28 - Provincia Agustiniana Matritense
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28 - Provincia Agustiniana Matritense
LE A BUSCANDO LAS RAICES AGUSTINIANAS EN SAN GIMIGNIANO LA ESCUELA AGUSTINIANA N.º 87, ABRIL-JUNIO DE 2007 Día agustiniano en El Escorial 98 MÁRTIRES AGUSTINOS SERÁN BEATIFICADOS EL 28 DE OCTUBRE ANÉCDOTAS DE LOS NIÑOS DE EL ESCORIAL umari ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA LA ESCUELA AGUSTINIANA. 4SEGÚN III. EDUCAR PARA LA VERDAD, SAN AGUSTÍN NUESTROS COLEGIOS AGUSTINIANO 52DÍA EN EL ESCORIAL FILOSÓFICOS DE 9FUNDAMENTOS LA PEDAGOGÍA AGUSTINIANA 14EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA ESCOLAR-BULLYING20ACOSO MALTRATO ENTRE IGUALES BUSCANDO LAS RAICES 24 AGUSTINIANAS EN SAN GIMIGNIANO EL 20 SERVICIO A LOS HOMBRES DE LOS NIÑOS 54ANÉCDOTAS DEL ESCORIAL UN OASIS EN EL DESIERTO 57 O LA HISTORIA DE TU PROPIA VOCACIÓN... - MIRARLE - MIRARLE 61MIRAR BIEN HISTORIA Y LITERATURA 98 MÁRTIRES AGUSTINOS 30 SERÁN BEATIFICADOS EL 28 DE OCTUBRE EN LAS ÓPERAS 38LADE MUJER PUCCINI A 44LEER PAUL AUSTER NAGUIB MAHFUZ, PREMIO 48 NOBEL DE LITERATURA, DESDE LOS CALLEJONES DE EL CAIRO AL HOMBRE UNIVERSAL RESEÑAS DE ACTUALIDAD 64LIBROS LE A LA ESCUELA AGUSTINIANA N.º 87, ABRIL-JUNIO DE 2007 EDITORIAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA La Escuela Agustiniana, Educar para la verdad, según S. Agustín Gabriel González del Estal . . . . . . . . Fundamentos filosóficos de la pedagogía agustiniana, Isaías Díez del Río . . . . . Educación para la ciudadanía, Juan Antonio Martínez Muñoz . . . . . . Acoso Escolar-Bullying-maltrato entre iguales, Francisco Javier González Sánchez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Buscando las raices agustinianas en San Gimigniano, Grupo San Alipio . . . El servicio a los hombres, Carlos R. Alonso . . . . . . . . . . . . . . . HISTORIA Y LITERATURA 98 Mártires Agustinos serán beatificados el 28 de octubre, Modesto González Velasco . . . . . . . . . . La mujer en las óperas de Puccini, Jerónimo Paredes González . . . . . . . . Leer a Paul Auster, Francisco Mena . . . . . . . . . . . . . . . . Naguib Mahfuz, Premio Nobel de literatura, desde los callejones de El Cairo al hombre universal, Leonor Merino . . . . . . . . . . . . . . . . 3 4 9 14 20 24 29 30 38 44 48 NUESTROS COLEGIOS Día agustiniano en El Escorial, Jesús Torres . . . . . . . . . . . . . . . . . . Anécdotas de los niños del Escorial (Escolanía), Gustavo Sánchez . . . . . . Un oasis en el desierto, o la historia de tu propia vocación, Fray Santiago Ruiz Galacho . . . . . . . Mirar - Mirarle - Mirarle bien, Miguel Gómez Martín . . . . . . . . . . . 52 54 57 61 RESEÑAS DE ACTUALIDAD Libros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64 Director: Francisco Navas Plata Secretario: Carlos R. Alonso García E-mail: [email protected] Edita: Provincia Agustiniana Matritense. Islas Hébridas, 57 - 28035 Madrid. Imprime: Grafinat, SA. C/ Albasanz, 14 bis, 1ª planta, naves A y B. 28037 Madrid ISSN: 1577-7197 Depósito Legal: M.7.483-1978 E D I T OR I A L Mártires agustinos NA comisión de Cardenales, nombrados por la Congregatio de Causis Sanctorum, aprobó El 19 de diciembre de 2006 la Causa de beatificación y declaración de martirio de los Siervos de Dios, Avelino Rodríguez, sacerdote profeso de la Orden de San Agustín, y de 97 compañeros agustinos, además de 6 compañeros del clero secular, muertos, según se dice, por odio de la fe, en el año 1936. U Los 98 mártires agustinos pertenecen a tres provincias religiosas: 68 a la Provincia Matritense (o de El Escorial), 29 a la Provincia de España (o de Sta. María de La Vid) y 1 a la Provincia de Chile. Todos fueron martirizados en los meses de julio a diciembre de 1936. Los 68 mártires de nuestra Provincia Agustiniana Matritense proceden de cinco conventos: Ntra. Sra. del Buen Consejo, en Leganés (1); San Agustín, de Málaga (4); dos casas de Madrid, en las calles de Valverde, nº 25 (4) y de la Princesa, nº 23 (7); y el Real Monasterio de El Escorial (53). De todos ellos conservamos testimonios del compromiso asumido con su fe y su comunidad religiosa. Los superiores y los mayores renunciaron a su posible libertad, pues por la prisión se corrió el rumor de que el Gobierno no perseguía a los intelectuales, a los escritores y ancianos, estando dispuesto a librarlos siempre que lo solicitasen personalmente. Ante esta situación se convocó una reunión de los superiores presentes y de los sacerdotes de más autoridad. Se determinó y comprometieron todos en documento firmado, a que ninguno intentaría buscar su libertad. El motivo principal para tomar esta decisión fue que no se debía dejar desamparados a los demás, y en especial a los más jóvenes. Y los más jóvenes correspondieron manteniendo su ánimo y su entereza en la fe a pesar de los continuos insultos y maltratos, incluso con torturas, a que eran sometidos por los milicianos. Esta Causa es una de 23 Causas martiriales, que en conjunto reúnen 498 mártires, sacrificados de 1934 a 1937 en la persecución religiosa, que en los años treinta se desató en España contra la Iglesia. Los 498 mártires serán beatificados el próximo 28 de octubre en Roma. El anuncio de esta buena noticia se ha hecho en España a través de un Mensaje con el título Vosotros sois la luz del mundo (Mt 5,14), aprobado por el episcopado español en su 89ª Asamblea Plenaria, celebrada en Madrid, el pasado 27 de abril. La Iglesia reconoce solemnemente que murieron como mártires, como testigos heroicos del Evangelio. Los mártires están por encima de las trágicas circunstancias sociales e históricas que les llevaron a la muerte. Dieron gloria a Dios con su vida y con su muerte y se convierten para nosotros en signo de amor, de perdón y de paz. «Los mártires, al unir su sangre a la de Cristo, son profecía de redención y de un futuro divino, verdaderamente mejor, para cada persona y para la humanidad». Animamos a todos, religiosos, familiares y amigos de la gran Familia Agustiniana a participar con la Iglesia en esta gran celebración de la fe. Nos despedimos con las palabras de reconciliación dirigidas a los que les iban a fusilar y que el P. Avelino pronunció antes de morir en nombre de todos sus compañeros hoy beatos, que consideraban el martirio como una gracia especial que Dios les concedía: «Os perdonamos de todo nuestro corazón». Francisco Navas Plata 3 Núm. 87 L.E.A.. ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA La Escuela Agustiniana III. Educar para la verdad, según Gabriel González del Estal Los educadores no somos dueños, sino servidores de la verdad. La verdad nos supera y nos trasciende. Nuestra misión no es conquistarla y someterla, como se conquista una ciudad enemiga, o una fortaleza asediada. A la verdad nos acercamos con humildad y buscamos el resplandor de su luz, para iluminar nuestras oscuridades, incertidumbres y desasosiegos. A verdad, como el horizonte, siempre estará más allá de nuestra mirada, pero, a medida que nos vayamos acercando a ella, se irán iluminando progresivamente las parcelas más oscuras de nuestra vida. A los alumnos hemos de decirles una y otra vez que la ver- L 4 L.E.A. Núm. 87 dad no es mía, ni tuya, para que pueda ser tuya y mía (In ps. 103). Un joven que está siempre demasiado seguro de «su» verdad, y que no atiende ni escucha las pretendidas verdades de los demás, puede caer fácilmente en una obstinación paralizante, o en un fanatismo peligroso. Quizá sea bueno distinguir desde el principio las verdades y la Verdad. La vida está llena de verdades. Todos admitimos sin dificultad como verdades evidentes que dos y dos son cuatro y que el todo es más grande que cada una de sus partes. El hijo es distinto de su padre y Madrid es distinto de Nueva York. ¿Quién duda que vive, recuerda, entiende, quiere, piensa, conoce y juzga? Puesto que si duda, vive... Aunque dude de todas las demás cosas, de estas jamás puede dudar (De Trin. 10, 10). Si no admitiéramos este tipo de verdades cotidianas y generales, no podríamos construir ningún tipo de diálogo mínimamente coherente y la convivencia social y cultural se tornaría imposible. No nos referimos a este tipo de verdades, necesarias para andar por casa, cuando decimos que la verdad nos sobrepasa y nos trasciende. Es la Verdad, con mayúscula o sin ella, a la que nos referimos cuando afirmamos que está siempre un poco más allá de San Agustín nuestras certezas y que nos resulta, en muchas ocasiones, inaprehensible e inalcanzable. En este sentido, la pregunta de Pilato: ¿qué es la verdad? (Jn. 18, 38) no era una pregunta banal o sin sentido. La verdad ante la que nos detenemos siempre con gran asombro y ante la que tenemos siempre más preguntas que certezas es la Verdad metafísica, la que no puede ser demostrada, ni certificada con los pobres instrumentos físicos o mentales que tenemos a nuestro alcance. ¿Cuál fue el origen primero del universo, por qué existe el ser y no más bien la nada, cuál es el destino del ser humano, qué es el bien y qué es el mal, qué tipo de relación existe o puede existir entre lo creado y el Creador, qué o quién es Dios..., etc., son preguntas ante las que el género humano no ha encontrado aún respuestas convincentes y satisfactorias para todos. En este sentido sigue siendo válido el consejo de San Agustín: No presumamos de haber hallado la verdad. Busquémosla como si nos fuera desconocida a ambos (Con. Epist. Manich. 3, 4). Tradicionalmente se ha dicho que hay dos caminos privilegiados para llegar a la verdad: la razón, ayudada por la experiencia, y la fe. La filosofía usaría la razón y la religión usaría la fe como caminos únicos y separados para llegar a la verdad. Yo creo que ésta es una simplificación incompleta e inexacta. Ni la razón sola, ni la fe sola nos pueden llevar al puerto seguro de la verdad. Razón y fe, fe y razón, deben caminar siempre juntas, si quieren ayudarnos eficazmente a encontrar y a vivir en la verdad. Juan Pablo II, en su encíclica Pides et Ratio, dice: «La fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad.» Si separamos la fe de la razón, o la razón de la fe, podemos caer con facilidad en afirmaciones absurdas. La famosa frase de Tertuliano: «Creo porque es absurdo», hoy no tiene aplicación en el mundo cultural y científico en el que nos movemos. Ya sé que también hoy hay científicos que desprecian la fe como camino para llegar a la verdad y, por otro lado, hay líderes religiosos que desprecian la investigación científica como posible baremo para evaluar la verdad o mentira de sus afirmaciones religiosas. Pero yo creo que ni un racionalismo a ultranza, ni un fideísmo ciego son posturas razonables y provechosas en la búsqueda de la verdad. Es peligroso elevar a la razón, o a la fe, a categorías únicas e inapelables para encontrar la verdad. La razón, por sí sola, puede fabricar monstruos y construir campos de exterminio, mientras que la fe, por sí sola, puede encender hogueras e inventarse brujas. Cuando la razón o la fe se ponen en contra de los derechos fundamentales del ser humano deben ser declaradas, automáticamente, inhumanas y abominables, malas y perversas. Lo ideal es que razón y fe actúen unísona y acordemente, a la hora de tomar decisiones importantes. Sin dejar de reconocer que hay campos vitales en los que el predominio de fe o razón tienen una función propia y dife- CUANDO LA RAZÓN O LA FE SE PONEN EN CONTRA DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES DEL SER HUMANO DEBEN SER DECLARADAS, AUTOMÁTICAMENTE, INHUMANAS Y ABOMINABLES, MALAS Y PERVERSAS. LO IDEAL ES QUE RAZÓN Y FE ACTÚEN UNÍSONA Y ACORDEMENTE, A LA HORA DE TOMAR DECISIONES IMPORTANTES 5 Núm. 87 L.E.A. ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA mo, en los libros de escritores famosos y filósofos conocidos. Y se encontró con un libro muy famoso de Cicerón titulado Hortensio. Era una exhortación a la sabiduría llena de entusiasmo y fe intelectual, aún cuando, por supuesto, no hablaba nada de la religión cristiana. El efecto de esta lectura fue excitante y abrasador y, como nos cuenta el mismo Agustín en el libro III de sus Confesiones: Su lectura realizó un cambio en mi mundo afectivo... De golpe, todas mis expectativas de frivolidad perdieron valor y, con increíble ardor de mi corazón ansiaba la inmortalidad de la sabiduría... Lo único que aguaba en mí aquella hoguera tan grande era el no hallar en aquel libro el nombre de Cristo. SE ENCONTRÓ CON UN LIBRO MUY FAMOSO DE CICERÓN TITULADO HORTENSIO. ERA UNA EXHORTACIÓN A LA SABIDURÍA LLENA DE ENTUSIASMO Y FE INTELECTUAL, AÚN CUANDO, POR SUPUESTO, NO HABLABA NADA DE LA RELIGIÓN CRISTIANA 6 L.E.A. Núm. 87 renciada. La razón está más capacitada para analizar los campos teóricos y objetivos del saber, mientras que la fe aparece como más valiosa cuando nos introducimos en el mundo subjetivo de nuestras relaciones personales, presidido por el afecto y el amor. Los valores dictados por la razón no siempre coinciden con los valores exigidos y anhelados por el corazón. En este sentido, es verdadera la frase de Pascal cuando afirma que «el corazón tiene sus razones que la razón no entiende». Las personas que saben amar de verdad entienden perfectamente esto. Una misma persona puede pasar, a lo largo de su vida, por etapas más racionalistas, o más fideístas. En la vida de San Agustín podemos descubrir esto con facilidad. Su madre, Santa Mónica, lo educó en una piedad intensa, enseñándole a levantar su alma a Dios, ante cualquier desgracia o peligro en el que se encontrase. El nombre de Jesús de Nazaret lo tenía siempre en sus labios y en su corazón. Pero, como sabemos, cuando llegó a Cartago se encontró con jóvenes estudiantes que tenían unas costumbres y unas creencias muy distintas de las suyas. Él era un joven estudioso, inquieto, insatisfecho de sí mismo, deseoso de saber y de aprender cosas nuevas. Poco a poco se fue contagiando de la actitud de sus compañeros y empezó a pensar que quizá su devoción y su fe eran demasiado infantiles y, como le decían sus compañeros, cosa de mujeres. Comenzó, muy decidido, a buscar la verdad por sí mis- Agustín siguió buscando alguna persona o algún libro que le demostrara racionalmente la verdad de la fe católica que siempre había profesado. Y en este camino de búsqueda se encontró con unos hombres que ensalzaban la razón como único camino verdadero para descubrir la verdad. Eran los discípulos de Manes, los maniqueos. Hablaban siempre de verdades racionales que, por inspiración directa del Espíritu, había descubierto y anunciado el profeta Manes. Y en los libros de Manes sí aparecía una y cien veces el nombre de Jesús. Los nombres de Jesús de Nazaret y del Espíritu Paráclito, consolador nuestro, no se apeaban de sus labios... ¡Ay Verdad, Verdad! ¡Cuan íntimamente suspiraban por ti en aquel entonces la fibras más íntimas de mi corazón. El buscador Agustín, el hombre de mente y corazón inquieto, estuvo durante nueve años afiliado a esta secta de los maniqueos. Los jefes de la secta le aconsejaron estudiar astrología, porque, según decían, en los astros están escritos los secretos de la vida humana. Y serían precisamente sus conocimientos de astrología los que comenzaron a hacerle sospechar a Agustín de la falsedad de las afirmaciones maniqueas. Cuando Agustín abandona a los maniqueos pasa por una etapa de desilusión y desencanto y entra en una fase de un relativo escepticismo. Pero no abandona la búsqueda de la verdad y sigue leyendo libros de filósofos neoplatónicos, y lee y habla, pregunta y escucha, sin descansar nunca en la ignorancia o la apatía. Desde el momento mismo de su conversión, Agustín se instala en una etapa clara y definitivamente fideísta. Va a seguir aplicando siempre la razón en su búsqueda de la verdad, pero cuando descubre contradicción e incompatibilidad entre lo que su razón le aconseja y su religión le manda creer no lo duda ni un minuto: hay que obedecer y seguir siempre los mandatos de la religión. Confieso que ya creo en Cristo y estoy dispuesto a abrazar todo lo que él enseña, aun cuando no se apoye en ninguna razón (La utilidad de creer, 14, 31). Agustín está plenamente convencido de que es la fe, no las demostraciones racionales, la que guía la vida ordinaria de las personas. Y está bien que así sea, afirma. ¿Quién no ve la gran perturbación, la confusión espantosa que vendría si de la sociedad desapareciese la fe? Siendo invisible el amor, ¿cómo se amarían los hombres si no creyeran lo que no ven? (La fe en lo que no vemos, II, 4). Es la etapa en la que Agustín pone especial énfasis en el creer para entender. La fe nos ayuda y nos espolea en la búsqueda de la verdad y, en muchos casos, la fe es el único camino para poder llegar a entender las dos verdades más importantes de la vida humana: ¿Quién soy yo y quién es Dios? Las dos únicas verdades que a él le interesan, de verdad, encontrar. Agustín, más buscadora que propietaria de la verdad, compañera de tantos seres humanos que se enfrentan a la cuestión del sentido y fundamento último de su vida. Solidaria con aquellos que dudan y preguntan. Buscar para encontrar y encontrar para seguir buscando.» Del creer para entender, el verdadero creyente está siempre deseoso de pasar al entender para creer, como ya lo hiciera y lo aconsejara el mismo Agustín. La fe es el peldaño de la intelección: la fe es camino... y la intelección es recompensa de la fe (sermón 126). Dios nos libre de pensar que nuestra fe nos incita a no aceptar, ni buscar la razón, pues no podríamos ni aun creer si no fuéramos almas racionales (Carta 120). En la misma carta nos dirá que Deberá ser la misma razón la que nos convenza de que la fe debe preceder a la razón. Sólo una fe razonada y razonable puede convencer al hombre de hoy. Después de todo, sólo una fe razonada y razonable es una fe auténticamente humana. Yo creo que nosotros, los educadores de este siglo XXI, no podemos proponer a nuestros alumnos una búsqueda de la verdad por caminos tan claramente fideístas, como lo hizo Agustín. Porque entre nuestros alumnos es seguro que hay más de uno, y más de tres, que ni tienen, ni quieren tener fe religiosa. En una sociedad mayoritariamente agnóstica, los educadores cristianos, además de expresar un sincero respeto hacia la actitud de los no creyentes, sin ocultar nunca nuestra fe religiosa, deberemos esforzarnos en mostrar ante nuestros alumnos una fe adulta y responsable, despojada ya de tantos ribetes de magia y credulidad como nos ha sido presentada hasta ahora. No podemos predicar, a nuestros alumnos de hoy, una fe crédula y dogmática, alérgica a toda crítica racional y razonada. Nuestra fe no debe aparecer ante ellos como incompatible con la duda, con la inseguridad humana y, consecuentemente, con la búsqueda y la crítica. Porque la credulidad puede convertirse en una mala caricatura de la fe, y ser crédulo puede llegar a ser, en muchos casos, no sólo un defecto, sino una afrenta a la fe adulta y responsable. La verdadera fe ilumina y fortalece el alma de los creyentes y, en ningún caso, es incompatible con la duda y la búsqueda. La verdadera fe está siempre dispuesta a entrar en un diálogo respetuoso, serio y razonado, con los no creyentes. En uno de los cuadernillos de espiritualidad agustiniana que manejamos los agustinos, se nos dice: «Una Iglesia que quiera inculturar el evangelio en el mundo contemporáneo tiene que sentirse, como San También debemos decir que ni la fe, ni la razón son los objetos últimos de la búsqueda de la verdad. La fe y la razón son sólo caminos que usamos para buscar y encontrar la verdad. La meta última es siempre la verdad, una meta que, para nosotros los cristianos, está en Dios. La fe y la razón son valores muy importantes para el ser humano, pero no son nunca valores-meta, sino únicamente instrumentos de los que se vale el ser humano para acercarse a la verdad. No es la fe y la razón las que nos hacen verdaderamente libres; libres sólo nos hace la Verdad NI LA FE, NI LA RAZÓN SON LOS OBJETOS ÚLTIMOS DE LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD. LA FE Y LA RAZÓN SON SÓLO CAMINOS QUE USAMOS PARA BUSCAR Y ENCONTRAR LA VERDAD. LA META ÚLTIMA ES SIEMPRE LA VERDAD, UNA META QUE, PARA NOSOTROS LOS CRISTIANOS, ESTÁ EN DIOS 7 Núm. 87 L.E.A. ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA (Jn 8, 32). Libres y felices, podríamos seguir diciendo con lenguaje agustiniano, porque la verdad sólo está en Dios y Dios es el objeto último de nuestra búsqueda y de nuestra felicidad. PARA AGUSTÍN LA VERDAD, CON MAYÚSCULA, ES DIOS. POR ESO, PARA ÉL BUSCAR LA VERDAD ES BUSCAR A DIOS. Y CUANTO MÁS AMOR TENGAMOS A LA VERDAD, CON MÁS FUERZA BUSCAREMOS Y DESEAREMOS ENCONTRAR A DIOS. Y COMO DIOS ES AMOR, SÓLO ENCONTRAREMOS Y VIVIREMOS EN LA VERDAD SI NOS DEJAMOS INUNDAR POR EL AMOR DE DIOS 8 L.E.A. Núm. 87 Después de su conversión, el principal afán y trabajo de Agustín no fue buscar la verdad aisladamente, para disfrutar con su encuentro. Agustín quiso siempre compartir con todos sus fieles y compañeros de Iglesia la verdad tan afanosa y gozosamente encontrada. Muchos diáconos, sacerdotes y obispos de África, y de regiones más lejanas, le enviaban frecuentemente cartas pidiéndole consejo y explicación sobre distintos temas de la verdad cristiana. Agustín meditaba día y noche la palabra de Dios e intentaba esclarecer, como mejor sabía y podía, las dudas que le presentaban. Su objetivo principal no era el hacerles cristianos, sin más, sino acercarles a la verdad. Mi propósito no es el de obligar a los hombres a abrazar religión alguna, sino en poner en claro la verdad para todos aquellos que la buscan con sinceridad (Carta 23, 7). Encontrar la verdad era, para él, un objetivo prioritario y anterior a la creencia en una determinada religión. También nosotros pensamos que la defensa de la verdad es un deber ético y cristiano anterior a la defensa, a ultranza, de la propia religión. Francois Revel nos dice, en su libro El pensamiento inútil, que la verdadera lucha no debe estar, ni siquiera para un cristiano, entre abrazar una u otra religión determina- da, sino entre vivir en la verdad o creer en la mentira. Tampoco el encuentro de la verdad es el objetivo último de nuestra búsqueda. Lo que queremos y anhelamos es vivir en la verdad. No tanto la verdad encontrada es la que nos hace libres, sino la verdad vivida. En este sentido, Cristo pudo decirles a sus discípulos: Yo soy la verdad (Jn 14, 6). Si no vivimos en la verdad, aunque la conozcamos, somos mentirosos ante los demás, porque los demás se fijarán más en nuestras obras que en nuestras palabras. El cristiano que vive en la verdad es el verdadero cristiano, no el teólogo que la conoce y explica, pero no la practica. Sólo es torero el que torea, no el que sabe y habla de toros. Ya sabemos que para Agustín la Verdad, con mayúscula, es Dios. Por eso, para él buscar la verdad es buscar a Dios. Y cuanto más amor tengamos a la verdad, con más fuerza buscaremos y desearemos encontrar a Dios. Y como Dios es amor, sólo encontraremos y viviremos en la verdad si nos dejamos inundar por el amor de Dios. No tendréis acceso a la verdad, sino por el amor (Réplica a Fausto, 22, 18). Entendiendo la palabra <amor> en sentido auténticamente cristiano, un amor que abarca en un mismo abrazo el amor a Dios y el amor al prójimo. En este sentido sigue teniendo vigencia plena la frase de Agustín: el amor nos arrastra hacia la búsqueda de la Verdad (Sobre la Trinidad, 1, 5). Fundamentos filosóficos 1 de la pedagogía agustiniana Isaías Díez del Río El mismo enunciado de esta reflexión está ya dando por supuesto que existe una pedagogía agustiniana, y que ésta se sustenta en una teoría filosófica. Dilucidar cuáles son esa pedagogía y esa filosofía, es el intento del cometido que se imponen las presentes páginas. L significado etimológico de «pedagogía» (pais:niño; ago:conducir) está relacionado, desde su origen griego, con el arte o ciencia de enseñar o educar. «Guiar al niño» o joven no sólo físicamente, sino, y sobre todo, espiritualmente, con vistas a su desarrollo o formación integral, era y ha sido siempre el específico cometido de la pedagogía. Esta «conducción» y «apoyo» se ejercitaba entonces, y se sigue ejercitando ahora, obligatoriamente sobre la infancia-adolescencia, porque esta etapa de la vida era y es el tiempo crucial en el que se ponen las bases para construir o llevar a la persona hacia la plenitud de la perfección humana. Desde sus remotos orígenes griegos, el campo de la acción educativa ha ido dilatándose más y más con el paso del tiempo. De ahí que el significante «niño» haya ido expandiéndose ininterrumpidamente, hasta llegar a abarcar en su significado, en nuestros días, todas las etapas de la vida humana. Esta ampliación de la educación a todas las etapas de la vida se produjo sobre todo a partir E de la Ilustración, viéndose incrementada considerablemente en nuestros días. Hoy se entiende por pedagogía un conjunto de saberes que se ocupan de la educación del hombre en toda su dimensión biopsico-socio-cultural. Como tal, abarca tanto las doctrinas como el arte de la educación, aunque en cuanto a arte tienda a confundirse con lo que hoy se entiende por didáctica. A sabiendas de sus diferencias, en estas reflexiones se utiliza el término, simplificadora- 1 Un desarrollo más amplio y contextualizado de los contenidos de este artículo puede verse en Díez del Río, I., «Presupuestos filosóficos y antropológicos de la pedagogía agustiniana», en AA.VV., Elementos básicos de pedagogía agustiniana, Pubblicazioni Agostiniane, Roma 2006, pp.46-66. 9 Núm. 87 L.E.A. ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA tro de la mente de cada ser humano, y lo único que la pedagogía intenta es hacer que aquélla aflore a la superficie. Para que esto pueda suceder, el hombre tiene que llevar en sí mismo, en el interior de su alma, las ideas que de algún modo ha debido conocer antes de nacer. Es, como decimos, la conocida teoría platónica de la reminiscencia. mente, como sinónimo de educación. Hay que advertir que a san Agustín en este asunto le interesaron fundamentalmente los contenidos (el qué) de la educación, el modo de adquirirlos (el cómo ), y la finalidad (el para qué ) de la educación. San Agustín no fue, ni pretendió serlo, un pedagogo original. Su labor se redujo a asumir y poner en práctica para sus fines, cristianizándolos, los conocimientos pedagógicos que había heredado de la cultura grecorromana anterior, sobre todo de la paideia griega y, dentro de ésta, más concretamente, de la mayéutica socrática. 