La era de las relaciones virtuales
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La era de las relaciones virtuales
Reencontrarnos con nosotros Por la licenciada María Gabriela Fernández, psicóloga de www.hemera.com.ar También se nos ocurrió abrir entre todos un grupo de Whatsapp, y ahí todo se volvió instantáneo: lo que pensamos, si algo nos hace reír, o nos hace acordar a alguien. Lo escribimos, y la respuesta es inmediata. Como dijo mi tía Pilar, cuando le mandé una foto de mi hija Catalina: ‘parece mentira, esto está ocurriendo ahora mismo y estamos tan lejos’”. l fotos de nuestros primos, y nos íbamos conociendo a través de esas cartas manuscritas que mi abuela tanto ansiaba recibir. Hoy, casi cuarenta años después, luego de una serie de reencuentros y viajes desde y hacia España, las tecnologías nos acercaron de una manera que nunca hubieran imaginado nuestros abuelos. Las redes sociales, como Facebook, nos han ayudado a juntarnos a todos y a ser parte de eventos, como los bautismos de mis hijas o sus cumpleaños. Las ven crecer, intercambiamos fotos de viajes, recetas, chistes de fútbol, y todo lo que cualquier familia ‘cercana’ comparte. Para seguir leyendo Puede ser que a partir de la curiosidad (o de la necesidad), empecemos a buscarlo en Google o en Facebook. Vamos abriendo opciones, acotando posibilidades, rastreando como sabuesos, sorprendiéndonos por el camino y al llegar al fin de la búsqueda nos conectamos con emociones olvidadas, con hechos que nos pueden haber afectado profundamente. Y también, nos reencontramos con una parte de nosotros mismos, en el aquí y ahora. Esto genera una serie de ansiedades. El otro es una especie de desconocido, porque pueden haber pasado años desde que esa historia aconteció. Y se cae en la cuenta de que él debe estar en similar situación con respecto a nosotros. Buscar el contacto concreto es una pequeña y adrenalínica sensación: anotar el celular, mandarle un mensaje privado, un arriesgado Whatsapp o un llamado valiente. La era de las relaciones virtuales “No sé qué decir. Me resulta raro hablar con alguien del que no sé nada”, le confiesa Mariana a Martín en su primera sesión de chat. Ambos son los protagonistas de la película Medianeras. Él se mueve como pez en el agua en el espacio virtual —es un fóbico en tratamiento— y por allí gira su trabajo y gran parte de su vida personal. Ella, recién separada, vuelve a su antiguo departamento y trata de reacomodar sus Desde hace unos años, el mundo virtual ha abierto insospechadas vías de reencuentro con aquel ex novio que nos marcó a fuego, esa compañera de la facultad con quien tanto compartimos, y hasta con un familiar en algún lugar lejano que nos agranda la familia. emociones mientras intenta nuevas relaciones fallidas. Esta es la historia de dos personas que se cruzan constantemente en una gran ciudad, y que están separados únicamente por una medianera. Así, la tecnología no solo reencuentra a gente, sino que también genera nuevos vínculos entre aquellos que no se conocen. Un retrato de Buenos Aires y sus habitantes, en la era del amor virtual. Esa historia nos ocupa la mente y el corazón. Será para escribir otro capítulo, para cerrarla o para empezar un nuevo libro. Esto implicará tener los recursos internos adecuados para encontrarnos en una situación nueva, que nos despertará nuevas emociones y nos requerirá nuevas decisiones y conductas. 15 • Tiempo de Calidad