Los saberes colectivos y diálogo de saberes. Una apuesta

Transcripción

Los saberes colectivos y diálogo de saberes. Una apuesta
Los saberes colectivos y diálogo de saberes.
Una apuesta por la investigación científica y
la interpretación solidaria
JBenjamín Ortiz Espejel
Coordinador Programa Interdisciplinar en Medio Ambiente,
Universidad Iberoamericana Campus Puebla
Q
1
Introducción
uiero compartir con ustedes algunas reflexiones derivadas de las ideas centrales
del libro, “Saberes colectivos y diálogo de saberes”. Este ha sido
cuidadosamente editado y publicado por la Universidad Autónoma de México
a través de su Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias en coedición con
el Instituto Nacional de Antropología e Historia Centro Morelos y por la Universidad
Iberoamericana campus Puebla.
El libro esta excelentemente presentado por Arturo Argueta quien reseña brillantemente los
trabajos contenidos en el volumen de 574 páginas y en el que sus 36 autores aportan ideas
y comparten múltiples experiencias sobre las condiciones y posibilidades hoy existentes de
diálogos de saberes.
Los trabajos del libro centran su atención en el ámbito exclusivo de lo rural dejando acaso
algo a deber sobre los procesos de diálogo en el ámbito urbano y rururbano, así como la
relación de saberes entre lo rural y lo urbano.
Sin embargo desde otro punto de vista, estamos ante una obra que sin duda marca un
significativo avance cualitativo en el largo proceso de reflexión y documentación de la
construcción e interacción de conocimientos tradicionales y científicos.
Lo anterior se respalda por dos consideraciones generales. La primera consiste en que de
manera sobresaliente todos los trabajos contenidos en este libro comparten un mismo marco
epistémico, es decir, reconocen implícita o explícitamente la extrema tensión producida
por la existencia de un mundo excluyente, fruto predilecto del proyecto hegemónico de la
modernidad, y al cual se abre paso otro, plural e incluyente , donde se expresan las nuevas
subjetividades, fruto de nuevas y ancestrales identidades, de novedosas configuraciones
regionales y de nuevos actores sociales, los pueblos originarios de América Latina con su
enorme acervo cultural.
Una segunda consideración general reside en la convergencia del enfoque epistemológico
de todos los trabajos del libro. Y no podía ser de otra manera, ya que la única posición
epistemológica que resulta coherente con un dialogo de saberes es el Constructivismo
Genético. Alejadas de marcos cientificistas o positivistas que buscan la verdad y la realidad
objetiva, las investigaciones presentadas en este libro se ubican y posicionan en una
corriente que también podríamos denominar, siguiendo a Stephen Hawking en propuestas
epistemológicas dependientes del modelo. Unas y otras se complementan y ofrecen diversas
interpretaciones de transformación de realidades objetivadas.
Por último permítaseme compartir con ustedes algunas ideas sobre lo que podríamos llamar
una agenda ambiental de investigación acción.
El libro en su conjunto realiza en el fondo una profunda crítica de los planteamientos de la
investigación científica convencional, normal o paradigmática y estimula pistas para lo que
yo denominaría programas de investigación y formación ambiental.
Cuatro vertientes de reflexión.
La lectura del libro me invitó a cuatro vertientes de reflexión. Que desarrollare a continuación.
En la primera me referiré a la explicitación de la noción de ciencia como una construcción
social en un mundo en transformación y desde el horizonte de una epistemología genético
constructívista. En la segunda abordaré la propuesta de una interpretación de saberes como
condición indispensable de nuevas producciones de .sentidos. En el tercer momento
señalaré algunas pistas sobre futuros programas de investigación para el estudio de procesos
sociales hacia la sustentabilidad en el horizonte de un proyecto alternativo de nación y cierro
con una breve reflexión general sobre la educación y la investigación ante los retos del siglo
XXI.
