Bosques contra calentamiento

Transcripción

Bosques contra calentamiento
INTERNATIONAL WEEKLY
Una colaboración con
DOMINGO, 4 DE ENERO DE 2015
Copyright © 2015 The New York Times
ADRIANA ZEHBRAUSKAS, PARA THE NEW YORK TIMES
Los humanos han cortado o dañado al menos tres cuartas partes de los bosques del mundo. Ahora, algunos, como éste en Costa Rica, vuelven a crecer con éxito.
Bosques contra calentamiento
Se busca eliminar carbono al frenar deforestación y con la siembra de árboles
POR JUSTIN GILLIS
LA VIRGEN, Costa Rica — En el plazo de
unas cuantas décadas, a mediados del siglo
XX, este pequeño país taló la mayoría de sus
antiguos bosques. Sin embargo, tras una inmensa campaña de conservación y una oleada de crecimiento forestal nuevo, hoy los árboles cubren más de la mitad de Costa Rica.
Mucho más al sur, hubo una época en que
la selva del Amazonas era rápidamente despejada para hacerle espacio a la agricultura,
pero Brasil ha frenado a tal grado la pérdida
que ha hecho más que ningún otro país para
limitar las emisiones que conducen al calentamiento global.
Y del otro lado del mundo, en Indonesia, se
han hecho promesas nuevas para detener la
tala desmesurada de los bosques del país,
respaldadas por intereses de negocios con el
poder para cristalizarlas.
EN LÍNEA: SELVA TROPICAL
Imágenes de Costa Rica, donde se
documenta la recuperación de una selva:
nytimes.com Busque ‘La Virgen forest’
En la batalla para limitar los riesgos del
cambio climático, desde hace décadas ha
estado claro que concentrar la atención en
los inmensos bosques tropicales del mundo
—salvando los que quedan y quizás permitiendo que crezcan nuevos— constituye la
estrategia más prometedora a corto plazo.
Ello se debe al papel primordial que juegan
los bosques en lo que se denomina el ciclo de
carbono del planeta. Los árboles extraen el
dióxido de carbono —el principal gas con
efecto invernadero— del aire y encierran
el carbono en su madera y en la tierra. Des-
truirlos, típicamente mediante la quema,
reintroduce gran parte del carbono al aire,
contribuyendo al cambio climático.
A través del tiempo, los humanos han talado o dañado por lo menos tres cuartas partes
de los bosques del mundo, y esa destrucción
ha sido responsable de gran parte del carbono en exceso que hoy calienta al planeta.
Sin embargo, impulsados por un creciente
movimiento ambientalista en países que son
hogar de bosques tropicales y por una mayor
presión de consumidores occidentales partidarios de prácticas sustentables, hoy los
líderes gubernamentales y corporativos emprenden una nueva ofensiva para frenar la
tala, y detenerla por completo con el tiempo.
Además, hay planes para estimular el crecimiento forestal nuevo a una escala tan masiva que podría extraer del aire una cantidad
considerable del dióxido de carbono liberado
por el hombre y encerrarlo a largo plazo.
“El público debería animarse”, dijo Rolf
Skar, del grupo ambientalista Greenpeace.
“Nos encontramos en un momento potencialmente histórico en el que el mundo está
empezando a despertar a la problemática y a
aplicar soluciones reales”.
Aún así, Greenpeace y otros grupos prevén
que años de ardua labor les esperan. En todo
el mundo, con frecuencia se talan árboles para hacer espacio para la agricultura. Salvar a
los bosques, de lograrse, requerirá producir
más alimentos de manera más intensiva en
menos tierra.
