Impulso Julio
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Impulso Julio
“Me encuentro muy satisfecho y contento por los estudios que estoy realizando. Los trabajos en el ramo de la Electrónica me han resultado prácticos y eficaces, y con el soporte de estos estudios mi familia me valora cada día más. Gracias a todos y Dios los bendiga.” Juan Francisco Esperón A. Valladolid, Yuc. “El curso de Educadora de Preescolar me ha servido mucho como mujer, como profesora y como madre. Esta carrera es muy completa y sé que las maestras de ahora no saben lo que yo, pues no solo viene cómo educar al alumno, sino cómo ser mejor como madre y profesionista. Es una verdadera lástima que no lo sepan muchas educadoras. La verdad me ha sido de muchísima ayuda y he comprendido más a mi hijo, me ha ayudado a acercarme más como su amiga que como su mamá.” Rocío Torres Velázquez. Taxco, Gro. “Muchas personas me preguntan qué es la Energía Solar, yo les explico y les recomiendo que tomen el curso, les comento que es una alternativa de transformación de la energía solar que hay que aplicar a cada comunidad para limpiar el planeta. Quiero que mi vida y la de mi familia cambie, así como la de miles de personas que están necesitando de tecnologías nuevas para la conservación del medio ambiente.” Omar Winter. Georgia, U.S.A. “Desde el momento en que empecé el estudio de Cocina Profesional en el Instituto he desempeñado mejor mi trabajo y la mayoría de mis compañeros y jefes se dan cuenta. Siempre buscaba trabajo pero me pedían documentos que respaldaran mis conocimientos, ahora ya me dieron una oportunidad en un hotel y espero al terminar el curso escalar a un puesto mejor.” Santiago E. Góngora. Cancún, Q. Roo. “El Método Maurer de Inglés con Mil Palabras ha sido muy bueno para mí, ahora puedo entender mejor el idioma. Muchas gracias.” Pamela Guerra T. Victoria, Australia. “Acercarme al Instituto fue la oportunidad para superarme en todos los aspectos, y con la ayuda del profesor estoy aprovechando al máximo todos mis conocimientos de Enfermería por la manera tan fácil que es estudiar aquí. Gracias a esta oportunidad de estudio logré un buen puesto en mi trabajo. Estoy contenta con la labor que todos ustedes realizan para que personas como yo salgamos adelante.” Yuridia Tena V. Gómez Farías, Chih. Unos obreros estaban trabajando frente a un enorme edificio en construcción. Se acercó un visitante a uno de los obreros y le preguntó: —¿Qué están haciendo ustedes aquí? El obrero lo miró con dureza y le respondió: — ¿Acaso está ciego para no ver lo que hacemos? Aquí, picando piedras como esclavos, por un sueldo miserable y sin el menor reconocimiento. Vea usted ese cartel. Allá ponen los nombres de ingenieros, arquitectos, pero no ponen los nuestros que somos los que trabajamos duro y dejamos en la obra el pellejo. El visitante se acercó entonces a otro obrero y le preguntó lo mismo, el segundo obrero respondió: -‐Aquí, como usted bien puede ver, picando piedra para levantar este enorme edificio. El trabajo es duro y está mal pagado, pero los tiempos son difíciles, no hay mucho trabajo y algo hay que hacer para llevar la comida a los hijos. Se acercó el visitante a un tercer obrero y una vez más le preguntó lo que estaba haciendo. El hombre le contestó con gran entusiasmo: —Estamos levantando un Hospital, será el mejor del mundo. Las generaciones futuras lo admirarán impresionadas y escucharán el entrar y salir constante de las ambulancias, anunciando el auxilio para los hombres. Yo no lo veré terminado, pero quiero ser parte de esta extraordinaria aventura. El mismo trabajo, el mismo sueldo, la misma falta de reconocimiento; una misma realidad. Tres maneras distintas de vivirla: como esclavitud; con resignación; como pasión, aventura y desafío. Piensa que el mundo