28 - Provincia Agustiniana Matritense

Transcripción

28 - Provincia Agustiniana Matritense
LE A
BUSCANDO
LAS RAICES
AGUSTINIANAS
EN SAN
GIMIGNIANO
LA ESCUELA
AGUSTINIANA
N.º 87, ABRIL-JUNIO DE 2007
Día agustiniano
en El Escorial
98 MÁRTIRES
AGUSTINOS
SERÁN
BEATIFICADOS
EL 28 DE
OCTUBRE
ANÉCDOTAS
DE LOS NIÑOS
DE EL ESCORIAL
umari
ACTUALIDAD
EDUCATIVA
Y PEDAGOGÍA
LA ESCUELA AGUSTINIANA.
4SEGÚN
III. EDUCAR PARA LA VERDAD,
SAN AGUSTÍN
NUESTROS
COLEGIOS
AGUSTINIANO
52DÍA
EN EL ESCORIAL
FILOSÓFICOS DE
9FUNDAMENTOS
LA PEDAGOGÍA AGUSTINIANA
14EDUCACIÓN
PARA LA CIUDADANÍA
ESCOLAR-BULLYING20ACOSO
MALTRATO ENTRE IGUALES
BUSCANDO LAS RAICES
24
AGUSTINIANAS EN
SAN GIMIGNIANO
EL
20
SERVICIO
A LOS
HOMBRES
DE LOS NIÑOS
54ANÉCDOTAS
DEL ESCORIAL
UN OASIS EN EL DESIERTO
57
O LA HISTORIA DE TU PROPIA
VOCACIÓN...
- MIRARLE - MIRARLE
61MIRAR
BIEN
HISTORIA Y
LITERATURA
98 MÁRTIRES AGUSTINOS
30
SERÁN BEATIFICADOS
EL 28 DE OCTUBRE
EN LAS ÓPERAS
38LADE MUJER
PUCCINI
A
44LEER
PAUL AUSTER
NAGUIB MAHFUZ, PREMIO
48
NOBEL DE LITERATURA,
DESDE LOS
CALLEJONES
DE EL CAIRO
AL HOMBRE
UNIVERSAL
RESEÑAS DE
ACTUALIDAD
64LIBROS
LE A
LA ESCUELA
AGUSTINIANA
N.º 87, ABRIL-JUNIO DE 2007
EDITORIAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA
La Escuela Agustiniana,
Educar para la verdad, según S. Agustín
Gabriel González del Estal . . . . . . . .
Fundamentos filosóficos de la pedagogía
agustiniana, Isaías Díez del Río . . . . .
Educación para la ciudadanía,
Juan Antonio Martínez Muñoz . . . . . .
Acoso Escolar-Bullying-maltrato entre
iguales, Francisco Javier González
Sánchez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Buscando las raices agustinianas en
San Gimigniano, Grupo San Alipio . . .
El servicio a los hombres,
Carlos R. Alonso . . . . . . . . . . . . . . .
HISTORIA Y LITERATURA
98 Mártires Agustinos
serán beatificados el 28 de octubre,
Modesto González Velasco . . . . . . . . . .
La mujer en las óperas de Puccini,
Jerónimo Paredes González . . . . . . . .
Leer a Paul Auster,
Francisco Mena . . . . . . . . . . . . . . . .
Naguib Mahfuz, Premio Nobel de
literatura, desde los callejones de
El Cairo al hombre universal,
Leonor Merino . . . . . . . . . . . . . . . .
3
4
9
14
20
24
29
30
38
44
48
NUESTROS COLEGIOS
Día agustiniano en El Escorial,
Jesús Torres . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Anécdotas de los niños del Escorial
(Escolanía), Gustavo Sánchez . . . . . .
Un oasis en el desierto, o la historia
de tu propia vocación,
Fray Santiago Ruiz Galacho . . . . . . .
Mirar - Mirarle - Mirarle bien,
Miguel Gómez Martín . . . . . . . . . . .
52
54
57
61
RESEÑAS DE ACTUALIDAD
Libros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
Director: Francisco Navas Plata
Secretario: Carlos R. Alonso García
E-mail: [email protected]
Edita: Provincia Agustiniana Matritense.
Islas Hébridas, 57 - 28035 Madrid.
Imprime: Grafinat, SA. C/ Albasanz, 14 bis,
1ª planta, naves A y B. 28037 Madrid
ISSN: 1577-7197
Depósito Legal: M.7.483-1978
E D I T OR I A L
Mártires agustinos
NA comisión de Cardenales, nombrados por la Congregatio de
Causis Sanctorum, aprobó El 19 de diciembre de 2006 la Causa
de beatificación y declaración de martirio de los Siervos de
Dios, Avelino Rodríguez, sacerdote profeso de la Orden de San
Agustín, y de 97 compañeros agustinos, además de 6 compañeros del clero
secular, muertos, según se dice, por odio de la fe, en el año 1936.
U
Los 98 mártires agustinos pertenecen a tres provincias religiosas: 68 a
la Provincia Matritense (o de El Escorial), 29 a la Provincia de España (o de
Sta. María de La Vid) y 1 a la Provincia de Chile. Todos fueron martirizados
en los meses de julio a diciembre de 1936.
Los 68 mártires de nuestra Provincia Agustiniana Matritense proceden
de cinco conventos: Ntra. Sra. del Buen Consejo, en Leganés (1); San
Agustín, de Málaga (4); dos casas de Madrid, en las calles de Valverde, nº
25 (4) y de la Princesa, nº 23 (7); y el Real Monasterio de El Escorial (53).
De todos ellos conservamos testimonios del compromiso asumido con
su fe y su comunidad religiosa. Los superiores y los mayores renunciaron
a su posible libertad, pues por la prisión se corrió el rumor de que el
Gobierno no perseguía a los intelectuales, a los escritores y ancianos,
estando dispuesto a librarlos siempre que lo solicitasen personalmente.
Ante esta situación se convocó una reunión de los superiores presentes y
de los sacerdotes de más autoridad. Se determinó y comprometieron todos
en documento firmado, a que ninguno intentaría buscar su libertad. El motivo principal para tomar esta decisión fue que no se debía dejar desamparados a los demás, y en especial a los más jóvenes. Y los más jóvenes
correspondieron manteniendo su ánimo y su entereza en la fe a pesar de
los continuos insultos y maltratos, incluso con torturas, a que eran sometidos por los milicianos.
Esta Causa es una de 23 Causas martiriales, que en conjunto reúnen
498 mártires, sacrificados de 1934 a 1937 en la persecución religiosa, que
en los años treinta se desató en España contra la Iglesia. Los 498 mártires
serán beatificados el próximo 28 de octubre en Roma.
El anuncio de esta buena noticia se ha hecho en España a través de un
Mensaje con el título Vosotros sois la luz del mundo (Mt 5,14), aprobado por
el episcopado español en su 89ª Asamblea Plenaria, celebrada en Madrid, el
pasado 27 de abril. La Iglesia reconoce solemnemente que murieron como
mártires, como testigos heroicos del Evangelio. Los mártires están por encima de las trágicas circunstancias sociales e históricas que les llevaron a la
muerte. Dieron gloria a Dios con su vida y con su muerte y se convierten
para nosotros en signo de amor, de perdón y de paz. «Los mártires, al unir
su sangre a la de Cristo, son profecía de redención y de un futuro divino, verdaderamente mejor, para cada persona y para la humanidad».
Animamos a todos, religiosos, familiares y amigos de la gran Familia
Agustiniana a participar con la Iglesia en esta gran celebración de la fe. Nos
despedimos con las palabras de reconciliación dirigidas a los que les iban a
fusilar y que el P. Avelino pronunció antes de morir en nombre de todos sus
compañeros hoy beatos, que consideraban el martirio como una gracia
especial que Dios les concedía: «Os perdonamos de todo nuestro corazón».
Francisco Navas Plata
3
Núm. 87 L.E.A..
ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA
La Escuela Agustiniana
III. Educar para la verdad, según
Gabriel González del Estal
Los educadores no somos dueños, sino servidores de la verdad. La verdad nos supera y nos trasciende.
Nuestra misión no es conquistarla y someterla, como se conquista una ciudad enemiga, o una fortaleza
asediada. A la verdad nos acercamos con humildad y buscamos el resplandor de su luz, para iluminar
nuestras oscuridades, incertidumbres y desasosiegos.
A verdad, como el horizonte,
siempre estará más allá de nuestra mirada, pero, a medida que
nos vayamos acercando a ella, se
irán iluminando progresivamente las parcelas
más oscuras de nuestra vida. A los alumnos
hemos de decirles una y otra vez que la ver-
L
4
L.E.A. Núm. 87
dad no es mía, ni tuya, para que pueda ser
tuya y mía (In ps. 103). Un joven que está
siempre demasiado seguro de «su» verdad,
y que no atiende ni escucha las pretendidas
verdades de los demás, puede caer fácilmente en una obstinación paralizante, o en un
fanatismo peligroso.
Quizá sea bueno distinguir desde el principio las verdades y la Verdad. La vida está
llena de verdades. Todos admitimos sin dificultad como verdades evidentes que dos y
dos son cuatro y que el todo es más grande
que cada una de sus partes. El hijo es distinto de su padre y Madrid es distinto de Nueva
York. ¿Quién duda que vive, recuerda,
entiende, quiere, piensa, conoce y juzga?
Puesto que si duda, vive... Aunque dude de
todas las demás cosas, de estas jamás puede dudar (De Trin. 10, 10). Si no admitiéramos este tipo de verdades cotidianas y generales, no podríamos construir ningún tipo de
diálogo mínimamente coherente y la convivencia social y cultural se tornaría imposible.
No nos referimos a este tipo de verdades,
necesarias para andar por casa, cuando decimos que la verdad nos sobrepasa y nos trasciende. Es la Verdad, con mayúscula o sin
ella, a la que nos referimos cuando afirmamos que está siempre un poco más allá de
San Agustín
nuestras certezas y que nos resulta, en
muchas ocasiones, inaprehensible e inalcanzable. En este sentido, la pregunta de Pilato:
¿qué es la verdad? (Jn. 18, 38) no era una
pregunta banal o sin sentido. La verdad ante
la que nos detenemos siempre con gran
asombro y ante la que tenemos siempre más
preguntas que certezas es la Verdad metafísica, la que no puede ser demostrada, ni certificada con los pobres instrumentos físicos
o mentales que tenemos a nuestro alcance.
¿Cuál fue el origen primero del universo, por
qué existe el ser y no más bien la nada, cuál
es el destino del ser humano, qué es el bien
y qué es el mal, qué tipo de relación existe o
puede existir entre lo creado y el Creador, qué
o quién es Dios..., etc., son preguntas ante
las que el género humano no ha encontrado
aún respuestas convincentes y satisfactorias
para todos. En este sentido sigue siendo válido el consejo de San Agustín: No presumamos de haber hallado la verdad. Busquémosla como si nos fuera desconocida a
ambos (Con. Epist. Manich. 3, 4).
Tradicionalmente se ha dicho que hay dos
caminos privilegiados para llegar a la verdad:
la razón, ayudada por la experiencia, y la fe.
La filosofía usaría la razón y la religión usaría la fe como caminos únicos y separados
para llegar a la verdad. Yo creo que ésta es
una simplificación incompleta e inexacta. Ni
la razón sola, ni la fe sola nos pueden llevar
al puerto seguro de la verdad. Razón y fe, fe
y razón, deben caminar siempre juntas, si
quieren ayudarnos eficazmente a encontrar y
a vivir en la verdad. Juan Pablo II, en su encíclica Pides et Ratio, dice: «La fe y la razón
son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación
de la verdad.» Si separamos la fe de la razón,
o la razón de la fe, podemos caer con facilidad en afirmaciones absurdas. La famosa frase de Tertuliano: «Creo porque es absurdo»,
hoy no tiene aplicación en el mundo cultural
y científico en el que nos movemos. Ya sé
que también hoy hay científicos que desprecian la fe como camino para llegar a la verdad
y, por otro lado, hay líderes religiosos que
desprecian la investigación científica como
posible baremo para evaluar la verdad o mentira de sus afirmaciones religiosas. Pero yo
creo que ni un racionalismo a ultranza, ni un
fideísmo ciego son posturas razonables y
provechosas en la búsqueda de la verdad. Es
peligroso elevar a la razón, o a la fe, a categorías únicas e inapelables para encontrar la
verdad. La razón, por sí sola, puede fabricar
monstruos y construir campos de exterminio, mientras que la fe, por sí sola, puede
encender hogueras e inventarse brujas.
Cuando la razón o la fe se ponen en contra
de los derechos fundamentales del ser humano deben ser declaradas, automáticamente,
inhumanas y abominables, malas y perversas. Lo ideal es que razón y fe actúen unísona y acordemente, a la hora de tomar decisiones importantes. Sin dejar de reconocer que
hay campos vitales en los que el predominio
de fe o razón tienen una función propia y dife-
CUANDO LA RAZÓN
O LA FE SE PONEN EN CONTRA
DE LOS DERECHOS
FUNDAMENTALES
DEL SER HUMANO
DEBEN SER DECLARADAS,
AUTOMÁTICAMENTE,
INHUMANAS Y ABOMINABLES,
MALAS Y PERVERSAS.
LO IDEAL ES QUE RAZÓN
Y FE ACTÚEN UNÍSONA
Y ACORDEMENTE,
A LA HORA DE TOMAR
DECISIONES IMPORTANTES
5
Núm. 87 L.E.A.
ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA
mo, en los libros de escritores famosos y filósofos conocidos. Y se encontró con un libro
muy famoso de Cicerón titulado Hortensio.
Era una exhortación a la sabiduría llena de
entusiasmo y fe intelectual, aún cuando, por
supuesto, no hablaba nada de la religión cristiana. El efecto de esta lectura fue excitante y
abrasador y, como nos cuenta el mismo
Agustín en el libro III de sus Confesiones: Su
lectura realizó un cambio en mi mundo
afectivo... De golpe, todas mis expectativas
de frivolidad perdieron valor y, con increíble ardor de mi corazón ansiaba la inmortalidad de la sabiduría... Lo único que aguaba en mí aquella hoguera tan grande era el
no hallar en aquel libro el nombre de Cristo.
SE ENCONTRÓ
CON UN LIBRO
MUY FAMOSO
DE CICERÓN
TITULADO HORTENSIO.
ERA UNA EXHORTACIÓN
A LA SABIDURÍA
LLENA DE ENTUSIASMO
Y FE INTELECTUAL,
AÚN CUANDO,
POR SUPUESTO,
NO HABLABA NADA
DE LA RELIGIÓN
CRISTIANA
6
L.E.A. Núm. 87
renciada. La razón está más capacitada para
analizar los campos teóricos y objetivos del
saber, mientras que la fe aparece como más
valiosa cuando nos introducimos en el mundo subjetivo de nuestras relaciones personales, presidido por el afecto y el amor. Los
valores dictados por la razón no siempre
coinciden con los valores exigidos y anhelados por el corazón. En este sentido, es verdadera la frase de Pascal cuando afirma que «el
corazón tiene sus razones que la razón no
entiende». Las personas que saben amar de
verdad entienden perfectamente esto.
Una misma persona puede pasar, a lo largo de su vida, por etapas más racionalistas,
o más fideístas. En la vida de San Agustín
podemos descubrir esto con facilidad. Su
madre, Santa Mónica, lo educó en una piedad intensa, enseñándole a levantar su alma
a Dios, ante cualquier desgracia o peligro en
el que se encontrase. El nombre de Jesús de
Nazaret lo tenía siempre en sus labios y en
su corazón. Pero, como sabemos, cuando llegó a Cartago se encontró con jóvenes estudiantes que tenían unas costumbres y unas
creencias muy distintas de las suyas. Él era
un joven estudioso, inquieto, insatisfecho de
sí mismo, deseoso de saber y de aprender
cosas nuevas. Poco a poco se fue contagiando de la actitud de sus compañeros y empezó a pensar que quizá su devoción y su fe
eran demasiado infantiles y, como le decían
sus compañeros, cosa de mujeres. Comenzó,
muy decidido, a buscar la verdad por sí mis-
Agustín siguió buscando alguna persona
o algún libro que le demostrara racionalmente la verdad de la fe católica que siempre
había profesado. Y en este camino de búsqueda se encontró con unos hombres que
ensalzaban la razón como único camino verdadero para descubrir la verdad. Eran los discípulos de Manes, los maniqueos. Hablaban
siempre de verdades racionales que, por inspiración directa del Espíritu, había descubierto y anunciado el profeta Manes. Y en los
libros de Manes sí aparecía una y cien veces
el nombre de Jesús. Los nombres de Jesús
de Nazaret y del Espíritu Paráclito, consolador nuestro, no se apeaban de sus labios...
¡Ay Verdad, Verdad! ¡Cuan íntimamente
suspiraban por ti en aquel entonces la
fibras más íntimas de mi corazón. El buscador Agustín, el hombre de mente y corazón inquieto, estuvo durante nueve años afiliado a esta secta de los maniqueos. Los jefes
de la secta le aconsejaron estudiar astrología, porque, según decían, en los astros están
escritos los secretos de la vida humana. Y
serían precisamente sus conocimientos de
astrología los que comenzaron a hacerle sospechar a Agustín de la falsedad de las afirmaciones maniqueas. Cuando Agustín abandona a los maniqueos pasa por una etapa de
desilusión y desencanto y entra en una fase
de un relativo escepticismo. Pero no abandona la búsqueda de la verdad y sigue leyendo libros de filósofos neoplatónicos, y lee y
habla, pregunta y escucha, sin descansar
nunca en la ignorancia o la apatía.
Desde el momento mismo de su conversión, Agustín se instala en una etapa clara y
definitivamente fideísta. Va a seguir aplicando siempre la razón en su búsqueda de la verdad, pero cuando descubre contradicción e
incompatibilidad entre lo que su razón le
aconseja y su religión le manda creer no lo
duda ni un minuto: hay que obedecer y seguir
siempre los mandatos de la religión. Confieso
que ya creo en Cristo y estoy dispuesto a
abrazar todo lo que él enseña, aun cuando
no se apoye en ninguna razón (La utilidad
de creer, 14, 31). Agustín está plenamente
convencido de que es la fe, no las demostraciones racionales, la que guía la vida ordinaria de las personas. Y está bien que así sea,
afirma. ¿Quién no ve la gran perturbación,
la confusión espantosa que vendría si de la
sociedad desapareciese la fe? Siendo invisible el amor, ¿cómo se amarían los hombres si no creyeran lo que no ven? (La fe en
lo que no vemos, II, 4). Es la etapa en la que
Agustín pone especial énfasis en el creer
para entender. La fe nos ayuda y nos espolea en la búsqueda de la verdad y, en muchos
casos, la fe es el único camino para poder llegar a entender las dos verdades más importantes de la vida humana: ¿Quién soy yo y
quién es Dios? Las dos únicas verdades que
a él le interesan, de verdad, encontrar.
Agustín, más buscadora que propietaria de
la verdad, compañera de tantos seres humanos que se enfrentan a la cuestión del sentido y fundamento último de su vida. Solidaria
con aquellos que dudan y preguntan. Buscar
para encontrar y encontrar para seguir buscando.» Del creer para entender, el verdadero creyente está siempre deseoso de pasar
al entender para creer, como ya lo hiciera y
lo aconsejara el mismo Agustín. La fe es el
peldaño de la intelección: la fe es camino...
y la intelección es recompensa de la fe (sermón 126). Dios nos libre de pensar que
nuestra fe nos incita a no aceptar, ni buscar
la razón, pues no podríamos ni aun creer si
no fuéramos almas racionales (Carta 120).
En la misma carta nos dirá que Deberá ser la
misma razón la que nos convenza de que
la fe debe preceder a la razón. Sólo una fe
razonada y razonable puede convencer al
hombre de hoy. Después de todo, sólo una
fe razonada y razonable es una fe auténticamente humana.
Yo creo que nosotros, los educadores de
este siglo XXI, no podemos proponer a nuestros alumnos una búsqueda de la verdad por
caminos tan claramente fideístas, como lo
hizo Agustín. Porque entre nuestros alumnos
es seguro que hay más de uno, y más de tres,
que ni tienen, ni quieren tener fe religiosa. En
una sociedad mayoritariamente agnóstica, los
educadores cristianos, además de expresar
un sincero respeto hacia la actitud de los no
creyentes, sin ocultar nunca nuestra fe religiosa, deberemos esforzarnos en mostrar
ante nuestros alumnos una fe adulta y responsable, despojada ya de tantos ribetes de
magia y credulidad como nos ha sido presentada hasta ahora. No podemos predicar, a
nuestros alumnos de hoy, una fe crédula y
dogmática, alérgica a toda crítica racional y
razonada. Nuestra fe no debe aparecer ante
ellos como incompatible con la duda, con la
inseguridad humana y, consecuentemente,
con la búsqueda y la crítica. Porque la credulidad puede convertirse en una mala caricatura de la fe, y ser crédulo puede llegar a
ser, en muchos casos, no sólo un defecto,
sino una afrenta a la fe adulta y responsable.
La verdadera fe ilumina y fortalece el alma de
los creyentes y, en ningún caso, es incompatible con la duda y la búsqueda. La verdadera fe está siempre dispuesta a entrar en un
diálogo respetuoso, serio y razonado, con los
no creyentes. En uno de los cuadernillos de
espiritualidad agustiniana que manejamos los
agustinos, se nos dice: «Una Iglesia que quiera inculturar el evangelio en el mundo contemporáneo tiene que sentirse, como San
También debemos decir que ni la fe, ni la
razón son los objetos últimos de la búsqueda de la verdad. La fe y la razón son sólo
caminos que usamos para buscar y encontrar la verdad. La meta última es siempre la
verdad, una meta que, para nosotros los cristianos, está en Dios. La fe y la razón son valores muy importantes para el ser humano,
pero no son nunca valores-meta, sino únicamente instrumentos de los que se vale el ser
humano para acercarse a la verdad. No es la
fe y la razón las que nos hacen verdaderamente libres; libres sólo nos hace la Verdad
NI LA FE,
NI LA RAZÓN
SON LOS OBJETOS ÚLTIMOS
DE LA BÚSQUEDA
DE LA VERDAD.
LA FE Y LA RAZÓN
SON SÓLO CAMINOS
QUE USAMOS
PARA BUSCAR
Y ENCONTRAR
LA VERDAD.
LA META ÚLTIMA
ES SIEMPRE LA VERDAD,
UNA META QUE,
PARA NOSOTROS
LOS CRISTIANOS,
ESTÁ EN DIOS
7
Núm. 87 L.E.A.
ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA
(Jn 8, 32). Libres y felices, podríamos seguir
diciendo con lenguaje agustiniano, porque la
verdad sólo está en Dios y Dios es el objeto
último de nuestra búsqueda y de nuestra felicidad.
PARA AGUSTÍN
LA VERDAD,
CON MAYÚSCULA,
ES DIOS. POR ESO,
PARA ÉL BUSCAR
LA VERDAD ES BUSCAR
A DIOS.
Y CUANTO MÁS AMOR
TENGAMOS A LA VERDAD,
CON MÁS FUERZA
BUSCAREMOS
Y DESEAREMOS
ENCONTRAR A DIOS.
Y COMO DIOS ES AMOR,
SÓLO ENCONTRAREMOS
Y VIVIREMOS
EN LA VERDAD
SI NOS DEJAMOS
INUNDAR POR EL AMOR
DE DIOS
8
L.E.A. Núm. 87
Después de su conversión, el principal
afán y trabajo de Agustín no fue buscar la verdad aisladamente, para disfrutar con su
encuentro. Agustín quiso siempre compartir
con todos sus fieles y compañeros de Iglesia
la verdad tan afanosa y gozosamente encontrada. Muchos diáconos, sacerdotes y obispos de África, y de regiones más lejanas, le
enviaban frecuentemente cartas pidiéndole
consejo y explicación sobre distintos temas
de la verdad cristiana. Agustín meditaba día
y noche la palabra de Dios e intentaba esclarecer, como mejor sabía y podía, las dudas
que le presentaban. Su objetivo principal no
era el hacerles cristianos, sin más, sino acercarles a la verdad. Mi propósito no es el de
obligar a los hombres a abrazar religión
alguna, sino en poner en claro la verdad
para todos aquellos que la buscan con sinceridad (Carta 23, 7). Encontrar la verdad era,
para él, un objetivo prioritario y anterior a la
creencia en una determinada religión.
También nosotros pensamos que la defensa
de la verdad es un deber ético y cristiano
anterior a la defensa, a ultranza, de la propia
religión. Francois Revel nos dice, en su libro
El pensamiento inútil, que la verdadera lucha
no debe estar, ni siquiera para un cristiano,
entre abrazar una u otra religión determina-
da, sino entre vivir en la verdad o creer en la
mentira.
Tampoco el encuentro de la verdad es el
objetivo último de nuestra búsqueda. Lo que
queremos y anhelamos es vivir en la verdad.
No tanto la verdad encontrada es la que nos
hace libres, sino la verdad vivida. En este sentido, Cristo pudo decirles a sus discípulos:
Yo soy la verdad (Jn 14, 6). Si no vivimos en
la verdad, aunque la conozcamos, somos
mentirosos ante los demás, porque los
demás se fijarán más en nuestras obras que
en nuestras palabras. El cristiano que vive en
la verdad es el verdadero cristiano, no el teólogo que la conoce y explica, pero no la practica. Sólo es torero el que torea, no el que
sabe y habla de toros.
Ya sabemos que para Agustín la Verdad,
con mayúscula, es Dios. Por eso, para él buscar la verdad es buscar a Dios. Y cuanto más
amor tengamos a la verdad, con más fuerza
buscaremos y desearemos encontrar a Dios.
Y como Dios es amor, sólo encontraremos y
viviremos en la verdad si nos dejamos inundar por el amor de Dios. No tendréis acceso
a la verdad, sino por el amor (Réplica a
Fausto, 22, 18). Entendiendo la palabra
<amor> en sentido auténticamente cristiano,
un amor que abarca en un mismo abrazo el
amor a Dios y el amor al prójimo. En este sentido sigue teniendo vigencia plena la frase de
Agustín: el amor nos arrastra hacia la búsqueda de la Verdad (Sobre la Trinidad, 1, 5).
Fundamentos filosóficos
1
de la pedagogía agustiniana
Isaías Díez del Río
El mismo enunciado de esta reflexión está ya dando por supuesto
que existe una pedagogía agustiniana, y que ésta se sustenta en
una teoría filosófica. Dilucidar cuáles son esa pedagogía y esa filosofía, es el intento del cometido que
se imponen las presentes páginas.
L significado etimológico de
«pedagogía» (pais:niño; ago:conducir) está relacionado, desde su
origen griego, con el arte o ciencia
de enseñar o educar. «Guiar al niño» o joven
no sólo físicamente, sino, y sobre todo, espiritualmente, con vistas a su desarrollo o formación integral, era y ha sido siempre el
específico cometido de la pedagogía. Esta
«conducción» y «apoyo» se ejercitaba entonces, y se sigue ejercitando ahora, obligatoriamente sobre la infancia-adolescencia, porque esta etapa de la vida era y es el tiempo
crucial en el que se ponen las bases para
construir o llevar a la persona hacia la plenitud de la perfección humana.
Desde sus remotos orígenes griegos, el
campo de la acción educativa ha ido dilatándose más y más con el paso del tiempo. De
ahí que el significante «niño» haya ido expandiéndose ininterrumpidamente, hasta llegar
a abarcar en su significado, en nuestros días,
todas las etapas de la vida humana. Esta
ampliación de la educación a todas las etapas de la vida se produjo sobre todo a partir
E
de la Ilustración, viéndose incrementada considerablemente en nuestros días.