Si bien a lo largo de los últimos 50 años la mayoría de los procesos de investigación
científica al servicio del capitalismo han acentuado y derivado en múltiples facetas de
destrucción social y de los ecosistemas a escala mundial, ello también ha sido el escenario
del surgimiento de múltiples propuestas de investigación interdisciplinaria y comprometida
con la sociedad y solidaria en la defensa de su identidades y de sus recursos naturales.
Documentar, comprender e impulsar estos procesos innovadores de investigación en los
diferentes espacios regionales es sin duda una tarea indispensable desde una ética de la
alteridad y lo que es justamente el campo de atención del libro.
Estos procesos de investigación construidos desde una conciencia reflexiva, implican, sin
embargo, una lucha contra una racionalidad de tipo homogeneizador donde los valores
dominantes son los valores de las clases dominantes. De esta manera y apoyando las ideas
de Souza Santos, las homogenizaciones tanto de la realidad social como de la interpretación
de la realidad siempre generan situaciones conflictivas. Este recorte impositivo de la realidad
ha tenido consecuencias desastrosas para otras formas alternativas de conocer e interpretar
el mundo. Con este proceso homogeneizador de la realidad se vuelven invisibles, marginales
e incluso despreciables múltiples experiencias sociales. Este recorte de la realidad, llamado
también pensamiento científico es al mismo tiempo un recorte del pensamiento y es una
construcción social totalitaria en la medida en que niega el carácter racional y de equidad a
todas las formas de conocimiento que no se alinean con sus principios epistemológicos y
sus reglas metodológicas.
Esta construcción social de la realidad se fundamenta en la separación conceptual entre la
naturaleza y el ser humano y apuesta a conocer la naturaleza para dominarla y controlarla.
Así mismo este estilo de construcción social de la realidad se basa en el principio de la
cuantificación, donde conocer: significa cuantificar y por lo tanto el rigor en el conocimiento
y en la educación se afirma en el rigor de las mediciones y de ahí se deriva que lo que no es
cuantificable es científicamente irrelevante.
Otra característica de este proceso de construcción social se basa en la reducción de la
complejidad. Efectivamente, conocer bajo este paradigma, significa dividir, separar y clasificar
de acuerdo a criterios arbitrarios, que nada tienen que ver con “leyes de la naturaleza”
pero que se apelan a ellas para establecer que el tiempo y el lugar nunca son condiciones
relevantes (el aquí y el ahora).
De esta manera, y siguiendo las ideas críticas de Ilya Prigogine, una construcción social
basada en la formulación de leyes eternas, tiene como supuesto subyacente la idea de orden
y estabilidad del mundo y la idea de que el pasado se repite en el futuro y que tiene su
cristalización en la gran hipótesis de la época moderna: el mecanicismo.
Propongo aquí que para la superación de la dicotomía entre ciencias naturales y ciencias
sociales, se requiere reubicar a la persona humana en cuanto autor y actor del mundo
en el centro mismo del proceso de construcción del conocimiento y colocando, lo que
hoy designamos como naturaleza, en el centro de la persona. Amatya Sen, lo ha señalado
acertadamente: comprender el mundo no es nunca una simple cuestión de registrar nuestras
percepciones inmediatas.
Si aceptamos el principio de que, toda naturaleza es humana, deberíamos de reconocer que
nos encontramos entonces en una época de transición epistemológica donde la disolución
de la las fronteras entre lo social y lo natural estará en el centro de los debates científicos y
políticos de los próximos años.
Así también debe señalarse que esta propuesta implica manifestar que toda práctica social,
individual y colectiva tiene detrás una teoría concreta. Recuperar y generar nuevas prácticas
de investigación interdísciplinaria es por tanto una construcción social necesaria que
permitíría fluir a la transformación social en campos emergentes a través de lo que hemos
denominado una semiótica ambiental.