es un infierno y lo será. Piensa que este mundo es parte del paraíso y lo será. Vivir con ilusión, convertir el trabajo en una fiesta, sentirnos parte de las buenas obras...Depende de nosotros. Existen muchas plantas que producen flores de extraordinaria belleza y despiden además aromas exquisitos. Algunas de ellas responden a las influencias ambientales según sus características individuales, sus partes se abren y se cierran en respuesta a diversos grados de luz, humedad y temperatura, permitiendo la polinización o la conservación de la humedad y para que ocurra la fotosíntesis. He aquí algunas de ellas: La Casablanca es un lirio de belleza y fragancia extraordinaria. Puede llegar a tener un diámetro de hasta 25 centímetros y es de un brillante color blanco. Gran favorita en los ramos, arreglos y decoraciones florales para boda, esta flor es un tipo de híbrido del lirio oriental que ha sido optimizada para su cultivo y utilización como flor comercial. Esto es fantástico, pues ahora podemos disfrutar de esta maravillosa flor desde principios de la primavera hasta mediados de otoño. Lirio Casablanca Algunas variedades de florecimiento nocturno como La Reina de la Noche producen unas flores fragantes de color blanco, y aroma dulce. Esta planta pertenece a la familia de los cactus, se extiende desde el sur de Arizona, de este a oeste de Texas y hasta el norte de México en los desiertos de Chihuahua y Sonora. Aunque la mayor parte del tiempo la planta parece seca y muerta, de repente florece y sus flores sólo se abren de noche y se desvanecen a la mañana siguiente. Reina de la Noche Red Passion Flower La Passiflora alata es una liana tropical originaria del Amazonas Brasileño. Los indios la llaman ouvaca que significa “estrella roja” por sus pétalos de color rojo vinoso por el haz y blanco rosado por el envés. En Brasil es muy apreciada por sus flores y por sus frutos comestibles. En inglés la llaman Red passion flower. Las flores son espectaculares. El perfume intenso que desprenden se percibe desde lejos, es embriagador, delicado, delicioso, tanto que cuando acercas la nariz a una de estas flores no puedes evitar exclamar: ¡Uhmmm, qué maravilla! Es una fragancia tan placentera que alegra y serena el alma, como el mejor de los tratamientos antidepresivos de la aromaterapia. ¿Eres Feliz? En cierta ocasión, durante una elegante recepción de bienvenida al nuevo Director de Marketing de una importante compañía londinense, algunas de las esposas de los otros directores que querían conocer a la esposa del festejado, le preguntaron con cierto morbo: ¿Te hace feliz tu esposo, verdaderamente te hace feliz? El esposo, quien en ese momento no estaba a su lado, pero sí lo suficientemente cerca para escuchar la pregunta, prestó atención a la conversación e incorporó ligeramente su postura, en señal de seguridad, y hasta hinchó un poco el pecho orgullosamente, pues sabía que su esposa diría que sí, ya que ella jamás se había quejado durante su matrimonio. Sin embargo, para sorpresa suya y de los demás, la esposa respondió con un rotundo: —No, no me hace feliz. En la sala se hizo un incómodo silencio como si todos los presentes hubieran escuchado la respuesta de la mujer. El marido estaba petrificado. No podía dar crédito a lo que su esposa decía, y menos en un momento tan importante para él. Ante el asombro del marido y de todos, ella simplemente continuó: No, él no me hace feliz... ¡Yo soy feliz! El hecho de que yo sea feliz o no, no depende de él, sino de mí. Yo soy la única persona de quien depende mi felicidad. Yo determino ser feliz en cada situación y en cada momento de mi vida, pues si mi felicidad dependiera de otra persona, de otra cosa o circunstancia sobre la faz de la tierra, estaría en serios problemas. Todo lo que existe en esta vida cambia