Hoy se entiende por pedagogía un conjunto de saberes que se ocupan de la educación del hombre en toda su dimensión biopsico-socio-cultural. Como tal, abarca tanto
las doctrinas como el arte de la educación,
aunque en cuanto a arte tienda a confundirse con lo que hoy se entiende por didáctica.
A sabiendas de sus diferencias, en estas reflexiones se utiliza el término, simplificadora-
1 Un desarrollo más amplio y contextualizado de los contenidos de este artículo
puede verse en Díez del Río, I., «Presupuestos filosóficos y antropológicos de la
pedagogía agustiniana», en AA.VV., Elementos básicos de pedagogía agustiniana, Pubblicazioni Agostiniane, Roma
2006, pp.46-66.
9
Núm. 87 L.E.A.
ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA
tro de la mente de cada ser humano, y
lo único que la pedagogía intenta es
hacer que aquélla aflore a la superficie. Para que esto pueda suceder, el
hombre tiene que llevar en sí mismo,
en el interior de su alma, las ideas que
de algún modo ha debido conocer
antes de nacer. Es, como decimos, la
conocida teoría platónica de la reminiscencia.
mente, como sinónimo de educación. Hay
que advertir que a san Agustín en este asunto le interesaron fundamentalmente los contenidos (el qué) de la educación, el modo de
adquirirlos (el cómo ), y la finalidad (el para
qué ) de la educación.
San Agustín no fue, ni pretendió serlo, un
pedagogo original. Su labor se redujo a asumir y poner en práctica para sus fines, cristianizándolos, los conocimientos pedagógicos que había heredado de la cultura
grecorromana anterior, sobre todo de la paideia griega y, dentro de ésta, más concretamente, de la mayéutica socrática.
2 Cfr. http://www.webdianoia.com/medieval/agustin/agustin_filo.htm
(20/02/2007).
3 Ortega y Gasset, J., «Meditaciones del
Quijote», en Obras Completas, Revista de
Occidente, Madrid 1966, t. i, p. 357.
10
L.E.A. Núm. 87
Acabamos de señalar a la mayéutica
como la específica pedagogía agustiniana. Y,
¿qué es la mayéutica? Del griego maieutiké,
etimológicamente significa el arte de la comadrona, es decir, el arte de ayudar a dar a luz
a la parturienta. Según nos refiere Platón en
el Diálogo Teeteto, fue un método parecido
al de la comadrona el utilizado por Sócrates
con sus alumnos para hallar con ellos la verdad. Como la comadrona, el maestro, a través del diálogo y un trato individualizado con
el discípulo, logra que éste alcance el conocimiento que se intenta conseguir. No es que
el maestro inculque el conocimiento al alumno desde fuera; es el alumno quien, con la
ayuda del maestro, logra extraer de sí mismo el conocimiento que se busca y que lleva innato dentro de si.
Esta metodología implica la teoría platónica de la reminiscencia, es decir, supone la
idea de que la verdad no está fuera, sino den-
Según la teoría de la reminiscencia
o anamnesia, conocer es recordar. Y
recordar, es despertar lo que está dormido, es traer a la memoria algo que
estaba oculto u oscurecido. Conocer,
según esta teoría, es recordar una verdad a la que el alma tuvo acceso antes
de encarnarse y vivir en este mundo
material; es traer a la memoria algo
que el alma conoció cuando vivía en el
mundo de las Ideas. Lo que hace,
entonces, el maestro con el alumno es
lograr que, a base de las oportunas
preguntas, rememore ese conocimiento que
previamente había adquirido y, luego, al
encarnarse, había olvidado. Enseñar no es
introducir desde fuera un conocimiento en la
mente del discípulo, sino incitar al alumno a
que descubra la verdad que lleva en su interior.
Aunque no sea lo mismo, la teoría de la
reminiscencia platónica, que es el complemento de la teoría socrática del conocimiento y de la enseñanza, tiene su traducción y
parecido en las teorías del ejemplarismo y del
conocimiento agustinianos. Lo que hace
Agustín es corregir y sustituir el emanatismo
platónico por el ejemplarismo creador. Los
seres no derivan o emanan de Dios como realidad originaria, como sostiene el emanatismo; los seres todos son creados de la nada
por Dios, como sostiene Agustín. Los seres,
por su origen, no son, por tanto, de naturaleza divina, aunque sí son imágenes o reflejos de las ideas de Dios.
Según la doctrina agustiniana, Dios creo
el mundo de una sola vez. Sin embargo, hay
constancia de la emergencia de nuevos seres
después de aquel primer momento del acto
creador de Dios. La constatada aparición continuada de nuevos seres en el mundo la explica Agustín con una singular teoría. Según
esta teoría, Dios a unos seres los creo en acto
(realidad realizada) y a otros en potencia (realidad realizable). Esto en san Agustín significa que no todos los seres han sido creados
en acto, esto es, con existencia real, desde el
principio del mundo. Muchos irían e irán apa-
reciendo con posterioridad al momento de la
creación por la germinación de las semillas o
«razones seminales» (logoi spermatikoi) que
Dios depositó en la primera materia creada
(Cfr.Gn.litt. 6,11,19; S. 21,2). La aparición de
estos nuevos seres depende de que surjan y
se den las condiciones apropiadas para que
la existencia de esos seres pueda darse; es
decir, para que aquellas primeras semillas
depositadas en la materia puedan germinar
y desarrollarse. No se trata, pues, de evolución, sino, más bien, de progresiva creación,
en el sentido de la ininterrumpida germinación , con el paso del tiempo, de las semillas
que desde el momento mismo de la creación
Dios depositó en la materia primitiva.
Estos «gérmenes», semillas o embriones
de los seres pasados, presentes y futuros se
corresponden con y son reflejo de las formas,
modelos, arquetipos o ideas ejemplares existentes en la mente divina desde toda la eternidad. «Las ideas –alguien las ha así definido– son formas arquetípicas o esencias
permanentes e inmutables de las cosas, que
no han sido formadas sino que, existiendo
eternamente y de manera inmutable, se hallan
contenidas en la inteligencia divina» 2. Las
cosas creadas, según esto, son lo que son
en cuanto reflejan dichas ideas; y su verdad,
por tanto, consistirá en su conformidad con
las ideas. De ahí que la teoría lleve el nombre
de ejemplarismo: sistema basado en la armonía o correspondencia entre el modelo o
ejemplar y sus reproducciones o copias.
Según esta teoría, Dios ha dejado impresa en las cosas la huella
de su creación, pues el mundo es la
recreación o reproducción de los
ideas de Dios. Todos los seres,
pero de manera especial el alma
humana, son «imágenes» en que,
en cierta manera, se copia o refleja el rostro de Dios. Por eso, las
cosas son, y son inteligibles y verdaderas, en cuanto se corresponden a estas ideas ejemplares inmutables que las cosas llevan en si
impresas por Dios. Podría decirse
–remedando a Ortega y Gasset–
que en la mentalidad agustiniana la
vida y la naturaleza toda es «el texto eterno, la retama ardiendo al
borde del camino donde Dios da
sus voces» 3. Para Agustín el cosmos todo es la voz de Dios, el eco
de sus eternos pensamientos; el
mundo entero es una abierta y destellante teofanía.
Si las verdades están ahí virtuales o potenciales y dando gemidos de parto, conocerlas
es cuestión de descubrirlas y alumbrarlas. La
pedagogía agustiniana es, por eso, como en
Sócrates, una metodología mayéutica. Como
la madre, al dar a luz al hijo, necesita la ayuda de la comadrona, así el educando, en esta
perspectiva, necesita del estímulo y ayuda del
educador para alumbrar la verdad que lleva
dentro de sí, tanto de la verdad de sí mismo,
como del resto de los seres de la creación.
La dialéctica (dia-lektike: «arte del diálogo»)
en este sistema de enseñanza se asemeja
algo a la erística. Ambas artes pedagógicas
comportan en el educador una actitud de
continuo, servicial y amigable acompañamiento al alumno en la tarea formativa. Aquí
no se hace ejercicio de autoridad, sino de
reciprocidad entre maestro y discípulo. El
maestro es un mero acompañante facilitador
de caminos, para que el alumno pueda transitarlos con facilidad y sin tropiezos.
Con arreglo a esta teoría, todo «invento»
(invenire: hallar) científico –ciencia– o cultural –cultura– no es otra cosa que el hallazgo
de una verdad, de una ley, de un principio, de
un sentido (logos), que hasta ese momento
estaba oculto (i-logico) en la naturaleza. En
esta actividad creativa, precisamente, se funda la cooperación del hombre en la obra creadora de Dios: en convertir la «creación virtual» del Creador en «creación real», esto es,
en alumbramiento y forma cultural del hombre. Acorde con esta cosmovisión, la naturaleza toda está ahí como materia insignifican-
AQUÍ NO SE HACE
EJERCICIO
DE AUTORIDAD,
SINO DE RECIPROCIDAD
ENTRE MAESTRO
Y DISCÍPULO.
EL MAESTRO
ES UN MERO ACOMPAÑANTE
FACILITADOR DE CAMINOS,
PARA QUE EL ALUMNO
PUEDA TRANSITARLOS
CON FACILIDAD
Y SIN TROPIEZOS
11
Núm. 87 L.E.A.
ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA
te (i-lógica), como caos
ofrecido al hombre, a la
espera de que éste la eleve a forma expresa y ordenada, a realidad significativa (lógica), a cosmos, a
cultura en definitiva. Y esta
tarea cultural de descubrimiento y esclarecimiento
de las verdades eternas en
las verdades naturales,
este alumbramiento de las
«razones
seminales»
–como acabamos de indicar– debe conducirnos a
Dios. Para la mente de
Agustín, el estudio de la
ciencia humana, así como
la adquisición de los conocimientos intelectuales y la
búsqueda diligente de las
cosas divinas han de conducirnos a relacionarnos
con la vida eterna (Cfr.
Acad., 1.8.23).
TODO LO QUE
EN EL MUNDO HAY
ESTÁ SATURADO
DE FORMA ETERNA.
POR ESO, CONOCER
EL MUNDO SIGNIFICA
CONOCER ALGO
DE DIOS MISMO,
SU CREADOR.
FACILITAR
ESE CONOCIMIENTO
ES COMETIDO
PREFERENTE
DE LA EDUCACIÓN
12
L.E.A. Núm. 87
Aplicada más concretamente esta teoría
epistemológica al tema que nos ocupa, esto
significa que toda empresa agustiniana en el
amplio y variado ámbito de la ciencia y de la
cultura debe ser un empeño sapiencial, es
decir, tiene que tener siempre la trascendencia por horizonte último. Para Agustín la ciencia y, en general, la cultura no son autónomas, ni heterónomas, sino teónomas, ya que
en la estructura interna de toda forma científica y cultural está inserta y se revela siempre
la norma divina, el logos spermatikos agustiniano. El mundo agustiniano es un mundo
ordenado, un cosmos, en el que cada cosa
tiene un logos patente o latente, el logos o
razón seminal. Todo lo que en el mundo hay
está saturado de forma eterna. Por eso, conocer el mundo significa conocer algo de Dios
mismo, su creador. Facilitar ese conocimiento es cometido preferente de la educación.
En este «estar-en-todo» de Dios, en este
pan-en-teísmo se enraíza, a la vez que se delimita, el holismo agustiniano. En esta presencia del Logos no sólo en la naturaleza, sino
también, y especialmente, en la realidad
humana, como posibilidad para la autocomunicación de Dios, se apoya el ecumenismo y
el diálogo interreligioso de nuestros días. La
creación-por-amor conllevó, efectivamente,
la donación a toda criatura humana por parte de Dios de las semillas de su revelación y
salvación, de forma que también «extra
Ecclesiam» e, incluso, «fuera del cristianismo», cabe la salvación. Las distintas religio-
nes no son otra cosa, según esta teoría, que
las distintas manifestaciones de esa continua
acción reveladora y salvadora de Dios en el
espacio y en el tiempo. El termino «pluralismo», aplicado al diálogo interreligioso, hace
referencia, precisamente, a esa multiplicidad
de caminos o tradiciones religiosas que conducen a Dios. Desde el punto de vista del
tema que nos ocupa, esto nos sugiere que el
holismo, el ecumenismo y el diálogo interreligioso no son contenidos ajenos a la problemática de la investigación y de la educación
agustinianas.
Educar (e-ducere, sacar), para Agustín,
igual que lo fue para Sócrates, es ayudar a
dar a luz la verdad que el hombre y las cosas
llevan dentro de sí. Es lograr hacer pasar a
acto, a la existencia real, lo que es pura potencialidad. La tarea del educador debe centrarse en hacer alumbrar en el alumno esas imágenes divinas que el hombre y las cosas
llevan impresas en sí mismos, y que es su
verdad, su «logos». Aquí la labor del educador, por encima de instruir o informar, es la
de invitar, suscitar, estimular, provocar, despertar, guiar y ayudar al alumno en el alumbramiento de esas verdades, que no son otra
cosa que los «inteligibles seminales».
Porque, es al alumno a quien le corresponde
poner el mayor esfuerzo y realizar la función
esencial de sacar a luz la verdad. En definitiva, se trata de un sistema de aprendizaje en
el que el protagonismo es ejercido por el discípulo, en el que la autoformación prevalece
sobre la heteroformación.
San Agustin destacó, entre todos los
conocimientos, el conocimiento de uno mismo: Conózcame a mí, Señor, conózcate a ti
(Solil. 2,1,1), gritará no pocas veces. Es en
este ámbito del conocimiento, en el que la
persona aborda la relación consigo mismo,
con los otros, con el mundo y, sobre todo,
con Dios, donde el santo desarrolla su célebre teoría del Maestro interior. Si, en cualquier caso, como consecuencia del método
mayéutico empleado, el maestro humano es
condiscípulo de sus alumnos (S. 292,1,1,; S.
242,1; S .292,1,1; De mag, 14,46), en ningún ámbito del pensamiento el maestro es
más «amigo y compañero de camino y de
búsqueda» (S .292,1; De mag., 11,38; De
cat.rud. 10,14; 12,17) de sus alumnos, que
en el ámbito del conocimiento de sí mismo.
Es aquí donde el maestro por antonomasia
es el Maestro interior, es decir, Cristo, el
Verbo de Dios. Es aquí donde el Maestro divino manifiesta al maestro humano que habla
y al discípulo que escucha, la verdad que
ambos tratan en compañía de encontrar. Es
aquí donde enseñar, lo mismo que aprender,
es cuestión de escuchar al Maestro común
(Cfr. Mag. 12,40). Es aquí donde, bajo la iluminación del Maestro divino y la colaboración del maestro humano pueden brotar y florecer todas las virtualidades cristianas innatas
del alumno. Y, hacer cristianos, recordemos,
es la tarea principal del maestro agustiniano.
Habrá podido notarse que educar (sacar),
en el campo de la educación, e inventar
(hallar=sacar), en el ámbito de la ciencia y de
la cultura, responden a una misma función
intelectiva. En ambos casos se trata de aprehender realidades ya existentes, pero ocultas, y sacarlas a la luz del día. Esas realidades
ocultas son los «vestigia Dei», los «gérmenes» dejados/sembrados por el Creador en
el hombre (educación) y en la naturaleza
(ciencia/cultura). Es sorprendente y, por ello,
digno de notarse que el acto creativo específicamente cultural en san Agustín, como en
Ortega y Gasset, es aquel en el se extrae o
halla la razón, la ley, el sentido oculto de las
cosas. La identificación del proceso de la
acción o creación cultural con el proceso de
la actividad educativa, viene a reforzar en el
pensamiento agustiniano el principio de que
el hombre por naturaleza nace, y por la cultura se hace.
encontrarse cauces de solución. Según la
teoría agustiniana del ejemplarismo, que
hemos evocado, sin embargo, entre
ciencia/cultura y religión no debería haber
oposición, puesto que todos los descubrimientos de la ciencia son, en último término,
vestigios, copias, semillas de las ideas divinas, que Dios infundió en el primer cosmos
o mundo creado en el momento mismo de la
creación. Por eso, si tanto los contenidos o
hallazgos de la ciencia como los de la revelación, en la que se funda la religión, tienen a
Dios por autor, ¿cómo puede haber entre
ellos contradicción? Si ésta existe, la razón
de su existencia habrá que buscarla en otras
instancias ajenas a la fuente común de ambas
realidades. En definitiva, esa incompatibilidad no es obra de Dios, sino cuestión y problema de los hombres; en nuestro caso, de
los defensores y creadores de la ciencia y los
mediadores y representantes de la religión.
Dado que la educación, sobre todo la
moderna, no sólo es formación humana, sino
también científica y cultural, el objeto de la
educación agustiniana abarca ambas modalidades: la de ayudar al alumno a «sacar» a la
luz del día sus potencialidades humanas, y la
de ayudarle a saber «encontrar» las leyes de
la naturaleza y el sentido oculto de las cosas.
Sólo así se logra la perfección del hombre y
el progreso del mundo, objetivos que busca
y forman parte de todo buen proyecto educativo.
ENTRE
CIENCIA/CULTURA
Y RELIGIÓN
NO DEBERÍA
HABER OPOSICIÓN,
PUESTO QUE TODOS
LOS DESCUBRIMIENTOS
DE LA CIENCIA SON,
EN ÚLTIMO TÉRMINO,
VESTIGIOS, COPIAS,
SEMILLAS
DE LAS IDEAS DIVINAS,
QUE DIOS INFUNDIÓ
EN EL PRIMER COSMOS
O MUNDO CREADO
EN EL MOMENTO MISMO
DE LA CREACIÓN
Desde el inicio de la modernidad religión
y ciencia, hasta ese momento unidas, comenzaron a separarse, emprendiendo cada cual
caminos no sólo distintos, porque distintos
son, sino enfrentados. El problema de la
reconciliación entre ambas sigue todavía hoy
vigente y sin perspectiva de pronta solución.
Este dispar y enfrentado largo caminar entre
religión y ciencia ha sido calificado por los
últimos Papas, desde el punto de vista religioso, como el «drama de nuestro tiempo».
Drama, por otra parte, al que no parece
13
Núm. 87 L.E.A.
ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA
Educación
para la ciudadanía
Juan Antonio Martínez Muñoz
El gobierno socialista ha establecido recientemente una nueva asignatura para los estudiantes españoles: «La educación para la ciudadanía» que se pretende exigir forzosamente tanto en Educación Infantil,
como en Primaria, ESO y Bachillerato, a la par que se devalúa la religión. Algunas personas, quizás más
de las deseables, ven con indiferencia esa imposición; el gobierno se complace con tanta desidia porque
deja en sus manos la vida moral de los jóvenes votantes futuros. Pero las personas más concernidas por
la autenticidad de la educación la ven con preocupación.
L hecho de que vaya en la misma
dirección de los demás intentos de
anteriores gobiernos de la misma
orientación política por desmantelar el tradicional modelo educativo de excelencia moral y mérito intelectual hace que la
E
14
L.E.A. Núm. 87
desconfianza aflore. Bajo el dominio de
gobiernos socialistas España ha conocido ya
importantes asaltos a la educación moral pero
el que ahora se avizora puede tener un calado más hondo y ser la vuelta de tuerca definitiva para liquidarla, sólo salvable por la habitual ineficacia general del sistema educativo.
Probablemente la educación española no
haya tenido, durante los últimos siglos y salvo contadas excepciones, el nivel que exigía
el mantenimiento y desarrollo de la valiosa
cultura hispana y tampoco haya respondido
del todo a algunas necesidades técnicas,
científicas o culturales. De lo que no ha carecido es de numerosas críticas que, por lo
general, sobre todo últimamente, exageran
las deficiencias y ocultan lo valioso de la
empresa educativa, nunca definitivamente
acabable. Se han aprovechado algunos defectos conocidos para proponer cambios que,
con el señuelo de mejoras culturales o soluciones científicas, sólo ofrecen resultados
ideológicos lucrativos al poder mundial dominante. Curiosamente esos beneficios van
indisociablemente paralelos al hundimiento
del nivel científico de los estudios que cuidadosamente se esconde. Cuanto más baja el
nivel intelectual, más lejanos se hallan los
resultados prometidos, siempre situados en
el mundo de la utopía. De ello se puede fácilmente inferir no sólo que las críticas a la educación moral carecen de sentido, sino que
suenan a resentimiento. Tampoco es infrecuente acusar a la educación libre o privada
de negocio, a cambio nunca se habla del
negocio de lo público (el que se hace al
amparo de la incontrolable opacidad de la
inversión pública que sirve de soporte financiero a un amplio abanico de grupos de presión, organizaciones y empresas que sin
invertir, ni arriesgar, ni ofrecer cuenta de
resultados, consiguen la subvención con
métodos cercanos a la subversión para reforzar sus ocultos intereses)
Lo más característico de las propuestas
socialistas, aparte de la crítica destructiva, es
la utilización política de la educación como
herramienta para conformar una sociedad
acorde a sus intereses o, más bien, a los de
su casta dominante, siempre bajo el disfraz
de la ciencia, del progreso y de lo «público».
Tan convencidos parecen de su bondad, por
más que sólo oculte su propio provecho, que
compulsivamente lo imponen. El que los
supuestos interesados lo rechacen e incluso
huyan del sistema público, tan avanzado, no
parece preocuparles; frente al progreso no
cabe libertad y, además, lo que les importa
es gestionar muchos fondos por pocos individuos, democráticamente elegidos Nunca se
ha visto al sector defensor de lo público invocar respecto a ello el mismo grado de libertad de opción que atribuyen, por ejemplo, a
las decisiones sobre cuestiones sexuales. Lo
que se juega el poder dominante es suficientemente significativo como para no permitir
que la libertad agriete el compacto entramado económico-ideológico de lo público, negocio del que nunca se habla.
no que seguramente las conoce mejor, puesto que ha sido elegido para ello, pero por
quienes las desconocen. Así se constituye en
proto-educador no sin gran provecho para su
turbio negocio ideológico. Por lo demás, el
simple dato de que nominalmente todos consideremos importante a la educación no
resuelve algunos problemas cuya solución
sería condición para poder compartir los
medios y el espacio educativo público pues
no dice nada de qué, ni cómo, ni para qué
hay que educar.
Para otros, la educación es primordial y le
dedican ingentes esfuerzos, a esa consideración contribuye poderosamente el que nosotros vivamos en una cultura y una sociedad
que, en gran parte, son resultado de un proceso educativo continuado durante siglos, de
cuya historia nos reconocemos formando parte en cuanto gozamos un orden social, una
economía, un arte, una literatura, una ciencia,
unas formas de vida que dependen de la religión y la moral a esa cultura asociadas Desde
este mismo punto de vista es de vital importancia la educación moral puesto que el éxito
o el fracaso de nuestra vida y la confianza que
otros puedan depositar en nosotros dependen fundamentalmente de nuestras condiciones morales (de las condiciones más que de
las simples convicciones) y de las religiosas,
puesto que el sentido de la gran tradición cultural depende de la fe, el de la esperanza básica del hombre que impulsa sus esfuerzos
también. Es igualmente importante la educación política de las personas; de la misma
manera que para administrarse bien se requieren ciertos conocimientos de economía, también resultan valiosos otros políticos, pese a
que en una democracia no se precise ningún
tipo de formación para participar votando. En
esta línea la nueva asignatura podría venir a
SE HAN
APROVECHADO
ALGUNOS
DEFECTOS
CONOCIDOS
PARA PROPONER
CAMBIOS QUE,
CON EL SEÑUELO
DE MEJORAS
CULTURALES
O SOLUCIONES
CIENTÍFICAS,
SÓLO OFRECEN
RESULTADOS
IDEOLÓGICOS
LUCRATIVOS
AL PODER
MUNDIAL
DOMINANTE
LA IMPORTANCIA
DE LA EDUCACIÓN
Todo el mundo supone que la educación es importante. Sin duda lo es, pero el
mero hecho de atribuirle importancia no
necesariamente se traduce en la aplicación de los esfuerzos requeridos por esa
categoría; mucha gente no se la toma en
serio a título personal debido al esfuerzo
que requiere. Otros excesivamente preocupados por gestionar sólo su alimentación, su deporte, su ocio o su sexualidad
muestran la más completa desidia respecto a la educación y delegan tácitamente
sus necesidades educativas en un gobier-
15
Núm. 87 L.E.A.
ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA
llenar un cierto vacío, pero sobre el contenido con el que se ha de llenar no parece que se
pueda conseguir un acuerdo.
TAMPOCO
ES INFRECUENTE
ACUSAR
A LA EDUCACIÓN
LIBRE O PRIVADA
DE NEGOCIO,
A CAMBIO NUNCA
SE HABLA
DEL NEGOCIO
DE LO PÚBLICO
Dificulta el compromiso el que, en manos
del actual gobierno, los objetivos del sistema
público y de la enseñanza libre difieren casi
radicalmente. La enseñanza pública busca
evitar problemas sociales: paro, drogadicción, delincuencia, marginalidad, etc., conduce al entretenimiento y la estabulación, a
explotar un cautivo yacimiento de votos. La
tradicional educación libre busca elevar el
nivel intelectual, hacer buenos profesionales
y mejores personas en definitiva, para ello
necesita contar con la moral y la religión.
Ninguna consigue plenamente los objetivos,
pero el fracaso de las aspiraciones de la educación pública no se critica con la misma
ferocidad que al de la escuela libre, con ser
menor. Por lo demás, la divergencia de objetivos hace imposible cualquier acuerdo que
no sea meramente ocasional o accidental.
Imposibilita toda conciliación el que la
educación moral y religiosa, lamentablemente, sea vista como un obstáculo a la transformación social para conseguir un mundo con
seres humanos más seguros de sí mismos
y, a la par, más dóciles con el poder mundial
dominante y sus gobiernos. En esos gobiernos se deposita la responsabilidad de aquello que algunos no consideran oportuno ocuparse, como la educación, por tener que ir al
fútbol, por ejemplo. Si prácticamente hay que
pedir perdón por existir educativamente,
¿cómo se puede lograr en esas condiciones
la confianza precisa para un acuerdo? El afán
exterminador de la libertad religiosa por el
16
L.E.A. Núm. 87
socialismo hace imposible cualquier dialogo
y compromiso sobre la educación y la imposición de esa nueva asignatura un peligro claro porque va dirigida a sepultar la dignidad
personal del hombre.
¿CUÁLES SON LOS RIESGOS?
Quizá el principal riesgo de la nueva propuesta es encadenar a las personas al carro
que arrastra hacia el monopolio educativo
donde la educación libre sea residual y el
«montaje» de la planificación absorba cualquier iniciativa personal o comunitaria; pero
no menos peligroso es la transformación cultural que persigue y para la que necesita una
disolución moral y su correspondiente restricción de libertad Los riesgos están en sus
costes, el peligro mayor es su carácter irreversible: el totalitarismo socialista al que se
dirige.
EL COSTE EN LIBERTAD
Los riesgos inherentes al monopolio están
suficientemente estudiados y desacreditados
en la economía, lo que no significa que no
haya que hacer un esfuerzo constante por
evitarlos; el riesgo es mayor cuando se
monopolizan los aspectos culturales y morales de la vida humana, por más que habitualmente vayan unidos a los económicos
Cualquiera que haya leído la novela 1984, de
Orwell, puede comprobar hacia dónde conduce el proyecto de planificación global,
implícita en la educación para la ciudadanía.
El que esa obra presente más parecidos con
las actuales circunstancias políticas que con
el stalinismo en el que está inspirada resulta
aún más preocupante si cabe. Los calamitosos resultados de la planificación del sistema soviético producen asombro, sobre todo
por lo poco que se ha aprendido de tan
monstruoso sistema político y los intentos
de reimplantarlo larvados en la educación
para la ciudadanía. Del mismo modo que
recientemente China ha admitido la propiedad privada sin que se haya hecho examen
de conciencia acerca de los millones de crímenes cometidos para abolirla (en realidad,
los socialistas no pueden hacer examen de
conciencia, sino autocrítica), con la educación sucede algo similar, si bien sus consecuencias se pueden encubrir más fácilmente;
basta acudir al pluralismo para explicar tanto el que en España los padres no puedan elegir libremente la lengua en la que estudien
sus hijos como tampoco su educación moral.
