Baldomero Ruiz Ortiz - VI Coloquio Universitario de Análisis

Transcripción

Baldomero Ruiz Ortiz - VI Coloquio Universitario de Análisis
Imágenes del científico
y de la ciencia en el cine
El ejemplo de Frankenstein
Baldomero Ruiz Ortiz IMÁGENES DEL CIENTÍFICO Y DE LA CIENCIA EN EL CINE1
El ejemplo de Frankenstein 2
Baldomero Ruiz Ortiz Resumen 1
Este trabajo es beneficiario y deudor de las aportaciones realizadas por la Dra. Lourdes Berruecos Villalobos en su investigación sobre el discurso de divulgación de la ciencia en México. Por ello, extiendo mi más sincero agradecimiento. 2
Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la UNAM. Su tesis de grado se tituló El cine de autor: una aproximación a las ideas sobre la autoría y dirección cinematográfica. Actualmente estudia la maestría en Comunicación y Política de la UAM-­‐Xochimilco y realiza una tesis sobre la construcción de imágenes de la ciencia y los científicos en películas de ciencia ficción. 2 El texto ofrece un análisis de algunos intercambios lingüísticos llevados a cabo por personajes del film Frankenstein (James Whale, 1931). El objetivo es delimitar imágenes3 del científico protagonista y de la ciencia. Para ello nos apoyamos en la perspectiva semiolingüística del análisis de discurso y procedemos a la localización de una serie de fenómenos discursivos (designaciones, modalizaciones, deícticos y polifonía) que nos ayudan a realizar el estudio. Palabras clave: Frankenstein, imágenes del científico y de la ciencia, análisis de discurso y cine. Frankenstein es la semilla de todas las ulteriores contribuciones sobre el mito de la creación científica. Brian Aldiss Introducción Este trabajo presenta un análisis de los discursos que algunos personajes enuncian en la película Frankenstein (James Whale, 1931). El objetivo es delimitar imágenes del científico protagonista y de la ciencia. Para ello, nos hemos fundamentado en la perspectiva semiolingüística del análisis del discurso, la cual postula que todo intercambio comunicativo se rige por una relación contractual condicionada por elementos situacionales y discursivos (Charaudeau, 2003). Además, definimos ciertas marcas y fenómenos de lenguaje, entre ellos, la modalización, los deícticos, los procedimientos de designación y la polifonía. Lo anterior es auxiliar para identificar las imágenes que buscamos. El orden de la exposición mostrará, en primer lugar, los conceptos teóricos y la metodología del análisis, en segundo lugar, algunas notas sobre el contrato de comunicación al que se circunscribe la película Frankenstein y, en tercer lugar, la delimitación de imágenes del científico y de la ciencia. Finalmente, a modo de conclusión, se comentan los resultados del análisis. 3
Cuando hablamos de imágenes nos referimos a construcciones discursivas que caracterizan, valoran y atribuyen cualidades. Para tratar sobre la dimensión visual de las películas hablaremos de fotografías, fotogramas o representaciones iconográficas. 3 1. Marco teórico La corriente de análisis de discurso en la que nos basamos es la semiolingüística de Patrick Charaudeau (1985, 1993, 2003). Ésta busca descubrir, mediante el estudio de discursos en contexto, los mecanismos de construcción del sentido de éstos. Desde la perspectiva del análisis semiodiscursivo todo intercambio comunicativo es una puesta en escena de lenguaje que articula un circuito externo (la situación de la comunicación) y otro interno a los discursos (la organización del decir). Todo discurso depende de una situación de comunicación concreta en la cual los miembros establecen una relación de intencionalidad mutua que les permite instaurar un contrato de comunicación. Éste integra cuatro condicionamientos extra discursivos que definen la situación (Charaudeau, 2003:78-­‐80): 1. Condición de finalidad: se refiere al objetivo o meta que le da sentido a la comunicación. El propósito puede ser uno o varios de los siguientes: factitivo (hacer hacer), informativo (hacer saber), persuasivo (hacer creer) y de seducción (hacer sentir). 