continuamente: el ser humano, las riquezas, mi cuerpo, el clima, los placeres, etc. A través de toda mi vida, he aprendido algo: Yo decido ser feliz y lo demás son "experiencias o circunstancias", lo amo y él me ama, muy a pesar de sus circunstancias y de las mías. Él cambia, yo cambio, el entorno cambia, todo cambia; habiendo amor y perdón verdadero, y observando esos cambios, (los cuales tal vez puedan ser fuertes o no, pero existen), hay que enfrentarlos con el amor que hay en cada uno de nosotros, si los dos nos amamos y nos perdonamos; los cambios serán sólo "experiencias o circunstancias" que nos enriquecen y que nos darán fortaleza, de lo contrario, solo habremos sido parejas de "paso". Para algunos divorciarse es la única solución; en realidad es la más fácil. El amar verdaderamente, es difícil; es dar amor y perdonar incondicionalmente, vivir, tomar las "experiencias o circunstancias" como son, enfrentarlas juntos y ser feliz por convencimiento. Hay gente que dice: “No puedo ser feliz porque estoy enfermo, porque no tengo dinero, porque hace mucho calor, porque me insultaron, porque alguien ha dejado de amarme, porque alguien no me valoró”. Pero lo que no sabes es que puedes ser feliz aunque estés enfermo, aunque haga calor, tengas o no dinero, aunque alguien te haya insultado, o alguien no te amó o no te haya valorado. Ser feliz es una actitud ante la vida y cada uno decide… !Ser feliz depende de ti! Había una vez un viejo carbonero que vivía con su esposa, que era también viejísima. El viejo se llamaba Yoshiba y su esposa Fumi. Los dos vivían en la isla sagrada de Mija Jivora, donde nadie tenía derecho a morir. Cuando una persona enfermaba la mandaban a la isla vecina, y si por casualidad moría alguien sin síntomas, enviaban el cadáver a toda prisa a la otra ribera. La isla, la más pequeña del Japón, era también la más hermosa. Estaba cubierta de pinos y sauces, y en el centro se alzaba un hermoso y solemne templo, cuya puerta parece que se adentra en el mar. El mar es azul y transparente, y el aire es nítido y diáfano. Los dos ancianos eran admirados por el resto de la aldea, debido a su resignación y persistencia a la hora de aceptar y superar los avatares de la vida, y al amor mutuo que se habían profesado durante más de cincuenta años. El suyo, como tantos otros en Japón, había sido un matrimonio concertado por sus padres. Fumi no había visto nunca a Yoshiba antes de la boda, y éste sólo la había visto un par de veces a través de las cortinas, y se había quedado admirado por su rostro, la gentileza de su figura y la dulzura de su mirada. Desde el día del casamiento, la admiración y adoración fue mutua. Ambos disfrutaron de la alegría de su enlace que se multiplicó con creces con tres hermosos y fuertes hijos, pero ambos también se vieron sacudidos por la tristeza de perder a sus tres hijos, una noche de tormenta en el mar. Aunque disimulaban ante sus vecinos, cuando estaban solos lloraban abrazados y secaban sus lágrimas en las mangas de sus kimonos. En el lugar central de la casa, construyeron un altar en memoria de los hijos y cada noche llevaban ofrendas y rezaban ante él. Pero últimamente una nueva preocupación había devuelto la congoja a sus corazones. Ambos eran mayores y sabían que ya no les quedaba mucho tiempo. Yoshiba se había convertido en las manos de su esposa y Fumi en sus ojos y sus pies, y no sabían cómo podrían superar la muerte de uno de ellos. ¡Oh, si tuviésemos una larga vida por delante! Una tarde, Yoshiba sintió la necesidad de volver a ver el lugar donde había trabajado durante más de cincuenta años. Pero al llegar al claro del bosque, y observar los árboles, tan conocidos, se dio cuenta de que había algo nuevo. Tantos años trabajando allí y nunca se había fijado en que debajo del árbol mayor había