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culturarecreacionydeporte.gov.cu
Utopías
compartidas
La fiesta dedicada
a las artes escénicas de
América Latina y el Caribe
se extendió a varios
espacios del país
Por ROXANA RODRÍGUEZ
TAMAYO
A
organiza, de manera bienal, la Casa
de las Américas. La cita tomó salas y
coliseos de las urbes de La Habana,
Santa Clara y Cienfuegos, y devino
espacio de confrontación y encuentro,
pretexto e incitación para apreciar
reconocer y percibir lo más auténtico
entre la pluralidad de agrupaciones
que asumen la creación colectiva a
modo de postura ideológica y estética
ante la vida y el arte.
LEYVA BENÍTEZ
L teatro como arte de grupo,
aglutinador de saberes, talentos
y voluntades se dedicó la Temporada de Teatro Latinoamericano y
Caribeño Mayo Teatral 2016 que
Actores y actrices de distintas generaciones encarnan el personaje de Camilo,
en un montaje que vincula elementos de la danza, el audiovisual, el performance
y la música en vivo.
Los dos príncipes, de Teatro de las Estaciones, inspirado en el poema homónimo de José
Martí, se alzó como un regalo visual, sonoro y poético para toda la familia.
Año 108/No. 12
Si bien en la edición precedente el
evento privilegió los cruces –geográfico, cultural y de lenguajes– en
diálogo con distintas manifestaciones y formas artísticas (literatura,
danza, música, artes visuales, performance, audiovisual), el reciente
proyecto curatorial suscitó una mirada otra y evidenció síntesis, concreción y continuidad de aquel enfoque, cuando ponderó al teatro como
ámbito creativo, lúdico, pleno de
descubrimientos y utopías compartidas que, a partir del trabajo en
equipos, genera sinergias e inquiere,
propone, cuestiona, denuncia las
realidades contemporáneas de la
región.
Por una suerte de coincidencia
generosa, en el actual año algunas
agrupaciones consideradas referentes en la escena continental celebran aniversarios cerrados. Varias
de ellas compartieron aquí el acontecimiento desde la peculiaridad de
sus poéticas y estilos.
Teatro La Candelaria, de Colombia, cumple cinco décadas de fundado; los peruanos del Grupo Cultural
Yuyachkani, 45 años; los dominicanos
de Teatro Gayumba conmemoran su
aniversario 40; en tanto los cubanos
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Mirada fugaz a la selección
La capacidad de innovación y el
sentido particular de asumir el
espectáculo teatral fue uno de los
denominadores comunes más interesantes de las obras incluidas en
la muestra. Camilo, de Teatro La
Candelaria que lidera Patricia Ariza,
trajo de vuelta a la vida y a la memoria
la personalidad de Camilo Torres,
el insigne intelectual colombiano,
sacerdote, rebelde e insurgente desaparecido, justo en un momento
histórico crucial para esa nación
sudamericana. Repleta de simbolismos y alusiones poéticas, la pieza
devela la figura del patriota desde la
evocación y la añoranza, sin intentar
ser un relato biográfico de su esencia
como ser humano.
Con El Quijote no existe, el unipersonal que presentó el grupo
Gayumba, interpretado por Manuel
Chapuseaux y concebido por el
dramaturgo chileno Jorge Díaz, la
nómina dominicana reprueba y
reflexiona sobre los inusitados recodos
de la creación literaria, cuando el arte
y sus hacedores se convierten en
mercadería y fetiche de una generación.
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LEYVA BENÍTEZ
de Argos Teatro y El Ciervo Encantado llegan a los cuatro lustros de
existencia. A tantos agasajos de una
vez se unieron las propuestas de
Brasil, México, Chile y los de la representación anfitriona –bastante
amplia, por cierto.
Ya se convierte en suceso habitual que Casa de las Américas desdeñe el apremio de las cifras y las
complacencias de última hora –como ocurre en otros eventos dedicados
a las expresiones escénicas que se
convocan en el país– para concebir
una muestra en la cual prevalezcan
excelencia y artisticidad en cada una
de las sugerencias conceptuales y
estéticas.
