Dedicatorias - Universidad Pedagógica Nacional

Transcripción

Dedicatorias - Universidad Pedagógica Nacional
Dedicatorias
Quiero dedicar este trabajo a todas las personas que fueron pieza fundamental en el largo
proceso de mi formación universitaria inicial.
A mi familia y hermanas, por acompañarme en los momentos importantes de mi vida.
A mis padres, por su amor, apoyo e impulso; por enseñarme que en esta vida todo es
posible si uno se lo propone; por todo lo que me han brindado en la vida; por estar a mi
lado a cada momento y, especialmente, por sus sabios consejos.
A mis abuelitos, por sus enseñanzas en el largo camino de la vida.
A mi esposo, por su cariño, comprensión, constante estímulo y por estar conmigo en
aquellos momentos en que el estudio y el trabajo ocuparon mi tiempo y esfuerzos.
A mis compañeros y amigos con quienes juntos nos aventuramos en el nuevo proyecto
que en ese entonces fuera la Licenciatura en Intervención Educativa.
Al Arq. Eduardo Cabral Malanca por su apoyo y colaboración.
A la Universidad Pedagógica Nacional que fue y será mi casa de estudios, que me abrió las
puertas y me dio la oportunidad de conocer un mundo distinto.
A mis maestros por compartir conmigo sus conocimientos, experiencias y amistad. En
especial, a la maestra Cristina Malanca, quien además de mi directora de tesis, me dio un
apoyo incondicional.
Para todos ustedes,
con cariño
Pau
Agradecimientos
D
esde mi infancia, he venido escuchando las historias de un poblado pero no
sabía con certeza si esas historias, narradas por personas que al momento
de contarlas nos transportaban a otro mundo, a un lugar de ensueños, eran reales
o inventadas. El pueblo del que hablo es Congregación de Canoas, el pueblo del que
mis abuelos y sus antepasados, que son los míos, fueran originarios. Los rostros de
la gente de Canoas se llenan de alegría y de orgullo cuando se les pregunta acerca
del pasado de su comunidad. Pero también se les llenan de tristeza al saber que
los ancianos son la única memoria viva que queda, una memoria de la que van
desapareciendo los sucesos importantes, las viejas tradiciones, los datos y las
fechas relevantes, las simples anécdotas…
Por eso, cuando se me presentó la oportunidad de hacer una microhistoria
no la que pudiera haber hecho un historiador profesional sino la que le es posible
hacer a una interventora educativa como es mi caso-, no dudé en darme a la tarea
de intentar recuperar la memoria de Congregación de Canoas, para intentar dejar
asentada y sistematizada la información que
ya se poseía, la que tienen los
canoenses de hoy, la que surgió de las largas pláticas sostenidas con la gente, o la
que se encontraba enterrada en los cuadernos de recuerdos, como el de la Tía
María Rodríguez.
Esas pláticas y esas memorias han sido una parte vital de este trabajo. Por
eso quiero agradecer a los descendientes de Tía María Rodríguez que hayan
conservado sus memorias y que me las hayan facilitado. A su hijo Francisco
Arreguín quien me comentó lo que ella le contaba acerca de ese escrito. A Tía Rosa
Arreguín, que afuera de su tienda y junto con su hija Rosalina Álvarez, me
dedicaron horas de plática.
Mucha información también provino de Tío Carlos
Lara quien mientras cortaba leña, me platicaba sus recuerdos. También tengo muy
presente el día en que Tío José Mendoza, mientras pastoreaba sus chivas, cantó
aquellos dos corridos que él le compusiera a Canoas y que ya sólo él recuerda.
En este trabajo están también presentes los recuerdos de Tío Francisco
Serrano, del señor José Rodríguez Ramírez o de Tío Ermilo -quienes fungieron en
el papel de empresarios de La Pastorela, esa tradición que ha sobrevivido 100 años-,
de Tío Hilario Arreguín -que hace 60 años representara a Luzbel-, de Tía Margarita
Montoya y sus recuerdos sobre el detalle del préstamo del libro de La Pastorela a
Jofre.
¿Y cómo olvidar esos ratos tan agradables cuando Tío Agustín Rodríguez y
su hermano Daniel nos contaban lo que su papá platicaba? ¿O aquella canción que
Tía María Dolores Ramírez compusiera cuando iba a la primaria en el edificio que
hoy ocupa la delegación?
También quiero agradecer al señor Martín Arreguín Lara, a su esposa María
Concepción Rodríguez Pérez y a la señora Rosalba Poza Zúñiga por haber
colaborado conmigo en la tarea de zambullirse en los archivos parroquiales de
Rincón de Tamayo buscando datos para ubicar a los hijos de los primeros
pobladores españoles de Canoas. Ellos también fueron de gran apoyo durante
todo
el tiempo que duró la investigación.
Este agradecimiento es también
extensivo para el señor cura de Tamayo, Manuel Rangel, por las facilidades
prestadas y la información proporcionada.
También hay que decir que este trabajo no se hubiese podido llevar a cabo sin
la ayuda, además de la prestada por todas las personas que con anterioridad se
mencionaron, de todos los habitantes de Canoas que nos abrieron las puertas de
sus casas para contestarnos los encuestas, de todas las personas que nos ayudaron
a levantar el censo, de los canoenses que aunque no habitan en Canoas nos
proporcionaron información pues se sienten, al igual que yo, pertenecientes al
lugar.
Por último, pero no por ello menos importante, es el agradecimiento que
quiero darles al maestro Eduardo Cabral por su entusiasmo con la investigación y
por todos los archivos y bibliografía que me proporcionara y a la maestra Cristina
Malanca por todo su apoyo académico. Su asesoría a lo largo del trabajo fue una
guía en esta nueva faceta de mi vida profesional; sin ella quizás no hubiera
comprendido lo que se dice fácil pero no se comprende de igual manera: que el
conocimiento no se obtiene de manera lineal sino que está en constante
construcción.
Finalmente quiero señalar que con este trabajo yo también quiero unirme a
la celebración de los primeros 100 años de La Pastorela de Canoas y ubicarme
como una continuadora de la labor que años atrás realizara el padre fray José
Rodríguez, el primero en interesarse por la conservación de la historia de este
pequeño pueblo.
Es Canoas mi ranchito que está cerca del Rincón.
“
Tiene agua, tiene tierra y su escuela para leer.
Siembran trigo.
En mi parcela se cultiva el garbanzal
porque el agua en abundancia la tenemos pa’ regar.
Pa’ mis hijos, yo y el maestro los queremos cultivar, como surcos,
como plantas que el Señor nos dio a cuidar.“
Sra. Lola Ramírez, canoense
Introducción
E
l documento que el lector tiene en sus manos es una síntesis del trabajo de
investigación
que
se realizó para obtener
el grado de Licenciada en
Intervención Educativa, carrera profesional que se ofrece en la Universidad
Pedagógica Nacional ubicada en Celaya y que forma profesionales que, entre
diversas competencias, deben ser capaces de aplicar diversas metodologías para
la investigación social. Así, uno de los objetivos centrales de la investigación fue
el de utilizar una de las metodologías que se proponen en la propia currícula
de la Licenciatura en Intervención Educativa: la metodología de la microhistoria1,
importante para el conocimiento de una realidad determinada, especialmente
para el de aquellas realidades acotadas,
las micro-realidades en las que el
interventor educativo ejercerá su práctica profesional.
Pero si bien por un lado se trató de aplicar una metodología específica, por
otro se quiso realizar una intervención educativa en la comunidad de Congregación
de Canoas donde se había apreciado
un fenómeno de pérdida
de memoria
histórica y de tradiciones con su consecuente impacto en el tema de la identidad
cultural.
En términos generales podría decirse que la microhistoria es una forma de hacer historia que
pretende estudiar los procesos históricosociales en sus diversos aspectos -políticos, económicos,
sociales, culturales, religiosos, etc.-, que se viven en pequeñas localidades y regiones que tienen sus
propios ritmos históricos. Estos procesos, que sí deben importar a la historia, no siempre se
presentan de igual forma en todo el territorio de un país y muchas veces son ignorados por la
historia general.
1
La intervención se pensó por medio de la difusión del presente cuadernillo
que está conformado por dos capítulos. En el primero, llamado Microhistoria de
la comunidad Congregación de Canoas, Celaya,
Guanajuato,
se presenta la
historia del pueblo reconstruida desde fuentes orales primarias y desde fuentes
escritas. En el segundo, llamado Cien años de una tradición: La Pastorela de
Congregación de Canoas, se trata de apoyar el rescate de la memoria histórica a
través del estudio de la vieja tradición de La Pastorela, no con el objetivo de incidir
para que se reinstale un viejo rito religioso en peligro de extinción sino con el de
aportar a la comunidad algunos elementos de análisis para que sean los propios
habitantes quienes reconozcan la esencia de sus comportamientos culturales y
decidan sobre la conveniencia, gusto o necesidad de preservar o no una práctica
sociocultural que ya no es apreciada por las nuevas generaciones pero que
constituye la tradición más vieja del pueblo.
Sin más preámbulo, dejamos al lector involucrarse con la historia y
tradiciones de Congregación de Canoas no sin antes invitarlo a revisar la siguiente
idea:
…si no se juzga de lo ausente por lo
que se tiene a la vista,
si no se compara el pasado con el presente,
quizá no se estaría seguro de los tropiezos,
de la caída en el error y del extravío
de la senda de la veracidad.
Ibn Jaldun
Historiador árabe, siglo XIV
ÍNDICE
Dedicatorias
Agradecimientos
Introducción
1. El tiempo
1. Municipio y ciudad de Celaya,
2. Rincón de Tamayo,
3. Congregación de Canoas,
El espacio,
El mito,
Tradiciones y fiestas populares,
Sociedad canoense,
2. Cien años de una tradición popular:
La Pastorela de Congregación de Canoas,
El libro,
Trama y estructura,
Los roles,
El empresario,
Los encabezados,
Los actores,
El librero,
El que “hecha la brea,”
El vestuario,
El escenario,
Los costos: administración de fondos y juego de poder,
La celebración de la festividad,
La difusión de la celebración en el entorno inmediato,
La Pastorela de Congregación de Canoas hoy,
Conclusiones,
Fuentes,
Anexos,
Anexo 1. Corrido de la brecha de Guapango,
Anexo 2. Corrido del camión que se volteó,
Anexo 3. Dispensa,
El tiempo
E
l pueblo Congregación de Canoas cuya historia intentamos reconstruir, se ubica en
el municipio de Celaya, Estado de Guanajuato. Por ello, comenzaremos
presentando un panorama muy general de dicho municipio y de su cabecera
municipal, la ciudad de Celaya. Posteriormente, haremos una presentación de
Rincón de Tamayo en cuya jurisdicción se fundó Canoas2.
1. Municipio y ciudad de Celaya
El municipio de Celaya ubicado en el Estado de Guanajuato, con una extensión de
553.18 kilómetros de pradera semiesteparia y poblado por 468.469 habitantes, se
encuentra en el corazón de México, en la vasta región
conocida como El Bajío. Su cabecera municipal, la ciudad de Celaya, fundada hace
440 años, se sitúa a 264 kilómetros del Distrito Federal.
Paulina Arreguín Rodríguez. Microhistoria de una comunidad y de cien años de una tradición:
Congregación de Canoas y su pastorela. Una intervención educativa. Tesis de licenciatura. Universidad
Pedagógica Nacional, Unidad 112, Celaya, Gto., México 2012
2
Vista actual de parte del centro histórico de la ciudad de Celaya
Hoy, las autoridades han dividido el territorio municipal en cuatro zonas de
desarrollo: San Juan de la Vega, Roque, Segunda Fracción de Crespo y Rincón de
Tamayo.3 Cada una de estas zonas comprende un conjunto de comunidades y
pob4lados vinculados geográfica, histórica, social y económicamente. Los nombres
de algunos de esos poblados, aparecen en esta microhistoria porque han estado
vinculados a la historia de Congregación de Canoas.
3
http://www.lover-ice.com/celaya/celayahistoria.htm (Consultado el 20 de septiembre de 2011)
SAN JUAN
DE LA VEGA
Capulines
Galvanes
La Aurora
San
Antonio
Gallardo
San José de Mendoza
Tenería del Santuario
Plancarte
San Luis Rey
La Trinidad
Camargo
San
Martín
de
Camargo
San Miguel Octopan
Jáuregui
La Laja
San José de la Presa
ROQUE
San
Nicolás
de
Esquiros
Tres Puentes
San
Antonio
Espinosa
Presa Blanca
Santa Teresa
San Elías
San Isidro de la
Concepción
La Concepción
San Cayetano
Los Aguirre
Yustis
Gasca
Silva (Pelavacas)
La Esperanza de
Yustis
San Rafael de Yustis
San Isidro de Elguera
SEGUNDA
FRACCIÓN
DE CRESPO
Elguera
San
José
de
Guanajuato
El Becerro
Estrada
El Puente
La Palmita de San
Gabriel
1ª. Frac de Crespo
Rancho Seco
Jofre
Arreguín de Abajo
El Puesto
Michinelas
Santa Anita
Santa
María
del
Refugio
El Sauz de Villaseñor
Ojo Seco
RINCÓN DE TAMAYO
Los Mancera
La Cruz
La Luz
San José el Nuevo
La Machuca
Juan Martín
San Lorenzo
San Isidro de Trojes
Los Huesos
Los Almanza
Santa Rosa de Lima
El Nuevo Porvenir
San Isidro del Palmar
Canoas
Municipio de Celaya y sus cuatro polos de desarrollo.
En el plano también se aprecian los nombres de los municipios vecinos
La
Villa
de
la
Purísima
Concepción
de
Zalaya
como
se
llamó
originariamente, Celaya que fundada en 1570 por instrucciones del virrey Martín
Enriquez Almanza, en el lugar que durante decenios había ocupado una pequeña
población otomí de nombre Nat-tha-hí y como villa de carácter defensivo. El
objetivo español con fundaciones como ésta era el de congregar indios y el de hacer
que la villa sirviera, como el caso de la villa de León, como lugar defensivo o sea
como presidio o fortaleza de contención de los ataques de los chichimecas que
proliferaban en la zona. Se trataba de proteger la parte media del Valle de los
Chichimecas y los caminos de Tierra Adentro que se dirigían a Zacatecas y a las
minas de Guanajuato desde el reino de Michoacán.
Al ser fundada, Celaya se integró a una región ya constituida por tres pueblos
cabecera muy importantes: Acámbaro, Apaseo y Yuriria. Vargas, primer alcalde
mayor de Celaya, hace referencia a las relaciones entre estas poblaciones: dice que
a partir de 1528, una vez consolidada la conquista de Michoacán, se crearon, por
una parte, la encomienda de Yuriria, cedida al conquistador Juan de Tovar y por
otra parte, la de Acámbaro, asignada a Gonzalo Riobó de Sotomayor y
evangelizada por los franciscanos. Ambas fueron anexadas al presidio o fortaleza
de Celaya para formar la denominada provincia de Celaya. Alrededor de 1545,
cuando Yuriria pasó a manos de la corona, se fundó allí un corregimiento, pero en
1571 éste fue absorbido por la alcaldía mayor fundada en el presidio de Celaya.
Celaya fue alcaldía mayor, situación que ostentó hasta 1786 cuando al
crearse la Intendencia de Guanajuato, el municipio pasó a ser subdelegación de la
intendencia. En 1658, la villa pasó a la categoría de ciudad con derecho a blasón
por disposición del virrey Francisco Fernández De la Cueva.
El proceso de fundación de la villa se dio, como se dijo, en medio de la guerra
con los chichimecas hostiles aunque en general se ha pensado que fue fácil
conseguir que los colonos españoles se animaran a establecerse en los territoriosfrontera de este tipo. Sin embargo esto no era así: para atraer nuevos colonos y
mantenerlos “en la nueva puebla”, la Corona tuvo que otorgar grandes incentivos.
Los que recibieron los nuevos pobladores de Celaya fueron dos caballerías de
tierra, dos lotes para jardín y huerto y una parcela para construir casa. A cambio,
el colono debía comprometerse a vivir en la villa de Celaya “durante diez años sin
ausencias de más de cuatro meses, a menos que obtuviera una licencia especial; de
lo contrario se confiscarían sus tierras.” El Virrey Enríquez también decretó que
durante tres estaciones del año se traerían quince indios de cada uno de los
poblados de Acámbaro, Ucareo, Zinapécuaro, Cuitzeo y Orirapundaro para que,
colocados a disposición de la villa, se los pusiera a construir casas.
La fundación de Celaya debe entenderse como parte del proceso de
establecimiento de ciudades españolas que se dio en El Bajío donde, como señalan
Rosalía Aguilar Zamora y José Tomás Falcón Gutiérrez,5 no había antecedentes de
una ocupación previa por parte de grupos sedentarios que desarrollaran culturas
avanzadas en lo urbano y lo económico del tipo de las que se dieron en el valle de
México. La falta de esas culturas hizo que tampoco hubiera caciques a los que
respetar su derechos a la propiedad de tierras, ni tributarios. Estos autores señalan
que, igualmente, no hubo -al menos antes de finalizar el siglo XVI- pueblos
dispersos cuya congregación hubiese sido dolorosa porque hubiera implicado el
alejamiento de los lugares ancestrales o el abandono de iglesias ya construidas. En
efecto, en estos territorios de El Bajío, los pueblos originarios que los habitaban no
habían instalado los llamados altepetl, ordenamiento espacial, o las cabeceras de
linajes (tecalli), que se observan en los antiguos asentamientos indios del valle de
México o de la Sierra Norte de Puebla. Por eso, en el Valle de los Chichimecas –a
los que pertenecían los actuales territorios celayenses y queretanos habitados, entre
otros, por chichimecas guamares y pames-, los españoles casi partieron de cero,
improvisando y creando un ordenamiento nuevo, exento de la carga política y
5
Rosalía Aguilar Zamora y José Tomás Falcón Gutiérrez. «‘Andar con el hato a cuestas.’ La
fundación de villas y pueblos de indios en el Valle de los Chichimecas.” Takwá / Núm. 9 /
Primavera 2006 / pp. 53-73. Centro INAH Guanajuato.http://148.202.18.157/sitios/Publi
caciones ite/pperiod/takwa/Takwa9/rosalia_
aguilar.pdf (Consultado el 27 de septiembre de
2011)
económica ancestral que arrastraban los pueblos del Valle de México y sus lugares
circundantes.
La colonización de El Bajío realizada tanto por caciques otomíes locales como
por españoles durante los siglos
XVI y XVII,
hizo que llegaran del exterior
muchos indios que, al principio, o se acomodaron donde quisieron o fueron
congregados con la finalidad de que ayudaran a la consolidación de las nuevas
fundaciones españolas. Pero la colonización y la congregación no se dieron sin
contradicciones pues generaron el levantamiento de pueblos indios en las
inmediaciones de lugares como la villa de León (San Francisco del Cuisillo y San
Miguel de la Corona), en la villa de Santa María de los Lagos (San Francisco del
Rincón), en Celaya y, más tardíamente, en Salamanca.
Desde su establecimiento en 1571, la jurisdicción de la alcaldía mayor de
Celaya era la más densamente poblada del Valle de los Chichimecas. Su extensión
territorial era tal que algunas zonas estaban muy alejadas de la cabecera, lo que
impedía un control sistemático y eficaz sobre los tributarios. Esto sucedía
especialmente sobre la margen norte del río Grande que para entonces sólo era
cubierto por las dependencias del pueblo de Yuriria. Pero a pesar de esa extensión,
durante el curso del siglo XVII no sólo la cabecera de la alcaldía amplió su entorno
inmediato con el establecimiento de cuatro pequeños pueblos de indios (San Juan
de la Vega, San Miguel, San José y Santiago Neutla), sino que en la jurisdicción de
la alcaldía mayor surgirían nuevas villas de españoles con sus consabidos pueblos
de indios aledaños, aunque ya con otras finalidades: no ya la de luchar contra los
chichimecas sino la de desarrollar el potencial agropecuario de la región y la de
mantener el flujo de estos productos hacia las villas vecinas y hacia las regiones
mineras del norte, incluyendo al cada vez más importante real de minas de Santa
Fe de Guanajuato.
Fue en este contexto en el que se produjeron las fundaciones de la villa
española de Salamanca (1603) ubicada entre las villas de León y Celaya, de la de
Salvatierra (1644) ubicada entre Yuriria y Acámbaro y de la de Valle de Santiago
(1649). Todas ellas contribuyeron, en un primer momento, al desarrollo de la
ganadería por la instalación de estancias ganaderas y, ya para fines del siglo XVI,
de la agricultura.
Con esto se servía al desarrollo de las minas del norte
novohispano y a la urbanización del Valle de los Chichimecas donde villas como
Santiago de Querétaro, Nuestra Señora de la Concepción de Celaya, San Miguel el
Grande, San Sebastián de León, Santa María de los Lagos, Salamanca y San Andrés
de Salvatierra, dependieron en sus primeros años de los abastos que les
proporcionaron sus pueblos de indios que gravitaban alrededor de estos centros
urbanos y, que al menos durante el último tercio del siglo XVI, aportaron gran
parte de la fuerza de trabajo y de insumos agrícolas. En la primera mitad del siglo
XVII, la importancia demográfica de estos pueblos se había colapsado y fue
entonces cuando otras instancias productivas se encargaron del suministro.
En 1580, a escasos nueve años de la fundación y ante un cuestionario de 50
preguntas que enviara la Corona Española, Celaya y sus alrededores era así
descrita por el alcalde mayor Cristóbal de Vargas Valadés:6
En las Relaciones y memorias de la provincia de Michoacán 1579-1581, rescatado y puesto al día por los
investigadores Álvaro Ochoa (Universidad Michoacana) y Gerardo Sánchez (Colegio de
Michoacán) y editado por el Ayuntamiento Constitucional de Morelia en 1985, en el capítulo
correspondiente a Celaya, aparece el informe que el alcalde mayor Cristóbal de Vargas Valadés
envió al Consejo de Indias, en respuesta al cuestionamiento de cincuenta preguntas que la Corona
6
En la villa de Nuestra Señora de la Concepción de Salaya, a quince días del mes de Junio
de mil quinientos y ochenta años, yo Cristóbal de Vargas Valadés, alcalde mayor de la
dicha villa y corregidor del pueblo de Yuririapúndaro, y justicia del pueblo de Acámbaro
por su Majestad, en presencia de Domingo de Silva y de Hernando de Peralta, alcaldes
ordinarios de la dicha villa, en cumplimento de la instrucción de su Majestad que me
entregó Gordian Cassasano, Contador y Administrador de la Real Alcabala de esta nueva
España, hice la relación siguiente de lo tocante a la dicha villa de Salaya.
1.- La villa de Salaya está en términos del pueblo de Acámbaro.
2.
3.- Su temperamento es templado; que algo toca más en caliente que no en frío; es tierra
seca y no de muchas aguas y son más desde junio, julio y agosto y septiembre, y reina el
viento brisa más que otro ninguno, y no es tempestuoso, y reina la mayor parte del año.
4.- Es tierra llana y montuosa de unos árboles que se llaman "mezquites". Está asentada en
un rincón que hace la junta de dos ríos: uno, que viene de la villa que dicen de San Miguel,
corre de norte a sur y entra en otro río que llaman de Apaseo, que corre de este a sureste, y
de estos dos ríos se aprovechan los vecinos de la dicha villa, en tal manera, que con ellos
riegan sus labores y tierras de pan, de manera que con el riego de ellos cosechan diez y
siete y diez y ocho mil hanegas de trigo; es abundosa de pastos para ganados y fértil de
frutos de España, como son duraznos, membrillos, granadas, uvas, higos y otros frutales,
danse todas las semillas de legumbres, es abundosa de mantenimientos, así de trigo como
de maíz.
5.
6.- El mes de junio no hecha sombra al punto del medio día.
7.- Está a treinta y cinco leguas de la ciudad de México, al este sudeste con ella.
8.- Está a siete leguas de la villa de San Miguel: es de españoles y está con ella al norte; las
leguas son algo grandes y es tierra llana.
Española mandó a todas sus colonias bajo el título de “Relaciones histórico-geográficas de Indias.”
Él sólo contestó 20 de las 50 preguntas. “Eterno esplendor. Historia de la ciudad de Celaya.” El Sol
del Bajío, 21 de agosto de 2011. http://www.oem.com.mx/elsoldelbajio/notas/n2195257.htm
(Consultado el 27 de septiembre de 2011)
9.- Poblose el año de setenta por mandado de Don Martín Enríquez, Visorrey que fue de
esta Nueva España; comenzose a poblar con tres o cuatro vecinos; tiene hoy sesenta.
Llamase Salaya por Juan de Cueva, Secretario de la Gobernación de esta Nueva España y
por ser él natural de Salaya, en las montañas, en los reinos de Castilla.
10.- Está asentada en un llano y en traza de calles derechas y anchas que corren al este y
sudeste y cruzan norte y sur, con su plaza grande; tiene un monasterio de la orden del
Señor San Francisco en que residen de ordinario cuatro religiosos.
11.
12.- Tiene alrededor sus poblaciones de indios, a una legua y a dos y a tres, sujetos de la
cabecera de Acámbaro, y las leguas son razonables y caminos llanos.
13.
14.
15.
16.
17.- Es pueblo sano y de buen temple como está dicho. Está a dos leguas de unas serranías
llamadas de Juan Martín y de Barajas y sierra de Santa María, las cuales caen a la banda
del sur.
18.
19.- Como está dicho, está entre los dichos dos ríos de San Miguel y de Apaseo, y del dicho
río estarán las casas a un tiro de piedra, y del de San Miguel está a media legua; y en ellos
hay cuatro molinos de pan para el servicio de la dicha villa, y muy cerca de ella; los cuales
le son muy provechosos para los trigos de riego, como está dicho.
20.
21.
22.- Los árboles que en su comarca tiene son, en el dicho río de Apaseo, muchos sabinos de
que se aprovechan para madera y tablazones de sus casas; hay gran cantidad de unos
árboles silvestres que llaman mezquites, que dan una fruta en vainillas como algarrobas de
España, que son buenas de comer, así para los hombres como para ganados vacunos, que
hay muchos en los términos de la dicha villa; de tal suerte, que a cuatro leguas alrededor
de ella se hierran cada año veinte mil becerros.
23.- Dase cualquier árbol de cultura en el dicho término.
24.- Dase mucho trigo y mucho maíz y cualesquiera hortalizas, que sirven de sustento para
los dichos vecinos.
25.
26.
27.- Hay lobos y zorros grandes que llaman acá "coyotes", que son dañosos para los
ganados.
28.
29.
30.- Proveense de mantenimientos y vestidos necesarios de la ciudad de México: en recuas
y en carros la traen.
31.- Las casas son de paredes hechas de adobes y cubiertas con buenas vigas y tablas, y de
terrado, que no las pasa el agua.
32.
33.- Y sus contrataciones es vender harina y trajinarlas a otras partes.
34.- Cae en la diócesis del Obispado de Michoacán, que está a diez y siete leguas de la
catedral y tiénela a la banda del sur. Caminase por tierra llana.
35.
36.- Hay un monasterio de la orden del Señor San Francisco, donde residen cuatro
religiosos. Fundose por mandado del dicho Visorrey Don Martín Enríquez".
Mapa orográfico de la Intendencia
de Guanajuato levantado en 1817.
Aparecen las ciudades, villas y haciendas que entonces había.
En color azul oscuro el río Grande de
Toluca y los Caminos Reales
que cruzaban por la Intendencia7
Así, los sesenta vecinos de la villa
española de Celaya, tenían unos
alrededores en los que se reproducían las huertas con sus duraznos, membrillos,
granadas, uvas, higos y otros frutales, todas las semillas de legumbres, las
plantaciones de trigo y maíz, los becerros, en los que se levantaban los mezquites,
los sabinos, a los que rodeaban los cerros vecinos de Juan Martín, Barajas y Santa
María. Esos
sesenta vecinos de la villa estaban rodeados por numerosas
poblaciones de indios o por grupos dispersos de indios, situados “a una legua y a
dos y a tres, sujetos de la cabecera de Acámbaro…”
http://elsenordelhospital.blogspot.com/2011
/09/el-camino-real-su-paso-por-el-bajio-en.html
7
Uno de los grupos dispersos de indios
se bicaron en Celaya y en los
territorios que la rodeaban, y que terminó siendo el grupo dominante, era el grupo
de los otomíes8 que se habían derivado del numeroso conglomerado humano
caracterizado por su monolingüismo -por la lengua ñahñu considerada como una
de las más antiguas de México-, y que había ocupado desde hacía varios milenios
antes de la era cristiana, la zona de la altiplanicie mexicana que abarca parte de los
actuales territorios del Estado de
México, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato,
Michoacán, Tlaxcala, Puebla y Veracruz. 9
Cuando los españoles llegaron a México, el encuentro con los otomíes fue
inevitable. Según el Códice Florentino y tal como lo refiere León Portilla, los otomíes
fueron atacados por los españoles con graves consecuencias: 10
Pero a los otomíes de Tecóac muy bien los arruinaron, totalmente los vencieron. Los
dividieron en bandas, hubo división de grupos. Los cañonearon, los asediaron con la
espada, los flecharon con sus arcos. Y no unos pocos sólo, sino todos perecieron.
Y cuando Tecóac fue derrotado, los tlaxcaltecas lo oyeron, lo supieron: se les dijo. Mucho
se amedrentaron, sintieron ansias de muerte. Les sobrevino gran miedo, y de temor se
llenaron.
8
El término otomí deriva del náhuatl otómitl que significa “cazadores que llevan flechas”, o “quien
camina con flechas”, o “flechador de pájaros.” El gentilicio derivaría de Otón, nombre de un
caudillo otomí prehispánico. En las concepciones de los aztecas, esto significaba considerarlos como
grupo étnico inferior y bárbaro, como pueblo perezoso e indolente.
9
Hacia el quinto milenio antes de la era actual
(-5,000), los pueblos llamados de habla
otomangueana formaban una gran unidad pero lentamente las lenguas se fueron diversificando y el
pueblo se fue expandiendo geográficamente a partir de la domesticación del maíz, el frijol y el chile.
Los especialistas han llegado a esta conclusión pues hay una gran cantidad de términos en estas
lenguas otomangueanas que hacen referencia a la agricultura.
10
http://webcache.googleusercontent.com/
search?q=cache:aPYp6CrqeSkJ:es.wikipedia.org
/wiki/Otom%C3%AD+codice+florentino.+tecoac&cd=1&hl=es&ct=clnk&gl=mx&source=www.go
ogle.com.mx. (Consultado el 10 de marzo de 2011).
Como pasó con las demás naciones indias, también los otomíes fueron
cristianizados después de la conquista de Tenochtitlan. La orden que se encargó
primeramente de esta tarea, entre los años de 1530 a 1541, fue la de los franciscanos
que se habían concentrado en las actuales Xilotepec y Tula. Después entraron los
agustinos. La cristianización implicó someterlos al proceso de adaptación a las
formas de organización política europeas, que dieron origen a la estructuración de
las comunidades indígenas en mayordomías, y a la aculturación. 11
A medida que los españoles fueron ocupando los antiguos asentamientos
indígenas, entre ellos los territorios otomíes, algunas familias otomíes fueron
obligadas a acompañar a los conquistadores en la dominación de las regiones
ubicadas al norte de Mesoamérica por lo cual fueron colonizadores otomíes los que
se asentaron en actuales ciudades guanajuatenses como San Miguel el Grande (hoy
San Miguel de Allende) y otras ciudades de El Bajío. O sea que el proceso de
colonización de estos territorios fue esencialmente obra de los otomíes quienes,
teniendo como punta de lanza el señorío de Xilotepec en el actual Estado de
México, formaron un ejército auxiliar del español, se asentaron en San Juan del Río
y en Acámbaro en 1526 y después, en los territorios donde se fundarían Celaya,
Santa Cruz y Salamanca. A fines del siglo XVI, algunos poblaron en León el barrio
de San Miguel.
Al llegar a estos lugares, los otomíes aprovecharon su habilidad para
comunicarse con los pueblos nómadas de la zona, se fueron estableciendo a lo
Se entiende por aculturación al resultado de un proceso en el cual una persona o un grupo de
ellas adquiere una nueva cultura (o aspectos de la misma), generalmente a expensas de la cultura
propia y de forma involuntaria. Una de las causas externas tradicionales ha sido la colonización.
11
largo de los ríos Querétaro y Laja y lograron evadir por años el dominio de los
españoles y con ello el pago de tributo a los encomenderos y la imposición de la
religión católica que hacían los frailes.
Estos grupos humanos de artesanos estaban conformados por agricultores
que cultivaban principalmente maíz, chile, frijol y nopal, productos base de su
alimentación. Para completar su dieta cazaban conejos, venados y pájaros. Existían
entre ellos los denominados mandones o señores que eran quienes daban las
órdenes.
Los
principales, denominados calpixques, regían a los demás, los
otontlamacazque. Existían también los adivinos, tlaciuhque, que podían conocer lo
que su Dios les ordenaba y a los que se les conocía como “allegados y semejantes
a su Dios “pues podían hablar con el dios Yocipa. El xacal dedicado al dios
era
diferente a los demás; en él habitaban los sacerdotes o tlamacasques que
adoctrinaban y criaban ahí mismo a muchachos y hacían las penitencias por todos
los de la etnia. 12
Ahora bien, antes de la llegada de los españoles la mayoría de las
comunidades indígenas se ubicaba en el espacio de una manera que luego causó
problemas a los conquistadores13 porque la relación entre el espacio y el tejido
social era muy particular. Entre los pueblos de la meseta central mexicana, no en
El Bajío, existía el altepetl que en lengua náhuatl designaba tanto a la ciudad como
al pueblo rural. Estaba organizado en grupos denominados calpultin, familias
Fray Bernandino de Sahagún. Los otomíes en las fuentes. http://www.arqueomex.com/S2N3n
PALABRA73.html. (Consultado el 3 de octubre de 2010).
13
Federico Fernández Christlieb y Pedro S. Urquijo. “Los espacios del pueblo de indios tras el proceso
de Congregación, 1550-1625.” Investigaciones Geográficas. UNAM, número 60, México, agosto 2006,
redalyc.uaemex.mx/pdf/569/56906012.pdf (Consultado el 25 de junio de 2010).
12
emparentadas entre sí y que compartían un mismo oficio, un mismo origen y un
mismo dios protector. Al interior del altepetl podía haber calpultin pertenecientes a
etnias diferentes. Cada altepetl tenía como gobernante un tlatoani que podía salir
de cualquier calputin. También cada uno tenía un tianquitztli, mercado.
Al interior del altepetl, cada calpultin tenía su nombre distintivo que se
conservaba aún después de la migración y ocupaba un espacio al interior del
grupo urbano -que los españoles llamaron “barrios”- aunque participaba de
espacios comunes: el templo, la plaza, el temazcal. El altepetl (ciudad o pueblo) y el
calputin (barrios) no ofrecían inconveniente alguno a los españoles porque así eran
los conglomerados medievales europeos.
Pero el problema se les presentaba
cuando encontraban un altepetl sin aglomeración, ni vinculaciones aparentes entre
calpultin o entre familias del mismo oficio. Cuando eso sucedía, ellos sólo veían
“casas desparramadas”, sin “orden ni concierto”, viviendo “como las bestias”. En
otras palabras, el que una vivienda estuviera separada 200 metros de la otra y que
aun así pertenecieran al mismo barrio, era incomprensible para los europeos. Y por
eso decidieron modificar la geografía a partir del argumento de que si se quería
civilizar a los naturales había que sacarlos de sus barrancas y reagruparlos en
pueblos nuevos ubicados en lugares planos, lejos de cerros de difícil acceso. Para
reagrupar a los indígenas en nuevos lugares los españoles siguieron criterios
diferentes de los que habían seguido los pueblos indios.
El criterio prehispánico, por ejemplo, era el de seleccionar un sitio después de
años de observación del comportamiento ambiental (estabilidad de laderas,
abastecimiento de agua, etc.) y de la provisión de recursos que tuviera el área
(madera, piedras, tierras, vegetales, animales para caza, hierbas medicinales,
llanuras para sembrar, etc.).
El sitio del altepetl debía ser el de una “rinconada” (xomulli): herradura de
cerros en cuyas laderas ubicar las casas, una olla que acumula agua y los recursos
ubicados a una altitud determinada (mientras más arriba más recursos). Desde
estos criterios, resulta natural encontrarse con que los nombres de los pueblos
indios describían algún rasgo del paisaje.
En el criterio español, la selección del sitio dependía de que el mismo fuera
apto para el cultvo de las tierras (llanuras) y para hacer pastar al ganado.
Reflexionando sobre lo anterior, podemos observar que el espacio geográfico
donde se levanta Rincón de Tamayo, responde perfectamente a las características
de los asentamientos prehispánicos aunque el asentamiento se haya dado después
de la llegada de los españoles a México y como consecuencia del desplazamiento
de los otomíes. Allí, los otomíes habrían seleccionado el sitio en el cual se
plantarían analizando el comportamiento ambiental, la ubicación de recursos, etc.
Tamayo se llama Rincón precisamente porque fue fundado en una rinconada de
cerros, lugar privilegiado para las tomas de agua y protección de los vientos y en
una zona donde abundaban los manantiales (había dos arroyos cercanos y tierras
fértiles para el cultivo). El territorio tambien era muy estratégico para la defensa
en caso de ataque: el poblado otomí se colocó en una posición desde la cual se
observaba el horizonte montañoso lo cual permite el establecimiento de un
calendario astronómico y agrícola.
Un elemento como el calpultin es también bastante claro de distinguir en el
actual Rincón de Tamayo pueblo que se divide en diferentes barrios.
Imagen de la vida cotidiana prehispánica14
Ahora bien, en estos territorios de El Bajío, los pueblos originarios no habían
instalado estrictamente los llamados altepetl, ordenamiento espacial, o las cabeceras
de linajes (tecalli) que se observan en los antiguos asentamientos indios del valle de
México o de la Sierra Norte de Puebla. Por eso, cuando los españoles conquistaron
el Valle de los Chichimecas, al tener que decidir sobre la ubicación y asentamiento
de los pueblos indígenas, casi partieron de cero, improvisando y creando un
ordenamiento nuevo exento de la carga política y económica ancestral que
arrastraban los pueblos del Valle de México y sus lugares circundantes.
Luis Alberto López Wario, Francisco Javier Ortuño Cos. Una vida en el preclásico.
http://www.arqueomex.com/S2N3nFORMATIVO73.html. (Consultado el 4 de octubre de 2010).
14
En el caso de la región que nos interesa, Celaya y sus alrededores, la
conquista española tuvo características muy particulares porque
a ella
contribuyeron los propios indios otomíes que se sometieron a los españoles para
lograr la derrota del pueblo originario que más se oponía a la conquista: los
chichimecas. ¿Cómo pasó esto?
En la región de Querétaro y Guanajuato hubo, según Wright,15 cuatro etapas
colonizadoras.
1) La etapa clandestina (1521-1540). En esta primera época el cacique otomí
Conín fundó Querétaro y se sometió luego a Bocanegra, primer encomendero
de la región, tras ver que toda resistencia contra los españoles era infructuosa.
Esto provocó la rebelión de los grupos chichimecas que quisieron matar a
Conín y a los otomíes por haber tenido tratos con los españoles. Conín tuvo
una larga historia –parece haber sido el descubridor del valle de Apaseo
donde también fue encomendero Bocanegra- pero no es la suya la que nos
interesa de manera más particular sino la de Nicolás de San Luis Montañez,
según su nombre como bautizado, indio cacique autoproclamado descendiente
de los emperadores de Tula. Este otomí, que probablemente también participó
de la fundación de Querétaro, acompañó a Francisco Montaño a Michoacán,
recibió el cacicazgo y gobernación de Tula como premio y ordenó, en 1526, el
trazado del pueblo de Acámbaro donde se concentraron tarascos, otomíes y
guamares.
También se le ha atribuido la fundación de numerosas
congregaciones y de muchos otros pueblos -como el de Celaya-. San Luis
Cfr. Yolanda Lastra de Suárez. Los otomíes: su lengua y su historia. UNAM/Instituto de
Investigaciones Antropológicas. México, 2006, p. 131.
15
repartió a sus capitanes otomíes para que fueran a poblar Acámbaro, San
Pedro Puruaga, Jerécuaro, Santiago Tarandacuan, Tarimoro, Salvatierra y… el
Rincón (más adelante, Rincón de Tamayo). Cuando los españoles llegaron a
Tula, ya habían salido de allí numerosos grupos de otomíes que siguieron
estableciendo poblaciones como la de San Juan del Río. Los conquistadores
otomíes siguieron operando por mucho tiempo.
2) La etapa de la integración de los otomíes al sistema novohispano (15411550). En esta etapa empezaron a llegar ganaderos españoles y misioneros
franciscanos y los otomíes perdieron su autonomía.
Tuvieron que pagar
tributos a los encomenderos, someterse a las acciones evangelizadoras y
prestar su mano de obra dentro del sistema de repartimientos. Cada pueblo de
indios tenía su consejo, que administraba la tierra comunal y cobraba los
tributos.
3) La etapa armada (1551-1590). Para los años 60 y 70 se fundaron Pénjamo,
Celaya, León e Irapuato que tenían habitantes otomíes. En el caso de Celaya,
- que era un poblado otomí (Na-ta-hí) sobre el que se fundó la ciudad española
como presidio, como frontera contra el territorio chichimeca y que comenzó
como alcaldía mayor dependiente- la villa se subordinó a la provincia de
Michoacán y particularmente a la villa de Yuririapúndaro, cabecera de
multitud de poblados otomíes.
4) La etapa de la posguerra (1591-1650). Se produjo una fuerte migración de
españoles hacia El Bajío. También habría habido una segunda migración otomí
principalmente en el corredor Celaya-Acámbaro.
O sea que en la región, Querétaro, Acámbaro, San Pedro Puruaga, Jerécuaro,
Santiago Tarandacuan, Tarimoro, Celaya, Salvatierra, Rincón de Tamayo, San
Juan del Río… fueron fundados entre 1521-1540 por otomíes cuando ya se
había producido la conquista española de México.
En la etapa de la integración de los otomíes al sistema novohispano (15411550) en que empezaron a llegar los ganaderos españoles y los misioneros
franciscanos, los otomíes perdieron su autonomía y en
la alcaldía mayor de
Celaya, ahora refundada como ciudad española (1570), se impuso el despojo de las
tierras. Tras la fundación, sobre el antiguo poblado otomí Natahí, los españoles
trataron de que los naturales vivieran fuera de la ciudad, en las llamadas
repúblicas de indios, donde tenían parcelas y cultivaban legumbres que vendían
en el mercado local. Esos lugares son los viejos barrios celayenses de El Zapote,
Resurrección, Santiago y San Antonio. Estos indios, que participaban activamente
en las fiestas de la Santa Cruz, tenían mejores condiciones de vida que los que
vivían diseminados en los campos y regiones cercanas como la de Rincón de
Tamayo.
En cuanto al despojo de las tierras indígenas, éste se hizo a partir de cuatro
instituciones centrales: la encomienda, el reparto de indios, la estancia y la
hacienda.
La encomienda. Fue establecida en la Nueva España a principios del siglo XVI.
Los indígenas, como súbditos de la Corona, debían pagar una retribución al
encomendero español, ya fuera en especie o por otro medio, por el disfrute de un
bien o por una prestación que hubiese recibido. Los tributos indígenas en especie
(que podían ser metales, ropa o bien alimentos como el maíz, trigo, pescado o
gallinas) eran recogidos por el cacique de la comunidad indígena, quien era el
encargado de llevarlo al encomendero. El encomendero estaba en contacto con la
encomienda, aunque su lugar de residencia era la ciudad, y debía cuidar del
bienestar de los indígenas en lo espiritual y en lo terrenal, asegurando su
mantenimiento y su protección, así como su adoctrinamiento cristiano.
La encomienda permitió organizar a la población indígena como mano de
obra forzada que beneficiara a la Corona y a los españoles. Los abusos cometidos
hicieron que desde 1570 en adelante los encomenderos ya no pudieran gozar del
servicio personal de sus encomendados y que en el siglo XVII la encomienda se
encontrara en total decadencia aunque su abolición legal y definitiva recién se dio
en el siglo XVIII.
Hacia 1530-40, todas las comunidades otomíes del Valle del Mezquital y la
Barranca de Meztitlán habían sido repartidas en encomiendas. Posteriormente,
cuando la Corona modificó la legislación y aparecieron las llamadas repúblicas de
indios, las comunidades otomíes alcanzaron cierta autonomía con respecto a las
poblaciones hispano-mestizas. Las políticas de la Corona, que con la creación de
las repúblicas de indios, permitieron el fortalecimiento de los cabildos indígenas y
el reconocimiento de la posesión de las tierras comunales por parte del Estado
español, fueron los elementos clave para que los otomíes conservaran su lengua y,
hasta cierto punto, su cultura indígena. Sin embargo, especialmente en lo que
respecta a la posesión de la tierra, éstas, como las demás comunidades indígenas,
padecieron despojos a lo largo de los tres siglos de colonización española.
En el caso de Celaya, el reparto de encomiendas continuó más fuertemente
después de fundada (1570) y hasta el siglo XVII.16
En El Bajío en general, desde
1570 hasta 1630 el rápido crecimiento de esta forma de propiedad aseguraría el
futuro desarrollo de una gran sociedad agraria.
La riqueza acumulada por los encomenderos es visible si se observan los
restos materiales de su poderío que han subsistido hasta nuestros días. Tal es el
caso de la Casa del Diezmo de Celaya (así llamada porque allí se hacía la
recaudación del diezmo que se le pagaba a la Iglesia), construida por el soldado
que viniera con Hernán Cortes, Hernán Pérez Bocanegra, que fue también
escribano al terminar la conquista. En 1543 Pérez Bocanegra se convirtió en el
primer encomendero de la región y construyó una casa granero en lo que era
Natahí, habitando en Celaya antes de su fundación oficial.
En la siguiente
fotografía se muestra el estado actual de esta propiedad.
En 1570 el virrey don Martín Enríquez de Almanza estudia la autorización de la fundación de
Celaya a partir de los argumentos que le presenta el grupo de españoles interesados: ahí existían
tierras cómodas y con disposición para fundar en ella una villa que, además, serviría para proveer
de abastecimientos a las minas de Guanajuato, Zacatecas y a otras villas, además de ya ser una
tierra segura sin levantamientos por parte de indios. Con base en estos argumentos, el virrey
nombra en 1571 a las primeras autoridades. Ya dijimos que Celaya surgiría como uno de los fuertes
de defensa contra los ataques indígenas.
16
Casa del Diezmo de Celaya, propiedad del encomendero Hernán Pérez Bocanegra
El repartimiento de indios. Era un servicio retribuido con un salario, surgido a
partir de la decadencia de la encomienda. En el repartimiento:
todos los indígenas de entre 14 y 60 años (a excepción de los nobles de cada comunidad)
debían realizar trabajos forzosos a favor de los empleadores españoles. Las comunidades
enviaban cada seis meses sus cuadrillas y las labores no debían durar más de dos semanas.
A los indígenas se les empleaba en trabajos agrícolas, mineros, de obras públicas y hasta
de servicio doméstico. A cambio, cada uno de los trabajadores recibía una paga
proporcional al tipo y tiempo de trabajo realizado. En cada repartimiento estaban los
oficiales reales cuya labor era la de evitar que los empleadores españoles abusaran de los
indígenas.
A inicios del siglo XVIII la Corona suprimió los repartimientos por la presión de los
sacerdotes protectores de los indígenas y por considerar que se trataba de un trabajo
forzoso. En su lugar, se dio el trabajo libre asalariado en el que los trabajadores agrícolas,
industriales, ganaderos y mineros se ponían de acuerdo con el empleador para recibir un
salario por su quehacer.17
Íñigo Fernández Fernández. Historia de México para principiantes. 4www.liceus.com/cgibin/ac/pu/2503.Asp (Consultado el 25 de noviembrede 2010).
17
Los hacendados optaron en muchas ocasiones por pagar el tributo al
encomendero alegando que los indios preferían estar en la hacienda y no en los
pueblos sujetos a encomienda.
La estancia. La ocupación española básica se estableció a partir de las 25.000.000
de varas cuadradas (1.755 hectáreas) que se entregaban al español que había
prestado servicios a su Majestad para que criara en ellas el ganado mayor: ésa era
la estancia. Frecuentemente esa extensión se ampliaba y el conquistador obtenía,
además, tierras destinadas a la labor con lo que se conformaba una unidad
agropecuaria. Con el correr del tiempo muchas de esas tierras se convirtieron en
congregaciones, pueblos, villas y ciudades.
Las primeras estancias de los alrededores de Celaya, se otorgaron a los
primeros encomenderos españoles que obtuvieron mercedes de las autoridades
novohispanas y que se establecieron en Guanajuato. En Acámbaro, Apaseo, y
Cuerámaro figuran Juan de Villaseñor y Cervantes (1529) y Hernán Pérez de
Bocanegra. Pero también figura el indígena Conín bautizado como Fernando de
Tapia. El citado Villaseñor obtuvo luego, en 1544, una nueva merced desde la cual
se constituyó un enorme latifundio situado en Cuerámaro (estancia de Tarimoro).
Esto demuestra que las mercedes originales podían luego ser ampliadas. Estos
repartos involucraron, seguramente, al territorio que hoy ocupan Rincón de
Tamayo y sus alrededores.
La hacienda. La voracidad española sobre las tierras indígenas se relacionó con la
cada vez más creciente demanda interna y externa de productos agrícolas y
ganaderos. Esa demanda propició la expansión territorial y económica de las
labores y estancias de ganado y dio lugar al surgimiento la hacienda, palabra que
aparece usada por primera vez en Nueva España, en la segunda mitad del siglo
XVI, en los planos de algunas propiedades de este tipo.18 La hacienda o latifundio,
dirigida a abastecer el mercado local, regional o nacional, fue el resultado de la
fusión de la encomienda, de la estancia de ganado y de la estancia de labor o “de
pan llevar.” Pero no fue hasta el siglo XVII cuando la hacienda se constituyó, según
Terán Bonilla19, en la principal unidad productiva de la colonia con una
organización compleja y unas características estructurales muy concretas:

Dominio sobre los recursos naturales de una zona (tierra y agua)

Dominio sobre la fuerza de trabajo

Dominio sobre los mercados regionales y locales
La estructura general de una hacienda era la siguiente:
Un “casco” en el que se ubicaban la “casa grande” (vivienda del hacendado
y su familia), las oficinas, la cárcel, los establos, las huerta y, en ocasiones,
una escuela.
Un conjunto de viviendas modestas (del tenedor de libros, del mayordomo,
de los capataces, etc.)
Una capilla.
Las trojes para almacener y moler los granos y semillas.
Gisela Von Wobeser. La formación de la hacienda en la época colonial. El uso del agua y la tierra.
Instituto de Investigaciones Históricas, UNAM, México, 1983, pp. 14 y 66.
19 José Antonio Terán Bonilla. “Arquitectura rural en México. Las haciendas de una región”.
Estudios sobre arquitectura iberoamericana. Ed. Junta de Andalucía, Consejería de Cultura y Medio
Ambiente, Sevilla, 1990, p. 21.
18
Las chozas para los peones acasillados.
Hacienda de San Diego del Jaral de Berrio, Guanajuato 20
Las haciendas de El Bajío fueron agrícolas, ganaderas y obrajes (manufactura
textil y elaboración de productos derivados de la cría de ganado y de la curtiduría).
Todas ellas estaban estrechamente vinculadas a las haciendas de beneficio minero
de Guanajuato. En la intendencia de Guanajuato existían, para el siglo XVIII, 448
haciendas, que con mucha frecuencia se encontraban a cargo de administradores
-los dueños vivían en la ciudad de México- que controlaban
el trabajo de
jornaleros o peones retenidos por deudas, más que de aparceros o rancheros.21
Los peones de las haciendas eran indios y negros que podían desempeñar un
trabajo temporal o el denominado “encasillados.” Los primeros eran contratados
para trabajar por temporada, de acuerdo a las tareas
propias del campo o
producción. Los segundos tenían el consentimiento de los hacendados para
poder vivir comunitaria y pobremente en la hacienda y con la ventaja de contar
con trabajo permanente.
20http://vamonosalbable.blogspot.com/2009/08/los-propietarios-de-la-hacienda-de-san.html
Eric R. Wolf. “El Bajío en el siglo XVIII. Un análisis de integración cultural.” D. Barkin (coord.)
Los Beneficiarios del Desarrollo Regional. México, SEP/Setentas, 1972, p. 80.
21
De las 448 haciendas guanajuatenses, 58 se encontraban en Celaya.22
Ex - Hacienda de Roque, Celaya, Gto.
Enero de 2007
Capilla de la ex - Hacienda de Trojes,
Celaya, Gto. Enero de 2007
Rafael Soldara Luna. “Haciendas de Celaya. Su historia, arte y belleza.”
Suplemento especial N° 2, Celaya, Gto., pp. 5,9,11,12.
22
El Sol del Bajío.
2. Rincón de Tamayo
Rincón de Tamayo se encuentra ubicado a 13 km. de la ciudad de Celaya. Para
intentar reconstruir la historia de este poblado, muy cercano y correlacionado con
Canoas, hay que recurrir tanto a la historia general como a las investigaciones
locales que se han realizado23 y a la memoria recuperada por los habitantes aunque
esa memoria es insuficiente cuando se trata de recrear el pasado más lejano.
Del mundo prehispánico sabemos que Rincón de Tamayo y sus
alrededores
estuvo
habitado
por
grupos
purépechas,
chichimecas
y
probablemente teotihuacanos. Todos estos pueblos se dedicaban a la caza,
recolección y agricultura, con menor desarrollo cultural que los del altiplano
aunque participaban de las pautas de sus vecinos más desarrollados: la cultura
Chupícuaro y la purépecha. La población estaba diseminada: en la zona no se han
observado ni grandes asentamientos urbanos ni construcciones monumentales.
Eran pueblos que tenían una visión politeista con fiestas rituales vinculadas con los
ciclos agrícolas y sentimientos religiosos fuertemente acendrados.
Posteriormente, en la primera mitad del siglo XVI, se estableció en Rincón
de Tamayo un grupo de otomíes que vivía disperso como se aprecia en las ruinas
sobrevivientes en la zona. Se dice que fue en el lugar denominado “ El Peñero”
donde se asentaron los fundadores otomíes de Rincón de Tamayo.24 La presencia
CeCYTEC. Rincón de Tamayo: el municipio perdido. Series monográficas V. Códice reproducciones
Gráficas S.A de C.V., 23 de agosto de 2004.
24 Muchos años después, en ese mismo lugar se establecería la familia de origen vasco y de apellido
Tamayo, que fundaría la hacienda del lugar.
23
de estos grupos en el área ha quedado atestiguada en las ruinas piramidales de La
Cruz de la Peña, Los Tepetates, Arroyo del Varal y especialmente en El Peñero,25
asentamientos en los que se han encontrado figurillas -excavadas en el camino al
rancho Los Huesos-, vasijas prehispánicas, piedras, cráneos, cuchillos de obsidiana
y cuentas de collar con figuras prehispánicas. Toda esta riqueza cultural se
encuentra en manos de particulares. 26
2.1 La hacienda de San Antonio del Rincón
Cuando se fundó el presidio de Celaya, el territorio de Tamayo quedó incorporado
a esa alcaldía donde también, puesto que era parte del orden colonial, se
establecieron encomiendas, estancias y haciendas. De todas las haciendas de la
zona y de los pueblos que de ellas se fundaron, nos interesa particularmente la de
Rincón de Tamayo pues fue de allí de de donde derivaría el pueblo de Canoas.
La hacienda referida se llamaba hacienda de San Antonio del Rincón.
Dependiente de la alcaldía mayor de Celaya, se fundó entre mediados y fines del
siglo XVII y tuvo como vecinas a las haciendas de Santa María del Refugio, El
Sauz, Ojo Seco, Jofre, Juan Martín y San Nicolás de Parra. Fue su fundador el
vasco don Antonio Tamayo, que se estableció con su familia en Los Tajos y El
Peñero, manantiales de agua azul y cristalina donde se ubicaba el asentamiento
otomí. La propiedad fue conocida o como Hacienda de San Antonio de Rincón de
Tamayo, por el apellido del propietario, o como Hacienda de San Bartolomé del
Rincón, por su santo patrono.
25
26
CeCYTECc. Rincón de Tamayo: el municipio perdido. Series monográficas, op.cit., p.22.
Idem, p. 23.
No nos ha sido posible identificar cuál fue el medio por el cual Tamayo
obtuvo las seis mil hectáreas de tierras que se extendían desde los Huesos hasta El
Salto y desde la hacienda de San Lorenzo hasta la hacienda de El Sauz:27 ¿obtuvo
una merced real, compró las tierras en un remate, despojó a los naturales, tenía
algún pariente con cargo público importante –en el ayuntamiento, en la audiencia,
en la universidad, en el cabildo eclesiástico?
Tampoco sabemos con exactitud en qué fecha fundó su hacienda Antonio
Tamayo.
Pero tenemos dos datos de principios del siglo XVIII que nos han
permitido afirmar que la fundación fue en el siglo XVII:
1. En 1700 se reconstruye el casco de la hacienda de temporal de San Antonio28
lo que indica que el mismo había sido construido bastante antes de esa fecha
como para que ya ameritara reconstrucción.
2. En 1711 y 1718 Antonio Tamayo ya aparece en las crónicas de la alcaldía
mayor de Celaya como propietario de la hacienda de San Bartolomé del
Rincón, antiguo nombre de Rincón de Tamayo.
En el caso particular del territorio que ocupó la hacienda de San Bartolomé
del Rincón, de los datos que hemos encontrado hemos deducido lo siguiente:

Tras la conquista española los asentamientos otomíes de la zona fueron
reducidos al régimen de encomienda (el reparto de encomiendas en El Bajío
Id, p. 24.
http://rincondtamayo.blogspot.com/2009/
08/la-fundacion-de-rincon-de-tamayo.html. (Consultado el 1 de octubre de 2010).
27
28
se extendió entre 1570 y 1630) o bien sus tierras se convirtieron en una
estancia ganadera.

La hacienda se funda entre 1630 y 1652-1659. ¿Por qué? En 1630 se pone fin
al reparto de encomiendas y entre 1653 y 1660, el virrey Francisco
Fernández de la Cueva recibe una petición de unos naturales: independizar
sus pueblos de sus haciendas.
Entre estos naturales están los de los
pueblos de El Aguaje (Villagrán), Amoles (Cortazar), San Bartolomé del
Rincón (Rincón de Tamayo) y Comontuosso (Juventino Rosas). No obtienen
respuesta positiva.

En ese mismo siglo XVII, no sabemos en qué año, las tierras fueron
entregadas a Antonio Tamayo o compradas por él para fundar en ellas una
hacienda siendo él su primer propietario. Unos años después el mismo don
Antonio Tamayo habría recibido en su hacienda a unos sacerdotes
franciscanos que llegaron de Apaseo el Alto el 24 de agosto de 1715, día de
San Bartolomé Apóstol,
y que serían quienes comenzaron con la
evangelización de los indígenas del lugar. No hemos podido confirmar este
dato en los archivos franciscanos de Celaya. Si esto fuera así, obsérvese el
tardío proceso de evangelización que se dio en la zona.