Notable recuperación
En las profundidades de la selva tropical
costarricense, monos capuchinos de cara
Con­­tin­­úa en la página 4
INTELIGENCIA
EL MUNDO
DINERO Y NEGOCIOS
ARTE Y DISEÑO
La injusticia frustra
Pág. 2
a Kenia. Dinastía brasileña lidia
Pág. 3
con su ocaso. Los commodities bajan
China impone medidas a
edificios “raros”. Pág. 12
en Latinoamérica. Pág. 7
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THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY
DOMINGO, 4 DE ENERO DE 2015
EL MUNDO
Banquero con millones
pero sin ética
Una de las creencias perdurables derivada del colapso económico del 2008 es que los banqueros que provocaron la crisis
en gran medida se libraron de
castigo. Pero
VENTANA
un banquero
londinense
aprendió el
mes pasado
que hacer
trampa con
su tarjeta de
transporte
público era
otra historia.
Jonathan Paul Burrows, un
director administrativo en
BlackRock Asset Management
Services, en Londres, fue vetado de por vida de la industria
financiera por los reguladores
británicos por no pagar la tarifa
completa de los trenes que tomó
durante cinco años, reportó The
New York Times.
La agencia reguladora británica que supervisa a los profesionales financieros externó que
“El gran ladrón
de trenes” pierde
ante informantes.
Burrows, quien percibe alrededor de un millón de libras al año
(unos US$1.5 millones) y tiene un
hogar en las afueras de Londres
valuado en unos 3 millones de
libras (unos US$4.5 millone), no
era apto para desempeñar su
puesto porque “carece de honestidad e integridad”.
El periódico Daily Mail le dio
un apodo más pintoresco: “el
gran ladrón de trenes”.
Burrows fue detenido en una
estación londinense luego de
trasladarse en un tren desde
East Sussex, donde lo abordó en
una estación sin torniquetes.
La estación de Londres requiere que el boleto sea pasado
por un lector para salir, pero
Burrows utilizó una tarjeta con
la tarifa máxima dentro de Londres, de 7.20 libras (US$11.18),
menos que la tarifa de 21.50
libras (US$33.39) por traslados
desde fuera de la ciudad.
Sus comentarios son bienvenidos
en [email protected].
Burrows admitió no haber
pagado la tarifa completa, y
una investigación arrojó que no
había comprado un pase de temporada desde el 2009. Una vocera de ferrocarriles
dijo que Burrows negó haber evitado el pago de tarifas durante
cinco años, pero pagó 43 mil libras, o US$67 mil 200, en multas,
en marzo.
Quizás Burrows debió haber
considerado una profesión que
involucrara delatar a banqueros
que andan en malos pasos, una
decisión lucrativa para algunos
en Estados Unidos.
Edward O’Donnell, quien
se convirtió en un informante,
se enteró el mes pasado que
recibirá más de US$57 millones
por ayudar a fiscales federales
a obligar al Bank of America
a pagar una multa récord de
US$16.65 mil millones de años
por su papel en la venta de hipotecas y valores subprime.
El pago a O’Donnell es a raíz
de una demanda que interpuso
bajo la Ley Contra Reportes Falsos a principios del 2014, y que
los fiscales federales utilizaron
para forzar al Bank of America a
aceptar un trato.
Del 2003 al 2009, O’Donnell
fue un ejecutivo en Countrywide Financial, una hipotecaria
que alguna vez dominó la industria y que fue adquirida por
Bank of America a principios
del 2008.
A Robert Madsen, otro informante que jugó un papel en el
acuerdo extrajudicial con Bank
of America, se le pagará US$56
millones por su labor.
Madsen, un ex empleado de
una compañía de avalúo de
propiedades subsidiaria del
Bank of America, declaró a The
Times que fue difícil mantener
en secreto durante cuatro años
su cooperación con los fiscales
federales.
Hasta el mes pasado, ni
O’Donnell ni Madsen sabían que
serían verificados sus reclamos
de que el Bank of America tenía
años de sobrevaluar propiedades en malas condiciones.
Madsen dijo a The New York
Times que planea reinvertir algo
del dinero en el negocio del financiamiento de hipotecas, una
carrera que dijo amar.
“No entré a esto con la mentalidad de que obtendría dinero”,
agregó.
TOM BRADY
Un banquero
de Londres
fue vetado de
la industria
financiera por
no pagar toda
la tarifa de
trenes que tomó
durante 5 años.