Para gratificación de artistas
y seguidores, las jornadas tuvieron
un programa de sesiones teóricas,
abarcador y enjundioso –incluso mucho más que en ediciones anteriores–,
el cual comprendió distintos talleres
y el Encuentro de Teatristas Latinoamericanos y Caribeños.
En Mecánica, la nómina de Argos descubre ante el espectador personajes de carne y hueso,
contundentes, vivos, reconocibles en la cotidianidad cubana.
Sobre “un demonio feliz, que habla en castellano y en indio”, como
se calificara el propio José María
Arguedas, discursa Cartas a Chimbote, una de las tres propuestas
que ofrecieron los andinos de
Yuyachkani, quienes con una puesta
en escena sobria y a la vez, muy
intensa, evocaron y encarnaron al
autor de El zorro de arriba y el zorro
de abajo para discurrir sobre la
necesidad de la creación, y la incertidumbre existencial y material
del ser peruano y por extensión,
latinoamericano.
El conjunto cubano, el más nutrido de la selección, propuso montajes
de diverso carácter y connotaciones
estéticas. En Mecánica, a cargo del
colectivo Argos Teatro, que dirige
Carlos Celdrán, Premio Nacional de
Teatro 2015, el dramaturgo Abel
González Melo subvierte, transfigura, manipula intencionadamente
el clásico escandinavo Casa de muñecas, de Henrik Ibsen, para mostrar
una visión dramática de la realidad
antillana desde las ruinas de criaturas que con su actuar, agravian a
toda una sociedad.
Triunfadela y ¡¡Guan Meló!! ¡¡Tu
Melón!!, las invitaciones de El Ciervo
Encantado a estas jornadas, reto-
man el performance para reprender,
satirizar, con su peculiar lenguaje
escénico, en torno a dilemas de la
realidad cubana. En tanto, Yilliam
de Bala coming soon, del grupo
Persona, parte de la idea original
del diseñador Roberto Ramos Mori
y la dramaturgia de la coreógrafa
Sandra Ramy. Con coherencia y de
forma orgánica, articula distintas
expresiones artísticas para presentar
un espectáculo en que el movimiento,
la música y los recursos visuales
generan en el espectador una experiencia sensorial y simbólica
sorprendente.
Al margen de estas líneas quedaron los montajes de reconocidos
y sobresalientes grupos de Brasil,
Chile y México; también, entre otros,
los antillanos de Teatro de las Estaciones, el único proyecto dedicado
al público infantil; Harry Potter, se
acabó la magia, de El Público;
Éxtasis: un homenaje a la Madre
Teresa de Ávila, del Buendía, y
donde la maestra Flora Lauten
volvió a la actuación tras muchas
décadas de ausencia. Cada uno, desde
una visión exclusiva, visceral y
armónica, legitimó que el teatro es
un acto de aptitudes y actitudes
compartidas.
10 de junio de 2016
CUBADISCO 2016
¿Veinte años
no son “nada”?
Acercamiento al foro más
importante de la industria
fonográfica en nuestro país
L
A cultura musical no se transmite por ósmosis, ni se establece mediante decretos,
requiere un proceso de construcción articulado de conceptos,
saberes, experiencias, referentes,
en dinámicos movimientos de
interrelaciones, pues estos constituyen nutrientes de la memoria y
las tradiciones. Resulta esencial
preservarlas, aprovechando el
impacto social del fonograma, su
capacidad para perpetuar lo valioso del patrimonio sonoro y
rítmico.
Lo atestiguó la vigésima edición
de la Feria Internacional Cubadisco
2016, dedicada en esta ocasión a la
música popular bailable. Llegó a La
Habana, del 14 al 22 de mayo, tras un
recorrido por varias ciudades, donde
los talentos locales demostraron
magisterio y compromiso estético,
por lo general allí carecen de un
enfoque promocional merecido de
forma sistemática.