El propio título de la asignatura nos dice
que no se va a educar para la humanidad,
sino para la ciudadanía. Incluso en el caso de
que eso no signifique lo mismo que simbolizaba para los revolucionarios franceses, en
cuyo caso habría que temblar, lo cierto es que
educar seres humanos según las necesidades del sistema político es fraudulento; éste
sólo necesita consumidores de lo que produce (de alimentos, de vestido, de política,
de tráfico, de ocio, de «cultura»... de drogas
incluso), no necesita buenas personas como
exige el carácter personal del hombre; la educación no se orienta a mejorar la personalidad, sino a evitar problemas sociales, como
la drogadicción, la delincuencia, la violencia
de género, pero no así la terrorista. El politicismo de la ciudadanía ahoga el humanismo
de la personalidad.
EL COSTE CULTURAL
Pero el actual intento de modificar la educación también pretende sustituir una cultura por otra; en este caso nuestra propia cultura es la que puede ser eliminada. Para
entender lo que esto representa podemos
preguntarnos cómo quedan los logros de una
cultura bajo el dominio de otra radicalmente
diferente e, incluso, opuesta. Pensemos
cómo quedaría, por ejemplo, el Museo del
Prado bajo un predominio político o social
islámico donde no se acepta la representación de imágenes. Nos ayudaría a hacernos
una idea de cómo puede acabar, bajo un completo predominio socialista, no sólo el Museo
del Prado, sino la literatura barroca, la mística, los edificios religiosos que dotan de personalidad a nuestras ciudades, muy probablemente convertidos en almacenes como lo
fueron en la época soviética; cómo aparecería nuestra historia, lo hemos visto ya en
muchas de sus películas, ridiculizada y vilipendiada por una utopía nunca desvelada.
Ese cambio depende de la educación en la
medida que ésta es el vehículo transmisor de
una cultura, cuyos principales elementos
deben considerarse logros, conseguidos con
esfuerzo; pero su valor intrínseco no evita
que otras culturas los desprecien y que quieran destruirlos al verlos como meros obstáculos para la implantación de la propia. En la
nueva asignatura eso se persigue con el
modelo de ciudadanía y de lo público.
La presentación de lo público como único
espacio adecuado para la educación es una
trampa, acentúa la lucha por el control del
espacio público, dominar ese marco es inseparable de mantenerse en el poder. A los efec-
tos de conseguir ese control cualquier estrategia vale, también vale cualquier medio. La
cultura más selecta no puede concurrir en un
ámbito donde se siguen reglas destructivas
del valor y de la nobleza de sus realizaciones;
la cultura de consumo del poder se impone.
El coste cultural no es aceptable más que
para quienes carecen de cultura.
EL COSTE MORAL
Si ya la libertad queda malparada, no
menos vulnerada resulta la moral que le es
inherente. La educación moral es necesaria
en la conformación de la personalidad, exige
un esfuerzo cognoscitivo y una adecuada
ejercitación práctica. Tradicionalmente se ha
vinculado toda la educación, incluida la
moral, al talento, al esfuerzo a la constancia,
al espíritu de superación, al amor a la sabiduría y a la admiración por la verdad por encima de cuales sean sus exigencias. También la
educación moral se basa en el amor al bien y
el sacrificio para su realización o consecución. Pero ese esfuerzo moral necesario realizar para llevar a cabo una vida moral, similar al que fue preciso para que se llegara a
estrenar, por ejemplo, la novena sinfonía de
Beethoven, se banaliza por el pluralismo que
relativiza y desconoce cualquier esfuerzo en
virtud de un gusto musical o moral informe
LA NUEVA
ASIGNATURA
PODRÍA VENIR
A LLENAR UN
CIERTO VACÍO,
PERO SOBRE
EL CONTENIDO
CON EL QUE SE HA
DE LLENAR
NO PARECE
QUE SE PUEDA
CONSEGUIR
UN ACUERDO
Pero al pluralismo que anula el valor moral
de la vida se le une la alucinógena suposición
de que el Estado tiene más interés en la educación de las personas que sus padres, lo
que pone la base para la suplantación de
éstos por los funcionarios del Estado, convenientemente adiestrados y adoctrinados en
17
Núm. 87 L.E.A.
ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA
pluralismo, que opera la nueva asignatura. La
supresión del esfuerzo moral se consigue con
la mera estabulación en los colegios, con la
hijos no ocupan en el sistema colectivista,
sino que la paga al más del doble del precio
de lo que a él mismo le cuesta un colegio
selecto. La generosidad de los padres y su
preocupación con respecto a los hijos es
encomiable, muchas veces el esfuerzo se
compensa con los resultados, pero eso no
justifica tener que pagar más del doble del
servicio que se recibe o que incluso no se
recibe
Igualmente, en la perspectiva del actual
furor legislativo contra la libertad de enseñanza, el dato de cuánto pagan los sectores
neutralizados por la educación pública es una
pregunta que nunca se expresa y la información sobre la misma nunca aparece; así se
evita la crispación, como dice el refrán: ojos
que no ven corazón que no siente.
EDUCAR
SERES HUMANOS
SEGÚN
LAS NECESIDADES
DEL SISTEMA
POLÍTICO
ES FRAUDULENTO;
ÉSTE SÓLO NECESITA
CONSUMIDORES
DE LO QUE PRODUCE,
NO NECESITA BUENAS
PERSONAS
COMO EXIGE
EL CARÁCTER
PERSONAL
DEL HOMBRE
visión lúdica de la enseñanza, en continuidad
con las televisiones, para hacer una sociedad
anodina, insensible a las exigencias de la verdad, con una adaptación mimética y casi
inconsciente a los intereses del gran poder
dominante Si no es libre tampoco se puede
considerar moral esa educación para la ciudadanía.
EL COSTE ECONÓMICO
Conocer el coste financiero de la educación es igualmente importante, y lo sería más
si se evaluara el rendimiento. Pero sobre ellos
hay una densa opacidad informativa y contable. Si no conocemos el coste no podemos
tomar conciencia del agravio que supone que
la educación pública tenga el doble del coste
de la educación libre
El coste medio de la plaza escolar, según
un reciente informe del Consejo Económico y
Social de la Comunidad de Madrid, ronda los
7.200 Euros por alumno, para una plaza universitaria, aunque el alumno normalmente
sólo paga unos 1.200 Euros (esto es un 16,7
por ciento), como quiera que en la enseñanza privada cuesta, poco más o menos, la
mitad, necesitaría una justificación de ese
derroche de recursos del sistema público,
pero no aparece por ninguna parte, ni siquiera se pide.
Por otra parte, lo cierto es que cada familia que paga la educación de sus hijos, por
los motivos que sean, en escuelas libres paga
más del doble; no sólo paga la plaza que sus
18
L.E.A. Núm. 87
La ausencia de sendos datos presenta los
rasgos característicos de una estafa, aunque
sin la adecuada tipificación penal. Respecto a
ello la retórica de lo público no puede ser más
que el embaucamiento de un timo. Sólo
mediante la imposición coactiva de lo público se implanta aquello cuyo coste nadie aceptaría si pudiera hacer cuentas libremente.
¿CÓMO AFRONTAR LOS RIESGOS?
La preocupación por el significado de los
cambios legales es ya importante, al menos
no denota pasividad o desinterés que, en un
tema como el de la educación, sería nefasta.
Mucha gente está más preocupada por su alimentación, su salud, su ocio, que por su educación o la de sus hijos (al menos están dispuestos a pagar más por ello), lo cual es
condición para abdicar de sus responsabilidades y para que otros vengan a considerarse
gestores desinteresados de esa dejadez. No
obstante, amplios sectores sociales todavía
son conscientes de la importancia de la educación y de los riesgos que afronta. Pero la
simple preocupación es insuficiente. Conduce
a la negativa cultura de la queja que se presenta al presenciar un borrascoso horizonte
y que frustra tantas posibilidades e incluso
tantos esfuerzos.
Más allá de la resignación pasiva está la
crítica, que también es frecuente. Pero la crítica es destructiva. No tiene sentido su utilización por quienes tienen algo que ofrecer.
En cierto modo, es la razón de por qué sólo
ha sido utilizada tan eficazmente por la
Ilustración y el socialismo como corrosivo
del orden social. Sus derivados, la objeción
de conciencia y la desobediencia civil, esti-
mo que tampoco son medios adecuados para
afrontar este reto a la libertad. Son medios
de protesta que seguramente favorecerían al
gobierno. Al fin y al cabo provienen de su
ámbito ideológico e implicarían jugar con sus
reglas y sus marcadas cartas, de modo que
siempre estaríamos en desventaja, no podríamos dejar de pagar los tributos que nos
asignen y ellos los gestionarían, pese a protestas más o menos testimoniales, contra
nosotros mismos, como ahora. En cierto
modo, el continuo oleaje que ha ido erosionando el modelo de educación moral nos
muestra que no se puede permanecer en la
pasividad ni en la queja indefinida.
Otra posibilidad sería el diálogo y el acuerdo o compromiso entre grupos sociales antagónicos. Pero de los últimos años podemos
aprender que cualquier acuerdo es siempre
inestable y los temores al sometimiento no
se disipan nunca, la necesidad de mendigar
libertad educativa al gobierno tampoco. El
sistema anula múltiples iniciativas, agosta la
libertad auténtica en el sucedáneo del pluralismo. No se puede dialogar en condiciones
diseñadas específicamente para que la libertad educativa no dé fruto. Si nos mantenemos en él pocas garantías de éxito tenemos.
Tampoco cabe dialogo cuando no se comparte una empresa moral y cultural común
–que no es lo mismo que pública–.
Pese al la inviabilidad del diálogo que he
mencionado, creo que hay que ser constructivos y positivos. Caben dos posibilidades:
atenerse a los cauces establecidos (por lo
general lo establecido es poco innovador) o
innovar con decisión (es lo más fructífero,
tanto en materia educativa como en otras).
En mi opinión, la principal innovación que
podemos aportar a la libertad educativa está
en la gestión comunitaria de la propia educación al margen del sistema estatal que trata de neutralizarnos, pero sin que éste pueda
sofocarla financieramente, como hace ahora. Es una condición para que haya libertad
real. El que cada comunidad cultural o social
pueda articular su propia organización educativa abre la vía a una competencia entre sistemas o empresas educativas frente al actual
paradigma impositivo de lo público. La competencia libre es el marco en que las propuestas educativas deben evaluarse allí donde no
son conmensurables los objetivos ni los presupuestos ni nada.
Que cada comunidad social o cultural
organice su propia educación conlleva el riesgo de fracaso inherente a toda empresa
humana. La propaganda de la educación
pública parece que no reconoce riesgos similares en su propuesta; no es que esté exenta
de ellos sino que los defensores de lo público tienen más facilidad para ocultar sus fracasos en el maremagno del pluralismo que
les ofrece una enorme capacidad de enmascarar los fiascos o acusar de ellos a sus enemigos, para lo que necesitan de la referida
crítica. Pero la experiencia acumulada por
instituciones que llevan siglos dedicadas a la
educación, a veces en las circunstancias más
adversas y hostiles, incluso con persecuciones cruentas, nos hacen ser optimistas respecto a ese posible fracaso y esperanzarnos
con el futuro de la libertad.
SÓLO MEDIANTE
LA IMPOSICIÓN
COACTIVA
DE LO PÚBLICO
SE IMPLANTA
AQUELLO
CUYO COSTE
NADIE ACEPTARÍA
SI PUDIERA
HACER CUENTAS
LIBREMENTE
19
Núm. 87 L.E.A.
ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA
El acoso escolar
Bullying-Maltrato entre iguales
Francisco Javier González Sánchez
Orientador
INSULTAR
ES LO CORRIENTE,
TE PERSIGUE,
TE AMENAZA…
ODOS los que de una forma u otra
tenemos relación con el tema de
la educación estamos cada vez
más familiarizados con términos
como «acoso escolar», «bullying», «maltrato entre iguales»… Es más, dada la relativa
frecuencia con la que los medios de comunicación se hacen eco de casos relacionados
con estos términos, podemos afirmar que es
la sociedad en general la que, por desgracia,
cada vez es más consciente y cada vez tiene
más noticias de hechos ligados a los términos anteriores.
Evidentemente el problema no es que esto
transcienda y todos estemos al día de tal caso
en tal colegio o instituto, sino, la nada deseable frecuencia y gravedad de lo que sucede,
si bien hay que aclarar que muchas veces las
cosas se magnifican en gran medida.
T
Aunque nos resulte un tema de relativa
actualidad, que lo es, las primeras investigaciones y trabajos sobre el bullying se llevan
a cabo por un psicólogo noruego llamado
Dan Olweus en 1973, mientras que en
Inglaterra existe, desde hace tiempo, un tribunal para casos de bullying además de servicios de ayuda y asesoramiento ante problemas de esta índole. En España todo lo
relacionado con este tema es más reciente,
basta con señalar que el primer informe oficial al respecto, que procede del Defensor del
Menor, es del año 1999.
A lo largo del artículo veremos en un primer momento a qué llamamos bullying, qué
debemos entender por maltrato, acoso…
También analizaremos las partes que, en
situaciones de bullying, están presentes, y
las características psicológicas, emocionales, relacionales, etc… que suelen darse
como si de un patrón más o menos estable se
tratara.
El término «bully» tomado del inglés significa «matón», «agresor». La forma «bullying» nos sitúa ante una acción determinada, llevada a cabo por alguien con una
intención y finalidad muy concreta. Podemos
hablar del desarrollo de un amplio abanico
de conductas como pueden ser; excluir a
alguien, «hacerle el vacío», agredir físicamente, robar, etc… Son muchas las definiciones
que podemos encontrar del término bullying,
aunque todas suelen incluir los mismos conceptos y hacer referencia a los mismos
aspectos:
20
L.E.A. Núm. 87
A COS O PSICO LÓGIC O, MORA L Y/O
FÍSICO DONDE UN CHIC@ O CHIC@S
MÁ S FUE RT ES, MÁS GR AN DE S Y
CON MÁS PODER QUE OTRO, COMETEN ABUSOS SOBRE ÉSTE
De esta y otras definiciones podemos
extraer que cuando hablamos de bullying
estamos ante una conducta agresiva que se
manifiesta de un modo intencional, tiene un
fin desde el momento en que se planea, desde que se decide actuar de ese modo.
Son conductas y actuaciones que se
manifiestan con una persistencia, sistematicidad y de manera tan habitual que nos permite afirmar que no nos encontramos ante
una pelea, discusión, enfrentamiento…, tan
relativamente frecuentes en una clase, en un
patio de recreo, en un colegio…
Va a existir también, en las situaciones de
bullying, un claro desequilibrio entre los «participantes». Este desequilibrio se manifiesta
de varias formas posibles; el provocado por
la desigualdad de la fuerza física, el derivado
de la posición, el rango, el estatus dentro del
grupo, o simplemente el que aparece cuando
el maltratador no es tal, como individuo, sino
un grupo.
Como última característica decir que estas
situaciones de maltrato, de bullying, van a
permanecer ocultas. Se darán de forma
secreta y/o desconocida por los adultos. Esta
situación se va a ver favorecida por el hecho
de que hacerla pública puede suponer un
aumento de las situaciones de maltrato para
la víctima que ya lo es o la aparición de nuevas víctimas que se convierten en tales en
cuando denuncian las conductas que estamos viendo.
El acoso, el maltrato, el bullying, por tanto, puede no ser sólo físico (golpes, zancadillas, pinchazos, patadas, o bien hurtos o
estropeo de los objetos propiedad de la víctima), ya que las características anteriores
de: conducta agresiva, intencional, habitual,
con un desequilibrio entre «participantes» y
que siempre tenderá a permanecer oculta,
pueden manifestarse también de forma:
Verbal: insultos, humillaciones o amenazas.
Social: exclusión, ninguneo, difusión de
rumores y calumnias contra la víctima.
Psicológica: acecho, o gestos de asco,
desprecio o agresividad dirigidos contra la
víctima, minan su autoestima, provocan
situaciones de temor, ansiedad…
Ha aparecido la palabra «participantes» en
varias ocasiones, y es que otra característica
«común» a las situaciones de bullying es la presencia de tres agentes que siempre van a estar
presentes; el agresor/es, la víctima/as y el parte más obviada que son los espectadores.
El agresor lógicamente va a ser quien lleve a cado las conductas de maltrato, en cualquiera de las formas que ya hemos visto, bien
en una sólo de ellas o bien en forma combinada (físico, social y psicológico), que será lo
más frecuente. El rol de agresor suele ser
adoptado por chic@s que raramente son brillantes en el campo académico. Son alumnos
que cuentan con prestigio entre sus compañeros, son líderes, son admirados aunque no
necesariamente por su papel de maltratador.
Van a tener una personalidad compleja y problemática, no presentarán sentimientos de
culpa, arrepentimiento… y siempre tendrán
una excusa para intentar justificar sus actos.
Es curioso que un alto porcentaje de chic@s
que son agresores, con anterioridad, han desempeñado el rol de víctima.
ME EMPUJÓ,
ME AGARRARON
ENTRE DOS…
Por otro lado, analizando a las víctimas,
su personalidad, su forma de enfrentarse al
día a día y su modo de responder ante las
situaciones que se le presentan, las víctimas
del acoso escolar generalmente presentan
escasas habilidades sociales, poco repertorio de habilidades para interrelacionarse y
comunicarse. A diferencia de los agresores/as, las víctimas normalmente son muy
valoradas por los profesores y tiene un buen
rendimiento académico, son alumn@s brillantes. Otro aspecto muy presente, aunque
no podemos hablar de ello como algo pres-
21
Núm. 87 L.E.A.
ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA
vierte en «la pescadilla que se muerde la
cola».
AL PRINCIPIO
NO DIJE NADA,
ME QUITABAN
LOS ZAPATOS,
LOS TIRABAN,
LA MOCHILA…
criptito o determinante, ni mucho menos, en
las víctimas de maltrato escolar es la presencia de rasgos físicos determinados como
pueden ser; mayor peso del «normal», el uso
de gafas, ortodoncias, etc… Son chic@s que
tienden a tener una autoestima muy baja, que
unido a todo lo demás desembocará en una
apariencia débil y una incapacidad de afrontar y resolver las situaciones problemáticas
que se les presentan. Podemos decir en este
punto que la situación de maltrato se con-
El tercer elemento a analizar dentro de una
situación de maltrato escolar son los espectadores. Anteriormente hemos recalcado que
una característica clara del bullying es que
permanece oculto, que pasa desapercibido,
que nos es muy difícil detectarlo in situ a los
adultos, pero ¿y el resto de compañeros?
Ellos sí conocen la existencia de estas conductas y generalmente saben cuándo, cómo
y dónde se dan y obviamente conocen al
agresor/es y a la víctima/as. Serán, por tanto, los espectadores un punto clave a la hora
de intervenir ante el maltrato escolar, bien
cuando lo hagamos con carácter preventivo,
bien cuando intentemos atajar un problema
ya existente. Si analizamos las distintas formas posibles de actuar que van a presentar
los espectadores, una vez que son sabedores de la existencia de maltrato hacia alguno
de sus compañeros, tenemos que los espectadores podrán desarrollar una actitud:
Antisocial: con esta actitud los espectadores refuerzan al agresor, aprueban el modo
de actuar de este, promueven el que las situaciones de maltrato se mantengan y vayan a
más. Con ello, muchas veces, los espectado-
– Casi un 6% de los alumnos españoles han vivido en sus propias carnes el
fenómeno conocido como «Bullying», que convierte a algunos escolares
en víctimas de sus propios compañeros.
– El 90% son testigos de una conducta de este tipo en su entorno.
– El 30% han participado en alguna ocasión ya sea como víctima o como
agresor.
– Entre el 25 y el 30% de los estudiantes de primer ciclo de ESO afirma
haber sido víctima alguna vez de agresiones.
– El 5,6% es actor o paciente de una intimidación sistemática.
– El 34,6% de los alumnos reconoce que no pediría consejo a su profesor
en caso de encontrarse en una situación de violencia.
– Sólo 1 de cada 3 de los que lo sufren son capaces de denunciarlo (33%).
– El 37% cree que no devolver los golpes les convierte en cobardes.
– El 40% de los pacientes psiquiátricos fue víctima de un «matón» en el
colegio.
Bullying: Acoso escolar,
Isabel Menéndez Benavente,
Psicóloga
22
L.E.A. Núm. 87
res lo que buscan es que no sean ellos víctimas en un futuro.
Neutrales: los espectadores «simplemente» se limitan a no querer «ver» el problema,
más exactamente, lo ven, lo conocen sobradamente pero no lo demuestran, no se muestran «activos» ni para reforzar ni para denunciar lo que conocen.
Prosociales: son aquellos espectadores
que muestran una actitud colaborativa, van
a denunciar la situación y tratar de ayudar a
la víctima.
Lógicamente como educadores nos interesa inculcar en nuestros alumnos actitudes
de tipo prosocial, independientemente de que
actuemos de forma preventiva o ante un conflicto ya dado. Si esta es la actitud que debemos buscar, será, por lo tanto, interesante
conocer aquello que hace que ésta no se dé,
y orientar nuestro trabajo a ayudar a los
espectadores a que se muestren colaboradores y prosociales. El alumno espectador va a
estar condicionado por un temor a ser víctima una vez que desenmascare el maltrato.
Esta actitud va a generar y/o reforzar sentimientos y formas de actuar tales como;
aprender a ser pasotas y mirar hacia otro
lado, desensibilización hacia la violencia y el
sufrimiento de los demás, considerar la violencia como algo inevitable, aprender a no
ser solidarios, aprender a encontrar justificación a los maltratos…
Al inicio del artículo decíamos que el bullying hoy día es algo que no podemos obviar,
que está presente en nuestras aulas, nuestros centros, nuestras sociedad pero que
también era cierto que en numerosas ocasiones, sobre todo por parte de los medios de
comunicación, el tema se ha magnificado y
agravado en sobremanera. De todos modos
si analizamos el tema ayudados por los datos
numéricos vemos que verdaderamente estas
situaciones, tan poco deseadas por todos,
están demasiado presentes, realmente cualquier dato, del tipo del que sea, y que ponga
de manifiesto una sola situación de maltrato
ya está demasiado presente.
Poco a poco hemos ido desgranando, de
forma breve, qué debemos entender por bullying, acoso escolar o maltrato entre iguales.
Hemos comentado las posibles formas que
este tiene de manifestarse, así como las partes que están implicadas cuando esto ocurre. A partir de aquí habría que centrarse en
qué podemos hacer desde la escuela como
educadores que somos, cómo poder abordar
este tema desde el prisma de los propios
alumnos, pero también como maestros y
profesores, y cómo, no con las familias ya
que no podemos olvidar que también en este
tema, como en tantos otros por no decir
todos aquellos que están relacionados con la
educación de nuestros alumnos, es válida la
vieja «teoría del taburete»; chic@s-educadores-familia, si falla alguna de las tres patas el
taburete está cojo.
TUVE
MUCHAS GANAS
DE “DESAPARECER”,
POR NO AGUANTARLO…
Estamos pues ante un tema suficientemente grave, habitual y que poco a poco se va
convirtiendo casi en cotidiano. No podemos
dar por sentado que esto es algo «normal»,
algo inevitable, algo que tiene que estar presente en nuestras aulas por los momentos y
las circunstancias que vivimos. Debemos
estar atentos, debemos diseñar planes y proyectos de prevención y debemos implicarnos
todos, cada uno desde su posición, con el
objetivo claro de que noticias que a todos nos
llegan, casos más o manos cercanos relacionados con este tema no se repitan nunca.
BIBLIOGRAFÍA
AVILÉS MARTÍNEZ, J. M.ª (2001), «Bullying: intimidación y maltrato entre el alumnado»,
Bilbao, Stee-Eilas.
TORREGO, J. C. (2000), «Mediación de conflictos en instituciones educativas. Manual
para la formación de mediadores»,
Madrid, Narcea.
CEREZO RAMÍREZ, F. (1997), «Conductas
agresivas en la edad escolar», Madrid,
Pirámide.
CEREZO RAMÍREZ , F. (2002 ), «La violencia en
las aulas», Madrid: Pirámide.
23
Núm. 87 L.E.A.
ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA
Buscando las raíces
agustinianas
en San Gimigniano
GRUPO SAN ALIPIO
San Lorenzo de El Escorial. Monasterio
http://www.archimadrid.es/laicos/agustinos
Siete miembros del grupo San Alipio, acompañado de un matrimonio, todos amigos, conseguimos la ilusión de residir en San Gimigniano, en el centro de la Toscana, los días 21 al 29 de abril del presente año
2007. Nos recibieron los PP. Brian (Provincia Villanova), Ian (Provincia Inglaterra/Escocia) y Michael (Provincia Australia) no sólo con los brazos abiertos, sino con el corazón y el alma en unidad.
STE viaje ha sido el feliz cumplimiento de una invitación que en
Ostia Tiberina nos hizo el P. Brian,
con ocasión de la lectura de pasajes de la vida de san Agustín en Las Confesiones, dirigido por él a los congresistas
del Congreso Laical en Roma (julio de 2006).
E
24
L.E.A. Núm. 87
BREVE HISTORIA DE NUESTRO
VIAJE. ¿POR QUÉ LO HICIMOS?
Desde el año 1999 nuestro grupo «san
Alipio» decidió adentrarse en el estudio de las
obras de San Agustín cuando era laico, ya que
deseábamos saber qué hacía él en una época
similar a la nuestra, cuando intentaba crecer
en la fe (en números anteriores de LEA habéis
tenido ocasión de leer los resúmenes que
hemos realizado de algunas de sus obras filosóficas). Las Confesiones es el libro preferido
por nuestro grupo y ante la invitación del P.
Brian. en la que nos ofertó profundizar en las
oraciones espontáneas que aparecen en él,
nos pusimos con ahínco a preparar nuestro
viaje para realizar este deseo. Su invitación
tenía un doble sentido: conocer más a fondo
Las Confesiones y realizar una peregrinación
a los orígenes de la Orden de San Agustín. Se
trata de un viaje hacia la interioridad agustiniana basado en el conocimiento de los orígenes
de la Orden en distintos eremitorios, dado que
en su nacimiento, fue un movimiento laical.
¿DÓNDE ESTÁ SAN GIMIGNIANO?
Es un maravilloso pueblo de origen etrusco
del período helénico (III-II aC) situado en el centro de la Toscana. Empezó su historia alrededor
del siglo x con el nombre del santo obispo de
Módena, que en el siglo VI salvó la ciudad de
las hordas bárbaras de Totila. Tuvo gran desarrollo en la Edad Media gracias a la calle
«Francigena», importante vía comercial, que lo
atravesaba, y a un extraordinario florecimiento
de la actividad artística con obras que adornaban iglesias, palacios y conventos. En 1199 será
municipio independiente y comenzó su potente desarrollo urbanístico. Sufrió luchas internas
dividiéndose en las dos facciones la de los
Güelfos y Gibelinos. La terrible peste de 1348
dio un duro golpe a la economía e indujo a los
responsables del gobierno de la ciudad a declararse vasallos de la ciudad de Florencia. Esto
no ayudó a la ciudad de San Gimigniano que en
los siglos siguientes sufrió una degradación y
un abandono importante. La belleza de la ciudad, su importancia artística y arquitectónica y
su incomparable entorno natural ha contribuido en los últimos años a una recuperación económica y cultural. Se la conoce como el «Nueva
York» de la Edad Media ya que conserva 14 de
las 72 torres medievales que poseía.