ANDY RAIN/EUROPEAN PRESSPHOTO AGENCY
FOTOGRAFÍAS DE ZEHBRAUSKAS ADRIANA, PARA THE NEW YORK TIMES
En la imagen, dos monos aulladores; Abajo, un árbol es medido en la Estación Biológica La Selva.
Restauran bosques para encerrar
carbono y reducir calentamiento
Viene de la página 1
blanca brincaban en las copas de
los árboles. Tucanes y monjas surcaban el aire y una inmensa mariposa, batiendo sus alas de color
azul iridiscente, revoloteó cerca.
Bernal Paniagua Guerrero centró su atención en un solo árbol de
seis metros de altura, dictándole
un número a su hermana, Jeanette
Paniagua Guerrero, que lo registró
en una tabla sujetapapeles.
Con eso, el árbol, un manú negro
de poco más de cinco centímetros
de diámetro, ingresó a la base de
datos de conocimiento científico
del mundo. Su crecimiento será
rastreado hasta que muera por
causas naturales —o alguien decida talarlo por la valiosa madera
resistente a la pudrición.
Los hermanos Paniagua trabajan para una científica estadounidense, Robin Chazdon, ayudándola
a hacer una crónica de una notable
recuperación.
Cuatro Ríos, la selva donde se encontraban recientemente, parecía
haber estado allí eternamente. Sin
embargo, el lugar había sido tierra
de pastoreo para ganado hace solo
45 años. Cuando sufrió una caída el
mercado para la carne de res, los
propietarios dejaron que la selva lo
invadiera.
Hoy, la selva es un sitio de estudio
para Chazdon, de la Universidad de
Connecticut, quien se ha convertido en una destacada proponente de
que el crecimiento forestal nuevo
a gran escala puede ayudar a solucionar algunos de los problemas
del mundo.
Durante toda la historia geológica de la Tierra, el carbono ha fluido
entre la tierra, el aire y el mar. Las
evidencias muestran que la cantidad de carbono el el aire, en la forma de dióxido de carbono, determina en gran medida la temperatura
del planeta.
La quema de carbón, petróleo
y gas natural traslada al carbono
de la tierra y lo introduce al ciclo
de carbono activo que opera en la
superficie de la Tierra, causando
el calentamiento que los científicos hoy creen es más rápido que en
cualquier otro periodo similar.
Aunque las mayores temperaturas están causando amplios problemas, incluyendo olas de calor y
aumentos en los niveles del mar, el
creciente dióxido de carbono también actúa como un tipo de fertilizante vegetal. El gas es la fuente
primaria de carbono que las plantas convierten en azúcares y tejido
leñoso empleando la energía de la
luz solar.
Los reportes científicos sugieren
que del 20 al 25 por ciento del dióxido de carbono que la gente introduce al aire está siendo absorbido por
árboles y otras plantas.
Pero cuando la gente daña o destruye los bosques, eso libera dióxido de carbono, empeorando el problema del calentamiento. Históricamente, en todo el planeta se han
talado bosques. Hoy, están en proceso de crecer de nuevo en grandes
extensiones del Hemisferio Norte,
y la destrucción más preocupante
se da en los países tropicales más pobres.
Los científicos llegaron
hace décadas a la conclusión de que se tiene que
detener la deforestación,
tanto para limitar el cambio climático como para
conservar la diversidad
biológica. Ahora se empieza a comprender el
enorme potencial de bosques y selvas nuevas o en
recuperación para ayudar a extraer emisiones
del aire.
Qué tanta diferencia
puede hacer una ambiciosa estrategia de crecimiento renovado de
bosque es algo que los
científicos aún tratan de
determinar. Sin embargo,
una figura destacada en
la discusión —Richard A.
Houghton, del Centro de Investigación Woods Hole, en Massachusetts— ha argüido a favor de convertir unas 486 millones de hectáreas
de tierras agrícolas degradadas o
muy poco productivas en bosques.