Campos de construcción de conocimientos
Sugiero que algunos de los campos de construcción de conocimiento ambiental que anuncia
el libro y probablemente surgirán y se multiplicaran en los próximos años son:
La construcción social de conocimientos etnoecológicos
Se trata de puentes entre diferentes formas de conocimiento. Los campos más prometedores
de este dominio se darán entre la bio y la agro diversidad, entre la biotecnología y los
conocimientos agroforestales campesinos e indígenas, entre la agricultura industrial y
las agriculturas campesinas o sustentables; entre los estudios de impacto ambiental y los
ordenamientos territoriales participativos, en suma, entre el conocimiento técnico y científico
y los conocimientos locales y tradicionales.
La construcción social de nuevas experiencias de trabajo asociativo, producción y consumo
Se trata de diálogos entre formas y modos de producciones y consumo posibles y diferentes,
que se expresan de manera nítida en la escala local y regional entre el campo y la ciudad. A
pesar de ser consideradas formas marginales de producción y consumo, existen en el mundo
múltiples ejemplos de economía solidaria o alternativa. Son propuestas en construcción de
estilos de desarrollo alternativo o mejor aún, de alternativas al desarrollo.
La construcción social de derechos de uso y reconocimiento del territorio
Se trata de diálogos y conflictos entre el modelo hegemónico de democracia y la democraciaparticipativa que incluye formas de planificación regional participativa y descentralizada,
formas de deliberación comunitaria tanto en lo rural como en lo urbano y lo rururbano. Esto
implicará cada vez más, la activa participación de la población en las decisiones sobre los
impactos científicos y tecnológicos en la calidad de sus vidas.
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Hacia una proyecto de ciencia comprometida
Para hacer posible el surgimiento de los escenarios de investigación anteriormente
mencionados, pongo a consideración la necesidad de ejercitar un doble proceso de
interpretación de saberes. En primer lugar, este proceso requiere un esfuerzo de crítica sobre
conceptos muchas veces incuestionables y presentes en los más diversos campos de la
vida social, de la educación, del derecho y de la política que anteponga el bien común a los
intereses particulares.
En un segundo momento es necesario un ejercicio empírico y reconstructivo interpretativo
sobre la base de al menos los tres procesos de construcción social ya mencionados. Este
proceso de interpretación se ubica en reconocer la producción social de sistemas de
interacción lenguaje -cultura -praxis, donde Jo que se produce y genera (conocimientos,
signos, valores, mitos) se convierte en productor y generador de aquello que lo produce y
genera.
Desde esta perspectiva, todo esfuerzo de trabajo científico se debe ubicar dentro de un
contexto de significación social, el cual pone de manifiesto fuerzas de enlace y tensión que
dínamizan y dan sentido a su existencia. De esta forma, el quehacer científico es antes
que nada y en última instancia un proceso de interpretación de significados que deriva en
una suerte de dialogo hermenéutico con el fin de problematizar y caracterizar situaciones
de conflicto o alianza entre dos o más culturas o experiencias y movimientos sociales,
en el entendido de que toda experiencia social puede ser enriquecida por el diálogo y la
confrontación con otras maneras de interpretar el mundo.
La sustentabilidad como eje orientador en el horizonte de un proyecto alternativo de nación
El paradigma de la sustentabilidad surge en respuesta al agotamiento del modelo de desarrollo
modernizador. Sin embargo es preciso aclarar que este paradigma se construye no solo en los
escenarios de política nacional, internacional o en los discursos académicos y políticos, sino
que emerge también de las múltiples experiencias concretas de grupos sociales organizados
que trabajan cotidianamente en favor de un desarrollo más justo y humano. De esta forma
recuperar, documentar, acompañar e impulsar a estas organizaciones sociales, como bien lo
hacen los autores del libro, implica también un esfuerzo inédito de construcción de nuevos
enfoques ético teóricos.
Apunto bajo este contexto cuatro posibles programas de investigación a futuro:
Programa de investigación sobre los procesos de construcción epistémica. Se constituye
como una línea de investigación sobre la re significación de los valores y los saberes locales
que se diferencian de la monocultura del saber y del rigor científico. Son saberes y valores
bajo otros criterios que operan creíblemente en contextos y prácticas sociales históricamente
establecidas. Establecer estos contextos históricos de credibilidad debe ser el hilo conductor
de futuras investigaciones para que estos saberes y valores tengan legitimidad epistémica
frente a otros saberes, entre ellos el científico. Este programa de investigación tendría
como hipótesis de trabajo el principio de que los límites del conocimiento abren a su vez la
posibilidad de diálogo epistemológico entre diferentes saberes.
