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Transcripción

d - Magazine Digital Mosquero
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Revista digital de pesca con mosca
De mosqueros, por mosqueros, para mosqueros
# 58
Distribución gratuita
www.magazine-digital.org
Staff
magazine digital
mosquero
Revista digital de pesca con mosca
Distribución gratuita
Equipo
Carlos Pizzi
Chiche Aracena
Héctor Paletta
Jorge Sanjurjo
Julián Locatelli
Roberto Puente
María G. Ordenes
Pablo Fabianos
Patricio Scorza
Pepe Miguez
Puede bajar la revista
En forma totalmente
Gratuita
desde
www.magazine-digital.org
Colaboran en este número
Carlos Cortez
Gerardo Gurierrez
Jorge Ferrer
Editor responsable:
magazine mosquero cuidado del
ambiente y difusión de pesca con
mosca.
Asociación Civil sin fines de lucro
Registro de propiedad intelectual en trámite
Por ser una revista educativa sin publicidad
cuya única finalidad es difundir la pesca con
mosca y la protección del medioambiente,
Se autoriza la reproducción total
o parcial del contenido de esta
publicación citando a la fuente
e informando al editor
Para enviar notas, artículos, sugerencias o comentarios remitir el material
en Word y fotos por separado a:
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Foto de tapa:
Chanchitas en febrero
Jorge Sanjurjo
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Sumario
MDM
Patricio Scorza
Pepe Miguez
Jorge Ferrer
MDM
Carlos Cortez
Gerardo Gutierrez
Pepe Miguez
MDM
Patricio Scorza
Jorge Sanjurjo
4 Editorial
7 Informe
11 Atado
17 Conservación
25 Relato
37 Decálogo
40 Informe
50
55
66
69
75
Atado
Empezando
mdm
magazine digital
mosquero
Otra vez los concursos
Cul de Canard
CDC Emerger Midge
Flamenco Andino
El legado
Para la correcta devolución
Pescando Flats
Clementina (libélula)
Indumentaria & equipamiento
Reglamento
Pesca Continental Patagónico
Informe
Tarariras,... comenzó la fiesta
Taller
“La boba”, tecnología de punta
Además:
Apertura 2015
Noticias, Infoasociaciones,
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Editorial
Otra vez los concursos
Allá por el número 51 de nuestra revista, en la nota editorial; fijábamos nuestra posición
acerca de los torneos y concursos de pesca, especialmente de los organizados dentro de la
pesca con mosca.
Decíamos que este tipo de eventos no solo atenta contra el espíritu de la pesca deportiva
en general y del mosquero en particular, sino también contra la formación educativa de
futuras generaciones de pescadores; en tanto y en cuanto pueden producir daños sobre los
peces, sobre el ambiente y sobre las comunidades del lugar donde se realizan.
Descorazonados y absolutamente preocupados vemos hoy como se promueven este tipo
de prácticas no ya desde el ámbito de una organización o club privado, sino desde el mismo seno de Municipios, Secretarías y Organismos Gubernamentales; mientras quienes
debieran regular las actividades deportivas de este tipo, - ya sea por error u omisión - miran para otro lado.
Para los días 6, 7 y 8 de noviembre de 2015 se anuncia en la ciudad de Junín de los Andes la Segunda Fiesta Provincial de la Trucha en el río Chimehuín, - meca de la pesca
con mosca en nuestro país y en el mundo - . Lo que resulta sorprendente es la realización
durante dicha fiesta de UN TORNEO DE PESCA por equipos para participantes adultos y
menores desde los 10 años de edad en adelante.
Este hecho no sería grave en si mismo si no fuera por algunas circunstancias que a nuestro juicio desvirtúan completamente el sentido de una Fiesta Provincial, colocándola en la
categoría de “beneficio dudoso” tanto para la actividad deportiva de la pesca como para la
comunidad en que se desarrolla; ellas son:
1) Realizar un torneo de pesca de salmónidos donde el objeto es lograr capturar la mayor
cantidad de piezas posibles y/o la pieza de mayor tamaño.
2) La adjudicación de premios en efectivo y en especies a los ganadores de dicho torneo.
3) El auspicio y la promoción por entes y organismos gubernamentales como el Ministerio
de Turismo de la nación, el Ente Oficial de Turismo Patagonia Argentina, Neuquentur, Consejo Federal de Inversiones (CFI), Subsecretaria de Turismo de la Provincia
del Neuquén, Cámara de Comercio Y Turismo de Junín de los Andes y la Secretaria de
Turismo de la Municipalidad de Junín de los Andes.
Cuesta creer que tantas autoridades y organismos no reparen en el daño que puedan estar causando sobre los peces del río Chimehuín, sobre el espíritu de lo que significa pescar
con mosca, sobre niños que se están iniciando en la pesca deportiva y porque no, sobre
la misma Ciudad de Junín de los Andes que puede verse perjudicada económicamente a
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mediano y largo plazo por este tipo de torneos y competencias.
La pesca con mosca no es solamente una modalidad deportiva de pesca, es también y
fundamentalmente un modo de entender esta actividad lúdica, un modo de hacerla sustentable y hasta un modo de vida que trasciende el mero hecho de pescar.
El pescador con mosca es - en su inmensa mayoría -, un pescador preocupado por el ecosistema; ha sido formado y educado en estos valores por Asociaciones, clubes y maestros
que le han inculcado el profundo respeto y cuidado por los peces y las aguas.
Como es posible que ninguno de los responsables de la organización de este tipo de concursos y torneos no entienda que al premiar con una importante suma de dinero (10.000 $)
y otros premios al equipo que logre pescar mayor cantidad de truchas, está fomentando un
tratamiento dañino para las piezas cobradas y para el ambiente?.
La captura y liberación de un pez, conlleva un procedimiento para lograr la supervivencia del mismo (Decálogo para el correcto tratamiento del pez capturado). Nos preguntamos
como aplicará tal procedimiento un equipo cuya premisa es sacar la mayor cantidad de
peces en el menor tiempo posible para obtener 10.000 pesos?; sin duda el procedimiento
será el mínimo posible de tal forma de volver a pescar sin pérdida de tiempo.
Cuanto tiempo permanecerán los peces fuera del agua hasta que el fiscal correspondiente
se acerque a pesar y medir la longitud y circunferencia de las piezas, teniendo en cuenta
que un cm. más o menos, o veinte gramos más o menos pueden significar la diferencia entre llevarse a casa 10.000 pesos o nada?; sin duda permanecerá demasiado tiempo.
Con que premura y consideración serán devueltos los peces que midan menos de 35 cm.
que no califican para el concurso?; sin duda con mucha premura y ningúna consideración.
Cual es el ejemplo educativo en cuanto a preservación y cuidado del medio ambiente que
se está dando a niños y adolescentes que participarán del torneo y que serán los futuros
pescadores del mañana?; sin duda ninguno.
Pero si esto no fuera suficiente, como es posible que ninguna autoridad se haya dado
cuenta que lo que aparentemente puede ser una buena iniciativa en cuanto a resultados
de promoción y beneficios económicos, los mismos terminarán diluyéndose a corto plazo
cuando cientos de pescadores deportivos responsables decidan dejar de concurrir a lugares
tan emblemáticos como el río Chimehuín por la realización de estos concursos?.
Si tan solo un mínimo porcentaje de pescadores decidiera no avalar con su presencia este
tipo de eventos, el perjuicio económico en venta de licencias de pesca, en reservas de alojamiento y en alimentación, superaría por mucho los beneficios obtenidos en tales concursos.
Por otra parte si quisiera organizarse algún tipo de torneo deportivo para promocionar
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las bondades de la pesca en un municipio determinado, bien podrían realizarse competencias de lanzamiento a distancia, de atado de moscas y confección de señuelos, de
fotografía, o de cualquier otro órden que no implique un destrato para los peces y para el
ambiente.
El pescador con mosca obtiene su mayor satisfacción cuando luego de años de estudio
de la de vida de los peces, de sus ámbitos, de sus costumbres, de su alimentación y ciclo
reproductivo, logra la captura de un ejemplar, para liberarlo luego con el menor daño
posible y verlo alejarse dignamente de la orilla. No hay mayor satisfacción para el pescador que este momento de comunión entre él y el pez.
Este tipo de concursos, que incentivan con dinero o premios, comportamientos y
procedimientos inadecuados, pueden terminar aboliendo dicha satisfacción y comunión,
iniciando el camino de la competencia sin tener en cuenta las buenas conductas deportivas.
Desde estas páginas, hemos pregonado siempre las buenas prácticas y conductas, y el
cuidado responsable de los recursos ambientales. Aún desarrollándose dentro de los parámetros establecidos en los reglamentos de pesca, creemos firmemente que los torneos
y concursos de pesca - cuando involucran a los peces -, van en contra no solo de la ética
del pescador sino también de los intereses de las comunidades que los promueven.
Por ello como órgano de difusión de la pesca con mosca y como ONG, condenamos
enérgicamente la realización de concursos y torneos deportivos de pesca que incluyan a
los peces como parte de su programación.
En tal sentido y a tal efecto, procederemos a notificar al Ministerio de Turismo de
la Nación, al Ente Oficial de Turismo Patagonia Argentina, a Neuquentur, al Consejo
Federal de Inversiones, a la Subsecretaría de Turismo de la Provincia del Neuquén, a la
Secretaría de Turismo de la Municipalidad de Junín de los Andes así como a otras organizaciones y dependencias, nuestro más firme rechazo a la realización de este evento.
Consejo de Redacción
mdm
mdm
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mosquero
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Informe
Texto y fotografía
Patricio Scorza
Cul de
Canard
La pluma flotante
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Se denomina “cul de canard” (CDC), a
una clase de pluma muy singular, empleada en el atado de moscas, proveniente de
las cercanías de la glándula uropígea de los
patos, ubicada en dorsal de la base de la
cola.
Estas plumas flotan, en gran parte debido a que están impregnadas con altos
niveles de aceites que las impermeabilizan,
llamados uropigioles, producidos por
la citada glándula. Los uropigioles son
distribuídos por las aves a través del acicalamiento a todo su plumaje; además de
impermeabilizar, contribuyen también a
mantener la estructura de las plumas en
general, y brindar flexibilidad a la queratina, (proteína que compone la estructura de
las plumas).
Salvo excepciones, la mayoría de las aves
presentan glándula uropígea, pero las aves
acuáticas la tienen mas desarrollada, pues
debido a su contacto con el agua, su plumaje requiere mayor impermeabilidad.
Las plumas CDC se clasifican como
semiplumas, presentando un raquis pequeño y delgado, y un amplio entramado de
barbas y bárbulas finas, que le confieren
gran flexibilidad, y resistencia a la tensión
superficial del agua. Las bárbulas presentan pequeños filamentos, llamado barbicelos, que contribuyen a mantener estable el
entramado de la pluma.
Aplicaciones del CDC en el atado
de moscas
Una de las principales propiedades de este
material lo constituye su flotabilidad, que
se basa en tres factores:
Cualidades estructurales de la pluma.
Atrapamiento de aire entre sus finas bárbulas, (estabilizadas por la presencia de barbicelos).
Altos nivel es de uropigioles, (relacionados
con su proximidad a la glándula uropígea)
que le confieren impermeabilidad por sus
características hidrófobas.
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Cuando se emplean plumas procesadas, puede perderse el contenido de aceite, y la flotabilidad se
basa principalmente en la estructura
de la pluma, y el atrapamiento de
burbujas de aire.
El CDC es un material considerablemente liviano, y junto a la forma
aerodinámica que adopta durante
el vuelo, facilita notoriamente el
casteo.
Cuando la mosca se desacelera
antes de posarse sobre el agua,
el CDC se expande abriendo sus
fibras, contribuyendo a su flotabilidad, y al movimiento que le pueda
otorgar el viento y la corriente una
vez posada sobre el agua.
Patrones atados con CDC
La mayor aplicación de esta
pluma lo constituye el atado de
moscas emergentes, (CDC Emerger) donde el cuerpo de las mismas
tiende a permanecer bajo la película
de agua, mientras el ala de CDC se
mantiene sobre la superficie.
Se destacan por su efectividad, las
CDC Emerger de mayfly, caddis, y
midge. También se emplea el CDC
para atar cuerpos, colas, patas,
y caja de alas. Por ej. en la CDC
Hatching Midge se usa para la cola
y la caja de alas.
También existen patrones de moscas secas a los que se ha agregado
cul de canard, como la CDC Elk
Hair Caddis, donde el hackle de
gallo se reemplaza por un hackle
de CDC enrollado a lo largo del
cuerpo.
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Consejos:
Existen distintas calidades de
CDC.
Si se desea optimizar la expresión de las propiedades de estas
plumas tan especiales, deberemos emplear plumas de primera
calidad.
No debemos excedernos en el
volumen de pluma a emplear.
Estos patrones suelen atarse en
anzuelos del 10 al 18, y es fundamental respetar las proporciones, y no restar transparencia al
material.