El Rey del Merengue, Johnny Ventura, reunió
a músicos cubanos en el álbum Tronco Viejo.
Año 108/No. 12
Joaquín Betancourt y la Orquesta Sinfónica Nacional rindieron homenaje al maestro
Juan Formell.
Músicas extraordinarias recibieron el Gran Premio Cubadisco,
La salsa tiene mi son (Bis Music),
de Elito Revé y su Charangón, y
Caribe Nostrum (Producciones
Colibrí) del maestro Guido López
Gavilán y la Camerata Música
Eterna. Además, el jurado entregó
galardones en 32 categorías y cuatro premios especiales a fonogramas de méritos artísticos, Umbrales,
del maestro Sergio Vitier, fallecido
recientemente; Hay quien precisa,
de Liuba María Hevia y Cecilia
Todd; la Colección A guitarra limpia,
del Centro Cultural Pablo de la
Torriente Brau y Tronco Viejo del
dominicano Johnny Ventura. De
igual modo, se destacaron los
estrechos vínculos con la música
cubana de su coterráneo, José Alberto, el Canario.
La filiación del evento de tender
puentes en aproximaciones a raigambres de otras latitudes alcanzó
realce con la presentación del proyecto Bossa Nova Sinfónico, de Brasil,
y de su cantante Rose Max, quien por
el carisma, dominio escénico, virtuosismo interpretativo, impresionó
a los públicos en más de un espectáculo.
Sin distancias, ni olvidos; parcelas
u omisiones, Cubadisco propicia
destaques de géneros, homenajes a
figuras de notable repercusión en la
música bailable, como el maestro Elio
Revé Matos (1930-1997) y la validez de
categorías indispensables en el
mundo interconectado del siglo XXI:
audiovisual didáctico, documental
musical, videoclips y espectáculo
audiovisual musical.
Al sonido hay que atesorarlo en
fonogramas, videos, documentales,
DVD. Estos soportes deben llegar al
dominio público. Lo que no se conoce,
lo que no se difunde, lo que no se
visibiliza, no existe. La Feria Cubadisco, como acontecimiento cultural
y artístico, merece mayor presencia
en la Radio y la Televisión.
¿Existen estrategias comunicativas institucionales para que fonogramas nominados y premiados
lleguen a las emisoras y televisoras
de la nación?
El músico es un intelectual creativo que necesita dominio técnico y
un aparato teórico-conceptual, pues
el último fin de la teoría es facilitar
las prácticas. Si falta la confrontación
se estanca el desarrollo. Resulta
fundamental la formación de espectadores críticos con capacidad de
discernimiento entre lo valioso y lo
banal mediante la educación del
gusto musical.
La musicología contribuye a ello,
se demostró durante el Simposio
Internacional de Cubadisco, en el
Centro de Investigación y Desarrollo
de la Música Cubana, donde lideraron
intercambios provechosos sobre lo
bailable como patrimonio, entre otros
temas.
El cierre de la fiesta del fonograma dedicado a lo popularmente
sinfónico privilegió la valía de músicos patrimoniales, en especial de
Juan Formell, quien ya conocía la
idea del proyecto que se presentó el
22 de mayo en la Sala Covarrubias
del Teatro Nacional de Cuba por la
Orquesta Sinfónica Nacional con la
dirección del maestro Joaquín Betancourt.
Veinte años de Cubadisco cimentó
una historia que merece fortalecimiento en la industria fonográfica y
como rubro exportable dado el
reconocimiento del cual goza la
música cubana en el mundo.