Programa de investigación sobre los procesos temporales. La racionalidad del tiempo lineal
se rompe en las dinámicas de las organizaciones sociales. El tiempo lejos de ser una esencia,
es una condición indisociable de la complejidad de la materia y que tiene su máxima
expresión en la mente humana. Así pues el tiempo lineal es una entre muchas concepciones
del tiempo. La hipótesis de este programa de investigación reside en afirmar que el dominio
del tiempo cronométrico no resulta de su primacía como concepción temporal sino de su
imposición desde la modernidad.
Programa de investigación sobre los procesos multiescalares. Esto implica avanzar en un
reconocimiento de que toda experiencia histórica está ligada a un territorio, incluso en los
momentos actuales de globalización donde lo virtual lleva a perder de vista la ineludible
dependencia de nuestra condición física biológica.
La experiencia de las acciones territorializadas es a la vez afirmación de una identidad propia
no homogeneizada y construida localmente. Esto significa trabajar sobre la hipótesis de que
lo local sea conceptualmente desglobalizado de la hegemonía y a la vez sea reglobalizado en
la ampliación de la diversidad de las prácticas y experiencias sociales.
Programa de investigación sobre los procesos del control político para la sustentabilidad.
Este programa de investigación centra su atención sobre las organizaciones sociales hacia
la sustentabilidad, es decir, aquellas que se distinguen en primera línea por una lógica de
producción basada en sistemas alternativos de baja dependencia de insumos provenientes
del petróleo.
domingo 22 de abril de 2012
Este programa de investigación estará relacionado con el estudio fino de los emergentes
procesos de democracia, poder, objetivaciones y subjetivaciones al interior de las
organizaciones y de su entorno. Se trata de experiencias políticas y culturales alternativas al
centralismo de decisiones, la corrupción ya la ausencia de mecanismos efectivos de control.
Frente a esta situación, las organizaciones sociales hacia la sustentabilidad están explorando
novedosos instrumentos de participación efectiva sobre la base de una hipótesis de
construcción y emergencia de redes complejas de dispersión del poder.
Consideraciones finales.
El actual siglo XXI nos ubica ante retos inéditos, tanto en el orden de la investigación, y de
la convivencia humana como en el orden de tecnologías de una creciente complejidad pero
sin una contro1ada disipación térmica. La crisis ambiental que vivimos actualmente puede
ser entendida en su origen y desarrollo de muy diversas maneras. Una de ellas consiste en la
incapacidad de reconocer y dar alternativas a una manipulación de los procesos productivos
y de distribución de los bienes que empobrece sistemáticamente a un sector creciente de
la humanidad, al tiempo que favorece una acelerada destrucción de los ecosistemas del
planeta entero.
Planteo aquí, que la incapacidad para reconocer esta paradoja tiene su origen en un estilo
particular de conocer y relacionarse en y con el mundo. Lo cual tendría que implicar una
crítica radical de los sistemas de investigación y educativos formales. Persiste en todos
ellos una separación de los contenidos temáticos, posiblemente bueno para el aprendizaje
memorístico y la aplicación instrumental pero que se ha revelado incapaz de plantear
los problemas de tondo, y con ello apuntar a soluciones efectivas y eficientes para una
mejor y mayor convivencia humana. Es un sistema útil para formar científicos altamente
especializados para el desarrollo de tecnologías y métodos cada vez más sofisticados, pero
desatentos a los efectos secundarios de las mismas, entre los cuales se volvieron cruciales los
problemas de la pobreza, la desigualdad y el deterioro de los ecosistemas.