2 Cfr. http://www.webdianoia.com/medieval/agustin/agustin_filo.htm (20/02/2007). 3 Ortega y Gasset, J., «Meditaciones del Quijote», en Obras Completas, Revista de Occidente, Madrid 1966, t. i, p. 357. 10 L.E.A. Núm. 87 Acabamos de señalar a la mayéutica como la específica pedagogía agustiniana. Y, ¿qué es la mayéutica? Del griego maieutiké, etimológicamente significa el arte de la comadrona, es decir, el arte de ayudar a dar a luz a la parturienta. Según nos refiere Platón en el Diálogo Teeteto, fue un método parecido al de la comadrona el utilizado por Sócrates con sus alumnos para hallar con ellos la verdad. Como la comadrona, el maestro, a través del diálogo y un trato individualizado con el discípulo, logra que éste alcance el conocimiento que se intenta conseguir. No es que el maestro inculque el conocimiento al alumno desde fuera; es el alumno quien, con la ayuda del maestro, logra extraer de sí mismo el conocimiento que se busca y que lleva innato dentro de si. Esta metodología implica la teoría platónica de la reminiscencia, es decir, supone la idea de que la verdad no está fuera, sino den- Según la teoría de la reminiscencia o anamnesia, conocer es recordar. Y recordar, es despertar lo que está dormido, es traer a la memoria algo que estaba oculto u oscurecido. Conocer, según esta teoría, es recordar una verdad a la que el alma tuvo acceso antes de encarnarse y vivir en este mundo material; es traer a la memoria algo que el alma conoció cuando vivía en el mundo de las Ideas. Lo que hace, entonces, el maestro con el alumno es lograr que, a base de las oportunas preguntas, rememore ese conocimiento que previamente había adquirido y, luego, al encarnarse, había olvidado. Enseñar no es introducir desde fuera un conocimiento en la mente del discípulo, sino incitar al alumno a que descubra la verdad que lleva en su interior. Aunque no sea lo mismo, la teoría de la reminiscencia platónica, que es el complemento de la teoría socrática del conocimiento y de la enseñanza, tiene su traducción y parecido en las teorías del ejemplarismo y del conocimiento agustinianos. Lo que hace Agustín es corregir y sustituir el emanatismo platónico por el ejemplarismo creador. Los seres no derivan o emanan de Dios como realidad originaria, como sostiene el emanatismo; los seres todos son creados de la nada por Dios, como sostiene Agustín. Los seres, por su origen, no son, por tanto, de naturaleza divina, aunque sí son imágenes o reflejos de las ideas de Dios. Según la doctrina agustiniana, Dios creo el mundo de una sola vez. Sin embargo, hay constancia de la emergencia de nuevos seres después de aquel primer momento del acto creador de Dios. La constatada aparición continuada de nuevos seres en el mundo la explica Agustín con una singular teoría. Según esta teoría, Dios a unos seres los creo en acto (realidad realizada) y a otros en potencia (realidad realizable). Esto en san Agustín significa que no todos los seres han sido creados en acto, esto es, con existencia real, desde el principio del mundo. Muchos irían e irán apa- reciendo con posterioridad al momento de la creación por la germinación de las semillas o «razones seminales» (logoi spermatikoi) que Dios depositó en la primera materia creada (Cfr.Gn.litt. 6,11,19; S. 21,2). La aparición de estos nuevos seres depende de que surjan y se den las condiciones apropiadas para que la existencia de esos seres pueda darse; es decir, para que aquellas primeras semillas depositadas en la materia puedan germinar y desarrollarse. No se trata, pues, de evolución, sino, más bien, de progresiva creación, en el sentido de la ininterrumpida germinación , con el paso del tiempo, de las semillas que desde el momento mismo de la creación Dios depositó en la materia primitiva. Estos «gérmenes», semillas o embriones de los seres pasados, presentes y futuros se corresponden con y son reflejo de las formas, modelos, arquetipos o ideas ejemplares existentes en la mente divina desde toda la eternidad. «Las ideas –alguien las ha así definido– son formas arquetípicas o esencias permanentes e inmutables de las cosas, que no han sido formadas sino que, existiendo eternamente y de manera inmutable, se hallan contenidas en la inteligencia divina» 2. Las cosas creadas, según esto, son lo que son en cuanto reflejan dichas ideas; y su verdad, por tanto, consistirá en su conformidad con las ideas. De ahí que la teoría lleve el nombre de ejemplarismo: sistema basado en la armonía o correspondencia entre el modelo o ejemplar y sus reproducciones o copias. Según esta teoría, Dios ha dejado impresa en las cosas la huella de su creación, pues el mundo es la recreación o reproducción de los ideas de Dios. Todos los seres, pero de manera especial el alma humana, son «imágenes» en que, en cierta manera, se copia o refleja el rostro de Dios. Por eso, las cosas son, y son inteligibles y verdaderas, en cuanto se corresponden a estas ideas ejemplares inmutables que las cosas llevan en si impresas por Dios. Podría decirse –remedando a Ortega y Gasset– que en la mentalidad agustiniana la vida y la naturaleza toda es «el texto eterno, la retama ardiendo al borde del camino donde Dios da sus voces» 3. Para Agustín el cosmos todo es la voz de Dios, el eco de sus eternos pensamientos; el mundo entero es una abierta y destellante teofanía. Si las verdades están ahí virtuales o potenciales y dando gemidos de parto, conocerlas es cuestión de descubrirlas y alumbrarlas. La pedagogía agustiniana es, por eso, como en Sócrates, una metodología mayéutica. Como la madre, al dar a luz al hijo, necesita la ayuda de la comadrona, así el educando, en esta perspectiva, necesita del estímulo y ayuda del educador para alumbrar la verdad que lleva dentro de sí, tanto de la verdad de sí mismo, como del resto de los seres de la creación. La dialéctica (dia-lektike: «arte del diálogo») en este sistema de enseñanza se asemeja algo a la erística. Ambas artes pedagógicas comportan en el educador una actitud de continuo, servicial y amigable acompañamiento al alumno en la tarea formativa. Aquí no se hace ejercicio de autoridad, sino de reciprocidad entre maestro y discípulo. El maestro es un mero acompañante facilitador de caminos, para que el alumno pueda transitarlos con facilidad y sin tropiezos. Con arreglo a esta teoría, todo «invento» (invenire: hallar) científico –ciencia– o cultural –cultura– no es otra cosa que el hallazgo de una verdad, de una ley, de un principio, de un sentido (logos), que hasta ese momento estaba oculto (i-logico) en la naturaleza. En esta actividad creativa, precisamente, se funda la cooperación del hombre en la obra creadora de Dios: en convertir la «creación virtual» del Creador en «creación real», esto es, en alumbramiento y forma cultural del hombre. Acorde con esta cosmovisión, la naturaleza toda está ahí como materia insignifican- AQUÍ NO SE HACE EJERCICIO DE AUTORIDAD, SINO DE RECIPROCIDAD ENTRE MAESTRO Y DISCÍPULO. EL MAESTRO ES UN MERO ACOMPAÑANTE FACILITADOR DE CAMINOS, PARA QUE EL ALUMNO PUEDA TRANSITARLOS CON FACILIDAD Y SIN TROPIEZOS 11 Núm. 87 L.E.A. ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA te (i-lógica), como caos ofrecido al hombre, a la espera de que éste la eleve a forma expresa y ordenada, a realidad significativa (lógica), a cosmos, a cultura en definitiva. Y esta tarea cultural de descubrimiento y esclarecimiento de las verdades eternas en las verdades naturales, este alumbramiento de las «razones seminales» –como acabamos de indicar– debe conducirnos a Dios. Para la mente de Agustín, el estudio de la ciencia humana, así como la adquisición de los conocimientos intelectuales y la búsqueda diligente de las cosas divinas han de conducirnos a relacionarnos con la vida eterna (Cfr. Acad., 1.8.23). TODO LO QUE EN EL MUNDO HAY ESTÁ SATURADO DE FORMA ETERNA. POR ESO, CONOCER EL MUNDO SIGNIFICA CONOCER ALGO DE DIOS MISMO, SU CREADOR. FACILITAR ESE CONOCIMIENTO ES COMETIDO PREFERENTE DE LA EDUCACIÓN 12 L.E.A. Núm. 87 Aplicada más concretamente esta teoría epistemológica al tema que nos ocupa, esto significa que toda empresa agustiniana en el amplio y variado ámbito de la ciencia y de la cultura debe ser un empeño sapiencial, es decir, tiene que tener siempre la trascendencia por horizonte último. Para Agustín la ciencia y, en general, la cultura no son autónomas, ni heterónomas, sino teónomas, ya que en la estructura interna de toda forma científica y cultural está inserta y se revela siempre la norma divina, el logos spermatikos agustiniano. El mundo agustiniano es un mundo ordenado, un cosmos, en el que cada cosa tiene un logos patente o latente, el logos o razón seminal. Todo lo que en el mundo hay está saturado de forma eterna. Por eso, conocer el mundo significa conocer algo de Dios mismo, su creador. Facilitar ese conocimiento es cometido preferente de la educación. En este «estar-en-todo» de Dios, en este pan-en-teísmo se enraíza, a la vez que se delimita, el holismo agustiniano. En esta presencia del Logos no sólo en la naturaleza, sino también, y especialmente, en la realidad humana, como posibilidad para la autocomunicación de Dios, se apoya el ecumenismo y el diálogo interreligioso de nuestros días. La creación-por-amor conllevó, efectivamente, la donación a toda criatura humana por parte de Dios de las semillas de su revelación y salvación, de forma que también «extra Ecclesiam» e, incluso, «fuera del cristianismo», cabe la salvación. Las distintas religio- nes no son otra cosa, según esta teoría, que las distintas manifestaciones de esa continua acción reveladora y salvadora de Dios en el espacio y en el tiempo. El termino «pluralismo», aplicado al diálogo interreligioso, hace referencia, precisamente, a esa multiplicidad de caminos o tradiciones religiosas que conducen a Dios. Desde el punto de vista del tema que nos ocupa, esto nos sugiere que el holismo, el ecumenismo y el diálogo interreligioso no son contenidos ajenos a la problemática de la investigación y de la educación agustinianas. Educar (e-ducere, sacar), para Agustín, igual que lo fue para Sócrates, es ayudar a dar a luz la verdad que el hombre y las cosas llevan dentro de sí. Es lograr hacer pasar a acto, a la existencia real, lo que es pura potencialidad. La tarea del educador debe centrarse en hacer alumbrar en el alumno esas imágenes divinas que el hombre y las cosas llevan impresas en sí mismos, y que es su verdad, su «logos». Aquí la labor del educador, por encima de instruir o informar, es la de invitar, suscitar, estimular, provocar, despertar, guiar y ayudar al alumno en el alumbramiento de esas verdades, que no son otra cosa que los «inteligibles seminales». Porque, es al alumno a quien le corresponde poner el mayor esfuerzo y realizar la función esencial de sacar a luz la verdad. En definitiva, se trata de un sistema de aprendizaje en el que el protagonismo es ejercido por el discípulo, en el que la autoformación prevalece sobre la heteroformación. San Agustin destacó, entre todos los conocimientos, el conocimiento de uno mismo: Conózcame a mí, Señor, conózcate a ti (Solil. 2,1,1), gritará no pocas veces. Es en este ámbito del conocimiento, en el que la persona aborda la relación consigo mismo, con los otros, con el mundo y, sobre todo, con Dios, donde el santo desarrolla su célebre teoría del Maestro interior. Si, en cualquier caso, como consecuencia del método mayéutico empleado, el maestro humano es condiscípulo de sus alumnos (S. 292,1,1,; S. 242,1; S .292,1,1; De mag, 14,46), en ningún ámbito del pensamiento el maestro es más «amigo y compañero de camino y de búsqueda» (S .292,1; De mag., 11,38; De cat.rud. 10,14; 12,17) de sus alumnos, que en el ámbito del conocimiento de sí mismo. Es aquí donde el maestro por antonomasia es el Maestro interior, es decir, Cristo, el Verbo de Dios. Es aquí donde el Maestro divino manifiesta al maestro humano que habla y al discípulo que escucha, la verdad que ambos tratan en compañía de encontrar. Es aquí donde enseñar, lo mismo que aprender, es cuestión de escuchar al Maestro común (Cfr. Mag. 12,40). Es aquí donde, bajo la iluminación del Maestro divino y la colaboración del maestro humano pueden brotar y florecer todas las virtualidades cristianas innatas del alumno. Y, hacer cristianos, recordemos, es la tarea principal del maestro agustiniano. Habrá podido notarse que educar (sacar), en el campo de la educación, e inventar (hallar=sacar), en el ámbito de la ciencia y de la cultura, responden a una misma función intelectiva. En ambos casos se trata de aprehender realidades ya existentes, pero ocultas, y sacarlas a la luz del día. Esas realidades ocultas son los «vestigia Dei», los «gérmenes» dejados/sembrados por el Creador en el hombre (educación) y en la naturaleza (ciencia/cultura). Es sorprendente y, por ello, digno de notarse que el acto creativo específicamente cultural en san Agustín, como en Ortega y Gasset, es aquel en el se extrae o halla la razón, la ley, el sentido oculto de las cosas. La identificación del proceso de la acción o creación cultural con el proceso de la actividad educativa, viene a reforzar en el pensamiento agustiniano el principio de que el hombre por naturaleza nace, y por la cultura se hace. encontrarse cauces de solución. Según la teoría agustiniana del ejemplarismo, que hemos evocado, sin embargo, entre ciencia/cultura y religión no debería haber oposición, puesto que todos los descubrimientos de la ciencia son, en último término, vestigios, copias, semillas de las ideas divinas, que Dios infundió en el primer cosmos o mundo creado en el momento mismo de la creación. Por eso, si tanto los contenidos o hallazgos de la ciencia como los de la revelación, en la que se funda la religión, tienen a Dios por autor, ¿cómo puede haber entre ellos contradicción? Si ésta existe, la razón de su existencia habrá que buscarla en otras instancias ajenas a la fuente común de ambas realidades. En definitiva, esa incompatibilidad no es obra de Dios, sino cuestión y problema de los hombres; en nuestro caso, de los defensores y creadores de la ciencia y los mediadores y representantes de la religión. Dado que la educación, sobre todo la moderna, no sólo es formación humana, sino también científica y cultural, el objeto de la educación agustiniana abarca ambas modalidades: la de ayudar al alumno a «sacar» a la luz del día sus potencialidades humanas, y la de ayudarle a saber «encontrar» las leyes de la naturaleza y el sentido oculto de las cosas. Sólo así se logra la perfección del hombre y el progreso del mundo, objetivos que busca y forman parte de todo buen proyecto educativo. ENTRE CIENCIA/CULTURA Y RELIGIÓN NO DEBERÍA HABER OPOSICIÓN, PUESTO QUE TODOS LOS DESCUBRIMIENTOS DE LA CIENCIA SON, EN ÚLTIMO TÉRMINO, VESTIGIOS, COPIAS, SEMILLAS DE LAS IDEAS DIVINAS, QUE DIOS INFUNDIÓ EN EL PRIMER COSMOS O MUNDO CREADO EN EL MOMENTO MISMO DE LA CREACIÓN Desde el inicio de la modernidad religión y ciencia, hasta ese momento unidas, comenzaron a separarse, emprendiendo cada cual caminos no sólo distintos, porque distintos son, sino enfrentados. El problema de la reconciliación entre ambas sigue todavía hoy vigente y sin perspectiva de pronta solución. Este dispar y enfrentado largo caminar entre religión y ciencia ha sido calificado por los últimos Papas, desde el punto de vista religioso, como el «drama de nuestro tiempo». Drama, por otra parte, al que no parece 13 Núm. 87 L.E.A. ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA Educación para la ciudadanía Juan Antonio Martínez Muñoz El gobierno socialista ha establecido recientemente una nueva asignatura para los estudiantes españoles: «La educación para la ciudadanía» que se pretende exigir forzosamente tanto en Educación Infantil, como en Primaria, ESO y Bachillerato, a la par que se devalúa la religión. Algunas personas, quizás más de las deseables, ven con indiferencia esa imposición; el gobierno se complace con tanta desidia porque deja en sus manos la vida moral de los jóvenes votantes futuros. Pero las personas más concernidas por la autenticidad de la educación la ven con preocupación. L hecho de que vaya en la misma dirección de los demás intentos de anteriores gobiernos de la misma orientación política por desmantelar el tradicional modelo educativo de excelencia moral y mérito intelectual hace que la E 14 L.E.A. Núm. 87 desconfianza aflore. Bajo el dominio de gobiernos socialistas España ha conocido ya importantes asaltos a la educación moral pero el que ahora se avizora puede tener un calado más hondo y ser la vuelta de tuerca definitiva para liquidarla, sólo salvable por la habitual ineficacia general del sistema educativo. Probablemente la educación española no haya tenido, durante los últimos siglos y salvo contadas excepciones, el nivel que exigía el mantenimiento y desarrollo de la valiosa cultura hispana y tampoco haya respondido del todo a algunas necesidades técnicas, científicas o culturales. De lo que no ha carecido es de numerosas críticas que, por lo general, sobre todo últimamente, exageran las deficiencias y ocultan lo valioso de la empresa educativa, nunca definitivamente acabable. Se han aprovechado algunos defectos conocidos para proponer cambios que, con el señuelo de mejoras culturales o soluciones científicas, sólo ofrecen resultados ideológicos lucrativos al poder mundial dominante. Curiosamente esos beneficios van indisociablemente paralelos al hundimiento del nivel científico de los estudios que cuidadosamente se esconde. Cuanto más baja el nivel intelectual, más lejanos se hallan los resultados prometidos, siempre situados en el mundo de la utopía. De ello se puede fácilmente inferir no sólo que las críticas a la educación moral carecen de sentido, sino que suenan a resentimiento. Tampoco es infrecuente acusar a la educación libre o privada de negocio, a cambio nunca se habla del negocio de lo público (el que se hace al amparo de la incontrolable opacidad de la inversión pública que sirve de soporte financiero a un amplio abanico de grupos de presión, organizaciones y empresas que sin invertir, ni arriesgar, ni ofrecer cuenta de resultados, consiguen la subvención con métodos cercanos a la subversión para reforzar sus ocultos intereses) Lo más característico de las propuestas socialistas, aparte de la crítica destructiva, es la utilización política de la educación como herramienta para conformar una sociedad acorde a sus intereses o, más bien, a los de su casta dominante, siempre bajo el disfraz de la ciencia, del progreso y de lo «público». Tan convencidos parecen de su bondad, por más que sólo oculte su propio provecho, que compulsivamente lo imponen. El que los supuestos interesados lo rechacen e incluso huyan del sistema público, tan avanzado, no parece preocuparles; frente al progreso no cabe libertad y, además, lo que les importa es gestionar muchos fondos por pocos individuos, democráticamente elegidos Nunca se ha visto al sector defensor de lo público invocar respecto a ello el mismo grado de libertad de opción que atribuyen, por ejemplo, a las decisiones sobre cuestiones sexuales. Lo que se juega el poder dominante es suficientemente significativo como para no permitir que la libertad agriete el compacto entramado económico-ideológico de lo público, negocio del que nunca se habla. no que seguramente las conoce mejor, puesto que ha sido elegido para ello, pero por quienes las desconocen. Así se constituye en proto-educador no sin gran provecho para su turbio negocio ideológico. Por lo demás, el simple dato de que nominalmente todos consideremos importante a la educación no resuelve algunos problemas cuya solución sería condición para poder compartir los medios y el espacio educativo público pues no dice nada de qué, ni cómo, ni para qué hay que educar. Para otros, la educación es primordial y le dedican ingentes esfuerzos, a esa consideración contribuye poderosamente el que nosotros vivamos en una cultura y una sociedad que, en gran parte, son resultado de un proceso educativo continuado durante siglos, de cuya historia nos reconocemos formando parte en cuanto gozamos un orden social, una economía, un arte, una literatura, una ciencia, unas formas de vida que dependen de la religión y la moral a esa cultura asociadas Desde este mismo punto de vista es de vital importancia la educación moral puesto que el éxito o el fracaso de nuestra vida y la confianza que otros puedan depositar en nosotros dependen fundamentalmente de nuestras condiciones morales (de las condiciones más que de las simples convicciones) y de las religiosas, puesto que el sentido de la gran tradición cultural depende de la fe, el de la esperanza básica del hombre que impulsa sus esfuerzos también. Es igualmente importante la educación política de las personas; de la misma manera que para administrarse bien se requieren ciertos conocimientos de economía, también resultan valiosos otros políticos, pese a que en una democracia no se precise ningún tipo de formación para participar votando. En esta línea la nueva asignatura podría venir a SE HAN APROVECHADO ALGUNOS DEFECTOS CONOCIDOS PARA PROPONER CAMBIOS QUE, CON EL SEÑUELO DE MEJORAS CULTURALES O SOLUCIONES CIENTÍFICAS, SÓLO OFRECEN RESULTADOS IDEOLÓGICOS LUCRATIVOS AL PODER MUNDIAL DOMINANTE LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN Todo el mundo supone que la educación es importante. Sin duda lo es, pero el mero hecho de atribuirle importancia no necesariamente se traduce en la aplicación de los esfuerzos requeridos por esa categoría; mucha gente no se la toma en serio a título personal debido al esfuerzo que requiere. Otros excesivamente preocupados por gestionar sólo su alimentación, su deporte, su ocio o su sexualidad muestran la más completa desidia respecto a la educación y delegan tácitamente sus necesidades educativas en un gobier- 15 Núm. 87 L.E.A. ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA llenar un cierto vacío, pero sobre el contenido con el que se ha de llenar no parece que se pueda conseguir un acuerdo. TAMPOCO ES INFRECUENTE ACUSAR A LA EDUCACIÓN LIBRE O PRIVADA DE NEGOCIO, A CAMBIO NUNCA SE HABLA DEL NEGOCIO DE LO PÚBLICO Dificulta el compromiso el que, en manos del actual gobierno, los objetivos del sistema público y de la enseñanza libre difieren casi radicalmente. La enseñanza pública busca evitar problemas sociales: paro, drogadicción, delincuencia, marginalidad, etc., conduce al entretenimiento y la estabulación, a explotar un cautivo yacimiento de votos. La tradicional educación libre busca elevar el nivel intelectual, hacer buenos profesionales y mejores personas en definitiva, para ello necesita contar con la moral y la religión. Ninguna consigue plenamente los objetivos, pero el fracaso de las aspiraciones de la educación pública no se critica con la misma ferocidad que al de la escuela libre, con ser menor. Por lo demás, la divergencia de objetivos hace imposible cualquier acuerdo que no sea meramente ocasional o accidental. Imposibilita toda conciliación el que la educación moral y religiosa, lamentablemente, sea vista como un obstáculo a la transformación social para conseguir un mundo con seres humanos más seguros de sí mismos y, a la par, más dóciles con el poder mundial dominante y sus gobiernos. En esos gobiernos se deposita la responsabilidad de aquello que algunos no consideran oportuno ocuparse, como la educación, por tener que ir al fútbol, por ejemplo. Si prácticamente hay que pedir perdón por existir educativamente, ¿cómo se puede lograr en esas condiciones la confianza precisa para un acuerdo? El afán exterminador de la libertad religiosa por el 16 L.E.A. Núm. 87 socialismo hace imposible cualquier dialogo y compromiso sobre la educación y la imposición de esa nueva asignatura un peligro claro porque va dirigida a sepultar la dignidad personal del hombre. ¿CUÁLES SON LOS RIESGOS? Quizá el principal riesgo de la nueva propuesta es encadenar a las personas al carro que arrastra hacia el monopolio educativo donde la educación libre sea residual y el «montaje» de la planificación absorba cualquier iniciativa personal o comunitaria; pero no menos peligroso es la transformación cultural que persigue y para la que necesita una disolución moral y su correspondiente restricción de libertad Los riesgos están en sus costes, el peligro mayor es su carácter irreversible: el totalitarismo socialista al que se dirige. EL COSTE EN LIBERTAD Los riesgos inherentes al monopolio están suficientemente estudiados y desacreditados en la economía, lo que no significa que no haya que hacer un esfuerzo constante por evitarlos; el riesgo es mayor cuando se monopolizan los aspectos culturales y morales de la vida humana, por más que habitualmente vayan unidos a los económicos Cualquiera que haya leído la novela 1984, de Orwell, puede comprobar hacia dónde conduce el proyecto de planificación global, implícita en la educación para la ciudadanía. El que esa obra presente más parecidos con las actuales circunstancias políticas que con el stalinismo en el que está inspirada resulta aún más preocupante si cabe. Los calamitosos resultados de la planificación del sistema soviético producen asombro, sobre todo por lo poco que se ha aprendido de tan monstruoso sistema político y los intentos de reimplantarlo larvados en la educación para la ciudadanía. Del mismo modo que recientemente China ha admitido la propiedad privada sin que se haya hecho examen de conciencia acerca de los millones de crímenes cometidos para abolirla (en realidad, los socialistas no pueden hacer examen de conciencia, sino autocrítica), con la educación sucede algo similar, si bien sus consecuencias se pueden encubrir más fácilmente; basta acudir al pluralismo para explicar tanto el que en España los padres no puedan elegir libremente la lengua en la que estudien sus hijos como tampoco su educación moral. El propio título de la asignatura nos dice que no se va a educar para la humanidad, sino para la ciudadanía. Incluso en el caso de que eso no signifique lo mismo que simbolizaba para los revolucionarios franceses, en cuyo caso habría que temblar, lo cierto es que educar seres humanos según las necesidades del sistema político es fraudulento; éste sólo necesita consumidores de lo que produce (de alimentos, de vestido, de política, de tráfico, de ocio, de «cultura»... de drogas incluso), no necesita buenas personas como exige el carácter personal del hombre; la educación no se orienta a mejorar la personalidad, sino a evitar problemas sociales, como la drogadicción, la delincuencia, la violencia de género, pero no así la terrorista. El politicismo de la ciudadanía ahoga el humanismo de la personalidad. EL COSTE CULTURAL Pero el actual intento de modificar la educación también pretende sustituir una cultura por otra; en este caso nuestra propia cultura es la que puede ser eliminada. Para entender lo que esto representa podemos preguntarnos cómo quedan los logros de una cultura bajo el dominio de otra radicalmente diferente e, incluso, opuesta. Pensemos cómo quedaría, por ejemplo, el Museo del Prado bajo un predominio político o social islámico donde no se acepta la representación de imágenes. Nos ayudaría a hacernos una idea de cómo puede acabar, bajo un completo predominio socialista, no sólo el Museo del Prado, sino la literatura barroca, la mística, los edificios religiosos que dotan de personalidad a nuestras ciudades, muy probablemente convertidos en almacenes como lo fueron en la época soviética; cómo aparecería nuestra historia, lo hemos visto ya en muchas de sus películas, ridiculizada y vilipendiada por una utopía nunca desvelada. Ese cambio depende de la educación en la medida que ésta es el vehículo transmisor de una cultura, cuyos principales elementos deben considerarse logros, conseguidos con esfuerzo; pero su valor intrínseco no evita que otras culturas los desprecien y que quieran destruirlos al verlos como meros obstáculos para la implantación de la propia. En la nueva asignatura eso se persigue con el modelo de ciudadanía y de lo público. La presentación de lo público como único espacio adecuado para la educación es una trampa, acentúa la lucha por el control del espacio público, dominar ese marco es inseparable de mantenerse en el poder. A los efec- tos de conseguir ese control cualquier estrategia vale, también vale cualquier medio. La cultura más selecta no puede concurrir en un ámbito donde se siguen reglas destructivas del valor y de la nobleza de sus realizaciones; la cultura de consumo del poder se impone. El coste cultural no es aceptable más que para quienes carecen de cultura. EL COSTE MORAL Si ya la libertad queda malparada, no menos vulnerada resulta la moral que le es inherente. La educación moral es necesaria en la conformación de la personalidad, exige un esfuerzo cognoscitivo y una adecuada ejercitación práctica. Tradicionalmente se ha vinculado toda la educación, incluida la moral, al talento, al esfuerzo a la constancia, al espíritu de superación, al amor a la sabiduría y a la admiración por la verdad por encima de cuales sean sus exigencias. También la educación moral se basa en el amor al bien y el sacrificio para su realización o consecución. Pero ese esfuerzo moral necesario realizar para llevar a cabo una vida moral, similar al que fue preciso para que se llegara a estrenar, por ejemplo, la novena sinfonía de Beethoven, se banaliza por el pluralismo que relativiza y desconoce cualquier esfuerzo en virtud de un gusto musical o moral informe LA NUEVA ASIGNATURA PODRÍA VENIR A LLENAR UN CIERTO VACÍO, PERO SOBRE EL CONTENIDO CON EL QUE SE HA DE LLENAR NO PARECE QUE SE PUEDA CONSEGUIR UN ACUERDO Pero al pluralismo que anula el valor moral de la vida se le une la alucinógena suposición de que el Estado tiene más interés en la educación de las personas que sus padres, lo que pone la base para la suplantación de éstos por los funcionarios del Estado, convenientemente adiestrados y adoctrinados en 17 Núm. 87 L.E.A. ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA pluralismo, que opera la nueva asignatura. La supresión del esfuerzo moral se consigue con la mera estabulación en los colegios, con la hijos no ocupan en el sistema colectivista, sino que la paga al más del doble del precio de lo que a él mismo le cuesta un colegio selecto. La generosidad de los padres y su preocupación con respecto a los hijos es encomiable, muchas veces el esfuerzo se compensa con los resultados, pero eso no justifica tener que pagar más del doble del servicio que se recibe o que incluso no se recibe Igualmente, en la perspectiva del actual furor legislativo contra la libertad de enseñanza, el dato de cuánto pagan los sectores neutralizados por la educación pública es una pregunta que nunca se expresa y la información sobre la misma nunca aparece; así se evita la crispación, como dice el refrán: ojos que no ven corazón que no siente. EDUCAR SERES HUMANOS SEGÚN LAS NECESIDADES DEL SISTEMA POLÍTICO ES FRAUDULENTO; ÉSTE SÓLO NECESITA CONSUMIDORES DE LO QUE PRODUCE, NO NECESITA BUENAS PERSONAS COMO EXIGE EL CARÁCTER PERSONAL DEL HOMBRE visión lúdica de la enseñanza, en continuidad con las televisiones, para hacer una sociedad anodina, insensible a las exigencias de la verdad, con una adaptación mimética y casi inconsciente a los intereses del gran poder dominante Si no es libre tampoco se puede considerar moral esa educación para la ciudadanía. EL COSTE ECONÓMICO Conocer el coste financiero de la educación es igualmente importante, y lo sería más si se evaluara el rendimiento. Pero sobre ellos hay una densa opacidad informativa y contable. Si no conocemos el coste no podemos tomar conciencia del agravio que supone que la educación pública tenga el doble del coste de la educación libre El coste medio de la plaza escolar, según un reciente informe del Consejo Económico y Social de la Comunidad de Madrid, ronda los 7.200 Euros por alumno, para una plaza universitaria, aunque el alumno normalmente sólo paga unos 1.200 Euros (esto es un 16,7 por ciento), como quiera que en la enseñanza privada cuesta, poco más o menos, la mitad, necesitaría una justificación de ese derroche de recursos del sistema público, pero no aparece por ninguna parte, ni siquiera se pide. Por otra parte, lo cierto es que cada familia que paga la educación de sus hijos, por los motivos que sean, en escuelas libres paga más del doble; no sólo paga la plaza que sus 18 L.E.A. Núm. 87 La ausencia de sendos datos presenta los rasgos característicos de una estafa, aunque sin la adecuada tipificación penal. Respecto a ello la retórica de lo público no puede ser más que el embaucamiento de un timo. Sólo mediante la imposición coactiva de lo público se implanta aquello cuyo coste nadie aceptaría si pudiera hacer cuentas libremente. ¿CÓMO AFRONTAR LOS RIESGOS? La preocupación por el significado de los cambios legales es ya importante, al menos no denota pasividad o desinterés que, en un tema como el de la educación, sería nefasta. Mucha gente está más preocupada por su alimentación, su salud, su ocio, que por su educación o la de sus hijos (al menos están dispuestos a pagar más por ello), lo cual es condición para abdicar de sus responsabilidades y para que otros vengan a considerarse gestores desinteresados de esa dejadez. No obstante, amplios sectores sociales todavía son conscientes de la importancia de la educación y de los riesgos que afronta. Pero la simple preocupación es insuficiente. Conduce a la negativa cultura de la queja que se presenta al presenciar un borrascoso horizonte y que frustra tantas posibilidades e incluso tantos esfuerzos. Más allá de la resignación pasiva está la crítica, que también es frecuente. Pero la crítica es destructiva. No tiene sentido su utilización por quienes tienen algo que ofrecer. En cierto modo, es la razón de por qué sólo ha sido utilizada tan eficazmente por la Ilustración y el socialismo como corrosivo del orden social. Sus derivados, la objeción de conciencia y la desobediencia civil, esti- mo que tampoco son medios adecuados para afrontar este reto a la libertad. Son medios de protesta que seguramente favorecerían al gobierno. Al fin y al cabo provienen de su ámbito ideológico e implicarían jugar con sus reglas y sus marcadas cartas, de modo que siempre estaríamos en desventaja, no podríamos dejar de pagar los tributos que nos asignen y ellos los gestionarían, pese a protestas más o menos testimoniales, contra nosotros mismos, como ahora. En cierto modo, el continuo oleaje que ha ido erosionando el modelo de educación moral nos muestra que no se puede permanecer en la pasividad ni en la queja indefinida. Otra posibilidad sería el diálogo y el acuerdo o compromiso entre grupos sociales antagónicos. Pero de los últimos años podemos aprender que cualquier acuerdo es siempre inestable y los temores al sometimiento no se disipan nunca, la necesidad de mendigar libertad educativa al gobierno tampoco. El sistema anula múltiples iniciativas, agosta la libertad auténtica en el sucedáneo del pluralismo. No se puede dialogar en condiciones diseñadas específicamente para que la libertad educativa no dé fruto. Si nos mantenemos en él pocas garantías de éxito tenemos. Tampoco cabe dialogo cuando no se comparte una empresa moral y cultural común –que no es lo mismo que pública–. Pese al la inviabilidad del diálogo que he mencionado, creo que hay que ser constructivos y positivos. Caben dos posibilidades: atenerse a los cauces establecidos (por lo general lo establecido es poco innovador) o innovar con decisión (es lo más fructífero, tanto en materia educativa como en otras). En mi opinión, la principal innovación que podemos aportar a la libertad educativa está en la gestión comunitaria de la propia educación al margen del sistema estatal que trata de neutralizarnos, pero sin que éste pueda sofocarla financieramente, como hace ahora. Es una condición para que haya libertad real. El que cada comunidad cultural o social pueda articular su propia organización educativa abre la vía a una competencia entre sistemas o empresas educativas frente al actual paradigma impositivo de lo público. La competencia libre es el marco en que las propuestas educativas deben evaluarse allí donde no son conmensurables los objetivos ni los presupuestos ni nada. Que cada comunidad social o cultural organice su propia educación conlleva el riesgo de fracaso inherente a toda empresa humana. La propaganda de la educación pública parece que no reconoce riesgos similares en su propuesta; no es que esté exenta de ellos sino que los defensores de lo público tienen más facilidad para ocultar sus fracasos en el maremagno del pluralismo que les ofrece una enorme capacidad de enmascarar los fiascos o acusar de ellos a sus enemigos, para lo que necesitan de la referida crítica. Pero la experiencia acumulada por instituciones que llevan siglos dedicadas a la educación, a veces en las circunstancias más adversas y hostiles, incluso con persecuciones cruentas, nos hacen ser optimistas respecto a ese posible fracaso y esperanzarnos con el futuro de la libertad. SÓLO MEDIANTE LA IMPOSICIÓN COACTIVA DE LO PÚBLICO SE IMPLANTA AQUELLO CUYO COSTE NADIE ACEPTARÍA SI PUDIERA HACER CUENTAS LIBREMENTE 19 Núm. 87 L.E.A. ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA El acoso escolar Bullying-Maltrato entre iguales Francisco Javier González Sánchez Orientador INSULTAR ES LO CORRIENTE, TE PERSIGUE, TE AMENAZA… ODOS los que de una forma u otra tenemos relación con el tema de la educación estamos cada vez más familiarizados con términos como «acoso escolar», «bullying», «maltrato entre iguales»… Es más, dada la relativa frecuencia con la que los medios de comunicación se hacen eco de casos relacionados con estos términos, podemos afirmar que es la sociedad en general la que, por desgracia, cada vez es más consciente y cada vez tiene más noticias de hechos ligados a los términos anteriores. Evidentemente el problema no es que esto transcienda y todos estemos al día de tal caso en tal colegio o instituto, sino, la nada deseable frecuencia y gravedad de lo que sucede, si bien hay que aclarar que muchas veces las cosas se magnifican en gran medida. T Aunque nos resulte un tema de relativa actualidad, que lo es, las primeras investigaciones y trabajos sobre el bullying se llevan a cabo por un psicólogo noruego llamado Dan Olweus en 1973, mientras que en Inglaterra existe, desde hace tiempo, un tribunal para casos de bullying además de servicios de ayuda y asesoramiento ante problemas de esta índole. En España todo lo relacionado con este tema es más reciente, basta con señalar que el primer informe oficial al respecto, que procede del Defensor del Menor, es del año 1999. A lo largo del artículo veremos en un primer momento a qué llamamos bullying, qué debemos entender por maltrato, acoso… También analizaremos las partes que, en situaciones de bullying, están presentes, y las características psicológicas, emocionales, relacionales, etc… que suelen darse como si de un patrón más o menos estable se tratara. El término «bully» tomado del inglés significa «matón», «agresor». La forma «bullying» nos sitúa ante una acción determinada, llevada a cabo por alguien con una intención y finalidad muy concreta. Podemos hablar del desarrollo de un amplio abanico de conductas como pueden ser; excluir a alguien, «hacerle el vacío», agredir físicamente, robar, etc… Son muchas las definiciones que podemos encontrar del término bullying, aunque todas suelen incluir los mismos conceptos y hacer referencia a los mismos aspectos: 20 L.E.A. Núm. 87 A COS O PSICO LÓGIC O, MORA L Y/O FÍSICO DONDE UN CHIC@ O CHIC@S MÁ S FUE RT ES, MÁS GR AN DE S Y CON MÁS PODER QUE OTRO, COMETEN ABUSOS SOBRE ÉSTE De esta y otras definiciones podemos extraer que cuando hablamos de bullying estamos ante una conducta agresiva que se manifiesta de un modo intencional, tiene un fin desde el momento en que se planea, desde que se decide actuar de ese modo. Son conductas y actuaciones que se manifiestan con una persistencia, sistematicidad y de manera tan habitual que nos permite afirmar que no nos encontramos ante una pelea, discusión, enfrentamiento…, tan relativamente frecuentes en una clase, en un patio de recreo, en un colegio… Va a existir también, en las situaciones de bullying, un claro desequilibrio entre los «participantes». Este desequilibrio se manifiesta de varias formas posibles; el provocado por la desigualdad de la fuerza física, el derivado de la posición, el rango, el estatus dentro del grupo, o simplemente el que aparece cuando el maltratador no es tal, como individuo, sino un grupo. Como última característica decir que estas situaciones de maltrato, de bullying, van a permanecer ocultas. Se darán de forma secreta y/o desconocida por los adultos. Esta situación se va a ver favorecida por el hecho de que hacerla pública puede suponer un aumento de las situaciones de maltrato para la víctima que ya lo es o la aparición de nuevas víctimas que se convierten en tales en cuando denuncian las conductas que estamos viendo. El acoso, el maltrato, el bullying, por tanto, puede no ser sólo físico (golpes, zancadillas, pinchazos, patadas, o bien hurtos o estropeo de los objetos propiedad de la víctima), ya que las características anteriores de: conducta agresiva, intencional, habitual, con un desequilibrio entre «participantes» y que siempre tenderá a permanecer oculta, pueden manifestarse también de forma: Verbal: insultos, humillaciones o amenazas. Social: exclusión, ninguneo, difusión de rumores y calumnias contra la víctima. Psicológica: acecho, o gestos de asco, desprecio o agresividad dirigidos contra la víctima, minan su autoestima, provocan situaciones de temor, ansiedad… Ha aparecido la palabra «participantes» en varias ocasiones, y es que otra característica «común» a las situaciones de bullying es la presencia de tres agentes que siempre van a estar presentes; el agresor/es, la víctima/as y el parte más obviada que son los espectadores. El agresor lógicamente va a ser quien lleve a cado las conductas de maltrato, en cualquiera de las formas que ya hemos visto, bien en una sólo de ellas o bien en forma combinada (físico, social y psicológico), que será lo más frecuente. El rol de agresor suele ser adoptado por chic@s que raramente son brillantes en el campo académico. Son alumnos que cuentan con prestigio entre sus compañeros, son líderes, son admirados aunque no necesariamente por su papel de maltratador. Van a tener una personalidad compleja y problemática, no presentarán sentimientos de culpa, arrepentimiento… y siempre tendrán una excusa para intentar justificar sus actos. Es curioso que un alto porcentaje de chic@s que son agresores, con anterioridad, han desempeñado el rol de víctima. ME EMPUJÓ, ME AGARRARON ENTRE DOS… Por otro lado, analizando a las víctimas, su personalidad, su forma de enfrentarse al día a día y su modo de responder ante las situaciones que se le presentan, las víctimas del acoso escolar generalmente presentan escasas habilidades sociales, poco repertorio de habilidades para interrelacionarse y comunicarse. A diferencia de los agresores/as, las víctimas normalmente son muy valoradas por los profesores y tiene un buen rendimiento académico, son alumn@s brillantes. Otro aspecto muy presente, aunque no podemos hablar de ello como algo pres- 21 Núm. 87 L.E.A. ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA vierte en «la pescadilla que se muerde la cola». AL PRINCIPIO NO DIJE NADA, ME QUITABAN LOS ZAPATOS, LOS TIRABAN, LA MOCHILA… criptito o determinante, ni mucho menos, en las víctimas de maltrato escolar es la presencia de rasgos físicos determinados como pueden ser; mayor peso del «normal», el uso de gafas, ortodoncias, etc… Son chic@s que tienden a tener una autoestima muy baja, que unido a todo lo demás desembocará en una apariencia débil y una incapacidad de afrontar y resolver las situaciones problemáticas que se les presentan. Podemos decir en este punto que la situación de maltrato se con- El tercer elemento a analizar dentro de una situación de maltrato escolar son los espectadores. Anteriormente hemos recalcado que una característica clara del bullying es que permanece oculto, que pasa desapercibido, que nos es muy difícil detectarlo in situ a los adultos, pero ¿y el resto de compañeros? Ellos sí conocen la existencia de estas conductas y generalmente saben cuándo, cómo y dónde se dan y obviamente conocen al agresor/es y a la víctima/as. Serán, por tanto, los espectadores un punto clave a la hora de intervenir ante el maltrato escolar, bien cuando lo hagamos con carácter preventivo, bien cuando intentemos atajar un problema ya existente. Si analizamos las distintas formas posibles de actuar que van a presentar los espectadores, una vez que son sabedores de la existencia de maltrato hacia alguno de sus compañeros, tenemos que los espectadores podrán desarrollar una actitud: Antisocial: con esta actitud los espectadores refuerzan al agresor, aprueban el modo de actuar de este, promueven el que las situaciones de maltrato se mantengan y vayan a más. Con ello, muchas veces, los espectado- – Casi un 6% de los alumnos españoles han vivido en sus propias carnes el fenómeno conocido como «Bullying», que convierte a algunos escolares en víctimas de sus propios compañeros. – El 90% son testigos de una conducta de este tipo en su entorno. – El 30% han participado en alguna ocasión ya sea como víctima o como agresor. – Entre el 25 y el 30% de los estudiantes de primer ciclo de ESO afirma haber sido víctima alguna vez de agresiones. – El 5,6% es actor o paciente de una intimidación sistemática. – El 34,6% de los alumnos reconoce que no pediría consejo a su profesor en caso de encontrarse en una situación de violencia. – Sólo 1 de cada 3 de los que lo sufren son capaces de denunciarlo (33%). – El 37% cree que no devolver los golpes les convierte en cobardes. – El 40% de los pacientes psiquiátricos fue víctima de un «matón» en el colegio. Bullying: Acoso escolar, Isabel Menéndez Benavente, Psicóloga 22 L.E.A. Núm. 87 res lo que buscan es que no sean ellos víctimas en un futuro. Neutrales: los espectadores «simplemente» se limitan a no querer «ver» el problema, más exactamente, lo ven, lo conocen sobradamente pero no lo demuestran, no se muestran «activos» ni para reforzar ni para denunciar lo que conocen. Prosociales: son aquellos espectadores que muestran una actitud colaborativa, van a denunciar la situación y tratar de ayudar a la víctima. Lógicamente como educadores nos interesa inculcar en nuestros alumnos actitudes de tipo prosocial, independientemente de que actuemos de forma preventiva o ante un conflicto ya dado. Si esta es la actitud que debemos buscar, será, por lo tanto, interesante conocer aquello que hace que ésta no se dé, y orientar nuestro trabajo a ayudar a los espectadores a que se muestren colaboradores y prosociales. El alumno espectador va a estar condicionado por un temor a ser víctima una vez que desenmascare el maltrato. Esta actitud va a generar y/o reforzar sentimientos y formas de actuar tales como; aprender a ser pasotas y mirar hacia otro lado, desensibilización hacia la violencia y el sufrimiento de los demás, considerar la violencia como algo inevitable, aprender a no ser solidarios, aprender a encontrar justificación a los maltratos… Al inicio del artículo decíamos que el bullying hoy día es algo que no podemos obviar, que está presente en nuestras aulas, nuestros centros, nuestras sociedad pero que también era cierto que en numerosas ocasiones, sobre todo por parte de los medios de comunicación, el tema se ha magnificado y agravado en sobremanera. De todos modos si analizamos el tema ayudados por los datos numéricos vemos que verdaderamente estas situaciones, tan poco deseadas por todos, están demasiado presentes, realmente cualquier dato, del tipo del que sea, y que ponga de manifiesto una sola situación de maltrato ya está demasiado presente. Poco a poco hemos ido desgranando, de forma breve, qué debemos entender por bullying, acoso escolar o maltrato entre iguales. Hemos comentado las posibles formas que este tiene de manifestarse, así como las partes que están implicadas cuando esto ocurre. A partir de aquí habría que centrarse en qué podemos hacer desde la escuela como educadores que somos, cómo poder abordar este tema desde el prisma de los propios alumnos, pero también como maestros y profesores, y cómo, no con las familias ya que no podemos olvidar que también en este tema, como en tantos otros por no decir todos aquellos que están relacionados con la educación de nuestros alumnos, es válida la vieja «teoría del taburete»; chic@s-educadores-familia, si falla alguna de las tres patas el taburete está cojo. TUVE MUCHAS GANAS DE “DESAPARECER”, POR NO AGUANTARLO… Estamos pues ante un tema suficientemente grave, habitual y que poco a poco se va convirtiendo casi en cotidiano. No podemos dar por sentado que esto es algo «normal», algo inevitable, algo que tiene que estar presente en nuestras aulas por los momentos y las circunstancias que vivimos. Debemos estar atentos, debemos diseñar planes y proyectos de prevención y debemos implicarnos todos, cada uno desde su posición, con el objetivo claro de que noticias que a todos nos llegan, casos más o manos cercanos relacionados con este tema no se repitan nunca. BIBLIOGRAFÍA AVILÉS MARTÍNEZ, J. M.ª (2001), «Bullying: intimidación y maltrato entre el alumnado», Bilbao, Stee-Eilas. TORREGO, J. C. (2000), «Mediación de conflictos en instituciones educativas. Manual para la formación de mediadores», Madrid, Narcea. CEREZO RAMÍREZ, F. (1997), «Conductas agresivas en la edad escolar», Madrid, Pirámide. CEREZO RAMÍREZ , F. (2002 ), «La violencia en las aulas», Madrid: Pirámide. 23 Núm. 87 L.E.A. ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA Buscando las raíces agustinianas en San Gimigniano GRUPO SAN ALIPIO San Lorenzo de El Escorial. Monasterio http://www.archimadrid.es/laicos/agustinos Siete miembros del grupo San Alipio, acompañado de un matrimonio, todos amigos, conseguimos la ilusión de residir en San Gimigniano, en el centro de la Toscana, los días 21 al 29 de abril del presente año 2007. Nos recibieron los PP. Brian (Provincia Villanova), Ian (Provincia Inglaterra/Escocia) y Michael (Provincia Australia) no sólo con los brazos abiertos, sino con el corazón y el alma en unidad. STE viaje ha sido el feliz cumplimiento de una invitación que en Ostia Tiberina nos hizo el P. Brian, con ocasión de la lectura de pasajes de la vida de san Agustín en Las Confesiones, dirigido por él a los congresistas del Congreso Laical en Roma (julio de 2006). E 24 L.E.A. Núm. 87 BREVE HISTORIA DE NUESTRO VIAJE. ¿POR QUÉ LO HICIMOS? Desde el año 1999 nuestro grupo «san Alipio» decidió adentrarse en el estudio de las obras de San Agustín cuando era laico, ya que deseábamos saber qué hacía él en una época similar a la nuestra, cuando intentaba crecer en la fe (en números anteriores de LEA habéis tenido ocasión de leer los resúmenes que hemos realizado de algunas de sus obras filosóficas). Las Confesiones es el libro preferido por nuestro grupo y ante la invitación del P. Brian. en la que nos ofertó profundizar en las oraciones espontáneas que aparecen en él, nos pusimos con ahínco a preparar nuestro viaje para realizar este deseo. Su invitación tenía un doble sentido: conocer más a fondo Las Confesiones y realizar una peregrinación a los orígenes de la Orden de San Agustín. Se trata de un viaje hacia la interioridad agustiniana basado en el conocimiento de los orígenes de la Orden en distintos eremitorios, dado que en su nacimiento, fue un movimiento laical. ¿DÓNDE ESTÁ SAN GIMIGNIANO? Es un maravilloso pueblo de origen etrusco del período helénico (III-II aC) situado en el centro de la Toscana. Empezó su historia alrededor del siglo x con el nombre del santo obispo de Módena, que en el siglo VI salvó la ciudad de las hordas bárbaras de Totila. Tuvo gran desarrollo en la Edad Media gracias a la calle «Francigena», importante vía comercial, que lo atravesaba, y a un extraordinario florecimiento de la actividad artística con obras que adornaban iglesias, palacios y conventos. En 1199 será municipio independiente y comenzó su potente desarrollo urbanístico. Sufrió luchas internas dividiéndose en las dos facciones la de los Güelfos y Gibelinos. La terrible peste de 1348 dio un duro golpe a la economía e indujo a los responsables del gobierno de la ciudad a declararse vasallos de la ciudad de Florencia. Esto no ayudó a la ciudad de San Gimigniano que en los siglos siguientes sufrió una degradación y un abandono importante. La belleza de la ciudad, su importancia artística y arquitectónica y su incomparable entorno natural ha contribuido en los últimos años a una recuperación económica y cultural. Se la conoce como el «Nueva York» de la Edad Media ya que conserva 14 de las 72 torres medievales que poseía. En san Gimigniano, en la plaza de san Agustín está ubicado el monasterio del mismo nombre que fue construido entre 1280 y 1298. Consta de un convento con un bello claustro, y una iglesia de una sola nave, coronada en su cabecera con tres ábsides ojivales de planta cuadrada. Todo es bello en ella. Lo más significativo son los frescos del coro realizados por Benozzo Gozzoli, en los que realiza una profunda visión acerca de la vida de San Agustín, pintados entre 1461 y 1464. Este convento fue expropiado a la orden en una desamortización gubernamental, similar a la realizada en España por Mendizábal. En 1861 los monjes camaldulenses ocuparon la abadía y se encargaron de la liturgia de la iglesia hasta principios del siglo XX. En 1927 los agustinos regresaron y establecieron un noviciado para todas las provincias agustinianas de Italia. Actualmente una comunidad internacional de agustinos vive y trabaja allí donde en el siglo XII nació por voluntad de la Iglesia, la Orden de San Agustín. El P. Brian es el superior de este convento donde anima y desarrolla, con la ayuda del P. Ian y en ocasiones con el P. Michael, un proyecto de comunidad de «acogida y centro de espiritualidad agustiniana» abierto tanto a religiosos como a laicos. Estos PP. agustinos, que se han impuesto la inmensa tarea de mantener este hermoso convento de San Gimignano, nos han demostrado su hospitalidad, su buen hacer, y su incansable actividad de incrementar y animar la espiritualidad agustiniana. Nosotros pensamos que la belleza de las pinturas que Benozo Gozolli plasmó en la iglesia del convento está por todas partes, reflejando el espíritu vivo y reencarnado de san Agustín, transcendiendo en el tiempo y contagiando a cuantos tienen la suerte de pasear por sus claustros y convivir dentro de sus paredes. Hemos rezado laudes, vísperas y asistido a la misa, e incluso alguien del grupo se ha encargado de tocar la campana para actos comunitarios. Hemos compartido con la comunidad el pan, la pasta al «dente», el café, y muchas más viandas de mano de una ejemplar Loreta, a quien Dios le premie sus cuitas por el bien de todos. Nuestro trabajo durante la estancia en la Toscana se ha dividido entre charlas de introducción a las visitas realizadas a los eremitorios y lectura y meditación de las oraciones espontáneas que aparecen en Las Confesiones, que se caracterizan por ser oraciones de deseo. Un deseo que se identificaba profundamente con él que nos había llevado a proyectar este viaje. PEREGRINACIÓN A LOS ORÍGENES AGUSTINIANOS La primera etapa de nuestra peregrinación se inicia en el convento de San Agustín en San Gimigniano. La primera sensación que 25 Núm. 87 L.E.A. ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA se experimenta al entrar en la capilla (antigua sala capitular) es la de retroceder varios siglos en la historia. Este convento no estuvo desde el principio, ya que no hubo ninguna ermita original en este lugar. En 1272 los frailes se habían establecido a cinco kilómetros de la ciudad, en un pueblo llamado Racciano (caminando 40 minutos encontramos aún la casa); al ser un lugar peligroso, por la existencia de ladrones y salteadores, los agustinos solicitaron en 1280 a los gobernantes de San Gimigniano el establecerse dentro de los muros de la ciudad. El permiso les fue concedido y éste es el comienzo de una larga historia que antes hemos iniciado. Las tres primeras fundaciones de la orden San Leonardo al Lago, Leccetto y Santa Lucia en Rosia, están situadas en torno a la ciudad de Siena y formaban parte de las sesenta y una comunidades eremitas que, en 1243, a instancias del Papa Inocencio IV, tras la publicación de la bula Incumbit nobis, se unieron para formar parte de la Orden de Eremitas de San Agustín, con la regla y forma de vida de dicho Padre de la Iglesia. Este importante movimiento secular consistía en una expansión religiosa que se expresaba en una vida de estricta pobreza, plegaría sencilla y predicación itinerante del Evangelio. Según la leyenda, fue un payaso errante de Mantua quien, después de una conversión radical se retiró a un lugar solitario cerca de Cesena. Aunque era iletrado, su predicación y su vida atrajeron a gran número de seguidores que ejercieron el cuidado pastoral cerca de sus ermitas, manteniendo mientras tanto una vida contemplativa. Desde 1250 estuvieron en las iglesias de santa María del Poppolo en Roma, del Santo Spirito en Florencia. El 9 de abril de 1256, con la bula Licet Ecclesiae Catholicae del Papa Alejandro IV, se confirma la unión de los distintos ermitaños de la zona que seguían tanto la regla de san Agustín como la de San Benito. Esto supuso un paso importante en la reforma de la vida religiosa en la Iglesia. El papa intentó así poner fin a la confusión que se originaba por el excesivo número de pequeños grupos religiosos, canalizando sus fuerzas espirituales en un apostolado de predicación y cuidado pastoral en las nacientes ciudades de Europa (movimiento mendicante del siglo XIII). De esta manera la identidad espiritual de la Orden tuvo dos fundadores: el primero, en la persona de San Agustín, de quien recibió sus conceptos de vida religiosa , especialmente la importancia de la búsqueda interior de Dios y de la vida común. El segundo fue el movimiento medicante por el que la Orden de San Agustín llega a ser una fraternidad apostólica. En nuestra primera salida de San Gimigniano nos adentramos en el pasado visitando los eremitorios de San Leonardo, Lecceto y Santa Lucia. San Leonardo es el más antiguo de ellos. El fundador fue un hombre llamado Benito cuya presencia guió la comunidad durante muchos años. Recibió el nombre de San Leonardo al Lago por estar situado en la orilla del lago Verano, lago que fue desecado en el siglo XIX para evitar la malaria. En su historia ha sido además de eremitorio iglesia rural. En 1245 fue sometido a la autoridad de Lecceto. Dada la peligrosidad de la zona fue fortificado (aún podemos ver parte de la fortificación). La personalidad más destacada que tiene relación con San Leonardo es el beato Agustín Novello, que fue uno de los primeros priores generales de la Orden. En la actualidad pertenece al Estado Italiano aunque dada su importancia arqueológica, durante los últimos quince años las provincias agustinianas de Villanova y Chicago, en colaboración con la universidad de Villanova, han realizado excavaciones para conocer mejor la historia de la vida monástica de este lugar. Detalles importantes para recordar después de la visita son: La Iglesia con sus frescos de San Agustín y Santa Mónica, la gruta, la iglesia románica, las ruinas de la torre, el comedor y su fresco de la crucifixión. 26 L.E.A. Núm. 87 Lecceto es un nombre famoso en los últimos años debido a la atención de los historiadores de la Orden y al renacimiento de la vida contemplativa que ha tenido lugar en este convento tras la llegada de las monjas agustinas en 1972. En el pasado fue considerado un lugar particularmente santo de la Orden y ha sido durante más de 600 años un centro importante de la espiritualidad agustiniana. El primer testimonio escrito que conocemos data del año 1223. Entonces la zona se llamaba «selva del lago» cerca del lago Verano antes citado. El eremitorio no era agustiniano al principio y aceptó la regla a partir de la Unión de 1244. Recibe el nombre de Lecceto por los árboles «lecce», una especie de roble que crece en la zona. Este eremitorio fue fundado por un ermitaño llamado Bonacorso en torno al año 1170, pero el lugar parece haber sido habitado varios siglos antes. Como Lecceto, ha tenido beatos cuyo culto popular ha dado pie a muchas leyendas. Hacia 1569 el remisorio había sido reducido a un apéndice de la comunidad agustiniana de Siena. Hoy sólo quedan ruinas. Sus restos más interesantes fueron trasladados a la casa del actual dueño del terreno. Frailes de distintos lugares de la Orden se refugiaban en este convento para tener una vida contemplativa. Tenemos noticia de William Flete, un inglés de la universidad de Cambridge que decidió venir a Lecceto para refugiarse momentáneamente en la oración, y que se quedó aquí para el resto de su vida ( dada la belleza y paz del lugar no nos resultó extraña la idea y sí muy atrayente). Fue en Lecceto donde nació el Movimiento Observante dentro de la Orden y cuatro de sus priores generales más sobresalientes se formaron tras los muros de este monasterio. Sufrió a partir del siglo XVIII y principios del XIX un gran deterioro, según nos cuenta el P. Brian. En 1968 estaba prácticamente en ruinas. A principios de los años 70 el obispo de Siena decide reactivar la espiritualidad agustiniana en Lecceto. Se inicia la restauración del edificio y en 1972 las monjas agustinas contemplativas de Siena de trasladan a este bello y retirado lugar. La comunidad estaba formada por monjas de avanzada edad y será a partir de 1978 cuando se reciban las nuevas vocaciones. Hoy día es una comunidad joven llena de vitalidad. Nosotros estuvimos el día 24 de abril en que se conmemora la Conversión de san Agustín. Participamos en la celebración de la Eucaristía, doblemente rezada gracias a las espléndidas voces de las jóvenes monjas, incluida música de órgano, salterio y flauta travesera. Recordamos con gratitud la forma tan cariñosa con que fuimos acogidos y la espléndida comida con la que nos obsequiaron las monjas. De Santa Lucía en Rosia sólo podemos contemplar algunos restos de una casa que se ha conservado como granja por los actuales propietarios de la finca en la que está ubicado. REFLEXIONES SOBRE LAS ORACIONES ESPONTÁNEAS EN LAS CONFESIONES Las charlas-estudio que realizamos con el P. Brain sobre las oraciones que aparecen en las Confesiones de San Agustín, nos ratificaron en la predilección y admiración que nuestro grupo siente por la lectura de dicha obra. Las conclusiones fundamentales que podemos encontrar al leer y reflexionar sobre ellas son: – Las Confesiones son una obra de alabanza a Dios, en la que San Agustín se dirige al Creador, aunque utilice las palabras, tú, tuya, a ti… que podrían conducirnos a pensar que el libro está enfocado al lector. – Las Confesiones son un diálogo entre Dios y San Agustín. Éste se dirige a Dios cuando le habla de su infancia, adolescencia, estudios, juegos, faltas, errores y su liberación, tras la conversión. Dios le habla a Agustín provocando en él el deseo de orar. – Contraposición pasado-presente. Aunque San Agustín relata su pasado, las oraciones están en tiempo presente. En el pasado el autor busca y encuentra la mano de Dios, esto le «desborda» en un sentimiento que le conduce a la oración. 27 Núm. 87 L.E.A. ACTUALIDAD EDUCATIVA Y PEDAGOGÍA – El análisis del pasado se produce a través de un diálogo interior que se hace presente en la oración. Orar es hablar con uno mismo pero en la presencia de Dios. – La espontaneidad de las oraciones viene dada por el carácter íntimo de las mismas y por la ubicación de algunas de ellas en momentos en los que el autor está reflejando hitos fundamentales de su existencia. Sin embargo cuando se analizan en Latín, lengua en la que fueron escritas, se comprueba la existencia de un trabajo poético en la utilización del lenguaje. Rima, ritmo, contraste de opuesto, juego de palabras… nos indican la transmisión del bagaje cultural de San Agustín a sus textos. – Además, el autor ubica de forma estratégica las oraciones. Las sitúa al principio de un libro: «Dios mío haz que yo evoque estos momentos de mi vida para darte gracias y que conozca tus misericordias para conmigo» (VIII, 1,1), o al final «Señor Dios nuestro, esperamos a la sombra de tus alas. Cobíjanos y llévanos» (IV, 16,31). En ocasiones están situadas dentro de la narración de un acontecimiento significativo (Libro IV. Muerte de su amigo 9-14). – Podemos distinguir los siguientes tipos de oración: a) Oración de Deseo. Libro I, 1,1. «!Grande eres, Señor, y muy digno de alabanza!!Grande es tu poder, y tu sabiduría no tiene medida» (…) «Dame, Señor, saber y comprender que es antes: invocarte o alabarte. Qué es antes: conocerte o invocarte». b) Oración de Alabanza. Libro I, 4,4. «¿Qué eres, pues, Dios mío» (…) «Excelentísimo, buenísimo, poderosísimo, todo poderosísimo, misericordiosísimo y justísimo, ocultísimo y 28 L.E.A. Núm. 87 presentísimo, hermosísimo y fortísimo, estable e inasible…». c) Oración de Esperanza. Muerte de su amigo. Libro IV, 9,14,. «Aquí está mi corazón, Dios mío, aquí está toda su intimidad. Contempla en él mis recuerdos, esperanza mía, que me limpias de las impurezas de estos sentimientos…». d) Oración de Petición. Libro i, 5,6. «Estrecho es el aposento de mi alma para que pueda darte acogida en él: ensánchalo tú. Está en ruinas: repáralo.» e) Oración de Agradecimiento. Libro I, 20, 31. «A pesar de todo, te doy gracias, Señor soberano, óptimo creador y gobernador del universo, aunque hubieras querido que me quedase simplemente en niño…». – Las características comunes de estas oraciones son: a) Humildad. Agustín habla de él mismo como un ser más de la creación. Menciona su incapacidad y su mortalidad. Sus oraciones son ofrecidas a Dios por un hombre pequeño, humilde. b) Inquietud. El deseo de Agustín es simbolizado a menudo por una llama que tiembla y a su vez ilumina de forma estable. Contrapone expresiones de movimiento y reposo «inquieto» hasta «descansar en ti». La búsqueda está presente en todas sus oraciones y el deseo de reposo en Dios. c) La oración supone una parte esencial de la naturaleza humana. La oración implica interioridad. Es la voz interior que a todo hombre habla tenga o no fe. Es la prueba evidente de la “sutileza “de Dios. Mientras se sucedían los días de estancia, han pasado por la hospedería del convento peregrinos a pie, en bicicleta, o en otros medios más cómodos... de todas las nacionalidades: holandeses, italianos, alemanes, norteamericanos, y todos nos hemos sentido en una mágica unidad. También hicimos turismo: Pisa, Siena y Florencia. Incluso estuvimos en el teatro, y en la representación de «Don Juan». Algunos de nosotros fuimos personajes directos de la función mientras otros tenían un ataque de risa peligroso. Magnífico. Todo salió bien. Os sugerimos que vayáis cuanto antes a San Gimigniano a rezar y a conocer la Orden agustiniana. Y también a la gata Camila... El servicio a los hombres Carlos R. Alonso El pasado 16 de junio tres jóvenes agustinos apostaban por un camino de felicidad alternativo. En la edad de los sueños, de los proyectos, no decidieron hacerse ingenieros, ni montar su propia empresa, ni continuar el negocio de sus padres; se lanzaron a una tarea mucho más sencilla y apasionante: llenar su vida con el Evangelio de Jesús de Nazaret. OLANDO, Pedro y Chema. ¡Felicidades por vuestra generosidad¡ En nuestra sociedad todos albergamos la esperanza de encontrar hombres capaces de dedicar su vida a los demás. Todos anhelamos personas capaces de mirar más allá de su propia historia personal y fijar la vista en los otros, en sus necesidades y esperanzas más profundas. Enhorabuena porque queréis que vuestra vida, sea una vida que enarbola como bandera más digna la enseña del servicio. A las 12 de la mañana en la Catedral de la Almudena de Madrid, arropados por sus familiares, sus hermanos agustinos y un montón de amigos más hacían pública su dedicación sacerdotal. Los ordenaba diáconos el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela. Así, daban el último paso para convertirse en sacerdotes. La ordenación de estos tres hermanos agustinos me hacía caer en la cuenta de dos cosas importantes. Primero, en una sociedad que muchos dicen sin cobertura para lo divino y ensimismada en su propia satisfacción y complacencia, el ejemplo de estos jóvenes es un aviso para navegantes. En nuestra sociedad sigue habiendo familias en que se cultiva con espontaneidad y naturalidad la vivencia de valores plenamente humanos y R cristianos, la cercanía, la escucha, la atención, la dedicación…, en los que las personas, los chicos encuentran su camino de felicidad. Que uno opte por ser sacerdote, más allá de la vocación personal que cada uno va atisbando, es un síntoma de que estamos vivos, de que en las familias cristianas la fe se vive con sencillez, pero en profundidad. Es un toque de atención para recordarnos que para llenar una vida el mejor legado no es una libreta de ahorros o un puesto de trabajo que nos asegure el futuro, sino un proyecto que de sentido a nuestros bostezos cotidianos, a nuestros mejores éxitos y peores desvelos. Segundo, en una iglesia en que según algunos no se sintoniza con las inquietudes y aspiraciones de las nuevas generaciones, sigue habiendo sitio para los jóvenes. El proyecto de una vida en comunidad, en la que se vive juntos, se ora juntos, se ríe juntos, se hacen proyectos sociales comunes es un modo de vida que está de capa caída, pero que nada desdice de su meollo más intimo. Esa sigue siendo una opción de vida capaz de hacer feliz a las personas, intentando hacer un poco más felices a los demás. Rolando, Pedro y Chema, ¡mucho ánimo¡ ¡enhorabuena por vuestra decisión¡ 29 Núm. 87 L.E.A. HISTORIA Y LITERATURA 98 Mártires Agustinos serán beatificados el 28 Modesto González Velasco, OSA Real Monasterio San Lorenzo de El Escorial El 19 de diciembre de 2006 una comisión de Cardenales, nombrados por la Congregatio de Causis Sanctorum, aprobó la Causa de beatificación y declaración de martirio de los Siervos de Dios, Avelino Rodríguez, sacerdote profeso de la Orden de San Agustín, y de 97 compañeros agustinos, además de 6 compañeros del clero secular, muertos, según se dice, por odio de la fe, en el año 1936. Esta Causa es una de 23 Causas martiriales, que en conjunto reúnen 498 mártires, sacrificados de 1934 a 1937 en la persecución religiosa, que en los años treinta se desató en España contra la Iglesia. Los 498 mártires serán beatificados el 28 de octubre de este año en Roma. L anuncio de esta buena noticia se ha hecho en España a través de un Mensaje con el título Vosotros sois la luz del mundo (Mt 5,14), aprobado por el episcopado español en su 89.ª Asamblea Plenaria, celebrada en Madrid. E Los 98 mártires agustinos pertenecen a tres provincias religiosas: 68 a la Provincia Matritense (o de San Lorenzo de El Escorial), 29 a la Provincia de España (o de Sta. María de La Vid) y 1 a la Provincia de Chile. Todos fueron martirizados en los meses de julio a diciembre de 1936. Veamos brevemente las circunstancias de su martirio. MÁRTIRES DE LA PROVINCIA DE ESPAÑA Haré ahora un recorrido seguido por las cinco casas de la Provincia de España (Uclés, Caudete, dos de Santander y Gijón), con mártires que serán beatificados. En el monasterio de Santiago de Uclés (Cuenca) hubo once víctimas, diez considerados como mártires serán beatificados. En el monasterio había una numerosa comunidad, compuesta de sacerdotes, estudiantes profesos de filosofía, de novicios y de seminaristas de latín y humanidades. El 24 de julio 30 L.E.A. Núm. 87 el monasterio fue asaltado por hombres armados. Los religiosos se vieron forzados violentamente a abandonar el monasterio, siendo acogidos por familias de la población. Pasaron dos días sin mayores sobresaltos. El día 27 llegaron cinco coches con milicianos armados al pueblo. El alcalde señaló en la explanada de monasterio entre los presentes a 39 personas, que quedaron prisioneras, entre los que estaban varios agustinos y el párroco. Dos de los coches, comandados por milicianos, recogieron a los PP. José Gutiérrez, Antolín Astorga, José Calleja y Enrique Serra, al párroco, y a varios seglares, partiendo, hacia las once y media de la noche, rumbo a Tarancón. Los agustinos se santiguaron y de octubre rezaban, convencidos de que los matarían. Iban con las manos atadas, de dos en dos. El párroco maniatado iba solo. El seglar Máximo Pliego, atado con el P. Serra, logró aflojar y desanudar las cuerdas que les unía. Los automóviles se pararon en el paraje conocido como las Emes de Belinchón. El coche delantero siguió hasta la cima de las Emes. Allí fueron acribillados a balazos los PP. José Gutiérrez, Antolín Astorga, José Calleja y el seglar señor Pablo Como. En el segundo automóvil el P. Serra, al apearse del coche, gritó enérgicamente ¡Viva Cristo Rey! Sonaron los disparos, pero Máximo Pliego ante el grito del P. Serra instantáneamente se arrojó a tierra. Corriendo, logró zafarse entre matorrales. Sobrevivió y ha sido testigo de lo ocurrido. Era el 28 de julio, a eso de la una de mañana. Los PP. Lorenzo Arribas, Pedro Alonso, Primitivo Sandín, Froilán Lanero y el joven profeso de 18 años Fr. Camilo Solanas, emprendieron viaje en tren hacia Madrid el mismo día 28. Reconocidos como religiosos fueron detenidos y conducidos a la checa de la estación de Atocha. Se libró el joven Camilo, tal vez debido a su juventud. Fueron sacrificados en el kilómetro 10 de la carretera de Madrid-Valencia el 28 de julio. Se los enterró en el cementerio de Vallecas. A los PP. Jacinto Martínez y Nicolás Mier, después de muchas peripecias, pasaron en la cárcel de Cuenca y en el Centro de Unificación marxista más de mes y medio, desde el 28 de julio hasta su muerte. Fueron sacrificados en Cuenca el 21 de septiembre. En Caudete (Albacete) tenían los agustinos una casa enfermería a unos dos kilóme- tros de la población. Esta residencia tuvo once víctimas. Diez serán beatificadas. Asaltada la casa el día 23 de julio el prior con diez compañeros fueron detenidos y conducidos a la cárcel local. Estuvieron siempre bien atendidos por el lechero del convento y por el seglar D. Manuel Albertos. Catorce días duró el encierro. El 5 de agosto se los martirizó en Fuente de la Higuera (Valencia). Momentos antes de ser asesinados uno de los religiosos dijo: ¡Ánimo, padres y hermanos! Morimos por Dios y por ser lo que somos. ¡Viva Cristo Rey! Tal vez el mismo religioso añadió: Bendigamos esta tierra que se riega con sangre de mártires. Los nombres de estos mártires PP. Gabino Olaso, prior, Ángel Pérez, Víctor Gaiteiro, Felipe Barba, Atanasio Díez, Cipriano Polo, Emiliano Camino, y los Hnos. Luis A. Blanco, Luciano Ramos y Ubaldo Revilla están inscritos en el libro de la vida del cordero (Ap 21,27). Con ellos fue asesinado el P. José Pérez de Celis. No se le incluyó en el Proceso por un des- 31 Núm. 87 L.E.A. HISTORIA Y LITERATURA piste inexplicable. Ése es el motivo de no estar incluido entre los mártires beatificables. En Santander había dos casas de agustinos en 1936: El Colegio Cántabro y el Convento y Escuelas de Santo Domingo. Ambos centros estaban dedicados a la enseñanza. El Cántabro destinado a alumnos de bachillerato completo de familias bien acomodadas. Tuvo sólo un mártir en el P. Severiano Montes. Fue asesinado el 15 de agosto en Caldas (Asturias), en cuyos baños recuperaba la salud. Una vez detenido, después de orar unos momentos, dijo a los asesinos: ¡Bien! Siento lo que vais a hacer por ser un crimen; pero yo os perdono ante Dios y ante los hombres. Podéis disparar. Los agustinos de la comunidad de Santo Domingo se dedicaban a la enseñanza en unas escuelas gratuitas para niños pobres, y al culto en la iglesia. Era una comunidad pequeña, de unos doce religiosos. Pasaron sin mayores sobresaltos hasta el 2 de agosto. El día siguiente los religiosos fueron echados de su casa. Tuvieron que refugiarse donde buenamente pudieron. Es poco lo que se sabe de las circunstancias del martirio de los cinco religiosos. Estos son sus nombres: El P. Claudio San Román y Fr. Leoncio López fueron detenidos el 28 de octubre y llevados a la checa de Neila. La fondista donde se hospedaban les llevó la cena y sendas mantas. Cuando les llevó el desayuno a la mañana siguiente ya no estaban en la checa. Los PP. Eugenio Cernuda y Miguel San Román fueron detenidos el 18 de diciembre en una fonda de la Primera Alameda. No se ha vuelto a saber más de ellos. El P. Epifanio Gómez fue 32 L.E.A. Núm. 87 detenido y llevado a la checa de Neila el 22 de diciembre. Parece ser que lo arrojaron vivo al mar con las manos atadas a la cintura y una gran piedra al cuello. En Gijón los agustinos tenían una pequeña residencia, llamada el Conventín. El 18 de julio residían en la casa siete religiosos. Su apostolado se repartía entre la capellanía de las agustinas recoletas y el culto en su iglesia, céntrica y muy concurrida, y los talleres de Sta. Rita, de enseñanza primaria, corte y confección, todo gratuito. El 19 cuando llegaron allí tres milicianos, los agustinos apercibidos de lo que pasaba, estaban fuera de la casa. Hubo tres mártires. Desde el 19 de julio hasta ser detenidos las tres víctimas pasaron por muchas peripecias. A los PP. Florencio Alonso Ruiz y Juan Pérez Rodríguez se los detuvo el 24 de agosto. Ambos aparecieron asesinados el día 25 en Tragamón. El P. Florencio llevaba un rosario al cuello. La última víctima fue el P. Vidal Ruiz Vallejo que fue detenido el día 3 de septiembre. Después