2. Condición de identidad: se trata de la naturaleza psicosocial de los sujetos del intercambio. Los rasgos que caracterizan la identidad (sexo, edad, profesión, etnia, nacionalidad, etc.) sólo tienen valor si son relevantes para el acto de comunicación. 3. Condición temática: es el tópico al que se refiere un intercambio. 4. Condición de dispositivo: son lugares físicos que ocupan los participantes y el canal de transmisión que utilizan. El contrato de comunicación se define también por datos discursivos que conciernen al comportamiento lingüístico y que se expresan en los siguientes espacios (Charaudeau, 2003:81): 1. Espacio de locución: corresponde a la forma en la que un sujeto toma la palabra y se justifica para hacerlo ante su interlocutor. 2. Espacio de relación: se refiere a la identidad que los interlocutores edifican en el discurso y la relación que establecen a partir de dicha construcción. 4 3. Espacio de tematización: trata y organiza los ámbitos del saber que están predeterminados por los requisitos situacionales o que introducen los participantes en el intercambio. Por último, señalaremos que para Charaudeau los actos de comunicación son realizados por seres psicosociales que son testigos de las prácticas y de las representaciones imaginarias de la comunidad en la que se encuentran (Charaudeau, 1985:59). Se entenderá, entonces, que los discursos son testimonios de las descripciones del mundo y los valores en una colectividad. En este sentido, podemos agregar que para Berruecos (2000; 2009) la construcción de la imagen pública de la ciencia y los científicos es un fenómeno discursivo que se lleva a cabo, principalmente, por los medios de comunicación. Con base en ello, en esta investigación optamos por estudiar la imagen de ambos en una película. A continuación expondremos brevemente en qué consisten algunas marcas y fenómenos discursivos que nos auxiliaron para identificar algunas imágenes de la ciencia y del científico Frankenstein en la película homónima de 1931. Algunas marcas y fenómenos discursivos Un sujeto enunciador puede depositar en su discurso una serie marcas o indicios de su persona y subjetividad. Algunas de estos marcadores discursivos son los deícticos y las modalizaciones. Para hablar de los primeros es indispensable referirse al lingüista francés Émile Benveniste.4 Este autor identifica una serie unidades de la lengua que sólo adquieren sentido en el contexto de la enunciación: los deícticos. Uno de ellos, por ejemplo, es el pronombre yo el cual carece de sentido por sí mismo y solamente se refiere al locutor que se apropia del lenguaje (Benveniste, 1997 [1971]:181).5 Algunos indicadores 4
A Benveniste se le debe una distinción fundamental entre enunciación y enunciado; el primero, es el acto individual de uso de la lengua y, el segundo, el resultado del acto (1999 [1977]:83).
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Benveniste considera que el yo instaura, irremediablemente, un tú como instancia complementaria (Benveniste, 1997 [1971]:181). 5 de la deixis son: los de persona (se muestran principalmente con pronombres6, posesivos y títulos honoríficos); lugar (por ejemplo: aquí, ahí) y tiempo (hoy, ahora, mañana, etcétera). El otro marcador del que hablaremos trata sobre el modo en que un sujeto imprime su subjetividad en el discurso: “La modalidad como fenómeno discursivo se refiere a cómo se dicen las cosas” (Calsamiglia y Tusón, 2007:164). Algunos tipos son los siguientes: a) epistémicas, señalan grados de conocimiento (cierto, probable, posible, etc.); b) deónticas, conciernen al deber ser (obligatorio, permitido, tener que, etc.); c) de usualidad, indican frecuencia (siempre, continuamente, a veces, nunca etc.); d) de cantidad (todo, nada, algo, poco, mucho); de espacialidad (por todos lados, en ninguna parte, etc.) y de volición (querer, desear, procurar, desagradar, etc.) (Calsamiglia y Tusón, 2007:167). Otro fenómeno que no es precisamente una marca sino un procedimiento discursivo es la designación, la cual se opone a la denominación. La designación es una referencia temporal entre una persona o cosa y una secuencia lingüística. La denominación, por el contrario, es resultado de un acto de bautizo o surge de un hábito asociativo. A diferencia de la designación, que es una construcción efímera, la denominación permanece (Plantin, 2005:157-­‐158).7 El último de los fenómenos discursivos que definiremos en este apartado es la polifonía. Este concepto fue estudiado en la primera mitad del siglo XX por Mijiaíl Bajtín8 y sus aportaciones fueron retomadas por Oswald Ducrot (1988) para enarbolar la teoría polifónica de la enunciación. Esta teoría postula que un mismo enunciado tiene varios sujetos de discurso: el sujeto empírico (SE), el locutor (L) y los enunciadores o puntos de vista (E). Ducrot no se detiene a estudiar al SE (el autor efectivo de un enunciado) y enfoca 6
Cabe aclarar que, entre los pronombres, la tercera persona es considerada la no persona o el tema del discurso (Benveniste, 1997 [1971]:183). 7
Un ejemplo extraído de la política de nuestros días es la designación “el mesías tropical” que le asigna el historiador Enrique Krauze al político denominado Andrés Manuel López Obrador. 8
Este autor sostenía que todo enunciado remite a otros enunciados de los que es respuesta y eco al mismo tiempo (Bajtín, 1999, [1982]:278). 6 su atención en los seres de discurso que son el locutor y los enunciadores. El locutor es el responsable del enunciado según el enunciado en cuestión; por ejemplo, el locutor de un texto en una hipotética ventana donde estuviera escrito “No me rayes” es la ventana misma. Un locutor también puede ser impersonal, como sucede cuando un sujeto enuncia un proverbio o refrán de la sabiduría popular.9 Finalmente, los enunciadores son puntos de vista que pueden respaldar la opinión del locutor, o bien, oponerse. Un enunciado irónico, por ejemplo, presenta un punto de vista absurdo para el locutor y que se le imputa a otra persona. 2. Análisis El análisis consta, en primer lugar, de una aproximación al contrato de comunicación del cual depende el film Frankenstein; en segundo lugar, de la clasificación de ciertos fragmentos de discurso fílmico de los que tomamos algunos intercambios verbales. Por último, se delimitan algunas de las imágenes de Frankenstein y de la ciencia que se erigen por medio de los discursos. 2.1. Un acercamiento al contrato de comunicación del film Frankenstein La película Frankenstein integra, por lo menos, dos tipos de discurso cuyo origen es literario: la ciencia ficción y el terror. Esta combinación puede ayudar a identificar cuál es el propósito de la comunicación y sus temas. Debido al poco espacio del que disponemos, no podemos caracterizar cada uno de los tipos de discurso que nutren el film. Sin embargo, consideramos que una historia que integra ambos géneros puede involucrar, como sucede en Frankenstein, algún elemento científico o tecnológico con otro que representa una amenaza, en una atmósfera tenebrosa, oscura e, incluso, claustrofóbica. Lo anterior se produce con un propósito de entretenimiento que, en el marco de la comunicación mediática, expresa en el discurso la cointencionalidad de los participantes tanto de la instancia de producción (Universal Pictures) como del público. Ahora bien, para 9
Ducrot ofrece un ejemplo singular al respecto. El autor afirma que Charles de Gaulle solía quitar las marcas de origen personal de su discurso para hacer parecer que su era responsabilidad de la historia: “Nadie puede suponer que De Gaulle abandonará los intereses de Francia”, decía el político francés (Ducrot, 1988:18-­‐19).