SAHILY TABARES
Fotos: LEYVA BENÍTEZ
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VOCES DE LA REPÚBLICA
Un coloquio
de luz
A mediados de mayo la
ciudad del Yayabo
acogió nuevamente a
estudiosos de las ciencias
sociales y humanísticas,
teniendo como uno de
sus temas el aniversario
90 de Fidel
L
A permanente inquietud, la
inconformidad del espíritu,
mueven a las personas. El ejercicio del pensamiento coadyuva al
desarrollo de la sociedad, abre el camino a la superación. Aprovechar las
ocasiones propicias para el intercambio de ideas esenciales, sustentado en el interés común por
alcanzar nuevos saberes, permite
ensanchar los horizontes humanos.
Un buen espacio para lograr tal
empeño es Voces de la República
–que alcanzó su 18ª edición–,
organizado por la filial provincial
de la Sociedad Cultural José Martí
en Sancti Spíritus. Sesionó sobre
todo en la Biblioteca Provincial,
aunque se extendió a otros espacios
como la Universidad José Martí
Pérez.
T
AMBIÉN la música es ya parte indispensable de este encuentro anual. En la reciente
ocasión, un concierto de música barroca a cargo de Cátedra
Estudio, dirigida por el maestro
Raúl Zaballa, causó honda impresión en los asistentes, por la
excelencia de las ejecuciones y
la acertada selección del repertorio. De igual forma resultó muy
agradable la gala protagonizada
por alumnos y profesores de la
Escuela de Música de Sancti
Spíritus, en el Teatro Principal de
la ciudad.
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En la hermosa Biblioteca Provincial transcurrió la mayor parte de las disertaciones.
Dedicado a varios temas, entre
ellos el cumpleaños 90 del líder
de la Revolución Fidel Castro Ruz,
en el evento participaron numerosos investigadores procedentes de
varias provincias. Precisamente la
primera actividad científica fue el
análisis de la personalidad, la obra y
el pensamiento del Comandante en
Jefe. Al respecto, las intervenciones
de los doctores Félix Julio Alfonso
López y Ramón Melanio Reigosa
Lorenzo, y el máster Mariano Álvarez Farfán, recorrieron múltiples
aristas y motivaron comentarios
del público.
Atrajo también interés el intercambio de consideraciones en
torno a la Patrona de Cuba, e
igualmente atractivo fue el encuentro acerca de los medios de
comunicación en la Isla y los Estados Unidos durante la república
neocolonial.
Entre otras cuestiones ampliamente debatidas se hallaron la
aprehensión de la religión en el
pensamiento marxista cubano de
la República, en especial por Julio
Antonio Mella y Carlos Rafael
Rodríguez; el levantamiento de los
Independientes de Color en 1912, en
la provincia de Santa Clara; la
política de Estados Unidos hacia
Cuba, vista por personalidades de la
época: Salvador Cisneros Betancourt, Enrique Collazo y Ramiro
Guerra; el debate sobre la Ley
Electoral en los momentos de
la segunda intervención estadounidense (1906-1908), impulsado
por la prensa habanera; y el vínculo entre el Centro Gallego de La
Habana y los partidos políticos
cubanos.
Durante esas jornadas se presentaron los libros Segundas Lecturas, de Alina Bárbara López
Hernández, enjundioso ensayo sobre el pensamiento de Juan Marinello; y el undécimo volumen de
Voces de la República, con ponencias seleccionadas entre las
ofrecidas en el coloquio de 2015.
La última acción académica
consistió en un panel titulado La
recepción en la República del
pensamiento del siglo XIX. Abarcó
aspectos tan disímiles como la
prédica filosófica de Félix Varela,
las redes y clientela política del
presidente José Miguel Gómez, el
contexto en el que surge Clave a
Martí y la presencia del ideario
martiano entre 1902 y 1958.
La pluralidad en lo concerniente
a los temas, la profundidad de las
interpretaciones, y la defensa de
nuestra historia y cultura, permiten
asegurar que estas voces son un
eco de luz.