Es ésta una carencia fundamental, al parecer nacida de la radical separación ética y
epistemológica entre el sujeto que conoce y el funcionamiento del mundo en el que esta
inserto. Esta actitud de dominio ingenuo del ambiente ha conducido a la humanidad a un
estado que podríamos llamar de desarrollo desbocado y de alto calentamiento planetario.
La gigantesca crisis actual que sufre el planeta lleva en sí las señales claras y los riesgos de un
desastre civilizacionaJ quizás irreversible, pero también las posibilidades de una metamorfosis
esperanzadora. Es decir, cuanto más nos acercamos a una catástrofe planetaria, mas posible
es la metamorfosis. Con lo que el principio esperanza, diría Ernst Bloch, surge precisamente
de la desesperanza. Percibimos destrucción todos los días, pero, ¿por qué no vemos los
procesos creadores? ¿Por qué no favorecemos los principios empáticos? ¿Por qué no
reconocemos diferentes maneras de conocer el mundo?
Una propuesta alternativa, y que es justamente la que aportan todos los trabajos del libro,
es la de visibilizar otra(s) manera(s) de conocer el mundo. Sí bien este enfoque aún resulta
marginal, consiste en partir de la capacidad de formular preguntas que integren elementos
de diversos campos del conocimiento científico y ético, aparentemente inconexos, para
así resolver efectiva y eficientemente problemas de tan alta complejidad como el que nos
ocupa.
Esta propuesta a la investigación alternativa, abriría la posibilidad de que estas preguntas se
formulen en el campo de la interpretación y del diálogo de saberes, es decir, un diálogo que
fuera capaz de superar y traspasar los convencionalismos propios de cada dominio conceptual
y disciplina específicos, y que incluyera diferentes tipos de conocimientos ya sean éticos,
estéticos, religiosos y científicos, como formas para permitir que emerjan inéditos procesos de
autoorganización y autogestión ciudadana.
Así, el mundo es conocido en la medida en que es construido individual y socialmente. Se
trata de poner a los sujeto en una nueva relación dinámica, en diálogo consigo mismos,
con sus semejantes y con los ecosistemas, como un método posible para llevar a cabo una
reformulación de la mente humana y la necesaria reforma política deJ siglo XXI (Morin , 2010).
Así planteada, el libro Saberes tradicionales y diálogo de saberes representa una apuesta de
investigación científica y de interpretación solidaria en y con el mundo que apunta hacia la
autorganización y la autogestíón ciudadana para la transformación del mundo en beneficio de
todos.
1 El texto original fue leído por el autor en Xalapa, Veracruz, en la presentación del libro
durante la Feria Internacional del Libro Universitario. Aquí ha sido ligeramente editado, para
su publicación escrita (N. del E.)
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domingo 22 de abril de 2012
¿
Diálogo de saberes y capacidad de
supervivencia
Cuántas maneras hay para entrar en diálogo? Parece pregunta retórica, pero dentro
de la simplicidad se encuentra el diablo de los detalles. De cierto no hay solo una.
Eso me recuerda a Adso y Guillermo de Bakersville, los personajes de Umberto Eco
en la novela El Nombre de la Rosa, donde para avanzar en el laberinto de la biblioteca medieval, descubren -por su diálogo- que no hay reglas, solo intuición,
pura y dura, la más natural de nuestras funciones de supervivencia, y algo de conocimiento. Se pone a prueba nuestra percepción del mundo y como abordarlo.
Pero el diálogo es lo que permite descubrir la ruta.
Los diálogos siempre están llenos de tensión, transitan entre el ruido y el silencio,
entre la aceptación y el rechazo, entre el soliloquio y el coro. Comienza en el
contacto y puede alcanzar las complejidades de la dialéctica.