7 observar apenas unas cuantas particularidades discursivas de la película que atañe a nuestra investigación procederemos a la extracción de algunos intercambios lingüísticos al interior del film con el propósito de identificar algunas imágenes que edifican del científico y de la ciencia. 2.2. Clasificación de algunos fragmentos del discurso fílmico Hemos asignado nombres para los fragmentos de discurso fílmico en los que identificamos algunas de las imágenes del científico Frankenstein y de la ciencia: Nombre asignado Duración min/seg Descripción Fr1 Desde: 00:00 Hasta: 01:00 Fr2 Desde: 09:21 Hasta: 12:03 Fr3 Desde:12:04 Hasta: 14:05 Fr4 Desde: 14:06 Hasta: 25:17 Esta escena aparece antes de que se comience a narrar la historia de la película. Un presentador ofrece algunas palabras respecto al film. Elizabeth, la prometida de Henry Frankenstein, recibe la visita de su amigo Víctor y hablan sobre el científico. Ella externa su preocupación por el comportamiento de su novio. Al final los dos salen en busca del Dr. Waldman, antiguo profesor de Frankenstein en la escuela de medicina, para preguntar si él sabe las razones que explican su actuar. Elizabeth y Víctor se entrevistan con el Dr. Waldman. Al final, los tres deciden ir a buscarlo a la torre donde se encuentra trabajando. Frankenstein y su ayudante Fritz trabajan en el laboratorio para comenzar un experimento en el que buscan darle vida a un cuerpo inerte confeccionado con pedazos de personas muertas. El Dr. Waldman, Elizabeth y Víctor llegan a la torre y Henry los recibe a regañadientes. Por último, Frankenstein y su asistente llevan a cabo su experimento con éxito. 2.3. Delimitación de imágenes 8 Nuestra presentación obedece un criterio que privilegia la exposición, una por una, de las imágenes del científico. Esto nos obliga a presentar los fragmentos de las conversaciones sin respetar el orden cronológico con el que aparecen en la película. Las imágenes de la ciencia se presentarán de acuerdo como vayan surgiendo al estudiar las imágenes del científico. Muy inteligente La primera imagen que identificamos en torno al personaje de Henry Frankenstein es la de un sujeto con cualidades intelectuales sobresalientes. En el fragmento Fr3 se identificó que el científico es descrito así por el Dr. Waldman:10 Dr. Waldman: El Sr. Frankenstein es un joven muy brillante pero tan errático11 que me preocupa. En este ejemplo se puede observar que el enunciador caracteriza a Frankenstein mediante una descripción del ser que se presenta en dos partes unidas mediante el conector pero, el cual opera una restricción en la posible conclusión que el interlocutor puede inferir de la primera parte de la descripción. La descripción de una cualidad positiva para el enunciador (“muy brillante”) está restringida por otra característica que éste considera negativa (“errático”), lo cual lleva a una conclusión en el enunciado (“me preocupa”). Otro fragmento más del discurso del Dr. Waldman nos permite interpretar que Frankenstein tiene capacidades cognitivas extraordinarias: Dr.: Waldman: Sus investigaciones en los campos de la electroquímica y biología estaban muy por delante de nuestras teorías aquí en la universidad. En realidad, habían alcanzado un nivel muy avanzado. Se estaban volviendo peligrosas. En el texto se observa una descripción de las cualidades de las investigaciones de Frankenstein, la cual está modalizada (“muy por delante” y “muy avanzado”) en términos 10
En los discursos que expondremos para el análisis se subrayarán los fragmentos (designaciones, descripciones, verbos modales, etc.) que consideremos relevantes en función del tipo de imagen que vayamos a delimitar. 11
Errático, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, es un adjetivo que significa vagabundo, errante y sin domicilio cierto. También es una palabra que se usa en medicina para describir un dolor crónico que va de una parte a otra sin asentarse en un lugar fijo. Véase: http://bit.ly/Mo4Ddh