JUAN LÁZARO BESADA
TOLEDO
Foto: Cortesía del Comité
Organizador
10 de junio de 2016
La Habana bien vale un estreno
U
En esta edición se proyectaron 19 filmes del último trienio,
la mayoría aún no vistos en Cuba, y varias reposiciones
de clásicos
N rey francés, a quien le reprochaban el haberse convertido
al catolicismo para consolidarse
en el trono, dijo simplemente: “París
bien vale una misa”. Parafraseando al
monarca, los realizadores Christophe
Barratier (El outsider) y el trío Cyril
Barbançon, Andy Byatt y Jacqueline
Farmer (Huracán) promovieron el
estreno mundial de sus largometrajes en el 19º Festival del Cine Francés
en Cuba (Fcfc), semanas antes de
su primera proyección pública en
Francia, conscientes de lo conocedores del séptimo arte que son los
espectadores cubanos y la emotividad
que expresan cuando les gusta o
disgusta una obra.
El outsider fue seleccionado para
inaugurar el Fcfc. Título menor en la
filmografía de Barratier (El Coro,
París 1936, La nueva guerra de los
botones), está basada en un hecho real
y aunque tiene no pocos puntos de
contacto con el Wall Street, de Oliver
Stone, y El capital, de Costa Gavras,
se queda muy por debajo de ellas.
Huracán vivisecciona uno de los
fenómenos meteorológicos más
destructores del planeta. Formidable documental, todo en él (guion,
fotografía, montaje) merece igual
calificativo.
Mustang (Deniz Gamze Ergüven,
2015), tal vez lo mejor de la muestra,
aborda la tragedia de cinco hermanas en una aldea del norte de Turquía,
bajo la tutela de su abuela y un tío
libidinoso, que sacia su lujuria con
las sobrinas y a la vez les “respeta”
su virginidad para poder entregarlas en matrimonios concertados. La
cinta no cae en erotismos gratuitos
ni pornografía barata, ofrece pistas a
base de sugerencias que el espectador
ha de estar atento para aprehenderlas.
El nivel de actuación de las niñas
revela la mano segura de esta realizadora francesa de origen turco, en
su ópera prima y de quien cabe esperar
grandes cosas en un futuro.
Joven y bella (François Ozon,
2013), Bandas de chicas (Céline
Sciama, 2014) y La profesora de
Año 108/No. 12
Marine Vacth es Isabelle en Joven y bella.
historia (Marie-Castille MentionSchaarm, 2014) también tratan sobre
la adolescencia. Considerado el gran
provocador del cine francés (aquí
hemos visto de él La piscina y El
refugio), Ozon ahora nos muestra
a una joven universitaria de clase
media acomodada, quien se dedica
a la prostitución.
El realizador no es un moralista y
no trata de justificar ni condenar la
actitud de Isabelle (Marine Vacth,
excelente en su primer protagónico,
aunque ya había trabajado bajo la
batuta de Cedric Klepish en Mi
pedazo de pastel). Deja que los
espectadores saquen las pertinentes conclusiones: ¿se prostituye la
adolescente para reafirmar su poder como hembra más allá de la
sexualidad, como afirma una colega? ¿Por el goce de la aventura, de
una experiencia interesante? La
muchacha, más prosaica, afirma
dentro del filme que casi nunca siente
placer con sus clientes y que lo hace
por dinero. ¿Hablamos también de
la pérdida de valores en el Primer
Mundo?
Bandas de chicas nos traslada a
los barrios periféricos en los que otra
adolescente, hija de emigrantes
africanos, no puede acceder a la
enseñanza media por su mala base
educacional y se involucra con el
narcotráfico. En La profesora de
historia, un filme que por sus valores
merece una reseña entera por sí sola,
cambia la perspectiva: la óptica es
desde una maestra que ama su
profesión, quiere y logra otros horizontes para sus educandos, mirando la historia.
En ambos filmes resaltan dos
nuevas revelaciones del cine francés:
Ahmed Dramé (Malik, en La profesora…) procede de la televisión y
sin dudas tiene mayor kilometraje
que Karidja Touré (Marianne, en
Bandas…), actriz no profesional, con
un aura que recuerda a aquellos
intérpretes del neorrealismo italiano de principios de los 50.
