente de la mina y unidos llegan La Barranquita del Chorro. Pero antes de entrar a este lugar hay un manantial que nace en peñas muy altas cubiertas de yerbas en donde abundan las flores silvestres. El manantial tiene tres saltos, de unos cinco metros, y en cada salto queda un depósito de agua muy fría porque como es angosto casi no recibe el calor de los rayos solares. Entre los primeros saltos hay un árbol de chirimoya, fruta muy sabrosa y apreciada por los lugareños. Al salir de La Barranquita el arroyo pasa por El Huerto, luego entra en los terrenos de La Fábrica o El Chorro y sigue por el Zausal donde hay tres manantiales. Saliendo de aquí se une al de El Chorro Largo en El Pitayo, sigue por La Tinaja y divide los terrenos de El Echadero, de El Cajón, de El Pizal y de El Capulín y al terminar La Panza se une al de las Ánimas. Más adelante a unos doscientos metros se une a otro arroyo que nace en la loma de San Lorenzo y corriendo por las Tierras Coloradas llega a la Cueva de Margarita, uniéndosele otro arroyo llamado el Conejo, que nace en el lugar, junto al lindero de San Lorenzo, pasa por los últimos terrenos del pueblo y al norte de La Presita, va hasta el pueblo de Tamayo y voltea al sur. Luego, en el poniente, da vuelta por la Hacienda del Sauz para después entrar en la Hacienda de Santa María donde alimenta a cinco presas para, a continuación, unirse al Río de la Laja. Ésta es la pequeña historia del arroyo de El Charco Largo que recorre los terrenos del pueblo de Canoas en el Estado de Guanajuato. Manantiales Zausal (sic), Pila del tío Justo, Pocitos, Bordo Viejo, Goteras, Pocitos del Venado, Susana y el de la Torre. Cuevas El dinero, Los ladrones, Los murciélagos. Los mitos Los mitos son relatos o tradiciones que intentan explicar los aspectos no cuantificables de la existencia, que tratan tanto de las vivencias humanas habituales como de lo sobrenatural, del lugar del hombre en el universo, la naturaleza de la sociedad, la relación entre el individuo y el universo que percibe y el significado de los acontecimientos de la naturaleza. Esto también es objetivo de la ciencia o de las religiones, pero desde el punto de vista de la mitología, el punto de partida, que también podrían compartir los otros dos tipos de pensamiento, es que el mundo que percibimos directamente no es el único mundo existente. En contraste con la mayor parte de las religiones, la mayoría de los mitos no pretenden ser una guía directa pues aunque contienen una moral implícita, su fin principal no es imponerla. En común con las religiones los mitos también buscan brindar explicaciones y causas tanto del cómo como del por qué del universo. En nuestra sociedad, cada vez más ilustrada y más dominada por la ciencia, nuestra conciencia mitológica aflora solamente en situaciones extremas: cuando la estructura racional de la sociedad se desploma. Por otra parte, el pensamiento lógico gradual que se requiere para la adquisición del conocimiento científico es lento y laborioso y por eso es mucho más fácil alcanzar conclusiones mediante comparaciones y analogías que explican los misterios de la naturaleza estableciendo paralelos entre cosas simples y conocidas y otras que son más difíciles de comprender. Por ejemplo: “el fuego tiene algo en común con el sol, la fuente de calor y energía; el oro es resplandeciente y por su color se parece al sol. No se oxida en la intemperie y, por tanto, sugiere inmortalidad. Así, a partir de las características físicas comunes, se establecen equivalencias simbólicas y una cosa asume las cualidades de otra.”54 Pero los mitos no explican solamente por qué el hombre y el mundo en el que vive son como él los percibe sino que al crear los mitos el hombre crea imágenes, una de sus más especificas características y los narra como una necesidad vital tanto para aplacar como para propiciar los poderes sobrehumanos y también para estimular las mismas dotes creativas y espirituales que lo llevaron a inventarlos. Pero si no hay una significación y una finalidad más allá de la satisfacción de las necesidades físicas cotidianas, ni el hombre ni la cultura mitológica pueden desarrollarse. El borrego cargador En el ínterin en que fueron llegando los primeros pobladores del pueblo, se suscitó un hecho notable que culminó en un mito popular. Resulta que a uno de estos primeros fundadores llamado Juan José que venía de Rancho de Guadalupe le regalaron un becerrito. Los muchachos comenzaron a subirse a él y lo sorprendente fue que el animal -por naturaleza estos animales son muy ariscos-, no sólo se dejaba montar, sino que se dejaba colocar montura y obedecía la rienda como si fuera caballo, caminando por donde querían sus caprichosos conductores. Mito: función y significado. http://www.profesorenlinea.cl/castellano/Mito_ función_ Significado.htm (Consultado el 15 de agosto de 2011). 54 Cuando el becerro fue grande lo convirtieron en bestia de carga: lo cargaban con leña o zacate como a los burros, las mulas, etc. El dueño del becerro siempre utilizó este animal para transportar todo lo que quería sin tener necesidad de ocupar otros animales. Así surgió uno de los primeros mitos del poblado: el del obediente becerro de Canoas. El borrego de piedra55 En el pueblo de Canoas, existen unas piedras llamadas El Borrego porque al terminar las peñas aparece la figura perfecta de un borrego que, a simple vista, parece tener lana natural. Cuenta la tradición oral que unos vecinos de Rincón de Tamayo vinieron a pasar el día a la sombra del sabino del que hemos hablado. Cuando se acercaron a las peñas vieron que al pie de éstas que estaba un borrego grande y gordo que pasteaba en el lugar. Los vecinos intentaron cogerlo pero no pudieron porque el animal se subía a las peñas; cada vez que los hombres lo tenían a su alcance, el animal se alejaba saltando más arriba. Así, los fue llevando casi hasta la punta de las peñas. Antes de llegar a la cúspide de las referidas peñas hay una cueva. Al acercarse al lugar, los hombres “vieron” al animal saltar a la cumbre de las peñas y convertirse en la piedra que, como se dijo, conserva la figura perfecta de un borrego. Los hombres que presenciaron aquel hecho se espantaron y asustados como estaban se refugiaron en una cueva donde los esperaba un nuevo motivo de admiración. La información que se incluye sobre Las Peñas del Borrego, se ha tomado de la tradición oral que la ha difundido de boca en boca a través de generaciones. 55 El borrego de piedra. 17 junio del 2010 La imagen de Santa Rosa de Lima Aquellos hombres asustados al entrar a la cueva se encontraron con una nueva sorpresa: en una piedra estaba esculpida la imagen de Santa Rosa de Lima. El hallazgo les hizo olvidar el incidente del borrego que se transformó en piedra. Con gran devoción, bajaron la piedra donde estaba la imagen que ellos juraron como un hecho milagroso y la trasladaron a Tamayo. Para conmemorar este acontecimiento, cada año venían al lugar donde habían encontrado la imagen, vecinos de Rincón de Tamayo que hacían una gran fiesta en honor a la imagen. Y es que los lugares cargados de una significación numinosa, o sea donde se manifiestan poderes religiosos o mágicos, tienen radios de influencia no sólo locales sino regionales y hasta internacionales porque muchos devotos identifican un origen común y participan de una identidad compartida en el conjunto de relaciones sociales en las que interactúan las cultura íntimas.56 Cabe señalar que esta tradición y la fiesta desaparecieron. Hoy, muchos habitantes del lugar ni siquiera están enterados de este evento. El alicante emplumado Otra historia parte de la mitología local es la del alicante emplumado. Unos muchachos juran que en los caminos del rancho escucharon un ruido ensordecedor y vieron una gran víbora que se encontraba con la cabeza levantada mirándolos fijamente. Fue tal su impresión que se quedaron paralizados observando la serpiente, que era un alicante. A esa primera aparición le siguieron tantas más que a la gente se le fue haciendo normal ver la majestuosidad de la víbora. Hay quienes aseguran que con el pasar los años, el alicante siguió apareciendo pero ya emplumado. 56 Mito: función y significado. Op.cit. Tradiciones y fiestas populares Tradición, del latín traditio, hace referencia al acto de entregar, es decir a lo que los antepasados nos han entregado. Las tradiciones son una manera de hacer presente lo que ocurrió o lo que se acostumbraba hacer en tiempos pasados. Se transmiten de una generación a otra de forma oral o escrita. Vida cotidiana Los hombres se dedicaban a las labores del campo y el comercio. Todos tenían vacas, cerdos y cabras, por lo cual la leche sólo escaseaba en épocas de secas, pero se complementaba su falta con el consumo de quesos, requesón, sueros y mantequilla producidos en la comunidad. Cada sábado mataban una red gorda. El consumo de carne se completaba con chicharrones y longanizas. Las mujeres cocinaban, tejían, bordaban, hilaban y elaboraban todo tipo de prendas. Para proveerse de lo necesario, la gente hacía las compras fundamentales en Celaya, pero para la provisión cotidiana había quienes se dedicaban a vender pan, jabón, velas, azúcar, chocolate, géneros, etc. en sus propias casas dado que no existían verdaderos comercios establecidos. Todas las noches la población acostumbraba rezar el rosario y leer pasajes de las Santas Escrituras. La ceremonia que recuerda fray Rodríguez, es la de don Benito Pérez que vivía entre Canoas y Tamayo y cantaba, todas las noches a las ocho en punto, el Ave María, Santo Dios y Virgen Pura. Toda la gente respondía desde sus casas, luego rezaba el rosario guiado cada noche por un miembro de la familia y después cenaba. Esta tradición ya se ha perdido. Los domingos, la mayoría asistía a la misa que se ofrecía en Rincón de Tamayo donde, como ése era día de plaza, aprovechaba para surtirse para la semana. En materia de esparcimiento, la casi totalidad de los festejos del pueblo se relacionaba con eventos de tipo religioso. Pero también había paseos campestres como el que, por ejemplo, se realizaba a El Picacho, un hermoso cerro cercano donde las familias se guarecían en la Cueva de la Miel (allí fabricaban miel de tuna utilizando las grandes nopaleras existentes en los alrededores) y fiestas familiares donde se bailaba y cantaba y en las que el músico y cantor don José Rivera popularizó la siguiente composición: Ya me voy de este rancho querido donde tiernas caricias gocé, yo mi pecho lo llevo sentido, rancho engreído por ti volveré. Mi destino me obliga a dejarte porque así lo ha querido la suerte, viviré mientras viene la muerte, rancho engreído por ti volveré. Ya me voy, ya me voy, mi Canoas, mi terruño donde agua bebí, agua limpia en que suena mi canto, la canción en que lloro por ti.57 Fray José Rodríguez Andrade. “Algunos sucesos históricos en el pueblo de Canoas”. Los ojos del tiempo. El oficio de escribir la historia (Celaya y la región, 1570-2009). El sol del bajío, Celaya, Gto., 11 de octubre de 2009. pp. 30-31. 57 Don José Rivera, también cantaba y tocaba el arpa en los velorios de los angelitos a los que se despedía con música para que “ascendieran al cielo.” Traje regional Canoas tenía un traje regional que ya ha desaparecido con excepción de la bayeta. Investigaciones actuales permiten hablar de una fuerte influencia purépecha en la indumentaria utilizada aunque esa influencia no es determinante.58 Raúl Alvarado García59 dice que en las comunidades celayenses de El Sauz , Santa María del Refugio, Ojo Seco , Los Huesos, Canoas, El Beato, San Lorenzo, Juan Martín, Guadalupe, Tlalixcoya, Ixtla, Almanza, el Toro, Tenango, Huapango, y en el sur de la ciudad de Celaya, desde “la palanca“ ( hoy calle de Pípila), se ha podido constatar a través de diferentes fuentes, el uso de la “bayeta” cuyo origen, según sus informantes, está en la comunidad de Congregación de Canoas lugar donde los habitantes ya usaban la indumentaria en cuestión, al igual que en otras 24 comunidades, cuando allí llegó el matrimonio Arreguín-Pérez al que se considera como padres fundadores del rancho. Raúl Alvarado García. ”San Agustín, de convento a cárcel y de cárcel a Casa de la Cultura. Nuevos capítulos para la historia de Celaya y la región. Siglos XX y XXI.” El Sol del Bajío, N° 3, Celaya, México, 2006-2009, p. 23. 