9 superlativos. Lo anterior contribuye a configurar la imagen de un científico sobresaliente en términos cognitivos por el “nivel muy avanzado” de su investigación. Sin embargo, el enunciado final indica que esta cualidad puede ser valorada en términos negativos (desde la perspectiva del enunciador) pues estas características adquieren un matiz de “peligro”. Lo anterior erige una cierta imagen de la ciencia pues el conocimiento superlativo (el de un científico) y sus resultados (una investigación “avanzada”) se evalúan como algo que puede llegar a ser peligroso. Científico loco Una segunda imagen que encontramos es la del científico loco, desquiciado o mentalmente insano. El primer ejemplo al respecto proviene de la escena (Fr2) que escenifica un diálogo entre Elizabeth y su amigo Víctor Moritz. En ella hablan sobre Henry Frankenstein: Elizabeth: Al anunciar nuestro compromiso, me habló de sus experimentos. Dijo que estaba al borde de un descubrimiento tan increíble que dudaba de su propia cordura. En este fragmento de la conversación se puede identificar que en el segundo enunciado (“Dijo que…”) el sujeto empírico12 de la enunciación es Elizabeth que utiliza el discurso referido (cita indirecta) de Frankenstein. El enunciado incluye una descripción del hacer (estaba al borde de un descubrimiento tan increíble) y del comportamiento (dudaba de su propia cordura). Se puede resaltar también que la modalización “tan increíble” articula un adverbio y un adjetivo de tal forma que se expresa un punto de vista sobre el descubrimiento mediante una hipérbole.13 También se identifica una relación de causalidad entre los sucesos que describe el enunciado; es decir, que el hacer (estar al borde de un descubrimiento tan increíble) conduce a Frankenstein a un nuevo estado 12
Para realizar la distinción entre sujeto empírico y locutor se tomó en cuenta la teoría polifónica de Oswald Ducrot, la cual fue expuesta con anterioridad. 13
Hipérbole es una “Exageración o audacia retórica que consiste en subrayar lo que se dice al ponderarlo con la clara intención de trascender los verosímil, es decir, de rebasar hasta lo increíble el “verbum proprium” (…) pues la hipérbole constituye una intensificación de la “evidentia” en dos posibles direcciones: aumentando el significado (…) o disminuyéndolo” (Beristáin, 1995 [1985]:251).
10 comportamental (dudar de su cordura), lo cual implica una nueva caracterización del ser (estar o no estar loco). En otras palabras, una interpretación de este discurso podría llegar a concluir que el hacer científico puede llevar a la locura. En relación con lo anterior, también encontramos en el discurso del Dr. Waldman una relación de causalidad entre el hacer científico que conduce a hacia una transformación del comportamiento. Lo anterior se encuentra en la escena (Fr3): Dr. Waldman: El Sr. Frankenstein ha cambiado mucho. Víctor: ¿Quiere decir como resultado de su trabajo? Dr. Waldman: Sí, su trabajo. Su ambición alocada de crear vida. En esta conversación se observa que el objetivo del científico (crear vida) es evaluado como una “ambición alocada”, lo cual es resultado, según el Dr. Waldman, del trabajo científico realizado por Frankenstein. Se observa, entonces, que la labor científica puede llevar a plantear objetivos fuera del ámbito de la razón. En otra de las escenas de la película (Fr4) se muestra a Frankenstein y a su ayudante Fritz en su laboratorio a punto de darle vida a un cuerpo inerte. Justo antes de comenzar con su experimento, el Dr. Waldman, Elizabeth y Víctor llegan a visitarlo. Aquí un fragmento del diálogo que entablan estos personajes en la entrada de la torre donde vive Frankenstein: Frankenstein: Elizabeth, por favor, vete. Confía en mí, sólo por esta noche. Elizabeth: Estás enfermo. ¿Qué ocurre? Frankenstein: Nada. Estoy bien. De veras. ¿No ves que no debo ser estorbado? Lo arruinarás todo. Ya casi he finalizado mi experimento. Elizabeth: Espera un momento. Lo entiendo. Creo en ti. Pero no puedo dejarte esta noche. Frankenstein: ¡Debes irte! Víctor: Henry, eres cruel. Víctor: ¡Estás loco! 11 En el intercambio Frankenstein pide a sus interlocutores que se vayan de su laboratorio. Para ello, usa en dos ocasiones un verbo modal deóntico: “no debo ser estorbado” y “¡Debes irte”. El enunciado “¿No ves que no debo ser estorbado?” es una pregunta retórica que proyecta una imagen de un científico entregado exclusivamente a su trabajo. Con el enunciado imperativo “!Debes irte!”, Frankenstein se posiciona en un lugar de autoridad sobre su interlocutora ante lo cual Víctor lo califica de cruel y loco. Lo anterior nos