En 1711, nuevamente los naturales de los cuatro poblados mencionados (El
Aguaje, Amoles, San Bartolomé del Rincón y Comontuosso) apoyados por
los curas franciscanos interesados en fundar sus parroquias donde brindar
los sacramentos y donde recaudar mejor sus ingresos, piden a las
autoridades de la alcaldía mayor de Celaya que acepten la independencia
de sus pueblos. Los hacendados se niegan rotundamente porque las tierras
en donde se establecerían los pueblos, serían tomadas de sus propiedades.

Tras la negativa de los hacendados, apoyados por el alcalde mayor de
Celaya, el virrey Baltasar de Zúñiga y Guzmán ordena al alcalde de León
se encargue de la división de esas tierras. Éste lo hace y finalmente, tras
ochenta años de gestiones, en 1718 fueron autorizadas las fundaciones de
los pueblos que durante la época colonial y tomando los nombres de los
santos patronos de las casas grandes de sus haciendas, fueron llamados por
el propio virrey, La Purísima Concepción Conquistadora del Guaxe (hoy
Villagrán); San Joseph de los Amoles (hoy Cortazar), San Bartolomé del
Rincón (hoy Rincón de Tamayo)29 y Santa Cruz de Comontuosso ( Santa
Cruz
de Galeana o Santa
Cruz de Juventino Rosas o simplemente
Juventino Rosas).30 Lo anterior nos explica por qué
se habla de una
hermandad entre las cuatro ex – haciendas, tres ahora municipios y el
“municipio perdido” como es llamado Rincón de Tamayo que no ha podido
independizarse del municipio de Celaya.
En el caso particular de la fundación de la hacienda de San Bartolomé del
Rincón, de los datos que hemos encontrado hemos deducido que la misma, que
antes pudiera haber sido una encomienda -el reparto de encomiendas en El Bajío
se extendió entre 1570 y 1630- o una estancia ganadera, se habría fundado en el
siglo XVII entre 1630 (fin del reparto de encomiendas) y 1653 (fecha de la primera
petición de los naturales que piden independizarse de sus haciendas). Pero ¿habrá
sido, entonces, su primer propietario Antonio Tamayo? Es probable que no,
aunque la hacienda lleve su nombre, porque entre 1653 y 1711 (en esa fecha ya se
Inmediatamente después de fundado el pueblo de Rincón de Tamayo (1718) los franciscanos
comenzaron, en 1721, la construcción del templo.
30 Manuel Serrano Carrillo. Manuscritos inéditos para la fundación de los pueblos-doctrina El Guaxe,
Amoles, El Montuosso y San Bartolomé del Rincón. Septiembre del 2000, Celaya, Gto., p. 9.
29
lo cita en los documentos oficiales como hacendado de San Antonio del Rincón),
pasaron 58 años a los que habría que sumar los que tuviera Tamayo en 1653 fecha
en que ya era, aparentemente, un hacendado. Con los índices de longevidad de la
época podríamos dudar de que en la primera petición de independencia de esos
pueblos el hacendado fuera Antonio Tamayo pues entonces él debía tener al menos
80 u 85 años. Aún más: para 1718, todavía figura como el hacendado de San
Antonio del Rincón y con esos cálculos, entonces ya frisaría los 90.
Estado actual de la Hacienda
San Antonio del Rincón
Rincón de Tamayo, Gto., agosto 2011
San Antonio era una hacienda muy grande.
Para años después de su
fundación no tenemos datos de si conservaba sus 6.000 hectáreas originales pero sí
tenemos datos que indican que albergaba a muchos trabajadores.
conservado los padrones (especie de
Se han
nóminas o listas de las poblaciones por
medio de las cuales se controlaban los pagos de los tributos reales y eclesiásticos)
que son una riquísima fuente de información para los historiadores. Soldara Luna
reproduce el de 1761. En el padrón nos damos cuenta cómo se clasificaban los
habitantes: estaban los españoles y “gente de razón” y los indios sirvientes y
arrimados. Para el año 1761, el padrón dice que la hacienda de San Antonio tenía
una familia del primer tipo con dos individuos y 46 familias del segundo tipo con
102 individuos.31 Para entonces, en la hacienda se pagaba a los peones no con
dinero sino por medio de cuarterones de maíz.
La que hoy es una vieja finca rústica, prácticamente abandonada, pasó por
muchas manos tal como podemos apreciar en el siguiente cuadro que arranca
desde la fundación y termina con datos de la actualidad.
FECHA
1653 y
1660
PROPIETARIO
DATOS DISPONIBLES
¿?
El virrey Francisco Fernández de la Cueva recibe la petición
de unos naturales de: independizar sus pueblos de sus
haciendas. Entre estos naturales están los de los pueblos de
El Aguaje (Villagrán), Amoles (Cortazar), San Bartolomé del
Rincón (Rincón de Tamayo) y Comontuosso (Juventino
Rosas). No obtienen respuesta positiva.
Siglo XVII
¿Año?
Antonio Tamayo
Fundador de la hacienda.
1700
Antonio Tamayo
1711
Antonio Tamayo
1718
Antonio Tamayo
Se reconstruye el casco de la hacienda de temporal de San
Antonio.
Naturales de los actuales pueblos de Villagrán, Cortazar,
Rincón de Tamayo y Juventino Rosas piden independizar sus
pueblos de las haciendas a las que pertenecen. Antonio
Tamayo se opone a la fundación de San Bartolomé del Rincón.
Después de más de ochenta años de peticiones, se funda el
pueblo de San Bartolomé del Rincón, hoy Rincón de Tamayo.
Rafael Soldara Luna. “Haciendas de Celaya.
Suplemento especial N° 3, Celaya, Gto., p. 6.
31
Su historia, arte y belleza.”
El Sol del Bajío.
Don Antonio Tamayo dueño de la hacienda de San Bartolomé
del Rincón y otros hacendados locales se habían negado
siempre a que se realizaran fundaciones de nuevos pueblos
aduciendo que las tierras estaban rentadas y que con ello
perderían parte de sus propiedades y los beneficios que de
ellas obtenían. El alcalde celayense Juan Oregón de la Lama y
Medrano los apoya e impide el trabajo de los agrimensores y
vicarios pero el virrey Baltasar de Zúñiga y Guzmán ordena la
ejecución del decreto de fundación.
La hacienda debe ceder las tierras necesarias para la
fundación.
1741
Lorenzo Rodríguez
¿?
Juan de Dios
Castro y Ochoa
Herederos de Juan
de Dios Castro y
Ochoa
1787
1850
Antonio Septién
1853
Antonio Septién
1855
Trinidad Rivera
1865
Jerónimo Morales
¿?
Carlos Caballero
1905
¿?
1908
Joaquín Velásquez
de León
Se distingue por proteger a sus arrendatarios. Durante su
época, el matrimonio español conformado por Miguel
Arreguín y Rosalía Pérez y procedente de la Hacienda de
Huapango, Rancho de Guadalupe, se convierte en
arrendatario del hacendado y se ubica en las tierras que hoy
conforman Canoas. Les siguen otros arrendatarios también
procedentes del Rancho de Guadalupe.
Se funda el Rancho de Canoas en tierras pertenecientes a la
hacienda.
Continúa protegiendo a los arrendatarios. En 1859, establece
en Canoas, en terrenos que pertenecían a la hacienda, una
fábrica de alcohol y una paila de jabón. Los productos se
vendían en ciudades vecinas. El negocio fue destruido por los
bandidos. Aparece como primer fraccionador de las tierras de
la hacienda.
Continúa protegiendo a los
arrendatarios a los que
finalmente ofrece en venta las tierras rentadas.32
El gobierno civil de Celaya confiere al Rancho de Canoas el
título de Congregación.
Ingeniero originario de la ciudad de México que sólo venía de
vacaciones pero que era muy apreciado por los trabajadores
porque les regalaba de 3 a 9 prendas de vestir cuando asistía,
“Historia del pueblo de Canoas, comunidad del Municipio de Celaya, desde su fundación hasta
1945”. Los ojos del Tiempo. El Sol del Bajío. Suplemento Especial, N° 11, Celaya, 15 de noviembre de
2009, p. 6.
32
organizaba posadas para los niños en navidad y clases para
aprender a leer y a coser. El también mandó a construir el
pozo artesiano con bomba lo que trajo como consecuencia la
aparición de la energía eléctrica.33
?
Carlos Malagón
?
Petronilo
Martínez,34
¿Antes de
1915?
1912
José Guadalupe
Montoya
Militar también dueño de Cañones, El Sauz, Santa María del
Carmen, Cerano, San Antonio y Santa María del Refugio.
Con Martínez había trabajado desde niño Guadalupe
Montoya. A él el terrateniente le vendió el casco de San
Antonio por 200 pesos oro antes de la repartición para
conformar los ejidos. Si consideramos que los procesos de
reforma agraria que siguieron a la revolución mexicana
empezaron con el decreto de Carranza de 1915, inferiríamos
que Montoya adquirió la propiedad antes de esa fecha.
Las tropas
carrancistas se
apropian de la
hacienda
El gobernador Antonio Madrazo expropia el terreno junto con
el pozo y dona el tinaco y el equipo de bombeo. A un lado del
pozo existía una atarjea en donde los animales y las personas
de la comunidad iban por agua para satisfacer sus
necesidades.
Posteriormente este gobernador también expropia los terrenos
de la hacienda. Las tierras se hacen ejidos pero no son
aceptadas porque los sacerdotes dijeron que quien aceptara
esas tierras se condenaría, por tomar algo que no era suyo. 35
1921
1979
Sarita Montoya
Por gestiones de los pobladores, Congregación de Canoas
obtiene la categoría de pueblo.
La hija de Guadalupe Montoya, heredera del casco de San
33http://rincondtamayo.blogspot.com/2009/08/breve-resena-de-la-hacienda-de-san.html
(Consultado el 25 de noviembre de 2010).
34 En un sitio de internet (rincondtamayo.blogspot.com/2009_08_01_archive.html -) que recoge los
recuerdos de gente de Rincón de Tamayo que nació a principios del siglo XX, un informante clave
recuerda que “en 1905 el señor más rico de Rincón de Tamayo fue don Petronilo Martínez, tenía un
mozo que se llamaba Pedrito Vale Cuarta.”
35 http://rincondtamayo.blogspot.com/2009/08/breve-resena-de-la-hacienda-de-san.html.
Hoy
Jorge Suárez Inda
Antonio, lo dona al primer obispo de Celaya, Victorino
Álvarez Tena. Los problemas de tenencia de propiedades por
parte del clero hacen que la diócesis de Celaya no pueda
conservar el casco.
El casco se sigue destruyendo y perdiéndose un gran
patrimonio histórico de la región.
Hacienda de San Antonio del Rincón
Rincón de Tamayo, Gto., agosto 2011
3. Congregación de Canoas
Los datos históricos más lejanos que hemos encontrado con relación a este pueblo
datan del siglo XVIII y son recuperados en una monografía local: la realizada por
fray José Rodríguez,36 también publicada en un artículo del periódico celayense El
Sol del Bajío.37 Igualmente hemos encontrado datos muy valiosos en los archivos
Fray José Rodríguez Andrade. Datos históricos del Pueblo de Canoas. México, 1945.
Fray José Rodríguez Andrade. “Los ojos del tiempo # 11. HISTORIA DEL PUEBLO DE
CANOAS, COMUNIDAD DEL MUNICIPIO DE CELAYA, DESDE SU FUNDACION HASTA
1945.” El Sol del Bajío, Celaya, 15 de noviembre de 2009.
36
37
parroquiales de Rincón de Tamayo custodiados actualmente por el párroco
Manuel Rangel.38 A estos datos nos referiremos más adelante.
El nombre oficial del pueblo no es Canoas sino Congregación de Canoas. En
alguna ocasión se intentó cambiarle el nombre por el de Rancho de Guadalupe, en
honor a la Virgen de Guadalupe, patrona del lugar; en otra ocasión, por el de
Vistahermosa. Pero las propuestas no tuvieron éxito y siguió prevaleciendo el
nombre histórico: Congregación de Canoas.
Congregación se les llamaba a los “pueblos de indios.” Entonces hay tres
preguntas básicas que hacerse: 1) ¿qué era una congregación?; 2) ¿fue el pueblo de
Canoas una verdadera congregación?; 3) si no fue una verdadera congregación,
¿por qué ese nombre?
Para contestarnos la primera pregunta, seguimos a Federico Fernández
Christlieb y Pedro S. Urquijo.39 Cuando los españoles comenzaron a organizar el
territorio conquistado, el cobro de tributos y la evangelización, la tarea se les
facilitó en el altiplano central donde había grandes concentraciones urbanas
(Tenochtitlan, Tlacopan y Texcoco) pero se les dificultó en las áreas rurales donde
la población indígena estaba muy dispersa por lo cual había poca densidad
poblacional.
Fue entonces cuando decidieron que para poder controlar y
adoctrinar a las familias de indios rurales había que agruparlos en puntos precisos,
En la búsqueda de datos para ubicar a los hijos de los primeros pobladores de Canoas en esos
archivos, colaboraron el señor Martín Arreguín Lara, la señora María Concepción Rodríguez Pérez
y la señora Rosalba Poza Zúñiga.
39
Federico Fernández Christlieb y Pedro S. Urquijo. Los espacios del pueblo de indios tras el proceso de
Congregación, 1550-1625. Op.cit.
38
había que hacer un reordenamiento territorial. A esas agrupaciones se les llamó
“congregaciones” que eran los llamados “pueblos de indios.”
En territorio guanajuatense estas congregaciones, que surgieron a partir del
siglo XVI, se tuvieron que haber instalado no antes de fines de ese siglo
considerando que la conquista inició en la década de los 30 y que la guerra contra
los chichimecas, que se dio entre 1550 y 90 aproximadamente, no sería muy
favorable para llevar adelante estas empresas.
Enfocándonos a Congregación de Canoas en la zona no hay evidencia alguna
de que allí haya habido un poblado prehispánico. Por ello creemos que Canoas no
fue una congregación según lo que esto significó para los españoles, sino más bien
un “pueblo de visita” nombre que se le daba a los lugares lejanos y de difícil
acceso, a donde los misioneros eran mandados a establecer una capilla –cosa que
aquí tampoco sucedió- que era atendida por los frailes de las cabeceras de
doctrina. Además, el término Congregación no se le da al pueblo sino hasta el año
de 1905, 52 años después de la fundación, y por el gobierno civil. No es sino
hasta 1921 cuando se le da el título de delegación o pueblo por el gobierno de la
ciudad de Celaya.
Entonces, al ser fundado, este pueblo fue habitado por población española y
mestiza -lo que implicó la manutención de ciertas pautas culturales, entre ellas la
de extrema religiosidad católica que lo ha caracterizado-40 que se ubicó en
40
Un ejemplo de la adhesión a esas pautas culturales es la introducción, en 1910, de una pastorela,
un arma de colonización que en Canoas no fue impuesta por los religiosos sino por los propios
canoenses quienes trajeron a su comunidad dicha representación.
territorios en los que vivían, desde mucho tiempo antes, indígenas otomíes
dispersos en jacales.
Ahora bien, ¿cuáles fueron los pueblos indígenas que vivían dispersos por la
región y que pudieran haber sido congregados por los españoles antes de la
fundación ofical de Canoas? La falta de documentación no nos permite hablar con
certeza de cuáles comunidades indígenas habitaron en el preciso sitio donde está
Canoas pero si se infiere de lo que se conoce del poblamiento indígena en esta
zona, puede sostenerse que Canoas estuvo habitado en la época prehispánica por
chichimecas y purépechas y, desde el siglo XVI, por otomíes que no eran una
cultura originaria del lugar. Esos pueblos podrían haber sido congregados por los
españoles y sometidos al régimen de encomienda. Posteriormente, se convertirían
en peones de la hacienda del lugar.
La encomienda, forma en que fue repartida la zona del Bajío a fin de ser evangelizada y de
utilizar la fuerza de trabajo indígena.
Las fértiles tierras y la abundancia de mano de obra fueron objeto de disputa entre los propios
encomenderos.
Los trescientos años de colonialismo español terminan en 1821 cuando una
serie de hechos nacionales se van concatenando con los internacionales para
generar las condiciones de la independencia de la Nueva España. El triunfo del
movimiento criollo, tras la lucha en diferentes regiones, con diferentes dirigentes y
con el apoyo de indios y mestizos, se concreta recién en el citado año 1821, fecha en
que se declara la independencia de México. No hemos encontrado registro alguno
de lo que pudiera haber vivido la gente de Canoas en esos momentos históricos
–recordemos que el pueblo recién
se fundaría en 1853 pero que allí había
asentamientos desde la época prehispánica- pero sí hay referentes de Rincón de
Tamayo:41 según la tradición oral, en 1810 el cura Hidalgo, después de su estancia
en Celaya, pasa por la localidad por el Camino Real, única vía de comunicación
entre Morelia y Celaya, deteniéndose en las cercanías, en un rancho que hoy no
existe y que a fines del siglo XIX se llamaba La Venta, ubicado a un kilómetro de
Tamayo y habitado por gente de Tamayo y de Canoas. Por entonces, el propietario
de la Hacienda de San Antonio del Rincón parece haber sido alguno de los
herederos de Juan de Dios Castro y Ochoa. No hemos encontrado datos sobre la
relación entre la hacienda y las necesidades de aprovisionamiento del ejército de
Hidalgo. Canoas no se fundaba todavía.
41
CeCYTEC. Rincón de Tamayo: el municipio perdido. Op. cit., p. 30.
Caballerizas de la hacienda de San Antonio en Rincón de Tamayo, Celaya Gto.
Arturo Elías Islas
Acuarela sobre papel, 2008
Como ya señalamos el poblado recién se fundaría en 1853 cuando, a nivel
nacional, Antonio López de Santa Anna ocupaba la presidencia de México por
onceava ocasión. Sobre el poblamiento y fundación, existen varias versiones. La
más aceptada sostiene que la Canoas actual se estableció a raíz de la llegada de un
gran número de españoles arrendatarios que vivían en grandes haciendas de la
región, como la de Rancho de Guadalupe -cuyos vestigios todavía son visibles-, de
donde fueron desalojados por el propietario. Estos españoles se fueron mezclando
con los habitantes de los ranchos vecinos y las nuevas familias se fueron a vivir a
otros ranchos, entre ellos el Rancho de Canoas donde desarrollaron formas de vida
confortable y con un nivel económico atípico para la región.
Pero los españoles no fueron, quizás, los únicos europeos que se establecieron
en Canoas. Un mito celayense habla de que hacia fines de la década de los sesenta
del siglo XIX, en épocas de la intervención francesa y siendo propietario de la
hacienda Jerónimo Morales quien se caracterizó por ofrecer en venta las tierras
que tenía rentadas a sus arrendatarios, el rancho de Canoas se vio revolucionado
por la llegada de algunos soldados franceses acantonados en el convento de San
Agustín en Celaya. Éstos, que no quisieron seguir a su ejército tras la retirada, se
habrían refugiado en pueblos vecinos, particularmente en Canoas, donde
terminaron mezclándose con sus habitantes. De esa mezcla de razas resultaron
unos habitantes atípicos, si consideramos los tipos étnicos mexicanos: gente con
ojos claros, tez muy blanca y pelo castaño claro. En nuestra investigación, no
hemos encontrado ni un solo apellido francés que pudiera validar este mito.
La versión más aceptada, sobre la fundación, y que se menciona en la
bibliografía analizada, sostiene que al actual territorio de Canoas llegó entre 1850 a
1852 el matrimonio español conformado por Miguel Arreguín y Rosalía Pérez.
Este matrimonio trabajaba en las tierras del hacendado Pío Revilla de Rancho de
Guadalupe en el cultivo, la cría de ganado mayor y menor y la comercialización de
sus productos. Con el tiempo, al ver que al matrimonio le comenzaba a ir bien, el
hacendado les exigió un pago extra, además de la renta que ya pagaban por las
tierras y por habitar en el lugar, con la indicación de que si no estaban de acuerdo
deberían abandonarlo. Los Arreguín se negaron a pagar el extra y el hacendado
Revilla ordenó a un señor Gómez, encargado del rancho, que los perjudicara.
Gómez quemó y tiró sus casas y los Arreguín abandonaron la hacienda.
Siendo entonces propietario de la hacienda de San Antonio de Tamayo, el
señor Antonio Septién, el matrimonio Arreguín-Pérez le pidió ayuda y Septién se
las dio al permitirles escoger un lugar para vivir y trabajar como arrendatarios de
su hacienda. Se dice que les impuso una renta justa por lo que la pareja pudo
pagar por los terrenos arrendados. Estos gestos hicieron que este hacendado fuera
muy respetado y querido en la región.42
En el terreno que eligieron, que ya se llamaba Las Canoas, los Arreguín
tendrían por vecinos, aunque un poco retirados, por el lado oriente de la hacienda
del Rincón, a los señores Peña y Ramírez que ocupaban dos viviendas que el
hacendado les tenía destinadas para habitación.
1) La del señor don Trinidad Peña, portero de la hacienda y encargado de los
ganados, se ubicaba a 989.5 metros de distancia del árbol del sabino que
caracteriza a Canoas en el lugar que se llamaba “Puerta de Carmona.”
2) La del hortelano don Juan Ramírez, cuya tarea era la de cuidar y cultivar la
huerta de la cual el señor Septién obtenía muy buena ganancia, se localizaba
a 800 metros del sabino.
Establecido en su nuevo hogar,
según la tradición oral, el matrimonio
concibió 24 hijos de los cuales cuatro murieron a temprana edad y veinte se
casaron. De ellos es de donde el folclore local hace provenir el tronco genealógico
de Canoas que se fundará recién en 1853. Cuando el matrimonio empezó a trabajar
las tierras y los otros agricultores del Rancho de Guadalupe vieron que eran
fructíferas, algunos de ellos se trasladaron para habitarlas, seguramente también
como arrendatarios del hacendado de San Antonio del Rincón. Pero todavía no
Fray José Rodríguez Andrade. “Los ojos del tiempo # 11. HISTORIA DEL PUEBLO DE
CANOAS, COMUNIDAD DEL MUNICIPIO DE CELAYA, DESDE SU FUNDACION HASTA
1945.” Op. cit., p 4.
42
había poblado.
Como este matrimonio español fue el primero en llegar, la
comunidad los comenzó a llamar papá Miguel y mamá Rosalía.
Poco tiempo después, en enero de 1854, llegaron los primeros fundadores: los
señores Pedro Guerrero y Francisco Jiménez. El primero puso su casa en el
terreno llamado El Parejo y el segundo frente a la de don Pedro, al lado sur de
Las Peñitas, junto a la Puerta de Carmona donde habitaba, según vimos, el portero
de la hacienda. A ellos les siguieron otros pobladores originarios de Guadalupe,
los señores Agapito Arreguín, Luciano Serrano, Cayetano Rodríguez, Manuel
Basurto, quienes ubicaron sus casas cerca del territorio de El Sabino, uno de los
dos lugares en que se divide la actual Canoas y al que describiremos más adelante.
Por el mes de abril del mismo año el señor Jacinto Ramírez, también procedente
de Guadalupe, puso su casa cerca de la huerta, antes del arroyo, quedando como
vecino del hortelano. Bartolomé Montoya hizo su casa en el terreno llamado La
Higuera que se ubica junto a un pozo. Él y su familia formaron un rancho
chiquito que hasta hoy en día se llama La Higuerita. Cerca del arroyo, junto a la
huerta construyeron sus casas los señores José Andrade, José de la Luz Cervantes,
Bernardo Guzmán y Guadalupe Montoya. Este último ubicó su casa debajo de El
Sabino, como a 400 metros cerca de un pozo que después se llamaría Pozo del tío
Juan José.43
Ya dijimos que cuando esta gente llegó al lugar, éste ya se llamaba Canoas.
¿Por qué el nombre de Canoas? Al respecto hay tres teorías. La primera sostiene
que el nombre deriva del hecho de que en el lugar había muchas canoas pues
existían ocho manantiales que en un tiempo fueron utilizados como abrevaderos
43
Idem, p. 5.
de los ganados de la hacienda. Otra versión es la de que el nombre se debe a que
los recipientes de madera que fungían como piletas
eran denominados
precisamente “canoas”. Una tercera versión dice que las “canoas” eran las que
servían para echar a los animales agua del pozo.
Según los testimonios, los fundadores fueron hombres muy honrados,
sencillos y de grandes sentimientos humanos, muy apegados a sus lugares de
origen en el Rancho de Guadalupe. Cuentan las crónicas que su amor por la tierra
donde nacieron era tal que por las noches regresaban a dormir a las ruinas que
quedaban de sus antiguos hogares acompañados por los perros y gatos que
seguían a sus amos. A la mañana siguiente regresaban a sus nuevos hogares otra
vez con sus animales. Con el tiempo, se fueron olvidando de sus antiguas casas y
se instalaron definitivamente en el nuevo rancho de Canoas
Ahora bien, ¿qué fue de los 24 hijos del matrimonio Arreguín? En la lista de
primeros propietarios sólo figuran dos Arreguín, pero no sabemos si eran hijos o
descendientes del matrimonio fundador. Lo que sí sabemos es que en la
actualidad, en Canoas y otras comunidades vecinas (Michinelas, Arreguín de
Arriba, Arreguín de Abajo, etc.) hay muchas familias de apellido Arreguín.
Para investigar sobre las vidas del matrimonio Arreguín y de su
descendencia, revisamos los archivos parroquiales de Rincón de Tamayo donde
están asentados los matrimonios y bautismos realizados en ese entonces.
Los
primeros registros de los matrimonios y bautismos se encuentran en el Libro 1. El
primer registro de los bautismos se hizo en el año 1731 y el primero de los
matrimonios en 1752.
Las actas están hechas a mano, en letra cursiva y por el
transcurrir de los años no son del todo legibles, pero son una pieza fundamental
para la reconstrucción de la historia.
En esos documentos no hay vestigios de la familia a la que se le atribuyen los
orígenes de Canoas: los Arreguín y sus 24 hijos no aparecen. Pero sí aparecen
otros datos muy interesantes que reproducimos a continuación y que modifican
parte de la historia que se ha narrado en las dos monografías de referencia y las
conservadas en el imaginario popular.
El primer bautizo de un niño del pueblo de Canoas registrado en la
parroquia de Tamayo, se dio en 1731 y fue el del niño Francisco, hijo de Marcos de
la Cruz y de Gertrudis. Se anota, como en todos los registros, la etnia: el niño
Francisco era indio.
La clasificación étnica de sus padres está ilegible, pero
deducimos que si el hijo aparece como indio también lo eran los padres aunque los
apellidos ya son españoles y producto de los bautizos realizados por los
conquistadores desde su llegada.
Pero el dato más interesante es que el niño Francisco aparece como
procedente del rancho de Canoas donde nació en 173144, o sea mucho antes de que
allí llegara el matrimonio Arreguín lo que indica que desde antes de que ellos
llegaran a Canoas, allí ya había pobladores indios. Es decir que mucho antes de
1853 y mucho antes de que llegaran papá Miguel Arreguín y mamá Rosalía Pérez,
44
Recordemos que el proceso evangelizador recién habría comenzado en 1715.
ciento veinte años antes, en Canoas ya había habitantes que se registraban en la
parroquia de Tamayo, circunscripción a la que pertenecía el rancho.45
Otros niños anotados y procedentes de Canoas, no fue posible capturar los
apellidos y nombres de todos los papás debido al deterioro del manuscrito, fueron
la niña Luisa registrada el 30 de agosto de 1731 por sus padres Juan Antonio
Mancera
y Rosa María Almanza, el niño Martín Diego
registrado el 14 de
noviembre de 1731, el niño Dionisio Valentín y la niña Rosalía en 1732, la niña
Ana en el año 1733.
Algunos matrimonios son los de Nicolás Kiticcio Montoya (originario de
Canoas) con María Trinidad (originaria de Guadalupe) en el año de 1752, Joseph
Antonio (indio de Canoas) con María Rosalía de las Barajas el 6 de noviembre de
1752, Manuel Aguilar (español) con María Severiano (mestiza de Canoas) en 1733.
Probablemente los Arreguín no hayan sido ni los primeros españoles en
asentarse en el lugar ni los primeros pobladores. Vemos, por ejemplo, que el
español Manuel Aguilar registró su casamiento con una mestiza de Canoas en
1733.
Pensemos que Canoas pudiera haber sido establecida como una
Congregación siendo la época del establecimiento de las congregaciones, según se
ha señalado, entre 1550 y 1564 la primera oleada y entre 1595 y 1625 la segunda.
Después de eso, en el siglo XVII, aparecerían las haciendas y entre ellas, la
hacienda de Rincón de Tamayo cuyas tierras abarcaban lo que hoy es el pueblo de
Canoas.
En esas tierras nacían, trabajaban y morían indígenas otomíes
Recordemos que antes de las Leyes de Reforma (Constitución de 1857), la iglesia controlaba el
registro civil y por lo tanto era la que registraba nacimientos, defunciones, casamientos.
45
evangelizados a partir de 1715, que se registraban en la parroquia de Tamayo. Por
todo ello, creemos que el crédito de primeros pobladores que se le ha dado a este
matrimonio español ha sido o porque eran españoles o por haber sido “excelentes
personas” tal como se menciona en la obra del fray José Rodríguez quien reflexiona
en torno al hecho de que si el pueblo los reconoció como papás debió haber sido
por tenerles gran aprecio. Esta mitología de la fundación se fue transmitiendo de
generación en generación sin fundamentarse en ninguna investigación histórica
sino más bien en la tradición popular oral.
Al poco tiempo de fundado el Rancho de Canoas, Septién vendió la hacienda
a Trinidad Rivera quien continuó con el sistema de arrendamientos y fundó una
fábrica de alcohol y de jabón en el lugar llamado El Chorro. Ésta dio empleo a
algunos vecinos y posibilidad de comerciar a otros que vendían estos productos en
otras poblaciones, fundamentalmente de los estados de México, Michoacán y
Morelos, de donde traían azúcar, piloncillo, etc. Tiempo después la fábrica fue
asaltada y destruida.
Imagen tomada en las instalaciones de lo
que fuera la antigua fábrica.
Lo que queda de la construcción, está en manos de un particular.
Entre 1854-1857 el país vivió otro conflicto armado que duraría tres años: la
Guerra de Reforma. Pero para la historia local, sólo se registra el cambio de dueño
de la hacienda de Rincón de Tamayo que pasó a manos del señor Jerónimo
Morales.
El siguiente dato se fecha en 1867, año en que los liberales derrotan al
Segundo Imperio y se disponen a hacer cumplir la Constitución de 1857 en todo el
país. Eso significaba que se establecería una reforma agraria. Entonces, el señor
Jerónimo Morales propuso a los habitantes de Canoas fraccionar la hacienda de
Tamayo para que pudieran convertirse en dueños de las tierras que cada uno
habitaba, en lugar de pagar renta como hasta ese entonces se hacía. Todos habrán
querido comprar sus tierras pero no todos tuvieron la posibilidad de convertirse en
propietarios.
Algunos sólo pudieron adquirir un pequeño terreno donde
levantaron sus casas.
Señor Vicente Montoya y su esposa.
Quienes formaran parte de los primeros compradores de terrenos Canoenses.
Se desconoce la fecha en que fue tomada la foto,
pero fue tomada en un estudio fotográfico
De quienes fueron los primeros compradores de los terrenos, se conserva la
siguiente lista:46
TERRENOS
COMPRADORES
José Rodríguez
Al lado norte de Canoas: El Mezquital o Potrero Nuevo.
Agapito Arreguín
Parte sur: Barranquita de las Ánimas, hasta el Camino Real que va de
Guadalupe a Tamayo, La Salitrera y Llano Quemado.
Parte poniente: Los Huertos, Tabla Grande, El Parejo y Peñitas hasta la puerta de
Carmona.
José (Joselito)
Rodríguez
Parte de El Picacho y El Potrero.
Cayetano Rodríguez
Juan Rodríguez
Pantaleón Ramírez
Rafael Martínez
Dolores Ramírez
Juan José Montoya
Juan Nepomuceno
Serrano
Cristóbal Pérez
Jesús Carreño
Simón Arreguín
Rafael Serrano
José María Pérez León
Francisco Pérez
46
Dos partes de El Picacho: una parte de El Huerto y Barranquita junto a El
Chorro, las Tierras Coloradas o Paredes, las Tierras Negras, Pechera, Puerta de
Carmona, Charco Largo al lado de La Tortuga.
Parte de El Picacho junto a la Barranca del Beato, el huerto de la fábrica, parte
de Tierras Negras, Bosque de San Lorenzo, Charco Largo.
La parte baja de El Picacho (en cuyo terreno existía una pirámide antigua de
piedra), la cuarta parte de la Loma de San Lorenzo.
Parte baja de El Picacho (Carreta) y un huerto cerca de El Sabino.
Huertos que dividían el pueblo, La Panza o Pinzan, la Joyita junto al Ojo de
Agüita y terrenos entre el Arroyo Grande, el de Zanjillas y el terreno donde