de tres días en la checa del famoso Campanal el 6 de septiembre apareció asesinado en Piles. MÁRTIRES DE LA PROVINCIA MATRITENSE Los mártires de esta Provincia proceden de cinco conventos: Ntra. Sra. del Buen Consejo, en Leganés; San Agustín, de Málaga; dos casas de Madrid, en las calles de Valverde y de la Princesa; y el Real Monasterio de El Escorial. En el convento de Leganés (Madrid) había una comunidad de unos 30 religiosos el 18 de julio, formada por sacerdotes, novicios y hermanos no clérigos. A los estudiantes seminaristas de latín y humanidades se les había mandado con su familia en el mes de febrero, en vista del cariz antirreligioso que reinaba en España después de las elecciones del 16 de febrero, con el triunfo del Frente Popular. El convento fue asaltado el día 20 de julio y la comunidad dispersada el veintiuno. Hubo once víctimas. Sólo será beatificado el P. José Esnaola. Refugiado en Madrid después de ser dispersada la comunidad, decidió regresar a Leganés el 23 de julio para pagar algunas deudas de la comunidad y recoger objetos personales. Reconocido como religioso en el tranvía de Carabanchel, se le detuvo el mismo día. El día siguiente fue conducido a Leganés por la mañana. Al anochecer salió de la población con los milicianos. Se le sacrificó ya de noche a la salida del pueblo junto al arroyo de Butarque. En julio de 1936 la comunidad de San Agustín de Málaga estaba formada por ocho religiosos. Los PP. Andrés Pérez de Toledo y Valentín Pérez se encontraban en Madrid, asistiendo al capítulo provincial. El día 18 sólo había seis religiosos, que pasaron en vela la noche del 18 al 19, atemorizados por el tiroteo de las balas, que los milicianos les disparaban desde la cercana catedral. El día 19 se dispersaron, refugiándose donde buenamente pudieron. No era la primera vez que esta casa se vio sometida a las iras del populacho antirreligioso. La noche del 11 al 12 de mayo de 1931 las hordas incendiarias abrasaron la iglesia de San Agustín, el colegio y la residencia. El P. Fortunato y Fr. Luis Gutiérrez vivieron entonces aquella triste noche. El P. Manuel Formigo, hospedado en una fonda de la plaza de la Merced, fue el heroico apóstol en el mar rojo de Málaga. Celebró misa todos los días, distribuía comuniones, casaba y bautizaba. Se le detuvo varias veces. El 15 de agosto la misa fue en el sanatorio Gálvez. Salió con una cajita de formas consagradas para repartirlas entre personas que le esperaban. Pensaba celebrar una segunda misa en las religiosas del Monte. Nunca llegó. Se le detuvo después de celebrar la primera misa. Fue asesinado a unos 50 metros de su convento en unos derribos de casas en frente de la Alcazabilla a dos o tres metros de la acera. La religiosa de la Sagrada Familia, Sor Genoveva Arbilla identificó el cuerpo tendido boca abajo la misma mañana que lo mataron. El P. Fortunato Merino y Fr. Luis Gutiérrez, hospedados en varios domicilios de familias amigas, terminaron refugiándose en el Hotel Imperio, cuyo dueño, don Francisco Cabello Luque, era hermano del párroco de San Juan. Por la denuncia de un empleado del colegio de los maristas, el día 24 de agosto, al anochecer, hubo un registro en el Hotel. Fueron detenidos los dos agustinos, don Francisco, dueño del Hotel, un hermano marista, un salesiano y un sacerdote diocesano. Trasladados al cuartel de Trinidad fueron interrogados durante largas horas. Anteriormente habían sido detenidas a la puerta del Hotel las hermanas Mercedes y Nieves Díaz Canela. Ellas han sido testigos de lo sucedido a nuestros mártires. Se les sacó del cuartel de la Trinidad hacia las dos o tres de la mañana del día 25, siendo martirizados en el callejón de la Pellejera, cerca de la ermita de la Zamarrilla. Sus cuerpos fueron acribillados a balazos y sádicamente acuchillados, y las piernas destrozadas, dejándolos abandonados, medio exánimes. Una hora después los asesinos volvieron a rematarlos. A Fr. Diego Hompanera le acogió en su casa, frente al Hospital Civil, D.ª Manuela Gómez Rabadán. Detenido varias veces, se vio libre debido a las buenas amistades de su protectora. No obstante ambos fueron detenidos a finales de agosto y conducidos al cercano cuartel de la Trinidad. Fr. Diego, al ingresar en el cuartel, confesó su condición de religioso. Allí pasaron dos semanas. Después se los trasladó a la cárcel provincial, donde Fr. Diego estuvo dos semanas más. Desde entonces Dña. Manuela no pudo hablar más 33 Núm. 87 L.E.A. HISTORIA Y LITERATURA serían encarcelados en la Modelo. En esta prisión hubo no menos de 20 agustinos durante varios meses. Cinco salieron de aquí para ser martirizados en Paracuellos el 7 de noviembre. Otros fueron trasladados a la prisión de Porlier. El P. Avelino con otros tres agustinos pasaron a la de San Antón el 14 de noviembre. Aunque la casa tuvo 11 víctimas, sólo los cuatro trasladados a San Antón serán beatificados. El P. Avelino, todavía en la Cárcel Modelo fue un ejemplo para todos sus hermanos. Quiso librarlo su primo el Dr. Carlos Alonso, médico forense de San Lorenzo de El Escorial, y lo hubiese conseguido. La respuesta del P. Avelino fue tajante: No te canses, Carlos, yo abandonaré la cárcel, cuando salga el último de mis súbditos. El relato de su martirio más adelante en Mártires de Paracuellos. con fray Diego, aunque lo vio varias veces en el patio. Fr. Diego le escribió varias cartas pidiéndole ropa o dinero, pues pasaba frío. Dña. Manuela recibía noticias por medio del médico de Ronda, D. José M.ª Serratosa, también encarcelado, pero que, como médico, visitaba y atendía a los demás presos en otros departamentos. Por este médico supo D.ª Manuela que fray Diego había sido sacrificado el día 21 de septiembre de 1936 en las cercanías del cementerio de San Rafael, no lejos de la prisión. Los cuerpos de estos cuatro mártires malagueños fueron enterrados en fosas comunes en el cementerio de San Rafael. En 1940 sus restos y los de otros asesinados en 1936 y 1937 fueron trasladados a la catedral de Málaga, donde hay 2.100 nichos. Reposan en la capilla de los Mártires, 1.ª, a la derecha, entrando por la puerta principal. Los mártires de las dos casas de Madrid y del Real Monasterio de El Escorial se los tratará conjuntamente. Entre las tres casas tuvieron unos 80 mártires. Serán beatificados sesenta y nueve. Con ellos se incluye el P. José Fariña, agustino de la Provincia de Chile, que residía en el Real Monasterio desde el año 1927. La casa de Valverde de Madrid era residencia del prior provincial, P. Avelino Rodríguez. En ella se encontraban presentes 21 agustinos el 18 de julio. La tarde del día 20 el convento y la iglesia fueron tiroteados intermitentemente desde el edificio de la Telefónica. El 21 los milicianos asaltaron ambos edificios, deteniendo a doce religiosos, que 34 L.E.A. Núm. 87 La Residencia de La Princesa, en la calle de su nombre, n.º 23, estaba la Residencia Católica de Estudios Superiores, establecida en Madrid al ser suprimido por el gobierno en 1933 el Colegio Universitario de El Escorial. El 18 de julio había en esta casa 17 religiosos. La casa tuvo varios registros realizados por los milicianos. El 4 de agosto fueron detenidos 12 agustinos y conducidos en coche a la comisaría de Leganitos. Pasaron un día en el calabozo. El 5 ingresan en la prisión de San Antón. Hubo 7 víctimas de esta casa que serán beatificadas. Su martirio más adelante. Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. El mismo día 18 de julio el Real Monasterio quedó oficialmente sitiado e incomunicado, y los 112 agustinos se consideraron «encarcelados» dentro de sus muros, con policías en las puertas exteriores y en algunas del interior, sin posibilidad alguna de salir. Así hasta el 6 de agosto. El P. Alejo Revilla fue autorizado a viajar a Madrid para ver si podía gestionar una salida airosa a la situación de los religiosos. El 5 de agosto dos policías de la Dirección General de Seguridad trasmitieron al Prior una orden del Ministerio de Gobernación, por la que todos los religiosos debían ser trasladados a Madrid el día 6 por la mañana. Cuatro (4), gravemente enfermos, quedaron hospitalizados en el Real Sitio. Ciento siete (107) salieron en dirección a Madrid en tres camiones. Hacia las 10 de la mañana llegaron a la Dirección General de Seguridad en la calle Infantas. Tras tomarles declaración, todos confesaron ser agustinos. Hecha la ficha correspondiente pasaron el día en el calabozo. El comediógrafo Pedro Muñoz Seca será su compañero desde ahora hasta Paracuellos. Fr. Antonio M.ª Arriaga, enfermo crónico, sufrió un ataque epiléptico y fue trasladado preso al Hospital Provincial, donde fue objeto de befas y escarnios por parte de milicianas y enfermeras. En el Hospital coincidió con el hermano Alonso Rodríguez, de las Escuelas Cristianas. Este hermano fue testigo de lo sucedido a Fr. Arriaga. «Pero dos días después de San Agustín lo sacaron con otros cuatro y lo llevaron a [la finca llamada del] Tomelloso con gran holgorio por parte de las milicianas y enfermeras que les iban acompañando en constantes bromas, por lo que yo mismo vi a la salida. Y yo mismo vi a una de esas enfermeras, cuando regresaron, al día siguiente, cómo ponderaba los arrestos y valor de este S. de D. en el trance de la muerte, y cómo ella decía que alentaba a los demás para que estuvieran a bien con Dios, y que, intrépido, gritaba vivas a Cristo Rey». A los 106 religiosos restantes, caída la tarde, se los trasladó, en coches celulares, al colegio escolapio de San Antón, en la calle Hortaleza, convertido en prisión. Fueron alojados en un gran salón, que en el argot carcelario, llegó a ser conocido como Salón de los Frailes. El Real Monasterio tuvo 53 víctimas que serán beatificadas. PRISIÓN DE SAN ANTÓN Allí estuvieron encarcelados simultáneamente durante unas semanas no menos de 122 agustinos. El 5 de agosto ingresaron 12 de la Residencia de la Princesa; el 6 del mismo mes 106 del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial; y el 14 de noviembre 4 de la casa de Valverde. La vida carcelaria en San Antón, dicen algunos supervivientes, era más llevadera que en otras cárceles. San Antón, al ser una adaptación mal hecha de colegio para cárcel, la circulación y comunicación de presos era muy libre. Por colchón tenían el duro suelo, las mesas, los bancos y las sillas, sin sábanas ni mantas. Se dormía con la ropa que se vestía durante el día. Semanas después se les proporcionaron petates poblados de parásitos. Con todo lo más duro no eran los sufrimientos físicos sino los morales, al ser considerados como criminales y verse privados de libertad, siendo inocentes, agravados con los tormentos morales a que se vieron sometidos por los milicianos. SUPERIORES COMPROMETIDOS ENTEREZA VARONIL DE LOS JÓVENES En San Antón, salvo el provincial, P. Avelino Rodríguez y algún superior más, estaban reunidos la mayor parte de los superiores de la Provincia Matritense, incluido el asistente general de la Orden, P. Mariano Revilla. Por la prisión se corrió el rumor de que el gobierno no perseguía a los intelectuales, a los escritores y ancianos, estando dispuesto a librarlos siempre que lo solicitasen personalmente. Entre los agustinos presos había cuatro académicos de la Real Academia de la Historia, tres bibliotecarios de la Real Biblioteca de San Lorenzo de El Escorial, dos profesores de la Universidad Central de Madrid, licenciados y profesores de Derecho, licenciados de Ciencias y de Letras que ejercían en colegios, autores de libros, escritores y redactores de la revista La Ciudad de Dios, y ancianos achacosos, etc. Ante esta situación se convocó una reunión de los superiores presentes y de los sacerdotes de más autoridad. Se determinó y comprometieron todos en documento firmado, a que ninguno intentaría buscar su libertad y que se pondrían todos los obstáculos posibles para impedirla, si otras personas lo intentaban. El motivo principal para tomar esta decisión fue que no se debía, ni se podía dejar desamparados a los demás, y en especial a los más jóvenes. Estos correspondieron con creces a los desvelos y resoluciones de sus superiores, manifestando gran entereza de ánimo cuando se los maltrataba y torturaba con amenazas de pistola en el pecho y golpeándoles los dedos de los pies con los fusiles, incitándoles a renegar de su fe y a blasfemar. Hubo lágrimas y lloriqueos. Todos respondieron negativamente con firme entereza. Se distinguieron en esta cruel labor los milicianos Petroff (Santiago del Amo), Dinamita, Traganiños, y el sargento Tartaja. Los oficiales de prisiones, salvo excepciones muy contadas, fueron siempre educados y correctos con los presos. Tras casi cuatro meses de prisión, a finales de noviembre los presos fueron someramente juzgados por tribunales populares en una «parodia infame de juicio». Por lo general se les hacía las mismas cuatro o cinco preguntas. ¿Cómo te llamas? ¿Eres agustino de El Escorial? ¿Qué hacías allí? ¿Por qué te encuentras aquí? ¿Estás dispuesto a coger las armas y servir en el ejército del Gobierno? Tras las respuestas, sin más se les despedía. A casi todos se les ponía en la ficha l. d. (= 35 Núm. 87 L.E.A. HISTORIA Y LITERATURA Ante el panorama de las enormes y largas zanjas que tenían a la vista, el P. Avelino tomó una decisión enérgica. Se dirige al responsable de la expedición, y le pide que le autorice a despedirse de sus compañeros. Autorizado «fue abrazando a cada uno de sus compañeros y les daba la absolución, al menos –dice un testigo presencial– hizo sobre ellos la señal de la Cruz, como cuando absuelven al penitente en la confesión. Una vez que hubo terminado, pronunció en voz alta estas palabras: Os perdonamos de todo nuestro corazón. Tanto yo como todos mis compañeros, sabemos que nos matáis por ser católicos; lo somos: ¡Viva Cristo Rey!, ¡Viva España! El 29 de noviembre hubo varias expediciones. En esta fecha a los presos convocados no se les ató las manos, ni se les despojó de nada, permitiéndoles llevar consigo bultos, fardos y objetos personales. Estas expediciones terminaron en la Cárcel de Alcalá, destinada a vagos y maleantes. Allí estuvieron no menos de 20 agustinos. Sí, claro, estuve en la cárcel de Alcalá –decía con sorna un superviviente– por ser vago y maleante! Y EL 30 DE NOVIEMBRE... 51 AGUSTINOS MÁS libertad definitiva) que significaba condenado a muerte. Unos días después comienzan las expediciones. LA EXPEDICIÓN DEL P. AVELINO RODRÍGUEZ El 28 de noviembre hubo una expedición de unos 200 presos. Entre ellos iba el P. Avelino y once agustinos más, los sacerdotes Benito Alcalde, Sabino Rodrigo, Bernardino Álvarez Melcón, Samuel Pajares, Manuel Álvarez Rego, Balbino Villarroel y Senén García; los estudiantes Lucinio Ruiz Valtierra y José Peque Iglesias; y los hermanos Juan Baldajos y Marcos Pérez Andrés. Se les despojó de todos los objetos personales, incluso de las gafas. Les ataron las manos a la espalda con cuerdas finas. Compañero de expedición fue el célebre comediógrafo Pedro Muñoz Seca. Cargados en camiones y autobuses a media mañana fueron conducidos a Paracuellos de Jarama. 36 L.E.A. Núm. 87 El 30 de noviembre cincuenta y cuatro agustinos son llamados a primeras horas de la mañana. Todo revestía las mismas características que el día 28. Providencialmente tres de los convocados, los estudiantes Olegario Merino, José Rabanal y Adolfo García Cano, se vieron libres, cuando ya estaban maniatados en los camiones o a punto de subir. Ellos son testigos de lo ocurrido en estos momentos. Todos, sacerdotes de edad provecta hasta jóvenes de 17 años, tenían el mismo espíritu. Vayan sólo unas muestras. Hasta el cielo. Allí nos veremos, fue la despedida del P. Mariano Arconada. Y el P. Gerardo Gil, ya maniatado, se despide de los que quedaban con una inclinación profunda. Antes de salir, todavía en el Rastrillo, exclamó un joven: ¿A dónde nos llevan? El intrépido diácono José García Rubio añadió: ¡Ánimo, soldados de Cristo! que el cielo se vislumbra y este es el primer paso camino del calvario. Con el mismo espíritu animaba el subdiácono José Gando a los demás: ¡Sursum corda! que la eternidad nos espera. El joven de 18 años, José Antonio Pérez García, dijo a su paisano Rabanal: Si te salvas y vuelves a Canales dile a mi madre que no llore, que yo he escogido morir voluntariamente por Jesucristo. Así fue el temple de los demás. Todavía viven hermanos y hermanas octogenarios y nonagenarios, sobrinos que conocieron a sus tíos, y otros familiares que conservan la memoria viva de los seres queridos de esta expedición. Recientemente fallecía el padre adoptivo de uno de los mártires. No se cumplió su deseo de poder vivir hasta el día de la beatificación de su hijo. Seguidamente van los nombres de los cincuenta y uno. Los sacerdotes Mariano Revilla Rico, Juan Monedero Fernández, Benito Rodríguez González, Miguel Cerezal Calvo, Francisco Marcos del Río, José A. Fariña Castro, Gerardo Gil Leal, Agustín Renedo Martín, Constantino Malumbres Francés, Benito Garnelo Álvarez, Joaquín García Ferrero, Benito Velasco Velasco, Juan Sánchez Sánchez, Julián Zarco Cuevas, Luis SuárezValdés, Esteban G.ª Suárez, Matías Espeso Cuevas, Melchor Martínez Antuña, Arturo G.ª de la Fuente, Conrado Rodríguez Gutiérrez, Pedro de la Varga Delgado, Heliodoro Merino Merino, Pedro Martínez Ramos, Dámaso Arconada Merino y Jesús Largo Manrique. Los estudiantes seminaristas Nemesio G.ª Rubio, Dionisio Terceño Vicente, José López Piteira, José Gando Uña, Nemesio Díez Fernández, Julio Marcos Rodríguez, Marcos Guerrero Prieto, Pedro Carbajal Pereda, José Noriega González, Ramiro Alonso López, Máximo Valle García, Bernardino Calle Franco, Julio María Fincias, Francisco Fuentes Puebla, Pedro Simón Ferrero, Víctor Cuesta Villalba, José A. Pérez García, Román Martín Mata, Miguel Iturrarán Laucirica y Luis Abia Melendro. Y los hermanos profesos Macario Sánchez Sánchez, y su hermano Tomás, José M.ª Dalmau Regás, Ricardo Marcos Reguero, Gerardo Pascual Mata e Isidro Mediavilla Campos. Todos rezaban. Se animaban mutuamente. Los sacerdotes impartían la absolución. El P. Monedero y alguno más recibieron la noticia al ser llamados con alegría y como una buena noticia. Consideraban el martirio como una gracia especial que Dios les concedía. Realizaron el trayecto hacia Paracuellos cantando como se canta en la iglesia, según relataban algunos conductores de autobuses, al regresar a la prisión. Ante los piquetes que los fusilaron en grupos de unos diez, todos daban muestras de gran serenidad. Vuestra memoria vivirá eternamente porque estáis delante del trono de Dios (Ap 7,15). Ellos le han vencido [al gran dragón] por la sangre del cordero y por el testimonio que proclamaron, y han despreciado su vida hasta sufrir la muerte (Ap 12,11). EPÍLOGO 98 Mártires. Uno de los ancianos tomó la palabra y me dijo: Ésos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido? Yo les respondí: Señor, tú lo sabes. Él me dijo: Ésos son los supervivientes de la gran persecución y han lavado sus vestiduras y las han blanqueado en la sangre del cordero. Por eso están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo. El que está sentado en el trono los cobijará bajo su tienda (Ap 7, 13-15). Omnes sancti Dei martyres, orate pro nobis. 37 Núm. 87 L.E.A. HISTORIA Y LITERATURA La mujer en las óperas de Puccini Jerónimo Paredes González M da madre. Cuán desgraciado debió sentirse, poco después, al ser condenado a la deshonra por sus convecinos de Lucca por elegir el amor libre de mundanos vínculos. Y es que nadie supo retratar jamás a la mujer sufriente, aniquilada por la desgracia en una sociedad de hombres, como lo hiciera Puccini. Nadie, quizá, conociera a la mujer y su dolor como Puccini. Cuán grande debió ser su sufrimiento ante la muerte de su ama- Mosco Carner, en la biografía que escribió de Puccini, dice que: sufría una fijación neurótica, originada en la incapacidad para «cortar su sometimiento inicial a la madre». El amor como culpa trágica derivado del complejo de Edipo. Puccini tiene un tipo favorito de heroína: «todas las mujeres mancilladas de una u otra manera y todas proscritas sociales», de las que el compositor puede enamorarse sin amenazar el lugar «entronizado» que ocupa la madre. Por ello las somete a una especie de doble juego, primero compensándolas, haciéndolas, dulces, tiernas cariñosas, amantes del auto-sacrificio, regalándoles su música más inspirada, para luego someterlas a la tragedia, al sufrimiento y a la tortura. La madre no puede desplazarse y la culpa de este amor prohibido se transfiere a la heroína que paga con su sacrificio el costo de la neurosis del compositor. ANÓN, Mimí, Tosca, Butterfly, Angélica o Liú: seis maneras de entender la vida, seis maneras de entender la muerte. Seis mujeres predestinadas al martirio, al sacrificio… en una angustiosa travesía por el hastío, la miseria, la vejación, el infortunio o el amor torturado. Seis víctimas de un mundo falso e injusto, seis víctimas del enfermo destino. Seis personajes para un mismo drama: el drama de la vida. Puccini fue, siempre, todo pasión: «tengo que poner música a las pasiones humanas, al amor o al dolor», decía, como llevado por la predestinación, la misma predestinación que arrastraba a sus mujeres al desastre, al abismo. La misma y triste predestinación que, décadas después, quiso cruzar los caminos de Puccini y la bella y jovencísima Doria Manfredi, una adolescente de Torre del Lago que fue sirvienta del matrimonio Puccini. Elvira, la mujer del compositor, enfermó de celos y, llevada por la locura, injurió a la inocente Doria, enturbiando su fama 38 L.E.A. Núm. 87 hasta torcer su destino. Y la pobre Doria, a sus 16 años de edad, se quitó la vida desesperada. Nunca la realidad y la ficción juntaron sus sinos tan amargamente. Recordemos la muerte de Butterfly. MANON LESCAUT Es la predestinación la que mueve los hilos de nuestras vidas como si fueran fichas sobre un tablero de de ajedrez. Es, también, la predestinación la que empuja a las mártires puccinianas a la destrucción, como Manon, que se ve abocada a la soledad interior y a la muerte en la frívola y turbulenta Francia del siglo XVIII. En su inmadurez, Manon duda entre el lujo y el amor. Las llamas de la pasión siguen abrasando su piel y su alma. Es incapaz de olvidar el amor del caballero Des Grieux, pero abandona al apuesto y ardiente joven hipnotizada por el dinero, la comodidad y el poder que le proporciona el terrateniente Geronte de Ravoir. Manon se rige por irracionales impulsos y cuando Des Grieux reaparece para describirle los sufrimientos que hubo de soportar al ser abandonado por ella, la confundida joven vuelve a caer en sus brazos. De nuevo se debate entre el fuego del amor y los destellos de la riqueza y no quiere abandonar el palacio de Gerente sin llevarse consigo los tesoros de los que había disfrutado hasta entonces. En la huída es apresada, acusada de robo y deportada a los desiertos americanos. Allí muere de fiebre y de sed. Manon es una víctima: una víctima de la duda, una víctima de su propia confusión y, en la búsqueda –voluntaria o involuntaria– de su propia tragedia, arrastra a su joven amante. Des Grieux es un loco de amor y no duda en seguir a Manon a la muerte. LA BOHEME También Mimí está llamada a sufrir y a morir. En su caso es la miseria la que modela, cruelmente, su destino. Más a Mimí le revolotean alrededor de su cabeza como mariposas la alegría y los bellos sentimientos. ¿Por qué la adorable fabricante de flores de papel es condenada a la pobreza, al frío y la enfermedad si está preparada para la vida y el amor? Mimí tiene talento para vivir y pasión para sentir. Halla poesía en las cosas más sencillas y la ilusión conduce sus pasos. Sus amigos bohemios también gozan de idénticos privilegios. Mimí ha encontrado el amor en las hermosas palabras del poeta Rodolfo. El amor y la primavera les sonríen, pero el destino se ceba en ellos, arrebatándoles la alegría y la juventud, y convirtiéndolos en esclavos del dolor, arrancándoles las alas, como los niños insensibles torturan a las moscas antes de aplastarlas. Una vez que han visto el rostro de la felicidad, sólo queda esperar la llegada del infortunio, como si la alegría fuera el cruento preludio de la desgracia. El hambre y la pobreza separan a los dos jóvenes amantes y Mimí muere de tisis, la enfermedad de los pobres, en una casa pobre y vistiendo ropa de pobre. Y muere sin perder la inocencia, sin rencor, apurando los últimos minutos de vida con la vehemencia y la ansiedad de quien descubre el amor por vez primera. Y Rodolfo queda marcado para siempre por la tristeza, desolado, desintegrado. Una vez más, es la predestinación, pero también la mala suerte, la que devora, impasible, sin piedad, a sus mártires: a los débiles y a los fuertes. 