permite identificar que para Frankenstein el trabajo científico demanda entrega total y aislamiento. Mientras tanto, para sus visitantes el comportamiento del científico es evaluado como una locura. Pero no sólo el científico es quien se encuentra aislado, consideramos que también se ofrece una imagen de la ciencia separada del “profano” que no comprende el quehacer científico.14 Al respecto ya ha reflexionado Roqueplo (1983) sobre la imagen de la ciencia sagrada y lejana del resto de la sociedad. Transgresor que se intenta comparar con Dios Sobre Frankenstein también se edifica la imagen del científico transgresor que se equipara con un una figura divina. Una particularidad de la adaptación cinematográfica de 1931 es que un presentador habla de la película antes de que ésta comience (segmento Fr1). El presentador, en un momento de su discurso, hace una definición por equivalencia utilizando la designación: Presentador: Estamos a punto de contarles la historia de Frankenstein, un hombre de ciencias que quiso crear un hombre a su propia semejanza sin tener en cuenta a Dios. La caracterización de Frankenstein se realiza mediante una descripción del ser que es al mismo tiempo una designación: “un hombre de ciencias…”. Esta designación integra una descripción del hacer: “quiso crear…”. La descripción incluye el verbo modal “querer” lo que lleva al interlocutor a deducir que no lo logró. En la designación de Frankenstein también se identifica un enunciado polifónico ya que remite a la narración judeocristiana 14
El Dr. Waldman no sería un profano para Frankenstein como lo es Elizabeth. En la película Frankenstein permite que el Dr. Waldman se examine el cuerpo inerte de su laboratorio y, una vez realizado el experimento que le da vida al monstruo, permite que se quede en el laboratorio, donde finalmente, es asesinado a manos de la criatura. 12 de la creación en el libro de Génesis. El carácter polifónico del discurso funciona para hacer un símil entre el científico y Dios. El enunciador sanciona dicha comparación como una transgresión debido a que, al final de la locución, se menciona que Frankenstein no toma en cuenta que la facultad de crear un hombre a su semejanza, según el relato bíblico aludido, se le atribuye solamente a Dios. Como reflexión adicional, consideramos que la imagen del científico que intenta equipararse con un creador divino tiene un trasfondo en el que la ciencia se equipara con o desafía la religión. Esto coincide con el “mito de sacralización de la ciencia” del cual habla P. Roqueplo (1983). La caracterización de Frankenstein como una persona que intenta o que es capaz dar vida está presente en su propio discurso, aunque para él no implica una transgresión. Así lo observamos en el siguiente fragmento (Fr4) en el que Frankenstein entabla una conversación con el Dr. Waldman. En el discurso de Frankenstein subrayamos las marcas de la primera persona: Frankenstein: Dr. Waldman, aprendí mucho de Ud. en la universidad sobre el rayo de luz violeta, el rayo ultravioleta que Ud. dijo era el color más alto del espectro. Estaba equivocado. Aquí, con este equipo he ido más allá de eso. He descubierto el gran rayo que trajo la vida al mundo. Dr. Waldman: Ah, ¿y su prueba? Frankenstein: Esta noche tendrá su prueba. Al principio experimenté sólo con animales muertos y después con un corazón humano que mantuve latiendo tres semanas. Pero, ahora, voy a dirigir ese rayo contra ese cuerpo y le daré vida. Dr. Waldman: ¿Y de verás cree que puede resucitar a los muertos? Frankenstein: Ese cuerpo no está muerto. Nunca ha vivido. Yo lo creé. Lo hice con mis propias manos de los cuerpos que robé de tumbas, de la horca, de todos lados. Véalo Ud. mismo. En este segmento de la conversación se puede identificar que Frankenstein usa la primera persona del singular para señalar la autoría individual de su labor que consistió no sólo en aprender, descubrir y experimentar sino también en crear un cuerpo, hacerlo con las manos y darle vida (la descripción de acciones bien puede dar idea de un método 13 “científico”). Estos tres últimos verbos (crear, hacer y dar) construyen la imagen una persona que posee un saber y un poder hacer que lo caracteriza como creador. Por otro lado, la imagen de Henry Frankenstein en tanto científico transgresor