Quisimos atrapar un poco de ello en el libro. Fue inicialmente una reunión convocada en 2008 como un ejercicio colectivo y sin condiciones, que tuvo como
escenario Cuernavaca, tanto en el Jardín Etnobotánico del INAH, como en el
CRIM de la UNAM. Inicialmente pensamos que sería una nueva vieja reunión de
cófrades, de manera sorprendente nos vimos rodeados de organizaciones sociales, de ONG’s, de académicos de las ciencias naturales y sociales, de compañeros
de distintas entidades del país. Todos opinamos sobre los saberes y los conocimientos, enfocados al medio ambiente, a la salud, a la agricultura y la alimentación. Como se puede observar en el índice, aunque lo cierto es que muchos
trabajos se quedaron en el camino y otros varios temas se nos quedaron en el
tintero. ¿Terminamos con la discusión? No. Por eso, este libro es sólo una parte
del bloque que pudimos construir.
Desde ese encuentro, los asistentes nos
han informado de otros diálogos similares, experiencias locales en municipios,
en aulas de clases, en departamentos académicos, y más, pero eso tampoco fue
algún punto de partida. Es más bien un
reflejo de que necesitamos crear más y
más espacios de diálogo, que traspasemos las definiciones cerradas sobre interdisciplina, multidisciplina, interculturalidad, multiculturalidad, para generar
diálogos reitero, sin condiciones de ningún tipo. Eso nos facilitará aproximarnos
a esa perspectiva holística que proclama
la antropología, pero que en realidad es
parte de todos los conocimientos y saberes, con el apellido que se le quiera denominar: popular, científico, folk.
Necesitamos desatar la aparente oposición entre naturaleza y cultura, entre
saber y conocimiento, cuyas diferencias
son de muy reciente factura, apenas del
siglo XVII pero que en las sociedades ha
cundido como lo único verdadero. Ello
ha provocado divisiones entre disciplinas
1
Eduardo Corona-M.
y departamentos en las facultades, En su nombre se han ganado y perdido batallas presupuestales y teóricas. Pero el mundo sigue girando, y los pueblos originarios del mundo no se ven limitados por esa tensión. Ellos tienen una mirada que
las más de las veces no distingue entre esos polos, pero que tampoco es única.
Esos saberes pueden servir para mejorar o empeorar sus condiciones de vida,
para que los recursos naturales se conviertan en elementos de las economías de
subsistencia, y en ocasiones, los integran hacia aspectos rituales y ceremoniales,
constituyendo cosmovisiones. Pero todo eso forma parte del proceso de hominización que iniciamos hace más un millón de años.
Hoy nuevos retos surgen bajo la premisa de que esta es la época dominada por
el ser humano. El Antropoceno según nos ha indicado Paul Crutzen el Premio
Nobel de Química, que inicia con el capitalismo moderno. Pero el problema, parece, no es que nuestra especie domine el planeta, sino las formas que tenemos
de hacerlo. ¿Podemos encontrar respuestas en los saberes colectivos, incluido el
conocimiento científico, para seguir en el planeta? En teoría sí. Lo importante es
que nuestra intuición y nuestra capacidad de diálogo, como capacidad de supervivencia, nos permita hacerlo, y vernos integrados, lejos de las visiones románticas y/o positivistas decimonónicas, en un mundo compuesto por millones de
especies, pero, donde al parecer, los
que únicos que podemos abstraer,
conocer e intercambiar ese conocimiento mediante el diálogo es la
nuestra, la especie humana.
La pregunta es si seremos capaces
de superar el reto para construir
sociedades basadas en los saberes
colectivos, la calidad de vida y la
sustentabilidad del medio natural, o
si seremos sólo los románticos del
siglo XXI.
Los invito a leer y reflexionar sobre
los temas del libro. A llevar nuestros
diálogos a un espacio entre el ruido y el silencio, entre el soliloquio
y el coro, para con ello contribuir a
la construcción de los saberes, que
siempre, por definición son colectivos.
1 Texto leído en la presentación del
libro “Saberes y diálogo de saberes
en México”, Feria del Libro del Palacio de Minería.
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domingo 22 de abril de 2012
Frente Zapatista de la Republica
P
or iniciativa del Gobernador Constitucional del Estado de Morelos el Coronel Elpidio
Perdomo, y por involucrar a los agraristas y familiares de revolucionarios fallecidos
que fueron valiosos para el Estado, de quienes lucharon por el reparto de las tierras
luego de la revolución. Se funda el 23 de Junio de 1940 el Frente Zapatista de la Republica.
