¡SI CRISTO NO RESUCITÓ, VANA SERIA NUESTRA FE

Transcripción

¡SI CRISTO NO RESUCITÓ, VANA SERIA NUESTRA FE
¡SI CRISTO NO RESUCITÓ, VANAL SERÍA NUESTRA FE!
P. Héctor Zúñiga
Vicario Parroquia Casablanca
UNA NOTICIA QUE RESULTO SER FALSA
Estaba en Australia desempeñando mi tarea pastoral como
párroco de habla hispana en la arquidiócesis de Brisbane,
cuando apareció por ahí por el mes de marzo de 2007, una
noticia que dio revuelo entre los noticieros de todo el mundo:
“supuestamente habían encontrado un sarcófago con los restos
del cadáver de Jesucristo”.
En el primer instante, la nota turbó mi atención, pero reaccioné inmediatamente porque me
di cuenta que no podía ser otra cosa que una historia “trucha” (como dicen los argentinos) o
sea, una cosa falsa, impostora.
La primera reacción fue de impacto, pues para hacer la cosa más impúdica, más jocosa y por
ende, mucho más morbosa para la sociedad de hoy, que en un gran porcentaje vive
alimentándose de morbosidad, encima no apareció solo el sarcófago “con los restos de Jesús”
sino que juntito al de Jesús estaba el de María Magdalena.
Pero al final de la misma noticia, decía que habían prendido e interrogado a quién encontró
los sarcófagos, y allí nomás al verse descubierto el tipo dijo que lo había organizado Él para
obtener dinero.
Seis años después, el 18 de febrero de 2013, volví a ver la nota en la
que según Pablo J. Ginés de la revista electrónica Religión en Libertad,
habían encontrado tres sarcófagos, pero no con los restos de Jesús,
sino con los restos de Herodes el Grande y de dos mujeres. Esta
noticia confirmó que la nota del 2007, sólo había sido una estrategia
de mercado para vender.
Por cierto la única creatividad que tuvo el tipo fue pensar en esta
falacia, pero nada más, porque al llevarla a cabo se notó que ni siquiera tuvo la menor brizna
de creatividad, ya que los sarcófagos estaban blancos, bien nuevitos; siquiera le hubiera
puesto pintura vieja, así como para hacer creer que los encontró después de 2000 años, obvio
que el tipo fue arrestado.
Personalmente, la única preocupación de esta noticia, fue que mucha gente, incluyendo
algunos de nuestra comunidad parroquial, verdaderamente creen estas cosas, eso si es
altamente lamentable, hondamente preocupante.
Para terminar esta historia solo quiero resaltar que estas cosas las hacen para despertar el
morbo de la gente, porque el morbo vende y vende bien; Así que, no nos sorprendamos de
todo lo que vamos a seguir viendo y escuchando referente a nuestro Dios y la Iglesia.
¡RESUCITÓ, ALELUYA, ALELUYA!
Leyendo al Teólogo José Antonio Pagola, sobre temas
Cristológicos (Parte de la teología que estudia todos los
temas referentes a Jesucristo) me gustó mucho como él
entreteje el binomio MUERTE-RESURRECCIÓN,
dando pleno sentido y valor al sacrificio de Jesús.
La ejecución en una cruz, puso en entredicho todas las pretensiones de Jesús. La cruz parecía
dejar las cosas claras: Jesús había sido un hombre bueno y justo quizás, pero un hombre iluso
totalmente equivocado. Si de verdad Jesús tenía razón al anunciar un mensaje de salvación a
todo ser humano, al garantizar el perdón a los pecadores y al invocar a Dios como Padre, solo
Dios lo podía decir. Si en Jesús se encerraba algo único, solo Dios lo podía confirmar. Y lo ha
hecho resucitando a Jesús de la muerte.
La resurrección de Jesús es la mejor noticia que podíamos recibir. Es la resurrección de Jesús
la que sostiene y da sentido a nuestra fe. “Si Cristo no resucitó, vana es nuestra predicación,
vana también vuestra fe” (Cf. 1ª Cor 15: 14-20).
Si solamente para esta vida terrenal tenemos puesta nuestra
esperanza en Cristo, somos los más desgraciados de todos los
hombres. Pero no… ¡Cristo resucitó de entre los muertos!... y con
su resurrección nos ha abierto las puertas de la Eternidad.
La resurrección de Jesús ha sido y es, el acontecimiento decisivo
para la fe cristiana. A partir de la resurrección, los cristianos
católicos creemos en Dios con una luz nueva, vivimos nuestra fe
en Jesús con una profundidad nueva, comprendemos nuestra
existencia y nos enfrentamos a ella con una esperanza nueva,
novedad que nos aporta la resurrección de Jesucristo.
UNA FE NUEVA EN DIOS, PADRE DE JESUCRISTO
A partir de la resurrección de Jesús, los creyentes podemos creer en Dios con una luz nueva,
podemos mirar al Padre como:
A) Dios, fiel a sus promesas
Si Dios Padre ha resucitado a Jesús, quiere decir que Dios es fiel a sus promesas. Dios es
incapaz de abandonar en la muerte al que le invoca como Padre. Si Dios ha resucitado a Jesús,
quiere decir que Dios no abandonará a los hombres y