Es importante no usar flotamosca en los patrones atados con
CDC.
En caso de hacerlo emplearlo
en forma muy limitada, pues caso
contrario se modificará la distribución de las bárbulas, provocando el hundimiento de la mosca.
Si aún no emplea el CDC, anímese a incorporarlo a su equipo
de atado; cuando las truchas
estén comiendo emergentes, seguramente lo agradecerá.
Buena pesca!
Patricio Scorza
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Atado
Cul
Texto y fotografía
de
Patricio Scorza
Canard
Emerger Midge
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Este patrón imita a un emergente de mosquito, representando el momento
previo del pasaje de pupa a subimago, estadío en que es tomado por los peces
inmediatamente debajo de la película de agua.
El ala de CDC le aporta flotabilidad, mientras el resto de la mosca trabaja
sumergida.
Receta
Anzuelo: Curvo, tamaño 14, (12 al 18).
Hilo: UNI - Thread 8/0, color negro.
Cuerpo: Hilo negro.
Ribbing: Alambre de cobre fino, (X small).
Tórax: Fibras de pavo real.
Ala: Cul de Canard, (CDC) .
Hacer una cama con el
hilo negro y formar el
cuerpo.
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Atar el alambre de cobre
con el que se realizará el
ribbing.
Realizar el ribbing.
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Atar el ala con el CDC
Cortar el ala, emparejando
las puntas.
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Eliminar el sobrante.
Atar dos fibras de pavo
real, con las que se hará
el tórax.
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Formar el tórax.
Realizar el nudo final.
Buena pesca!
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Conservación
Flamenco
Andino
Recopilación y texto
Pepe Miguez
En cualquier momento ......
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Vuela!...
para siempre.....
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Descripción
El flamenco andino o parihuana (Phoenicoparrus andinus) es un ave acuática de la familia de los
Phoenicopteridae. Tiene un tamaño que varía entre 90 cm. y 1,40m., mientras que su envergadura
puede variar entre 1 y 1,60 m. Son aves muy esbeltas con patas y cuello muy largos que estiran completamente durante el vuelo.
El color de su plumaje es blanco y rosado fuerte, y su cola presenta plumas negras. La parte
superior del pecho es ligeramente violeta. El pico de esta especie es muy característico, mayormente
negro y algo amarillo en su base.
Está perfectamente adaptado a hurgar en el barro, la mandíbula superior es notoriamente más
pequeña que la inferior (la única móvil), que tiene unas laminillas internas que le permiten filtrar
los sedimentos y retener el alimento.
Las patas son de color amarillo con cuatro dedos uno muy pequeño y los otros tres unidos por
membranas interdigitales.
Localmente se lo conoce como parina grande (Chile), tococo, jututu y chururu (Bolivia).
Costumbres
Habitan y se alimentan en grandes extensiones de agua de poca profundidad, generalmente salinas, desde el nivel del mar hasta los 4500m. de altura.
Pueden desplazarse grandes distancias hacia humedales de reproducción y en busca de alimento,
aún durante la incubación y cría de pollos. Hacen sus nidos construyendo conos de barro con la
cima cóncava donde depositan un único huevo blanco (raramente ponen dos) que incuban durante
30 días. El principal sitio de nidificación a nivel mundial para esta especie es el Salar de Atacama,
en Chile.
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Fotografía: Wikipedia
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Los flamencos alimentan a sus crías con una especie de leche similar a la de las palomas que es
producida por unas glándulas de su tracto digestivo.
Aproximadamente diez días después de la eclosión de los huevos, los adultos comienzan a desplazarse hacia otras lagunas, dejando a las crías a cargo de las nodrizas, las cuales se encargan de
su alimentación y cuidado. A los tres meses de edad los polluelos están aptos para volar y comienzan a desplazarse, principalmente hacia latitudes más septentrionales.
Los flamencos se alimentan, mediante filtración, de crustáceos y algas. Sus picos, extrañamente
formados, se adaptaron para separar el barro de la comida que consumen, y los usan singularmente al revés. La filtración de comida se apoya en estructuras filamentosas llamadas lamelas,
pequeñas láminas que están en las mandíbulas, y una lengua áspera y grande.
Distribución
El flamenco andino se encuentra en las áreas prealtiplánicas (2.300 a 3.500 m.s.n.m.), entre el
Lago Soledad en Bolivia en y la Provincia de Tucumán en Argentina, habita en lagunas saladas y
salobres de poca profundidad con fondo limoso y ricas en fito y zooplancton. En nuestro país de
distribuye en la zona andina del noroeste argentino, desde Jujuy a La Rioja.
Como visitante migratorio puede aparecer en salinas y lagunas del centro argentino habiéndose
encontrado incluso una colonia en la laguna de mar Chiquita en Córdoba.
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Fotografía: giorgetta.cl
Taxonomía
Clase: AVES
Orden: Phoenicopteriformes
Familia: Phoenicopteridae
Género: Phoenicoparru
Especie: P. Andinus (Philippi, 1854)
Nombre común: Flamenco Andino, Parihuana, Parina grande, Jututu o Chururu en Bolivia.
Alimentación
Su dieta se compone básicamente de diatomeas, que son unas algas microscópicas, y por esta razón
cuentan con un largo pico para filtrar el agua a la hora de introducirlo bajo ella. También se alimenta
de crustáceos y diversos invertebrados.
Estado de conservación
El flamenco andino es una especie catalogada como vulnerable y su situación puede empeorar. Está
incluido en el Apéndice II del CITES y en el Apéndice I del CMS (Convención de Especies Migratorias).
La evaluación de la población es difícil y varía enormemente, pero se calcula que hasta mediados
de los años 80 había entre 50000 y 100000 ejemplares. En 1997 se estimaron 34000, lo que indica un
fuerte descenso en tan sólo 10 o 15 años.
Además, los éxitos de reproducción parecen ser bajos, y por lo tanto la disminución puede que siga
durante varios años, ya que los flamencos tienen una gran longevidad (20 a 50 años, hasta 60 años en
cautividad).
Fotografía: giorgetta.cl
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Amenazas
La recolección de huevos para vender
como alimento humano fue intenso en
la mitad del siglo XX y hasta comienzos de los años 80, con miles de huevos
tomados anualmente.
Las actividades mineras en las zonas de
nidificación.
Los bajos niveles de agua debido a su
uso por parte de las personas (consumo
humano o minería), o por causas naturales y climatológicas.
La erosión de los lugares que usan para
nidificar y la perturbación humana también afectan a la productividad.
Caza para consumo, para hacer aceites y
para obtener sus plumas, especialmente
ejemplares inmaduros y jóvenes.
Baja tasa de reproducción.
El incremento del turismo en lagunas de
altura y otras zonas de nidificación.
Cortejo nupcial de flamencos en el salar de Atacama (Chile)
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Trabajos y medidas de protección
El flamenco andino fue incluido en el
Apéndice II del CITES y en el Apéndice I del CMS (Convención de Especies
Migratorias), como especie en estado
vulnerable.
Las acciones de conservación incluyen
el manejo de los hábitats de manera local,
la prevención del saqueo de huevos y la
sensibilización del público.
Hay otras medidas propuestas como
son mantener en buen estado las salinas,
monitorear las poblaciones conocidas y
localizar nuevas poblaciones, proteger
más lugares y mejorar la situación de las
reservas existentes, y proteger las zonas
de nidificación.
Grupo de conservación de Flamencos
Altoandinos
En 1996 se constituyó un grupo conjunto entre Argentina, Chile, Bolivia, y Perú
para monitorear el estado del flamenco
andino entre las principales poblaciones.
Este grupo (GCFA) realiza censos
simultáneos internacionales para poder
actuar de manera conjunta a favor de
los flamencos que habitan estos países.
Su propósito es también lograr la conservación y el manejo integrado de los
humedales altoandinos en que habitan
los flamencos y demás especies de flora
y fauna a nivel regional; sin limitar las
posibilidades de conservación por las
existentes fronteras políticas.
Han sido capaces de lograr la firma
del primer acuerdo entre autoridades
de manejo de fauna y áreas protegidas
de Argentina, Chile y Bolivia, un gran
logro.
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Buenas noticias.
Si bien la presencia de flamencos andinos en las lagunas bajas de Córdoba y
Santa Fe son conocidas, se pensó que se trataba solo de migraciones invernales y
no de poblaciones residentes, en los últimos años se pudieron constatar pequeñas
poblaciones aparentemente residentes.
Se detectó una población de 100 individuos en la laguna de Mar Chiquita, y otra
en la laguna Melincué.
El día 20 de marzo de 2008 se identificaron y fotografiaron 25 individuos de P.
Andinus en la laguna Materazzi, situada entre las localidades de Pascanas y Laborde, a los 33°09’01.95”S 62°58’50.78”O y 121 msnm. Dichos individuos eran
claramente adultos y presentaban un plumaje descolorido pero con el tercio poste
rior negro bien marcado.
El día 19 de noviembre de 2008 se identificaron 44 individuos al sur de la localidad de Arias en la laguna conocida como ‘Las Tunas’ ( 33°44’27”S 62°32’36”O)
a los 112 msnm y el 21 de noviembre del mismo año se identificaron 12 individuos en la laguna Zapata situada al norte de la localidad de Alejandro (33°13’53”S
63°39’05”O) a los 206 msnm, (ambas lagunas en la Pcia. de Córdoba).
Para colaborar con el cuidado y protección del flamenco andino:
www.redflamencos-gcfa.org
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Relato
Jorge Ferrer
Legado
El
Historia de la trucha trofeo y el abuelo pescador
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Nota
El presente relato de pesca basado en un hecho real, corresponde a un veterano pescador
que a lo largo de más de 40 años, ha sabido transmitir no solo la importancia del respeto y
correcto tratamiento de un pez capturado sino también de hacer comprender a sus hijos y a
sus nietos el milagro que significa poder pescar deportivamente.
Creemos que el valor de esta nota trasciende el mero hecho literario para constituirse en un
ejemplo a seguir por todos los pescadores que sentimos en el alma la pasión de la pesca con
mosca.
Cuatro generaciones plasmadas en la fotografía de presentación han recibido y se han educado en estos conceptos; cuatro generaciones que seguramene transmitirán a su descendencia
estos mismos valores. Por ello hemos retitulado este relato como “El Legado”, un soberbio
aporte al conocimiento del ciclo de vida de las truchas y a la vez a la necesidad de una pesca
“sustentable, deportiva, y responsable”.
Este relato llega a nuestras manos partir de una carta personal enviada por el autor a
uno de nuestros colaboradores. Con su autorización y por el valor de su contenido deseamos
publicarla
mdm
Consejo de redacción
Mi muy querido Martín, mientras leía un artículo tuyo
en el último Magazine Digital Mosquero sobre "Marco
Vecchio", me acordé de algo que tenía escrito hace tiempo y se me ocurrió que a lo mejor te gustaría leerlo.
La historia , basada en un hecho real, la pasé al papel
para que mis hijos (y especialmente mis nietos) entendieran todavía mejor el privilegio que tienen por compartir
y disfrutar esta pasión y verdadera forma de vivir que es
la pesca con mosca.
También pretendía que comprendieran todos los peligros, los riesgos, los sufrimientos y casi el milagro que
tiene que ocurrir, para que una trucha llegue a vivir lo
suficiente para ser tentada por nuestra mosca; y lo importante que es poder devolverla a su hábitat sin ningún
daño lo antes posible.
Que sepan lo privilegiados que son cada vez que capturan uno de estos increíbles seres y lo felices que deben
sentirse cuando lo liberan y lo ven nadar nuevamente.
Te quiero mucho y espero que te guste mi envío. Va
también mi beso habitual para la familia.
Jorge (El Abu Pescador)
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Legado
El
Historia de la trucha trofeo y el abuelo pescador
“La luz del sol escondiéndose al atardecer, se reflejaba suavemente sobre la superficie del agua del
oscuro pozón de aquel rio. El viejo pescador estudiaba la corriente tratando de detectar “otro” sutil
movimiento.
De pronto llegó, una suave ondulación solo visible con los últimos destellos de luz. Tenía la certeza ahora!, un gran pez estaba subiendo rítmicamente cada veinte segundos aproximadamente.
“Uno, dos, tres…” - contaba el pescador mientras sacaba línea de su reel y la dejaba acumular a
sus pies -, “ocho,nueve…”, - luego el roll para levantar la línea - ( como aprendí hace tantos años
mirando a Chiche,... pensaba). El leve sizeo de los falsos cast, y luego sentirla corriendo entre
los pasahilos durante el forward cast final, “dieciseis, diecisiete…”, contaba casi en la oscuridad,
sabiendo que la mosca debía estar ya en el agua, “dieciocho, diecinueve, veinte”. El viejo pescador
comenzó a clavar el anzuelo cuando esa nueva aureola se desplazaba suavemente hacia la mosca
por la superficie del pozón.