Suscrita por el Gral. De Brigada Encarnación Vega Gil, Gral. Y Senador Benigno Abúndez y el
Coronel y Senador Alfonso T. Sámano jefes revolucionarios. Teniendo la asistencia de los Estados México D.F, Puebla, Guerrero, Hidalgo, Tlaxcala, Michoacán, Sonora, Morelos, Oaxaca
y Veracruz.
La convención se llevó a cabo en el teatro “Carlos Pacheco” (hoy Narciso Mendoza) en la
Cuidad de Cuautla Morelos, sesionando los días 23 y 24 de Junio de 1940, con asistencia de
más de 3000 veteranos y sobrevivientes de Ejercito Libertador del Sur de la Revolución del
Sur, entre jefes, oficiales y soldados que militaron a las órdenes del General Emiliano Zapata
Salazar. La asamblea constituyente fue dirigida por el Doctor José G. Parres, en ese momento
secretario de agricultura y fomento, en representación del Presidente de la Republica Gral.
Lázaro Cárdenas. El Coronel Elpidio Perdomo, no pudo asistir por encontrarse enfermo y comisiono al Profesor José Urbán, oficial Mayor encargado de la Secretaria General de Gobierno
y Alberto Huerta Rivera, Cajero de la dirección General de Rentas del Estado.
Se discutió y se aprobó el estatuto donde resaltan la importancia simbólica que fue compensada por el gobierno mediante el reparto de bonos económicos y, en el caso de familiares de
Erick Alvarado T.
revolucionarios fallecidos, el reconocimiento de grados militares. Lemas como “el Frente Zapatista de la Republica estudiará los problemas económicos de la clase campesina. Y trabajara
por los medios posibles a la debida resolución de esos problemas (artículo 2)…Para ello cooperará con las autoridades legítimamente constituidas a fin de lograr su cometido (artículo 3)”.
La primera mesa directiva del frente Zapatista de la Republica, quedo integrada de la siguiente
forma:
Gral. De División Lázaro Cárdenas, Coronel Elpidio Perdomo, Gral. Encarnación Vega Gil,
Doc. José G. Parres, Gral. Panuncio Martínez, Coronel. Y senador Alfonso T. Sámano, Gral.
Fortino Ayaquica, Gral. Adrián Castejón, Gral. y senador Benigno Abúndez, Sra. Anastacia Anzúrez, Teniente Coronel salvador Reyes Avilés, General Prudencio Casasles Rodríguez, General Antonio Beltrán, Coronel Francisco Alarcón, Carlos Reyes Avilés, Coronel Rafael gamboa
Cerda, Coronel Rodolfo López de Nava , Mayor Gustavo Izázaga Cárdenas, Ing. Humberto
Puebla Rojas, Vocal doctor Aurelio Briones, Vocal General J. Trinidad Deloya, Nicolás Zapata,
Diego Zapata y Mateo Zapata.
Testimonio: Edgar C. Zapata.-Presidente de la Fundación Zapata y los Herederos de la Revolución.
Bibliografía: Emiliano Zapata y el movimiento zapatista.- Instituto Nacional de Antropologia e
Historia (SEP-INAH) 1980.
Inventario: 252 Título: Frente Zapatista de la Republica Fondo:Fotografía antigua de Cuautla Fecha de asunto:10 de abril de 1945 Lugar de asunto:Cuautla, Morelos, México
Órgano de difusión de la comunidad de la Delegación INAH Morelos
Consejo Editorial
Eduardo Corona Martínez Israel Lazcarro Salgado
Luis Miguel Morayta Mendoza
Raúl Francisco González Quezada
Antonio García de León
www.inah.gob.mx/centrosinah/morelos
Coordinación editorial de este número: Eduardo Corona Martínez
Diseño y formación: Joanna Morayta Konieczna
El contenido de los artículos es responsabilidad exclusiva de sus autores

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