En san Gimigniano, en la plaza de san
Agustín está ubicado el monasterio del mismo nombre que fue construido entre 1280 y
1298. Consta de un convento con un bello
claustro, y una iglesia de una sola nave, coronada en su cabecera con tres ábsides ojivales de planta cuadrada. Todo es bello en ella.
Lo más significativo son los frescos del coro
realizados por Benozzo Gozzoli, en los que
realiza una profunda visión acerca de la vida
de San Agustín, pintados entre 1461 y 1464.
Este convento fue expropiado a la orden
en una desamortización gubernamental, similar a la realizada en España por Mendizábal.
En 1861 los monjes camaldulenses ocuparon
la abadía y se encargaron de la liturgia de la
iglesia hasta principios del siglo XX. En 1927
los agustinos regresaron y establecieron un
noviciado para todas las provincias agustinianas de Italia. Actualmente una comunidad
internacional de agustinos vive y trabaja allí
donde en el siglo XII nació por voluntad de la
Iglesia, la Orden de San Agustín.
El P. Brian es el superior de este convento donde anima y desarrolla, con la ayuda del
P. Ian y en ocasiones con el P. Michael, un
proyecto de comunidad de «acogida y centro de espiritualidad agustiniana» abierto tanto a religiosos como a laicos.
Estos PP. agustinos, que se han impuesto
la inmensa tarea de mantener este hermoso
convento de San Gimignano, nos han demostrado su hospitalidad, su buen hacer, y su
incansable actividad de incrementar y animar
la espiritualidad agustiniana. Nosotros pensamos que la belleza de las pinturas que Benozo
Gozolli plasmó en la iglesia del convento está
por todas partes, reflejando el espíritu vivo y
reencarnado de san Agustín, transcendiendo
en el tiempo y contagiando a cuantos tienen
la suerte de pasear por sus claustros y convivir dentro de sus paredes. Hemos rezado laudes, vísperas y asistido a la misa, e incluso
alguien del grupo se ha encargado de tocar la
campana para actos comunitarios. Hemos
compartido con la comunidad el pan, la pasta
al «dente», el café, y muchas más viandas de
mano de una ejemplar Loreta, a quien Dios le
premie sus cuitas por el bien de todos.
Nuestro trabajo durante la estancia en la
Toscana se ha dividido entre charlas de introducción a las visitas realizadas a los eremitorios y lectura y meditación de las oraciones espontáneas que aparecen en Las
Confesiones, que se caracterizan por ser oraciones de deseo. Un deseo que se identificaba profundamente con él que nos había llevado a proyectar este viaje.
PEREGRINACIÓN
A LOS ORÍGENES AGUSTINIANOS
La primera etapa de nuestra peregrinación
se inicia en el convento de San Agustín en
San Gimigniano. La primera sensación que
25
Núm. 87 L.E.A.
ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA
se experimenta al entrar en la capilla (antigua
sala capitular) es la de retroceder varios
siglos en la historia. Este convento no estuvo desde el principio, ya que no hubo ninguna ermita original en este lugar. En 1272 los
frailes se habían establecido a cinco kilómetros de la ciudad, en un pueblo llamado
Racciano (caminando 40 minutos encontramos aún la casa); al ser un lugar peligroso,
por la existencia de ladrones y salteadores,
los agustinos solicitaron en 1280 a los gobernantes de San Gimigniano el establecerse
dentro de los muros de la ciudad. El permiso
les fue concedido y éste es el comienzo de
una larga historia que antes hemos iniciado.
Las tres primeras fundaciones de la orden
San Leonardo al Lago, Leccetto y Santa
Lucia en Rosia, están situadas en torno a la
ciudad de Siena y formaban parte de las
sesenta y una comunidades eremitas que, en
1243, a instancias del Papa Inocencio IV, tras
la publicación de la bula Incumbit nobis, se
unieron para formar parte de la Orden de
Eremitas de San Agustín, con la regla y forma
de vida de dicho Padre de la Iglesia. Este
importante movimiento secular consistía en
una expansión religiosa que se expresaba en
una vida de estricta pobreza, plegaría sencilla
y predicación itinerante del Evangelio. Según
la leyenda, fue un payaso errante de Mantua
quien, después de una conversión radical se
retiró a un lugar solitario cerca de Cesena.
Aunque era iletrado, su predicación y su vida
atrajeron a gran número de seguidores que
ejercieron el cuidado pastoral cerca de sus
ermitas, manteniendo mientras tanto una vida
contemplativa. Desde 1250 estuvieron en las
iglesias de santa María del Poppolo en Roma,
del Santo Spirito en Florencia.
El 9 de abril de 1256, con la bula Licet
Ecclesiae Catholicae del Papa Alejandro IV, se
confirma la unión de los distintos ermitaños
de la zona que seguían tanto la regla de san
Agustín como la de San Benito. Esto supuso
un paso importante en la reforma de la vida
religiosa en la Iglesia. El papa intentó así poner
fin a la confusión que se originaba por el excesivo número de pequeños grupos religiosos,
canalizando sus fuerzas espirituales en un
apostolado de predicación y cuidado pastoral
en las nacientes ciudades de Europa (movimiento mendicante del siglo XIII).
De esta manera la identidad espiritual de
la Orden tuvo dos fundadores: el primero, en
la persona de San Agustín, de quien recibió
sus conceptos de vida religiosa , especialmente la importancia de la búsqueda interior
de Dios y de la vida común. El segundo fue el
movimiento medicante por el que la Orden
de San Agustín llega a ser una fraternidad
apostólica.
En nuestra primera salida de San Gimigniano nos adentramos en el pasado visitando los eremitorios de San Leonardo, Lecceto
y Santa Lucia.
San Leonardo es el más antiguo de ellos.
El fundador fue un hombre llamado Benito
cuya presencia guió la comunidad durante
muchos años. Recibió el nombre de San
Leonardo al Lago por estar situado en la orilla
del lago Verano, lago que fue desecado en el
siglo XIX para evitar la malaria. En su historia
ha sido además de eremitorio iglesia rural. En
1245 fue sometido a la autoridad de Lecceto.
Dada la peligrosidad de la zona fue fortificado
(aún podemos ver parte de la fortificación).
La personalidad más destacada que tiene
relación con San Leonardo es el beato Agustín Novello, que fue uno de los primeros priores generales de la Orden. En la actualidad
pertenece al Estado Italiano aunque dada su
importancia arqueológica, durante los últimos quince años las provincias agustinianas
de Villanova y Chicago, en colaboración con
la universidad de Villanova, han realizado
excavaciones para conocer mejor la historia
de la vida monástica de este lugar.
Detalles importantes para recordar después de la visita son: La Iglesia con sus frescos de San Agustín y Santa Mónica, la gruta,
la iglesia románica, las ruinas de la torre, el
comedor y su fresco de la crucifixión.
26
L.E.A. Núm. 87
Lecceto es un nombre famoso en los últimos años debido a la atención de los historiadores de la Orden y al renacimiento de la vida
contemplativa que ha tenido lugar en este
convento tras la llegada de las monjas agustinas en 1972. En el pasado fue considerado
un lugar particularmente santo de la Orden y
ha sido durante más de 600 años un centro
importante de la espiritualidad agustiniana.
El primer testimonio escrito que conocemos data del año 1223. Entonces la zona se
llamaba «selva del lago» cerca del lago
Verano antes citado. El eremitorio no era
agustiniano al principio y aceptó la regla a
partir de la Unión de 1244. Recibe el nombre
de Lecceto por los árboles «lecce», una especie de roble que crece en la zona.
Este eremitorio fue fundado por un ermitaño
llamado Bonacorso en torno al año 1170, pero
el lugar parece haber sido habitado varios
siglos antes. Como Lecceto, ha tenido beatos
cuyo culto popular ha dado pie a muchas
leyendas. Hacia 1569 el remisorio había sido
reducido a un apéndice de la comunidad agustiniana de Siena. Hoy sólo quedan ruinas. Sus
restos más interesantes fueron trasladados a
la casa del actual dueño del terreno.
Frailes de distintos lugares de la Orden se
refugiaban en este convento para tener una
vida contemplativa. Tenemos noticia de
William Flete, un inglés de la universidad de
Cambridge que decidió venir a Lecceto para
refugiarse momentáneamente en la oración,
y que se quedó aquí para el resto de su vida
( dada la belleza y paz del lugar no nos resultó extraña la idea y sí muy atrayente).
Fue en Lecceto donde nació el Movimiento
Observante dentro de la Orden y cuatro de
sus priores generales más sobresalientes se
formaron tras los muros de este monasterio.
Sufrió a partir del siglo XVIII y principios
del XIX un gran deterioro, según nos cuenta
el P. Brian. En 1968 estaba prácticamente en
ruinas. A principios de los años 70 el obispo
de Siena decide reactivar la espiritualidad
agustiniana en Lecceto. Se inicia la restauración del edificio y en 1972 las monjas agustinas contemplativas de Siena de trasladan a
este bello y retirado lugar. La comunidad
estaba formada por monjas de avanzada edad
y será a partir de 1978 cuando se reciban las
nuevas vocaciones. Hoy día es una comunidad joven llena de vitalidad.
Nosotros estuvimos el día 24 de abril en
que se conmemora la Conversión de san
Agustín. Participamos en la celebración de la
Eucaristía, doblemente rezada gracias a las
espléndidas voces de las jóvenes monjas,
incluida música de órgano, salterio y flauta
travesera. Recordamos con gratitud la forma
tan cariñosa con que fuimos acogidos y la
espléndida comida con la que nos obsequiaron las monjas.
De Santa Lucía en Rosia sólo podemos
contemplar algunos restos de una casa que se
ha conservado como granja por los actuales
propietarios de la finca en la que está ubicado.
REFLEXIONES SOBRE LAS
ORACIONES ESPONTÁNEAS
EN LAS CONFESIONES
Las charlas-estudio que realizamos con el
P. Brain sobre las oraciones que aparecen en
las Confesiones de San Agustín, nos ratificaron en la predilección y admiración que
nuestro grupo siente por la lectura de dicha
obra. Las conclusiones fundamentales que
podemos encontrar al leer y reflexionar sobre
ellas son:
– Las Confesiones son una obra de alabanza a Dios, en la que San Agustín se dirige
al Creador, aunque utilice las palabras, tú,
tuya, a ti… que podrían conducirnos a
pensar que el libro está enfocado al lector.
– Las Confesiones son un diálogo entre Dios
y San Agustín. Éste se dirige a Dios cuando le habla de su infancia, adolescencia,
estudios, juegos, faltas, errores y su liberación, tras la conversión. Dios le habla a
Agustín provocando en él el deseo de orar.
– Contraposición pasado-presente. Aunque
San Agustín relata su pasado, las oraciones están en tiempo presente. En el pasado el autor busca y encuentra la mano de
Dios, esto le «desborda» en un sentimiento que le conduce a la oración.
27
Núm. 87 L.E.A.
ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA
– El análisis del pasado se produce a través
de un diálogo interior que se hace presente en la oración. Orar es hablar con uno
mismo pero en la presencia de Dios.
– La espontaneidad de las oraciones viene
dada por el carácter íntimo de las mismas
y por la ubicación de algunas de ellas en
momentos en los que el autor está reflejando hitos fundamentales de su existencia.
Sin embargo cuando se analizan en Latín,
lengua en la que fueron escritas, se comprueba la existencia de un trabajo poético
en la utilización del lenguaje. Rima, ritmo,
contraste de opuesto, juego de palabras…
nos indican la transmisión del bagaje cultural de San Agustín a sus textos.
– Además, el autor ubica de forma estratégica las oraciones. Las sitúa al principio
de un libro: «Dios mío haz que yo evoque
estos momentos de mi vida para darte gracias y que conozca tus misericordias para
conmigo» (VIII, 1,1), o al final «Señor Dios
nuestro, esperamos a la sombra de tus
alas. Cobíjanos y llévanos» (IV, 16,31). En
ocasiones están situadas dentro de la
narración de un acontecimiento significativo (Libro IV. Muerte de su amigo 9-14).
– Podemos distinguir los siguientes tipos de
oración:
a) Oración de Deseo. Libro I, 1,1.
«!Grande eres, Señor, y muy digno de
alabanza!!Grande es tu poder, y tu
sabiduría no tiene medida» (…)
«Dame, Señor, saber y comprender
que es antes: invocarte o alabarte. Qué
es antes: conocerte o invocarte».
b) Oración de Alabanza. Libro I, 4,4.
«¿Qué eres, pues, Dios mío» (…)
«Excelentísimo, buenísimo, poderosísimo, todo poderosísimo, misericordiosísimo y justísimo, ocultísimo y
28
L.E.A. Núm. 87
presentísimo, hermosísimo y fortísimo, estable e inasible…».
c) Oración de Esperanza. Muerte de su
amigo. Libro IV, 9,14,. «Aquí está mi
corazón, Dios mío, aquí está toda su intimidad. Contempla en él mis recuerdos,
esperanza mía, que me limpias de las
impurezas de estos sentimientos…».
d) Oración de Petición. Libro i, 5,6. «Estrecho es el aposento de mi alma para que
pueda darte acogida en él: ensánchalo
tú. Está en ruinas: repáralo.»
e) Oración de Agradecimiento. Libro I,
20, 31. «A pesar de todo, te doy gracias, Señor soberano, óptimo creador
y gobernador del universo, aunque
hubieras querido que me quedase
simplemente en niño…».
– Las características comunes de estas oraciones son:
a) Humildad. Agustín habla de él mismo
como un ser más de la creación.
Menciona su incapacidad y su mortalidad. Sus oraciones son ofrecidas a
Dios por un hombre pequeño, humilde.
b) Inquietud. El deseo de Agustín es
simbolizado a menudo por una llama
que tiembla y a su vez ilumina de forma estable. Contrapone expresiones
de movimiento y reposo «inquieto»
hasta «descansar en ti». La búsqueda está presente en todas sus oraciones y el deseo de reposo en Dios.
c) La oración supone una parte esencial de la naturaleza humana. La
oración implica interioridad. Es la voz
interior que a todo hombre habla tenga o no fe. Es la prueba evidente de la
“sutileza “de Dios.
Mientras se sucedían los días de estancia,
han pasado por la hospedería del convento
peregrinos a pie, en bicicleta, o en otros
medios más cómodos... de todas las nacionalidades: holandeses, italianos, alemanes,
norteamericanos, y todos nos hemos sentido
en una mágica unidad.
También hicimos turismo: Pisa, Siena y
Florencia. Incluso estuvimos en el teatro, y
en la representación de «Don Juan». Algunos
de nosotros fuimos personajes directos de la
función mientras otros tenían un ataque de
risa peligroso. Magnífico. Todo salió bien. Os
sugerimos que vayáis cuanto antes a San
Gimigniano a rezar y a conocer la Orden
agustiniana. Y también a la gata Camila...
El servicio a
los hombres
Carlos R. Alonso
El pasado 16 de junio tres jóvenes
agustinos apostaban por un camino
de felicidad alternativo. En la edad de
los sueños, de los proyectos, no decidieron hacerse ingenieros, ni montar
su propia empresa, ni continuar el
negocio de sus padres; se lanzaron a
una tarea mucho más sencilla y apasionante: llenar su vida con el Evangelio de Jesús de Nazaret.
OLANDO, Pedro y Chema. ¡Felicidades por vuestra generosidad¡
En nuestra sociedad todos albergamos la esperanza de encontrar
hombres capaces de dedicar su vida a los
demás. Todos anhelamos personas capaces
de mirar más allá de su propia historia personal y fijar la vista en los otros, en sus necesidades y esperanzas más profundas.
Enhorabuena porque queréis que vuestra
vida, sea una vida que enarbola como bandera más digna la enseña del servicio.
A las 12 de la mañana en la Catedral de la
Almudena de Madrid, arropados por sus
familiares, sus hermanos agustinos y un
montón de amigos más hacían pública su
dedicación sacerdotal. Los ordenaba diáconos el arzobispo de Madrid, Antonio María
Rouco Varela. Así, daban el último paso para
convertirse en sacerdotes.
La ordenación de estos tres hermanos
agustinos me hacía caer en la cuenta de dos
cosas importantes. Primero, en una sociedad
que muchos dicen sin cobertura para lo divino y ensimismada en su propia satisfacción
y complacencia, el ejemplo de estos jóvenes
es un aviso para navegantes. En nuestra
sociedad sigue habiendo familias en que se
cultiva con espontaneidad y naturalidad la
vivencia de valores plenamente humanos y
R
cristianos, la cercanía, la escucha, la atención, la dedicación…, en los que las personas, los chicos encuentran su camino de felicidad. Que uno opte por ser sacerdote, más
allá de la vocación personal que cada uno va
atisbando, es un síntoma de que estamos
vivos, de que en las familias cristianas la fe se
vive con sencillez, pero en profundidad. Es
un toque de atención para recordarnos que
para llenar una vida el mejor legado no es una
libreta de ahorros o un puesto de trabajo que
nos asegure el futuro, sino un proyecto que
de sentido a nuestros bostezos cotidianos, a
nuestros mejores éxitos y peores desvelos.
Segundo, en una iglesia en que según
algunos no se sintoniza con las inquietudes
y aspiraciones de las nuevas generaciones,
sigue habiendo sitio para los jóvenes. El proyecto de una vida en comunidad, en la que
se vive juntos, se ora juntos, se ríe juntos, se
hacen proyectos sociales comunes es un
modo de vida que está de capa caída, pero
que nada desdice de su meollo más intimo.
Esa sigue siendo una opción de vida capaz
de hacer feliz a las personas, intentando hacer
un poco más felices a los demás.
Rolando, Pedro y Chema, ¡mucho ánimo¡
¡enhorabuena por vuestra decisión¡
29
Núm. 87 L.E.A.
HISTORIA Y LITERATURA
98 Mártires Agustinos
serán beatificados el 28
Modesto González Velasco, OSA
Real Monasterio San Lorenzo de El Escorial
El 19 de diciembre de 2006 una comisión de Cardenales, nombrados por la Congregatio de Causis Sanctorum, aprobó la Causa de beatificación y declaración de martirio de los Siervos de Dios, Avelino Rodríguez, sacerdote profeso
de la Orden de San Agustín, y de 97 compañeros agustinos, además de 6 compañeros del clero secular, muertos, según se dice, por odio de la fe, en el año 1936. Esta Causa es una de 23 Causas martiriales, que en conjunto reúnen
498 mártires, sacrificados de 1934 a 1937 en la persecución religiosa, que en los años treinta se desató en España
contra la Iglesia. Los 498 mártires serán beatificados el 28 de octubre de este año en Roma.
L anuncio de esta buena noticia se
ha hecho en España a través de un
Mensaje con el título Vosotros sois
la luz del mundo (Mt 5,14), aprobado por el episcopado español en su 89.ª
Asamblea Plenaria, celebrada en Madrid.
E
Los 98 mártires agustinos pertenecen a
tres provincias religiosas: 68 a la Provincia
Matritense (o de San Lorenzo de El Escorial),
29 a la Provincia de España (o de Sta. María
de La Vid) y 1 a la Provincia de Chile. Todos
fueron martirizados en los meses de julio a
diciembre de 1936. Veamos brevemente las
circunstancias de su martirio.
MÁRTIRES DE LA PROVINCIA
DE ESPAÑA
Haré ahora un recorrido seguido por las
cinco casas de la Provincia de España (Uclés,
Caudete, dos de Santander y Gijón), con mártires que serán beatificados.
En el monasterio de Santiago de Uclés
(Cuenca) hubo once víctimas, diez considerados como mártires serán beatificados. En el
monasterio había una numerosa comunidad,
compuesta de sacerdotes, estudiantes profesos de filosofía, de novicios y de seminaristas de latín y humanidades. El 24 de julio
30
L.E.A. Núm. 87
el monasterio fue asaltado por hombres
armados. Los religiosos se vieron forzados
violentamente a abandonar el monasterio,
siendo acogidos por familias de la población.
Pasaron dos días sin mayores sobresaltos.
El día 27 llegaron cinco coches con milicianos
armados al pueblo. El alcalde señaló en la
explanada de monasterio entre los presentes
a 39 personas, que quedaron prisioneras,
entre los que estaban varios agustinos y el
párroco.
Dos de los coches, comandados por milicianos, recogieron a los PP. José Gutiérrez,
Antolín Astorga, José Calleja y Enrique Serra,
al párroco, y a varios seglares, partiendo,
hacia las once y media de la noche, rumbo a
Tarancón. Los agustinos se santiguaron y
de octubre
rezaban, convencidos de que los matarían.
Iban con las manos atadas, de dos en dos.
El párroco maniatado iba solo. El seglar
Máximo Pliego, atado con el P. Serra, logró
aflojar y desanudar las cuerdas que les unía.
Los automóviles se pararon en el paraje
conocido como las Emes de Belinchón. El
coche delantero siguió hasta la cima de las
Emes. Allí fueron acribillados a balazos los
PP. José Gutiérrez, Antolín Astorga, José
Calleja y el seglar señor Pablo Como. En el
segundo automóvil el P. Serra, al apearse del
coche, gritó enérgicamente ¡Viva Cristo Rey!
Sonaron los disparos, pero Máximo Pliego
ante el grito del P. Serra instantáneamente se
arrojó a tierra. Corriendo, logró zafarse entre
matorrales. Sobrevivió y ha sido testigo de
lo ocurrido. Era el 28 de julio, a eso de la una
de mañana.
Los PP. Lorenzo Arribas, Pedro Alonso,
Primitivo Sandín, Froilán Lanero y el joven
profeso de 18 años Fr. Camilo Solanas,
emprendieron viaje en tren hacia Madrid el
mismo día 28. Reconocidos como religiosos
fueron detenidos y conducidos a la checa de
la estación de Atocha. Se libró el joven
Camilo, tal vez debido a su juventud. Fueron
sacrificados en el kilómetro 10 de la carretera
de Madrid-Valencia el 28 de julio. Se los enterró en el cementerio de Vallecas.
A los PP. Jacinto Martínez y Nicolás Mier,
después de muchas peripecias, pasaron en
la cárcel de Cuenca y en el Centro de
Unificación marxista más de mes y medio,
desde el 28 de julio hasta su muerte. Fueron
sacrificados en Cuenca el 21 de septiembre.
En Caudete (Albacete) tenían los agustinos una casa enfermería a unos dos kilóme-
tros de la población. Esta residencia tuvo
once víctimas. Diez serán beatificadas.
Asaltada la casa el día 23 de julio el prior con
diez compañeros fueron detenidos y conducidos a la cárcel local. Estuvieron siempre
bien atendidos por el lechero del convento y
por el seglar D. Manuel Albertos. Catorce días
duró el encierro. El 5 de agosto se los martirizó en Fuente de la Higuera (Valencia).
Momentos antes de ser asesinados uno de
los religiosos dijo: ¡Ánimo, padres y hermanos! Morimos por Dios y por ser lo que
somos. ¡Viva Cristo Rey! Tal vez el mismo
religioso añadió: Bendigamos esta tierra que
se riega con sangre de mártires. Los nombres de estos mártires PP. Gabino Olaso,
prior, Ángel Pérez, Víctor Gaiteiro, Felipe
Barba, Atanasio Díez, Cipriano Polo, Emiliano
Camino, y los Hnos. Luis A. Blanco, Luciano
Ramos y Ubaldo Revilla están inscritos en el
libro de la vida del cordero (Ap 21,27). Con
ellos fue asesinado el P. José Pérez de Celis.
No se le incluyó en el Proceso por un des-
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Núm. 87 L.E.A.
HISTORIA Y LITERATURA
piste inexplicable. Ése es el motivo de no
estar incluido entre los mártires beatificables.
En Santander había dos casas de agustinos en 1936: El Colegio Cántabro y el
Convento y Escuelas de Santo Domingo.
Ambos centros estaban dedicados a la enseñanza. El Cántabro destinado a alumnos de
bachillerato completo de familias bien acomodadas. Tuvo sólo un mártir en el P.
Severiano Montes. Fue asesinado el 15 de
agosto en Caldas (Asturias), en cuyos baños
recuperaba la salud. Una vez detenido, después de orar unos momentos, dijo a los asesinos: ¡Bien! Siento lo que vais a hacer por
ser un crimen; pero yo os perdono ante Dios
y ante los hombres. Podéis disparar.
Los agustinos de la comunidad de Santo
Domingo se dedicaban a la enseñanza en
unas escuelas gratuitas para niños pobres, y
al culto en la iglesia. Era una comunidad
pequeña, de unos doce religiosos. Pasaron
sin mayores sobresaltos hasta el 2 de agosto. El día siguiente los religiosos fueron echados de su casa. Tuvieron que refugiarse donde buenamente pudieron. Es poco lo que se
sabe de las circunstancias del martirio de los
cinco religiosos. Estos son sus nombres: El
P. Claudio San Román y Fr. Leoncio López
fueron detenidos el 28 de octubre y llevados
a la checa de Neila. La fondista donde se hospedaban les llevó la cena y sendas mantas.
Cuando les llevó el desayuno a la mañana
siguiente ya no estaban en la checa. Los PP.
Eugenio Cernuda y Miguel San Román fueron detenidos el 18 de diciembre en una fonda de la Primera Alameda. No se ha vuelto a
saber más de ellos. El P. Epifanio Gómez fue
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L.E.A. Núm. 87
detenido y llevado a la checa de Neila el 22 de
diciembre. Parece ser que lo arrojaron vivo
al mar con las manos atadas a la cintura y
una gran piedra al cuello.
En Gijón los agustinos tenían una pequeña residencia, llamada el Conventín. El 18 de
julio residían en la casa siete religiosos. Su
apostolado se repartía entre la capellanía de
las agustinas recoletas y el culto en su iglesia, céntrica y muy concurrida, y los talleres
de Sta. Rita, de enseñanza primaria, corte y
confección, todo gratuito. El 19 cuando llegaron allí tres milicianos, los agustinos apercibidos de lo que pasaba, estaban fuera de la
casa. Hubo tres mártires. Desde el 19 de julio
hasta ser detenidos las tres víctimas pasaron
por muchas peripecias. A los PP. Florencio
Alonso Ruiz y Juan Pérez Rodríguez se los
detuvo el 24 de agosto. Ambos aparecieron
asesinados el día 25 en Tragamón. El P.
Florencio llevaba un rosario al cuello. La última víctima fue el P. Vidal Ruiz Vallejo que fue
detenido el día 3 de septiembre. Después de
tres días en la checa del famoso Campanal el
6 de septiembre apareció asesinado en Piles.
MÁRTIRES DE LA PROVINCIA
MATRITENSE
Los mártires de esta Provincia proceden
de cinco conventos: Ntra. Sra. del Buen Consejo, en Leganés; San Agustín, de Málaga;
dos casas de Madrid, en las calles de Valverde y de la Princesa; y el Real Monasterio de
El Escorial.
En el convento de Leganés (Madrid) había
una comunidad de unos 30 religiosos el 18
de julio, formada por sacerdotes, novicios y
hermanos no clérigos. A los estudiantes
seminaristas de latín y humanidades se les
había mandado con su familia en el mes de
febrero, en vista del cariz antirreligioso que
reinaba en España después de las elecciones
del 16 de febrero, con el triunfo del Frente
Popular. El convento fue asaltado el día 20 de
julio y la comunidad dispersada el veintiuno. Hubo once víctimas. Sólo será beatificado el P. José Esnaola. Refugiado en Madrid
después de ser dispersada la comunidad,
decidió regresar a Leganés el 23 de julio para
pagar algunas deudas de la comunidad y
recoger objetos personales. Reconocido
como religioso en el tranvía de Carabanchel,
se le detuvo el mismo día. El día siguiente fue
conducido a Leganés por la mañana. Al anochecer salió de la población con los milicianos. Se le sacrificó ya de noche a la salida
del pueblo junto al arroyo de Butarque.