un manantial de agua clara y cristalina, que al caer parecía cantar, y su crujido, como el de hojas de papel arrugadas, se mezclaba con el murmullo de las hojas al ser movidas por el susurro de la brisa al atardecer. Yoshiba sintió una terrible sed y se acercó a la fuente. Cogió un poco de agua y bebió. Al rozar sus labios, sintió la necesidad de beber más, pero al ir a cogerla observó su reflejo en el agua y vio que habían desaparecido las arrugas de su rostro, su pelo era otra vez una hermosa y negra cabellera, y su cuerpo parecía más vigoroso y fortalecido. El agua tenía un poder misterioso que lo había hecho rejuvenecer. Entonces sintió la necesidad de ir corriendo a decírselo a su esposa. Cuando Fumi lo vio llegar no reconoció a aquel mozo que de pronto se acercaba a la casa, pero al estar junto a él observó sus ojos y lo reconoció. Cayó desmayada al recordar sus años de juventud, pero Yoshiba la levantó y le contó lo que había ocurrido en el bosque. Decidió que ella fuese por la mañana, porque ya era de noche y no deseaba que se perdiera. A la mañana siguiente Fumi se fue al bosque. Yoshiba calculó dos horas, porque aunque a la ida tardaría más por su edad y la falta de fuerza, a la vuelta llegaría enseguida porque habría recuperado su juventud. Pero pasaron dos horas, y tres, y cuatro, y hasta cinco, por lo que Yoshiba empezó a preocuparse y decidió ir él mismo al bosque a buscar a su esposa. Cuando llegó al claro, vio la fuente, pero no encontró a nadie. Entre el murmullo de las hojas y el crujido del agua oyó un leve sonido, como el que hace cualquier cría de animal cuando está solo. Se acercó a unas zarzas, las apartó, y encontró una pequeña criatura que le tendía los brazos. Al cogerla, reconoció la mirada. Era Fumi, que en su ansia de juventud había bebido demasiada agua, llegando así hasta su primera infancia. Yoshiba la ató a su espalda y se dirigió hacia casa. A partir de entonces, tendría que ser el padre de la que había sido la compañera de su vida. Tú sabes que estás llegando a la juventud extendida, cuando todo te duele, o lo que no te duele, no funciona. La juventud extendida es cuando tu edad empieza a aparecer en la cintura. Cuando todavía tienes ganas, pero no te acuerdas bien de qué, o cuando quieres hacer gimnasia y te acurrucas esperando que se te pase. Juventud extendida es cuando tu médico te recomienda hacer ejercicio al aire libre y tú te subes al coche y conduces con la ventanilla abierta. O cuando comienzas a apagar las luces por economía y no para propiciar el acercamiento con tu pareja. Juventud extendida es cuando tu aroma ya no es de Vetiver, de Guerlain o Chanel No.5, y ahora es Iodex, Lonol o algún ungüento mágico que te alivie los dolores de la espalda. ¡En la juventud extendida las cenas a la luz de la vela ya no son románticas, porque no se consigue leer el menú! La juventud extendida es cuando en lugar de peinarte empiezas a "acomodar" los cabellos que te quedan. Infancia: Época de la vida en la que hacemos muecas. Juventud extendida: Época de la vida en la que el espejo se desquita. ¿Estás en la mediana edad? ¡Ánimo! ¡Lo peor todavía está por llegar! Sabrás que ya estás en la Juventud extendida cuando... —Todo aquello que la Madre Naturaleza te dió, el Padre Tiempo empieza a llevárselo. —Cuando dejamos de criticar a la generación más vieja y pasamos a criticar a la generación más jóven. —Cuando sabemos todas las respuestas y ya nadie nos pregunta nada. —Cuando si alguien se te acerca en el cine es porque está buscando el pasamanos. —Primero se comienzan a olvidar los nombres, después los rostros y finalmente subir el cierre. —Cuando ya no tenemos edad para dar malos ejemplos y pasamos a dar buenos consejos. “No hay remedio para el nacer o morir, lo único que nos queda es saborear el intervalo."