no solamente se edifica por su comparación con la imagen de Dios sino también por acciones que lleva a cabo para continuar con su investigación; entre ellas, la imposibilidad de trabajar dentro de un entorno institucional (la universidad) y la perpetración de robos para cumplir sus objetivos. Presentamos dos ejemplos que corresponden a los segmentos Fr3 y Fr4: Dr. Waldman: Los cuerpos que usamos en nuestra aula magna para disecar no eran suficientemente perfectos para sus experimentos, según él. Quiso que le proporcionáramos otros cuerpos y no tenía que importarnos dónde ni cómo los conseguíamos. Le dije que sus exigencias eran poco razonables, así que dejó la universidad para trabajar sin trabas. Encontró lo que necesitaba. Y en otra escena: Frankenstein: Ese cuerpo no está muerto. Nunca ha vivido. Yo lo creé. Lo hice con mis propias manos de los cuerpos que robé de tumbas, de la horca, de todos lados. Véalo Ud. mismo. Como última nota de este apartado, señalaremos que las descripción de un científico sobresaliente que deja el entorno institucional que lo rige “para trabajar sin trabas” bien puede erigir una imagen de la ciencia fuera de control, capaz de producir monstruosidades. Esto se relaciona con el siguiente apartado que trata sobre el hombre de ciencia aislado de la sociedad y de la comunidad científica. Solitario y obsesivo La imagen de Frankenstein se caracteriza por el aislamiento, la cual se relaciona con el carácter obsesivo15 hacia su trabajo pues la obcecación por sus investigaciones y experimentos lo lleva recluirse o aislarse de la sociedad. Lo anterior concuerda con los estereotipos ya identificados por Nelkin en publicaciones impresas: 15
El significado de obsesión es: “Perturbación anímica producida por una idea fija” e “Idea que con tenaz insistencia asalta la mente”, véase: http://bit.ly/OAeCxb
14 Los periódicos y revistas populares no sólo se refieren a la ciencia como algo aparte de las actividades normales, también retratan a los científicos, al menos a los hombres, como socialmente apartados, por encima de las preocupaciones humanas normales. Se presenta la ciencia como una actividad de genios solitarios, cuyo éxito es consecuencia de la inspiración y total dedicación a su trabajo…. Una imagen habitual es la de los científicos que dedican a su trabajo doce horas por día los siete días de la semana (Nelkin, 1990:31). El ejemplo que expondremos proviene del fragmento Fr2 en el que Elizabeth le expone a su amigo Víctor su preocupación con respecto al comportamiento de su novio Frankenstein y ella lee una carta que recibió de este último. A continuación presentamos la transcripción en la que hemos subrayado los enunciados que erigen la imagen de un científico solitario: Debes confiar en mí, Elizabeth. Espera. Mi trabajo es lo primero. Está incluso por encima de ti. Por la noche, los vientos aúllan en las montañas. No hay nadie aquí. Ojos curiosos no descubrirán mi secreto. El primer fragmento de la carta tiene un enunciado con un localizador espacial que identifica el lugar donde se encuentra (o del cual está cerca) Frankenstein: “en las montañas”. Este espacio es previamente descrito en términos metafóricos: “Por la noche, los vientos aúllan…” La caracterización del lugar contribuye a crear la atmósfera desde la cual el autor escribe la carta y que el interlocutor puede interpretar como un lugar inhóspito, desolado, tenebroso, etc. Por otro lado, Frankenstein enuncia algunas expresiones que son propias del lenguaje poético (“los vientos aúllan…”, “Ojos curiosos no descubrirán…”) con lo cual construye un ethos16 de una persona letrada, con amplio dominio en el uso de palabra. Lo anterior es relevante porque, además de que se edifica la imagen de un sujeto intelectualmente cultivado, en el mismo discurso también se erige la del científico solitario (“No hay nadie aquí”) y dedicado por completo a su investigación (“Mi trabajo es lo primero”) al punto de que es capaz de dar mayor valor a su trabajo que a su prometida (“Está incluso por encima de ti”). 16
El ethos es la imagen que un enunciador muestra de sí por medio de su discurso. En análisis de discurso el término ha sido estudiado con profundidad por Dominique Maingueneau (2010) quien a su vez recupera aportaciones de Oswald Ducrot (1986) al respecto.