59 Raúl Alvarado García. BAYETA TRADICIONAL EN LA REGION DE CELAYA, GUANAJUATO. http://www.raul-alvarado.com (Consultado el 14 de agosto de 2010). 58 Techos de algunas casas antiguas del lugar Junio 2010 Como todo pueblo, Canoas tiene sus lugares y paseos tradicionales. Veamos algunos de los más relevantes. El traje llamado bayeta tradicional tomó su nombre de la tela con la que se confeccionaba, precisamente el género bayeta, género textil producido en Celaya desde la época colonial. 60 60 “A la diplomacia y el despacho de oficinas.” Historia de México. http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/ 1080012583_C/1080012587_T5/1080012587_68.pdf (Consultado el 30 de septiembre de 2010). Después la prenda ya no se confeccionó de bayeta pues no era posible contar con los materiales utilizados originalmente y no se pudo mantener estrictamente la forma original. En el siglo XX la prenda utilizada durante algunas décadas se elaboró en paño de lana. Alvarado García describe la bayeta como una falda de color rojo bordada en punto de cruz con hilo de color negro y con figuras de flores como motivos principales tanto en la guarda como en el labrado. La blusa que la acompañaba, denominada “saco” por su forma, era de color blanco o bien de algún tono pastel. Presentaba diferentes detalles en su terminado: adornos de encaje, deshilado o incluso algunos discretos bordados. Se complementaba la indumentaria con el fondo confeccionado comúnmente en tela de algodón y profusamente labrado también en punto de cruz en color azul rey, siendo los motivos “a gusto” de quien la elabora. El diseño de las guardas presentaba variantes mínimas de una a otra bayeta, no así los fondos con mayor variedad de formas. El atuendo se acompañaba con un mandil adornado con diferentes formas de bordado: combinación de deshilado con punto de cruz, con aplicaciones de encaje o simplemente bordado en diversos colores y figuras, todo elaborado a mano. Las mujeres menos pudientes vestían de la misma forma pero no usaban bayeta sino un género llamado “garrabana”, y las más pobres aún utilizaban la “jerguilla” para la confección de su indumentaria. También se adornaba la cabeza con un peinado en dos trenzas entrelazadas y rematadas con listón generalmente en color rojo, aretes de filigrana, arracadas o a “tono” de quien los portara. El trabajo de investigación realizado por Alvarado y otros investigadores los han llevado a suponer que los antecedentes probables de esta indumentaria, era la indumentaria que “tiempo antes” usaban las mujeres de la región: “un castor”, complementado con rebozo de “petacua” y un manto llamado “tápalo”, lo que hace suponer que la influencia es purépecha, por la naturaleza de las prendas. Bayeta tradicional En cuanto al atuendo masculino, era común ver al hombre vestido con pantalón de manta, recto y de manga ancha, cruzado en la cintura. También se acompañaba con camisa de manta, algunas veces bordada al frente, un ceñidor o faja de tela generalmente en color rojo o azul, en el cual era común apreciar un bordado con motivos campiranos. El traje se complementaba con un sombrero de palma de copa alta y ala ancha, calzando huarache “encorrellado” comúnmente de elaboración artesanal. Fray José Rodríguez describió también el traje típico canoense. El masculino, decía, era un traje de ropa blanca de manta gruesa con chamarras de lona y huaraches muy elegantes o zapatos muy fuertes de buena suela dura. Los hombres usaban unos pantalones de gamuza que llamaban “calzoneras”; se adornaban con botonaduras de plata o metal según el gusto de cada quien. Llevaban también sombreros de palma o de lana de copa baja. Las mujeres llevaban una falda muy ancha. Después empezaron a usar blusas o camisas de holanes de color pardo o de una tela de color rosa que llamaban “cordoncillo.” Acompañaban su atuendo con sombreros altos de palma llamados “cubines.” Los primeros sombreros que se usaron, en este caso los de copa, eran de diferentes materiales. Para el campo, la gente utilizaba unas capas de lana que llamaban jergas. Cuando salían a sus viajes usaban unos aparatos que llamaban “rodilleras de cuero.” Para conservar la ropa también usaban unos manguillos con una pechera de cuero que les servía para resguardar las manos y el pecho. Las mujeres, trabajadoras y verdaderas amazonas, sabían bordar, hilar, tejer, cortar, coser toda clase de prenda de vestir. Tejían unas fajas llamadas “ceñidores” que los hombres usaban en lugar de cinturón. Es el fraile Rodríguez el que menciona el “castor”, el rebozo llamado “petacua” y un manto de seda llamado “tápalo” y el que dice que después comenzaron a usar el rebozo de bolita, el tornasol, la bayeta (falda de lana roja bordada a mano), los collares de coral y las arracadas y anillos de oro y de plata. Posteriormente unos chales negros y en casa, unos delantales muy laboriosos bordados a mano y zapatos negros de charol. Para las fiestas usaban botas o botines y las faldas muy anchas para que no estorbaran al montar a caballo. Hacían uso también de un pañuelo en la cabeza y luego de un sombrero. Cabe mencionar que la bayeta a que nos referimos, es el mismo modelo que posteriormente fue elegido para diseñar o reconstruir el traje regional de Celaya. Esto ha sido motivo de orgullo para las personas que están ligadas a los orígenes del pueblo. Otra que aportó al conocimiento sobre la bayeta, fue la ex cronista de la ciudad de Celaya, Abigail Carreño, 61 quien al dar una descripción detallada del traje de la mujer canoense dice que: Consta de un blusón o saco, confeccionado con tela brillante de cualquier color. Es de cuello alto y los adornos son caprichosos. Se puede encontrar con alforzados de pechera, rematadas con las bandas, chaquiras o espiguillas, así como terminado con labras de crochet. Las mangas van un poco debajo del codo y se rematan con encajes. La falda es de bayeta o fieltro rojo. La enagua de abajo es de manta muy cerrada. En la bayeta lleva bordados de ondas festonadas y alegóricas de punto de cruz en negro, o bien de tela conocida como mascota, trabajada con deshilados y bordados. El peinado es con partido en medio, recogido el cabello con un “chongo” o “molote”, muy a la usanza española, para poderse colgar el sombrero que era de copa muy alta y a los de regular tamaño, adornos con rosas de listones en los lados, dejando caer tiras de listón del mismo sombrero. Al cuello se adornaban con auténticos corales o cuentas de papelillo. Originalmente se ponían un “tapolo” de seda negro, con rosas bordadas, pero con el tiempo éste fue suplido por el hermoso rebozo mexicano. Usaban cinco pañuelos: el de la cabeza, el del cuello, el de la cintura, el freno del caballo y el de la cuarta para el animal, pues eran magníficas amazonas, usaban botines tipo borceguí en charol.” Después de la bayeta se usó una falda verde, le continúo una falda café y luego otra de color guinda. Comentan los canoenses que se impuso una moda: si alguien traía la falda de un color, todas las demás debían también traerlas de ese color. Nuestros informantes no recuerdan otro color que haya estado de moda. Abigail Carreño de Maldonado. Imagen de Celaya. 2ª. ed. Recopilación Histórica de México, Celaya, 1992. 61 La bayeta, única prenda tradicional que ha sobrevivido, hoy es solamente utilizada por mujeres en la representación de La Pastorela. Bayeta utilizada en La Pastorela 2008 Fiesta de la Santa Cruz Viendo el señor Dolores Ramírez la firme devoción de la gente por la Santa Cruz, construyó una capilla cerca del rancho para instalarla allí. Inmediatamente empezaron a llegar los vecinos con flores y velas que ofrecían diariamente. Se estableció que el día 3 de mayo se le haría el festejo: una comida. Los hombres se levantaban desde temprano y llevaban a la Santa Cruz a la parroquia de Tamayo para escuchar la misa que pedían en su honor. Luego la regresaban a Canoas cantando alabanzas y quemando cohetes; al llegar al rancho era recibida con música. Había una persona encargada de vestir a la Santa Cruz (el señor Juan Rodríguez): le ponían unos hilos dorados o plateados llamados escarcha, se velaba el madero toda la noche en una casa y al día siguiente por la tarde era llevada en procesión a su capilla. Asistía toda la gente del rancho de Canoas y se quemaban unos treinta o cuarenta gruesas de cohetes. Era el 24 de abril de cada año la fecha en que la cruz era bajada para que se le rezara la novena en casa de una persona. La gente asistía con gran devoción. Con el pasar del tiempo esta tradición se perdió y fue reemplazada por la de Las Pozas. Las Pozas Se llama así al evento religioso que se celebra en el mes de agosto y que consiste en bajar la cruz desde el cerro donde está enclavada hasta el templo de Canoas donde permanecerá de visita durante nueve días. La celebración inicia con el rezo de un novenario y culmina con una procesión hasta las Pozas. Durante el recorrido van rezando una estación en cada una de las casas que ofrecen un pequeño altar. Pasados los ocho días, la cruz se vuelve a subir a lo alto del cerro donde permanece el resto del año. Imagen de uno de los altares de las pozas, agosto del 2010 Los tíos En Canoas a toda la gente grande se le dice tío o tía, según el sexo. Algo peculiar es cómo acentúan la palabra: lo hacen en la última vocal: tió y tiá. El Ave María Se desconoce la fecha exacta en que un señor de nombre Benito Pérez, que vivía entre Canoas y Tamayo, cantaba todas las noches, a las ocho en punto, el Ave María, Santo Dios y Virgen Pura. Toda la gente respondía desde sus casas y después cenaba. Esta tradición ya se ha perdido. La Estación Éste es el camino principal del rancho. Ahí todavía existe la tienda del Tío Pedro Rodríguez que era y es considerado como el doctor del rancho. Hay quienes dicen que los curó de sus enfermedades. En la tienda del Tío Pedro era donde los hombres del rancho se reunían todos los días al terminar sus labores para descansar un rato, platicar o tomarse un refresco antes de llegar a sus casas. Esta tradición ya se ha perdido. Tío Pedro Rodríguez, persona muy estimada por los canoenses. La tienda del tío Pedro Rodríguez 6 noviembre de 2011 El 12 de octubre Esta tradición es más contemporánea y consiste en la llegada al pueblo de la Virgen de Guadalupe procedente de la parroquia de Rincón de Tamayo. La imagen visita los pueblos cercanos durante todo el año los días 12 de cada mes. Gente de diferentes lugares se reúne en el lugar donde se encuentre la imagen para llevarla en forma de procesión al nuevo lugar donde permanecerá durante todo el mes. Al poblado de Canoas le corresponde recibirla todos los 12 de octubre y tenerla de visita durante 30 días. En ese tiempo recorre una casa por día en donde se reza y donde la dueña de la casa ofrece algún alimento. Al cabo del mes, nuevamente gente de diferentes lugares van por ella para llevarla a la siguiente comunidad a la que le toque. Imágenes de la llegada a Canoas de la virgen, 12 octubre 2009 La Pastorela Hay registros de la celebración de esta tradicional fiesta popular de hace 100 años. Sobre ella hablaremos en el capítulo siguiente. La sociedad canoense \ Delegados Los delegados fungen como representantes legales de los canoenses. Son asimismo los encargados de mantener el orden y atender las cuestiones políticas y jurídicas del pueblo. Están subordinados al presidente municipal de Celaya por lo cual cuando algún acontecimiento sobrepasa sus funciones, son las autoridades municipales de Celaya las que resuelven. Actualmente la delegación no es utilizada como oficina ya que los delegados despachan en sus hogares Desde aproximadamente 1900, las personas que han fungido como delegados son las siguientes: DELEGADOS POR ORDEN CRONOLÓGICO Tío Florentino David Melesio Tío Gerardo Pérez Pancho Pérez José María Rodríguez Pedro de Tío Gil Alfonso Centeno Pedro Arreguín Benito Lara Rubén Pérez José Rodríguez Jiménez Raúl Melesio Abel Mendoza González José Rivera Serafín Ramírez Economía Hoy, Canoas sigue siendo un pueblo rural, profundamente católico, con una economía local