En julio de 1936 la comunidad de San
Agustín de Málaga estaba formada por ocho
religiosos. Los PP. Andrés Pérez de Toledo y
Valentín Pérez se encontraban en Madrid,
asistiendo al capítulo provincial. El día 18 sólo
había seis religiosos, que pasaron en vela la
noche del 18 al 19, atemorizados por el tiroteo de las balas, que los milicianos les disparaban desde la cercana catedral. El día 19
se dispersaron, refugiándose donde buenamente pudieron. No era la primera vez que
esta casa se vio sometida a las iras del populacho antirreligioso. La noche del 11 al 12 de
mayo de 1931 las hordas incendiarias abrasaron la iglesia de San Agustín, el colegio y la
residencia. El P. Fortunato y Fr. Luis Gutiérrez
vivieron entonces aquella triste noche.
El P. Manuel Formigo, hospedado en una
fonda de la plaza de la Merced, fue el heroico apóstol en el mar rojo de Málaga. Celebró
misa todos los días, distribuía comuniones,
casaba y bautizaba. Se le detuvo varias veces.
El 15 de agosto la misa fue en el sanatorio
Gálvez. Salió con una cajita de formas consagradas para repartirlas entre personas que
le esperaban. Pensaba celebrar una segunda
misa en las religiosas del Monte. Nunca llegó. Se le detuvo después de celebrar la primera misa. Fue asesinado a unos 50 metros
de su convento en unos derribos de casas en
frente de la Alcazabilla a dos o tres metros
de la acera. La religiosa de la Sagrada Familia,
Sor Genoveva Arbilla identificó el cuerpo tendido boca abajo la misma mañana que lo
mataron.
El P. Fortunato Merino y Fr. Luis Gutiérrez,
hospedados en varios domicilios de familias
amigas, terminaron refugiándose en el Hotel
Imperio, cuyo dueño, don Francisco Cabello
Luque, era hermano del párroco de San Juan.
Por la denuncia de un empleado del colegio
de los maristas, el día 24 de agosto, al anochecer, hubo un registro en el Hotel. Fueron
detenidos los dos agustinos, don Francisco,
dueño del Hotel, un hermano marista, un
salesiano y un sacerdote diocesano. Trasladados al cuartel de Trinidad fueron interrogados durante largas horas. Anteriormente
habían sido detenidas a la puerta del Hotel
las hermanas Mercedes y Nieves Díaz Canela.
Ellas han sido testigos de lo sucedido a nuestros mártires. Se les sacó del cuartel de la
Trinidad hacia las dos o tres de la mañana del
día 25, siendo martirizados en el callejón de
la Pellejera, cerca de la ermita de la Zamarrilla. Sus cuerpos fueron acribillados a balazos
y sádicamente acuchillados, y las piernas
destrozadas, dejándolos abandonados, medio
exánimes. Una hora después los asesinos
volvieron a rematarlos.
A Fr. Diego Hompanera le acogió en su
casa, frente al Hospital Civil, D.ª Manuela
Gómez Rabadán. Detenido varias veces, se
vio libre debido a las buenas amistades de su
protectora. No obstante ambos fueron detenidos a finales de agosto y conducidos al cercano cuartel de la Trinidad. Fr. Diego, al ingresar en el cuartel, confesó su condición de
religioso. Allí pasaron dos semanas. Después
se los trasladó a la cárcel provincial, donde Fr.
Diego estuvo dos semanas más. Desde
entonces Dña. Manuela no pudo hablar más
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Núm. 87 L.E.A.
HISTORIA Y LITERATURA
serían encarcelados en la Modelo. En esta prisión hubo no menos de 20 agustinos durante varios meses. Cinco salieron de aquí para
ser martirizados en Paracuellos el 7 de
noviembre. Otros fueron trasladados a la prisión de Porlier. El P. Avelino con otros tres
agustinos pasaron a la de San Antón el 14 de
noviembre. Aunque la casa tuvo 11 víctimas,
sólo los cuatro trasladados a San Antón serán
beatificados. El P. Avelino, todavía en la Cárcel
Modelo fue un ejemplo para todos sus hermanos. Quiso librarlo su primo el Dr. Carlos
Alonso, médico forense de San Lorenzo de
El Escorial, y lo hubiese conseguido. La respuesta del P. Avelino fue tajante: No te canses,
Carlos, yo abandonaré la cárcel, cuando salga el último de mis súbditos. El relato de su
martirio más adelante en Mártires de Paracuellos.
con fray Diego, aunque lo vio varias veces en
el patio. Fr. Diego le escribió varias cartas
pidiéndole ropa o dinero, pues pasaba frío.
Dña. Manuela recibía noticias por medio del
médico de Ronda, D. José M.ª Serratosa,
también encarcelado, pero que, como médico, visitaba y atendía a los demás presos en
otros departamentos. Por este médico supo
D.ª Manuela que fray Diego había sido sacrificado el día 21 de septiembre de 1936 en las
cercanías del cementerio de San Rafael, no
lejos de la prisión.
Los cuerpos de estos cuatro mártires
malagueños fueron enterrados en fosas
comunes en el cementerio de San Rafael. En
1940 sus restos y los de otros asesinados en
1936 y 1937 fueron trasladados a la catedral
de Málaga, donde hay 2.100 nichos. Reposan
en la capilla de los Mártires, 1.ª, a la derecha,
entrando por la puerta principal.
Los mártires de las dos casas de Madrid
y del Real Monasterio de El Escorial se los
tratará conjuntamente. Entre las tres casas
tuvieron unos 80 mártires. Serán beatificados sesenta y nueve. Con ellos se incluye el
P. José Fariña, agustino de la Provincia de
Chile, que residía en el Real Monasterio desde el año 1927.
La casa de Valverde de Madrid era residencia del prior provincial, P. Avelino Rodríguez. En ella se encontraban presentes 21
agustinos el 18 de julio. La tarde del día 20 el
convento y la iglesia fueron tiroteados intermitentemente desde el edificio de la Telefónica. El 21 los milicianos asaltaron ambos edificios, deteniendo a doce religiosos, que
34
L.E.A. Núm. 87
La Residencia de La Princesa, en la calle
de su nombre, n.º 23, estaba la Residencia
Católica de Estudios Superiores, establecida
en Madrid al ser suprimido por el gobierno
en 1933 el Colegio Universitario de El
Escorial. El 18 de julio había en esta casa 17
religiosos. La casa tuvo varios registros realizados por los milicianos. El 4 de agosto fueron detenidos 12 agustinos y conducidos en
coche a la comisaría de Leganitos. Pasaron
un día en el calabozo. El 5 ingresan en la prisión de San Antón. Hubo 7 víctimas de esta
casa que serán beatificadas. Su martirio más
adelante.
Real Monasterio de San Lorenzo de El
Escorial. El mismo día 18 de julio el Real
Monasterio quedó oficialmente sitiado e incomunicado, y los 112 agustinos se consideraron «encarcelados» dentro de sus muros,
con policías en las puertas exteriores y en
algunas del interior, sin posibilidad alguna de
salir. Así hasta el 6 de agosto. El P. Alejo
Revilla fue autorizado a viajar a Madrid para
ver si podía gestionar una salida airosa a la
situación de los religiosos. El 5 de agosto dos
policías de la Dirección General de Seguridad
trasmitieron al Prior una orden del Ministerio
de Gobernación, por la que todos los religiosos debían ser trasladados a Madrid el día 6
por la mañana. Cuatro (4), gravemente enfermos, quedaron hospitalizados en el Real
Sitio. Ciento siete (107) salieron en dirección
a Madrid en tres camiones. Hacia las 10 de la
mañana llegaron a la Dirección General de
Seguridad en la calle Infantas.
Tras tomarles declaración, todos confesaron ser agustinos. Hecha la ficha correspondiente pasaron el día en el calabozo. El
comediógrafo Pedro Muñoz Seca será su
compañero desde ahora hasta Paracuellos.
Fr. Antonio M.ª Arriaga, enfermo crónico,
sufrió un ataque epiléptico y fue trasladado
preso al Hospital Provincial, donde fue objeto de befas y escarnios por parte de milicianas y enfermeras. En el Hospital coincidió
con el hermano Alonso Rodríguez, de las
Escuelas Cristianas. Este hermano fue testigo de lo sucedido a Fr. Arriaga. «Pero dos
días después de San Agustín lo sacaron con
otros cuatro y lo llevaron a [la finca llamada
del] Tomelloso con gran holgorio por parte
de las milicianas y enfermeras que les iban
acompañando en constantes bromas, por lo
que yo mismo vi a la salida. Y yo mismo vi a
una de esas enfermeras, cuando regresaron,
al día siguiente, cómo ponderaba los arrestos
y valor de este S. de D. en el trance de la
muerte, y cómo ella decía que alentaba a los
demás para que estuvieran a bien con Dios,
y que, intrépido, gritaba vivas a Cristo Rey».
A los 106 religiosos restantes, caída la tarde, se los trasladó, en coches celulares, al
colegio escolapio de San Antón, en la calle
Hortaleza, convertido en prisión. Fueron alojados en un gran salón, que en el argot carcelario, llegó a ser conocido como Salón de
los Frailes. El Real Monasterio tuvo 53 víctimas que serán beatificadas.
PRISIÓN DE SAN ANTÓN
Allí estuvieron encarcelados simultáneamente durante unas semanas no menos de
122 agustinos. El 5 de agosto ingresaron 12
de la Residencia de la Princesa; el 6 del mismo mes 106 del Real Monasterio de San
Lorenzo de El Escorial; y el 14 de noviembre
4 de la casa de Valverde.
La vida carcelaria en San Antón, dicen
algunos supervivientes, era más llevadera
que en otras cárceles. San Antón, al ser una
adaptación mal hecha de colegio para cárcel,
la circulación y comunicación de presos era
muy libre. Por colchón tenían el duro suelo,
las mesas, los bancos y las sillas, sin sábanas ni mantas. Se dormía con la ropa que se
vestía durante el día. Semanas después se
les proporcionaron petates poblados de parásitos. Con todo lo más duro no eran los sufrimientos físicos sino los morales, al ser considerados como criminales y verse privados
de libertad, siendo inocentes, agravados con
los tormentos morales a que se vieron sometidos por los milicianos.
SUPERIORES COMPROMETIDOS
ENTEREZA VARONIL
DE LOS JÓVENES
En San Antón, salvo el provincial, P. Avelino Rodríguez y algún superior más, estaban
reunidos la mayor parte de los superiores de
la Provincia Matritense, incluido el asistente
general de la Orden, P. Mariano Revilla. Por la
prisión se corrió el rumor de que el gobierno
no perseguía a los intelectuales, a los escritores y ancianos, estando dispuesto a librarlos siempre que lo solicitasen personalmente. Entre los agustinos presos había cuatro
académicos de la Real Academia de la Historia, tres bibliotecarios de la Real Biblioteca
de San Lorenzo de El Escorial, dos profesores de la Universidad Central de Madrid, licenciados y profesores de Derecho, licenciados
de Ciencias y de Letras que ejercían en colegios, autores de libros, escritores y redactores de la revista La Ciudad de Dios, y ancianos achacosos, etc. Ante esta situación se
convocó una reunión de los superiores presentes y de los sacerdotes de más autoridad.
Se determinó y comprometieron todos en
documento firmado, a que ninguno intentaría
buscar su libertad y que se pondrían todos
los obstáculos posibles para impedirla, si
otras personas lo intentaban.
El motivo principal para tomar esta decisión fue que no se debía, ni se podía dejar
desamparados a los demás, y en especial a
los más jóvenes. Estos correspondieron con
creces a los desvelos y resoluciones de sus
superiores, manifestando gran entereza de
ánimo cuando se los maltrataba y torturaba
con amenazas de pistola en el pecho y golpeándoles los dedos de los pies con los fusiles, incitándoles a renegar de su fe y a blasfemar. Hubo lágrimas y lloriqueos. Todos
respondieron negativamente con firme entereza. Se distinguieron en esta cruel labor los
milicianos Petroff (Santiago del Amo),
Dinamita, Traganiños, y el sargento Tartaja.
Los oficiales de prisiones, salvo excepciones
muy contadas, fueron siempre educados y
correctos con los presos.
Tras casi cuatro meses de prisión, a finales de noviembre los presos fueron someramente juzgados por tribunales populares en
una «parodia infame de juicio». Por lo general se les hacía las mismas cuatro o cinco
preguntas. ¿Cómo te llamas? ¿Eres agustino de El Escorial? ¿Qué hacías allí? ¿Por qué
te encuentras aquí? ¿Estás dispuesto a coger
las armas y servir en el ejército del Gobierno?
Tras las respuestas, sin más se les despedía.
A casi todos se les ponía en la ficha l. d. (=
35
Núm. 87 L.E.A.
HISTORIA Y LITERATURA
Ante el panorama de las enormes y largas
zanjas que tenían a la vista, el P. Avelino tomó
una decisión enérgica. Se dirige al responsable de la expedición, y le pide que le autorice
a despedirse de sus compañeros. Autorizado
«fue abrazando a cada uno de sus compañeros y les daba la absolución, al menos –dice
un testigo presencial– hizo sobre ellos la
señal de la Cruz, como cuando absuelven al
penitente en la confesión. Una vez que hubo
terminado, pronunció en voz alta estas palabras: Os perdonamos de todo nuestro corazón. Tanto yo como todos mis compañeros,
sabemos que nos matáis por ser católicos;
lo somos: ¡Viva Cristo Rey!, ¡Viva España!
El 29 de noviembre hubo varias expediciones. En esta fecha a los presos convocados
no se les ató las manos, ni se les despojó de
nada, permitiéndoles llevar consigo bultos,
fardos y objetos personales. Estas expediciones terminaron en la Cárcel de Alcalá, destinada a vagos y maleantes. Allí estuvieron no
menos de 20 agustinos. Sí, claro, estuve en la
cárcel de Alcalá –decía con sorna un superviviente– por ser vago y maleante!
Y EL 30 DE NOVIEMBRE...
51 AGUSTINOS MÁS
libertad definitiva) que significaba condenado
a muerte. Unos días después comienzan las
expediciones.
LA EXPEDICIÓN DEL
P. AVELINO RODRÍGUEZ
El 28 de noviembre hubo una expedición
de unos 200 presos. Entre ellos iba el P.
Avelino y once agustinos más, los sacerdotes
Benito Alcalde, Sabino Rodrigo, Bernardino
Álvarez Melcón, Samuel Pajares, Manuel
Álvarez Rego, Balbino Villarroel y Senén
García; los estudiantes Lucinio Ruiz Valtierra
y José Peque Iglesias; y los hermanos Juan
Baldajos y Marcos Pérez Andrés. Se les despojó de todos los objetos personales, incluso de las gafas. Les ataron las manos a la
espalda con cuerdas finas. Compañero de
expedición fue el célebre comediógrafo Pedro
Muñoz Seca. Cargados en camiones y autobuses a media mañana fueron conducidos a
Paracuellos de Jarama.
36
L.E.A. Núm. 87
El 30 de noviembre cincuenta y cuatro
agustinos son llamados a primeras horas de
la mañana. Todo revestía las mismas características que el día 28. Providencialmente
tres de los convocados, los estudiantes
Olegario Merino, José Rabanal y Adolfo
García Cano, se vieron libres, cuando ya estaban maniatados en los camiones o a punto
de subir. Ellos son testigos de lo ocurrido en
estos momentos. Todos, sacerdotes de edad
provecta hasta jóvenes de 17 años, tenían el
mismo espíritu. Vayan sólo unas muestras.
Hasta el cielo. Allí nos veremos, fue la despedida del P. Mariano Arconada. Y el P.
Gerardo Gil, ya maniatado, se despide de los
que quedaban con una inclinación profunda.
Antes de salir, todavía en el Rastrillo, exclamó
un joven: ¿A dónde nos llevan? El intrépido
diácono José García Rubio añadió: ¡Ánimo,
soldados de Cristo! que el cielo se vislumbra
y este es el primer paso camino del calvario.
Con el mismo espíritu animaba el subdiácono José Gando a los demás: ¡Sursum corda!
que la eternidad nos espera. El joven de 18
años, José Antonio Pérez García, dijo a su
paisano Rabanal: Si te salvas y vuelves a
Canales dile a mi madre que no llore, que yo
he escogido morir voluntariamente por
Jesucristo. Así fue el temple de los demás.
Todavía viven hermanos y hermanas octogenarios y nonagenarios, sobrinos que conocieron a sus tíos, y otros familiares que conservan la memoria viva de los seres queridos
de esta expedición. Recientemente fallecía el
padre adoptivo de uno de los mártires. No se
cumplió su deseo de poder vivir hasta el día
de la beatificación de su hijo. Seguidamente
van los nombres de los cincuenta y uno.
Los sacerdotes Mariano Revilla Rico, Juan
Monedero Fernández, Benito Rodríguez
González, Miguel Cerezal Calvo, Francisco
Marcos del Río, José A. Fariña Castro,
Gerardo Gil Leal, Agustín Renedo Martín,
Constantino Malumbres Francés, Benito
Garnelo Álvarez, Joaquín García Ferrero,
Benito Velasco Velasco, Juan Sánchez
Sánchez, Julián Zarco Cuevas, Luis SuárezValdés, Esteban G.ª Suárez, Matías Espeso
Cuevas, Melchor Martínez Antuña, Arturo G.ª
de la Fuente, Conrado Rodríguez Gutiérrez,
Pedro de la Varga Delgado, Heliodoro Merino
Merino, Pedro Martínez Ramos, Dámaso
Arconada Merino y Jesús Largo Manrique.
Los estudiantes seminaristas Nemesio G.ª
Rubio, Dionisio Terceño Vicente, José López
Piteira, José Gando Uña, Nemesio Díez
Fernández, Julio Marcos Rodríguez, Marcos
Guerrero Prieto, Pedro Carbajal Pereda, José
Noriega González, Ramiro Alonso López,
Máximo Valle García, Bernardino Calle
Franco, Julio María Fincias, Francisco Fuentes
Puebla, Pedro Simón Ferrero, Víctor Cuesta
Villalba, José A. Pérez García, Román Martín
Mata, Miguel Iturrarán Laucirica y Luis Abia
Melendro. Y los hermanos profesos Macario
Sánchez Sánchez, y su hermano Tomás, José
M.ª Dalmau Regás, Ricardo Marcos Reguero,
Gerardo Pascual Mata e Isidro Mediavilla
Campos.
Todos rezaban. Se animaban mutuamente. Los sacerdotes impartían la absolución.
El P. Monedero y alguno más recibieron la
noticia al ser llamados con alegría y como
una buena noticia. Consideraban el martirio
como una gracia especial que Dios les concedía. Realizaron el trayecto hacia Paracuellos
cantando como se canta en la iglesia, según
relataban algunos conductores de autobuses,
al regresar a la prisión. Ante los piquetes que
los fusilaron en grupos de unos diez, todos
daban muestras de gran serenidad. Vuestra
memoria vivirá eternamente porque estáis
delante del trono de Dios (Ap 7,15). Ellos le
han vencido [al gran dragón] por la sangre
del cordero y por el testimonio que proclamaron, y han despreciado su vida hasta sufrir
la muerte (Ap 12,11).
EPÍLOGO
98 Mártires. Uno de los ancianos tomó
la palabra y me dijo: Ésos que están vestidos
con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de
dónde han venido? Yo les respondí: Señor,
tú lo sabes. Él me dijo: Ésos son los supervivientes de la gran persecución y han
lavado sus vestiduras y las han blanqueado en la sangre del cordero. Por eso están
delante del trono de Dios, y le sirven día y
noche en su templo. El que está sentado
en el trono los cobijará bajo su tienda (Ap
7, 13-15). Omnes sancti Dei martyres, orate
pro nobis.
37
Núm. 87 L.E.A.
HISTORIA Y LITERATURA
La mujer en las
óperas de Puccini
Jerónimo Paredes González
M
da madre. Cuán desgraciado debió sentirse,
poco después, al ser condenado a la deshonra por sus convecinos de Lucca por elegir el amor libre de mundanos vínculos.
Y es que nadie supo retratar jamás a la
mujer sufriente, aniquilada por la desgracia
en una sociedad de hombres, como lo hiciera Puccini. Nadie, quizá, conociera a la mujer
y su dolor como Puccini. Cuán grande debió
ser su sufrimiento ante la muerte de su ama-
Mosco Carner, en la biografía que escribió de Puccini, dice que: sufría una fijación
neurótica, originada en la incapacidad para
«cortar su sometimiento inicial a la madre».
El amor como culpa trágica derivado del
complejo de Edipo. Puccini tiene un tipo favorito de heroína: «todas las mujeres mancilladas de una u otra manera y todas proscritas
sociales», de las que el compositor puede
enamorarse sin amenazar el lugar «entronizado» que ocupa la madre. Por ello las somete a una especie de doble juego, primero
compensándolas, haciéndolas, dulces, tiernas cariñosas, amantes del auto-sacrificio,
regalándoles su música más inspirada, para
luego someterlas a la tragedia, al sufrimiento y a la tortura. La madre no puede desplazarse y la culpa de este amor prohibido se
transfiere a la heroína que paga con su sacrificio el costo de la neurosis del compositor.
ANÓN, Mimí, Tosca, Butterfly, Angélica o Liú: seis maneras de entender la vida,
seis maneras de entender la
muerte. Seis mujeres predestinadas al martirio, al sacrificio… en una angustiosa travesía por el hastío, la miseria, la vejación, el
infortunio o el amor torturado. Seis víctimas
de un mundo falso e injusto, seis víctimas del
enfermo destino. Seis personajes para un
mismo drama: el drama de la vida.
Puccini fue, siempre, todo pasión: «tengo que poner música a las pasiones humanas, al amor o al dolor», decía, como llevado
por la predestinación, la misma predestinación que arrastraba a sus mujeres al desastre, al abismo. La misma y triste predestinación que, décadas después, quiso cruzar los
caminos de Puccini y la bella y jovencísima
Doria Manfredi, una adolescente de Torre del
Lago que fue sirvienta del matrimonio
Puccini. Elvira, la mujer del compositor,
enfermó de celos y, llevada por la locura, injurió a la inocente Doria, enturbiando su fama
38
L.E.A. Núm. 87
hasta torcer su destino. Y la pobre Doria, a
sus 16 años de edad, se quitó la vida desesperada. Nunca la realidad y la ficción juntaron
sus sinos tan amargamente. Recordemos la
muerte de Butterfly.
MANON LESCAUT
Es la predestinación la que mueve los
hilos de nuestras vidas como si fueran fichas
sobre un tablero de de ajedrez. Es, también,
la predestinación la que empuja a las mártires puccinianas a la destrucción, como
Manon, que se ve abocada a la soledad interior y a la muerte en la frívola y turbulenta
Francia del siglo XVIII. En su inmadurez,
Manon duda entre el lujo y el amor. Las llamas de la pasión siguen abrasando su piel y
su alma. Es incapaz de olvidar el amor del
caballero Des Grieux, pero abandona al
apuesto y ardiente joven hipnotizada por el
dinero, la comodidad y el poder que le proporciona el terrateniente Geronte de Ravoir.
Manon se rige por irracionales impulsos y
cuando Des Grieux reaparece para describirle los sufrimientos que hubo de soportar al
ser abandonado por ella, la confundida joven
vuelve a caer en sus brazos. De nuevo se
debate entre el fuego del amor y los destellos de la riqueza y no quiere abandonar el
palacio de Gerente sin llevarse consigo los
tesoros de los que había disfrutado hasta
entonces.
En la huída es apresada, acusada de robo
y deportada a los desiertos americanos. Allí
muere de fiebre y de sed. Manon es una víctima: una víctima de la duda, una víctima de
su propia confusión y, en la búsqueda
–voluntaria o involuntaria– de su propia tragedia, arrastra a su joven amante. Des Grieux
es un loco de amor y no duda en seguir a
Manon a la muerte.
LA BOHEME
También Mimí está llamada a sufrir y a
morir. En su caso es la miseria la que modela, cruelmente, su destino. Más a Mimí le
revolotean alrededor de su cabeza como
mariposas la alegría y los bellos sentimientos.
¿Por qué la adorable fabricante de flores de
papel es condenada a la pobreza, al frío y la
enfermedad si está preparada para la vida y
el amor? Mimí tiene talento para vivir y
pasión para sentir. Halla poesía en las cosas
más sencillas y la ilusión conduce sus pasos.
Sus amigos bohemios también gozan de
idénticos privilegios. Mimí ha encontrado el
amor en las hermosas palabras del poeta
Rodolfo. El amor y la primavera les sonríen,
pero el destino se ceba en ellos, arrebatándoles la alegría y la juventud, y convirtiéndolos en esclavos del dolor, arrancándoles las
alas, como los niños insensibles torturan a
las moscas antes de aplastarlas. Una vez que
han visto el rostro de la felicidad, sólo queda
esperar la llegada del infortunio, como si la
alegría fuera el cruento preludio de la desgracia. El hambre y la pobreza separan a los
dos jóvenes amantes y Mimí muere de tisis,
la enfermedad de los pobres, en una casa
pobre y vistiendo ropa de pobre. Y muere sin
perder la inocencia, sin rencor, apurando los
últimos minutos de vida con la vehemencia y
la ansiedad de quien descubre el amor por
vez primera. Y Rodolfo queda marcado para
siempre por la tristeza, desolado, desintegrado. Una vez más, es la predestinación,
pero también la mala suerte, la que devora,
impasible, sin piedad, a sus mártires: a los
débiles y a los fuertes.
39
Núm. 87 L.E.A.
HISTORIA Y LITERATURA
TOSCA
MADAME BUTTERFLY
La cantante Floria Tosca, al contrario que
Mimí, es una mujer fuerte pero, indefectiblemente, y al igual que Mimí, está marcada por
su destino. Tosca es belleza, arte y fuego. Y
por esas mismas razones es una perfecta víctima del mal, una tentación para las viscosas
garras del mal. La belleza es perdición y
Tosca es seducción. Ama con tórrida pasión
a Cavaradossi, pintor que anda metido peligrosamente en política y que le corresponde
con ardor. Tosca es una mujer fuerte, sí, pero
su delicado espíritu puede quebrarse ante
tanto infortunio. Scarpia es el mal: la corrupción, la depravación, el odio y el poder, y
desea a Tosca. Quiere poseerla a toda costa.
Tosca se defiende con uñas y dientes de las
agresiones del mal, matando a Scarpia, pero
todo en vano. Es inútil luchar contra la predestinación. ¿Qué pueden hacer los humanos contra la omnipresencia del mal? Scarpia
había tendido su trampa y ambos mueren,
Cavaradossi y Tosca, él ante un pelotón de
fusilamiento y ella arrojándose al vacío, prefiriendo la muerte a la pena y la ausencia.
También Butterfly prefiere arrancarse la
vida al ver cómo sus sueños se derrumban a
su alrededor. Cio-Cio-San es una niña que
sueña. Sueña con una felicidad que nunca
acaba de llegar y espera; espera la llegada de
esa felicidad. Y al conocer que la realidad es
más dura que la espera sólo le queda la muerte. Butterfly es la pureza, la ingenuidad, la ilusión, la infancia invariable y el cuerpo que
crece. Pinkerton, el hombre que la pierde, viene de otro país, representa la civilización y
con ella la inmoralidad y el cinismo. Pero ese
país lejano –ese país de hadas al que sueña
viajar en los brazos de su amado para quedarse allí, con él, para siempre– permanecerá al otro lado del mar para siempre. La
inmensidad del mar los separa. Y a este lado
del mar, el lado de la realidad, quedan CioCio-San y su hijo fruto de la unión del amor
fingido (el de Pinkerton) y del amor puro (el
de Butterfly). También la inocencia es el preciado alimento del destino. Pero un mal día
regresa Pinkerton, no viene solo, viene acompañado con la mujer americana con la que se
ha casado en serio y no en broma como hizo
con Butterfly. Y la pequeña Butterfly se da de
bruces con el rugoso muro de la realidad. Y
una vez más nada se puede hacer para cambiar el destino. La japonesita sabe que su
amor es imposible y, después de decirle a su
hijo que vaya a jugar, desaparece del mundo
en silencio, en soledad…, atravesando su
garganta con un puñal. Entonces, y sólo
entonces, Pinkerton tiene conciencia del
horror y la destrucción que ha sido capaz de
provocar.