Las cintas históricas también
tuvieron su espacio en el 19º Festival.
Conexión Marsella (Cédric Jiménez,
2014) nos traslada a los años 70 y a la
lucha contra el tráfico de drogas en
ese puerto sureño. Diplomacia
(Volker Schlöndorff, 2014) nos lleva
más allá en el tiempo: los alemanes
ocupan París, las tropas aliadas se
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acercan a la ciudad y el loco de Hitler
ordena destruirla, no sin antes saquear obras pictóricas de sus principales museos.
El filme carece de suspense
porque todos sabemos el final de
la historia, pero vale la pena ver a
André Dussollier, en excelente forma, interpretando al cónsul sueco
que convence al general nazi de
desobedecer la orden. Nota al
margen: en la vida real, el teutón
preservó la vida al salvar a París,
pues sus captores anglonorteamericanos no lo extraditaron a la
otrora Unión Soviética, donde había
perpetrado genocidios en Sebastopol y Odessa.
Del resto, La ley del mercado
(Stéphane Brizé, 2015) es un filme
nada complaciente, pero necesario y
bien facturado. Vincent Lindon está
soberbio en su protagónico. Marguerite (Xavier Giannoli, 2015), excepto
la multipremiada Catherine Frot; El
precio de la fama (Xavier Beauvois,
2014), a pesar de Peter Coyotte, Chiara
Mastroianni y Dolly Chaplin; y Edén
(Mia Hansen-løve, 2014), al que le
precedían grandes elogios, resultaron
decepcionantes. La próxima vez
apuntaré al corazón (Cédric Anger,
2014) es el tradicional thriller sobre
un asesino serial que estamos cansados de ver, aunque se salva por la
actuación de Guillaume Canet.
No podían faltar las comedias
sentimentales. Por primera vez
(Maxime Govare, Noémie Saglio,
2015) se burla del conservadurismo sexual pequeño burgués y la
homofobia: original que sea un
homosexual el que salga del closet
y devenga hetero tras una noche
lujuriosa con una sueca. La familia
Bélier (Eric Lartigau, 2015), en carácter de reposición, volvió a conmover y hacer reír a muchos espectadores en la sala 1 del Multicine
Infanta y en el Chaplin
De los clásicos restaurados, se
disfrutó ver en la plenitud de sus
colores, entre otros, al French cancan, de Jean Renoir, Capitan Conan
y La vida y nada más, ambas de
Bernard Tavernier, y por supuesto,
Los paraguas de Cherburgo, de
Jacques Demy, cinta que convocó a
más de un nostálgico a la sala La
Rampa.
PEDRO ANTONIO GARCÍA
Fotos: Cortesía Icaic
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La profesora de historia. Los problemas de la adolescencia y el reto del magisterio
en la Francia neoliberal.
Mustang, tal vez lo mejor de la muestra, cinco niñas atrapadas en una sociedad
fundamentalista.
Los paraguas de Cherburgo, un musical de lujo.
10 de junio de 2016
Aquí, la
El sueño codiciado y otras tentativas
Por SAHILY TABARES
M
ÁS allá de la primaria identificación
emocional, el melodrama es un espectáculo en el cual se busca mucho más
que el placer de llorar. En él, lo común, lo aparentemente trivial e insignificante, las rutinas
cotidianas, contribuyen a la creación de historias ancladas en conflictos, personajes-tipos,
actitudes, filosofías de la vida.
Dicho género dramático lidera –no es el
único–, en la estructura de la telenovela que
incorpora cada tres capítulos una catarsis,
efecto psicológico socorrido desde los antiguos griegos y seguro garantiza un nuevo estado de equilibrio en la trama. A ello no escapó
Latidos compartidos, fiel a convenciones y
códigos instaurados en la literatura desde
el siglo XVIII.