Tres veces antes había probado la misma estrategia. Una vez; casi en completa oscuridad, un pequeño pájaro había rozado la superficie del agua y “por reflejo” había clavado demasiado pronto.
Para los otros dos fracasos no tenía ninguna explicación; cuando había intentado fijar el anzuelo,
sintió la desagradable sensación de flojedad en la línea y la trucha no subió nunca más.
Ahora en cambio cuando había levantado la punta de la caña mucho más inteligentemente, una
asombrosa cabriola de plata explotó en la tranquila quietud del pozo. A continuación, una tremenda batalla. Pero el veterano pescador tenía encima de sus espaldas unas 40 temporadas de experiencia, la trucha solo nueve, calculaba.
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Luego de un tiempo parecido por unos momentos a la
eternidad y por otros a la velocidad de la luz, la contienda
terminó honorablemente a favor de la experiencia.
El viejo pescador respirando pesadamente, de rodillas en
el agua, admiraba su presa bajo la superficie, sin tocarla, a
la luz de su linterna portátil. Antes de dejarla ir suavemente, admiró una vez mas su tamaño excepcional pensando
que pocas veces en su vida había tomado una trucha así.
Mientras se reponía de la emoción que significa tomar
una trucha (aunque haya ocurrido decenas de veces), el
viejo pescador se puso a pensar, sentado en el pasto de la
orilla, con las botas de vadeo en el agua, en el animal que
acababa de liberar; y en que su historia debía haber comenzado mucho tiempo atrás.
En efecto analizaba,… “ suponiendo que realmente
hubiese tenido nueve años, el proceso habría comenzado
cuando una hembra marrón pletórica de huevas, se moviera suavemente desde la protección de un tronco hundido en el sol brillante de otoño”. Se habría desplazado
luego aguas arriba, tal vez unos 15 metros, para finalmente seleccionar un tramo de arena clara; habría marcado
allí una depresión bien definida para ella pero imperceptible para el ojo humano, y al que a ninguna otra hembra
le sería permitido ocupar.
Pronto sería visitada por un macho vigoroso, con su
mandíbula inferior pronunciadamente deformada en forma de gancho. Ellos serían los modestos progenitores de
ese hermoso pez que estaba destinado a ser.
La hembra comenzó entonces a cavar un surco en la
cama de arena y grava. Después de algunos minutos
rolaba sobre sus flacos y agitaba vigorosamente su cola
contra el fondo. Poco a poco se fue formando una depresión mientras los granos desplazados se acumulaban en el
extremo corriente abajo.
Entretanto el macho nadaba a su alrededor y ocasionalmente la tocaba suavemente con su nariz. Si un macho
pequeño se acercaba, enfrentaba al invasor con sus aletas
erectas en una pose desafiante. Si el intruso no retrocedía
inmediatamente, entonces cargaba con las mandíbulas
abiertas expulsando al indeseable del lugar.
Después de unas tres horas el nido estuvo listo y la hembra se instaló allí. Instantáneamente el macho nadó hasta
su lado. Los huevos de la hembra y el semen del macho
se liberaron juntos en el agua y descendieron en una nube
giratoria dentro del nido. Las corrientes rápidas que circulaban fueron desviadas y calmadas por esa primitiva obra
de ingeniería hidráulica, construida con la arena y grava
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desplazada de la cuna elaborada por la hembra.
La baja probabilidad de que un espermatozoide pueda contactar un huevo en estas corrientes movedizas, es compensada por los millones de huevos navegando en el agua. Pero el simple contacto
de un solo espermatozoide con un huevo es suficiente para encender la chispa de la vida, tan solo
algunas docenas de huevos no serían fertilizados.
Los huevos cayeron luego entre las protecciones del fondo de la cama, o quedaron adheridos a la
superficie limpia de algún grano de arena. Entre todos ellos había comenzado la vida de la trucha
que varios años después, alegraría la vida del Abuelo Pescador.
La hembra con movimientos de su cola, ocultó los huevos fecundados bajo un montículo de grava
de forma ovalada de unos 30 cm de diámetro, para alejarse luego agotada corriente arriba, dejándolos al cuidado del río.
Un huevo de trucha es una esfera dorada de alimentos. Cuando es fertilizado, una célula infinitesimal anida cerca de la suave cubierta exterior. Alimento y energía surgen a través de incontables
senderos, en una química tan antigua como la vida misma. Pronto la célula simple se divide en dos.
Las dos en cuatro, las cuatro en ocho, … dieciseis y luego treinta y dos. Como una bola de nieve el
huevo gana “momento” y pronto, arqueada bajo la superficie del huevo, aparece la sombra de una
nueva vida.
Una cruda réplica de un pez en miniatura. La futura trucha del Abuelo y sus hermanas, comienzan a crecer en su propia cuna de grava.
El instinto había guiado bien a la trucha madre al elegir el lugar de desove. El agua del río corriendo sobre el nido aportaba oxigeno para el desarrollo de los huevos y regulaba la temperatura de este
extraño y oscuro mundo. Cuando el sol de fines de marzo se había suavizado y se encaminaba hacia
un frio abril, ya el viento barría las hojas finales de los árboles y los grandes ojos negros eran realmente visibles a través de la transparente cáscara de los huevos. A veces hasta aparecieron algunos
copos de nieve durante mayo salpicando el paisaje marrón del otoño.
Las pequeñas truchas yacían ocultas pocos metros más allá, en este clima de unos 6 a 10 grados
centígrados, absorbiendo el abundante alimento almacenado en la yema.
Para Julio, la actividad interna se habría acelerado. Una por una y luego de muchas vueltas, giros
y movimientos internos, las truchas habrían emergido a un misterioso mundo. Cada pequeño pez
nadando nerviosamente entre la grava habrá permanecido algunas semanas más, alimentados por
los restos de yema que aun existían.
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Cerca de fines de julio el pez que alguna vez llegaría a ser un trofeo, se desplazaba inquieto
hacia un muy grande y brillante ambiente, como parte de una numerosa familia que podría tener
hasta cuatrocientos o quinientos miembros. Varios centenares de jóvenes vecinos emergían de sus
cunas mientras el sol de agosto prestaba un primer toque de tibieza al agua del rio.
Allí donde se encuentran las corrientes rápidas y lentas cerca de la costa, se instalaban cardúmenes que comenzaban a alimentarse de algunos insectos y crustáceos muy, muy pequeños.
Para el momento en que todos los alevinos hubieran emergido, la población habría aumentado
al menos en unos doscientos individuos más.
Si todos los descendientes de una pareja de truchas sobrevivieran, y crecieran hasta superar los
veinticinco o treinta centímetros al menos, y cuando llegara el momento se reprodujeran; luego
de unos cinco años, puestas en línea una detrás de la otra lograrían llegar hasta la luna y cubrir el
camino de retorno en unas tres cuartas partes.
Si no fuera por el elevado rango de mortalidad, estos peces poblarían de una manera increíble la
Tierra, (aun a pesar de ciertos pescadores). En orden de mantener un balance criterioso y recurriendo a la fría matemática, se estima que de los cuatrocientos descendientes que habría depositado la madre de nuestra trucha, solo dos habrían sobrevivido en los siguientes dos años, cuando
la nuestra estuviera en condiciones de desovar.
Por ahora los nuevos emergentes eran tan pequeños que se veian aun más diminutos que muchos de los insectos que deambulaban por el fondo del río. Hasta que crecieran como para escapar
de las intenciones de algunos depredadores, pasarían varios meses y el precio a pagar sería muy
alto.
Los pequeños peces se habrían mantenido entonces en cardúmenes por un tiempo, como
protección; pero superado ese plazo, seguramente se empezarían a notar los efectos de la competición.
Los más agresivos toman posesión de los lugares privilegiados para la alimentación, defendiendo su sitio con más simulación que violencia real; pero los menos agresivos deben conformarse
con sectores de segunda categoría o deambular por allí en busca de alimento. El stress de este
constante conflicto disminuye su fortaleza, comen menos eficientemente, crecen más lentamente
y permanecen más pequeños y más vulnerables que sus hermanos más agresivos. Ocasionalmente
uno de estos pequeños seres se desplazaría rodeando alguna roca o tronco sumergido ocultando
alguna trucha hambrienta. Es solo un instante, sin una persecución salvaje o cacería; con tan solo
un rápido cerrar de mandíbulas, el índice de supervivencia de los nacidos recientemente se reduce
rápidamente.
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Si cada una de las viejas truchas del río cometieran actos de canibalismo solamente una vez
cada cinco días, en un año, la población original de recién nacidos caería en un 90%. Otros depredadores, falta de alimento, o enfermedades, cobrarán también su impuesto con el tiempo.
Para fines de noviembre, el río y sus alrededores parecen mucho mas cálidos y amigables, los
cuatrocientos o quinientos miembros de la familia original de nuestra trucha trofeo, se han reducido ahora a solo cuarenta sobrevivientes.
Luego de cuatro meses, su peso y tamaño habría crecido lo suficiente para darles el coraje de
abandonar la seguridad de las zonas bajas de los márgenes del río, y explorar lugares más profundos en búsqueda de mejores sitios donde ocultarse. Sin embargo en cada movimiento se arriesgan
a exponerse a nuevos enemigos y a fracasar en la localización de un nuevo hogar.
Debido a todos estos procesos, en enero queda solo una docena y media de miembros de la
primitiva familia.
La mayoría de los que viven aún, han logrado ocupar sitios bastante seguros, y los conflictos comienzan a ser menos frecuentes. Cuando la presión competitiva decae, también lo hace el rango
de mortalidad, pero subsisten varios peligros de otros orígenes.
A finales de enero algunas Mayflies bailan sobre el agua cada mañana y cuando caen en ella,
las truchas se alimentan casi frenéticamente. Algunos de los peces han elegido sitios para establecerse entre las rocas en la zona de corriente.
Alli les cuesta mucho capturar alguna de las ninfas que eclosionan, pero en cambio el lugar les
ofrece una cantidad significativa de de larvas de caddis, stones flies, etc. en casi cualquier lugar
del sitio elegido entre los granos de arena y grava.
Algunas de las jóvenes truchas olvidan toda precaución en ese festín de alimentos que le ofrece
el río y pagan con sus vidas en el pico de algún Martín Pescador que ahora se asienta en la rama
del arrayán que crece cercano al agua.
La pequeña trucha ya alcanzó unos 10 centímetros para marzo y las temperaturas comienzan
a descender. En abril los machos maduros se pelean por cortejar a las hembras. La aun pequeña
trucha será testigo de todo ese ritual desde distancia segura.
En mayo empieza a buscar lugares protegidos entre troncos y recovecos para establecer su
“cuartel de invierno”. A la pequeña trucha trofeo, la acompañaban no más de diez sobrevivientes de los quinientos huevos depositados hace no más de doce meses.
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En setiembre el agua ya se habrá templado bastante y los peces se alimentarán casi frenéticamente para iniciar su segundo año. Nuestra trucha ya mide casi 20 cm. y es notoriamente más
grande que sus congéneres para octubre. Ello la animará a comer más frecuentemente en aguas
abiertas. Una vez, un Martín Pescador se animó a atacarla pero su reacción fue tan violenta que
huyó rápidamente a posarse en la rama que había adoptado como lugar de observación; sin embargo en su lomo quedó una marca en forma de “V” que tardó casi un mes en desparecer.
Para noviembre con los campos recuperando sus colores verdes y muchos pescadores ansiosos
llegando al río, las truchas escapan cuando las costas eran pisadas enérgicamente o los pies con
botas alborotaban el agua; o también cuando pescadores poco sutiles lanzan sombras extrañas
sobre los pozones. Sin embargo algunos más experimentados y prudentes resultan más peligrosos,
contra ellos los peces tienen menos defensa.
Por eso acometen a los brillantes y emplumados engaños, tan diferentes a la comida que estan
acostumbrados a ver. Extraños gusanos de color rojo son aceptados sin dificultad también.
Las truchas de mayor desarrollo, que habían reclamado la mejor posición para alimentarse en
el río, fueron de las primeras en ser capturadas. Luego de un mes, la población existente se había
reducido en un tercio.
La trucha destinada a ser un trofeo, permanecía oculta entre unas raíces sumergidas que le habían servido de protección luego de aquella experiencia con el Martín Pescador.
Por ahora se sentía segura, aunque dos de sus hermanas habían sido capturadas y otra había
muerto, aun devuelta por un pescador considerado, pues no había podido sobrevivir al daño provocado por el anzuelo.
Cuando las cálidas brisas de enero soplaban entre el follaje, algunas de estas valientes truchas
capturaban insectos entre las rocas sobresalientes de la corriente.
Para entonces, veintiun meses después de haber nacido, solo dos truchas continuaban vivas
de las quinientas iniciales. Ellas compartían el río con muchas otras de su misma edad. El sol de
febrero anunciaba el acortamiento de los días.
Las truchas macho desarrollaban brillantes colores, sus mandíbulas en forma de pico y sus cuerpos engordando para la época de desove.