15 Conclusiones En los fragmentos de película que estudiamos se construye, por medio de interacciones lingüísticas, una serie de imágenes acerca de Frankenstein (inteligente, loco, transgresor, que se compara con Dios, solitario y obsesivo) y de la ciencia (peligrosa, sin control, separada de los profanos). Una aproximación más completa al estudio del film requeriría, tal vez, integrar un análisis del relato y un conjunto de herramientas para el análisis de la dimensión visual. Esto permitiría conseguir una caracterización más completa de la imagen que se ofrece tanto del científico como de la ciencia. Los resultados obtenidos hasta el momento indican que la película Frankenstein, en su versión de 1931, proyecta un conjunto de características que, por un lado, relacionan la ciencia y los científicos con el ámbito de la creencia subjetiva (Dios, lo profano y lo sagrado) (cfr. Roqueplo, 1983) y, por el otro, configura uno de sus estereotipos negativos (debido a las imágenes de transgresión, aislamiento, peligro, locura y obsesión) (cfr. Nelkin, 1990; Berruecos, 2000). Ahora bien, si Frankenstein es la semilla de las ulteriores contribuciones sobre el mito de la creación científica, como dice Aldiss, este trabajo intentó exhibir en qué consiste una pequeña parte de esa semilla sobre la cual es pertinente reflexionar e identificar si ha dado frutos en la opinión que hoy tenemos de la ciencia. Bibliografía Bajtín, Mijaíl (1999 [1982]) Estética de la creación verbal (10ª edición) México: Siglo XXI. 16 Benveniste, Émile (1997 [1971]) “De la subjetividad en el lenguaje”, en Problemas de Lingüística General, T. I México: Siglo XXI, pp. 179-­‐187. -­‐-­‐-­‐ (1999 [1977]) “El aparato formal de la enunciación”, en Problemas de Lingüística General, T. II. México: Siglo XXI, pp. 82-­‐91. Beristáin, Helena (1995 [1985]) Diccionario de retórica y poética (7ª edición) México: Porrúa. Berruecos Villalobos, Ma. de Lourdes (2000) “Las dos caras de la ciencia: representaciones sociales en el discurso”, en Revista Iberoamericana de discurso y sociedad. Lenguaje en contexto desde una perspectiva crítica y multidisciplinaria, vol. 2, núm. 2, junio, Barcelona: Gedisa, pp. 105-­‐130. -­‐-­‐-­‐ (2009) La divulgación de la ciencia puesta en discurso, México: Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM. Calsamiglia, Helena y Tusón, Amparo (2007) Las cosas del decir. Manual de análisis del discurso (2ª edición) Barcelona: Ariel. Charaudeau, Patrick (1985) “Una teoría de los sujetos del lenguaje”, en Discurso. Cuadernos de teoría y análisis, núm. 7, México, UNAM, Unidad Académica de los Ciclos Profesional y de Posgrado, Colegio de Humanidades, pp. 53-­‐67. -­‐-­‐-­‐ (1993) “El dispositivo sociocomunicativo de los intercambios lingüísticos”, en Discurso. Cuadernos de teoría y análisis, núm. 15, México, UNAM, Unidad Académica de los Ciclos Profesional y de Posgrado, Colegio de Humanidades, pp. 43-­‐58. -­‐-­‐-­‐ (2003) El discurso de la información. La construcción del espejo social, Barcelona: Gedisa. Ducrot, Oswald (1986) El decir y lo dicho. Polifonía de la enunciación, Barcelona: Paidós. -­‐-­‐-­‐ (1988) Polifonía y argumentación, Cali: Universidad del Valle. Maingueneau, Dominique (2010) “El enunciador encarnado. La problemática del Ethos”, en Versión. Estudios de Comunicación y Política, núm. 24, abril, México: Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, pp. 203-­‐225. Nelkin, Dorothy (1990) La ciencia en el escaparate, Madrid: Fundesco. Plantin, Christian (2005) “Denominación”, en Charaudeau, Patrick y Maingueneau, Dominique (dirs.) (2005) Diccionario de análisis del discurso, Buenos Aires: Amorrortu, pp. 17 157-­‐158. Roqueplo, Philippe (1983) El reparto del saber. Ciencia, cultura, divulgación, Buenos Aires: Gedisa. *** 18 

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