39 Núm. 87 L.E.A. HISTORIA Y LITERATURA TOSCA MADAME BUTTERFLY La cantante Floria Tosca, al contrario que Mimí, es una mujer fuerte pero, indefectiblemente, y al igual que Mimí, está marcada por su destino. Tosca es belleza, arte y fuego. Y por esas mismas razones es una perfecta víctima del mal, una tentación para las viscosas garras del mal. La belleza es perdición y Tosca es seducción. Ama con tórrida pasión a Cavaradossi, pintor que anda metido peligrosamente en política y que le corresponde con ardor. Tosca es una mujer fuerte, sí, pero su delicado espíritu puede quebrarse ante tanto infortunio. Scarpia es el mal: la corrupción, la depravación, el odio y el poder, y desea a Tosca. Quiere poseerla a toda costa. Tosca se defiende con uñas y dientes de las agresiones del mal, matando a Scarpia, pero todo en vano. Es inútil luchar contra la predestinación. ¿Qué pueden hacer los humanos contra la omnipresencia del mal? Scarpia había tendido su trampa y ambos mueren, Cavaradossi y Tosca, él ante un pelotón de fusilamiento y ella arrojándose al vacío, prefiriendo la muerte a la pena y la ausencia. También Butterfly prefiere arrancarse la vida al ver cómo sus sueños se derrumban a su alrededor. Cio-Cio-San es una niña que sueña. Sueña con una felicidad que nunca acaba de llegar y espera; espera la llegada de esa felicidad. Y al conocer que la realidad es más dura que la espera sólo le queda la muerte. Butterfly es la pureza, la ingenuidad, la ilusión, la infancia invariable y el cuerpo que crece. Pinkerton, el hombre que la pierde, viene de otro país, representa la civilización y con ella la inmoralidad y el cinismo. Pero ese país lejano –ese país de hadas al que sueña viajar en los brazos de su amado para quedarse allí, con él, para siempre– permanecerá al otro lado del mar para siempre. La inmensidad del mar los separa. Y a este lado del mar, el lado de la realidad, quedan CioCio-San y su hijo fruto de la unión del amor fingido (el de Pinkerton) y del amor puro (el de Butterfly). También la inocencia es el preciado alimento del destino. Pero un mal día regresa Pinkerton, no viene solo, viene acompañado con la mujer americana con la que se ha casado en serio y no en broma como hizo con Butterfly. Y la pequeña Butterfly se da de bruces con el rugoso muro de la realidad. Y una vez más nada se puede hacer para cambiar el destino. La japonesita sabe que su amor es imposible y, después de decirle a su hijo que vaya a jugar, desaparece del mundo en silencio, en soledad…, atravesando su garganta con un puñal. Entonces, y sólo entonces, Pinkerton tiene conciencia del horror y la destrucción que ha sido capaz de provocar. SUOR ANGELICA (HERMANA ANGÉLICA) Si la prisión de Butterfly es el mundo, su mundo, la prisión de Angélica, la monjita triste, es ella misma. Su ayer es su pecado. Y en la huída de ese borrascoso ayer vive encerrada en sí misma, cercada por las silenciosas y frías paredes de un convento. Tras esas paredes conventuales hay un niño, su hijo, criatura nacida del amor impuro por el que sufre en su encierro. Sólo el resplandor del sol, a la llegada de la primavera, viene a traer sosiego a su doliente alma. La presencia invisible de su hijo es el único asidero a la vida. Pero cuando recibe la visita de su implacable tía y ésta le da la noticia de que su hijo ha muerto, todo el vínculo con el mundo desaparece. Angélica se da muerte para volar al encuentro con el amado niño… Y mecida por las alucinaciones procuradas por el veneno, 40 L.E.A. Núm. 87 Angélica imagina cómo sube a los cielos para sumergirse en ellos y cómo la Virgen María le entrega a su hijo. TURANDOT Liú. al igual que Tosca, Butterfly y Angélica, decide acabar con todo antes que el destino elija por ella. Liú es la paciente esclava del anciano Timur, un rey destronado que vaga por el mundo. El destino quiere que Timur se encuentre con su hijo, el príncipe Calaf, en la ciudad de Pekín. Si Liú sigue sirviendo al viejo Timur es porque ama secretamente a Calaf. Y su amor sin esperanza es como una herida abierta, un incesante manantial de dolor. Calaf está cegado por la aventura y la belleza de Turandot, y no reconoce el amor de Liú, un amor por encima de todas las cosas. La mano de la princesa pekinesa será dada al hombre valiente que supere tres pruebas mortales a las que nadie ha sobrevivido. El príncipe juega y vence. Pero la glacial Turandot rechaza su amor. Calaf da una nueva oportunidad a la princesa utilizando sus mismas armas, proponiendo un juego fatal que pone de nuevo su vida en peligro. Si averigua su nombre, Turandot será la dueña de su vida… y de su muerte. Los espías reales hallan pistas que vinculan a Calaf con Timur y Liú. El hombre y la mujer son apresados, pero ninguno de ellos desvela el secreto. Liú resiste las más dolorosas torturas con la aceptación y la serenidad de quien cumple una misión sagrada. Pero antes de que los terribles castigos acaben con ella, Liú arrebata un cuchillo a un soldado y se lo clava en el pecho. En su agonía se despide de Turandot con comprensión y amor. Tras la muerte de Liú…, la nada. Muere Liú y muere Puccini. Con el martirio de la última de sus mujeres –una mujer tan silenciosa y discreta que ni siquiera su nombre da título a la ópera que narra sus desdichas, porque a su vez acomete la muerte uno de los cantos más hermosos jamás dados a la humanidad– con el martirio de tan enternecedora criatura, Puccini exhala su último suspiro. Parece como si Puccini dejara Turandot inacabada voluntariamente. Que vengan otros a poner música al amor forzado, ciego, sordo y mudo de los príncipes, amor que carece ya de toda importancia en este mundo de dolor y muerte, en este mundo sacudido por el caprichoso destino. Son seis mujeres, seis víctimas de un mundo falso e injusto, seis víctimas del enfermo destino… Manon, Mimí, Tosca, Butter- fly, Angélica y Liú, seis personajes para un mismo drama: el drama de la vida. ARGUMENTO DE LAS ÓPERAS CITADAS MANON LESCAUT Manon Lescaut, obligada por su familia a ingresar en un convento, llega a Amiens con su hermano pero, mientras éste se distrae, huye con el caballero Des Grieux, de quien se ha enamorado a primera vista en una fonda del camino a su reclusión conventual. Cansada de una vida precaria junto a un hombre sin recursos, acepta, a instancias de su hermano, convertirse en la amante de Geronte de Savoir, poderoso financiero que la cubre de joyas. Cuando, tras su separación, Des Grieux la visita en ausencia de Geronte, no pueden evitar un abrazo apasionado, siendo descubiertos por el viejo, que sale en busca de la guardia. Manon y Des Grieux deciden huir juntos, pero ella no quiere abandonar sus joyas y esta demora provocará su ruina; cuando vuelve Geronte y la descubre con su tesoro, la hace detener, acusándola de pros- 41 Núm. 87 L.E.A. HISTORIA Y LITERATURA tituta y ladrona. Condenada, como era costumbre en la época, a la deportación a Louisiana, Manón se embarca con otras prisioneras, pero Des Grieux conmueve al capitán del barco y consigue acompañarla. Una vez en América, los dos huyen. Perdidos en medio del desierto, Des Grieux va en busca de agua para su amada, mas cuando vuelve se encuentra a Manón agonizando. Finalmente, muere entre los brazos de un Des Grieux que desvaría de desesperación y sufrimiento. LA BOHÈME La trama nos sitúa en el París de 1830. En una pobre buhardilla que comparten el poeta Rodolfo, el pintor Marcello, el músico Schaunard y el filósofo Colline, se organiza una fiesta improvisada gracias a que Schaunard ha conseguido dinero. Los amigos deciden ponerse a comer, pero la cena se ve interrumpida por la llegada del casero Benoît, que reclama el alquiler. Sin embargo, un bohemio nunca paga a un casero y, por lo tanto, todos se las ingenian para hacerle decir cosas inadecuadas y Benoît se ve fácilmente expulsado mediante burlas y engaños. Los bohemios deciden celebrar la Nochebuena yendo a cenar al café Momus, en pleno Barrio Latino, pero Rodolfo debe terminar antes un artículo para su periódico; cuando se queda solo, aparece la vecina Mimí, algo enferma, en busca de lumbre, comenzando en seguida una patética historia de amor. En el café Momus comen los amigos con Mimí, que se ha unido al grupo a petición de Rodolfo, y después todos participan de la fiesta callejera. Una antigua amante de Marcello, Musetta, se suma al grupo y, gracias a su ingenio, logran pagar la cuenta del restaurante. Durante el frío mes de febrero, Mimí empeora de su enfermedad, pero Rodolfo no puede ayudarla a pesar de su amor, por carecer de dinero. Aún así, deciden continuar juntos hasta la primavera. Cuando llega ésta, Marcello y Rodolfo lamentan la ausencia de sus respectivas amadas. Llegan los demás y se ponen a comer un poco cuando, de 42 L.E.A. Núm. 87 pronto, aparecen Musetta y Mimí; ésta está ya muy enferma y, a pesar de que Colline y Musetta empeñan algunas de sus pertenencias para comprar medicinas con que aliviarla, muere en la buhardilla ante la impotencia de Rodolfo y sus amigos, que no pueden hacer nada para ayudarla. TOSCA La obra comienza en la iglesia de Sant’Andrea del Valle, en Roma. El pintor Mario Cavaradossi, que pinta un cuadro en el interior del templo, descubre escondido en él a Cesare Angelotti, cónsul de la República de Roma, perseguido tras su fuga de la cárcel, donde permanecía preso por sus ideas políticas. El pintor le ofrece refugio en el pozo de su casa de campo, a las afueras de Roma. Llega a la iglesia la cantante Floria Tosca, amante de Mario, y quedan en verse esa misma noche; mientras, el anuncio de una supuesta victoria sobre Napoleón hace que se interprete un Te Deum en la iglesia, a la que también llega el barón Scarpia, jefe de la policía, que desea a Tosca y que, al descubrir el abanico de ésta, así como que alguien se ha comido la cesta de los víveres de Cavaradossi, comienza a investigar al pintor de cerca. El segundo acto se desarrolla en el despacho de Scarpia, en el Palacio Farnese, donde permanece retenido el pintor, que es torturado, ante la sospecha de que sabe dónde se esconde Angelotti. Tosca, que ha sido llamada por Scarpia, no soportando los gritos de dolor de su amado, revela el escondite del cónsul y, para salvar la vida de Cavaradossi, acepta en convertirse en la amante del jefe de la policía, quien le asegura que el fusilamiento de su amado será disimulado. Pero cuando Sacapia ha firmado un salvoconducto, Tosca lo apuñala usando un cuchillo de su propia mesa. El tercer acto está ambientado en el Castillo de Sant’Angelo a donde llega Tosca, mientras Cavaradossi le escribe una carta de despedida, para informarle que la ejecución será simulada y que luego podrán huir. Pero Scarpia la había engañado y, cuando descubre que Cavaradossi ha sido fusilado de verdad, desesperada, se suicida lanzándose desde lo alto del castillo. MADAME BUTTERFLY El casamentero Goro muestra a Pinkerton, teniente de la marina americana, la casa en la que vivirá con Cio-Cio-San (Butterfly) tras su boda y le presenta a los criados. Pinkerton explica a Sharpless, cónsul de EE.UU. en Nagasaki, que ha alquilado la casa y que no tiene intención de continuar la relación durante mucho tiempo. Cio-Cio-San llega con su familia y se celebra la boda, interrumpida por el Bonzo, que la tacha de renegada. Los asistentes se dispersan y Butterfly y Pinkerton se quedan solos, mientras cae la noche. Tres años después de que Pinkerton se marchase a su país, poco después de la boda, no ha regresado aún y, aunque Butterfly no ha perdido la esperanza de que vuelva, su fiel criada Suzuki se preocupa; apenas queda dinero en la casa para sobrevivir y Butterfly ha renunciado al ventajoso partido que le ofrece el príncipe Yamadori, un pretendiente rico. El cónsul Sharpless, que sabe lo ocurrido por una carta de Pinkerton, visita a Butterfly para tratar de darle explicaciones, pero la ingenuidad de ésta lo desarma y renuncia a su propósito. Aquél mismo día, por fin, el marino reaparece en Nagasaki, pero está felizmente casado «de verdad» con una americana y, al enterarse que tuvo un hijo de Butterfly, le pide que se lo entregue para educarlo en América. Ella, que aún le ama, acaba entregándoselo después de hacerse el harakiri en un final tremendamente trágico, consiguiendo que, finalmente, Pinkerton descubra hasta qué punto llegaba su amor. SUOR ANGÉLICA La acción se desarrolla en un monasterio, a finales del siglo XVII. Sor Angélica ha permanecido durante siete años en el convento, donde la obligaron a recluirse para expiar sus culpas, tras mantener una relación ilícita de la que tuvo un hijo, al que no le han permitido volver a ver. Se anuncia una visita de su tía la Princesa, que jamás había acudido al convento, y que sólo ha venido a exigir a Suor Angélica que firme la renuncia a su patrimonio familiar dejando entrever, además, que el hijo de Angélica ha muerto. La joven monja, desesperada se envenena, pero consciente de que el suicidio es un pecado, pide a la Virgen María que la salve. Ésta le muestra una visión de su hijo y Angélica extasiada, muere extendiendo los brazos hacia él. enigmas y evite así su ejecución. Entre el pueblo se halla Calaf, hijo de Timur, destronado rey de Tartaria. Turandot aparece un instante y Calaf, que se siente completamente atraído por su belleza, golpea el gigantesco gong que anuncia la presencia de un nuevo pretendiente al matrimonio principesco. Calaf los resuelve no sin dificultad. El príncipe, que desea enamorarla, le propone un pacto, un solo enigma: si antes del alba ella averigua su desconocido nombre, él aceptará morir en lugar de casarse con ella. Timur y Liú, esclava de éste y enamorada secretamente de Calaf, son llevados a palacio para que descubran la identidad del príncipe. Son torturados y Liú se suicida antes que revelar el nombre de su amado. Finalmente, Calaf le dice su nombre a Turandot. Su nombre verdadero es Amor. TURANDOT La acción transcurre en la ciudad imperial de Pekín, en época legendaria. La princesa Turandot sólo se ha de casar con aquél pretendiente de familia real que resuelva tres 43 Núm. 87 L.E.A. HISTORIA Y LITERATURA Leer a Francisco Mena SE LE HA DENOMINADO “EL MÁS EUROPEO DE LOS ESCRITORES NORTEAMERICANOS”. ESO ES TOTALMENTE FALSO Paul Auster En mayo del 2.006 el jurado del Premio Príncipe de Asturias de las Letras promulgaba este fallo: “Reunido en Oviedo el Jurado del Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2.006 integrado por (...) acuerda conceder (...) a Paul Auster por la renovación literaria que ha llevado a cabo al unir lo mejor de las tradiciones norteamericana y europea, innovar el relato cinematográfico e incorporar a la literatura algunas de sus aportaciones. Con su exploración de nuevos ámbitos de la realidad, ha conseguido Auster atraer a jóvenes lectores, al dar un testimonio estéticamente muy valioso de los problemas individuales y colectivos de nuestro tiempo. Oviedo, 31 de mayo de 2.006” ENTRO de la rica literatura norteamericana (nombremos, por situarnos, sólo a unos pocos narradores: Hawthorne, Thoreau, Mark Twain, y los premios Nobel William Faulkner, Saul Bellow, Hemingway y Toni Morrison), a Paul Auster se le ha denominado “el más europeo de los escritores norteamericanos”. Eso es totalmente falso. Se puede incluir a Paul Auster en la larga lista de los autores norteamericanos que han residido largas temporadas en Europa: Hemingway, Fitzgerald, Djuna Barnes, Anäis Nin, John Dos Passos, Pound, Eliot, o Henry Miller. Hasta tal punto que la imagen del joven escritor muriendo de hambre mientras reali- D 44 L.E.A. Núm. 87 CONTRASTA LA RELATIVA RETICENCIA HACIA PAUL AUSTER EN SU PAÍS CON EL TRIUNFO APABULLANTE EN EUROPA, SOBRE TODO EN FRANCIA za su aprendizaje en París se ha convertido en uno de los mitos literarios norteamericanos, y ese intercambio ha sido de lo más fecundo. En 1965, con dieciocho años, leyó a James Joyce con tal pasión que quiso explorar su ciudad. Pasó dos semanas en Dublín, solo, sin hablar con nadie, reconociendo en la ciudad los lugares de Dublineses y del Ulises. De ese año es también su primer viaje a París. Y regresará en 1967. En 1970 se enrola en un petrolero que atraviesa el golfo de México y se le adjudican las tareas más bajas: limpiar las letrinas, hacer las camas y la comida. El trabajo le deja diariamente más de veinte horas libres para escribir. Trabajaba en El palacio de la luna y El país de las últimas cosas. El dinero que gana le permite regresar a París en 1971 y permanecerá allí cuatro años. “Me ayudó mucho esa distancia. Cuando vives en el extranjero te ves obligado a reconciliarte contigo mismo”. En Francia hizo traducciones y leyó a autores como Montaigne, que fue una verdadera revelación para él. Aun así, las novelas de Auster, con sus características propias y dentro de la amplia corriente de la literatura universal, responden indudablemente a una visión de su propio país: la América siempre redescubierta de los inmigrantes, el judaísmo, los principios democráticos que han sido modelo para el resto del mundo, sus contradicciones históricas, la dicotomía del autoritarismo y la auténtica democracia. Y sobre todo Nueva York, y en concreto el mundo de Brooklyn, que está en tantas de sus novelas, contrapuesto al de Manhattan. Brooklyn conserva su historia, pero en Manhattan el pasado está arrasado, no existe, y el famoso puente que las une sobre el East River aparece en Ciudad de cristal, en Fantasmas y en Brooklyn follies. Paul Auster vive en Brooklyn desde 1980 con su esposa la escritora Siri Hustvedt y sus dos hijos. Otro rasgo eminentemente norteamericano del autor es la vertiente cinematográfica de su obra, en la que figura el guión de la película Smoke y la dirección compartida con Wayne Wang de Blue in the face. Es inevitable la sensación de “cine” en algunas imágenes o pasajes de las novelas de Trilogía de Nueva York o de El país de las últimas cosas. Su 45 Núm. 87 L.E.A. HISTORIA Y LITERATURA En Estados Unidos se le considera un escritor “vanguardista”, puede que el bagaje de la literatura europea haya dejado en su obra una huella demasiado intelectual para el gusto de allí. Sin embargo la biblioteca pública de Nueva York le compró hacer doce años todos sus manuscritos, que ahora tienen por vecinos a los de Charles Dickens, Mark Twain, Vladimir Nabokov o Henry Millar. Cuando se le pidió opinión a Paul Auster sobre la frase que le define como “el más europeo de los escritores norteamericanos”, contestó: novela La música del azar fue adaptada al cine por Philip Haas en1993 y en 1998 el mismo Paul Auster dirigió la película Lulu on the bridge. HERMAN MELVILLE ES EL MAYOR DE LOS ESCRITORES NORTEAMERICANOS Y SUS LIBROS NO TIENEN NADA QUE VER CON LA LITERATURA NORTEAMERICANA 46 L.E.A. Núm. 87 Pero Paul Auster es menos profeta en su tierra que en otros países. En España lleva ya bastantes años gozando del favor del público, y hoy es fácil ver a jóvenes lectores con Brooklyn follies o Viajes por el Scriptorium, su última obra, en las manos. Contrasta la relativa reticencia hacia Paul Auster en su país con el triunfo apabullante en Europa, sobre todo en Francia, donde ganó el premio Médicis y fue nombrado Caballero de las Artes y las Letras. En España su novela Tombuctú ganó el Premio Arzobispo Juan de San Clemente, otorgado en Santiago de Compostela, El libro de las ilusiones fue premiado por los libreros de Madrid como mejor libro del año y La noche del oráculo como mejor novela extranjera por los lectores de la revista Qué leer. Ahora el Premio Príncipe de Asturias de las Letras corona su carrera con un “no va más” espléndido. “Flaubert, el francés, influyó mucho al irlandés Joyce, que a su vez influyó mucho en el norteamericano Faulkner, que influyó mucho en el sudamericano Gabriel García Márquez, que también ha influido mucho en Toni Morrison. ¡Las fronteras no existen! ¡A nadie se le ocurre decir que Toni Morrison es la más colombiana de los escritores norteamericanos! Esas fronteras son absurdas. Lea con detenimiento las novelas de Herman Melville, que a mi juicio es el novelista más grande de la historia de la literatura norteamericana, y verá que son novelas absolutamente insólitas, prácticamente inclasificables. Es el mayor de los escritores norteamericanos y sus libros no tienen nada que ver con la literatura norteamericana.” EL UN IV ERSO Y LAS OBSESI ON ES DE PAUL AUSTER En las novelas de Auster es frecuente que aparezcan personajes que se dedican a escribir. La literatura es una manera especial de vivir la vida en las obras de Paul Auster. En Leviatán (1992), Peter Aaron, que tiene las mismas iniciales que Paul Auster, escribe la biografía de Benjamín Sachs, un hombre que ha muerto al estallarle una bomba en las manos, escritor de una novela de juventud, y objetor de conciencia en la guerra de Vietnam. Peter Aaron, con el FBI pisándole los talones, decide contar su historia antes de que se impongan las falsedades de la verdad oficial. En El palacio de la Luna (Moon Palace), Effing dicta sus memorias a M. S. Fogg para que, después de muerto, lleguen a manos de un hijo al que no ha visto jamás, que se ha convertido en escritor y cuya obra piensa financiar en secreto. En La invención de la soledad (The invention of solitude), Paul Auster recrea, recupera, explica la vida de su padre, al que convierte así en una de sus personajes, después de su muerte en 1979. Los autores de biografías alternan en sus novelas con los detectives, pues existen similitudes entre esas dos actividades: escritura y vigilancia. Al igual que el detective, el escritor tiene que ir más allá de las apariencias. Ambos persiguen una verdad que se oculta y que resulta difícil de alcanzar. En Ciudad de cristal, Quinn, autor de novelas policiacas, se convierte en el detective Paul Auster, al que suplanta tras recibir en su casa varias llamadas telefónicas equivocadas preguntando por dicho detective. También en El país de las últimas cosas el personaje de Anna Blume va en busca de un personaje desaparecido, su hermano, y conoce a un escritor que prepara un libro sobre el enigma del totalitarismo de esa ciudad apocalíptica. Otros motivos obsesionantes de la novela de Paul Auster son las habitaciones y la ciudad, el vagabundeo errático por la ciudad. En Fantasmas, Azul persigue a Negro (los personajes tienen nombres de colores en esta novela) por las calles de Nueva York y también le vemos vigilándolo desde la ventana de su habitación y escribiendo el informe de su actividad cotidiana. Dos seres solitarios en sus habitaciones: un detective y un escritor. Personajes desesperados pasean días enteros por la ciudad, como almas en pena. Sachs, Effing y Fogg recorren la ciudad de punta a punta. Quinn, en Ciudad de cristal, obsesionado en su papel de detective espurio, vigila y persigue hasta perder su propio rumbo y convertirse en un vagabundo. Habitaciones cerradas y largos paseos por la ciudad parecen obsesionar a Paul Auster. “Lo que en realidad hacemos cuando caminamos por la ciudad es pensar”. varias novelas (desde las azoteas en El país de las últimas cosas, o desde el puente de Brooklyn), o la levitación en Mr. Vértigo. La vigilancia de unos sobre otros es tema principal de la Trilogía de Nueva York (Ciudad de cristal, Fantasmas y La habitación cerrada). Su última novela Viajes por el Scriptorium presenta a un anciano llamado Mr. Blank, antiguo escritor que ya ha perdido la memoria (su apellido Blank significa “vacío, hueco, en blanco”), a quien se le aparecen los personajes a los que dio vida. Está presente la idea de que las criaturas imaginarias tienen vida propia y sobrepasan a su autor, al que pueden mirar de frente, como en Pirandello y en Unamuno. Aparecen Anna Blume de El país de las últimas cosas, Fogg de El palacio de la Luna, Quinn de Ciudad de cristal, etc. MI IMAGINACIÓN MUESTRA SIGNOS DE AGOTAMIENTO. QUIÉN SABE, A LO MEJOR HE LLEGADO AL FINAL. QUIZÁS NO HAYA MÁS NOVELAS DE PAUL AUSTER. Evidentemente Mr. Blank es Paul Auster. De nuevo. Pero volver al principio ahora en una recapitulación de toda su obra, ¿qué significa? ¿Podría ser el final de su obra? En una entrevista en El País (1-III-2007) el propio autor explica su temor de que sea así, de que su “imaginación muestra signos de agotamiento (…) Quién sabe, a lo mejor he llegado al final. Quizás no haya más novelas de Paul Auster”. Los personajes de Auster buscan su identidad en una vida errabunda urbana y fantástica. Nashe, en La música del azar, lo abandona todo para cruzar América al volante de un flamante Saab, en pos de una frontera que quizá solo está en sí mismo y que cruza tras una vida errante para convertirse también en un vagabundo más de Central Park. Otros motivos recurrentes son el tema de la caída o el salto al vacío, que aparece en 47 Núm. 87 L.E.A. HISTORIA Y LITERATURA Naguib Mahfuz, Premio desde los callejones de El Cairo al hombre Leonor Merino Dra. de la Universidad Autónoma de Madrid, autora de Encrucijada de Literaturas Magrebíes y traductora APUNTE BIOGRÁFICO El primer Premio Nobel de Literatura en lengua árabe fue otorgado en 1988 a un escritor egipcio, llamado Naguib Mahfuz, que nace en 1911, en Gamaliyyah, zona del barrio antiguo del Cairo. A la edad de seis años se traslada con su familia al barrio de Al-Abbasyya, donde estudia en un «Kuttab» (Medersa o escuela donde se enseña el Corán). Muy niño comienza a leer novelas policíacas, entre ellas las de Sinclair y Johnson, por lo que se podría decir que significaron el jardín de infancia y la escuela bien temprana, donde se iniciaron los primeros pasos ensoñadores de este futuro escritor. Dicha afición continúa durante la etapa de primaria y secundaria, hecho destacable puesto que los libros para niños aún no contaban con la divulgación e interés que tienen actualmente. Dichas novelas las consigue comprándolas en la calle de Mohammed Ali o pidiéndolas en préstamo. Su pasión por este género narrativo fue tan grande –cuenta el mismo Naguib Mahfuz–, que volvía a escribir estos textos y les ponía su nombre como si él fuera el autor. Poco después, su inquietud le lleva a leer la historia faraónica. Lectura que nacía del auge que experimentaba la egiptología de aquel entonces. 