Los investigadores dicen que esa
cifra sería posible si la agricultura
en los países pobres se volviera mucho más eficiente.
Houghton cree que si ese objetivo
fuera buscado de manera agresiva
y a ello se aunaran esfuerzos más
serios para proteger los bosques
existentes, el rápido crecimiento
del dióxido de carbono en la atmósfera podría ser frenado de manera
pronunciada o incluso detenido.
Eso, en su opinión, le daría al
mundo unas décadas para una
transición ordenada de alejamiento de los combustibles fósiles. “Ésta
no es una solución, pero ayudaría a
ganarnos un poco de tiempo”, dijo
Houghton.
Táctica efectiva
El Amazonas, que se extiende
por nueve países sudamericanos,
es el bosque tropical más grande
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EL MUNDO
Costa Rica: Una Historia de Éxito
del mundo. La mayoría de la selva
amazónica se encuentra en Brasil,
que la trató durante décadas como
un recurso ilimitado.
Para mediados de la década
pasada, el 17 por ciento de la selva
amazónica había sido talada. Los
grupos ambientalistas hicieron
sonar la alarma, al igual que personas cuyos ancestros habían vivido
en la selva durante miles de años.
Al tiempo que la deforestación
llegó al máximo, en el 2004, Brasil
se vio objeto de la condena internacional. En el 2006, los grupos
ambientalistas encontraron una
manera para que la presión del
mercado se dejara sentir.
Cultivos en tierras deforestadas, particularmente soya, se utilizaban para producir carne para
compañías de Occidente, como
McDonald’s, lo que creaba una
potencial responsabilidad en ojos
de sus clientes. Greenpeace invadió los restaurantes McDonald’s
y pegó por todas partes pósteres
de Ronald McDonald esgrimiendo
una sierra eléctrica. Esa compañía
y otras respondieron presionando
a sus proveedores, que impusieron
una moratoria a productos vinculados con la deforestación.
La intensa presión resultó en
una caída del 83 por ciento en la deforestación durante la última década. Al mismo tiempo, el ministerio
de agricultura de Brasil empezó a
enforcarse en ayudar a los agricultores a elevar sus rendimientos sin
tierra adicional.
Pruebas de fuego
Con la deforestación relativamente bajo control en Brasil, Indonesia se convierte en el gran escenario de prueba para las estrategias de los grupos ambientalistas.
Allí, la gente tala incluso los bosques nacionales impunemente. La
principal razón es despejar tierras
para la lucrativa producción de
aceite vegetal de la fruta de un tipo
de palma.
Solo unas cuantas compañías
venden el aceite —empleado en
bienes de consumo como jabón, nieve y lápiz labial— en los mercados
globales, y los grupos ambientalistas han convertido a esos grandes
intermediarios en su blanco.
Las compañías que controlan el
grosor del comercio global del aceite de palma recientemente firmaron promesas de no deforestación,
y la influyente cámara de comercio
de Indonesia respaldó un llamado
por nueva legislación relativa a los
bosques del país.
Pero incluso si Indonesia toma
acciones contundentes, hay temo-
res de que los avances pudieran
ser fugaces. El incentivo económico por talar bosques sigue siendo
poderoso y las medidas enérgicas
solo mandan a los especuladores a
otras regiones.
“Compañías asiáticas están corriendo a África y comprando la
mayor cantidad de tierras posible”,
dijo Glenn Hurowitz, de Climate
Advisers, una consultoría en Washington. “Eso despierta temores”.
Aún así, con el progreso visto
en la deforestación, la atención de
muchos se vuelve a la posibilidad
del crecimiento nuevo de bosques
a gran escala. Chazdon, que cree
firmemente en detener la deforestación, dijo que muchos de los
terrenos de selva de crecimiento
antiguo que ya se han salvado son
muy pequeños como para asegurar
la supervivencia de las plantas y
animales que contienen.
La expansión a tierras cercanas
podría ayudar a conservar esa diversidad biológica, además de extraer dióxido de carbono del aire.