Entre las hembras, huevos del tamaño de una cabeza de alfiler habían llegado a la dimensión de
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una pequeñita munición.
En abril cuando justo veinticuatro meses después de haber sido una pequeña simple célula,
estos peces ya maduros, habrán procreado unas nuevas quinientas truchas. En algún lugar del rio
su única hermana sobreviviente, habrá depositado una nidada de brillantes y dorados huevos.
La matemática del ciclo de la vida había funcionado dando lugar al balance de la naturaleza,
reemplazado la muerte de sus hermanos y hermanas, con otros quinientos huevos luego de dos
años. La ecuación no siempre es perfecta, un fin de semana de mal tiempo puede salvar muchos
peces de los pescadores, un verano lluvioso puede destruir las barrancas y arrastrar el lodo del río
destruyendo los nidos de desove; pero también las tormentas pueden voltear los nidos de las aves
depredadoras, por ejemplo.
Por ello a veces, muchos alevinos sobreviven en exceso y mil o hasta dos mil nuevos seres se
agregan para reemplazar a los quinientos iniciales.
Factores como temperaturas anormales, inviernos excesivamente fríos, etc. son condicionantes que regulan hacia arriba o hacia abajo el número de sobrevivientes definitivo. Este complejo
panorama de eventos establece un cierto orden.
Cuando sobrevive un elevado número de adultos, puede ser difícil encontrar alimento suficiente
o sitios de desove apropiados, las pequeñas en busca de comida pueden ser atacadas por congéneres más desarrolladas, el crecimiento promedio será menor por la sobrepoblación y siendo más
chicas, sus huevos serán menos también.
El esfuerzo físico de la trucha ya en condiciones de procrear es enorme, y la exigencia tremenda. En mayo la temperatura estará cayendo rápidamente otra vez y tal vez no pueda alimentarse
adecuadamente de crustáceos e insectos por la lentitud que le impone las temperaturas bajas; en
junio pesará una quinta parte menos que al final del verano, sus brillantes colores se han vuelto
grises y nuestra trucha se ha desplazado hasta las cercanías de las ramas de un árbol caído para
descansar durante junio y julio.
El árbol protector también resultó ser un sitio donde insectos, pancóras y ninfas se localizaban con mayor abundancia y proliferarán aun más cuando la temperatura comience a subir en la
primavera.
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También allí estará más a cubierto de esas molestas aves que la acechan y aún de los pescadores. Se siente tan confortable que casi lo ha adoptado como su hogar permanente.
En una particular tarde del verano, nuestra trucha se animó a llegar hasta el límite del pool
corriente arriba para comer insectos en la superficie protegida por las sombras.
En las penumbras era casi imposible que alguien pudiese notar la alteración de la superficie provocada por cada silenciosa subida. En todas las otras oportunidades, nuestra trucha se
alimentaba lejos, protegida por las ramas caídas del árbol sumergido parcialmente, en donde
hubiese sido imposible para cualquier pescador hacer llegar su mosca.
Luego de varios meses de vivir en ese lugar tan sombrío, el cuerpo del pez había tomado un
color oscuro, y se parecía al pavonado azul que suelen tener algunos metales. Solo el borde de
sus aletas contrastaba su blanco color con el resto. Y se destacaban aún más cuando una vez al
año se desplazaba para desovar y sus flancos tomaban entonces el color de una puesta de sol de
otoño.
Al cumplir tres años, sus dimensiones eran tan excepcionales que no había otra trucha que se
atreviese a disputar su lugar de privilegio en el río.
A pesar de la abundancia de alimento y de la relativa protección de su lugar habitual, había
tenido suerte al superar el cuarto y quinto año de vida, mientras cientos y miles de nuevos
especímenes habían sucumbido a los diferentes avatares que el destino había interpuesto en sus
caminos.
No siempre un lugar donde ocultarse es un sitio seguro para los mayores. Si bien su crecimiento había sido excepcional durante los primeros años, ahora su promedio de crecimiento se
tornaba más lento a medida que pasaban los años. Su recuperación física luego del esfuerzo del
desove y de las exigencias de los inviernos era más difícil. Se notaba que su periodo de recuperación era cada vez más extendido. También se ralentizaban sus reacciones ante las emergencias,
los peligros y las situaciones imprevistas. Sin embargo continuó defendiendo su lugar y protegiéndose en las sombras del oscuro pool para procrear aun durante su sexto y séptimo año de
vida.
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Durante el verano siguiente, el abuelo pescador ya había detectado la belleza y tamaño de
ese gran animal cuando en una eclosión al final de una tarde, admiraba a los peces que por
doquier se alimentaban casi desenfrenadamente.
En un extremo del pozón la trucha se alimentaba dejando solo una pequeña aureola en cada
subida. Esa, se dijo el viejo pescador, es seguramente una pieza que supera la media del resto.
“Tal vez con una mosca seca …”, pensó, pero era muy difícil llegar adecuadamente a esa posición.
Luego pasaron dos años durante los cuales el abuelo pescador no pudo concretar su tradicional cita con el río.
Finalmente, llegó aquella tranquila tarde de fines de febrero y con la última luz disponible
logró que aquella Yellow Humpy se asentara sobre la superficie y se deslizara “como tenía que
ser”, luego de un hermoso cast.
Ahora, mientras seguía admirando su belleza, comprendió toda la historia que había detrás de
esa trucha. Se daba cuenta que esto ocupaba muchos años, incluso alcanzando tal vez influencias hasta de un pasado geológico que también había aportado sus condicionamientos para que
este relato pudiese ser escrito alguna vez.
Cuando se levantó sobre sus cansadas piernas otra vez, el pescador sonreía débilmente porque se había dado cuenta que el premio, el trofeo, el privilegiado, no era él sino esa trucha que
acababa de liberar.
Creía que ambos habían ganado, pero estaba seguro que el premio no era haber tomado
aquella trucha, sino que ese pez existiera y que él hubiera tenido el increíble privilegio de
estar allí, viviendo esa experiencia.
Ese era el verdadero trofeo!
El Abu Jorge
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Decálogo
Decálogo
Existen dos momentos cumbres para el mosquero, cuando
un pez toma el engaño y cuando se aleja de nuestras manos
para retornar a salvo a su hábitat.
Para muchos, este último acto brinda una satisfacción más
intensa que el de la captura misma; nada puede compararse
a la sensación de ver al pez alejarse de la orilla con nobleza
y dignidad luego de haber dejado todo en la lucha. Es allí
cuando comprendemos que el pez no es el objeto de nuestra
pasión, ni un trofeo de guerra, ni una pieza para medir
nuestra vanidad; para los mosqueros el pez es ni más ni
menos que nuestro compañero de juego, un amigo capaz de
brindarnos recuerdos y momentos que guardaremos para
siempre.
Cuando un pez se muere, muere nuestro compañero y con
él todas nuestras posibilidades de jugar. Sin saberlo muchas
veces estamos contribuyendo a la muerte del pez dándole
un tratamiento tal que aún después de haberlo liberado termina muriendo.
Es por ello que Asociaciones de pesca con mosca, Foros,
Fundaciones y Organismos públicos diseñaron en un trabajo conjunto y participativo coordinado por el mdm, un
decálogo para el correcto tratamiento y devolución del pez
capturado; una guía referencial para aumentar las posibilidades de supervivencia de nuestros compañeros y amigos en
esta pasión que es la pesca con mosca.
Amigo pescador: Practica con firme convicción la pesca con
devolución. Liberar tus capturas te proporcionará un placer y una satisfacción incluso mayores que el de la captura
misma, al hacerlo trata de recordar y aplicar el presente
decálogo; tus hermanos pescadores, futuras generaciones de
mosqueros y sobre todo tus compañeros de juego los peces te
lo agradecerán por siempre.
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Use anzuelos con la rebaba aplastada, o sin ella.
Decálogo
1
2
Use copo y guantes aptos para pesca y devolución;
humedézcalos antes de tomar al pez. Luego de usarlos, lávelos bien.
3
No agote al pez; utilice el equipo adecuado y el tippet
más grueso que pueda.
4
Elija, si es posible, un lugar cómodo para acercarlo
a la costa. Evite que se golpee, no lo arrastre ni lo
tenga colgado del anzuelo.
5
Primero manténgalo unos instantes enfrentado a la
corriente con la boca abierta para que se recupere
del estrés de la lucha, recién después quítele el anzuelo.
6
Trate de mantenerlo siempre en el agua, incluso
para quitarle el anzuelo. Si lo levanta que no exceda
de quince segundos cada vez.
7
Tóquelo lo menos posible y jamás meta los dedos en
sus agallas.
8
Antes de liberarlo efectúe nuevamente maniobras de
recuperación hasta que pueda escapar por sus propios medios.
9
Libérelo en una zona de corriente suave, lejos de la
orilla para evitar que el agua revuelta ingrese en sus
agallas.
10
Si tiene dudas que su pez logre sobrevivir, igualmente libérelo; es probable que sobreviva, y si no lo hace
pasará a integrar la cadena alimentaria sirviendo de
alimento a otros organismos.
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Decálogo
Para la correcta devolución del pez capturado
Los siguientes factores pueden provocar la muerte del
pez aun varias horas luego de que Ud. lo haya liberado
El estrés y el cansancio provocados por la
lucha.
Los golpes causados por caídas mientras
se fotografían o durante la pelea final.
Haber sido manipulado incorrectamente.
Haber estado demasiado tiempo fuera del
agua
Asociaciones, foros, fundaciones y organismos públicos que participaron en la confección del presente decálogo para el correcto tratamiento y devolución del pez capturado.
AAPM: Asociación Argentina de pesca con mosca; AMBA: Asociación mosqueros de Buenos Aires; AMPM: Asociación mendocina de pesca con mosca; ANPM:
Asociación necochense de pesca con mosca; APMA: Asociación de pesca con mosca de Azul; APMCR: Asociación de pesca con mosca de Comodoro Rivadavia; APMMdP: Asociación de pesca con mosca de Mar del Plata; APMN: Asociación de pesca con mosca del Neuquén; APMSJ: Asociación de pesca con mosca de
San Juan; APPM: Asociación platense de pescadores con mosca; APCNH: asociación de pesca y caza Nahuel Huapi; ARPEMO: Asociación rosarina de pesca con
mosca; ARPM: Asociación riograndense de pesca con mosca; Asociación de guías profesionales del parque nacional Nahuel Huapi; Club de pescadores; Club San
Huberto: escuela de pesca con mosca; Cuerpo de Guardafaunas de la Provincia del Neuquén; FSA: Fundación Salmónidos Angostura; Instituto Fueguino de Turismo; Secretaría de Turismo del Neuquén; Dirección de Pesca Continental, Secretría de pesca de la provincia de Chubut; ministerio de la Producción de la Provincia de Santa Cruz; Ministerio de la Producción, Gobierno de la Pcia. de Rio Negro; Secretaría de Desarrollo Sustentable y Ambiente, Provincia de Tierra del Fuego.
Coordinación: mdm magazinedigital mosquero
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Informe
Texto y fotografías
Carlos Cortez
Flats
Pescando
Segunda parte
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En el número anterior decíamos que podían encontrarse permits en tres situaciones o comportamientos principales; a saber:
Alimentándose
En grupos más o menos numerosos
De paso o “crucereando”
Cuando los encontramos “alimentándose”, podemos determinar claramente esta conducta
observando su actitud; insistentemente los veremos mostrando la cola fuera del agua, (tailing
permit), “fangueando” o moviendo el barro del fondo (mud), o contorsionándose al tomar su
alimento (flasheando).
En este momento el permit se siente indefenso, ha puesto sus sentidos en la alimentación
y ha dejado de utilizarlos para su protección, será mucho más asustadizo y se espantará ante
cualquier sonido o vibración extraña.
Será necesario realizar una presentación muy “gentil” de la mosca, intentando ponerla dentro de su zona de visión, a no más de 60cm de su cabeza, la dejaremos llegar al fondo, esperando que la encuentre. Si notamos que no la ha visto, le imprimiremos un pequeño movimiento,
un strip muy lento de muy pocos centímetros, para hacerle notar la presencia del engaño, un
tirón rápido o fuerte que haga un pequeño drag lo espantará con seguridad.
Si el permit siguiera indiferente, podemos intentar un nuevo cast, para ello debemos recoger
algunos metros con la caña levantada, lentamente y con suavidad, para alejar la mosca sin provocar disturbios, para luego intentar presentarla otra vez.
Si vemos que levanta la cola sobre la mosca y se contorsiona (o flashea), es el momento del
strip strike, movimiento largo, lento y de presión constante para clavarlo, si no notamos tensión
inmediata, volveremos a dejar la mosca en reposo para intentar tener una segunda oportunidad.