48 L.E.A. Núm. 87 En 1925-1926, aproximadamente, escribe verso moderno, que gira siempre alrededor del tema del amor. En 1930, obtiene el Bachillerato e ingresa en el departamento de Filosofía de la Facultad de Letras de la Universidad de El Cairo. Después de cuatro años, se licencia con matrícula de honor en Filosofía y elige, como tema para su tesina, la «Estética» puesto que la considera, dentro de los estudios filosóficos, la más estrechamente vinculada a la literatura y al arte. Igualmente, realiza estudios en el Instituto de Música Árabe, y, más tarde, ejerce como funcionario en diversos organismos de la administración de su país. A pesar de su carácter introvertido y de su poco entusiasmo por la vida social –que no desdice su modestia, cortesía y respeto por los demás–, participa en la vida literaria de su país, publica artículos y forma parte de tertulias permanentes, como la que se celebraba en la terraza del café de la Ópera, en el Club de la Novela, o en el Consejo Superior de Artes y Letras. Por tanto, los cafés, aparte de servirle como punto de encuentro para compartir inquietudes intelectuales, desarrollaron un papel importante en la vida y en la literatura de este autor –excelente «hablista»–, puesto que ya desde niño iba allá a escuchar los relatos del poeta popular. Mahfuz leía en árabe, francés e inglés y abordaba diversas tendencias culturales coe- Nobel de Literatura, universal táneas que reúnen la herencia árabe con la tradición literaria –sobre todo europea–, así como las corrientes, entre la intelectualidad egipcia, que están bajo el influjo de una u otra cultura. Igualmente, el mismo escritor ha confesado sentirse influido por Tosltoy, Chejov, Dostoyevsky, Maupassant, Gide y Shakespeare. Es decir que Naguib Mahfuz, junto con el talento, reúne un espíritu luchador, ahínco y afición a la literatura universal, factores que le sirvieron de herramienta para llegar muy lejos en la lectura que, emanada de su pasión artística, impone un auténtico placer espiritual y una manera de pensar que considera al arte un objetivo y una esperanza. epopeyas populares elevadas a la categoría de mito. RIADA DE PERSONAJES QUE TRASCIENDE EL TIEMPO La evolución de los personajes llega a alturas insospechadas en muchos casos –Al lado de Dios es un ejemplo–, donde los caracteres se mueven en un mundo que rezuma autenticidad. Su prolífica obra está enriquecida por sus numerosas colecciones de cuentos –los años setenta son una de las etapas más prolíficas–, que no se pueden deslindar del resto de su producción –salvo en contadas ocasiones–, puesto que su extensa urdimbre creativa conserva un entramado simbólico y polifacético. En Cuentos ciertos e inciertos se pone de manifiesto la gran variedad de registros que maneja este autor. Y en Bajo la marquesina –que supone una ruptura con la producción cuentística mahfuzí anterior–, lo sobrenatural y lo macabro abren camino a la alucinación basada en extravíos de una conciencia torturada y rota. Su estilo está a caballo entre el más puro realismo social, con destellos de simbolismo muy personal, y el naturalismo crudo con que prosigue el registro de las crónicas, de las El Cairo nuevo es la primera novela de concepción realista, que responde a la realidad egipcia árabe de la primera mitad de este siglo, y que repercutirá en el tejido social EL ELEMENTO MÁS DESTACADO ES EL VÍNCULO DE LA LITERATURA A SU PROPIA VIDA. LA VIDA EN TODAS SUS DIVERSAS DIMENSIONES Y PEQUEÑOS DETALLES. LA VIDA DE LAS GENTES SENCILLAS QUE REPRESENTAN SIEMPRE A LA MAYORÍA: ESAS CON LAS QUE UNO PUEDE CRUZARSE EN LA CALLE, A PESAR DE LAS DIFERENCIAS DE RAZA, CULTURA O RELIGIÓN 49 Núm. 87 L.E.A. HISTORIA Y LITERATURA egipcio hasta el día de hoy. Primer presagio de lo que iba a ser «la justicia»: un concepto moral que Naguib Mahfuz pretendía como identidad plena y universal, sin que se limitara a una determinada interpretación sectaria, puesto que este concepto ya se había quedado ensombrecido por la visión burguesa, en general, y por la clase a la que pertenecía Mahfuz, en particular. Al mundo creativo del autor, entonces, se abre una visión filosófica de inspiración cartesiana aprendida de su maestro Taha Husayn (1889-1973), con el fin de llevar al lector desde la fase de escepticismo, en la veracidad de causas y causantes, hasta la fe consciente. EN EL DICTAMEN DE LA ACADEMIA SUECA, QUE LE OTORGA EL PREMIO NOBEL DE LITERATURA (1988), SE MENCIONARÁN NOVELAS GRANDIOSAS: LA TRILOGÍA, HIJOS DE NUESTRO BARRIO Y VELADAS SOBRE EL NILO Por tanto, lo importante del arte de Mahfuz procede de diversos elementos, al margen de escuelas o tendencias literarias. Y el elemento más destacado es el vínculo de la literatura a su propia vida. La vida en todas sus diversas dimensiones y pequeños detalles. La vida de las gentes sencillas que representan siempre a la mayoría: esas con las que uno puede cruzarse en la calle, a pesar de las diferencias de raza, cultura o religión. Esos elementos se entremezclan entre sí en un escenario general y común para representar un barrio o una ciudad o una nación, como se aprecia en su Trilogía: Entre dos Palacios, Palacio del deseo y La Azucarera que, en sus títulos originales en lengua árabe, corresponden a tres zonas del viejo Cairo. Tres novelas de corte realista en las que se alza el «gran padre», presentado como símbolo de una generación. Hombre acaparador del poder absoluto sobre sus hijos, austero, religioso, omnipotente y tiránico, ante su familia. Hombre afable, sensual, amante del vino y del burdel, ante la sociedad. Trilogía que entreteje realidad histórica –desde antes de la Primera Gran Guerra hasta mediados de la Segunda Guerra Mundial– junto con la ficción novelesca, y que expone, igualmente, el valor de la ciencia y de la sabiduría. Otra de sus novelas, Hijos de nuestro barrio, se desliza más hacia el mundo del símbolo y hacia significados muchos más hondos y humanos, sin dejar de lado sus 50 L.E.A. Núm. 87 habituales formas realistas para abarcar a cinco generaciones seguidas, aunque, de acuerdo con el enfoque de la fe teológica, repasa la evolución de toda la humanidad. Puesto que el barrio –callejón en la traducción literal–, llega a ser la patria, la humanidad. Y las entreveradas historias, que aborda la novela, giran alrededor del mito de la creación, y son historias que emergen en tiempos de estrechez y confirman la existencia de Dios. Estos «poderes superiores» seguirán siempre acaparando el interés del autor y empujándolo hacia la búsqueda del espacio que ocupen la vida del hombre y sus vinculaciones con la libertad en la tierra y en la justicia social. Pero, ¿garantizarán esos poderes superiores –Dios en el cielo y sus religiones en la tierra– la felicidad del ser humano? ¿Reemplazarían el inestable sueño de la realidad? Titubeante rastreo de la realidad que se descubre en el protagonista de El camino, en Sabir, cuyo nombre deriva de la idea de paciencia y resignación. El ladrón y los perros, desarrollada en un ámbito asfixiante lleno de rencor e intriga, es una encarnación de la justicia social. Los acontecimientos ocurren marcados por el hecho de la persecución, es decir, del enfrentamiento entre el individuo y su sociedad. El autor desnuda a la sociedad, a través de los complots que se traman en los barrios populares, enfrentándola al individuo. Esta novela –junto a las que le siguen: Veladas del Nilo y Miramar– es una nueva etapa en el desarrollo de la narrativa de Naguib Mahfuz, que sale del ámbito nacional y refleja las preocupaciones y pérdidas del hombre egipcio, en el ámbito universal, sintiendo que es, ante todo, un ciudadano del mundo. Y, precisamente, en el dictamen de la Academia sueca, que le otorga el Premio Nobel de Literatura, se mencionarán La Trilogía, Hijos de nuestro barrio y Veladas sobre el Nilo –novelas grandiosas que acabo de reseñar–. En ésta última, la traducción literal «sobre el Nilo» da a entender que no es una cuestión local sino temas que sobrepasan las fronteras del Nilo. El escritor quiso presentar la situación del ser humano en el universo, con sus frustraciones ante sus secretos, especialmente el tema de la existencia y el enigma de la muerte. En esta novela, repleta de comentarios y disquisiciones filosóficas, nos encontramos con una serie de preguntas: «¿Qué es lo serio? ¿No es probable que creamos seriamente en lo absurdo? La seriedad, ¿significa que la vida tenga sentido? ¿Cuál es el sentido de la vida?» Una de las protagonistas responde: «El sentido de la vida está en la voluntad de vivir y en el intercambio de ideas». Luego, la voluntad de vivir es algo fuerte y sólido, pero la vida, a veces, puede llevarnos hacia lo absurdo. Este absurdo convive con los protagonistas de la novela. Estamos, pues, lector, ante una prolífica carrera creativa, ante una gigantesca e impetuosa riada de personajes y situaciones que desborda el tiempo. Algunas acciones se asemejan, pero no se encuentran con los mismos personajes ni con las mismas ideas. La historia puede repetir alguno de sus episodios, mas nunca vuelve a pasar por el mismo camino. Evidentemente, el escenario de la «vida real» de este prolífico escritor egipcio, tuvo su reflejo en la «vida literaria», y no es de extrañar que esos barrios y callejuelas, con sus cafetuchos, con sus azoteas rebosantes de vida donde las mujeres se reúnen y acicalan, con sus personajes y sus conflictos, interpreten el símbolo de la vida, con todo lo que contiene de fuerza, bondad, maldad y debilidad. Pero este Cairo mítico, sacado fuera del tiempo y del espacio, adquiere una categoría universal, porque universales son sus personajes. Y porque, en definitiva, su protagonista radical es el hombre: «esa mezcla de bien y de mal, de estupidez e inteligencia, que merece la compasión en la misma medida que merece el castigo», como lo define el propio escritor. También, en su variada y excepcional obra narrativa destacan un buen número de novelas históricas, en las que, con su habitual capacidad, sumerge al lector en una brillante recreación del sensual ambiente espiritual del Egipto de los faraones: Rhadopis: una cortesana del antiguo Egipto, La batalla de Tebas: Egipto contra los hicsos o La maldición de Ra. Keops y la gran pirámide. UN HOMBRE CERCANO, BIEN NOMBRADO Entretejida creatividad, entonces, que hace que el lector sienta, emocionadamente, aquello que lee, puesto que Naguib Mahfuz ha sido un atento registrador de movimientos y de encrucijada de circunstancias. Un sabio analista de inquietudes que pone de manifiesto, a través de su obra, no sólo su inclinación por la filosofía y la lucha del hombre por conseguir la libertad, sino también la habilidad de todo gran creador para mantener la sorpresa y el interés: todo un símbolo de una depurada técnica literaria. El flashback, así como el sueño, son otras técnicas a las que recurre el autor para presentar al receptor tomas del pasado, que se mezclan, mágicamente, con otras del presente. Todo ello llevado, magistralmente, a buen término, por un escritor que, habiendo sido originariamente calculador y gran conocedor de la técnica y del sentido de la elaboración, se nos presenta con una obra inmensa dotada de un alto grado de espontaneidad y desenfado. Un creador –que ya nos dejó el 30 de agosto del 2006–, que en el marco de su comunidad y de su tiempo, cumple una función análoga a la que desempeñaron Pérez Galdós, Balzac, Zola o Dovstoievski. Este maestro indiscutible de la narrativa árabe contemporánea, ha encontrado profundo eco entre nosotros, puesto que gran parte de su obra –aquí tratada– se encuentra ya traducida a nuestra lengua. Luego su obra merece ser sabida de memoria, guardada, conservada, puesto que todo eso quiere decir, en lengua árabe, su apellido: «mahfuz». Y, noble, generoso, de buena raza, quiere decir, también en lengua árabe, su nombre: «naguib». EL CAIRO NUEVO ES LA PRIMERA NOVELA DE CONCEPCIÓN REALISTA, QUE RESPONDE A LA REALIDAD EGIPCIA ÁRABE DE LA PRIMERA MITAD DE ESTE SIGLO, Y QUE REPERCUTIRÁ EN EL TEJIDO SOCIAL EGIPCIO HASTA EL DÍA DE HOY 51 Núm. 87 L.E.A. NUESTROS COLEGIOS Día Agustiniano en El Escorial Jesús Torres ADA año, por el mes de mayo, la Comisión Provincial de Pastoral nos convoca a una jornada de convivencia y confraternización que, tradicionalmente, se realiza en El Escorial. C En este año fue el 5 de mayo el elegido para realizar esta jornada. Resultó realmente un día estupendo, a pesar de que fue pasado por agua y tuvimos que evacuar El Bosquecillo casi a uña de caballo. Pero aún esta circunstancia fue vivida con un gran sentido del humor y compañerismo por parte de todos. 52 L.E.A. Núm. 87 La Eucaristía presidida por el P. Provincial y concelebrada por un buen grupo de agustinos, fue el punto de partida del día. Buena participación y buena animación musical tampoco faltaron. La fe y la plegaria nos unieron en un solo corazón y una sola voz, en una mañana fresquita y perezosa… al sol le costaba trabajo salir. Después del encuentro junto al altar, cada uno empezó a moverse y desarrollar su actividad en los más variados campos. El deporte fue el plato fuerte para los jóvenes. La con- versación para los más sosegados. Otros preparaban las viandas que después serían compartidas por todos. Pero la mayor atracción fue el gran despliegue de juegos tradicionales que la Asociación Salmantina «Quercus» puso a disposición de todos en los campos del «Bosquecillo». Todos disfrutaron de lo lindo, entre el recuerdo de los tiempos ya pasados donde nos divertíamos con tan poco y la curiosidad por tantear el grado de destreza que cada juego nos exigía. Se podían observar escenas de las más pintorescas, difíciles de reseñar, porque, como dirían en mi pueblo, «eso es pa visto». Los zancos, la calva, el aro, la rana, la sogatira, los bolos…y ello acompañado también a ritmo de gaita y tamboril al estilo charro. Y llegó la paella, que estaba realmente para chuparse los dedos, y llegó para todos… y eso que no éramos menos de 350. Todo a punto gracias a la diligencia y buena disposición de los hermanos de la Comunidad de Alfonso XII, que nos acogieron y atendieron a las mil maravillas. Con estos hermanos tan buenos da gusto, de verdad. Y en pleno rito de comer la paella, el agua dijo que no se aguantaba más, y ¡se lo pueden imaginar¡…, peregrinación forzada y a la carrera hasta el Monasterio. Y una vez allí visitas varias en tantas direcciones como la enorme casa ofrece: unos por el Colegio a ver el museo de ciencias y otras lindezas; otros visitaban las instalaciones de María Cristina; algunos aprovecharon para visitar las estancias de la Comunidad Agustiniana por el Monasterio, esas «que no ve nadie», a no ser que esté acompañado por un agustino. Al final todos nos reunimos de nuevo en el salón de actos de Alfonso XII para compartir una velada estupenda donde participaron varios grupos de El Escorial, Madrid y Salamanca. La verdad es que estamos preparados y cuando nos ponemos lo sacamos adelante. Era víspera del Día de la Madre, y éstas fueron las más agasajadas y felicitadas. En definitiva, una jornada bien organizada y celebrada, donde el entusiasmo de unos y otros puso el tono festivo y cordial que todos íbamos buscando. Una jornada que nos ayudó a todos a reconocernos y sentirnos AGUSTINIANOS. Y eso es bueno y necesario de vez en cuando. Fomentar ese sentido de pertenencia y amistad es saludable y genera buenas vibraciones. Los que allí estábamos quedamos tácitamente comprometidos a seguir promoviendo a nivel provincial este DÍA AGUSTINIANO y a dinamizarlo de tal forma que podamos crear un «espacio joven» durante ese fin de semana, en un encuentro festivo y de compromiso. El próximo año señala bien este día en tu agenda y ven con nosotros. Tu participación es importante para todos. 53 Núm. 87 L.E.A. NUESTROS COLEGIOS Anécdotas de los niños del Escorial Gustavo Sánchez Director de la Escolanía del Monasterio Se me ofrece de nuevo la ocasión de hablar de los niños del Monasterio del Escorial, a los cuales sigo investigando con motivo de mi trabajo de tesis doctoral 1. Pero esta vez trataremos de ofrecer el lado más amable de sus vidas durante los más de 200 años que convivieron con los jerónimos del Monasterio. ban, servían de guías a los visitantes, cantaban con los monjes, ayudaban a misa... En contraste con las incomodidades de estas obligaciones escolares y «laborales», y dejando a un lado los sufrimientos de las enfermedades y de la muerte –a las que estaban expuestos por el clima y la deficiente alimentación y sanidad de la época–, también hubo momentos para reír o al menos provocar una sonrisa en los protagonistas y en nosotros mismos. A continuación vamos a referir algunas de las numerosas anécdotas que en nuestro peregrinaje bibliográfico y documental hemos ido encontrando. ABÍA niños por todas partes: en el Seminario (50), en la Compaña (12), en la Hospedería (16), Porterías (12), Procuración (4). Aunque estas cifras son aproximadas, los documentos escurialenses hacen referencia a un total de entre 90 y 100 niños, según las épocas. Sus edades iban desde los 6 años hasta los 18, en que pasaban a ser considerados adultos, momento en el cual muchos de ellos optaban por el hábito jerónimo y se quedaban en el Monasterio para siempre. H 1 La música en el Monasterio del Escorial durante la estancia de los jerónimos: Los niños del Colegio-Seminario (1567-1837), Universidad Autónoma de Madrid (dir.: Prof. Dra. Begoña Lolo). 54 L.E.A. Núm. 87 Los muchachos hacían de todo: estudiaban (los que más, los del Seminario), asistían a los huéspedes, hacían recados, limpia- Cronológicamente hablando, una de las primeras en la que –aunque no lo especifica el cronista– a buen seguro participaron los muchachos del Seminario, tuvo lugar en ocasión de dos peculiares visitantes que vinieron en octubre de 1583: «En 9 días del mes de octubre de 1583 años por mandado de Su M[ajesta]d trujeron de Madrid un elefante para que le viessen los P[adr]es desta Cassa; entró en el jardín a las dos horas después de mediodía. Venía un negro caballero en el pescuezo que le guiaba. Hizo delante de Su Md. todas sus habilidades de hacer reverencia, y echarse en el suelo y tomar frutas con la trompa, y luego le metieron por los claustros de la Casa y entró en la celda de N[uest]ro P[adr]e y de allí le llevaron al Colegio por los claustros muy doméstico. Y otro día después le tornaron a traer y subió por la escalera principal a los claustros altos de los treinta pies y entró en la celda del P[adr]e Vi[cari]o y hizo allí lo que el negro le mandaba. […] En 16 de octubre de [15]83 metieron por mandado de Su M[ajesta]d el rinoceronte en el jardín para verle dende allí, y como venía caluroso le echaron en el cuerpo y cabeza muchos cubos de agua con que se refrescó y de contento se revolcó en el suelo y gimió. Es animal feo melancólico y triste; está como armado. Es animal ingrato y desconoscido que no conosce a los que le hacen bien porque para darle de comer se lo echan por detrás de él.”2 No es difícil imaginar a los muchachos del Seminario corriendo y acompañando en comitiva al elefante o echando agua al rinoceronte y, en definitiva, regocijándose y disfrutando de tan especial y exótica visita. De nuevo en 1773 fue recibido «con todos los honores» otro elefante, que le había sido regalado a Carlos III por el virrey de Manila y mandó enviar al Monasterio, para regocijo de la Comunidad. Llegó el día 9 de octubre y permaneció hasta el 20 de ese mes, en que partió hacia Madrid. El acontecimiento es referido por fr. Juan Núñez y esta vez sí se hace mención a los «estudiantes», seguramente los de la Compaña, por ser los que más libremente andaban fuera del Monasterio: «El día 17 salió a La Herrería y tuvo particular gusto en coger con la trompa zarzamoras que le daban los estudiantes, y saborearse muy bien con ellas» 3. No sabemos si por tener el sueldo corto o por mala economía, pero el caso es que D. Pedro Pérez, Profesor del Seminario hacia finales del siglo XVII, se vio en la necesidad de pedir prestado cierta cantidad de dinero a algún seminarista con recursos. Así figura en el inventario, tasación y liquidación que se hizo de sus bienes y efectos, tras su muerte, en 1690: «Mas dos r[eal]es que constó devía el difunto a un niño del Seminario que se llama Urraca» 4. Debieron ser cotidianas las travesuras o pequeñas transgresiones que afectaron en el servicio litúrgico. Así, por ejemplo, los muchachos que ayudaban a Misa tenían la mala costumbre de apagar las velas en las paredes de la iglesia, manchando de cera la piedra. Por esta razón se encarga al Sacristán Cuarto que «de t[iem]po en tiempo raspará los lados, donde los muchachos suelen apagar las velas, con una raspadera, y la cera que coja echará en la caja, reprehenda al muchacho que vea las apaga allí» 5. Otra cuestión por la que también debieron ser amonestados los niños del Monasterio en más de una ocasión fue por abrir y dejar abiertas las ventanas de los claustros los días –muy frecuentes– de fuertes vientos en San Lorenzo. Finalmente se tomó la decisión de mandar «al P[adr]e Obrero las clavase, y fijase con chapas de hierro y clavos» para de este modo evitar los «notables destrozos en el ventanaje, y vidrios 2 Biblioteca del Escorial (BE), K.I.7: SAN JERÓNIMO, fr. Juan de: Memorias, f. 173r. 3 BE, K.I.7: SAN JERÓNIMO, fr. Juan de: Memorias. Insertado entre los ff. 172-173: NÚÑEZ, fr. Juan: «Relacion de lo que ocurrio en este Monasterio con el Elefante». 4 Archivo General de Palacio (AGP), Patronatos de la Corona-El Escorial (PCES), Leg. 1.764. 55 Núm. 87 L.E.A. NUESTROS COLEGIOS mente algunos religiosos, ya que perturbaban la paz de la clausura conventual, y de vez en cuando se alzaban voces para atajar tales costumbres. Pero algo aún más reprehensible y que estaba totalmente prohibido para los niños y muchachos era salir del Monasterio. Por esta razón causa cierta extrañeza la situación que describe el Alcalde del Sitio, Pedro Navas, en 1825: de los claustros», encargando asimismo a todos los Padres que si «veían a algún muchacho u otra persona secular desclavarlas, diesen el aviso correspondiente para enmendarlo» 6. A veces, se les permitía acompañar a los monjes cuando iban a pasar algún día de asueto en La Fresneda, finca cercana al Escorial. Como es lógico, en un lugar de recreación, con embalses para pescar y juegos como los “trucos” –muy de moda en los siglos XVII-XVIII– los muchachos debieron estar a sus anchas. Pero no siempre, ya que las normas en este sentido eran muy estrictas, por lo que se ordena lo siguiente al religioso encargado de La Fresneda: «No permitirá el P[adr]e Granjero que los muchachos que fueren a ayudar a misa (que nunca son más que dos de la Hospedería) suban a jugar a los trucos ni travesear pues echan a perder los tacos, y con tener cerrada la puerta se excusará esto. Tampoco ha de permitir que anden con las cañas ni sedales de los religiosos, y al que viere andar en esto le riña o castigue si fuere necesario.» 7 5 BE, J.II.29: Libro del Noviciado, p. 456. 6 BE, Libro de los Actos Capitulares, vol. II, f. 193r: Acto Capitular de 10-12-1766. 7 AGP, PCES, Leg. 1.715: Costumbres de 1736, tít. 4.º, cap. XIX, f. 84v. 8 Ibid., f. 84r. 9 BE, Documentos, XXXV, 53: Carta de Pedro Navas al Prior, 30-4-1825. 10 RODRÍGUEZ, Francisco de Paula: Monjes Jerónimos del Monasterio de El Escorial. Familia Religiosa de El Real Monasterio de San Lorenzo distribuida por sus clases. 56 L.E.A. Núm. 87 Con lo de la pesa no se andaban los monjes con rodeos, por lo que se ordena al P. Granjero que «si viere que algún seminario [=seminarista] u otro secular pesca le rompa la caña y le quite los anzuelos, y le amenace y dará q[üen]ta a su Rector p[a]ra que ponga enmienda en ello, y de no haberla dará q[üen]ta al Superior» 8. También es totalmente comprensible que en un lugar de las dimensiones y características del Monasterio los muchachos anduvieran curioseando y «vagueando» por los claustros. De esto se quejaban continua- «También ha llegado a mi noticia que en el día de ayer se han salido de ese R[ea]l Monasterio todos los estudiantes que cursaban en él, lo que ha causado bastante novedad en el pueblo, viéndolos andar vagando por él, y sin que esto sea entrometerme en los estatutos de esa R[ea]l Comunidad, pues me consta la aprobación con que están autorizados, como el ver estos jóvenes andar errantes fuera del recinto del claustro que deven ocupar […].» 9 Y por último una graciosa anécdota, en este caso de escapada nocturna. Se trata de algo muy apetecible para los niños en los frecuentes días de viento del Escorial: volar una cometa. Así ocurrió: «Una tarde que el temporal no permitió que ninguno saliese a campo por causa de aire muy fuerte, estando juntos todos los muchachos en el claustro inventó uno hacer un cometa. Buscaron unos cartones muy fuertes y por breve que le concluyeron no pudieron echar al aire porque tocaron a estudio, a cenar y a recogerse. Los muchachos que no habían visto jamás semejante cosa, rogaron al que la hizo que respecto que el aire subsistía y la noche estaba clara, se levantasen luego que la Comunidad se recogiese y que la echasen al viento. A cosa de las once se levantaron los muchachos y la echaron al viento. Divirtiéronse de modo que llegó el toque de Maitines; como estaba hecha de fuertes cartones, el aire era furioso y no tenía más largo la cuerda que hasta igualar con el caballete el empizarrado, bramaba el aire que toca en ella, con tanto ruido que se oía por toda la Casa; de lo cual, escandalizada la Comunidad, buscaban los más animosos la causa. Como los claustros entonces no tenían ventanas, alcanzaron a ver los que venían hacia la Hospedería el bulto que había sobre el caballete (a quien pusieron muchos nombres) y en fin brevemente se vio lo que era, y quedaron todos los muchachos sentenciados a azotes para la mañana.» 