basada, históricamente, en la agricultura y ganadería, con comercialización de los productos y derivados fuera en la misma comunidad, en Rincón de Tamayo, en el lugar conocido como La Venta o en Celaya. Hoy en día las actividades agropecuarias son escasas. Aunque el tiempo pareciera no haber transcurrido, Canoas sí ha cambiado. Al igual que en otros lugares, el fenómeno de la no existencia de fuentes de trabajo locales que trajo consigo la modernidad (el desarrollo tecnológico, la globalización, la evolución del pueblo) provocó que los jóvenes de la comunidad se sumaran masivamente al ejército de migrantes que pretende vivir “el sueño americano,” ya instituido como un destino común. La emigración temporal o definitiva hacia los Estados Unidos se ha incrementado con el paso de los años de tal manera que el pueblo se ha ido quedando prácticamente solo, habitado por personas de la tercera edad que son las custodias de los bienes y las tradiciones. Los pocos canoenses que aún pueden laborar, trabajan en Celaya mientras que el grueso de la población actual completa sus ingresos con las remesas provenientes de los Estados Unidos – las que envían los hijos o los esposos de las familias que se quedan en el ranchobeneficiándose del cambio de dólares por pesos mexicanos. Las remesas hacen que los ingresos de los canoenses sean los que correspondan a la clase media más que los que corresponden a campesinos pobres. Los migrantes que han partido hacia los Estados Unidos de América sólo regresan a Canoas en los meses de noviembre, diciembre y enero para celebrar en familia las fiestas decembrinas y para vivir y re-vivir la fiesta más grande de su pueblo de origen: La Pastorela, fiesta en peligro de extinción. Si La Pastorela desparece no sólo se perdería la fiesta sino todo lo ésta implica: la tradición del pueblo, los elementos identitarios de los canoenses, la memoria histórica, la supervivencia de Congregación de Canoas…. Sociedad En las sociedades indígenas mesoamericanas, a pesar de la existencia de una gran variedad de formas y prácticas entre una comunidad y otra con respecto al sistema normativo, existía un sistema de cargos cuyos rasgos fundamentales, según concuerdan muchos antropólogos, se han mantenido hasta la actualidad aunque la pobreza, la migración, las políticas de asimilación y otras formas de exclusión social han provocado y provocarán grandes cambios en México. Distintos antropólogos han analizado esos cambios, sobretodo la desintegración del sistema de cargos por los efectos del mayor contacto con el mundo exterior, la "ladinización" y la imposición de otras estructuras políticas. Siguiendo a Laura Carlsen,62 vemos que las características generales de ese sistema normativo, muchos de cuyos aspectos son reconocibles en la organización de La Pastorela de Canoas, son las siguientes: 1. Se trata de un sistema conformado por un cierto número de cargos que equivalen a responsabilidades comunitarias y que son reconocidos y respetados por los miembros de la comunidad. Los responsables de los cargos llevan un bastón, (no es el caso de Canoas donde el proceso de ladinización63 es total) símbolo del mandato que les ha dado la comunidad. Los cargos se turnan entre los miembros adultos de la comunidad, 62 Laura Carlsen “Autonomía indígena y usos y costumbres: la innovación de la tradición.” Programa Panamericano de Defensa y Desarrollo de la Diversidad biológica, cultural y social. Buenos Aires, 17 de mayo de 2006. http://www.prodiversitas. bioética.org/nota26. (Consultado el 25 de agosto de 2011) 63 Conversión de la cultura indígena a la cultura ladina que se dio como asimilación de la cultura hispana por parte de los mestizos de Latinoamérica. generalmente hombres, en forma rotativa. Generalmente duran un año, aunque en algunos casos pueden ser hasta tres. Después del periodo del cargo, la persona regresa a sus actividades normales y no tiene que responsabilizarse de otro cargo por un tiempo relativamente largo. Los cargos no son remunerados y pueden absorber entre la mitad y la totalidad de las horas laborales. 2. Los cargos implican gastos personales en la mayoría de los casos. Los miembros de la comunidad que sirven de mayordomos u ocupan otros cargos deben patrocinar parte de las fiestas religiosas y pagar otros gastos de la comunidad, además de apartarse de sus actividades económicas y agrícolas durante el tiempo que tome su mandato. Por otro lado, reciben compensación en forma de prestigio dentro de la comunidad. Para sociedades occidentales individualistas que explícitamente relacionan riqueza con prestigio, esta compensación puede parecer meramente simbólica. Sin embargo, dentro de las comunidades indígenas el prestigio y respeto tiene un valor real y reconocido. 3. Los mandatos dentro del sistema de cargos ascienden en prestigio y responsabilidad en la “escalera cívico-religiosa”, porque en el transcurso de la vida la carrera de cargos alterna entre los religiosos y los cívicos. En sistemas todavía integrados, los miembros de la comunidad no distinguen entre los dos tipos de responsabilidades. Sus vidas religiosas y cívicas se entrelazan dentro de la cosmovisión indígena en donde almas, animales, plantas y clima, dioses y santos juegan interdependientes. No es el caso de Canoas. papeles indivisibles e 4. Los cargos varían pero, según la mayoría de los estudios, se dividen en cuatro categorías generales: El aguacil es el primer escalón donde un hombre joven empieza su servicio a la comunidad llevando a cabo tareas de mensajero, policía o custodio de inmuebles públicos. Sus responsabilidades no requieren de gastos personales y son desempeñadas en grupos. Después de casarse y fundar su familia, un hombre puede ser nombrado mayordomo. Estos son cargos exclusivamente religiosos e implican gastos significativos como el patrocinio de las fiestas. La figura del santo del pueblo puede llevarse a la casa del mayordomo, y allí donde se mantiene su altar hasta el término del periodo del cargo. Sigue el regidor, cargo que combina tareas religiosas y políticas. Un regidor se responsabiliza de tareas administrativas, entre ellas, la recaudación de impuestos, la resolución de conflictos y la supervisión del tequio (trabajo comunitario). También participan en nombrar gente a los cargos menores. El alcalde es el jefe de la administración local. El alcalde representa a la comunidad en sus relaciones con otras comunidades, oficinas gubernamentales, etc. Él (son muy pocas las mujeres que sustentan este cargo) está encargado de resolver conflictos que no han sido resueltos en niveles inferiores y de nombrar, muchas veces junto con regidores y principales, a los cargos. Esta persona también lleva a cabo funciones religiosas. El alcalde debe haber pasado honorablemente por los otros cargos, y tener las características de ser tradicional y tener una situación económica relativamente acomodada. Finalmente, el principal merece el más alto respeto de la comunidad, por haber pasado por todos los cargos y llegado a una posición de mucho prestigio por su historia de servicio comunitario. En algunas comunidades los principales están organizados en un consejo de ancianos conformado por todos o algunos principales de la comunidad. En otras, todos los principales sirven como autoridades reconocidas. Ellos pueden nombrar cargos junto con, o en lugar del alcalde.64 Laura Carlsen “Autonomía indígena y usos y costumbres: la innovación de la tradición.”Op. cit. (Consultado el 25 de agosto de 2011). 64 Una tendencia marcada por la literatura antropológica reciente es la de la separación entre los cargos cívicos y religiosos, y la de un debilitamiento del sistema en su conjunto. La asamblea general y la organización de las fiestas suelen ser las estructuras tradicionales que sobreviven más allá de la jerarquía de cargos. Ahora bien, ¿qué significado sociopolítico tiene esta normatividad? Desde el descubrimiento de ese significado, ¿qué relevancia tiene ser “empresario”, ser “encabezado”, actor, librero o “el que echa la brea”? Un significado que entendemos inmediatamente es el del prestigio dentro de la comunidad, el fortalecimiento de la etnicidad, y otras funciones jurídicas y sociales. Pero ésta ya no es una recompensa que se busque porque Canoas se ha ido inscribiendo en la cultura de las sociedades occidentales capitalistas individualistas que, a diferencia de las comunidades indígenas que dan un valor reconocido al prestigio y el respeto, relacionan el prestigio con la riqueza y no con las acciones comunitarias para las cuales se haya sido elegido. En las viejas prácticas de asambleas comunitarias donde se tomaban las decisiones por consenso - aunque en Canoas la iglesia controlaba esas juntas- las comunidades salían fortalecidas y reafirmadas en su cohesión por lo que se hacía todo lo posible para integrar las posturas minoritarias al proceso. Pero hay otros significados más interesantes y cuya interpretación ha generado un debate entre los académicos. Para algunos el sistema de cargos y las fiestas religiosas que se dan en las comunidades indígenas (Canoas no es una comunidad indígena pero evidencia rasgos de continuidad cultural) debe analizarse en relaciones económicas el contexto de políticas, sociales y de comunidades y las sus funciones. En esa tesitura, Wolf65 interpretó que el cargos sistema es “un mecanismo redistribución que sirve prevenir la riqueza misma de de para la acumulación de entre miembros de la comunidad.” sobrevivencia Eric del Pero la sistema de cargos dependerá del grado de homogeneidad de la comunidad. Si hay marcadas diferencias de clase entre individuos, por ejemplo los que tienen más terrenos o en general una posición más acomodada, se amenaza el equilibrio comunitario. Por eso, la comunidad tiene que hacer que esos individuos asuman cargos que requieren gastos personales porque de esa manera se redistribuye el excedente a la comunidad. Eric Wolf Sons of the Shaking Earth. University of Chicago Press, 1959. Cfr. Laura Carlsen “Autonomía indígena y usos y costumbres: la innovación de la tradición.” Op. cit. (Consultado el 25 de agosto de 2011). 65 Sin embargo, investigaciones posteriores mostraron otras realidades: en algunos lugares el sistema de cargos ha reforzado más que debilitado la estratificación económica. Esto ha sucedido en muchas comunidades indígenas. Aguirre Beltrán demostró que el sistema de cargos en las comunidades indígenas que él analizó en sus estudios facilitó la explotación de los indígenas por los mestizos En el caso de Canoas, si cruzamos la información entre las listas de los apellidos de las propietarios de tierras de la primera época (63 y 63), de los delegados (119) , de los empresarios de La Pastorela (133) de los actores de 1910 (136), de los vinculados a las festividades religiosas y en estrecho contacto con la iglesia (131), de los pequeños empresarios (66,71,74,76), de los vinculados a la fiesta (133-136), etc., encontramos algunos resultados empíricos que nos permiten obtener algunas conclusiones en cuanto a las relaciones sociales y grupos de poder. Los colores utilizados en el cuadro que sigue facilita la visualización del mapa de imbricaciones en los diferentes roles comunitarios y el nudo de las relaciones que hegemonizan la vida social de la comunidad. Apellidos de los primeros propietarios (para 1865) José Rodríguez Agapito Arreguín José (Joselito) Rodríguez Apellidos de los delegados (desde 1900) Apellidos de los empresarios (desde 1910) Tío Florentino Montoya El señor (1910) David Melesio Francisco Pérez (empresario durante muchos años) Tío Gerardo Pérez Juan José Ramírez Apellidos de los actores (1910) Apellidos de los pequeños empresarios Margarita Rodríguez Refugio Rodríguez: primera máquina de coser (1877) y primer molino de nixtamal manual (1892) Ma. Centeno Carmen Juan Lara y Encarnación Carreño: primer molino de nixtamal movido con gasolina (1921 Faustino Carreño Vicente Lara: propietario del primer camión de pasajeros de Canoas (1938) Cayetano Rodríguez Pancho Pérez Faustino Andrés López Juan Rodríguez José María Rodríguez Santos Rodríguez Antonio Montoya Pantaleón Ramírez Pedro de Tío Gil Pedro Arreguín Amado Carreño Rafael Martínez