estuvo el árbol de la Santa Cruz.
Huertos que están junto al pueblo, La Panza junto a El Cerrito, Tierras Negras, la
Loma de la Tortuga, El Sombrerete, Los Corrales parte sur y norte.
Peñas del sur, otro lado que linda con El Chorro, la Panza donde se unen los
arroyos de las Ánimas y Charco Largo.
Loma del Sombrerito, El Sitio, Cérnico, Caballitos, Echadero, Tinaja de Tío Reyes
y Salbiarito.
Parte de Llano Quemado, Los Corales junto a La Nopalera camino de Tamayo.
Parte del cerro entre El Sombrerito y La Nopalera, huerto junto al pueblo con un
manantial.
Mogote Prieto, parte de Las Lajitas, parte de La Nopalera, parte del Salbiarito
junto al Arroyo Grande.
Parte de El Potrero Nuevo y un huerto junto al pueblo con un manantial.
Parte de Tierras Negras, Ojo de Agüita y un huerto cerca de El Sabino.
Fray José Rodríguez Andrade. Datos históricos… Op. cit., pp. 10-16.
Refugio Rodríguez
Vicente Montoya
Tomas Montoya
Refugio Carreño
Eligio Rodríguez
Esteban Montoya
Tablita junto al camino de Tamayo.
Parte de Tierras Negras junto a Lajitas, un huerto cerca del pueblo, tercera parte
de Loma de San Lorenzo.
Nopalera desde El Garambullo hasta La Pechera y segunda parte de la Loma de
San Lorenzo.
Cerro de la Peña entre la Barranca Grande y el Llano, los Corrales junto al
Camino Real de Tamayo a Guadalupe.
Cuevas de los Arboles y La Colorada, junto a Las Lajitas, Paredes junto al
Arroyo del Charco Largo.
La primera parte de la Loma de San Lorenzo, un huerto en La Higuerita, huerto
junto a La Tinaja del Tío Reyes, otro en La Tortuga.
José Maldonado
Quinta parte de la Loma de San Lorenzo.
Rafael Rodríguez
Sexta parte de la Loma de San Lorenzo.
Guadalupe Melesio
Terrenos de El Pitayo hasta La Presita y junto a Las Paredes.
Joaquín Melesio
Cueva de Margarita junto a Charco Largo.
Miguel Pérez
Parte de la Loma del Sombrerito y Peñas del Chorro, el Potrero de la Huerta,
parte de El Potrero Nuevo, Huerto de los Zapotes junto al pueblo.
Gil Pérez
El Capulín, del Arroyo Grande al camino de San Lorenzo.
José Gómez
Ladera hasta Las Peñas, lado sur (vivían en una cueva).
Pablo Rodríguez
Parte de la Barranca Grande o de Juanillo.
Guadalupe y Juan
Pérez
Parte de la Barranca Grande.
Canoense sembrando maíz en el predio Tierra Negra
Marzo 2009
Si observamos con atención veremos que muchos de los apellidos de los
primeros pobladores no figuran entre los primeros propietarios y que no hay una
sola propietaria mujer. Es decir que las mujeres quedaron fuera y no todos los
hombres pudieron participar. Sin embargo, quienes no pudieron comprar terrenos
siguieron habitando el lugar ya que los nuevos propietarios los dejaron vivir ahí.
Por otra parte, en los fraccionamientos beneficiados con manantiales, los nuevos
dueños permitieron que los canoenses hicieran uso de éstos e introdujeron el
sistema de medieros con lo que muchos vecinos pudieron trabajar las tierras a
medias y obtener pasto gratuito para sus animales.
Alrededor de 1870 se estableció, a la orilla del Camino Real, un conjunto de
comerciantes de Tamayo y de Canoas que vendía comida y administraba mesones
para hospedar a los viajeros hambrientos que transitaban por ese camino. El lugar,
que se empezó a llamar Rancho de la Venta, mostraba a los canoenses dedicados a
otro rubro diferente del de la explotación agrícola: el rubro del comercio.
Para 1873, el pueblo construyó la Santa Cruz, objeto de veneración religiosa y
que se utilizaba para invocar las lluvias. Para entonces, a tres años del inicio del
porfiriato, Congregación de Canoas ya tenía 20 años de fundada. Como dijimos,
algunos de sus habitantes ya habían comprado tierras al hacendado de Rincón de
Tamayo y eran propietarios. Pero no todo era alegría porque en el contexto de
violencia que caracterizaba al país, llegaron al pueblo grupos de bandidos que
quisieron someter a los canoenses, pero éstos los enfrentaron. Desde esa fecha, un
cierto número de hombres decidió realizar rondas para cuidar el pueblo por las
noches.47 Esto nos habla de la situación de inseguridad que vivía el campo bajiense
a mediados del siglo XIX pero también de la capacidad de organización y de
autodefensa de las pequeñas comunidades rurales.
En medio de inviernos gélidos (febrero de 1881) con nevadas muy fuertes
(“los techos de las casas y los campos se veían muy bonitos”) que durante ocho
días cubrieron los cerros inmediatos, apareció en el cielo (septiembre de 1882) un
cometa de cauda muy grande y luminosa a quien los “antepasados citaban como
punto de referencia en sus fechas y recuerdos.” Paralelamente, la población
presenció el proceso de industrialización que introdujo el porfiriato: en 1887 don
Refugio Rodríguez compró en Salamanca al señor Trinidad Figueroa la primera
máquina de coser de marca americana y en 1892, el mismo señor Rodríguez llevó
al pueblo el primer molino de nixtamal que se movía con la mano. Después, los
vecinos fueron comprando los suyos y es así como luego hubo muchos molinos así
como máquinas de escribir y de coser de diferentes marcas y precios.
La característica religiosidad que acompaña las vidas cotidianas de los
canoenses, se demostró en 1895 cuando en el Tepeyac fue coronada y proclamada
reina de México, la Virgen de Guadalupe. La gente de la comunidad celebró el
evento barriendo las calles, adornando las casas, quemando cohetes. Muchos se
trasladaron a Rincón de Tamayo, Celaya y México para participar de las grandes
celebraciones que se realizaron en esos lugares.
Al terminar el convulsionado siglo XIX, los diferentes intereses habían
provocado la generación de proyectos de nación incompatibles entre sí por lo que
47
Idem, p. 42.
finalmente habría un permanente enfrentamiento armado entre los diferentes
grupos. En este contexto y como hemos reseñado muy sucintamente, el país y sus
poblaciones se vieron envueltos en las constantes luchas de los diferentes grupos
que aspiraban a tomar el poder. Para fines del siglo, tras la época porfirista,
México presenciaría una nueva guerra civil cuyos triunfadores intentarían cambiar
ciertos rumbos económicos, políticos y sociales.
Unos años antes del estallido de la Revolución Mexicana, exactamente en
1890, a casi cuarenta años de su fundación, el Rancho de Canoas estaba
conformado de la siguiente manera, según los datos proporcionados en la
multicitada monografía de fray José Rodríguez.
Señor Jesús Melesio y su esposa Zenaida Pérez.
Habitantes de Canoas en 1890.
La fecha de la foto se desconoce,
se sabe que fue tomada en el interior de su casa
Nombre de los habitantes de
Canoas en el año de 1890
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
18.
19.
20.
21.
22.
23.
24.
25.
26.
27.
28.
29.
30.
31.
32.
33.
34.
35.
36.
37.
38.
39.
40.
41.
Rafael Martínez
Antonio Gómez
Dolores Gómez
Juan Martínez
José Martínez Chemalio
J. Guadalupe Rdz.
Francisco Montoya
Filomeno Carreño
Juan José Montoya
Francisco Martínez
Simón Arreguín
Francisco Chávez
Pafnuncio Ramírez
Dolores Ramírez
Benito Pérez
Benito Galván
Antonio Guerrero
Inés León
Pablo Carreño
Agapito Carreño
Vicente Melesio
Guadalupe Melesio
Joaquín Melesio
Francisco Pérez
José Gómez
Jesús Carreño
Julio Carreño
Refugio Carreño
Agapito Arreguín
Antonio Rodríguez
Francisco Alba
Guadalupe Melesio
Juan Núñez
Miguel Núñez
Jesús Melesio
José Aguado
Marcial Arreguín
Rito Melesio
Anastasio Ramírez
Jesús Aguado
José Rodríguez
42.
43.
44.
45.
46.
47.
48.
49.
50.
51.
52.
53.
54.
55.
56.
57.
58.
59.
60.
61.
62.
63.
64.
65.
66.
67.
68.
69.
70.
71.
72.
73.
74.
75.
76.
77.
78.
79.
80.
81.
82.
83.
84.
85.
Pedro Rodríguez
Eugenio Rico
Bernandino Rodríguez
Fernando Rodríguez
Octaviano Rodríguez
Florencio Enríquez
Antonio Galván
Cayetano Rodríguez
Refugio Rodríguez
Juan Rodríguez
Rito Rodríguez
José Rodríguez
Salome Rodríguez
Julián Montoya
Ramón Montoya
Vicente Trejo
Román Ramírez
Dolores Pérez
Justo Centeno
José María Chávez
Francisco Pérez Árbol
José Jiménez
Dolores Carreño
Francisco Arreguín
Filomeno Aguado
Rito Pérez
José María Pérez
Miguel Pérez
Silverio Gómez
Gil Pérez
Rafael Serrano
Luciano Serrano
Juan Nepomuceno Serrano
Dolores Maldonado
Eligio Rodríguez
José María Rodríguez
Pablo Rodríguez
Bernardo Jiménez
Guadalupe Pérez
Petronilo Pérez
Felipe Pérez
Juan Pérez Gregorio y Aguado
Francisco Jiménez
Lucas Jiménez
86. Maximiliano
Rodríguez
87. Prisciliano Serrano
88. Pantaleón Ramírez
89. Brijido Ramírez
90. Atilano Ramírez
91. José María Ramírez
92. José María Rodríguez
93. Juan clemente
Rodríguez
94. Rafael Rodríguez
95. Fernando Rodríguez
96. José Maldonado
97. Othon Pérez
98. José María León
Pérez
99. Víctor León Pérez
100. Antonio León Pérez
101. Benigno Pérez
102. Francisco Serrano
103. Martin Serrano
104. Justo Serrano
105. Cristóbal Pérez
106. Anselmo Lara
107. Juan Lara
108. Francisco Carreño
109. Albino Carreño
110. Serapio Lara
111. Francisco Arreguín
También unos años antes, en 1905, en Canoas hubo dos sucesos significativos para
la población: el gobierno civil de Celaya otorgó al pueblo el nombre oficial de
Congregación de Canoas y se colocó la primera piedra de la iglesia local.
Fue precisamente en 1910, cuando Madero lanzó el Plan de San Luis Potosí,
cuando un maestro michoacano introdujo en el pueblo la celebración anual de La
Pastorela que se ha convertido en la tradición más antigua de la comunidad. Por
entonces, la intranquilidad subsistía y el rancho se vio revolucionado por los
acontecimientos nacionales: en 1916 llegaron a Canoas soldados del gobierno, en
ese momento, soldados
carrancistas.
Es muy probable que la idea de los
habitantes de que la tropa llegaba a robar, fuera cierta. Los canoenses estaban
preparados para defenderse pero los soldados, al ver el mal estado del pueblo, se
entendieron con la gente y se retiraron pacíficamente. A partir de entonces, en el
pueblo se restablecieron las guardias armadas para resguardarlo. Pero esto no
evitó que la inseguridad del país golpeara a los canoenses: en 1920 los habitantes
del Rancho de la Venta fueron asesinados por ladrones y por revolucionarios que
saquearon sus casas. Los pocos sobrevivientes tuvieron que recogerse en Tamayo o
en otros lugares. En la actualidad sólo quedan algunas ruinas de lo que fue ese
próspero rancho.
Ese fue el año en que también sería asesinado Carranza. En el país, se
organizaron unas elecciones en las que salió triunfante Álvaro Obregón quien sería
presidente de México entre 1920 y 1924. Entre 1924 y 1928 le siguió Plutarco Elías
Calles en cuyo gobierno, se desató la guerra cristera (1926-1929). Mientras, en
Canoas, en el año 1921, los señores Florentino, Plácido y Carmen Montoya, Pedro
Melesio, Encarnación Carreño, Mateo Mendoza, Juan Lara, Vicente Montoya y
Jesús Melesio hicieron una nueva petición al gobierno de Celaya, presidido por
Juan Sepúlveda, para que se concediera a Canoas el título de pueblo o delegación.
La petición fue atendida en el mismo momento en que llegaba al pueblo el primer
molino de nixtamal movido con gasolina. Lo trajo el señor Juan Lara. Después
instaló otro el señor Encarnación Carreño.
Ambos se alternaban para dar el
servicio: una semana de trabajo y otra de descanso.
Cuando estalló la guerra cristera (1926-1929), en Canoas, un pueblo
tradicionalista y profundamente religioso, también se dieron enfrentamientos entre
sinarquistas y agraristas y algunos canoenses participaron activamente tanto en
uno como en otro grupo. Por el lado de los hacendados los cabecillas fueron
Carmen, Florentino y Juan Montoya y por el de los agraristas José Chema y
Antonio Martínez. En los combates entre ambos grupos también participó gente
de los pueblos aledaños. La historia oral recupera que en el seno de esa lucha
social, operaba en Canoas el grupo denominado “Los rebeldes” conformado por
bandoleros que vivían en los cerros y que sólo bajaban para robar y matar. De este
grupo se recuerda a Jesús Sáenz Noria del Rancho de los Huesos -de quien dicen
que fue colgado de los pies para poder columpiarlo y darle puñaladas-, a Antonio
Vargas del Rancho San José Agua Azul -muerto en Huapango-, a José Pérez de
Tamayo, ahorcado ahí mismo. También recuerdan que para protegerse y combatir
a estos “rebeldes”, en Canoas se hacían grupos de defensa.
Jesús Sáenz Noria también aparece en el relato de don Fidel, otro informante
clave, pero no como rebelde o bandolero sino como cristero. Por ello aventuramos
la hipótesis, debido a la escasez de datos, de que quizá los rebeldes eran en
realidad o sinarquistas o agraristas. Unido a esto se suman las razones que da
López Amezcua48 en su investigación: en las zonas rodeadas de cerros como
Salamanca (o como Canoas, decimos nosotros) cada cerro significaba un valioso
refugio. Sobre todo teniendo en cuenta que El Bajío es una zona plana con pocas
cumbres, sin muchos lugares para refugiarse. Tal fue el caso particular del Cerro
de los Agustinos, cercano a Salvatierra, lugar donde los cristeros se ocultaban y
organizaban.
El otro testimonio sobre el impacto de la cristiada al que nos referíamos es el
de don Fidel Guerrero Escogido,49 vecino de Rincón de Tamayo, quien dice haber
sido miembro del Partido Sinarquista y militante activo de la lucha a favor de los
intereses del clero. Este hombre recordaba que él había estado a punto de perder la
vida por formar parte de los cristeros. De su testimonio, que aparece en el sitio
citado, transcribimos lo siguiente.
“Tengo muchos recuerdos, pero hay dos pasajes que recuerdo porque estuve a punto de
morir”, señaló con los ojos llorosos y el rostro
enrojecido.
En ese tiempo don Fidel fungía como mensajero: recibía y entregaba informes.
“Me mandaron a la Hacienda de Santa Anita a buscar a los del cerro, como no había
numeraciones pregunté razón de ellos a dos muchachos cristeros”
platicó.
“¿Dónde están los del cerro?, les pregunté y la respuesta fue: usted va a caer aquí “,
continuó.
La insinuación era clara, él iba a morir en ese lugar, pero su vida siguió corriendo porque
en ese momento don Refugio Martínez -buen conocido de don Fidel-, le gritó: “Don Fidel
pase”.
48
Luz Paola López Amezcua. Voces desde el pasado: la guerra cristera en el estado de Guanajuato 19261929, el caso del municipio de Salvatierra. http://wmu.coaprendo.cl/elgg/metinvesti09/
files/2347/4809/ejemplo2.pdf.( consultado 10 de diciembre 2010).
http://rincondtamayo.blogspot.com/2009/08/
personajes-representativos-de-rincon-de.html-(Consultadoel 12 de noviembre de 2010).
49
El cargamento era una caja de madera llena de armas para los cristeros y la cargó en su
burro para llevarla de Santa Anita a Tamayo.
“En ese día había llovido ‘reteharto’ y el río iba crecido y crucé por el puente del tren con
mi burro”, continuó.
Llegó a su casa en donde lo esperaban Jesús Sáenz y
Refugio
Rico.
Al llegar escarbaron para enterrar el parque. En aquel entonces no se utilizaba mosaico y
en su lugar eran unos ladrillos sentados sobre
arena.
En cuanto terminaron de tapar, pasaron unos soldados que ocuparon el curato y sacaron a
los que estaban dentro amarrados, como si fueran delincuentes
El parque después sería utilizado para la guerra y los tiroteos en el cerro.
En otra ocasión Don Fidel bajaba del cerro con Juan Mendoza, cargaba en su guangoche
(un costal que se utilizaba a principios del siglo para cargar objetos) algunas cartas y un
manto de la Virgen de Guadalupe, que en ese entonces era mortal cargar consigo.
Don Fidel acompañaba a Juan porque éste se iba a entregar a la Liga de Católicos porque
había matado a un hombre.
Al cruzar por el puente del tren encontraron a Aristeo González quien era agrarista.
Era bien sabido por ambos que Aristeo quería deshacerse de ellos por ser cristeros.
Cuando le vieron, don Fidel exclamó a su compañero “aquí vamos a acabar” mientras el
tono de piel de ambos se ponía amarillo del susto.
Aristeo González les vio y siguió su camino sin hacerles ningún daño.
Si don Aristeo, que venía acompañado de algunos soldados, hubiera revisado aquel
guangoche encontraría las cartas y el manto de la Virgen de Guadalupe, suficientes
pruebas para fusilarlos.
De soltero, don Fidel cargaba consigo una pistola 38 que siempre le acompañaba.
“Aristeo murió y sus hijos también, y mire yo aquí ando por providencia de Dios”, platicó
con una sonrisa de oreja a oreja por la felicidad de estar vivo aún.
Para 1933 don Fidel contrajo matrimonio con la señora Leovigilda Pérez Lara y de su
unión resultaron 9 hijos.
Como miembro del Partido Sinarquista don Fidel vivió momentos que serían históricos
para Celaya.
El Partido Sinarquista fue un movimiento Político-Social-Católico que llegó a tener
trascendencia nacional a finales de los 30’s y la década de los 40’s.
“Teníamos muchos triunfos antes, como nació en Gto., pero no aparecen en la historia”,
dijo don Fidel.
En una reunión que hubo en Juan Martín los agraristas balacearon a los sinarquistas
resultando 6 muertos.
Don Fidel solo recuerda el nombre de Gonzalo Aguilar, pero la señora Luz Núñez viuda
de Aguilar (que aún vive) recordó el nombre de las otras 5 personas que se escriben en su
memoria: Eufemio Cano, J. Trinidad Camacho, J. Guadalupe Durán, Régulo Chiquito y
Juan Jamaica.
“Yo en ese tiempo era vocal de los sinarquistas de Tamayo y me mandaron a avisar a
Celaya lo ocurrido en Juan Martín”, platicó Don Fidel.
“Por unas veredas nos fuimos varias personas y llegamos al Hospital de Celaya (que se
encontraba en la actual primaria Benito Juárez)”.
Durante la marcha para enterrar a los fallecidos Don Fidel estuvo al frente del grupo de
Apaseo el Grande y después se unió al grupo que venía de Tamayo.
Al frente de este grupo se llevaba una bandera bordada por la señora Isidra Mancera;
dicha bandera aún existe y la conserva Don Fidel como una parte de su propia vida.
“En la esquina de Benito Juárez por donde había una tienda que le decían Las Dos
Naciones había un cerco y no nos dejaron pasar por Benito Juárez” siguió con su charla.
Sobre la calle Galeana, a la altura de una tienda llamada La indita sucedió otra masacre.
“Francisco Ruiz Alfaro, entonces jefe de la hacienda traía una metralladora y zumbaban
los balazos. La gente corría para atrás. Todo fue un desastre,” platicó con tartamudeos
provocados por la emoción.
“Ya sólo nos tocaba esperar el balazo, pero éste no se dio”, añadió Don Fidel.
Terminada a guerra cristera y durante el gobierno de Cárdenas (1934-1940),
algunos habitantes de Canoas salieron de su comunidad para recibir sus tierras,
por la reforma agraria, en la comunidad de La Lagunilla. Fue en ese periodo (1938)
cuando entró en Canoas el primer camión de pasajeros, de propiedad del señor
Vicente Lara, que corría de Canoas a Celaya todos los días y que lo sigue haciendo
hasta la fecha. En el mismo año, se construyó la plaza de toros del pueblo a un
costo de $300 que se financió entre todos los vecinos.
No pasó mucho tiempo (1945) para que el fraile canoense José Rodríguez
Andrade diera término a su obra Datos históricos del pueblo de Canoas.
Fotografía tomada a las afueras del mercado Morelos de Celaya en el año 1945.
El que aparece marcado con una X es Fray José Rodríguez Andrade.
Se presume que la foto fue tomada con motivo de la impresión del libro.
Para 1947, se da otro esfuerzo de comunicación del pueblo con sus vecinos:
se abrió la carretera que lleva al rancho de Guapango hecho celebrado por el señor
José Mendoza Martínez quien compuso un corrido con motivo del suceso (Anexo
1).
Señor José Mendoza cantando los dos corridos compuestos por él a las afueras de lo que antes era la
fábrica
10 de septiembre de 2010
Aproximadamente en 1961, ese camión se volteó en una curva del camino.
En la ocasión el mismo señor José Mendoza Martínez
haciendo referencia al hecho ocurrido (Anexo 2).
compuso otro corrido
Curva en la que se volteara el camión en el trayecto Canoas-Guapango
11 de septiembre de 2011
Para 1968
los gobiernos emanados de la revolución no habían podido
modificar a fondo los problemas estructurales del país y los mexicanos volvieron a
contemplar nuevos actos de insatisfacción social. Canoas no se revolucionó con los
sucesos del 68 y el pueblo se mantuvo ajeno a dicho acontecimiento y a los
nacionales que le siguieron.
Centrados fundamentalmente en la resolución de sus problemáticas locales,
en la década de los 90 los canoenses construyeron su panteón en 1996 (la decisión
se toma porque el de Tamayo donde siempre se había sepultado a la población, ya
resultaba insuficiente para el rancho) y lograron que se asfaltara la carretera de
acceso al rancho (1999). También siguieron con la construcción de otras obras de
cartácter religioso como El Cerrito (2005) que, ubicado a un lado del templo dentro
del atrio, representa el ayate de Juan Diego e incluye un monumento en honor a la
virgen de Guadalupe.
Entrado el tercer milenio, aparecieron en el pueblo nuevas ideas económicas
como la del señor Gaxiola quien, después del año 2000 y como dueño del
fraccionamiento Los Pocitos que alguna vez sirviera como criador de avestruces,
construyó un centro recreativo y turístico con renta de cabañas para el público. Su
iniciativa sería seguida en el año 2010, por un empresario dueño de un balneario
que, cerca de Canoas, construye el fraccionamiento El Chupadero.
Panteón de Congregación de Canoas
11de septiembre de 2011
Los Pocitos: imagen de una de las cabañas de renta del lugar
11 de septiembre de 2011
También aparecieron los síntomas del impacto social que ha traído aparejada
la migración a los Estados Unidos.
La comunidad recuerda tres hechos
destacados:
1.
en el año 2004 un joven migrante del pueblo, Rogelio Mendoza, obtiene el
segundo lugar como cantante en el concurso de televisión “Sábado
Gigante”50;
2. en el año 2005, el pueblo presencia un suceso nunca antes visto cuando el
joven de 15 años Gustavo Mandujano se quita la vida, según se comenta,
porque el muchacho, que vivía con sus abuelitos, no aguantó el hecho de
que sus padres hubieran emigrado a los Estados Unidos; 51
3. en el año 2007, se levanta en la ciudad de Joliet, Illinois, Estados Unidos, la
estatua del señor Nabor
Rodríguez52 migrante canoense que desarrolló
en EEUU una gran labor en beneficio de los hispanos.
Con ese motivo la televisora le hace un pequeño reportaje sobre su lugar de origen. El programa
fue transmitido en Estados Unidos y fue un motivo de orgullo para Canoas.
51
A eso parece haberse sumado la presión social que el joven recibió por parte de un grupo de
personas externas y de la misma comunidad, lo orillaron a cometer esta acción por su prepotencia.
52 Nabor Rodríguez fue un veterano de guerra residente en Joliet, Illinois, desde 1919. Fue un líder
comunitario dinámico y un dedicado hombre de familia. El 12 de junio de 1905 y, a la edad de 14
años, viajó a los EE.UU. Trabajó 42 años para la industria del acero en Joliet y sirvió en la 501
Artillería de Costa y como veterano del Ejército de EE.UU. Nabor Rodríguez fue el fundador de la
Celebración de la Independencia de México que en 1948 se convirtió en un acontecimiento de
carácter oficial en la ciudad de Joliet. También fundó la iglesia católica de Nuestra Señora del
Carmen donde en 1939 se celebró la primera misa.
50
El espacio
¿Cómo es Canoas hoy? Congregación de Canoas es un pequeño pueblo rural de 184
habitantes que, se localiza a unos cuarenta minutos de la ciudad de Celaya, Gto.,
en uno de los tantos cerros que rodean a la ciudad. Para los que conocen la región
se podría decir que se localiza “arriba” del poblado de Rincón de Tamayo, a cinco
kilómetros de esta localidad. Tiene como vecinos a Rancho de Guadalupe, Los
Huesos, Huapango, Santa Rosa.
Según sus pobladores, desde sus inicios se ha distinguido de los otros
pueblos vecinos porque sus casas de teja, adobes y puertas de palos, fueron
construidas en pleno cerro. En esos cerros hay una gran variedad de nopaleras y
por consiguiente de tunas: la hartona, la zotoleña, la puerquera, la jocotuna y el
xoconostle entre otras. También se dan los garambullos y los mezquites con sus
vainas dulces. Hay también gran variedad de magueyes de los cuales se extrae el
aguamiel que se procesa para obtener pulque.
Hoy en día, las construcciones del pueblo han cambiado mucho y de
aquellas casas tradicionales ya sólo quedan pocas. Las actuales son, en su mayoría,
de tabique y cemento con una estructura y estilo que intenta parecerse al estilo
arquitectónico estadounidense, en especial en las casas que se ubican en las calles
principales de la comunidad como lo es la que da al templo.
Construcciones actuales del pueblo enero 2010
Calle que va al templo
Conocida anteriormente como Camino Nuevo
15 junio 2010
Imagen de una de las casas más
antiguas del lugar. 15 junio del 2010
Hoy, las calles del pueblo son todavía más bien caminos muy estrechos pues
se trazaron sólo para que se pasara a caballo o en carretas jaladas por mulas o
burros. O sea que todavía hay caminos que resultan inaccesibles para los
automóviles.
Camino de los más antiguos. Sin modificaciones.
17 junio 2010
El Sabino
Canoas se dividía en dos: una parte llamada El Sabino y la otra Canoas. Estos
lugares poco a poco se fueron uniendo hasta hacerse uno solo que prevaleció con el
nombre de Canoas.
El sabino en tiempos de lluvias
17 junio 2010.
El lugar llamado El Sabino es el sitio donde todavía se levanta un histórico y
hermoso árbol que, según la población, es uno de los primeros en la República.
Al pie del sabino brota un manantial que produce agua en abundancia. Las
autoridades y vecinos del lugar lo rodearon con una barda, para seguridad. Para
asegurar la limpieza del preciado líquido le pusieron tres llaves proveedoras: una
al oriente para surtir dos pilas donde les daban de beber a los animales, otra al
norte para el uso del pueblo y otra al poniente para surtir una pila de cemento que
abastece a ocho lavaderos donde las señoras lavaban su ropa y tomaban su baño,
todo eso bajo la abundante sombra del árbol.
El tronco de este sabino es de 13 metros de diámetro por 40 metros de alto. Su follaje proyecta una
sombra de 54 metros de circunferencia
El Chorro
El Chorro es el nombre actual del sitio antiguamente conocido como La Fábrica,
lugar donde en 1859 se construyera una casa. Dentro de El Chorro se levantaba la
fábrica de alcohol y de jabón que fundara Trinidad Rivera, dueño de la hacienda
de Rincón de Tamayo, según ya señaláramos.
El Chorro
En el lugar se encuentra el más grande manantial de un agua más bien turbia,
muy fría y pesada, según dicen los expertos. Las aguas de este manantial, era
transportada por las mujeres en “chondos” o tinajas. Con el tiempo, los hombres
idearon otra forma tradicional de transportarla: amarraron dos botes, uno de cada
extremo de un palo que luego se cargaban sobre los hombros, al igual que las
tinajas. Esto requería de gran fuerza y equilibrio. Al igual que en El Sabino, a El
Chorro también acudían los habitantes de Canoas y de los ranchos vecinos a lavar
y a bañarse.
Técnica tradicional de acarreo de agua,
ya muy poco utilizada, para transportarla
desde El Chorro o El Sabino
José Melesio, dueño de El Chorro lo cierra aproximadamente en 1900. Más
tarde su hija Trini y su esposo José Montoya, permiten el acceso al pueblo a
cambio de una cuota de 3 centavos. Pero los habitantes del lugar, José Martínez,
José María Arreguín y Antonio Martínez asentados en La Lagunilla piden al
delegado David Melesio que se otorgue El Chorro al pueblo.
No se soluciona nada y solicitan a la hija Trini que cumpla
lo que el
hacendado Antonio Septién pidiera desde un principio: que el agua de El Chorro
fuera siempre para el pueblo. Trini Melesio accede y en 1934 El Chorro vuelve a
ser nuevamente patrimonio de los canoenses. Actualmente la mayoría de las casas
cuenta con agua potable y la lucha por El Chorro ya no existe pero a la gente le
sigue gustando ir por agua ya sea a El Chorro o a El Sabino.
El Chorro sigue siendo uno de los lugares más visitados pues hay quienes
aseguran que su agua es medicinal y curativa y porque está rodeado de una huerta
donde hay gran variedad de árboles frutales lo que genera, como en El Sabino, un
hermoso paisaje.
La Santa Cruz
Hay un lugar del rancho llamado La Joyita.
Seguramente el nombre hace
referencia a las características de los terrenos de labor que hay allí. Éstos son muy
planos y en épocas de lluvia se inundan con las crecientes del arroyo vecino. La
lama los abona y los hace muy fértiles. Es en este lugar donde creció un mezquite
muy alto y grande del cual hicieron, el 20 de enero de 1873, la Santa Cruz. La
Santa Cruz se localizó en las peñas de enfrente del rancho y todos los días la gente
del pueblo iba a visitarla.
En los años en que el pueblo quería que lloviera sacaban en procesión la
Santa Cruz y “luego la lluvia se hacía presente. Ella es el amparo y protección del
pueblo, en todas las necesidades se recurre a ella y luego se experimenta su
auxilio.”
La Iglesia u oratorio
El catolicismo popular contiene un profundo sentido sacro y un misticismo que
genera una espiritualidad adaptada a las necesidades. Por eso, donde la devoción
popular considera que existió una manifestación de la divinidad al hombre
(teofanía) procede a la consagración del sitio mediante el levantamiento de un
templo o de un monumento conmemorativo. Los devotos concurren a esa gran
variedad de lugares santos, movidos por su fe y por motivaciones peticionales.53
En un pueblo tan católico y tan devoto de la Virgen de Guadalupe y de la
Santa Cruz, no podía faltar la iglesia del lugar. Esta se llama Templo de la Virgen
de Guadalupe y fue construida por iniciativa de los señores Amador Galván,
Florentino y Vicente Montoya, Octaviano y Encarnación Carreño, José Melesio y
José María Rodríguez.
La iglesia se encuentra ubicada en un terreno situado al centro del rancho y
que fue donado por la señora Javiera Serrano, esposa de Pafnuncio Ramírez, hijo
de quienes, por años, fueron los encargados de organizar la fiesta celebrada en
honor de la Santa Cruz. La obra se comenzó el 12 de octubre de 1905 colocando la
primera piedra Jesús Ramírez, párroco de Tamayo, y Odorico Peñaflor, Guardián
del Convento de San Francisco de Celaya. El edificio se terminó el 24 de mayo de
1906; su bendición y la primera misa oficiada por el cura de Rincón de Tamayo fue
el 3 de junio del mismo año.
José Velasco Toro. Catolicismo popular en México: líneas temáticas para el estudio de los ámbitos de
influencia ritual y devocional. Instituto de Investigaciones Histório-Sociales, Universidad
Veracruzana, Veracruz, p.125
53
Imagen de la entrada de la iglesia,
tomada desde afuera del atrio.
17 junio 2010
Para su construcción cooperó con material y mano de obra la gente de ese
entonces. Los pobladores también cooperaron con la aportación de las imágenes,
el cáliz y los manteles que todavía existen en la iglesia.
Muchos donativos
provinieron de los vecinos de otros ranchos que se hacían presentes para las
celebraciones que hasta la fecha se realizan, año tras año.
El oratorio tiene 12 metros de largo por 6 de ancho, sus paredes son de cal,
sus techos de vigas de madera y ladrillo, de estilo moderno. Tiene un atrio de 8
por 6 metros. Contaba con un cuarto para la sacristía y otro para el padre que
celebraba la misa. En tiempo reciente desapareció este último y se amplió un poco
más la iglesia.
El Cerrito