10 Un oasis en el desierto O la historia de tu propia vocación... Fray Santiago Ruiz Galacho ([email protected]) ¿ GOBIADO? ¿Perdido? ¿Desorientado? ¿Alegre? ¿Melancólico? ¿Triste? ¿Enfadado? ¿Feliz? ¿Desilusionado? ¿Cómo te sientes hoy? Todas las personas nos movemos en el mundo de los sentimientos, los estados de ánimo cambian y estos cambios dependen de muchas cosas, principalmente de nuestra historia personal y del entorno en que vivimos. A Lo más importante de todo, sin embargo, es que, ya te sientas la persona más afortunada del mundo, o pienses que no hay mayor desgracia que la que te ha tocado vivir, tú sigues siendo tú, esa persona que, como cualquiera, pero a tu forma, busca ser feliz; y es importante que no olvides esto para poder entender lo que pretendo contarte en este artículo. “Hay una voz secreta, un dulce canto, que el alma sólo recogida entiende, un sentimiento misterioso y santo, que del barro al espíritu reprende, agreste, vago y solitario encanto que en inefable amor el alma enciende, volando tras la imagen peregrina el corazón de su ilusión divina.” (José Espronceda) “En el interior del hombre habita la verdad” (San Agustín) De entrada, el título es un pelín raro, ¡qué tendrá que ver un oasis en mitad de un desierto, con lo que yo quiera hacer con mi vida, y con cómo me sienta ahora mismo!... Si te invitase a pensar en un desierto… ¿qué 57 Núm. 87 L.E.A. NUESTROS COLEGIOS viene abajo, siempre buscamos sentirnos felices (¡cuidado!, no digo «ser felices», sino «sentirnos felices», porque la felicidad no es algo que una vez que se alcanza dura para siempre, la felicidad es más bien un estado de ánimo, es decir, que a veces puedes sentirte más feliz, otras veces puedes sentirte menos feliz y otras ni siquiera sentirte feliz). dibujarías en tu mente?... El desierto nos invita a pensar en el vacío, en un paisaje árido, sin personas; el desierto nos lleva a la soledad, y ésta puede ser una soledad pesada o puede ser una soledad reconfortante… Hace poco una psicóloga escribía que la soledad, cuando la elige la persona, se convierte en un tiempo reconfortante que ayuda al encuentro con uno mismo y a la reflexión… Sin embargo, como bien habrás comprobado en tu propia vida, las personas necesitamos compartir nuestro tiempo con los demás, necesitamos relacionarnos con la gente, compartir experiencias, compartir ilusiones y sueños (¡que no será porque no los tenemos!), es por esto que a veces nos gustaría tener a alguien junto a nosotros que nos apoyase y que compartiese nuestros ideales y, sin embargo, nos vemos solos… 58 L.E.A. Núm. 87 Muchas veces nos cuestionamos sobre cómo alcanzar ese estado de bienestar, y hoy, mira tú por dónde, te ves leyendo un artículo que pretende hablarte sobre la historia de una persona cualquiera (que bien podrías ser tú mismo) que busca ese sentimiento de felicidad en un estilo de vida concreto, un estilo de vida que no brinda comodidad, sino entrega; que no brinda dinero ni bienes, sino más bien que te libera de lo material y te empuja a preocuparte, no de qué camisa me pondré hoy o mañana, sino de las personas que te rodean, no de si tengo para comprarme el paquete de tabaco, sino de que hay miles de personas que mueren en vida y que sufren y que yo puedo hacer algo por ellos; un estilo de vida que no te brinda una relación de pareja formal, ni tampoco un rollo de una noche; un Mensaje de Amor que te impulsa a que te dé igual si esta noche pillas o no pillas, y que pase a importarte más que hay personas que viven sin nadie que las apoye, sin nadie que pueda darles un abrazo cuando se encuentran mal. Debemos aprender a aprovechar los momentos de desierto que hay en nuestra vida para encontrarnos cara a cara con nosotros mismos, y al encontrarnos con nosotros mismos podremos ver también a las diferentes personas que forman nuestra historia personal, y por fin entre ellos y nosotros, entre tú y las personas que construyen día a día tu vida, podrás, con mucha paciencia y dificultad, ver la existencia de un gran Amor, que a muchos nos gusta llamar Dios, y que para muchos no es otro que el Dios de Jesús. Y este estilo de vida, que no es otro que el de Jesús de Nazareth, es donde buscamos esa felicidad que tanto ansía el ser humano. Un estilo de vida por el que muchos hemos optado, un estilo de vida, que más que un estilo se convierte en nuestra propia forma de ser y hacer, en nuestra propia vida, que se construye, no sólo trabajando por un mundo mejor, sino participando juntos de la Iglesia, que no esta formada sólo por el Papa y los obispos (cuya tarea es muy buena e imprescindible), sino que también la constituyen cada una de las personas que, habiéndose bautizado, han optado por seguir a Jesús, una Iglesia actual, nada alejada de las realidades del mundo, una Iglesia que poco a poco va caminando hacia el progreso del bienestar en el mundo, hacia el deseo de llevar a cada una de las personas la Revolución Amorosa del Evangelio. En el desierto de nuestra vida, tanto en esos momentos de reflexión y de encuentro con uno mismo, como en esos momentos de debilidad, en los que todo parece que se nos Y en el fondo este mensaje supone y constituye una auténtico grito, pero no un grito al vacío, sino un grito a tu corazón y a tu persona para abrirte a participar en la obra que hace ya dos mil años comenzó un joven carpintero seguido de un grupo de doce incondicionales, un mensaje que, Dios mediante, ha llegado hasta nuestras días y a nuestra sociedad, un mensaje que, como te he dicho antes, mueve al Amor. Intenta lograr por tanto que en ese desierto interior nazca un oasis, intenta lograr que el desierto de tu corazón sea un desierto fértil. Voz que grita en el desierto… “Voz que grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas; todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo tortuoso se hará recto y las asperezas serán caminos llanos.” (Lc. 3, 4-5) Cuando hablamos de Dios como Amor (y Amor con mayúsculas) no nos referimos a un amor «ñoño» o «cursi», ni tampoco a un amor dulzón y empalagoso… más bien nos referimos a un Amor revolucionario y radical, no con tintes violentos, sino más bien entendiendo éste como una realidad que transforma a la persona y la mueve a la entrega, porque aquella persona que, buscando un sentido a su existencia, se encuentra con el mensaje de Jesús de Nazareth, esa persona no puede quedar impasible ante el mundo; hablamos de un mundo en el que el individualismo y la pasividad, la competitividad y el querer salir adelante (aunque para eso haya que pisotear a quien haga falta), la aridez y la soledad impuesta, la falta de ilusión y el aburrimiento, están al orden del día. La persona que se encuentra cara a cara con un mensaje como el del Evangelio (un mensaje de tal frescura, actualidad y alegría) no puede menos que lanzarse a la piscina, aún sabiendo que esté vacía, no puede menos que gritar en mitad del desierto (un desierto en el que pocos son los oídos abiertos a escuchar lo que tengamos que decir) la Verdad de Jesús, porque ya escribía J. L. Martín Descalzo: «[…] Que Napoleón muriera derrotado en Elba, o que llegara siendo emperador al final de sus días, no moverá hoy a un solo ser humano a dejar su casa, su comodidad y su amor y marcharse a hablar de él a una aldehuela del corazón de África. Pero Jesús no, Jesús exige respuestas absolutas. Él asegura que creyendo en Él, el hombre salva su vida, e, ignorándole, la pierde. Este hombre se presenta como el camino, la verdad y la vida (Jn 14, 6). Por tanto –si esto es verdad– nuestro camino, nuestra vida, cambian según sea nuestra respuesta a la pregunta sobre su persona» (Introducción a la obra Vida y misterio de Jesús de Nazareth, 59 Núm. 87 L.E.A. NUESTROS COLEGIOS Ed. Sígueme). ¡Qué menos que pararse a pensar sobre el asunto!, ¿no?... Este grito de Amor rompe los silencios y las injusticias, rasga el conformismo y lo destruye… es un grito sincero, sin miedo al qué dirán, una llamada a lanzarse a la vida, una llamada a la libertad del Amor. Y es que amor y libertad, Dios y libertad, son términos que van juntos, agarrados de la mano, porque uno se siente realmente libre cuando toma las riendas de su vida y pone en el centro de ésta la verdadera caridad. (Para saber de qué va eso del amor/caridad puedes echar un vistazo a 1Cor 13). Nuestra ilusión, nuestro sueño, nuestra utopía es que ese grito resuene el desierto del mundo, un desierto muy diferente al de nuestro interior. Porque este es un desierto exterior sobre el que nosotros no tenemos ningún control total, pero que sí podemos cambiar levemente: el desierto siempre será árido, sin embargo, cuantos más oasis existan en él, más soportable será la dureza típica de estos terrenos. Los que seguimos a Cristo pretendemos crear un desierto fértil, queremos ser como un oasis en mitad de la árida superficie arenosa, un oasis que suponga una renovación de la persona; un mensaje cristalino, puro y fresco. Un grito unánime: ¡Amor! “Cuando la verdad produce escándalo es mejor olvidarse del escándalo y no pasar por alto la verdad” (San Gregorio Magno) En tiempos de agitación política, un sacerdote dijo en una de sus homilías, «El Señor dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos», inmediatamente mandaron apresarlo. El sacerdote, una vez en el calabozo, demostró que él tan sólo había citado la Biblia de manera textual (Lc. 1, 51-53) y no tuvieron más remedio que dejarle libre, pero ¡fíjate de qué tipo de mensaje estamos hablando! Un mensaje de agitación y de escándalo, un mensaje que mueve a las personas a lanzarse de lleno a la vida… Las personas nos hemos empeñado en hacer el mensaje de Dios aburrido y carca, nos hemos propuesto crear un Dios serio, viejo y con barbas largas, nos negamos a ver la figura de un Dios que ama inmensamente, que lo perdona todo, que se une al sufrimiento del hombre (¡hasta el punto de hacerse uno de nosotros compartiendo así nuestro sufrimiento!). A veces resulta difícil pensar en un mundo mejor, y, siendo realistas, no creo que ni tú ni yo solos podamos erradicar la pobreza o el hambre, pero, sin embargo, algo que sí que podemos hacer es cambiar las vidas de las personas que te acompañan en tu camino, sí podemos ser oasis de agua cristalina para todos aquellos que andan ya fatigados por el calor y el cansancio del desierto de este mundo. Que tú, en tu desierto interior escuches el grito de un Cristo que necesita tus manos, tu boca, tu corazón, tus pies; un Cristo que te necesita para ser manantial de agua viva, que te necesita para que seas AMOR. Sé feliz y procura la felicidad a cuantos te rodean. 60 L.E.A. Núm. 87 Mirar mirarle mirarle bien Miguel Gómez Martín ESDE la Comisión Provincial de Pastoral y Vocaciones proponíamos realizar, durante el curso que ahora termina, una serie de reflexiones, iniciadas, motivadas y apoyadas por tres carteles. Se pretendía que cada trimestre estuviesen presentes cada uno de los carteles en cada sala de aula, de catequesis, de reuniones recordándonos el tema central de nuestra acción pastoral y la reflexión personal y comunitaria que nos proponíamos. D En la vida podemos mirar objetivos, tener proyectos, sueños... En la vida podemos proponernos muchas cosas... o nada. En la vida podemos permanecer con los ojos cerrados. No ver nada. No tener sueños, objetivos... Y TU... ¿TIENES LOS OJOS ABIERTOS O CERRADOS? ¿HACIA DÓNDE MIRAS? Objetivo final de estas reflexiones era que cada uno de nosotros tiene que descubrir a Jesucristo, presente en nuestra vida, presente en los demás, aunque no siempre fácil de descubrir… Ahora las compartimos con todos vosotros para que también tengáis la posibilidad de reflexionar, de pensar hacia dónde miráis, de escuchar Su voz, mirarle, reconocerle y… seguirle. PRIMER CARTEL: ¿HACIA DÓNDE MIRAS? En la vida podemos dirigir nuestra mirada hacia muchos lugares, fijarla en muchas personas... 61 Núm. 87 L.E.A. NUESTROS COLEGIOS Objetivo: Reflexionar que todos tenemos puesta la mirada, la ilusión, los objetivos de nuestra vida puestos en alguna parte. ¿Qué pretendemos hacer con nuestra vida? ¿Qué o quién es lo que da sentido a ella? Por eso el cartel, unos ojos abiertos mirando hacia algún lugar o hacia alguien, nos preguntaba: ¿Hacia dónde miras? Mirar significa, según el diccionario de la Lengua Española, “fijar la vista con atención en alguna parte”. Y en nuestra sociedad son tantas las cosas que llaman nuestra atención, son tantas las posibilidades, tantos los lugares y personas a los que dirigir nuestra mirada… Constantemente los medios de comunicación, el marketing, las personas, etc., están intentando atraer nuestra atención y nuestra mirada. Sin embargo, solamente la fijamos en quien o en lo que nos interesa. Miramos a alguien a quien admiramos, a quien deseamos imitar, a quien amamos, a quien queremos que nos ame… Pocas veces fijamos y, menos aún, mantenemos la mirada en algo que nos causa horror, en alguien a quien tememos, a quien no amamos. Entre las voces que llaman nuestra atención y que pretende que le miremos está la voz de Jesucristo. Nos llama a mirarle, a ir a él, a seguirle. “Venid a mí los que estéis cansados y agobiados, que yo os aliviaré” (Mt 11,28) “Ven y sígueme” (Mc 10, 21; cf. Mt 4,19; Mc 1,17; Jn 1,35-44) Es importante parar y pensar qué es lo que deseamos y lo que pretendemos. A qué y a quién dirigimos nuestra mirada, nuestro esfuerzo, nuestro afecto y nuestro amor. 62 L.E.A. Núm. 87 SEGUNDO CARTEL: ¡MÍRAME A MÍ! Pero escucharle, mirarle y seguirle puede no ser tan atractivo, tan divertido como otras voces, puede que su voz a veces no sea tan fuerte o tan nítida como otras voces que nos gritan, puede que al mirarle no le veamos tan nítidamente, que le veamos como en penumbra, como envuelto en niebla. Y por eso a veces miramos a otros lugares; por eso a veces escuchamos otras voces, seguimos otros caminos. Y, al hacerlo, nuestro ser anhela por algo más busca algo más, tiene sed y hambre de algo más. “Nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón no descansará hasta que repose en ti”, decía San Agustín en oración. Y es que sólo Él nos da la paz, sólo Él calma la sed y el hambre: “Yo soy el pan de vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed” (Jn 6,35), “El que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna” (Jn 4,14) Objetivo: Reflexionar que Jesús nos llama a mirarle, a encontrarnos con Él y a seguirle. Mirar a Jesús, encontrarnos cara a cara con Él, conocerle personalmente. Todo un reto, todo un objetivo en la vida. Y quien le encuentra no se queda indiferente. Quien le encuentra, al conocerle, se siente mirado, se siente amado y… le sigue. El segundo cartel llama la atención para mirar al Señor Jesús, pero un Jesús en penumbra, fácil de reconocer, pero difícil de definir. Un Jesús con los brazos abiertos, dispuesto a acoger, dispuesto a abrazar… TERCEL CARTEL: PERO…¡MÍRAME BIEN! Quizás pensemos que reconocer a Jesús sea fácil. A veces lo es. Otras veces nos resulta más difícil identificarle. Él está pre- sente, de forma especial, en los pobres, en los que sufren, en los marginados, en los perseguidos, en los que tienen hambre… “Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y acudisteis a mí… Cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis” (Mt 25, 34-36.40) Objetivo: Reflexionar y darnos cuenta de que Jesús viene a nuestro encuentro, pero que hay que estar atento para descubrirle. Él está presente en los pobres y los que sufren, en quien muchas veces dejamos de lado. ¡Cómo nos cuesta reconocer a Cristo presente en los que sufren, en los pobres! A veces tenemos dificultad en reconocerle dentro de nosotros, en nuestro interior, ¡cuánto más difícil nos resulta reconocerle en los otros y más aún en los necesitados! Por eso este tercer cartel nos llama la atención a fijarnos en el rostro de Cristo. En ese rostro están presentes pobres, inmigrantes, cayucos, negros, indios, ancianos, niños, familias… en el otro… en ti. 63 Núm. 87 L.E.A. LIBROS sustituyen por técnicas de conocimiento, complementado con la terapia familiar, sociocultural, comunitaria, etc., De lo que se trata en definitiva, es aprender y saber utilizar en cada momento, la técnica más adecuada y oportuna. Natalia Hernández Morcillo APRENDIZAJES Y DIVERSIDAD EDUCATIVA. GONZÁLEZ, Eugenio Editorial CCS, Madrid 2007. El libro comienza explicando lo difícil que resulta delimitar en cada momento lo que se puede entender por conducta normalizada y por conducta problemática en un adolescente, puesto que los niños y los adolescentes se desarrollan mediante crisis. Lo que no es fácil, insiste el autor, es determinar si esas crisis son normales o problemáticas. En esta obra, se presentan las variables familiares, escolares, socio-ambientales, culturales y psicoeducativas, a través de las cuales se adquieren los aprendizajes. El autor ofrece a padres, profesores y educadores, unos instrumentos psicopedagógicos para intervenir en los diferentes comportamientos de los niños o adolescentes, tanto si éstos se producen dentro de la familia, en la escuela o en el medio ambiente. De las muchas estrategias psicopedagógicas que hay, el autor se basa en un modelo de intervención cognitivo-conductual, en el que las técnicas de condicionamiento, se 64 L.E.A. Núm. 87 EL GRITO DE LOS ADOLESCENTES. ORTEGA CAMPOS, Pedro. Editorial CCS, Madrid 2007, 232 pp. Una llamada telefónica, un adolescente que susurra su asfixiante confusión y Pedro Ortega al otro lado del Teléfono de la Esperanza… Este punto de partida, vivo y dinámico, permite al autor adentrarse en el mundo de los que acaban de dejar la infancia y se ven arrojados a un lugar inhóspito, donde es imposible huir de uno mismo, víctima y verdugo. La primera parte, los gritos silenciosos de los adolescentes, se adentra en los “puntos de fricción” de la vida del adolescente: la familia, los amigos, el colegio, los amores y desamores, el sexo, las drogas… La misma conversación telefónica, anteriormente citada, es el eje de esta exposición. A veces de forma reiterativa, aunque siempre lúcida y realista, el autor nos lleva, en la segunda parte, a comprender las razones de esos gritos y su vital importancia para no minimizarlos y despacharlos con frases como “vaya pavo tiene la niña”. Pues como bien se expone, tanto desde la psicología como desde la biología, esta etapa deja huellas indelebles en la persona. Desde esta comprensión se plantean los modos de afrontar las diversas situaciones que desgarran a nuestros adolescentes. Y éste es el momento de aunar fuerzas, no de intercambiar culpabilidades. Con una premisa: tenemos que lograr que el adolescente nos hable, sin máscaras ni medias tintas, tal como es. La escucha misma dibuja el mejor mapa con el fin de encontrar las soluciones. Para concretar esta ayuda, en formas y tiempos, encontramos una guía útil en el final del libro. “Actitudes y estrategias de ayuda” son sugerencias de actuación con el aval de haber sido ya probadas en diversos grupos y problemáticas determinadas. El libro se estructura en estos cuatro capítulos al final de los cuales encontramos, para una mayor agilidad en la relectura, un esquema sobre los contenidos y propuestas para el diálogo. Nos encontramos ante una herramienta de suma utilidad para padres, profesores y educadores esencialmente. Herramienta escrita desde el cariño a la adolescencia; ésa realidad que siempre interpela y que bien negociada, puede ser muy productiva, o al menos, no ser un lastre para el resto de la vida. Guillermo Rosón Martín LA LECTURA A ESCENA ESTRATEGIAS Y DINÁMICAS PARA FORMAR NIÑOS LECTORES El autor divide el libro en tres etapas de 7 a 8 años, edad de la razón, de 9 a 11,edad de la energía y de 12 a 14, edad del autoconocimiento. Cada etapa comienza con una breve explicación de las características psicoevolutivas del niño, sus necesidades en función de la edad y los beneficios que aporta la relajación, como es la concentración y superación de miedos. AGÜERA, Isabel. Editorial CCS, Madrid 2007, 128 pp. El objetivo principal de la autora al escribir esta obra, no ha sido otro que ofertar, tanto a maestros como a alumnos o padres, un tipo de lectura diferente, que los distancie de los libros de texto y de las típicas narraciones que presentan los libros de literatura infantil. La autora se basa en la experiencia de observar cómo los alumnos buscan y leen textos en los que prevalecen los diálogos; algo, por otra parte, que no es nuevo, pero que no se suele utilizar a la hora de promover técnicas de animación a la lectura. En esta obra, la lectura de cada breve narración, tiene diálogos y poemas en los que prevalece el sentido del humor, tan buen estimulante para los más pequeños. Por otra parte, cada narración va seguida de una breve propuesta de escenificación de la misma. Propuesta, que bien dirigida por el maestro, puede llegar a desencadenar diversas actividades muy creativas. La autora insiste en que la lectura no se quede limitada a llegar cuanto antes a la última página, sino que, tanto personajes, como valores, temas, etc., se vinculen, de alguna forma, con nuestra vida cotidiana. La técnica que se sigue en esta obra, tanto en la parte narrativa como en la parte escénica, permite actividades como el resumen de cada capítulo, memorización de poemas, redacción de nuevas aventuras, escenificación tanto en el aula como en público… Los cuentos, escenificaciones y propuestas que forman el conjunto de esta obra, llevan al objetivo prin- Se incide en temas como la importancia de conocer su propio cuerpo, de hacer una buena respiración , de dormir bien, de encontrarse a gusto con uno mismo , dominar las emociones etc.. cipal de la autora, que es, en definitiva, la comprensión de la lectura. Natalia Hernández Morcillo Se proponen más de veinte ejercicios, muy variados, en cada uno de ellos se explica el objetivo, cuándo practicarlo, cómo y el tiempo de duración, acompañados muchos de ellos con ilustraciones. Es una guía práctica para que los padres y educadores ayuden a desarrollar el potencial físico y psíquico de los niños. Rosa María Marcos APRENDER A RELAJARNOS. EJERCICIOS DE RELAJACIÓN DE 7 A 14 AÑOS Davrou, Yves NARCEA, Madrid 2007, 123 pp. Yves Davrou es médico, autor de numerosos libros de sobre desarrollo personal y relajación, escritos desde su aplicación práctica. Con este libro pretende la toma de conciencia de la propia corporalidad en cada momento de la vida del niño. 65 Núm. 86 L.E.A. LIBROS LA ESCUELA ORIENTADORA LA ACCIÓN TUTORIAL DESDE UNA PERSPECTIVA INSTITUCIONAL. Este libro coincide con la ya incuestionable necesidad de ampliar las funciones de la escuela y, también, con las voces que aseguran que mientras los centros educativos no procuren el bienestar socioafectivo de quienes la integran tienen cada vez más difícil su tarea. LONGÁS, JORDI Y MOLLÁ, NURIA (Coord.) Narcea, Madrid 2007, 220 pp. Este es un libro estrella para educadores. La mejor carta de presentación es atender a su génesis, que nos describe el prologuista: Había una vez un centro que, a pesar de encontrarse en un barrio obrero, de tener un buen número de alumnos inmigrantes o de admitir sin complejos estudiantes con necesidades educativas especiales, fue capaz de desarrollar un plan de acción tutorial integral, de reflexionar sobre su práctica y, encima, de disfrutar con su trabajo. Un buen día decidieron comunicar su experiencia y se pusieron manos a la obra, escribiendo juntos, capítulo a capítulo, discutiendo cada punto y cada coma, reescribiendo y volviendo a discutir. Lo hacían fuera de su horario de profesores, los fines de semana, en vacaciones… suena a cuento ¿verdad? Y sin embargo el libro que presentamos es esa obra. Las profesoras y profesores del colegio salesiano de Sant Vicenç dels Horts (Barcelona) parten de sus experiencias. Sin embargo, no parten de esa visión tan extendida por los medios de comunicación de que en estos tiempos de conflictividad escolar tan alarmante, ser profesor, especialmente en enseñanza secundaria, sea una especie de calvario. Al contrario se consideran afortunados por formar parte de un colectivo que tiene como objeto fundamental ayudar a personas en desarrollo a ser ciudadanos ejemplares. La orientación, entendida en toda su amplitud, es mucho más que el proceso de apoyo a las personas cuando de modo explicito deben tomar decisiones. Por eso no es el cambio de escuela o la elección de estudios futuros lo que centra la atención de los autores, que con valentía postulan precisamente lo contrario: la orientación debe ser entendida como la concentración profesional de la tarea educativa del docente. Por esta razón se redimensiona el concepto de tutoría y de acción tutorial. Lo bueno de la propuesta de este grupo de profesores es que no es teoría. Se trata de un proyecto real sin duda transferible a otros centros educativos, que muestra cómo la orientación puede ser el motor de la escuela. Carlos Ramiro Alonso García 1234 66 L.E.A. Núm. 87 REQUIEM NUEVO DISCO DE LA ESCOLANÍA DEL ESCORIAL Recientemente la Escolanía del Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial ha editado su último trabajo discográfico. Lo han titulado Requiem, en clara referencia al contenido del mismo: el magnífico Réquiem (Op. 48) de Gabriel Fauré. También contiene este disco el Cantique, de Jean Racine (Op. 11). En el presente trabajo, la Escolanía nos ofrece una versión muy personal del conocidísimo Réquiem. Se trata de una adaptación para voces blancas en la que nos consiguen trasmitir la intención que Fauré pretendía para su obra: que fuese íntima, esperanzadora, alejada de las visiones apocalípticas y tremendistas de la muerte como una transición lúgubre a algo desconocido y siniestro, que fuese una aspiración a deleites más elevados. Nada mejor que las voces inocentes y limpias de los niños para transmitir dichos sentimientos. Como curiosidad de esta grabación, indicar que tanto el director (Javier M. Carmena) como el pianista acompañante (Alberto Padrón) han sido miembros de la Escolanía y, a pesar de estar finalizando sus estudios musicales, ya son grandes profesionales de la música a la que se iniciaron entre los muros herrerianos del Monasterio de San Lorenzo. En sus tres grabaciones de 2006 los niños cantores del Monasterio del Escorial nos habían ofrecido un recorrido por la música que ha sonado en el Monasterio del Escorial a lo largo de su historia. Fray Martín de Villanueva 1605 recogía la música del que podemos considerar primer Maestro de Capilla del Monasterio. En y en dulce batalla nos ofrecían una muestra de la música que se compuso para el lugar durante los siglos XVII y XVIII. Y con Antonio Soler. Villancicos 1769 se nos ofrecía la posibilidad de volver a disfrutar de la obra del compositor escurialense más conocido. Se trata de una recreación del oficio de Maitines del día de Navidad, dentro del cual se intercalaban una serie de villancicos, en este caso se trata de los que compuso para la Navidad de 1769. Requiem se nos presenta en un lujoso estuche digipak, que cada vez está siendo más utilizado para los trabajos de música clásica que pretenden huir de lo comercial y apuestan más por la calidad. Lo edita el sello DIES creado por la asociación Amigos de la Escolanía hace seis años y que ya cuenta con una interesante colección de grabaciones corales. Merece la pena escuchar el disco Requiem para disfrutar de unas armonías increíblemente ejecutadas por los niños cantores, o por escuchar las intervenciones del solista Fran Braojos, que posee una magnífica voz llena de matices que sabe aprovechar con su exquisita musicalidad. J. Rolando García