SUOR ANGELICA
(HERMANA ANGÉLICA)
Si la prisión de Butterfly es el mundo, su
mundo, la prisión de Angélica, la monjita triste, es ella misma. Su ayer es su pecado. Y en
la huída de ese borrascoso ayer vive encerrada en sí misma, cercada por las silenciosas y frías paredes de un convento. Tras esas
paredes conventuales hay un niño, su hijo,
criatura nacida del amor impuro por el que
sufre en su encierro. Sólo el resplandor del
sol, a la llegada de la primavera, viene a traer
sosiego a su doliente alma. La presencia invisible de su hijo es el único asidero a la vida.
Pero cuando recibe la visita de su implacable tía y ésta le da la noticia de que su hijo ha
muerto, todo el vínculo con el mundo desaparece. Angélica se da muerte para volar al
encuentro con el amado niño… Y mecida por
las alucinaciones procuradas por el veneno,
40
L.E.A.
Núm. 87
Angélica imagina cómo sube a los cielos para
sumergirse en ellos y cómo la Virgen María
le entrega a su hijo.
TURANDOT
Liú. al igual que Tosca, Butterfly y Angélica, decide acabar con todo antes que el destino elija por ella. Liú es la paciente esclava
del anciano Timur, un rey destronado que
vaga por el mundo. El destino quiere que
Timur se encuentre con su hijo, el príncipe
Calaf, en la ciudad de Pekín. Si Liú sigue sirviendo al viejo Timur es porque ama secretamente a Calaf. Y su amor sin esperanza es
como una herida abierta, un incesante
manantial de dolor. Calaf está cegado por la
aventura y la belleza de Turandot, y no reconoce el amor de Liú, un amor por encima de
todas las cosas. La mano de la princesa pekinesa será dada al hombre valiente que supere
tres pruebas mortales a las que nadie ha
sobrevivido. El príncipe juega y vence. Pero
la glacial Turandot rechaza su amor. Calaf da
una nueva oportunidad a la princesa utilizando sus mismas armas, proponiendo un juego fatal que pone de nuevo su vida en peligro.
Si averigua su nombre, Turandot será la dueña de su vida… y de su muerte.
Los espías reales hallan pistas que vinculan a Calaf con Timur y Liú. El hombre y la
mujer son apresados, pero ninguno de ellos
desvela el secreto. Liú resiste las más dolorosas torturas con la aceptación y la serenidad de quien cumple una misión sagrada.
Pero antes de que los terribles castigos acaben con ella, Liú arrebata un cuchillo a un
soldado y se lo clava en el pecho. En su agonía se despide de Turandot con comprensión
y amor. Tras la muerte de Liú…, la nada.
Muere Liú y muere Puccini. Con el martirio
de la última de sus mujeres –una mujer tan
silenciosa y discreta que ni siquiera su nombre da título a la ópera que narra sus desdichas, porque a su vez acomete la muerte uno
de los cantos más hermosos jamás dados a
la humanidad– con el martirio de tan enternecedora criatura, Puccini exhala su último
suspiro. Parece como si Puccini dejara
Turandot inacabada voluntariamente. Que
vengan otros a poner música al amor forzado, ciego, sordo y mudo de los príncipes,
amor que carece ya de toda importancia en
este mundo de dolor y muerte, en este mundo sacudido por el caprichoso destino.
Son seis mujeres, seis víctimas de un
mundo falso e injusto, seis víctimas del enfermo destino… Manon, Mimí, Tosca, Butter-
fly, Angélica y Liú, seis personajes para un
mismo drama: el drama de la vida.
ARGUMENTO
DE LAS ÓPERAS CITADAS
MANON LESCAUT
Manon Lescaut, obligada por su familia a
ingresar en un convento, llega a Amiens con
su hermano pero, mientras éste se distrae,
huye con el caballero Des Grieux, de quien
se ha enamorado a primera vista en una fonda del camino a su reclusión conventual.
Cansada de una vida precaria junto a un hombre sin recursos, acepta, a instancias de su
hermano, convertirse en la amante de
Geronte de Savoir, poderoso financiero que la
cubre de joyas. Cuando, tras su separación,
Des Grieux la visita en ausencia de Geronte,
no pueden evitar un abrazo apasionado, siendo descubiertos por el viejo, que sale en busca de la guardia. Manon y Des Grieux deciden
huir juntos, pero ella no quiere abandonar sus
joyas y esta demora provocará su ruina;
cuando vuelve Geronte y la descubre con su
tesoro, la hace detener, acusándola de pros-
41
Núm. 87 L.E.A.
HISTORIA Y LITERATURA
tituta y ladrona. Condenada, como era costumbre en la época, a la deportación a
Louisiana, Manón se embarca con otras prisioneras, pero Des Grieux conmueve al capitán del barco y consigue acompañarla. Una
vez en América, los dos huyen. Perdidos en
medio del desierto, Des Grieux va en busca
de agua para su amada, mas cuando vuelve
se encuentra a Manón agonizando. Finalmente, muere entre los brazos de un Des Grieux
que desvaría de desesperación y sufrimiento.
LA BOHÈME
La trama nos sitúa en el París de 1830. En
una pobre buhardilla que comparten el poeta Rodolfo, el pintor Marcello, el músico
Schaunard y el filósofo Colline, se organiza
una fiesta improvisada gracias a que
Schaunard ha conseguido dinero. Los amigos deciden ponerse a comer, pero la cena
se ve interrumpida por la llegada del casero
Benoît, que reclama el alquiler. Sin embargo,
un bohemio nunca paga a un casero y, por lo
tanto, todos se las ingenian para hacerle decir
cosas inadecuadas y Benoît se ve fácilmente
expulsado mediante burlas y engaños. Los
bohemios deciden celebrar la Nochebuena
yendo a cenar al café Momus, en pleno Barrio
Latino, pero Rodolfo debe terminar antes un
artículo para su periódico; cuando se queda
solo, aparece la vecina Mimí, algo enferma,
en busca de lumbre, comenzando en seguida una patética historia de amor. En el café
Momus comen los amigos
con Mimí, que se ha unido al grupo a petición de
Rodolfo, y después todos
participan de la fiesta
callejera. Una antigua
amante de Marcello,
Musetta, se suma al grupo y, gracias a su ingenio,
logran pagar la cuenta del
restaurante.
Durante el frío mes de
febrero, Mimí empeora de
su enfermedad, pero
Rodolfo no puede ayudarla a pesar de su amor, por
carecer de dinero. Aún así,
deciden continuar juntos
hasta la primavera.
Cuando
llega
ésta,
Marcello y Rodolfo lamentan la ausencia de sus respectivas amadas. Llegan
los demás y se ponen a
comer un poco cuando, de
42
L.E.A. Núm. 87
pronto, aparecen Musetta y Mimí; ésta está ya
muy enferma y, a pesar de que Colline y
Musetta empeñan algunas de sus pertenencias para comprar medicinas con que aliviarla, muere en la buhardilla ante la impotencia
de Rodolfo y sus amigos, que no pueden
hacer nada para ayudarla.
TOSCA
La obra comienza en la iglesia de
Sant’Andrea del Valle, en Roma. El pintor
Mario Cavaradossi, que pinta un cuadro en
el interior del templo, descubre escondido en
él a Cesare Angelotti, cónsul de la República
de Roma, perseguido tras su fuga de la cárcel, donde permanecía preso por sus ideas
políticas. El pintor le ofrece refugio en el pozo
de su casa de campo, a las afueras de Roma.
Llega a la iglesia la cantante Floria Tosca,
amante de Mario, y quedan en verse esa misma noche; mientras, el anuncio de una
supuesta victoria sobre Napoleón hace que
se interprete un Te Deum en la iglesia, a la
que también llega el barón Scarpia, jefe de la
policía, que desea a Tosca y que, al descubrir
el abanico de ésta, así como que alguien se
ha comido la cesta de los víveres de
Cavaradossi, comienza a investigar al pintor
de cerca.
El segundo acto se desarrolla en el despacho de Scarpia, en el Palacio Farnese, donde permanece retenido el pintor, que es torturado, ante la sospecha de que sabe dónde
se esconde Angelotti. Tosca, que ha sido llamada por Scarpia, no soportando los gritos
de dolor de su amado, revela el escondite del
cónsul y, para salvar la vida de Cavaradossi,
acepta en convertirse en la amante del jefe
de la policía, quien le asegura que el fusilamiento de su amado será disimulado. Pero
cuando Sacapia ha firmado un salvoconducto, Tosca lo apuñala usando un cuchillo de
su propia mesa.
El tercer acto está ambientado en el
Castillo de Sant’Angelo a donde llega Tosca,
mientras Cavaradossi le escribe una carta de
despedida, para informarle que la ejecución
será simulada y que luego podrán huir. Pero
Scarpia la había engañado y, cuando descubre que Cavaradossi ha sido fusilado de verdad, desesperada, se suicida lanzándose desde lo alto del castillo.
MADAME BUTTERFLY
El casamentero Goro muestra a Pinkerton,
teniente de la marina americana, la casa en
la que vivirá con Cio-Cio-San (Butterfly) tras
su boda y le presenta a los criados. Pinkerton
explica a Sharpless, cónsul de EE.UU. en
Nagasaki, que ha alquilado la casa y que no
tiene intención de continuar la relación durante mucho tiempo. Cio-Cio-San llega con su
familia y se celebra la boda, interrumpida por
el Bonzo, que la tacha de renegada. Los asistentes se dispersan y Butterfly y Pinkerton se
quedan solos, mientras cae la noche.
Tres años después de que Pinkerton se
marchase a su país, poco después de la boda,
no ha regresado aún y, aunque Butterfly no ha
perdido la esperanza de que vuelva, su fiel
criada Suzuki se preocupa; apenas queda
dinero en la casa para sobrevivir y Butterfly
ha renunciado al ventajoso partido que le
ofrece el príncipe Yamadori, un pretendiente
rico.
El cónsul Sharpless, que sabe lo ocurrido
por una carta de Pinkerton, visita a Butterfly
para tratar de darle explicaciones, pero la
ingenuidad de ésta lo desarma y renuncia a
su propósito. Aquél mismo día, por fin, el
marino reaparece en Nagasaki, pero está felizmente casado «de verdad» con una americana y, al enterarse que tuvo un hijo de
Butterfly, le pide que se lo entregue para educarlo en América. Ella, que aún le ama, acaba entregándoselo después de hacerse el
harakiri en un final tremendamente trágico,
consiguiendo que, finalmente, Pinkerton descubra hasta qué punto llegaba su amor.
SUOR ANGÉLICA
La acción se desarrolla en un monasterio,
a finales del siglo XVII. Sor Angélica ha permanecido durante siete años en el convento,
donde la obligaron a recluirse para expiar sus
culpas, tras mantener una relación ilícita de la
que tuvo un hijo, al que no le han permitido
volver a ver. Se anuncia una visita de su tía la
Princesa, que jamás había acudido al convento, y que sólo ha venido a exigir a Suor
Angélica que firme la renuncia a su patrimonio familiar dejando entrever, además, que el
hijo de Angélica ha muerto. La joven monja,
desesperada se envenena, pero consciente
de que el suicidio es un pecado, pide a la
Virgen María que la salve. Ésta le muestra
una visión de su hijo y Angélica extasiada,
muere extendiendo los brazos hacia él.
enigmas y evite así su ejecución. Entre el pueblo se halla Calaf, hijo de Timur, destronado
rey de Tartaria. Turandot aparece un instante
y Calaf, que se siente completamente atraído
por su belleza, golpea el gigantesco gong que
anuncia la presencia de un nuevo pretendiente al matrimonio principesco. Calaf los
resuelve no sin dificultad. El príncipe, que
desea enamorarla, le propone un pacto, un
solo enigma: si antes del alba ella averigua
su desconocido nombre, él aceptará morir en
lugar de casarse con ella.
Timur y Liú, esclava de éste y enamorada
secretamente de Calaf, son llevados a palacio
para que descubran la identidad del príncipe.
Son torturados y Liú se suicida antes que
revelar el nombre de su amado. Finalmente,
Calaf le dice su nombre a Turandot. Su nombre verdadero es Amor.
TURANDOT
La acción transcurre en la ciudad imperial
de Pekín, en época legendaria. La princesa
Turandot sólo se ha de casar con aquél pretendiente de familia real que resuelva tres
43
Núm. 87 L.E.A.
HISTORIA Y LITERATURA
Leer a
Francisco Mena
SE LE HA
DENOMINADO
“EL MÁS EUROPEO DE
LOS ESCRITORES
NORTEAMERICANOS”.
ESO ES TOTALMENTE
FALSO
Paul Auster
En mayo del 2.006 el jurado del Premio Príncipe de Asturias de las
Letras promulgaba este fallo:
“Reunido en Oviedo el Jurado del Premio Príncipe de Asturias de las
Letras 2.006 integrado por (...) acuerda conceder (...) a Paul Auster por
la renovación literaria que ha llevado a cabo al unir lo mejor de las tradiciones norteamericana y europea, innovar el relato cinematográfico e
incorporar a la literatura algunas de sus aportaciones.
Con su exploración de nuevos ámbitos de la realidad, ha conseguido
Auster atraer a jóvenes lectores, al dar un testimonio estéticamente muy
valioso de los problemas individuales y colectivos de nuestro tiempo.
Oviedo, 31 de mayo de 2.006”
ENTRO de la rica literatura norteamericana (nombremos, por
situarnos, sólo a unos pocos
narradores: Hawthorne, Thoreau, Mark Twain, y los premios Nobel William Faulkner, Saul Bellow, Hemingway y
Toni Morrison), a Paul Auster se le ha denominado “el más europeo de los escritores
norteamericanos”. Eso es totalmente falso.
Se puede incluir a Paul Auster en la larga lista de los autores norteamericanos que han
residido largas temporadas en Europa:
Hemingway, Fitzgerald, Djuna Barnes, Anäis
Nin, John Dos Passos, Pound, Eliot, o Henry
Miller. Hasta tal punto que la imagen del joven
escritor muriendo de hambre mientras reali-
D
44
L.E.A. Núm. 87
CONTRASTA
LA RELATIVA
RETICENCIA
HACIA PAUL AUSTER
EN SU PAÍS
CON EL TRIUNFO
APABULLANTE
EN EUROPA,
SOBRE TODO
EN FRANCIA
za su aprendizaje en París se ha convertido en
uno de los mitos literarios norteamericanos,
y ese intercambio ha sido de lo más fecundo.
En 1965, con dieciocho años, leyó a
James Joyce con tal pasión que quiso explorar su ciudad. Pasó dos semanas en Dublín,
solo, sin hablar con nadie, reconociendo en
la ciudad los lugares de Dublineses y del
Ulises. De ese año es también su primer viaje a París. Y regresará en 1967. En 1970 se
enrola en un petrolero que atraviesa el golfo
de México y se le adjudican las tareas más
bajas: limpiar las letrinas, hacer las camas y
la comida. El trabajo le deja diariamente más
de veinte horas libres para escribir. Trabajaba
en El palacio de la luna y El país de las últimas
cosas. El dinero que gana le permite regresar a París en 1971 y permanecerá allí cuatro
años. “Me ayudó mucho esa distancia.
Cuando vives en el extranjero te ves obligado a reconciliarte contigo mismo”. En Francia
hizo traducciones y leyó a autores como
Montaigne, que fue una verdadera revelación
para él.
Aun así, las novelas de Auster, con sus
características propias y dentro de la amplia
corriente de la literatura universal, responden
indudablemente a una visión de su propio
país: la América siempre redescubierta de los
inmigrantes, el judaísmo, los principios
democráticos que han sido modelo para el
resto del mundo, sus contradicciones históricas, la dicotomía del autoritarismo y la
auténtica democracia. Y sobre todo Nueva
York, y en concreto el mundo de Brooklyn,
que está en tantas de sus novelas, contrapuesto al de Manhattan. Brooklyn conserva
su historia, pero en Manhattan el pasado está
arrasado, no existe, y el famoso puente que
las une sobre el East
River aparece en Ciudad
de cristal, en Fantasmas
y en Brooklyn follies.
Paul Auster vive en
Brooklyn desde 1980 con
su esposa la escritora Siri
Hustvedt y sus dos hijos.
Otro rasgo eminentemente norteamericano
del autor es la vertiente
cinematográfica de su
obra, en la que figura el
guión de la película
Smoke y la dirección
compartida con Wayne
Wang de Blue in the face.
Es inevitable la sensación
de “cine” en algunas imágenes o pasajes de las
novelas de Trilogía de
Nueva York o de El país
de las últimas cosas. Su
45
Núm. 87 L.E.A.
HISTORIA Y LITERATURA
En Estados Unidos se le considera un
escritor “vanguardista”, puede que el bagaje
de la literatura europea haya dejado en su
obra una huella demasiado intelectual para el
gusto de allí. Sin embargo la biblioteca pública de Nueva York le compró hacer doce años
todos sus manuscritos, que ahora tienen por
vecinos a los de Charles Dickens, Mark Twain,
Vladimir Nabokov o Henry Millar. Cuando se
le pidió opinión a Paul Auster sobre la frase
que le define como “el más europeo de los
escritores norteamericanos”, contestó:
novela La música del azar fue adaptada al cine
por Philip Haas en1993 y en 1998 el mismo
Paul Auster dirigió la película Lulu on the
bridge.
HERMAN MELVILLE
ES EL MAYOR
DE LOS ESCRITORES
NORTEAMERICANOS
Y SUS LIBROS
NO TIENEN
NADA QUE VER
CON LA LITERATURA
NORTEAMERICANA
46
L.E.A. Núm. 87
Pero Paul Auster es menos profeta en su
tierra que en otros países. En España lleva ya
bastantes años gozando del favor del público, y hoy es fácil ver a jóvenes lectores con
Brooklyn follies o Viajes por el Scriptorium,
su última obra, en las manos. Contrasta la
relativa reticencia hacia Paul Auster en su país
con el triunfo apabullante en Europa, sobre
todo en Francia, donde ganó el premio
Médicis y fue nombrado Caballero de las
Artes y las Letras. En España su novela
Tombuctú ganó el Premio Arzobispo Juan de
San Clemente, otorgado en Santiago de
Compostela, El libro de las ilusiones fue premiado por los libreros de Madrid como mejor
libro del año y La noche del oráculo como
mejor novela extranjera por los lectores de la
revista Qué leer. Ahora el Premio Príncipe de
Asturias de las Letras corona su carrera con
un “no va más” espléndido.
“Flaubert, el francés, influyó mucho al
irlandés Joyce, que a su vez influyó mucho
en el norteamericano Faulkner, que influyó
mucho en el sudamericano Gabriel García
Márquez, que también ha influido mucho en
Toni Morrison. ¡Las fronteras no existen! ¡A
nadie se le ocurre decir que Toni Morrison es
la más colombiana de los escritores norteamericanos! Esas fronteras son absurdas. Lea
con detenimiento las novelas de Herman
Melville, que a mi juicio es el novelista más
grande de la historia de la literatura norteamericana, y verá que son novelas absolutamente insólitas, prácticamente inclasificables.
Es el mayor de los escritores norteamericanos y sus libros no tienen nada que ver con
la literatura norteamericana.”
EL UN IV ERSO Y LAS OBSESI ON ES
DE PAUL AUSTER
En las novelas de Auster es frecuente que
aparezcan personajes que se dedican a escribir. La literatura es una manera especial de
vivir la vida en las obras de Paul Auster. En
Leviatán (1992), Peter Aaron, que tiene las
mismas iniciales que Paul Auster, escribe la
biografía de Benjamín Sachs, un hombre que
ha muerto al estallarle una bomba en las
manos, escritor de una novela de juventud,
y objetor de conciencia en la guerra de
Vietnam. Peter Aaron, con el FBI pisándole
los talones, decide contar su historia antes
de que se impongan las falsedades de la verdad oficial.
En El palacio de la Luna (Moon Palace),
Effing dicta sus memorias a M. S. Fogg para
que, después de muerto, lleguen a manos de
un hijo al que no ha visto jamás, que se ha
convertido en escritor y cuya obra piensa
financiar en secreto.
En La invención de la soledad (The invention of solitude), Paul Auster recrea, recupera, explica la vida de su padre, al que convierte así en una de sus personajes, después
de su muerte en 1979. Los autores de biografías alternan en sus novelas con los detectives, pues existen similitudes entre esas dos
actividades: escritura y vigilancia. Al igual que
el detective, el escritor tiene que ir más allá de
las apariencias. Ambos persiguen una verdad
que se oculta y que resulta difícil de alcanzar.
En Ciudad de cristal, Quinn, autor de novelas policiacas, se convierte en el detective
Paul Auster, al que suplanta tras recibir en su
casa varias llamadas telefónicas equivocadas
preguntando por dicho detective.
También en El país de las últimas cosas
el personaje de Anna Blume va en busca de
un personaje desaparecido, su hermano, y
conoce a un escritor que prepara un libro
sobre el enigma del totalitarismo de esa ciudad apocalíptica.
Otros motivos obsesionantes de la novela de Paul Auster son las habitaciones y la
ciudad, el vagabundeo errático por la ciudad.
En Fantasmas, Azul persigue a Negro (los
personajes tienen nombres de colores en esta
novela) por las calles de Nueva York y también le vemos vigilándolo desde la ventana
de su habitación y escribiendo el informe de
su actividad cotidiana. Dos seres solitarios
en sus habitaciones: un detective y un escritor. Personajes desesperados pasean días
enteros por la ciudad, como almas en pena.
Sachs, Effing y Fogg recorren la ciudad de
punta a punta. Quinn, en Ciudad de cristal,
obsesionado en su papel de detective espurio, vigila y persigue hasta perder su propio
rumbo y convertirse en un vagabundo.
Habitaciones cerradas y largos paseos por la
ciudad parecen obsesionar a Paul Auster. “Lo
que en realidad hacemos cuando caminamos
por la ciudad es pensar”.
varias novelas (desde las azoteas en El país
de las últimas cosas, o desde el puente de
Brooklyn), o la levitación en Mr. Vértigo. La
vigilancia de unos sobre otros es tema principal de la Trilogía de Nueva York (Ciudad de
cristal, Fantasmas y La habitación cerrada).
Su última novela Viajes por el Scriptorium
presenta a un anciano llamado Mr. Blank,
antiguo escritor que ya ha perdido la memoria (su apellido Blank significa “vacío, hueco,
en blanco”), a quien se le aparecen los personajes a los que dio vida. Está presente la
idea de que las criaturas imaginarias tienen
vida propia y sobrepasan a su autor, al que
pueden mirar de frente, como en Pirandello y
en Unamuno. Aparecen Anna Blume de El
país de las últimas cosas, Fogg de El palacio
de la Luna, Quinn de Ciudad de cristal, etc.
MI IMAGINACIÓN
MUESTRA SIGNOS
DE AGOTAMIENTO.
QUIÉN SABE,
A LO MEJOR
HE LLEGADO
AL FINAL.
QUIZÁS NO HAYA
MÁS NOVELAS
DE PAUL AUSTER.
Evidentemente Mr. Blank es Paul Auster.
De nuevo. Pero volver al principio ahora en
una recapitulación de toda su obra, ¿qué significa? ¿Podría ser el final de su obra? En una
entrevista en El País (1-III-2007) el propio
autor explica su temor de que sea así, de que
su “imaginación muestra signos de agotamiento (…) Quién sabe, a lo mejor he llegado al final. Quizás no haya más novelas de
Paul Auster”.
Los personajes de Auster buscan su identidad en una vida errabunda urbana y fantástica. Nashe, en La música del azar, lo abandona todo para cruzar América al volante de
un flamante Saab, en pos de una frontera que
quizá solo está en sí mismo y que cruza tras
una vida errante para convertirse también en
un vagabundo más de Central Park.
Otros motivos recurrentes son el tema de
la caída o el salto al vacío, que aparece en
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Núm. 87 L.E.A.
HISTORIA Y LITERATURA
Naguib Mahfuz, Premio
desde los callejones
de El Cairo al hombre
Leonor Merino
Dra. de la Universidad Autónoma de Madrid,
autora de Encrucijada de Literaturas Magrebíes y traductora
APUNTE BIOGRÁFICO
El primer Premio Nobel de Literatura en
lengua árabe fue otorgado en 1988 a un escritor egipcio, llamado Naguib Mahfuz, que nace
en 1911, en Gamaliyyah, zona del barrio antiguo del Cairo.
A la edad de seis años se traslada con su
familia al barrio de Al-Abbasyya, donde estudia en un «Kuttab» (Medersa o escuela donde se enseña el Corán). Muy niño comienza
a leer novelas policíacas, entre ellas las de
Sinclair y Johnson, por lo que se podría decir
que significaron el jardín de infancia y la
escuela bien temprana, donde se iniciaron los
primeros pasos ensoñadores de este futuro
escritor. Dicha afición continúa durante la etapa de primaria y secundaria, hecho destacable puesto que los libros para niños aún no
contaban con la divulgación e interés que tienen actualmente.
Dichas novelas las consigue comprándolas en la calle de Mohammed Ali o pidiéndolas en préstamo. Su pasión por este género
narrativo fue tan grande –cuenta el mismo
Naguib Mahfuz–, que volvía a escribir estos
textos y les ponía su nombre como si él fuera el autor. Poco después, su inquietud le lleva a leer la historia faraónica. Lectura que
nacía del auge que experimentaba la egiptología de aquel entonces.
48
L.E.A. Núm. 87
En 1925-1926, aproximadamente, escribe verso moderno, que gira siempre alrededor del tema del amor. En 1930, obtiene el
Bachillerato e ingresa en el departamento de
Filosofía de la Facultad de Letras de la
Universidad de El Cairo. Después de cuatro
años, se licencia con matrícula de honor en
Filosofía y elige, como tema para su tesina, la
«Estética» puesto que la considera, dentro
de los estudios filosóficos, la más estrechamente vinculada a la literatura y al arte.
Igualmente, realiza estudios en el Instituto de
Música Árabe, y, más tarde, ejerce como funcionario en diversos organismos de la administración de su país.
A pesar de su carácter introvertido y de
su poco entusiasmo por la vida social –que
no desdice su modestia, cortesía y respeto
por los demás–, participa en la vida literaria
de su país, publica artículos y forma parte de
tertulias permanentes, como la que se celebraba en la terraza del café de la Ópera, en el
Club de la Novela, o en el Consejo Superior de
Artes y Letras. Por tanto, los cafés, aparte de
servirle como punto de encuentro para compartir inquietudes intelectuales, desarrollaron
un papel importante en la vida y en la literatura de este autor –excelente «hablista»–,
puesto que ya desde niño iba allá a escuchar
los relatos del poeta popular.
Mahfuz leía en árabe, francés e inglés y
abordaba diversas tendencias culturales coe-
Nobel de Literatura,
universal
táneas que reúnen la herencia árabe con la
tradición literaria –sobre todo europea–, así
como las corrientes, entre la intelectualidad
egipcia, que están bajo el influjo de una u otra
cultura. Igualmente, el mismo escritor ha
confesado sentirse influido por Tosltoy,
Chejov, Dostoyevsky, Maupassant, Gide y
Shakespeare.