En dichos términos busca empatía el relato telenovelesco desde la presentación que
en esta puesta, al parecer, persiguió múltiples
asociaciones sin conseguirlo del todo, pues la
tipografía en cursiva no fue legible y la representación de las imágenes decayó hacia colores claros sin justificación.
Llevar a la pantalla situaciones, temáticas,
actitudes, motiva el interés del espectador, este
puede o no identificarse con planteamientos
de la narración, pero es consciente del cúmulo de problemáticas expresadas en voces y
acciones que se confrontan en la sociedad.
¿Lo hizo reflexionar la intolerancia de Macario (Manuel Porto) hacia el homosexualismo de su hijo Rogelio (Alberto González)? ¿Qué
pensó sobre la disyuntiva de Magdalena (Loreta Estévez) ante una situación límite: salvar
la vida o ser consecuente con su fe? ¿Es posible que un hombre trabajador, digno, intachable, al estilo de Abel (Fernando Hechavarría)
pierda la comunicación con Omar (Carlos Busto), su hijo adolescente?
En Latidos… el juego con las expectativas
perdió fuerza, pues la acción dramática central fue desplazada por más de una acción
subordinada –mal llamada subtrama–, de
envergadura y trascendencia en el curso del
relato. Decayó el protagonismo de la lucha
entre el bien y el mal representada por Gabriela
(Yurelis González) que conquista a Darío (Alejandro Cuervo), y abandona al villano Pedro
Pablo (Ulik Anello).
Poco se recuerda el punto de giro, el cual
complica la historia y da paso al desarrollo de
la ficción; ocurre cuando Pedro Pablo se despierta del estado de coma y retoma sus
fechorías.
Quizás, en la forma de manifestarse la construcción dramatúrgica conspiró el tiempo de
Año 108/No. 12
los capítulos, pues 27 minutos son insuficientes para abordar situaciones dramáticas, llevarlas al clímax y, finalmente, resolverlas en el
desenlace.
Los guionistas Amílcar Salati, Gabriela Reboredo y Junior García, exploraron la connotación del humor en el mejoramiento humano
sin acudir al chiste de situación mediante la
comedia en los personajes-tipos de Miguelito
(Raciel Cruz) e Indira (Yaremis Pérez), quienes
se reformaron al eliminar un vicio, según exige
el género dramático en cuestión.
Todo relato cuenta dos historias: una explícita y otra que debe desentrañarse de la polifonía textual, cuya eficacia incita juicios de
valor y patentiza la pluralidad de sentidos del
lenguaje artístico, en el cual asumen funciones dominantes, actuaciones, música, sonidos, atmósferas; todos deben ser concebidos
para el diseño televisual, de lo contrario pierden su razón de ser, la comunicación con los
públicos.
En la telenovela –esta no es una excepción–, todo se dice, impera el tono exagerado,
lo casual; secretos, intrigas, engaños, nutren
la narración en la que proliferan tipos: buenos,
malos, virtuosos, sensatos, hedonistas, tramposos, cobardes; por ello no se puede pedir
matices, verosimilitud a los intérpretes, pues
encarnan actitudes.
Cada uno defendió el sueño codiciado y
otras tentativas. Dicho precepto lo asumieron
Consuelo Ramírez, directora general; Felo Ruíz,
codirector, en la dirección actoral. Actrices y
actores consagrados validados por sus desempeños histriónicos y noveles estuvieron
enfocados en la defensa de la acción humana
verdadera dirigida a un fin. El resultado dependió no solo del talento, sino, además, de la
preparación indispensable para el rodaje de
una telenovela que requiere entrenamiento
en el set de TV, disciplina, organicidad. Sin dudas, hubo revelaciones, como Belissa Cruz en
Angélica.
El humano como especie aspira a ser feliz.
Desde diferentes perspectivas Latidos compartidos retomó el sentido de dicho anhelo no
con fines didácticos o sociológicos, sino para
abrir una franja de claridad en lo íntimo personal. En la conquista de la felicidad el camino
elegido es esencial. Lo ilegal, lo éticamente
incorrecto; engañifas, maledicencias, nunca
serán vías idóneas. En ello insiste la telenovela
desde los códigos del entretenimiento, deja
claro la satisfacción que sienten las personas
al quedar en paz consigo mismas, solo le queda a cada una, actuar en consecuencia.