Sin embargo, la estrategia requerirá abandonar tierras agrícolas marginales, lo que significa que
las granjas restantes tendrán que
volverse más eficientes para poder
satisfacer las necesidades de alimentos y biocombustibles. Algunos científicos han advertido que
de llevarse a cabo deficientemente
la estrategia, la agricultura simplemente podría ser empujada a las
sabanas o praderas, que también
contienen inmensas cantidades de
carbono que podrían escapar a la
atmósfera.
Costa Rica, una “república verde” conocida a escala mundial por
sus esfuerzos por proteger los bosques, muestra lo difícil que puede
ser en la práctica una estrategia de
reforestación.
Trabajadores que ayudan a
Chazdon en el seguimiento de sus
tierras con frecuencia ven señales
de caza y tala ilegal, pero dicen que
las autoridades se muestran flexibles en cuanto a detenerlas.
Pero por ahora, los bosques de
segundo crecimiento de Costa Rica, que cubren alrededor del 14 por
ciento del área terrestre del país,
muestran lo que puede ser posible
si el mundo se torna más ambicioso
respecto de abordar el cambio climático.
Brasil asimismo empieza a ver
crecimiento nuevo a gran escala
en el Amazonas y gasta millones de
dólares para restaurar las selvas a
lo largo de su costa atlántica.
“Los bosques saben cómo hacer
esto”, dijo Chazdon. “Eternamente
han estado recuperándose”.
Costa Rica es considerada un éxito boscoso.
Gran parte del bosque de crecimiento
antiguo del País se perdió entre los 40 y
los 80, pero luego políticas nuevas atajaron
la pérdida y los bosques han crecido de nuevo
a cubrir casi la mitad del País.
NICARAGUA
Liberia
COSTA RICA
Limón
San José
Aún existe una gran extensión de área
boscosa en Costa Rica, que llega hasta el sur
y al este de Panamá. Este bosque natural no
ha sido fragmentado por caminos ni usado
para la producción maderera.
PANAMÁ
Cubierta boscosa en el 2000
David
CAMBIO DESDE EL 2000
Pérdida de cubierta boscosa
Ganancia de cubierta boscosa
80 KILÓMETROS
VENEZUELA
Brasil: Una Situación Positiva
GUYANA
SURINAM
GUAYANA
FRANCESA
La deforestación era desenfrenada en Brasil
hasta hace una decada, pero campañas de
grupos ambientalistas y del Gobierno del
País redujeron el índice de pérdida boscosa
en un 83 por ciento. Eso significa que Brasil
ha hecho más que cualquier otro país del
mundo para frenar las emisiones que llevan
al calentamiento global. Ha recibido
relativamente poca ayuda financiera de
países más ricos.
zonas
Manaus
Río Ama
Natal
BRASIL
Salvador
BOLIVIA
Cantidad de deforestación
en el Amazonas cada año,
en miles de millas cuadradas
Brasília
9
6
3
0
400 KILÓMETROS
PARAGUAY
’90
’96
’02
’08
’14
MALASIA
Medan
Kuala Lumpur
SUMATRA
MALASIA
Singapur
BORNEO
INDONESIA
Indonesia:
Un Punto Problemático Aún
Indonesia es hoy el epicentro de
la deforestación en el mundo,
al perder más selva cada año que
Brasil pese a ser un país más pequeño.
El propósito de gran parte de la tala
es cultivar aceite de palma para su uso
en productos para el consumo occidental
como nieve y jabón. Las compañías
y los grupos ambientalistas recientemente
prometieron tomar nuevas acciones
enérgicas contra la práctica.
MARIO TAMA/GETTY IMAGES
En protesta, piden recortes a emisiones en Río de Janeiro, Brasil.
Fuentes: Matthew Hansen y Peter Potapov, Universidad de Maryland; Google; U.S.G.S; NASA;
Global Forest Watch, World Resources Institute; Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil
Jakarta
Bandung
400 KILÓMETROS
JAVA
THE NEW YORK TIMES

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