mujeres, no defraudará nunca la esperanza que los
hombres y mujeres pongan en El, no permitirá jamás el
fracaso final de aquellos que le invoquen como Padre.
En Cristo resucitado, Dios se nos descubre como un
Padre fiel a sus promesas de salvar al Ser Humano, un
Padre dispuesto a salvar a hombres y mujeres por
encima de la muerte.
B) Dios, vencedor de la muerte
En Cristo resucitado descubrimos que Dios es capaz de resucitar lo muerto. Dios no es
solamente el Creador. Dios es un Padre, lleno de amor y de vida, capaz de superar el poder
destructor de la muerte y dar vida a lo que ha quedado muerto (Efesios 1: 18-20).
Se entiende la fe de los primeros creyentes que mantienen su esperanza en Cristo Viviente en
medio de esta vida en que todo camina hacia la muerte. “No pongamos nuestra confianza en
nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos” (2ª Corintios 1: 9).
C) Dios, futuro de hombres y mujeres
Si Dios ha resucitado a Jesús, quiere decir que Dios no es un Dios de muertos sino de vivos.
Dios no quiere la muerte sino la vida de hombres y mujeres. Al resucitar a Jesús, Dios se nos
descubre como Alguien que no permitirá que una vida humana vivida en el amor termine en
el fracaso de la muerte. Dios es el futuro que le espera al Ser Humano que sabe amar.
Los primeros cristianos han vivido convencidos de que Dios no permitirá jamás que un
hombre, que una mujer que ha vivido como Jesús, termine su vida en la muerte. Dios no
permitirá jamás que quien ha cumplido sus mandamientos desde el amor y para el amor,
entregado al Padre y a los hermanos, termine su vida en la muerte.
Así escribe uno de ellos: “Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque
amamos a nuestros hermanos” (1ª Juan 3:14)
D) Dios protesta contra el mal
Al resucitar a Jesús, Dios Padre nos revela que Él no está de
acuerdo con nuestra existencia actual, llena de sufrimientos y
dolor, y destinada fatalmente a una muerte que rompe todos
nuestros logros y proyectos.
Todavía más. En Cristo resucitado. Dios Padre se nos descubre
como “Alguien” que no está conforme con un mundo injusto en el
que los hombres y mujeres somos capaces de crucificar al mejor
hombre que ha pisado nuestra tierra. Al resucitar a Jesús, Dios Padre nos descubre su
reacción y su protesta final ante un mundo de injusticia y de violación de la dignidad
humana. Así predicaron los primeros creyentes y así se seguirá predicando hasta el final de los
tiempos: “Ustedes lo mataron, pero Dios lo resucitó” (Hechos 2: 23-24).
Con la Resurrección de Cristo Jesús, nuestra vida va más allá de los que nosotros podemos
concebir y entender como Vida, la hondura de la resurrección se extiende más allá del
horizonte de lo físico, de lo natural, de lo fáctico, de lo que aparece.
Es el ámbito de lo sobrenatural, de lo espiritual, de lo prodigioso, de lo místico, de lo divino y
celestial que la Resurrección de Cristo abre levantándose de la fosa de la muerte. Y es este
perímetro, el anhelo más hondo, más profundo de las aspiraciones humanas, es de lo que más
suspira nuestro corazón, aunque no lo sepamos o aunque no lo tengamos consciente.
De hecho, noten como apenas tocamos el ámbito de la
enfermedad, de la muerte, de la limitación humana y se
abre en nosotros este profundo horizonte de anhelo
sobrenatural, esta ansia de protección de Dios.
Y este ámbito sobrenatural solo Cristo Vivo - Jesús
Resucitado puede sosegar la sed de nuestra existencia más
profunda, más impalpable. En este tiempo estupendo de
PASCUA toda la Iglesia alrededor del mundo, en la comunión de los Santos, celebramos y
actualizamos esta RESURRECCION GLORIOSA.
Y una vez que el hontanar de nuestro ser más vivo queda desbordado de Cristo joven, de
Cristo Viviente, de Cristo Nuevo, de Cristo Santo…
…hemos de llevar esta experiencia a otros,
porque Cristo Resucitado hoy no tiene
manos, sino las tuyas y las mías, no tiene
pies, sino los tuyos y los míos; no tiene boca
sino la tuya y la mía… para que juntos
podamos llevar a los otros la experiencia del
Resucitado, así como los discípulos de
Emmaús, que después de encontrarse tonel
Resucitado,
regresan
precipitadamente
jubilosos a Jerusalén a comunicar a otros el
enorme portento de que… ¡Jesús está
vivo!
Nosotros, a ejemplo de los discípulos de Emmaús, constructores de realidad, hemos de
solidarizarnos con aquellos que necesitan tanto a Dios aunque no lo sepan, aunque no lo
quieran saber, aunque no lo reconozcan, pero que sabiéndolo o no, tienen taaaanta necesidad
de Él.
¡FELIZ PASCUA DE RESURRECIÓN!
P. Héctor Zúñiga

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