Alfonso Centeno Dionisio Mendoza Ma. Dolores (Lola) Carreño Abarrotes: Rosalina Álvarez Arreguín Tío Carlos Lara Tío Daniel Rodríguez Tío Pedro Rodríguez (atendida ahora por su hija Rebeca) Lecheros: Camilo Mendoza Lara, Rafael Montoya Lara y Rosalina Álvarez Arreguín Criadero de avestruces y más tarde renta de cabañas: señor Gaxiola Pedro Arreguín José Rodríguez Maximina Mandujano Benito Lara Francisco Serrano Balbina Montoya Rubén Pérez Agustín Rodríguez Cristóbal Pérez José Rodríguez Jiménez Joel Pérez (hijo de Francisco Pérez) Jesús Carreño Raúl Melesio José Rodríguez Ramírez (nieto de José Ramírez) Simón Arreguín Abel Mendoza González Agustín Serrano (hijo de Francisco Serrano) con Rosalina Álvarez Arreguín Rafael Serrano José Rivera José María Pérez León Serafín Ramírez Dolores Ramírez Juan José Montoya Juan Nepomuceno Serrano Francisco Pérez Refugio Rodríguez Vicente Montoya Tomás Montoya Antonio Chávez Mendoza Ermilo Pérez (hijo de Francisco Pérez, 2008) José Rodríguez Ramírez (2009) José Rodríguez Ramírez con Agustín Serrano (2010) Inés (de Raymundo) Melesio J. Carmen Montoya Bartolo Serrano Otilio Rivera Pedro Pérez Agustín Pérez Pedro Serrano Jesús Arreguín J. Guadalupe Martínez Eutimio Maldonado Refugio Carreño Pedro Lara Eligio Rodríguez Víctor Aguado Esteban Montoya Calixto Rivera José Maldonado Jesús Rivera Rafael Rodríguez Guadalupe Melesio Joaquín Melesio Miguel Pérez Gil Pérez José Gómez Pablo Rodríguez Guadalupe Juan Pérez y Como gestores ante las autoridades de Celaya (en 1921 se solicita que a Canoas se le otorgue el título de pueblo o delegación) aparecen nombrados los señores Florentino, Plácido, Carmen y Vicente Montoya, Pedro y Jesús Melesio, Encarnación Carreño, Mateo Mendoza y Juan Lara (70), propietarios de tierras y comerciantes de la localidad. En el ámbito de la cultura, también encontramos estos apellidos entre quienes el pueblo reconoce como los mejores compositores de dispensas (130): Rosa Lara, Antonio Rivera, Francisco Serrano, Daniel Rodríguez Serrano, Belio Pérez Mendoza, Héctor Rivera Rodríguez. En estos nombres también se pueden observar las alianzas matrimoniales entre los pobladores originales. En lo político y en el levantamiento entre cristeros y agraristas, nos aparecen Carmen, Florentino y Juan Montoya por el lado de los hacendados y José Chema Rodríguez y Antonio Martínez por el de los agraristas. En los combates entre ambos grupos participaba gente de los pueblos aledaños (71). Los apellidos conocidos continúan apareciendo en el ámbito eclesiástico. Nuevamente es José Rodríguez66 quien nos proporciona los datos: Sor Feliciana Pérez, Othon Pérez, Roque Enríquez, Dionisio Sánchez, Sor María de la Luz Enríquez. Entre los más contemporáneos aparecen: fray Luis Melesio, Antonio Serrano, Mento Pérez, Jorge Pérez, Samuel Montoya, Agustín Centeno, Roberto Centeno, Leopoldo Arreguín, Ricardo Rodríguez, Antonio Serrano, Arturo Melesio. En resumen: Rodríguez: propietarios de tierras, delegados, empresarios de La Pastorela, actores, comerciantes, sacerdotes, compositores Arreguín: propietarios de tierras, delegados, empresarios de La Pastorela, actores, comerciantes, sacerdotes Ramírez: propietarios de tierras, delegados, empresarios de La Pastorela Martínez: propietarios de tierras, actores Montoya: propietarios de tierras, delegados, empresarios de La Pastorela, actores, comerciantes, sacerdotes Serrano: propietarios de tierras, empresarios de La Pastorela, actores, sacerdotes, compositores Pérez: propietarios de tierras, delegados, empresarios de La Pastorela, actores, sacerdotes, compositores Fray José Rodríguez Andrade. “Algunos sucesos históricos en el pueblo de Canoas”. Los ojos del tiempo. El oficio de escribir la historia (Celaya y la región, 1570-2009). Op. cit. p.29. 66 Carreño: propietarios de tierras, actores, comerciantes, sacerdotes Melesio: propietarios de tierras, delegados, actores, sacerdotes Maldonado: propietarios de tierras, actores Gómez: propietarios de tierras Centeno: delegados, actores Rivera: delegados, actores, compositores Lara: delegados, actores, comerciantes, compositores Mendoza: delegados, empresarios de La Pastorela Gaxiola: persona que aunque no es perteneciente a Canoas, tenía un criadero de avestruces que más tarde se convertiría en un centro hotelero. Del análisis de las relaciones expuestas podemos concluir algunas situaciones: 1) Ciertos apellidos se repiten en todos los ámbitos de la vida de Canoas desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad. De la totalidad de los apellidos identificados en posiciones sociales determinadas (propietarios de tierras, comerciantes, delegados políticos, sacerdotes, comerciantes, etc.), hay ocho apellidos (el 50%) que corresponden a propietarios originales: Arreguín, Carreño, Melesio, Montoya, Pérez, Rodríguez, Ramírez, Serrano. O sea que en esta comunidad, los propietarios originales han tenido un gran peso económico, político e ideológico desde mediados del siglo XIX. 2) Se observan relaciones endogámicas. Se han dado matrimonios entre los mismos miembros de las familias tradicionales de la comunidad, ya sea que vivieran en Canoas o que fueran descendientes. Los argumentos para justificar estas alianzas son los siguientes: no se trata de preservar el apellido sino que casarse entre la misma gente implica casarse “con personas conocidas, saber de qué familia vienen”. También se señala que “casarse con gente de Canoas, es casarse con gente buena.”67 Con estos enlaces matrimoniales lo único que varía son las combinaciones entre los apellidos. 3) A lo largo del tiempo, desde mediados del XIX hasta hoy, y generación tras generación, las familias tradicionales canoenses siguen instaladas en los mismos sectores sociales, económicos, culturales, ideológicos, etc., que sus antepasados. Son muy pocas las personas ajenas al pueblo que en los últimos años han llegado a instalar o a dedicarse a actividades no tradicionales, como lo podemos ver en el negocio de la crianza de avestruces o en la instalación de centros recreativos turísticos (señor Gaxiola). 67 Entrevista con DS Canoas, febrero 2009. Cien años de una tradición popular: La Pastorela de Congregación de Canoas L a Pastorela es una tradición introducida en el pueblo de Canoas hace 100 años. Aunque la festividad se ha ido transformando, su significado religioso continúa siendo el mismo: dirigida una a la representación Virgen Guadalupe, que consta cuatro actos reúne y de de a 20 actores y cuyo objetivo central es la convivencia entre habitantes de la comunidad. La mayoría de claves para que realizar los los informantes se consultaron la investigación, concuerdan en que La Pastorela fue traída al pueblo por un señor de nombre Juan cuyos apellidos se desconocen, que suponen probable maestro del lugar. era originario de Michoacán y Es posible que junto con la trama, el señor Juan también haya introducido la indumentaria que con el tiempo y notablemente, pasaría a ser parte fundamental de la vestimenta de la mujer de Canoas. En la búsqueda de material documental para poder reconstruir la historia de La Pastorela de Canoas, nos encontramos con que las fuentes escritas son prácticamente inexistentes. Por ello, el trabajo se realizó sobre la base, fundamentalmente, de En efecto, orales. la monografía fray José Rodríguez en la que el autor hace un registro de elaborada datos en fuentes por históricos y antecedentes de la comunidad, no aparecen mencionadas ni la devoción que el pueblo tiene aún por la virgen de Guadalupe ni la celebración anual de La Pastorela. En otra publicación de 1996, Raúl Alvarado García, investigador y profesor del Sistema Municipal de Arte y Cultura de Celaya, hace una recuperación de esta tradición pero su objetivo no es trabajar sobre la fiesta sino sobre el origen de la bayeta que también se ha convertido en el traje típico de Celaya. El único documento escrito al que pudimos acceder pertenece a un archivo privado. Se trata de un registro elaborado por la señora María Rodríguez Serrano (1903-2000) y por otros dos habitantes de Canoas. La señora Rodríguez incluyó en sus memorias lo que ella vio de la fiesta desde que era una niña. Lo hizo por una petición de la señora Rosa Lara Pérez, quien intentaba recuperar la historia de su comunidad. Pero la señora Rosa Lara falleció y no pudo cumplir con su objetivo. En el escrito de María Rodríguez y de los otros dos informantes (HAR y FAR), se asienta que fue aproximadamente en 1910 cuando se realizó la primera fiesta organizada por el empresario citado, el señor Don Juan. El libro La trama de La Pastorela se encuentra en los denominados libros. En Canoas existían dos libros o dos pastorelas. Una, denominada La palomita, era más corta y se ejecutaba en el mes de mayo. El libro de La palomita ya no existe, los habitantes del lugar dicen que se perdió. La otra, conocida precisamente como La Pastorela o La Grande se desarrolla actualmente en el mes de enero. Cada una tenía sus tonadas y cantos particulares. Libro de la Pastorela de Canoas Al realizar la indagación preliminar una persona mencionó un tercer libro, Ya se llegó el día, pero algunos de nuestros informantes señalan que más que pastorela se trataba de una representación de las apariciones de la virgen de Guadalupe que duró poco tiempo, quizá un año o dos. 68 El celo que pone la comunidad en salvaguardar su libro, es fundamental porque con ello se contribuye a preservar la más antigua de las tradiciones locales. Trama y estructura La trama, como ya se mencionó, consistía y consiste en representar todo el trayecto que tienen que hacer los pastores para poder llegar a Belén y adorar al niño Jesús, las batallas que tienen que vencer, con ayuda de los ángeles, para librarse de los siete pecados capitales representados por los demonios. Todo ello constituye es narrado a través de los parlamentos de los personajes que están escritos a manera de rimas, que hay que aprenderse. Durante toda la pastorela y el arrullo del niño Jesús también hay que ejecutar un conjunto de cantos que deben conocerse de memoria. En la representación actual se trabaja con los cinco componentes clásicos: la presentación, las dispensas, las despedidas, los cuándos y el llamado del perro. Presentación. Es una composición de estrofas realizada por el empresario y que él dice al inicio de la función. En ella menciona cómo se preparó el espectáculo, agradece la presencia del público y pide se perdonen las fallas que pueda tener. 