Mi salón de español era diferente a los demás

Transcripción

Mi salón de español era diferente a los demás
Mi salón de español era diferente a los demás. Si, tenía bancos, sillas, mesas y libros. Pero
tenía un maestro diferente. Un maestro que nos hacía sentir libres. Un maestro tan especial
que en cada una de sus clases sentía diferente, me sentía especial. Yo podía ser totalmente
diferente a los demás, pero en sus clases siempre me hizo sentir parte del grupo. Todavía
lo recuerdo, yo era la única persona nueva del salón. Nadie me hablaba y no hacía mucho
por hablar con alguien. Pero en la clase de español por fin me sentí parte de algo, me sentí
lleno de valor para hablar con alguien y hacer amigos. A lo largo de las clases que tuve con
él siempre me sentía especial, me sentía seguro de mí mismo, me sentí libre. Tres horas a
la semana, no importaba como fueras o de donde fueras. Todos éramos iguales, no éramos
diferentes, no había mejores, ni peores. Nos unió como grupo, no éramos muchos, nos
unificamos como personas, éramos más unidos, más cercanos, él nos convirtió en una
familia. Ya ha pasado un año y medio y seguimos siendo muy unidos. Él nos enseñó que
en cada compañero tenemos un amigo, alguien que reirá con nosotros cuando
estuviéramos felices y nos prestarían su hombro cuando tuviéramos que llorar. Él nos
enseñó a confiar, a soñar, a llorar, a reír, a impulsarnos hacia adelante y nunca hacia atrás.
Y, de hecho, si no fuera por él, yo no estaría escribiendo y publicando mis trabajos de esta
manera, seguiría escribiendo para mí. Y me da gracias decir que gracias a él, estoy
presentando este trabajo. Me dio tristeza su partida, pero me siento mejor por sus nuevos
alumnos. Gracias.

Documentos relacionados