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acn.cu
A cargo de ROXANA RODRÍGUEZ TAMAYO
de una escultura del artista Erig Rebull a la entrada
de la Facultad; la presentación de un monólogo por
el actor y humorista Omar Franco; la creación de
una pintura mural concebida por varios artistas plásticos reconocidos; y la exhibición y debate de la cinta cubana Vestido de novia, de Marilyn Solaya.
Literatura por la identidad musical
acn.cu
Eliades Ochoa,
de la trova por el
mundo, de la autoría de Grisel
Sande se presentó en Santiago de
Cuba en presencia del notable
músico, quien visitó la urbe oriental en compañía de otra grande de la cultura cubana,
Omara Portuondo. El libro pertenece al sello Ediciones
Cubanas de Artex y fue prologado por Silvio Rodríguez.
De manera amena y coherente, se adentra en la vida y
obra del líder del Cuarteto Patria, reconocido como una
de las figuras emblemáticas de la música tradicional
cubana. El encuentro resultó marco propicio para que
los populares artistas, que también se encontraban en
esa provincia grabando el documental Adiós Tour, del
Buena Vista Social Club, recibieran sendos homenajes
por la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales
(Egrem); así como que los seguidores del género disfrutaran en la Casa de la Trova Pepe Sánchez de las
interpretaciones de dichos creadores.
Danza de Cuba por el orbe
Al cierre de esta edición la compañía antillana de
baile flamenco Irene Rodríguez, se presentaba en el
Joyce Theater de Nueva York, Estados Unidos, como
parte del evento Cuba Festival, en el que también
participan los colectivos DanzAbierta y Malpaso. Con
el espectáculo Entre luces y sombras, es la tercera
vez que la agrupación cubana de danzas iberas actúa en el país norteamericano. El repertorio está compuesto por las puestas en escena de Aldaba, Por
bulerías, ¡Dime! y Zapateos, las cuales se distinguen
por la sugerente armonía al combinar los elementos
de la cultura española y caribeña. Según trascendió, este es uno de los trabajos coreográficos mejor
logrados, pues concentra técnicas flamencas novedosas, sin desasirse de la danza clásica hispana
que le caracterizan.
Joven audiovisual antillano
juventudrebelde.cu
La Facultad
de Comunicación de La
Universidad
de La Habana fue uno
de los distintos espacios que abarcó el 4º Festival Temático
Audiovisual 60 segundos que este año tuvo como
eje central la salud. Estudiantes de diversos centros de altos estudios de todo el país participaron en
el concurso que premió las categorías: corto audiovisual y radiofónico, fotografía y relato de 15 líneas.
Entre las principales acciones del programa de actividades estuvo la inauguración de una muestra
fotográfica colectiva sobre salud; el emplazamiento
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SSON
O N NOTICIA
NOTICIA
Ernesto Cuesta, artista de la plástica, volvió a tomar
como temática central en su obra la figura de José
Martí, al inaugurar la exposición Una luz en el asfalto que se exhibe en el Palacio Calcines, importante
galería de las artes visuales en Guantánamo, urbe
adoptiva del pintor, oriundo de Santiago de Cuba. La
muestra incluye 20 piezas y recrea diversas percepciones del ideario y la personalidad del Apóstol. María
Victoria Rodríguez, la cantante antillana de música
campesina, presentó su más reciente DVD que se
titula María Victoria entre dos aguas. Editado por el
sello discográfico Bis Music, el material fue nominado al Premio Cubadisco 2016, en la categoría espectáculo audiovisual; compila 19 temas, algunos de la
autoría de Celina González, a quien la joven intérprete tributa un sentido homenaje con esta creación
sonora.
10 de junio de 2016

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