68 Entrevista con HAR, OLA, MM, Canoas, mayo del 2010 y con RAA, RA, Canoas, junio del 2009. Dispensas. Es una composición de versos que conforman varias estrofas (denominadas “cajones”) que riman y que se dicen, generalmente, al terminar el primer acto. Cada actor los compone por su cuenta o encarga a alguien para que se los haga con la finalidad de presentarse y encomendarse a la Virgen de Guadalupe pero también a la Santa Cruz hacia la cual el pueblo tiene mucha veneración. En las dispensas también se pueden recordar algunos acontecimientos relevantes que pasaron a lo largo del año en la comunidad. La estructura que debía tener la dispensa era rígida pero hoy esto se ha flexibilizado. Las dispensas que más se han distorsionado en forma y contenido son las de los diablos. A pesar de la flexibilidad, en términos generales, la estructura de una dispensa es la siguiente: Saludar al público Encomendase a la Virgen de Guadalupe o a la Santa Cruz Desarrollar una temática (la que el personaje decida) Señalar a qué personaje representa Difundir el nombre del actor Señalar la melodía que pide a la banda En el caso de las pastoras, una vez que se dice la dispensa, aquéllas lanzan dulces (anteriormente debían ser colaciones) al público, bailan la diana y la melodía que pidieron. Los otros personajes, una vez dicha la dispensa, sólo bailan la melodía que pidieron. Cabe señalar que los diablos sólo pueden bailar entre ellos, en círculo. La Virgen, San José, el padre y los ángeles no pueden bailar, sólo escuchan la melodía que pidieron a la banda. Los compositores de las dispensas son los mismos actores, sus familiares o algunos conocidos que sepan hacer estrofas con rima (anexo 3). Las personas que fueron y son conocidos como compositores de dispensas y que llegaron a realizar hasta cinco dispensas por pastorela, se mencionan en el siguiente cuadro. RECONOCIDOS COMPOSITORES DE DISPENSAS A LO LARGO DE LA HISTORIA DE CANOAS Rosa Lara ( fallecida ) Antonio Rivera (fallecido ) Francisco Serrano Daniel Rodríguez Serrano Belio Pérez Mendoza Héctor Rivera Rodríguez Antes del 1987-88 se agregaba una dosis de comicidad a los discursos, pero el nivel de esa comicidad dependía del personaje que se representaba. Desde entonces hasta la fecha, lo cómico puede estar en manos de cualquier personaje. Esto ha ido generando que de la comicidad se pasara a lo grotesco. Pero parte del público aplaude eso. En la actualidad las dispensas son la faceta de La Pastorela que más disfruta el público el cual se espera para verlas. Pasadas las dispensas, el público se retira masivamente y sólo se quedan una o dos personas que son las que acompañan a los actores hasta la mañana siguiente en que termina la pastorela. Llamado del perro. Da comienzo cuando, en medio de la representación, uno de los pastores lo llama tres veces por medio de chiflidos y cantos. Posteriormente y en forma de dispensa, el pastor hace mención al hecho de que posiblemente ya no encontrará su ganado sino quizá sólo al perro que ya se lo comió. Pero nunca es así. Despedida. Se realiza al finalizar la trama de la pastorela. Son estrofas con rima por medio de las cuales se agradece por haber podido terminar la labor con el personaje que se ha representado. Cuándos. Son estrofas realizadas por el empresario que hacen alusión a lo que pasó durante la fiesta o ensayos. Se recitan después de las despedidas. Ejemplo de un cuándo es el siguiente: Los que estuvieron en la fiesta Fueron pocos, pero nos acompañaron. Al día siguiente les preguntan Y que se acuerden…. ¿cuándo? Una vez dicha la estrofa, los pastores responden en forma de canto: Cuando se llegue ese cuando Que mi alma tanto desea Que los pastores se vean En Belén representando. Esto se continúa hasta terminar todas las estrofas que el empresario haya elaborado. Los roles De la trama y estructura de La Pastorela, se infiere que los principales roles lo juegan el empresario, la Virgen, San José, los ángeles y arcángeles, los diablos, etc. Pero anteriormente, el trabajo de La Pastorela no terminaba con el empresario y los actores. En efecto, existían otros roles que debían jugarse. Analicemos más de cerca esos roles que se irán perfilando a medida que se avance en la lectura de los siguientes apartados. Estos roles se relacionan con el sistema de cargos del que hablamos. El empresario Al inicio, con excepción del señor Juan, el empresario era escogido en una junta que organizaba el párroco de Rincón de Tamayo. Había muchos candidatos a empresario porque éste jugaba un papel tan importante en la comunidad que ésta lo respetaba y obedecía como a cualquier profesor. Él fungía como maestro de la obra de teatro y enseñaba a los actores a desempeñar sus papeles, los cantos y tonadas, los movimientos, etc. Para la selección de los actores, previamente se pedía el permiso de los padres de familia, el empresario repartía los personajes entre las personas que consideraba podrían ejecutarlos considerando el grado de dificultad y evaluaba el desempeño. Si la evaluación era negativa el empresario solicitaba al actor que se esforzara más y si éste no lo hacía le cambiaba el personaje o lo quitaba de la obra, lo cual causaba gran vergüenza al afectado. Así, cuando un actor aceptaba su papel, sabía del compromiso de honor que estaba adquiriendo ante la comunidad. Hoy en día la autoridad del empresario se ha perdido al grado de que desde que en 2008 se empezó a ver que la tradición desaparecería debido a la falta de participación. Con tal de que esto no sucediera, el empresario comenzó a aceptar casi todo lo que los actores dijeran: “No nos podemos dar el lujo de que se nos vayan. ¿Qué hacemos si no hay más?”69 Cabe señalar que se creía que para enero del año 2010 ya no iba a haber fiesta. Pero finalmente surgió un empresario y la fiesta se organizó a último momento porque hubo un conjunto de personas que no se resignaron a la pérdida total de la tradición. En una semana se realizaron los ensayos y el trabajo salió. Esto fue histórico porque jamás se había enfrentado tal situación. 69 Entrevista con AS y HP, Canoas, junio de 2009 y con JRR, Celaya, junio de 2009. Los encabezados Cuando La Pastorela dependía de la Parroquia de Rincón de Tamayo, ésta controlaba el uso del dinero por medio de los encabezados, designados en una junta convocada por el párroco. Su tarea era la de administrar el dinero que se necesitaba para pagar diversos gastos como, por ejemplo, la comida para los músicos. En esa junta también se decidía quien sería el empresario, que no tenía que ser, necesariamente, parte de la junta. Una vez designados los puestos se le daban a conocer al párroco de Tamayo para que estuviera al tanto. Cuando la iglesia dejó de controlar el evento, los encabezados tradicionales desaparecieron y dieron paso a los actuales que son norteños70 y de los que hablaremos más adelante. EMPRESARIOS DE LA PASTORELA DE LA CONGREGACIÒN DE CANOAS POR ORDEN CRONOLOGICO71 El señor Juan (1910) Francisco Pérez (empresario durante muchos años) José Ramírez Faustino Santos Rodríguez Pedro Arreguín Dionisio Mendoza Es decir, de canoenses que han migrado a Estados Unidos de América y que hoy financian la celebración. 71 Entrevista con DRS, RAA, RA, HP y FS, Canoas, junio de 2009 y con HAR, Celaya, mayo de 2010. 70 José Rodríguez Francisco Serrano Agustín Rodríguez Joel Pérez (hijo de Francisco Pérez) José Rodríguez Ramírez(nieto de José Ramírez) Agustín Serrano (hijo de Francisco Serrano) con Rosalina Álvarez Antonio Chávez Mendoza Ermilo Pérez (hijo de Francisco Pérez, 2008) José Rodríguez Ramírez (2009) José Rodríguez Ramírez con Agustín Serrano (2010) Los actores ¿Quiénes eran y cómo se designaba al elenco que actuaría en La Pastorela? ¿Han cambiado hoy los criterios? El empresario ya asignado analizaba qué personas de la comunidad podrían sacar el papel adelante. Una vez elaborada la lista, y junto con los encabezados, visitaban a los candidatos y si eran menores de edad, pedían permiso a los padres. El único requisito era que fueran de Canoas o descendientes de gente del lugar aunque no vivieran en la comunidad. En los tiempos actuales, en que La Pastorela ha pasado a estar en manos de los norteños, se ha seguido procurando que los personajes sean descendientes de gente de la comunidad pero dado que los jóvenes ya no quieren participar, se han aceptado personas que aunque no sean de la comunidad conozcan los papeles para poder sacar la función con uno o dos ensayos. Que obtenían los actores tradicionales: ¿remuneración económica?, ¿prestigio social? No había remuneración económica alguna sino más bien erogaciones. Por ejemplo, los que ya no vivían en la comunidad tenían que costearse el gasto que implicaba ir a ensayar a Canoas. A ello, todos debían sumar los gastos de vestuario. Pero sí se obtenía prestigio social, el mismo que obtenían los encabezados y los empresarios que, como hemos visto, siguen estando presentes en la memoria colectiva y que, junto con los que desarrollaron otros roles, hoy forman parte de la historia de la comunidad. Con los nuevos criterios de selección de los personajes ha desaparecido la búsqueda del prestigio social local que confería la participación en la celebración. Sin embargo, en las entrevistas con los actores y con los empresarios se ha dejado filtrar esta percepción: a lo largo de la historia, y no porque sea requisito, los que han desempeñado algunos de los roles en la fiesta han hecho lo que hicieron sus antepasados. “Lo lleva en la sangre, su abuelo era de los buenos,” comenta el empresario refiriéndose a uno de los jóvenes actores. En la primera representación de 1910 el reparto de los personajes fue el siguiente:72 72 María Rodríguez Serrano et al. Op. cit., p.1. SANTOS Virgen: Margarita Rodríguez Santa Isabel: Ma. Carmen Centeno PASTORAS PASTORES DIABLOS Gila: Ma. Dolores (Lola) Carreño Bato: J. Carmen Montoya Luzbel: J. Guadalu pe Martínez Flora: Maximina Mandujano San José: Faustino Carreño Arminda: Balbina Montoya San Gabriel: Andrés López Susana: Inés (de Raymundo) Melecio Bras: Bartolo Serrano Doristo: Otilio Rivera Silvio : Pedro Pérez Chamorro: Agustín Pérez San Miguel: Antonio Montoya Feliciano: Pedro Serrano Padre: Amado Carreño Mesonero: Jesús Arreguín Satanás: Eutimio Maldona do Astaron : Pedro Lara Polifemo: Víctor Aguado Angelio: ----Asmodeo ( el perro) y Pereza: Calixto Rivera, Jesús Rivera El librero Otro de los roles era el de librero, como se denominaba a aquellas personas que durante los ensayos y en la misma representación llevaban el control de la sucesión de lo que se iba desarrollando. La única condición para poder desempeñar esta función era la de saber leer. Hubo personas que por haber desempeñado esta función por mucho tiempo quedaron reconocidos como libreros. Tal fue el caso del señor Melesio a quien la comunidad llamaba “el Librero Raimundo Melesio.” Posteriormente también fueron libreros los señores Santos Rodríguez y Francisco Pérez. Con el correr de los años, la especialización y la enseñanza fueron desapareciendo y los antiguos roles quedaron a cargo de los mismos empresarios, de cualquier personaje de la pastorela o del organizador de la misma. El que “echa la brea” Hay otro rol que jugar: el de la persona que el día de la función será la encargada de “echar la brea” o sea de mantener una fogata encendida por medio de brea mientras los diablos declaman su dispensa. El encargado de eso, por años y del que se tienen los recuerdos más remotos fue el señor Isidoro Pérez. Cuando él murió, su lugar fue tomado por su hijo Bernardo quien dice: “a mí me enseñó mi papá a moler y a echar la brea; cuando yo era niño él era el que se encargaba de eso”. 73 73 Entrevista con el señor Bernardo Pérez, Canoas, junio del 2009. Señor Bernardo 5 Febrero 2012 Momento donde el señor Bernardo prende “la brea” Enero 2010. El vestuario En la pastorela se utiliza un vestuario con elementos mínimos para sus personajes. Dado el carácter de estas representaciones no se requiere de un vestuario costoso y excesivo para denotar de quién se trata (el diablo es una figura de sobra conocida, al igual que los pastores, José y la Virgen, etc.). Se pueden usar accesorios como máscaras caseras, retazos de telas, sábanas viejas, vendas y pigmentos de maquillaje en rostro y mallas para presentar personajes sugestivos y complejos. En las pastorelas introducidas en el siglo XVI por los evangelizadores españoles, se usaban máscaras para representar a los personajes como el Arcángel San Gabriel, Beto, Gila, El Bien, El Mal, El Ermitaño, Los Pastores, La Gula, La Lujuria, y todos los demás pecados capitales. En Canoas, el empresario no sólo debía ocuparse de la trama y calidad de la representación sino también del cuidado de la indumentaria. Ésta no era diferente de la de otros lugares, con excepción de algunas prendas específicas. Los vestuarios eran los siguientes: San José. La tradicional toga verde, chaleco largo color amarillo, en la mano una vara con flores, huaraches74 y sombrero. Se ha conservado. Virgen María. La tradicional toga blanca y chaleco largo azul cielo, huaraches, manto blanco en la cabeza al igual que una corona. Se ha conservado. El término "huarache" designa en México un tipo de calzado. El nombre español proviene de la voz purépecha “kwarachi". 