leo, conejo y la tormenta de nieve

Transcripción

leo, conejo y la tormenta de nieve
LEO, CONEJO Y
LA TORMENTA DE NIEVE
Había nevado toda la noche.
Cuando Leo miró por la ventana en la mañana,
el jardín parecía como una Navidad mágica.
– “Mira Conejo, todo está blanco” . Exclamó. “¿Hacemos una guerra con bolas de nieve?”
Leo se dio la vuelta, pero Conejo no estaba allí.
“¿Conejo? ¿Dónde estás?” Le llamó. Leo buscó
a Conejo por toda la casa, pero no lo encontró
por ninguna parte.
“¿Y si Conejo salió al jardín anoche?” Pensó Leo.
“¡Tengo que encontrarlo!”
Leo fue corriendo hasta donde estaba Mamá. “¿Puedo salir?” Le preguntó.
– “Mmm… hace mucho frío afuera”, dudó Mamá.
- “¡Pero tengo que encontrar a Conejo! ¡Seguro
salió a pasear al jardín anoche y se perdió al
volver a casa!”
“¡Entonces tienes que ir a buscarlo!” Dijo Mamá
a Leo mientras le ponía un poquito de crema en
la punta de la nariz. - “¡Buena suerte!”
Ya en el jardín, Leo se dio cuenta de que no
iba a ser fácil encontrar a Conejo en la nieve.
¡Conejo era totalmente blanco!
¿Podría estar enterrado bajo un montón de
nieve? De hecho, aquel pequeño montón de
nieve por allá se parecía mucho a Conejo,
¡hasta podía ver una pata!
Leo empezó a escarbar rápidamente en
la nieve… Pero resultó ser solo una silla.
Y la pata no era más que una bolsa.
Leo siguió buscando. ¡Allí había otro montón
de nieve! Leo escarbó de nuevo en la nieve…
Pero esta vez lo único que encontró fue la
carretilla de Mia.
“¿Dónde estás Conejo?” Gritó Leo. Pero Conejo
seguía sin aparecer. Leo se detuvo y sacó de la
nieve una mesita.
Después una escalera. Pero no veía a Conejo
por ningún lado.
- “¿Conejo? ¿Dónde estás?”
Volvió a gritar Leo, esta vez más alto. Y en ese
preciso momento, Conejo apareció de un salto
¡Zas! En los brazos de Leo y los dos cayeron a
la nieve. - “¡Aquí estás!” Exclamó Leo feliz. “¿Dónde te habías metido?”
Me levanté temprano y vi la nieve”, explicó
Conejo. – “Intenté despertarte, pero ¡no me
hacías caso! ¡Los humanos duermen mucho!
¡Es aburridísimo! ¿Podemos tener una guerra
de bolas de nieve ahora?”
Y enseguida las bolas de nieve volaban por los
aires! Conejo saltaba de un lado para otro y era
casi imposible acertar a darle. De repente Conejo
se escondió detrás de un montón de nieve. Leo no
pudo contener la risa.
“La próxima vez, ¡no dudaré de si estás escondido
detrás de un montón de nieve!” Se río.
- “¡Se te ven las orejas!” “¡Quizás tengas razón!” Dijo Conejo mientras
movía las orejas. - “¡Pero yo nunca ignoraría a
alguien que me rete a una guerra de bolas de
nieve!”
NIVEA Creme
Limited Edition 2016
LEO, RABBIT AND
THE SNOWSTORM
Written by Udo Weigelt
Illustratet by Joelle Tourlonias
tales.NIVEA.com

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