Para ésta situación se utilizan moscas que imitan cangrejos, el tamaño y el color dependen
del lugar donde vamos a pescar y los cangrejos que allí habitan, intentaremos imitar su fuente
principal de alimento, el peso de la mosca dependerá de la profundidad promedio, la idea es
que el cangrejo alcance el fondo lo más rápido posible, también es muy importante que tengan
weed guard o antienganche, si debemos moverla y enganchamos, haremos ruido y perderemos
la oportunidad.
Algunas de las imitaciones de cangrejo más comunes y rendidoras son: Merkin Crab, Raghead Crab, Bauer Crab, Calvo Crab, SS Permit Crab, hay muchas otras, por ello es de suma
importancia consultar previamente cuáles son los patterns más rendidores del lugar que visitaremos.
Cuando pescamos sobre grupos numerosos (“school”), el comportamiento de alimentación
es similar, la ventaja es que a mayor número, mayor competencia por la comida, y la desventaja es que si uno de ellos se espanta, el grupo entero reacciona del mismo modo.
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Para un “school” nadando cerca de la
superficie en aguas semi profundas,(entre 1
y 2m de profundidad) rápido y sin detenerse
generando “agua nerviosa” y mostrando las
aletas, (no percibimos que se estén alimentando, pero lo hacen por oportunidad) la
técnica que me ha dado buenos resultados
es presentar la mosca dentro del grupo; la
longitud del tippet, no más de 60cm, y recoger a tirones cortos y rápidos apenas toca
el agua, habitualmente el pique se obtiene
rápidamente.
Cuando he presentado la mosca fuera del
grupo, por temor a espantarlos, casi siempre
algunos miembros se desprenden, siguen el
artificial, pero pocas veces lo toman.
Si bien esta situación puede presentarse en
cualquier destino, prevalece en Mexico, Bahías de la Asunción, Espíritu Santo y Chetumal, y el norte de Belice, en las cercanías de
Ambergris Caye. Se utilizan con éxito imitaciones de camarones.
Otras veces encontramos “schools” en
condiciones similares a la anterior, nadando
velozmente, pero que a veces se detienen,
giran en círculos mostrando las aletas, para
luego desaparecer de nuestra visión por
algunos segundos; en general vuelven a
mostrarse a cierta distancia y repiten los
movimientos.
Estos peces están buscando alimento cerca
del fondo, cuando se detienen, algunos de
sus miembros bajan a comer, reapareciendo
cuando inician una nueva búsqueda.
El momento de intentar engañarlos es
cuando se detienen, casteando muy cerca del
grupo, dejando profundizar varios segundos,
intentando llegar al fondo o muy cerca, y
mover la mosca a tirones cortos y lentos,
de esta forma muchas veces provocamos el
ataque. Esta situación se presenta en el sur
de México, en la Bahía de Chetumal y en
Belice, en la laguna de Turneffe Island. He
utilizado con buenos resultados tanto camarones como cangrejos.
La tercera forma de encontrar “schools”
es cuando se desplazan alimentándose en
bajos, en aguas menos profundas se en-
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contrarán en estado de mayor alerta, por ello presentaremos el engaño a mayor distancia, dejando
profundizar hasta llegar al fondo y lo moveremos cuando suponemos que están sobre él, con movimientos lentos, evitando generar enganches o ruidos que podrían espantarlos. De ésta forma se los
encuentra en Belice Central, Dángriga y Placencia, especialmente.
Generalmente aquí utilizo cangrejos pequeños
Para terminar, he dejado para el final la situación más compleja y más desafiante; la que nos exige
poner lo mejor de nosotros, donde deberemos empujar nuestros límites.
Es la situación más difícil de resolver, porque necesitamos tentar a un pez que, en principio, no está
comiendo, aunque sabemos que está en zona de alimentación.
Para ello debemos ser muy precisos y ver detalles de su comportamiento, quizá esto sea posible solo
transitando la etapa final del aprendizaje!
Permit de paso o “crucereando” (cruising):
Es cuando el permit está ingresando para posicionarse y comenzar a alimentarse o saliendo del flat
en marea bajante; puede hacerlo a diferentes velocidades, en general es más lento y cauto cuando
ingresa y más veloz e indiferente cuando se retira.
Las primeras veces que nos encontramos con peces que transitan el flat de esta manera, (velozmente, en forma errática y sin detenerse), nos parece imposible intentar capturarlos en tales condiciones.
Pero debemos recordar que el permit es un pez que vive en aguas profundas, que solo se aventura en
aguas bajas para alimentarse, eso significa que aún en esas condiciones podríamos tentarlo.
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El permit ingresa al flat de acuerdo al estado de la marea, a mí entender movilizado por la corriente que ésta genera.
Cuando el bajo es de escasa extensión, pocas veces se lo ve desplazarse sin alimentarse, es el
caso de los “pancakes flats” de Belice; durante un par de horas alrededor de la marea alta se los
ve haciendo tailing, para luego desaparecer en las profundidades.
Cuando los bajos son extensos, puede optar por entrar y comenzar a alimentarse inmediatamente y regresar cuando comience la bajante o, viceversa, nadar hasta posicionarse para regresar
comiendo. Entonces, cuando los vemos “crucereando” con marea entrante es muy probable que
todavía no se hayan alimentado lo suficiente y sea más fácil tentarlos, por el contrario, si nada
rápido en bajante, estará más preocupado por abandonar el flat, que por comer.
En estas situaciones hay que reaccionar muy rápido, intentando poner la mosca a escasos 40 o
50 cms de su cabeza, en general el ruido del ingreso del artificial al agua llama su atención, si no
está dispuesto a comer, luego de observar nuestro engaño, se alejará nadando más rápido aún,
como espantado.
Si existe posibilidad de que coma, se detendrá, deberemos dejar que la mosca profundice hasta
llamar su atención, pues para comer deberá encontrar el supuesto alimento sorpresivamente ante
sus ojos.
Si estamos utilizando un cangrejo, veremos que se acerca, si levanta la cola a más de 45 grados
es el momento de clavar, si no es así, empezaremos a interactuar con él, primero con un par de
movimientos cortos y lentos, luego un “stop”, un tirón largo y lento, para volver a un par de tirones muy cortos algo más rápidos, seguidos otra vez por un “stop” y un tirón largo y lento.
El efecto buscado es de un crustáceo en peligro, un cangrejo no nada, ni se desplaza muy velozmente en esas situaciones, entonces queremos que llame la atención con un “brinco” y luego se
mueva muy lentamente, como intentando enterrarse en el fondo.
Si estamos utilizando una imitación de camarón, provocaremos movimientos con tirones cortos
y algo más largos alternados, no demasiado rápidos, imitando la natación e intento de huida.
Resumiendo, a diferencia de la situación anterior, donde la mesa está servida y sólo debemos
poner el plato en su lugar para que coma, en ésta debemos estimular sus sentidos para provocar su
reacción, no está comiendo, debemos tentarlo.
Mi experiencia me dice que los tiros exitosos son muy agresivos, cuando logramos poner la mosca a escasos 40 cm de su cabeza o menos, generalmente notamos una reacción, en la mayoría de
los casos que logramos que coma nuestro artificial, lo hace en los primeros instantes, si se muestra
interesado, hago “strips” cortos, y cuando acelera nerviosamente como para tomarla, un “stop”
seguido de un “strip” largo y lento.
Mientras más tiempo sigue a la mosca, menos chances tendremos de lograr el pique.
Cuando nuestro tiro no fue lo suficientemente preciso, debemos hacer un recast buscando poner la
mosca en su campo de visión lo más rápido posible.
Para ésta situación, dependiendo del lugar, se utilizan moscas que imiten cangrejos con patas de
goma largas, que ayudan a la sensación de movimiento o imitaciones de camarones. Algunas de
las más utilizadas son, Sexie Sixties Crab, SS Permit Crab, EP Spawning Shrimp, Mantis Shrimp,
Squimp, Avalon Fly y algunos de los crab patterns clásicos nombrados para la situación anterior.
Afortunadamente existen situaciones de pesca y comportamientos más amigables y algo menos
dificultosos.
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Pescando sobre las rayas
Esta es una situación muy particular en la pesca de permits, porque si bien este pez sigue comportándose en forma muy selectiva y desconfiada para tomar la mosca, en este caso se simplifica un poco el
nivel de dificultad.
Habitualmente cuando vemos un permit en un flat, se desplaza velozmente, con movimientos erráticos, nerviosos, nuestro primer problema es verlo con claridad, si el guía lo señala y no lo podemos
enfocar, nuestro nivel de ansiedad va en aumento y todo parece ocurrir más rápido.
Si podemos verlo, muchas veces también, nos preguntamos donde deberíamos presentar la mosca y
perdemos valiosos segundos, después de sortear estas dificultades y dudas, y podemos ejecutar el tiro,
probablemente no sea el momento más oportuno y hayamos perdido la chance.
Cuando el guía ve un permit sobre una raya en cambio, la identifica fácilmente, y es cuestión de pocos segundos poder ver al pez buscado, superando uno de los problemas más importantes, la velocidad
de natación o desplazamiento de la raya es mucho menor al promedio de un permit solitario, esto nos
dará mayor tiempo de preparación y nos permitirá ser más precisos, la duda acerca del lugar de presentación de la mosca desaparece porque la raya se transforma en un blanco visible y concreto.
Otra ventaja apreciable es que si logramos que tome la mosca, la clavada se producirá en el proceso
de recupero, en este caso la clavada no es por un tirón iniciado por un estímulo visual, sino por sentir
tensión.
Estas son las razones que convierten estas posibilidades en las de mayor porcentaje de capturas, porque simplifican los momentos más traumáticos de la preparación del tiro.
Una ventaja adicional es que frecuentemente estos peces nadan “felices” y nos permiten más de un
tiro.
Algunas veces el o los peces nadan a escasos centímetros por detrás de la raya, en esos casos se debería realizar la presentación sobre la raya, dejar profundizar solo un poco el engaño y moverlo a tirones
cortos, variando un poco la velocidad, pero nunca muy rápido.
Otras veces se ubican a un lado de la raya, aquí es aconsejable hacer un tiro pasado por delante de la
misma y recoger de la misma manera que en el caso anterior, para provocar el punto de encuentro.
También podemos encontrar peces que naden alrededor de la raya, describiendo círculos, alejándose y
acercándose continuamente, en general sucede con ejemplares de gran tamaño. Me ha dado resultado
esperar que se acerque lo suficiente a la raya y castear sobre ella.
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Cuando la raya se mueve muy lentamente, a veces es necesario tirar muy cerca y
dejar que la mosca toque el fondo para
luego moverla en forma lenta también, movimientos más rápidos podrían provocar
reacciones negativas.
Estas situaciones se presentan con mucha
frecuencia en Cayo Largo y Cayo Cruz,
Cuba, Isla Blanca, Mexico y Bimini, Bahamas. También se pueden encontrar, sin ser
tan frecuente, en Ascencion Bay y Espíritu
Santo Bay, Mexico, y Abaco y Grand Bahama en Bahamas.
No he encontrado quien pueda explicar
por qué este comportamiento solo se da
en ciertas localizaciones, en Biscayne Bay
suelen hacerlo los bonefish y en Key West
los Jacks Crevalle.
Las moscas utilizadas dependen del
lugar, pero podríamos decir que se pueden
usar imitaciones de cangrejos y de camarones con la misma efectividad.
Equipos recomendados
•Caña
Rápida 9wt para viento bajo/medio (
0-20km/h )
Rápida 10wt para vientos fuertes ( 20km/h
o + ) o moscas pesadas.
•Reel
Orientado a SW, anodizado, con freno de
alta calidad, capacidad línea+200yds de
Backing.
•Línea
WF-F para clima tropical. Sobrecargo las
cañas rápidas.
•Leader
De 10’ a 13’, más viento menor longitud.
Tippet de 12lbs en los Cayos y Mexico, de
16lbs en Bahamas, Belize y Cuba.
Moscas
d
Cada lugar es especial, cada guía tiene
sus preferencias según su experiencia, que
SIEMPRE es mucho mayor que la nuestra;
suelo escuchar las recomendaciones. Cuan
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47
do tenemos la suficiente experiencia y nos apoyamos en ciertos resultados, podemos intentar realizar
pruebas con patrones que nos han funcionado en ambientes parecidos o creemos que el tamaño, el
peso y color de alguna en especial se ajusta perfectamente a las condiciones que estamos experimentando.
En general hay dos tipos de patrones a utilizar, las imitaciones de camarón que sirven en situaciones muy dinámicas, que necesitan estripeo para llamar la atención. Son imprescindibles pescando
sobre “schools” numerosos en aguas semi profundas.
Para peces solitarios, comiendo activamente, lo mejor es una imitación de cangrejo.
Sobre una raya según el comportamiento del pez, podríamos usar una u otra.
Camarones clásicos: EP Spawning Shrimp, Avalon Fly, Squimp, Reefer’s matis shrimp, mantis
shrimp.
Cangrejos recomendados: Raghead crab, Permit crab, Merkin crab, Sideswiper crab, Flexo Crab,
Bauer Crab, Samson’s Stone crab y, por supuesto, la nuestra, Calvo Crab!