74 Ángeles. Toga blanca, alas, huaraches. En el caso de San Gabriel, un machete. Esta vestimenta se ha transformado por unos vestidos cortos, sin mangas y botas. Mesonero. Overol y sombrero mitad verde, mitad amarillo y una escoba la cual puede ir decorada al gusto. Se ha conservado. Santa Isabel. Toga rosa, manto azul, huaraches y corona. Se ha conservado; lo que ha evolucionado un poco es el estilo de la corona. Padre. Toga blanca. Encima, un tipo gabán prefiera (generalmente es morado o del color que el participante verde). Se ha conservado. Pastoras. Se utilizaba –y utiliza- una prenda típica: la bayeta. Ésta es una falda confeccionada de paño rojo y labrada en hilo rojo y en punto de cruz. Se acompaña con blusa y mandil bordado con lentejuelas del mismo color, sombrero decorado con listones y diamantina y una canasta. Los zapatos pueden ser negros o del color de la blusa. Las diversas pastoras llevan accesorios particulares y, algunas, la ejemplo: - Gila: una cuchara y el niño Dios - Susana: pañales. ofrenda que le darán al niño. Por Vestuario de Virgen, santa Isabel y pastores. Enero 2010 Los trajes de las pastoras se han conservado. Lo que ha evolucionado un poco es el diseño de la blusa, aunque esto no sucede siempre sino que depende de cada actor. Lo que sí no se ha conservado, y esto es válido para la mayoría de los personajes, es el bordado a mano con lentejuelas. Hoy se utilizan telas que ya vienen con la lentejuela incluida. Pastores. Bermuda y chaleco rojo y verde, camisa, botas, un sombrero con flores de papel de china y una lluvia de papel atrás, todo decorado con diamantina. El único pastor que va de color diferente es Silvio, quien luce traje amarillo. Desde 2006 se comenzaron a introducir colores como el azul y plata en los pastores que llevan diversos accesorios particulares y, algunos, la ofrenda que le darán al niño. Por ejemplo: - Silvio: guajito75 - Chamorro: cazuela con migas - Bato: gallina de pan en un morralito ( pan remojado en piloncillo) En México se llama “guaje” (del nahua uaxin), entre otros significados, a un fruto que tiene usos versátiles, entre ellos el de recipiente. En este caso, se habla de un recipiente pequeño. 75 Los trajes de los pastores se han conservado, excepto en el uso de los colores. Demonios. Todos, excepto Luzbel que va de rojo, visten de negro y llevan una capa bordada con lentejuelas y cuernos decorados con espejos o diamantina. Los siguientes personajes tienen un vestuario particular: - Asmodeo o perro: porta un traje o disfraz de perro. - La pereza: es un hombre que se viste de mujer. José Rodríguez en el personaje de la pereza. Aproximadamente enero 1985 Joven Guadalupe García Chávez personificando a la pereza Enero 2012. Los trajes de los demonios se han conservado pero se ha agregado el uso de lentes obscuros. Demonios Enero 2010 La fotografía que sigue muestra las características actuales del vestuario de los personajes. Actores de La Pastorela del año 2008. El escenario En todas las religiones existe un espacio señalado como sagrado en el que se celebra el culto y se reúnen los fieles. El templo o el santuario es el sitio en el que reside la divinidad o en el que pueden encontrarse las imágenes o reliquias veneradas, es el punto central del cual irradia toda la fe. Allí, los devotos se encuentran con lo sobrenatural y buscan la comunicación directa con lo divino. En el catolicismo popular, el público establece sus escenarios religiosos: sitios vinculados con el calendario agrícola y en el que se realizan ceremonias de petición, espacios en los que el imaginario percibe hechos sobrenaturales y en los que se realizan escenificaciones festivas y religiosas, todos éstos, elementos de una cultura de clase, grupo étnico o social expresados en un ambiente regional, local y del hogar. En el escenario religioso están presentes imágenes santas, ritos, procesos de escenificación, ceremonias, que son parte de la cultura íntima de los individuos y de los pueblos. Están presentes componentes importantes de una cultura de relaciones sociales “que permiten la interacción entre culturas íntimas y equilibran las tensiones territoriales en lugares de contacto interétnico.”76 José Velasco Toro. Catolicismo popular en México: líneas temáticas para el estudio de los ámbitos de influencia ritual y devocional. Op. cit. 76 Escenario donde se representa La Pastorela, ubicado frente al atrio de la iglesia del pueblo En Canoas, hasta 1960, el escenario se localizaba en el atrio de la iglesia, al extremo derecho. A partir de esa fecha se pasó al frente del templo, y el lugar comenzó a denominarse “El foro”, que hasta ahora no ha tenido otra utilidad que la de ser, año con año, el escenario de La Pastorela. En ese foro se colocan dos mantas: una, hace referencia al cielo, la otra, al infierno. Detrás de esas mantas se sientan los participantes cuando no están actuando. Preparando el escenario para la pastorela del 2010 Costos, administración de fondos y juegos de poder Cuando se instituyó la celebración, fue el párroco de Rincón de Tamayo quien se dedicó a manejar la administración económica del evento. Esta parroquia, que recibía año con año aportes de dinero, era la depositaria de la responsabilidad y el libro se guardaba en la parroquia. El dinero para costear la festividad se tomaba de los diezmos eclesiásticos77 que pagaban los lugareños quienes daban el 10 % del maíz que cosechaban. La iglesia vendía el maíz y parte del dinero de esa venta se destinaba a la financiación de La Pastorela. Quienes eran de Canoas pero no estaban en el pueblo, mandaban su diezmo. Como en nuestros días la iglesia no controla el evento y ya no existe el diezmo, el costo de la festividad se solventa por medio de aportaciones voluntarias de los habitantes del lugar o de sus descendientes. Pero sí existe una cuota para los norteños, es decir, para los migrantes a los Estados Unidos de América. El hecho de que ya no exista el ingreso seguro que garantizaban los diezmos, ha provocado que la recolección monetaria para la ejecución de la fiesta sea escasísima. Los que todavía organizan, cada año esperan que se obtenga algo de ganancia del espectáculo de toros y del baile que acompañan a La Pastorela, para sacar lo que se invirtió e invertir lo que sobre en mejoras del pueblo y del templo. Pero, según afirman los canoenses, hoy en día nunca sacan nada de dinero y por lo tanto no pueden dar nada a la comunidad. Considérese que el pago de diezmo forzoso fue abolido en México, en su obligatoriedad civil, por las leyes de Reforma de mediados del siglo XIX. Sin embargo, las comunidades rurales campesinas, de escasa escolaridad y profundamente católicas como Canoas, siguieron sujetas al pago del mismo, como “obligación moral”, durante buena parte del siglo XX, según hemos sabido por boca de las personas entrevistadas. 77 Jaripeo en la plaza de toros de Canoas, Enero 2010. Baile con el que culmina la fiesta Enero 2010 Cabe señalar que en la comunidad ha existido, aunque con diferentes nombres, el papel de Municipal que era y es el encargado de políticos y de todo los asuntos Delegado lo que concierne al pueblo. actualidad quiere “agarrar la quien En la fiesta”, que es como se le dice a aquellas personas que tienen interés en ser los encabezados, le avisa al Delegado para que ya nadie más haga. Después de esto el delegado sólo intervendrá si es necesario en cuestiones lo políticas y judiciales, en caso de ser necesario. Para los asuntos de la iglesia y considerando que Canoas no tiene cura párroco debido a que no es parroquia sino capilla, también ha existido una organización de civiles: un presidente, un secretario, un tesorero y un sacristán, elegidos por el sacerdote de entre una lista de candidatos que no percibían remuneración alguna pero sí prestigio social. Cuando en Canoas vivía mucha gente, en épocas de celebrar la fiesta se organizaba otra comisión: la de los encabezados. Para ser miembro de esa comisión, que llegó a tener hasta 50 miembros,78 “se necesitaba tener voluntad y el querer hacer las cosas”. Pero no era sólo cosa de voluntad porque su función era la de realizar el presupuesto de los 78 Entrevista con DRS, Canoas, septiembre de 2010. gastos y repartírselos entre los encabezados que tenían que recaudar el dinero o el llamado maíz de la virgen (cada productor debía separar un bulto de maíz o más de sus cosechas, para regalarlo para que los encabezados lo vendieran y recaudaran el dinero), según ya se se ha conseguido directa de acerca de los cómo se control de las ventas y pero señalara. no sería suponer que ese control No información entrevistados realizaba del el dinero descabellado era ejercido por la iglesia. El dinero recaudado se empleaba para la fiesta. Si había algún excedente, por ejemplo la toros dejaba ganancias, éste fiesta de se depositaba con el tesorero, ya fuera para mejoras de la iglesia o como fondo para la fiesta del siguiente año. Cuando la iglesia se retira de la organización y preparación de la fiesta, los encabezados pasan a ser norteños en su mayoría. Ellos ya no pedirán una cuota a los lugareños sino, fundamentalmente, a los habitantes de Canoas que están en Estados Unidos. Al ser la organización totalmente laica, ya no se da a conocer al párroco quienes serán los encargados o el empresario; ahora es más bien el Delegado quien es avisado. La iglesia sigue teniendo su comité (presidente, secretario, tesorero y sacristán) pero sólo se le informa del día en que será la fiesta para que se celebre la misa. El día ya no es fijo, calendario de sino que se ajusta al los migrantes fiesta se celebrará los días en que ellos estarán en la En materia que se publicitan. los norteños comunidad). de parece dinero, los manejos han fiesta, la comunidad no cómo se maneja el dinero, o para (la está qué lo no “Desde que agarrado la enterada destinan de como anteriormente se hacía.”79 Pero los nuevos encabezados, que ya son pocos en comparación con los de antes, también dan su aportación y garantizan que si el dinero recaudado entre los migrantes, si las cooperaciones de los lugareños (tanto los que viven en Canoas como en Celaya), si lo obtenido en el baile y los toros no alcanza, ellos lo repondrán. Los donativos a la iglesia, si es que hay ganancias, hoy son voluntarios. Se dice que son pocos los que lo hacen: “Siempre dicen que salen reponiendo y no dan nada a la iglesia, aunque traigan las bolsas llenas de dinero”, “desgraciadamente la fiesta pasó a ser negocio, desde 79 Entrevista con DRS y RAA, Canoas, septiembre de 2010. que los norteños la agarraron pero si no la agarran ellos, ya no hay quien quiera”. 80 Como se observa, la iglesia ha perdido totalmente el control económico de La Pastorela. Aunque muchos lugareños resienten la nueva situación, reconocen que los norteños son los que están rescatando la celebración aunque la actual ya no se base en los cuatro pilares tradicionales: la convivencia, la unión, el jolgorio y la tradición.81 La celebración de la festividad Ya definidos los encabezados, el empresario y los fondos, los ensayos comenzaban cuando los hombres regresaban de la peregrinación de octubre a la basílica de Guadalupe, en México. Había aproximadamente tres meses de ensayo y en la segunda semana de enero y entre semana, se hacía La Pastorela. Para la fiesta se reunían todos los sacerdotes que habían nacido en el rancho y otros invitados más, llegando a haber más de doce. Algunos se quedaban hasta el término de la fiesta. Aquella fecha de celebración inicial ha ido cambiando, quedando ahora en fin de semana y ya no en la segunda semana del mes sino en el día en que los encabezados acuerden. Entrevista con DRS, Canoas, septiembre 2010. Entrevista con RAA, RA, FS, HP, DRS, CL, Canoas, junio de 2009 y con HAR, FAR, Celaya, mayo de 2010. 80 81 Niños que realizaron su primera comunión en la misa de la fiesta de Canoas, Enero 2010 O sea que La Pastorela era punto de reunión de los sacerdotes, de los habitantes, de las familias del lugar y por eso se esperaba la fecha con gran ansia. La celebración de la tradición era un pretexto para reanudar o afianzar los lazos sociales e individuales. La apertura del evento se marcaba con el sonido de las mañanitas, a las 6 de la mañana, a las que seguía la banda. Luego se asistía a la misa; al salir de ésta proseguía la banda. Seguían la velación, que consistía en exponer al Santísimo82 y acompañarlo con oraciones. A las cinco de la tarde, se rezaba el rosario. Más tarde empezaba La Pastorela. Desde hace algunos años se han ido perdiendo estos rituales. Por ejemplo, aproximadamente desde 1985 ya no se reza el rosario porque no hay gente que asista. En el rito católico se denomina “Exposición del Santísimo” a la devoción que tiene por objeto la adoración de Cristo Eucarístico. Se fundamenta en la fe en la Presencia Real de Dios Nuestro Señor. La Eucaristía se expone en una custodia (ostensorio) para adoración. http://www.corazones.org/diccionario/exposicion_santisimo.htmristo en la Eucaristía. Consulta 1 de septiembre del 2010. 