Muéstranos, Señor, tu Misericordia y danos tu Salvación E
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Muéstranos, Señor, tu Misericordia y danos tu Salvación E
MISERICORDIA Muéstranos, Señor, t u Misericordia y danos tu Salvación E 1 título de este artículo, con el que correspondo a la invitación que la Cofracria del Santísimo Cristo de la Misericordia me hizo para participar en la revista coilinemorativa de sus Bodas de Oro, está tornado de u n hermoso y significativo diálogo que se produce entre celebrante y fieles durante la Santa Misa. En efecto, Jesús, Dios hecho carne, hace patente su infinita misericordia, mediante la que nos alcanza la salvación eterna, en cada segundo de cada minuto, en cada hombre de cada tiempo. Pero para los nazarenos murcianos, Cristo muestra también su misericordia ciiando en la tarde triste del Viernes Santo, desde hace 50 años, sale a recorrer las calles y plazas de Murcia ofreciéndonos la visión estreinecedora de su muerte. Y a esa muda predicación de la misericordia divina que se produce en e1 &a grande de la Semana Mayor, aportarnos nuestro humilde grano de arena los estantes de la cofradía de San Esteban, conscieiites de que ese esfuerzo, esa penitencia que se hace más ligera cuando se hace de corazón, representa nuestra modesta contribución a la remembranza anual del Misterio de la Redención. Ser estante de cualquiera de los pasos de la Semana Santa m~ircinnaes u n honor y una inues- tra de religiosidad y murcianía. Para níi, lierinanos en la Misericordia, queridos "pavos", ser estante de nuestro querido y precioso Cristo es, además, un orgullo. Orgullo por hacerme cirineo de nuestro Seiior, orgullo por vestir la túnica negra y el capuz grana, orgullo, en fin, por meter el hombro en el mismo lugar en el que lo hizo mi padre desde la f~mdaciónde la Cofradía hasta que tuvo a bien legarme tan preciada herencia. Al volver hoy Ia vista atrás, con la perspectiva del tiempo y los años, me veo en la bella iglesia de San Esteban, a los pies del Seiior de la Misericordia, durante los solemnes cultos cuaresmales, envuelto el templo renacentista en voliitas de incienso; me recuerdo en tardes de Martes Santo acompañando al crucificado marfileño de Domingo Reltrh camino de San Bartolomé; y veo también a los cofrades que rios precedieron en el amor a Cristo y la nazaren'ia, con don Enrique Tudela, dori Diego Ruiz Giménez y dori José García Carbonell a la cabeza, rezando ante quien da sentido a nuestra fe, porque de su Misericordia rios vicnc la Salvación. RamGn Luis Valcárcel Siso Prcwdenle de Ir< C C . m . de kt Reg-WBde &Iurria Nazareno estunte del Cristo de kr Mis~ricorclicr 50 Aniversario (1949-1999) 131