Hemos recorrido variadas situaciones que se nos presentan en la pesca de permits, cada una de
ellas exige una estrategia diferente, pero todas ellas nos demandan mucha tranquilidad y algunas
habilidades adquiridas a través de la práctica y la experiencia.
La elección del lugar, la época, el equipo y el guía son decisiones muy importantes, que sólo requieren información y análisis. El poder organizarnos cómodamente en el skiff o para vadear, la forma
en que esperamos la oportunidad, la concentración, la capacidad para percibir ciertas señales que nos
permitan ver al pez con la suficiente anticipación, la habilidad adquirida para castear en forma oportuna y precisa, la tranquilidad para esperar que nuestro engaño llegue al campo visual del pez, poder
interactuar con él, la lectura de su lenguaje corporal para decidir el momento en el cual clavar, etc.
son habilidades críticas y necesarias para poder convertirnos en un pescador de permits, cada una de
ellas se va incorporando conceptualmente y fijando definitivamente con la experiencia.
Hace poco, mi sobrino Guillermo, me contaba lo que había leído acerca de las etapas de aprendizaje:
Incompetencia inconsciente: No sabemos qué hacer, ni cómo hacerlo.
Incompetencia consciente: Hemos aprendido qué hacer, pero aún no tenemos la práctica ni la experiencia suficiente para hacerlo.
Competencia consciente: sabemos qué hacer, hemos adquirido las habilidades, pero necesitamos
mucha atención y concentración para lograrlo.
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Competencia inconsciente: La habilidad se convierte en una serie de hábitos automáticos y la
mente consciente queda en libertad.
Aplicándolo a la pesca de permits, compartiendo mi experiencia espero ayudar en el tránsito de
la primera a la segunda etapa, la tercera se logrará con algunos viajes y la firme decisión de intentarlo. Creo que para alcanzar la cuarta se necesita muchísimo tiempo de dedicación, pero seguramente es cuando podemos sentirnos “conectados” con el pez y la consecuencia deberían ser las
capturas habituales.
Conclusiones
Todo lo que he intentado compartir no tiene como objetivo incrementar el misticismo de esta
pesca, ni hacer creer que es imposible, por el contrario muchos pescadores están capturando permits en los últimos tiempos.
Si cualquiera de nosotros tiene ciertas habilidades y se encuentra en situaciones amigables con
el pez correcto, obtendrá el tan preciado premio.
Pero si queremos capturar permits en forma consistente, en lugares y condiciones diferentes, el
camino es más arduo, requiere mayor esfuerzo, como tantas otras cosas de la vida, no?
Carlos Cortez
d
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Atado
Texto y fotografía
Gerardo Gutierrez
Clementina
Libélula
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50
Materiales
Anzuelo: Para ninfas # 12
Hilo: Negro # 6/0
Cuerpo: Foam de 1 mm, tanza o mofilamento de 0,30 mm,
dubbing de liebre marrón , pluma de cuello
de gallo, papel para alas, (se puede remplazar por celofan)
Marcadores marrón, verde, y negro
Cianoacrilato en gel
1
Fijamos una de las
puntas de la tanza al porta
bobina, la otra la fijamos a
la morsa .
Hacemos una cama con
el hilo sobre la tanza de
unos 3 mm y cementamos
con una gota de cianoacrilato en gel, nos da más
tiempo para trabajarlo
antes que se seque.
Con la ayuda de un
trozo de polietileno, haciendo presión sobre el
foam tratamos de darle
forma en derredor de la
tanza y marcamos con
el hilo para así formar el
primer segmento de la
cola de la libélula.
Repetimos el paso 3 veces más para conformar
la cola con 4 segmentos.
d
2
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51
3
Sin cortar el hilo de
atado cortamos la tanza al
ras en la parte posterior
dejando en la parte delantera de la cola un sobrante
de tanza de 3 o 4 mm. que
nos van a servir para fijar
la cola al anzuelo.
4
Atamos un cuerpo con
dubbing, cubrimos con
el foam y formamos el
segmento del cuerpo, que
puede estar compuesto
por uno o dos segmentos,
esto queda a gusto del atador, o de las truchas.
5
Atamos una pluma de
cuello de gallo, formamos
otro segmento de dubbing,
hasta 1,5 mm antes de
llegar al ojo del anzuelo.
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52
6
Para las alas cortamos
dos tiras de papel para
alas o de celofán de 1 cm
de ancho por 6 de largo,
doblamos por la mitad y
retorcemos para que queden fino en el medio.
Redondeamos las
puntas. Hay que tener en
cuenta que las alas que están más cerca de la cabeza
son un poco más grandes.
7
Llevamos la pluma
hacia adelante en forma
de hackle para imitar
las patas de la libélula y
fijamos, acomodamos las
fibras hacia los laterales,
recubrimos con el foam
y formamos el segmento
del cuerpo.
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53
8
Para los ojos creamos tirando hacia atrás el foan un
pequeño pliegue que fijamos
en el mismo lugar donde
habíamos fijado el cuerpo;
hacemos un PEQUEÑO
corte en forma transversal y
pasando el hilo en forma de
ocho los vamos separando
con mucho cuidado para no
cortar el foam.
Antes de hacer esto se puede colocar una pequeña gota
de cianoacrilato en la unión
de los ojos con el cuerpo
para asegurarnos que no se
corte el foam.
9
Los ojos los pintamos
con marcador negro, el
cuerpo con marcador
marrón y por encima
pintamos con verde para
lograr un color parecido
a la libélula real.
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Empezando
Texto y fotografía
Pepe Miguez
Chalecos
Nippers
Guantes
Indumentaria
Equipamiento
y otros “chirimbolos”
Primera parte
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“Poniéndose el disfraz”
Cuando damos los primeros pasos en la pesca con mosca la cantidad de dudas y la información para satisfacerlas nos abruma. Una vez tomada la decisión en cuanto a cañas, reeles y
demás implementos relacionados en forma directa con la pesca, la incertidumbre nos asalta
nuevamente al comprobar la parafernalia de equipamiento, indumentaria, accesorios y complementos que “en teoría” deben acompañarnos en nuestra aventura.
Bueno, en primer lugar, tenemos dos consejos primordiales que pueden ahorrarle mucho
tiempo y dinero.....
1) No se desespere, prestando atención a un par de consideraciones no será dificil escoger
entre algunos elementos imprescindibles y otros absolutamente superfluos.
2) Siéntese, no salga corriendo al primer comercio que encuentre; desde aquí trataremos de
orientarlo en base a experiencias particulares y colectivas recogidas a través de los años.
En primer término vamos a dividir el equipamiento básico de un pescador con mosca en
tres grupos según su relevancia.
Vestimenta
Waders
Botas de vadeo
Chaleco
Gorros y sombreros
Lentes polarizados
Utensillos y herramientas
Forceps
Nippers
Guantes
Copos
Cajas de mosca
otros
Accesorios
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“Waders”
Cuando llega la temporada de pesca, surge la urgencia de contar
con la prenda esencial en la vestimenta del mosquero; el wader.
Sin duda alguna es el implemento más importante y tal vez uno de
los más costosos del equipamiento de pesca. Por lo mismo, su correcta elección y cuidado son de capital importancia.
Si decidimos pescar tarariras en las lagunas bonaerenses, dorados
en el norte, o salmónidos en el sur, el wader deberá satisfacer las
necesidades de cada ambiente.
Recordemos que el propósito básico de esta prenda es mantenernos secos, aislarnos del frío (en el caso de los waders de neoprene),
limpios y aún protegidos de algunos patógenos que puedan existir en
el agua, como sanguijuelas, bacterias etc.
Existen tres grandes grupos o clases de waders.
Los de Nylon o PVC
Son los más económicos, aptos para pesca en aguas cálidas o
ambientes de aguas quietas con abundante presencia de algas,
barro u otros sedimentos.
Los de neoprene, más caros y especiales para ambientes fríos.
Los respirables de última tecnología, son los más costosos pero
también los más utilizados en la actualidad. Por su composición
permiten que la transpiración del cuerpo salga al exterior, al
mismo tiempo que impiden el paso de humedad hacia el interior.
Disipan mejor el calor y permiten mayor libertad de movimientos.
Si el presupuesto lo permite, es aconsejable optar por estos waders
respirables, pues se adaptarán mejor a la mayoría de los ambientes;
en caso de utilizarlos en lugares de baja temperatura (los waders respirables no protegen contra el frío), habrá que complementar su uso
con ropa térmica adecuada por debajo del mismo; un detalle a tener
en cuenta para escoger el talle adecuado.
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Si bien las marcas líderes del mercado ofrecen productos de gran calidad y alto costo,
también es cierto que pueden conseguirse
waders respirables más económicos con una
calidad razonable, y que con el debido cuidado pueden resultar igualmente duraderos.
Con solo unas pocas precauciones y algún
cuidado podemos asegurar el rendimiento y la
durabilidad del wader.
Los puntos débiles de cualquier wader son
las botas y las costuras interiores, allí es donde
generalmente comienzan las filtraciones y allí
deberá ponerse especial cuidado.
Las botas de los waders respirables son de
“neoprene”, un material aislante que viene sellado por ultrasonido a las piernas del mismo.
Soporta no solo nuestro peso, sino también
el constante roce y la fricción en la entrepierna y contra las botas de vadeo; las arenillas y
piedras que se cuelan entre las botas, hacen
estragos.
Wader de PVC con botas de goma incorporadas
Es conveniente comprar el wader que tenga el
neoprene de sus botas más grueso, (habitualmente
vienen en 4, 5 y 6 mm. de espesor).
Si es fino, conviene reforzar las costuras selladas
con una cinta (se puede pegar con cemento de
contacto)
Al colocarse las botas de vadeo poner especial
atención en evitar los pliegues de la bota del
wader, acomodando y doblando la misma de la
mejor manera posible.
Usar polainas o “gaiters”, que evitan que las
pequeñas piedras y arenas del río se cuelen por
el zapato de vadeo. Usarlas siempre, siempre
siempre
Las costuras internas de las piernas de un
wader es otro de los puntos “sensibles” del
mismo. El roce en la entrepierna al caminar
o vadear el río, produce a la brevedad filtraciones y roturas en la tela. Los modelos más
recientes de waders respirables ya no tienen
esta costura en el lado interno de cada pierna
sino en el externo.
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Wader de neoprene
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s
p
i
T
En caso de tener un wader con costura en la parte interna de las piernas, es conveniente reforzar las mismas con una cinta pegada con cemento de contacto en toda su
extensión.
Es conveniente usar siempre cinturón sobre el wader, son raras las ocasiones en que
uno pueda resbalarse o caerse, pero en ese caso tener el cinturón ajustado para evitar que
se llene de agua puede hacer la diferencia entre nadar hacia la orilla seguro, o tener un
serio problema.
Cómo elegir el tamaño correcto de wader
Elegir correctamente el tamaño de un wader no es tarea sencilla, si eligiéramos uno
demasiado grande para nuestra medida, corremos el riesgo de que se formen dobleces y
pliegues que pueden producir un excesivo desgaste y la pronta rotura del mismo.
Si por el contrario escogemos uno demasiado justo, pude dificultar nuestros movimientos o en el caso de los respirables evitar el intercambio térmico. Algunas teorías
sostienen una relación con respecto al Nro. de calzado, pero eso no siempre es aplicable.
Lo aconsejable es determinar en primer lugar el tipo de “cuerpo” y luego optar por las
medidas particulares para cada tipo. El siguiente cuadro ejemplifica el procedimiento.
Para un cuerpo corto
S
M
L
XL
Small
Medium
Large
Extra Large
Pecho
97-102
104-109
112-119
122-127
Cintura
76-79
81-86
89-97
102
Entrepierna
76
76
76
76
Medida de
zapato
38-40
40-44
40-44
44-46
Medidas en cm.
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S
Para un cuerpo regular
Small
M
Medium
L
Large
XL
Extra Large
Pecho
94-99
101-106
109-116
119-124
Cintura
74-76
79-84
86-91
97
Entrepierna
79
81
84
86
Medida de
zapato
38-40
40-44
44-46
46-48
L
XL
Medidas en cm.
S
Large
Extra Large
104-109
112-119
122-127
79-84
86-91
97
Entrepierna
86
89
91
Medida de
zapato
40-44
44-46
46-48
Small
Para un cuerpo largo
M
Pecho
Cintura
Medium
Medidas en cm.
Las medidas de estas tablas, son orientativas y dependerán siempre de cada marca y fábrica de
waders.
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Cuidado y reparacion de waders
Con el debido cuidado un wader puede durar mucho tiempo. El correcto tratamiento de la prenda
puede hacer que un wader estándar, tenga las mismas prestaciones que los de mejor calidad del mercado.
Uso:
Evitar el uso del wader sin botas de vadeo, sobre todo en
superficies abrasivas como grava o arena volcánica.