Construcción ubicada en el atrio del templo donde se guarda la imagen de la
virgen de Guadalupe. Se comenzó en el año del 2002 y se terminó en el 2004. Para
poder llevar a cabo la obra se utilizaron los fondos existentes en la mesa directiva
de la iglesia, junto con lo recaudado por la realización de quermeses y cooperación
del pueblo que aportó. Los aportes de la gente fueron tanto en dinero como en
mano de obra. La obra se inició siendo presidente de la mesa directiva de la
Iglesia de Canoas, Jaime Ramírez Rivera y sacristán, la señora Gloria y se terminó
siendo presidente el señor Belio. La señorita Rosalina Álvarez Arreguín y los
integrantes del coro fueron parte de los organizadores.
El Cerrito
17 junio del 2010
Arroyos
Hemos visto que la comunidad es rica en manantiales y arroyos. El principal
arroyo es el del Charco Largo que se encuentra en el Cerro del Chotoral y que pasa
por el Alazán, donde hay un manantial abundante que baja de las Peñas Altas. Del
lado poniente baja otro arroyo que nace en el Acebuche y se junta con el primero
en el mismo lugar.
Al lado oriente nace otro arroyo en el lugar llamado El Pajarito. El agua toma
el lado sur de Loma Larga, pasa por Las Casitas y se une con los otros dos.
En El Llano Quemado nace el arroyo de La Barranquita que pasa por El
Sombrerito. Más adelante se le junta otro arroyo que nace enfrente de la mina y
unidos llegan La Barranquita del Chorro. Pero antes de entrar a este lugar hay un
manantial que nace en peñas muy altas cubiertas de yerbas en donde abundan las
flores silvestres. El manantial tiene tres saltos, de unos cinco metros, y en cada
salto queda un depósito de agua muy fría porque como es angosto casi no recibe el
calor de los rayos solares. Entre los primeros saltos hay un árbol de chirimoya,
fruta muy sabrosa y apreciada por los lugareños.
Al salir de La Barranquita el arroyo pasa por El Huerto, luego entra en los
terrenos de La Fábrica o El Chorro y sigue por el Zausal donde hay tres
manantiales. Saliendo de aquí se une al de El Chorro Largo en El Pitayo, sigue por
La Tinaja y divide los terrenos de El Echadero, de El Cajón, de El Pizal y de El
Capulín y al terminar La Panza se une al de las Ánimas.
Más adelante a unos doscientos metros se une a otro arroyo que nace en la
loma de San Lorenzo y corriendo por las Tierras Coloradas llega a la Cueva de
Margarita, uniéndosele otro arroyo llamado el Conejo, que nace en el lugar, junto
al lindero de San Lorenzo, pasa por los últimos terrenos del pueblo y al norte de
La Presita, va hasta el pueblo de Tamayo y voltea al sur. Luego, en el poniente, da
vuelta por la Hacienda del Sauz para después entrar en la Hacienda de Santa
María donde alimenta a cinco presas para, a continuación, unirse al Río de la Laja.
Ésta es la pequeña historia del arroyo de El Charco Largo que recorre los terrenos
del pueblo de Canoas en el Estado de Guanajuato.
Manantiales
Zausal (sic), Pila del tío Justo, Pocitos, Bordo Viejo, Goteras, Pocitos del Venado,
Susana y el de la Torre.
Cuevas
El dinero, Los ladrones, Los murciélagos.
Los mitos
Los mitos son relatos o tradiciones que intentan explicar los aspectos no
cuantificables de la existencia, que tratan tanto de las vivencias humanas
habituales como de lo sobrenatural, del lugar del hombre en el universo, la
naturaleza de la sociedad, la relación entre el individuo y el universo que percibe y
el significado de los acontecimientos de la naturaleza. Esto también es objetivo de
la ciencia o de las religiones, pero desde el punto de vista de la mitología, el punto
de partida, que también podrían compartir los otros dos tipos de pensamiento, es
que el mundo que percibimos directamente no es el único mundo existente.
En contraste con la mayor parte de las religiones, la mayoría de los mitos no
pretenden ser una guía directa pues aunque contienen una moral implícita, su fin
principal no es imponerla. En común con las religiones los mitos también buscan
brindar explicaciones y causas tanto del cómo como del por qué del universo.
En nuestra sociedad, cada vez más ilustrada y más dominada por la ciencia,
nuestra conciencia mitológica aflora solamente en situaciones extremas: cuando la
estructura racional de la sociedad se desploma. Por otra parte, el pensamiento
lógico gradual que se requiere para la adquisición del conocimiento científico es
lento y laborioso y por eso es mucho más fácil alcanzar conclusiones mediante
comparaciones y analogías que
explican los misterios de la naturaleza
estableciendo paralelos entre cosas simples y conocidas y otras que son más
difíciles de comprender. Por ejemplo: “el fuego tiene algo en común con el sol, la
fuente de calor y energía; el oro es resplandeciente y por su color se parece al sol.
No se oxida en la intemperie y, por tanto, sugiere inmortalidad. Así, a partir de las
características físicas comunes, se establecen equivalencias simbólicas y una cosa
asume las cualidades de otra.”54
Pero los mitos no explican solamente por qué el hombre y el mundo en el que
vive son como él los percibe sino que al crear los mitos el hombre crea imágenes,
una de sus más especificas características y los narra como una necesidad vital
tanto para aplacar como para propiciar los poderes sobrehumanos y también para
estimular las mismas dotes creativas y espirituales que lo llevaron a inventarlos.
Pero si no hay una significación y una finalidad más allá de la satisfacción de las
necesidades físicas cotidianas, ni el hombre ni la cultura mitológica pueden
desarrollarse.
El borrego cargador
En el ínterin en que fueron llegando los primeros pobladores del pueblo, se suscitó
un hecho notable que culminó en un mito popular. Resulta que a uno de estos
primeros fundadores llamado Juan José que venía de Rancho de Guadalupe le
regalaron un becerrito.
Los muchachos
comenzaron a subirse a él y lo
sorprendente fue que el animal -por naturaleza estos animales son muy ariscos-, no
sólo se dejaba montar, sino que se dejaba colocar montura y obedecía la rienda
como si fuera caballo, caminando por donde querían sus caprichosos conductores.
Mito: función y significado. http://www.profesorenlinea.cl/castellano/Mito_
función_ Significado.htm (Consultado el 15 de agosto de 2011).
54
Cuando el becerro fue grande lo convirtieron en bestia de carga: lo cargaban con
leña o zacate como a los burros, las mulas, etc. El dueño del becerro siempre utilizó
este animal para transportar todo lo que quería sin tener necesidad de ocupar otros
animales. Así surgió uno de los primeros mitos del poblado: el del obediente
becerro de Canoas.
El borrego de piedra55
En el pueblo de Canoas, existen unas piedras llamadas El Borrego porque al
terminar las peñas aparece la figura perfecta de un borrego que, a simple vista,
parece tener lana natural. Cuenta la tradición oral que unos vecinos de Rincón de
Tamayo vinieron a pasar el día a la sombra del sabino del que hemos hablado.
Cuando se acercaron a las peñas vieron que al pie de éstas que estaba un borrego
grande y gordo que pasteaba en el lugar. Los vecinos intentaron cogerlo pero no
pudieron porque el animal se subía a las peñas; cada vez que los hombres lo tenían
a su alcance, el animal se alejaba saltando más arriba. Así, los fue llevando casi
hasta la punta de las peñas. Antes de llegar a la cúspide de las referidas peñas hay
una cueva. Al acercarse al lugar, los hombres “vieron” al animal saltar a la cumbre
de las peñas y convertirse en la piedra que, como se dijo, conserva la figura
perfecta de un borrego. Los hombres que presenciaron aquel hecho se espantaron y
asustados como estaban se refugiaron en una cueva donde los esperaba un nuevo
motivo de admiración.
La información que se incluye sobre Las Peñas del Borrego, se ha tomado de la tradición oral que
la ha difundido de boca en boca a través de generaciones.
55
El borrego de piedra.
17 junio del 2010
La imagen de Santa Rosa de Lima
Aquellos hombres asustados al entrar a la cueva se encontraron con una nueva
sorpresa: en una piedra estaba esculpida la imagen de Santa Rosa de Lima. El
hallazgo les hizo olvidar el incidente del borrego que se transformó en piedra.
Con gran devoción, bajaron la piedra donde estaba la imagen que ellos
juraron como un hecho milagroso y la trasladaron a Tamayo. Para conmemorar
este acontecimiento, cada año venían al lugar donde habían encontrado la imagen,
vecinos de Rincón de Tamayo que hacían una gran fiesta en honor a la imagen. Y
es que los lugares cargados de una significación numinosa, o sea donde se
manifiestan poderes religiosos o mágicos, tienen radios de influencia no sólo
locales sino regionales y hasta internacionales porque muchos devotos identifican
un origen común y participan de una identidad compartida en el conjunto de
relaciones sociales en las que interactúan las cultura íntimas.56
Cabe señalar que esta tradición y la fiesta desaparecieron. Hoy, muchos
habitantes del lugar ni siquiera están enterados de este evento.
El alicante emplumado
Otra historia parte de la mitología local es la del alicante emplumado. Unos
muchachos juran que en los caminos del rancho escucharon un ruido ensordecedor
y vieron una gran víbora que se encontraba con la cabeza levantada mirándolos
fijamente.
Fue tal su impresión que se quedaron paralizados observando la
serpiente, que era un alicante. A esa primera aparición le siguieron tantas más que
a la gente se le fue haciendo normal ver la majestuosidad de la víbora. Hay
quienes aseguran que con el pasar los años, el alicante siguió apareciendo pero ya
emplumado.
56
Mito: función y significado. Op.cit.
Tradiciones y fiestas populares
Tradición, del latín traditio, hace referencia al acto de entregar, es decir a lo que los
antepasados nos han entregado. Las tradiciones son una manera de hacer presente
lo que ocurrió o lo que se acostumbraba hacer en tiempos pasados. Se transmiten
de una generación a otra de forma oral o escrita.
Vida cotidiana
Los hombres se dedicaban a las labores del campo y el comercio. Todos tenían
vacas, cerdos y cabras, por lo cual la leche sólo escaseaba en épocas de secas, pero
se complementaba su falta con el consumo de quesos, requesón, sueros y
mantequilla producidos en la comunidad. Cada sábado mataban una red gorda.
El consumo de carne se completaba con chicharrones y longanizas. Las mujeres
cocinaban, tejían, bordaban, hilaban y elaboraban todo tipo de prendas.
Para proveerse de lo necesario, la gente hacía las compras fundamentales en
Celaya, pero para la provisión cotidiana había quienes se dedicaban a vender pan,
jabón, velas, azúcar, chocolate, géneros, etc. en sus propias casas dado que no
existían verdaderos comercios establecidos.
Todas las noches la población acostumbraba rezar el rosario y leer pasajes de
las Santas Escrituras. La ceremonia que recuerda fray Rodríguez, es la de don
Benito Pérez que vivía entre Canoas y Tamayo y cantaba, todas las noches a las
ocho en punto, el Ave María, Santo Dios y Virgen Pura. Toda la gente respondía
desde sus casas, luego rezaba el rosario guiado cada noche por un miembro de la
familia y después cenaba. Esta tradición ya se ha perdido.
Los domingos, la mayoría asistía a la misa que se ofrecía en Rincón de
Tamayo donde, como ése era día de plaza, aprovechaba para surtirse para la
semana.
En materia de esparcimiento, la casi totalidad de los festejos del pueblo se
relacionaba con eventos de tipo religioso. Pero también había paseos campestres
como el que, por ejemplo, se realizaba a El Picacho, un hermoso cerro cercano
donde las familias se guarecían en la Cueva de la Miel (allí fabricaban miel de tuna
utilizando las grandes nopaleras existentes en los alrededores) y fiestas familiares
donde se bailaba y cantaba y en las que el músico y cantor don José Rivera
popularizó la siguiente composición:
Ya me voy de este rancho querido
donde tiernas caricias gocé,
yo mi pecho lo llevo sentido,
rancho engreído por ti volveré.
Mi destino me obliga a dejarte
porque así lo ha querido la suerte,
viviré mientras viene la muerte,
rancho engreído por ti volveré.
Ya me voy, ya me voy, mi Canoas,
mi terruño donde agua bebí,
agua limpia en que suena mi canto,
la canción en que lloro por ti.57
Fray José Rodríguez Andrade. “Algunos sucesos históricos en el pueblo de Canoas”. Los ojos del
tiempo. El oficio de escribir la historia (Celaya y la región, 1570-2009). El sol del bajío, Celaya, Gto., 11
de octubre de 2009. pp. 30-31.
57
Don José Rivera, también cantaba y tocaba el arpa en los velorios de los
angelitos a los que se despedía con música para que “ascendieran al cielo.”
Traje regional
Canoas tenía un traje regional que ya ha desaparecido con excepción de la bayeta.
Investigaciones actuales permiten hablar de una fuerte influencia purépecha en la
indumentaria utilizada aunque esa influencia no es determinante.58 Raúl Alvarado
García59 dice que en las comunidades celayenses de El Sauz , Santa María del
Refugio, Ojo Seco , Los Huesos, Canoas, El Beato, San Lorenzo, Juan Martín,
Guadalupe, Tlalixcoya, Ixtla, Almanza, el Toro, Tenango, Huapango, y en el sur de
la ciudad de Celaya, desde
“la palanca“ ( hoy calle de Pípila), se ha podido
constatar a través de diferentes
fuentes, el uso de la “bayeta” cuyo origen, según sus informantes, está en la
comunidad de Congregación de Canoas lugar donde los habitantes ya usaban la
indumentaria en cuestión, al igual que en otras 24 comunidades, cuando allí llegó
el matrimonio Arreguín-Pérez al que se considera como padres fundadores del
rancho.
Raúl Alvarado García. ”San Agustín, de convento a cárcel y de cárcel a Casa de la Cultura.
Nuevos capítulos para la historia de Celaya y la región. Siglos XX y XXI.” El Sol del Bajío, N° 3,
Celaya, México, 2006-2009, p. 23.
59 Raúl Alvarado García. BAYETA TRADICIONAL EN LA REGION DE CELAYA, GUANAJUATO.
http://www.raul-alvarado.com (Consultado el 14 de agosto de 2010).
58
Techos de algunas casas antiguas del lugar
Junio 2010
Como todo pueblo, Canoas tiene sus lugares y paseos tradicionales. Veamos
algunos de los más relevantes.
El traje llamado bayeta tradicional tomó su nombre de la tela con la que se
confeccionaba, precisamente el género bayeta, género textil producido en Celaya
desde la época colonial. 60
60
“A la diplomacia y el despacho de oficinas.” Historia de México. http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/
1080012583_C/1080012587_T5/1080012587_68.pdf (Consultado el 30 de septiembre de 2010).
Después la prenda ya no se confeccionó de bayeta pues no era posible contar
con los materiales utilizados originalmente y no se pudo mantener estrictamente la
forma original. En el siglo XX la prenda utilizada durante algunas décadas se
elaboró en paño de lana.
Alvarado García describe la bayeta como una falda de color rojo bordada en punto
de cruz con hilo de color negro y con figuras de flores como motivos principales
tanto en la guarda como en el labrado. La blusa que la acompañaba, denominada
“saco” por su forma, era de color blanco o bien de algún tono pastel. Presentaba
diferentes detalles en su terminado: adornos de encaje, deshilado o incluso algunos
discretos
bordados.
Se
complementaba
la
indumentaria
con
el
fondo
confeccionado comúnmente en tela de algodón y profusamente labrado también en
punto de cruz en color azul rey, siendo los motivos “a gusto” de quien la elabora.
El diseño de las guardas presentaba variantes mínimas de una a otra bayeta, no así
los fondos con mayor variedad de formas. El atuendo se acompañaba con un
mandil adornado con diferentes formas de bordado: combinación de deshilado con
punto de cruz, con aplicaciones de encaje o simplemente bordado en diversos
colores y figuras, todo elaborado a mano. Las mujeres menos pudientes vestían de
la misma forma pero no usaban bayeta sino un género llamado “garrabana”, y las
más pobres aún utilizaban la “jerguilla” para la confección de su indumentaria.
También se adornaba la cabeza con un peinado en dos trenzas entrelazadas y
rematadas con listón generalmente en color rojo, aretes de filigrana, arracadas o a
“tono” de quien los portara. El trabajo de investigación realizado por Alvarado y
otros investigadores los han llevado a suponer que los antecedentes probables de
esta indumentaria, era la indumentaria que “tiempo antes” usaban las mujeres de
la región: “un castor”, complementado con rebozo de “petacua” y un manto
llamado “tápalo”, lo que hace suponer que la influencia es purépecha, por la
naturaleza de las prendas.
Bayeta tradicional
En cuanto al atuendo masculino, era común ver al hombre vestido con
pantalón de manta, recto y de manga ancha, cruzado en la cintura. También se
acompañaba con camisa de manta, algunas veces bordada al frente, un ceñidor o
faja de tela generalmente en color rojo o azul, en el cual era común apreciar un
bordado con motivos campiranos. El traje se complementaba con un sombrero de
palma de copa alta y ala ancha, calzando huarache “encorrellado” comúnmente de
elaboración artesanal.
Fray José Rodríguez describió también el traje típico canoense. El masculino,
decía, era un traje de ropa blanca de manta gruesa con chamarras de lona y
huaraches muy elegantes o zapatos muy
fuertes de buena suela dura.
Los
hombres usaban unos pantalones de gamuza que llamaban “calzoneras”; se
adornaban con botonaduras de plata o metal según el gusto de cada quien.
Llevaban también sombreros de palma o de lana de copa baja.
Las mujeres llevaban una falda muy ancha. Después empezaron a usar
blusas o camisas de holanes de color pardo o de una tela de color rosa que
llamaban “cordoncillo.” Acompañaban su atuendo con sombreros altos de palma
llamados “cubines.” Los primeros sombreros que se usaron, en este caso los de
copa, eran de diferentes materiales.
Para el campo, la gente utilizaba unas capas de lana que llamaban jergas.
Cuando salían a sus viajes usaban unos aparatos que llamaban “rodilleras de
cuero.” Para conservar la ropa también usaban unos manguillos con una pechera
de cuero que les servía para resguardar las manos y el pecho.
Las mujeres, trabajadoras y verdaderas amazonas, sabían bordar, hilar,
tejer, cortar, coser toda clase de prenda de vestir. Tejían unas fajas llamadas
“ceñidores” que los hombres usaban en lugar de cinturón. Es el fraile Rodríguez
el que menciona el “castor”, el rebozo llamado “petacua” y un manto de seda
llamado “tápalo” y el que dice que después comenzaron a usar el rebozo de bolita,
el tornasol, la bayeta (falda de lana roja bordada a mano), los collares de coral y las
arracadas y anillos de oro y de plata. Posteriormente unos chales negros y en casa,
unos delantales muy laboriosos bordados a mano y zapatos negros de charol.
Para las fiestas usaban botas o botines y las faldas muy anchas para que no
estorbaran al montar a caballo. Hacían uso también de un pañuelo en la cabeza y
luego de un sombrero. Cabe mencionar que la bayeta a que nos referimos, es el
mismo modelo que posteriormente fue elegido para diseñar o reconstruir el traje
regional de Celaya. Esto ha sido motivo de orgullo para las personas que están
ligadas a los orígenes del pueblo.
Otra que aportó al conocimiento sobre la bayeta, fue la ex cronista de la
ciudad de Celaya, Abigail Carreño,
61
quien al dar una descripción detallada del
traje de la mujer canoense dice que:
Consta de un blusón o saco, confeccionado con tela brillante de cualquier color. Es de
cuello alto y los adornos son caprichosos. Se puede encontrar con alforzados de pechera,
rematadas con las bandas, chaquiras o espiguillas, así como terminado con labras de
crochet. Las mangas van un poco debajo del codo y se rematan con encajes.
La falda es de bayeta o fieltro rojo. La enagua de abajo es de manta muy cerrada.
En la bayeta lleva bordados de ondas festonadas y alegóricas de punto de cruz en negro, o
bien de tela conocida como mascota, trabajada con deshilados y bordados.
El peinado es con partido en medio, recogido el cabello con un “chongo” o “molote”, muy
a la usanza española, para poderse colgar el sombrero que era de copa muy alta y a los de
regular tamaño, adornos con rosas de listones en los lados, dejando caer tiras de listón del
mismo sombrero. Al cuello se adornaban con auténticos corales o cuentas de papelillo.
Originalmente se ponían un “tapolo” de seda negro, con rosas bordadas, pero con
el tiempo éste fue suplido por el hermoso rebozo mexicano. Usaban cinco pañuelos: el de
la cabeza, el del cuello, el de la cintura, el freno del caballo y el de la cuarta para el animal,
pues eran magníficas amazonas, usaban botines tipo borceguí en charol.”
Después de la bayeta se usó una falda verde, le continúo una falda café y
luego otra de color guinda. Comentan los canoenses que se impuso una moda: si
alguien traía la falda de un color, todas las demás debían también traerlas de ese
color. Nuestros informantes no recuerdan otro color que haya estado de moda.
Abigail Carreño de Maldonado. Imagen de Celaya. 2ª. ed. Recopilación Histórica de México,
Celaya, 1992.
61
La bayeta, única prenda tradicional que ha sobrevivido, hoy es solamente
utilizada por mujeres en la representación de La Pastorela.
Bayeta utilizada en La Pastorela 2008
Fiesta de la Santa Cruz
Viendo el señor Dolores Ramírez la firme devoción de la gente por la Santa Cruz,
construyó una capilla cerca del rancho para instalarla allí.
Inmediatamente
empezaron a llegar los vecinos con flores y velas que ofrecían diariamente. Se
estableció que el día 3 de mayo se le haría el festejo: una comida. Los hombres se
levantaban desde temprano y llevaban a la Santa Cruz a la parroquia de Tamayo
para escuchar la misa que pedían en su honor. Luego la regresaban a Canoas
cantando alabanzas y quemando cohetes; al llegar al rancho era recibida con
música. Había una persona encargada de vestir a la Santa Cruz (el señor Juan
Rodríguez): le ponían unos hilos dorados o plateados llamados escarcha, se velaba
el madero toda la noche en una casa y al día siguiente por la tarde era llevada en
procesión a su capilla. Asistía toda la gente del rancho de Canoas y se quemaban
unos treinta o cuarenta gruesas de cohetes. Era el 24 de abril de cada año la fecha
en que la cruz era bajada para que se le rezara la novena en casa de una persona.
La gente asistía con gran devoción.
Con el pasar del tiempo esta tradición se
perdió y fue reemplazada por la de Las Pozas.
Las Pozas
Se llama así al evento religioso que se celebra en el mes de agosto y que consiste
en bajar la cruz desde el cerro donde está enclavada hasta el templo de Canoas
donde permanecerá de visita durante nueve días. La celebración inicia con el rezo
de un novenario y culmina con una procesión hasta las Pozas.
Durante el
recorrido van rezando una estación en cada una de las casas que ofrecen un
pequeño altar. Pasados los ocho días, la cruz se vuelve a subir a lo alto del cerro
donde permanece el resto del año.
Imagen de uno de los altares de las pozas,
agosto del 2010
Los tíos
En Canoas a toda la gente grande se le dice tío o tía, según el sexo. Algo peculiar es
cómo acentúan la palabra: lo hacen en la última vocal: tió y tiá.
El Ave María
Se desconoce la fecha exacta en que un señor de nombre Benito Pérez, que vivía
entre Canoas y Tamayo, cantaba todas las noches, a las ocho en punto, el Ave
María, Santo Dios y Virgen Pura. Toda la gente respondía desde sus casas y
después cenaba. Esta tradición ya se ha perdido.
La Estación
Éste es el camino principal del rancho. Ahí todavía existe la tienda del Tío Pedro
Rodríguez que era y es considerado como el doctor del rancho. Hay quienes dicen
que los curó de sus enfermedades. En la tienda del Tío Pedro era donde los
hombres del rancho se reunían todos los días al terminar sus labores para
descansar un rato, platicar o tomarse un refresco antes de llegar a sus casas. Esta
tradición ya se ha perdido.
Tío Pedro Rodríguez, persona muy estimada por los canoenses.
La tienda del tío Pedro Rodríguez
6 noviembre de 2011
El 12 de octubre
Esta tradición es más contemporánea y consiste en la llegada al pueblo de la
Virgen de Guadalupe procedente de la parroquia de Rincón de Tamayo. La
imagen visita los pueblos cercanos durante todo el año los días 12 de cada mes.
Gente de diferentes lugares se reúne en el lugar donde se encuentre la imagen para
llevarla en forma de procesión al nuevo lugar donde permanecerá durante todo el
mes. Al poblado de Canoas le corresponde recibirla todos los 12 de octubre y
tenerla de visita durante 30 días. En ese tiempo recorre una casa por día en donde
se reza y donde la dueña de la casa ofrece algún alimento. Al cabo del mes,
nuevamente gente de diferentes lugares van por ella para llevarla a la siguiente
comunidad a la que le toque.
Imágenes de la llegada a Canoas de la virgen,
12 octubre 2009
La Pastorela
Hay registros de la celebración de esta tradicional fiesta popular de hace 100 años.
Sobre ella hablaremos en el capítulo siguiente.
La sociedad canoense
\
Delegados
Los delegados fungen como representantes legales de los canoenses.
Son
asimismo los encargados de mantener el orden y atender las cuestiones políticas y
jurídicas del pueblo. Están subordinados al presidente municipal de Celaya por lo
cual cuando algún acontecimiento sobrepasa sus funciones, son las autoridades
municipales de Celaya las que resuelven.
Actualmente la delegación no es utilizada como oficina
ya que los delegados despachan en sus hogares
Desde aproximadamente 1900, las personas que han fungido como
delegados son las siguientes:
DELEGADOS POR
ORDEN CRONOLÓGICO
Tío Florentino
David Melesio
Tío Gerardo Pérez
Pancho Pérez
José María Rodríguez
Pedro de Tío Gil
Alfonso Centeno
Pedro Arreguín
Benito Lara
Rubén Pérez
José Rodríguez Jiménez
Raúl Melesio
Abel Mendoza González
José Rivera
Serafín Ramírez
Economía
Hoy, Canoas sigue siendo un pueblo rural, profundamente católico, con una
economía local basada, históricamente, en la agricultura y ganadería, con
comercialización de los productos y derivados fuera en la misma comunidad, en
Rincón de Tamayo, en el lugar conocido como La Venta o en Celaya. Hoy en día
las actividades agropecuarias son escasas.
Aunque el tiempo pareciera no haber transcurrido, Canoas sí ha cambiado.
Al igual que en otros lugares, el fenómeno de la no existencia de fuentes de trabajo
locales que trajo consigo la modernidad (el desarrollo tecnológico, la globalización,
la evolución del pueblo) provocó que los jóvenes de la comunidad se sumaran
masivamente al ejército de migrantes que pretende vivir “el sueño americano,” ya
instituido como un destino común. La emigración temporal o definitiva hacia los
Estados Unidos se ha incrementado con el paso de los años de tal manera que el
pueblo se ha ido quedando prácticamente solo, habitado por personas de la tercera
edad que son las custodias de los bienes y las tradiciones. Los pocos canoenses que
aún pueden laborar, trabajan en Celaya mientras que el grueso de la población
actual completa sus ingresos con las remesas provenientes de los Estados Unidos –
las que envían los hijos o los esposos de las familias que se quedan en el ranchobeneficiándose del cambio de dólares por pesos mexicanos. Las remesas hacen
que los ingresos de los canoenses sean los que correspondan a la clase media más
que los que corresponden a campesinos pobres.
Los migrantes que han partido hacia los Estados Unidos de América sólo
regresan a Canoas en los meses de noviembre, diciembre y enero para celebrar en
familia las fiestas decembrinas y para vivir y re-vivir la fiesta más grande de su
pueblo de origen: La Pastorela,
fiesta en peligro de extinción.
Si La Pastorela
desparece no sólo se perdería la fiesta sino todo lo ésta implica: la tradición del
pueblo, los elementos identitarios de los canoenses, la memoria histórica, la
supervivencia de Congregación de Canoas….
Sociedad
En las sociedades indígenas mesoamericanas, a pesar de la existencia de una gran
variedad de formas y prácticas entre una comunidad y otra con respecto al sistema
normativo, existía un sistema de cargos cuyos rasgos fundamentales, según
concuerdan muchos antropólogos, se han mantenido hasta la actualidad aunque la
pobreza, la migración, las políticas de asimilación y otras formas de exclusión
social han provocado y provocarán grandes cambios en México. Distintos
antropólogos han analizado esos cambios, sobretodo la desintegración del sistema
de cargos por los efectos del mayor contacto con el mundo exterior, la
"ladinización" y la imposición de otras estructuras políticas.
Siguiendo a Laura Carlsen,62 vemos que las características generales de ese
sistema normativo, muchos de cuyos aspectos son reconocibles en la organización
de La Pastorela de Canoas, son las siguientes:
1. Se trata de un sistema conformado por un cierto número de cargos que
equivalen a responsabilidades comunitarias y que son reconocidos y
respetados por los miembros de la comunidad. Los responsables de los
cargos llevan un bastón, (no es el caso de Canoas donde el proceso de
ladinización63 es total) símbolo del mandato que les ha dado la comunidad.
Los cargos se turnan entre los miembros adultos de la comunidad,
62
Laura Carlsen “Autonomía indígena y usos y costumbres: la innovación de la tradición.”
Programa Panamericano de Defensa y Desarrollo de la Diversidad biológica, cultural y social. Buenos Aires,
17 de mayo de 2006. http://www.prodiversitas.
bioética.org/nota26. (Consultado el 25 de agosto de 2011)
63 Conversión de la cultura indígena a la cultura ladina que se dio como asimilación de la cultura
hispana por parte de los mestizos de Latinoamérica.
generalmente hombres, en forma rotativa. Generalmente duran un año,
aunque en algunos casos pueden ser hasta tres. Después del periodo del
cargo, la persona regresa a sus actividades normales y no tiene que
responsabilizarse de otro cargo por un tiempo relativamente largo. Los
cargos no son remunerados y pueden absorber entre la mitad y la totalidad
de las horas laborales.
2. Los cargos implican gastos personales en la mayoría de los casos. Los
miembros de la comunidad que sirven de mayordomos u ocupan otros
cargos deben patrocinar parte de las fiestas religiosas y pagar otros gastos
de la comunidad, además de apartarse de sus actividades económicas y
agrícolas durante el tiempo que tome su mandato. Por otro lado, reciben
compensación en forma de prestigio dentro de la comunidad. Para
sociedades occidentales individualistas que explícitamente relacionan
riqueza con prestigio, esta compensación puede parecer meramente
simbólica. Sin embargo, dentro de las comunidades indígenas el prestigio y
respeto tiene un valor real y reconocido.
3. Los mandatos dentro del sistema de cargos ascienden en prestigio y
responsabilidad en la “escalera cívico-religiosa”, porque en el transcurso de
la vida la carrera de cargos alterna entre los religiosos y los cívicos. En
sistemas todavía integrados, los miembros de la comunidad no distinguen
entre los dos tipos de responsabilidades. Sus vidas religiosas y cívicas se
entrelazan dentro de la cosmovisión indígena en donde almas, animales,
plantas
y
clima,
dioses
y
santos
juegan
interdependientes. No es el caso de Canoas.
papeles
indivisibles
e
4. Los cargos varían pero, según la mayoría de los estudios, se dividen en
cuatro categorías generales:





El aguacil es el primer escalón donde un hombre joven empieza su servicio a la
comunidad llevando a cabo tareas de mensajero, policía o custodio de inmuebles
públicos. Sus responsabilidades no requieren de gastos personales y son
desempeñadas en grupos.
Después de casarse y fundar su familia, un hombre puede ser nombrado
mayordomo. Estos son cargos exclusivamente religiosos e implican gastos
significativos como el patrocinio de las fiestas. La figura del santo del pueblo
puede llevarse a la casa del mayordomo, y allí donde se mantiene su altar hasta el
término del periodo del cargo.
Sigue el regidor, cargo que combina tareas religiosas y políticas. Un regidor se
responsabiliza de tareas administrativas, entre ellas, la recaudación de impuestos,
la resolución de conflictos y la supervisión del tequio (trabajo comunitario).
También participan en nombrar gente a los cargos menores.
El alcalde es el jefe de la administración local. El alcalde representa a la comunidad
en sus relaciones con otras comunidades, oficinas gubernamentales, etc. Él (son
muy pocas las mujeres que sustentan este cargo) está encargado de resolver
conflictos que no han sido resueltos en niveles inferiores y de nombrar, muchas
veces junto con regidores y principales, a los cargos. Esta persona también lleva a
cabo funciones religiosas. El alcalde debe haber pasado honorablemente por los
otros cargos, y tener las características de ser tradicional y tener una situación
económica relativamente acomodada.
Finalmente, el principal merece el más alto respeto de la comunidad, por haber
pasado por todos los cargos y llegado a una posición de mucho prestigio por su
historia de servicio comunitario. En algunas comunidades los principales están
organizados en un consejo de ancianos conformado por todos o algunos
principales de la comunidad. En otras, todos los principales sirven como
autoridades reconocidas. Ellos pueden nombrar cargos junto con, o en lugar del
alcalde.64
Laura Carlsen “Autonomía indígena y usos y costumbres: la innovación de la tradición.”Op. cit.
(Consultado el 25 de agosto de 2011).
64
Una tendencia marcada por la literatura antropológica reciente es la de la
separación entre los cargos cívicos y religiosos, y la de un debilitamiento del
sistema en su conjunto. La asamblea general y la organización de las fiestas suelen
ser las estructuras tradicionales que sobreviven más allá de la jerarquía de cargos.
Ahora bien, ¿qué significado sociopolítico tiene esta normatividad? Desde el
descubrimiento de ese significado, ¿qué relevancia tiene ser “empresario”, ser
“encabezado”, actor, librero o “el que echa la brea”?
Un significado que entendemos inmediatamente es el del prestigio dentro de
la comunidad, el fortalecimiento de la etnicidad, y otras funciones jurídicas y
sociales. Pero ésta ya no es una recompensa que se busque porque Canoas se ha
ido inscribiendo en la cultura de las sociedades occidentales capitalistas
individualistas que, a diferencia de las comunidades indígenas que dan un valor
reconocido al prestigio y el respeto, relacionan el prestigio con la riqueza y no con
las acciones comunitarias para las cuales se haya sido elegido. En las viejas
prácticas de asambleas comunitarias donde se tomaban las decisiones por
consenso
- aunque en Canoas la iglesia controlaba esas juntas- las
comunidades salían fortalecidas y reafirmadas en su cohesión por lo que se hacía
todo lo posible para integrar las posturas minoritarias al proceso.
Pero hay otros significados más interesantes y cuya interpretación ha
generado un debate entre los académicos. Para algunos el sistema de cargos y las
fiestas religiosas que se dan en las comunidades indígenas (Canoas no es una
comunidad indígena pero evidencia rasgos de continuidad cultural) debe
analizarse
en
relaciones
económicas
el
contexto
de
políticas,
sociales
y
de
comunidades
y
las
sus funciones. En esa
tesitura,
Wolf65 interpretó que
el
cargos
sistema
es
“un
mecanismo
redistribución
que
sirve
prevenir
la
riqueza
misma
de
de
para
la
acumulación de
entre
miembros de la
comunidad.”
sobrevivencia
Eric
del
Pero
la
sistema
de
cargos dependerá del
grado
de
homogeneidad de la
comunidad.
Si
hay marcadas diferencias de clase entre individuos, por ejemplo los que tienen más
terrenos o en general una posición más acomodada, se amenaza el equilibrio
comunitario. Por eso, la comunidad tiene que hacer que esos individuos asuman
cargos que requieren gastos personales porque de esa manera se redistribuye el
excedente a la comunidad.
Eric Wolf Sons of the Shaking Earth. University of Chicago Press, 1959. Cfr. Laura Carlsen
“Autonomía indígena y usos y costumbres: la innovación de la tradición.” Op. cit. (Consultado el
25 de agosto de 2011).
65
Sin embargo, investigaciones posteriores mostraron otras realidades: en algunos
lugares el sistema de cargos ha reforzado más que debilitado la estratificación
económica. Esto ha sucedido en muchas comunidades indígenas. Aguirre Beltrán
demostró que el sistema de cargos en las comunidades indígenas que él analizó en
sus estudios facilitó la explotación de los indígenas por los mestizos
En el caso de Canoas, si cruzamos la información entre las listas de los
apellidos de las propietarios de tierras de la primera época (63 y 63), de los
delegados (119) , de los empresarios de La Pastorela (133) de los actores de 1910
(136), de los vinculados a las festividades religiosas y en estrecho contacto con la
iglesia (131), de los pequeños empresarios (66,71,74,76), de los vinculados a la fiesta
(133-136), etc., encontramos algunos resultados empíricos que nos permiten
obtener algunas conclusiones en cuanto a las relaciones sociales y grupos de poder.
Los colores utilizados en el cuadro que sigue facilita la visualización del mapa de
imbricaciones en los diferentes roles comunitarios y el nudo de las relaciones que
hegemonizan la vida social de la comunidad.
Apellidos
de los primeros
propietarios
(para 1865)
José Rodríguez
Agapito
Arreguín
José (Joselito)
Rodríguez
Apellidos
de los delegados
(desde 1900)
Apellidos
de los
empresarios
(desde 1910)
Tío
Florentino
Montoya
El señor
(1910)
David Melesio
Francisco Pérez
(empresario
durante muchos
años)
Tío
Gerardo
Pérez
Juan
José Ramírez
Apellidos
de los actores
(1910)
Apellidos
de los pequeños
empresarios
Margarita
Rodríguez
Refugio
Rodríguez:
primera máquina
de coser (1877) y
primer molino de
nixtamal manual
(1892)
Ma.
Centeno
Carmen
Juan
Lara
y
Encarnación
Carreño:
primer
molino de nixtamal
movido
con
gasolina (1921
Faustino Carreño
Vicente
Lara:
propietario
del
primer camión de
pasajeros
de
Canoas (1938)
Cayetano
Rodríguez
Pancho Pérez
Faustino
Andrés López
Juan Rodríguez
José
María
Rodríguez
Santos
Rodríguez
Antonio
Montoya
Pantaleón
Ramírez
Pedro de Tío Gil
Pedro Arreguín
Amado Carreño
Rafael Martínez
Alfonso Centeno
Dionisio
Mendoza
Ma.
Dolores
(Lola) Carreño
Abarrotes:
Rosalina Álvarez
Arreguín
Tío Carlos Lara
Tío
Daniel
Rodríguez
Tío
Pedro
Rodríguez
(atendida ahora
por
su
hija
Rebeca)
Lecheros:
Camilo Mendoza
Lara,
Rafael
Montoya Lara y
Rosalina Álvarez
Arreguín
Criadero
de
avestruces y más
tarde renta de
cabañas:
señor
Gaxiola
Pedro Arreguín
José Rodríguez
Maximina
Mandujano
Benito Lara
Francisco
Serrano
Balbina Montoya
Rubén Pérez
Agustín
Rodríguez
Cristóbal Pérez
José Rodríguez
Jiménez
Joel Pérez (hijo de
Francisco Pérez)
Jesús Carreño
Raúl Melesio
José Rodríguez
Ramírez
(nieto
de José Ramírez)
Simón Arreguín
Abel
Mendoza
González
Agustín Serrano
(hijo de Francisco
Serrano)
con
Rosalina Álvarez
Arreguín
Rafael Serrano
José Rivera
José María Pérez
León
Serafín Ramírez
Dolores Ramírez
Juan José
Montoya
Juan
Nepomuceno
Serrano
Francisco Pérez
Refugio Rodríguez
Vicente Montoya
Tomás Montoya
Antonio
Chávez
Mendoza
Ermilo Pérez (hijo
de Francisco Pérez,
2008)
José
Rodríguez
Ramírez (2009)
José
Rodríguez
Ramírez
con
Agustín
Serrano
(2010)
Inés
(de
Raymundo)
Melesio
J.
Carmen
Montoya
Bartolo Serrano
Otilio Rivera
Pedro Pérez
Agustín Pérez
Pedro Serrano
Jesús Arreguín
J.
Guadalupe
Martínez
Eutimio
Maldonado
Refugio Carreño
Pedro Lara
Eligio Rodríguez
Víctor Aguado
Esteban Montoya
Calixto Rivera
José Maldonado
Jesús Rivera
Rafael Rodríguez
Guadalupe
Melesio
Joaquín Melesio
Miguel Pérez
Gil Pérez
José Gómez
Pablo Rodríguez
Guadalupe
Juan Pérez
y
Como gestores ante las autoridades de Celaya (en 1921 se solicita que a
Canoas se le otorgue el título de pueblo o delegación) aparecen nombrados los
señores Florentino, Plácido, Carmen y Vicente Montoya, Pedro y Jesús Melesio,
Encarnación Carreño, Mateo Mendoza y Juan Lara (70), propietarios de tierras y
comerciantes de la localidad.
En el ámbito de la cultura, también encontramos estos apellidos entre
quienes el pueblo reconoce como los mejores compositores de dispensas (130):
Rosa Lara, Antonio Rivera, Francisco Serrano, Daniel Rodríguez Serrano, Belio
Pérez Mendoza, Héctor Rivera Rodríguez. En estos nombres también se pueden
observar las alianzas matrimoniales entre los pobladores originales.
En lo político y en el levantamiento entre cristeros y agraristas, nos aparecen
Carmen, Florentino y Juan Montoya por el lado de los hacendados y José Chema
Rodríguez y Antonio Martínez por el de los agraristas. En los combates entre
ambos grupos participaba gente de los pueblos aledaños (71).
Los apellidos conocidos continúan apareciendo en el ámbito eclesiástico.
Nuevamente es José Rodríguez66 quien nos proporciona los datos: Sor Feliciana
Pérez, Othon Pérez, Roque Enríquez, Dionisio Sánchez, Sor María de la Luz
Enríquez. Entre los más contemporáneos aparecen: fray Luis Melesio, Antonio
Serrano, Mento Pérez, Jorge Pérez, Samuel Montoya, Agustín Centeno, Roberto
Centeno, Leopoldo Arreguín, Ricardo Rodríguez, Antonio Serrano, Arturo
Melesio.
En resumen:
Rodríguez: propietarios de tierras, delegados, empresarios de La Pastorela, actores,
comerciantes, sacerdotes, compositores
Arreguín: propietarios de tierras, delegados, empresarios de La Pastorela, actores,
comerciantes, sacerdotes
Ramírez: propietarios de tierras, delegados, empresarios de La Pastorela
Martínez: propietarios de tierras, actores
Montoya: propietarios de tierras, delegados, empresarios de La Pastorela, actores,
comerciantes, sacerdotes
Serrano: propietarios de tierras, empresarios de La Pastorela, actores, sacerdotes,
compositores
Pérez: propietarios de tierras, delegados, empresarios de La Pastorela, actores,
sacerdotes, compositores
Fray José Rodríguez Andrade. “Algunos sucesos históricos en el pueblo de Canoas”. Los ojos del
tiempo. El oficio de escribir la historia (Celaya y la región, 1570-2009). Op. cit. p.29.
66
Carreño: propietarios de tierras, actores, comerciantes, sacerdotes
Melesio: propietarios de tierras, delegados, actores, sacerdotes
Maldonado: propietarios de tierras, actores
Gómez: propietarios de tierras
Centeno: delegados, actores
Rivera: delegados, actores, compositores
Lara: delegados, actores, comerciantes, compositores
Mendoza: delegados, empresarios de La Pastorela
Gaxiola: persona que aunque no es
perteneciente a Canoas, tenía un criadero de
avestruces que más tarde se convertiría en un centro hotelero.
Del análisis de las relaciones expuestas podemos concluir algunas
situaciones:
1) Ciertos apellidos se repiten en todos los ámbitos de la vida de Canoas desde
mediados del siglo XIX hasta la actualidad. De la totalidad de los apellidos
identificados en posiciones sociales determinadas (propietarios de tierras,
comerciantes, delegados políticos, sacerdotes, comerciantes, etc.), hay ocho
apellidos (el 50%) que corresponden a propietarios originales: Arreguín,
Carreño, Melesio, Montoya, Pérez, Rodríguez, Ramírez, Serrano. O sea que en
esta comunidad, los propietarios originales han tenido un gran peso
económico, político e ideológico desde mediados del siglo XIX.
2)
Se observan relaciones endogámicas. Se han dado matrimonios entre los
mismos miembros de las familias tradicionales de la comunidad, ya sea que
vivieran en Canoas o que fueran descendientes. Los argumentos para justificar
estas alianzas son los siguientes: no se trata de preservar el apellido sino que
casarse entre la misma gente implica casarse “con personas conocidas, saber de
qué familia vienen”. También se señala que “casarse con gente de Canoas, es
casarse con gente buena.”67 Con estos enlaces matrimoniales lo único que varía
son las combinaciones entre los apellidos.
3) A lo largo del tiempo, desde mediados del XIX hasta hoy, y generación tras
generación, las familias tradicionales canoenses siguen instaladas en los
mismos sectores sociales, económicos, culturales, ideológicos, etc., que sus
antepasados. Son muy pocas las personas ajenas al pueblo que en los últimos
años han llegado a instalar o a dedicarse a actividades no tradicionales, como lo
podemos ver en el negocio de la crianza de avestruces o en la instalación de
centros recreativos turísticos (señor Gaxiola).
67
Entrevista con DS Canoas, febrero 2009.
Cien años de una tradición popular:
La Pastorela de Congregación de Canoas
L
a Pastorela es una tradición introducida en el pueblo de Canoas hace 100 años.
Aunque la festividad se ha ido transformando, su significado religioso continúa
siendo el mismo:
dirigida
una
a la
representación
Virgen
Guadalupe, que
consta
cuatro actos
reúne
y
de
de
a
20
actores y cuyo
objetivo central
es la convivencia
entre
habitantes de la
comunidad.
La mayoría de
claves
para
que
realizar
los
los informantes
se
consultaron
la
investigación,
concuerdan en que La Pastorela fue traída al pueblo por un señor de nombre Juan
cuyos apellidos se desconocen, que suponen
probable maestro del lugar.
era originario de
Michoacán y
Es posible que junto con la trama, el señor Juan también haya introducido la
indumentaria que con el tiempo y notablemente, pasaría a ser parte fundamental
de la vestimenta de la mujer de Canoas.
En la búsqueda de material documental para poder reconstruir la historia de
La Pastorela de Canoas, nos encontramos con que las fuentes escritas son
prácticamente
inexistentes.
Por ello, el trabajo se
realizó sobre la
base,
fundamentalmente, de
En
efecto,
orales.
la
monografía
fray
José Rodríguez
en la que el autor hace
un registro de
elaborada
datos
en
fuentes
por
históricos
y
antecedentes
de la comunidad, no
aparecen
mencionadas ni la devoción que el pueblo tiene aún por la virgen de Guadalupe ni
la celebración anual de La Pastorela. En otra publicación de 1996, Raúl Alvarado
García, investigador y profesor del Sistema Municipal de Arte y Cultura de
Celaya, hace una recuperación de esta tradición pero su objetivo no es trabajar
sobre la fiesta sino sobre el origen de la bayeta que también se ha convertido en el
traje típico de Celaya.
El único documento escrito al que pudimos acceder pertenece a un archivo
privado. Se trata de un registro elaborado por la señora María Rodríguez Serrano
(1903-2000) y por otros dos habitantes de Canoas. La señora Rodríguez incluyó en
sus memorias lo que ella vio de la fiesta desde que era una niña. Lo hizo por una
petición de la señora Rosa Lara Pérez, quien intentaba recuperar la historia de su
comunidad. Pero la señora Rosa Lara falleció y no pudo cumplir con su objetivo.
En el escrito de María Rodríguez y de los otros dos informantes (HAR y
FAR), se asienta que fue aproximadamente en 1910 cuando se realizó la primera
fiesta organizada por el empresario citado, el señor Don Juan.
El libro
La trama de La Pastorela se encuentra en los denominados libros.
En Canoas
existían dos libros o dos pastorelas. Una, denominada La palomita, era más corta y
se ejecutaba en el mes de mayo. El libro de La palomita ya no existe, los habitantes
del lugar dicen que se perdió. La otra, conocida precisamente como La Pastorela o
La Grande se desarrolla actualmente en el mes de enero. Cada una tenía sus tonadas
y cantos particulares.
Libro de la Pastorela de Canoas
Al realizar la indagación preliminar una persona mencionó un tercer libro, Ya
se llegó el día, pero algunos de nuestros informantes señalan que más que pastorela
se trataba de una representación de las apariciones de la virgen de Guadalupe que
duró poco tiempo, quizá un año o dos. 68
El celo que pone la comunidad en salvaguardar su libro, es fundamental
porque con ello se contribuye a preservar la más antigua de las tradiciones locales.
Trama y estructura
La trama, como ya se mencionó, consistía y consiste en representar todo el trayecto
que tienen que hacer los pastores para poder llegar a Belén y adorar al niño Jesús,
las batallas que tienen que vencer, con ayuda de los ángeles, para librarse de los
siete pecados capitales representados por los demonios. Todo ello constituye es
narrado a través de los parlamentos de los personajes que están escritos a manera
de rimas, que hay que aprenderse. Durante toda la pastorela y el arrullo del niño
Jesús también hay que ejecutar un conjunto de cantos que deben conocerse de
memoria.
En la representación actual se trabaja con los cinco componentes clásicos: la
presentación, las dispensas, las despedidas, los cuándos y el llamado del perro.
Presentación. Es una composición de estrofas realizada por el empresario y que
él dice al inicio de la función. En ella menciona cómo se preparó el espectáculo,
agradece la presencia del público y pide se perdonen las fallas que pueda tener.
68
Entrevista con HAR, OLA, MM, Canoas, mayo del 2010 y con RAA, RA, Canoas, junio del 2009.
Dispensas.
Es una composición de versos que conforman
varias estrofas
(denominadas “cajones”) que riman y que se dicen, generalmente, al terminar
el primer acto. Cada actor los compone por su cuenta o encarga a alguien para
que se los haga con la finalidad de presentarse y encomendarse a la Virgen de
Guadalupe pero también a la Santa Cruz hacia la cual el pueblo tiene mucha
veneración.
En las dispensas también se
pueden recordar algunos
acontecimientos relevantes que pasaron a lo largo del año en la comunidad.
La estructura que debía tener la dispensa era rígida pero hoy esto se ha
flexibilizado.
Las dispensas que más se han distorsionado en
forma y
contenido son las de los diablos. A pesar de la flexibilidad, en términos
generales, la estructura de una dispensa es la siguiente:
Saludar al público
Encomendase a la Virgen de Guadalupe o a la Santa Cruz
Desarrollar una temática (la que el personaje decida)
Señalar a qué personaje representa
Difundir el nombre del actor
Señalar la melodía que pide a la banda
En el caso de las pastoras, una vez que se dice la dispensa, aquéllas
lanzan dulces (anteriormente debían ser colaciones) al público, bailan la diana
y la melodía que pidieron. Los otros personajes, una vez dicha la dispensa,
sólo bailan la melodía que pidieron. Cabe señalar que los diablos sólo pueden
bailar entre ellos, en círculo. La Virgen, San José, el padre y los ángeles no
pueden bailar, sólo escuchan la melodía que pidieron a la banda.
Los compositores de las dispensas son los mismos actores, sus familiares
o algunos conocidos que sepan hacer
estrofas con rima (anexo 3).
Las
personas que fueron y son conocidos como compositores de dispensas y que
llegaron a realizar hasta cinco dispensas por pastorela, se mencionan en el
siguiente cuadro.
RECONOCIDOS COMPOSITORES DE
DISPENSAS
A LO LARGO DE LA HISTORIA DE
CANOAS
Rosa Lara ( fallecida )
Antonio Rivera (fallecido )
Francisco Serrano
Daniel Rodríguez Serrano
Belio Pérez Mendoza
Héctor Rivera Rodríguez
Antes del 1987-88 se agregaba una dosis de comicidad a los discursos, pero el
nivel de esa comicidad dependía del personaje que se representaba. Desde
entonces hasta la fecha, lo cómico puede estar en manos de cualquier
personaje. Esto ha ido generando que de la comicidad se pasara a lo grotesco.
Pero parte del público aplaude eso.
En la actualidad las dispensas son la faceta de La Pastorela que más disfruta
el público el cual se espera para verlas. Pasadas las dispensas, el público se
retira masivamente y sólo se quedan una o dos personas que son las que
acompañan a los actores hasta la mañana siguiente en que termina la pastorela.
Llamado del perro. Da comienzo cuando, en medio de la representación, uno de
los pastores lo llama tres veces por medio de chiflidos y cantos. Posteriormente
y en forma de dispensa, el pastor hace mención al hecho de que posiblemente
ya no encontrará su ganado sino quizá sólo al perro que ya se lo comió. Pero
nunca es así.
Despedida. Se realiza al finalizar la trama de la pastorela. Son estrofas con rima
por medio de las cuales se agradece por haber podido terminar la labor con el
personaje que se ha representado.
Cuándos. Son estrofas realizadas por el empresario que hacen alusión a lo que
pasó durante la fiesta
o ensayos.
Se recitan después de las despedidas.
Ejemplo de un cuándo es el siguiente:
Los que estuvieron en la fiesta
Fueron pocos, pero nos acompañaron.
Al día siguiente les preguntan
Y que se acuerden…. ¿cuándo?
Una vez dicha la estrofa, los pastores responden en forma de canto:
Cuando se llegue ese cuando
Que mi alma tanto desea
Que los pastores se vean
En Belén representando.
Esto se continúa hasta terminar todas las estrofas que el empresario haya
elaborado.
Los roles
De la trama y estructura de La Pastorela, se infiere que los principales roles lo
juegan el empresario, la Virgen, San José, los ángeles y arcángeles, los diablos, etc.
Pero anteriormente, el trabajo de La Pastorela no terminaba con el empresario y los
actores. En efecto, existían otros roles que debían jugarse. Analicemos más de
cerca esos roles que se irán perfilando a medida que se avance en la lectura de los
siguientes apartados. Estos roles se relacionan con el sistema de cargos del que
hablamos.
El empresario
Al inicio, con excepción del señor Juan, el empresario era escogido en una junta
que organizaba el párroco de Rincón de Tamayo. Había muchos candidatos a
empresario porque éste jugaba un papel tan importante en la comunidad que ésta
lo respetaba y obedecía como a cualquier profesor. Él fungía como maestro de la
obra de teatro y enseñaba a los actores a desempeñar sus papeles, los cantos y
tonadas, los movimientos, etc. Para la selección de los actores, previamente se
pedía el permiso de los padres de familia, el empresario repartía los personajes
entre las personas que consideraba podrían ejecutarlos considerando el grado de
dificultad y evaluaba el desempeño. Si la evaluación era negativa el empresario
solicitaba al actor que se esforzara más y si éste
no lo hacía le cambiaba el
personaje o lo quitaba de la obra, lo cual causaba gran vergüenza al afectado. Así,
cuando un actor aceptaba su papel, sabía del compromiso de honor que estaba
adquiriendo ante la comunidad.
Hoy en día la autoridad del empresario se ha perdido al grado de que desde
que en 2008 se empezó a ver que la tradición desaparecería debido a la falta de
participación. Con tal de que esto no sucediera, el empresario comenzó a aceptar
casi todo lo que los actores dijeran: “No nos podemos dar el lujo de que se nos
vayan. ¿Qué hacemos
si no hay más?”69
Cabe señalar que se creía que para enero del año 2010 ya no iba a haber
fiesta. Pero finalmente surgió un empresario y la fiesta se organizó a último
momento porque hubo un conjunto de personas que no se resignaron a la pérdida
total de la tradición. En una semana se realizaron los ensayos y el trabajo salió.
Esto fue histórico porque jamás se había enfrentado tal situación.
69
Entrevista con AS y HP, Canoas, junio de 2009 y con JRR, Celaya, junio de 2009.
Los encabezados
Cuando La Pastorela dependía de la Parroquia de Rincón de Tamayo, ésta
controlaba el uso del dinero por medio de los encabezados, designados en una junta
convocada por el párroco. Su tarea era la de administrar el dinero que se necesitaba
para pagar diversos gastos como, por ejemplo, la comida para los músicos. En esa
junta también se decidía quien sería el empresario,
que no tenía que ser,
necesariamente, parte de la junta. Una vez designados los puestos se le daban a
conocer al párroco de Tamayo para que estuviera al tanto.
Cuando la iglesia dejó de controlar el evento, los encabezados tradicionales
desaparecieron y dieron paso a los actuales que son norteños70 y de los que
hablaremos más adelante.
EMPRESARIOS DE LA PASTORELA
DE LA CONGREGACIÒN DE CANOAS
POR ORDEN CRONOLOGICO71
El señor Juan (1910)
Francisco Pérez (empresario durante muchos
años)
José Ramírez
Faustino
Santos Rodríguez
Pedro Arreguín
Dionisio Mendoza
Es decir, de canoenses que han migrado a Estados Unidos de América y que hoy financian la
celebración.
71 Entrevista con DRS, RAA, RA, HP y FS, Canoas, junio de 2009 y con HAR, Celaya, mayo de 2010.
70
José Rodríguez
Francisco Serrano
Agustín Rodríguez
Joel Pérez (hijo de Francisco Pérez)
José Rodríguez Ramírez(nieto de José Ramírez)
Agustín Serrano (hijo de Francisco Serrano) con
Rosalina Álvarez
Antonio Chávez Mendoza
Ermilo Pérez (hijo de Francisco Pérez, 2008)
José Rodríguez Ramírez
(2009)
José Rodríguez Ramírez con Agustín Serrano
(2010)
Los actores
¿Quiénes eran y cómo se designaba al elenco que actuaría en La Pastorela? ¿Han
cambiado hoy los criterios? El empresario ya asignado analizaba qué personas de
la comunidad podrían sacar el papel adelante. Una vez elaborada la lista, y junto
con los encabezados, visitaban a los candidatos y si eran menores de edad, pedían
permiso a los padres. El único requisito era que fueran de Canoas o descendientes
de gente del lugar aunque no vivieran en la comunidad.
En los tiempos actuales, en que La Pastorela ha pasado a estar en manos de
los norteños, se ha seguido procurando que los personajes sean descendientes de
gente de la comunidad pero dado que los jóvenes ya no quieren participar, se han
aceptado personas que aunque no sean de la comunidad conozcan los papeles para
poder sacar la función con uno o dos ensayos.
Que obtenían los actores tradicionales: ¿remuneración económica?,
¿prestigio social? No había remuneración económica alguna sino más bien
erogaciones.
Por ejemplo, los que ya no vivían en la comunidad tenían que
costearse el gasto que implicaba ir a ensayar a Canoas. A ello, todos debían sumar
los gastos de vestuario. Pero sí se obtenía prestigio social, el mismo que obtenían
los encabezados y los empresarios que, como hemos visto, siguen estando
presentes en la memoria colectiva y que, junto con los que desarrollaron otros
roles, hoy forman parte de la
historia de la comunidad.
Con los nuevos criterios de selección de los personajes ha desaparecido la
búsqueda del prestigio social local que
confería la participación en la
celebración. Sin embargo, en las entrevistas con los actores y con los
empresarios se ha dejado filtrar esta percepción: a lo largo de la historia, y no
porque sea requisito, los que han desempeñado algunos de los roles en la fiesta
han hecho lo que hicieron sus antepasados. “Lo lleva en la sangre, su abuelo
era de los buenos,” comenta el empresario refiriéndose a uno de los jóvenes
actores.
En la primera representación de 1910 el reparto de los personajes fue el
siguiente:72
72
María Rodríguez Serrano et al. Op. cit., p.1.
SANTOS
Virgen:
Margarita
Rodríguez
Santa
Isabel: Ma.
Carmen
Centeno
PASTORAS
PASTORES
DIABLOS
Gila: Ma.
Dolores
(Lola)
Carreño
Bato: J.
Carmen
Montoya
Luzbel: J.
Guadalu
pe
Martínez
Flora:
Maximina
Mandujano
San José:
Faustino
Carreño
Arminda:
Balbina
Montoya
San
Gabriel:
Andrés
López
Susana: Inés
(de
Raymundo)
Melecio
Bras:
Bartolo
Serrano
Doristo:
Otilio
Rivera
Silvio :
Pedro Pérez
Chamorro:
Agustín
Pérez
San
Miguel:
Antonio
Montoya
Feliciano:
Pedro
Serrano
Padre:
Amado
Carreño
Mesonero:
Jesús
Arreguín
Satanás:
Eutimio
Maldona
do
Astaron :
Pedro
Lara
Polifemo:
Víctor
Aguado
Angelio:
----Asmodeo
( el
perro) y
Pereza:
Calixto
Rivera,
Jesús
Rivera
El librero
Otro de los roles era el de librero, como se denominaba a aquellas personas que
durante los ensayos y en la misma representación llevaban el control de la sucesión
de lo que se iba desarrollando. La única condición para poder desempeñar esta
función era la de saber leer. Hubo personas que por haber desempeñado esta
función por mucho tiempo quedaron reconocidos como libreros. Tal fue el caso
del señor Melesio a quien la comunidad llamaba “el Librero Raimundo Melesio.”
Posteriormente también fueron libreros los señores Santos Rodríguez y
Francisco Pérez. Con el correr de los años, la especialización y la enseñanza fueron
desapareciendo y los antiguos roles quedaron a cargo de los mismos empresarios,
de cualquier personaje de la pastorela o del organizador de la misma.
El que “echa la brea”
Hay otro rol que jugar: el de la persona que el día de la función será la encargada
de “echar la brea” o sea de mantener una fogata encendida por medio de brea
mientras los diablos declaman su dispensa. El encargado de eso, por años y del
que se tienen los recuerdos más remotos fue el señor Isidoro Pérez. Cuando él
murió, su lugar fue tomado por su hijo Bernardo quien dice: “a mí me enseñó mi
papá a moler y a echar la brea; cuando yo era niño él era el que se encargaba de
eso”. 73
73
Entrevista con el señor Bernardo Pérez, Canoas, junio del 2009.
Señor Bernardo
5 Febrero 2012
Momento donde el señor
Bernardo prende “la brea”
Enero 2010.
El vestuario
En la pastorela se utiliza un vestuario con elementos mínimos para sus personajes.
Dado el carácter de estas representaciones no se requiere de un vestuario costoso y
excesivo para denotar de quién se trata (el diablo es una figura de sobra conocida,
al igual que los pastores, José y la Virgen, etc.). Se pueden usar accesorios como
máscaras caseras, retazos de telas, sábanas viejas, vendas y pigmentos de
maquillaje en rostro y mallas para presentar personajes sugestivos y complejos. En
las pastorelas introducidas en el siglo XVI por los evangelizadores españoles, se
usaban máscaras para representar a los personajes como el Arcángel San Gabriel,
Beto, Gila, El Bien, El Mal, El Ermitaño, Los Pastores, La Gula, La Lujuria, y todos
los demás pecados capitales.
En Canoas, el empresario no sólo debía ocuparse de la trama y calidad de la
representación sino también del cuidado de la indumentaria. Ésta no era diferente
de la de otros lugares, con excepción de algunas prendas específicas.
Los
vestuarios eran los siguientes:
San José. La tradicional toga verde, chaleco largo color amarillo, en la mano
una vara con flores, huaraches74 y sombrero. Se ha conservado.
Virgen María. La tradicional toga blanca y chaleco largo azul cielo, huaraches,
manto blanco en la cabeza al igual que una corona. Se ha conservado.
El término "huarache" designa en México un tipo de calzado. El nombre español proviene de la
voz purépecha “kwarachi".
74
Ángeles. Toga blanca, alas, huaraches. En el caso de San Gabriel, un machete.
Esta vestimenta se ha transformado por unos vestidos cortos, sin mangas y
botas.
Mesonero. Overol y sombrero mitad verde, mitad amarillo y una escoba la cual
puede ir decorada al gusto. Se ha conservado.
Santa Isabel. Toga rosa, manto azul, huaraches y corona. Se ha conservado; lo
que ha evolucionado un poco es el estilo de la corona.
Padre. Toga blanca.
Encima, un tipo gabán
prefiera (generalmente es morado o
del color que el participante
verde). Se ha conservado.
Pastoras. Se utilizaba –y utiliza- una prenda típica: la bayeta. Ésta es una falda
confeccionada de paño rojo y labrada en hilo rojo y en punto de cruz. Se
acompaña con blusa y mandil bordado con lentejuelas del mismo color,
sombrero decorado con listones y diamantina y una canasta.
Los zapatos
pueden ser negros o del color de la blusa. Las diversas pastoras llevan
accesorios particulares y, algunas, la
ejemplo:
-
Gila: una cuchara y el niño Dios
-
Susana: pañales.
ofrenda que le darán al niño.
Por
Vestuario de Virgen, santa Isabel y pastores. Enero 2010
Los trajes de las pastoras se han conservado. Lo que ha evolucionado un poco
es el diseño de la blusa, aunque esto no sucede siempre sino que depende de
cada actor. Lo que sí no se ha conservado, y esto es válido para la mayoría de
los personajes, es el bordado a mano con lentejuelas. Hoy se utilizan telas que
ya vienen con la lentejuela incluida.
Pastores. Bermuda y chaleco rojo y verde, camisa, botas, un sombrero con flores
de papel de china y una lluvia de papel atrás, todo decorado con diamantina. El
único pastor que va de color diferente es Silvio, quien luce traje amarillo.
Desde 2006 se comenzaron a introducir colores como el azul y plata en los
pastores que llevan diversos accesorios particulares y, algunos, la ofrenda que
le darán al niño. Por ejemplo:
-
Silvio: guajito75
-
Chamorro: cazuela con migas
-
Bato: gallina de pan en un morralito
( pan remojado en piloncillo)
En México se llama “guaje” (del nahua uaxin), entre otros significados, a un fruto que tiene
usos versátiles, entre ellos el de recipiente. En este caso, se habla de un recipiente pequeño.
75
Los trajes de los pastores se han conservado, excepto en el uso de los colores.
Demonios. Todos, excepto Luzbel que va de rojo, visten de negro y llevan una
capa bordada con lentejuelas y cuernos decorados con espejos o diamantina.
Los siguientes personajes tienen un vestuario particular:
-
Asmodeo o perro: porta un traje o disfraz de perro.
-
La pereza: es un hombre que se viste de mujer.
José Rodríguez en el personaje de la pereza. Aproximadamente enero 1985
Joven Guadalupe García Chávez personificando a la pereza
Enero 2012.
Los trajes de los demonios se han conservado pero se ha agregado el uso de
lentes obscuros.
Demonios
Enero 2010
La fotografía que sigue muestra las características actuales del vestuario de
los personajes.
Actores de La Pastorela del año 2008.
El escenario
En todas las religiones existe un espacio señalado como sagrado en el que se