82 Banda de música interpretando las mañanitas en el atrio de la iglesia, Enero del 2010 Banda y canoenses recorriendo las calles en compañía de las mojigangas Enero 2010. Entre las 20 y las 21 horas, los personajes se reúnen en la casa del empresario y de ahí se van en peregrinación, cantando, hasta el templo que tiene por nombre “Virgen de Guadalupe”, donde cada uno de los participantes se encomienda. Luego, nuevamente en peregrinación, los actores se dirigen al escenario donde ya espera el público y la banda. La Pastorela comienza, entonces, en la noche pero no termina hasta la mañana del día siguiente en que vuelve a celebrarse una misa. Hasta el año de 1975 aproximadamente, la festividad terminaba con la corrida de toros, en la plaza. Hoy en día, termina con el baile que se realiza el domingo por la noche, después de los toros. Actores en peregrinación de la casa del empresario al templo, enero 2010. La difusión de la celebración en el entorno inmediato Jofre es una pequeña comunidad rural perteneciente al municipio de Celaya. En 1925 el señor Antonio Montoya, que tenía tierras en la hacienda de Jofre, vio cómo su cosecha era amenazada por una plaga por lo que prometió como manda, debido a sus ideas religiosas, que si la misma se quitaba, llevaría La Pastorela de Congregación de Canoas a dicho lugar y la presentaría cada día 15 de mayo en honor a San Isidro Labrador. Cuando quiso cumplir su promesa, hacer la pastorela en Jofre, pidió prestado el libro a los que eran los encargados en su momento como en Canoas eran muy celosos de su tradición facilitaron sólo se lo poco tiempo. decidió Entonces, comprar una pero por el señor Montoya pastorela en Tierras Negras uno de los viejos barrios ubicados en Celaya y también célebre por la celebración de su pastorela. A esa trama se le agregaron bailables. Aunque los de Canoas sólo prestaron su libro por poco tiempo, en la pastorela de Jofre cada año se hacía mención a Congregación de Canoas pues éste, decían, era el lugar de donde provenía originalmente la tradición. Por ello, los actores que iban a participar en Jofre, asistían antes a La Pastorela de Canoas para ver como la hacían allí y poder mejorar su actuación. Los de Canoas, por su parte, asistían a Jofre para ver qué tan bien hacían su pastorela los de este lugar. La Pastorela de Congregación de Canoas hoy Según nuestros entrevistados,83 parte de la esencia de La Pastorela comenzó a distorsionarse a partir de los años 1987 y 1988 cuando la iglesia dejó la administración y ésta pasó a manos de los habitantes de la comunidad. Al indagar sobre el por qué sucedió lo anterior, nos encontramos con dos versiones: una, la de los habitantes del lugar y la otra, la de la iglesia. Los lugareños mencionan que las causas fueron dos: la decisión de cambiar de día la fiesta, porque al hacerla en fin de semana asistiría más gente y se obtendría una mayor remuneración (según ellos, para cubrir los gastos y para mejorar la iglesia y la comunidad si sobraba) y la decisión de autorizar el aumento del grado de comicidad de los parlamentos. Asistentes a la pastorela, Enero 2010. 83 Entrevista con RAA, RA, FS, Canoas, junio del 2009 y con HAR, Celaya, mayo del 2010. En entrevista con el cura párroco de Tamayo84 éste respondió que la iglesia sí se había desentendido de esta cuestión debido a que hoy existen otras maneras, quizá más eficaces, de transmitir “el mensaje” pero opina que “la tradición es buena y ojalá no se pierda”. El sacerdote considera que sí existe una desviación de la finalidad original ya que ahora el objetivo central es hacer reír a la gente a costa de, hasta cierto grado, ofender a las personas a las que se les componen las dispensas. Y que uno de los motivos de este cambio quizá sea el que la iglesia ya no acompaña a los actores en el proceso de preparación. Lo real es que desde que la iglesia se dejó de encargar de la celebración, los miembros de la comunidad que quieren preservar la tradición, se han enfrentado con serios obstáculos para lograrlo. Las distorsiones y el avance del carácter más popular de La Pastorela se ha notado en las dispensas y despedidas ya que, como se mencionó anteriormente, se ha pasado de lo cómico a lo grotesco y vulgar. En efecto en las estrofas se comenzaron a introducir palabras altisonantes y burlas irrespetuosas realizadas a expensas de los mismos habitantes o de los descendientes de los primeros pobladores del lugar, cosa que nuestros entrevistados consideran como elemento negativo. El libro ya tampoco se resguarda en el templo sino que está en casa del encargado del templo para preservarlo del robo, cosa que ya sucedió con el libro de La Palomita y que motivó la suspensión de aquella festividad. Eso ha generado un gran celo y el libro de La Pastorela la Grande se resguarda con muchísimo cuidado. 84 Entrevista con Manuel Rangel, señor cura de Rincón de Tamayo, Tamayo, junio del 2009. En cuanto a la trama original, ésta ha sufrido también algunas, aunque escasas, modificaciones sobre todo en materia de uso de algunas palabras. Esto ha sucedido debido a las malas transcripciones que se han realizado, como la del año 1975, y que han sido necesarias ya que por el transcurrir del tiempo se ha ido perdiendo la nitidez del manuscrito. De igual manera desde hace algún tiempo se quitaron diversos personajes, tales como los aguaciles y soldados, y con ello parte de la trama donde actuaban estos personajes. Pero a pesar de las transformaciones señaladas, la trama de la pastorela es esencialmente la misma que la que se efectuó por primera vez. El cambio más notable es el nivel de comicidad que practican algunos actores. Una parte que sí casi ha desaparecido son las despedidas y los actores se enfocan más a las dispensas y a poder cumplir con su papel aunque sea en las primeras escenas, hasta donde creen que aún va a haber público. Castillo y fuegos pirotécnicos que se ejecutan terminando las dispensas, Enero 2010. O sea que desde que la iglesia no controla el evento: ha habido modificaciones en los contenidos del libro; La Pastorela ya no se celebra entre semana sino los sábados; todavía se comienza con la misa, pero ya no hay velación, aunque La Pastorela sigue terminando en la mañana del día siguiente y es seguida por la misa del domingo, lo toros y el baile de la noche; ya ha dejado de ser un honor el participar en el evento; cuando se acepta pertenecer al personal que actuará en la representación, ya no se siente el gran compromiso que sentían las anteriores generaciones; casi no existe población que pueda o quiera participar; la tremenda caída demográfica provocada por la migración –hoy, 2010, sólo 2 de cada 10 casas del pueblo están habitadas todo el año-, ha provocado que el pueblo literalmente se haya quedado vacío, ocasionando que no haya quien pueda realizar las representaciones y lo que antes era un honor se ha convertido en un favor que se les hace a los organizadores; el empresario ya no goza del prestigio social de antaño; como maestro, ya no tiene aquellas exigencias y ha quedado supeditado a lo que quieran o puedan hacer los alumnos; la comunidad ya no paga el diezmo y el rancho sigue cooperando “con lo que puedan dar”; hoy el financiamiento ha pasado a ser casi exclusiva responsabilidad de los norteños, de los migrantes originarios de Canoas que están en Estados Unidos; si antes la esencia era el “mensaje”85 y la convivencia, hoy sólo es preservar la tradición como un rasgo de identidad y el poder reunirse (hay, incluso, quienes regresan a Canoas para convivir en ese único día en que se celebra La Pastorela). En el trabajo de campo, nosotros hemos constatado que La Pastorela actual sigue cumpliendo con su viejo objetivo social de reunir a las familias, sobre todo a las diferentes generaciones –hemos visto la asistencia de abuelos, padres, hijos y nietos-. Nuestras observaciones se corroboran con el censo poblacional que levantamos en junio de 2009 y en diciembre de 2009, el día de La Pastorela CENSO POBLACIONAL 10 de Junio de 2009 CENSO POBLACIONAL 29 de Diciembre de 2009 Rango de edad Números absolutos Rango de edad Números absolutos 0-89 años 184 personas 0-89 años 282 personas Fuente. Censo de población levantado por la investigadora en junio y en diciembre de 2009. En el mes de diciembre de 2009, mes de fiestas de fin de año y de celebración de La Pastorela, mes de regreso temporal a casa de los migrantes, la población aumentó en un 53% con relación a la que habita en Canoas durante todo el año. Y esa población, asistió a la fiesta. Lo hizo por tradición, “porque así ha sido Al hablar del “mensaje”, se hace referencia a la lucha entre el bien y el mal y las lecciones que les dejan a los pastores dichas batallas. El que el bien salga vencedor hace incrementar la fe y la esperanza para ellos, es llegar el nacimiento del niño Jesús. 85 siempre”, “porque yo iba con mis papás cuando era niño”, “porque me recuerda mi infancia”.86 Así, Canoas es el único lugar de la zona que sigue con esta tradición desde que inició hace cien años, en diciembre de 1910. Lugares vecinos como El Sauz u Ojo Seco, por mencionar sólo dos, ya no la conservan. Esto hace que los vecinos, conscientes de los cambios introducidos “por los nuevos tiempos”, sean escépticos con relación a sus posibilidades de seguir realizando el festejo. Esa percepción se vio confirmada en el año 2009 en que no hubo nadie dispuesto a tomar la responsabilidad. Ésta pudo ser organizada sólo 15 días antes de la celebración: recaudar la cooperación, asignar el empresario y encontrar el personal. En enero de 2010, la situación empeoró: sólo una semana antes se realizó todo para poder llevarla a cabo. Imagen de la pastorela De enero de 2010. 86 Encuestas a adultos y ancianos. Canoas, junio del 2009. Las pastorelas, entonces, muestran vínculos simbólicos cuya identificación permite entenderlas como punto de unión cultural entre el pueblo indígena y el español. Desde esos puntos de toque, se originó la cultura propia de los mexicanos. Por ello es importante contribuir con la preservación de las tradiciones culturales que se han ido perdiendo con el tiempo. Para conocer el pasado y construir el futuro. La recuperación de la memoria histórica fortalece la identidad colectiva que se funda en una cultura popular construida colectivamente porque la conservación de dicha festividad contribuye a fortalecer los cuatro pilares que la comunidad considera han sostenido la festividad desde sus orígenes: la convivencia, la unión, el jolgorio y la tradición.87 Sin embargo, será la propia comunidad quien decida sobre la transformación de su propia cultura. En el estado actual del desarrollo de Canoas, la escasa población que queda no pareciera tener los elementos para garantizar que no desaparezca este elemento identitario que han apreciado tanto en el pasado. En efecto, Canoas es cada vez más un pueblo que se vacía y en el que sólo quedan las personas mayores. La escasa población joven se mueve en contextos culturales diferentes y La Pastorela ya no tiene para ellos el mismo significado: ya no es el elemento que los hace sentirse pertenecientes a la comunidad, las pautas sobre las que han construido su identidad son otras.88 Entrevista con RAA, RA, FS, HP, DRS, CL, Canoas, junio de 2009 y con HAR, FAR, Celaya, mayo de 2010. 88 Encuesta a jóvenes de Canoas, junio del 2009. 