Nunca, nunca, nunca usar un wader sin la protección de
polainas que impidan la introducción de arena o piedras
entre el wader y la bota de vadeo. Algunos waders incluyen
una sobretela a modo de polaina que se fija en los cordones
de la bota.
Evitar el contacto con vegetación espinosa como rosa
mosqueta; si se debe caminar entre ellas para acceder a los
lugares de pesca, hacerlo lentamente y con mucho cuidado
apartandolas del paso.
Lavado:
Suele creerse que no es conveniente lavar los wader reiteradamente. Nada más equivocado, el wader debe lavarse
luego de cada uso, con jabones o detergentes suaves y de
calidad. Para que no se dañe la tela por rozamiento, hay
que tener la precaución de atar los tiradores y asegurar los
broches.
Enjuagar al menos dos veces para que no queden restos
de jabón o detergente y NO centrifugar.
Secado:
Una vez lavado, poner a secar el wader a la sombra, colgado con broches de los tiradores. También puede usarse
un secador de cabello a buena distancia y baja temperatura.
Guardado:
Los wader deben guardarse en un lugar fresco y seco preferentemente estirados (para que no queden marcados los
dobleces luego del largo receso de temporada).
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61
Reparando un wader respirable
Usualmente los waders modernos traen un kit de reparaciones para casos de roturas y/o pinchaduras. Por lo general el mismo incluye: pegamento “UV” y un trozo de tela. Este kit es apto
para roturas grandes, desgarros, o pinchaduras muy vivibles.
Si las pinchaduras en cambio son menores e imperceptibles, resulta más complejo determinar
el sitio exacto donde entra el agua. Una forma relativamente simple de descubrirlo y repararlo
es el siguiente:
Materiales
Aquaseal, Loon
o cualquier otro
pegamento “UV”.
Rociador o esponja con alcohol
isopropílico.
Linterna “UV”, o
exposición al sol.
Marcador o birome.
Trozo de polietileno.
Palito o cualquier
objeto redondo.
Comience por verificar
que el wader se encuentre limpio, seco y libre de
polvo.
Tenga en cuenta que el
pegamento sensible a los
rayos UV fragúa en 10
segundos, para trabajar
elija una zona de penumbra o sin sol.
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1
62
Dar vuelta del revés el
wader y extenderlo sobre
una mesa o superficie
plana (2).
Observe atentamente si
se notan a simple vista
roturas, rozamientos,
costuras despegadas,
desgarros o cualquier
otra falla.
Si a simple vista no se
ven fallas, con un rociador o con una esponja
embebida en alcohol
isopropílico proceda a
humedecer la superficie
del wader por ambos
lados (3 y 4), sobre todo
en la zona de costuras o
en las partes internas de
las piernas.
2
3
Deje reposar un par de
minutos y luego observe
atentamente el wader de
ambos lados (5).
Preste atención a la aparición de “manchitas”
oscuras; el alcohol en
presencia del aire produce estas marcas (6).
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4
63
Ubique con precisión
la zona de pérdida (5) y
con una birome o marcador trace un círculo
alrededor de la misma
para identificarla claramente (6 y 7).
5
7
6
Aplique una capa de
pegamento “UV “ de 1
mm. de espesor aproximadamente sobre la
zona señalada (8).
8
64
Coloque el trozo de celofán o polietileno sobre
la capa de pegamento
aplicado (9) y con el
tubo redondo haga
una presión suave para
adelagazar y extender el
pegamento (10).
10
9
11
Con la linterna de rayos UV ilumine la zona
durante 20 segundos al menos (11), o exponga
el wader al sol durante el mismo tiempo.
Retire el celofán y compruebe que la capa aplicada se encuentre seca.
En la fotografía Nro. 12 puede verse la película
selladora.
Trabajo terminado!
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12
65
Ver reglamento
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66
Cumplir el reglamento
es cuidar la vida..!
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67
Código de ética del buen
pescador deportivo
Un buen pescador deportivo es:
El que se preocupa por conocer el reglamento de pesca, cumple sus normas y,
fundamentalmente, es consciente del espíritu de conservación del recurso en el
que se inspira la regulación de la pesca deportiva.
El que interpreta las estipulaciones del reglamento según su letra y su espíritu, y
que ante cualquier duda adopta las conductas que más favorezcan a los principios
de conservación de la fauna, la flora y del ambiente.
E
l que está comprometido con la conservación de los ríos, arroyos, lagos,
lagunas, y todo otro ámbito público en el que desarrolle su actividad deportiva,
demostrando predisposición para compartir respetuosamente los ambientes con
otros pescadores y/o usuarios del recurso.
El que acepta que todas las modalidades de pesca admitidas reglamentariamente son igualmente deportivas, cuando son practicadas con respeto por los peces y
por el ambiente.
E
l que se comporta respetuosamente tanto en la pesca propiamente dicha como
en las actividades que la rodean, procurando ser ejemplo de conducta.
E
l que puede sobrellevar una pobre jornada de pesca, dignamente y aceptando
un día adverso; y también el que es capaz de tener una jornada exitosa sin jactarse
ante sus compañeros.
E
l que trasmite con modestia sus conocimientos, y también el que aprende con
humildad de otros pescadores más experimentados.
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68
Informe
Tarariras
Comenzó la fiesta.!
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Patricio Scorza
69
La temporada de tarariras pese a
la inestabilidad del clima, comenzó
en forma auspiciosa en la provincia
de Buenos Aires.
La especie, demostrando una creciente y estimulante recuperación,
ha “regresado” para nuestro beneplácito a sus lugares de siempre.
En varias visitas a arroyos, zanjones, y bañados de la zona de San
Vicente; ríos y arroyos del partido
de Punta Indio; y a la laguna Las
Tablillas, cercana a Chascomús,
pude realizar numerosas capturas
de “taruchas” chicas y medianas
durante la segunda quincena de
octubre y principios de noviembre,
alternando con alguna captura de
tamaño interesante.
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Debido a las temperaturas cambiantes, y en general inferiores a las
esperadas para esta época, hizo que
durante muchas jornadas las “hoplias” se mostraran “tímidas” al
momento de tomar la mosca.
Una gran parte de las capturas
logré concretarlas empleando
streamers de craftfur, resultando
fundamental a la hora de los resultados la práctica de “estripear”
muy lentamente.
La pesca con poppers quedó
reservada escencialmente para los
debordes de escasa profundidad,
donde el agua por la acción del sol
se presentaba más cálida.
70
Los informes provenientes de
compañeros que visitaron en plan
de pesca las localidades de Junín
y Bragado, dan cuenta también
de capturas generosas en cuanto a
número.
Por último, siempre es bueno
resaltar que la pesca con devolución de tarariras, mas allá de que el
reglamento permita una cuota de
ejemplares plausibles de sacrificar,
contribuirá al sustento de la especie, y a la presencia de ejemplares
destacados con alta capacidad
reproductiva.
Recordemos que la temporada de
veda de la pesca de tarariras en la
provincia de Buenos Aires comprende desde el 1 de noviembre al
31 de enero del 2016, según Disposición Nº 177/07.
Durante los meses de noviembre,
diciembre, y enero, estará permitida la pesca únicamente los días
sábados, domingos y feriados.
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La morocha del zanjón
En mi eterno deambular por los caminos de tierra que recorren los campos de San Vicente, el verano pasado había fijado mi atención en un desborde o zanjón que siempre
tiene agua, y donde estaba seguro debía haber tarariras, (clásico pensamiento de pescador que cree interpretar a su presa).
Como no me gusta quedarme con las dudas, lo visité en octubre pasado, empuñando
un equipo 4, tratando de maximizar la sensación de lucha, pensando en ejemplares
chicos.
Até un popper pasante a través del cable de acero, y comencé a castear, con todas las
dificultades que ofrece un equipo chico, con semejante “muñeco” en el extremo de la
línea.
Rapidamente tuve una tomada, que no pude concretar.
Continué intentando, tratando de activar la zona lanzando en abanico.
Finalmente tuve una tomada fuerte, que pude “clavar” realizando un firme tirón sobre la línea con mi mano izquierda, mientras mantenía la puntera de la caña apuntando al agua. El agua estalló, y el pez al sentirse atrapado armó tal “batifondo”, que hizo
que otros ejemplares huyeran “disparados” hacia un pequeño juncal de enfrente.
Fue una buena lucha, hasta que finalmente se rindió a mis pies quedándose quieta,
permitiendo que extrajera el anzuelo de su boca.
La contemplé escasos segundos, y realicé una única fotografía antes de regresarla a
su medio.
Se trataba de una “tarucha” fornida y pigmentada de colores muy oscuros, que obviamente bauticé como “la morocha del zanjón”.
Patricio Scorza
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72
En
e
r
b
em
i
c
i
D
Número
Extraordinario
Alaska
La última frontera
Un completo informe del viaje que los amigos de la Peña “Sin
Rebaba” realizaron a fines de Agosto al extremo Norte del
continente.
Relatos, lugares visitados, equipos, modalidades de pesca,
moscas, datos de interés, logística y mucho más.
Una guía paso a paso de las experiencias más inolvidables vividas durante trece días en Alaska.
Imperdible!
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73
d
Revista digital de pesca con mosca
Distribución gratuita
Número extraordinario!
Alaska
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La última frontera
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De mosqueros, por mosqueros, para mosqueros
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74
Taller
La
Texto y fotografía
Jorge Sanjurjo
“Boba”
(tecnología de punta para el atado de moscas)
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Hacía tiempo que estaba con ganas de hacer algo que me facilitara un poco la vida al
momento de atar mis moscas, porque sinceramente andar “despelechando” dubbings
con el velcro de la zapatilla de mi hija no era precisamente muy presentable para un
“flytier” que se precie de tal…
Otra cosa que me ponía un poco tenso era andar “pescando” con el dedo los anzuelitos en las bolsitas, incómodo y a veces “pinchoso”.
Así fue que puse los sesos en movimiento..............
y no se me ocurrió nada !
Pero un día mientras mi hija tomaba un helado de palito me poseyó esa parte nuestra tan rara,
esa parte de nosotros que en casi todas las cosas ve algo que puede llegar a servir para atar moscas; el tapado de piel de la Nona, las lanas de la tía, el gallo de los umbandas, y así vamos recolectando cosas que algún día nos van a servir, así que le manoteé el palito a mi hija y lo guardé
para hacerme una herramienta medio boba pero que a mí me es bastante útil y que hacía mucho
tempo tenía pendiente, realmente no recuerdo si había visto algo similar en algún lado o si lo
había soñado.
Materiales
1 palito de helado
1 tira de velcro (la parte de
plástico más duro, no la peluda)
1 imán del delivery (robado de
la puerta de la heladera)
Adhesivo de contacto o epoxi
10 minutos
76
Los pasos son más que simples:
1
Cortamos una “tirita”de velcro
2
La pegamos sobre el palito y
con una “manito” prensa papeles la sujetamos para que quede
bien pegada.
3
Una vez adherida la recortamos siguiendo el borde del
palito.
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4
Marcamos la silueta de la
punta del palito en el dorso del
imán.
5
Recortamos la silueta del
imán y la pegamos en el extremo opuesto, ya sea de la misma
cara o de la otra, y ajustamos
con la “manito”para que pegue
bien.
6
Si gustan pueden hacerlo
doble faz repitiendo estos
pasos para ambas caras del
palito.
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7
Lista “La Boba” , con el
velcro podemos vaporizar los
dubbings y peinar plumas y
pelos y con la punta con el
imán es solo introducirla en
la bolsita de anzuelos y extraerlos sin poner en riesgo el
dedo ni la paciencia tratando
de pescarlos…
8
Espero que les sea tan útil
como a mí.
9
e
t
o
j
a
Trab
d
!
o
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a
rmin
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Apertura
Río Correntoso
Pepe Miguez
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2015
80
La pesca con mosca tiene pocos
ritos simbólicos. El ancestral acto
de la pesca se ejerce desde las vísceras, no se racionaliza ni está sujeto
a interpretaciones; se vive desde las
entrañas.
Para el mosquero sin embargo,
existe un día en el año en que su
pasión adquiere otras connotaciones. Es el día de la “apertura de
temporada”. Ninguna otra jornada
ni salida de pesca tiene los significantes de este día.
Desde hace muchos años cada
1ro. de Noviembre un grupo de
abstinentes pescadores se dan cita
al amanecer en la boca del río
Correntoso; no importa si llueve o
hace frío; si la nieve cae suave sobre
la orilla o si el sol empieza a calentar el paisaje; todos esperan las
primeras luces del día.
Muchos han llegado por la noche,
apuran un mate mientras esperan
nerviosos que el alba ponga algo
de claridad en el agua. Algunos se
abrazan y saludan, no se veían desde el último año, preguntan por la
familia y los hijos, otros comentan
sobre el clima mientras terminan de
armar sus equipos; los menos rememoran las capturas del año anterior.