Es decir que Naguib Mahfuz, junto con el
talento, reúne un espíritu luchador, ahínco y
afición a la literatura universal, factores que
le sirvieron de herramienta para llegar muy
lejos en la lectura que, emanada de su pasión
artística, impone un auténtico placer espiritual y una manera de pensar que considera al
arte un objetivo y una esperanza.
epopeyas populares elevadas a la categoría
de mito.
RIADA DE PERSONAJES QUE TRASCIENDE EL TIEMPO
La evolución de los personajes llega a
alturas insospechadas en muchos casos –Al
lado de Dios es un ejemplo–, donde los
caracteres se mueven en un mundo que rezuma autenticidad.
Su prolífica obra está enriquecida por sus
numerosas colecciones de cuentos –los años
setenta son una de las etapas más prolíficas–,
que no se pueden deslindar del resto de su
producción –salvo en contadas ocasiones–,
puesto que su extensa urdimbre creativa conserva un entramado simbólico y polifacético.
En Cuentos ciertos e inciertos se pone de
manifiesto la gran variedad de registros que
maneja este autor. Y en Bajo la marquesina
–que supone una ruptura con la producción
cuentística mahfuzí anterior–, lo sobrenatural
y lo macabro abren camino a la alucinación
basada en extravíos de una conciencia torturada y rota.
Su estilo está a caballo entre el más puro
realismo social, con destellos de simbolismo
muy personal, y el naturalismo crudo con que
prosigue el registro de las crónicas, de las
El Cairo nuevo es la primera novela de
concepción realista, que responde a la realidad egipcia árabe de la primera mitad de este
siglo, y que repercutirá en el tejido social
EL ELEMENTO
MÁS DESTACADO
ES EL VÍNCULO
DE LA LITERATURA
A SU PROPIA VIDA.
LA VIDA EN TODAS
SUS DIVERSAS DIMENSIONES
Y PEQUEÑOS DETALLES.
LA VIDA
DE LAS GENTES SENCILLAS
QUE REPRESENTAN
SIEMPRE A LA MAYORÍA:
ESAS CON LAS QUE UNO
PUEDE CRUZARSE
EN LA CALLE, A PESAR
DE LAS DIFERENCIAS
DE RAZA, CULTURA
O RELIGIÓN
49
Núm. 87 L.E.A.
HISTORIA Y LITERATURA
egipcio hasta el día de hoy.
Primer presagio de lo que iba
a ser «la justicia»: un concepto moral que Naguib Mahfuz
pretendía como identidad plena y universal, sin que se limitara a una determinada interpretación sectaria, puesto que
este concepto ya se había quedado ensombrecido por la
visión burguesa, en general, y
por la clase a la que pertenecía Mahfuz, en particular.
Al mundo creativo del autor,
entonces, se abre una visión
filosófica de inspiración cartesiana aprendida de su maestro
Taha Husayn (1889-1973), con
el fin de llevar al lector desde
la fase de escepticismo, en la
veracidad de causas y causantes, hasta la fe consciente.
EN EL DICTAMEN
DE LA ACADEMIA
SUECA,
QUE LE OTORGA
EL PREMIO NOBEL
DE LITERATURA
(1988),
SE MENCIONARÁN
NOVELAS
GRANDIOSAS:
LA TRILOGÍA,
HIJOS DE NUESTRO
BARRIO
Y VELADAS
SOBRE EL NILO
Por tanto, lo importante del
arte de Mahfuz procede de
diversos elementos, al margen
de escuelas o tendencias literarias. Y el elemento más destacado es el vínculo de la literatura a su propia vida. La vida en todas sus
diversas dimensiones y pequeños detalles.
La vida de las gentes sencillas que representan siempre a la mayoría: esas con las que
uno puede cruzarse en la calle, a pesar de las
diferencias de raza, cultura o religión.
Esos elementos se entremezclan entre sí
en un escenario general y común para representar un barrio o una ciudad o una nación,
como se aprecia en su Trilogía: Entre dos
Palacios, Palacio del deseo y La Azucarera
que, en sus títulos originales en lengua árabe, corresponden a tres zonas del viejo Cairo.
Tres novelas de corte realista en las que se
alza el «gran padre», presentado como símbolo de una generación. Hombre acaparador
del poder absoluto sobre sus hijos, austero,
religioso, omnipotente y tiránico, ante su
familia. Hombre afable, sensual, amante del
vino y del burdel, ante la sociedad.
Trilogía que entreteje realidad histórica
–desde antes de la Primera Gran Guerra hasta
mediados de la Segunda Guerra Mundial– junto con la ficción novelesca, y que expone, igualmente, el valor de la ciencia y de la sabiduría.
Otra de sus novelas, Hijos de nuestro
barrio, se desliza más hacia el mundo del
símbolo y hacia significados muchos más
hondos y humanos, sin dejar de lado sus
50
L.E.A. Núm. 87
habituales formas realistas para abarcar a cinco generaciones seguidas, aunque, de acuerdo con el enfoque de la fe teológica, repasa la
evolución de toda la humanidad.
Puesto que el barrio –callejón en la traducción literal–, llega a ser la patria, la humanidad. Y las entreveradas historias, que aborda la novela, giran alrededor del mito de la
creación, y son historias que emergen en
tiempos de estrechez y confirman la existencia de Dios.
Estos «poderes superiores» seguirán
siempre acaparando el interés del autor y
empujándolo hacia la búsqueda del espacio
que ocupen la vida del hombre y sus vinculaciones con la libertad en la tierra y en la justicia social.
Pero, ¿garantizarán esos poderes superiores –Dios en el cielo y sus religiones en la
tierra– la felicidad del ser humano?
¿Reemplazarían el inestable sueño de la realidad? Titubeante rastreo de la realidad que
se descubre en el protagonista de El camino,
en Sabir, cuyo nombre deriva de la idea de
paciencia y resignación.
El ladrón y los perros, desarrollada en un
ámbito asfixiante lleno de rencor e intriga, es
una encarnación de la justicia social. Los
acontecimientos ocurren marcados por el
hecho de la persecución, es decir, del enfrentamiento entre el individuo y su sociedad. El
autor desnuda a la sociedad, a través de los
complots que se traman en los barrios populares, enfrentándola al individuo. Esta novela –junto a las que le siguen: Veladas del Nilo
y Miramar– es una nueva etapa en el desarrollo de la narrativa de Naguib Mahfuz, que
sale del ámbito nacional y refleja las preocupaciones y pérdidas del hombre egipcio, en el
ámbito universal, sintiendo que es, ante todo,
un ciudadano del mundo.
Y, precisamente, en el dictamen de la
Academia sueca, que le otorga el Premio
Nobel de Literatura, se mencionarán La
Trilogía, Hijos de nuestro barrio y Veladas
sobre el Nilo –novelas grandiosas que acabo
de reseñar–. En ésta última, la traducción literal «sobre el Nilo» da a entender que no es
una cuestión local sino temas que sobrepasan las fronteras del Nilo. El escritor quiso
presentar la situación del ser humano en el
universo, con sus frustraciones ante sus
secretos, especialmente el tema de la existencia y el enigma de la muerte.
En esta novela, repleta de comentarios y
disquisiciones filosóficas, nos encontramos
con una serie de preguntas: «¿Qué es lo
serio? ¿No es probable que creamos seriamente en lo absurdo? La seriedad, ¿significa
que la vida tenga sentido? ¿Cuál es el sentido de la vida?»
Una de las protagonistas responde: «El
sentido de la vida está en la voluntad de vivir
y en el intercambio de ideas». Luego, la
voluntad de vivir es algo fuerte y sólido, pero
la vida, a veces, puede llevarnos hacia lo
absurdo. Este absurdo convive con los protagonistas de la novela.
Estamos, pues, lector, ante una prolífica
carrera creativa, ante una gigantesca e impetuosa riada de personajes y situaciones que
desborda el tiempo. Algunas acciones se asemejan, pero no se encuentran con los mismos personajes ni con las mismas ideas. La
historia puede repetir alguno de sus episodios, mas nunca vuelve a pasar por el mismo
camino.
Evidentemente, el escenario de la «vida
real» de este prolífico escritor egipcio, tuvo
su reflejo en la «vida literaria», y no es de
extrañar que esos barrios y callejuelas, con
sus cafetuchos, con sus azoteas rebosantes
de vida donde las mujeres se reúnen y acicalan, con sus personajes y sus conflictos,
interpreten el símbolo de la vida, con todo lo
que contiene de fuerza, bondad, maldad y
debilidad.
Pero este Cairo mítico, sacado fuera del
tiempo y del espacio, adquiere una categoría
universal, porque universales son sus personajes. Y porque, en definitiva, su protagonista radical es el hombre: «esa mezcla de bien
y de mal, de estupidez e inteligencia, que
merece la compasión en la misma medida
que merece el castigo», como lo define el
propio escritor.
También, en su variada y excepcional obra
narrativa destacan un buen número de novelas históricas, en las que, con su habitual
capacidad, sumerge al lector en una brillante recreación del sensual ambiente espiritual
del Egipto de los faraones: Rhadopis: una
cortesana del antiguo Egipto, La batalla de
Tebas: Egipto contra los hicsos o La maldición de Ra. Keops y la gran pirámide.
UN HOMBRE CERCANO,
BIEN NOMBRADO
Entretejida creatividad, entonces, que hace
que el lector sienta, emocionadamente, aquello que lee, puesto que Naguib Mahfuz ha sido
un atento registrador de movimientos y de
encrucijada de circunstancias.
Un sabio analista de inquietudes que pone
de manifiesto, a través de su obra, no sólo
su inclinación por la filosofía y la lucha del
hombre por conseguir la libertad, sino también la habilidad de todo gran creador para
mantener la sorpresa y el interés: todo un
símbolo de una depurada técnica literaria.
El flashback, así como el sueño, son otras
técnicas a las que recurre el autor para presentar al receptor tomas del pasado, que se
mezclan, mágicamente, con otras del presente. Todo ello llevado, magistralmente, a
buen término, por un escritor que, habiendo
sido originariamente calculador y gran conocedor de la técnica y del sentido de la elaboración, se nos presenta con una obra inmensa dotada de un alto grado de espontaneidad
y desenfado.
Un creador –que ya nos dejó el 30 de
agosto del 2006–, que en el marco de su
comunidad y de su tiempo, cumple una función análoga a la que desempeñaron Pérez
Galdós, Balzac, Zola o Dovstoievski.
Este maestro indiscutible de la narrativa
árabe contemporánea, ha encontrado profundo eco entre nosotros, puesto que gran
parte de su obra –aquí tratada– se encuentra
ya traducida a nuestra lengua.
Luego su obra merece ser sabida de
memoria, guardada, conservada, puesto que
todo eso quiere decir, en lengua árabe, su
apellido: «mahfuz». Y, noble, generoso, de
buena raza, quiere decir, también en lengua
árabe, su nombre: «naguib».
EL CAIRO NUEVO
ES LA PRIMERA
NOVELA
DE CONCEPCIÓN
REALISTA,
QUE RESPONDE
A LA REALIDAD
EGIPCIA ÁRABE
DE LA PRIMERA
MITAD DE ESTE
SIGLO,
Y QUE
REPERCUTIRÁ
EN EL TEJIDO
SOCIAL EGIPCIO
HASTA EL DÍA
DE HOY
51
Núm. 87 L.E.A.
NUESTROS COLEGIOS
Día Agustiniano
en El Escorial
Jesús Torres
ADA año, por el mes de mayo, la
Comisión Provincial de Pastoral
nos convoca a una jornada de convivencia y confraternización que,
tradicionalmente, se realiza en El Escorial.
C
En este año fue el 5 de mayo el elegido
para realizar esta jornada. Resultó realmente
un día estupendo, a pesar de que fue pasado
por agua y tuvimos que evacuar El
Bosquecillo casi a uña de caballo. Pero aún
esta circunstancia fue vivida con un gran
sentido del humor y compañerismo por parte
de todos.
52
L.E.A. Núm. 87
La Eucaristía presidida por el P. Provincial
y concelebrada por un buen grupo de agustinos, fue el punto de partida del día. Buena
participación y buena animación musical
tampoco faltaron. La fe y la plegaria nos
unieron en un solo corazón y una sola voz,
en una mañana fresquita y perezosa… al sol
le costaba trabajo salir.
Después del encuentro junto al altar, cada
uno empezó a moverse y desarrollar su actividad en los más variados campos. El deporte fue el plato fuerte para los jóvenes. La con-
versación para los más sosegados. Otros
preparaban las viandas que después serían
compartidas por todos.
Pero la mayor atracción fue el gran despliegue de juegos tradicionales que la
Asociación Salmantina «Quercus» puso a
disposición de todos en los campos del
«Bosquecillo». Todos disfrutaron de lo lindo,
entre el recuerdo de los tiempos ya pasados
donde nos divertíamos con tan poco y la
curiosidad por tantear el grado de destreza
que cada juego nos exigía. Se podían observar escenas de las más pintorescas, difíciles
de reseñar, porque, como dirían en mi pueblo, «eso es pa visto». Los zancos, la calva,
el aro, la rana, la sogatira, los bolos…y ello
acompañado también a ritmo de gaita y tamboril al estilo charro.
Y llegó la paella, que estaba realmente
para chuparse los dedos, y llegó para todos…
y eso que no éramos menos de 350. Todo a
punto gracias a la diligencia y buena disposición de los hermanos de la Comunidad de
Alfonso XII, que nos acogieron y atendieron a
las mil maravillas. Con estos hermanos tan
buenos da gusto, de verdad.
Y en pleno rito de comer la paella, el agua
dijo que no se aguantaba más, y ¡se lo pueden imaginar¡…, peregrinación forzada y a la
carrera hasta el Monasterio. Y una vez allí
visitas varias en tantas direcciones como la
enorme casa ofrece: unos por el Colegio a ver
el museo de ciencias y otras lindezas; otros
visitaban las instalaciones de María Cristina;
algunos aprovecharon para visitar las estancias de la Comunidad Agustiniana por el
Monasterio, esas «que no ve nadie», a no ser
que esté acompañado por un agustino.
Al final todos nos reunimos de nuevo en
el salón de actos de Alfonso XII para compartir una velada estupenda donde participaron varios grupos de El Escorial, Madrid y
Salamanca. La verdad es que estamos preparados y cuando nos ponemos lo sacamos
adelante. Era víspera del Día de la Madre, y
éstas fueron las más agasajadas y felicitadas.
En definitiva, una jornada bien organizada
y celebrada, donde el entusiasmo de unos y
otros puso el tono festivo y cordial que todos
íbamos buscando. Una jornada que nos
ayudó a todos a reconocernos y sentirnos
AGUSTINIANOS. Y eso es bueno y necesario
de vez en cuando. Fomentar ese sentido de
pertenencia y amistad es saludable y genera
buenas vibraciones.
Los que allí estábamos quedamos tácitamente comprometidos a seguir promoviendo
a nivel provincial este DÍA AGUSTINIANO y a
dinamizarlo de tal forma que podamos crear
un «espacio joven» durante ese fin de semana, en un encuentro festivo y de compromiso. El próximo año señala bien este día en tu
agenda y ven con nosotros. Tu participación
es importante para todos.
53
Núm. 87 L.E.A.
NUESTROS COLEGIOS
Anécdotas de los
niños del Escorial
Gustavo Sánchez
Director de la Escolanía del Monasterio
Se me ofrece de nuevo la ocasión de hablar de los niños del Monasterio del Escorial, a los cuales sigo investigando con motivo de mi trabajo de tesis doctoral 1. Pero esta vez trataremos de ofrecer el lado
más amable de sus vidas durante los más de 200 años que convivieron con los jerónimos del Monasterio.
ban, servían de guías a los visitantes, cantaban con los monjes, ayudaban a misa... En
contraste con las incomodidades de estas
obligaciones escolares y «laborales», y
dejando a un lado los sufrimientos de las
enfermedades y de la muerte –a las que estaban expuestos por el clima y la deficiente alimentación y sanidad de la época–, también
hubo momentos para reír o al menos provocar una sonrisa en los protagonistas y en
nosotros mismos. A continuación vamos a
referir algunas de las numerosas anécdotas
que en nuestro peregrinaje bibliográfico y
documental hemos ido encontrando.
ABÍA niños por todas partes: en
el Seminario (50), en la Compaña (12), en la Hospedería (16),
Porterías (12), Procuración (4).
Aunque estas cifras son aproximadas, los
documentos escurialenses hacen referencia a
un total de entre 90 y 100 niños, según las
épocas. Sus edades iban desde los 6 años
hasta los 18, en que pasaban a ser considerados adultos, momento en el cual muchos de
ellos optaban por el hábito jerónimo y se quedaban en el Monasterio para siempre.
H
1 La música en el Monasterio del Escorial
durante la estancia de los jerónimos: Los
niños del Colegio-Seminario (1567-1837),
Universidad Autónoma de Madrid (dir.:
Prof. Dra. Begoña Lolo).
54
L.E.A. Núm. 87
Los muchachos hacían de todo: estudiaban (los que más, los del Seminario), asistían a los huéspedes, hacían recados, limpia-
Cronológicamente hablando, una de las
primeras en la que –aunque no lo especifica
el cronista– a buen seguro participaron los
muchachos del Seminario, tuvo lugar en ocasión de dos peculiares visitantes que vinieron en octubre de 1583:
«En 9 días del mes de octubre de 1583
años por mandado de Su M[ajesta]d trujeron de Madrid un elefante para que le
viessen los P[adr]es desta Cassa; entró
en el jardín a las dos horas después de
mediodía. Venía un negro caballero en el
pescuezo que le guiaba. Hizo delante de
Su Md. todas sus habilidades de hacer
reverencia, y echarse en el suelo y tomar
frutas con la trompa, y luego le metieron
por los claustros de la Casa y entró en la
celda de N[uest]ro P[adr]e y de allí le llevaron al Colegio por los claustros muy
doméstico. Y otro día después le tornaron a traer y subió por la escalera principal a los claustros altos de los treinta pies
y entró en la celda del P[adr]e Vi[cari]o y
hizo allí lo que el negro le mandaba. […]
En 16 de octubre de [15]83 metieron
por mandado de Su M[ajesta]d el rinoceronte en el jardín para verle dende allí, y
como venía caluroso le echaron en el cuerpo y cabeza muchos cubos de agua con
que se refrescó y de contento se revolcó en
el suelo y gimió. Es animal feo melancólico
y triste; está como armado. Es animal
ingrato y desconoscido que no conosce a
los que le hacen bien porque para darle de
comer se lo echan por detrás de él.”2
No es difícil imaginar a los muchachos del
Seminario corriendo y acompañando en
comitiva al elefante o echando agua al rinoceronte y, en definitiva, regocijándose y disfrutando de tan especial y exótica visita.
De nuevo en 1773 fue recibido «con
todos los honores» otro elefante, que le
había sido regalado a Carlos III por el virrey
de Manila y mandó enviar al Monasterio, para
regocijo de la Comunidad. Llegó el día 9 de
octubre y permaneció hasta el 20 de ese
mes, en que partió hacia Madrid. El acontecimiento es referido por fr. Juan Núñez y esta
vez sí se hace mención a los «estudiantes»,
seguramente los de la Compaña, por ser los
que más libremente andaban fuera del
Monasterio: «El día 17 salió a La Herrería y
tuvo particular gusto en coger con la trompa
zarzamoras que le daban los estudiantes, y
saborearse muy bien con ellas» 3.
No sabemos si por tener el sueldo corto o
por mala economía, pero el caso es que D.
Pedro Pérez, Profesor del Seminario hacia
finales del siglo XVII, se vio en la necesidad
de pedir prestado cierta cantidad de dinero a
algún seminarista con recursos. Así figura en
el inventario, tasación y liquidación que se
hizo de sus bienes y efectos, tras su muerte,
en 1690: «Mas dos r[eal]es que constó devía
el difunto a un niño del Seminario que se
llama Urraca» 4.
Debieron ser cotidianas las travesuras o
pequeñas transgresiones que afectaron en el
servicio litúrgico. Así, por ejemplo, los
muchachos que ayudaban a Misa tenían la
mala costumbre de apagar las velas en las
paredes de la iglesia, manchando de cera la
piedra. Por esta razón se encarga al Sacristán
Cuarto que «de t[iem]po en tiempo raspará
los lados, donde los muchachos suelen apagar las velas, con una raspadera, y la cera
que coja echará en la caja, reprehenda al
muchacho que vea las apaga allí» 5.
Otra cuestión por la que también debieron ser amonestados los niños del
Monasterio en más de una ocasión fue por
abrir y dejar abiertas las ventanas de los
claustros los días –muy frecuentes– de fuertes vientos en San Lorenzo. Finalmente se
tomó la decisión de mandar «al P[adr]e
Obrero las clavase, y fijase con chapas de
hierro y clavos» para de este modo evitar los
«notables destrozos en el ventanaje, y vidrios
2 Biblioteca del Escorial (BE), K.I.7: SAN
JERÓNIMO, fr. Juan de: Memorias, f. 173r.
3 BE, K.I.7: SAN JERÓNIMO, fr. Juan de:
Memorias. Insertado entre los ff. 172-173:
NÚÑEZ, fr. Juan: «Relacion de lo que ocurrio
en este Monasterio con el Elefante».
4 Archivo General de Palacio (AGP),
Patronatos de la Corona-El Escorial
(PCES), Leg. 1.764.
55
Núm. 87 L.E.A.
NUESTROS COLEGIOS
mente algunos religiosos, ya que perturbaban la paz de la clausura conventual, y de vez
en cuando se alzaban voces para atajar tales
costumbres. Pero algo aún más reprehensible y que estaba totalmente prohibido para
los niños y muchachos era salir del
Monasterio. Por esta razón causa cierta
extrañeza la situación que describe el Alcalde
del Sitio, Pedro Navas, en 1825:
de los claustros», encargando asimismo a
todos los Padres que si «veían a algún
muchacho u otra persona secular desclavarlas, diesen el aviso correspondiente para
enmendarlo» 6.
A veces, se les permitía acompañar a los
monjes cuando iban a pasar algún día de
asueto en La Fresneda, finca cercana al
Escorial. Como es lógico, en un lugar de
recreación, con embalses para pescar y juegos como los “trucos” –muy de moda en los
siglos XVII-XVIII– los muchachos debieron
estar a sus anchas. Pero no siempre, ya que
las normas en este sentido eran muy estrictas, por lo que se ordena lo siguiente al religioso encargado de La Fresneda:
«No permitirá el P[adr]e Granjero que
los muchachos que fueren a ayudar a
misa (que nunca son más que dos de la
Hospedería) suban a jugar a los trucos ni
travesear pues echan a perder los tacos,
y con tener cerrada la puerta se excusará
esto. Tampoco ha de permitir que anden
con las cañas ni sedales de los religiosos,
y al que viere andar en esto le riña o castigue si fuere necesario.» 7
5 BE, J.II.29: Libro del Noviciado, p. 456.
6 BE, Libro de los Actos Capitulares, vol.
II, f. 193r: Acto Capitular de 10-12-1766.
7 AGP, PCES, Leg. 1.715: Costumbres de
1736, tít. 4.º, cap. XIX, f. 84v.
8 Ibid., f. 84r.
9 BE, Documentos, XXXV, 53: Carta de
Pedro Navas al Prior, 30-4-1825.
10 RODRÍGUEZ, Francisco de Paula:
Monjes Jerónimos del Monasterio de El
Escorial. Familia Religiosa de El Real
Monasterio de San Lorenzo distribuida por
sus clases.
56
L.E.A. Núm. 87
Con lo de la pesa no se andaban los monjes con rodeos, por lo que se ordena al P.
Granjero que «si viere que algún seminario
[=seminarista] u otro secular pesca le rompa
la caña y le quite los anzuelos, y le amenace
y dará q[üen]ta a su Rector p[a]ra que ponga
enmienda en ello, y de no haberla dará
q[üen]ta al Superior» 8.
También es totalmente comprensible que
en un lugar de las dimensiones y características del Monasterio los muchachos anduvieran curioseando y «vagueando» por los
claustros. De esto se quejaban continua-
«También ha llegado a mi noticia que
en el día de ayer se han salido de ese
R[ea]l Monasterio todos los estudiantes
que cursaban en él, lo que ha causado
bastante novedad en el pueblo, viéndolos
andar vagando por él, y sin que esto sea
entrometerme en los estatutos de esa
R[ea]l Comunidad, pues me consta la
aprobación con que están autorizados,
como el ver estos jóvenes andar errantes
fuera del recinto del claustro que deven
ocupar […].» 9
Y por último una graciosa anécdota, en
este caso de escapada nocturna. Se trata de
algo muy apetecible para los niños en los frecuentes días de viento del Escorial: volar una
cometa. Así ocurrió:
«Una tarde que el temporal no permitió que ninguno saliese a campo por
causa de aire muy fuerte, estando juntos
todos los muchachos en el claustro
inventó uno hacer un cometa. Buscaron
unos cartones muy fuertes y por breve
que le concluyeron no pudieron echar al
aire porque tocaron a estudio, a cenar y a
recogerse. Los muchachos que no habían
visto jamás semejante cosa, rogaron al
que la hizo que respecto que el aire subsistía y la noche estaba clara, se levantasen luego que la Comunidad se recogiese
y que la echasen al viento. A cosa de las
once se levantaron los muchachos y la
echaron al viento. Divirtiéronse de modo
que llegó el toque de Maitines; como estaba hecha de fuertes cartones, el aire era
furioso y no tenía más largo la cuerda que
hasta igualar con el caballete el empizarrado, bramaba el aire que toca en ella,
con tanto ruido que se oía por toda la
Casa; de lo cual, escandalizada la Comunidad, buscaban los más animosos la
causa. Como los claustros entonces no
tenían ventanas, alcanzaron a ver los que
venían hacia la Hospedería el bulto que
había sobre el caballete (a quien pusieron
muchos nombres) y en fin brevemente se
vio lo que era, y quedaron todos los
muchachos sentenciados a azotes para la
mañana.» 10
Un oasis en el desierto
O la historia
de tu propia vocación...
Fray Santiago Ruiz Galacho
([email protected])
¿
GOBIADO? ¿Perdido? ¿Desorientado? ¿Alegre? ¿Melancólico? ¿Triste? ¿Enfadado?
¿Feliz? ¿Desilusionado? ¿Cómo
te sientes hoy? Todas las personas nos
movemos en el mundo de los sentimientos,
los estados de ánimo cambian y estos cambios dependen de muchas cosas, principalmente de nuestra historia personal y del
entorno en que vivimos.
A
Lo más importante de todo, sin embargo,
es que, ya te sientas la persona más afortunada del mundo, o pienses que no hay mayor
desgracia que la que te ha tocado vivir, tú
sigues siendo tú, esa persona que, como
cualquiera, pero a tu forma, busca ser feliz; y
es importante que no olvides esto para poder
entender lo que pretendo contarte en este
artículo.
“Hay una voz secreta, un dulce canto,
que el alma sólo recogida entiende,
un sentimiento misterioso y santo,
que del barro al espíritu reprende,
agreste, vago y solitario encanto
que en inefable amor el alma enciende,
volando tras la imagen peregrina
el corazón de su ilusión divina.”
(José Espronceda)
“En el interior del hombre
habita la verdad”
(San Agustín)
De entrada, el título es un pelín raro, ¡qué
tendrá que ver un oasis en mitad de un desierto, con lo que yo quiera hacer con mi vida,
y con cómo me sienta ahora mismo!... Si te
invitase a pensar en un desierto… ¿qué
57
Núm. 87 L.E.A.