celebra el culto y se reúnen los fieles. El templo o el santuario es el sitio en el que
reside la divinidad
o en el que pueden encontrarse las imágenes o reliquias
veneradas, es el punto central del cual irradia toda la fe. Allí, los devotos se
encuentran con lo sobrenatural y buscan la comunicación directa con lo divino. En
el catolicismo popular, el público establece sus escenarios religiosos: sitios
vinculados con el calendario agrícola y en el que se realizan ceremonias de
petición, espacios en los que el imaginario percibe hechos sobrenaturales y en los
que se realizan escenificaciones festivas y religiosas, todos éstos, elementos de una
cultura de clase, grupo étnico o social expresados en un ambiente regional, local y
del hogar.
En el escenario religioso están presentes imágenes santas, ritos, procesos
de escenificación, ceremonias, que son parte de la cultura íntima de los individuos
y de los pueblos. Están presentes componentes importantes de una cultura de
relaciones sociales “que permiten la interacción entre culturas íntimas y equilibran
las tensiones territoriales en lugares de contacto interétnico.”76
José Velasco Toro. Catolicismo popular en México: líneas temáticas para el estudio de los ámbitos de
influencia ritual y devocional. Op. cit.
76
Escenario donde se representa
La Pastorela, ubicado frente al atrio de
la iglesia del pueblo
En Canoas, hasta 1960, el escenario se localizaba en el atrio de la iglesia, al
extremo derecho. A partir de esa fecha se pasó al frente del templo, y el lugar
comenzó a denominarse “El foro”, que hasta ahora no ha tenido otra utilidad que
la de ser, año con año, el escenario de La Pastorela. En ese foro se colocan dos
mantas: una, hace referencia al cielo, la otra, al infierno. Detrás de esas mantas se
sientan los participantes cuando no están actuando.
Preparando el escenario para
la pastorela del 2010
Costos, administración de fondos y juegos de poder
Cuando se instituyó la celebración, fue el párroco de Rincón de Tamayo quien se
dedicó a manejar la administración económica del evento. Esta parroquia, que
recibía año con año aportes de dinero, era la depositaria de la responsabilidad y el
libro se guardaba en la parroquia. El dinero para costear la festividad se tomaba de
los diezmos eclesiásticos77 que pagaban los lugareños quienes daban el 10 % del
maíz que cosechaban. La iglesia vendía el maíz y parte del dinero de esa venta se
destinaba a la financiación de La Pastorela. Quienes eran de Canoas pero no estaban
en el pueblo, mandaban su diezmo.
Como en nuestros días la iglesia no controla el evento y ya no existe el
diezmo, el costo de la festividad se solventa por medio de aportaciones voluntarias
de los habitantes del lugar o de sus descendientes. Pero sí existe una cuota para
los norteños, es decir, para los migrantes a los Estados Unidos de América. El
hecho de que ya no exista el ingreso seguro que garantizaban los diezmos, ha
provocado que la recolección monetaria para la ejecución de la fiesta sea
escasísima. Los que todavía organizan, cada año esperan que se obtenga algo de
ganancia del espectáculo de toros y del baile que acompañan a La Pastorela, para
sacar lo que se invirtió e invertir lo que sobre en mejoras del pueblo y del templo.
Pero, según afirman los canoenses, hoy en día nunca sacan nada de dinero y por lo
tanto no pueden dar nada a la comunidad.
Considérese que el pago de diezmo forzoso fue abolido en México, en su obligatoriedad civil, por
las leyes de Reforma de mediados del siglo XIX. Sin embargo, las comunidades rurales campesinas,
de escasa escolaridad y profundamente católicas como Canoas, siguieron sujetas al pago del
mismo, como “obligación moral”, durante buena parte del siglo XX, según hemos sabido por boca
de las personas entrevistadas.
77
Jaripeo en la plaza de toros de Canoas,
Enero 2010.
Baile con el que culmina la fiesta
Enero 2010
Cabe señalar que
en la comunidad ha existido, aunque con diferentes
nombres, el papel
de
Municipal que era
y es el encargado
de
políticos y de todo
los
asuntos
Delegado
lo que concierne al
pueblo.
actualidad
quiere “agarrar la
quien
En
la
fiesta”,
que
es
como se le dice a
aquellas
personas
que tienen interés
en
ser
los
encabezados,
le
avisa al Delegado
para que ya nadie
más
haga.
Después de esto el
delegado
sólo
intervendrá si es
necesario
en
cuestiones
lo
políticas y judiciales, en caso de ser necesario.
Para los asuntos de la iglesia y considerando que Canoas no tiene cura
párroco debido a que no es parroquia sino capilla, también ha existido una
organización de civiles: un presidente, un secretario, un tesorero y un sacristán,
elegidos por el sacerdote de entre una lista de candidatos
que no percibían
remuneración alguna pero sí prestigio social. Cuando en Canoas vivía mucha
gente, en épocas de celebrar la fiesta se organizaba otra comisión: la de los
encabezados.
Para ser miembro de esa comisión, que llegó a tener hasta 50
miembros,78 “se necesitaba tener voluntad y el querer hacer las cosas”. Pero no era
sólo cosa de voluntad porque su función era la de realizar el presupuesto de los
78
Entrevista con DRS, Canoas, septiembre de 2010.
gastos y repartírselos entre los encabezados que tenían que recaudar el dinero o el
llamado maíz de la virgen (cada productor debía separar un bulto de maíz o más de
sus cosechas, para regalarlo para que los encabezados lo vendieran y recaudaran el
dinero), según ya se
se
ha
conseguido
directa
de
acerca
de
los
cómo
se
control de las ventas y
pero
señalara.
no
sería
suponer que ese control
No
información
entrevistados
realizaba
del
el
dinero
descabellado
era
ejercido
por la iglesia.
El
dinero
recaudado se
empleaba para la fiesta.
Si había algún
excedente, por ejemplo
la
toros dejaba ganancias,
éste
fiesta
de
se
depositaba con el tesorero, ya fuera para mejoras de la iglesia o como fondo para
la fiesta del siguiente año.
Cuando la iglesia se retira de la organización y preparación de la fiesta, los
encabezados pasan a ser norteños en su mayoría. Ellos ya no pedirán una cuota a
los lugareños sino, fundamentalmente, a los habitantes de Canoas que están en
Estados Unidos.
Al ser la organización totalmente laica, ya no se da a conocer al párroco
quienes serán los encargados o el empresario; ahora es más bien el Delegado quien
es avisado. La iglesia sigue teniendo su comité (presidente, secretario, tesorero y
sacristán) pero sólo se le informa del día en que será la fiesta para que se celebre
la misa. El día ya no es fijo,
calendario
de
sino que se ajusta al
los
migrantes
fiesta se celebrará
los días en que
ellos estarán en la
En
materia
que
se
publicitan.
los
norteños
comunidad).
de
parece
dinero,
los
manejos
han
fiesta, la comunidad no
cómo se maneja el dinero, o para
(la
está
qué
lo
no
“Desde
que
agarrado
la
enterada
destinan
de
como
anteriormente se hacía.”79 Pero los nuevos encabezados, que ya son pocos en
comparación con los de antes, también dan su aportación y garantizan que si el
dinero recaudado entre los migrantes, si las cooperaciones de los lugareños (tanto
los que viven en Canoas como en Celaya), si lo obtenido en el baile y los toros no
alcanza, ellos lo repondrán.
Los donativos a la iglesia, si es que hay ganancias, hoy son voluntarios. Se
dice que son pocos los que lo hacen: “Siempre dicen que salen reponiendo y no
dan nada a la iglesia, aunque traigan las bolsas llenas de dinero”,
“desgraciadamente la fiesta pasó a ser negocio, desde
79
Entrevista con DRS y RAA, Canoas, septiembre de 2010.
que los norteños la
agarraron pero si no la agarran ellos, ya no hay quien quiera”.
80
Como se observa,
la iglesia ha perdido totalmente el control económico de La Pastorela.
Aunque muchos lugareños resienten la nueva situación, reconocen que los
norteños son los que están rescatando la celebración aunque la actual ya no se base
en los cuatro pilares tradicionales: la convivencia, la unión, el jolgorio y
la
tradición.81
La celebración de la festividad
Ya definidos los encabezados, el empresario y los fondos, los ensayos comenzaban
cuando los hombres regresaban de la peregrinación de octubre a la basílica de
Guadalupe, en México. Había aproximadamente tres meses de ensayo y en la
segunda semana de enero y entre semana, se hacía La Pastorela. Para la fiesta se
reunían todos los sacerdotes que habían nacido en el rancho y otros invitados más,
llegando a haber más de doce. Algunos se quedaban hasta el término de la fiesta.
Aquella fecha de celebración inicial ha ido cambiando, quedando ahora en fin de
semana y ya no
en la segunda semana del mes sino en
el día en que los
encabezados acuerden.
Entrevista con DRS, Canoas, septiembre 2010.
Entrevista con RAA, RA, FS, HP, DRS, CL, Canoas, junio de 2009 y con HAR, FAR, Celaya, mayo
de 2010.
80
81
Niños que realizaron su primera comunión
en la misa de la fiesta de Canoas, Enero 2010
O sea que La Pastorela era punto de reunión de los sacerdotes, de los
habitantes, de las familias del lugar y por eso se esperaba la fecha con gran ansia.
La celebración de la tradición era un pretexto para reanudar o afianzar los lazos
sociales e individuales.
La apertura del evento se marcaba con el sonido de las mañanitas, a las 6 de
la mañana, a las que seguía la banda. Luego se asistía a la misa; al salir de ésta
proseguía la banda. Seguían la velación, que consistía en exponer al Santísimo82
y acompañarlo con oraciones. A las cinco de la tarde, se rezaba el rosario. Más
tarde empezaba La Pastorela. Desde hace algunos años se han ido perdiendo estos
rituales. Por ejemplo, aproximadamente desde 1985 ya no se reza el rosario
porque no hay gente que asista.
En el rito católico se denomina “Exposición del Santísimo” a la devoción que tiene por objeto la
adoración de Cristo Eucarístico. Se fundamenta en la fe en la Presencia Real de Dios Nuestro Señor.
La
Eucaristía
se
expone
en
una
custodia
(ostensorio)
para
adoración.
http://www.corazones.org/diccionario/exposicion_santisimo.htmristo en la Eucaristía. Consulta 1
de septiembre del 2010.
82
Banda de música interpretando las mañanitas en el atrio de la iglesia,
Enero del 2010
Banda y canoenses recorriendo las calles en compañía de las mojigangas
Enero 2010.
Entre las 20 y las 21 horas, los personajes se reúnen en la casa del empresario
y de ahí se van en peregrinación, cantando, hasta el templo que tiene por nombre
“Virgen de Guadalupe”, donde cada uno de los participantes se encomienda.
Luego, nuevamente en peregrinación, los actores se dirigen al escenario donde ya
espera el público y la banda. La Pastorela comienza, entonces, en la noche pero no
termina hasta la mañana del día siguiente en que vuelve a celebrarse una misa.
Hasta el año de 1975 aproximadamente, la festividad terminaba con la
corrida de toros, en la plaza. Hoy en día, termina con el baile que se realiza el
domingo por la noche, después de los toros.
Actores en peregrinación
de la casa del empresario al templo, enero 2010.
La difusión de la celebración en el entorno inmediato
Jofre es una pequeña comunidad rural perteneciente al municipio de Celaya. En
1925 el señor Antonio Montoya, que tenía tierras en la hacienda de Jofre, vio cómo
su cosecha era amenazada por una plaga por lo que prometió como manda,
debido a sus ideas religiosas, que si la misma se quitaba, llevaría La Pastorela de
Congregación de Canoas a dicho lugar y la presentaría cada día 15 de mayo en
honor a San Isidro Labrador. Cuando quiso cumplir su promesa, hacer la pastorela
en Jofre, pidió prestado
el libro a los que
eran los encargados en su
momento
como en Canoas eran
muy celosos de su
tradición
facilitaron
sólo se lo
poco tiempo.
decidió
Entonces,
comprar
una
pero
por
el señor Montoya
pastorela
en
Tierras Negras uno de
los viejos barrios
ubicados en Celaya y
también
célebre
por la celebración de su pastorela. A esa trama se le agregaron bailables.
Aunque los de Canoas sólo prestaron su libro por poco tiempo, en la pastorela
de Jofre cada año se hacía mención a Congregación de Canoas pues éste, decían, era
el lugar de donde provenía originalmente la tradición. Por ello, los actores que
iban a participar en Jofre, asistían antes a La Pastorela de Canoas para ver como la
hacían allí y poder mejorar su actuación. Los de Canoas, por su parte, asistían a
Jofre para ver qué tan bien hacían su pastorela los de este lugar.
La Pastorela de Congregación de Canoas hoy
Según nuestros entrevistados,83 parte de la esencia de La Pastorela comenzó a
distorsionarse a partir de los años 1987 y 1988 cuando la iglesia dejó la
administración y ésta pasó a manos de los habitantes de la comunidad.
Al indagar sobre el por qué sucedió lo anterior, nos encontramos con dos
versiones: una, la de los habitantes del lugar y la otra, la de la iglesia.
Los lugareños mencionan que las causas fueron dos: la decisión de cambiar
de día la fiesta, porque al hacerla en fin de semana asistiría más gente y se
obtendría una mayor remuneración (según ellos, para cubrir los gastos y para
mejorar la iglesia y la comunidad si sobraba) y la decisión de autorizar el aumento
del grado de comicidad de los parlamentos.
Asistentes a la pastorela,
Enero 2010.
83
Entrevista con RAA, RA, FS, Canoas, junio del 2009 y con HAR, Celaya, mayo del 2010.
En entrevista con el cura párroco de Tamayo84 éste respondió que la iglesia sí
se había desentendido de esta cuestión debido a que hoy existen otras maneras,
quizá más eficaces, de transmitir “el mensaje” pero opina que “la tradición es
buena y ojalá no se pierda”. El sacerdote considera que sí existe una desviación de
la finalidad original ya que ahora el objetivo central es hacer reír a la gente a costa
de, hasta cierto grado, ofender a las personas a las que se les componen las
dispensas. Y que uno de los motivos de este cambio quizá sea el que la iglesia ya
no acompaña a los actores en el proceso de preparación. Lo real es que desde que
la iglesia se dejó de encargar de la celebración, los miembros de la comunidad que
quieren preservar la tradición, se han enfrentado con serios obstáculos para
lograrlo.
Las distorsiones y el avance del carácter más popular de La Pastorela se ha
notado en las dispensas y despedidas ya que, como se mencionó anteriormente, se
ha pasado de lo cómico a lo grotesco y vulgar. En efecto en las estrofas se
comenzaron a introducir palabras altisonantes y burlas irrespetuosas realizadas a
expensas de los mismos habitantes o de los
descendientes de los primeros
pobladores del lugar, cosa que nuestros entrevistados consideran como elemento
negativo.
El libro ya tampoco se resguarda en el templo sino que está en casa del
encargado del templo para preservarlo del robo, cosa que ya sucedió con el libro
de La Palomita y que motivó la suspensión de aquella festividad. Eso ha generado
un gran celo y el libro de La Pastorela la Grande se resguarda con muchísimo
cuidado.
84
Entrevista con Manuel Rangel, señor cura de Rincón de Tamayo, Tamayo, junio del 2009.
En cuanto a la trama original, ésta ha sufrido también algunas, aunque
escasas, modificaciones sobre todo en materia de uso de algunas palabras. Esto ha
sucedido debido a las malas transcripciones que se han realizado,
como la del
año 1975, y que han sido necesarias ya que por el transcurrir del tiempo se ha ido
perdiendo la nitidez del manuscrito. De igual manera desde hace algún tiempo se
quitaron diversos personajes, tales como los aguaciles y soldados, y con ello parte
de la trama donde actuaban estos personajes. Pero a pesar de las transformaciones
señaladas, la trama de la pastorela es esencialmente la misma que la que se efectuó
por primera vez. El cambio más notable es el nivel de comicidad que practican
algunos actores. Una parte que sí casi ha desaparecido son las despedidas y los
actores se enfocan más a las dispensas y a poder cumplir con su papel aunque sea
en las primeras escenas, hasta donde creen que aún va a haber público.
Castillo y fuegos pirotécnicos que se
ejecutan terminando las dispensas,
Enero 2010.
O sea que desde que la iglesia no controla el evento:
 ha habido modificaciones en los contenidos del libro;
 La Pastorela ya no se celebra entre semana sino los sábados;
 todavía se comienza con la misa, pero ya no hay velación, aunque La
Pastorela sigue terminando en la mañana del día siguiente y es seguida por
la misa del domingo, lo toros y el baile de la noche;
 ya ha dejado de ser un honor el participar en el evento; cuando se acepta
pertenecer al personal que actuará en la representación, ya no se siente el
gran compromiso que sentían las anteriores generaciones;
 casi no existe población que pueda o quiera participar; la tremenda caída
demográfica provocada por la migración –hoy, 2010, sólo 2 de cada 10 casas
del pueblo están habitadas todo el año-, ha provocado que el pueblo
literalmente se haya quedado vacío, ocasionando que no haya quien pueda
realizar las representaciones y lo que antes era un honor se ha convertido
en un favor que se les hace a los organizadores;
 el empresario ya no goza del prestigio social de antaño; como maestro, ya
no tiene aquellas exigencias y ha quedado supeditado a lo que quieran o
puedan hacer los alumnos;
 la comunidad ya no paga el diezmo y el rancho sigue cooperando “con lo
que puedan dar”; hoy el financiamiento ha pasado a ser casi exclusiva
responsabilidad de los norteños, de los migrantes originarios de Canoas que
están en Estados Unidos;
 si antes la esencia era el “mensaje”85 y la convivencia, hoy sólo es preservar
la tradición como un rasgo de identidad y el poder reunirse (hay, incluso,
quienes regresan a Canoas para convivir en ese único día en que se celebra
La Pastorela).
En el trabajo de campo, nosotros hemos constatado que La Pastorela actual
sigue cumpliendo con su viejo objetivo social de reunir a las familias, sobre todo a
las diferentes generaciones –hemos visto la asistencia de abuelos, padres, hijos y
nietos-.
Nuestras observaciones se corroboran con el censo poblacional que
levantamos en junio de 2009 y en diciembre de 2009, el día de La Pastorela
CENSO POBLACIONAL
10 de Junio de 2009
CENSO POBLACIONAL
29 de Diciembre de 2009
Rango de edad
Números absolutos
Rango de edad
Números absolutos
0-89 años
184 personas
0-89 años
282 personas
Fuente. Censo de población levantado por la investigadora en junio y en diciembre de 2009.
En el mes de diciembre de 2009, mes de fiestas de fin de año y de celebración
de La Pastorela, mes de regreso temporal a casa de los migrantes, la población
aumentó en un 53% con relación a la que habita en Canoas durante todo el año. Y
esa población, asistió a la fiesta.
Lo hizo por tradición, “porque así ha sido
Al hablar del “mensaje”, se hace referencia a la lucha entre el bien y el mal y las lecciones que les
dejan a los pastores dichas batallas. El que el bien salga vencedor hace incrementar la fe y la
esperanza para ellos, es llegar el nacimiento del niño Jesús.
85
siempre”, “porque yo iba con mis papás cuando era niño”, “porque me recuerda
mi infancia”.86
Así, Canoas es el único lugar de la zona que sigue con esta tradición desde
que inició hace cien años, en diciembre de 1910. Lugares vecinos como El Sauz u
Ojo Seco, por mencionar sólo dos, ya no la conservan. Esto hace que los vecinos,
conscientes de los cambios introducidos “por los nuevos tiempos”, sean escépticos
con relación a sus posibilidades de seguir realizando el festejo. Esa percepción se
vio confirmada en el año 2009 en que no hubo nadie dispuesto a tomar la
responsabilidad. Ésta pudo ser organizada sólo 15 días antes de la celebración:
recaudar la cooperación, asignar el empresario y encontrar el personal. En enero
de 2010, la situación empeoró: sólo una semana antes se realizó todo para poder
llevarla a cabo.
Imagen de la pastorela
De enero de 2010.
86
Encuestas a adultos y ancianos. Canoas, junio del 2009.
Las pastorelas, entonces, muestran vínculos simbólicos cuya identificación
permite entenderlas como punto de unión cultural entre el pueblo indígena y el
español.
Desde esos puntos de toque, se originó la cultura propia de los
mexicanos. Por ello es importante contribuir con la preservación de las tradiciones
culturales que se han ido perdiendo con el tiempo. Para conocer el pasado y
construir el futuro. La recuperación de la memoria histórica fortalece la identidad
colectiva que se funda en una cultura popular construida colectivamente porque la
conservación de dicha festividad contribuye a fortalecer los cuatro pilares que la
comunidad considera han sostenido la festividad desde sus orígenes:
la
convivencia, la unión, el jolgorio y la tradición.87
Sin embargo, será la propia comunidad quien
decida
sobre
la
transformación de su propia cultura. En el estado actual del desarrollo de Canoas,
la escasa población que queda no pareciera tener los elementos para garantizar que
no desaparezca este elemento identitario que han apreciado tanto en el pasado.
En efecto, Canoas es cada vez más un pueblo que se vacía y en el que sólo quedan
las personas mayores. La escasa población joven se mueve en contextos culturales
diferentes y La Pastorela ya no tiene para ellos el mismo significado: ya no es el
elemento que los hace sentirse pertenecientes a la comunidad, las pautas sobre las
que han construido su identidad son otras.88
Entrevista con RAA, RA, FS, HP, DRS, CL, Canoas, junio de 2009 y con HAR, FAR, Celaya, mayo
de 2010.
88 Encuesta a jóvenes de Canoas, junio del 2009.
87
De modo que son las anteriores generaciones las que sienten la necesidad de
evitar que La Pastorela desaparezca: “es preocupante que esto se termine”, “si no se
hace La Pastorela se va a ir acabando nuestro pueblo”, “la gente que conocía la
historia de aquí o ya esta viejita o mucha ya murió y junto con ellos se llevaron lo
información que tenían porque, pos, no hay más documentos que el que hizo el
padre Che.”89 O sea: mi pueblo se muere y yo muero con él.
89
Entrevista con AS, VL, Canoas, junio 2009.
Conclusiones
E
l trabajo que hemos presentado tuvo como objetivo, no sólo el de introducir al
lector en el conocimiento de la microhistoria de un pequeño pueblo
guanajuatense, Congregación de Canoas, sino también el de realizar un acto de
intervención educativa.
Este acto se ejecuta a través de
la difusión de este
cuadernillo en el que se presenta una memoria histórica colectiva y con el que se
pretende contribuir a una reflexión comunitaria sobre los rasgos históricoculturales
de ese colectivo, para que sea éste el que tome las decisiones que lo lleven a
preservar las cosas tal como fueron o a empujar los cambios.
Como dijera Ricoeur90 la historia es como los instantes vividos que una vez
que pasan mueren; para evitarlo se requiere de la memoria histórica que revive el
suceso, pero sobre todo se requiere recuperar el sentido de la acción.
Así, una
fecha, una foto, una carta, una fiesta que en la actualidad quizá no tengan
significado, son testimonios que nos hablan en detalle de los sucesos del pasado,
que nos ayudan a ir armando sus eslabones y a enterarnos de lo que somos. Esto
es muy difícil de encontrar a nivel de una micro-realidad como la de Canoas91 por
lo que valoramos enormemente los testimonios de quienes nos permitieron
encontrarnos cara a cara con ese pasado que marca
90
toda una época, una
Paul, Ricoeur. La memoria, la historia, el olvido. FCE, México, 2010, p. 509.
No encontramos documentación ni en el archivo municipal de Celaya, ni en las Casas de los
Cronistas de Celaya y Apaseo el Alto, ni en los archivos franciscanos (con sus cuatro amplias
líneas: secciones, conventos, gobiernos y sección general), ni en la hemeroteca de El Sol del Bajío.
91
civilización, una ideología, etc. Fue a través de esos testimonios donde pudimos
constatar cómo las tradiciones conforman la cultura de un pueblo y son, a su vez,
conformadoras de la identidad la cual, como dice Silvia Valencia,92 se da en los
planos individual y colectivo. En el primero, en el de la identidad individual, se
da como los caracteres propios de cada persona que la distinguen de los demás
o como los elementos que nos mantienen siendo nosotros mismos a través del
tiempo.
Esta identidad individual, una vez que se tiene, nos conduce al encuentro de
la identidad colectiva
o sea de aquellos
elementos
que distinguen a una
comunidad de las demás (territorio, lengua, rasgos culturales). Estas identidades
son modificables y una vez constituidas pueden irse reconstruyendo.
A partir de nuestra relación estrecha con los canoenses, de su participación
activa en la construcción del conocimiento, fue posible la conformación de esta
memoria histórica y la comprensión de los fenómenos de construcción identitaria
así como la de la preocupación de sus habitantes de mayor edad al ver en peligro
de extinción no sólo las tradiciones, sino su propia identidad, su memoria histórica
y hasta su mismo pueblo.
Silvia Valencia. Las transformaciones de la identidad. http://www.litrasfalsas.com/ensayos
/46-edicion-1/47-las-trasformaciones-de-la-identidad.html. (Consultado el 4 de agosto del 2011).
92
Desde esas preocupaciones socioculturales quisimos contribuir, a través de
la microhistoria del lugar y de su difusión como acto de intervención educativa,
a
que
el canoense reviva o se acerque al pasado de su pueblo y a que refuerce o
conforme el centro de gravedad de su identidad.
Tal como dijera Marcela
Álvarez,93 desde ese centro de gravedad no sólo del individuo – en nuestro caso el
canoense- sino del pueblo mismo como colectivo, se construirá el escudo que, aún
con las incorporaciones, ajustes o transformaciones que el sujeto realice a su
cultura, fungirá como el elemento que le recuerde quién es, de dónde viene, cuál
es su lugar de origen. Desde ese reconocimiento el sujeto podrá decidir, en total
libertad, si salva o dejar ir lo que fue. Los canoenses serán quienes digan si este
trabajo ha contribuido a ello.
Finalmente queremos destacar que, desde nuestra perspectiva,
el
conocimiento siempre está en constante construcción, que no hay ninguna verdad
absoluta y definitiva. Por eso, aunque hemos llegado al “término” del estudio,
sabemos que la versión construida que hemos presentado es histórica por lo cual
el proceso de investigación como
ir y venir, queda abierto a posibles
investigaciones futuras. También, ¿y por qué no decirlo?, éste podría ser sólo el
inicio de la indagación aunque se suponga que ésta ha terminado.
Marcela Álvarez. La construcción de la identidad, fallas en la consolidación del sentimiento de sí mismo:
la
identidad
negativa.”
Parte
I.
Conferencia
abierta.
http://www.angelfire.com/ak/psicologia/identidad.html. Para Álvarez conformar una identidad
es establecer un centro de gravedad en torno a sí mismo lo que implica que más allá de los cambios
internos o externos, más allá de los nuevos conocimientos y saberes que uno incorpora, hay un Yo
relativamente unificado. Eso significa que el sujeto construye una posición básica de ser en el
mundo que lo acompañará a lo largo de su vida, más allá de los ajustes y replanteos posteriores que
su existencia pueda depararle. El sujeto conforma esa posición en las dos primeras décadas de
vida. (Consultado el 6 de agosto 2011).
93
Pero este pasado, próximo o lejano igualmente,
“
tiene siempre un sentido para nosotros.
Nos ayuda a comprender mejor la sociedad
en que vivimos hoy,
a saber qué defender y preservar,
a saber qué derribar y destruir.”
Jean Chesneaux
Historiador francés del s. XX
Fuentes
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
La bibliografía de este cuadernillo se cita por orden de aparición.
ARREGUÍN RODRÍGUEZ, Paulina. Microhistoria de una comunidad y de cien años de
una tradición: Congregación de Canoas y su pastorela. Una intervención educativa.
Tesis de licenciatura. Universidad Pedagógica Nacional, Unidad112, Celaya, Gto.,
México, 2012.
http://www.lover-ice.com/celaya/celayahistoria.htm
AGUILAR ZAMORA, Rosalía y José Tomás Falcón Gutiérrez. «‘Andar con el hato
a cuestas.’ La fundación de villas y pueblos de indios en el Valle de los
Chichimecas.” Takwá / Núm. 9 / Primavera 2006 / pp. 53-73. Centro INAH
Guanajuato. http://148.202.18.157/sitios/publicacionesite/pperiod/takwa/Takw
a9/rosalia_aguilar.pdf
http://www.oem.com.mx/elsoldelbajio/notas/n2195257.htm
http://elsenordelhospital.blogspot.com/2011/09/el-camino-real-su-pasopor-el-bajio-en.html
http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:aPYp6CrqeSkJ:es.wikipe
dia.org/wiki/Otom%C3%AD+codice+florentino.+tecoac&cd=1&hl=es&ct=clnk&g
l=mx&source=www.google.com.mx.
DE
SAHAGÚN,
Fray
Bernandino.
http://www.arqueomex.com/S2N3n
PALABRA73.html
Los
otomíes
en
las
fuentes.
CeCYTECc. Rincón de Tamayo: el municipio perdido. Series monográficas V. Códice
reproducciones Gráficas S.A de C.V., 23 de agosto de 2004.
FERNÁNDEZ CHRISTLIEB, Federico y Pedro S. Urquijo. “Los espacios del pueblo
de indios tras el proceso de Congregación, 1550-1625.” Investigaciones Geográficas.
UNAM,
número
60,
México,
agosto
2006.
redalyc.uaemex.mx/pdf/569/56906012.pdf
LÓPEZ WARIO, Luis Alberto y Francisco Javier Ortuño Cos. Una vida en el
preclásico. http://www.arqueomex.com/S2N3nFORMATIVO73.html.
LASTRA DE SUÁREZ, Yolanda. Los otomíes: su lengua y
UNAM/Instituto de Investigaciones Antropológicas, México, 2006.
su
historia.
FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ, Íñigo. Historia de México para principiantes.
4www.liceus.com/cgibin/ac/pu/2503.Asp
VON WOBESER, Gisela . La formación de la hacienda en la época colonial. El uso del
agua y la tierra. Instituto de Investigaciones Históricas, UNAM, México, 1983.
TERÁN BONILLA, José Antonio. “Arquitectura rural en México. Las haciendas de
una región”. Estudios sobre arquitectura iberoamericana. Ed. Junta de Andalucía,
Consejería
de
Cultura
y
Medio
Ambiente,
Sevilla,
1990.
http://vamonosalbable.blog
spot.com/2009/08/los-propietarios-de-la-hacienda-de-san.html
WOLF, Eric R. “El Bajío en el siglo XVIII. Un análisis de integración cultural.” D.
Barkin (coord.) Los Beneficiarios del Desarrollo Regional. México, SEP/Setentas, 1972.
SOLDARA LUNA,Rafael. “Haciendas de Celaya. Su historia, arte y belleza.” El
Sol del Bajío. Suplemento especial N° 2, 2008, Celaya, Gto.
SERRANO CARRILLO, Manuel. Manuscritos inéditos para la fundación de los
pueblos-doctrina El Guaxe, Amoles, El Montuosso y San Bartolomé del Rincón.
Septiembre del 2000, Celaya, Gto.
SOLDARA LUNA, Rafael. “Haciendas de Celaya. Su historia, arte y belleza.” El
Sol del Bajío. Suplemento especial N° 3, Celaya, Gto. México 2008.
“Historia del pueblo de Canoas, comunidad del Municipio de Celaya, desde su
fundación hasta 1945”. Los ojos del Tiempo. El Sol del Bajío. Suplemento Especial, N°
11, Celaya, 15 de noviembre de 2009.
http://rincondtamayo.blogspot.com/2009/08/breve-resena-de-la-hacienda-desan.html
RODRÍGUEZ ANDRADE, Fray José. Datos históricos del Pueblo de Canoas. México,
1945.
RODRÍGUEZ ANDRADE, Fray José. “Los ojos del tiempo # 11. HISTORIA DEL
PUEBLO DE CANOAS, COMUNIDAD DEL MUNICIPIO DE CELAYA, DESDE
SU FUNDACION HASTA 1945.” El Sol del Bajío, Celaya, 15 de noviembre de 2009.
FERNÁNDEZ CHRISTLIEB, Federico y Pedro S. Urquijo. Los espacios del pueblo de
indios tras el proceso de Congregación,
1550-1625. Investigaciones
Geográficas.
LÓPEZ AMEZCUA, Luz Paola. Voces desde el pasado: la guerra cristera en el estado de
Guanajuato
1926-1929,
el
caso
del
municipio
de
Salvatierra.
http://wmu.coaprendo.cl/elgg/
metinvesti09/files/2347/4809/ejemplo2.pdf
http://rincondtamayo.blogspot.com/2009/08/personajes-representativos-derincon-de.html
CONTRERAS SOTO, Ricardo et al. CONSULTA CIUDADANA PARA EL
GOBIERNO
MUNICIPAL
DE
CELAYA
2009
-2012.
http://www.eumed.net/libros/2009b/530Economia%20empleo%20y%20campo%
20en%20Celaya.htm
VELASCO TORO, José. Catolicismo popular en México: líneas temáticas para el estudio
de los ámbitos de influencia ritual y devocional. Instituto de Investigaciones HistóricoSociales, Universidad Veracruzana, Veracruz, México, 2007.
Mito:
función
y
significado.
http://www.profesorenlinea.cl/castellano/Mito_Funcion_ Significado.htm
RODRÍGUEZ ANDRADE, Fray José. “Algunos sucesos históricos en el pueblo de
Canoas”. Los ojos del tiempo. El oficio de escribir la historia (Celaya y la región, 15702009). El Sol del Bajío, Celaya, Gto., 11 de octubre de 2009.
ALVARADO GARCÍA, Raúl. ”San Agustín, de convento a cárcel y de cárcel a
Casa de la Cultura. Nuevos capítulos para la historia de Celaya y la región. Siglos
XX y XXI.” El Sol del Bajío, N° 3, Celaya, México, 2006-2009
ALVARADO GARCÍA, Raúl. BAYETA TRADICIONAL EN LA REGION DE
CELAYA, GUANAJUATO. http://www.raul-alvarado.com/
“A la diplomacia y el despacho de oficinas.”
http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/
1080012583_C/1080012587_T5/1080012587_68.pdf
Historia
de
México.
CARREÑO DE MALDONADO, Abigail. Imagen de Celaya. 2ª. ed. Recopilación
Histórica de México, Celaya, 1992.
CARLSEN, Laura. “Autonomía indígena y usos y costumbres: la innovación de la
tradición.” Programa Panamericano de Defensa y Desarrollo de la Diversidad biológica,
cultural
y
social.
Buenos
Aires,
17
de
mayo
de
2006.
http://www.prodiversitas.bioética.org/nota26
RODRÍGUEZ SERRANO, María, HAR y FAR.
Celaya, México, sin fecha.
Cuadernos de recuerdos. Canoas,
RICOEUR, Paul. La memoria, la historia, el olvido. FCE, México, 2010.
VALENCIA, Silvia Las transformaciones de la identidad.
http://www.litrasfalsas.com/ensayos/46-edicion-1/47-las trasformaciones-de-laidentidad.html.
ÁLVAREZ, Marcela. La construcción de la identidad, fallas en la consolidación del
sentimiento de sí mismo: la identidad negativa.” Parte I. Conferencia abierta.
http://www.angelfire.com/ak/psicologia/identidad.html.
FUENTES DOCUMENTALES