Pero todos, todos, tienen la vista
puesta en el lago esperando que
llegue la luz.
Y cuando la claridad asoma lo
suficiente como para ver donde se
pisa, allá van, ansiosos y esperanzados en busca del trofeo. Apenas
se ve, pero ya conocen el lugar, es
una cancha pequeña, no más de 70
metros, desde la escalera hasta el
arrayán de la orilla, una y otra vez
en un carrusell interminable, giran
en silencio uno detrás de otro.
La atención puesta en la línea, en
el “mend”para corregir la deriva, y
en las señales del cielo que traigan
noticias de un pique.
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Desde la altura el grupo mira a los
dos o tres amigos que están en el agua,
el primero está por salir, el último acaba
de entrar.
Todos conocen los códigos y saben
las reglas a la perfección; no están escritas en ningún lado pero todo el mundo
las sigue. Cuando sale el primero entra
el siguiente, si uno toma un pez, se
retira del agua para soltarlo y se coloca
al final de la fila.
La pesca es una danza contínua sobre
una pista estrecha y corta que se recorre
en escasos minutos.
de la jornada han salido tan solo una
decena de truchas; pero eso no resta
el ánimo de los presentes; más tarde o
quizás mañana se presentará la oportunidad de pescar, hoy es el día de la
“apertura”, es el día del reencuentro
con amigos, el de recordar las capturas
de la pasada temporada, el de enterarse
de las aventuras de los compañeros en
otros ámbitos, es el día en que todo comienza de nuevo; todos sueñan con una
buena captura, pero si no se produce
hoy, no importa hoy abre oficialmente
la temporada.
Ningún otro día del año es como este,
el pescador con mosca antes que venir a
pescar está asistiendo a una ceremonia.
Han pasado más de seis meses desde
su última salida y apenas puede contener las ganas de sentir nuevamente un
pez en la punta de la caña. Tal vez hoy
no sea el día en que lo hará, a lo largo
La apertura en el correntoso es más
que una salida de pesca, es una ceremonia mítica, una fiesta, un aquelarre de
pescadores que año tras año renuevan
sus conjuros.
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A las ocho de la mañana, el sol empieza a calentar y el mate circula entre
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los que esperan para entrar al agua, el
año pasado a diferencia de este, una
copiosa nevada recibió a los pescadores que soplaban aliento en sus manos
ateridas tratando de darle algo de
calor.
Este año el clima es más amigable,
un día a pleno sol sin una gota de
viento.
Un borbollón y una caña curvada
indican claramente que ha picado una
trucha. El pescador, como un rayo
levanta la caña y empieza el juego;
desde arriba el grupo mira con atención tratando de adivinar el tamaño, es grande - dice uno, tira fuerte agrega
otro mientras va caminando hacia la
orilla para soltar la captura.
Una hermosa Arco Iris de mediano
peso es devuelta al agua rigurosamente; las reglas son claras, solo pesca con
mosca, anzuelo sin rebaba y permiso
preferencial. Ninguno de los presentes es capaz de incumplir, pero aún
así a media mañana el gaudafauna
provincial llega a controlar permisos
y anzuelos, muchos lo saludan, todos
los años se repite la misma consigna,
en el Correntoso el control es estricto
y efectivo.
Las conversaciones giran - como la
rueda de pescadores -, sobre anécdotas de pesca, sobre equipos y técnicas,
sobre conocidos que no vinieron y
conocidos que llegarán pronto; mientras en el agua las manos frías de dos
o tres entusiastas tensan las líneas,
corrigen y derivan, dejan hundir,
recogen despacio y sueltan, vuelven a
recoger poniendo tramos de corredera
entre los labios y lanzan de nuevo a la
corriente. Unos imprimen movimientos rápidos y enérgicos, otros le dan
cadencia y armonía.
Cada uno tiene “su” técnica propia y particular; algunas adquiridas
en veinte años de puntuales aperturas, otras aconsejadas por “expertos
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aperturistas” y aún otras derivadas de
concienzudas observaciones “in-situ”.
Cada fórmula es igualmente válida
y probablemente eficaz, y todas ellas
llevan implícitas el ferviente deseo del
pescador soñando que su línea cruce
rauda el lago Nahuel Huapi y lleve la
mosca a la boca de una enorme trucha
plateada.
En ese momento, desde el hotel llegan empleados con chocolate caliente
y medialunas para los pescadores; en el
legendario “Hotel Correntoso” tampoco es un día más, en las siguientes
semanas cientos de pescadores atravesarán sus instalaciones para llegar a la
boca del río, hoy el establecimiento les
da la bienvenida.
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Al rato otro borbollón y la caña en
alto indican una nueva captura.
Esta vez la pelea es mayor, el pez se
resiste a dejarse llevar, firmes “cabezazos” golpean la punta de la caña y la
doblan hasta el límite, de todas maneras al cabo de unos minutos está en la
orilla con el anzuelo fuera de la boca y
lista para volver al agua.
Es un hermoso bicho!
Todos coinciden en que la pesca está
“dura”, los argumentos más escuchados son el nivel del agua, la temperatura ambiente, y los efectos perdurables
del volcán Puyehue del 2011, o sea: los
mismos argumentos que se escuchan
casi todos los años, en casi todos los
ambientes y por casi todos los pescadores.
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Ya es mediodía, hora de meter algo en
el buche, algunos se marchan a almorzar y
regresarán por la tarde, otros se sientan a
comer en el restaurant del hotel y ordenan
el “menú pescador” para recobrar fuerzas,
unos cuantos más no dejan el agua por nada
del mundo y calman el apetito a fuerza de
rondas colectivas de mate.
Al parecer, la pesca este año “está dura”,
la tarde se apaga cansina y no aparecen nuevos peces; pero nadie parece contrariado.
Es que la “apertura” trasciende el hecho
mismo de la pesca, es un compromiso con
el reencuentro, una ceremonia pagana que
cada año renueva la pasión del mosquero.
No importan el viento y el frío, ni la lluvia
o la nieve; tampoco la cantidad de piques o
peces tomados; importa una sola cosa, estar
allí ese día, el día de la apertura, justo antes
de que amanezca.
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Entonces, con las primeras luces unos
cuantos pescadores ansiosos, prepararán sus
equipos en silencio y lanzarán sus plumas
al agua esperando la gracia de un pique. La
mayoría de ellos se irá tal como vino, con
las manos vacías sin haber pinchado una
trucha; pero aun así se iran contentos y felices, el próximo año, el 1ro. de Noviembre
estarán allí de nuevo, volverán a encontrarse
con amigos, nuevamente analizarán el río y
harán vaticinios, otra vez implorarán al Dios
de los Salmónidos la ventura de un pez en la
línea.
Y regresarán al año siguiente, y al que le
sigue y a todos los años más que la salud les
permita. El mito del Correntoso llega a su
fin, el sol se pone detrás de la montaña, mañana ya no será el “día de la apertura”, algunos vendrán de nuevo, pero esta vez,.........
vendrán a pescar.
Como despedida Manuel toma un lindo
pez que unos minutos despues se aleja manso hacia las profundidades del lago. El día
de la apertura ha terminado.
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Noticias
Exposición
El pasado 15 de octubre, el artista plástico
Ivan Morics Karl, destacado exponente de
la pintura naturalista hiperrealista de renombre mundial, realizó una muestra retrospectiva de su prolífica y exquisita producción,
en la Asociación de Húngaros Católicos de
Buenos Aires.
La muestra incluyó obras desde sus primeros pasos en la pintura. Una gran concurrencia pudo apreciar los magníficos detalles de
sus pinturas basados en largos períodos de
observación en la naturaleza, en conjunción
con un talento inigualable.
Vale destacar, que Iván vive desde hace
más de 19 años en bahía El Boquete, en el
extremo oeste del lago Lolog, provincia
del Neuquén, donde a los 74 años continúa
desarrollando su obra.
El notable artista también abarca temáticas
relacionadas con la pesca con mosca.
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Boletín Nro. 5 de la Hermandad de la Mosca
La Hermandad de la Mosca es un
grupo de entusiastas pescadores de Junín
de los Andes preocupados por la difusión
de la pesca con mosca y el cuidado del
medio ambiente.
Periódicamente lanza su Boletín digital
con información y notas de interés para
todos los mosqueros, sin publicidad ni
propósito de lucro alguno.
La Hermandad participa además en
eventos y presentaciones, desarrollando
actividades educativas (cursos de pesca
para niños) y luchando contra la contaminación de los recursos hídricos (vertido de efluentes en el río Chimehuín).
En esta oportunidad incluye recuerdos
del “Bebe”Anchorena y del “Potro”José
López Reale; pescadores emblemáticos
y pioneros de la pesca con mosca en
nuestro país.
También una nota sobre las “blondes”
y las plumas “cul de canard”.
Para bajar el Boletin
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Para leer on-line
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A partir del Taller de Atado de Moscas para Niños que realizaremos proximamente en la Fiesta Provincial de la Trucha; en todas las actividades de atado de moscas que realicemos, vamos a
designar a nivel de homenaje a cada una de estas actividades, con el nombre de un atador importante.
Este Taller de Atado se denominará con el nombre de un “maestro de maestros” al que tuvimos la suerte y oportunidad de conocer; ALLAN FRASER, es decir de que de ahora en más será
el Taller de Atado de moscas para niños “ALLAN FRASER”.
Atentamente
Anibal Juan Sacconi
Hermandad de la Mosca
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Allan Frazer
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Info Asociaciones
ACPU
Asociacion de caza y pesca de Ushuaia
Av. Maipú 822 (9410) Ushuaia T. del Fuego
Tel: 02901 423168
[email protected]
APMN
Asociación de pesca con mosca del Neuquén
Independencia 832 PB Of. 4 (8300) Neuquén
[email protected] Telefax 54299-442-5013
http://www.apmn.org.ar
AMBA
Asociación Mosqueros de Buenos Aires
Artigas 1925 (1416) CABA
Tel: 4.566-3546/1568847215
[email protected]
http://www.mosqueros.org.ar
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AMPM
Asociación mendocina de pesca con mosca
Serú 55 Mendoza [email protected]
http://www.ampm.org.ar
APMMdP
Asociación de pesca con mosca de
Mar del Plata
Francia 1964 (7600) Mar del Plata
Tel: 0223479-6031 [email protected]
Club de Pescadores
Av. Rafael Obligado s/n y Av. Sarmiento
Costanera Norte CABA Tel: (5411)
47731354/0649/3636
http://www.club-pescadores.com.ar
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AAPM
Asociación Argentina de pesca con Mosca
Lerma 452 CABA Telefax: 4.773-0821
[email protected]
http://www.aapm.org.ar
Club San Huberto
Tel: 4.658-4341 / 9972
escueladepescaconmosca@clubsanhuberto
http://www.clubsanhuberto.com.ar/
actividades/mosca/ingremosca.html
APCNH
Asociación pesca y caza
Nahuel Huapi
12 de Octubre y Onelli (8400)
Bariloche Río Negro
Tel: 02944 421515
Fax: 02944 436210
[email protected]
http://www.apcnh.com.ar
FSA
Fundación Salmónidos de Angostura
Los Robles 140 V. la Angostura Neuquén
Tel: 02944 15506475
[email protected]
http://www.fundacionsalmonidos.org.ar
APPM
Asociación Platense de pesca con mosca
calle 8 Nro. 120 (guardería náutica El Ancla)
entre 34 y 35 La Plata Tel: 0221 421.0306
[email protected]
http://www.mosqueroplatense.com.ar
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ARPEMO
Asociación Rosarina de pesca con mosca
Cervando Bayo 865 (2000)
Rosario Santa Fe [email protected]
http://www.arpemo.com.ar
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AJUPEM
Asociación Jujeña de pesca con mosca
Lote 41 manzana 106 Barrio La Rural
(4600) San Salvador de Jujuy
[email protected]
APMA
Asociación de pesca con mosca de Azul
Moreno 861 Azul. Tel: 02281 15652956
[email protected]
http://www.flyadiction.netfirms.com/
apma.htm
@
mdm
magazine digital
mosquero
CPM
Círculo de pescadores con mosca de Córdoba
Sede Ciudad: David Luque 42 Bo. Gral Paz
Córdoba. Sede Río Grande: Estancia La
Victoria, Paraje Pinar de los Ríos, Yacanto
de Calamuchita
Radio teléfono: 03546 498661 (int. 71 CPM)
[email protected]
MDM
Magazine Digital Mosquero
Revista digital de pesca con mosca de
distribución gratuita
Tel: 1541699639
[email protected]
http://www.magazine-digital.org
http://www.linea4.com.ar/cpm.htm
APMCR
Asociación de pesca con mosca de
Comodoro Rivadavia
[email protected]
http://www.apmcr.org.ar
d
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Foro Pesca y Devolución
El foro de pesca con mosca más leído en
español
http://www.pescaydevolucion.com.ar/foro
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Difundiendo la pesca con mosca y cuidadando el medioambiente

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