NUESTROS COLEGIOS
viene abajo, siempre buscamos sentirnos
felices (¡cuidado!, no digo «ser felices», sino
«sentirnos felices», porque la felicidad no es
algo que una vez que se alcanza dura para
siempre, la felicidad es más bien un estado
de ánimo, es decir, que a veces puedes sentirte más feliz, otras veces puedes sentirte
menos feliz y otras ni siquiera sentirte feliz).
dibujarías en tu mente?... El desierto nos
invita a pensar en el vacío, en un paisaje
árido, sin personas; el desierto nos lleva a la
soledad, y ésta puede ser una soledad pesada o puede ser una soledad reconfortante…
Hace poco una psicóloga escribía que la
soledad, cuando la elige la persona, se convierte en un tiempo reconfortante que ayuda
al encuentro con uno mismo y a la reflexión… Sin embargo, como bien habrás comprobado en tu propia vida, las personas
necesitamos compartir nuestro tiempo con
los demás, necesitamos relacionarnos con la
gente, compartir experiencias, compartir ilusiones y sueños (¡que no será porque no los
tenemos!), es por esto que a veces nos gustaría tener a alguien junto a nosotros que nos
apoyase y que compartiese nuestros ideales
y, sin embargo, nos vemos solos…
58
L.E.A. Núm. 87
Muchas veces nos cuestionamos sobre
cómo alcanzar ese estado de bienestar, y hoy,
mira tú por dónde, te ves leyendo un artículo que pretende hablarte sobre la historia de
una persona cualquiera (que bien podrías ser
tú mismo) que busca ese sentimiento de felicidad en un estilo de vida concreto, un estilo de vida que no brinda comodidad, sino
entrega; que no brinda dinero ni bienes, sino
más bien que te libera de lo material y te
empuja a preocuparte, no de qué camisa me
pondré hoy o mañana, sino de las personas
que te rodean, no de si tengo para comprarme el paquete de tabaco, sino de que hay
miles de personas que mueren en vida y que
sufren y que yo puedo hacer algo por ellos;
un estilo de vida que no te brinda una relación de pareja formal, ni tampoco un rollo de
una noche; un Mensaje de Amor que te
impulsa a que te dé igual si esta noche pillas
o no pillas, y que pase a importarte más que
hay personas que viven sin nadie que las
apoye, sin nadie que pueda darles un abrazo
cuando se encuentran mal.
Debemos aprender a aprovechar los
momentos de desierto que hay en nuestra
vida para encontrarnos cara a cara con nosotros mismos, y al encontrarnos con nosotros mismos podremos ver también a las
diferentes personas que forman nuestra historia personal, y por fin entre ellos y nosotros, entre tú y las personas que construyen día a día tu vida, podrás, con mucha
paciencia y dificultad, ver la existencia de un
gran Amor, que a muchos nos gusta llamar
Dios, y que para muchos no es otro que el
Dios de Jesús.
Y este estilo de vida, que no es otro que el
de Jesús de Nazareth, es donde buscamos
esa felicidad que tanto ansía el ser humano.
Un estilo de vida por el que muchos hemos
optado, un estilo de vida, que más que un
estilo se convierte en nuestra propia forma
de ser y hacer, en nuestra propia vida, que se
construye, no sólo trabajando por un mundo
mejor, sino participando juntos de la Iglesia,
que no esta formada sólo por el Papa y los
obispos (cuya tarea es muy buena e imprescindible), sino que también la constituyen
cada una de las personas que, habiéndose
bautizado, han optado por seguir a Jesús,
una Iglesia actual, nada alejada de las realidades del mundo, una Iglesia que poco a
poco va caminando hacia el progreso del
bienestar en el mundo, hacia el deseo de llevar a cada una de las personas la Revolución
Amorosa del Evangelio.
En el desierto de nuestra vida, tanto en
esos momentos de reflexión y de encuentro
con uno mismo, como en esos momentos de
debilidad, en los que todo parece que se nos
Y en el fondo este mensaje supone y
constituye una auténtico grito, pero no un
grito al vacío, sino un grito a tu corazón y a
tu persona para abrirte a participar en la obra
que hace ya dos mil años comenzó un joven
carpintero seguido de un grupo de doce
incondicionales, un mensaje que, Dios
mediante, ha llegado hasta nuestras días y a
nuestra sociedad, un mensaje que, como te
he dicho antes, mueve al Amor. Intenta lograr
por tanto que en ese desierto interior nazca
un oasis, intenta lograr que el desierto de tu
corazón sea un desierto fértil.
Voz que grita en el desierto…
“Voz que grita en el desierto:
Preparad el camino del Señor,
enderezad sus sendas;
todo barranco será rellenado,
todo monte y colina será rebajado,
lo tortuoso se hará recto
y las asperezas serán caminos
llanos.”
(Lc. 3, 4-5)
Cuando hablamos de Dios como Amor (y
Amor con mayúsculas) no nos referimos a
un amor «ñoño» o «cursi», ni tampoco a un
amor dulzón y empalagoso… más bien nos
referimos a un Amor revolucionario y radical, no con tintes violentos, sino más bien
entendiendo éste como una realidad que
transforma a la persona y la mueve a la entrega, porque aquella persona que, buscando
un sentido a su existencia, se encuentra con
el mensaje de Jesús de Nazareth, esa persona no puede quedar impasible ante el
mundo; hablamos de un mundo en el que el
individualismo y la pasividad, la competitividad y el querer salir adelante (aunque para
eso haya que pisotear a quien haga falta), la
aridez y la soledad impuesta, la falta de ilusión y el aburrimiento, están al orden del día.
La persona que se encuentra cara a cara con
un mensaje como el del Evangelio (un mensaje de tal frescura, actualidad y alegría) no
puede menos que lanzarse a la piscina, aún
sabiendo que esté vacía, no puede menos
que gritar en mitad del desierto (un desierto
en el que pocos son los oídos abiertos a
escuchar lo que tengamos que decir) la
Verdad de Jesús, porque ya escribía J. L.
Martín Descalzo: «[…] Que Napoleón muriera derrotado en Elba, o que llegara siendo
emperador al final de sus días, no moverá
hoy a un solo ser humano a dejar su casa, su
comodidad y su amor y marcharse a hablar
de él a una aldehuela del corazón de África.
Pero Jesús no, Jesús exige respuestas absolutas. Él asegura que creyendo en Él, el hombre salva su vida, e, ignorándole, la pierde.
Este hombre se presenta como el camino, la
verdad y la vida (Jn 14, 6). Por tanto –si esto
es verdad– nuestro camino, nuestra vida,
cambian según sea nuestra respuesta a la
pregunta sobre su persona» (Introducción a
la obra Vida y misterio de Jesús de Nazareth,
59
Núm. 87 L.E.A.
NUESTROS COLEGIOS
Ed. Sígueme). ¡Qué menos que pararse a
pensar sobre el asunto!, ¿no?...
Este grito de Amor rompe los silencios y
las injusticias, rasga el conformismo y lo
destruye… es un grito sincero, sin miedo al
qué dirán, una llamada a lanzarse a la vida,
una llamada a la libertad del Amor. Y es que
amor y libertad, Dios y libertad, son términos
que van juntos, agarrados de la mano, porque uno se siente realmente libre cuando
toma las riendas de su vida y pone en el centro de ésta la verdadera caridad. (Para saber
de qué va eso del amor/caridad puedes echar
un vistazo a 1Cor 13).
Nuestra ilusión, nuestro sueño, nuestra
utopía es que ese grito resuene el desierto
del mundo, un desierto muy diferente al de
nuestro interior. Porque este es un desierto
exterior sobre el que nosotros no tenemos
ningún control total, pero que sí podemos
cambiar levemente: el desierto siempre será
árido, sin embargo, cuantos más oasis existan en él, más soportable será la dureza típica de estos terrenos. Los que seguimos a
Cristo pretendemos crear un desierto fértil,
queremos ser como un oasis en mitad de la
árida superficie arenosa, un oasis que suponga una renovación de la persona; un mensaje cristalino, puro y fresco.
Un grito unánime: ¡Amor!
“Cuando la verdad produce
escándalo es mejor olvidarse
del escándalo y no pasar
por alto la verdad”
(San Gregorio Magno)
En tiempos de agitación política, un
sacerdote dijo en una de sus homilías, «El
Señor dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos y enaltece
a los humildes, a los hambrientos los colma
de bienes y a los ricos los despide vacíos»,
inmediatamente mandaron apresarlo. El
sacerdote, una vez en el calabozo, demostró
que él tan sólo había citado la Biblia de manera textual (Lc. 1, 51-53) y no tuvieron más
remedio que dejarle libre, pero ¡fíjate de qué
tipo de mensaje estamos hablando! Un mensaje de agitación y de escándalo, un mensaje que mueve a las personas a lanzarse de
lleno a la vida… Las personas nos hemos
empeñado en hacer el mensaje de Dios aburrido y carca, nos hemos propuesto crear un
Dios serio, viejo y con barbas largas, nos
negamos a ver la figura de un Dios que ama
inmensamente, que lo perdona todo, que se
une al sufrimiento del hombre (¡hasta el
punto de hacerse uno de nosotros compartiendo así nuestro sufrimiento!).
A veces resulta difícil pensar en un
mundo mejor, y, siendo realistas, no creo que
ni tú ni yo solos podamos erradicar la pobreza o el hambre, pero, sin embargo, algo que
sí que podemos hacer es cambiar las vidas
de las personas que te acompañan en tu
camino, sí podemos ser oasis de agua cristalina para todos aquellos que andan ya fatigados por el calor y el cansancio del desierto de este mundo. Que tú, en tu desierto
interior escuches el grito de un Cristo que
necesita tus manos, tu boca, tu corazón, tus
pies; un Cristo que te necesita para ser
manantial de agua viva, que te necesita para
que seas AMOR. Sé feliz y procura la felicidad a cuantos te rodean.
60
L.E.A. Núm. 87
Mirar
mirarle
mirarle bien
Miguel Gómez Martín
ESDE la Comisión Provincial de
Pastoral y Vocaciones proponíamos realizar, durante el curso
que ahora termina, una serie de
reflexiones, iniciadas, motivadas y apoyadas
por tres carteles. Se pretendía que cada trimestre estuviesen presentes cada uno de los
carteles en cada sala de aula, de catequesis,
de reuniones recordándonos el tema central
de nuestra acción pastoral y la reflexión personal y comunitaria que nos proponíamos.
D
En la vida podemos mirar objetivos, tener
proyectos, sueños...
En la vida podemos proponernos muchas
cosas... o nada.
En la vida podemos permanecer con los
ojos cerrados. No ver nada. No tener sueños,
objetivos...
Y TU... ¿TIENES LOS OJOS ABIERTOS O
CERRADOS?
¿HACIA DÓNDE MIRAS?
Objetivo final de estas reflexiones era que
cada uno de nosotros tiene que descubrir a
Jesucristo, presente en nuestra vida, presente en los demás, aunque no siempre fácil
de descubrir…
Ahora las compartimos con todos vosotros para que también tengáis la posibilidad
de reflexionar, de pensar hacia dónde miráis,
de escuchar Su voz, mirarle, reconocerle y…
seguirle.
PRIMER CARTEL:
¿HACIA DÓNDE MIRAS?
En la vida podemos dirigir nuestra mirada
hacia muchos lugares, fijarla en muchas personas...
61
Núm. 87 L.E.A.
NUESTROS COLEGIOS
Objetivo: Reflexionar que todos tenemos
puesta la mirada, la ilusión, los
objetivos de nuestra vida puestos
en alguna parte. ¿Qué pretendemos hacer con nuestra vida?
¿Qué o quién es lo que da sentido
a ella?
Por eso el cartel, unos ojos abiertos
mirando hacia algún lugar o hacia alguien,
nos preguntaba: ¿Hacia dónde miras?
Mirar significa, según el diccionario de la
Lengua Española, “fijar la vista con atención
en alguna parte”. Y en nuestra sociedad son
tantas las cosas que llaman nuestra atención,
son tantas las posibilidades, tantos los lugares y personas a los que dirigir nuestra mirada… Constantemente los medios de comunicación, el marketing, las personas, etc.,
están intentando atraer nuestra atención y
nuestra mirada. Sin embargo, solamente la
fijamos en quien o en lo que nos interesa.
Miramos a alguien a quien admiramos, a
quien deseamos imitar, a quien amamos, a
quien queremos que nos ame… Pocas veces
fijamos y, menos aún, mantenemos la mirada en algo que nos causa horror, en alguien
a quien tememos, a quien no amamos.
Entre las voces que llaman nuestra atención y que pretende que le miremos está la
voz de Jesucristo. Nos llama a mirarle, a ir a
él, a seguirle. “Venid a mí los que estéis cansados y agobiados, que yo os aliviaré” (Mt
11,28) “Ven y sígueme” (Mc 10, 21; cf. Mt
4,19; Mc 1,17; Jn 1,35-44)
Es importante parar y pensar qué es lo
que deseamos y lo que pretendemos. A qué
y a quién dirigimos nuestra mirada, nuestro
esfuerzo, nuestro afecto y nuestro amor.
62
L.E.A. Núm. 87
SEGUNDO CARTEL:
¡MÍRAME A MÍ!
Pero escucharle, mirarle y seguirle puede
no ser tan atractivo, tan divertido como otras
voces, puede que su voz a veces no sea tan
fuerte o tan nítida como otras voces que nos
gritan, puede que al mirarle no le veamos tan
nítidamente, que le veamos como en penumbra, como envuelto en niebla. Y por eso a
veces miramos a otros lugares; por eso a
veces escuchamos otras voces, seguimos
otros caminos. Y, al hacerlo, nuestro ser
anhela por algo más busca algo más, tiene
sed y hambre de algo más. “Nos hiciste,
Señor, para ti y nuestro corazón no descansará hasta que repose en ti”, decía San
Agustín en oración. Y es que sólo Él nos da
la paz, sólo Él calma la sed y el hambre: “Yo
soy el pan de vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá
nunca sed” (Jn 6,35), “El que beba del agua
que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que
el agua que yo le dé se convertirá en él en
fuente de agua que brota para vida eterna”
(Jn 4,14)
Objetivo: Reflexionar que Jesús nos llama a
mirarle, a encontrarnos con Él y a
seguirle.
Mirar a Jesús, encontrarnos cara a cara
con Él, conocerle personalmente. Todo un
reto, todo un objetivo en la vida. Y quien le
encuentra no se queda indiferente. Quien le
encuentra, al conocerle, se siente mirado, se
siente amado y… le sigue.
El segundo cartel llama la atención para
mirar al Señor Jesús, pero un Jesús en
penumbra, fácil de reconocer, pero difícil de
definir. Un Jesús con los brazos abiertos, dispuesto a acoger, dispuesto a abrazar…
TERCEL CARTEL:
PERO…¡MÍRAME BIEN!
Quizás pensemos que reconocer a Jesús
sea fácil. A veces lo es. Otras veces nos
resulta más difícil identificarle. Él está pre-
sente, de forma especial, en los pobres, en
los que sufren, en los marginados, en los
perseguidos, en los que tienen hambre…
“Venid, benditos de mi Padre, recibid la
herencia del Reino preparado para vosotros
desde la creación del mundo. Porque tuve
hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y
me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis;
enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y acudisteis a mí… Cuanto hicisteis a uno de
estos hermanos míos más pequeños, a mí
me lo hicisteis” (Mt 25, 34-36.40)
Objetivo: Reflexionar y darnos cuenta de que
Jesús viene a nuestro encuentro,
pero que hay que estar atento para
descubrirle. Él está presente en los
pobres y los que sufren, en quien
muchas veces dejamos de lado.
¡Cómo nos cuesta reconocer a Cristo presente en los que sufren, en los pobres! A
veces tenemos dificultad en reconocerle dentro de nosotros, en nuestro interior, ¡cuánto
más difícil nos resulta reconocerle en los
otros y más aún en los necesitados! Por eso
este tercer cartel nos llama la atención a fijarnos en el rostro de Cristo. En ese rostro
están presentes pobres, inmigrantes, cayucos, negros, indios, ancianos, niños, familias… en el otro… en ti.
63
Núm. 87 L.E.A.
LIBROS
sustituyen por técnicas de conocimiento, complementado con la terapia familiar, sociocultural, comunitaria, etc.,
De lo que se trata en definitiva,
es aprender y saber utilizar en cada
momento, la técnica más adecuada
y oportuna.
Natalia Hernández Morcillo
APRENDIZAJES Y
DIVERSIDAD
EDUCATIVA.
GONZÁLEZ, Eugenio
Editorial CCS, Madrid 2007.
El libro comienza explicando lo
difícil que resulta delimitar en cada
momento lo que se puede entender
por conducta normalizada y por
conducta problemática en un adolescente, puesto que los niños y los
adolescentes se desarrollan mediante crisis. Lo que no es fácil, insiste el
autor, es determinar si esas crisis
son normales o problemáticas.
En esta obra, se presentan las
variables familiares, escolares, socio-ambientales, culturales y psicoeducativas, a través de las cuales se
adquieren los aprendizajes.
El autor ofrece a padres, profesores y educadores, unos instrumentos psicopedagógicos para
intervenir en los diferentes comportamientos de los niños o adolescentes, tanto si éstos se producen dentro de la familia, en la escuela o en
el medio ambiente.
De las muchas estrategias psicopedagógicas que hay, el autor se
basa en un modelo de intervención
cognitivo-conductual, en el que las
técnicas de condicionamiento, se
64
L.E.A. Núm. 87
EL GRITO DE LOS
ADOLESCENTES.
ORTEGA CAMPOS, Pedro.
Editorial CCS, Madrid 2007, 232 pp.
Una llamada telefónica, un adolescente que susurra su asfixiante
confusión y Pedro Ortega al otro
lado del Teléfono de la Esperanza…
Este punto de partida, vivo y dinámico, permite al autor adentrarse en
el mundo de los que acaban de
dejar la infancia y se ven arrojados a
un lugar inhóspito, donde es imposible huir de uno mismo, víctima y
verdugo.
La primera parte, los gritos silenciosos de los adolescentes, se
adentra en los “puntos de fricción”
de la vida del adolescente: la familia,
los amigos, el colegio, los amores y
desamores, el sexo, las drogas…
La misma conversación telefónica,
anteriormente citada, es el eje de
esta exposición.
A veces de forma reiterativa,
aunque siempre lúcida y realista, el
autor nos lleva, en la segunda parte,
a comprender las razones de esos
gritos y su vital importancia para no
minimizarlos y despacharlos con
frases como “vaya pavo tiene la
niña”. Pues como bien se expone,
tanto desde la psicología como
desde la biología, esta etapa deja
huellas indelebles en la persona.
Desde esta comprensión se
plantean los modos de afrontar las
diversas situaciones que desgarran
a nuestros adolescentes. Y éste es
el momento de aunar fuerzas, no de
intercambiar culpabilidades. Con
una premisa: tenemos que lograr
que el adolescente nos hable, sin
máscaras ni medias tintas, tal como
es. La escucha misma dibuja el
mejor mapa con el fin de encontrar
las soluciones.
Para concretar esta ayuda, en
formas y tiempos, encontramos una
guía útil en el final del libro. “Actitudes y estrategias de ayuda” son sugerencias de actuación con el aval
de haber sido ya probadas en diversos grupos y problemáticas determinadas.
El libro se estructura en estos
cuatro capítulos al final de los cuales encontramos, para una mayor
agilidad en la relectura, un esquema
sobre los contenidos y propuestas
para el diálogo.
Nos encontramos ante una herramienta de suma utilidad para
padres, profesores y educadores
esencialmente. Herramienta escrita
desde el cariño a la adolescencia;
ésa realidad que siempre interpela y
que bien negociada, puede ser muy
productiva, o al menos, no ser un
lastre para el resto de la vida.
Guillermo Rosón Martín
LA LECTURA A ESCENA
ESTRATEGIAS Y
DINÁMICAS PARA
FORMAR NIÑOS LECTORES
El autor divide el libro en tres
etapas de 7 a 8 años, edad de la
razón, de 9 a 11,edad de la energía
y de 12 a 14, edad del autoconocimiento.
Cada etapa comienza con una
breve explicación de las características psicoevolutivas del niño, sus
necesidades en función de la edad
y los beneficios que aporta la relajación, como es la concentración y
superación de miedos.
AGÜERA, Isabel.
Editorial CCS, Madrid 2007, 128 pp.
El objetivo principal de la autora
al escribir esta obra, no ha sido otro
que ofertar, tanto a maestros como
a alumnos o padres, un tipo de lectura diferente, que los distancie de
los libros de texto y de las típicas
narraciones que presentan los libros
de literatura infantil.
La autora se basa en la experiencia de observar cómo los alumnos
buscan y leen textos en los que prevalecen los diálogos; algo, por otra
parte, que no es nuevo, pero que no
se suele utilizar a la hora de promover
técnicas de animación a la lectura.
En esta obra, la lectura de cada
breve narración, tiene diálogos y
poemas en los que prevalece el sentido del humor, tan buen estimulante para los más pequeños.
Por otra parte, cada narración va
seguida de una breve propuesta de
escenificación de la misma. Propuesta, que bien dirigida por el
maestro, puede llegar a desencadenar diversas actividades muy creativas.
La autora insiste en que la lectura no se quede limitada a llegar
cuanto antes a la última página, sino
que, tanto personajes, como valores, temas, etc., se vinculen, de
alguna forma, con nuestra vida cotidiana.
La técnica que se sigue en esta
obra, tanto en la parte narrativa
como en la parte escénica, permite
actividades como el resumen de
cada capítulo, memorización de
poemas, redacción de nuevas aventuras, escenificación tanto en el aula
como en público…
Los cuentos, escenificaciones y
propuestas que forman el conjunto
de esta obra, llevan al objetivo prin-
Se incide en temas como la
importancia de conocer su propio
cuerpo, de hacer una buena respiración , de dormir bien, de encontrarse a gusto con uno mismo , dominar las emociones etc..
cipal de la autora, que es, en definitiva, la comprensión de la lectura.
Natalia Hernández Morcillo
Se proponen más de veinte ejercicios, muy variados, en cada uno
de ellos se explica el objetivo, cuándo practicarlo, cómo y el tiempo de
duración, acompañados muchos de
ellos con ilustraciones.
Es una guía práctica para que
los padres y educadores ayuden a
desarrollar el potencial físico y psíquico de los niños.
Rosa María Marcos
APRENDER A
RELAJARNOS.
EJERCICIOS DE
RELAJACIÓN DE 7 A 14
AÑOS
Davrou, Yves
NARCEA, Madrid 2007, 123 pp.
Yves Davrou es médico, autor
de numerosos libros de sobre desarrollo personal y relajación, escritos
desde su aplicación práctica. Con
este libro pretende la toma de conciencia de la propia corporalidad en
cada momento de la vida del niño.
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Núm. 86 L.E.A.
LIBROS
LA ESCUELA
ORIENTADORA
LA ACCIÓN TUTORIAL
DESDE UNA PERSPECTIVA
INSTITUCIONAL.
Este libro coincide con la ya incuestionable necesidad de ampliar
las funciones de la escuela y, también, con las voces que aseguran
que mientras los centros educativos
no procuren el bienestar socioafectivo de quienes la integran tienen
cada vez más difícil su tarea.
LONGÁS, JORDI Y MOLLÁ, NURIA
(Coord.)
Narcea, Madrid 2007, 220 pp.
Este es un libro estrella para
educadores. La mejor carta de presentación es atender a su génesis,
que nos describe el prologuista:
Había una vez un centro que, a
pesar de encontrarse en un barrio
obrero, de tener un buen número de
alumnos inmigrantes o de admitir
sin complejos estudiantes con
necesidades educativas especiales,
fue capaz de desarrollar un plan de
acción tutorial integral, de reflexionar sobre su práctica y, encima, de
disfrutar con su trabajo. Un buen
día decidieron comunicar su experiencia y se pusieron manos a la
obra, escribiendo juntos, capítulo a
capítulo, discutiendo cada punto y
cada coma, reescribiendo y volviendo a discutir. Lo hacían fuera de su
horario de profesores, los fines de
semana, en vacaciones… suena a
cuento ¿verdad? Y sin embargo el
libro que presentamos es esa obra.
Las profesoras y profesores del
colegio salesiano de Sant Vicenç
dels Horts (Barcelona) parten de sus
experiencias. Sin embargo, no parten de esa visión tan extendida por
los medios de comunicación de que
en estos tiempos de conflictividad
escolar tan alarmante, ser profesor,
especialmente en enseñanza secundaria, sea una especie de calvario. Al
contrario se consideran afortunados
por formar parte de un colectivo que
tiene como objeto fundamental ayudar a personas en desarrollo a ser
ciudadanos ejemplares.
La orientación, entendida en
toda su amplitud, es mucho más
que el proceso de apoyo a las personas cuando de modo explicito
deben tomar decisiones. Por eso no
es el cambio de escuela o la elección de estudios futuros lo que centra la atención de los autores, que
con valentía postulan precisamente
lo contrario: la orientación debe ser
entendida como la concentración
profesional de la tarea educativa del
docente. Por esta razón se redimensiona el concepto de tutoría y de acción tutorial.
Lo bueno de la propuesta de
este grupo de profesores es que no
es teoría. Se trata de un proyecto
real sin duda transferible a otros
centros educativos, que muestra
cómo la orientación puede ser el
motor de la escuela.
Carlos Ramiro Alonso García
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L.E.A. Núm. 87
REQUIEM
NUEVO DISCO DE LA ESCOLANÍA DEL ESCORIAL
Recientemente la Escolanía del
Real Monasterio de San Lorenzo del
Escorial ha editado su último trabajo
discográfico. Lo han titulado Requiem, en clara referencia al contenido del mismo: el magnífico Réquiem
(Op. 48) de Gabriel Fauré. También
contiene este disco el Cantique, de
Jean Racine (Op. 11).
En el presente trabajo, la
Escolanía nos ofrece una versión
muy personal del conocidísimo
Réquiem. Se trata de una adaptación
para voces blancas en la que nos
consiguen trasmitir la intención que
Fauré pretendía para su obra: que
fuese íntima, esperanzadora, alejada
de las visiones apocalípticas y tremendistas de la muerte como una
transición lúgubre a algo desconocido y siniestro, que fuese una aspiración a deleites más elevados. Nada
mejor que las voces inocentes y limpias de los niños para transmitir dichos sentimientos.
Como curiosidad de esta grabación, indicar que tanto el director (Javier M. Carmena) como el pianista acompañante (Alberto Padrón) han sido miembros de la Escolanía y, a pesar de estar finalizando sus estudios musicales,
ya son grandes profesionales de la música a la que se iniciaron entre los muros herrerianos del Monasterio de San
Lorenzo.
En sus tres grabaciones de 2006 los niños cantores del Monasterio del Escorial nos habían ofrecido un recorrido por la música que ha sonado en el Monasterio del Escorial a lo largo de su historia. Fray Martín de Villanueva
1605 recogía la música del que podemos considerar primer Maestro de Capilla del Monasterio. En y en dulce batalla nos ofrecían una muestra de la música que se compuso para el lugar durante los siglos XVII y XVIII. Y con Antonio
Soler. Villancicos 1769 se nos ofrecía la posibilidad de volver a disfrutar de la obra del compositor escurialense más
conocido. Se trata de una recreación del oficio de Maitines del día de Navidad, dentro del cual se intercalaban una
serie de villancicos, en este caso se trata de los que compuso para la Navidad de 1769.
Requiem se nos presenta en un lujoso estuche digipak, que cada vez está siendo más utilizado para los trabajos de música clásica que pretenden huir de lo comercial y apuestan más por la calidad. Lo edita el sello DIES creado por la asociación Amigos de la Escolanía hace seis años y que ya cuenta con una interesante colección de grabaciones corales.
Merece la pena escuchar el disco Requiem para disfrutar de unas armonías increíblemente ejecutadas por los
niños cantores, o por escuchar las intervenciones del solista Fran Braojos, que posee una magnífica voz llena de
matices que sabe aprovechar con su exquisita musicalidad.
J. Rolando García

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