87 De modo que son las anteriores generaciones las que sienten la necesidad de evitar que La Pastorela desaparezca: “es preocupante que esto se termine”, “si no se hace La Pastorela se va a ir acabando nuestro pueblo”, “la gente que conocía la historia de aquí o ya esta viejita o mucha ya murió y junto con ellos se llevaron lo información que tenían porque, pos, no hay más documentos que el que hizo el padre Che.”89 O sea: mi pueblo se muere y yo muero con él. 89 Entrevista con AS, VL, Canoas, junio 2009. Conclusiones E l trabajo que hemos presentado tuvo como objetivo, no sólo el de introducir al lector en el conocimiento de la microhistoria de un pequeño pueblo guanajuatense, Congregación de Canoas, sino también el de realizar un acto de intervención educativa. Este acto se ejecuta a través de la difusión de este cuadernillo en el que se presenta una memoria histórica colectiva y con el que se pretende contribuir a una reflexión comunitaria sobre los rasgos históricoculturales de ese colectivo, para que sea éste el que tome las decisiones que lo lleven a preservar las cosas tal como fueron o a empujar los cambios. Como dijera Ricoeur90 la historia es como los instantes vividos que una vez que pasan mueren; para evitarlo se requiere de la memoria histórica que revive el suceso, pero sobre todo se requiere recuperar el sentido de la acción. Así, una fecha, una foto, una carta, una fiesta que en la actualidad quizá no tengan significado, son testimonios que nos hablan en detalle de los sucesos del pasado, que nos ayudan a ir armando sus eslabones y a enterarnos de lo que somos. Esto es muy difícil de encontrar a nivel de una micro-realidad como la de Canoas91 por lo que valoramos enormemente los testimonios de quienes nos permitieron encontrarnos cara a cara con ese pasado que marca 90 toda una época, una Paul, Ricoeur. La memoria, la historia, el olvido. FCE, México, 2010, p. 509. No encontramos documentación ni en el archivo municipal de Celaya, ni en las Casas de los Cronistas de Celaya y Apaseo el Alto, ni en los archivos franciscanos (con sus cuatro amplias líneas: secciones, conventos, gobiernos y sección general), ni en la hemeroteca de El Sol del Bajío. 91 civilización, una ideología, etc. Fue a través de esos testimonios donde pudimos constatar cómo las tradiciones conforman la cultura de un pueblo y son, a su vez, conformadoras de la identidad la cual, como dice Silvia Valencia,92 se da en los planos individual y colectivo. En el primero, en el de la identidad individual, se da como los caracteres propios de cada persona que la distinguen de los demás o como los elementos que nos mantienen siendo nosotros mismos a través del tiempo. Esta identidad individual, una vez que se tiene, nos conduce al encuentro de la identidad colectiva o sea de aquellos elementos que distinguen a una comunidad de las demás (territorio, lengua, rasgos culturales). Estas identidades son modificables y una vez constituidas pueden irse reconstruyendo. A partir de nuestra relación estrecha con los canoenses, de su participación activa en la construcción del conocimiento, fue posible la conformación de esta memoria histórica y la comprensión de los fenómenos de construcción identitaria así como la de la preocupación de sus habitantes de mayor edad al ver en peligro de extinción no sólo las tradiciones, sino su propia identidad, su memoria histórica y hasta su mismo pueblo. Silvia Valencia. Las transformaciones de la identidad. http://www.litrasfalsas.com/ensayos /46-edicion-1/47-las-trasformaciones-de-la-identidad.html. (Consultado el 4 de agosto del 2011). 92 Desde esas preocupaciones socioculturales quisimos contribuir, a través de la microhistoria del lugar y de su difusión como acto de intervención educativa, a que el canoense reviva o se acerque al pasado de su pueblo y a que refuerce o conforme el centro de gravedad de su identidad. Tal como dijera Marcela Álvarez,93 desde ese centro de gravedad no sólo del individuo – en nuestro caso el canoense- sino del pueblo mismo como colectivo, se construirá el escudo que, aún con las incorporaciones, ajustes o transformaciones que el sujeto realice a su cultura, fungirá como el elemento que le recuerde quién es, de dónde viene, cuál es su lugar de origen. Desde ese reconocimiento el sujeto podrá decidir, en total libertad, si salva o dejar ir lo que fue. Los canoenses serán quienes digan si este trabajo ha contribuido a ello. Finalmente queremos destacar que, desde nuestra perspectiva, el conocimiento siempre está en constante construcción, que no hay ninguna verdad absoluta y definitiva. Por eso, aunque hemos llegado al “término” del estudio, sabemos que la versión construida que hemos presentado es histórica por lo cual el proceso de investigación como ir y venir, queda abierto a posibles investigaciones futuras. También, ¿y por qué no decirlo?, éste podría ser sólo el inicio de la indagación aunque se suponga que ésta ha terminado. Marcela Álvarez. La construcción de la identidad, fallas en la consolidación del sentimiento de sí mismo: la identidad negativa.” Parte I. Conferencia abierta. http://www.angelfire.com/ak/psicologia/identidad.html. Para Álvarez conformar una identidad es establecer un centro de gravedad en torno a sí mismo lo que implica que más allá de los cambios internos o externos, más allá de los nuevos conocimientos y saberes que uno incorpora, hay un Yo relativamente unificado. Eso significa que el sujeto construye una posición básica de ser en el mundo que lo acompañará a lo largo de su vida, más allá de los ajustes y replanteos posteriores que su existencia pueda depararle. El sujeto conforma esa posición en las dos primeras décadas de vida. (Consultado el 6 de agosto 2011). 93 Pero este pasado, próximo o lejano igualmente, “ tiene siempre un sentido para nosotros. Nos ayuda a comprender mejor la sociedad en que vivimos hoy, a saber qué defender y preservar, a saber qué derribar y destruir.” Jean Chesneaux Historiador francés del s. XX Fuentes FUENTES BIBLIOGRÁFICAS La bibliografía de este cuadernillo se cita por orden de aparición. ARREGUÍN RODRÍGUEZ, Paulina. Microhistoria de una comunidad y de cien años de una tradición: Congregación de Canoas y su pastorela. Una intervención educativa. Tesis de licenciatura. Universidad Pedagógica Nacional, Unidad112, Celaya, Gto., México, 2012. http://www.lover-ice.com/celaya/celayahistoria.htm AGUILAR ZAMORA, Rosalía y José Tomás Falcón Gutiérrez. «‘Andar con el hato a cuestas.’ La fundación de villas y pueblos de indios en el Valle de los Chichimecas.” Takwá / Núm. 9 / Primavera 2006 / pp. 53-73. 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Búscate a Rosendo Chávez que él es el jefe primero.” Rosendo Chávez le dijo: “guárdalo como un tesoro si la gente no me ayuda te pasas a Tarimoro.” Vicente entró a trabajar con la gente que él llevaba, presentaba su licencia y nadie le decía nada. Empezaron en Canoas. Muy duro iban trabajando para llegarle a Guadalupe, luego pasarse a Guapango. El suegro de don Vicente no lo dejaba pasar : “y si estás atravesando un día te voy a matar.” Don Vicente le contesta: “Señor téngame paciencia el terreno que le pise ya cuéntelo como mi herencia.” También don Logio Canchola fue a denunciarlo a Celaya. No halló la presidencia luego se dio las malayas. De vergüenza que le dio le explicaba sus razones: “si tomas la cabecera yo te hago los callejones.” Don Vicente le contesta: “no agarro la cabecera si yo tengo mi permiso a pasar por donde pueda.” El jefe que iba con Chente nomás estaba observando le dijo al señor Isidro: “el camión entró a Guapango.” Cuando terminó el trabajo, esto todo yo lo supe, Vicente dice a su gente: “en Guapango invito un pulque.” Cuando yo ya me despida me despido de una flor la carretera la hicieron don Vicente y Salvador. Salió el camión de Celaya por Guadalupe iba volando no sabían que en el bordo ya le estaban esperando. Chente tenía un camioncito que le llamaban El Lirio pero compró otro más grande él con Salvador Patiño . El señor Isidro Pérez les decía con mucho esmero: “yo te doy la carretera: por el arroyo del terrero.” Salva no quiso cobrarle el pasaje a las mujeres mejor le vendió su parte al señor Lorenzo Pérez. Don Vicente le contesta: “mire, no crea que estoy sordo el camino está arreglado por la orillita del bordo.” Estos versos que les canto se los canté como quiera para que tengan presente a la nueva carretera. Isidro se fue a su casa Y muy triste se quedó Le dijo a todos sus hijos: “esto de nada sirvió” ANEXO 2 Corrido del camión que se volteó José Mendoza Martínez Canta -autor Año 1961 Señor don Vicente Lara con su permiso señor voy a cantarle estos versos siendo dueño del camión. Cuando falló el motor la gente empezó a gritar: “Vicente para el camión, ya nos vamos a bajar.” El día primero de marzo que presente tengo yo en la cuesta de Canoas el camión se le volteó. Vicente no respondía él iba muy asustado se encomendó a San Francisco, si no, se hubiera matado. Él le decía a su pasaje: “ya se pueden bajar la subida está muy alta y podemos peligrar.” El camión se fue pa’ tras y de espaldas se cayó y la jaula de Rosendo fue la que se lo cargó . El pasaje le responde no, no pensando en la desgracia: “nosotros no nos bajamos, vámonos a ver qué pasa.” Cuando se quito el motor Lencho Pérez les gritaba: “no siento que se maten, yo lo que siento es mi carga.” Él preparó bien sus frenos le dio con mucho valor pero en la primera curva se le apagó el motor. Luego le respondía Anita de la hacienda de Guapango: “yo ya no siento mi pan, yo lo que siento es mi mano.” Ahí ocurrió mucha gente y algunos desconocidos, no más un muerto salió los demás fueron heridos. Luego el señor delegado, hombre de buen corazón, pa’ levantar los heridos telefoneó a la inspección. De pronto llegó la julia y también un abogado para levantar el acta donde se habían desmayado. También llegó la Cruz Roja. La llenaron y se fueron. Les costó echar otro viaje porque en uno no cupieron. Cuando se cayó el camión se fue uno pal’ Soteleño. También salió mal herido con Vicente que era el dueño. Ya con ésta me despido porque ya me voy ahorita, el barraque ya quedó de nuevo en la barranquita. ANEXO 3 Dispensa Daniel Rodríguez Serrano Autor Año 2008 Para iniciar mi labor pido permiso primero a Dios que tiene el poder para que hoy sea mi compañero. Esta es una tradición que cada año se celebra por eso estamos luchando para que no se nos pierda. Al público lo saludo con respeto y vocación, a ustedes lo que les toca es poner mucha atención. Yo vengo a participar de la ciudad de Celaya. Agarren una libreta para que apunten mis fallas. Ahora aquí estoy con ustedes dando mis primeros pasos a la Santa Cruz le pido que me cubra con sus brazos. Yo no voy hablar de la gente ni a decir cosas pesadas mucha gente se molesta si decimos payasadas . Esta fiesta es dedicada a nuestra virgen María, me agarraré con su manto para que me sirva de guía. Cuando yo subí a este foro me daba como mucha pena, es que dicen que nosotros venimos de tierra ajena. El nacimiento del niño es el que hoy les presentamos, el camino es muy largo el que nosotros llevamos. Venimos a construir la obra que está en el suelo es que aquí están los cimientos que dejaron mis abuelos. Venimos desde el oriente yo ya me siento cansada las estrellas nos anuncian que esta es la primera jornada Vamos a adorar al niño que nació a los cuatro vientos pero San José su padre ahí le formo su nacimiento. Siempre nos ha de tocar de bailar con la más fea pues en las malas y en las buenas, le entramos a lo que sea. Este será nuestro viaje para cumplir nuestra misión lo estaremos adorando y con mucha devoción. Debemos estar unidos, al fin nada nos cuesta. Pero dicen que en esta vida el prójimo nunca se presta. Cuando yo iba a los ensayes me daba mucha tristeza, nada más me ponían a cantar y a mí me dolía la cabeza. Mi maestro me decía “tú no vales un cacahuate” y yo me ponía chapiada al color del jitomate. El a mi me decía “yo soy tu empresario” y él como ya está viejo nomás piensa en el rosario. Ahora no se qué hacer estoy bien decidida quiero agarrarlo del cuello y darle dos que tres mecidas. En mi casa me decían que si salía ni bailara que porque si lo hacía llegando me iba a tocar la bara. Ahora no sé qué hacer no me puedo controlar cuando la música toca en partes quiero volar. Yo les dije: “no se apuren al cabo aún estoy muy chiquilla yo no voy a permitirles que me agarren mis costillas.” Ya me voy por un momento yo soy la pastora Flora aquí estaré con ustedes hasta que salga la Aurora. Mi gracia van a escuchar antes de que yo me vaya por si un día me necesitan como me busquen me hallan. Ya me paso a retirar, de aquí nadie me encamina. Yo soy Paulina Arreguín y por mi madre Rodríguez Unos estarán contentos otros mal agradecidos a la música le pido por favor, Amor perdido.