Archivo Franciscano, Celaya, Gto., Octubre 2011.
Archivo Municipal de Celaya, Celaya, Gto., Septiembre 2011.
Archivos de la Parroquia de Tamayo, Rincón de Tamayo, Celaya, Gto.,
Febrero 2009.
Hemeroteca de El Sol del Bajío, Celaya, Gto., Octubre 2011.
FUENTES ORALES

Entrevistas con informantes claves
Señor Ermilo
Señor Francisco Serrano y su Esposa
Señora Rosa Arreguín
Señor Bernardo
Señor Daniel Rodríguez y su esposa Dolores Ramírez
José Mendoza Martínez
Hilario Arreguín Rodríguez
Agustín Rodríguez Serrano

Entrevistas con cronistas
 Cronista de Celaya, Sr. Herminio Martínez. Celaya, Gto. Octubre
2011.
 Cronista de Apaseo el Ato. Dr. Francisco Sauza Vega. Apaseo el
Alto, Gto. Noviembre 2011.
ANEXO 1
Corrido de la brecha de Guapango
José Mendoza Martínez
Canta –autor
Año 1947
En la sombra de una higuera
solo don Vicente Lara
lucía su carretera.
Llegó Vicente a Guadalupe
preguntaba por don Pancho:
“quiero que queden conformes
toditos los de este rancho.”
Pancho Noyola le dice:
“Vicente en eso no puedo.
Búscate a Rosendo Chávez
que él es el jefe primero.”
Rosendo Chávez le dijo:
“guárdalo como un tesoro
si la gente no me ayuda
te pasas a Tarimoro.”
Vicente entró a trabajar
con la gente que él llevaba,
presentaba su licencia
y nadie le decía nada.
Empezaron en Canoas.
Muy duro iban trabajando
para llegarle a Guadalupe,
luego pasarse a Guapango.
El suegro de don Vicente
no lo dejaba pasar :
“y si estás atravesando
un día te voy a matar.”
Don Vicente le contesta:
“Señor téngame paciencia
el terreno que le pise
ya cuéntelo como mi herencia.”
También don Logio Canchola
fue a denunciarlo a Celaya.
No halló la presidencia
luego se dio las malayas.
De vergüenza que le dio
le explicaba sus razones:
“si tomas la cabecera
yo te hago los callejones.”
Don Vicente le contesta:
“no agarro la cabecera
si yo tengo mi permiso
a pasar por donde pueda.”
El jefe que iba con Chente
nomás estaba observando
le dijo al señor Isidro:
“el camión entró a Guapango.”
Cuando terminó el trabajo,
esto todo yo lo supe,
Vicente dice a su gente:
“en Guapango invito un pulque.”
Cuando yo ya me despida
me despido de una flor
la carretera la hicieron
don Vicente y Salvador.
Salió el camión de Celaya
por Guadalupe iba volando
no sabían que en el bordo
ya le estaban esperando.
Chente tenía un camioncito
que le llamaban El Lirio
pero compró otro más grande
él con Salvador Patiño .
El señor Isidro Pérez
les decía con mucho esmero:
“yo te doy la carretera:
por el arroyo del terrero.”
Salva no quiso cobrarle
el pasaje a las mujeres
mejor le vendió su parte
al señor Lorenzo Pérez.
Don Vicente le contesta:
“mire, no crea que estoy sordo
el camino está arreglado
por la orillita del bordo.”
Estos versos que les canto
se los canté como quiera
para que tengan presente
a la nueva carretera.
Isidro se fue a su casa
Y muy triste se quedó
Le dijo a todos sus hijos:
“esto de nada sirvió”
ANEXO 2
Corrido del camión que se volteó
José Mendoza Martínez
Canta -autor
Año 1961
Señor don Vicente Lara
con su permiso señor
voy a cantarle estos versos
siendo dueño del camión.
Cuando falló el motor
la gente empezó a gritar:
“Vicente para el camión,
ya nos vamos a bajar.”
El día primero de marzo
que presente tengo yo
en la cuesta de Canoas
el camión se le volteó.
Vicente no respondía
él iba muy asustado
se encomendó a San Francisco,
si no, se hubiera matado.
Él le decía a su pasaje:
“ya se pueden bajar
la subida está muy alta
y podemos peligrar.”
El camión se fue pa’ tras
y de espaldas se cayó
y la jaula de Rosendo
fue la que se lo cargó .
El pasaje le responde no,
no pensando en la desgracia:
“nosotros no nos bajamos,
vámonos a ver qué pasa.”
Cuando se quito el motor
Lencho Pérez les gritaba:
“no siento que se maten,
yo lo que siento es mi carga.”
Él preparó bien sus frenos
le dio con mucho valor
pero en la primera curva
se le apagó el motor.
Luego le respondía Anita
de la hacienda de Guapango:
“yo ya no siento mi pan,
yo lo que siento es mi mano.”
Ahí ocurrió mucha gente
y algunos desconocidos,
no más un muerto salió
los demás fueron heridos.
Luego el señor delegado,
hombre de buen corazón,
pa’ levantar los heridos
telefoneó a la inspección.
De pronto llegó la julia
y también un abogado
para levantar el acta
donde se habían desmayado.
También llegó la Cruz Roja.
La llenaron y se fueron.
Les costó echar otro viaje
porque en uno no cupieron.
Cuando se cayó el camión
se fue uno pal’ Soteleño.
También salió mal herido
con Vicente que era el dueño.
Ya con ésta me despido
porque ya me voy ahorita,
el barraque ya quedó
de nuevo en la barranquita.
ANEXO 3
Dispensa
Daniel Rodríguez Serrano
Autor
Año 2008
Para iniciar mi labor
pido permiso primero
a Dios que tiene el poder
para que hoy sea mi compañero.
Esta es una tradición
que cada año se celebra
por eso estamos luchando
para que no se nos pierda.
Al público lo saludo
con respeto y vocación,
a ustedes lo que les toca
es poner mucha atención.
Yo vengo a participar
de la ciudad de Celaya.
Agarren una libreta
para que apunten mis fallas.
Ahora aquí estoy con ustedes
dando mis primeros pasos
a la Santa Cruz le pido
que me cubra con sus brazos.
Yo no voy hablar de la gente
ni a decir cosas pesadas
mucha gente se molesta
si decimos payasadas .
Esta fiesta es dedicada
a nuestra virgen María,
me agarraré con su manto
para que me sirva de guía.
Cuando yo subí a este foro
me daba como mucha pena,
es que dicen que nosotros
venimos de tierra ajena.
El nacimiento del niño
es el que hoy les presentamos,
el camino es muy largo
el que nosotros llevamos.
Venimos a construir
la obra que está en el suelo
es que aquí están los cimientos
que dejaron mis abuelos.
Venimos desde el oriente
yo ya me siento cansada
las estrellas nos anuncian
que esta es la primera jornada
Vamos a adorar al niño
que nació a los cuatro vientos
pero San José su padre
ahí le formo su nacimiento.
Siempre nos ha de tocar
de bailar con la más fea
pues en las malas y en las buenas,
le entramos a lo que sea.
Este será nuestro viaje
para cumplir nuestra misión
lo estaremos adorando
y con mucha devoción.
Debemos estar unidos,
al fin nada nos cuesta.
Pero dicen que en esta vida
el prójimo nunca se presta.
Cuando yo iba a los ensayes
me daba mucha tristeza,
nada más me ponían a cantar
y a mí me dolía la cabeza.
Mi maestro me decía
“tú no vales un cacahuate”
y yo me ponía chapiada
al color del jitomate.
El a mi me decía
“yo soy tu empresario”
y él como ya está viejo
nomás piensa en el rosario.
Ahora no se qué hacer
estoy bien decidida
quiero agarrarlo del cuello
y darle dos que tres mecidas.
En mi casa me decían
que si salía ni bailara
que porque si lo hacía
llegando me iba a tocar la bara.
Ahora no sé qué hacer
no me puedo controlar
cuando la música toca
en partes quiero volar.
Yo les dije: “no se apuren
al cabo aún estoy muy chiquilla
yo no voy a permitirles
que me agarren mis costillas.”
Ya me voy por un momento
yo soy la pastora Flora
aquí estaré con ustedes
hasta que salga la Aurora.
Mi gracia van a escuchar
antes de que yo me vaya
por si un día me necesitan
como me busquen me hallan.
Ya me paso a retirar,
de aquí nadie me encamina.
Yo soy Paulina Arreguín
y por mi madre Rodríguez
Unos estarán contentos
otros mal agradecidos
a la música le pido
por favor, Amor perdido.

Documentos relacionados